Las cooperativas marroquíes construyen un futuro sostenible

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La almendra del fruto del árbol de argan es rica en aceite © Roman Königshofer

“La producción de aceite de argán ha sido tradicionalmente un trabajo de mujeres. Las madres enseñaban a sus hijas a romper las nueces y a sacar las almendras, las cuales machacan en un molino de piedra y extraían el aceite. Una vez terminado este proceso, eran los hombres quienes salían a vender el producto”, nos cuenta Zoubida Charrouf, profesor de química de la Universidad de Rabat.

El árbol de argán es una de las especies más antiguas del mundo y existe únicamente en el suroeste de Marruecos. Gracias a sus ramas espinosas y sus raíces profundas es capaz de sobrevivir largos periodos de sequía ya que se adapta muy bien a la aridez de la región. Además de su valor ecológico que sirve de amortiguador contra el desierto creciente, representa un gran valor económico en la cultura bereber.

Los lugareños se dieron cuenta que la gente se interesaba por el aceite de argán y vieron en él la posibilidad de aumentar el desarrollo sostenible de la región. Su objetivo principal ha sido y será, preservar la selva de argán y de esta manera detener el crecimiento del Sahara. ¿Cómo se puede hacer esto? “Ofreciendo ingresos correctos a las personas que están directamente relacionadas con la preservación de la selva de argán. Las grandes empresas descubrieron el aceite de argán e industrializaron su producción. Gracias a esto, surgió una alternativa a nivel social que garantiza que las mujeres bereberes reciban los ingresos justos por el trabajo que realizan.”

Las hojas y los frutos del árbol de argan sirven de alimento a las cabras y a los camellos, el tronco sirve para hacer combustible y de su nuez se extrae aceite. Este aceite es rico en ácidos grasos poliinsaturados, ácido linoleico y vitamina E. Gracias a sus propiedades medicinales es apodado ‘el oro marroquí’ o ‘el secreto de la belleza de las mujeres marroquíes’. De sus almendras tostadas se extrae aceite para fines culinarios y de sus almendras crudas para fines cosméticos.

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En poco tiempo la cooperativa obtuvo tanto el sello IGP (indicación geográfica protegida) como una certificación ecológica. Y la crema sobre el pastel fue que en el 2011, se convirtió en el primer grupo de productores con certificación de comercio justo. Dos años más tarde, las ventas se multiplicaron por diez. Recientemente fue seleccionada como la cooperativa modelo en la introducción de un sistema HACCP para analizar riesgos y control de calidad.

En el 2014 el TDC decidió prolongar el apoyo a estas cooperativas. Ibn Al Baytar desea que el éxito de Tighanimine se convierta en un modelo a seguir para otras cooperativas y para toda la región. Muchas cooperativas se sitúan en el gran bosque de 30 000 ha de Messguina, que forma parte de la selva de argán. Durante todos estos años, Ibn al Baytar y otras ONG reunieron a los habitantes y a las organizaciones de la región en un movimiento más amplio llamado ‘propietarios de la selva’. Con el apoyo de la ONG GoodPlanet Foundation de Yann Arthus-Bertrand, se elaboró un plan con muchos proyectos ecológicos y socioeconómicos relacionados con la selva y la cultura del argán. Las autoridades marroquíes también decidieron apoyar todo el proceso con la plantación de nuevos árboles de argán.

El árbol de argan es una verdadera barrera contra el crecimiento del desierto Sahara © Dirk Huijssoon

En 1996 la Señora Charrouf creó la primera cooperativa de productores de aceite de argán y en 1999 creó la ong Ibn Al Baytar. Desde entonces, esta organización ha asesorado cooperativas principiantes con la ayuda de donantes internacionales. Con el apoyo de las autoridades marroquíes, inició una gran serie de proyectos en la región. “No fue fácil”, recuerda Zoubida Charrouf, “para mejorar la calidad del aceite, organizamos a las mujeres en grupos pequeños de transformación, de manera que pudieran sacar las almendras de la cascara y nosotros procesar el triturado de manera mecánica. Culturalmente era muy difícil el hecho de que una mujer trabajara fuera de su casa. Las primeras mujeres que se unieron a la cooperativa eran viudas o divorciadas. Sin embargo, la situación fue cambiando lentamente.”

“A lo largo del siglo 20 se perdió más de la mitad de la selva de argán. Por suerte esta tendencia ha cambiado, gracias a la valorización del aceite de argán y al conocimiento tradicional de las mujeres”, concluye Zoubida Charrouf. “No podemos dejar de mirar hacia adelante y volvernos dependientes de un solo producto. En la selva hay más plantas medicinales con las que podemos elaborar otros productos. ¡Ya se iniciaron los primeros proyectos relacionados con el turismo ecológico, tenemos que atrevernos a soñar !”

Quince años más tarde se registraron muy buenos resultados. Se unieron nuevas cooperativas y las ventas aumentaron increíblemente. Algunas se unieron en Agrupaciones de Interés Económico y se encargaron de la comercialización, de la promoción y de la exportación. Por primera vez, eran ellas mismas quienes manejaban sus ingresos, lo que cambió positivamente su posición dentro de la sociedad. Miles de mujeres bereberes aprendieron a leer y escribir y cada vez más niñas asisten a la escuela secundaria. L'ONG Ibn Al Baytar luchó junto a otros beneficiarios para obtener una certificación en base a la Indicación Geográfica Protegida (IGP). El primero de este género en África, este sello es importante en la lucha contra los timadores que usan otras técnicas para moler la nuez o que mezclan el aceite de argán con otros aceites.

En el 2010 el Trade for Development Centre (TDC) se unió a la aventura dando apoyo financiero a tres cooperativas para reforzar los siguientes aspectos: mejorar las capacidades de gestión, desarrollar sistemas para pasar los controles de calidad y elaborar la publicidad para presentarse en el mercado marroquí y europeo.

Romper la nuez del argan es un trabajo de mujeres © TDC/ Josiane Droeghag

La cooperativa Tighanimine encabeza la asociación Ibn Al Baytar, creada por algunas mujeres que hicieron juntas el curso de alfabetización. Con el apoyo de la profesora Charrouf, muchas de ellas vencieron la suspicacia de sus hombres y comenzaron con su propia cooperativa, al triunfar se convirtieron en el principal sustento de sus hogares.

En esta gran región Souss-Massa-Drâa trabaja también la Agencia belga al Desarrollo (CTB), entre otros, en un proyecto de azafrán y dátiles. Comprometida con en el plan ‘Marruecos Verde’ lucha por un desarrollo económico sostenible de la región, en particular de los productores más vulnerables.

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El proyecto abarca tres puntos: primero, conservar las técnicas agrícolas, por ejemplo en el ámbito del uso del agua, segundo, reforzar la posición de los productores mediante la creación de cooperativas y Agrupaciones de Interés Económico y tercero, asesorar estas estructuras en la comercialización de sus productos. “Como este último punto es esencial para el éxito del proyecto se pidió al TDC desde la fase de formulación hacer un análisis y dar consejos acerca de la mejor estrategia de intervención posible”, explica Josiane Droeghag, que desde 2009 es la directora de Marketing y Gestión empresarial del TDC.

Con un segundo estudio queremos trazar la demanda en el mapa del mercado nacional e internacional. Actualmente los compradores no provienen únicamente del mundo culinario sino cada vez más de la industria farmacéutica y cosmética.

Los dos estudios nombrados anteriormente servirán de base para asesorar a las cooperativas y a las Agrupaciones de Interés Económico en la elaboración de un plan de mercadeo. Mientras esperan los resultados, Claire de Foucaud y sus colegas marroquíes siguen trabajando. “Para motivar a los productores a organizarse mejor, buscamos activamente contactos directos con clientes potenciales. Hace un año pusimos en contacto con Pharco, la Maison du safran de Taliouine, una Agrupación de Interés Económico reciente que engloba 24 cooperativas y que en el futuro debería convertirse en una plataforma logística y comercial para la región. Este laboratorio farmacéutico belga vende suplementos alimenticios con azafrán iraní – ya que el safranal tiene propiedades antidepresivas – pero está interesado en suministradores alternativos.”

“¿Qué demanda tienen los clientes potenciales en el mercado nacional e internacional? y ¿en qué medida las Agrupaciones de Interés Económico de la región que recién comienzan pueden responder a esta demanda?” A finales del 2013 el TDC contrató a Claire de Foucaud, responsable de márketing y especialista en el comercio justo. Claire viajó a esta región y trabajó en conjunto con el socio local, la Oficina regional de Puesta en Valor Agrícola de Ouarzazate (ORMVAO) para buscar las respuestas a estas preguntas.

Como la producción del azafrán es mayoritariamente un trabajo de mujeres, lo podemos comparar con la producción del aceite de argán. Aquí también son las viudas con terreno propio que se atreven a dar el primer paso hacia una cooperativa. “Esperamos que ellas también puedan convertirse en modelos de conducta y convencer a otras mujeres para exigir mejor pago por su trabajo”, concluye Claire de Foucaud.

En algunos valles aislados alrededor de la ciudad Taliouine unos 3000 agricultores cada año plantan azafrán salvaje en sus campos. La colecta de las flores es laboriosa y es un trabajo de mujeres, lo más delicado es sacar y secar los pistilos. Se necesitan unas 150 000 flores para completar 1 kilo de azafrán. Sin embargo no es Marruecos quien gana con la venta de este “oro rojo”, la mayoría de los productores venden su azafrán de manera informal en los mercados locales, donde cobran - en efectivo - un precio muy bajo. Muchas veces las familias lo necesitan urgentemente y aceptan lo que les den. Las grandes empresas en Casablanca o Marrakech los comercializan pero no se sabe cómo, lo que sí se sabe, es que la calidad no es su prioridad. Con respecto a la información de mercado casi tenemos que empezar desde cero”, cuenta Claire de Foucaud. “El primer estudio compara la calidad del azafrán marroquí con el de Irán. Este país es responsable del 90 % de la producción mundial. Los marroquíes creen que entregan calidad pero no existe ninguna base científica para esto.

Una de las 450 variedades de dátiles © TDC/ Josiane Droeghag

Otro árbol omnipresente en los oasis del sur de Marruecos es la palmera del dátil. La cultura de los dátiles es muy diferente a la cultura del azafrán. Tradicionalmente más de cien mil familias de agricultores lo han cultivado desde la antigüedad produciendo hasta 450 variedades de dátiles diferentes. Existen también similitudes sorprendentes entre el azafrán y los dátiles. La cadena es muy informal: las dos terceras partes se negocian en los mercados locales porque los campesinos necesitan el dinero urgentemente.

Recoger el pístilo del azafrán es trabajo de mujeres © TDC/ Josiane Droeghag

Una parte considerable se utiliza como alimento para los animales. La calidad no es importante y se venden en cajas de madera poco higiénicas.

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“Este proyecto de la CTB se realizará durante el periodo 2013-2019. Este tiempo será necesario para apoyar a estas cooperativas marroquíes y a las Agrupaciones de Interés Económico, para encontrar mercados para sus dátiles y el azafrán y para gestionar bien sus estructuras”, concluye Josiane Droeghag. “Al mismo tiempo seguiremos prestando atención al lugar que ocupan las mujeres en este proceso. Contrariamente al azafrán las mujeres están apenas implicadas en la cosecha de los dátiles.

Hasta las variedades que suponen tener una mejor calidad están mal ubicadas en el mercado. Por consecuencia, el mercado local marroquí vende una gran parte de dátiles tunecinos, especialmente el deglet nour, que se vende en cajas muy bonitas. Por eso, es muy probable que los turistas en el aeropuerto compren de recuerdo al regresar a su país, dátiles de Túnez pensando que son de Marruecos.

En las cooperativas y en las Unidades de Valorización creadas recientemente, se contratan cada día más mujeres para sortear los dátiles cosechados, actualmente ganando menos dinero o sin dar su opinión en las cooperativas. Una situación contra la que continuaremos luchando. ” E.R.: Carl Michiels, CTB Rue Haute 147, 1000 Bruselas

“Nos hemos centrado en el estudio del mercado de dátiles”, cuenta Claire de Foucaud. “estamos reflexionando sobre cómo podríamos ubicar doce variedades locales en el mercado marroquí. Una parte de este estudio trata de las ventajas y desventajas de las diferentes formas de envase. Al mismo tiempo investigamos lo que se necesita en el plano estructural, para hacer funcionar mejor las cooperativas jóvenes y las Agrupaciones de Interés Económico. Una de las razones por las que no terminan de comenzar es que apenas tienen dinero para comprar la cosecha de sus miembros. Además a nivel cultural existe una cierta vergüenza para pedir préstamos al banco para proyectos con un objetivo lucrativo. Una pista para salir de este círculo vicioso es la búsqueda de canales de distribución directos en las grandes ciudades en el norte de Marruecos. El consumo de dátiles aumenta sobre todo durante las fiestas religiosas, se deben guardar reservar para participar en este momento. Con respecto a esto, en la región se presenta otra excelente oportunidad. La Millennium Challenge Account, un proyecto americano, invierte mucho dinero, desde hace varios años en las Unidades de Valorización, se trata de almacenes pequeños y grandes y de equipos de refrigeración destinados a procesar y almacenar productos agrícolas locales. “En realidad es el camino al revés: los ladrillos están ahí antes de que las estructuras y la gente estén listas”, reconoce Claire de Foucaud. “Desde luego, esto es uno de los grandes desafíos para las cooperativas, para las Agrupaciones de Interés Económico, para las autoridades locales y para la región entera: buscar soluciones para gestionar bien estos almacenes y procurar que no se conviertan en elefantes blancos (problemas para sus propietarios).”

Tighanamine es la primera cooperativa en el sur de Marruecos que obtuvo el sello justo © Fair Trade Connection

Las opinions expuestas en este artículo no coinciden necesariamente con las de la CTB o de la Cooperación Belga al Desarrollo.

Fuentes: Propuestas de proyecto, evaluaciones e informes del Trade for Development Centre. Arganolie, het Marokkaanse goud, folleto TDC, 2010, a descargar aquí: www.befair.be/nl/publication/thematic-brochures/arganolie. (holandés) Entrevista con Zoubida Charrouf: http://edition.cnn.com/video/data/2.0/video/international/2014/03/10/spc-african-voices-zoubida-charroufa.cnn.html (3 partes en francès) Ibn Al Baytar: www.association-ibnalbaytar.com Tighanimine: www.facebook.com/cooperative.tighanimine.3?fref=ts, www.fairtradeafrica.net/argan-oil/women-villagers-join-forces/ Goodplanet Foundation: www.goodplanet.org/maroc-avancees-du-projet-sur-la-filiere-argan/ Azafrán y dátiles: www.btcctb.org > landen en thema’s > Maroc > Développement des filières du safran et du palmier dattier dans la région SoussMassa-Draâ - Safran-Dattes (francès)

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