Nos salimos sin pedir permiso y ahora estamos de nuevo con ustedes, hermanas y hermanos y hermanoas, compañeros, compañeras y compañeroas. El cerco gubernamental quedó atrás, no sirvió y nunca servirá. Seguimos caminos y rutas que no existen en los mapas ni en los satélites, y que sólo se encuentran en el pensamiento de nuestros más antiguos.