Club Balonmano Femenino Elda Prestigio Ángel Sandoval Quesada
Imágenes y
acontecimientos más importantes de la historia de este club.
Elda 2009
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Los comienzos del club están profundamente relacionados con el deporte escolar: los colegios Virgen de la Salud, Machado, Pintor Sorolla, Castelar, Sª Familia, M. Hernández y Rico y Amat han destacado en esta modalidad deportiva En la imagen del Rico y Amat aparecen jugadoras importantes del club como Nieves, Makele, Pilar y Rumbo. También Ángel Sandoval.
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Algunas de estas chicas consiguieron ser subcampeonas de España en la categoría cadete en un equipo que compuso Federico Poveda. Posteriormente fueron entrenadas por Sandoval y formaron la columna del equipo al fundarse el Club Balonmano Femenino Elda (Temporada 87-88).
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En la temporada 88-89 el club intenta el ascenso a División de Honor en San Sebastián pero los equipos que ascendieron fueron Vifirehati y Bidebieta.
El equipo en esta temporada lo formaban: Benja, Loli, Marga, Carbonell, Manoli, Mª Luisa, Tati, Pomares, Sandoval (de pie); Antonio, Paqui, Cari, Ochoa, Rumbo y Pilar (agachados).
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En la temporada 91-92, Elda Prestigio asciende a División de Honor en el Pabellón de El Fango en el barrio de Rekalde (Bilbao). La plantilla del ascenso: Sandoval, Pilar, Chelo, Manoli, Covrig, Marisol, Benja (de pie); Loli, Eva, Encarni, Cari, Tati, Movi y Gina (agachadas).
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Ya en esta temporada comenzaba a fraguarse una gran afición, como lo acredita esta foto donde aparecen entremezclados jugadores, directivos y seguidores celebrando el ascenso a la máxima categoría con su equipo muy lejos de Elda.
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Desde su llegada a la máxima categoría las eldenses no dejaron de escalar posiciones (8º, 7º y 5º puesto en sus tres primeros años) En esta temporada 94-95 obtienen la clasificación para jugar en Europa.
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La vieja Polideportiva Municipal fue escenario de las primeras confrontaciones europeas del Elda Prestigio.
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La temporada 98-99 marcaría un hito en la historia del Elda Prestigio. En la primera vuelta de la Liga consigue vencer por 29-36 en la cancha del Osito L’ Eliana. La ventaja de siete tantos que refleja el marcador valdría su peso en oro.
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En la última jornada y, a falta de sólo seis segundos, Katia Sergeeva consigue el último tanto que daría el primer título al equipo eldense. Silvia del Olmo pide tiempo, pero ya no queda … La afición de Elda levanta los brazos y da rienda suelta a su alegría; vive el éxito de su equipo y también el suyo propio.
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El marcador registra el 20-26 definitivo y toda la afición celebra el éxito: tras 20 títulos consecutivos desde el nacimiento de la División de Honor sólo las valencianas habían conseguido ser campeonas. Elda “se atrevió” y derribó el mayor de los récords del deporte por equipos.
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La celebración fue “por todo lo alto” y bastante alto voló el entrenador eldense manteado por sus jugadoras y afición.
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En el 2002 hubo otra grata sorpresa porque el CBMF Elda conquista su primera Copa de la Reina. Fue en Telde (Gran Canaria) y allí estaban Txusma, Chelo, Machado, Bea, Dora, Vane, Sandoval, Diana, Txibi, Lidia, Mª José, Joana, Susi, Isa, Sandra y Clara.
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Pese a llegar de madrugada, los aficionados eldenses agasajaron al equipo a la llegada al aeropuerto donde fueron a recibirlas.
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Posteriormente las jugadoras fueron recibidas en el Ayuntamiento donde compartieron con los aficionados congregados el título recién conquistado.
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Las eldenses habían encontrado el camino del éxito y al año siguiente consiguieron su segunda Liga en Iznalloz (Granada). Más de 400 aficionados eldenses viajaron hasta allí y celebraron el éxito como “una piña”.
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Tras aquel éxito fueron recibidas en el salón de plenos del Ayuntamiento por las autoridades y toda la plantilla firmó en el Libro de Oro de la Ciudad para conmemorar el éxito.
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Quizá por el cariño a su afición Elda Prestigio consigue también la liga 2003-04 esta vez en Elda. La Batucada, presente en las ocasiones importantes, ayuda a su equipo.
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Tras el título la “capi” Chelo Benavent deja el balonmano con 15 años de militancia en el equipo y muchos miles de kilómetros a cuestas.
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Mientras tanto el Pabellón Ciudad de Elda Florentino Ibáñez se convierte en anfitrión de los mejores equipos del mundo en la Champions League y otras competiciones internacionales.
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El club sigue creciendo y su imagen va cambiando. Como ejemplo el autobús totalmente personalizado con los colores y jugadoras.
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Se ponen a la venta equipaciones y artículos del equipo para una afición que cada vez está más identificada con el club.
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Una afición que se ha convertido en seña de identidad del balonmano de mujeres en Elda y en toda España y conforman, entre otras, peñas como la de “Los Callaos”.
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El año 2004-05 significó una de las temporadas más completas de las eldenses a pesar de ser subcampeonas; se impusieron en la Supercopa, la Copa ABF, la Copa de la Reina y en Champions llegaron hasta cuartos cayendo frente al campeón Slagelse.
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Tras la victoria en la final frente al Sagunto, jugadoras y presidente celebran la segunda Copa conseguida en Almería en 2005.
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Directiva, patrocinador y equipo fueron recibidos de nuevo en la Casa Consistorial donde se rindió un homenaje a las campeonas.
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En competición europea se consiguieron importantes resultados entre otros tres semifinales (dos en la EHF y una en la Recopa). Aquí celebran el pase a la última de ellas en 2006.
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La plantilla 2007-8 presentó esta atractiva imagen en el inicio de la temporada; los trajes que regaló Consellería vinieron muy bien para las celebraciones de la 4ª Liga.
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El pabellón presentó en la última jornada un magnífico aspecto y la victoria fue celebrada por todos en un año un tanto “emotivo”.
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Diana Box, capitana eldense dejaba su etapa como jugadora del equipo eldense para dedicarse a labores de preparadora
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Ángel Sandoval, tras 23 años al frente del equipo, se retiraba de la competición en esta temporada.
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Se produce el relevo de presidentes y Pepe Martínez deja paso a Francis Valero que comienza una nueva etapa en la que se busca, entre otras cosas, una mayor presencia del club en la vida de la ciudad de la que se siente parte.
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Y la potenciación de los equipos de base que puedan garantizar el relevo y la continuidad del equipo en los momentos de dificultad que vive el balonmano (salvo contadas excepciones).
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