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Rebeca Pal
Desde muy joven Rebeca Pal quería escribir. Plasmó sus historias poco a poco y ahora son parte del libro Los siete suicidios capitales, un libro que se construyó tras investigar y escuchar el dolor que viven los niños con trastornos mentales. Platicamos con ella sobre su libro y su acercamiento a este tema.
¿Cómo nació Los siete suicidios capitales?
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Hace mucho tenía un cuaderno de Hello Kitty en el que escribía historias de suicidios: eran actos que cometía hacia mí; todas las historias las comenzaba así: “Hoy Rebeca se suicidó por…”. Eran actos que representaban mucho, porque así me liberaba cuando decía que sí y era no. Años después usé esta idea para escribir el libro.
¿Qué buscabas al narrar esta historia?
Quería mostrar que la mayor traición empieza en el ser humano por los pecados capitales y los tomé para escribir que las personas por eso se suicidaban. Rafael, el personaje principal, se convierte en detective para tratar de descubrir si son homicidios y suicidios.
Rafael es un personaje muy complejo. Con el tratas el tema del aborto, ¿por qué? Hay muchos bebés que todavía no nacen y llegan con una herida; pensé en qué pasa cuando tu mamá se ve obligada a hacer algo que no quiere. Luego de investigar en psicología, supe que todas las heridas empiezan en el útero; quería una historia en donde el personaje ya hubiera llegado roto, porque su madre lo rompió antes de nacer y que todos los problemas que tiene en la vida surgen de ahí, de ese embarazo no deseado. Mostrar a esa adolescente que no pudo tomar decisiones porque no tenía el poder y autoridad sobre su vida.
¿Por qué para construir a Rafael tocas el tema de la maternidad?
Quería formar un sociópata y necesitaba todas esas heridas del rechazo y del abandono, para que se hicieran más grandes en él, por eso necesitaba a la madre. Sé que las palabras hacen eco en los lectores y quería hablar del machismo, el cual muchas veces viene de las mujeres. En el libro, la madre de Rafael fomenta el machismo que recibió. Fue difícil, pero quería hacer una crítica constructiva: hay que abrir los ojos, porque muchas veces lo que creemos que está mal lo hacemos nosotros y viene de nosotros.
¿Qué tan difícil fue abordar el suicidio?
Rafael ve al suicidio como el acto más valiente de un cobarde, y él es un cobarde que busca un acto heroico, porque es tanto el dolor que tiene que no lo deja hacer. Yo he dicho y considero que todo ser humano tiene luz y sombra. Creo que si siempre rechazamos la sombra nunca vamos a brillar tanto. A nivel inconsciente, él siempre tiene esa promesa con la madre: yo voy a lograr lo que tú no hiciste, abortarme de la vida. Creo que no se trata de acabar con la vida sino con el dolor que uno siente y esa no es la salida.
Los trastornos mentales también aparecen, ¿son la semilla del libro?
Sí, creo que muchas veces no tenemos las herramientas para pedir ayuda o para saber qué hacer cuando tocas el fondo. Nos dicen que ya no hay más después de caes profundo, pero en ocasiones uno no tiene el impulso para subir. Creo que debe de haber más empatía. Con este libro quiero que haya más empatía y red de apoyos. Quiero tocar el dolor en la novela porque me gusta tocar los temas que la gente no quiere ver. n
Perla Velázquez