LIBRO DE LĂ?NEA DE SANGRE
Nagaraja
Por Magus iuvens@hotmail.com
Créditos
Escrito por: Manuel Ángel Gayoso Peña. Ideas adicionales de Janos Narov, Steven Markley y Tergal. Diseñado por: Alexander Weiss Edición y Maquetado: Cnegro4 Imagen de Portada: VampyricSaiyaness Imágenes Interiores: Sunradio, Calvinhollywood, Egel, Fasslayer, Kasai, Mudosfonemas, Mennyo, Rode Mistermuck, Grindmouth, Agentagnes, Nheptane, Arvalis, Daveallsop, Nicolehayley, Reklaw e ilustradores de White Wolf
Dedicatoria:
A Steven Markley, por su amabilidad. Y una vez más a Mario, por su gran trabajo.
Advertencia Preliminar del Autor
El siguiente libro que estás leyen do recopila la m ayor parte de la información que apa rece sobre los Na garaja en los dist intos suplementos de Vampiro: la Mascarada, asumiendo el contenido oficial y desarrollándolo con varias ideas y teorías de diversos seguidores del juego de rol con la intención de crear un libro de línea de sangre similar a los libros de clan que han sido publicados hasta el momento. Realmente ninguno de l os consejos que aparecen en el siguiente suplemento es necesario para introducir a los Naga raja en una Crónica. Entonces, ¿para qué escribirlo? Aparte del impulso de la afición por un juego como Vampiro: la Mascarada también se encuentra el interés por ampliar el diseño de los Nagaraja y crear un concepto más atractivo, interesante y adaptado a las necesidades de las diversas Crónicas. En cualquier caso, insisto: este libro no es necesario y un Narrador puede desenvolverse perfectamente con la información disponible en los diversos suplementos oficiales. Por otra parte la inmensa mayoría de los lectores no necesitaran esta advertencia, y de hecho quizás resulte redundante e innecesario decirlo, pero el objetivo de este libro no es promover ni exaltar el canibalismo, una práctica reducida a casos muy específicos por razones de supervivencia extrema, por las prácticas muy localizadas de ciertas culturas del pasado y del presente, o por los actos criminales de individuos concretos. Aunque el canibalis mo en sí no está penalizado en muchos países, sí lo están las prácticas asociadas al mismo de mutilación, asesinato y profanación de cadáveres. En cualquier ca so, el canibalismo NO te proporci onará poderes especiales, ni tam poco te hará más “especial” ni mejor que el resto de la especie humana. En este libro se trata simplemente de un elemento de ambientación dentro del escenario de un juego que explora diversos tópicos de horror personal. Si te sientes impulsado a hacer daño a tus se mejantes, ya sea mediante el canibalism o u otras prácticas, simplemente busca ayuda psicológica. Te harás un favor a ti mismo y a quienes te rodean. Y ahora, disfrutad con la lectura.
Vampiro: La Mascarada, V:TES, Mundo de Tinieblas y todo el material relacionado y registrado pertenece a White Wolf Publishing Inc. Todos los derechos reserva dos. Quienes vio len estos de rechos serán perseguidos y posiblemente violados. No se pretende atentar contra la propiedad in telectual o contra las marcas registra das. Se propor ciona permiso para imprimir o reproducir este documento sólo para uso personal. Consulta White Wolf online en http://www.white-wolf.com © 2011 CCP hf. All rights reserved.
La Biblioteca de Cartago
La Biblioteca de Cartago (http://www.bibliotecadecartago.es) ofrece una de las mayores reservas de documentos relacionados con el antiguo Mundo de Tinieblas en español que quedan actualmente en internet. La página principal ofrece una clasificación temática en diversas categorías, así como un buscador interno para facilitar la ubicación. Por lo que se refie re a sus doc umentos, éstos son muy diversos tanto los oficiales, que comprenden diversas traducciones o recopilaciones de material del juego, a los no oficiales, elaborados por los aficionados al juego aportando su propia imaginación.
La Biblioteca de la Hermandad
La Biblioteca de la Hermandad ha sido creada como una forma de promover y rescatar el Viejo Mundo de Tinieblas mediante el escaneo, traducción, recopilación, creación y maquetación de ma nuales de todas sus líne as, incluyendo tanto material oficial como no oficial. El material incluido en la Biblioteca sólo pertenece a la línea de Viejo (o Clásico) Mundo de Tinieblas. Nuevo Mundo de Tinieblas NO tiene cabida en la Biblioteca de la Her mandad, ya que está siendo publicado en estos momentos tanto por White Wolf como por la Factoría, en su versión española. Este Proyecto se construye en base a colaboraciones, por lo que buscamos Traductores para publicar libros nunca llevados al español. Del mismo modo, cualquier colaboración (manuales, recomendaciones de documentos que pululan por la red, OCR de manuales ya escaneados en baja o mediana calidad, escritos, maquetas…) será agradecida. Contáctanos a través de http://labibliotecadelahermandad.blogspot.com/ o nuestro correo labibliotecadelahermandad@gmail.com.
LIBRO DE LÍNEA DE SANGRE
Nagaraja
Índice Introducción: Salsa de Cerdo Blanco
5
Capítulo Uno: El Hambre Eterna
15
Capítulo Dos: Culto a la Muerte
31
Capítulo Tres: Paladares Refinados
55
Apéndice Uno: Reyes Caníbales
69
Apéndice Dos: Las Ruinas de Enoch
77
Salsa de Cerdo Blanco Una madrugada lluviosa en las calles de México. La lluvia repiqueteaba con fuerza en el suelo y Tadeo apuró el paso con la bolsa de deportes gris al hombro, buscando un lugar donde refugiarse del aguacero. Al final de la calle se alzaba la mugrienta pensión en la que se alojaba, un triste edificio de tres pisos que parecía mantenerse en pie de puro milagro, pero que debía bastar para que descansara tranquilo el resto de la noche. Las calles atestadas, contaminadas y corruptas de la ciudad de México no eran un lugar seguro para un joven como Tadeo, que con diecisiete años se había escapado de casa, harto de soportar palizas y abusos. Sus padres habían reaccionado con cierta indiferencia y alivio a su desaparición, o por lo menos no habían puesto demasiado empeño en su búsqueda. Para Tadeo había sido una liberación. No quedaba nada en aquella casa que lo retuviera. Tras una serie de duras experiencias en la calle, durmiendo en callejones, compitiendo con otros marginados y dedicándose ocasionalmente a pequeños hurtos y prostitución, unos meses atrás Tadeo había encontrado un trabajo en una hamburguesería O’Tooley’s, sirviendo mesas y limpiando cocinas todo el día hasta no poder más. Le pagaban una miseria, que se iba en el alquiler de la pensión, pero por lo menos Tadeo tenía comida de mierda para sobrevivir y un techo de mierda bajo el que refugiarse. Tenía la esperanza de que algún día terminaría encontrando algo mejor, aunque por el momento se conformaba con ir tirando más mal que bien. Llegó a la puerta de la pensión, y Ricardo, el conserje, un individuo arrugado, flaco y de aspecto ratonil, levantó brevemente la cabeza del periódico deportivo que estaba leyendo tras el mostrador de la entrada. Tras comprobar que se trataba de Tadeo, hizo un leve gesto de saludo y siguió leyendo. Tadeo comenzó a subir las escaleras que llevaban al tercer piso. Alguien acababa de limpiarlas y el fuerte olor a lejía barata era especialmente intenso. Cuando pisó el primer escalón, escuchó la voz de Ricardo. -Ya se me olvidaba. Tienes compañía en el tercer piso. -¿Quién? -Dos chinos. Llegaron hará una hora. Tadeo suspiró. No es que le disgustara la compañía, pero teniendo en cuenta que su cuarto en aquella pensión era poco más que un lugar en el que dormir y descansar cuando no se encontraba trabajando, no era algo que le preocupara. En aquel momento pensaba no sin cierto fastidio que tendría que compartir el baño del final del pasillo con los nuevos inquilinos. Esperaba por lo menos que sus nuevos vecinos fueran limpios y que no se demoraran demasiado. No le apetecía tener que completar su aseo en los servicios de O’Tooley’s. Se detuvo en el tercer piso. Su habitación era la primera de la derecha. Sacó la llave del bolsillo y abrió la cerradura. En ese momento la puerta de enfrente se abrió e instintivamente miró por encima del hombro. En el umbral apareció un joven de rasgos orientales de unos veinte años, que se movía en
silencio como un ratón. Al verle, sonrió, mostrando unos dientes muy blancos. Había algo indefinible en aquella sonrisa que no le gustó a Tadeo, y que le causó un ligero escalofrío en la nuca. Abrió la puerta de su cuarto y tras hacer un ligero asentimiento de saludo a su nuevo vecino, se metió dentro de forma más precipitada de lo que hubiera querido para no parecer maleducado, y cerró tras de sí exhalando con alivio contenido. *** Durante los días siguientes, Tadeo veía a menudo a sus vecinos del tercer piso. Cuando se levantaba para ir a trabajar de madrugada en O’Tooley’s a veces se cruzaba con ellos en las escaleras, y lo mismo cuando volvía de trabajar ya avanzada la noche. Apenas intercambiaban unos breves, silenciosos y educados saludos, pero Tadeo había llegado a bautizar a los dos chinos como “el joven” y “el viejo”. De lejos “el joven” era el que veía con mayor frecuencia, y también parecía el más extrovertido. Siempre que se saludaban, esbozaba una blanca sonrisa y hacía un gesto de asentimiento antes de proseguir su camino. Al “viejo” lo veía muy poco. Era un individuo delgado y lleno de arrugas, de rasgos escuálidos y que vestía siempre con un gastado traje negro de corte oriental de dos piezas que debía haberse traído de China. Siempre bajaba y subía por las escaleras con gesto impasible, como una vieja momia reseca, llevando un maletín cuarteado de cuero viejo, y sus saludos apenas se limitaban a un movimiento de los párpados y un ligero asentimiento. Siempre parecía oler a alcohol y medicinas o algo parecido y Tadeo siempre se sentía muy nervioso en su presencia, aunque se decía para sí mismo que no debía juzgarlo tan a la ligera por muy siniestro que pareciera su aspecto. Ricardo parecía compartir la misma opinión que Tadeo, o eso decía. Aquellos nuevos inquilinos eran bastante introvertidos, pero lo cierto es que no daban ningún problema y pagaban escrupulosamente cuando tocaba. Y por lo tanto para el conserje aquello era suficiente para limitarse a ignorarlos hasta que decidieran marcharse. Finalmente los dos vecinos se convirtieron en parte de la vida de Tadeo, que terminó por acostumbrarse a compartir su espacio con ellos, aunque lo cierto es que nunca había llegado a intercambiar más que unos breves saludos. Poco a poco su curiosidad y desconfianza inicial fue dejando paso a un conformismo de “Vive y deja vivir.” Al fin y al cabo, eran discretos, tranquilos, sencillos, no hacían ruido y no daban ningún problema. *** Un descanso para comer. Tadeo se secó el sudor pegajoso y grasiento de la frente y se sacó por un momento la gorra anaranjada del uniforme de O’Tooley’s para estar más fresco. Se sirvió un menú del día y se dirigió hacia el comedor de los empleados tarareando. De repente sintió un golpe en el tobillo. Completamente sorprendido se tambaleó y perdió pie, dejando caer su comida y dándose de bruces contra el suelo. Sintió un dolor sordo en el labio y la calidez de la sangre abriéndose paso al exterior. Una carcajada hiriente le hizo levantar la mirada, lleno de sorpresa y rencor. Un pensamiento martilleaba en su cerebro a medida que se daba cuenta de lo que le había ocurrido.
Federico Rodríguez. El director de aquel departamento de O’Tooley’s era un joven atlético y moreno, vestido con el impecable uniforme verde, amarillo y naranja de la compañía. Con un evidente atractivo cuidado en un gimnasio, que había servido como modelo para más de un anuncio de hamburguesas de la cadena en la que trabajaba, su sonrisa chulesca y desafiante constituía el terror de más de un empleado. Desde que había entrado a trabajar la semana pasada, colocado desde instancias superiores, no había dejado de molestarle. Se había convertido en el objetivo de su crueldad personal de matón de colegio, aprovechándose de su poder para poner de patitas en la calle a quien quisiera a la mínima excusa…o ni tan siquiera eso. -Pero qué torpe que eres, Tadeíto —dijo con una sonrisa llena de burlona diversión-. Anda, levántate y limpia lo que has ensuciado. Tadeo se sentía lleno de rabia, pero al mismo tiempo de miedo. Los recuerdos de la calle se apelotonaron en su cabeza. Miró a su alrededor y vio que sus compañeros le miraban en silencio, de forma incómoda, o simplemente apartaban la mirada. Los asquerosos aduladores reían. Se encontraba solo, como siempre. Se incorporó como pudo, sacudiéndose hojas de lechuga y la grasa espesa de hamburguesa y queso que le manchaba el uniforme. En silencio, aguantándose las lágrimas y mordiéndose el labio dolorido para no gritar el odio que sentía, se levantó despacio y se dio la vuelta, dirigiéndose al cuarto de la limpieza. -Así me gusta, Tadeíto. Que seas obediente. Cuando Tadeo cerró de golpe la puerta del cuarto de la limpieza, no pudo soportarlo más y se puso a llorar. *** Otra madrugada lluviosa en las calles de México. Tadeo tosió con fuerza mientras emprendía el camino de vuelta a casa tras otra jornada de duro trabajo en O’Tooley’s. Estaba de un humor de perros. Su jefe, Federico Rodríguez, había vuelto a desahogarse a su costa, convirtiéndolo en objetivo de sus pullas, le había hecho la zancadilla haciendo que dejara caer una bandeja con su comida del día y había esgrimido la amenaza velada de que podía despedirlo en cualquier momento. Pero Tadeo no podía permitirse el lujo de mandarlo a la mierda. No todavía. Necesitaba el dinero y era difícil sobrevivir en la calle. Recordó los primeros días, durmiendo en las calles y sobreviviendo como podía a partir de lo que encontraba entre la basura, robando y vendiendo su cuerpo. No le apetecía nada volver a eso. La cicatriz de un navajazo en el costado era un doloroso recuerdo de que en esta ocasión podía no contarlo. Por lo menos en O’Tooley’s tenía comida —mala, pero comida- y un sueldo que por lo menos le daba para apartar sus huesos de la calle. Pero Tadeo no quería pasarse la vida así. Aspiraba a más. Cuando ahorrara lo suficiente dejaría México y buscaría algo mejor en otro lugar. O eso se decía a sí mismo desde hacía meses. Como tantos mexicanos sentía el canto de sirena de los Estados Unidos… Dio la vuelta a la esquina. Sólo quedaban unos cien metros, cruzaría la calle y llegaría hasta la pensión, y con suerte no estaría demasiado mojado como para pillar una neumonía…Iba tan ensimismado que no vio el bulto que se encontraba a sus pies.
Tropezó y cayó al suelo. Por segunda vez en ese día terminaba tirado. Y en esta ocasión en un suelo sucio y mojado. El golpe no le hizo ver las estrellas, pero dolió de todas formas. Por un momento pensó que se había tropezado con un vagabundo que simplemente se había tumbado a dormir en mitad de la calle. Pero de repente el cuerpo se movió y extendió la mano hacia él. Reconoció con sorpresa los rasgos del joven chino que se alojaba en su pensión. -Ayuda… Tadeo se agachó junto a su vecino y le ayudó a incorporarse. Le habían golpeado y llenado de moratones. A través de un desgarrón en su camiseta verde se podía ver una herida de un navajazo. Por experiencia propia, sabía muy bien cómo era y cómo debía de doler. -Aguanta. Te llevaré a un hospital… -No…a casa —le interrumpió el herido de forma decidida y clara. -Pero no estás bien. -¡A casa! —insistió. Bueno, la pensión estaba más cerca que el hospital. Tal vez desde allí pudiera llamar a una ambulancia. Sostuvo a su vecino e intentó incorporarlo. Era más pequeño y delgado que él, así que pensó que no tendría problema. Para su sorpresa, su joven vecino se aferró con más fuerza de la que había esperado y se puso de pie. Parecía que no estaba tan mal. Lo ayudó a recorrer el corto trecho que quedaba hasta el portal de la pensión. Como era habitual, Ricardo estaba sentado tras el mostrador de la conserjería, leyendo el periódico y fumando, y cuando los vio en el umbral el pitillo se le cayó de la boca, dejando una expresión de sorpresa y preocupación genuinas. -¡La puta! ¿Qué cojones os ha pasado? -A mí nada. Me lo he encontrado así en la calle. Creo que le han atracado. -Deja que te eche una mano. Entre Ricardo y Tadeo subieron al joven por las escaleras hasta el tercer piso. A medida que ascendían parecía cada vez más ansioso, y finalmente llegaron hasta la puerta de su habitación. Ricardo iba a abrir cuando de repente la puerta se abrió sola y en el umbral apareció el mayor de los vecinos, el anciano. Su rostro reseco y arrugado no mostró ninguna sorpresa. Se echó a un lado e hizo un gesto hacia el interior. -Encima de la cama —fueron las primeras palabras que tanto Ricardo como Tadeo le escucharon decir. Su entonación era correcta y aséptica, sin ninguna señal de dialecto. Sin embargo, lo más preocupante eran los dientes retorcidos, ennegrecidos y…afilados que se vislumbraron en su boca mientras hablaba. Aunque estaba claro que no le faltaban, eran asquerosos. Ricardo y Tadeo obedecieron sin protestar. Dejaron al joven encima de una cama deshecha en una esquina de la habitación. Los inquilinos tenían las ventanas cerradas con la persiana bajada y un grueso cortinaje. La estancia olía a cerrado y… a algo más. Un tufo profundo a alcohol y productos de farmacia que recubrían otro hedor menos identificable. A Tadeo se le revolvió el estómago y por la mirada de desagrado de Ricardo supuso que le ocurría lo mismo. Miró alrededor y pudo comprobar bajo la luz amarillenta de una bombilla sucia que colgaba del techo que parte de la estancia estaba ocupada por una estantería llena de libros y pequeñas vasijas y frascos llenos de sustancias indistinguibles. Una columna de maletas y cofres se encontraba apilada
en un rincón. De repente Tadeo sintió un escalofrío y se dio cuenta de que el anciano de los dientes renegridos lo miraba con desaprobación. -Ahora váyanse. -Podemos llamar a un médico…-se ofreció Tadeo. -Yo soy médico. No será necesario. Váyanse —aquella contestación no admitía réplica alguna, y de alguna manera Tadeo se sintió impulsado a obedecer ante aquella mirada imperiosa y gélida que surgía de dos pequeños ojos negros como cuentas de azabache. Con cierta reticencia, obedeció. -¡Chíngame la madre! Menudo viejo desagradable —susurró Ricardo, mientras la puerta de la habitación se cerraba detrás de ellos. No pudo menos que darle la razón. *** Tadeo se fue a dormir, pero tuvo un sueño inquieto. Parecía como si parte de la atmósfera malsana de la habitación de enfrente le hubiera acompañado a la suya. Dio varias vueltas, sintiendo como si un grupo de ojos invisibles lo observara desde la oscuridad, y finalmente, a fuerza de cansancio y empeño, consiguió quedarse dormido. Lo iba a necesitar para afrontar el trabajo del día siguiente. Como todos los días, se despertó al escuchar el despertador. Medio dormido y de forma mecánica se fue al baño. Tras orinar con alivio, comenzó a cepillarse los dientes. Y en ese momento llamaron a la puerta. Se medio puso los pantalones y fue a abrir. En el umbral se encontraba su joven vecino. Estaba muy distinto a la noche anterior. Limpio, aseado y llevaba ropa nueva. Una camisa de cuadros rojos y negros y unos vaqueros azules. Le ofreció una botella de color traslúcido y un cartón de tabaco estadounidense con una sonrisa.
-Para ti. Gracias. Medio dormido y confuso, Tadeo no supo que responder. -Ehmm… ¿Gracias?...Esto… ¿qué es? -Es mezcal del bueno. Por haberme salvado la vida. -¿Te encuentras mejor? -El maestro Nil es un gran médico. -Bueno es saberlo. ¿Qué te pasó? -Hay mexicanos a los que no les gusta una cara amarilla. -Comprendo. -El maestro quiere que sepas que también te está agradecido. -De nada… la verdad es que tenía que irme a trabajar… -No te molesto más —le extendió la mano-. Me llamo José Lon. -Tadeo Socías. *** En los días siguientes, Tadeo, con la excusa de tomar un café y reunir ánimos antes de irse a trabajar, cada vez que se encontraba con José terminaban en el bar de la esquina y charlaban. Así supo que José y Nil no eran chinos, sino camboyanos. La familia de José había huido a México durante la época del gobierno de los khemeres rojos, antes de que hubiera nacido. Recientemente se había quedado solo después de que sus padres y su hermana fueran asesinados por unos pistoleros a sueldo de los carteles de la droga, pero uno de sus tíos abuelos, el “maestro” Nil, había venido de Camboya para ayudarle y lo había tomado como aprendiz. José se mostraba algo evasivo sobre cómo se ganaba la vida con su maestro, pero según intuyó Tadeo, parecía que se trataba de algo relacionado con “purificar” casas y medicina tradicional. Entre la comunidad oriental y de supersticiosos de México no debían faltarle clientes, pero no era algo que pudiera dar por sentado. Debido a las reservas ocasionales de José, Tadeo sospechaba que su negocio tal vez incluyera algún tipo de faceta ilegal. A lo mejor el “maestro” Nil se dedicaba a realizar abortos clandestinos o algún tipo de operaciones sin ningún tipo de permiso. En cualquier caso, no era de su incumbencia. Además, por lo que se refería a Nil, por muy agradecido que estuviera por la ayuda de Tadeo, cada vez que se cruzaba con él en el pasillo o la escalera continuaba tratándole con la misma actitud seca e impasible de siempre. Tener a alguien con el que poder hablar de forma distendida fuera del trabajo también contribuyó a animar a Tadeo. Se tomaba la dureza de su trabajo en O’Tooley’s y las burlas de Federico con estoicismo. Desde luego, en cuanto ahorrara lo suficiente pensaba buscar algo nuevo donde se sintiera más cómodo, pero por lo menos ya se sentía como algo más que una máquina de preparar hamburguesas, servir y limpiar mesas. *** Una noche, como tantas otras, Federico le ordenó que se quedara para cerrar, mientras él se iba de copas con otros empleados, aduladores que se pegaban como garrapatas al jefe para buscar las
migajas que tuviera a bien arrojarles. Tras poner las sillas encima de las mesas y fregar el suelo, Tadeo bajó la persiana del local de O’Tooley’s y se dispuso a volver a casa. Como todas las noches, dio la vuelta por el callejón de atrás para atajar hacia la pensión. De repente sintió un escalofrío, como si alguien lo siguiera. Cierto que no tenía nada que realmente valiera la pena robar, pero desde luego a aquellas horas las calles no eran precisamente seguras. Por el rabillo del ojo le pareció que una sombra le seguía, de modo que apresuró el paso, enfilando hacia una de las avenidas principales, con la esperanza de mezclarse con la gente y desanimar a cualquier perseguidor potencial. Alguien le golpeó con una patada rápida en el tobillo. Sintió un agudo dolor y se desplomó hacia delante. Sin embargo, en esta ocasión consiguió detener su caída y rodar sobre sí mismo. Miró hacia arriba y vio el rostro de Federico, con su mirada burlona y llena de desprecio. -Ya tardabas en salir, Tadeíto. Te estaba esperando. El tono de sus palabras no anticipaba nada bueno. Tadeo sintió algo de miedo, pero trató de mantener la calma mientras pensaba en una forma de salir de aquella encerrona. -Ya vale, Federico, si quieres que deje el trabajo, mañana me voy y no me vuelves a ver el pelo. -Oh, claro que quiero que te vayas. Pero no sólo eso. También sé lo tuyo. -¿Qué quieres decir? -Unos amigos me dijeron que tus papás te echaron de casa…por puto. -Eso no te importa —contestó lleno de furia contenida. -Claro que me importa. Me das asco —con un gesto rápido metió la mano en su bolsillo y sacó una navaja. De repente el filo brilló en el aire-. Así que vamos a limpiar un poco la ciudad. Luchando contra el dolor que sentía en el tobillo, Tadeo trató de ponerse en pie, mientras Federico avanzaba amenazador hacia él, confiado. Sabía que en un combate cuerpo a cuerpo tenía pocas oportunidades de vencer a su jefe, que a menudo alardeaba de su físico de gimnasio. Mientras se esforzaba por incorporarse, una patada rasante de su jefe lo derribó de nuevo. Aquello se estaba convirtiendo en una costumbre. Azuzado por el miedo, giró sobre sí mismo y retrocedió, apartándose de aquellos ojos asesinos que miraban con cruel diversión sus intentos de escapar. Gritó pidiendo ayuda y en esos momentos Federico decidió que la diversión había durado lo suficiente. Le asestó una patada en el costado y jugueteó con la navaja, preparado para dar el golpe final. Nunca llegó. De repente los ojos crueles de Federico se llenaron con un vidrioso sentimiento de sorpresa, soltó un gemido de dolor, y se desplomó hacia delante con una especie de aguja negra clavada en el cuello. Tadeo consiguió apartarse a un lado para evitar que le cayera encima. De entre las sombras surgió una figura menuda vestida con una sudadera negra. Llevaba una especie de tubo marfileño en las manos. Tadeo se sintió intimidado hasta que la figura se retiró la capucha hacia atrás, mostrando los rasgos orientales y familiares de José. Se sintió confuso, con una mezcla de agradecimiento y a la vez intimidado. No sabía qué iba a ocurrir. -Levántate —le dijo el joven camboyano mientras le ofrecía una mano-. Te llevaré a casa. -¿Qué…qué ha pasado? -Ése —dijo con un tono de desprecio señalando el cuerpo de Federico- ya no molestara a nadie más.
Con la ayuda de José, Tadeo se reincorporó como pudo. Sentía algo de dolor, pero podía soportarlo. Por lo menos no se había llevado ningún navajazo. -¿Cómo sabías que…? -Hace días que lo vigilo. Es el que intentó matarme por mi cara amarilla —sonrió-. Le debía una. - ¿Está muerto? -Todavía no. Dormirá un rato. Pero cuando despierte, deseará estarlo. El maestro Nil se encargará de él. -¿El maestro Nil? ¿Dónde…? -Chssst. No hagas más preguntas. Vámonos. Mientras los dos muchachos se perdían en la distancia otra nueva figura pareció salir de entre las sombras. Se inclinó sobre el cuerpo dormido de Federico y se puso a trabajar para no dejar rastro de lo ocurrido. *** Federico despertó para encontrarse atrapado en una pesadilla. Escuchó un sonido similar a una especie de enjambre zumbando en medio de una tormenta y sintió un fuerte hedor a moho y podredumbre. Se encontraba atado y envuelto en una especie de…tejido pegajoso, semejante a una telaraña, que lo mantenía sujeto a una pared. El tejido era frío y de color gris, le tapaba la parte inferior de la boca pero dejaba los ojos al descubierto. Con gran esfuerzo levantó la cabeza y pudo ver que se encontraba dentro de una habitación gris, llena de muebles y objetos grises y envuelta en una especie de neblina pálida. A su alrededor, colgando de las paredes o de ganchos del techo vio lo que parecían cuerpos de cerdos, pero de repente, al enfocar la vista se dio cuenta de que se trataba de cadáveres humanos en diverso estado de mutilación. Soltó un gemido de horror ahogado por el tejido que le tapaba la boca, al mismo tiempo que su vejiga se vaciaba. En ese momento se dio cuenta de que no estaba solo en la habitación. De entre los cadáveres surgió un anciano arrugado y vestido de negro, armado con un afilado machete de carnicero. Comprobó el estado de los cuerpos y se acercó a él con mirada impasible. *** Cuán bajo caían los poderosos. Apenas hacía unos meses Lon Nil era un poder temido y respetado en su país, Camboya, y ahora se encontraba aquí, sobreviviendo a duras penas en un lugar completamente distinto, cuya lengua y costumbres le resultaban difíciles de comprender. Cuando sus compañeros y protectores desaparecieron sus enemigos no habían tardado en atacarle, obligándole a huir a duras penas. Por suerte para él y a diferencia de otros menos afortunados, disponía de un refugio creado hacía décadas. La existencia de un Nagaraja estaba continuamente rodeada de incertidumbre, y si uno se confiaba demasiado podía terminar destruido. Cuando llegó a México, tras una azarosa travesía no exenta de peligros, Lon Nil se había encontrado con que sus servidores habían sido destruidos, al parecer debido a la violencia del país. Por suerte quedaba uno de ellos, al que pronto reclutó para que le sirviera y que le ayudó a establecerse
en la ciudad. Con su ayuda encontró un lugar seguro donde refugiarse, una pequeña pensión donde la barrera entre vivos y muertos era muy fina, y donde podía establecer un refugio seguro y una “despensa” en el inframundo. Utilizando sus artes nigrománticas se había procurado esclavos, y en una ciudad tan grande y violenta como México no resultaba difícil encontrar víctimas…teniendo cuidado de que los demás depredadores de la noche no detectaran su presencia. Con su sangre y sus conocimientos había salvado a su servidor de la muerte, curándole sus heridas, e incluso había aceptado ayudarle en su venganza, aunque se encontraba por encima de esos sentimientos humanos, simplemente porque sabía que de esa forma fortalecería su lealtad sin necesidad de recurrir a las cadenas de sangre con las que lo tenía sujeto. José le había guiado hasta su última víctima, un joven presuntuoso y lleno de mezquinos odios que sin duda resultaría mucho más útil como alimento para ayudarle a mantener su existencia inmortal. Aunque mediante los rituales adecuados podía conservar el cadáver, Lon Nil prefería mantener los cuerpos de sus víctimas frescos el mayor tiempo posible, lo que significaba mantenerlas vivas mediante su habilidad con el machete. Primero separaría las manos y los pies para evitar cualquier intento de huida, aunque aquel “cerdo blanco” no tenía posibilidad alguna de huir del inframundo, luego irían otros órganos, y al final la sangre. Con cuidado aquel cuerpo podía durarle varios días… Sostuvo una de las manos atadas de Federico y movió el machete de forma rápida y precisa, con un golpe experto. Un aullido de horror y dolor sofocado se unió a la zumbante cacofonía de la tempestad que asolaba el inframundo.
Capítulo Uno: El Hambre Eterna CANÍBAL: Gastrónomo de la vieja escuela que conserva los gustos simples y la dieta natural de la época anterior al cerdo. Ambrose Bierce, “El diccionario del Diablo.”
El Idran Sutra La historia de la línea de sangre de los Nagaraja comienza mucho antes de su conversión en vampiros, hace milenios en las tierras de los ríos Indo y Ganges. Los pueblos de aquellas tierras aceptaban la naturalidad del ciclo de la vida y de la muerte, elementos opuestos pero que se necesitaban mutuamente, pero a medida que surgían las primeras civilizaciones y los antiguos indios se aferraban a la vida, aquellos que se encontraban más próximos a la muerte -enterradores, carniceros, verdugos y similares- fueron desterrados al fondo de la escala social de la sociedad de castas en formación. Varios cultos dedicados a la sanguinaria Kali y al destructor Shiva, y que habían desarrollado prácticas que los defensores del nuevo orden encontraban incómodas, resultaron proscritos: curanderos herejes, guardianes de terrenos impíos, ascetas caníbales… Uno de esos cultos prohibidos que recordaban los apetitos de los viejos dioses eran los Idran. Hace más de tres mil años un grupo de sabios que compartían ideas comunes se unieron para protegerse de la ira de los gobernantes. Aunque había otros cultos que compartían ideas similares, los Idran se caracterizaban porque buscaban una salida del ciclo de la vida y la muerte, nada menos que la inmortalidad, uno de los anhelos más antiguos del ser humano. Para ello no sólo trataban de comprender la muerte y su proceso, sino también la vida. Creían que en el momento de transición de un estado a otro se encontraba la clave para evitar el ciclo, un momento de perfección absoluta desde el que podrían contemplar para siempre la creación avanzando y
cambiando a su alrededor mientras ellos permanecían, inmutables y eternos. Las prácticas de los Idran eran muy diversas, y eran sólo una rama de lo que conocían como Kalananda (“el bastón de la muerte”). Unieron las fuerzas de la muerte y la destrucción a la vida vibrante para estudiar dónde comenzaba una y dónde terminaba la otra, para poder dominar ambos lados del ciclo, sintetizando su arte místico en lo que sería considerado como Necrosíntesis. En un momento impreciso, o puede que ya desde sus inicios, los Idran comenzaron a practicar el canibalismo. Muchos de ellos eran sacerdotes que asistían a los difuntos en sus últimos momentos y razonaron que consumiendo carne humana obtendrían beneficios espirituales y físicos, y podrían evitar los efectos de la vejez. Contra lo que muchos pudieran creer, tuvieron éxito, y pronto desarrollaron fórmulas que evitaban la muerte durante largo tiempo. Los más iluminados entre los Idran incluso alcanzarían por uno u otro camino el premio más anhelado: la inmortalidad. Como los Idran estudiaban la convergencia entre la vida y la muerte, casi resultaba inevitable que su camino terminara cruzándose con los vampiros, criaturas que les resultaban fascinantes porque parecían representar aquello que anhelaban. Sin embargo, como pronto comprobaron, la inmortalidad vampírica tenía asociado un terrible precio. El Avatar que permitía a los sabios Idran practicar sus artes místicas quedaba atrapado en la telaraña de la inmortalidad, incapaz de alterar la realidad que le rodeaba. Asimismo, los Idran descubrieron con sorpresa que los vampiros sabían todavía menos sobre el proceso
Capítulo Uno: El Hambre Eterna 15
de la vida y la muerte que ellos mismos. Para poder estudiarlos de cerca el culto de los Idran admitió a varios vampiros entre sus filas, proporcionándoles víctimas, refugios seguros, armas y ghouls y pidiendo muy poco a cambio, aunque más de un vampiro fue Abrazado deliberadamente y diseccionado para comprobar el funcionamiento de su cuerpo. Sin embargo, a pesar de sus experimentos e investigaciones los Idran deliberaron que el estado vampírico sólo era un paso para alcanzar la verdadera inmortalidad, no la inmortalidad en sí misma. La colaboración entre ambas facciones también benefició a los no muertos. Aunque no podían aprender la magia de los Idran, algunos no muertos especialmente hábiles consiguieron adaptar su magia de sangre e imitar algunas capacidades. Algunos se convirtieron en formidables nigromantes vampíricos, desarrollando elaborados rituales y hechizos que les permitían cruzar la Mortaja y enfrentarse a los Sin Reposo y otros horrores que se encontraban en el más allá. En los escritos más antiguos de los Idran se conservan algunas referencias vagas a diversas facciones o clanes de vampiros, los terribles Rakshasa, pero sobre todo a los Ashura, que parecían compartir el interés de los Idran por el estudio de la muerte. No está muy claro a qué clan pertenecían y los Idran afirman que fueron ellos quienes enseñaron a los vampiros a adaptar sus poderes para manipular el más allá e influenciar a los muertos. Otros señalan que la alianza entre ambos grupos fue facilitada por los intereses comunes que compartían previamente.
Las Guerras del Himalaya En algún momento un nuevo grupo de magos llegó a la India: los Akashi. En principio el contacto entre
los recién llegados y los cultos nativos fue relativamente pacífico, y ambas partes en conjunto se beneficiaron de los intercambios, destacando las similitudes entre ellas. Pero de la misma forma que los gobernantes de la India se resentían ante las prácticas y creencias de los cultos de la muerte, los sabios Akashi también se sintieron ofendidos. Un malentendido, un asesinato y las hostilidades estallaron. Aunque otros cultos de la India tenían sus reservas sobre las prácticas caníbales y nigrománticas de los Idran, eran aliados demasiado valiosos. Además de su conocimiento sobre la muerte tenían aliados entre los vampiros y un poder potencial formidable que no se podía rechazar. Los Idran aprovecharon los tumultos de las Guerras del Himalaya para desarrollar las artes de la Necrosíntesis, realizando experimento tras experimento sin ningún tipo de límite, cometiendo toda clase de depravaciones y atrocidades para derrotar a sus enemigos Akashi, pero sobre todo continuando su búsqueda de la inmortalidad. Los vampiros que habían pasado a formar parte del culto de los Idran fueron diezmados en el conflicto. Su movilidad durante el día era muy limitada, y además los Akashi pronto aprendieron a utilizar el fuego y la luz contra los no muertos. De esta forma, los Idran retiraron a sus aliados del frente, considerando que estaban desperdiciando su utilidad. Y una noche los líderes Idran se reunieron en secreto. Desde los inicios del culto el canibalismo había sido una práctica habitual, conociendo ritos que les permitían robar recuerdos y capacidades de los cadáveres. Los más ancianos entre los Idran razonaron que tal vez podrían robar la inmortalidad que ya tenían los vampiros en sus cuerpos sin necesidad de sacrificar sus Avatares eternos en el proceso. En secreto
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El Rito del Yamassatva El vampirismo no fue el único método que probaron los Idran en su búsqueda de la inmortalidad, aunque ciertamente fue una de las primeras vías. Imitando las capacidades de los no muertos los Idran podían armonizar sus cuerpos para cruzar con más facilidad al más allá. Y además adquirían una resistencia sobrenatural que los hacía más difíciles de herir o matar. Otros escritos señalan a la influencia de extraños “viajeros” o visitantes, que llegaron en un momento u otro para compartir su conocimiento con los Idran. Algunos, que creían en el ciclo de reencarnaciones, utilizaron su poder para dirigirlo, primero renaciendo en lugares elegidos, pero perfeccionando su habilidad hasta el punto de que eran capaces de cambiar de cuerpo en vida, evitando así los estragos de la edad. Algunos ni siquiera necesitaban cambiar de cuerpo, y cuando morían su cuerpo comenzaba a rejuvenecer hasta que podían comenzar de nuevo su ciclo de vida. Los más habilidosos entre los Idran desarrollaron el Rito del Yamassatva: invitaban deliberadamente a la muerte, en la práctica suicidándose en sus propios términos. Su cuerpo quedaba fijado para siempre en el momento “perfecto” entre la vida y la muerte, sin estar realmente vivos ni muertos. Sin embargo, esta magia tenía el defecto de que dejaba el espíritu del Yamassatva paralizado y sin capacidad para seguir avanzando. No era suficiente. Se desconoce el destino de estos primeros inmortales. Muchos eruditos creen que perecieron en las guerras posteriores o que siguieron su propio camino. Por alguna razón, cuando los vampiros y magos formaron la Tal’mahe’Ra, no se alude a su presencia entre sus filas. investigaron y elaboraron un ritual, basado en los principios del Rito del Yamassatva. Lo llamaron el Rito del Nagaraja, el Príncipe Serpiente, pues según ellos alcanzarían la verdadera inmortalidad y se convertirían en los seres más sagrados de la Tierra. Sin embargo, el rito, aunque les permitió robar la inmortalidad, no supuso ninguna mejora de la misma, pues los convirtió en vampiros. Habían nacido los Nagaraja, un nombre realmente irónico, pues su nuevo estado estaba muy lejos de haber alcanzado los resultados que buscaban. Poco después otros cultos de la India rechazaron a los Idran. En los registros aparece con frecuencia el nombre de los Handura. Parece que la conversión en vampiros fue simplemente la gota que colmó el vaso de un rechazo que se había estado gestando desde hacía tiempo debido a los actos depravados de los Idran, que junto con los nuevos Nagaraja fueron declarados Naraki (“Corruptos”), y fueron atacados y destruidos por sus antiguos aliados. Sólo el fragor de las Guerras del Himalaya, que se prolongaron durante siglos, impidió que fueran destruidos por completo. Aunque algunos Idran y Nagaraja permanecieron en la India, unidos
estrechamente para sobrevivir, otros huyeron hacia el oeste y buscaron nuevos aliados.
La Tal’mahe’Ra En su búsqueda de nuevos aliados para sobrevivir a la caza a la que los sometían los magos, y ocasionalmente también otros vampiros de la India, varios Idran y Nagaraja viajaron hacia el oeste. Desde luego no era un territorio desconocido para ellos. En los siglos anteriores los Idran habían viajado a la zona en sus investigaciones, sobre todo para mantener sus actividades en secreto, que incluían disecciones, torturas y exámenes mágicos. Fue durante este período que aparte de los Nagaraja, que en este momento eran el único linaje vampírico presente en el culto, se unieron vampiros de otros clanes, principalmente Nosferatu, Toreador y Ventrue, estableciendo una alianza de conveniencia. La guerra contra otros vampiros y magos había diezmado considerablemente el culto Idran, aunque lo cierto es que nunca había sido demasiado extenso, con poco más de 20 miembros, menos de la mitad vampiros. Con el reclutamiento de nuevos aliados no muertos, los magos Idran quedaron en minoría, y para calmar las ansias de poder de los vampiros, les cedieron el liderazgo, o eso afirman los propios no muertos. Se rumorea que en realidad se produjo un conflicto entre las facciones de magos y vampiros, y que tras alcanzar la victoria, los vampiros realizaron una purga y destruyeron cualquier testigo o prueba que indicara que habían traicionado a sus aliados. Este cambio de liderazgo también cambió la política de la alianza entre ambas facciones. De igual manera que los detalles sobre los orígenes de los Nagaraja son una incógnita, se desconoce el momento preciso en que la alianza entre vampiros y magos se formalizó y dio origen a la Tal’mahe’Ra, una secta de visiones apocalípticas dirigida a la adoración de los Antediluvianos, legendarios dioses vampíricos. Nadie está seguro de qué idioma procede el nombre o lo que realmente significa. Los documentos más antiguos de la secta aparecen en torno al siglo VI a.C., en el período neobabilónico, y entonces ya aparecen menciones sobre la existencia de un líder llamado el Del’Roh, y sus consejeros Kherebu, todos vampiros. No se sabe cómo se produjo este cambio de liderazgo y de los objetivos de la secta y cómo pasó de ser un culto de nigromantes a un culto de vampiros. En cualquier caso este cambio de política llevó a la secta a extender su influencia sobre el mundo mortal. En teoría su objetivo a largo plazo era preparar el mundo para el regreso de los Antediluvianos, debilitando o destruyendo cualquier amenaza potencial. En la práctica los vampiros utilizaron la secta para fomentar sus intereses personales, ya fuera continuar con sus investigaciones esotéricas o incrementar su poder personal. No todos los Idran aceptaron el cambio de la secta. Algunos la abandonaron para unirse a otras facciones de místicos nigromantes, huyendo a lejanas tierras para sentirse a salvo de su antigua secta, y los que permanecieron quedaron en un segundo plano, a cambio de poder, riqueza y conocimiento. Sin embargo, los Nagaraja no abandonaron a sus compañeros de culto, y de hecho estrecharon sus lazos con ellos. Aunque en
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minoría, la facción nigromántica de la Tal’mahe’Ra mantuvo su fuerza, dejando los asuntos políticos de la secta en manos del resto de los vampiros. La facción nigromántica se dedicó a sus estudios sobre el más allá, explorando el inframundo y desarrollando sus artes de la muerte. La pasividad política de los Nagaraja no sólo les permitió dedicarse a sus investigaciones nigrománticas. La formación de la Tal’mahe’Ra también les otorgó la protección que necesitaban para sobrevivir a las Guerras del Himalaya y a la persecución de otros cultos. Con el apoyo renovado de los vampiros y su agresiva agenda, consiguieron establecer varias fortalezas en la India, demasiado poderosas y bien ocultas como para ser erradicadas. Sin embargo, no estaba claro que pudieran mantenerse a largo plazo, y a medida que pasaba el tiempo buscaron nuevos refugios en otros lugares.
Inauhaten y Enoch De la misma forma, poco después de que los vampiros tomaran el poder en la Tal’mahe’Ra, la secta descubrió y capturó a un extraño ser capaz de morir y volver una y otra vez a su mismo cuerpo. Se trataba de Inauhaten, una momia. Los magos y Nagaraja de la secta, que conocían las historias sobre los inmortales
Yamassatva, intercedieron a su favor con la esperanza de aprender más de él. No resultaron decepcionados. En su primera vida Inahuaten había sido un arquitecto y constructor de tumbas, pero tras su primer renacer había comenzado a estudiar la muerte para aprender más de sí mismo y del más allá. En sus viajes por los reinos de los muertos había aprendido muchas cosas, y proporcionó mucha información a la secta sobre los muertos Sin Reposo y su naturaleza. Lo más importante es que Inahuaten reveló la existencia de una ciudadela oculta en las profundidades del inframundo, la tumba de unos seres llamados los Aralu. Intrigado por la descripción del lugar, que resultaba sospechosamente familiar a ciertos pasajes del Libro de Nod que describían la ciudad de los Antediluvianos, el líder de los Nagaraja, un vampiro babilonio llamado Tiglat, consultó a la Del’Roh, y ofreció a Inahuaten proteger su cuerpo durante sus períodos de muerte y el apoyo de la secta a cambio de que los guiara a ese lugar. Tiglat y varios Nagaraja se presentaron voluntarios para acompañar a Inahuaten, y tras una azarosa travesía a través de la tempestad eterna del más allá, que los llevó hasta las profundidades del inframundo, llegaron hasta lo que parecía una ciclópea
El Rito del Nagaraja Se desconoce la naturaleza del rito que utilizaron los Idran para convertirse en vampiros, así como las circunstancias que lo rodearon. Un momento tan importante en la creación de la línea de sangre parece haber sido borrado deliberadamente. Algunos creen que el rito se perdió durante las Guerras del Himalaya, otros que los Idran lo destruyeron, al considerarlo otro fracaso en el camino a la verdadera inmortalidad, pues como no muertos sus poderes se vieron enormemente reducidos. Asimismo, también se ignora quiénes fueron los participantes en el mismo, pues no todos los magos del culto participaron, posiblemente una medida de precaución por si los resultados del rito no eran los deseados, como terminó ocurriendo. Indudablemente se trató de un rito muy poderoso, pero los detalles del mismo se desconocen. Circulan algunos rumores y leyendas sobre lo ocurrido, pero ninguna información parece fiable. Algunos dicen que un grupo de Idran devoró ritualmente el cuerpo de uno de sus aliados vampiros en un festín de carne y sangre, pero parece más una mera suposición extraída a partir de las prácticas necrófagas del culto. Aunque parece probable, ni siquiera se sabe si en el rito se utilizó la esencia de un no muerto. Aunque los Nagaraja no se consideran Cainitas, sino un tipo diferente de vampiros, lo cierto es que aparte de su alimentación carnívora, no existen diferencias notables entre su fisiología y la del resto de los descendientes de Caín. Muchos creen que los magos devoraron a un vampiro, aunque se desconoce su identidad. Algunas leyendas apócrifas afirman que se trataba de un antiguo del clan Capadocio, e incluso afirman que en su atrevimiento los magos llegaron a robar sangre del Antediluviano Ashur, que se encontraba en uno de sus viajes en busca de la comprensión de la muerte y había visitado a los Idran. Tras contemplar el fracaso de los mezquinos magos, el Antediluviano maldijo a sus hijos “bastardos” y regresó a Occidente. El momento de la elaboración del Rito del Nagaraja no está muy claro. Los propios Idran remontan la realización de su experimento para alcanzar la inmortalidad en algún momento de las Guerras del Himalaya, un largo período entre los siglos IX y IV a.C. Otros documentos parecen situarlo en el siglo VI a.C. y finalmente algunos creen que la línea de sangre no surgió hasta el siglo I a.C., y que los “Nagaraja” anteriores son en realidad Yamassatva, otros inmortales defectuosos creados por los Idran. Tampoco está claro que los Nagaraja desciendan del Clan de la Muerte, aunque parezca probable por la asociación de sus prácticas nigrománticas. Otras leyendas afirman que el progenitor que dio su sangre para la transformación de los Idran era un Rakshasa, un vampiro del clan Ravnos, o un enigmático viajero con un tercer ojo en la frente, lo cual parece indicar un miembro del clan Salubri. En cualquier caso, debido a la ausencia de datos, ninguna de estas teorías ha podido ser demostrada con fiabilidad. Por último se desconoce el número de participantes que se sometieron al Rito del Nagaraja. Algunos documentos parecen indicar que fueron nueve, y otros cinco, pero como poco después de la aparición del linaje de vampiros muchos fueron destruidos en las batallas contra los magos y otros fueron Abrazados, la información es igualmente confusa.
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isla amurallada en medio del océano de la muerte, con muros de mármol negro de más de treinta metros de altura. En su interior se encontraban varios palacios y edificios vacíos de estilo sumerio que ocupaban unos 25 kilómetros cuadrados. En el centro se encontraban una especie de palacio fúnebre, un mausoleo en el que se encontraban cuatro tumbas selladas con los nombres de “Loz, Arikel, Al-Marhi, Nergal, Ventru.” Tiglat cayó en una especie de trance y cuando despertó afirmó que los Aralu le habían hablado y le habían entregado un mensaje que debía comunicar urgentemente a la Del’Roh. Tiglat, Inahuaten y el resto de sus acompañantes regresaron rápidamente junto a la Del’Roh para anunciar que habían descubierto los restos fantasmales de Enoch, la ciudad que construyó Caín, y las tumbas de varios Antediluvianos, que le habían hablado en sueños. Como era de esperar, la noticia levantó una enorme conmoción en la Tal’mahe’Ra. Algunos vampiros estaban maravillados por la posibilidad de venerar las reliquias de sus ancestros, otros acusaban a Tiglat de haber sido engañado o ser el artífice de un engaño e incluso alguna voz pidió su ejecución. Sin embargo, la Del’Roh acalló cualquier protesta, y tras reunir al consejo de los Kherebu y a varios fieles, pidió a Inauhaten y a los Nagaraja que les guiaran en el inframundo. Cuando atravesaron las elevadas murallas de mármol negro, hasta los más escépticos quedaron sorprendidos. No existían evidencias claras, pero estaba claro que aquella ciudadela fantasmal podía ser la Enoch original o por lo menos se correspondía con varias descripciones que aparecían en el Libro de Nod sobre ese lugar. Para los creyentes en las leyendas de Caín sólo contaba la posibilidad de que se tratara de la Primera Ciudad de la Estirpe, que sin duda había sido revelada a los fieles servidores de los Antediluvianos para su uso particular. Cuando la Del’Roh y sus seguidores se adentraron en las catacumbas donde reposaban los Aralu, las crípticas inscripciones sugerían que aquellos seres podían ser Antediluvianos. La propia Del’Roh afirmó después haber recibido una visión que lo confirmaba. No todos los indicios encajaban, pero la pasión provocada por aquel descubrimiento descartó cualquier duda. Los más escépticos prefirieron guardarse sus propias opiniones. Finalmente la Del’Roh decidió que la Tal’mahe’Ra había encontrado la ciudad de Enoch, y decidió convertir la ciudad fantasmal en el centro espiritual y político de la secta. Tomó como refugio un palacio en el centro de la ciudad, que fue identificado con Ghemal, la Casa de Caín. El resto de los vampiros tomó posiciones en el resto de la ciudad, que era lo suficientemente grande como para proporcionar refugios para todos. Los Nagaraja, los Idran e Inahuaten reclamaron una parte de la ciudad para proseguir con sus estudios e investigaciones esotéricas. El enfoque de la Tal’mahe’Ra cambió nuevamente. Por una parte la Del’Roh y sus seguidores más próximos permanecieron la mayor parte del tiempo en Enoch. Sin embargo era necesario que la secta continuara con sus objetivos en el mundo mortal, creciendo y extendiéndose para preparar el mundo para la llegada de los Antediluvianos, que posiblemente terminarían reuniéndose en Enoch. Con el paso del
La Serpiente de Cinco Cabezas Aunque los Nagaraja actuales han asumido la letra Omega (Ω) como el símbolo de su linaje, sin duda debido a la influencia de los nigromantes mortales que han reclutado a lo largo de los siglos, no siempre fue así. Según los documentos más antiguos, los “Príncipes Serpiente” utilizaban una serpiente cobra de cinco cabezas como símbolo de la sabiduría que aspiraban a alcanzar y de su autoproclamada posición como seres sagrados que habían evitado la muerte. Este símbolo complejo permaneció en la Tal’mahe’Ra bajo una forma más sencilla. Los agentes de la secta tendían a identificarse pintando con su sangre cinco líneas de forma esquemática o simplemente mostrando los cinco dedos extendidos de su mano para saludarse. En algún momento este gesto simbólico sustituyó por completo a la serpiente de cinco cabezas y se convirtió en una mano negra. Quizás el nombre de Tal’mahe’Ra no signifique “mano negra” en un idioma olvidado, sino que sea una referencia a la serpiente que constituyó el símbolo original de los Nagaraja y que sería asumido por toda la secta, llevando a los Carnívoros a buscar una nueva identificación. tiempo todos los miembros de la secta terminaron visitando la Ciudad de Caín, que se convirtió en un centro de peregrinaje, pero pocos decidían instalarse permanentemente o se les permitía hacerlo. Entres estos pocos se encontraban muchos Nagaraja, que encontraban que la ciudad de Enoch era un refugio muy seguro y favorable para sus propósitos. Debido a sus habilidades nigrománticas y sus artes para alcanzar el más allá, los Nagaraja se hicieron imprescindibles para que todos los miembros de la secta pudieran viajar al inframundo. La línea de sangre Abrazó nuevos miembros, con el objetivo de colaborar con el resto de la secta que permanecía en el mundo físico. El privilegio de residir en Enoch sólo estaba reservado para los más antiguos del linaje, o que hubieran destacado en su servicio a la Tal’mahe’Ra. Durante este período la secta se extendió, principalmente hacia Occidente. Para mantener a los vampiros que habitaban en el inframundo se trasladaron numerosos recursos, principalmente sangre y esclavos, pero también libros, artefactos y tesoros que se consideraba que estarían más seguros en el más allá. De nuevo, los Nagaraja resultaron especialmente útiles a la hora de conseguir recursos en el inframundo, atrapando y esclavizando fantasmas o recogiendo objetos fantasmales para utilizar en la ciudad.
La Expansión en Europa Como resultado del cambio de liderazgo en la Tal’mahe’Ra, la secta comenzó una tendencia expansiva, que se consolidó y se hizo necesaria cuando el liderazgo de la secta concentró sus efectivos en el inframundo. Para mantener la ciudad de Enoch bien consolidada y
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protegida y proporcionar apoyo a los vampiros que se habían instalado en el más allá junto con sus servidores, eran necesarios numerosos recursos, principalmente esclavos. Además, la Tal’mahe’Ra era consciente de que debía preparar el mundo para el regreso de los Antediluvianos. El reclutamiento de nuevos miembros en la secta fue favorecido por el atractivo de la ciudad de Enoch, con
La Familia Marijava Desde época inmemorial un clan familiar de la India, conocido colectivamente como los Marijava, prestó sus servicios como guardianes, protectores y ocasionalmente asesinos a los vampiros. No está muy claro cuál es su origen, pero todos los indicios parecen señalar a que los fundadores de la familia comenzaron como ghouls al servicio de los Rakshasa indios, conocidos en Occidente como Ravnos. Otra teoría menos conocida parece indicar que los primeros Marijava eran acólitos y servidores de los magos Idran, atendiendo sus necesidades mundanas y protegiéndolos para que pudieran dedicarse a sus estudios. A medida que sus señores comenzaban a relacionarse con los vampiros de la India, varios Marijava pasaron a servir a los no muertos. Después de que los Idran realizaran el rito que los convirtió en los Nagaraja y fueran atacados por otros cultos de magos, sus servidores fueron destruidos y sólo sobrevivieron los ghouls que habían entrado al servicio de los vampiros, simplemente porque no eran un objetivo prioritario. Con el tiempo estos ghouls, bien mediante el intercambio o iniciativa propia pasaron a servir a otros vampiros, y hacia el siglo VI a.C. entraron en contacto con la Tal’mahe’Ra. El patriarca Marijava había ayudado a algunos Idran a huir de la India, y había protegido a otros que habían permanecido en el país. Como recompensa, los Nagaraja le ofrecieron su sangre y la protección de la secta a cambio de su lealtad. El patriarca aceptó el trato, y una rama de los Marijava se separó del resto de la familia, pasando a servir exclusivamente a la Tal’mahe’Ra. Como recompensa, varios magos y vampiros de la secta colaboraron para “mejorar” a sus servidores y convirtieron a los Marijava en una familia de aparecidos. Aunque siguieron actuando como guardianes, ladrones y asesinos, muchos de ellos pasaron a actuar como observadores y espías. Aunque la familia Marijava servía al conjunto de la Tal’mahe’Ra, y especialmente a sus líderes, desde el principio de su asociación con la secta mantuvieron una relación estrecha con los Nagaraja, a quienes no sólo proporcionaban información, sino también víctimas cuando era necesario. Más de un Marijava fue Abrazado en las filas de los Nagaraja, aunque debido a la cuidadosa selección de la línea de sangre, no era una situación frecuente.
un significado muy importante para los vampiros. Cainitas de diversos clanes se vieron atraídos por las palabras de los agentes de la Tal’mahe’Ra, y aunque la devoción de varios de ellos a la causa era más que discutible, sus habilidades o recursos eran demasiado valiosos para prescindir de ellos. Curiosamente, por algún motivo desconocido, los vampiros de la secta no solían reclutar a los miembros del clan Capadocio, a pesar de su considerable conocimiento sobre la muerte. Muchos atribuyen esta actitud excluyente a la influencia de los Nagaraja, que no deseaban compartir sus recursos nigrománticos y querían mantener en exclusiva su posición como intermediarios necesarios entre los vampiros del inframundo y los del mundo físico. Algunos eruditos también atribuyen esta postura a un antiguo rencor latente entre Nagaraja y Capadocios, afirmando que tal vez los Carnívoros hubiesen robado la inmortalidad de los Ladrones de Tumbas y temieran algún tipo de represalias. Aunque el propio Antediluviano Cappadocius se encontraba activo durante esta época, resulta extraño que los agentes de la Tal’mahe’Ra no intentaran contactar con él para que los apoyara en su causa o que valoraran los conocimientos sobre la muerte acumulados por él y sus descendientes. Tal vez los Nagaraja temieran que con su conocimiento los Capadocios pudieran descubrir algún secreto de Enoch que preferían mantener oculto… La relación entre ambos linajes, al margen de su parentesco, parece haberse fundamentado en una cortés y cautelosa separación, casi como si se temieran. Puntualmente algunos Capadocios y Nagaraja colaboraron en algunas ocasiones, pero se trataba de alianzas personales que surgían ante intereses comunes y con tanta frecuencia como enconados enfrentamientos y rivalidades. Unos pocos Capadocios incluso aprendieron las artes de la Nihilística, y los Nagaraja incorporaron varios poderes de Mortis en su propio repertorio. El intercambio de conocimiento entre ambas partes, que podría haber resultado en un gran beneficio, se producía de forma muy lenta y ocasional. Mejor suerte tuvo la Tal’mahe’Ra en Europa, aunque lo cierto es que pocos Nagaraja viajaron más allá de Oriente Medio y el Norte de África y por lo tanto participaron poco en esta fase de la expansión de su secta. Sin embargo esta expansión atrajo a aliados inesperados. En el norte de Italia los agentes de la secta reclutaron a una familia de mercaderes etruscos que daría lugar a la familia Enrathi, y por la misma época en el valle del río Po se encontraron con una familia de brujas que practicaban ritos sangrientos. Esta familia, los Rafastio, se adaptó muy bien a la Tal’mahe’Ra, colaborando con los magos Idran, y los Nagaraja también se beneficiaron de la asociación. La colaboración con estas brujas permitió el desarrollo de la magia de sangre entre los vampiros de la secta. Para los Idran, cuya doctrina esotérica se basaba en la unión de elementos de la vida y de la muerte, la aportación de los nuevos aliados resultó muy útil. Sin embargo, a medida que pasaba el tiempo, los Nagaraja y sus partidarios, principalmente los Cainitas que habían participado en la formación de la Tal’mahe’Ra y que en su mayor parte se encontraban en Oriente Medio y la India, se fueron distanciado de los nuevos reclutas y sus aliados de Occidente. Aunque los
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peregrinajes a Enoch eran frecuentes y fomentaban la unión de la secta, los Cainitas occidentales se sentían más interesados por la actividad política. Aunque consideraban que la protección de Enoch y los Aralu era importante, la lucha de la Tal’mahe’Ra no serviría de nada si no preparaban el mundo para su regreso. En realidad esta actitud a menudo ocultaba intereses egoístas, ya que los Cainitas occidentales se resentían ante las interferencias, órdenes y exigencias que llegaban desde Enoch. Hacia el siglo I a.C. también tuvo lugar la aparición “oficial” de los Nagaraja en la sociedad de la Estirpe. Debido a su precaria situación ante sus numerosos enemigos y también las características de sus propios estudios en el más allá la mayoría de los Carnívoros –que nunca habían sido especialmente numerosos- preferían actuar discretamente y no llamar atenciones indebidas. A menudo se hacían pasar por vampiros de otros clanes orientales, pero ante la seguridad que les proporcionaba la Tal’mahe’Ra finalmente la existencia de la línea de sangre comenzó a ser conocida más allá de las fronteras de su secta. Durante esta época el babilonio Tiglat se había convertido en el líder no oficial del linaje y en uno de los consejeros de confianza de la Del’Roh en Enoch.
La Guerra de los Traidores En el siglo V la Tal’mahe’Ra se había extendido considerablemente, desde las costas del océano Atlántico hasta el océano Índico, pero también surgieron las primeras fracturas importantes. Durante su período de expansión la secta había asimilado no sólo a otros vampiros, magos y aliados, sino también ideologías y facciones que trataban de hacer oír su voz, como los adoradores de Lilith, los Verdaderos Brujah o el Viejo Clan Tzimisce. Sin embargo, la facción de Enoch, controlada por los Nagaraja, era la que siempre tenía la última palabra, para la frustración de muchos Cainitas que veían sus ansias de poder limitadas una y otra vez.
Al mismo tiempo otras facciones externas, suspicaces ante el poder de la Tal’mahe’Ra actuaban en contra de la secta. Los antiguos Inconnu romanos, los Assamitas, los Capadocios, los Ravnos y los Setitas a menudo obstaculizaban los planes de la Tal’mahe’Ra o se enfrentaban a sus agentes. Hacia el año 450, a medida que el Imperio Romano se desmoronaba, muchos Cainitas de la secta en Occidente se resintieron ante lo que consideraban la pasividad de Enoch, que no hacía más que exigir recursos y acción coordinada preocupándose muy poco por la política mortal. En el año 438 la Del’Roh había declarado la guerra contra otras facciones de Oriente Medio, y especialmente contra el clan Assamita, que pretendía establecer su hegemonía en la zona, eliminando varias fortalezas de la Tal’mahe’Ra. El estallido de esta guerra concentró los recursos de la secta, que ignoraron la petición de ayuda de sus miembros en Occidente para evitar la caída del Imperio Romano, en el que habían invertido gran parte de sus intereses. Ante la negativa de Enoch a apoyarles, los Cainitas occidentales de la secta decidieron proteger sus dominios por sí solos y dejaron de enviar tributos y recursos a sus compañeros de Oriente. La Del’Roh, con el apoyo de los Nagaraja, amonestó a los “traidores” por lo que consideraba una renuncia a los principios de la secta, y tras el asesinato de uno de sus enviados en circunstancias nunca del todo aclaradas y a menudo atribuida a terceras partes que querían provocar la guerra, el conflicto terminó estallando. A grandes rasgos los Cainitas de la Tal’mahe’Ra de Occidente apoyaban estrechar los lazos con el mundo físico y una participación más activa en la política vampírica y mortal. En contraste, los Cainitas orientales eran más conservadores, aferrados a las tradiciones que habían constituido los cimientos de la Tal’mahe’Ra, y como los Nagaraja, más interesados en los estudios esotéricos y nigrománticos. A pesar de esta división, lo cierto es que había partidarios de ambas
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posturas en Occidente y Oriente, e incluso dentro de Enoch. Los Cainitas que se rebelaron contra la decisión de la Del’Roh terminaron escindiéndose de la Tal’mahe’Ra y formaron su propia secta, la Manus Nigrum, un nombre que supuestamente les dieron sus adversarios, que atribuían sus actos sutiles y su influencia oculta a la existencia de una “mano negra” u oculta que manipulaba los actos tras el escenario. En conjunto la facción de los leales a Enoch era más poderosa, pero se encontraba demasiado distante de sus adversarios en Occidente como para hacer valer su poder, además de tener que enfrentarse con los Assamitas. La guerra contra los Assamitas duró hasta el año 516, cuando se descubrió que los Seguidores de Set habían provocado la guerra –o al menos se les culpó de ello- con la intención de debilitar a ambos contendientes antes de extender su propia influencia en Oriente Medio. A pesar de las atrocidades que habían cometido entre ellos, los Assamitas y la Tal’mahe’Ra se aliaron contra los Setitas, y los expulsaron de sus tierras. Esta alianza se mantendría, tenue, pero intacta durante siglos, y como mínimo ambas partes respetaron sus territorios y se permitieron paso franco cuando era necesario. La Guerra de los Traidores también terminó a finales del siglo V. Impedidos por el conflicto con los Assamitas y debilitados por la contienda, finalmente la Tal’mahe’Ra del oeste (la Manus Nigrum) y la del este
declararon una tregua. Aunque la división nunca se formalizó, realmente ahora ambas facciones actuaban independientemente siguiendo sus propios intereses, y ninguna estaba decidida a restaurar sus antiguos lazos de hermandad y lealtad. Casi la totalidad de los Nagaraja permaneció con la Tal’mahe’Ra en el este, y a los pocos Carnívoros que se unieron a la Manus Nigrum se les prohibió la entrada en Enoch, convirtiéndose en una minoría de escasa influencia en la nueva secta.
Los Vampiros Orientales Tras la Guerra de los Traidores y la escisión de la Manus Nigrum, la Tal’mahe’Ra se aisló sobre sí misma y dirigió su atención hacia Oriente como nuevo territorio de conquista. La secta ya disponía de bases en la India, especialmente en Bombay, pero más allá China y el Sudeste Asiático se encontraban bajo el dominio de una especie diferente de vampiros, los Asuratizayya. Al contrario que los Cainitas su condición no era una maldición infecciosa, sino que parecían haber sido antiguos mensajeros de los dioses castigados por su arrogancia. Los Nagaraja ya habían tenido varios encuentros puntuales con los Asuratizayya cuando todavía formaban parte del culto Idran, e incluso se habían aliado con algunos de ellos durante las Guerras del Himalaya. Sin embargo, desde que los Carnívoros se habían unido a los Cainitas, los contactos se habían reducido al mínimo. No
Cayo Abgaro en Roma Aunque hacia el siglo I d.C. prácticamente la totalidad de los Nagaraja se encontraba en Enoch, Oriente Medio o la India, por esta época un enviado del linaje también llegó a Roma. Se trataba de Cayo Abgaro, un mercader sirio de esclavos, que había sido compañero de juegos de Calígula y que acudió junto a su amigo una vez que fue proclamado emperador tras la muerte de Tiberio. Tras renovar sus lazos de amistad con Calígula, obtuvo la ciudadanía romana que anhelaba, tomando el nombre de Cayo en honor al emperador. Durante su estancia en Siria, Cayo Abgaro había sido contactado por un agente de la Tal’mahe’Ra, que lo convirtió en ghoul y lo puso al servicio de la secta, proporcionando esclavos y dinero para los vampiros. Finalmente viajó a Enoch, donde recibió el Abrazo antes de regresar al mundo. No está muy claro qué motivó a los Nagaraja para compartir su sangre con el advenedizo mercader de esclavos, que no mostraba ningún interés especial por el estudio de la muerte ni ningún talento de interés para los Carnívoros. Algunos rumores afirman que Abgaro compró su inmortalidad a cambio de un recipiente especialmente anhelado por los Nagaraja, y otros que recibió el Abrazo como una especie de castigo por una ofensa cometida durante su estancia en Enoch. Fuera como fuere, Cayo Abgaro regresó a Roma como enviado de la Tal’mahe’Ra, y se convirtió en un embajador de la secta ante el Princeps Tito Camilo. El embajador se convirtió en una compañía habitual de los Cainitas más decadentes de la Estirpe romana. Educado en la depravación de la corte de Calígula desarrolló sus propios “juegos” para los vampiros, y sus decadentes fiestas eran célebres entre los vampiros romanos. Cayo Abgaro disfrutaba de la maldición de los Carnívoros, a menudo consumiendo más carne humana de la que necesitaba, utilizando los esclavos con los que comerciaba para satisfacer sus gustos. A menudo hacía que sus servidores le prepararan a sus esclavos de diversas maneras, experimentando con el sabor de la carne e incluso provocando diversas emociones como el terror, el placer, la risa o la tristeza en sus recipientes antes de consumirlos. Ya fuese debido a sus experimentos o a su glotonería con el paso del tiempo se volvió monstruosamente obeso, y en sus últimas noches era una enorme masa abotargada que no salía de su refugio. Fue destruido en el año 410, cuando los visigodos saquearon Roma y su mansión fue saqueada durante el día. Se dice que al recibir los rayos del sol su cuerpo se convirtió en una enorme pira grasienta cuyas llamas llegaron hasta el techo de su refugio. Durante su estancia en Roma Cayo Abgaro Abrazó algunos chiquillos, a veces como parte de sus “experimentos”. Algunos se unieron a las filas de la Tal’mahe’Ra, mientras que otros siguieron su propio camino al margen de la secta. La mayoría no sobrevivirían a la caída del Imperio Romano, aunque se rumorea que algunos relatos sobre necrófagos u ogros caníbales en Europa podrían estar basados en algún superviviente de la descendencia de Cayo Abgaro.
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existía mucho aprecio de los Asuratizzaya hacia los descendientes de Caín. En el año 751, tras la indecisa Batalla de Talas, entre chinos y musulmanes, se produjo un nuevo contacto entre los vampiros de Oriente y Occidente. Los musulmanes aprendieron los secretos de la fabricación del papel, y los vampiros occidentales descubrieron algunas filosofías de Oriente, en especial el taoísmo. Estos vampiros que habían contactado con los orientales atrajeron el rechazo de los vampiros musulmanes y para evitar la destrucción recurrieron a la Tal’mahe’Ra, a la que no sólo aportaron sus conocimientos, sino sobre todo sus contactos. Se trataba de un grupo de vampiros renegados de Oriente, una secta conocida como “Aks,” cuyas ideas eran consideradas heréticas por otros vampiros orientales y habían huido hacia occidente en busca de refugio y también como parte de su búsqueda de creencias nuevas para avanzar en su “dharma”. Para los Nagaraja, al igual que para otros clanes de su secta, la información obtenida sobre los vampiros orientales resultó muy interesante. Algunos aprendieron la filosofía oriental, pero lo más importante es que tomaron medidas para extenderse hacia el Lejano Oriente. Era un territorio en gran parte desconocido y hostil, pero según las noticias de sus nuevos aliados también disponía de un gran potencial que no podían desaprovechar. Desde el siglo IX varios exploradores de la Tal’mahe’Ra comenzaron a crear progenie en los países más allá de la India. Actuaron sutilmente, infiltrándose en la periferia de los países del Lejano Oriente, a menudo reclutando entre grupos marginales o perseguidos, que veían con alivio cualquier clase de poder que pudiera ofrecérseles. Sin embargo, la mayoría de los vampiros orientales se mostraron extremadamente hostiles, destruyendo a los kamuts de la Tal’mahe’Ra, o rechazando cortésmente sus embajadas, ante lo que consideraban una presencia “impura”. Curiosamente, los Nagaraja fueron uno de los grupos de la Tal’mahe’Ra que tuvo más éxito. Quizás debido a la magia que había provocado su creación, su naturaleza resultaba menos “estridente” para los vampiros orientales, que en ocasiones hasta los confundían con ellos. Por otra parte los Carnívoros actuaron de forma muy sutil, apoyándose en sus aliados Aks, que les ofrecieron refugio y paso libre a cambio de su ayuda. Durante esta época también se produjeron algunos contactos puntuales con un grupo de nigromantes entre los vampiros orientales conocidos como las Flores de Hueso. Hubo un intercambio clandestino entre ambas partes, pues el conocimiento que compartían resultaba demasiado valioso para renunciar a él. Sin embargo, cuando estos contactos eran descubiertos, los participantes pagaban las consecuencias. A finales del siglo XV los Nagaraja y la Tal’mahe’Ra habían conseguido extenderse por gran parte de los países del Lejano Oriente, formando varias células estrechamente unidas para protegerse de sus numerosos enemigos y que a menudo actuaban de forma independiente. Sin embargo, debido a las dificultades de contacto, muchas de estas células terminaron destruidas o
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Camboya: Los Devaraja Desde el siglo IX el imperio Khmer (situado en la actual Camboya) prosperaba en el Sudeste Asiático. Los Devaraja –los reyes dioses- del imperio afirmaban tener sangre divina y gobernaban de forma absoluta, construyendo colosales templos en la ciudad de Angkor. Sin embargo, el verdadero poder de los Devaraja eran los sacerdotes Devaraja-Pujari, que desarrollaron un culto en torno a la figura de los reyes y mantenían su divinidad mediante oraciones, rituales y ofrendas al Cielo. Los ritos de estos sacerdotes a menudo eran ceremonias sanguinarias, donde solían realizarse sacrificios humanos –incluso de los propios reyes dioses. El sacrificio de los Devaraja era la ceremonia más importante del culto, cuando el poder divino imbuido en el monarca era transferido a su sucesor. Los sacerdotes asumieron la responsabilidad de mantener los lazos con el Cielo para que los reyes pudieran dedicarse a gobernar de forma justa. Al final de su mandato, el Devaraja era sacrificado y participaba voluntariamente en el ritual que le permitía seguir viviendo en su sucesor. Sin embargo, la realidad del imperio Khemer no era tan idílica. Los sacerdotes Devaraja-Pujari eran el verdadero poder del imperio y otorgaban autoridad divina a los títeres que pudieran manejar mejor. Siempre que un rey dejaba de serles útil lo sacrificaban y colocaban a otro más adecuado en su lugar. Así el imperio atravesó ciclos de corrupción y prosperidad, pero los historiadores parecen coincidir en que el sistema funcionó, al menos por un tiempo, y que el sacerdocio Devaraja-Pujari fue vital en la prosperidad del Imperio Khmer. Sin embargo, finalmente los Devaraja perdieron su mandato divino. El imperio Khmer se enfrentó al reino tai de Ayuthaya y fue derrotado. Sin embargo, el declive del imperio comenzó antes, a medida que la introducción del budismo Theravada entre el pueblo erosionó la fe de los khemeres en su gobierno teocrático; el concepto de iluminación personal consiguió lo que siglos de guerras no pudieron. Sin embargo, los antiguos sacerdotes khemeres no renunciaron sin lucha. En el siglo XIV los rituales de los sacerdotes Devaraja-Pujari se volvieron más sanguinarios y frecuentes, como si los sacerdotes estuvieran desesperados por llamar la atención de los dioses, y el período en que los Devaraja permanecían en el trono se hizo cada vez más breve; algunos reyes sólo gobernaban dos o tres años antes de ser sacrificados. Al final, esta ansiedad no era importante, las familias divinas ya no podían producir herederos adecuados y el pueblo rechazó a los Devaraja y a sus sacerdotes asesinos. La teocracia Khmer, que había existido durante casi quinientos años, cayó. El sacerdocio perdió su poder y no pudieron enfrentarse a las masas enfurecidas. Así los Devaraja-Pujari se dispersaron; los que no fueron perseguidos por sus antiguos vasallos viajaron a otros lugares. Un grupo se ocultó en las apartadas montañas y junglas; sus descendientes serían conocidos como Toc Faan y para recuperar su poder entraron al servicio de los demoníacos Reyes Yama. Sin embargo, un grupo de Devaraja-Pujari estaba decidido a sobrevivir y recuperar el poder. Fuese por su culpa o no, los sacerdotes derrocados se sentían traicionados por los dioses y el pueblo Khmer. Estaban decididos a recuperar su antigua gloria eminencia sin depender de dioses, Reyes Yama o nadie más que sí mismos. Modificaron sus ceremonias y hechizos, utilizando su gran conocimiento mágico de formas nuevas e inquietantes. Secuestraron y sacrificaron personas, pero no como ofrendas a los dioses; utilizaron la energía liberada por los sacrificios para darse poder a sí mismos. La sangre fluía según su deseo, y las almas que eran separadas de los cuerpos eran atrapadas en objetos, esclavizadas o consumidas para obtener poder místico. En lugar de servir a un rey divino, los sacerdotes se convirtieron en reyes y reinas, y obligaron a todos los demás a servirles. Su objetivo a largo plazo era elevarse y rivalizar con los dioses a los que habían venerado. Durante más de una década este nuevo culto de asesinos existió en la periferia de la sociedad Khmer, alimentándose del pueblo. No eran muy selectivos en cuanto a sus sacrificios, pero preferían a los budistas, los tais y los khemeres que habían adoptado costumbres extranjeras. Y una noche, tras una ceremonia especialmente sangrienta, ante los sacerdotes se presentó una figura extraña y pálida que con una voz con un profundo acento extranjero, explicó que se sentía agradado por lo que había visto. Les ofreció una oportunidad de cumplir su destino, pues podía concederles la inmortalidad, les permitiría caminar con los espíritus de los ancestros y controlarlos, y la habilidad de cosechar beneficios directos de sus sacrificios. Aunque algunos sacerdotes se sintieron intrigados por la oferta del extraño –especialmente el líder del culto, Lhang Doung-, otros desconfiaban, porque habían reconocido que el extraño era un demonio bebedor de sangre. Los sacerdotes decidieron discutir el asunto y tomar una decisión antes de la siguiente luna. El vampiro aceptó, y desapareció en la noche. Sin embargo, a la noche siguiente regresó y Abrazó a Lhang Doung tras aterrorizarlo y obligarlo a someterse, y a continuación le ofreció la elección de Abrazar al resto de los sacerdotes o presenciar sus muertes agónicas. Lhang no era lo bastante poderoso para resistirse al demonio y condenó a sus compañeros al Abrazo. A lo largo de las semanas siguientes, Lhang persiguió y Abrazó a sus compañeros, explicándoles la situación, y asesinando a los que no estaban de acuerdo en convertirse en vampiros. Sólo tres vampiros sobrevivieron, porque a pesar de la sorpresa los sacerdotes y sus aliados consiguieron destruir a varios de sus atacantes. Pronto todo el culto Devaraja-Pujari fue destruido y convertido en un nido de vampiros con sus esclavos. Los sacerdotes se dieron cuenta de que el poder que tenían no era el esperado. “Vivirían” para siempre, pero como parásitos no muertos y no se beneficiarían de los sacrificios…se veían obligados a devorar víctimas porque necesitaban carne humana fresca además de sangre para sobrevivir. Los aspirantes a dioses fueron convertidos en carroñeros caníbales. Resignados a su destino –que algunos consideraban un castigo merecido- los nuevos vampiros se dedicaron a estudiar la magia de la muerte que les enseñó su progenitor durante varios años. Incluso los más antiguos no pueden recordar su nombre, apariencia, o incluso su sexo…
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desligándose por completo de la Tal’mahe’Ra. Los Nagaraja asentados en el Sudeste Asiático, que contaban con más recursos, lograron sobrevivir durante mucho tiempo y permanecieron leales a la secta.
La Primera Caída de Enoch Gracias a este período de expansión la Tal’mahe’Ra se mantuvo fuerte. Cuando a finales del siglo XIV estalló la Revuelta Anarquista la secta comenzó a eliminar más el contacto con la Manus Nigrum europea. La destrucción de los Antediluvianos Lasombra, Tzimisce y Capadocio durante el siglo XV, despertó la furia de los miembros de la Tal’mahe’Ra, que finalmente decidieron cortar todo contacto con los vampiros europeos, y vetando por completo su entrada en Enoch, situándose en una posición ventajosa por si estallaban hostilidades. Ante la purga de los Capadocios por parte de los vampiros del nuevo clan Giovanni, los Nagaraja se plantearon ofrecerles cobijo, pero las relaciones con el Clan de la Muerte nunca habían sido muy buenas. Además, la mayor parte de los Capadocios se encontraban en Europa, lejos de la influencia de la Tal’mahe’Ra. Los pocos Ladrones de Tumbas que se unieron a la secta eran individuos que habían permanecido en gran parte aislados de su clan, y no veían ningún inconveniente en su alianza. No obstante, su aportación a los conocimientos nigrománticos de los Nagaraja resultó inestimable, ya que no sólo añadieron sus artes de Mortis, sino también la Nigromancia que habían aprendido de su fatídica colaboración con los vampiros Giovanni. Estos Capadocios encontraron refugio en Enoch, y desaparecieron durante la caída de la ciudad. Nuevos refugiados llegaron a comienzos del siglo XVI, cuando una rama renegada de los Assamitas, que habían dado la espalda a su clan y a su sometimiento a la Camarilla, se unieron a la Tal’mahe’Ra. Sin embargo, la mayoría se unieron a la Manus Nigrum occidental en el Sabbat. El aislamiento de la Tal’mahe’Ra en Occidente también coincidió con un progresivo declive en Oriente, donde las células de Nagaraja y otros clanes de la secta se redujeron en los conflictos con los vampiros orientales, o quedaron aisladas y prosiguieron sus propios intereses. Los Ravnos de la India desataron una persecución encarnizada contra la Tal’mahe’Ra, y muy especialmente contra los Nagaraja, reduciendo la influencia de la secta en la India. Paralelamente, varios enfrentamientos con los Assamitas y los Seguidores de Set provocaron la pérdida de varias posiciones en Oriente Medio. Para contrarrestar su pérdida de poder en el mundo físico, la Tal’mahe’Ra dirigió su mirada hacia el inframundo, esclavizando numerosos fantasmas y espectros, e incrementando el número de los vampiros que habitaban de forma permanente en Enoch, que se dedicaron a sus estudios individuales, desarrollando redes de esclavos y seguidores fantasmales. Durante este período el poder y la influencia de los Nagaraja aumentaron enormemente. El atrevimiento de los vampiros terminó provocando la ira de las facciones del Inframundo. A
comienzos del siglo XVII se desató una terrible tormenta en el más allá, conocida como Maelstrom, y de su corazón surgió un ejército de espectros como nunca antes se había visto, sorprendiendo a los habitantes de Enoch, que se creían completamente seguros tras sus muros de mármol negro y ocultos en un lugar en el que pocos espíritus se atrevían a aventurarse. El ataque masivo tomó a la Tal’mahe’Ra por sorpresa. Muchos miembros de la secta desaparecieron en esa fatídica noche, entre ellos muchos Nagaraja, que habían atraído sobre ellos gran odio por esclavizar a los habitantes del inframundo y alimentarse de ellos. Entre ellos se encontraba el antiguo Tiglat, que fue despedazado por una horda de ángeles esqueléticos con dientes afilados. La Del’Roh y varios poderosos vampiros consiguieron escapar a la Tierra, donde permanecieron durante años. La secta se encontraba en un estado de confusión y desesperación e incluso se produjeron algunos suicidios. La principal preocupación era el destino que habían sufrido los Aralu a manos de los espectros. Finalmente, tragándose su orgullo, la Del’Roh envió embajadores de buena voluntad a la Manus Nigrum, que durante los siglos anteriores se había infiltrado en el Sabbat, y en menor grado en la Camarilla, y había prosperado en el proceso. Los enviados de la Del’Roh rogaron a los líderes de la Manus Nigrum que volvieran a unirse y ayudaran a arrebatar Enoch a los fantasmas. Los líderes de la Manus Nigrum aceptaron, insistiendo en que se les reconociera como copropietarios y líderes en la ciudad, una vez fuera reconquistada. A mediados del siglo XVIII se firmó el Tratado de Enoch, por el que se estableció que los vampiros más antiguos, poderosos y sabios de la secta elegirían al Del’Roh, el líder supremo de la Mano Negra, que dirigiría la secta entera. Aunque muchos auguraban su caída, la Del’Roh de la Tal’mahe’Rah se mantuvo en su puesto, aunque su poder se vio muy disminuido por el consejo de los Serafines, donde predominaban los líderes de la Mano Negra occidental. El poder de los Nagaraja fue reconocido en la figura de los Difuntos, tres poderosos antiguos que actuaban como jueces y ejecutores al servicio de la Del’Roh, evitando las divisiones internas que pudieran constituir una amenaza A partir de entonces la secta pasó a llamarse la Mano Negra, aunque el nombre Tal’mahe’Ra siguió siendo utilizado por los más antiguos. La reconquista de Enoch llevó algo más de tres años y de nuevo los Nagaraja, que habían resultado diezmados durante la caída de la ciudad, fueron indispensables para trasladar a sus compañeros al inframundo. Primero instalaron varias bases en el mundo de los muertos, antes de emprender el viaje hasta la ciudad, reuniendo fuerzas y anticipándose para una batalla difícil. Para sorpresa de los vampiros, la primera avanzadilla que llegó a Enoch, encabezada por Tulsi, un Nagaraja y chiquillo del desaparecido Tiglat, encontraron la ciudad… desierta, aunque había indicios de una gran batalla. Nadie sabe cuál fue el destino de los conquistadores fantasmales, si se retiraron por voluntad propia, fueron atacados por otro ejército fantasmal, destruidos por el Maelstrom o incluso si los Aralu se levantaron de sus tumbas y destruyeron ellos mismos a
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los intrusos. De ser cierta esta última teoría, seguramente la falta de coraje demostrada por la Mano Negra debió de haber enfurecido a los Antediluvianos. En cualquier caso, ambas facciones reinstalaron a la Del’Roh en Enoch y reconstruyeron la ciudad, intercambiaron dominios y los líderes entregaron valiosos secretos e información a sus hermanos.
La Era Victoriana La reunificación de la Mano Negra trajo un nuevo período de prosperidad a la secta. Y por primera vez en mucho tiempo los Nagaraja salieron de su aislamiento. Muchos viajaron a los dominios occidentales, que no habían visto en siglos o que simplemente no habían visto nunca, reclutando nuevos chiquillos para restaurar sus filas diezmadas en la caída de Enoch. Por supuesto, unos pocos Carnívoros, Abrazados en la oscuridad, habían pasado desapercibidos a la sombra de las grandes sectas y clanes, pero podían contarse con los dedos de una mano. En Oriente se restauraron los contactos con grupos de Nagaraja que habían permanecido aislados durante mucho tiempo. Algunos habían sido destruidos o los supervivientes nunca habían tenido contacto con la Mano Negra, mientras que otros evitaban a la secta. En cualquier caso, aislados entre los vampiros orientales, estos Nagaraja en general dieron la bienvenida a cualquier ayuda. Durante esta época los Nagaraja de Indochina se extendieron hacia el norte, y realizaron los primeros pactos con los vampiros orientales de China y Corea, que buscaban información sobre los vampiros de Occidente y ayuda para hacer frente al avance de la colonización. Las Cortes Verdes de Corea se mostraron especialmente receptivas a la colaboración con los
Un Testimonio de la Caída Según los más viejos, ya se habían producido otras tormentas similares con anterioridad, aunque nunca habían sido tan fuertes. Los vientos aullantes traían con ellos alaridos y gritos de dolor y venganza. Llegaron en la tormenta, un ejército de monstruos del inframundo como nunca antes se había visto. Traían con ellos extrañas bestias de muchos miembros, armados con armas extrañas. Aunque el maestro Tiglat consiguió detener la primera oleada sacrificando a gran parte de sus servidores en el proceso, no pudo resistir la segunda, y una bandada de ángeles con alas de murciélago y rostros como calaveras lo elevaron en el aire y lo desgarraron con sus dientes, dispersando sus restos entre los vientos aullantes… La caída de Tiglat y sus discípulos no resultó en vano, comprando suficiente tiempo para que la Del’Roh y sus consejeros reunieran varios de los artefactos y libros más valiosos y evacuaran la ciudad. Por poco no lo consiguieron. Sólo un puñado del culto de los Nagaraja sobrevivió a aquella terrible batalla y tardarían mucho tiempo en recuperarse de sus pérdidas.
Carnívoros, apreciando especialmente su conocimiento nigromántico. La llegada de los británicos y la Camarilla a la India en el siglo XIX fue recibida con recelo por los vampiros nativos. La mayoría rechazaron a los invasores occidentales, pero otros vieron en los recién llegados aliados de conveniencia para alcanzar sus intereses. Durante siglos los Ravnos habían perseguido a los Nagaraja, cuyas creencias y prácticas les parecían “impuras.” Los vampiros que seguían creencias hinduistas y budistas también consideraban “abominaciones” a los Carnívoros, y los magos de la muerte de la India, que habían formado una alianza y se hacían llamar los Chakravanti, no habían olvidado la corrupción de los Idran. Sólo la protección de la Mano Negra permitía que los Nagaraja sobrevivieran en la zona. Una facción de Ravnos vio en la Camarilla la oportunidad de destruir la presencia de la Mano Negra, y colaboraron con los Vástagos británicos. Mediante rumores exagerados revelaron la supuesta amenaza de varias fortalezas de la Mano Negra en el norte de la India, y especialmente Kabul, en Afganistán, que se encontraba en manos de la secta. Los enviados de la Camarilla creyeron que el Sabbat se les había adelantado en la conquista de la India –ya que para ellos la Mano Negra y el Sabbat constituían una misma secta- e impulsaron a sus peones hacia Afganistán, provocando la primera guerra afgana en 1839. La guerra fue dura y sangrienta y terminó con la retirada británica, que regresarían para imponer una tenue paz entre las belicosas tribus afganas. Aunque la mayoría de los Cainitas afganos de la Mano Negra eran Assamitas, la ciudad de Kabul había sido, desde tiempos anteriores al Islam, una de las bases de la familia Marijava y de los Nagaraja. Un antiguo Carnívoro ligado a la familia y su progenie colaboraba con los Asesinos a cambio de recibir su protección y plantearon una encarnizada resistencia. En venganza, algunos de ellos perseguirían a los británicos que habían arrasado las poblaciones afganas y se cobrarían una macabra venganza devorando a sus hijos. Los “tigres afganos” incrementaron la reputación de ferocidad de las tribus de Afganistán con relatos de mutilaciones y canibalismo. Sin embargo, a medida que los británicos instalaban su dominio sobre la India, también se abrieron nuevas posibilidades para los Nagaraja y otros vampiros del subcontinente, que acompañaron a las oleadas de trabajadores y emigrantes que se dispersaban por otras posesiones del Imperio. Desde finales del siglo XIX varios Nagaraja, al servicio de la Mano Negra, se instalaron en las posesiones británicas de Sudáfrica, y en otras colonias. Aunque circula el rumor de que los asesinatos de Jack el Destripador en 1888 fueron cometidos por un Carnívoro especialmente vengativo que deseaba sembrar el terror entre los Vástagos de Londres, en venganza por su apoyo al colonialismo británico, lo cierto es que no deja de ser uno más de los mitos surgidos en torno a la autoría de los asesinatos. Hacia finales del siglo XIX, en conjunto la línea de sangre Nagaraja había prosperado, extendiéndose con la Mano Negra por todo el mundo. La mayoría del linaje
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se concentraba en la India, Afganistán y Persia, y muchos antiguos Carnívoros aspiraban a ocupar una posición permanente en Enoch, en las tierras del inframundo, donde el antiguo Tusli aconsejaba a la Del’Roh junto a algunos de los más destacados antiguos de la Mano Negra y avanzaban en sus investigaciones sobre la muerte.
La Segunda Caída de Enoch Durante gran parte del siglo XX, la Mano Negra prosiguió con sus estudios esotéricos, pero tras la reunificación de la secta a mediados del siglo XVIII, debido a la renovada presencia de los miembros occidentales, tomó una actividad política más intensa, especialmente a través del Sabbat. Aunque el objetivo nunca estuvo del todo claro, y a menudo se vio entorpecido por los intereses personales, la intención de la Mano Negra era enfrentar al Sabbat y a la Camarilla para que se debilitaran mutuamente y de esta forma impedir que se convirtieran en una amenaza ante el regreso de los Antediluvianos. Los agentes de la Mano Negra trataron de impedir que la inestabilidad inherente del Sabbat se volviera contra ella, y al mismo tiempo redujeron las actividades de la Camarilla contra sus enemigos, en esencia favoreciendo el orden establecido y la aparición de facciones definidas que pudieran volverse unas contra otras con facilidad. Sin embargo, para los Nagaraja, cuyo destino históricamente se encontraba en gran parte ligado a la Mano Negra oriental, los manejos políticos del Sabbat les resultaban desagradables. La mayoría preferían residir en los dominios orientales de la Mano Negra, aspirando
algún día a acompañar a sus líderes en Enoch. En gran medida se sentían por encima de las “bajas” aspiraciones políticas, y asumían las actividades mundanas de sus compañeros como un mal necesario. Los Carnívoros que se interesaban demasiado por los intereses del mundo mortal, simplemente nunca podrían ocupar un asiento en Enoch. Y entonces, cuanto más confiados se sentían los vampiros de la Mano Negra, observando las señales y esperando el despertar de los Antediluvianos, la secta sufrió una serie de duros golpes que terminaron destruyéndola. Desde hacía siglos, la presencia de los vampiros de Enoch, y especialmente de los Nagaraja, había resultado una afrenta para los gobernantes fantasmales del inframundo. Aunque sus depredaciones no eran especialmente graves, de forma periódica se dedicaban a cosechar esclavos e incluso a alimentarse de los Sin Reposo. Los Señores de la Muerte que gobernaban el Imperio de Estigia sabían de la existencia de Enoch desde hacía mucho tiempo y soñaban con la destrucción de la ciudad, pero el poder de los Nagaraja impidió que encontraran el camino. Pero finalmente, una facción ajena al imperio de los muertos y enemiga de Enoch, proporcionó a los Señores de la Muerte la información que necesitaban para localizar la ciudad. En poco tiempo se reunió una armada fantasmal, compuesta por barcos y aviones fantasmales de todas las épocas, que se dirigieron hacia Enoch para destruir la ciudad de los vampiros. Las defensas de Enoch incluían protecciones mágicas y murallas de mármol negro de unos treinta metros de altura, pero el imperio de los muertos envió a
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Los Thuggee Un grupo de peregrinos se dirige de regreso a casa cuando unos viajeros les piden que se unan a ellos; después de todo existe seguridad en el número. El grupo de viajeros se hace cada vez más grande a medida que más y más gente se une a la caravana. Una noche uno de los viajeros entona una canción y cuando los peregrinos levantan la cabeza para participar a coro, los recién llegados –todos Thuggee- atacan, enroscando alrededor del cuello de sus víctimas una cuerda con un peso en el extremo. Ahora el culto de los asesinos supera al grupo original de peregrinos por tres a uno, y pocos supervivientes consiguen escapar de la matanza. En cuestión de minutos, todo ha terminado; los Thuggee roban la caravana, ofrecen sacrificios a la diosa Kali Ma y se deshacen de los cuerpos en fosas comunes. Los Thuggee son un enigma histórico, prácticamente sinónimo del extraño e indescriptible exotismo de la India. Durante la década de 1820, los europeos y los indios sabían poco sobre este culto, salvo que los dacoits (ladrones) actuaban en las rutas de peregrinaje, acabando con ocasionales grupos de viajeros incautos. William Henry Sleeman, un magistrado y representante de la Compañía de las Indias Orientales, se encontró accidentalmente con el culto de los Thuggee a principios de la década de 1820, y tras volver a uno de sus miembros contra el culto, lentamente desenmarañó la madeja que lo ocultaba. Aunque la Compañía de las Indias Orientales se mostró reticente a investigar el culto de los Thuggee (los europeos nunca eran atacados, pues representaban demasiado riesgo a represalias), finalmente decidió emprender una investigación completa en 1826, y Sleeman decidió acabar con la presencia del culto en la India en 1830. En este momento, consiguió capturar al supuesto líder del movimiento Thuggee, un hombre llamado Feringheea, y lo convenció de que se convirtiera en un “Aprobador” o traidor. Feringheea entregó a su propia organización a los británicos, ayudando a Sleeman a desmantelar el culto y arrestar a 3.869 Thugs hacia 1840 y otros 531 en 1850. En conjunto, las autoridades británicas estimaron (aproximadamente) que el culto de los Thuggee asesinó a unas 40.000 personas cada año durante un período de más de tres siglos. Sin importar sus crímenes, clasificar a los Thuggee como simples ladrones y cortagargantas es un acto de ignorancia cultural. El principal motivo de los asesinatos del culto era evitar que la diosa Kali Ma apareciera y se dedicara a matar descontroladamente, pues en el pasado había incluso destruido a su marido Shiva. Los asesinatos eran sacrificios, siempre basados en una serie de profecías; los Thuggee elegían a sus víctimas con cuidado, por lo menos al principio, aunque sin duda algunos terminaban asesinando por mera avaricia cuando se encontraban con viajeros ricos. La forma en la que se movían los pájaros y los lagartos en los lugares donde actuaban los Thuggee decidía el destino de las víctimas. La mayoría, salvo los Thuggee del Indostán, evitaban estrangular a las mujeres (porque Kali era una mujer), así como a los tullidos, ciegos, leprosos, artesanos e incluso a alguien que pastorease una vaca o una cabra. Los Thuggee también veneraban a los tigres, y asesinaban a cientos de kilómetros de sus hogares para evitar ser reconocidos. Los orígenes de los Thuggee son nebulosos, pero uno de los mayores misterios es por qué un grupo cuyos miembros eran mayoritariamente musulmanes adoraban a Kali Ma, una diosa hindú. Algunos creían que la diosa representaba a Fátima, la hija asesinada del profeta Mahoma, mientras que otros decían que Kali dio a dos hombres el rumal (la cuerda de estrangular) para matar a la horda demoníaca del rey demonio Raktavija. Sin embargo, unos pocos estudiosos se preguntan si los Thuggee eran refugiados musulmanes de Persia afiliados con la secta de los Asesinos de Hassan inb-Sabbah, que podrían haberse infiltrado en el culto de Kali y finalmente lo sustituyeron. Las creencias esotéricas de los Asesinos, en torno a la veneración del Gran Maestro, no son estrictamente musulmanas. Diversos clanes vampíricos utilizaron a los Thuggee para sus propósitos, especialmente los Ravnos y Assamitas, pero también en menor grado los Nagaraja, que utilizaron el culto sobre todo para procurarse víctimas con facilidad. Una rama de la familia Marijava también se infiltró en el culto, aprendiendo sus técnicas para el espionaje y el asesinato e incluso algunos thugs contrajeron matrimonio dentro de la familia. su mayor ejército. Las docenas de vampiros que residían en la ciudad demostraron su tremendo poder destruyendo los primeros barcos que se aproximaban, pero al final terminó prevaleciendo la superioridad numérica y la familiaridad con el más allá. En medio del fragor de la batalla, el imperio lanzó una bomba atómica y con un destello cegador Enoch y todos sus habitantes se disolvieron en la nada. Una patrulla fantasmal descubrió a tres jóvenes ghouls que intentaban huir al comienzo del asedio y el imperio ordenó que fueran liberados para que llevaran la noticia de lo ocurrido al mundo físico con la advertencia de que “los vampiros sólo encontrarán en el inframundo la justicia de la que escaparon entre los mortales”.
Las Cortes Verdes y el Incierto Futuro Más de la mitad de los Nagaraja perecieron con la destrucción de Enoch, entre ellos los tres Difuntos, los líderes de la línea de sangre, que según una historia apócrifa sobrevivieron el tiempo suficiente para ser vistos por los soldados fantasmales, ardiendo y reformándose mientras absorbían la energía vital de las almas perdidas de la ciudad para terminar fusionándose con ella y disiparse hasta desaparecer. En cualquier caso, la destrucción de Enoch sólo fue el principio de la caída de la Mano Negra. Los Serafines comenzaron a discutir entre ellos por la elección del nuevo Del’Roh y buscando responsables de
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lo ocurrido. Las facciones y líneas de sangre se separaron y comenzaron a enfrentarse entre ellas. El culto comenzó a dividirse, vampiros contra no vampiros, fanáticos contra escépticos y la violencia se extendió entre las filas de la secta. El comienzo de la Gehena y el despertar del Antediluviano Ravnos en julio de 1999 acabaron con las últimas esperanzas de unidad de la Mano Negra. El Antediluviano ignoró por completo al culto, que carecía por completo de importancia, y este rechazo fue el empujón definitivo hacia la desesperación. Las facciones comenzaron a separarse y la secta dejó de estar unida. Los Nagaraja, que habían perdido a sus líderes más poderosos, se encontraron de repente sin la protección de la Mano Negra. Un grupo de Carnívoros, menos de una docena, comprendieron que necesitarían un santuario mejor que el que podría proporcionarles lo que quedaba de la secta. Tras varias noches de debate, en las que se barajaron varias posibilidades, decidieron buscar refugio entre los vampiros orientales. Desde luego, no todas las facciones simpatizaban con los Nagaraja, pero con el paso de los siglos habían conseguido establecer algunos contactos estables. Desde el siglo XX en secreto los Nagaraja disponían de un embajador no oficial en las Cortes Verdes de Corea, la Dama Yim, que se encargó de actuar como intermediaria. Los vampiros coreanos eran especialmente pragmáticos y aceptaron ofrecer santuario a los Nagaraja a cambio de información nigromántica, a pesar de su rechazo tradicional hacia los no muertos de Occidente. Finalmente los gobernantes de las Cortes Verdes declararon a los Nagaraja sus “honorables invitados” por un tiempo indefinido. En principio el acuerdo funcionó bien. Actualmente la ciudad de Seúl alberga la mayor concentración de Carnívoros del mundo, entre 10 y 15 miembros de la línea de sangre. Los vampiros orientales han aprendido mucho de sus “invitados,” desarrollando sus conocimientos sobre la nigromancia con artes nuevas y desconocidas, y a corto plazo planean cortar sus contactos con los vampiros del clan Giovanni y quizás expulsar a los Nigromantes del Reino Medio. Sin embargo, a pesar de la estabilidad temporal, desde el punto de vista de los Nagaraja la situación no parece tan halagüeña. Los vampiros orientales les han prohibido conceder el Abrazo, por lo que la línea de sangre parece al borde de la extinción, pues además sus movimientos se encuentran limitados a la ciudad de Seúl, lo que a efectos prácticos los convierte no tanto en invitados como prisioneros. Sus anfitriones responden de forma educada pero evasiva siempre que reciben una petición de los Carnívoros ya sea respecto a reclutar a nuevos miembros en su linaje o instalar su refugio en otro lugar. Por supuesto, los Nagaraja, acostumbrados a vivir en un estado de persecución continuada no están dispuestos a que su supervivencia penda de un hilo sostenido por los vampiros orientales. En secreto han comenzado a buscar nuevos canales de información y han descubierto que la Serenísima Dama de la Perla Negra,
El Destino de los Aralu Entre los vampiros de Enoch, a pesar de sus grandes poderes de precognición y de visión, ninguno apreció la llegada del desastre que se avecinaba hasta que la armada del imperio de los muertos se encontró ante las murallas de Enoch. Aunque periódicamente los Aralu enviaban visiones a los habitantes de la ciudad desde sus catacumbas, tampoco ellos advirtieron a sus servidores de lo que estaba por llegar. Quizás los vampiros se habían descuidado, aislado demasiado sobre sí mismos, perdiendo el contacto con el mundo que los rodeaba o quizás alguien desvió su atención y nubló sus visiones. No quedó nada de Enoch. Sólo un cráter humeante en medio de una tormenta eterna. Los antiguos palacios y edificios fueron completamente destruidos al encontrarse alrededor del punto de impacto de la bomba o fueron arrasados por la tempestad que estalló a continuación en el corazón de la ciudad. ¿Y qué fue de los Aralu? Algunos miembros de la Mano Negra afirman que ni siquiera los Antediluvianos podían haber sido destruidos de esa manera, que debieron de haber sobrevivido de alguna forma. Los más optimistas afirman que sobrevivieron a la explosión y despertaron, para regresar al mundo físico. Otros simplemente creen que fueron destruidos con la ciudad que era su lugar de reposo. una poderosa antigua de las Flores de Hueso, quizás la más poderosa nigromante del Reino Medio, se dirige hacia las Cortes Verdes, ante la noticia de la presencia de los Nagaraja. Algunos dicen que también ella quiere aprender los secretos de los extraños visitantes occidentales por ella misma, especialmente ante los últimos acontecimientos que también han afectado a la Estirpe de Oriente. Otros dicen que resulta extraño que un ser tan iluminado pueda pretender encontrarse con los decadentes Carnívoros. Los Nagaraja están preocupados y creen que se avecina una nueva purga. Aunque a lo largo de los siglos han contactado con otros nigromantes orientales, saben que muchos de ellos los consideran irremediablemente corruptos, quizás más incluso que otros vampiros de Occidente. La inminente llegada de la Serenísima Dama de la Perla Negra los llena de terror y están pensando en una huida potencial para salvar lo poco que queda del linaje. En secreto, algunos Carnívoros han preparado un plan de contingencia, para al menos salvar a la línea de sangre de la extinción completa. Con la ayuda de sus criados mortales y servidores fantasmales están realizando Abrazos secretos, enviando a sus chiquillos hacia Occidente, con la esperanza de que quizás ellos puedan sobrevivir al cambio de milenio y la llegada de las Noches Finales.
Capítulo Uno: El Hambre Eterna 29
Capítulo Dos: Culto a la Muerte “Sólo me interesa lo que no es mío. Ley del hombre. Ley del antropófago.” Oswald de Andrade, "Manifiesto antropófago."
Aunque todos los vampiros son monstruos depredadores, los Nagaraja destacan entre los no muertos en que además deben comer carne humana, lo que les convierte en la más rechazada y “antinatural” de las líneas de sangre. Por si fuera poco, su fascinación por la muerte y el más allá les lleva a desarrollar todo tipo de prácticas macabras que no sólo resultan repugnantes para los humanos, sino también para otros vampiros. No es de extrañar que sólo una secta de monstruos inhumanos como la Mano Negra, que contribuyeron a fundar, los aceptara, y que desde sus inicios atrajesen la ira de todo tipo de enemigos, desde sacerdotes y magos mortales hasta otros vampiros que los rechazaban por completo, y no sólo por la estela de cadáveres que dejaban a su paso, sino simplemente por ser considerados “abominables.” Salvo en lugares y momentos muy aislados, el canibalismo nunca ha resultado demasiado atractivo para la humanidad, y todavía menos en las noches modernas. La reciente caída de la Mano Negra ha acabado con la protección de la que disfrutaban muchos Carnívoros, que han huido temerosos como los gusanos de un cadáver al que se le da la vuelta. Otros, que nunca tuvieron mucha relación con la secta, se han limitado a encogerse cínicamente de hombros. La existencia de los Nagaraja nunca ha sido fácil y para quienes están acostumbrados a arreglárselas por sí mismos la nueva situación no supone una gran diferencia. Aunque en conjunto la línea de sangre ha sufrido grandes pérdidas en los últimos tiempos, lo cierto es que no puede hablarse de una época de gran auge. Los hábitos alimenticios de los Carnívoros han limitado su expansión, y además, muchos de ellos se muestran
tremendamente elitistas, considerándose poco menos que avatares sagrados del inframundo, una posición que se mostraban muy reticentes a compartir, salvo con unos escasos elegidos. Los últimos supervivientes de esta línea de sangre agonizante llevan no vidas desagradables y solitarias, y muchos de ellos no sólo están siendo perseguidos por sus enemigos habituales, sino también por los fantasmas que antes controlaban y que han roto sus cadenas. Y a pesar de todo, los Nagaraja siguen adelante, recopilando impíos secretos de nigromancia y merodeando en los límites de la sociedad vampírica, procurando no destacar demasiado…
Los Devoradores de los Muertos Aunque existe cierta diversidad interna, desde sus orígenes la mayoría de los Nagaraja han estado relacionados de una o de otra manera con la muerte. Si ya para los demás vampiros alimentarse puede resultar difícil, para los Carnívoros la situación se ve agravada por sus peculiares apetitos, que resultan una dura prueba y ha arrastrado a más de uno a la locura o el suicidio. Se necesita una mente fría y pragmática para sobrellevar la existencia inmortal de un Nagaraja, y muchos de ellos sufrieron enormemente en vida, y sin embargo, encontraron suficiente fuerza en su interior para continuar adelante. Esta tenacidad y perseverancia, a menudo los acompaña más allá de la muerte.
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Selección de Chiquillos Los Nagaraja son extremadamente selectivos a la hora de conceder el Abrazo, y además pocos desean compartir su eternidad con alguien que muy a menudo sólo constituye una competencia en recursos limitados, aunque los Abrazos para disponer de “compañía” no son desconocidos. Por una parte se encuentran los más antiguos, reclutados entre las filas de diversos cultos esotéricos o religiosos dedicados a la muerte, y que a menudo toman como servidores o ghouls a sus potenciales chiquillos, poniendo a prueba su fortaleza y valía hasta que se muestran dignos de recibir el Abrazo. Para estos antiguos unirse a los Nagaraja es participar en un culto sagrado en el que pocos son los dignos de ser elegidos. Otros clanes pueden desperdiciar su sangre mediante Abrazos descuidados en el fragor de la pasión o en masa, pero los Carnívoros representan mucho más que eso. Aunque su fisiología es indudablemente Cainita, ellos insisten en que no han heredado la maldición de Caín, sino que se entregaron voluntariamente a la muerte para purificarse y convertirse en sus servidores entregados. Como era de esperar, tras largos años de aprendizaje sus chiquillos terminan compartiendo la misma perspectiva, o por lo menos procuran aparentarla para recibir el Abrazo y disfrutar de la buena voluntad de sus sires. Antes de la destrucción de la Mano Negra, cualquier chiquillo descarriado o especialmente rebelde podía olvidarse de visitar Enoch y compartir los secretos esotéricos de su linaje. Sin embargo, desde su caída, el “culto” de los Nagaraja ha sufrido un duro golpe en su arrogancia, y sobre todo ante su precaria situación actual algunos ya no se muestran tan selectivos. Si quieren que la línea de sangre sobreviva no pueden permitir que el orgullo pasado los arrastre hasta su destrucción completa…o quizás sea ése su destino.
Pero entre los Nagaraja siempre ha existido una minoría, habitualmente desligada de la Mano Negra, o por lo menos más preocupada por otros intereses, que no comparten las ideas de sus compañeros más fanáticos. Entre ellos se encuentran muchos que consideran que su maldición, venga de donde venga, es una carga que deben soportar de mejor o peor grado. Escuchan con paciencia los lamentos de los débiles chiquillos de otros clanes que se quejan del horror y la angustia de tener que alimentarse de sangre y sonríen cínicamente. Ellos saben que no son “santos” de la muerte ni sus servidores, y si tuvieran la posibilidad de elegir, hubieran preferido haber recibido la sangre de otros. El Abrazo de los miembros de esta minoría cínica, a menudo se realiza de forma pragmática. Algunos lo hacen con rencor, pero sus chiquillos rara vez sobreviven mucho tiempo a los rigores de su existencia. Otros son más selectivos, y a menudo buscan compañeros de intereses. Al fin y al cabo, la inmortalidad sigue siendo inmortalidad para muchos, aunque sea en una eternidad oscurecida por el canibalismo. Y no hay que olvidar, como suele decirse, que “a la miseria le gusta la compañía”.
El Abrazo Para los Nagaraja, por lo menos cuando estaban más organizados, el momento del Abrazo es sumamente importante. Es un momento de transición, en el que el humano se convierte en no muerto, queda suspendido entre la vida y la muerte, y por lo tanto, se convierte en un canal entre ambos estados, por lo que rodean el proceso de convertir a un humano en vampiro con gran ceremonial, a menudo tomado de los cultos de los que formaron parte en vida. En primer lugar el Nagaraja arrastra a su chiquillo hacia la muerte, paso a paso, a veces de forma dolorosa para ponerlo a prueba por última vez. Si el aspirante a vampiro grita de dolor nunca llegará a
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completar su Abrazo. Algunos son más “amables,” pero en cualquier caso se trata de una fase lenta, haciendo que el aspirante sea consciente de que se está muriendo y experimente el proceso en detalle y quizás aprenda u obtenga alguna visión importante en los últimos momentos de su vida. Esta primera fase puede adoptar muchas formas: a veces un veneno de acción lenta, otras el Nagaraja corta las muñecas de su chiquillo en un baño ritual y deja que se desangre, y algunos incluso realizan una herida mortal con habilidad con un arma blanca o incluso de un balazo, pero que prolongará la muerte a veces durante horas. En los inicios de la línea de sangre los magos de la Tal’mahe’Ra arrancaban el alma del aspirante de su cuerpo y lo sometían a un viaje por el inframundo durante horas antes de hacerlo regresar a su cuerpo mediante el poder del Abrazo, pero se cree que actualmente sólo los más antiguos Carnívoros son capaces de realizar una hazaña semejante. En cualquier caso, una vez completada esta fase, el Nagaraja se hiere ritualmente y deja caer algo de sangre en la boca del iniciado. Es costumbre habitual dejar al lado del chiquillo el cuerpo muerto de alguien que fue importante para él en vida, ya sea parientes o amigos. Si el chiquillo supera sus emociones y los tabúes de su educación mortal y se alimenta, habrá superado el Abrazo. De lo contrario…esa noche el sire tendrá ración doble para cenar. Por supuesto, este ceremonial no siempre es tan elaborado, pero incluso los Nagaraja que rechazan los elementos religiosos de su linaje y que comprenden mejor que nadie las penurias de su existencia, procuran preparar a sus futuros chiquillos para el Abrazo, a menudo acostumbrándolos a matar y devorar carne humana o a desligarse de las emociones y ataduras que
podrían arrastrarlos a la desesperación y el suicidio. Una vez recibe el Abrazo, el sire no sólo tiene que encargarse de la educación mística de su chiquillo, sino que a menudo debe procurar alimento para los dos, pero si su chiquillo ha sido bien enseñado previamente, seguramente será capaz de ayudar a su sire en la caza en poco tiempo. De todas formas, siempre hay unas noches de adaptación que no son nada fáciles, mientras el chiquillo se adapta a su nuevo estado y comprende en qué se ha convertido.
La Maldición Como todos los vampiros, los Nagaraja deben alimentarse regularmente de sangre, pero su condición se ve agravada por la necesidad de consumir carne o debilitarse lentamente, hasta no ser capaces de moverse sin un gran esfuerzo y gasto de sangre. Muy probablemente esta “marca” del linaje fue producida por las prácticas caníbales y necrófagas del culto Idran del que proceden los Carnívoros. Y no sirve cualquier tipo de carne. Debe ser carne humana, preferiblemente cruda y fresca, aunque debido a las necesidades de supervivencia los Nagaraja han desarrollado rituales nigrománticos muy básicos para conservarla. Al menos un “punto” de carne debe ser consumido cada noche, o el proceso de debilitamiento físico de su cuerpo comenzará. Aunque puede que su comportamiento social o su agudeza mental no sufran cambios, su cuerpo comenzará a atrofiarse, y a efectos de mecánica de juego perderá un dado acumulativo de todas sus reservas de dados físicos por cada noche de ayuno. Y conseguir carne humana no es una tarea fácil. Mientras la sangre puede ser obtenida en cuestión de minutos, simplemente con un leve mordisco y succión, y
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sin necesidad de matar al recipiente, conseguir carne no sólo requiere la mutilación de la víctima, sino muy a menudo su muerte para conseguir la cantidad necesaria, o evitar resistencia o testigos inoportunos. De forma inevitable la alimentación de un Nagaraja está rodeada de cadáveres, independientemente de que hayan sido asesinados por él o no. Por fortuna para los Carnívoros, tras el Abrazo sus dientes se adaptan para su peculiar alimentación, endureciéndose, afilándose o retorciéndose por completo, permitiéndoles desgarrar y morder con más facilidad, y por lo tanto consumir carne con más eficacia. De todas formas, muchos utilizan cuchillos, dagas y bisturís para poder manipular más fácilmente su alimento. Y una vez obtenido un cuerpo adecuado –vivo o no- se presenta un problema adicional. Un cuerpo humano medio posee en torno a unos diez puntos de carne y un peso de entre 70 y 80 kg de media, sin excluir los huesos, lo que significa que un punto de carne equivale a consumir varios kilos de carne. A pesar de sus dientes puntiagudos, los Nagaraja requieren cierto tiempo para alimentarse, tiempo del que no siempre disponen tras encontrar un cuerpo, por lo que a menudo se ven forzados a llevarse a sus víctimas a un lugar adecuado donde poder comer tranquilamente. De esta manera, la alimentación de los Carnívoros a menudo consume una buena parte de su actividad nocturna, por lo que procuran tomar medidas para agilizarla todo lo posible antes de dedicarse a otros asuntos. La carne consumida no es digerida de forma biológica, porque los órganos de los Nagaraja están tan muertos y atrofiados como los de cualquier otro vampiro, por lo que no pueden consumir ningún otro tipo de comida ni líquidos. En su lugar, el cuerpo del vampiro transmuta la carne en energía mediante un proceso de osmosis sobrenatural que lo mantiene activo sin dejar ningún tipo de residuo ni excremento. Normalmente el proceso es prácticamente instantáneo, aunque en algunos Nagaraja puede prolongarse un tiempo, haciendo que parezcan más obesos de lo normal, especialmente si han consumido mucha más carne de la que necesitan para sustentarse. Si se diseccionara a un Carnívoro que acaba de alimentarse, su estómago estará vacío, pero en sus venas tal vez puedan encontrarse pequeños restos de carne ennegrecida que se descompone rápidamente hasta no dejar ni rastro.
Cuidando del Rebaño La alimentación es importante para todos los vampiros, pero en el caso de los Nagaraja requiere un cuidado extremo. Un Carnívoro que se alimenta despreocupadamente, dejando cadáveres a su paso no durará mucho. Las autoridades mortales, los cazadores de vampiros e incluso otros no muertos preocupados por la integridad de la Mascarada o simplemente por evitar atraer atenciones indebidas, terminarán dándole caza. El principal problema es que alimentarse de carne humana sin llamar la atención no resulta fácil. Aunque para un vampiro inmovilizar a una víctima pueda resultar relativamente sencillo, mover y manipular un cadáver no lo es tanto. Recurrir a la mutilación y el despedazamiento facilita las cosas, pero también resulta en ocasiones en un derroche de carne y sangre. Además,
un cadáver salvajemente mutilado llama mucho más la atención y despierta más alarmas que una simple desaparición. En primer lugar el Nagaraja debe disponer de un territorio donde las presas sean relativamente frecuentes y donde su alimentación pase desapercibida, preferiblemente atribuyendo las desapariciones y muertes a otras causas. Esto empuja a los Carnívoros a instalarse en las grandes ciudades o a viajar con relativamente más frecuencia que otros vampiros para evitar ser detectados. Algunos incluso visitan determinados lugares de forma “estacional,” y se marchan para no despertar sospechas cuando consideran que ya han permanecido durante tiempo suficiente. Las fronteras de los países desarrollados, que son atravesadas diariamente por emigrantes ilegales a menudo se han convertido en cazaderos habituales para los Carnívoros, especialmente en las últimas décadas. En segundo lugar se encuentra el problema de las desapariciones. Por fortuna para los Nagaraja en el Mundo de Tinieblas los crímenes y desapariciones a menudo pasan desapercibidos o son convenientemente olvidados tras una búsqueda no demasiado intensa. En los barrios marginales, donde la miseria está extendida, la supervivencia es difícil y la amenaza de la muerte es una posibilidad real, las depredaciones de un Nagaraja pueden pasar desapercibidas si no resultan demasiado “estridentes.” Unos restos mutilados, cuando aparecen, pueden ser atribuidos a un ajuste de cuentas entre bandas o carteles mafiosos. Las funerarias son otra fuente de alimento relativamente estable. Los cadáveres que son destinados a la donación de órganos o a la incineración pueden simplemente desaparecer sin problemas con las manipulaciones burocráticas y físicas adecuadas, al igual que los cuerpos no identificados y que no son reclamados por nadie. Sin embargo, una funeraria es un recurso limitado, que debe competir con otros negocios similares, y un Nagaraja raramente dispone de la influencia necesaria para controlar todo el sector funerario de una ciudad para procurarse un suministro estable de cuerpos, por no hablar de la competencia con otros vampiros interesados en una fuente de sangre relativamente segura. La mayoría de los Carnívoros que disponen de acceso a una funeraria a menudo la utilizan como complemento a otras fuentes de alimentación. Una vez dispone de cuerpos de los que alimentarse, el Nagaraja debe encontrar un lugar seguro en el que disponer de ellos. La alimentación a menudo resulta engorrosa y puede ser interrumpida en cualquier momento, por lo que un Carnívoro rara vez se alimentará en el mismo lugar en el que caza a sus víctimas, a menos que se encuentre en una situación muy apurada. Algunos instalan su “comedor” en mataderos o lugares donde el olor de la carne pasará desapercibido. A medida que un Nagaraja incrementa su poder nigromántico, también encontrará nuevas formas de facilitar u ocultar su alimentación. Los rituales para conservar cadáveres y sangre son bastante frecuentes en la línea de sangre y relativamente sencillos de aprender, y los nigromantes más poderosos pueden crear refugios o escondrijos en las Tierras de las Sombras donde esconder y disponer adecuadamente de cadáveres.
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Aprendizaje El aprendizaje de un nuevo chiquillo suele haber comenzado antes del Abrazo, preparándolo para su nuevo estilo de vida. En general, se le procura distanciar de la humanidad y a acostumbrarse a matar cuando sea necesario, y sobre todo métodos para ocultarse y pasar desapercibido, una necesidad que nunca es suficiente para un Nagaraja que pretende sobrevivir a largo plazo. En algunos casos, los Carnívoros crean sociedades secretas esotéricas o cultos de iniciación en los que es necesario “ponerse a prueba” para alcanzar los niveles más altos. Mientras no es liberado de la tutela de su sire, el chiquillo se convierte en un aprendiz o Shravaka, debiendo asistirle en todo lo que requiera. Normalmente recibe las primeras lecciones de Nigromancia, y quizás también comience a experimentar la presencia de los muertos Sin Reposo, si es que no ha contactado ya con ellos en vida. También durante este período el chiquillo a menudo sólo mantiene contacto con su sire, y en algunos casos incluso se le ordena no dirigirse a otros vampiros y mantener silencio en su presencia. La relación entre sire y chiquillo resulta especialmente estrecha hasta el punto de que algunos Nagaraja no conocen a más miembros de su linaje que sus sires. Los hábitos alimenticios de la línea de sangre también influyen en ellos hasta el punto de verse separados del resto de los vampiros, casi como si fueran otro tipo de criaturas, y desde luego el carácter de los Carnívoros no los impulsa a socializarse demasiado a menos que tengan otros intereses en mente… La presencia del sire también resulta de gran utilidad al chiquillo para afrontar la inevitable crisis que produce el progresivo desgaste de la humanidad. Aparte de los métodos de supervivencia y los conocimientos esotéricos, el sire también puede proporcionar alivio ante la presión de la Bestia a través de los fundamentos de las Sendas de Iluminación, una tabla moral a la que prácticamente todos los Carnívoros deben aferrarse antes o después a lo largo de su existencia. Una vez concluye el aprendizaje, el sire impulsa a su chiquillo a marcharse y establecerse por su cuenta, aunque en algunas ocasiones es el sire el que se marcha, tras asegurarse de que su chiquillo puede arreglárselas por sí mismo. Una vez más debido a sus hábitos alimenticios y la necesidad de no atraer demasiado la atención los grupos de más de dos Nagaraja son raros, al margen de las excepciones de Enoch, y actualmente Seúl, que constituyen los refugios del linaje. A lo largo de su historia la línea de sangre también ha establecido cultos caníbales dirigidos por varios Carnívoros, pero no suelen durar mucho tiempo, y sobre todo en las noches modernas suelen atraer demasiada atención.
Refugios La elección de refugio de los Nagaraja está dirigida por la pragmática supervivencia, sobre todo en estas noches. Siempre que tienen ocasión intentan incorporar en ellos una forma de conservar cadáveres, como neveras o cámaras frigoríficas. Cuando pueden permitirse el lujo de disponer de un refugio permanente
suelen incluir un espacio para sus laboratorios o prácticas nigrománticas. La principal cualidad que busca un Nagaraja en un refugio es aislamiento e intimidad, pues su descubrimiento inevitablemente revelará que no se trata de un lugar “normal,” por lo que a menudo sus propietarios tratarán de ocultarlo como otra cosa distinta y a menudo inofensiva. Por ejemplo, en algunas funerarias los Nagaraja acondicionan sótanos y catacumbas, ocultando su acceso, y en otras ocasiones se instalan bajo mansiones y edificios, dejando que sus habitantes creen una fachada de “normalidad” bajo la que ocultarse. En estos casos suelen llevar a cabo sus rituales más peligrosos o deshacerse de las pruebas de su alimentación en otros lugares apartados para evitar llamar la atención. Resulta sorprendente lo que el ingenio personal puede desarrollar frente a siglos de persecución. Milenios antes de la aparición formal de la Mascarada los Nagaraja a menudo establecían redes de ubicaciones seguras o viajaban con frecuencia para evitar que sus depredaciones o ellos mismos fueran descubiertos. Una de las primeras enseñanzas que reciben los chiquillos Carnívoros es que deben estar preparados para marcharse en cualquier momento y no se les anima a apegarse a las comodidades materiales. Otros Nagaraja simplemente se mudan por costumbre, aunque no existan motivos para ello, simplemente porque son conscientes de que cuanto más tiempo pasen en un lugar existen más posibilidades de ser descubiertos. Caso aparte lo constituyen los refugios en las Tierras de las Sombras y el inframundo. Después del descubrimiento de la ciudad de Enoch, o quizás incluso antes, algunos Nagaraja con poder y recursos suficientes construyeron sus mansiones en el más allá, a menudo a partir de edificios fantasmales existentes, pero en otras ocasiones construyéndolos ellos mismos con la ayuda de sus esclavos. Actualmente algunos Nagaraja continúan esta práctica, buscando lugares en los que la barrera entre el mundo de los vivos y el de los muertos sea especialmente fina, y descubriendo ubicaciones especialmente adecuadas en el más allá que les proporcionen la misma seguridad y ventajas que en el mundo físico. Con los rituales nigrománticos adecuados, un refugio en el inframundo puede convertirse en una despensa segura y un lugar adecuado para hacer desaparecer cadáveres sin dejar ningún rastro en el mundo físico. Por supuesto, aunque un refugio en el inframundo constituye un motivo de orgullo y una muestra de demostración del poder de un Nagaraja, también conlleva sus propios problemas y riesgos. En los últimos tiempos, sobre todo tras la caída de Enoch, las tierras de los muertos están lejos de ser un lugar seguro, y los fantasmas no guardan mucho aprecio por los nigromantes en general, y especialmente por aquéllos que tienen la capacidad de alimentarse de ellos. Cuando la presencia de un Nagaraja en el inframundo es descubierta por los fantasmas, la opción más sabia es regresar de inmediato al mundo físico. Ya antes de la caída de Enoch, más de una morada de un Carnívoro fue asaltada por hordas fantasmales enfurecidas y aullantes.
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Facciones Desde sus inicios los Nagaraja han estado rodeados de enemigos, y las periódicas persecuciones, su elitismo reticente a conceder el Abrazo, los problemas de su existencia y sus hábitos alimenticios han impedido que se extendieran necesario. Se cree que en su período de mayor “auge” la línea de sangre estaba cerca de los 100 miembros, y tras la caída de Enoch y los conflictos de los últimos años se cree que el linaje ha sido reducido a un número aproximado de entre 30 y 40 vampiros. A grandes rasgos, aunque se trata de una línea de sangre pequeña, unida y bastante homogénea, durante la mayor parte de su historia dentro de la misma han coexistido dos grupos ideológicamente diferentes.
La Tal’mahe’Ra Hablar de los Nagaraja supone referirse también a la Tal’mahe’Ra. Originada como una secta mística, los primeros Carnívoros surgieron en ella y de forma inevitable adoptaron sus enseñanzas. Los más antiguos Nagaraja establecieron una especie de culto a la muerte, orientado en torno a las enseñanzas del culto Idran, que con el paso del tiempo fue incorporando otras ideas y prácticas de otros cultos similares, como los ApadDharma de Bombay, así como del hinduismo y el budismo. Sin embargo, debido tanto a la naturaleza de los vampiros como a su distanciamiento del mundo mortal sus creencias se encuentran corruptas y cualquier creyente hindú o budista se sentiría horrorizado ante semejante doctrina llena de blasfemias. Los Nagaraja de la Tal’mahe’Ra mantienen la creencia de que son los avatares elegidos de Kala, la muerte, y creen que su deber sagrado es actuar como agentes de la destrucción y la entropía, matando todo lo que se estanca y devolviéndolo al Ciclo, al menos en teoría. Sin embargo, más allá de este principio los Carnívoros no tienen ningún escrúpulo en torturar y matar, y robar las energías de sus víctimas como es su derecho por ser agentes de la muerte. Sus propósitos a menudo se encuentran autojustificados como una forma de mantener el ciclo de la vida y de la muerte en marcha, pero igual que otros vampiros sus acciones están motivadas por intereses egoístas. La caída de Enoch y la disolución de la Mano Negra en múltiples facciones han afectado especialmente a este grupo, que anteriormente era el más numeroso de la línea de sangre, y cuyos miembros se consideran los únicos Nagaraja de verdad. En los últimos tiempos tras la dura prueba sufrida su arrogancia se ha atenuado en parte y ya no se muestran tan inflexibles ni seguros en sus creencias. Prácticamente todos sus miembros se encuentran en la actualidad concentrados en Seúl, bajo el santuario de las Cortes Verdes de Corea, aunque unos escasos solitarios han buscado otros refugios. Se cree que al menos uno de ellos se encuentra en París, protegido en una capilla mística creada por los magos Idran.
Los Independientes Debido al elitismo de los Nagaraja de la Tal’mahe’Ra, siempre han existido unos pocos “indignos” o Carnívoros que no daban la talla, o que simplemente descubrieron que sus intereses se
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encontraban lejos de Enoch, y que siguieron su propio camino. Aunque algunos de ellos mantenían un contacto ocasional o una alianza nominal con la secta, simplemente por si era necesario recurrir a su apoyo llegado el momento, la mayoría simplemente se dedicaban a sobrevivir como podían, lo que les llevó a contactar con otros clanes, facciones y grupos sobrenaturales. Cuando los demás vampiros se encontraban con un Nagaraja, solía ser uno de estos independientes. La existencia de estos Carnívoros no gozaba de la protección continuada de la Tal’mahe’Ra, por lo que a menudo se enfrentaban a numerosos peligros y sufrían un número elevado de bajas. La persecución los llevaba a viajar continuamente o a establecerse en lugares alejados donde procuraban sobrevivir como podían. Aunque siempre fueron un grupo minoritario, tras la caída de Enoch se han convertido en mayoría y tal vez la única esperanza de supervivencia del linaje se encuentre en ellos. Los Nagaraja Independientes a menudo llevan una existencia mercenaria, trabajando para otros vampiros como ejecutores o consultores nigrománticos o colaborando con vampiros con intereses esotéricos como los Giovanni, los Seguidores de Set o los Tremere. La política de la Camarilla de reforzar la Mascarada a menudo les impide que formen parte habitual de la secta, prefiriendo mantenerse en la periferia y procurar no dar la mínima excusa para atraer la atención de los Vástagos. En el Sabbat, con un modo de vida menos preocupado por la humanidad su existencia puede ser algo mejor, y se sabe que algunos han encontrado su lugar en las manadas de la secta, disfrutando de la cooperación de sus compañeros para poder alimentarse con más facilidad y obtener protección.
Sendas de Iluminación Mientras que para otros vampiros, incluyendo los del Sabbat, las Sendas de Iluminación constituyen códigos alternativos y opcionales para afrontar las penalidades de la no muerte, para los Nagaraja constituyen una necesidad forzosa, una moralidad a la que tendrán que aferrarse antes o después para evitar las depredaciones internas de la Bestia, simplemente porque su modo de existencia los impulsa a ello. No sólo se trata del acto de matar o de estar rodeados de muerte, alimentarse de carne también rompe las ataduras del vampiro con aquello que lo hacía humano. No se trata de la relación entre cazador y presa, sino de devorar directamente a un “igual,” un tabú moral extendido en la mayor parte de las sociedades actuales, y que cuando cae, deja que la Bestia ocupe su lugar. Por esta razón los Nagaraja se repiten a sí mismos que ya no son humanos, que los humanos son simplemente carne y sangre de las que alimentarse, pero ese pensamiento irremediablemente se cobra factura en su humanidad, y por lo menos en los primeros años, cada vez que un Carnívoro arranca un trozo de carne humana siente una especie de escrúpulo o duda, que poco a poco se irá apagando. Desde las primeras noches del Abrazo, y a veces incluso antes, los Nagaraja enseñan a sus chiquillos a afrontar estas inevitables dudas existenciales y a
distanciarse de sus víctimas, construyendo una fortaleza fría y gris que los aísle de las emociones y los remordimientos que sintieron en vida, y que puede adoptar diversas formas.
La Senda de los Huesos Como era de esperar, debido tanto a sus orígenes como a sus prácticas e investigaciones relacionadas con la muerte, a lo largo de los siglos la mayoría de los Nagaraja han seguido la Senda de los Huesos como su principal código de moralidad. Los antiguos de la Tal’mahe’Ra a menudo siguen versiones arcaicas y espirituales, a menudo con elementos sobre el ciclo de la vida y la muerte tomados del hinduismo, el budismo y otras creencias de Oriente. Los más jóvenes y los independientes, sobre todo a partir del siglo XVIII, han adoptado versiones más pragmáticas y científicas, más próximas a la Senda de la Muerte y el Alma del Sabbat. Al considerarse un culto dedicado a la muerte, la Senda de los Huesos resulta casi un sinónimo de las creencias de los Nagaraja. Con el paso de los siglos muchos antiguos se han convertido en destacados seguidores y maestros, contribuyendo enormemente a su desarrollo. Sin embargo, sus contribuciones a menudo no han ido más allá de los límites de la Mano Negra, aunque de forma indirecta en ocasiones han terminado filtrándose en el Sabbat. Tras la primera caída de Enoch en el siglo XVII, los Enterradores Nagaraja asumieron una actitud más milenarista, observando campos de batalla, y en el último siglo los grandes genocidios, comprobando sus efectos en el más allá, e incluso realizando “experimentos” a pequeña escala. Esta tendencia se ha extendido entre los antiguos desesperados, que han visto señales de que el mundo toca a su fin y consideran que como servidores de la muerte su cometido es acelerarlo, sea cual sea el resultado. Con el desarrollo del armamento atómico y de las armas de destrucción masiva las perspectivas de lo que podría realizar uno de estos “iluminados” resultan aterradoras…
La Senda de Lilith Aunque el Nodismo y el conocimiento de Caín tenían su lugar en la Tal’mahe’Ra, debido a su origen artificial los Nagaraja no se consideraban descendientes de Caín, aunque respetaban el conocimiento y erudición de los vampiros Nodistas. En su lugar, muchos, especialmente las mujeres Abrazadas en la línea de sangre, se decantaban por las visiones esotéricas y el conocimiento interior que les proporcionaba la Madre Oscura. Esta Senda de Iluminación es la segunda en popularidad entre los Nagaraja, y los Lilin Carnívoros a menudo ocupaban posiciones como torturadores e interrogadores dentro de la Tal’mahe’Ra. En sus estudios sobre la nigromancia se encontraron con una línea de sangre y hermandad esotérica, las Lamias, con las que intercambiaron conocimientos esotéricos. Todavía hoy algunas antiguas Nagaraja conservan conocimiento sobre la Senda de los Cuatro Humores. Los Lilin Nagaraja, a pesar de su escaso número, son uno de los cultos más organizados entre las diversas facciones que veneran a Lilith, a quien ellos suelen
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identificar con Kali Ma, la diosa de la muerte y esposa de Shiva. Sus rituales a menudo incluyen elementos y parafernalia hinduista y son capaces de llevar a sus víctimas a los extremos del éxtasis al dolor en cuestión de segundos.
La Senda del Enfoque Interior Esta senda fundamentada en sus inicios en principios taoístas y orientales, es el resultado de los contactos de los vampiros orientales y occidentales en el siglo VIII. Durante esta época la Tal’mahe’Ra realizó un pacto con un grupo de vampiros orientales herejes conocidos como los Aks, que llegaron a Occidente en su continua búsqueda de conocimiento y que facilitaron a la Tal’mahe’Ra acceso a los reinos del Lejano Oriente. La senda nunca fue muy popular, pues sus adherentes tampoco fomentaban el proselitismo, limitándose a compartir sus conocimientos con quienes acudían a ellos en busca de iluminación. Algunos Nagaraja, especialmente los que realizaban estudios más introspectivos, a menudo basados en torno a sí mismos, abrazaron los principios de la Senda del Enfoque Interior como una forma de controlar sus emociones y sentimientos, aceptando el orden de las cosas. Estos Carnívoros no se volcaban tanto en el estudio nigromántico como en su propio cuerpo y mente, a menudo abandonando sus cuerpos de forma astral para emprender sus propias búsquedas en el submundo. Con la reciente debacle de los Nagaraja, la Senda del Enfoque Interior se encuentra en mínimos dentro de la línea de sangre, aunque uno de sus seguidores, el antiguo Dominio Juleidah, es uno de los principales seguidores de la senda que sobreviven en la actualidad.
Opiniones Sobre los Demás Juleidah, antiguo Dominio de la Mano Negra Oriental, recibe a unos jóvenes chiquillos que han huido de la India y les instruye sobre el mundo al que se enfrentan: Quedamos demasiado pocos para enorgullecernos de un pasado que ha quedado atrás. Nuestro linaje siempre ha buscado a los fugitivos, los perseguidos, quienes saben sobrevivir frente a las adversidades, quienes no temen a la muerte y la abrazan como lo que realmente es, una compañera inseparable y tan natural como la vida. Siempre hemos sido perseguidos. Siempre hemos tenido enemigos. Nuestro primer paso estuvo a punto de ser el último y la llegada de esta tormenta no significa que debamos rendirnos sin hacer lo que siempre hemos hecho: ser flexibles como juncos y adaptarnos ante la adversidad. No debéis temer lo que se avecina, afrontadlo y utilizadlo. Controlaros a vosotros mismos antes de controlar a otros y nunca olvidéis que controláis vuestro propio destino. Comencemos…
La Camarilla Una conspiración de tiburones que se ocultan bajo una fachada de humanidad hipócrita. No encajamos
en la compañía de los “civilizados” Vástagos, pero si les abrís la boca tienen colmillos igual de afilados que los demás vampiros. Sus pretensiones de humanidad son risibles, no pueden negar lo que son. Por muy sutiles que sean los Nagaraja, sus hábitos alimenticios los hacen rechazables para la Camarilla. Si quiere encajar entre los Vástagos, un Carnívoro no sólo debería ocultar lo que es, sino hacerse tan valioso como para que sus “excentricidades” pasen desapercibidas. Y procurar no destacar demasiado. A pesar de estos obstáculos, ocasionalmente algún Nagaraja ha conseguido establecerse en algún dominio de la secta, por lo general permaneciendo en la periferia y llegando a algún acuerdo con el Príncipe o algún antiguo poderoso para por lo menos ser aceptado. Sin embargo, en tiempos de turbulencia política estos Nagaraja prefieren mudarse de ciudad. Las intrigas políticas no suelen ser de su agrado y prefieren no involucrarse en ellas.
El Sabbat Qué desperdicio. Si no nos hubiera servido para detener a la Camarilla hace tiempo que deberíamos haber acabado con ellos como animales enfermos. Los Nagaraja entraron en contacto con la Espada de Caín tras la reunificación de la Mano Negra, pero salvo contactos ocasionales para ayudar a agentes infiltrados entre los Cainitas, prefirieron mantenerse a distancia. Sin embargo, en los últimos tiempos, teniendo en cuenta que la Mano Negra del Sabbat es la facción más fuerte que ha sobrevivido a la división de la secta, unos pocos Carnívoros han tanteado la posibilidad de unirse a ella, y algunos han establecido contactos prometedores con varios poderosos Necronomistas de la secta. Los poderes de los Nagaraja pueden resultar muy útiles para la Espada de Caín, y sus “peculiaridades” pasan desapercibidas en una secta que desprecia a la humanidad.
Assamitas Nosotros matamos porque tenemos que comer. Ellos matan para robar almas y obtener beneficios. Y esos hipócritas dicen que somos malignos. Las relaciones entre la Tal’mahe’Ra y el clan Assamita han sido tensas. Ambas partes se enfrentaron durante una larga guerra que dio lugar a una tregua con altibajos que se ha mantenido hasta hoy. Con el reciente cambio de liderazgo en Alamut los Asesinos se han apresurado a ocupar varios dominios y fortalezas de la Mano Negra en Oriente Medio, aprovechando el estado de confusión de la secta. Sin embargo, una facción renunció a sus vínculos con el clan a finales del siglo XV, tras su derrota ante la Camarilla y encontraron refugio en la Mano Negra. Estos “Ángeles de Caín,” aunque en su mayoría unidos a la Mano Negra occidental, terminaron encontrándose con los Nagaraja cuando la Mano Negra se unificó tras el Tratado de Enoch. Los Ángeles de Caín a menudo sirvieron como guardianes y protectores de los Carnívoros, un papel que cumplieron correctamente, pero nunca hubo demasiada relación entre ambos linajes, pues existían demasiadas diferencias entre ellos. La reciente
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deserción de varios Assamitas de la Mano Negra para regresar con el resto del clan Assamita tampoco ha contribuido a mejorar su reputación a ojos de los Nagaraja.
Brujah Los que se hacen llamar Brujah son una horda rabiosa de sangre usurpada y condenada a la autodestrucción. Nosotros hemos conocido a los Verdaderos Brujah, dignos herederos de su legado, auténticos sabios y compañeros. Como nosotros, han sufrido mucho en los últimos tiempos y su destino resulta igual de incierto que el nuestro. En sus primeros tiempos la Tal’mahe’Ra reclutó a un grupo de vampiros que se hacían llamar los “Verdaderos Brujah,” y que afirmaban ser los auténticos descendientes del Antediluviano, asesinado y diabolizado por un chiquillo traidor. Desde el principio colaboraron con los Nagaraja en sus estudios, aunque no estaban tan interesados en la muerte como el perfeccionamiento personal. La colaboración entre ambas líneas de sangre resultó fructífera. Según algunos rumores, los conocimientos de los Nagaraja sobre la entropía combinados con las teorías de los Verdaderos Brujah les permitieron desarrollar la Disciplina de Temporis, que les permitía controlar el tiempo. Su intención a largo plazo parece que era seguir el flujo del tiempo y “corregir” el asesinato de Brujah, aunque se cree que nunca llegaron a conseguirlo. Los Nagaraja también se beneficiaron de las teorías de los Verdaderos Brujah para controlar a la Bestia sofocando las emociones, y algunos incluso llegaron a dominar la Senda del Corazón Abrasado, aunque tras la caída de Enoch, no queda ningún seguidor Carnívoro de la senda y ambos linajes han seguido caminos separados. En cuanto a la Chusma que se hace llamar Brujah en estas noches… No merecen más atención que un perro rabioso. Basta apartarse y dejar que se muera solo, o acelerar su final si es posible.
Gangrel Buscan libertad en su comunión con las bestias. Simplemente seguimos caminos separados, aunque el suyo es más sencillo que el nuestro. Las diferencias entre Gangrel y Nagaraja no permitían mucha interacción entre ambos clanes, aunque más de un Carnívoro resultó beneficiado de su alianza con los Animales de la Mano Negra. Guardianes y cazadores, los refugios de los Nagaraja a menudo contaban con estos valiosos guerreros. Sin embargo, resultaba difícil para ambos linajes establecer relaciones más allá de alianzas de conveniencia, aunque eso solía bastar para ambas partes.
Giovanni Los Capadocios causaron su propia destrucción al reclutar a estos mercaderes sin escrúpulos. Nunca tuvimos buenas relaciones con los Ladrones de Tumbas, pero los Giovanni que ocuparon su lugar hacen que los eche de menos. Ni siquiera en esta hora de necesidad me
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inspiran demasiada confianza. Aunque tenemos intereses comunes lo más probable es que nos roben nuestros conocimientos antes de acabar con todos nosotros. Como se ha mencionado, resulta curioso que el Clan de la Muerte y los Nagaraja no tuvieran una relación demasiado fluida, quizás debido a algún antiguo odio o rencor, quizás relacionado con la turbulenta creación de los Carnívoros. En cualquier caso, casi ningún Capadocio se unió a la Tal’mahe’Ra desde la fundación de la secta, pues los Nagaraja monopolizaban las investigaciones nigrománticas y no parecían dispuestos a compartirlas con competidores potenciales. La caída del clan Capadocio se produjo durante el período de aislamiento de la Tal’mahe’Ra, y la mayor parte de la purga que realizaron los Giovanni se produjo en Europa. Algunos Capadocios encontraron refugio en la secta, y fueron bien recibidos en Enoch. Sin embargo, ninguno de ellos sobrevivió a la primera caída de la ciudad en el siglo XVII. A pesar de poseer un considerable conocimiento nigromántico, la Tal’mahe’Ra se mantuvo al margen de los Giovanni, espiándoles y robándoles cuando podía. Los escasos contactos entre Nagaraja y Giovanni fueron muy cuidadosos y no carentes de tensión, sobre todo en el Lejano Oriente, cuando sus intereses se cruzaban con los de la familia DellaPassaglia. Tras la caída de Enoch, los Nagaraja supervivientes sopesaron la posibilidad de buscar protección entre los Giovanni, pero el recuerdo del destino de los Capadocios y la naturaleza traicionera de los Nigromantes venecianos terminó con el rechazo de esa posibilidad.
Lasombra Autoproclamados señores de la oscuridad y de la noche. No me impresionan en absoluto. Están cegados por su egoísmo y se revuelcan en un legado de traición, corrupción y avaricia. Sin embargo, no creáis por ello que son débiles. Controlan un poder siniestro y sospechamos que terminará volviéndose contra ellos.
En Oriente sobrevivían algunos nidos de antitribu Lasombra, que a menudo se enfrentaban al rechazo de los vampiros orientales, y por lo tanto en ocasiones se aliaron con los Nagaraja e incluso se unieron a la Tal’mahe’Ra. Por desgracia, muchos de estos nidos fueron destruidos en los últimos siglos ante los ataques de Lasombra llegados de Occidente, seres sólo dignos de desprecio por su avaricia y ansia de controlarlo todo. Sin embargo, los Lasombra despiertan la curiosidad de los Nagaraja por otros motivos más esotéricos. Sus poderes de Obtenebración resuenan con energías…familiares del inframundo, aunque parecen tener un origen distinto. A lo largo de los siglos algunos antiguos Nagaraja han colaborado con los Lasombra de la Mano Negra buscando indicios sobre los orígenes de los poderes de Obtenebración, aunque estas investigaciones han quedado paralizadas con la reciente división de la secta.
Malkavian Su locura los hace imprevisibles y potencialmente peligrosos. Nunca se sabe lo que puede ocurrir con un Malkavian, aunque indiscutiblemente hay un poder oculto en ellos. Se puede colaborar con quienes comparten nuestros objetivos, pero procurad siempre no perderles de vista. En el Clan de los Locos se encuentran algunos de los más formidables aliados y enemigos que han tenido los Nagaraja a lo largo de los siglos. En la India los brahmanes del clan a menudo azuzaron a las masas contra los “adoradores de la muerte,” mientras que otros seguían la voluntad de la diosa Kali Ma con un fervor que nada tenía que envidiar a los devotos Carnívoros. En conjunto los Nagaraja prefieren mantenerse apartados de los Malkavian, aunque a lo largo del tiempo no han desdeñado las colaboraciones ocasionales con sus aliados Locos de la Tal’mahe’Ra.
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Nosferatu Algunos saben demasiado de nosotros para su propio bien. Sin embargo, siempre que hemos colaborado todos hemos resultado beneficiados. Aunque no les interesa el conocimiento sobre la muerte, son buenos cosechando información cuyo potencial podemos desentrañar y aprovechar al máximo. Nagaraja y Nosferatu han coincidido en más ocasiones de las que parece, sobre todo los Carnívoros independientes que se ven obligados a sobrevivir como pueden, a menudo ocultándose entre grupos marginados y desfavorecidos donde las Ratas de Cloaca también prosperan. Cuando ambos linajes aceptan colaborar a menudo crean redes de información eficaces con ramificaciones mundanas y fantasmales. En algunas ciudades de la India, e incluso de Occidente, algunos reinos Nosferatu colaboran con los Nagaraja, que se convierten en señores del crimen y del submundo local, disfrutando de la protección que les ofrecen sus monstruosos aliados.
Ravnos Aunque nuestra consciencia superior nos permite atravesar las ilusiones de los Rakshasa, eso no los hace menos peligrosos. Es mejor seguirles la corriente para que no consideren que nuestra sabiduría es una amenaza. Los Ravnos fueron algunos de los primeros vampiros que conocieron los Idran, y cuando se convirtieron en los Nagaraja también se convirtieron en sus primeros enemigos no muertos. La condición “artificial” de los Carnívoros y su necesidad caníbal llevó a los Ravnos a destruirlos, considerándolos una competencia indeseable y completamente ajena a la sociedad vampírica que habían construido en la India. Y para los antiguos Ravnos la destrucción de los Nagaraja tenía un significado más profundo, pues se consideraban los protectores del mundo frente a los “demonios;” aunque muchos mortales no lo apreciaran, los oscuros dioses de la noche estaban presentes cumpliendo con su deber autoimpuesto de mantener el orden espiritual en la India. La persecución de los Ravnos llevó a los Nagaraja a proscribir a los Embusteros de la Tal’mahe’Ra, aunque esta prohibición fue relajada con el paso del tiempo. De todas formas ni siquiera dentro de la secta había mucha confianza entre ambos clanes. Cuando la Mano Negra cayó varios Ravnos cayeron sobre los desprotegidos Carnívoros, y cuando la muerte del Antediluviano Ravnos sembró la muerte entre las filas del clan, algunos Nagaraja atacaron a los escasos supervivientes para devolverles las atenciones recibidas.
Seguidores de Set Son unos de los pocos vampiros que en ocasiones se atreven a escurrirse entre las sombras para negociar con nosotros. Aliados de fiar, si te los puedes permitir. Los Nagaraja mantienen una doble opinión de los Seguidores de Set. Por una parte se encuentran los Daitya, las Serpientes de la India, vampiros orgullosos y sabios, que veneran al dios Shiva el Destructor, el esposo
de Kali Ma, y aunque sea por empatía religiosa, ambos linajes pueden encontrar terreno en común para establecer alianzas. Especialmente durante la Edad Victoriana, Nagaraja y Daitya colaboraron juntos para expulsar a los británicos y los Vástagos que los acompañaban, aunque su convivencia no ha estado exenta de ciertos roces ocasionales. Por lo que se refiere a los Seguidores de Set de Occidente, la situación es completamente inversa: los Nagaraja muestran rechazo y cautela hacia ellos. Se los considera responsables de haber provocado la Guerra de los Traidores y haber dividido la Tal’mahe’Ra en dos, y de haber intentado destruir la secta enfrentándola con los Assamitas. Y la guerra realmente no ha terminado ahí, sino que se ha prolongado durante siglos entre ambas partes. A pesar de este enfrentamiento en ocasiones ha habido momentos en que sus intereses han coincidido frente a enemigos comunes.
Toreador Entre ellos hay individuos de valía por su conocimiento o su habilidad, pero la mayoría desperdician su inmortalidad en una lamentable imitación de la humanidad que ya no les pertenece. Patético. Para los Nagaraja no existe mucho que apreciar en los Toreador. Su arte, incluso cuando está relacionado con la muerte, les resulta una mera frivolidad carente de contenido, y su empeño por participar en los placeres de la humanidad les parece un completo sinsentido. En conjunto muchos Carnívoros consideran que los Toreador no valen mucho más que los esclavos y servidores humanos que se ocupan de sus engorrosas necesidades mundanas. Otros no son tan arrogantes y valoran la protección y recursos que puede aportarles las relaciones con el Clan de la Rosa.
Tremere (Carcajada) Son como nosotros. No los envidio. Han subido mucho más alto, y su caída será más dura que la nuestra. Nosotros sobrevivimos a duras penas, para ellos me temo que no habrá salvación. Los Tremere surgieron en Europa durante la Edad Oscura, cuando la Tal’mahe’Ra estaba aislada sobre sí misma y realmente los Brujos no atrajeron su atención hasta que comenzó a extenderse la noticia de la diablerie de Saulot. Los agentes de la Tal’mahe’Ra capturaron a algunos y los llevaron a Enoch para interrogarlos y posteriormente terminaron en las mesas de disección de los Nagaraja. Lo que descubrieron resultaba fascinante. De alguna manera los Tremere habían conseguido repetir el logro de los Nagaraja, alcanzando la inmortalidad mediante la sangre vampírica sin necesidad de recurrir al Abrazo. Tras un largo tiempo de cautelosas indagaciones los Nagaraja llegaron a la conclusión de que los Tremere habían encontrado el Rito del Nagaraja, aunque lo habían perfeccionado, ya que no tenían ninguna necesidad de consumir carne para alimentarse. A pesar de haber realizado varios intentos durante siglos, ni siquiera ahora los Nagaraja se encuentran más cerca de descubrir el secreto de la inmortalidad de los Tremere, sólo sospechas y rumores.
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Sienten cierta envidia de lo que han conseguido, convirtiéndose en un clan de la Camarilla, y utilizando la secta para sus propósitos…de forma similar a ellos con la Tal’mahe’Ra. Y los Brujos no se han quedado con los brazos cruzados. En ese tiempo ellos también han arañado la superficie de los secretos de la Mano Negra y los Nagaraja. Ambas partes mantenían una lejana y tensa guerra fría, que ha sido dejada de lado frente a problemas más acuciantes.
clanes, la facción de los Nagaraja se convertía en una constante imprescindible. En general, dentro de la Mano Negra, la relación entre ambos linajes ha sido buena, cada uno cumpliendo un papel complementario y sin molestarse mutuamente. Los Ventrue han ejercido como gobernantes admirables, ocupándose de la protección de los Nagaraja de la secta y contando con su consejo y apoyo místico cuando ha sido necesario.
Hombres Lobo
Tzimisce De la misma forma que nosotros dominamos las artes de la muerte, ellos dominan las artes de la carne y el hueso. Sin embargo, al contrario que nosotros, no lo han obtenido mediante su esfuerzo y estudio, sino debido a una voluntad perniciosa que parece haberse extendido por todo el clan como una enfermedad y que los ha convertido en monstruosidades. En sus inicios, la Tal’mahe’Ra reclutó a un grupo de antiguos vampiros del clan Tzimisce, que rechazaban el uso de la Vicisitud y afirmaban que el resto de su clan estaba contaminado por demonios que se apoderaban de sus cuerpos como si de una enfermedad se tratase. A cambio de su colaboración, la Tal’mahe’Ra los ayudó a protegerse del resto del clan. Aunque en principio los Nagaraja no creen en los desvaríos paranoicos de estos antiguos Tzimisce del “Clan Puro” o “El Viejo Clan,” creen que sí existe cierto fundamento para sus temores. A partir de sus experimentos han descubierto que el arte de la Vicisitud parece extenderse en ciertos individuos como si estuviera dirigido por una voluntad propia, cuyo origen desconocen. A pesar de la utilidad potencial que podría tener la Vicisitud en sus experimentos, los Nagaraja desconfían y prefieren recurrir a alternativas más fiables y seguras como la Biotaumaturgia. Por lo que se refiere a sus tratos con los Tzimisce, en ocasiones los Nagaraja han realizado pactos con los territoriales guerreros Kartarirya, que son el clan más poderoso de la India tras los Ravnos, y tras la reciente debacle que han sufrido los Carnívoros, algunos han buscado la protección de los Demonios indios, a pesar de los temores hacia su extraña “enfermedad”.
Ventrue La preocupación de estos vampiros por el poder mundano resulta adecuada para nuestros propósitos. Siempre hemos necesitado protectores y quienes dirigieran el poder mundano para poder dedicarnos a nuestros estudios. Es necesario reconocer que los Ventrue destacan como administradores, pero tampoco hay que confiar demasiado en ellos pues estos lacayos tienden a creerse mejores que sus amos. Durante gran parte de la historia de la Tal’mahe’Ra, los Ventrue asumieron el liderazgo de la secta, mientras los Nagaraja se situaban en un papel secundario. Algunos creen que la ambición de los Ventrue les llevó a apartar a los magos Idran del poder, provocando un cambio en el liderazgo. En cualquier caso, el gobierno de los Ventrue no fue tranquilo. Mientras su liderazgo declinaba con la incorporación de nuevos
Los Pueblos Feroces caminan con pieles de lobo, tigre, pantera y otros. No les gustamos, pues no reconocen que las criaturas de Kali Ma tengan derecho a existir. Cuando nos encontramos, les convencemos de lo contrario. Para los hombres lobo y otras criaturas cambiantes los vampiros son criaturas del Wyrm, y no se detienen a realizar demasiadas diferencias. Los Nagaraja en especial, suelen estar rodeados de un aura de corrupción especialmente intensa, y su hábito de comer carne humana no los hace mucho mejores. En momentos puntuales algunos Nagaraja han realizado pactos puntuales con una especie de tribu o clan de corruptos hombres araña, pero como la mayoría de los vampiros los Carnívoros saben que es mejor mantenerse apartado de los feroces hombres bestia.
Magos Nuestros ancestros eran hombres sabios que decidieron tomar la tarea sagrada de vigilar el ciclo de la muerte. Sus descendientes todavía sobreviven hoy y siguen sin comprender que hemos ascendido a una posición sagrada convirtiéndonos en servidores voluntarios del ciclo. Originalmente los Idran era uno de los cultos de la muerte que surgieron en la India. Tras su conversión en vampiros y la expulsión de los Idran, estos cultos se unirían para formar los Chakravanti, una sociedad mística de nigromantes y magos que daría lugar a la Tradición Eutánatos. Para los Eutánatos, y especialmente para los Chakravanti de la India, los Nagaraja y sus aliados místicos son Naraki, magos irremediablemente corruptos, y los han perseguido a lo largo de los siglos. Sólo la protección de la Mano Negra y su huida de la India les permitió sobrevivir. Con la caída de la Mano Negra, los magos de la muerte han provocado la huida de los escasos Nagaraja que han sobrevivido. Unos pocos Idran también han sobrevivido hasta el día de hoy. Dirigidos por el mago Khunufseh han establecido una capilla oculta en París, donde sobreviven por ahora. Se rumorea que han dado refugio a varios vampiros de la Mano Negra. Los Idran no han sido los únicos magos con los que han tratado los Nagaraja, a través de las conexiones de su secta hace siglos establecieron relaciones con los Rafastio, una familia de brujas que practicaba ritos sangrientos, y algunos magos cuyos descendientes se unirían a la Tradición Verbena. Los Toc Faan, un arte de sacerdotes brujos caníbales del Imperio Khmer, también fueron reclutados cuando los Nagajara se extendieron por el Lejano Oriente.
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Los magos de la muerte también han sido ocasionales reclutas para los Nagaraja y en ocasiones han establecido relaciones con otras sectas corruptas escindidas de los Eutánatos, como los Apad-Dharma de Bombay, que afirman servir a Mara el Tentador.
Wraiths Si tenemos aliados de verdad, esos son los Muertos Sin Reposo…aunque son más herramientas que esclavos. Sin embargo, algunos llevan sus prejuicios de casta al más allá y nos odian por nuestras prácticas. Utiliza la fuerza cuando sea necesario, pero trátalos con respeto siempre que sea posible –dentro de lo razonable, claro está. Los Espectros son poco más que perros de presa y no necesitan ninguna sutileza, pero sólo deberías intentar controlarlos cuando tengas suficiente poder. Los fantasmas son una fuente de recursos para los Nagaraja, proporcionándoles esclavos y alimento. Aunque durante siglos los Carnívoros se han dedicado a explorar el inframundo lo cierto es que sus prácticas no les han proporcionado demasiados partidarios fantasmales. Aunque algunos fantasmas servían en Enoch voluntariamente, la mayoría eran esclavos adquiridos mediante el comercio y el saqueo, sobre todo en el Imperio de Estigia. Las relaciones con el Reino Oscuro de Swar eran algo mejores, simplemente porque en el inframundo de la India necesitaban aliados. En general los Nagaraja tratan a los espíritus de los muertos de forma completamente pragmática y cruel, tomando de ellos lo que necesitan sin preocuparse de las consecuencias. Esta actitud también se debe a su distanciamiento progresivo de la humanidad, que les lleva a no tratar mucho mejor a sus “restos” espirituales. Las alianzas suelen realizarse desde una posición de fuerza pero los nigromantes Carnívoros también saben actuar con paciencia y utilizar las emociones de los fantasmas en su contra.
En los últimos años el inframundo se ha convertido en un lugar todavía más peligroso, y tras la caída de Enoch algunos fantasmas, liberados de sus cadenas, han seguido a sus captores Nagaraja al mundo físico, y debido a los tumultos en los reinos de los muertos sus poderes nigrománticos ya no son tan efectivos como antes.
Hadas Servidores de los antiguos dioses. Su paulatina decadencia es una señal de que hasta los propios dioses pueden morir. Debido a su inclinación por la muerte y el inframundo, los Nagaraja tienen muy pocas ocasiones para encontrarse con los espíritus del Ensueño, y cuando lo hacen se trata de espíritus especialmente corruptos que no se sienten incómodos en su presencia. En los registros de los Carnívoros existen relatos de encuentros con los Acheri, portadores de plagas y los guerreros Naraka.
Cazadores De la misma forma que es el derecho del cazador alimentarse, también lo es de la presa resistirse. A veces algunos mortales responden a los ataques de los depredadores, una muestra de la tenacidad que les lleva a alzarse por encima del fango en el que se arrastran. Los Nagaraja ponen mucho cuidado en ocultarse y cubrir sus pasos cuando se encuentran entre los mortales, pero incluso ellos de vez en cuando se cruzan con cazadores especialmente hábiles. Sus poderes a menudo constituyen toda una sorpresa para sus adversarios mortales y en muy pocas ocasiones los Carnívoros han sido derrotados. Esta situación podría cambiar en breve si los rumores sobre la aparición de un nuevo tipo de Cazadores que pueden ver a los monstruos como lo que realmente son demuestran ser ciertos.
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Vampiros Orientales Estos vampiros son tan fanáticos que hacen que los Cainitas parezcan tolerantes. Algunos de ellos se cruzan en nuestro camino aliándose con nuestros enemigos fantasmales, y nosotros les devolvemos el favor. Evitadlos si podéis. Posiblemente ningún otro clan o línea de sangre en conjunto posea tanto conocimiento sobre los vampiros orientales como los Nagaraja. Desde sus orígenes en la India, cuando conocieron y se enfrentaron a los “asuratizayya” hasta las noches actuales, cuando grupos de Nagaraja sobreviven en distintos lugares del Lejano Oriente, los Carnívoros han tenido oportunidades no sólo de encontrarse –y sobrevivir- con los vampiros orientales, sino también de estudiarlos, aunque su conocimiento está lleno de numerosas lagunas. Por lo que saben los Nagaraja, originalmente los asuratizayya eran una especie de servidores de los dioses, que se asociaron con los demonios a los que combatían y terminaron corrompiéndose, siendo maldecidos por ellos y debiendo beber sangre para sobrevivir. De vez en cuando algunos de estos servidores corruptos entran en el mundo físico y ocupan un cuerpo recién muerto, resucitándolo y adoptando sus recuerdos. Estos “vampiros” se encuentran divididos en diferentes clanes, aunque los Nagaraja no están seguros de si se trata de una “marca” de nacimiento o una diferencia ideológica posterior. Creen que existen al menos cinco clanes principales que parecen combatir a otros clanes menores, entre ellos los que se encuentran en la India. La razón de su odio hacia los vampiros occidentales no está clara, pero los Nagaraja creen que los confunden con los demonios que provocaron su caída… y quizás sea así y los Antediluvianos fueron los responsables de la corrupción de los asuratizayya.
La facción con la que los Nagaraja han mantenido una asociación más prolongada es el clan de los Aks, uno de los clanes menores, que pone la búsqueda del conocimiento por encima de las tradiciones temporales y por lo tanto no rechaza el contacto con los vampiros occidentales si ello supone una mayor iluminación. Gracias a su alianza con los Aks, los Nagaraja consiguieron extenderse al Sudeste Asiático durante la Edad Media, y todavía siguen colaborando en la zona para protegerse contra la presión de otros clanes autóctonos. Los Nagaraja también se asocian con el clan de las Flores de Hueso, ya que debido a su interés mutuo por el inframundo y los espíritus de los muertos en ocasiones encuentran terreno común. Sin embargo, las Flores de Hueso son muy tradicionales y espirituales y tienen poca paciencia con lo que consideran la “actitud irrespetuosa, decadente y corrupta” de los Nigromantes Carnívoros. Sólo las Cortes Verdes, que gobiernan una sociedad moderna y pragmática, han dado suficiente valor al conocimiento de los Nagaraja como para ofrecerles santuario a pesar de su estado corrupto. Recientemente los Nagaraja se han encontrado con otro clan que parece alimentarse de los enfermos y locos, los Devoradores de Escorpiones, y han hecho tratos beneficiosos con ellos.
Momias Inmortales como nosotros, dedicados a sus propias causas. Es mejor no interferir en sus asuntos, pues son enemigos tenaces y vuestro enfrentamiento sólo servirá para distraeros de vuestros propósitos a largo plazo. A partir de sus leyendas los Nagaraja saben que existen otro tipo de inmortales, los Yamassatva, los primeros intentos fallidos de los Idran por conseguir la
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vida eterna. Sin embargo, poco después de la creación de la Tal’mahe’Ra los Nagaraja encontraron a Inahuaten, un ser que renacía y moría a través de ciclos sucesivos de vida y muerte. Desde entonces los Nagaraja han tenido noticias de otras criaturas similares. Aunque escasas, parecen estar dispersas por todo el mundo, y cada una parece distinta a las demás, dedicadas a causas o búsquedas milenarias, pero que para los Carnívoros tienen escasa importancia. Sólo Inahuaten parecía ser un aliado fiable, y desapareció con la ciudad de Enoch.
Preparando la Carne: Interpretando a los Nagaraja Los Nagaraja en la Crónica Debido a su rareza y reducido número la línea de sangre de los Nagaraja es una de las más difíciles de justificar como jugadores en una Crónica. Su concepto como brujos, nigromantes y magos de todo tipo puede diversificarse con algunas profesiones modernas relacionadas con la muerte, como forenses, médicos y enterradores, pero no tiene por qué ser así. De la misma forma que ocurre con otros clanes y líneas de sangre, cualquier concepto puede ser válido si encaja en las necesidades de la sangre, y el linaje sólo añade un matiz adicional a tener en cuenta a la hora de relacionarse con otros vampiros. A nivel individual, un personaje jugador Nagaraja a menudo se encontrará solo en un dominio, o como mucho conocerá a su sire. Quizás haya perdido a su progenitor en la destrucción de Enoch o en los conflictos posteriores. O tal vez el sire del personaje sea un superviviente de la destrucción de la Mano Negra y lo haya Abrazado en un intento de dar continuidad a su linaje, convirtiéndolo en una nueva esperanza para el renacer de los Carnívoros. Todo personaje Nagaraja debería presentar una serie de conflictos, y muy en especial su reacción ante el dilema moral que conlleva consumir carne humana. El Narrador debería poner especial énfasis en que el jugador detalle la forma en que consigue alimento su personaje y en cómo se siente al respecto. Por otra parte, también debería estar presente la interacción social con el resto de la sociedad sobrenatural. ¿Consigue el personaje mantener su situación en secreto o revela abiertamente lo que es ante los demás vampiros? ¿Cómo reaccionan los demás vampiros? ¿Utilizan su condición como arma política para presionarle o prefieren mirar hacia otro lado porque lo consideran un mal necesario frente a su utilidad en medio de una crisis actual? El modo en que esta perspectiva cambia con el tiempo también puede ser interesante a la hora de desarrollar el personaje. El estado del personaje también resulta un tema interesante. Quizás lleva una vida nómada o clandestina y busca un dominio en el que ser aceptado, lo que puede llevarle a conocer distintos tipos de sociedades entre los no muertos, y quizás depravaciones peores que las que él
comete y que se ocultan bajo una fachada de civilizada cortesía. Los demás personajes también deberían tener en cuenta su reacción ante la presencia de un compañero Nagaraja, de la misma forma que si estuvieran ante un vampiro que matara para alimentarse. Los personajes con más Humanidad podrían sentirse ofendidos, y es posible que si lo aceptan su propia moralidad se vea perjudicada, especialmente si ven cómo su compañero se alimenta. En cualquier caso, el Narrador debería determinar desde el principio si el personaje será adecuado o no en su Crónica, y cómo se relacionará con los demás. Pueden existir algunas motivaciones para incluir un personaje Nagaraja en una Crónica, quizás algún tipo de investigación esotérica o nigromántica en compañía de personajes de otros clanes, quizás Tremere o Giovanni. También es posible que el personaje se convierta en el Azote de un Príncipe especialmente implacable, que utiliza a su servidor Carnívoro como una forma de inspirar respeto y terror. En una Crónica del Sabbat o de la Mano Negra, especialmente con personajes de baja Humanidad o que sigan Sendas de Iluminación, el personaje podría encontrar más aceptación en una secta donde la violencia es un fenómeno común, y un devorador de carne humana no sólo puede ser bien recibido, sino que además podría ser muy útil para “disponer” de los cadáveres que dejan sus compañeros. Por lo que se refiere a una Crónica de varios personajes Nagaraja, no suele ser una situación nada frecuente, aunque la metatrama deja algunos espacios. Tal vez los personajes son un grupo de refugiados de la Mano Negra, que buscan refugio en Séul o incluso en alguna otra facción de la Camarilla, el Sabbat o los clanes independientes. Quizás a pesar de ser aceptados inicialmente sus anfitriones no resultan tan hospitalarios como parecen ser, y los personajes se encuentran prisioneros y cooperan para escapar y seguir buscando un nuevo santuario. Otro tipo de Crónicas podrían incluir a supervivientes Nagaraja que buscan algo importante perdido para el linaje en el inframundo, o un grupo de neonatos que cooperan para sobrevivir en un dominio, procurándose víctimas y ocultando sus depredaciones.
Trasfondos Como en otros muchos aspectos de su existencia, los Nagaraja son especialmente pragmáticos en lo que se refiere a los Trasfondos. Aunque suelen ocupar posiciones marginales, clandestinas u ocultas suelen ingeniárselas para adquirir lo que necesitan para sobrevivir, siendo conscientes de que en cualquier momento tienen que dejar atrás sus posesiones y comodidades mundanas. Por lo general, el distanciamiento social de los Carnívoros hace que los Aliados no sean muy frecuentes en la línea de sangre. Algunos, no obstante, pueden situarse como protectores de comunidades aisladas o grupos reducidos que a pesar de temer a su señor estén dispuestos a ayudarle llegado el caso. Más frecuentes y necesarios son los Contactos, pues tanto la existencia de los Nagaraja como sus investigaciones requieren información adecuada y actualizada para conseguir determinados elementos. Muy a menudo se trata de otros vampiros, pero también
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mortales que les proporcionan información mundana ya sea sobre libros, antiguos artefactos o simplemente de cuándo será la próxima redada de la policía. Igualmente los Criados son habituales, sobre todo para que se ocupen de las tareas más desagradables, disponiendo de restos de cuerpos o incluso ayudando a su amo a procurarse alimento. Sin embargo, debido a su dependencia respecto a ellos, los Nagaraja procuran cultivarlos con mucho cuidado, procurando hacerlos dependientes de ellos y atentos a cualquier posibilidad de traición. A menudo los Criados también gestionan los aspectos sociales que necesitan sus amos, e incluso crean una fachada de “normalidad” para evitar atraer atenciones indebidas. Los aparecidos de la familia Marijava son muy valorados por la línea de sangre, ya que llevan siglos acostumbrados a servir a los vampiros, aunque en estas noches son un lujo muy escaso. La Fama es algo contraproducente para los Nagaraja, pues al atraer atención indeseada puede revelar sus secretos más escabrosos. En el caso improbable de que un Carnívoro sea conocido en el mundo, posiblemente mantenga un precario equilibrio manteniendo oculta su doble vida o realmente sea conocido por actos infames, como en el caso de una guerra, en el que sus “hazañas” lo conviertan en un carnicero para un bando y un héroe para el otro. La Generación entre los Nagaraja no se encuentra demasiado diluida, debido al ritmo lento de Abrazo del linaje. No obstante, los jóvenes Carnívoros no suelen tener tantos escrúpulos. La Identidad Alternativa no es muy frecuente en el linaje, pero no es del todo desconocida. Como varios vampiros de la Tal’mahe’Ra, algunos Nagaraja
Rebaño de Carne Este Trasfondo implica que el Nagaraja tiene acceso a un suministro estable de carne humana de la que puede alimentarse con cierta frecuencia, ya sea la morgue de una funeraria o de un hospital, o quizás un vertedero donde la mafia se deshace con frecuencia de sus enemigos. En cualquier caso este Trasfondo sólo puede utilizarse una vez cada cinco días. Aunque es posible recurrir a él nuevamente, se reducirá en un punto por cada ocasión consecutiva que se utilice en la misma semana y se restaurará al ritmo de un punto por cada cinco días de intervalo en que el vampiro deje de alimentarse de él. La carne humana obtenida con este Trasfondo debe consumirse en la misma noche en que se obtiene, de lo contrario comenzará a estropearse al ritmo de un punto de carne por noche y quedará inservible para el Nagaraja a las tres noches, a menos que tome medidas para conservarla mediante medios mundanos o místicos. Un punto de carne Tres puntos de carne Cinco puntos de carne Siete puntos de carne Diez puntos de carne
adoptaron falsas identidades para poder infiltrarse en otras sectas, y en la situación actual están resultando muy útiles para mantener un refugio aunque sea tras una fachada clandestina. Por lo que se refiere a la Influencia, la línea de sangre a menudo utilizaba su poder en la Tal’mahe’Ra para conseguir lo que deseaba, pero tras la caída de la secta no resulta demasiado frecuente ni tampoco demasiado elevada. Muy a menudo los Nagaraja buscan Influencia en los ámbitos que les pueden resultar más útiles, ya sea en las funerarias o los hospitales de una ciudad, en el ámbito esotérico o de las antigüedades y en general en cualquier lugar en el que necesiten obtener algún recurso práctico. Debido a que el tamaño de la línea de sangre es tan reducido, las relaciones entre sire y chiquillo suelen ser bastante estrechas y prolongadas, sobre todo en estas noches, por lo que los Mentores son cada vez más frecuentes. Incluso algunos especialmente retorcidos pueden Abrazar sólo para tener compañía. Tras la caída de la Tal’mahe’Ra, que se encontraba infiltrada en el Sabbat, varios Nagaraja han buscado refugio en el Sabbat y se han hecho Miembros de la Mano Negra, aprovechando que la Tal’mahe’Ra se encontraba infiltrada en la subsecta. A menudo se hacen pasar por Panders o vampiros de otros clanes, reticentes a revelar lo que son. De igual manera, es raro que los Nagaraja dispongan de una Posición asentada, ya que implicaría revelar su existencia en un momento en el que el linaje se encuentra en una situación muy vulnerable. Alguno de ellos podría actuar como Azote o como consejero de un Primogénito o del Príncipe, pero no es probable que consiga ascender mucho más allá. La Posición en el Sabbat ofrece más oportunidades de ascenso, tanto debido a la influencia que tuvo la Tal’mahe’Ra en la secta y que podría permitir que un Carnívoro encajara con relativa facilidad, como a su propio talento. Todavía es pronto para decirlo, pero si la línea de sangre fuera aceptada plenamente en la Espada de Caín tal vez podría ocupar puestos superiores. El Rebaño tiene una especial importancia para los Nagaraja, debido tanto a sus necesidades alimenticias como a la dificultad de alimentarse con seguridad, por lo que procuran esforzarse para encontrar recipientes de rápido acceso de los que puedan alimentarse sin peligro de ser detectados y que no darán problemas si desaparecen. Debido a que conseguir carne humana es más complicado que conseguir sangre, el Rebaño de Carne requiere un Trasfondo separado. Por último los Recursos son bastante frecuentes para los Nagaraja, ya que son una forma directa de cubrir muchas de sus necesidades. Algunos Carnívoros dan muestras de gran avidez, pero no se dedican a acumular dinero, sino a invertirlo constantemente para mejorar sus refugios, adquirir instalaciones, libros e ingredientes para sus experimentos de Nigromancia, sobornar a las autoridades que han recibido avisos de desapariciones, etc.
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Disciplinas
Disciplinas físicas, así como Ofuscación, como ayuda para sobrevivir noche tras noche.
Para los Nagaraja las Disciplinas no son sólo herramientas útiles de supervivencia. Para algunos el estudio de los poderes místicos que proporciona el vampirismo es el sentido de su existencia, especialmente en lo que se refiere a la Nigromancia. Sin embargo, sólo los antiguos eruditos de la Tal’mahe’Ra o quienes disponían de poderosos mecenas podían dedicar gran parte de su tiempo al estudio y la investigación. En la mayoría de los casos, los Carnívoros deben ocuparse primero de sus necesidades nocturnas para poder ocuparse de su desarrollo personal. En las primeras noches suelen aprender los fundamentos de Auspex, Dominación y Nigromancia, aunque suelen dar un especial énfasis a la magia de la muerte, concentrándose en su desarrollo siempre que pueden. La pertenencia a la Tal’mahe’Ra también permitía a los Nagaraja aprender otras Disciplinas ajenas a su clan. El estudio de otras magias de sangre solía ser habitual, pero el aprendizaje de Fortaleza también estaba extendido, especialmente para protegerse de los efectos entrópicos del inframundo o de las persecuciones de sus enemigos. Aparte, algunos individuos también se concentraban en el estudio de Disciplinas exclusivas de otros clanes, no tanto por su utilidad como para descifrar la clave de su funcionamiento. Varios eruditos Carnívoros escribieron volúmenes enteros con teorías sobre el origen y los efectos de poderes como Obtenebración, Quimerismo y otros, pero incluso estos Nagaraja preferían concentrarse como prioridad en el estudio de la Nigromancia. En cuanto a los Nagaraja independientes, y sobre todo tras los sucesos de las Noches Finales, el acceso a las Disciplinas se encuentra más limitado. Normalmente los Mentores suelen ser generosos con sus chiquillos, pero más allá de las Disciplinas de clan el acceso a otros poderes suele estar motivado por el pragmatismo y la oportunidad. Suelen valorar las
Auspex Los jóvenes Nagaraja suelen aprender rudimentos de Auspex poco después de su Abrazo. Se trata de una Disciplina muy útil para estar alerta, analizar diversos elementos, y en general obtener información que puede ser vital para la supervivencia. Normalmente suelen utilizarla como complemento a la Nigromancia, buscando fantasmas y espíritus cercanos, pero también para detectar potenciales presas o enemigos.
Dominación La Dominación suele tener la utilidad pragmática de servir para “atrapar” a las presas, normalmente atrayéndolas hacia trampas o emboscadas sin que lo sepan. A medida que desarrollan este poder los Nagaraja le extraen utilidad condicionando a sus esclavos mortales, asegurándose su lealtad y colocando sutiles salvaguardas mentales para evitar traiciones potenciales. Los Carnívoros más desligados de la humanidad, especialmente los antiguos, suelen rodearse de marionetas sin mente, y son especialmente hábiles manipulando y destruyendo recuerdos para evitar cualquier posible rebelión o detección por parte de sus enemigos.
Nigromancia Aunque no disponen del monopolio de la magia de la muerte, los Nagaraja son una línea de sangre que se desarrolló en torno a su estudio, siendo superados sólo por los clanes Capadocio y Giovanni, que contaban y cuentan con mayores estructuras de recursos, alianzas y poder generacional para el desarrollo de la Nigromancia. Sin embargo, los Nagaraja destacan por haber creado su propia magia de la muerte. Mientras que los
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Capadocios giraban sus estudios en torno a los efectos físicos de la muerte desarrollando Mortis, y los Giovanni adoptaron técnicas más espirituales en su Nigromancia, de alguna forma los Nagaraja se encuentran a medio camino entre ellos con el desarrollo de la Nihilística o Necrosíntesis, que manipula las energías del Olvido y convierte al nigromante en un canal entre el mundo de los vivos y el mundo de los muertos. Al contrario que la Taumaturgia y otras magias de sangre, con el paso del tiempo las diversas magias de la muerte han tendido a unificarse en una sola, considerada Nigromancia a efectos de mecánica de juego, aunque sendas, rituales y estilos pueden diferir. En la actualidad los Carnívoros suelen adoptar una actitud dual en sus estudios, centrándose primero en la Senda del Sepulcro, como la mayoría de los nigromantes actuales, y en segundo lugar desarrollando la Senda Vítrea. Otras Sendas también son conocidas en el linaje, y su estudio suele depender de las preferencias individuales, aunque procuran “equilibrar” el conocimiento de sendas “espirituales” y sendas “físicas”. Surgidos de los cultos nigrománticos de la India, los Nagaraja han acumulado a lo largo de tiempo información sobre otros tipos de Nigromancia, y muchos antiguos conocen sendas de Mortis o las sendas desarrolladas por los Giovanni y otros Nigromantes occidentales. En los últimos siglos el estudio de la Disciplina de Tanatosis, desarrollado por la línea de sangre Samedi, también interesó a algunos Nagaraja, aunque la línea de sangre la considera un poder demasiado tosco.
procedentes de Oriente Medio y la India. El estudio de las magias de Dur-an-ki y Sadhana se encontraba bastante extendido entre los eruditos de la secta, y los Nagaraja, que cuando eran magos combinaban la magia de la vida con la magia de la muerte, consideran que la magia de la sangre es un complemento adecuado para sus conocimientos nigrománticos en su nuevo estado de existencia, y se esfuerzan en su estudio a pesar de tratarse de poderes ajenos a su linaje. De hecho, la influencia de los Nagaraja que se dedicaron al estudio de ambas magias permitió el desarrollo de varios rituales y sendas y de hecho, una adaptación de poderes taumatúrgicos y nigrománticos. Varios rituales de la Tal’mahe’Ra suelen tener variedades que permite que sean utilizados con Taumaturgia o Nigromancia. Por supuesto, se trata de rituales que de alguna forma utilizan a la vez el poder de la sangre y el poder de la muerte, aunque no son muy frecuentes. Entre las sendas taumatúrgicas más extendidas dentro del linaje se encuentran la Senda de la Sangre, el Dominio Elemental y la Biotaumaturgia.
Nuevos Poderes A continuación se muestran algunos poderes desarrollados por los Nagaraja a lo largo de los siglos. Algunos pueden haberse perdido con la caída de Enoch y la destrucción de varios miembros antiguos de la línea de sangre y otros puede que sólo sean conocidos por un único individuo en estos momentos.
Taumaturgia
Simulacro de Plata (Auspex Nivel 6)
Dentro de la Tal’mahe’Ra los Nagaraja compartieron espacio con varios magos de la sangre,
Tanto el mundo astral como el inframundo no son lugares segundos, y los espíritus no ven con buenos
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ojos la presencia de intrusos, por no hablar de otros vampiros que pueden reaccionar de forma airada y tomar medidas agresivas para deshacerse de los espías. Este poder fue desarrollado como una medida de protección para cubrir retiradas si la situación se vuelve en contra del vampiro que se encuentre en forma astral. El Simulacro de Plata aparece en un destello cegador, adoptando la misma forma astral de quien lo convoca, y puede seguir órdenes sencillas, normalmente atraer la atención sobre sí mismo mientras su propietario se pone a salvo. Sistema: El personaje gasta un punto de Fuerza de Voluntad y tira Manipulación + Ocultismo (dificultad 7). Un éxito es suficiente para activar este poder. El cuerpo del personaje brilla hasta emitir un destello cegador y en ese momento se “divide,” apareciendo un doble astral similar en todos los aspectos. Mientras este doble se encuentre activo, el personaje no puede realizar ninguna actividad en el plano astral aparte de observar o moverse. Si se enfrenta a un espíritu, sufre algún daño o intenta utilizar algún otro poder el doble astral se disipa al instante. El Simulacro de Plata se utiliza sobre todo para desviar la atención de otras criaturas del mundo astral. Puede soportar y realizar el mismo daño que el personaje, pero el daño causado por el doble se “cura” de inmediato en cuanto es destruido.
viajar por el Mundo Subterráneo. También aprenden muchos de los rituales comunes de la Nigromancia. Estos rituales pertenecen casi en exclusiva a los Nagaraja y algunos vampiros de la Tal’mahe’Ra. Es posible que algunos de ellos terminaran filtrándose al Sabbat a través de la Mano Negra pero sería algo realmente excepcional.
Rituales de Nivel Uno Preservar Cadáver A pesar de que los Nagaraja estudian la muerte desde un punto de vista filosófico y centrado en el Olvido, no pueden olvidar su propia debilidad, por lo que se ven obligados a consumir carne fresca. Para ello han desarrollado este ritual, que permite crear un elixir especial que impide la descomposición. Dicho elixir se compone de materias orgánicas en descomposición y hierbas extrañas, que debe ser extendido con la mano en una capa que cubra por completo el organismo a preservar. Cuando el líquido se seca, la materia orgánica queda preservada. Un ritual produce una dosis suficiente para un adulto de buen tamaño, pero debe reutilizarse en el plazo de una semana o pierde potencia. Se encuentra especialmente extendido entre los Nagaraja, para quienes resulta una herramienta muy útil de supervivencia.
Voluntad de Muerte (Dominación Nivel 6)
Rituales de Nivel Dos
Antes de la aparición de la Senda del Sepulcro, los Nagaraja buscaron ritos y técnicas para imponer su voluntad a los muertos. Los más poderosos desarrollaron sus poderes de Dominación para afectar también a las criaturas del más allá, sin necesidad de utilizar complicados rituales o tener que utilizar grilletes o artefactos de los difuntos. Sistema: Una vez aprendido este poder siempre se encuentra activo. Permite al vampiro utilizar sus poderes de Dominación sobre wraiths y otras criaturas del inframundo con consciencia propia con las mismas limitaciones que si fueran humanos. Los poderes de Dominación por encima de nivel 4 se encuentran fuera del alcance de este poder. Por otra parte el vampiro sólo puede Dominar wraiths o criaturas que fueron humanas y mantienen cierta consciencia humana. Algunos seres del inframundo como las Apariciones, Hetankokiros y Malfeos pueden no ser afectados por este poder o deberían ser Dominados con un éxito realmente excepcional, a discreción del Narrador.
El Nagaraja inhala el humo resultante de la cremación de determinadas sustancias cuya composición es mejor no indagar y lo mantiene en sus pulmones (un turno por punto de Resistencia), en los cuales entrará en contacto con su sangre, precisándose el gasto de un punto. En el momento en que desee que el ritual cause efecto, el nigromante sólo tiene que expulsar el humo (obviamente no puede hablar ni abrir la boca antes, y despedirá sospechosos zarcillos oscuros por la nariz a menos que se la tape), el cual se extenderá por una zona de cincuenta metros por cada éxito que haya obtenido el Nagaraja en la elaboración del ritual. Cualquiera que se encuentre en el interior de la oscura nube se encontrará deprimido y sin ganas de nada, como si algo les hubiera robado su impulso y sus ganas de vivir, no pudiendo gastar ni recuperar Fuerza de Voluntad mientras dure la nube (una escena por éxito). Además, quedarán marcados por la entropía, siendo detectados por quienes posean estas percepciones como corruptos (como con el Aliento de Tánatos).
Rituales de Nigromancia Nagaraja Los Nagaraja desarrollaron un cierto número de rituales nigrománticos por su cuenta, rituales que se extendieron a los otros nigromantes de la Mano Negra (los escasos nigromantes que tenía la secta aparte de ellos, claro). La mayor parte de ellos versan sobre el viaje entre las tierras de los vivos y los muertos, aunque algunos otros permiten relacionarse con los wraiths o
Nube del Olvido
Rituales de Nivel Tres Convocar a los Muertos Este ritual permite al Nagaraja invocar a gran cantidad de wraiths para cualquier cosa que quiera. No invoca a un fantasma en concreto o a un grupo concreto, sencillamente permite llamar a varios fantasmas que se encuentren en las cercanías. El Nagaraja necesita un puñado de cenizas de hojas de ciprés, que lanza sobre un brasero encendido mientras entona el ritual. Por cada éxito obtenido se manifestará un wraith cualquiera que se
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encuentre a una distancia máxima de diez kilómetros en las Tierras de las Sombras por cada éxito. Los Sin Reposo no están obligados a ser buenos chicos, ni tienen ninguna obligación hacia el nigromante; es más, es bastante probable que se sientan molestos por haber sido convocados con tan poco tacto.
Desgarrar la Carne Muerta Los Nagaraja deben alimentarse de carne humana fresca, por lo que no todos los cadáveres son adecuados como alimento. Sin embargo, un Carnívoro que conozca este ritual puede obtener nutrición de la energía de los muertos atrapada en un cuerpo podrido. Pintando una serie de símbolos con al menos un punto de sangre sobre el cadáver y entonando un canto invocando la entropía, quedará reducido a un fluido gris y espeso. Cualquier cadáver humano puede servir para este ritual, aunque esté reducido a un montón de huesos. Cada éxito en la tirada de activación crea un punto de este fluido, que equivale a un punto de carne y sangre, aunque su sabor no es muy agradable. Cualquier vampiro puede alimentarse de este fluido, aunque resulta más valioso para los Nagaraja pues es más “completo” para su alimentación. Un fracaso vuelve venenoso el fluido, causando un nivel automático de daño letal a cualquier vampiro que lo beba por punto ingerido.
Esencia de Hambre Eterna Este ritual se realiza mezclando un punto de sangre del nigromante con cenizas de un hombre o criatura muerta de inanición. El resultado es una pasta blanquecina que puede utilizarse para espolvorear o sazonar alimentos o bebidas y en principio no tiene más efecto que intensificar el sabor de los alimentos así tratados. Sin embargo, quien ingiera esos alimentos o bebidas se verá afectado por un hambre intensa que tratará de saciar en la medida de sus posibilidades, comiendo y bebiendo toda la comida de la que disponga. Un vampiro que consuma sangre contaminada con esta pasta recibe un +2 a la dificultad para resistir el frenesí en presencia de la sangre, y sentirá la punzada del hambre aunque se haya alimentado recientemente. Los efectos duran tantas noches como éxitos se hayan obtenido en la tirada de activación del ritual. Algunos Nagaraja se refieren a este ritual como “Droga de Ceba,” convirtiendo a mortales en adictos a esta sustancia, y engordándolos paulatinamente hasta niveles grotescos antes de devorarlos.
puntuación de Nigromancia de quien la invocó para resistir. El fuego y la luz del sol la disipan de inmediato. El nigromante que la invocó también puede disipar la telaraña a voluntad.
Rituales de Nivel Cuatro Bolsa de Seda Negra El nigromante toma un trozo de jade negro y graba el nombre del objetivo en él para imbuir sus sentidos con las energías del Olvido. Para activar el efecto se debe introducir en presencia del objetivo el trozo de jade en una bolsa gruesa de seda negra que contenga arena volcánica negra y un calamar seco (que simboliza el abismo oceánico). Durante una escena el objetivo no puede ver, oír, oler, degustar ni sentir. Si el nivel de Percepción + Auspex del objetivo es superior en dos puntos o más que el valor de Nigromancia del vampiro, el ritual simplemente no surte efecto.
Puerta de Sombras Este ritual permite al nigromante entrar o salir de las Tierras de las Sombras pintándose una X con polvo de carbón y cenizas humanas sobre cada ojo y entrando después en una zona de sombra lo más oscura posible. La puerta se abrirá en las Tierras de las Sombras, permitiendo el paso al nigromante con todo lo que pueda cargar.
Rituales de Nivel Cinco Paso a las Tierras de las Sombras El nigromante puede pasar físicamente a un lugar de las Tierras de las Sombras, siempre que haya estado allí previamente. Requiere un "suicidio" simbólico durante el cual el nigromante se clava una daga especialmente preparada en el corazón, sufriendo al menos dos niveles de daño y cayendo en una masa de agua lo bastante profunda como para cubrirle. La daga debe ser de la plata más pura, y la empuñadura debe contener un colmillo de vampiro. Cuando el nigromante vuelva de las Tierras de las Sombras, aparecerá en la masa de agua. Los miembros de la Tal’mahe’Ra solían usar este ritual para viajar a Enoch.
Rituales de Nivel Seis Sangre Negra
Telaraña del Olvido Para realizar este ritual, el Nagaraja debe utilizar un punto de su sangre y ahogar a una araña con ella. En el momento en que la araña muere, debe ingerir la mezcla, lo que le permite crear un tejido oscuro que se extiende como finos tentáculos negros que se extienden al techo de cualquier habitación, donde se anclan para izar al vampiro y envolverlo en una especie de mortaja. Cualquier intento para percibir al vampiro recibe una dificultad de +2, y siempre que la luz del sol no le alcance, puede permanecer anclado al techo mientras duerme, pasando ahí todo el día. La telaraña resiste los intentos mundanos de cortarla, pero sólo tiene un único nivel de salud y una reserva de dados igual a la
Este ritual permite al Nagaraja vincular con su sangre a los Muertos sin Reposo, incluso convirtiéndoles en ghouls. El Vínculo de Sangre funciona igual que con un ser vivo, y los wraiths ghoul ganan un punto de “Potencia” fantasmal. El nigromante debe consumir previamente el plasma destilado de un espíritu para que este ritual tenga efecto, pero una vez realizado es permanente.
Tumba Colectiva La mayoría de los miembros de la Tal’mahe’Ra solían viajar a Enoch por primera vez mediante este ritual. Es similar a Paso a las Tierras de las Sombras, pero afecta a todo un grupo, cuyos miembros deben ser
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enterrados juntos en una tumba utilizando tierra mezclada con los restos de al menos un ser inteligente recién muerto.
Rituales de Nivel Siete
prefiriendo la manipulación emocional de los muertos a las imposiciones directas. Esto no reduce la crueldad que los nigromantes pueden causar a los muertos, simplemente adopta una forma diferente.
Una Mirada sobre el Alma
Revelación de la Verdadera Muerte La Maldición de Caín puede rechazar el tiempo y la muerte en los mortales que beban la sangre de un vampiro, pero este ritual oscuro puede deshacer esa bendición. Un ghoul expuesto al poder mortífero desatado por un antiguo Nagaraja se encuentra con que el tiempo se apodera de él en cuestión de minutos. Ni siquiera los vampiros son inmunes a la venganza del tiempo rechazado, aunque son mucho más resistentes que los ghouls. Para elaborar este ritual el nigromante debe escribir una plegaria a la Muerte en pergamino, inscrita en vitae, y colocarlo en el ataúd de un hombre muerto de viejo. Cualquier éxito en el ritual provocará que un ghoul adquiera su verdadera edad física. Obviamente esto provocará la muerte de los ghouls que hayan vivido más allá de la esperanza de vida humana. Los vampiros que son afectados por el ritual también envejecen, pero el efecto sólo reduce sus Atributos Físicos en -1 por cada siglo de no muerte. Esta penalización no puede exceder el número de éxitos obtenidos en la tirada de activación del ritual y los Atributos del vampiro no pueden reducirse por debajo de 2. Los efectos del ritual sobre un vampiro se desvanecerán a la noche siguiente.
Nueva Senda Nigromántica: Manto de la Autoridad de Ébano Esta hechicería oscura se utiliza para amenazar y obligar a los wraiths a realizar la voluntad de los nigromantes. Algunos aspectos de esta Senda tienen mucho en común con la Disciplina de Presencia,
Con una mirada cercana un iniciado de los poderes del Manto de Ébano puede percibir el funcionamiento interior de la mente de un Wraith. Sus motivaciones, estado emocional e incluso su historia pueden salir a la luz para quienes comprenden cómo funciona este poder. Sistema: El vampiro tira su Percepción + Ocultismo. La dificultad es la reserva de Manipulación + Subterfugio del Wraith. La cantidad de información obtenida con este poder depende del número de éxitos obtenidos. Un éxito revela la Conducta del Wraith y su estado emocional actual (furia, placer, diversión) mientras que cinco éxitos proporcionan la Naturaleza del Wraith, sus rasgos más elevados, sus Pasiones más fuertes e información específica sobre su condición emocional actual y general.
Dos Ríos se Encuentran Es posible utilizar este poder para conectar de forma temporal la mente del nigromante con la de un Wraith. Esta conexión permite que los pensamientos y emociones fluyan entre los dos. Si el vampiro ejerce su dominio en la conexión puede imponer su autoridad del Wraith y conseguir respeto, o por lo menos temor. Sin embargo, siempre existe el riesgo de que sea el Wraith el que asuma el control de la conexión. Sistema: El vampiro y el Wraith hacen una tirada enfrentada de Fuerza de Voluntad, dificultad 7. El vencedor de la tirada es la parte dominante del intercambio mental creado con este poder. Existen tres usos posibles para este poder y sólo uno se puede utilizar
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en cada activación: influencia emocional, lectura de pensamientos e influencia mental. Si se elige el poder de influencia emocional, el estado emocional del perdedor puede manipularse, incrementando o reduciendo las dificultades de las tiradas de Virtudes en 2. Este efecto dura durante una hora por cada éxito obtenido en la tirada inicial. Si se elige el poder de lectura de pensamientos, un pensamiento superficial intenso puede ser detectado con cada éxito. El poder de influencia mental permite al vencedor de la tirada enfrentada utilizar un dado adicional en su siguiente tirada social para afectar al otro participante en la conexión por cada éxito, hasta un máximo de tres.
Asunción de Autoridad El uso de esta habilidad imbuye al nigromante con un aura de poder de liderazgo que los muertos encuentran difícil de resistir. Los wraiths próximos al vampiro y bajo la influencia de este poder se sienten atraídos hacia el nigromante e impulsados a obedecer sus órdenes. Sistema: el nigromante gasta un punto de Fuerza de Voluntad y tira Manipulación + Empatía, dificultad 8. Los éxitos en la tirada de activación se añaden a las tiradas sociales del vampiro contra los wraiths afectados durante el resto de la escena. Con un éxito, un wraith es afectado, y para afectar a más wraiths es necesario dividir a la mitad los éxitos adicionales entre los objetivos. Los éxitos de la tirada inicial también se añaden a la dificultad de cualquier ataque realizado por los wraiths afectados contra el vampiro.
Ojo del Olvido El nigromante absorbe el poder del Olvido en sí mismo y la concentra en una mirada que puede aterrorizar y atormentar hasta a los muertos sin reposo con mayor voluntad. Los wraiths afectados con este terrible poder pueden quedar tan traumatizados por la experiencia que nunca se recuperan. Sistema: Para activar este poder el vampiro gasta un punto de Fuerza de Voluntad y tira Manipulación + Intimidación, resistida con el Coraje + Resistencia de la víctima. Ambas tiradas se realizan a dificultad 7. Si el wraith vence en la tirada, el poder falla y no tiene más efectos. Si el vampiro gana, el wraith es afectado por el poder del Ojo. Por cada éxito adicional que el vampiro haya obtenido sobre su víctima, el wraith sufre una penalización de -1 a todas sus acciones durante el resto de la escena. Además el wraith pierde 1 punto de Fuerza de Voluntad y 1 punto de Pasión por cada dos éxitos adicionales. Si la Fuerza de Voluntad temporal del wraith se reduce a 0, debe tirar su Coraje a dificultad 7. Si falla, gana un Trastorno permanente.
Encadenar el Alma Aunque es imposible establecer un Vínculo de Sangre con un wraith, este poder oscuro se acerca mucho a crearlo. Al principio es posible conseguir que un wraith se muestre respetuoso hacia un vampiro, pero un uso repetido de este poder crea un vínculo a largo plazo entre el wraith y el nigromante, permitiendo al vampiro convertir a los muertos en sus esclavos eternos si así lo decide. La emoción del vínculo creado con esta habilidad
puede ser alterada por el vampiro, variando de la obediencia aterrorizada a una confianza respetuosa o un amor obsesivo, cualquiera que sea el resultado que desee el nigromante. Sistema: El vampiro gasta un punto de Fuerza de Voluntad y tira Manipulación + Ocultismo, la dificultad es la Fuerza de Voluntad del Wraith. Si tiene éxito el Wraith se encuentra vinculado al vampiro con un vínculo equivalente a un Vínculo de Sangre de un paso. Un segundo uso de este poder puede incrementar la fuerza de la atadura a un Vínculo de dos pasos, pero el segundo uso del poder debe realizarse al menos durante la semana posterior al primer uso y la dificultad de la tirada se incrementa en +1. Si la segunda tirada falla, el vínculo establecido se rompe y el wraith puede sentirse muy descontento por haber sido forzado a servir al vampiro. Para crear el efecto de un Vínculo de Sangre completo, este poder debe utilizarse una tercera vez, durante la semana posterior al segundo uso y la dificultad vuelve a incrementarse en +1, con un total de +2 sobre la tirada inicial. El fallo del tercer uso rompe el vínculo, como un fallo en el segundo uso.
Méritos y Defectos Debido a su origen místico, y sus conexiones con la muerte, los Nagaraja desarrollan numerosos Méritos y Defectos de origen sobrenatural. En cualquier caso, recuerda siempre que se trata de reglas opcionales sujetas a la aprobación del Narrador, y tampoco deberías sobrecargar a tu personaje hasta convertirlo en un arsenal andante sin una buena razón. Debido a su capacidad para comer carne humana, muchos Nagaraja consiguen ampliarla hasta el punto que pueden Comer Comida, aunque por supuesto no obtienen nutrición de los alimentos mundanos. Otros desarrollan un Gusto Agudo o una Digestión Eficaz, debido al tiempo que pasan desarrollando sus paladares. Sin embargo, debido al tiempo que pasan en sus investigaciones nigrománticas o relacionándose con el más allá a menudo los acompaña el Hedor de la Tumba. La carencia de higiene a la hora de alimentarse lleva en ocasiones a volver su Mordisco Infeccioso. La historia de la línea de sangre está llena de persecuciones, por lo que no es de extrañar que muchos Nagaraja tengan Enemigos de todo tipo buscando su destrucción o se encuentren Perseguidos. A pesar de su historial de enfrentamientos, no todos los fantasmas se muestran hostiles hacia los Nagaraja. Algunos se convierten en Espíritus Mentores de los Carnívoros por sus propias razones, beneficiándose de la alianza o para llevar a cabo sus objetivos. Sin embargo, la entropía y la decadencia del inframundo a menudo dejan marca en ellos, apareciendo en manifestaciones sobrenaturales como Brisa Fría, Toque de Escarcha, Maldiciones, Presencia Inquietante, Señor de las Moscas, Visión de la Muerte o Embrujado. Los siguientes Méritos y Defectos han sido diseñados pensando en personajes Nagaraja. Alguno de ellos bajo las circunstancias apropiadas puede resultar adecuado para personajes de otros clanes, pero en cualquier caso el Narrador siempre es quien tiene la última palabra sobre lo que permite en la Crónica.
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Naturalidad Ante la Muerte (Mérito de 3 puntos) Quizás has crecido rodeado de muerte o simplemente te has enfrentado tanto a ella que en parte le has perdido miedo. Esto no quiere decir que seas un insensible o que te resignes y te dejes morir ante un peligro. Simplemente aceptas la muerte como un elemento de tu existencia y la afrontas con naturalidad y lógica sin perder la calma ni caer en la histeria o el terror. Siempre que realices una tirada de Rötschreck reduce la dificultad en -2.
Hambre de Hiena (Mérito de 6 puntos) Tras el Abrazo todos los Nagaraja desarrollan una serie de dientes afilados y retorcidos para arrancar la carne de la que se alimentan, pero los tuyos son especialmente peligrosos. Añades +1 al daño causado por tu mordisco. Además los huesos humanos frescos también te resultan comestibles y puedes masticarlos y triturarlos hasta no dejar restos. Cuanto te alimentes de un cuerpo humano añade la mitad de sus puntos de carne disponibles al total que puedes consumir. De esta manera, el cuerpo de un humano medio equivale para ti a 15 puntos de carne en lugar de los 10 normales.
Palidez Mortal (Defecto de 3 puntos) No está muy claro si este Defecto es una debilidad heredada de los desaparecidos Capadocios, lo que confirmaría a los Nagaraja como una línea de sangre de los Ladrones de Tumbas, o simplemente se trata de una manifestación más del contacto del linaje con la muerte. En cualquier caso, tu personaje exhibe una palidez mortal, como la de un cadáver, que se intensifica con el paso del tiempo. Sufres una dificultad de +2 a las tiradas Sociales cuando te relaciones con mortales, a los que resulta más fácil reconocerte como lo que eres y puede que más de un vampiro del clan Giovanni se lleve una sorpresa.
Obeso (Defecto de 4 puntos) Aunque necesitas comer carne humana para mantener tu cuerpo, éste no la procesa con tanta rapidez como debería y un mes tras tu Abrazo tu cuerpo se llena con entre 50 y 75 kg adicionales de carne residual, volviendo tu aspecto desagradable e hinchado. Ni siquiera ayunando o pasando privaciones consigues recuperar tu aspecto “normal.” Todas las reservas de dados relacionadas con la Destreza o la Apariencia se reducen a la mitad (redondeando hacia abajo).
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Capítulo Tres:
Paladares Refinados “No es como el pollo o el cerdo. Es más como el buey. Cuanto más joven mejor. Excepto los bebés. Los bebés son como el pescado.” -Bones, la serie
Nunca han sido demasiados, pero indudablemente en las Noches Finales los Nagaraja se encuentran al borde de la destrucción. Una vez más vuelven a ser perseguidos, pero para los más antiguos sólo se trata de un obstáculo más en su larga historia de supervivencia. Y con la extinción amenazando con destruir al linaje, los últimos Carnívoros salen de sus guaridas en busca de nuevos reclutas que continúen con su legado de muerte. Por primera vez en mucho tiempo, las caras nuevas muestran sus colmillos y se relamen en busca de sus víctimas. El cataclismo que provocó la caída
de la Mano Negra también rompió las viejas estructuras y ha abierto nuevos caminos al cambio. Los siguientes ejemplos de personajes Nagaraja pueden encajar en diversas Crónicas como personajes independientes o al servicio de los deseos del Narrador. Están dispuestos a sobrevivir en tus Crónicas o a proporcionarte inspiración para que crees tus propios personajes. Y son tan considerados que incluso están dispuestos a invitarte a cenar con ellos si rechazas su ofrecimiento.
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Aristócrata Decadente Cita: Esta partida es demasiado aburrida ¿Qué te parece si hacemos una apuesta de 10.000 dólares? Puedo permitírmelo. ¿Tú no? No importa. Seguro que encontramos alguna forma de que puedas pagar. Te toca. Preludio: Naciste en una familia acomodada y desde que eras pequeño tus padres procuraron que tuvieras todo lo que desearas. Desde tu punto de vista lo tenías más que merecido, ya que eras un hijo ideal. Fuiste educado en los mejores colegios, destacando en los estudios y los deportes más exclusivos. Sin embargo, te sentías aburrido. Tu vida carecía de retos en un mundo que se antojaba plagado de simios torpes y decidiste buscar tus propios retos. Ya eras el amo del internado, pero ahora te dedicaste a “jugar” con tus inferiores, impulsándolos a superar sus límites y manipulándolos en juegos de decadencia, tratando de descubrir hasta qué punto podías presionar a las personas. E inevitablemente uno de tus compañeros termino “rompiéndose” y suicidándose. Aunque hubo algunos rumores y sospechas, nada podía demostrar que tú fueras el instigador. Pasaste a la universidad con una actitud despreocupada, rodeado por aduladores y proseguiste con tus juegos, impulsando a los “simios” a actuar según tu voluntad. Estudiantes brillantes de repente se volvían adictos a las drogas. Un profesor era descubierto en una orgía con varias alumnas de su seminario…sonreías para tus adentros, sintiéndote superior y satisfecho de tus obras. Te decías a ti mismo que se trataba de experimentos sociales, aunque lo cierto es que lo único que te interesaba era disfrutar con la degradación de los demás. Y entonces el pasado vino para ajustar cuentas. Después de varios años tu compañero de internado vino de entre los muertos para vengarse. Como un fantasma apareció en tus sueños y te impulsó a arrojarte por una ventana.
Quedaste postrado en una cama y tus padres buscaron a los mejores médicos para curarte tanto de tu estado físico como de las pesadillas que te atormentaban. La solución llego de una especie de médico indio, que a cambio de una considerable suma de dinero expulsó al fantasma que atormentaba tus sueños y mediante una “terapia especial” hizo que te levantaras de la cama. Tuviste que pasar un tiempo con él, aislado y cambiando por completo tu horario, pues tu medicina tenía el molesto efecto secundario de una extremada sensibilidad a la luz. Cuando volviste habías aprendido mucho. Tus padres murieron en un accidente y te hiciste con el control de su fortuna. Ahora nadie podrá detenerte, o eso esperas. Si algo has aprendido, es a tener más cuidado y a no dejar fantasmas detrás. Concepto: Eres un heredero millonario de gran educación, pero que por desgracia ha crecido demasiado pagado de sí mismo mostrándose cruel hacia un mundo que se le antoja inferior. Se te da muy bien manipular a la gente para conseguir lo que quieres, y disfrutas degradando a las personas. En tu nuevo estado combinas tus juegos con la búsqueda de potenciales presas. Consejos de Interpretación: Actúa con naturalidad y educación. Siempre se te ha dado bien hacerte pasar por el hijo perfecto, pero cuando llega el momento te muestras por completo implacable. Puedes respetar a quienes se muestran inmunes a tus encantos, pero los demás son juguetes a tu disposición. Equipo: Un traje elegante para cada ocasión, teléfono móvil, tarjetas de crédito, un “abrecartas” especialmente afilado para cortar carne.
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Asesino de la Mano Negra Cita: Se acabó. Tu muerte es el final de una vida llena de errores pero ahora servirá a un propósito superior sirviendo para mantener mi existencia. ¿No ves la perfección del ciclo? Preludio: Naciste en un país perdido en un rincón del mundo y enzarzado en una guerra civil desde antes de que nacieras. La vida era muy dura en tu aldea y un día llegaron unos hombres armados que se te llevaron junto con otros niños. Abusaron de ti y te pusieron un fusil en las manos. Te convertiste en un niño soldado en una guerra de la que apenas sabías nada, luchaste y mataste sin ser realmente consciente de lo que hacías. Finalmente el conflicto terminó y dejaste de ser necesario. No sabías qué hacer ni a donde ir, pero una noche llegaron otros soldados y te reclutaron para otra guerra, una que se luchaba en las sombras. No sabes cómo llegaste, pero terminaste en una ciudad gris llamada Enoch, envuelta en una eterna tempestad. Al principio tenías miedo, pero pronto tus maestros te ayudaron a deshacerte de tus temores, tus emociones, de todo. Y sobre esa hoja en blanco trazaron una nueva personalidad. Aprendiste a no temer a la muerte, sino a afrontarla como lo que era, aprendiste a obedecer a los maestros no muertos de Enoch, aprendiste muchas formas de matar, y cuando tu adiestramiento terminó, recibiste el Abrazo. Tu sire era un erudito, pero necesitaba un brazo armado que lo sirviera y protegiera. A su servicio recorriste el mundo, pero de repente llegaron noticias de que Enoch había
caído. Mientras que algunos de tus compañeros se suicidaron ritualmente, incapaces de sobrevivir a lo que daba sentido a sus existencias, tú fuiste más pragmático. Ya habías sobrevivido al final de una guerra y habías asumido que siempre habría nuevos conflictos en los que serías bien recibido. Siguiendo tus antiguos contactos, terminaste en la Mano Negra del Sabbat. Algunos estaban intrigados por tu linaje y tus extraños apetitos, pero finalmente tu valor como guerrero terminó pesando en tu aceptación final. Ahora sirves dentro de la élite guerrera de la Espada de Caín y te sientes satisfecho al disponer de una causa por la que matar. Concepto: Eres una de las últimas Réplicas, uno de los asesinos adiestrados en la ciudad de Enoch. No sólo sabes cómo matar, sino también te han enseñado muchos principios teóricos sobre la muerte y el más allá, un muro filosófico que guía todas tus acciones. Sin embargo, al contrario que tus compañeros, no eres un fanático dedicado a una causa, sino un heraldo de la muerte que simplemente busca disfrutar con lo que sabe hacer. Consejos de Interpretación: Te muestras siempre distante y tranquilo, y procuras actuar de forma lógica y sin emociones. Actúas de forma profesional, buscando siempre poner a prueba tus habilidades y aprender más sobre la muerte, para ti es todo lo que importa y lo que da sentido a tu existencia. Equipo: Cuchillos y armas diversos. Equipo de supervivencia. Algunos objetos sencillos para crear trampas.
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El Cocinero Personal Cita: La cena pronto estará lista. Se trata de una especialidad de mi país que espero sea de su agrado. Preludio: Recuerdas Vietnam, el país en el que naciste. Eras sólo un niño pero recuerdas el estruendo de las bombas y aquellos hombres blancos y ruidosos. Pero el tiempo pasó y se fueron. Cuando entraron los soldados del norte en la ciudad a tu madre y a ti os echaron de casa por “colaborar con el enemigo.” Pasasteis un tiempo desagradable en la cárcel, pero finalmente os dejaron marchar. Sin embargo, fuera os aguardaba un infierno. Vuestros vecinos no querían saber nada de vosotros y los niños que antes jugaban contigo ahora te escupían y pegaban. Tuvisteis que iros de la aldea y terminasteis en una ciudad donde nadie os conocía. Y finalmente supiste la verdad: eras el hijo de uno de aquellos hombres blancos y ruidosos y te odiaban por ello. El día en que tu madre apareció asesinada en casa supiste que era el momento de irse. Ocultando tu pasado entraste a trabajar en una casa de comidas. Aprendiste a cocinar pero sólo duraste el tiempo suficiente antes de que uno de los clientes te escupiera y revelara lo que eras: un “hijo del polvo,” con menos valor que el polvo que pisabas. Cansado de que tu pasado te persiguiera finalmente gastaste tus escasos ahorros en conseguir un pasaje ilegal para América. El nuevo mundo no era mucho mejor. Te presentaste en casa de tu padre y te cerraron la puerta en las narices, amenazando con llamar a la policía. Aunque eras hijo de un americano, tu rostro sólo significaba el triste recuerdo de una guerra perdida de la que los americanos no querían saber nada. Algunos incluso te acusaban de ser un comunista.
Fuiste engañado, te dieron una paliza y te robaron. Sobreviviste mendigando hasta que una noche, hambriento y furioso, atacaste a un hombre que se reía de ti y le clavaste una navaja en el cuello. De repente todo quedó claro. Tenías hambre y un cuerpo que hacer desaparecer. Una figura apareció entre las sombras del callejón al que habías arrastrado el cadáver. Enarbolaste la navaja, asustado por haber sido descubierto y con la sangre manchando tus labios. Sin embargo, se trataba de una huida de tus problemas. Ahora trabajas para un nuevo maestro, alguien que te comprende y cuida de ti. Te ha sacado de las calles y te ha puesto a trabajar como cocinero personal, al mismo tiempo que te ofrece todo un mundo lleno de posibilidades. Concepto: Fuiste Abrazado por un vampiro entregado al estudio y que sin embargo tenía “necesidades especiales” que debían ser atendidas. Aunque dispone de criados que se encargan de limpiar su casa y de adquirir lo que necesita, para su alimento necesitaba alguien mejor preparado. Te encargas de cazar para ti y tu sire, encargándote de los aspectos más desagradables a cambio de protección y conocimiento. Consejos de Interpretación: Parece que tu suerte ha llegado finalmente, aunque desde luego no como habías esperado. Te gusta tu trabajo porque te permite devolver los golpes que recibiste en vida y también te abre una oportunidad. Estás decidido a no desaprovecharla. Por el momento sirves lealmente a tu sire, pero con el tiempo planeas establecerte por ti mismo. Equipo: Una pistola, una cuerda, un saco, un machete, una furgoneta.
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Devoradora de Hombres Cita: Si una chica te dice que no, es que no quiere saber nada de ti, deberías asumirlo y no intentar violarla. Será mejor que recuerdes este consejo para tu próxima reencarnación. Preludio: Naciste en una familia de clase media y tuviste una infancia tranquila y protegida. Cuando llegaste al instituto todos los chicos querían salir contigo y fuiste al baile de graduación con la ilusión de que estabas saliendo con el hombre de tus sueños. Sin embargo, en el camino de vuelta a casa te propuso tener sexo, le respondiste que no estabas preparada y te violó. No le dijiste a nadie lo que había ocurrido, porque sentías vergüenza de que los demás supieran lo que te había ocurrido y creías que nadie te iba a creer. Te hundiste en una espiral de dolor y fuiste a la universidad para alejarte de tu pasado. Apenas recuerda un nebuloso período de depresión, drogas, alcohol, sexo ocasional…todo con tratar de apagar el dolor, que nunca se iba del todo. Atrajiste la atención de una joven, que te habló de un grupo especial en el que podrías encajar. Al principio pensaste que se trataba sólo de una secta, pero resultó ser mucho más. En los límites de la sociedad universitaria los seguidores de Lilith habían creado un grupo de adoración, un grupo que veneraba a la diosa bajo la fachada hinduista de Kali Ma. Durante un tiempo te sentiste a gusto con tus nuevos amigos, que te enseñaron
por fin a aceptar tu dolor y a utilizarlo para darte fuerza. Participaste en varios rituales orgiásticos y finalmente te convertiste en una iniciada. La sacerdotisa del culto te dio personalmente tu bendición y cuando superaste el rito de iniciación cambiada, y con una nueva hambre oscura latiendo en tu interior, descubriste que tu novio de la promoción te aguardaba atado al altar como sacrificio para saciar tus apetitos. No dudaste. Hundiste tus colmillos y te alimentaste de su dolor. Concepto: Eres una leal seguidora de las palabras de la diosa. Te dedicas sobre todo a cazar a los violadores, hombres que roban la libertad de las mujeres y que contribuyen a extender las cadenas de un dios patriarcal en el mundo. No sueles hacer proselitismo, pero si encuentras a alguien que merezca escuchar las revelaciones de la Madre Oscura lo ayudarás a salir del abismo, como otros lo hicieron contigo. Consejos de Interpretación: Normalmente te mueves bajo una fachada, procurando encajar y ganarte la confianza de tu interlocutor. Puedes pasar de ser una chica ingenua y sumisa a una atrevida seductora en cuestión de segundos. Hablas muy poco pero tus gestos suelen ser suficientemente elocuentes. Sin embargo, bajo esta fachada se encuentra una depredadora al acecho, buscando indignos a los que castigar. Equipo: Cuchillo y vestido de noche.
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Dueña de Pensión Cita: Ya, ya, no me cuentes tu vida. Quiero los pagos los viernes sin falta o te largas. Tu habitación es la primera del piso de arriba a la izquierda. Preludio: Naciste en una familia humilde y desde que eras pequeña aprendiste que debías esforzarte y trabajar para salir adelante. En casa aprendiste a coser, limpiar y cocinar y cuanto tuviste la oportunidad comenzaste a trabajar por tu cuenta. Comenzaste en el servicio de limpieza de un edificio de tu barrio, y observaste cómo el dueño se llevaba cada mes un montón de dinero con los alquileres, gastando muy poco. Te pareció una buena manera de ganar dinero. Con tus ahorros como aval conseguiste un crédito del banco y adquiriste una pensión instalada en un viejo bloque de edificios. Un par de manos de pintura y arreglos baratos para evitar que se cayera en pedazos y ya tenías tu máquina de hacer dinero. Evidentemente el tipo de personas que frecuentaban tu pensión no eran muy recomendables, pero todos los meses tenías dinero libre de impuestos, sobre todo si sabías mirar hacia otro lado y olvidar quién entraba o salía. Por supuesto, había gastos. Pagar al matón alcohólico del bar enfrente para que se encargara de los “cobros difíciles”, pagar a la policía y a los inspectores de sanidad y urbanismo para que hicieran la vista gorda, y de vez en cuando algún “parche” para que el negocio siguiera adelante. Considerabas que habías alcanzado tu lugar en la vida y ya sólo tenías que sentarte y dedicarte a ganar dinero. Una noche llegó un nuevo cliente, uno más como tantos otros, que te pagó generosamente por una habitación tranquila e interior. Lo que te llamó la atención del nuevo inquilino es que no daba ningún problema. Era un hombrecillo correcto y educado, pagaba puntualmente y no le conocías ninguna amante ni ningún vicio, algo que te hubiera parecido más “normal”.
El día en que otros inquilinos te dijeron que escuchaban sonidos raros por la noche en la habitación de ese tipo casi te sentiste aliviada. Subiste con tu mejor cara de pocos amigos dispuesta a soltarle una buena reprimenda cuando de repente se desató el infierno: las paredes comenzaron a sangrar, escuchaste un sonido ululante y viste lo que parecía un cadáver quemado de pie esgrimiendo un enorme cuchillo que se abalanzó contra ti y te arrojó por las escaleras. Cuando despertaste el hombrecillo te estaba alimentando con su sangre. Te dijo que le habías salvado, atrayendo sobre ti la ira de aquel monstruo fantasmal que lo perseguía desde hacía tiempo, permitiéndole reaccionar a tiempo y deshacerse de él. En parte se sentía en deuda contigo, así que te había dado una nueva oportunidad. Ahora sigues controlando tu negocio de noche con mano de hierro, y además de dinero te proporciona sangre y carne, pues siempre hay personas que vienen y van y a las que nunca se echará de menos. De hecho, estás pensando en ampliar el negocio. Concepto: Una casera especialmente temible, y ahora dotada con un nuevo y siniestro poder. Tu pensión es tu fortaleza y la proteges ferozmente, pues en ello te va tu existencia. Con el tiempo has acumulado suficiente experiencia como para percibir quién es de fiar y quién no, así como toda una serie de pequeños trucos para ocultar tus trapos sucios y cuándo hacer la vista gorda. Consejos de Interpretación: Estás acostumbrada a llevar la voz cantante en tu negocio y te aseguras de que nadie te falte al respeto. Siempre procuras buscar las debilidades de los demás, no tanto para aprovecharte de ellos como para protegerte llegado el caso, pues sabes que la gente desesperada puede ser muy peligrosa. Equipo: Ropa gastada, un listado de cobros pendientes, una pequeña pistola y un bate de béisbol en conserjería, mala actitud.
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Estudiante de Nigromancia Cita: La medicina es una ciencia incompleta. Sería mucho más efectiva si los médicos se dedicaran a mirar en el otro lado de la vida en lugar de tratar de acertar con tratamientos de dudosa eficacia. Preludio: Naciste en Seúl en una buena familia. Recibiste una buena educación y cumpliste las expectativas de tus padres convirtiéndote en un buen estudiante. Aprovechaste un sistema educativo que premió tu excelencia y te graduaste en el instituto con todos los honores. Tu padre era tan feliz que sufrió un infarto al que no sobrevivió. Ese incidente te marcó especialmente y decidiste que estudiarías medicina. Conseguiste una beca para estudiar en los Estados Unidos, pero el sistema universitario de aquel país era muy distinto al tuyo. Te convertiste en un marginado social y no entendías a tus compañeros que derrochaban el dinero de sus padres para tomarse el año de fiesta y vivir apurados en época de exámenes. Te encontrabas solo, y echabas de menos tu casa. Volviste a Corea con la excusa de completar tus estudios con un curso de medicina tradicional de tu país. No te interesaba especialmente, pero era una oportunidad para visitar a tu madre y a tus hermanos y alejarte de un lugar en el que te sentías completamente ajeno. El curso resultó más interesante de lo que esperabas, aunque desde tu punto de vista tenía una utilidad poco más que anecdótica. A la salida te cruzaste con un extranjero que se te quedó mirando y te preguntó con un coreano con un fuerte acento qué te había parecido el curso. Le dijiste que la medicina tradicional poseía algunos fundamentos útiles, pero que la tecnología moderna la había dejado completamente desfasada. Él sonrió y te dijo que existían algunos métodos tradicionales que ni siquiera la medicina moderna había conseguido igualar. Te sentiste intrigado y finalmente accediste a acompañarle y quedaste maravillado por lo que te enseñó. El “Kalananda” que te mostró abría un mundo completamente nuevo de investigación y le pediste que te enseñara más.
Tu maestro aceptó, pero te dijo que tendría que hacerlo por correspondencia, ya que se encontraba muy ocupado. En las noches siguientes recibiste una serie de paquetes que contenían documentos escritos apresuradamente. Estaban escritos en un antiguo dialecto del coreano, pero el desafío de aprender algo completamente nuevo te llevó a sumirte profundamente en ellos. Una noche tu mentor se reunió contigo por última vez. Te habló de un antiguo linaje de nigromantes que actualmente se encontraban encarcelados en Seúl, y que jóvenes como tú erais la única esperanza que tenían de sobrevivir si te unías a ellos. Aceptaste y fuiste Abrazado. Sin embargo los señores no muertos de la ciudad te destruirían si descubrían tu existencia así que tu sire te ayudó a preparar tu regreso a los Estados Unidos. Te entregó varios libros y artefactos y te deseó que tuvieras suerte en el nuevo mundo. Podías soportar alimentarte de sangre, pero el hambre de carne…llegaste muy debilitado a tu destino, pero el pensamiento de matar a otros todavía te repugnaba. Por suerte, encontraste trabajo como ayudante forense en una funeraria en el turno de noche. Te encargas de los cadáveres destinados a incineración, que a menudo terminan en el sótano de tu casa. Concepto: Eres un nigromante en gran parte autodidacta y tienes mucho que aprender. Como heredero del legado de los Nagaraja sientes como si cargaras con una gran responsabilidad. Consejos de Interpretación: Eres una persona educada y callada, pero con un gran potencial. Cuando alguien te pregunta sobre un tema que te resulta especialmente interesante, habla con entusiasmo. Gran parte de lo que sabes sobre la naturaleza y la sociedad vampírica viene en los libros y documentos que te entregó tu sire, así que todavía te desenvuelves con algo de timidez. Equipo: Un maletín médico con todo el equipo básico, un coche discreto con un amplio maletero recubierto de plástico. Numerosos libros de medicina y nigromancia, con tus propias anotaciones.
Apéndice Uno: Reyes Caníbales Creo en el canibalismo compulsivo. Si la gente se viera obligada a comer lo que mata, no habría más guerras. Abbie Hoffman, escritora y activista radical
Repudiados y malditos, una vez más los Nagaraja deben luchar por sobrevivir. Aunque están acostumbrados al rechazo de los demás, en las Noches Finales la línea de sangre se encuentra al borde de la extinción, con sus escasos miembros enfrentados a un destino incierto. Muchos Carnívoros temen que la Gehenna termine llegando antes para ellos. Sin embargo, los supervivientes simplemente asumen que su situación reciente es uno de los muchos cataclismos y calamidades que han sufrido a lo largo de su historia. Desde la persecución de los magos de la muerte, las guerras intestinas de la Tal’mahe’Ra y la caída y destrucción definitiva de Enoch. Y a pesar de ello siguen adelante. La única elección posible para ellos es si quieren seguir existiendo o no, el resto son detalles. Los siguientes Nagaraja destacan especialmente en el linaje, aunque no todos son especialmente conocidos fuera del mismo, ya que la línea de sangre no es demasiado conocida, tanto por su reducido tamaño como por decisión propia, una actitud más que aconsejable ante los últimos acontecimientos.
de la Tal’mahe’Ra que seguía a los ejércitos para alimentarse y mientras observaba lo descubrió llorando entre los cadáveres y lo puso a salvo de los carroñeros, llevándoselo a Enoch. Las Erinias lo alimentaron y lavaron, y fue educado con otros niños y niñas, secuestrados por los servidores y los vampiros de la secta y adiestrados para servir a los antiguos vampiros que aguardaban el regreso de los Antediluvianos. Juleidah destacó en las pruebas que le impusieron: artes marciales, combate con armas, tiro con arco y diversos juegos atléticos. Veinte años después se
Juleidah
El Asesino de Fantasmas
Juleidah (no es su verdadero nombre, habiendo tomado varios durante su larga carrera) nació en el campo de batalla de Talas hace siglos. Nadie sabe si era hijo de un soldado y una de las prostitutas que seguían a los ejércitos en liza o si era el huérfano de una de las muchas aldeas que habían sido arrasadas y adoptado en un gesto de misericordia. En cualquier caso, un vampiro
Apéndice Uno: Reyes Caníbales 69
encontraba en la plenitud de su desarrollo físico y mental y se había ganado el Abrazo, debiendo elegir a su sire. Para sorpresa de muchos, Juleidah no eligió la sangre de ninguno de los grandes guerreros de la Tal’mahe’Ra, sino la de uno de los consejeros de la Del’Roh, uno de sus maestros que le había enseñado la filosofía del Tao y sus principios para dominar a la Bestia. Tras el Abrazo Juleidah se dedicó a perfeccionarse, desatando el potencial físico de su cuerpo no muerto pero también sus conocimientos nigrománticos. Era un asesino letal, derrotando a varios de los enemigos de su secta, y no sólo en el mundo físico. También se encontraba más que capacitado para enfrentarse a las monstruosidades del inframundo y sobrevivir. Fue durante sus primeros años que se ganó el apodo de “Asesino de Fantasmas”. Durante varios siglos recorrió las sendas del mundo físico y del más allá, observando, aprendiendo y perfeccionándose en el proceso. A finales del siglo XVI, con la llegada de los europeos a la India, pidió permiso para visitar Occidente y aprender más. Sus superiores se lo permitieron, pero en cuanto escuchó la noticia de que Enoch había caído, regresó apresuradamente, ayudando a proteger a los supervivientes durante su exilio. En los años siguientes Juleidah se convirtió en uno de los partidarios de buscar ayuda en la Mano Negra de Occidente y reunificar la secta, dividida durante más de mil años. Finalmente hubo contactos con los líderes occidentales de la Mano Negra y tras la recuperación de Enoch y la firma del tratado de unificación, Juleidah fue ascendido y se convirtió en uno de los Dominios de la Mano Negra Oriental, un reconocimiento tanto a sus logros como a su participación en el Tratado de Enoch. Durante la colonización británica de la India, Juleidah colaboró con otros vampiros indios, tanto de la Mano Negra como ajenos a ella, en la difícil tarea de expulsar al invasor. En 1898 resultó herido en una batalla contra un grupo de arcontes de la Camarilla, y poco después caía en letargo, siendo trasladado a Enoch. No despertaría hasta varias décadas después, tras la independencia de la India. Juleidah reanudó sus obligaciones como Dominio, propiciando un renacer de la Senda del Enfoque Interior, de la que era uno de sus más destacados seguidores. Durante varios años residió en la ciudad de Bombay, dirigiendo las actividades de la Mano Negra, hasta que supo de la destrucción de Enoch. Supo lo que había ocurrido a partir de uno de los mortales que había sobrevivido para llevar el aviso de la furia de las hordas fantasmales. Poco después, por primera vez en siglos, Juleidah era desafiado por su posición como Dominio. Para sorpresa de todos, dejó caer su espada ante su adversario y se fue sin molestarse en plantar batalla. Poco después la Mano Negra se deshacía en numerosos pedazos, desesperados y enfrentados entre sí. Ahora Juleidah vaga nuevamente por el mundo, libre de la autoridad de cualquier otro salvo sí mismo. No ha acompañado a sus hermanos de linaje al exilio de Seúl, y los escasos enemigos que le han perseguido creyéndolo una presa fácil sin la alianza de la Mano Negra, han sido destruidos. Actualmente se encuentra en la Costa Oeste de los Estados Unidos, queriendo
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presenciar el conflicto entre vampiros occidentales y orientales, pero no permanece mucho tiempo en un mismo sitio, dedicándose a viajar constantemente, buscando siempre aprender de la experiencia. Imagen: Un hombre oriental joven y en buena forma, de unos veinte años, completamente afeitado de la cabeza a los pies. Su rostro y su cuerpo están recubiertos de ideogramas y símbolos sánscritos y taoístas, que cambia frecuentemente. Por alguna razón, debido al tiempo que ha pasado en el inframundo, matando y devorando fantasmas, sus ojos y el interior de su boca son completamente negros, con el color de las energías del Olvido. Viste siempre de forma sencilla y pragmática, y aunque siempre lleva algún tipo de arma consigo, prefiere confiar en su maestría con las artes marciales. Consejos de Interpretación: Buscas equilibrio e iluminación. Has comprendido que te habías vuelto demasiado dependiente de las ataduras de la Mano Negra y ahora que eres libre de seguir tu camino has dado un paso más hacia la iluminación. No muestras emociones. Te alimentas cuando lo necesitas, matas cuando lo necesitas y el resto del tiempo respetas la creación que te rodea. Sire: Yahurum Naturaleza: Visionario Conducta: Solitario Generación: 7ª Generación Abrazo: Finales del siglo VIII Edad aparente: Poco más de veinte Atributos Físicos: Fuerza 6, Destreza 6, Resistencia 6 Atributos Sociales: Carisma 3, Manipulación 3, Apariencia 2 Atributos Mentales: Percepción 6, Inteligencia 4, Astucia 5 Talentos: Alerta 4, Atletismo 5, Callejeo 4, Esquivar 5, Intimidación 4, Pelea 6 Técnicas: Armas C.C. 5, Armas de Fuego 3, Conducir 1, Seguridad 5, Sigilo 5, Tiro con Arco 4 Conocimientos: C. Camarilla 3, C. Mano Negra 5, C. Sabbat 4, Investigación 3, Lingüística 4, Medicina 3, Ocultismo 4 Disciplinas: Auspex 6, Celeridad 5, Dominación 3, Fortaleza 4, Nigromancia 5, Ofuscación 3, Potencia 3 Sendas nigrománticas: Senda del Sepulcro 5, Senda Vítrea 5, Manto de Autoridad de Ébano 4, Senda de las Cenizas 4, Senda del Osario 3 Trasfondos: Aliados 3, Contactos 5, Influencia 2, Posición 2, Recursos 2 Virtudes: Convicción 4, Instintos 5, Coraje 4 Senda del Enfoque Interior: 9 Fuerza de Voluntad: 10
sido proscritos y enviados a la clandestinidad, donde seguían practicando sus ritos. Cuando Lhang asumió el liderazgo de los Nagaraja todavía era muy inexperto. Creía arrogantemente que los dioses habían abandonado de forma injusta a los sacerdotes Devaraja-Pujari, y que ahora podían prescindir de ellos. Mientras que otros cultos se corrompían en la adoración de espíritus malignos y se convertían en los temidos Toc Faan, el culto de Lhang Doung se aferró a las antiguas tradiciones, usurpando el lugar de los dioses y tomando para sí el poder de los sacrificios que les ofrecían. Fue en este estado que el culto fue encontrado por un explorador de la Tal’mahe’Ra, que buscaba una forma de extender la secta en el Lejano Oriente. Al principio ofreció la inmortalidad a los sacerdotes caídos, pero ante sus dudas decidió adoptar una estrategia más directa. Lhang Doung recuerda la terrible noche de su Abrazo, cuando fue derribado de su pedestal de arrogancia y torturado y obligado a suplicar. Su poder no le sirvió de nada y finalmente suplicó el Abrazo de aquel monstruo. En las noches siguientes lo acompañaría en la caza de sus compañeros de culto, ofreciéndoles el Abrazo o la muerte. Desde entonces a Lhang Doung no le ha ido mal. Los Nagaraja camboyanos –o Devaraja, como son llamados en ocasiones- eran la segunda facción en importancia del linaje. Aunque aliados nominalmente con la Tal’mahe’Ra, los contactos con la secta eran ocasionales y la mayor parte del tiempo se los dejaba actuar según su voluntad. Lhang Doung dirigió la expansión de los Nagaraja por gran parte del Sudeste Asiático, sobreviviendo a la ferocidad de los vampiros orientales nativos y aliándose con los Aks, una facción considerada herética, y con los magos Toc Faan, que compartían origen. Mientras sus compañeros y chiquillos se extendían por toda la zona, Lhang Doung permanecía en el templo de su familia cerca de la vieja ciudad de Angkor, dedicándose al estudio de la Nigromancia y en ocasiones tutelando discípulos y prestando su consejo. Fue sacado de su retiro durante la llegada de los comunistas, que lo obligaron a huir de su templo y posteriormente fue perseguido por una cuadrilla de
Lhang Doung Lhang Doung tenía un linaje principesco. Su padre, y su abuelo antes que él habían sido sacerdotes de los reyes-dioses del Imperio Khmer y habían liderado el culto de los Devaraja. Sin embargo, después de la muerte de su padre a edad avanzada, el culto quedó en una situación muy difícil. El budismo se había extendido por el Imperio Khmer y los sanguinarios Devaraja habían
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vampiros orientales. Terminó acompañando a un batallón de soldados estadounidenses que regresaban a casa de la guerra de Vietnam y se encontró en un país muy diferente al suyo. Permaneció en la periferia de la sociedad vampírica, observando y aprendiendo. En las ocasiones en las que era descubierto se hacía pasar por un Caitiff o un viajero Gangrel. Aunque se asentaba temporalmente en algunas ciudades terminaba marchándose cuando se sentía incómodo. Se encontraba en Boston cuando estalló la última tormenta en el inframundo y a través de los espíritus de los muertos supo que Enoch había caído, antojándosele una forma de justicia irónica por las torturas que había sufrido durante su Abrazo. Recientemente regresó a Camboya, que ha cambiado mucho desde que la abandonó en la década de 1970. Mediante sus contactos espirituales comenzó a buscar a sus chiquillos y descendientes, con la intención de guiar a su progenie y convertirse en el líder de su linaje sin las interferencias de la Tal’mahe’Ra. En el proceso se encontró con los magos Toc Faan, que habían degenerado en un culto caníbal de adoradores de los demonios, y en las Noches Finales ambas facciones han creado una alianza muy productiva para defenderse tanto de los vampiros como de los magos del Sudeste Asiático. Imagen: Lhang Doung era un hombre de unos cuarenta años de ascendencia khmer cuando fue Abrazado. Se encuentra ligeramente obeso, pero sus rasgos son nobles e inspiran una profunda confianza personal. Todavía se viste con lujosos trajes ceremoniales cuando tiene ocasión, y siempre permanece atento a lo que ocurre a su alrededor. Consejos de Interpretación: Tu Abrazo fue el peor momento de tu vida y todavía lo recuerdas en pesadillas. Nunca más volverás a sufrir una humillación semejante, y ahora que la Tal’mahe’Ra ha desaparecido eres tu propio amo. Respetas a quienes te tratan con el respeto que merece un descendiente digno de los sacerdotes Devaraja-Pujari, y te sientes más seguro cuando te encuentras al mando. Sire: Tusli
Naturaleza: Autócrata Conducta: Tradicionalista Generación: 8ª Abrazo: Finales del siglo XIV Edad aparente: Poco más de cuarenta Atributos Físicos: Fuerza 3, Destreza 3, Resistencia 4 Atributos Sociales: Carisma 3, Manipulación 4, Apariencia 3 Atributos Mentales: Percepción 5, Inteligencia 5, Astucia 4 Talentos: Alerta 3, Expresión 3, Intimidación 2, Liderazgo 5, Subterfugio 2 Técnicas: Armas C.C. 3, Etiqueta 5, Pericias 3, Seguridad 2, Supervivencia 1, Trato con Animales 2 Conocimientos: Academicismo 4, Ciencias 2, Investigación 3, Lingüística 4, Ocultismo 5, Política 2 Disciplinas: Auspex 4, Dominación 5, Nigromancia 5, Ofuscación 3, Presencia 3, Protean 3 Sendas nigrománticas: Senda del Sepulcro 5, Senda Vítrea 5, Manto de la Autoridad de Ébano 5, Senda del Osario 3, Senda de las Cenizas 2 Trasfondos: Aliados 4, Criados 5, Influencia 2, Posición 3, Rebaño 3, Recursos 4 Virtudes: Convicción 3, Instintos 3, Coraje 3 Senda de los Huesos: 6 Fuerza de Voluntad: 7
La Dama Yim
Diplomática de los Carnívoros La Dama Yim nació a finales del siglo XIX en el imperio de Corea. Era hija de unos aristócratas coreanos, que veían con preocupación los sucesos que se producían en los países vecinos. Creían que Corea debía modernizarse y acabar con sus costumbres feudales. Yim fue educada en el entorno de la emperatriz Myeongseong, partidaria de desligarse del vasallaje del imperio de China y buscar el apoyo de los países occidentales. Debido a sus intereses, China y Japón se enfrentaron militarmente por el control de Corea. Sin embargo, para los japoneses no era suficiente con la victoria, necesitaban un gobernante más sumiso a sus deseos, y con la ayuda de unos rebeldes coreanos asesinaron a la emperatriz. Junto a varios cortesanos y damas de compañía, Yim contempló horrorizada la muerte de su señora. Mientras los demás se derrumbaban en sollozos, Yim mantuvo la compostura y se enfrentó orgullosa a los invasores, maldiciéndolos e insultándolos. El oficial japonés que había dirigido el asesinato ordenó a sus subordinados que apresaran a Yim. Se la llevaron y la violaron durante toda la noche. Durante los días siguientes se convirtió en una prostituta para los soldados japoneses, que se turnaban para ultrajarla y humillarla. Cuando se cansaron de ella la vendieron a un capitán de barco que ponía rumbo a Shangai con un cargamento de prostitutas. Yim llegó medio muerta y enferma. Sentía que la fiebre la devoraba, por lo que el dueño del burdel la vendió junto con varias compañeras enfermas y cadáveres a un cliente especial. Se trataba de un criado de un vampiro Nagaraja. Cuando le entregaron a Yim, se sintió intrigado por sus
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delirios sobre la emperatriz de Corea, y supo ver más allá de su cuerpo maltratado para encontrar las señales de la nobleza. Finalmente decidió darle el Abrazo. Yim se mostró como una discípula obediente. Se sentía agradecida a su creador por haber salvado su existencia. Sus modales cortesanos le sirvieron a la hora de actuar en nombre de su sire como enviada y embajadora de los vampiros orientales. Aprendió a distinguir las sutiles señales de la etiqueta, cómo evitar malentendidos culturales y poco a poco se convirtió en una embajadora de su linaje ante los Kuei-jin. El estallido de la Segunda Guerra Mundial trajo a Shangai a los malditos japoneses, que destruyeron a su sire durante el día. Yim colaboró con los vampiros chinos para expulsar a los invasores, y al terminar la guerra había conseguido gran poder e influencia en la ciudad. Durante la postguerra Yim viajó a Corea y se encontró con un país muy diferente del que había conocido en vida. Instaló su refugio en Seúl, la capital de Corea del Sur, ganándose la confianza de las Cortes Verdes y en especial de los nigromantes de las Flores de Hueso. Pacientemente y con sutileza fue cultivando esta relación durante décadas. Cuando la Mano Negra cayó y los Nagaraja se encontraron ante la necesidad de encontrar un nuevo santuario en el que refugiarse de sus enemigos, la Dama Yim acudió a ellos y les ofreció la seguridad de Seúl y la protección de las Cortes Verdes. Los vampiros orientales estaban dispuestos a darles el refugio que necesitaban a cambio de que los Carnívoros compartieron con ellos sus artes nigrománticas. Tras debatir otras posibilidades terminaron aceptando. Pero lo que la Dama Yim consideraba un golpe maestro que podría convertirla en una líder respetada entre los Nagaraja, está adquiriendo un cariz cada vez más preocupante. Los Carnívoros de Seúl son oficialmente “invitados” de las Cortes Verdes, pero los vampiros orientales no les permiten abandonar los límites de la ciudad ni les permiten Abrazar, y la situación parece estar convirtiéndose en un progresivo aprisionamiento. Y los demás Nagaraja cada vez miran a Yim con más rencor ante la incertidumbre en la que se encuentran. La Dama Yim se siente engañada por las Cortes Verdes, a pesar de que creía haber atado todos los cabos de sus tratos con los vampiros orientales. Sin embargo, existe poco que pueda hacer. Desesperada y colaborando con otros Nagaraja y espíritus a su servicio, está preparando un plan de huida de Seúl, que parece hacerse más apremiante noche tras noche, si los rumores sobre las intenciones que tienen otros vampiros orientales hacia los Nagaraja son ciertos. Imagen: La Dama Yim era una hermosa aristócrata coreana recién llegada a la adolescencia en vida, y gran parte de su belleza ha sobrevivido a la muerte. Parece una joven fría y frágil, con la palidez de su rostro enmarcado en una cabellera blanca, intensificada por una capa de maquillaje blanco y finos labios de color rubí perfilados en una sonrisa enigmática. Sus ojos serenos miran bajo unas largas pestañas. Suele vestir con etéreos y elegantes vestidos blancos y negros y siempre constituye una elegante anfitriona en todas sus reuniones.
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Consejos de Interpretación: No tienes la situación tan controlada como creías y ahora te sientes insegura, habiéndote visto obligada a improvisar. Te encuentras en medio de un plan de contingencia, pero ya planeas una dura venganza hacia quienes te traicionaron. En estos momentos tus servidores, invisibles para los vampiros orientales, preparan transportes discretos a América. También sopesas otras posibilidades para encontrar un nuevo refugio. Sire: Sun Li Naturaleza: Directora Conducta: Tradicionalista Generación: 9ª Abrazo: 1895 Edad aparente: Cerca de los veinte Atributos Físicos: Fuerza 2, Destreza 3, Resistencia 2 Atributos Sociales: Carisma 3, Manipulación 4, Apariencia 5 Atributos Mentales: Percepción 4, Inteligencia 3, Astucia 4 Talentos: Alerta 3, Empatía 2, Expresión 2, Intimidación 2, Pelea 2, Subterfugio 3 Técnicas: Armas C.C. 1, Conducir 1, Etiqueta 5, Interpretación 2, Seguridad 2, Sigilo 3 Conocimientos: Academicismo 4, Finanzas 3, Investigación 3, Lingüística 3, Ocultismo 2, Política 3 Disciplinas: Auspex 4, Dominación 4, Nigromancia 3, Quimerismo 2, Presencia 3 Sendas nigrománticas: Senda del Sepulcro 3, Senda Vítrea 2 Trasfondos: Aliados 3, Contactos 5, Criados 4, Influencia 2, Recursos 4 Virtudes: Conciencia 3, Autocontrol 3, Coraje 4 Humanidad: 4 Fuerza de Voluntad: 7
Benjamin Hammond Benjamin nació en 1946 en San Antonio, Texas, nueve meses después de que su padre regresara de la Segunda Guerra Mundial y se acostara con su madre para celebrarlo. Aunque su familia era de clase media, y parecía que tenía madera de actor, finalmente su padre lo convenció para que hiciera una carrera empresarial. Comenzó a trabajar como agente inmobiliario con 18 años y había hecho su primer millón en el sector urbanístico diez años después. Sin embargo, el éxito en los negocios no le trajo suerte en el terreno sentimental. Su matrimonio duró menos de un año y terminó en un furioso divorcio. Benjamin decidió que no volvería a entregar su amor en algo en lo que no pudiera confiar, y para matar su tiempo libre se dedicó a coleccionar antigüedades. Encontró que le gustaba especialmente el arte oriental y gastó considerables sumas en crear una colección de orfebrería y porcelana china y coreana. Fue en 1989 que conoció a Yim, una anticuaria que tenía una colección tan espléndida como la suya. Ambos se reunieron en varias ocasiones y charlaron de arte oriental. La dama Yim invitó al millonario estadounidense a visitar Corea para que conociera personalmente su colección y Benjamin no resultó defraudado.
Benjamin se convirtió en el agente de Yim en los Estados Unidos, proporcionándole refugio siempre que visitaba el país, además de recursos. A cambio, recibía periódicamente su sangre a través de agentes de la Tal’mahe’Ra. A largo plazo planeaba adquirir la inmortalidad plena y convertirse en algo más que un mero servidor. Esa oportunidad llegó recientemente. Tras la caída de la Mano Negra, los Nagaraja se encontraban necesitados de ayuda. Yim visitó Texas en una visita relámpago, para asegurarse de que Hammond le seguía siendo leal, y compartió con él la situación. Los Carnívoros necesitaban un lugar seguro donde refugiarse de sus enemigos. En principio se instalarían en Seúl, pero Benjamin permanecería como su contacto en los Estados Unidos. Unos meses después Benjamin viajó nuevamente a Corea para encontrarse con Yim. La vampira se encontraba asustada, pues el refugio que les habían ofrecido los vampiros orientales no era lo que esperaban y se encontraba atemorizada. Abrazó a Benjamin a bordo de su avión privado y le ordenó para que regresara a Texas y aguardara instrucciones. En estos momentos Benjamin Hammond se ha convertido en la principal esperanza de los Nagaraja que se encuentran retenidos en Corea. De vez en cuando recibe mensajes apresurados a través del correo, el móvil e incluso algún espíritu. Siguiendo las instrucciones de su sire, está convirtiendo su finca personal a unos kilómetros de San Antonio en una auténtica fortaleza. Ha creado varios ghouls que viajan periódicamente a Corea y regresan portando mensajes “inesperados” en sus equipajes. A través de estos contactos está preparando un plan de contingencia para poder rescatar a sus compañeros de linaje de su encierro. Algunos vampiros de San Antonio conocen la presencia de Benjamin Hammond, pero creen que se trata de un Caitiff. El Príncipe ha encontrado ventajoso realizar algunos tratos económicos con él, pero aparte de eso, se mantiene aislado del resto de la Estirpe y mientras respete la Mascarada parecen dispuestos a dejarle en paz. Para Benjamin el trato está bien, aunque le gustaría con el tiempo poder codearse con sus “iguales.” Al mismo
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tiempo piensa en una salida por si las cosas se ponen feas. Por suerte, la frontera está cerca. Imagen: Un hombre grande y en buena forma de cerca de cincuenta años y alrededor de 1,90 m. Tiene cabello escaso y casi blanco, y su rostro de ojos azules y lleno de arrugas parece bastante jovial, aunque ahora suele reprimir su sonrisa para no revelar sus colmillos afilados. Suele vestir con trajes ejecutivos hechos a medida y sombreros texanos. Consejos de Interpretación: Tu carrera en la inmortalidad está siendo más azarosa de lo que crees. Tu sire te pide que seas paciente, aunque si fuera por ti actuarías de forma más directa. Sin embargo, por el momento no te ha ido mal. La alimentación puede ser un engorro, pero por suerte en estos días hay muchos emigrantes ilegales que cruzan la frontera de los Estados Unidos y que no serán echados de menos. Sire: Dama Yim Naturaleza: Bizarro Conducta: Director Generación: 10ª Abrazo: 1999
Edad aparente: Unos cincuenta Atributos Físicos: Fuerza 3, Destreza 2, Resistencia 3 Atributos Sociales: Carisma 3, Manipulación 3, Apariencia 2 Atributos Mentales: Percepción 3, Inteligencia 3, Astucia 4 Talentos: Alerta 1, Expresión 3, Liderazgo 2, Pelea 1, Intimidación 2, Subterfugio 3 Técnicas: Armas de Fuego 2, Etiqueta 1, Interpretación 1, Trato con Animales 1 Conocimientos: Academicismo 2, Finanzas 4, Informática 2, Investigación 1, Leyes 2, Lingüística 2, Medicina 1, Ocultismo 1, Política 2 Disciplinas: Auspex 1, Dominación 2, Potencia 1 Trasfondos: Aliados 2, Contactos 3, Criados 4, Influencia 2, Mentor 3, Rebaño 2, Recursos 5 Virtudes: Conciencia 2, Autocontrol 4, Coraje 4 Humanidad: 5 Fuerza de Voluntad: 6
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Apéndice Dos:
Las Ruinas de Enoch
Donde antaño se alzaba la orgullosa ciudad de Enoch en las profundidades del inframundo sólo queda un enorme cráter oscuro, en cuyo interior se alza un poderoso remolino azotado por toda la furia de la tempestad fantasmal que los Sin Reposo y los nigromantes conocen como Maelstrom. Cualquier buscador de tesoros que hipotéticamente consiguiera llegar al lugar y sobreviviera a semejante furia desatada se sentiría decepcionado. Cualquier artefacto u objeto de valor ha sido destruido o arrastrado por los vientos fantasmales a otros rincones del Mundo Subterráneo. Desde que los vampiros colonizaron el reflejo fantasmal de Enoch, se produjo cierto debate. Los eruditos decían que el lenguaje mesopotámico que aparecía en los relieves de la ciudad era posterior a la época en la que se habría construido Enoch en el mundo
mortal. Otros señalan que si Caín construyó la ciudad debería haber señales más evidentes del gobierno del Primer Vampiro. Y algunos Nodistas afirman que nunca existió una ciudad como Enoch, que los vampiros acudieron a las primeras ciudades como parásitos sin necesidad de construir una ciudad que sólo existió realmente en las leyendas. La verdad es algo más compleja. Durante las Guerras del Himalaya, y siendo perseguidos por sus enemigos y sus antiguos aliados, los magos Idran y los primeros Nagaraja se vieron obligados a buscar refugio. Tiempo atrás en el inframundo habían encontrado una antigua ciudad abandonada y según sus investigaciones sus señores habían sido espíritus inhumanos llamados los Annunaki, pero que por alguna razón, quizás
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temiendo algún peligro, habían terminado abandonando la ciudad que habían construido. Temiendo ser destruidos en cualquier momento los cinco Yamassatva del culto Idran, seres inmortales que habían conseguido la vida eterna con sus propios medios, elaboraron un plan. Durante varios siglos realizaron modificaciones y utilizando su poder arrastraron edificios mesopotámicos que aparecían en el inframundo y los modificaron para sus propósitos. Los Nagaraja e Idran supervivientes formaron el culto de la Tal’mahe’Ra, y tiempo después, cuando la existencia de los Yamassatva había pasado al olvido, Inahuaten el inmortal fue capturado “casualmente” y guió a los vampiros a la ciudad de Enoch, donde se encontraban los cuerpos de cuatro Antediluvianos. Los Yamassatva sabían lo suficiente sobre los vampiros para saber que terminarían acudiendo a la ciudad, y que siguiendo las enseñanzas de la Tal’mahe’Ra comenzarían a adorar a sus ancianos. De esta forma convirtieron la ciudad en su fortaleza, y el culto en su ejército protector. De vez en cuando los Yamassatva enviaban enigmáticas visiones, a veces bajo la forma de un guerrero sin rostro, a veces bajo la forma de una hermosa mujer y eso era suficiente para que el culto continuara reuniendo poder que podían utilizar. Sólo unos pocos Idran y Nagaraja escogidos conocían la verdadera naturaleza de los Aralu, y algunos
incluso creían que eran en verdad los Antediluvianos, seres con el poder de dioses, y en verdad en su fortaleza del inframundo y con el poder acumulado durante milenios lo eran. Enoch cayó y fue recuperada. Durante la ausencia de los vampiros los Yamassatva se alzaron de las catacumbas y destruyeron al ejército fantasmal que había ocupado la ciudad. Enviaron señales a los vampiros, y la Mano Negra regresó, unificada y más fuerte que nunca. Pero ni siquiera los seres inmortales que gobernaban Enoch bajo la fachada de dioses eran señores absolutos del inframundo. Otros poderes actuaron sin que lo supieran y provocaron la ruina de la ciudad de los vampiros cuando llegó el momento, desatando la furia del Sexto Maelstrom y poniendo en marcha los acontecimientos de la Gehenna. La explosión que destruyó Enoch también tuvo otras consecuencias, quizás inesperadas o quizás previstas hace tiempo. Bajo las catacumbas más profundas, ignoradas incluso por los Yamassatva, se encuentra un antiguo relieve recubierto de sellos e imágenes incomprensibles. La fuerza de la explosión ha roto los sellos y creado numerosas grietas. A través de ellas, los Annunaki, espíritus caídos anteriores a la Creación, están comenzando a regresar al mundo del que fueron expulsados…
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