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Rincón de la Poesía
Tengo Orgullo De Mujer
Tengo orgullo de mujer y no admito tus andanzas, ir y venir de tus anchas y jurar falso querer. No me domina tu frase ni caricias que no siento ni me creo los inventos que cuentas con mala clase. Ni me voy a doblegar porque me cierres tu puerta, que tengo la mía abierta para poder prosperar. No pienses que necesito tu mano ofreciendo pan, que manos que poco dan ni las quiero ni suplico, que si no sabes querer ni ser hombre de provecho tengo orgullo de mujer y deshago lo mal hecho. Y me crezco como espuma de la que riza las olas, que como yo solo hay una y no cojo lo que sobra.
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Elena Maldonado
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En Un Lugar De La Mancha
Han pasado muchos años, la memoria no me falla, se grabaron en mi mente las vivencias de mi infancia. Recordando a mi niñez en un lugar de La Mancha, me parece que fue ayer cuando jugaba en la plaza. Recuerdo aquel abuelo todo cubierto de canas, con el bastón y encorvado y con su traje de pana. Aquellas mañanas frías los campesinos labrando en las inmensas besanas fiel perro guardando el hato. En la era y trillando el sol quemaba el aliento, un trago de agua fría saciaba el cuerpo sediento. Qué duros aquellos tiempos de sacrificio y miseria, con un presente incierto donde abunda la tragedia, y un futuro hipotecado disfrazando la pobreza. Hoy ya soplan otros vientos con libertad, democracia... El progreso lo ha cambiado como por arte de magia. Hoy el carro por los coches, las mulas por el tractor, y la tertulia de las noches por móvil y televisor. Se cambiaron los molinos que obraban con el viento, por molinetes gigantes en lo alto de los cerros, generando la energía para que siga el progreso. Se van secando las fuentes, se contaminan los ríos, se queman hasta los montes y se arrancan los olivos; el campo quedó desierto sin razón y sin motivos. Los pueblos abandonados, los segadores se fueron, también los añagueros y con ellos los muleros. Los pastores en las granjas las esquilas y cencerros, ya no suenan como antes allá en lo alto del cerro. Todo ha cambiado mucho en bien de la humanidad, hay muchas otras cosas que no han podido cambiar; que los ricos sean más ricos explotando a los demás.
Francisco Serrallé