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Rincón de la Poesía

El Toro Y El Caballo

Corre un toro por la dehesa entre mil jaras florida y a un toro le hacía promesas, que va a su lado sin brida. No quiero que en mi corrida, que será el año que viene si el amo intenciones tiene de llevarte a sangre fría y ponerte en ese ruedo, por demostrar tu linaje, yo tenga – por mi coraje- que arrebatarte la vida. Porque nací – según cuentan- para poder divertir a gente que se alimenta de mi sentencia a morir, y tú, que siendo tan libre retozas por la campiña sin brida que a ti te oprima para que el corazón vibre... No tendría yo valor para clavarte mi asta, que yo soy de buena casta y en mí manda la razón. Los hombres que se divierten con mi sentir y mi pena ya pagarán su condena por reírse de mi muerte. Pero yo, amigo del alma, soy bravo de corazón, soy incapaz sin razón de matarte y sentir calma, no tendría diversión si tuviera que matarte porque llevo la intención de quererte y respetarte. Cuando estemos en la plaza y contigo me provoquen me clavarán el estoque, que me quema como un ascua, y querrán que yo te embista, pero lo que ellos no saben es que el cuerno que yo clave... si esto es arte, va al artista. No a ti, que sales a ciegas y con los ojos tapados como van los condenados a morir entre las fieras. Así que sigue tranquilo, que el tiempo que a mí me quede como te escogí de amigo el traicionarte me duele.

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Y el caballo y aquel toro trotaban entre promesas, libres por toda la dehesa disfrutándolo a su modo. Si les hubiera escuchado el dueño de aquella hacienda estaría avergonzado... que el toro tenía conciencia.

Elena Maldonado.

Realidad

Te susurré en la esquina soleada de tus labios que basta solamente un segundo azul infinito. Basta con cerrar los ojos este preciso segundo para chocarnos de repente en un encuentro épico.

Entre viejos olivos, eternos nogales, tierras ajenas entre dos respiraciones temblando de emoción nos llena el aire fragante de las flores de limón a resgurado de palabras, miradas indiscretas escapándonos en un océano furtivo de abrazos de este día a día anodino y nublado, tan real, tan irreal.

Noche cerrada, apagando luces cercanas opacas Encendemos las mil y una estrellas Las realidades convertidas en un infinito sueño Los Sueños deslumbrantes hechos Realidad una Realidad Ensueño.

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