The RocketMan Project presenta: Inventos

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he RocketMan Project os presenta el fruto de sus entrañas mecánicas. Durante meses hemos llamado, escrito y visitado a nuestros amigos y conocidos para investigar cuáles eran sus sentimientos hacia las tuercas. Las opiniones fueron dispares, desde el fervor absoluto hasta un miedo mal disimulado a los robots. En esta revista hemos recogido pequeñas piezas que se complementan y encajan de diferentes maneras, dando como resultado este peculiar espécimen. Esperamos que disfrutéis de las historias, que los dibujos os ofrezcan una cara nueva cada día, y que descubráis algo que aún no sabíais de los inventos presentes, pasados y futuros. The RocketMan Project no solo quiere oir vuestras opiniones y sugerencias, sino también ver vuestro talento para que pueda formar parte de los próximos números. Quién sabe qué nos deparará la ciencia de la impresión. Podéis encontrarnos para cualquier cosa en:

www.rocketman-project.com 3


EDITORIAL 3

COMICs The RocketMan. Marco Fanjul

6 El hombre de arena. E.T.A. Hoffman Mario Fernández

12 El regalo.

Mario Gallego

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relatos Miguel.

Marixa Fernández Jonathan Rivas

20 El método Manchón. Rafael Borge Jorge Gordillo

30 El Theological Palace. Pompeyo Gener Nacho Felechosa

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Toxic Kid.

Rafael del Castillo Mauricio Troncoso Marta Velasco

HAZTE UN TEST

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COMO INVENTAR

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QUIENES SOMOS

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Marco A. Fanjul 6


ROCKETMAN: DÍCESE DE LA PERSONA QUE TIENE COMO PRINCIPAL TAREA HACER DE MENSAJERO ENTRE UN EMISARIO Y UN RECEPTOR CUANDO SE ENVÍAN DOCUMENTOS ESCRITOS O PAQUETES.

DESDE HACE UNOS AÑOS HAN EMPEZADO A REALIZAR OTRAS TAREAS DE COLABORACIÓN CON ORGANIZACIONES PÚBLICAS, COMO POLICÍA O BOMBEROS. PARA ESTOS FINES UTILIZAN LA MOCHILA COHETE UNIPERSONAL O “ROCKET”.

LOS ROCKETMAN SON LOS EMPLEADOS DE “ROCKET CORPORATION”, FUNDADA INICIALMENTE COMO EMPRESA DE MENSAJERÍA.


ENTREGA REALIZADA CON ÉXITO HO HO HO. MUCHAS GRACIAS.


HO HO HO. NO TE PREOCUPES MUCHACHO, YO ME ENCARGO DE LA REPARACIÓN...

MUCHAS GRACIAS

AHORA ESTÁ COMO NUEVO, O INCLUSO MEJOR.


HASTA PRONTO

SI ESTA ES LA PIEZA QUE TENÍA QUE PONERLE...

CONTINUARÁ...


une los puntos

Âżquieres colaborar en la revista? envianos un email a: arte@rocketman-project.com


Texto original: E.T.A. Hoffman Adaptaciรณn: Mario Fernรกndez 12


DESPUÉS DE UN LARGO VIAJE, NATANIEL LLEGA A LA CAPITAL PARA ESTUDIAR EN LA UNIVERSIDAD

ESTA DEBE SER....

ALLÍ SE HACE ÍNTIMO AMIGO DE SU PROFESOR,

SPALANZANI

NATANIEL, ME GUSTARÍA QUE ASISTIESES A UNA FIESTA QUE ORGANIZO EN MI CASA ESTA NOCHE.

SERÁ UN PLACER PROFESOR.


DEL A LA HIJA A... TO IS V S ¿HA GO RAR R? ES AL PROFESO NO ES NORMAL.

EN LA FIESTA

¡NATANIEL!

TE PRESENTO A MI HIJA OLIMPIA.

A PARITR DE ESA NOCHE NATANIEL Y OLIMPIA EMPEZARON A VERSE Y A SALIR JUNTOS MUY A MENUDO.

ELLA NUNCA HABLABA, SOLO LE MIRABA FIJAMENTE A LOS OJOS Y SUSPIRABA. NATANIEL SE ENAMORÓ RÁPIDAMENTE. ERA LA MUJER QUE MEJOR LE HABÍA ESCUCHADO NUNCA.


UN TIEMPO MÁS TARDE, NATANIEL VA A VISITAR A OLIMPIA...

!

AAAAAHHH!!

PIA! ¡OLIM O BIEN? D ¿VA TO

!?

EN? Á BI ? T S E ,¿ IDO STRO CED MAE HA SU É ¿QU

SÍ... PERO SE LA HA LLEVADO. ES TODO POR MI CULPA... DEBO CONTARTE LA VERDAD SOBRE MI HIJA.


OLIMPIA ES... UNA AUTÓMATA. LA CREÉ PARA NO ESTAR SOLO. EL HOMBRE QUE ME ATACÓ ANTES SE LLAMA COPPELIUS. ÉL ME OFRECIÓ UNOS OJOS QUE LA HICIERON COBRAR VIDA, PERO...

NO PUDE PAGARLE, ASÍ QUE HA VENIDO A LLEVÁRSELA A CAMBIO...

¡TENGO QUE IR TRAS ÉL!

¡SUÉLTALA!

¡ALTO! ¿POR QUÉ DEBERÍA?

HE....

!

NO TIENES AGALLAS PARA DISPARARME.


! ยกNO TE LO PIENSO VOLVER A REPETIR!

! O O

O O O

ยกN

ยกBAAAANG!


¡PLOC!

MENOS MAL QUE ESTÁS BIEN OLIMPIA... PERO TENEMOS QUE HUIR.

NATANIEL Y OLIMPIA CONSIGUIERON ESCAPAR PERO TUVIERON QUE PASAR HUYENDO EL RESTO DE SUS VIDAS PARA NO SER JUZGADOS POR EL ASESINATO DE COPPELIUS. NATANIEL ACABÓ VOLVIÉNDOSE LOCO, PERO FELIZ DE PODER ESTAR JUNTO A SU MUÑECA AMADA.



Miguel

Era una mañana de octubre, cerca de las nueve. El abrigo verde te quedaba algo caliente para el clima otoñal y el pelo desaliñado iba acorde con tus ojos adormecidos. No habías descansado muy bien, el vino de la noche anterior hizo que te desvelaras y miraras el reloj. Cuatro de la mañana. Seis de la mañana y para eso de las ocho y media te pusiste en pie. Tenías náuseas y el lastre de tu pecho hizo que tu despertar fuera aún más insoportable. Te bañaste, te vestiste, luego agarraste tu mochila y saliste para buscar tu domingo. Madrid estaba dentro de una niebla y apenas amanecía. La ciudad estaba desalmada, pero las calles mantenían el recuerdo de los borrachos de la noche anterior. A veces se escuchaba un canto y en otros momentos el rugido de un motor. Mantuviste un paso lento, pero firme. Te tomaste un café y notaste cómo, tras cada sorbo, aparecía gente a tu alrededor. El tiempo pasó rápido y ya hacia el mediodía caminabas para El Retiro. La mañana anieblada pasó a ser una tarde brillante. No lograbas alzar la cabeza, la claridad te acuchillaba los ojos. Mirabas el suelo y seguías con tu olfato las familias que había a tu alrededor. 20


“Quiero ser astronauta”. “Quiero ser veterinario”. Observabas cómo corrían por los columpios. “Suelta Sergio, ¡que me sueltes!” Abriste la mochila y sacaste un tarro vacío de mermelada. Aga­ rraste algo de gravilla y se la echaste al pote. Cerraste el tarro y caminaste a otro lado. “Quiero conocer a mis abuelos”. “Quiero ser canción”. De nuevo seguiste el mismo procedimiento: te sientas, sacas tus potes, los llenas de tierrilla y sigues hacia otro lado. Ya para las cinco de la tarde regresas a tu casa. El sofá está desvencijado y la casa huele a rancio. Dejas tu mochila en el suelo de la sala y vas directo al armario. Sacas de él un gran aparato, un híbrido entre una balanza y un carrusel de diapositivas. Pones ese gran pulpo en la mesa y luego recoges la mochila. Poco a poco, echas las diferentes tierras al cuenco. No la usas toda, tan solo un poco te basta. Prendes la máquina y con un fogonazo se llena la sala de imágenes holográficas. Estás rodeado de escena­ rios y probabilidades. Hay bailes y brincos a tu alrededor. La sala es invadida por una gran melena verde. De allí salen sombreros de bombín. Ojos de una mujer de la India. Estrellas, perrillos y jirafas. Dan vueltas y entre ellos se hablan. “Quiero ser doctor”. “Soy un gran samurái”. Desde el sofá observas ese gran circo de sueños y con cada lágrima tu pesadez va disminuyendo. Y así repites día a día esta rutina. Eras aquel que se le pasaba el día viviendo en el sueño de los otros. © Texto: Marixa Fernández Ilustración: Jonathan Rivas 21




EL REGALO

Mario Gallego 24 22

Mario Gallego






¿Te falta alguno de nuestros números? Consíguelos en nuestra tienda online:

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El método Manchón Aprovechando el vigésimo congreso de Neurocirugía que reunía en Tenerife a la élite del sector, el ponente don Fausto Manchón propuso una insensatez. Estaba acreditado como investigador autónomo, científico sin papeles, solitario montaraz. Su exposición duró dieciocho minutos, un brevísimo resumen de su vasta labor. El silencio que acompañó al orador guardaba semejanza con la calma que precede a ciertos desastres. Despachó gráficas atrevidas. Especuló con porcentajes. Deambuló entre formulaciones. Manejó con esmero excitantes símbolos. Al revelar en la pantalla los resultados finales del estudio, la sala estalló en carcajadas, e incluso un pequeño grupo cercano al proscenio le abucheó. Los expertos allí reunidos pensaron que don Fausto Manchón representaba una estafa a la inteligencia, un lamparón en el gremio investigador. Sin embargo, la sala recuperó el silencio cuando el ponente, levantando impasible la mano, ordenó salir a un hombre oculto entre bastidores. Tímidamente hizo apa­ rición un ser de facciones toscas y aspecto rural. El ponente le invitó a tomar asiento en un taburete giratorio. Le presentó al respetable como don Tahodio Curbelo Chipude, natural de La Gomera, bruto, analfabeto, cabrero de profesión. El pastor no se inmutó ante el recuento de sus burdas referencias personales. 30


Tomó asiento obediente. Primero auscultó con apatía a la au­diencia. Después su interés cromañón se centró al completo en el abigarrado ornamento de la bóveda del salón. Nada de lo visto en su perra vida campestre podía competir con el esplendor desmedido de aquella enorme cúpula. Se podía apreciar el sobrecogimiento en sus ojos pasmados. El ponente demandó de nuevo la atención del público: “A parte de un ser con evidente registro infrahumano, don Tahodio Curbelo es la consecuencia viva de mis años de investigación”. Signos de incredulidad general recorrieron de nuevo el recinto. Surgieron comentarios de desconfianza, siseos, murmuraciones. Don Fausto cortó la incipiente algarabía: “Eruditos doctores, les

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demostraré que los resultados de mi ponencia son irrebatibles”. El gañán, ajeno, seguía aborregado disfrutando de las vastas dimensiones del edificio. “No podemos permitir a estas alturas que el montante de conocimiento que un cerebro desarrollado ha acumulado en una vida se pierda tras su muerte. Gracias a la técnica, hoy es factible lo que ayer se veía como inimaginable. Respetando el protocolo de mi método, trasbordar datos de una unidad inoperativa a otra en vigor es un proceso nimio. Nada que ver con lo que podría ser una fría transfusión de paquetes didácticos en un futuro cercano. Yo propongo transferir expe­riencia vital, pura acumulación subjetiva de conocimiento adquirido. Mantener la vigencia de un cerebro portentoso cuyo soporte ha caducado, y enraizarlo en otro vivo. Ser donante de sabiduría. Sobrevivir al cuerpo, perdurar de algún modo a la materia”. “Como ustedes comprobarán en breve, no se trata de un proceso de suplantación encefálica. El resultado es un aditivo a la red neuronal del beneficiario. Los problemas asociados al método Manchón no son de raíz técnica. La mecánica del transvase está superada. Por un lado, un simple nano-conector inalámbrico en el receptor; un sencillo interfaz subcutáneo. Por otro, una captura de índole telepática inmediata al post morten, realizada por un sofisticado circuito succionador capaz de instalarse en un teléfono móvil. Sin complejas manipulaciones previas. Sin necesidades hospitalarias. El mayor escollo recae sobre el empleo inadecuado, el uso fraudulento. Es cierto que quedan por resolver paquetes de incompatibilidades neurológicas: aversión al implante, atrofia, rechazo. Existen contratiempos de índole ética. Pero el mayor peligro se encuentra en el intrusismo gubernamental o corporativo con oscuros fines derivados. Pero, señores, ignoremos la deontología y pasemos a los hechos”.

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El profesor se situó a espaldas del cobaya para impulsar el taburete haciéndolo girar. Don Tahodio Curbelo esbozó una sonrisa primitiva. Elevó los pies. Se dejó gozoso rotar. “Aquí donde le ven, este individuo jamás pisó una escuela. El conjunto hilado de las letras en forma de renglón le resulta un milagro inexplicable”. El cabrero persistía en su boba alegría sobre el tiovivo del taburete. Don Fausto Manchón detuvo el asiento. Don Tahodio frunció el ceño. El asunto le disgustó no más de tres segundos. Al cuarto había recobrado la atención inicial en la bóveda del palacio de exposiciones. “Sin embargo, este hombre de apariencia minusválida es capaz de relatarles a ustedes los últimos descubrimientos sobre la afinidad química selectiva en los codones de

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los aminoácidos o, si lo prefieren, interconectar las investigaciones de la neurogénesis inducida frente al campo de batalla de la esclerosis lateral amiotrófica”. La sala sufrió una pandemia de mudez. Sabedor de la importancia del silencio, Don Fausto Manchón rellenó de vacío un generoso espacio de tiempo. Infló el globo de la expectación. Anticipándose al nacimiento del primer murmullo, el ponente lanzó una oferta insuperable: “Eminentes homólogos, cerciórense de cuanto digo. Pregúntenle al cateto, por favor. No se inhiban. El señor Curbelo les brindará su reciente sapiencia adquirida”. No se demoró la concurrencia en iniciar la ronda. Todos saltaron de sus asientos dispuestos a disparar. Al zoquete se le agigantaron los ojos minúsculos ante la primera interpe­lación. Dirigió su marcado torus supraorbitario al interesado, fila 12 butaca 6. Entre sus dientes mellados comenzó a transitar un erudito material restringido. Como una aparición, respetable, sosegado, sin renegar de su fisonomía mesolítica, aquel ilustre neandertal se dio a despachar información privilegiada sin parar. Texto: Rafael Borge © Ilustración: Jorge Gordillo

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Idea Original: Rafael del Castillo Ilustraciรณn: Mauricio Troncoso Detalles: Marta Velasco 35


DE NIÑO SIEMPRE ESTUVE ENFERMO. . . . ABURRIDO, SOLO Y ENFERMO...

MIS CONSTANTES ENFERMEDADES ME IMPIDIERON HACER UNA VIDA NORMAL. POR ESO PASÉ DÍA TRAS DÍA VIENDO COMO MI PADRE INVESTIGABA EN SU LABORATORIO PARA ENCOTRAR UNA CURA.

EL DÍA QUE SE FUE A TRABAJAR EN UN PROYECTO A VIENA LAS ESPERANZAS DE CURARME SE FUERON CON ÉL.


DECIDÍ EMPEZAR A ESTUDIAR MEDICINA. PRONTO ME ATREVÍ A REALIZAR MIS PROPIOS EXPERIMENTOS. EN ESE MOMENTO HICE MIS PRIMERAS Y ÚNICAS AMIGAS: LAS RATAS.

TRAS AÑOS DE EXPERIMENTACIÓN CON RATAS, ME DI CUENTA DE QUE TODO HABÍA SIDO EN VANO. ESTOY DISPUESTO GENÉTICAMENTE PARA ESTAR ENFERMO.

MI DESTINO SERÍA SUFRIR Y VIVIR PRIVADO DE CUALQUIER PLACER HASTA QUE ME ENCONTRASEN MUERTO. LO PEOR ES QUE MIS EXPERIMENTOS MATARON A MUCHAS DE MIS AMIGAS.

TOMÉ UNA DECISIÓN: CREAR UN COMPUESTO DERIVADO DE FUERTES DROGAS QUE TENÍA EN EL LABORATORIO. UN COMPUESTO LETAL QUE ACABASE CON

TODO.


MI ÚLTIMO BAÑO. AQUÍ TOMARÉ EL COMPUESTO Y, UNA VEZ MUERTO, LAS RATAS DEVORARAN MIS RESTOS. APROVECHARÁN MI MUERTE COMO YO APROVECHÉ LA DE MIS AMIGAS.


EL COMPUESTO QUE PUSO FIN A MI HORRIBLE VIDA...

...DÁNDOME UNA NUEVA.

CONTINUARÁ...


¿Qué inventor eres? 5

¿Te gusta el estilo vintage?

¿Eres bueno guardando secretos?

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¿Tus amigos piensan que eres un soñador?

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3 ¿De la muerte? 7

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¿Alguna vez has pensado “este es el invento del siglo”? SI NO ¿Te gusta correr riesgos?

Mientes

¿Te gustan los rayos?

¿Entonces prefieres las explosiones?

Mientes, a todo el mundo le gustan.

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Soluciones

1. Como Johannes Gutenberg (1398 – 1468), inventor de la imprenta, crees que la información debe llegar a cuantas más personas mejor. Por eso publicas en Facebook todos los cotilleos que llegan a tu poder y luego los resumes por Twitter. 2. Leonardo da Vinci (1452 - 1519) era un genio multifacético, y en esto es en lo que os parecéis. Siempre estás abierto a nuevas posibilidades y no temes salir de tu zona de confort. Puede que te acusen de disperso, pero tú eres capaz de ver la relación oculta. 3. Como la creación de Mary Shelley, El Dr. Frankkenstein, tienes dos sueños: el poder ver los rayos como nueva energía renovable, y los seres humanos reciclados. Ten cuidado porque los visionarios siempre corren muchos peligros y sus creaciones pueden ser malinterpretadas. 42


4. Tus ideas son explosivas, como la dinamita de Alfred Bernhard Nobel (1833 – 1896). Si te haces rico con ellas no olvides tus responsabilidades con el mundo ni a las personas que te ayudaron mientras crecías. 5. ¡Ring, ring! Te gusta estar a la última, y las nuevas versiones del invento de Alexander Graham Bell (1847 – 1922) te ayudan a estar comunicado e informado de todo. Las palabras se las lleva el viento, a no ser que las digas a través de un teléfono, que entonces las llevan las ondas. 6. En todas las historias tiene que haber un villano, como Thomas Alva Edison (1847 – 1931), al que acusaban de robar patentes. Pero qué podemos decir nosotros que no hayan dicho ya los Simpson. 7. Como Nikola Tesla (1856 – 1943) eres un seductor electrizante. Tienes un sentido del humor muy negro, y no siempre te entienden. No dejes que otras personas se aprovechen de tus ideas, y procura mantenerte en la senda del bien. Para hacer este test nos hemos basado en los logros de estos inventores y en su faceta más conocida. Sabemos que en sus vidas personales hay opiniones y hechos de los que no estar tan orgullosos, pero no hemos querido entrar en el juicio personal. 43


El Theological Palace. Fantasía futurista Montados en la máquina de explorar el tiempo del gran humorista Wells, habíamos graduado el resorte del empuje hacia adelante con tal fuerza y de tal manera que, en un momento, nos hallamos en el siglo XXII. Todo había cambiado por completo. Había una revolución sideral de todos los habitantes de los planetas habitados. Cansados de desastres cósmicos, habían destituido al Padre Eterno retirándolo con una pensión de mil dólares diarios, y nube propia. Los habitantes de Marte, que habían tomado la iniciativa de la gran revolución, habían convocado a todos los de los demás mundos habitados reunidos, y se había constituido una República Universal, encargándole a una comisión de la constelación de Orión que dirigiera la maquinaria del universo. Unos hábiles ingenieros siderales habían quitado las manchas del Sol con unas cuantas fricciones de materia cósmica incandescente disuelta en éter, y habían remendado el anillo de Saturno que estaba a punto de romperse. Se había dado la orden severísima a los cometas de que no pasaran cerca de los planetas habitados, y para ello se habían llamado a unos gitanos sevillanos trasquiladores para que les cortaran las colas, y estuvieran a punto de volvérselas a cortar en cuanto les volvieran a crecer. Se había hecho un gran parque de verano en la Luna, para los habitantes de los países y planetas 44


cálidos; y en el universo marchaba ya todo regularmente, como en un buen reloj de Ginebra. En nuestro planeta se habían implantado tales cosas, que jamás hubieran sido creídas. Se había descubierto la mixtura de larga vida y ya nadie se moría hasta que le daba la gana. Si uno se cansaba un momento de vivir, alquilaba una máquina de vivir por otro, y dormía, hasta que la tal máquina, acabando la cuerda, le llamaba otra vez a la vida. Había pasado ya el período socialista en el que los hombres eran todos iguales diferenciándoles solo un número. Al período comunista que vino detrás había sucedido la anarquía más radical y ordenada, pero cierto día el anarquista de más tupé y empuje dio un golpe de estado proclamándose Supremo Anarca. La tiranía de éste, que ordenaba imperativamente que cada cual fuera él mismo, aun a aquéllos que no les gustaba o que no podían tener personalidad alguna, produjo tal irritación, que todos se sublevaron contra él proclamando el Totarquismo, que era la última de las teorías sociológicas de la época. Durante este período, todos mandaban y nadie obedecía. Y el mundo era una delicia. Al acabar esta etapa, y en la de la Organización dinámica, nosotros llegamos en pleno siglo XXII. Todo iba por lo mejor, en el mejor de los mundos imaginables. Se curaban ya todas las enfermedades al acto. Se fabricaban corazones de recambio, de goma elástica dinamizada a prueba de pasión por mujer cruel. Gracias a la cuarta dimensión del espacio y sirviéndose de la super-radio-actividad, había trenes que llegaban antes de salir. Se fabricaba un papel tan delgado que solo tenía una cara, y sobre él se imprimían los periódicos sin máquina alguna, con solo la intención de los periodistas. La atmósfera estaba llena de unos aéreo-crono-planos, que en pocos 45


instantes lo trasladaban a uno al país y al tiempo que quería. Los pisos de las casas estaban colocados al revés, según aquella profecía evangélica que dice: “los primeros serán los últimos”. Así, se podía almorzar un arroz en Milán o en Valencia, ir a tomar café a Puerto Rico, hacer la copa en Jamaica y darse luego un paseo por París en el Bois de Boulogne. Hacer un lunch de roast beef en Londres, beber el champagne en Reims, y cenar y acostarse en Viena o en Barcelona, habiendo ido antes de paso a discutir política o música en alguna cervecería de Munich o en algún café de Madrid. Y todo eso por el estilo, acá en la Tierra como en el Cielo. ¡Qué diversión y qué tranquilidad en eso del vivir! ¡Ya nadie creía en nada, ni en el correo! Lo del amor..., se hacía a máquina y ¡fuera emociones ni disgustos! Todos practicaban estrictamente lo de la Alimentación Integral Gratuita y Obligatoria. Y ya no existía eso del matrimonio, ni lo del patrimonio, ni había patrias, ni patrones, ni rey ni Roque. Después de haber habido algunos Papamoscas, varios Papanatas, y no pocos Papadineros, un Papa muy barbián y al uso de los tiempos había hecho el trust de todas las religiones monoteístas, aboliendo las demás, por medio de los rayos PP y W, que eran los de mayor fuerza, ya que la cosa era de fuerza mayor. El catolicismo, el protestantismo, el cisma griego, el judaísmo, el islamismo, el deísmo, el budismo, el brahmanismo, el mormonismo y muchos otros ismos, entraron en el trust, aunque no pudieron entrar el istmo de Panamá por estar quebrado, ni el de Corinto por no tener ya valores cotizables. El Papa en cuestión era el presidente indiscutible. Una compañía norteamericana había tomado por arriendo eso del otro 46


mundo y de la salvación del alma y por todas partes había colocado unas básculas que, tirando en ellas varios dólares, proporcionaban la salvación eterna. Dicha compañía tenía su centro y sus fábricas en Nueva York, que, en aquel entonces, era ya una población de veintiséis millones de habitantes, que estaban alojados los unos encima de los otros. Allí se fabricaban y exportaban productos religiosos al por mayor. Al por menor, se expendían en el Theological Palace, que se levantaba en el centro de las usines, edificio colosal de quinientos pisos y cincuenta ascensores movi­dos por la radioactividad. En los bajos se vendían máquinas de decir misa que echando unos dólares en ellas, las disparaban al purgatorio con tal puntería que siempre hacían blanco en eso de extraer almas, menos cuando el alma era la de un negro. Unas monjas muy aseadas vendían en unos grandes mostradores molinitos eléctricos de pasar el rosario, púlpitos que se desplegaban y se acomodaban sobre los automóviles para predicar a los ciclistas todo andando, latas de plegarias comprimidas para los viajantes, extracto de agua del Jordán aromatizada con esencia de rosas de Jericó, que producía la conversión instantánea de los incrédulos con unas inyecciones de oro en el chaleco o una cataplasma de billetes de Banco en el bolsillo, frascos de agua bendita de Lourdes dinamizada que producía milagros tales, que hasta pone el “recibí” a las facturas que se inmergían en ella; globulillos dosimétricos de oraciones selectas, películas para cines de los cielos de cada una de las religiones del trust tomadas del natural; las de Mahoma eran para hombres solos, santos de todas las razas, incluso negros, chinos, y cobrizos. Pero lo más colosal era el Transmundial-telephone situado en la cúpula del Theological Palace. Gracias a unas nuevas ondulaciones se había logrado la comunicación de la Tierra con los diversos cielos de las varias religiones conglomeradas, por medio de un teléfono sin hilos. 47


Al poco de inaugurado dicho teléfono en el Theological Palace, llegaba de Londres en aeroplano propio de lujo la joven viuda del mayor de los guardias escoceses Sir Harrys MacCrooll, al cual, habiendo sido nombrado gobernador de una provincia del Indostán, se lo almorzó un tigre, una mañanita que salió de paseo a tomar el fresco. Apenas hacía un año que se habían casado, y ella, que estaba locamente enamorada de su difunto esposo, que ya formaba parte de la potente personalidad del tigre, al saber que en el Theological Palace funcionaba ese teléfono maravilloso, deseando ponerse nuevamente en comunicación con su esposo (de palabra, por supuesto) pidió una carta al arzobispo de Canterbury para que la recomendara al director del Palace, y partió por los aires con su máquina llegando con toda pausa en tres minutos. Inmediatamente al llegar se fue al dicho edificio y pre por el director. Salió a recibirla un joven y elegante clergyman, que al presentarle ella la carta le dijo: “El director está ocupadísimo con una comisión de los grandes sacerdotes del budismo javanés, pero me ha encargado a mí que la recibiera y le hiciera los honores de la casa, pues ya sabía que iba a llegar, se lo telefoneó el arzobispo de Canterbury. Haga usted el favor de darme el brazo y vamos al ascensor treinta y cinco”. Y ofrecién-dole una bombonera de pastillas de chocolate místico aromatizado con esencia de serafines, condujo del brazo a la hermosa viuda al indicado ascensor. Apenas entrados en él, y sentados en un suntuoso diván, el joven clergyman tocó el botón, y en seguida se encontraron delante de un espacioso corredor, al fondo del cual había un ostentoso gabinete telefónico debajo de una inmensa cúpula decorada con mosaico y cristales. “Aplíquese usted esto al oído” —le dijo el joven pastor entregándole una especie de trompetilla de esmalte—. “Y hable bajito encima de este pequeño tambor; pero antes eche usted diez dólares, o sea dos libras esterlinas, en esta cajita” —y le señaló una que había al lado—; “en cuanto la comunicación esté establecida ya oirá usted una 48


música celestial y, en acabando, pida usted por el querubín de servicio, que él ya avisará a su esposo·. Y diciendo esto se retiró a una honesta distancia, tocando unos registros, y dando tres vueltas a una manivela, en cuanto la viuda hubo echado las dos libras. Oyose una música dulcísima; luego se oyó que la viuda decía: “Deseo ponerme en comunicación con lord MacCrooll... Sí... que le devoró un tigre... en la... India inglesa... Sí... gobernador... el 6 de Septiembre... del año pasado... ¡Sí! A las 6 de la mañana”. El querubín de servicio no tardó en volver y decirle: “Ya está aquí. Puede usted hablarle”. Y se entabló entre ambos esposos el siguiente diálogo. —Lord: ¿Quién me llama? —Viuda: ¿Eres tú, mi Harrys? —Lord: Sí, Nelly adorada. —Viuda: ¿Y qué tal te va por ahí? —Lord: Muy bien, y tú ¿qué haces? —Viuda: ¡Llorar siempre, no pudiendo consolarme de tu pérdida! —Lord: No llores, tranquilízate y, en espera de venir lo más tarde posible, búscate otro marido que te quiera como yo... ¿Qué te parece mi ayudante Thomas? Es muy buen mozo, no se emborracha, es inteligente, te miraba con buenos ojos. Y con los millones que te he dejado, podréis ser felices... ¡Ah!, encárgale que no vaya a la India. 49


—Viuda: No me parece mal, pero como tú nadie. —Lord: ¿Y tú qué sabes?... Mira, cásate con él y después ya volverás a contármelo. Y por mí no pases cuidado alguno, que estoy mejor de lo que quiero. —Viuda: ¿Y bebes bien?... Porque a ti te gustaba mucho el Whisky Blake White. —Lord: ¡Uy!... Mucho mejor. —Viuda: ¿Y qué tal duermes? —Lord: Si aquí no hay necesidad de dormir. Como no nos fatigamos... —Viuda: ¿Y por ahí... amáis? —Lord: Mucho mejor que amar. —Viuda: ¡Ay!... ¿pero qué hacéis?...¿Y aquellos instantes que pasabas en mis brazos y que al besarme apasionadamente me decías que eras feliz, completamente feliz?... —Lord: Pues inmensamente más lo soy ahora... —Viuda: Pero ¿qué hacéis? ¡Explícate! —Lord: Si no hay palabras en ninguna lengua humana conocida para explicarlo... ni en inglés, ni en francés, ni en español, ni en italiano, ni en ninguna de las lenguas de la Tierra puede expresarse. 50


—Viuda: Pero al menos, Harrys mío, ¿cómo está eso del cielo? —Lord: ¡Pero si no estoy en el cielo! Y aquí el resorte hizo catacruuuck parándose la comunicación a la que daba derecho diez dólares, dejando a la hermosa viuda estupefacta. Pompeyo Gener Ilustración: Ignacio Felechosa


Cómo inventar

“Para inventar algo, necesitas mucha imaginación y un montón de chatarra”. ~ Thomas Edison Tal vez escribir un artículo sea como inventar la máquina del futuro. Lo más dificil es atrapar esa idea que va a sorprender a todos. Al principio se empieza haciendo garabatos, esquemas llenos de flechas que van y vienen, se dibujan gatos montando en bicicleta..., cualquier cosa con tal de camuflar el espacio en blanco. Y poco a poco van surgiendo chispas de esa chapuza que es el primer borrador. Pequeñas cositas que sabes que tienen valor, que aún no ves cómo se unen pero que ya empiezas a subrayar en fosforito. Si quieres crear algo, inventar algo, yo te recomiendo que empieces por esto: por una lluvia de ideas con la que realmente enguarres todo el papel que necesites hasta que te sientas preparado. Otro consejo que puedo darte es que no te dejes llevar por la idea de: ¡voy a inspirarme! ¡a ver qué se cuece por el mundo! Un paseo de este tipo por internet se puede ir de las manos, y después de horas viendo cosas chulísimas de otras personas, acabas en un rincón dudando de tus capacidades. No hay que vivir aislado, pero tampoco hay que dejarse agobiar 52


por lo grande que es el mundo. Cada uno tiene sus propias habilidades y su propia perspectiva. Céntrate en las características que te hacen más especial, en lo que te separa del resto, para poder ofrecer algo nuevo y que refleje tu personalidad. Una vez que tienes un grupo de ideas en mente despeja la mesa de lo demás. Yo en este artículo no lo voy a hacer para que podáis ver el proceso, pero ahora debería borrar todo y ponerme a escribir un artículo serio sobre la rutina de la creación. Ahora que tienes las ideas hay que desarrollarlas. Haz un esquema de todos los puntos posibles para desarrollar, y de los pros y los contras de cada camino. Así luego podrás ir cercando la idea de la mejor forma posible, para que sea innovadora y a la vez competitiva. “Las ideas no se pueden Una vez que tienes esto ya has forzar, las ideas con conseguido la base el esqueleto éxito crecen despacio”. de tu proyecto. Ahora hay que decidir los detalles, los materiales, Edwin Land el estilo, el tono en el que vas a laroid). (inventor de la máquina de fotos Po comunicar. Para decidir esto piensa en la gente que va a recibir esta idea, este invento. Piensa en cómo son y qué es lo que les gusta. Qué es lo que tienen ahora y cómo es. Luego es decisión tuya si quieres romper todos los esquemas y lanzarte a la piscina sin bañador. Y ya está casi todo, ya solo te falta ponerte manos a la obra a desarrollar, a corregir, a pulir todo el proyecto. Vamos, lo que es el trabajo en sí. Lo que va a ver y valorar la gente. Aquí es donde te tienes que dejar la poca piel que te quede después del proceso de creación en bruto de la idea. Y finalmente, disfruta de tu éxito. Pero no te duermas, sigue pensando, sigue creando y sigue creciendo.

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Quiénes somos

Rafael Borge nos cuenta esto: Nací en el 54 de 1900 en la que Diego de Losada dio en llamar Santiago León de los Caracas. Pude haber sido Rescatador de Princesas, Maltratador de Dragones, virrey del Perú. Pero no fue así. Mercedes del Castillo es licenciada en Teoría de la Literatura y trabaja de forma intermitente en el mundo editorial. En su tiempo libre hace manualidades. Rafael del Castillo nació, creció y vive. Ahora cree que es el momento de empezar a reproducirse. Le gusta el fútbol y las novelas de misterio. Marco A. Fanjul, asturiano residente en Madrid, acaba de graduarse en Diseño y Desarrollo de Videojuegos. Su sueño es hacer un corto y aparecer en los créditos de Pixar. Ignacio Felechosa es asturiano y concept artist. Graduado en videojuegos, trabaja en una empresa de reciente creación, Whoot Games. Marixa Fernández Hernández nació en San Juan, Puerto Rico, entremedio del caos y el sabor. Desde pequeña le interesaban las 54


artes, pero luego, en la adolescencia, se creía que lo sabía todo y lo abandonó. Ya de mayor hizo una licenciatura en Sociología y Estudios Hispánicos. Luego que fue a la escuela, entendió que no sabía nada y regresó a la escritura y pintura. Actualmente es parte de una editorial y en el futuro desea ser cantante de rock, criar perros, tener una repostería y viajar a cada rincón del planeta. Mario Fernández García-Pulgar es estudiante de Diseño Gráfico e ilustrador. Tiene una cabeza y el mismo número de extremidades que casi todas las personas, aunque un poco más de barba. Habla con su propio vocabulario, sobreactúa, está obsesionado con la cartulina y el manual, escucha veintiocho horas de música al día y aún no tiene un mote. Pero, sobre todo, ama la ilustración. Mario Gallego estudia ilustración y cuentos infantiles en la escuela ESDIP. Siempre ha tenido una forma propia y particular de mirar el mundo que traslada a sus trabajos. Pompeyo Gener (Barcelona, 1848 - 1920) fue periodista, ensayista, dramaturgo y bohemio. Residió largas temporadas en París, y viajó por Europa, África y Asia. Hombre cosmopolita, fue muy conocido dentro del movimiento modernista. Jorge Gordillo nació en Madrid en 1977. Hay graffitis suyos repartidos por toda España, y aquí nos referimos a los que están dentro de la legalidad; en Madrid, en Burgos, en Ibiza... Esta es su web, www.elrojo.es. E.T.A. Hoffman (Königsberg,1776 – Berlín, 1822) escritor, jurista, dibujante y caricaturista, pintor, cantante y compositor alemán. Sus obras de ficción combinan lo grotesco y lo sobrenatural con un poderoso realismo psicológico. 55


Jonathan Rivas “de pequeño era feísimo”, nos dice su madre, sin aclarar si la cosa ha mejorado o no. Dibuja cosas, modela otras, lleva muchos años de profe y desde pequeñito está muy metido en videojuegos, aunque todo eso lo hace regular. Eso sí, se sabe un chiste muy bueno, y por eso le invitan a muchas fiestas. O eso espera. Mauricio Troncoso es andaluz y estudia Arquitectura de Interiores, tiene 22 años y dibuja por afición desde casi siempre. A los 5 ya tenía una extensa colección de dibujos de Pluto. Con el tiempo ha ido dibujando cosa más variadas. Supone que todo lo que haces te define, así que piensa que queda algo de él en todo lo que dibuja, o que el dibujo le deja algo dentro de su historia. Marta Velasco es tan tímida que no se ha atrevido a contar nada. Pero te podemos decir que estudia Diseño de Videojuegos y es capaz de olvidarse de comer cuando está enfrascada en un buen libro.

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Muchas gracias a todos los autores y colaboradores por hacer esto posible. Dirección editorial: Mercedes del Castillo Dirección artística: Marco A. Fanjul Corrección: Pablo Álvarez Este número de The RocketMan Project se terminó de imprimir en Madrid en agosto de 2013. The RocketMan Project se encuentra bajo una licencia Creative Commons Reconocimiento - No Comercial - Sin Obra Derivada 3.0 Unported (salvo aquel material con Copyright). Para ver en detalle los términos de esta licencia visita : creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/3.0 Para colaborar en próximos números de la revista escribe a: arte@rocketman-project.com Puedes saber lo último sobre The RocketMan Project en: facebook / TheRocketManProject www.rocketman-project.com ¿Ya lo has leido y no sabes dónde guardarlo? ¡Regálalo! Por favor, si encuentras alguna errata, avísanos antes de contárselo a todo el mundo.

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