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EL WHATSAPP DE PORFIRIO DÍAZ
from V Real
by REVISTAS V
Por José Manuel Andrade
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Antes de que apareciera internet, la televisión, la radio y el cine, en México se concibió una estrategia para que las personas pudieran transmitir mensajes de voz a sus seres queridos en pleno siglo XIX, durante el porfiriato. Lo que ahora hacemos con el whatsapp de mandar audios desde los teléfonos inteligentes, en 1889 se firmó un contrato para usar el servicio postal mexicano y el recién inventado fonógrafo, para lograr esta hazaña sorprendente de comunicación. El 8 de noviembre de 1889 en Palacio Nacional en la Ciudad de México, se firmó un contrato entre el Gobierno de México y Manuel Peniche, representante del inventor estadounidense Thomas Alva Edison, creador del fonógrafo, para que se instalaran en las oficinas de correos del país este aparato para que la gente pudiera grabar mensajes de audio y ser enviados a sus destinatarios a través del correo tradicional de carta. El fonógrafo, creado en 1870, es el primer dispositivo parlante de la historia, el cual puede grabar o reproducir sonidos; consiste de un altavoz conectado a una aguja que roza un cilindro donde se graba el audio y el cual sería el atefacto que se mandaría por correspondencia. El convenio tendría como cláusulas que la empresa de Thomas Alva Edison fabricaría y daría el mantenimiento a los fonógrafos instalados en las oficinas de correos del país y a cambio, recibiría el 90% de las utilidades más un pago de 4 pesos mensuales por cada aparato instalado, lo que permitiría al Gobierno de México no desembolsar dinero alguno para la adquisición y mantenimiento del servicio. En ese entonces sólo existían como medio de comunicación interpersonal el telégrafo y el correo tradicional de cartas, que usaba el ferrocarril, las diligencias y caballos para transportar la documentación, por lo que esta estrategia resultaba muy novedosa y con dos grandes beneficios, por un lado las personas analfabetas podrían mandar y entender los mensajes, pues al usar la voz no tenían que depender de alguien que supiera leer y escribir para entender la información. Otra ventaja que tenía esta estrategia era que las personas podrían escuchar la voz de la persona querida, lo que daría una sensación diferente a lo de las cartas escritas a mano. A pesar de este ingenioso mecanismo de comunicación, esto contrato no se concretó, pues en ese momento el teléfono apareció y con ello se disipó la la oportunidad de usar la combinaciòn del fonógrafo y el correo como herramienta de comunicación.
Bibliografía:
Milhe Bruno, Guadalupe. (1991). Una visión de 1890 hacia el futuro. El correo y Thomas Alva Edison . México: Editorial Miguel Ángel Porrúa.
Jaddiel Díaz Frene. (X). A las palabras ya no se las lleva el viento: apuntes para una historia cultural del fonógrafo en México (1871-1924). México: el Colegio de México.