Los camarones vivos Era un señor muy elegante, a él le gustaba mucho usar botas. Tenía la costumbre de ordenar a las trabajadoras la comida, cuando él comía tocaba con la mano la campana. Él le ordenó a una de las cocineras la comida. Ella le servía caldo de camarones. Cuando empezó a comer vio que uno de los camarones se empezó a mover. Él ignoró el movimiento, pero después se empezaron a mover todos los camarones. Él agarró uno con su mano, lo tiró y lo pisó con su bota y de pronto se empezaron a salir los camarones del plato. Del susto él se cayó de la silla desmayado y entonces empezaron a gritar porque todos los camarones estaban en toda la casa. Diana Laura de Jesús Molina 13 años 2o. A