LAS MONEDAS Y EL MARFIL DE LA VEGA BAJA •
El conjunto de feluses –monedas de cobre- andalusíes de la Vega Baja, es el segundo más importante de España de la primera fase de la invasión musulmana
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Por primera vez se muestra un “feluse de la Conquista”, pieza de la que apenas existen ejemplares documentados
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Los objetos de marfil y hueso evidencian su carácter lujoso y la alta calidad técnica de los artesanos visigodos en el trabajo de esos materiales
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La mayor parte de estas piezas no se han visto en público y serán presentadas en las II Jornadas de Puertas Abiertas
Toledo, 16.08.09. El conjunto numismático registrado en las intervenciones arqueológicas realizadas desde el año 2006, alcanza ya el centenar de monedas, la mayoría de ellas identificables y legibles. Este aspecto les otorga un valor incalculable para su estudio y el del propio yacimiento ya que su presencia identifica claramente las diferentes etapas históricas de la Vega Baja. Monedas romanas y visigodas Hasta el momento, las monedas que en menor número se han encontrado son las de época romana. Tiene sentido, al ser los romanos los primeros ocupantes de la zona, sus materiales deberán estar enterrados en estratos de tierra más profundos que los de los visigodos y musulmanes. Apenas tres monedas han salido a la luz, pero son altamente interesantes para los científicos, especialmente una de ellas, ya que es la primera de las halladas en el yacimiento que está acuñada antes de Cristo.
Pieza acuñada durante la República (siglo II-I a.C.) en la que se observa la imagen de Roma con busto mirando a la derecha (anverso), y biga en el reverso dirigida por la República. Denario Romano a.C.
Dos de las monedas más significativas, de las que Toletum Visigodo informó hace unos meses de su hallazgo, son las que aparecen con las efigies y acuñaciones de los reyes visigodos Tulga y Ervigio.
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Por su calidad, estas dos piezas se han convertido en un referente para el yacimiento de la Vega Baja. Se trata de dos tremises del siglo VII d.C. que se unen a descubrimientos ya conocidos, como la moneda de Suintila, acuñada en Tarraco y, especialmente, al tesorillo de treinta tremises con piezas de los reyes Leovigildo, Suintila, Sisenando, Sisebuto y Chintila.
Tremís con la efigie del rey Tulga (639-642 d.C.) fabricado en la ceca de Tarragona. En el reverso puede leerse: TARRACO PIVS Tremís visigodo de oro s. VII
Tremís de oro visigodo s. VII
Tremís acuñado con el nombre de Ervigio. Se le puede apreciar una toga y un gran broche sobre su pecho. Es, hasta ahora, la moneda de época visigoda más tardía hallada en la Vega Baja, acuñándose entre el 686-687 d.C. Su ceca de producción es Ispalis,Sevilla.
La numismática andalusí, de gran valor histórico Los arqueólogos de Toletum Visigodo destacan entre los hallazgos un importante grupo de feluses –moneda de cobre andalusí-, pertenecientes al periodo conocido como Emirato Dependiente. Este periodo histórico, que va del año 711 al 756 d. C., corresponde con la fase inicial de la conquista de la península y la articulación previa de lo que sería Al-Andalus. Una de las características de estas monedas es que no figura grabada la fecha de acuñación ni la ceca de fabricación. En algunos ejemplares, muy pocos, la única ceca representada en genérico es “AlAndalus”, pero sin aportar lugar exacto alguno. El escaso número de este tipo de monedas encontradas en España hace que las descubiertas en la Vega Baja adquieran un valor incalculable. Hasta fechas muy recientes, han carecido de estudios arqueológicos, e incluso de una clasificación correcta. Se trata de uno de los conjuntos de monedas de este tipo más importantes localizados en un yacimiento arqueológico peninsular, junto con los 46 feluses recuperados en la Mezquita de Córdoba en 1996. La mayor parte de los feluses de la Vega Baja pesan entre 1,4 y 2,5 gramos. Están encuadrados en lo que los arqueólogos denominan Grupo II y se caracterizan por carecer de orla y por tener grabada en el anverso la leyenda, en dos líneas: NO DIOS SINO DIOS, y en el reverso: MAHOMA ES EL ENVIADO DE DIOS. Feluse Andalusí
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Este feluse es una de las monedas más valiosas de las encontradas en el yacimiento de Vega Baja. En el anverso figura la leyenda: SE CONTRIBUYE AL SERVICIO DE DIOS, y en el reverso se repite, como en otros feluses: MAHOMA ES EL ENVIADO DE DIOS. Existen tan solo dos ejemplares, de ahí su gran valor. Algunos historiadores le dan el calificativo de “Feluses de la Conquista” de acuerdo a una teoría, que triunfó entre los arqueólogos en la década de los 70, que identificaba las leyendas de estos ejemplares con pagos militares, coincidiendo con el momento de la entrada de las tropas de Tarik en la “Feluse de la Conquista” Península en el 711 d.C. Otros historiadores, sin embargo, matizaron posteriormente este planteamiento y le otorgan un valor “extraordinario” al considerarlas un ejemplo de la fiscalidad islámica del siglo I de la Hégira, o lo que es lo mismo, del primer momento de expansión del Islam.
OBJETOS DE HUESO Y MARFIL Alta calidad técnica El estudio del material óseo entraña una gran dificultad para los arqueólogos debido a la fragilidad de este tipo de objetos, su fragmentación y dispersión en el terreno y, desde el punto de vista documental, por la ausencia de trabajos historiográficos. Los científicos de Toletum Visigodo han contabilizado, hasta el momento, veintiocho objetos de hueso o marfil en un aceptable estado de conservación que permite reconocer sus formas originales, e incluso saber a qué estaban destinados. A los arqueólogos les ha llamado poderosamente la atención la alta calidad técnica y el carácter lujoso de buena parte de las piezas recuperadas, especialmente las de eboraria, aquellas fabricadas en marfil. Uno de los aspectos que todavía quedan por averiguar es si son objetos fabricados en el África bizantina o, por el contrario, son el resultado de una comercialización del marfil para su posterior talla y transformación en la España visigoda. Los objetos encontrados hasta el momento en la Vega Baja, corresponden a materiales de uso funcional, principalmente lo que los arqueólogos denominan contenedores, objetos de adorno personal, piezas de ajuar doméstico y elementos de carácter lúdico. Primera interpretación científica de la arqueta de mafil de Vega Baja Entre esos contenedores, se han encontrado distintos elementos pertenecientes a cajas, botes o arquetas. La más llamativa, sin duda, y convertida en un verdadero símbolo del yacimiento, es un bote o arqueta cilíndrica. Hasta ahora los responsables del yacimiento se habían dedicado a su restauración y conservación. Un año después de su hallazgo se hace la primera interpretación de esta joya de marfil. Su diámetro es de 13,6 cm., mide 7,8 cm. de altura y 7,9 cm. de anchura. En el interior, tiene un pequeño hombro que serviría de base a una tapadera circular de la que no se han localizado restos. En su cara exterior el artesano talló una escena en altorrelieve que le otorga su carácter excepcional. Desgraciadamente no se ha hallado el resto de la arqueta por lo se desconoce el
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desarrollo completo de las escenas del relieve. No obstante, en la que se encuentra en poder de Toletum Visigodo, se reconocen claramente dos figuras con túnica y toga en torno a un pozo. La escena parece representar un pasaje de la vida de Jesús, habitual en las representaciones figurativas del primer cristianismo. La situada a la izquierda señala al suelo con la mano derecha, levantando la izquierda hacia el mentón, tal vez en actitud reflexiva. A la derecha se observa una figura femenina, con la toga cubriéndole la cabeza, mira al exterior, levantando su brazo derecho y sujetando la cuerda del pozo con el izquierdo. Esta segunda figura cuenta con un remache circular fabricado en bronce que podría ser el pestillo de cierre. Algo que ha llamado la atención a los arqueólogos es la minuciosidad con que se representa el pozo central con arco, polea, cuerda, cesto y su brocal circular de sillares. No falta ningún detalle. Su fragilidad hace pensar que hubo de ser manejada con sumo cuidado, encontrándose posiblemente reservada a contener algún material de especial valor material o espiritual. Esta pieza no es la única de su tipo aparecida en el entorno de Vega Baja, basta recordar el llamado Marfil de Hipólito localizado en las inmediaciones del circo romano. Otras piezas del ajuar visigodo de la Vega Baja Entre otras cajas o contenedores localizados en el yacimiento, destacan pequeñas cajitas cilíndricas con tapadera que cuentan con al menos ocho ejemplares diferentes, muy comunes en yacimientos tardoantiguos del entorno mediterráneo. La duda sobrevuela sobre estas cajitas puesto que los arqueólogos no se ponen de acuerdo sobre su funcionalidad. Cajita cilíndrica decorada con círculo concéntricos
Otro tipo frecuente entre las piezas elaboradas en hueso y marfil son las asociadas a decoraciones del mobiliario de madera. En las excavaciones de Vega Baja se han recuperado siete plaquitas de este tipo, algunas con decoraciones de círculos incisos. Posiblemente a este tipo de elementos pertenezca esta pieza calada decorada con esas incisiones circulares. Plaquita decorativa.
Dentro de los elementos relacionados, posiblemente, con el ajuar doméstico destaca una pieza compuesta por tres cuerpos huecos de forma cilíndrica. Presenta una decoración de semicírculos, a modo de arcos de herradura, enmarcados en una banda doble de líneas incisas y motivos circulares. El cuerpo superior, sin decoración, presenta dos perforaciones cuadrangulares enfrentadas en el extremo. Aunque falta un estudio completo, algunos especialistas aventuran que podría tratarse de cachas de cuchillo. Cachas de cuchillo, posiblemente
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Otros dieciocho fragmentos de hueso encontrados en el yacimiento de la Vega Baja podrían pertenecer a materiales y objetos de uso doméstico. Abundan las piezas decoradas con círculos e incisiones, entre los que sobresalen estas dos plaquitas en forma de triángulo rectángulo, decoradas con círculos concéntricos. Plaquitas triangulares
Entre los objetos de carácter lúdico se muestran por primera vez dos dados con formas distintas. Uno de ellos está fabricado en hueso y es cuadrado con dimensiones milimétricas. El segundo fue realizado en marfil con forma rectangular. Aunque es un elemento singular en el yacimiento toledano, se han encontrado dados similares en Complutum. Dados de hueso y marfil
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