Evidencias de la Biblia, Un libro inspirado por Dios “Este sagrado volumen contiene el misterio de los misterios. Felices sean los de la raza humana a los que el Señor ha concedido su gracia para leer, temer y orar, para levantar la mirada y alzar el vuelo. Y mejor es que no hayan nacido aquellos que lo leen con desdén o a la ligera” —Sir Walter Scott. Las palabras de Sir Walter Scott hacen referencia al “sagrado volumen”, el cual es la Biblia, un libro único y singular”. Aunque es presentado en un solo volumen, la Biblia en realidad está compuesta de 66 escritos separados, generalmente llamados “libros”; aunque algunos de éstos no tienen más que una página. La composición de los escritos de la Biblia llevó mucho tiempo. Entre el primer libro y el último hay un intervalo de mil trescientos a mil cuatrocientos años. A pesar de este lapso tan grande, y otros factores que causarían disparidad, la Biblia manifiesta una admirable unidad de todas sus partes. La
Obra
Maestra
del
Mundo
Los escritos que componen las “Sagradas Escrituras”, la colección religiosa más grande del mundo, son únicos en otros aspectos, además de su unidad. La Biblia goza de la distinción de haber dado a la humanidad los más altos conceptos que existen de Dios y del hombre. Su contenido, como un todo, constituye la más alta formulación ética jamás compuesta. Estas inigualables declaraciones morales y espirituales han hecho más para inspirar actos de amor, sacrificio, abnegación y devoción a la verdad, que todas las demás. En un sentido poderoso y manifiesto, todas las enseñanzas de la Biblia son monoteístas. Con una consistencia única, reconoce y exalta a un Dios, y uno sólo. Este es un hecho significante. Por causa de esta y otras características, los documentos de la Biblia sobrepasan a todos los demás escritos, ya sea del mundo antiguo o del moderno, en la calidad de sus enseñanzas, su forma de adoración, la pureza de sus ideales y la gloria de sus promesas. El gran “libro” está disponible para el mundo en más de mil lenguas. Esto de hecho indica un interés continuo en su mensaje. Detrás de las varias versiones de la Biblia se proyecta una inmensa labor consagrada de lingüistas, copistas, traductores, arqueólogos, críticos, comentaristas y otros. Para aquellos que quieran comprender el significado y el valor de la Biblia, es importante tener algún conocimiento de esta labor. Afortunadamente existen varios libros útiles acerca de la Biblia que están disponibles en el mundo occidental. Esto incluye comentarios, concordancias, léxicos, estudios arqueológicos, textos históricos y otros. Hay que recordar, pues, que la Biblia es el libro número uno que está disponible en el mundo. Más son los ejemplares de ésta que se han impreso y distribuido que cualquier otro libro en existencia. Ha sido considerado “la obra maestra del mundo”. Este fue el único libro citado por Cristo. El dijo: “Escrudiñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí”. La Biblia comprende un conjunto de libros que explican la vida y la misión de Cristo. Para entender a Jesús, uno tiene que acudir a la Biblia. Escritos
con
una
Historia
Extraña
Los escritos bíblicos tienen tras sí una historia extraña. Como se indicó al principio, los escritos fueron producidos lenta y aparentemente sin ningún plan. No todos fueron escritos en el mismo país, ni en el mismo siglo, ni en la misma lengua. Las
escrituras hebreas más antiguas aparecieron en tiempos de Moisés; el último libro parece proceder de la pluma del apóstol Juan, cerca del fin del primer siglo. En su forma original, los sesenta y seis “libros” de la Biblia representaban tres idiomas -hebreo, griego y arameo. Por lo menos treinta y cinco a cuarenta autores participaron en su producción. Estos escritores procedían de casi todas las esferas sociales y económicas. Algunos eran pastores, otros pescadores, algunos siervos o exilados. Otros eran líderes, eruditos y reyes. Ahora bien, en un libro compuesto tan maravillosamente, “hecho de partes tan divergentes, compuesto en tan remotos períodos de tiempo y bajo circunstancias tan diversas”, por tantas personas, ¿qué es lo que uno esperaría? Variantes y discrepancias; contradicciones; posiblemente una completa falta de unidad. Sin embargo, como hecho, encontramos que cada parte de la Biblia, considerada correctamente, se ajusta a todas sus demás partes. Hay un pensamiento cada vez más creciente y más profundo que prevalece en toda la Biblia. ¿Qué podríamos hacer con esta inesperada unidad de la Biblia? No parece ser que haya una explicación satisfactoria, considerando las circunstancias, para esa maravillosa unidad revelada en la Biblia, excepto la que fue dada por el apóstol Pedro: “Porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo ” (2 Pedro 1.21). La mayoría de la gente, debido a los hechos innegables, cree que la Biblia es una revelación especial de Dios al hombre. Esta conclusión, que es ultra simple en cuanto a su declaración, pero sublime en cuanto a su significado, explica las excelencias únicas, su extraña unidad y el mérito innegable que le atribuye Sir Walter Scott al “sagrado volumen”. En Ezequiel 18.4 encontramos estas palabras: “el alma que pecare, esa morirá”. En Romanos 3.10 se declara: “No hay justo, ni aun uno”. En Romanos 6.23 se dice que “la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro”. En Isaías 55.7 el mensaje es: “Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar”. Aun de las profundidades de la culpa, puede el hombre clamar a Dios -y ser escuchado. El hombre, de acuerdo a la Biblia, además de lo físico y mental, es también un ser espiritual. Como un ser personal, que vive en un mundo físico, el hombre es una combinación de lo físico, lo mental, y lo espiritual. En estos campos, el hombre está sujeto a las leyes físicas del universo. Sin embargo no es un autómata. Como la Biblia lo revela, el hombre, bajo Dios, es capaz de una grandeza inmensurable y eterna. Al escoger, bajo la influencia del mal, apartarse de Dios y extraviarse, el hombre se sujeta a una ruina inmensurable. No hay quien revele los contrastes de potencialidades que hay en el hombre tan claramente como lo hace la Biblia. No hay quien lo interprete tan perfectamente como lo hace la Biblia. Por ejemplo la antropología, a pesar de sus investigaciones, no ha añadido nada nuevo a lo que la Biblia revela del hombre. La
Ética
de
la
Biblia
Como un libro de ética, la Biblia no tiene igual. El pecado, la maldad y la injusticia son condenados en la Biblia. La rectitud es algo que la Biblia tiene en gran estima. En todas las partes de la Biblia se demanda que exista una auténtica rectitud, una justicia de corazón y no sólo una pretensión. Dios no acepta la hipocresía. Aunque Dios es amor en su naturaleza moral, él es estricto con el pecador impenitente. La Biblia declara que Jehová “no tendrá por inocente al culpable” (Nahum 1.3). Ha habido naciones, desde el principio, que han sido castigadas por Dios, pero siempre ha sido por causa de la obstinada y continua práctica del pecado. Dios ha declarado que él castigará al mundo “por su maldad, y a los impíos por su iniquidad ” (Isaías 13.11). En todo sentido, la ética de la Biblia es muy elevada. Este hecho se demuestra con los diez mandamientos, en el sermón del monte, el capítulo doce de Romanos y muchas otras selecciones.
La
Sobriedad
de
las
Enseñanzas
de
la
Biblia
La Biblia exhibe un marcado contraste en relación a otros escritos en lo que respecta a la sobriedad de sus enseñanzas. Como ya se ha declarado anteriormente, las circunstancias bajo las cuales la Biblia fue escrita fueron caracterizadas por la disparidad y puntos de vista diferentes. Sin embargo, es admirable ver que, a pesar de las diferencias, la Biblia manifiesta una sobria unidad que no puede ser el resultado de las circunstancias. Desde el principio hasta el fin, ésta enseña las mismas grandes doctrinas que tienen que ver con el hombre, la moral, la salvación y la inmortalidad. No hay contradicción en la doctrina básica que se revela desde el Génesis al Apocalipsis. Es verdad que ciertas doctrinas fueron reveladas progresivamente, pero nada de lo que se enseñó al principio fue contradicho más tarde. Solamente aquellos, cuyo interés es buscar fallas y faltas, tropiezan sobre ciertas discrepancias aparentes que no afectan fundamentalmente a las enseñanzas básicas de la Biblia. Los escritos de la Biblia no exhiben las características del propagandista o el entusiasta. Todos los eventos de la Biblia -aun los momentáneos- son descritos en una manera calmada, directa y digna. Nada de lo que está registrado en la Biblia sugiere que los escritores fueron dominados por la emotividad o que estuvieran fuera de contacto con la realidad. Algunos de los profetas fueron profundamente conmovidos, pero nunca incompetentes. El
Alcance
de
las
Enseñanzas
de
la
Biblia
La Biblia no es únicamente sobria en sus enseñanzas. Sus enseñanzas tienen también gran alcance. Incluye prácticamente todas las respuestas a las preguntas básicas. La Biblia es lo suficiente amplia. Por ejemplo, reconoce tanto la materia como el espíritu. Tanto Dios como el mundo son reales. Los escritores de la Biblia atendieron la realidad del peligro y la seguridad de Dios que acompañan a la vida del justo. Las enseñanzas de la Biblia están muy por encima del idealismo, la filosofía que niega la existencia de la materia. De igual manea muestra un contraste con el materialismo, la doctrina que enseña que la materia es todo lo que existe. Por su amplitud, la Biblia manifiesta tal integridad que trasciende a toda doctrina inadecuada, unilateral, errónea respecto a Dios, el hombre
y
el
mundo.
Sólo
este
hecho
demuestra
su
origen
divino.
En adición a todo esto, las enseñanzas de la Biblia muestran una continua relevancia en cuanto a las necesidades humanas. Esta relevancia no tiene que ver con el contacto con eventos cambiantes o superfluos. Más bien es un contacto más profundo con la verdadera naturaleza del hombre y sus necesidades. El contacto real no debe ser sólo en cuanto a las necesidades temporales sino también en cuanto al bien último del hombre. La Biblia pasa bien esta prueba. Conduce al hombre hacia la fuente de la fortaleza y la perseverancia – Dios mismo. La Biblia declara ser una inspiración divina. Desde el comienzo hasta el fin, los libros de la Biblia se han caracterizado por ser revelaciones y comunicaciones de Dios al hombre. De acuerdo a la Biblia, Dios hizo importantes revelaciones de sí mismo y de su voluntad en diversos tiempos y en diferentes maneras (Hebreos 1.1-2). Estas comunicaciones no llegaron a la humanidad como un todo, sino a ciertos mensajeros escogidos. Esto es afirmado definitivamente en 2 Pedro 1.21; 2 Timoteo 3.16 y Hebreos 1.1-2. “Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo ” (Hebreos 1.1,2). “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia ” (2 Timoteo 3.16). Si estas declaraciones son correctas, entonces tenemos que esperar que los escritos de la Biblia sean superiores a cualquier pensamiento o expresión puramente humana. Además también podemos esperar encontrar varias evidencias de esta superioridad expresada en hechos que la gente pueda aceptar por fe en una base razonable (Hebreos 11.1). Evidencias
de
la
Autencidad
de
la
Biblia
Varias líneas de evidencia sostienen el concepto que la Biblia es inspirada o sea del aliento de Dios (2 Timoteo 3.16), en contraste con las producciones puramente humanas. De todas tomaremos en consideración dos. La primera puede ser formulada así: La Biblia muestra tener un origen sobrehumano por la excelencia de su contenido y la superioridad de su doctrina.
La
Doctrina
de
Dios
Considérese primero la enseñanza acerca de Dios. En toda la historia del pensamiento humano, nada de lo escrito se iguala a las declaraciones exaltadas y profundas de la Biblia. A medida que la Biblia lo revela, Dios es, en su sentido más elevado, un ser personal. Dios sabe, siente, y actúa. Dios puede revelarse a otros seres personales, tal como el hombre. El Dios de la Biblia es también un Espíritu. Jesucristo declaró esta verdad en sólo tres palabras: “Dios es Espíritu ” (Juan 4.24). Como Espíritu, Dios es superior y diferente a cualquier cosa animada o inanimada. El Dios presentado en la Biblia es también uno, aunque manifestado en tres aspectos personales como el Padre, Cristo como el Hijo y el Espíritu Santo (Deuteronomio 6.4-6; Mateo 28.19). Dios es también santo, libre de todo mal e impureza. En este sentido de absoluta santidad, el Dios de la Biblia es inmensamente diferente de todos los dioses paganos. Los dioses de ellos no eran considerados “santos”, y no demandaban características morales de sus adoradores. El Dios del cual Moisés y los hombres inspirados escribieron es omnipotente, omnisciente y omnipresente -grande en su presencia. Y aunque es tan grande y poderoso en su universo, Dios se preocupa de todas sus criaturas. A pesar de sus pecados, él trata con los seres humanos, no sólo por medio de su justicia, sino también con amor, ternura y misericordia. Pero los atributos de gracia de Dios no terminan sólo en misericordia. La Biblia revela que el Dios del universo es un Dios de amor, el cual es la esencia de su ser. Esta verdad es revelada por el apóstol Juan: “Dios es amor” (1 Juan 4.8,16). El amor de Dios es perfecto, no pasional o egoísta. Odia el pecador y castiga a los pecadores que no se arrepienten. Uno de los aspectos del amor de Dios es su inmutabilidad. El es el mismo, ayer, hoy y por los siglos. La preeminencia de la Biblia en sus enseñanzas monoteístas se indica por el hecho que hay tres religiones monoteístas en el mundo actual. De esta el judaísmo y el cristianismo son basadas directamente en la Biblia. La otra, el mahometismo, la más reciente en existencia, tomó el monoteísmo de la Biblia. En cuanto al énfasis en el monoteísmo, la Biblia es única. No existe ninguna otra obra escrita que presente el concepto de la deidad con tanta sublimidad como lo revela la Biblia, en cuanto a ese Dios, en el cual “vivimos, y nos movemos y somos”. La
Doctrina
Acerca
del
Hombre
La Biblia también presenta una enseñanza clara respecto al hombre. De acuerdo a la Biblia, el hombre es único; y un ser personal. Mental, moral y espiritualmente, es inmensurablemente superior a todas las demás criaturas que habitan la tierra. El hombre fue hecho conforme “a la imagen” de Dios. Es capaz de establecer una relación íntima con su Creador; y es capaz de distinguir entre el bien y el mal. Aunque es capaz de pecar, no puede ser forzado a pecar; y aun cuando puede caer en pecado, puede también ser capaz de arrepentirse. A los ojos de Dios, el hombre es digno de redención a cualquier costo. El salmo ocho hace y contesta una pregunta acerca del hombre: “Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste, digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites? ” Luego el salmista da la respuesta: “Le has hecho poco menor que los ángeles, y lo coronaste de gloria y de honra. Todo lo pusiste debajo de sus pies ” (Salmos 8.3-6). La Biblia habla con santa autoridad en todas sus revelaciones, mandamientos y promesas. Contrario a los juicios inciertos y las teorías de los hombres, la Biblia habla de un conocimiento lo suficiente amplio acerca de Dios. De manera que sus mandamientos y sus promesas son suficientes para proporcionar fuerzas y gozo, aun en medio de las tribulaciones y las pruebas. El contenido de la Biblia también ofrece una guía hacia la vida eterna. No solamente trata de los intereses temporales; también trata de las cosas que son universales y eternas. Muchas
Cosas
Externas
Confirman
las
Demandas
de
la
Biblia
Como número uno en la lista de confirmaciones bíblicas, está la historia antigua del cristianismo, una nueva religión que se inició
entre los judíos cerca del año 30 de nuestra era, y luego se expandió por todo el imperio romano. Tuvo una aceptación excepcional entre los gentiles, aun con fuertes persecuciones y martirios. El surgimiento y el desarrollo del cristianismo es uno de los grandes hechos de la historia. Y como tal, ha sido investigado, y todos los esfuerzos de los historiadores por explicar sus orígenes y sus doctrinas características conduce directamente a la Biblia, a los eventos narrados en el Antiguo y el Nuevo Testamento. Solamente en la Biblia se encuentra la historia de Jesús, llamado el “Cristo”, del cual tomó su nombre la nueva religión. Sin el auxilio de los escritos de la Biblia, no hay suficiente evidencia para demostrar cómo surgió esta religión tan especial en el primer siglo. Por lo tanto, el surgimiento de la religión cristiana tiende a confirmar lo que la Biblia misma sostiene. Y una Biblia “confirmada” es una fuerte evidencia de la existencia de Dios. La arqueología también tiende a confirmar la autenticidad de la Biblia. Los restos de las ciudades y civilizaciones antiguas son increíblemente abundantes. No hay parte del mundo que haya sido tan explorada arqueológicamente durante los últimos ciento cincuenta años como las “tierras bíblicas”. Casi sin excepción, los descubrimientos han tendido a confirmar la historia bíblica. La crítica bíblica también tiende a establecer la autenticidad y la credibilidad de la Biblia, aunque muchos críticos han sido hostiles en cuanto al judaísmo y el cristianismo. A la larga, casi todos los esfuerzos que se han hecho para destruir la autenticidad de la Biblia han servido para confirmarla aun más. Finalmente, es también notable observar el hecho que no existe conflicto entre la Biblia y los descubrimientos de la ciencia. Es natural que existan varios grados de conflicto entre las interpretaciones erróneas de la Biblia y las teorías especulativas de los científicos. Esto no es del todo malo. Una Biblia que estuviera de acuerdo con cualquier corriente de pensamiento sería objeto de sospecha. El interés principal de la Biblia es religioso. Pero la Biblia trata tantos aspectos de la realidad, que a través de los siglos, éstos se han convertido en ciencias. “Los cielos y la tierra” son mencionados al principio, en la primera línea escrita de la Biblia. “En el principio creó Dios los cielos y la tierra”. Por lo menos dos ciencias se han desarrollado a partir de los conceptos dados en ese primer versículo. Y antes que el primer capítulo se termine, la narración de la creación cubre los campos de al menos diez ciencias importantes. La Biblia trata de religión. Pero su religión ha sido y es para gente que vive en un medio ambiente terrestre, sujeta a todas las condiciones físicas, acerca de las cuales la ciencia, después de un tiempo tan largo, ha descubierto mucho, pero no todo. Se ha dicho, en vista de estos hechos, que Dios se ha revelado en dos “libros” -el “libro” del mundo, natural de la materia y la vida, y la Biblia. En lo natural -según los distintos campos de la ciencia, se revela la presencia y el poder de Dios, no sus leyes de adoración e inmortalidad. Es en la Biblia donde la voluntad y el propósito de Dios para el hombre son revelados. Entonces, naturalmente, no hay conflictos entre los hechos de la ciencia y las verdades de la Biblia. Como un todo, la Biblia proporciona tres cosas inmensamente importantes para el bien de la humanidad: 1.
Enfatiza las cosas que establecen las dignidades y las excelencias de la personalidad humana -la justicia, la decencia, la fe, la
esperanza
y
el
amor.
2.
Proporciona un punto de vista acerca de la existencia que no tiene igual por su realismo práctico y por su sustancial optimismo.
3.
Dondequiera que la Biblia es comprendida y tomada seriamente, produce beneficios individuales y colectivos, para los cuales
no existe sustituto. Así que la Biblia, en sí misma, es una razón muy importante para creer en la presencia de un Dios omnisciente, omnipotente, omnipresente, que es Dios espiritual y a la vez el Creador del universo y de todo cuanto existe. La Biblia es la única colección de escritos que hablan en forma consistente de y por un Ser glorioso que goza de los atributos infinitos de Poder, Mente y vida requeridos para crear y sustentar un universo operante e ilimitado. En todo esto podemos encontrar una razón concluyente y poderosa para establecer nuestra fe en Dios.