06-A General
Tijuana
Jueves 29 de noviembre del 2012
Historia
del padecimiento
“
Rocío” tiene 21 años de edad, es soltera, con escolaridad de preparatoria terminada y es originaria de un pequeño pueblo de Guerrero. Tiene diez hermanos, ella ocupa el segundo lugar de mayor al menor. La madre falleció hace cinco años por una hemorragia cerebral y el padre vive en Guerrero, es campesino. Recientemente una hermana, quien reside en Tijuana, decidió trasladarla a dicha ciudad con la idea de ayudarla, pues la paciente desde hacía mucho tiempo tenía serios problemas de conducta que desconcertaban a los familiares y amistades. Hace algunos meses que llegó a casa de la hermana y desde un principio le fue muy difícil la convivencia, pues la paciente hacía cosas extrañas y se comportaba agresiva; preocupada por su situación decidió traerla a este Hospital para su valoración, finalmente se decidió su ingreso dada la gravedad del caso. En la entrevista con la familiar, ella me relató lo siguiente: Dijo que “Rocío” tenía un año y medio aproximadamente que había empezado a tener problemas en su comportamiento y que cada vez estaba peor. Tenía comportamientos extraños como permanecer mucho tiempo inmóvil, hablar sola y reírse sin motivo, también con agresividad y errores de juicio como desnudarse en la calle. La llevaron con médicos y al no obtener resultados hasta acudieron con curanderos, quienes sólo los estafaron. De esta manera narró cómo fue el inicio y la evolución de los síntomas: “Hace dos años yo me vine a Estados Unidos y ella se quedó sola, rentábamos, ella trabajaba en una abarrotería, después me habló, que se quería venir, que quería estudiar, pero no pude completar el dinero y se tuvo que quedar. Al mes me enteré que se fue con uno que había sido su novio, aunque antes de eso se burlaba de él y decía que era un tonto. Pasó el tiempo y como a los cuatro meses él fue a dejarla a la casa, le dijo a mi papá que se comportaba muy rara y no sabía qué hacer con ella, que solamente se la pasaba acostada y riéndose sola, que no hacía nada”. Y continuó su relato, mostrando la hermana cierta angustia al recordar: “Ya cuando estaba en la casa, mi papá me decía que nada más se la pasaba sentada en una silla, hasta 8 horas y en las noches casi no dormía. Duraba hasta 15 días sin bañarse y casi no comía, decía puras groserías o que la había violado, y le pegaba a mi sobrino porque la detenía, incluso le dejó una cicatriz en la cara. A una her-
‘LOS BRUJOS DICEN
que está poseída’ Desde pequeña ‘Rocío’ presentaba un comportamiento violento que preocupaba a toda la familia mana que estaba embarazada le quiso pegar en la panza. También decía que escuchaba voces que le ordenaban que les pegara y como que no quería escuchar esas voces, se hacía la fuerte. Decía que mi mamá estaba viva y gritaba por qué la había abandonado; llegó un momento que no reconocía a las personas y decía que una tía era la esposa de mi papá. También se ponía a jugar como si fuera una niña y le pegaba a una pequeña que iba a la casa. A veces tomaba un muñeco y lo mecía como si fuera su bebé, le cantaba y decía: ‘¡Mira, mira sus cositas!’. Pasaba mucho tiempo hablando sola, se reía mucho y hasta se carcajeaba sin motivo. Mi papá le preguntaba que por qué se reía y ella contestaba: ‘Nada, es que está muy chistoso lo que dicen las voces’. Había días que se levantaba como si nada, como si estuviera normal, y de pronto empezaba con sus conductas raras o a hablar o reírse sola. Estaba bien flaca, perdió varios kilos porque casi no comía y volteaba mucho los ojos, nos miraba como con una mirada diabólica”. Los familiares desesperados y confundidos ante el comportamiento extraño de la paciente, y como suele ser común en estos casos, la llevaron con tres curanderos, quienes lejos de aliviarla, sólo
los dejaron en la ruina económica y con más estrés por las intervenciones que hicieron: “Le rezaban y le echaban agua bendita, le prendían veladoras, y hasta usaron una yerba que se llama ‘albahaca’, que utilizaban para limpiarla. Los brujos nos decían que ella estaba poseída, y a nosotros nos dijeron que todos así íbamos a terminar así, uno por uno, que era una maldición que nos habían echado por un problema que yo tuve con un muchacho; que esa maldición se iba a quitar sólo si matábamos a la señora que hizo la maldición o al brujo ¡claro que no íbamos a hacer eso!”, expuso la hermana con evidente enojo. El carácter de la paciente antes de enfermar fue descrito como sociable, trabajadora y tenía planes de seguir sus estudios. No tiene antecedentes de consumo de alcohol, drogas, traumatismos en su cabeza o alguna enfermedad que explicara sus síntomas. Varios médicos la habían valorado y le había hecho diversos estudios, pero todo había resultado normal. El día que fue valorada en el servicio de urgencias del Hospital, llegó en malas condiciones de higiene. Y, por la misma conducta agresiva, el riesgo de que terminase en la calle y por su negativa a seguir un tratamiento, se decidió su hospitalización. Actualmente
sigue internada y ha mostrado mejoría, está más tranquila, se toma sus medicinas. Tiende a ser callada, no socializa, no expresa emociones y con frecuencia se le ve hablando sola, como si platicara con alguien. Al no tener conciencia de enfermedad, niega muchos de sus síntomas o los minimiza. De acuerdo a los datos obtenidos por su hermana, los síntomas que ha presentado durante este tiempo y su estado actual, le diagnostiqué a la paciente esquizofrenia de tipo paranoide. Esta enfermedad, aún de causa desconocida, es la más devastadora de las enfermedades siquiátricas ya que inicia en la juventud, en plena etapa productiva y sue-
le ser muy discapacitante sin el tratamiento correcto. El riesgo de padecerla es del 1%, es decir, una de cada 100 personas desarrollará dicha patología. Hay diferentes tipos de esquizofrenia: Paranoide, catatónica, hebefrénica, simple o residual; la más común es la primera. Puede haber delirios, alucinaciones, conducta inadecuada o extraña y/o agresividad y hasta el momento, es incurable, aunque existen medicamentos muy eficaces que controlan los síntomas. En ocasiones es necesaria la hospitalización por su mismo estado alterado o de gravedad, como fue el caso de la paciente. Ella estará internada el tiempo que sea necesario y recibirá, además de sus medicinas, terapia individual, sicoeducación y se integrará a un programa de rehabilitación. Al egresar necesitará tomar medicamentos de por vida y mantener la supervisión de su familia; sólo de esta manera su pronóstico será mucho mejor. Finalmente, quiero comentar respecto a los curanderos o “brujos”: Es muy frecuente que los pacientes que padecen estas enfermedades, antes de recibir la ayuda especializada, sean llevados con charlatanes que sólo los estafan y atrasan el tratamiento. Indudablemente, influye la cultura, las creencias o la falta de conocimiento, y la mayoría lo hace a base de engaños. La fe también juega un papel importante y hasta obtienen cierta “mejoría” por efecto placebo o sugestivo, pero a mediano y largo plazo, los resultados son desalentadores. Lo recomendable es que las personas se informen y los pacientes sean evaluados médicamente. Buscar ayuda especializada es la mejor decisión. Dudas o cometarios: Derechos reservados HSMT.
Dra. Cynthia M. Martínez Cervantes Psicogeriatra Consulta Externa del HSMT
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