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Marcello
pasta de pimientos, luego va rostizado y servido con la salsa “piri piri”, que se refiere a un tipo de chiles rojos africanos. Aquí dieron con su propia receta con nuestros propios chiles: su piri piri lleva una mezcla de árbol, guajillo y habanero, que no llega a ser muy picante, pero sí sabrosa y consistente para untarla sobre el pollo tierno. A recomendación del chef Roberto Henríquez, lo acompañé con un vino tinto de la región de Douro, que solo diré que es uno de los mejores vinos que he probado este año. En opinión de Roberto, su piri piri se puede maridar con varios vinos portugueses según la experiencia que quieras. Con un viño verde para degustar su mineralidad; incluso con un rosado si quieres destacar lo especiado del pollo. Si te estás preguntando ¿dónde está el bacalao?, el ingrediente más típico a lo largo de Portugal, por supuesto lo tienen en un bacalhau à brás (con cebolla confitada y papas fritas) y es una alegría saber que hay vida más allá del bacalao a la vizcaína que ya todos conocemos.
QUÉ ES…
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Una tasca portuguesa con platos que surgieron del mestizaje con las cocinas africanas.
POR QUÉ IR…
Por el pollo piri piri, los platos con bacalao y los vinos portugueses.
UN RESTAURANTE ITALIANO que busca ser cautivador como Marcello Mastroianni solo podía estar en la Roma. La decoración tiene la elegancia de los salones de mediados del siglo XX pero fueron sus pastas frescas (con recetas napolitanas y sicilianas más allá del típico espagueti a la bolognesa) y pizzas artesanales las que nos sedujeron. Para comenzar te tientan con una porción de jocoque con aceite de oliva y pan de la casa de cortesía. ¿Qué se bebe para adentrarse a Italia? Un spritz, por supuesto, y más si hace calor.
QUÉ
Un restaurante de pizzas y pastas frescas napolitanas y sicilianas.
POR QUÉ IR…
Por las recetas originales y buenos ingredientes.
Para contrarrestar las calorías, porque sabíamos que teníamos que probar las pastas, comenzamos con una ensalada. Aquí le pensaron bien para salirse de las lechugas sin chiste. Pedimos la de tomates heirloom, fresas orgánicas, flor de albahaca y aderezo de balsámico. Un inicio fresco y abundante para pasar a la pasta cappelletti al vino blanco debajo de mucho parmesano rallado. Mi acompañante pidió el pollo picatta: una suficiente porción de pollo en una salsa de limón amarillo, con alcaparras y hongos sobre un puré de chirivía, que es una mezcla entre nabo y zanahoria. Un plato cerrado y encantador.
à Álvaro Obregón 110, Roma. Dom-mié 1-11pm, jue-sáb 1pm-12am. $500.
En general las porciones de los platos son generosas, pero donde definitivamente necesitarás ayuda es en los postres. Cerramos este homenaje a la “dolce vita” con el tiramisú, que alcanza hasta para tres personas, pero en sus redes verás que lo más espectacular es que tienen un gelato de la casa servido en una porción monstruosa, apto para compartir en familia. Elisa Herrera