LOS OBJETOS METÁLICOS Y LA ARQUITECTURA ORNAMENTAL DE LA VEGA BAJA
Toledo, 23.08.09. De todos los objetos que van emergiendo de la Vega Baja, los metálicos son, probablemente, de los más interesantes porque muestran, según los arqueólogos, todo un viaje en el tiempo que va desde la época romana hasta la contemporánea. Al igual que en otros yacimientos arqueológicos, es muy frecuente descubrir objetos de plata, bronce, hierro, plomo e incluso oro, pero la Vega Baja tiene una particularidad con la que no cuentan otras excavaciones: las aleaciones metálicas de objetos relacionados con la Fábrica de Armas. La abundancia de restos metálicos, que los arqueólogos de Toletum Visigodo cuentan por miles, se ha convertido en un gran reto para ellos. Aunque todos los hallazgos determinan un momento de la historia del yacimiento y de Toledo, su selección se centra, por el momento, en la cronología más antigua y la que determina el valor de la Vega Baja romana, visigoda e islámica. La vida cotidiana, el adorno personal y mobiliario Los objetos de adorno personal y vestimenta sobresalen por su número y calidad. Entre ellos, cinco anillos de los que destacan dos por su decoración y que se encuentran en este momento en proceso de restauración para mostrarlos al público próximamente. Destaca un colgante en forma de bellota realizado a partir de una lámina de bronce. Los visigodos también sabían encontrar en la naturaleza elementos para su acicalamiento. El orfebre supo decorar la parte superior con líneas incisas en zig-zag Colgante de bronce en forma de bellota imitando la corteza de la cáscara de bellota. Una segunda incisión separa el fruto de la vaina. Otros utensilios cotidianos característicos del periodo visigodo, y la Vega Baja no es una excepción, son las piezas pertenecientes a hebillas –algunas de pie vuelto- y broches de cinturón que, según las clasificaciones de los arqueólogos, son conocidos como de base escutiforme –en forma de escudo-. Este tipo de objetos, de origen romano y fabricados en bronce, son muy frecuentes en los yacimientos de siglo VI. Otros aparejos de uso personal, como alfileres, podrían haber utilizados para el adorno o recogida de togas o túnicas. Extraordinariamente interesante es un broche de bronce Piezas de adorno personal realizado sobre una lámina ovalada, que conserva la aguja y el enganche. En la actualidad, tanto este broche como las hebillas y la fíbula de pie vuelto están siendo restauradas por los especialistas de Toletum Visigodo para que se puedan incluir en la exposición que, próximamente, tendrá lugar en
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paralelo a las II Jornadas de Puertas Abiertas. En este mismo proceso de restauración se encuentran varias piezas de armamento, entre las que destacan un regatón, una contera y puntas de lanza. Otra auténtica joya encontrada en la Vega Baja, en la campaña de 2006 por el equipo del arqueólogo Juan Manuel Rojas, es una llave posiblemente de arcón en perfecto estado de conservación. Llama la atención por su belleza y delicadeza, así como por el equilibrio de sus elementos y la sencillez de sus formas. De los objetos relacionados con el mobiliario, los arqueólogos de Toletum Visigodo rescataron un peculiar disco de bronce con umbo y orificio en su centro. Posiblemente se trata de una base de lampadario como el aparecido en las excavaciones realizadas en el circo romano de Toledo en 1929. Base de lampadario
Los ponderales y el pendeloque Entre los materiales hallados relacionados con actividades comerciales ya son conocidos, por su enorme importancia, los tres ponderales de bronce que, junto a la cruz del mismo material con filigranas de oro, hallada en 2006, y a la arqueta de marfil, son de las enseñas más importantes del yacimiento de la Vega Baja. Es posible que los tres ponderales fueran importados del imperio bizantino para el control de comercio de oro. Según los arqueólogos, por sus características, están fechados entre los siglos VI y VII. Aunque hay constancia de otros ponderales encontrados en Salamanca, Gerona y Segovia, al ser los primeros encontrados en Toledo les confieren un valor e importancia añadida por ser Toletum la capital del imperio visigodo y ceca de acuñación de moneda. El ponderal circular mide 3,3 cm. de diámetro y pesa 54,2 gr. Está relacionado con un múltiplo del solidus –moneda de oro- de 4,5 gr., equivalente 12 veces a su peso. Esta joya de la Vega Baja tiene una corona laureada que contornea dos letras: gamma y beta, coronadas por una cruz y rodeadas por dos círculos grabados, uno en el anverso y otro al reverso. Ponderal circular
El ponderal cuadrado está decorado con una corona, menos cuidada que el circular, a base de puntos y símbolos geométricos en las esquinas. Tiene las letras N y S grabadas. La primera es asimilable a nomisma (moneda), la segunda pudiera ser el numeral seis, referido a la moneda de oro, siendo múltiplo de ésta con valor de seis. Pesa 26,70 gr., tiene 2,5 cm de anchura y equivale a seis solidus. Ponderal cuadrado
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De los elementos de joyería, además de varios pendientes de aro, típicos y muy comunes en épocas romanas, visigodas e islámicas, los arqueólogos encontraron la pasada campaña una pieza extraordinariamente significativa: un pendeloque realizado con hilo grueso de oro y engarce sobre gema. Es parecido a los pinjantes que cuelgan de una de las coronas votivas del tesoro de Guarrazar, conservada actualmente en Cluny.
Pendeloque
Aunque todos los hallazgos son importantes y pueden llegar a interpretar un momento histórico en Toledo, el pendoloque se antoja importante porque, además, genera preguntas cuya respuesta, cualquiera que pudiera ser, resultaría igualmente interesante. ¿Pertenecía a una corona votiva de las que sacaron apresuradamente los visigodos en su huida ante la llegada de las tropas invasoras de Tarik? o ¿Forma parte de alguna corona votiva que todavía permanece enterrada en la Vega Baja?. El tiempo y los científicos lo aclararán.
EL MATERIAL ARQUITECTÓNICO DECORADO Comparado con otro tipo de material hallado en el yacimiento –cerámica, monedas, objetos de metal o vidrios- el material arquitectónico decorado es de lo menos abundante. Este hecho tiene una explicación histórica. Durante siglos la antigua urbs regia fue cantera permanentemente expoliada para la construcción del gran Toledo. Basta echar un vistazo a las murallas, edificios civiles e iglesias para encontrar elementos arquitectónicos, decorados o no, procedentes de la Vega Baja. A pesar de que en los últimos tres años el número de piezas recuperadas es escaso, los arqueólogos observan unos rasgos comunes con otros decubrimeintos anteriores que señalan hacia una época y un estilo arquitectónico muy definido: el visigodo. La mayor parte de los elementos arquitectónicos recuperados hasta el momento, ya sea en las tres últimas campañas como en las privadas anteriores a 2007, fueron realizados en piedra caliza. La decoración consiste en Algunos elementos arquitectónicos de la Vega Baja motivos geométricos, principalmente círculos, que se repiten sistemáticamente. En cuanto a los motivos representados, casi todos son de carácter vegetal y responden a formas muy esquematizadas y sencillas sin complicaciones ornamentales, algo muy propio del periodo hispano-visigodo. Así pudo verse el año pasado en la exposición“El legado visigodo de la Vega Baja y anteriormente en “Hispania Gothorum”.
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