Diciembre de 2016
ELBO FILO #4
ilo
EN ESTE FILO: No escribiste una palabra Sueño Caribeño
Sueños Locos Cuand t dice " sueñ loc ",¿E qu piensa ? ¿E dejar e trabaj d oficin irt l play ?
¿E adelantar e tiemp llegar just e e moment e qu recibe t diplom ?
¿ E tener la medida perfecta encajar e es vestid ? Acas t imagina siend l person má ric de mund ?
S , tod querem alca ar alg , es sueñ " imp ibl " qu ocup nuestr ment e medi de trancó ,
e medi d un clas aburrid e es just instant e e qu quiere dormir per n puede
E secret est e hacer qu l comú cotidian s vuelv especia inolvidabl . Ha qu creers e cuent disfrutar l oficin com s er e susurr de mar. N ha nad com esfo ars recibir e triunf , nad com ser un mism amars co locur .
N ha nad com soñar perseverar pesar d la c a difícile , porqu s ,
so difícile ... per n imp ible .
NO ESCRIBISTE UNA PALABRA
Sin ó que yo lo controlaba y empeoró, sus hojas se arrugaron y cayeron. Entre solapas su voz quedó atrapada, fue solo tallo, sin ramas, sin verbos
Navegó en erras nuevas, virtuales y ajenas buscaba el perfil perfecto: un líder seductor, un ar sta apasionado, o un joven empresario de buen porte y buena fama. Maldecía que fuera un invisible estudiante el escritor de su inspiración, el autor de sus vivencias.
ROM8:20 Y tú, hombre, ¿Quién eres para pedirle cuentas a Dios? ¿Acaso la olla de barro le dirá al que la hizo: «Por qué me hiciste así?»
Negaba que sus ideas fueran mías, me negó como creador y por más de diez años de enojo estuvo arrumado en la estantería. Sus historias una a una se desmoronaron, y las letras, al no soportarlo mancharon su voluntad con un sucio color a pena. Lo extrañaba, pero no podía convencerlo porque desde lo más privado de mi sótano aún, mi libro insis a en gritar: “No enes nada que ver conmigo No escribiste una palabra”
Lisbeth Flórez
o(UK), su sueño responde a Para Margarita, artista plástica en el Reino Unid los demás, a celebrar la traducir experiencias humanas, a conectarse con humano ser esencia de la vida, lo efímero y lo grandioso del Margarita Montes
…Me acerco a ella cuando sale del supermercado 'Hola' le digo, ¿Necesitas ayuda? Me dice que no, sonríe y atraviesa la calle Bromells Road Piel oscura, cabello crespo corto y ojos grandes. No hubo lugar para otra pregunta, Solo dejó la sombra de unas medias rotas, una chaqueta sucia y una enorme talega…
…¿Es ella de nuevo? Sí, la encuentro después de varios días, la reconozco por las mismas medias rotas, chaqueta sucia y talega La sigo…
(Fragmento)
LA SEGUÍ A ELLA
IlustraciĂłn: Ruth Cubillos
Gerardo MejĂa
"No hay quien me baje de esta nube, en vez de criticarme porque mejor no subes"
Como dice aquella canción “El Niágara en Bicicleta” del dominicano Juan Luis Guerra “Me dio una sirimba un domingo en la mañana cuando menos lo pensaba caí redondo, como una guanábana sobre la alcantarilla”. No fue un domingo, pero el día que quise terminar este pedacito de historia tan luchada, no sólo me caí de la bicicleta como una guanábana, también hubo tormentas, tuve problemas con la salud pública y hasta me vi obligada a usar Internet “prestado” para que esta nota llegara a su des no.
Así que ¡aquí va!, ésta es la historia de José y Anne e, y junto a ellos un poco de mi historia: José originario de República Dominicana criado en Los Estados Unidos y Annete proveniente de Los Estados Unidos, llegaron por aquel 2003 con sus dos hijos Kiran y Ana Evelyn; cargaban sus maletas llenas de ropa, zapatos y comida. Ellos, a diferencia de la mayoría de los extranjeros que visitan Republica Dominicana, no venían por los resorts de lujo y las pulseritas de hotel con todo incluido, no, su estadía iba mas allá. al norte de Todo empezó con algunos proyectos pequeños en Las Terrenas, pueblo para vidad crea y República Dominicana; José y Annete usaron algo de su dinero z de ma el r cambia y realizar charlas en la comunidad, pintar paredes en las calles este pueblo pesquero.
“y al Pensar en el CAMBIO PARA NUESTRA COMUNIDAD nos animamos a crear la Fundación Mahatma Gandhi al servicio del pueblo, …se necesitaba algo sin ánimo de lucro y con transparencia” dice José.
La tarea no fue sencilla. Hubo escasez de dinero, constantes daños en casas y parques provocados por huracanes e incendios propios de esta zona; e incluso construcciones, que José y Annete habían ayudado a reparar, desaparecieron en un instante. La adversidad les inspiró para abarcar proyectos de mayor magnitud: iniciaron charlas sobre violencia de Género, crearon la única Biblioteca de la zona y fundaron “Las Terrenas Interna onal School” un colegio de educación transformadora y progresista para el pueblo.
“Recuerdo que empezamos con un grupo pe qu eñ o de fam ilia s y niños, incluidos mi s dos hijos, y con un equip o de pro fes ora s pro ve nie nte s de Estados Unidos que a decir verdad ganaba n un salario muy bajo , no teníamos más que of re ce rle s pe ro fu e el puente para seguir ha sta lo que hoy somos” Ag rega Annette.
Hoy en día Las Terrenas Interna onal School cuenta con más de 80 alumnos con el 50% de beca escolar y más de 9 profesores provenientes de diferentes países.
Les escribe una de sus profesoras. Nací en Colombia, viví 12 años en Europa -donde el trabajo de profesora está infravalorado- y ahora soy parte de Las Terrenas. Cansada de vivir en un con nente donde las personas enen todo "materialmente hablando" y no disfrutan su vida, decidí unirme a José y Annete, quería trabajar en un país en vía de desarrollo y conectarme con mis raíces la nas, pensaba que iba a ayudarles sin saber que serían ellos -los niños, José y Annete- quienes me ayudarían.
Como ellos, he tenido dificultades: la falta de luz y agua, la desconexión con el mundo, el calor desesperante, el no poder consumir agua potable directamente del grifo, el dengue y el desa o mas grande, estar lejos de casa. No ha sido cómodo para José y Annete, tampoco para mi, pero seguimos pedaleando nuestras bicicletas con dos certezas, primera: hasta aquí ha sido Dios quien nos ha ayudado; segunda: ¡No trabajamos en vano! Viviana Correa
Ilustración: Juan David Díaz
AGRADECIMIENTOS A nuestro diseñador por la perseverancia, a nuestros amigos que siguen creyendo en la locura, a todo el equipo Doble filo y por supuesto a Papá Dios, a quien muchos escritores quieren sacar u ofender en sus líneas, a ti te dedicamos éste y todos nuestros Filos (ediciones) DIRECCIÓN GENERAL
Lisbeth Flórez
DISEÑO GENERAL
Alfredo Orjuela y Ruth Cubillos
PORTADA Ruth Cubillos
ABREBOCAS Texto:Viviana Ballen Ilustración: Daniel Gamboa y Mayerly Torres Sueño caribeño Texto y fotografía: Viviana Correa ALAS PARA UN ÁNGEL
Texto: Lisbeth Flórez DISEÑO WEB
Fausto Heredia IMPRESIÓN, EDICIÓN Y DISTRIBUCIÓN
Freddy, Aleja, Migue, Sammy y Danny
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or fin descansé cuando papá me contó que los médicos le habían dictaminado a Ángel una inflamación aguda en el colon y que el tratamiento no era nada del otro mundo: dietas y cuidados de rutina. Sospechaba del tiempo que les había tomado a los doctores este diagnóstico, así que los culpé, a ellos y a sus dichosos purgantes por cada día que mi hermano había pasado en el hospital. De todos modos ya no importaba, Ángel estaba en casa y había terminado la zozobra. Ese fue un día tranquilo. Sentado sobre el borde de la cama, frente al piano, Julián cantaba sin cohibirse, imitando a Enrique Iglesias. El timbre de su voz se prestaba para copiar artistas, aunque su fuerte era la composición. A veces tenía sueños con acordes de melodías que no existían, se levantaba, las tocaba y así nacían sus grandes hits; mientras muchos tomaban horas practicando y componiendo, a él le fluía. Sus canciones eran historias de un amor lejano, de dos grandes amigos, de un bebé que no había nacido, y así por el estilo, todas ellas “sacudían el corazón”, o por lo menos eso era lo que Ángel decía cuando le oía cantar. Ángel admiraba a Julían, se notaba cuando lo miraba, no lo perdía de vista y quedaba hipnotizado cuando hablaban. —Sí yo aprendo a tocar batería ¿Podemos hacer un grupo? — Preguntaba Ángel —Si claro, hacemos un dúo. — Julián no titubeaba. —Podemos tocar en universidades y sacar un CD con sus canciones. Sería un éxito. —¡Hágale! —Pero usted canta porque yo no llego a esas notas —De una. Y así se la pasaban. No podía negar que parte de la recuperación de Ángel se debía a Julián. Julián era mi hermano mayor, la adoración de mamá, el típico hombre alto, delgado que llamaba la atención por tener ojos claros y pestañas
largas. Recién se había graduado del colegio, dejando un grupo de admiradores de grado noveno y décimo, niñas inmaduras enamoradas de los músicos. Creía que por su mayoría de edad podía hacer lo que quisiera, a pesar de que papá le insistía ”mientras usted viva en esta casa, aquí se hace…” eso que los papás siempre dicen y que el mío hacía cumplir. Julián y Ángel eran casi uno, habían compartido todo: juguetes, libros, ropa y las novias de la infancia. Realizaban las tareas juntos y soñaban graduarse el mismo año, se habían prometido entrar a la misma universidad, y aplicar a la misma carrera, no les importaba que les criticaran o se burlaran de esa absurda idea y nunca pensaron en que yo al igual que ellos podría estudiar en la misma universidad; o que podía soñar con ser parte de su banda musical. Desde pequeña, me excluían. Teníamos 6, 8 y 9 años y nos divertíamos en la terraza dibujando carreteras con tiza blanca, improvisábamos puentes con cuadernos y lego y los tres jugábamos con carros cuando yo debería jugar con muñecas. Yo era la portera en los partidos de fútbol en la sala, corríamos descalzos, nos pisábamos duro y si rompíamos algo lo escondíamos bajo un voto de silencio, así pasó con la lámpara de mármol, la reliquia de papá. Estábamos en eliminatorias de nuestros partidos y habíamos jugado todo el día, Ángel pateó muy fuerte directo a la lámpara, ésta cayó de inmediato y se rompió en 4 partes, la ocultamos bajo mi cama, pero cuando papá llego obvio lo notó, se quitó la correa, dirigiéndose a ellos, quienes no sólo me culparon a mi de haberlo hecho, sino que le aseguraron a papá que la evidencia estaba en mi cuarto… Continuará…en www.doblefilofanzine.wordpress.com Lisbeth Flórez