Edicion Especial Mensajero N. 48

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Periódico Católico Provincial • Ejemplar Catorcenal

Domingo 4 de Abril de 2010

Donativo $ 5 Año 2 No. 48

CAMINO DE ESPERANZA


DIRECTORIO Obispos Fundadores Mons. Carlos Aguiar R. Arzobispo de Tlalnepantla Mons. Ricardo Guízar D. Arzobispo de Tlalnepantla Emérito Mons. Guillermo Ortiz M. Obispo de Cuautitlán Mons. Carlos Garfias M. Obispo de Netzahualcóyotl Mons. Luis Artemio Flores C. Obispo de Valle de Chalco Mons. Onésimo Cepeda S. Obispo de Ecatepec Mons. Juan Manuel Mancilla Sánchez Obispo de Texcoco Mons. Guillermo Francisco Escobar Galicia Obispo de Teotihuacán Mons. Francisco Ramírez N. Obispo Auxiliar de Tlalnepantla Mons. V. René Rodríguez G. Obispo Auxiliar de Texcoco DIRECTOR GENERAL Mons. Guillermo Ortiz Mondragón DIRECTOR EN TURNO Pbro. Francisco Pérez Téllez COLABORADORES Equipo de la Pastoral de la Comunicación de la Provincia Eclesiástica de Tlalnepantla. Mensajero es una publicación catorcenal de la Provincia Eclesiástica de Tlalnepantla. Se distribuye en la Arquidiócesis de Tlalnepantla, y en las Diócesis de Cuautitlán, Ecatepec, Texcoco, Teotihuacán, Netzahualcóyotl y Valle de Chalco

Queremos conocer tu opinión, envíanos un email a: mensajerotlalnepantla@gmail.com Consulta nuestra edición en línea: www.arqtlalnepantla.org/mensajero Registro en trámite

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Año 2, Num. 48, Domingo 4 de Abril de 2010

CESPERANZA AMINO DE

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ecientemente con realismo y preocupación los Obispos de México comunicamos a la grey católica y a los mexicanos de buena voluntad la percepción que tenemos sobre el momento actual que vive la sociedad mexicana. Lo hicimos con la finalidad de esclarecer, qué tenemos que hacer, como Iglesia, para colaborar en la superación del clima de inseguridad y violencia que crece y se extiende por todas partes y en todos los ambientes de la vida social. El pasado 15 de febrero hicimos público el documento que durante un año fuimos elaborando con la participación de todos los Obispos. El documento asume la metodología, ya clásica en la Iglesia latinoamericana, de Ver, Juzgar y Actuar. Cada una de las Partes corresponde a estos tres pasos. En el Ver, manifestamos nuestra percepción de la realidad, y a pesar de la complejidad del tema, se logró expresar los factores que inciden en el crecimiento del problema. La primera parte concluye con una propuesta para afrontar tres Crisis: de legalidad, de moralidad, y del debilitamiento del tejido social. En ellas constatamos, que está en nuestras manos incidir como Iglesia para superarlas, con lo cual fortaleceríamos las condiciones sociales para facilitar la superación de la Inseguridad y Violencia en el País. En el Juzgar, retomamos los elementos de nuestra fe, que nos animan y motivan para actuar con la confianza de salir adelante. Recordamos que el mal siempre ha estado presente en la Historia de la Humanidad y hay que luchar contra él, pero con la garantía que Cristo ha vencido el mal y la muerte misma. Nos ha

señalado el camino para superar toda cultura de muerte. En el actuar, indicamos el proceso de la transformación del hombre viejo en una nueva creatura nueva. La necesidad de educar desde la familia, y en otras instancias, al discípulo de Cristo para formar ciudadanos para la Paz. En este esfuerzo hacemos un llamado a los diferentes sectores sociales y autoridades para sumarnos en esta importante y definitiva tarea.

Culminamos en una llamada para unirnos en la Oración por la Paz. El título del documento Que en Cristo nuestra Paz, México tenga vida digna resume el propósito de todos los Obispos para unirnos desde el ámbito de nuestra responsabilidad. Invito a todos los lectores de Mensajero a leer, reflexionar y compartir tan importante documento episcopal. ¡Que la inminente llegada del tiempo Pascual nos anime en este propósito! +Carlos Aguiar Retes Arzobispo de Tlalnepantla


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VÍA CRUCIS POR LA SEÑAL

SC DE LA

ANTA

RUZ

Señor mío Jesucristo

B

ienaventurados aquellos que luchan por la justicia y promueven la paz, (Cf. Mt 5,9-10). Así es como llama Jesús a quienes hacen suya la labor de ser los mensajeros de la buena noticia, aun en tiempos donde el sentido de esas palabras parecen haberse perdido. Felices aquellos que son sensi-

bles al clamor de las víctimas y dejan la comodidad para ser cirineos de los desolados. En este camino, memorial del paso que dio Jesús para dar libertad al hombre, no podemos cerrarnos a una contrición en la que no nos interpele nuestro papel ante la situación de inseguridad que vive nuestro país.

Pausa de silencio Oración inicial

S

eñor Jesucristo, tú que no eres ajeno al caminar doloroso del hombre y que no ahorraste ni un solo paso por la senda que te condujo al Calvario. Ayúdanos a seguirte en este recorrido, haciendo nuestro el dolor de nuestra patria que sufre el látigo de la violencia. Llévanos de la mano a la paz que conquiístaste con tu muerte, y permítenos trabajar en tu nombre para devolver la esperanza a los hermanos.

Hacemos nuestro el llamado que hacen los pastores de nuestra Iglesia en la exhortación apostólica, para unirnos en la celebración de los signos litúrgicos cuaresmales y pensar en la misión, que como pueblo de Dios, tenemos en la construcción de la paz, para la vida digna de los pueblos.

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Año 2, Num. 48, Domingo 4 de Abril de 2010

PRIMERA ESTACIÓN

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ESÚS

ONDENADO A MUERTE

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

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eo es de muerte», dijeron de Jesús los miembros del Sanedrín, y, como no podían ejecutar a nadie, lo llevaron de la casa de Caifás al Pretorio. Pilato no encontraba razones para condenar a Jesús, e incluso trató de liberarlo, pero, cedió ante la presión amenazante del pueblo que, instigado por sus jefes, gritaba: «¡Crucifícalo, crucifícalo!» ¿Por qué la injusticia crea espacios donde las voces de los débiles no son escuchadas? La corrupción es una forma de violencia, que al inocularse en las estructuras del servicio público, se transforma en delincuencia organizada, que de manera descarada se impone la mordida como

condición a los ciudadanos para recibir un beneficio o servicio gratuito. Este tipo delincuencia se defiende asimismo de manera violenta, llegando a generar muertes para ocultarla. (No. 46) Señor, mensajero de la verdad, ponemos en tus manos a todas las víctimas de la corrupción y a todos aquellos que la propician. Ayúdanos a trabajar por un México más honesto en donde todos trabajemos por el bien común. AMEN. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. V. Pequé Señor y me pesa, ten misericordia de mí. R. / R. / Pecamos Señor y nos pesa, ten misericordia de nosotros.

SEGUNDA ESTACIÓN

JC

ESÚS

ARGA CON LA CRUZ

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

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ondenado a muerte, Jesús quedó en manos de los soldados del procurador, que lo llevaron al pretorio y, reunida la tropa, hicieron mofa de él. Llegada la hora, le quitaron el manto de púrpura con que lo habían vestido para la burla, le pusieron de nuevo sus ropas, le cargaron la Cruz en que había de morir y salieron camino del Calvario para allí crucificarlo. ¿Por qué existe este abismo que nos separa a los seres humanos? México es uno de los países con mayor desigualdad en la distribución de la riqueza en el mundo, A esta situación se ha

llegado por el progresivo deterioro de la capacidad adquisitiva de los trabajadores; por el incremento del desempleo (No.33) Señor, tú que fuiste despojado de todo y maltratado por los poderosos, te pedimos que acompañes a los hermanos que sufren la falta de oportunidades. AMEN. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. V. Pequé Señor y me pesa, ten misericordia de mi. R/ R/ Pecamos Señor y nos pesa, ten misericordia de nosotros.


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Año 2, Num. 48, Domingo 4 de Abril de 2010

TERCERA ESTACIÓN

JC

ESÚS

AE POR PRIMERA VEZ

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

N

uestro Salvador, agotadas las fuerzas por la sangre perdida en la flagelación, debilitado por la dureza de los sufrimientos físicos y morales que le infligieron aquella noche, en ayunas y sin haber dormido, apenas pudo dar algunos pasos y pronto cayó bajo el peso de la cruz. ¿Por qué hay hermanos y hermanas nuestros que ceden a la tentación de la violencia? La seguridad (…) se relaciona con la inversión que se hace en políticas de acceso la educación y el trabajo. Para muchos jóvenes es más fácil conseguir un arma que una beca educativa. La inseguridad se relaciona con la carencia de espacios

públicos para la convivencia que sean saludables, sanos, seguros, rurales, plurales e incluyentes (No. 50) Señor, que nos has llamado a vivir en la verdad y en la caridad, haznos testigos de tu amor para que tu caridad resplandezca en medio de los caídos por causa de la violencia. Ayúdanos a levantarnos de nuestras propias caídas y fortalecer a quienes viven con miedo o se sienten inseguros. AMEN. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. V. Pequé Señor y me pesa, ten misericordia de mi. R/ R/ Pecamos Señor y nos pesa, ten misericordia de nosotros.

CUARTA ESTACIÓN

JS

ESÚS

E ENCUENTRA CON SU MADRE

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

E

n su camino hacia el Calvario, Jesús va envuelto por una multitud de soldados, jefes judíos, pueblo, gentes de buenos sentimientos... También se encuentra allí María, que no aparta la vista de su Hijo, quien, a su vez, la alcanza a ver entre la muchedumbre. Las miradas se encuentran, la Madre ve al Hijo destrozado; Jesús ve a María triste y afligida, y en cada uno de ellos el dolor se hace mayor al contemplar el dolor del otro. ¿Cuántas madres lloran en nuestro país la violencia que han sufrido sus hijos? ¿Cuántas mujeres sufren violencia, sólo por el hecho de ser mujeres? La violencia contra las mujeres representa desafío social y cultural. Esta conducta es aprendida y tolerada socialmen-

te; se relaciona con la comprensión que los hombres y las mujeres tienen de su masculinidad y feminidad (No. 69) Señor, que has hecho que el amor sea una fuerza extraordinaria, que mueve las personas a comprometerse con valentía y generosidad en el campo de la justicia y de la paz, haz que en nuestras familias el amor se exprese en el respeto y cuidado de las mujeres que son: madres, hermanas, hijas, esposas. AMEN. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. V. Pequé Señor y me pesa, ten misericordia de mi. R/ R/ Pecamos Señor y nos pesa, ten misericordia de nosotros.


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Año 2, Num. 48, Domingo 4 de Abril de 2010

QUINTA ESTACIÓN

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ESÚS

S AYUDADO

PORELCIRENEO

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

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esús salió del pretorio llevando a cuestas su cruz, camino del Calvario; tras su primera caída, fue evidente su agotamiento. Temerosos los soldados de que la víctima sucumbiese antes de hora, pensaron en buscarle un sustituto. Entonces el centurión obligó a un tal Simón de Cirene, que venía del campo y pasaba por allí, a que tomara la cruz sobre sus hombros y la llevara detrás de Jesús. ¿Dónde están los cirineos que ayuden a llevar su cruz a quienes sufren por causa de la violencia? La vida comunitaria es la primera víctima de la violencia. La percepción de inseguridad y el miedo, lleva a las personas a buscar espacios seguros refugiándose en

sus propias casas, aislándose, encerrándose en él individualismo y la desconfianza, en el enojo, en el resentimiento y en el deseo de venganza (No. 76) Señor Jesús, enséñanos a llevar la cruz de otros, especialmente que quienes han perdido la esperanza, o viven encerrados por el miedo y la inseguridad. Danos valor para hacer de nuestras familias y comunidades, espacios seguros, de pacífica convivencia. AMEN. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. V. Pequé Señor y me pesa, ten misericordia de mi. R/ R/ Pecamos Señor y nos pesa, ten misericordia de nosotros.

SEXTA ESTACIÓN

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A VERÓNICA

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IMPIA EL ROSTRO

DE JESÚS

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

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ice el profeta Isaías: «No tenía apariencia ni presencia; lo vimos y no tenía aspecto que pudiésemos estimar. Despreciable y desecho de hombres, varón de dolores y sabedor de dolencias, como uno ante quien se oculta el rostro, despreciable, y no lo tuvimos en cuenta». Es la descripción profética de la figura de Jesús camino del Calvario, con el rostro desfigurado por el sufrimiento, la sangre, los salivazos, el polvo, el sudor... Entonces, una mujer del pueblo, se abrió paso entre la muchedumbre llevando un lienzo con el que limpió piadosamente el rostro de Jesús. ¿Dónde están las manos que enjugan las lágrimas de quienes lloran sin consuelo la pérdida de sus seres queridos, vícti-

mas de la violencia? Las relaciones familiares también explican la predisposición a una personalidad violenta. Las familias que influyen para ello son las que tienen una comunicación deficiente; en las que predominan actitudes defensivas y sus miembros no se apoyan entre sí (No.67) Señor Jesús, rescátanos de la envidia y del egoísmo; fomenta en nuestras familias la caridad fraterna y la experiencia del perdón y de la ayuda mutua. AMEN. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. V. Pequé Señor y me pesa, ten misericordia de mi. R/ R/ Pecamos Señor y nos pesa, ten misericordia de nosotros.


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SÉPTIMA ESTACIÓN

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ESÚS

AE POR

SEGUNDA VEZ

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

J

esús había tomado de nuevo la cruz y con ella a cuestas llegó a la cima de la empinada calle que daba a una de las puertas de la ciudad. Allí, extenuado, sin fuerzas, cayó por segunda vez bajo el peso de la cruz. Faltaba poco para llegar al sitio en que tenía que ser crucificado, y Jesús, empeñado en llevar a cabo hasta la meta los planes de Dios, aún logró reunir fuerzas, levantarse y proseguir su camino. ¿Cuántos jóvenes buscan levantarse de la postración en que se encuentran pero no encuentran los medios? El porcentaje de jóvenes que, incluso teniendo estudios, no tiene acceso los empleos estables y remunerados es alto. Esto hace que muchos de ellos, ante la falta de alternativas, sean oferta laboral

para la demanda de quienes se dedican al narco menudeo o la delincuencia organizada (No 39). Señor, tu vida y tu Palabra son para nosotros anuncio de paz y de vida; danos tu Espíritu, que ilumine nuestra imaginación de la caridad, para que sepamos encontrar alternativas de vida digna para los jóvenes que no encuentran empleo o viven encadenados a alguna adicción. AMEN. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. V. Pequé Señor y me pesa, ten misericordia de mi. R/ R/ Pecamos Señor y nos pesa, ten misericordia de nosotros.

OCTAVA ESTACIÓN

JC

ESÚS

ONSUELA A LAS

MUJERES DE JERUSALÉN

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

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ice el evangelista San Lucas que a Jesús, camino del Calvario, lo seguía una gran multitud del pueblo; y unas mujeres se dolían y se lamentaban por Él. Jesús, volviéndose a ellas les dijo: «Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí; llorad más bien por vosotras y por vuestros hijos». ¿Somos incapaces de indignarnos o condolernos ante el sufrimiento ajeno? La violencia social tiene muchas manifestaciones, entre ellas: la violencia de grupos por razones políticas; la violencia entre relaciones laborales; la violencia vinculada a actitudes discriminatorias que no sólo se da por cuestiones étnicas, sino también por grupos de jóvenes que son ofendidos por su orientación sexual; vio-

lencia en las escuelas, en las calles; la que se da en el tránsito vehicular, etc. (No 59). Cristo Jesús, que escuchas a los que sufren por causa de la violencia y no eres ajeno al sufrimiento humano, te pedimos que nos hagas capaces de compadecernos de quienes sufren por causa de la violencia; modela nuestros corazones conforme al tuyo para que sepamos expresar sentimientos, pensamientos, gestos y palabras de paz. AMEN. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. V. Pequé Señor y me pesa, ten misericordia de mi. R/ R/ Pecamos Señor y nos pesa, ten misericordia de nosotros.


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NOVENA ESTACIÓN

JC

ESÚS

AE POR

TERCERA VEZ

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

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na vez llegado al Calvario, en la cercanía inmediata del punto en que iba a ser crucificado, Jesús cayó por tercera vez, exhausto y sin energías ya para levantarse. Las condiciones en que venía y la continua subida lo habían dejado sin aliento. ¿Cuántos hermanos nuestros caen buscando condiciones de vida más favorables? En el contexto de la violencia urbana merecen atención la vulnerabilidad de los migrantes que a su paso por las grandes ciudades, quedan expuestos a todo tipo de vejaciones, maltrato, extorsión e incluso explotación. Se trata de quienes del campo van a las ciudades en busca de mejores condiciones de vida, y de perso-

nas procedentes de Centro y Sudamérica (No. 80) Señor Jesús, que recibiste agradecido la hospitalidad de tus amigos, enséñanos a ser hospitalarios con quienes van de camino cruzando nuestro país; bendice a quienes dedican sus esfuerzos a mitigar sus penas y a quienes buscan mejores condiciones de vida, no los dejes caer en la tentación de la ganancia fácil e ilícita. AMEN. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. V. Pequé Señor y me pesa, ten misericordia de mi. R/ R/ Pecamos Señor y nos pesa, ten misericordia de nosotros.

DÉCIMA ESTACIÓN

JE

ESÚS

S DESPOJADO

DE SUS VESTIDURAS

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Y

a en el Calvario y antes de crucificar a Jesús, lo despojaron de sus vestiduras ¿Cuántos niños y niñas son despojados violentamente de su inocencia? Desgraciadamente también es un hecho el crecimiento y la frecuencia con que actualmente se hace violencia los niños de diferentes maneras. El hecho de haber sufrido malos tratos durante la infancia o haber sido testigo de la violencia en el seno de la familia incrementa el riesgo de violencia a la edad adulta (No. 71)

Señor Jesús, que dijiste «dejen que los niños se acerquen a mí, no se lo impidan» te pedimos por los niños y niñas de nuestras familias y comunidades; conserva en ellos la mirada inocente y no permitas que sufran y sean dañados por nuestro egoísmo. AMEN. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. V. Pequé Señor y me pesa, ten misericordia de mi. R/ R/ Pecamos Señor y nos pesa, ten misericordia de nosotros.


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UNDÉCIMA ESTACIÓN

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ESÚS

S CLAVADO EN LA CRUZ

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Y lo crucificaron”, dicen escuetamente los evangelistas. Había llegado el momento terrible de la crucifixión, y Jesús fue fijado en la cruz con cuatro clavos de hierro que le taladraban las manos y los pies. Levantaron la cruz en alto y el cuerpo de Cristo quedó entre cielo y tierra, pendiente de los clavos. ¿Por qué nos hemos acostumbrado a escenas de dolor como la muerte y al sufrimiento de los demás? Los medios de comunicación contribuyen a la cultura de la violencia al difundir la cultura del miedo: lucrando con el sensacionalismo sangriento; contando con lujo de detalles los hallazgos macabros; repitiendo una y otra vez, los móviles criminales, todo ello sin el más mínimo pudor respeto por su auditorio,

para las víctimas o para sus familiares y sin medir el impacto social o comunitario (No. 88) Señor Jesús, tu nunca fuiste insensible al dolor humano y sin embargo padeciste la indiferencia que quienes como espectadores presenciaron tu crucifixión. Danos entrañas de misericordia ante el dolor humano, para que nunca nos acostumbremos a la violencia fratricida y sepamos hacernos solidarios con quienes sufren. AMEN. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. V. Pequé Señor y me pesa, ten misericordia de mi. R/ R/ Pecamos Señor y nos pesa, ten misericordia de nosotros.

DUODÉCIMA ESTACIÓN

JM

ESÚS

UERE EN LA CRUZ

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

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esde la crucifixión hasta la muerte transcurrieron tres largas horas que fueron de mortal agonía para Jesús; en ellas recibimos el testamento vivo del Señor, el testimonio de su amor hasta el extremo, un amor que perdona. Desde la cruz, Jesús pidió perdón para quienes, siendo inocente, lo habían condenado. Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba cumplido, dijo: «Tengo sed». Tomó del vinagre que le acercaron, y añadió: «Todo está cumplido». E inclinando la cabeza entregó el espíritu. ¿En medio de nuestro dolor, sabemos perdonar a quienes nos han ofendido? Son muy lamentables las muertes de miles de personas, entre ellas muchas inocentes y efectivos de las fuerzas de seguridad del Estado. Al amparo de la

confusión generada por esta violencia, se consuman crímenes de quienes se hacen justicia por su propia mano por otra clase de agravios entre particulares. (No.24) Señor Jesús, que en la Cruz nos has dado la lección más grande del amor, perdonando a tus injustos agresores, danos tu Espíritu, para que en medio de nuestros dolores, sepamos ponernos por encima de todo resentimiento y perdonando rompamos la espiral de la violencia. AMEN. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. V. Pequé Señor y me pesa, ten misericordia de mi. R/ R/ Pecamos Señor y nos pesa, ten misericordia de nosotros.


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Año 2, Num. 48, Domingo 4 de Abril de 2010

DECIMOTERCERA ESTACIÓN

JB

ESÚS

AJADO DE LA CRUZ Y PUESTO EN LOS BRAZOS DE SU MADRE

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

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espués, José de Arimatea y Nicodemo, discípulos de Jesús, obtenido el permiso de Pilato y ayudados por sus criados o por otros discípulos del Maestro, se acercaron a la cruz, desclavaron cuidadosa y reverentemente los clavos de las manos y los pies y con todo miramiento lo descolgaron. Al pie de la cruz estaba la Madre, que recibió en sus brazos y puso en su regazo maternal el cuerpo sin vida de su Hijo. Hay quienes se acercan a ayudar y quienes prefieren no mirar ¿entre cuáles te encuentras? El dolor de las víctimas inocentes, el sufrimiento, la perplejidad, el egoísmo, y la indiferencia, que la inseguridad y la violencia dejan en las familias y comunidades de México, traen a nuestro corazón el eco de las palabras del apóstol: « Ya es

hora que despertéis del sueño. La noche va pasando, el día está encima, despojémonos, pues, de las obras de las tinieblas y revistámonos de la luz. Andemos como en pleno día, con dignidad» (Noo. 188) Señor Jesús, ayúdanos a mostrarnos disponibles para ayudar a quienes sufren por el miedo, la inseguridad y la violencia. Solos podemos hacer muy poco, despierta en nosotros la conciencia de una ciudadanía responsable que se haga cargo de la noble tarea de lograr un orden social más justo. AMEN. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. V. Pequé Señor y me pesa, ten misericordia de mi. R/ R/ Pecamos Señor y nos pesa, ten misericordia de nosotros.

DECIMOCUARTA ESTACIÓN

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ESÚS

S SEPULTADO

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

J

osé de Arimatea y Nicodemo tomaron luego el cuerpo de Jesús de los brazos de María y lo envolvieron en una sábana limpia que José había comprado. Cerca de allí tenía José un sepulcro nuevo que había cavado para sí mismo, y en él enterraron a Jesús. ¿Somos solidarios con quienes son, en nuestras comunidades, víctimas inocentes de la violencia? Hay que ir como buenos samaritanos al encuentro de las necesidades de los pobres y de los que sufren y «crear las estructuras justas que son una condición sin la cual no es posible un orden justo en la sociedad» ; éstas nacen del consenso moral de la sociedad sobre valores fundamentales. Donde Dios está ausente, estos

valores no muestran toda su fuerza, ni se alcanza el consenso sobre ellos. (No. 165) Enséñanos Señor a dar de lo nuestro, como José de Arimatea que te ofreció el sepulcro que había cavado para él. Que en medio del despojo que viven tantos hermanos nuestros, que apenas tienen lo necesario para comer, sepamos aliviar su sufrimiento, compartiendo con ellos de los bienes que nos has dado. AMEN. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. V. Pequé Señor y me pesa, ten misericordia de mí. R/ R/ Pecamos Señor y nos pesa, ten misericordia de nosotros.


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DECIMOQUINTA ESTACIÓN

ESÚS

ESUSITA

DE ENRE LOS MUERTOS

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asado el sábado, María Magdalena y otras piadosas mujeres fueron muy de madrugada al sepulcro. Llegadas allí observaron que la piedra había sido removida. Entraron en el sepulcro y no hallaron el cuerpo del Señor, pero vieron a un ángel que les dijo: «Buscáis a Jesús de Nazaret, el Crucificado; ha resucitado, no está aquí». ¿Dónde buscamos a Jesús, entre los muertos o entre los vivos? Perdemos el tiempo cuando buscamos culpables o esperamos pasivamente que sea sólo el gobierno quien dé solución a problemas que son de todos. Debemos

Padrenuestro, Avemaría y Gloria. V. Pequé Señor y me pesa, ten misericordia de mi. R/ actuar ya, cada quien en su propio ámbi- para la vida digna del pueblo de México. R/ Pecamos Señor y nos pesa, ten mito de competencia. Las autoridades, con (No. 106) sericordia de nosotros. los recursos propios que le proporciona Señor, ayúdanos como Iglesia a poel Estado de Derecho para el ejercicio de nernos al servicio de la reconciliación, Oración final: su actuación; la sociedad civil, asumiendo anímanos a trabajar juntos con todos los Confiamos este momento de la vida responsablemente la tarea de una ciuda- hermanos en la construcción de un cielo de nuestra nación al maternal ampadanía activa, que sea sujeto de la vida so- nuevo y de una nueva tierra. Ayúdanos ro de Santa María de Guadalupe, nos cial; los creyentes, actuando en fidelidad a a permanecer unidos en la construcción acogemos a su regazo e imploramos su nuestra conciencia, en la que escuchamos de la paz y en el impulso del desarrollo bendición para que «en su casa, que es la voz de Dios, que espera que respon- humano integral y solidario de nuestro toda nuestra patria, logremos reconodamos al don de su amor, con nuestro pueblo. AMEN. cernos hermanos y vivir en fraternidad» compromiso en la construcción de la paz, (No.258)


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OBRAS DE MISERICORDIA

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O QUE LLEVA A LA PAZ

ON LAS OBRAS DE MISERICORDIA

Porque tuve hambre y ustedes me ropa adecuada y techo seguro en donde alimentaron; tuve sed y ustedes me resguardarse. dieron de beber. Pasé como forastero y ustedes me recibieron en su •Dar de comer al hambriento. casa. Anduve sin ropas y me vistieron. •Dar de beber al sediento. Estuve enfermo y fueron a visitarme. Es•Vestir al desnudo tuve en la cárcel y me fueron a ver” (Mt •Visitar a los enfermos 25, 35-36). •Asistir al preso •Dar posada al caminante Obras de Misericordia Corporales. •Sepultar a los muertos. e refieren al alimento, al abrigo. Hoy hay muchos que carece de Obras de Misericordia Espirituales. lo más indispensable: “matan el hambre”, nseñar al que no sabe. pero ciertamente no se alimentan, sufren Dar buen consejo al que lo necelas inclemencias del clima por no tener sita. “Que la palabra de Cristo habite en

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ustedes con todas sus riquezas. Que sepan aconsejarse unos a otros y enseñarse mutuamente con palabras y consejos sabios” (Col 3,16). Corregir al que se equivoca.“Si tu hermano ha pecado contra ti, anda a hablar con él a solas. Si te escucha, has ganado a tu hermano. Si no te escucha, lleva contigo a dos o tres de modo que el caso se decida por boca de dos o tres testigos. Si se niega a escucharlos, dilo a la Iglesia reunida” (Mt 18, 116-17). Perdonar las injurias. “Pedro se acercó y le dijo: Señor, ¿cuántas veces debo perdonar las ofensas de mi hermano? ¿Has-

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PAZ

eñor Jesús, Tú eres nuestra paz, mira nuestra Patria dañada por la violencia y dispersa por el miedo y la inseguridad. Consuela el dolor de quienes sufren. Da acierto a las decisiones de quienes nos gobiernan. Toca el corazón de quienes olvidan que somos hermanos y provocan sufrimiento y muerte. Dales el don de la conversión. Protege a las familias, a nuestros niños, adolescentes y jóvenes. a nuestros pueblos y comunidades. Que como discípulos y misioneros tuyos, ciudadanos responsables, sepamos ser promotores de justicia y de paz, para que en Ti, nuestro pueblo tenga vida digna. AMEN. María, Reina de la paz, Ruega por nosotros.

ta siete veces? Jesús le contestó: No digas siete veces, sino hasta setenta veces siete”. (Mt 18, 21-22). Consolar al afligido. “Anímense mutuamente y ayúndense unos a otros a crecer juntos” (1Tes 5,11) Tolerar los defectos del prójimo. “Sopórtense y perdónense unos a otros, si uno tiene motivo de queja contra otro” (Col 3, 13). Hacer oración por los difuntos. “Pues si no hubieran creído que los compañeros caídos iban a resucitar, habría sido cosa inútil y estúpida orar por ellos” (2Mac 12,45).


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ER ESTÁS PELÍCULAS N FAMILIA LLEVA A LA PAZ

SELECCIÓN DE LUIS GARCÍA ORSO, S.J. TÍTULO

REFERENCÍA

HISTORIA

VALORES

John Duigan, EUA, 1989, 105 min.

Mons. Óscar A. Romero se solidariza con el pueblo oprimido salvadoreño y es asesinado

Compromiso social cristiano, palabra profética, búsqueda de paz y reconciliación

Madre Teresa (Mother Teresa: In the Name of God’s Poor)

Kevin Connor, EUA, 1997, 92 min.

La Madre Teresa deja su trabajo en un colegio por asistir a los más pobres en India

Vocación cristiana, opción por los pobres, compromiso

Los niños del cielo

Majid Majidi, Irán, 1997, 90 min.

Dos hermanitos pobres compar- Compartir solidario, infancia, ten un par de zapatos cariño

Mañana será otro día (Ca commence aujourd’hui)

Bertrand Tavernier, Francia, 1999

Baran

Majid Majidi, Irán, 2001 94 min.

Promesas (Promises)

B.Z. Goldberg y Justin Shapiro, EUA, 2001, 115 min.

Millionarios (Millions)

Danny Boyle, GB, 2004, 97 min.

Un maestro de kinder se queda con dos niños abandonados en la situación de pobreza y desempleo de un pueblo Afganos trabajan en la construcción en Irán, en condiciones adversas por ser ilegales Entrevistas a un grupo de niños israelitas y palestinos que luego se reúnen para dar sus opiniones ¿En qué gastar un millón de dólares, si te llegan de repente? Dos hermanitos proponen.

Gran Torino

Clint Eastwood, EUA, 2009, 116 min.

El violín

Francisco Vargas, México, 2006, Un viejo violinista acompaña la 98 min. resistencia de unos campesinos ante la represión militar

Dignidad y compromiso solidario ante violencia, represión, ambición

La zona

Rodrigo Plá, México, 2007, 97 min.

Deshumanización de la sociedad, amistad, compromiso

Romero

Sin nombre

Solidaridad, ayuda, trabajo, responsabilidad social

Solidaridad, amistad, unión familiar, dignidad Diálogo, paz, reconciliación, niñez, esperanzas Generosidad, opción por los pobres, fe cristiana, en sociedad de consumo, ejemplo de Santos

Un viejo viudo gruñón se relacio- Actitud cristiana redentora frenna con unos vecinos asiáticos y te a maldad, violencia, desespeenfrenta a unos pandilleros ranza, prejuicios

Familias adineradas establecen una zona de protección y aislamiento al lado de pobres Cary J. Fukunaga, México, 2008, Paso de inmigrantes centroame96 min. ricanos por el sur de México, acosados, violentados, ultrajados

Esperanza, dignidad, solidaridad, unión familiar, ante adversidades

Los herederos

Eugenio Polgovsky, México, 2008, 90 min.

La vida de niños trabajadores del Dignidad, trabajo, unión famicampo mexicano liar, en la realidad de pobreza

Los que se quedan

Juan Carlos Rulfo y Carlos Hagerman, México, 2009, 90 min.

Documental de testimonios de Unión familiar, amor, esperanza, familias mexicanas cuyo jefe emi- cosas simples de la vida, sacragró a Estados Unidos mentos


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A RESURECCIÓN E E JESÚS

Y NUESTRA VIDA

Por: Ricardo Aguilar Hernández Licenciado en Teología Bíblica

l festejo de la Pascua es el más importante para el cristianismo. San Agustín consideraba que para el cuarto evangelista, la Pascua consiste en el paso que realizó Cristo, de este mundo al Padre (Cfr. Jn 13,1). En la Pascua celebramos el evento más importante de la historia de la humanidad: la resurrección de Cristo. No significa sólo que un muerto vuelva a la vida, sino que un muerto ha resurgido a la vida para nunca volver a morir, y ese muerto no es una persona


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común, sino el Hijo Eterno del Padre, que asumió la naturaleza humana para abrir el camino de salvación a todo el género humano. El teólogo suizo Hans Urs von Balthasar consideraba a Jesús como “el universal concreto”. La persona de Jesús, siendo divina como el Padre, ha asumido nuestra naturaleza en la Encarnación, abrazando así a todos y cada uno de los hombres y mujeres de la historia de la humanidad, pasada, presente y futura y es causa de salvación para todos los humanos, en sentido universal. A la vez, Jesús es alguien concreto en quien se realiza la obra de salvación para todos. Jesús como individuo, da el paso de la muerte a la vida gloriosa, de una vez para siempre y en él, la humanidad entera encuentra su culmen.

A nosotros, católicos del siglo XXI, ¿qué nos dice la resurrección de Cristo? Considero que, ante todo, la resurrección de Jesús de Nazaret significa la confirmación que el Padre Eterno da a toda la vida de Jesús, desde la Encarnación hasta su sepultura. Jesús ha realizado la obra salvífica de inicio a fin, con plena obediencia; una obediencia fundada en el amar-al-género-humano. Jesús es el Sí que el Padre da a cada miembro de la humanidad: “Sí, quiero tu salvación”, “Sí, quiero que vivas conmigo toda la eternidad”, “Sí, quiero compartirte mi Vida eterna”, “Sí, quiero que seas mi familia para siempre”. Jesús es también el “Sí” de la humanidad al Padre: Él es el “sí, Padre, he venido a realizar tu voluntad, pues para eso me diste un cuerpo”, el “sí, Padre, te glorifico realizando ahora lo que me encomiendas”, el “sí, Padre, me consagro a ti para salvación de todos, para liberar a mis hermanos, para hacerlos crear comunidad, para hacer que todos sean tus hijos y ser juntos una sola cosa” (Cfr. Jn 17). Desde esta perspectiva notamos cómo el Hijo y su Padre dialogan mediante acciones concretas realizadas en la vida de Jesús y prolongan su diálogo en nosotros. Cada vez que libremente nos dejamos conducir por el Espíritu Santo, que hemos recibido en el Bautismo, vivimos del Espíritu del Resucitado y Él nos convierte en un “sí” al Padre. Cuando unimos nuestra voluntad libre a las mociones del

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Espíritu Santo, vivimos como herederos del Espíritu de la Resurrección que Cristo donó a la Iglesia en Pentecostés. En estas acciones Dios nos diviniza, nos permite degustar los efectos de la Resurrección de Jesús. Veamos algunos detalles escriturísticos sobre esa resurrección que cambió la historia. ¿Qué nos dice la Escritura sobre la Resurrección de Jesús? Hoy día muchas personas, influenciadas por la mentalidad cientificista, exigen “pruebas” y “demostraciones” de las realidades de fe; de igual modo, varios historiadores exigen “evidencias históricas” de la resurrección. Si bien, creer en la Resurrección de Cristo es una cuestión de fe, no obstante, también la Escritura nos da ciertas “pinceladas” que nos permiten percibir el cuadro que enmarca el evento de la resurrección. La Biblia no da “pruebas” en sentido moderno, sino “signos” que nos invitan a creer. La tumba vacía La tumba vacía es un signo mecionado en los cuatro evangelios. Según el evangelio de san Juan, la madrugada del primer día de la semana, María Magdalena encontró el sepulcro vacío y corrió a avisar a Pedro y al “otro discípulo, que Jesús amaba”, creyendo que alguien había robado el cuerpo del Señor y no sabía dónde la habrían puesto (Cfr. Jn 20, 1-2). Cuando Pedro y el “discípulo amado” (imagen del creyente ideal) llegan al sepulcro, surge una reacción en el segundo discípulo: “Vio y creyó” ( Jn 20,8). ¿Qué vio ese discípulo que decidió creer inmediatamente en la resurrección de Jesús? Nunca lo sabremos con detalle, pero podemos intuir algo a partir de ese relato que, lamentablemente ha sido mal traducido por casi todas las ediciones castellanas de la Biblia. Veamos detalles importantes: 1.En el texto griego, idioma en que se escribió este evangelio, se dice que el discípulo vio “othonia” (“vendas”, Jn 20, 5) que no envolvían al cuerpo de Jesús al estilo de las momias egipcias, sino que eran más bien “lienzos” o “sábanas”. Por tanto, ese discípulo vio paños grandes usados para cubrir todo el cuerpo de Jesús, más no para enrollarlo muchas veces. Se trataba de una “sindon”, que era una sábana para cubrir o envolver un cuerpo. 2.Ese discípulo vio además, un “sudario” (v.7), que era un pañuelo usado por los judíos de Palestina para secar el sudor. Era costumbre judía ese tiempo que, cuando alguien moría, el “sudario” se empleaba para cerrar la boca del difunto. Este pañuelo se doblaba en

diagonal, se enrollaba, se le hacía pasar bajo la mandíbula al difunto y se le ataba fuertemente de la parte superior de la cabeza. La traducción correcta, por tanto, no es que el sudario “cubrió” la cabeza del Señor, sino que “rodeó” su cabeza, formando un anillo grueso de tela a los costados del rostro. Esto se deduce de la misma anotación que da el evangelista, de que el entierro se realizó “según la costumbre judía de sepultar” ( Jn 19,40). 3.La sábana no “estaba en el suelo”, como se suele traducir Jn 20,5, sino que la sábana “keiména” (“yacía extendida” en forma horizontal, o bien “estaba allanada”). Esto significa que la sábana estaba aplanada e intacta. El cuerpo de Jesús se había como “volatilizado”, dejando que la sábana cayera por sí sola. 4.El sudario no es que se encontraba “doblado en sitio aparte, no junto a la sábana”, sino más bien, que el sudario “no estaba allanado como la sábana, sino enrollado, en su propio lugar”, es decir, que seguía atado, intacto. Notamos entonces cómo todas las mortajas fúnebres habían caído sobre su propio peso y permanecían intactas, en su lugar. De aquí podemos intuir por qué ese discípulo “vio y creó” ( Jn 20,8), aunque no se trata de una “prueba” de la resurrección, en sentido estricto. Cree quien decide creer, impulsado por el Espíritu Santo. Sólo la fe permite creer. La tumba vacía es signo que indica que Jesús ya no está “ahí”, en el mundo de los muertos, sino que ha salido victorioso y lo ha hecho para siempre. Las apariciones del Resucitado El otro signo que nos dan los evangelios sobre la resurrección del Señor lo constituyen las apariciones. Los relatos que narran estas apariciones coinciden en presentar a un Jesús que se manifiesta, se deja ver principalmente, por aquellos que estuvieron con él. La noticia más antigua que tenemos sobre estas apariciones no es ninguna relatada en los evangelios, sino en 1Cor 15,3-8. Pablo, autor de ese texto, da un resumen de las apariciones, dando importancia no al “cómo fueron”, sino a “quiénes” se manifestó el Señor resucitado y en qué órden. Sin embargo, al estudiar todos los relatos de las apariciones de Jesús resucitado, notamos que vienen presentadas como manifestaciones de la gloria plena de la que ya goza Jesús, por su resurrección. Poco importa cuál era el aspecto del semblante del resucitado, si tenía barba o no, si se veía más joven o no, si tenía complexión atlética o no. Tampoco se puede pensar que el cuerpo glorioso de Jesús “brillaba” o emanaba luz, pues eso hubiera sido inmediatamente

15 notorio para los testigos y se hablaría de eso en las tradiciones. Lo único que importa es que las apariciones son signos que indican que Jesús, en cuerpo y alma, vive en la dimensión de la gloria divina, por la resurrección. La naturaleza humana de Jesús ya está plenamente glorificada y por tanto, no puede ser “encerrada” en cuatro paredes, ni está sometida al devenir, al tiempo. El cuerpo glorioso de Jesús tiene las notas de un cuerpo que está en la dimensión de lo divino y ya no sometido a las dimensiones espacio-temporales, como nuestro cuerpo en este mundo. Los relatos de las apariciones de Jesús nos indican también, que el Padre ha emitido un veredicto a favor de la humanidad entera, ha abierto la puerta para que todos podamos resucitar un día, para estar con él en cuerpo y alma glorificados. La resurrección de Jesús ha iniciado el Fin de los Tiempos, el nuevo eón. Sabiendo esto, vivimos esta vida con fe y esperanza, comprometiéndonos cada día en la caridad, colaborando con el Espíritu de la Resurrección que Dios nos ha participado. La vida cristiana es pues, compromiso hoy, entrega y servicio en este presente, luchando por la justicia, la paz y la solidaridad entre todos en el ahora, ya que hemos recibido el Espíritu que da vida en plenitud.

Conclusión Vivamos esta fiesta de la Resurrección, dejémonos vitalizar por el Espíritu que Dios nos regaló como Don por excelencia en el Bautismo; permitamos a Dios que nos divinice por la gracia, mediante la acción de su Espíritu en nosotros. Somos el cuerpo mísitico del Resucitado; somos un modo concreto como Jesús se relaciona con el mundo y lo santifica. Ésta es la identidad nueva que nos da Jesús Resucitado. ¡Ay de aquel que se niegue a ser feliz hoy, desde esta conciencia nueva! Pongamos nuestras vidas en las manos del Señor de la gloria y empeñémonos cada instante en extender su Reino, su Soberanía… ¡Ahora! ¡Felices Pascuas de Resurrección!


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