IMPLANTACIÓN DE LA EDUCACIÓN DE ADULTOS EN UBRIQUE (1889-1911)
ANTONIO MORALES BENÍTEZ
La implantación de la educación de adultos en Ubrique (1889-1911) © Antonio Morales Benítez Licenciado en Historia
MAESTROS DE UBRIQUE DE PRINCIPIOS DEL SIGLO XX
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os liberales del siglo XIX se preocuparon de crear un sistema público de enseñanza. La Ley Moyano de 1857 fue el primer gran plan de educación aprobado durante este
período que estableció un sistema centralizado con tres niveles cuyas líneas básicas se iban a mantener durante muchos años. Pero al dejar la financiación escolar en manos de las administraciones locales el fracaso del sistema durante sus primeros años sería espectacular. Durante el último tercio del siglo XIX los índices de analfabetismo en España seguían siendo muy elevados. La provincia gaditana se situaban por encima de la media nacional. Según las estadísticas de 1877 el analfabetismo alcanzaba aquí al 60 por ciento de los hombres y al 68 por ciento de las mujeres. Pero estos datos, referidos al conjunto de la provincia, resultaban engañosos ya que el elevado nivel de alfabetización alcanzado por la capital y algunas localidades de la costa contrastaba con el de los pueblos del interior. En la comarca de la Sierra los valores que se alcanzaban - más de un 90 por ciento- nos permiten hablar de un analfabetismo funcional. Por otra parte, se ha constatado que los máximos niveles de analfabetismo están relacionados con los bajos niveles de renta y con el modo de vida de la población .En este sentido, Ubrique presentaba unas características específicas. Según los testimonios de los propios docentes, la vida escolar de los alumnos ubriqueños sería sumamente corta ya que la mayoría de ellos no podrían terminar el período de instrucción. Su incorporación al mercado laboral se efectuaba a una edad demasiado temprana, dadas las necesidades de todo tipo que padecían la mayoría de las familias. Para combatir esta realidad, la creación de una escuela para adultos, con un horario que se adecuara 1
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a la actividad laboral de la población, se presentaba como una necesidad si se quería combatir los altos índices de analfabetismo. En nuestra provincia sabemos de la inciativa de algunos docentes comprometidos con su época o de algunos ayuntamientos , como el de Algeciras, que en 1872 impulsó la creación de un escuela nocturna con la creencia de que “desde la cuna hasta la sepultura dura la educación del hombre”. En Ubrique la primera escuela de adultos se debe a la inciativa de la logia masónica “América”. Esta institución , presente en la localidad desde 1882 , se preocupó durante sus primeros años de existencia por la creación de centros y la organización de actividades encaminadas a elevar el nivel cultural de la población. Esta inquietud cristalizó el 28 de diciembre de 1888 con la fundación de un primer núcleo denominado Círculo Instructivo “Luz de la Sierra”, del que sería presidente Cristóbal Gutiérrez Bohórquez , y secretario Manuel Janeiro Córdoba. A partir de este Círculo, y dependiendo de él, se creó una escuela nocturna de adultos denominada “Regeneración” que iniciaría su primer curso escolar en el mes de octubre de 1889 con 45 alumnos. Esta inciativa tuvo una buena acogida entre una parte de la población porque sólo dos años después se había conseguido doblar el número de alumnos matriculados. Así, el curso de 1891 pudo comenzar con 95. Al mismo tiempo la logia ubriqueña crearía un Ateneo que impartía disciplinas más especializadas para alumnos de un nivel superior y una biblioteca.
PLANCHA DE LA LOGIA AMÉRICA DE UBRIQUE (Centro Documental de la Memoria Histórica) 2
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Durante los primeros años el éxito de esta escuela sería tal que los masones locales podían presumir de haber provocado el declive de otra escuela similar dependiente de la Iglesia y de un círculo obrero católico que se había creado en la localidad.
LOGIA AMÉRICA DE UBRIQUE. Pero los problemas de financiación iban a marcar la existencia de esta escuela. Las clases se impartían de modo gratuito, por lo que, en tanto se encontrara algún tipo de financiación externa, tenían que ser sostenidas por los propios miembros de la logia. Se obtuvo una subvención del Ayuntamiento que sólo alcanzaba a costear una pequeña parte del presupuesto. Para solucionar estos problemas financieros los hermanos de “América” proyectaron la creación de una sociedad cooperativa y de ahorros. Los propios fondos de la logia, capitalizados en acciones, debían constituir la base de la sociedad. A partir de ahí , los socios -miembros o no de la logia-, debían suscribir unas acciones que quedarían fijadas en 25 pesetas , pudiéndose adquirir medias o cuartos de acciones. Sin embargo, este proyecto no tendría viabilidad al no contar con los accionistas necesarios, por lo que el Círculo tuvo que hacer frente a los gastos de la escuela mediante la organización de rifas y las aportaciones personales de algunos socios. La situación se agravó cuando en 1892 el Ayuntamiento dejó de ingresar la subvención. Y el quinto año escolar de esta escuela pudo comenzar gracias a una nueva suscripción que encabezaron los propios miembros de la logia..Con ello los masones ubriqueños nuevamente se hacían cargo de la totalidad de los gastos. Este esfuerzo económico les llevó a protagonizar algunos enfrentamientos con su Federación masónica al no poder satisfacer puntualmente las cuotas que se
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le reclamaban. Finalmente, la crisis general de la masonería española , que afectó a la logia ubriqueña hacia 1895,
supuso el fin de esta experiencia con la clausura definitiva de las
instituciones creadas por los masones locales en el mundo profano. Una segunda iniciativa estuvo vinculada a las sociedades obreras que se constituyeron en Ubrique durante la coyuntura finisecular. Estas organizaciones responden a un momento de expansión entre las masas obreras de la Baja Andalucía de las ideas que preconizaba el republicanismo político dentro de una línea reformista. Se debió al impulso del periodista y político jerezano Manuel Moreno Mendoza, muy vinculada a Ubrique ya que militó en la logia ubriqueña durante muchos años. En esta localidad fomentó la creación de la Sociedad de Obreros Agricultores, en 1899, y la Sociedad de Obreros Artesanos, en 1900. M. MORENO MENDOZA
Para este político jerezano, que fue diputado a Cortes y alcalde de Jerez durante la Segunda República, los males de la clase trabajadora tenían su origen en su falta de ilustración.. La regeneración de la sociedad española tenía que comenzar por redimir al proletariado de su ignorancia. Por ello los centros obreros tenían que convertirse en lugares donde los trabajadores recibieran instrucción mediante el ensayo de sistemas que permitieran poner en práctica “la enseñanza del obrero por el obrero mismo”. Asimismo, Moreno Mendoza sostenía que una propaganda política constante podría llevar al proletariado a tomar conciencia de sus derechos y a un estado de relativa ilustración, por lo que en los locales de estas sociedades se organizaban conferencias y se fomentaba la lectura de periódicos y folletos. Además, estas mismas sociedades obreras impulsaron la creación de escuelas para los hijos de los trabajadores con un modelo pedagógico basado en una enseñanza laica, racional y práctica. Así, sabemos que el Centro de Obreros Agricultores de Ubrique organizó una escuela elemental de niños que estaba dirigida por el maestro Manuel Reguera Villalobos y que atendía a unos 60 alumnos. Esta escuela recibió el respaldo del Inspector Provincial de Educación durante una sesión de la Junta Local de Enseñanza Primaria celebrada el 13 de julio de 1902. El Inspector señalaba que esta escuela al contrario de otras “de esta misma índole establecidas en distintos pueblos de la provincia, honra al maestro que la dirige y a los obreros que la subvencionan”.
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El fin de esta iniciativa estuvo ligada al declive de estas sociedades obreras que culminó entre los años 1907 y 1908 con su disolución. Pero el contexto regeneracionista de principios de siglo y el examen generalizado de conciencia que supuso el desastre colonial de 1898 propiciaron un profundo debate nacional sobre las reformas educativas y que se airearan las fatídicas estadísticas sobre analfabetismo y la falta de escolarización de una parte significativa de la población. Ello permitió que se demandara una iniciativa decidida de los poderes públicos en materia de educación de adultos. Finalmente, un Real Decreto de 4 de octubre de 1906 creaba la enseñanza para adultos y obligaba al Estado a sostenerla desde el 1 de enero de 1907. Pero en Ubrique no se iba a esperar a dicha fecha. La Junta Local de Primera Enseñanza había mostrado anteriormente su interés por atender a este amplio sector de la población, pero la carencia de los medios necesarios para ello lo habían impedido. Pero una vez promulgado el decreto, la Junta Local impulsó la creación de estas escuelas en menos de un mes. Y el curso escolar pudo comenzar el 1 de noviembre de 1906 con dos aulas que acogieron a un total de 80 alumnos, el máximo permitido por la ley. De estas clases se hicieron cargo los dos maestros nacionales con destino en la localidad. La Junta Local de Primera Enseñanza estaba formada por el presidente, y alcalde de Ubrique, Miguel Bohórquez Oliva, y por los vocales José Reguera Bohórquez, José Cabello Medina, Rafael Vegazo Torres, Francisco Reguera Romero, Rafael Sánchez Medina , Manuel Romero Gil , Isabel Bohórquez Carrasco y Juan Rodríguez Soto , actuando como secretario Miguel Reguera Bohórquez. Estos miembros de la Junta Local durante el primer curso tuvieron que preocuparse por la realización de numerosas gestiones ante las autoridades competentes para asegurarse la llegada de los fondos necesarios para la consolidación de las dos escuelas, así como de ofrecer apoyo a los docentes que estaban a cargo de ellas. Además, algunos de ellos se presentarían en las clases, junto a otras personas, también, ajenas a la enseñanza,
para “llevar a las aulas sus luces y
conocimientos”. Así, por ejemplo, pronunciaron conferencias sobre asuntos de su competencia el cura párroco, el Secretario del Juzgado Municipal o uno de los médicos titulares de la localidad. Este primer curso finalizó, como era preceptivo, el 31 de marzo de 1907. Y una vez clausurado, los maestros Francisco Fatou Lucas y Cándido Lara Gaona -éste último se había incorporado a la plaza de Ubrique ya comenzado el curso- en la memoria que debían remitir a la Junta Provincial destacaban la asistencia a clase de los alumnos , que había sido constante a lo largo de todo el curso, el comportamiento y el notorio adelanto que se había observado.
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Por su parte , los componentes de la Junta Local de Primera Enseñanza se congratulaban de los resultados obtenidos con la labor desarrollada y de haber contribuido a “ensanchar el horizonte de las ideas”, así como de fomentar “el entusiasmo y la afición por las letras en jóvenes que abandonaron la baraja por el libro y el caldeado ambiente de la taberna por la atmósfera pura de la Escuela”. Las dos escuelas nocturnas, que dependían de una asignación anual que debía satisfacer el Estado, se consolidaron en Ubrique durante los años siguientes. En 1911 el Gobierno reorganizaba de nuevo la enseñanza de adultos. Ese mismo año esta enseñanza en Ubrique, según los presupuestos presentados por los maestros, generaban unos gastos que ascendían a 93,75 pesetas para la escuela que dirigía Fatou Lucas y 68,75 pesetas para la que dependía de Lara Gaona. Este dinero en su mayor parte era destinado a pagar el alumbrado necesario para el desarrollo de las clases nocturnas. Pero en ese horario los docentes de la localidad podían atender también a otros alumnos que querían continuar sus estudios con la preparación de los exámenes para acceder a la enseñanza secundaria. FRANCISCO FATOU LUCAS
Tras este esfuerzo realizado durante los primeros años del siglo XIX, y aunque las estadísticas todavía seguían siendo preocupantes ya que sus resultados no iban a reflejarse de una manera clara hasta las décadas posteriores , al menos se había conseguido reducir en algo las tasas de analfabetismo. Sin duda , se habían empezado a dar lentos pero significativos pasos.
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