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Más que para freír

Las sartenes ofrecen muchas posibilidades en la cocina, más allá de las frituras

Agurtzane Núñez Yarza

Si pensamos en una sartén, en seguida nos viene a la cabeza una con un huevo frito, unas patatas o un filete. Pocos pensarán en unos macarrones, o un pisto; pero, ¿por qué no? La sartén tiene entre sus puntos fuertes el permitir cocinar más rápido que en una cazuela, y viene muy bien para preparar comidas para pocas personas, ya que permite ajustar las cantidades sin necesidad de utilizar una cazuela más grande o encender el horno.

Preparar carne o pescado en la sartén como alternativa al horno es sólo el primer paso para sacarle todas las posibilidades. Eso sí, es básico hacerse primero con unas sartenes de calidad y antiadherentes, para no tener problemas a la hora de cocinar cualquier ingrediente y evitar que se pegue.

Hay numerosas recetas que se pueden adaptar a la sartén, sin necesidad de manchar otros utensilios de cocina. Por ejemplo, la pasta se puede cocinar perfectamente en una sartén: colocaremos en la base los espaguetis o macarrones, y encima añadiremos el tomate y las verduras que queramos, añadiendo agua para que se cueza bien. Al cocerse el agua se evaporará y tanto la pasta como la salsa quedarán en su punto.

La paella es otra de las recetas que se pueden hacer en una sartén. La paellera es muy parecida, por lo que, si no tenemos ninguna a mano, o se nos queda muy grande, cocinar la paella en la sartén es una buena alternativa. Cocinar verduras también es posible. Uno de los usos tradicionales de las sartenes son hacer salteados, tanto de carne como verduras, de modo que podremos preparar ricas recetas con poco aceite. Para poder hacer un salteado en su punto, la sartén tendrá que tener los bordes redondeados, para poder mover los ingredientes y hacerlos ‘saltar’. El truco está en utilizar poco aceite y que la sartén esté muy caliente, para que los alimentos se cocinen, pero sin casi tocar la sartén, tienen que estar en continuo movimiento para que no se quemen.

Además, el siguiente paso sería cocinar un pisto, una menestra, incluso un risotto o una fideuá. Tendremos que añadir la verdura que queramos cortada, y cubrirlo de agua. Para el risotto y la fideuá, añadiremos el arroz o los fideos justo al final, antes de cubrirlo con agua. Las sartenes también son un buen utensilio para cocinar salsas. Así, no hay que descartar la posibilidad de hacer pescados y car- nes con salsa, como la merluza en salsa verde.

Postres y panes

Aunque parezca difícil, existen también recetas de postres para poder hacerlos en la sartén, sin necesidad de encender el horno. Desde los plátanos flambeados a tartas de fruta o chocolate, hay casi infinidad de recetas. La masa de las tartas suele ser casi como la de un bizcocho, a veces incluso sin levadura para que no suba demasiado, y con la tapa puesta para que se cueza uniformemente.

En algunos países todavía se mantiene la costumbre de hacer el pan en casa todos los días. Y en algunos de ellos, la masa se cuece precisamente en la sartén, no en el horno. Así, existe el pan de pita, originario de los países árabes, incluso las tortitas.

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