Sermonario gratitud 2010

Estimados hermanos: Desde las oficinas de la Unión Mexicana Central, les extendemos un fraternal saludo y nuestro deseo de abundantes bendiciones en su vida diaria.

Hemos llegado a la última parte de este año 2010; y podemos decir que, sin lugar a dudas, Dios ha sido bueno con nosotros. Tal y como lo declara el salmista: “Tú coronas el año con tus bondades y tus carretas se desbordan de abundancia” (Salmo 65:11). ¡Alabado sea Dios!

Apreciamos el esfuerzo del doctor Héctor Armenta Espinoza, presidente y director de mayordomía de la Misión del Valle de México, en la elaboración de los sermones. En esta serie de temas, el doctor Armenta, destaca la actividad de Dios en la vida del creyente, y anima a la feligresía de nuestra Unión, a ser generosos en respuesta al Dios bondadoso.

En esta semana de gratitud, aprovechemos la oportunidad, para hacer un recuento de las bendiciones que hemos recibido de lo alto. Use estos días para que en lo personal, familiar y como iglesia se medite en lo maravilloso que es Dios con cada uno de sus hijos.

Que al presentar las reflexiones, surja en nosotros un espíritu de gratitud y generosidad; que sea contagioso con nuestros semejantes y honre a nuestro bondadoso Dios.

“Con el poder de su Palabra” Ptr. Jorge Alberto García P. Director de Mayordomía

Indice Carta de presentación. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2 Para una semana de gratitud exitosa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4

SERMONES Sábado 11 de diciembre de 2010 “Un Dios bondadoso, un apóstol agradecido” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8 Domingo 12 de diciembre de 2010 “Un Dios bondadoso que está con nosotros” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13 Lunes 13 de diciembre de 2010 “Un Dios bondadoso con un pueblo agradecido” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20 Martes 14 de diciembre de 2010 “Un Dios bondadoso nos provee salud” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25 Miércoles 15 de diciembre de 2010 “Un Dios bondadoso responde nuestras oraciones” . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30 Jueves 16 de diciembre de 2010 “Un Dios bondadoso, un publicano generoso” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34 Viernes 17 de diciembre de 2010 “Un Dios bondadoso, y una mujer generosa” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39 Sábado 18 de diciembre de 2010 “Un Dios bondadoso, un pueblo generoso” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 44

Producción: Autor: Corrección: Diagramación y Diseño: Impreso en México por:

Unión Mexicana Central Dr. Héctor Armenta Ptr. Jorge Alberto García Pérez L.C.V. Jorge Díaz Ortiz Impresiones Alfa y Omega J.A. Guillermo Illingworth R. Tel. (55) 5590 6702, México, D.F.

Un Dios bondadoso

Para una semana de gratitud exitosa

L

a semana de gratitud, es la oportunidad para celebrar las bendiciones experimentadas durante el año que termina. Es importante planificar cuidadosamente las actividades de esta semana, para que se convierta en una experiencia real de adoración y alabanza. Haga uso de su creatividad en la preparación de la misma. A continuación encontrará algunas indicaciones que pueden ayudarle en su planeación: 1. Elija a su mejor predicador para la presentación de los temas (de preferencia solo uno para que haya continuidad). En caso de que sean varios, cuide que sean personas que tengan la facilidad de presentar con claridad cada mensaje.

2. Entregue con suficiente anticipación los temas, así el predicador tendrá tiempo para preparar su presentación.

3. Realice la promoción de las reuniones con por lo menos un mes de anticipación, por medio del poster provisto por la Asociación/Misión.

Haga invitaciones personales por medio de una carta o una tarjetita.

Coloque el anuncio en el boletín de la iglesia y en los anuncios de los cultos regulares.

4. Planifique los detalles de cada culto: Música especial, acompañantes, testimonios de gratitud y otros elementos (piense en cómo se organiza una campaña evangelística).

5. Presente un informe de cómo se utilizó la ofrenda de gratitud recibida el año pasado, y cómo será utilizada la de este año (pregunte a su pastor).

6. Distribuya los sobres con una o dos semanas de anticipación (cerciórese que cada persona reciba uno); explique cuándo y cómo serán depositados. a. Los hermanos que han estado reuniendo su ofrenda todo el año en casitas, costales o cajas, colocarán esa ofrenda en el sobre correspondiente. b. Se animará a cada miembro de familia a que entregue su propio sobre. c. Anuncie en cada reunión que la ofrenda será entregada el sábado al final del sermón. Tenga siempre sobres disponibles. d. La ofrenda será entregada al final del sermón del segundo sábado (18 de dic.), el predicador dará la indicación.

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Semana de gratitud 2010

un pueblo generoso

i. Colocar un lugar especial para que las familias depositen su ofrenda en la plataforma –puede ser un altar, una canasta, el alfolí, etc. ii. El predicador será el primero en depositar su ofrenda junto con quienes le acompañen en la plataforma. iii. Después se invitará a cada familia, mientras entonan el canto tema, a pasar entregar su ofrenda de forma ordenada. (Tenga sobres disponibles para visitas o quienes lo hayan olvidado). iv. Una vez que todos hayan entregado su ofrenda, los encargados de la tesorería harán un conteo rápido de lo recibido (puede sumar lo anotado en los sobres sin necesidad de abrirlos). En tanto esto se realiza, haga énfasis que si alguien no pudo entregar su ofrenda, podrá hacerlo los siguientes sábados (25, 1) o en el programa de fin de año (31). v. Informe a la iglesia la cantidad recibida esa mañana y haga una oración de gratitud.

7. Planifique una comida para después del culto, en donde toda la iglesia participe, puede incluir historias de gratitud.

Planificación

Programa de cada noche

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Un Dios bondadoso

Sugerencias Programa dinámico Dé participación a toda la iglesia, niños, jóvenes y adultos. Organice un programa equilibrado. Haga posible la participación de como mínimo un 90% de la iglesia.

Testimonios de gratitud Asegúrese de incluir cada noche a alguien que dé testimonio de cómo Dios le ha bendecido/cuidado/sanado durante el año que termina.

Participaciones especiales Que cada noche haya música especial, poesías, pensamientos alusivos, etc.

Desafío de gratitud La tendencia humana es la ingratitud. Invite a cada miembro a expresar su gratitud intencionada. Es decir, el desafío consiste en ser personas agradecidas.

Ejemplo: • Llamar a los padres para manifestar gratitud.

• Al cónyuge, a los hijos.

• Expresar gratitud a los empleadores o empleados.

Pastores, maestros, amigos.

• Por supuesto, a Dios.

Receptor de gratitud Coloque una caja, una pizarra, una cartulina; en donde la hermandad pueda colocar sus motivos de gratitud (en esta ocasión dejen las peticiones para otro momento).

Tiempo de oración Nombre a una persona para que cada noche dirija un momento de oraciones de gratitud por asuntos específicos.

Ejemplo: Domingo Lunes Martes Miércoles Jueves Viernes

- Salud - Trabajo - Familia - Alimento - Perdón - Recursos

Puede dar oportunidad a que alguien cuente su testimonio de manera espontanea.

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Semana de gratitud 2010

un pueblo generoso

Fíjese un objetivo ¿Cuánto desea que se reúna como ofrenda de gratitud este año?

• Platique con su pastor para fijar un objetivo alcanzable.

• Revise cuánto ofrendaron el año pasado.

• Analice el potencial de su iglesia.

• Promueva que cada miembro dé por lo menos un peso por cada día del año, el salario de una semana, el costo equivalente de un cordero o ¿tal vez de un becerro?

• Comparta su sueño con la hermandad.

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Un Dios bondadoso

Sábado 11 de diciembre de 2010

Un Dios bondadoso, un apóstol agradecido Introducción

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o tenemos la seguridad que Saulo de Tarso y Jesús se hayan encontrado en algún momento, lo que sí sabemos es que las enseñanzas de Jesús produjeron un impacto que chocaba con su formación farisaica. ¿Qué sucedió en la vida de Pablo, como para dedicar su vida sin reservas a Dios?

El DIOS BONDADOSO elige a un hombre para que en GRATITUD, sea GENEROSO dedicando su vida para proclamar el evangelio de quien lo transformó.

Niñez de Saulo de Tarso Hijo de padres judíos. Su nombre Saulo, fue posiblemente, en honor a Saúl el primer rey de Israel. Una tradición del siglo II dice que sus padres fueron esclavos en Tarso, donde más tarde obtuvieron la libertad y les nació un hijo, Saulo (CBA 6:209).

La única referencia de su familia en Jerusalén, es el hijo de una hermana de Pablo que lo libra de morir (Hch. 22:16 RV95).

Por su discurso, sabemos que era de Tarso y que fue criado en Jerusalén, bajo la influencia de un gran educador, Gamaliel. “Yo de cierto soy judío, nacido en Tarso de Cilicia, pero criado en esta ciudad, instruido a los pies de Gamaliel, estrictamente conforme a la Ley de nuestros padres, celoso de Dios como hoy lo sois todos vosotros” (Hch. 21:39; 22:3).

Cuando presenta sus credenciales, hace alusión a su historia. Hijo de padres judíos, de la tribu de Benjamín, celosos en cuanto a los ritos hebreos, circuncidado al octavo día, hebreo de hebreos, irreprensible, fariseo, pero por amor a Cristo todo eso lo tenía como pérdida, como basura (Fil. 3:5-8).

Pareciera que superó en mucho a su maestro, ya que en Hechos 5:34, Gamaliel, doctor de la ley, con prudencia se acercó a los miembros del concilio diciendo que tuvieran cuidado, no fuera que estuvieran luchando contra Dios.

Su formación lo prepara La primera referencia a Saulo de Tarso, es en el momento del apedreamiento de Esteban (Hch. 7:58).

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Semana de gratitud 2010

un apóstol agradecido

El que hayan colocado la ropa de Esteban a sus pies, evidencia que era lo suficientemente maduro como para participar en un evento tal.

Algunos hemos pensado que tenía más o menos la misma edad de Jesús.

Su convicción lo llevaba a defender lo que él creía, aunque estuviera equivocado.

Su transformación milagrosa cambió la trayectoria de su vida. De perseguidor se convierte en perseguido hasta su muerte en Roma.

Saulo fue un celoso fariseo que estaba dispuesto a dar su vida por la causa por la que luchaba. Esto lo evidencia cuando Agabo toma su cinto y se ata él mismo y pronuncia una profecía para Pablo. Entonces Pablo dice: “Estoy presto no solo a ser atado, sino aún a morir en Jerusalén por el nombre del Señor Jesús” (Hch. 21:10-13).

La dramática conversión de Saulo Después de la muerte de Esteban se desató una gran persecución contra la iglesia que estaba en Jerusalén. Razón por la cual todos se dispersaron por toda Judea y Samaria (Hch. 8:1).

Quien estaba al frente de la persecución era nada menos que Saulo de Tarso.

“Entraba en las casas y arrastraba a hombres y mujeres, y los entregaba en la cárcel” (Hch. 8:3).

En la mente de un Fariseo, como Saulo, jamás aceptaría que Jesús, el crucificado, podría ser el Mesías. Y menos, si pensaba en lo escrito en la Torah: “Maldito todo el que es colgado en un madero” (Gá. 3:13 refiriendo Dt. 21:23).

Por lo tanto el plan de Saulo era exterminar la secta que predicaban que Jesús era el Mesías. Creía que esta era la voluntad de Dios. Se entregó a seguir lo que su conciencia le dictaba.

“Saulo, respirando aún amenazas y muerte contra los discípulos del Señor”.

Había recibido cartas de autorización para que si hallase algunos hombres o mujeres con esas creencias, los llevara presos a Jerusalén (Hch. 9:1-2). ¡Cuánto odio en contra del grupito que iniciaba la formación de la iglesia!

Leer Hechos 9:3-9.

Pero Dios tenía un plan para Saulo. Tenía un encuentro planeado con él antes de llegar a Damasco. Aquel perseguidor que respiraba muerte y amenazas, ahora sorprendido, humildemente se limita a preguntar ¿Quién eres, Señor? ¿Qué quieres que haga?

Es que un encuentro con Jesús cambia tu vida. Cambia tu rumbo. Cambia tus hábitos. Cambia tu mente. Cambia tu corazón.

Noten la respuesta de la voz. “Yo soy Jesús a quien tú persigues” (9:5). Hermanos presentes, por favor noten la respuesta a la pregunta de Saulo. ¿Era a Jesús, a quien Saulo perseguía? NO. Era a los miembros de la iglesia naciente.

Pero cualquiera que atenta contra un hijo de Dios, está atentando contra Dios Unión Mexicana Central

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Un Dios bondadoso

mismo. Jesús dijo: “Por cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis” (Mt. 25:34-40). ¡Cuánto cuidado debemos tener al tratar con nuestros semejantes! Porque lo que les hagamos a ellos, se lo estamos haciendo a Jesús mismo. ¿Cuánto tiempo pasó desde el momento cuando se encuentra con Jesús, al momento cuando está predicando en las sinagogas? No lo sabemos a ciencia cierta, lo más probable es que fueron unos poquitos días. En Hechos 9:20 lo encontramos en las sinagogas, no entregó las cartas para llevarse a los asistentes, sino que predicaba a Jesús como Hijo de Dios. ¡Qué transformación de Saulo! De perseguidor, se convirtió en perseguido de aquellos con quienes trabajaba. Pronto resolvieron matarlo (9:23), y tuvieron que bajarlo por la muralla, de noche en una canasta (9:25).

Ahora es el gran apóstol Pablo.

El DIOS BONDADOSO había cambiado la trayectoria de su vida, y ahora la dedica a su servicio. Asume una responsabilidad de predicar el evangelio, como si dependiese de él solo la terminación de anunciar que Cristo es el Mesías y que viene pronto. En GRATITUD, después de su encuentro con Jesús, veamos las 5 actitudes de Pablo hacia la predicación del evangelio, mismas que debemos imitar nosotros.

1. Soy deudor a griegos y a judíos (Ro. 1:14).

Ante la negativa de Ananías de ir en busca de Saulo, el Señor le dice: “Ve, porque este hombre es un instrumento elegido por mí, para llevar mi nombre a los gentiles, a los reyes y al pueblo de Israel” (Hch. 9:15).

El cambio que se operó en su conducta lo hizo estar en deuda con muchos otros cristianos. Dios lo había escogido para llevar el evangelio a muchos lugares, él se consideraba deudor por lo que Dios había hecho en su vida.

2. Estoy ansioso por anunciar el evangelio (Ro. 1:15).

Una de las respuestas de todo fiel hijo de Dios se ve en el deseo de que otros conozcan a “Aquel que lo ha llamado de las tinieblas a su luz admirable” (1P. 2:9).

La ansiedad de Pablo, por predicar el evangelio, se evidencia en una vida incansable de predicación. Sus tres viajes misioneros con los grandes resultados de los mismos.

3. No me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios a todo aquel que cree (Ro. 1:16).

Pablo consideraba que solo de él dependía la predicación del evangelio. Lo consideraba un gran privilegio que Dios lo había llamado para esa labor. Su declaración de satisfacción “Todo lo he llenado del evangelio de Cristo” (Ro.15:19).

El verdadero ministro de Jesucristo no se tiene en cuenta a sí mismo y

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un apóstol agradecido

a su propia conveniencia. No trata de hacer lo menos posible ni limita su servicio a la iglesia; anhela hacer más de lo que parece necesario porque ama al Señor y aprecia el valor de las almas. Se siente impulsado por un sentimiento íntimo de urgencia de buscar y salvar las almas perdidas (Jer. 20:9).

4. ¡Hay de mí si no anunciare el evangelio! (1 Cor. 9:16).

Pablo consideraba que la vida eterna dependía de anunciar el evangelio. Dijo: “me es impuesta necesidad”.

Pablo conocía el castigo del silencio. Sabía que estaba comisionado por Dios para proclamar las alegres nuevas de la liberación del pecado, y que si permanecía callado no tendría paz, ni alegría, ni completa comunión con Cristo. Permanecer callado habría significado para él negar la comisión que el Señor le había dado (Ver Hch. 22:14, 15, 21; Ro. 11:13; 15:16; Ef. 3:7-8).

5. Con atrevimiento me esforcé (Ro. 15:20).

Las evidencias del trabajo de Pablo, nos impulsan a imitar su arrojo y determinación. Dice Pablo: “Recordarán, hermanos, nuestros esfuerzos y fatigas para proclamarles el evangelio de Dios” (1Ts. 2:9).

El trabajo en el evangelismo, como lo hacía Pablo, era una tarea completa, y el tiempo y la energía que empleaba para sostenerse superaba lo que podría considerarse como normal para cualquier persona; por lo tanto, con frecuencia tuvo que haber sacrificado el tiempo que debiera haber dedicado al sueño para poder predicar (Hch. 20:31) y para su devoción personal (1Ts. 3:10).

De los 20 años del ministerio público que se conocen de Pablo, un poco más de la mitad ya había quedado atrás, y los 10 años más difíciles de sufrimientos y persecuciones aún estaban delante de él. Lo que él registra aquí es sólo una pequeña parte de lo que sufrió por causa de Cristo (CBA 6:913, 914).

Conclusión EL DIOS BONDADOSO ha transformado nuestra vida, y en AGRADECIMIENTO a Él, debemos compartir con otros el evangelio transformador. ¿Cómo manifiestas tu gratitud a Dios? El ejemplo de Pablo se constituye en un desafío para nosotros, quienes estamos viviendo en los últimos días de la historia de este mundo.

Los acontecimientos que cotidianamente vemos son una evidencia tangible que Cristo está a las puertas. Pablo pensaba que Jesús vendría en su tiempo.

“Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor” (1Ts. 4:17).

Pablo parecería expresar aquí la esperanza de que él y los conversos a quieUnión Mexicana Central

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nes escribía, estarían vivos cuando Cristo regresara, esperanza común a los cristianos de todos los siglos.

Todos necesitamos tener un encuentro con Jesús en nuestra vida. Cuando esto ocurra no seremos los mismos.

Saulo el perseguidor de la iglesia naciente, se convirtió en un celoso predicador de quien lo había transformado.

Imitemos las cualidades de Pablo.

1. Conversión genuina.

2. Entrega completa y sin reservas a Dios.

3. Fe inquebrantable a pesar de las duras pruebas.

4. Confianza invariable en Dios.

5. Constante oración Gracias al DIOS BONDADOSO que manifestó su amor para nosotros en el año que termina. Seamos GENEROSOS al dedicar tiempo, talentos y recursos en la predicación, como Pablo lo hizo.

Además, que al entregar la ofrenda de GRATITUD, manifestemos a Dios nuestro agradecimiento por su poder que nos transformó y nos hizo sus embajadores en este mundo.

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que está con nosotros

Domingo 12 de diciembre de 2010

Un Dios bondadoso que está con nosotros Introducción

U

na de las fobias de los niños es quedarse solos. Cuando usted quiere disciplinar a un pequeño, lo deja solo en su recámara, pero él buscará la forma de regresar con usted, ya que es natural en ellos buscar la compañía de papá o mamá.

Conociendo esta debilidad del hombre, el DIOS BONDADOSO ha hecho provisión para que sus hijos no estemos solos. En el Antiguo Testamento Dios declaró: “Yo, yo soy vuestro consolador. ¿Quién eres tú para que tengas temor de los mortales y de los hijos de los hombres, que son como el heno?” (Is. 51:12). Esta repetición del pronombre hace resaltar que Jehová es la fuente de la confianza de Israel. Si Dios estaba con ellos, ¿quién podría estar contra ellos? (Ro. 8:31). No hay otra fuente de ayuda.

Pensar que el DIOS BONDADOSO nos acompaña donde quiera que vayamos, da seguridad a nuestro diario caminar. Nos mantendremos fieles a Él donde estemos. Elena de White escribió: “Si abrigáramos habitualmente la idea de que Dios ve y oye todo lo que hacemos y decimos, y que conserva un fiel registro de nuestras palabras y acciones, a las que deberemos hacer frente en el día final, temeríamos pecar” (PP 217).

En esta ocasión analizaremos la historia de dos hombres que fueron los líderes principales del pueblo hebreo. Ellos experimentaron el privilegio de contar con la presencia de Dios muy cerca en sus vidas y en su liderazgo.

Preparémonos para repasar algunos episodios en la vida de Moisés y Josué.

1. Dios estuvo con Moisés Uno de los mayores privilegios de Moisés era que hablaba con Dios cara a cara. Dice el Registro sagrado: “Y hablaba Jehová a Moisés cara a cara, como habla cualquiera a su compañero” (Éx. 33:11). Dios se manifestó con Moisés en muchas ocasiones, pero solo veremos unas cuantas. a. Dios estuvo con Moisés desde su nacimiento.

Nació sentenciado a muerte (Éx. 1:16). Cuando nació lo escondieron solo por tres meses. Dios se manifestó con ellos para que lo colocaran en el río, debido a la orden de Faraón (Éx. 1:22), y fue Unión Mexicana Central

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criado hasta los 12 años con Jocabed su propia madre. Luego lo entregaron a la hija de Faraón y así se educó en las escuelas de Egipto, aproximadamente por 28 años, preparándolo para ser el sucesor de Faraón. b. Estuvo con Moisés en el desierto de Madián.

Posteriormente, Dios lo envía al desierto para que aprendiera a depender de Dios. Durante 40 años estuvo haciendo preparativos como líder de los hebreos. Fue allí donde escribió el libro de Génesis (CBA, 1:484), y el libro de Job (CBA, 2:430). Elena de White dice de la estadía de Moisés en Madián: “Allí, bajo la inspiración del Espíritu Santo, escribió el libro de Génesis” (PP 256). c. Estuvo con Moisés al sacar a Israel de Egipto.

Cuando terminaron los 40 años en el desierto, Dios le aseguró a Moisés que estaría con él al enfrentar a Faraón. “Y él respondió: Ve, porque yo estaré contigo; y esto te será por señal de que yo te he enviado: cuando hayas sacado de Egipto al pueblo, serviréis a Dios sobre este monte” (Éx. 3:12).

Moisés respondió: “¿Quién soy yo para que vaya a Faraón, y saque de Egipto a los israelitas”? Dios no refutó los argumentos de Moisés sino que le aseguró la compañía y ayuda divinas. No hay ninguna habilidad humana, ni poder humano, ni inventiva propia del hombre que puedan realizar lo que sólo es posible cooperando con Dios. No hay una promesa mayor que pueda llegar hasta un dirigente del pueblo de Dios que la que fue dada a Moisés en el tiempo cuando fue llamado. “Yo estaré contigo”, le dijo Dios a Moisés y también nos lo asegura a nosotros. d. Estuvo con Moisés en el cruce del Mar rojo.

El libro de Éxodo dice que Dios le dijo a Moisés: “Y tú alza tu vara, y extiende tu mano sobre el mar, y divídelo, y entren los hijos de Israel por en medio del mar, en seco” (Éx. 14:16). ¿Podemos imaginar el espectáculo? Esto hace la diferencia cuando Dios está con nosotros. “[…] Y era nube y tinieblas para aquéllos, y alumbraba a Israel de noche, y en toda aquella noche nunca se acercaron los unos a los otros” (Éx.14:20). Es que el sol que derrite la cera, es el mismo que endurece el barro. Depende del material que estemos hechos. Para los egipcios era tinieblas y confusión, pero para los hebreos era luz que les permitía avanzar. ¡Qué hermosa vista panorámica debió haber sido aquella, mientras el pueblo pasaba en medio de las dos columnas de agua! (Éx.

14:22). Un milagro que debió quedar en la mente de todos los niños, jóvenes y adultos. Posteriormente Josué repitió la misma hazaña al cruzar el río Jordán.

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que está con nosotros

e. Estuvo con Moisés en el Monte Sinaí.

Moisés pasó 40 días en la cumbre del monte Sinaí con Dios. Trazando planes para el pueblo, y dentro de esos planes está el que el pueblo tenga un código escrito de lo que debía cumplir, Los Diez Mandamientos (Éx. 20:3-17).

Dios le da el Decálogo en tablas de piedra, escritas por el mismo dedo de Dios (Éx. 31:18). Al terminar esta entrevista personal con Dios, Moisés baja con las tablas en mano. Pero vio el desorden que había en el campamento, y el hombre “más manso de toda la tierra” (Nm. 12:3), perdió la paciencia. “Y aconteció que cuando él llegó al campamento, y vio el becerro y las danzas, ardió la ira de Moisés, y arrojó las tablas de sus manos, y las quebró al pie del monte” (Éx.

32:19). Éxodo 32 narra la influencia de una práctica común en Egipto, adorar ídolos, que los hebreos la estaban imitando.

Cuarenta días estuvo Moisés con Dios. Cuando bajó del monte, después de haber estado en la presencia de Dios, el pueblo había construido un becerro de oro y lo estaban adorando. En buena medida, el espíritu de apostasía fue generado por la “multitud de todas clases de gente” que se había unido con los israelitas a fin de escapar a las plagas de Egipto. Estas personas fueron un constante estorbo y una trampa para Israel (Éx. 12:38; Nm. 11:4) CBA 1:677.

Moisés le hace una petición a Dios, que también debiese ser la nuestra. “Si tu presencia no ha de acompañarnos, no nos saques de aquí” (Éx. 33:15). Este es un buen deseo de Moisés, porque entendía que eso garantizaría el cumplimiento de la promesa de Dios “Mi presencia irá contigo, y te daré descanso” (Éx. 33:14). La respuesta de Dios va más allá de lo que Moisés espera.

La presencia constante de Dios con nosotros motiva al cumplimiento de la Misión, motiva nuestra fidelidad a Dios. Es por ello que Jesús declaró a sus discípulos: “He aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Mt. 28:20). Necesitamos su compañía diaria. f. Estuvo con Moisés en su muerte.

Moisés no pudo cumplir su sueño de entrar en la Canaán terrenal, pero Dios le aseguró un lugar mejor, en la patria celestial. Cuánta tranquilidad hay si estamos seguros que Dios nos acompaña todos los días de nuestra vida. Porque en la mañana de la resurrección, Cristo estará allí, para darnos la recompensa eterna. Moisés tuvo ese privilegio. Dios estuvo con él hasta su muerte. Murió en los brazos del DIOS BONDADOSO que lo acompañó durante toda su vida.

Pero aunque Satanás se oponía, Dios lo volvió a la vida (Judas 9).

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Judas ahora revela que el cadáver fue objeto de disputa entre Cristo y Satanás. Como Moisés apareció con Elías en el monte de la transfiguración, se puede deducir que el Señor triunfó en la lucha contra el diablo y resucitó a Moisés, y lo convirtió en la primera persona que fue objeto del poder resucitador de Cristo (PP 510-512).

Deuteronomio 34:1-8, narra el dramático momento cuando Dios le ordena a Moisés que suba al monte Nebo, a la cumbre del Pisga para morir “solo”, sin la compañía del pueblo por el cual, cuántas veces había intervenido. No estuvo el pueblo a su lado, pero estuvo Dios con él para resucitarlo.

La muerte no ofrece una perspectiva agradable, pero si llega cuando el espíritu de la persona está en íntima comunión con el Espíritu de Dios, no hay temor. Aunque uno deba morir en la soledad, lejos de toda ayuda y compasión humanas, si puede morir en la presencia de Dios, ese es un fin agradable, lleno de esperanza.

2. Dios estuvo con Josué La gran responsabilidad que cayó sobre Josué requería la continuidad de la presencia de Dios. Y cuando Dios llamó a Moisés y a Josué al Tabernáculo, Josué se informó del futuro desastroso de Israel. a. Estuvo con Josué antes de tomar el liderazgo.

En la transición de responsabilidad, de Moisés a Josué, Dios preanuncia la conducta equivocada que Israel tendría en el futuro. Él y Moisés estaban en el Tabernáculo escuchando atentamente lo que el pueblo haría después de pasar el Jordán (Dt. 31:15-30).

No puedo imaginarme lo que estaba pasando por la mente de Josué. Pero en su lugar, posiblemente yo le hubiera dicho a Moisés: ¿Por qué no pones mejor a Caleb o algún otro hombre capaz, en mi lugar? b. Estuvo con Josué animándolo a cumplir su deber.

En repetidas ocasiones la Biblia registra la promesa de Dios de estar con Josué. “Él estará contigo” (Dt. 31:8).

“Y el Señor le dio a Josué hijo de Nun esta orden: “Esfuérzate y sé valiente, porque tú conducirás a los israelitas al territorio que juré darles, y yo mismo estaré contigo” (Dt. 31:23).

Pareciera que Josué no solo necesitaba la plena certeza de la compañía de Dios, porque también se le pide que haga su parte. Las palabras del capítulo 1 de Josué, indican lo que él debía hacer, además, muestran que habría momentos difíciles.

“Prepárate” (1:2).

“Nadie te podrá hacer frente” (1:5).

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que está con nosotros

“Como estuve con Moisés estaré contigo” (1:5).

“No te dejaré, ni te desampararé” (1:5).

“Esfuérzate y sé valiente” (1:6).

“Solo que te esfuerces y seas muy valiente” (1:7). “[…] te mando que te esfuerces y seas valiente” (1:9).

“No temas, ni desmayes” (1:9).

“Yo, el Señor tu Dios, estaré contigo” (1:9). c. Estuvo con Josué en el cruce del río Jordán.

El cruce del río Jordán, fue la primera manifestación del cumplimiento de la palabra de Dios. En Josué 3:7, Dios le dice, refiriéndose al cruce del Jordán: “para que entiendas que como estuve con Moisés, así estaré contigo”.

Josué tuvo descuidos en su liderazgo, como el caso de la ciudad de Hai (solo escuchó la sugerencia de los espías y no consultó a Jehová Jos. 7:2-5), o como el caso de los gabaonitas (hicieron alianza con ellos aun cuando Dios había mandado destruirlos a todos, Jos. 9:14, 15), no consultó a Dios.

Así nos sucede, hay momentos en que creemos que no necesitamos una palabra de orientación, nos creemos autosuficientes y nos traiciona el orgullo. Cuán cuidadosos debieran ser los que ocupan puestos de responsabilidad para que, confiados en su propio juicio, no acarreen dificultades sobre toda la congregación.

Al terminar este año 2010, podemos hacer un recuento de los momentos en que actuamos en forma independiente de Dios, pidamos perdón por ello, pero reclamemos su promesa de estar con nosotros todos los días de nuestra vida. d. Estuvo con Josué al repartir la tierra.

Bajo la dirección de Dios, Josué repartió la tierra y hubo paz en todo Israel. El capítulo 23 inicia diciendo: “Mucho tiempo después que el Señor dio reposo a Israel de todos sus enemigos, Josué, anciano ya, de avanzada edad, llamó a todo Israel, a sus ancianos, príncipes y oficiales […]” (23:1, 2).

Consciente que le quedaba poco tiempo, Josué quiere dar sus últimas exhortaciones al pueblo. El capítulo 24 cierra con un llamado a la fidelidad. Josué hace un recuento de lo que Dios hizo con el pueblo (24:2-13), y luego les hace el llamado a eliminar de sus vidas esos dioses que algunos secretamente adoraban (v. 14, 15), el pueblo responde en forma positiva en cuatro ocasiones (v. 16, 21, 22 y 24).

Josué sabía que aún en ese momento había quienes practicaban secretamente la idolatría, aunque exteriormente acabaran de expresar gran celo contra cualquier apariencia de la misma (Jos. 22). Muchos Unión Mexicana Central

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Un Dios bondadoso

de los que hoy hacen gran alarde de ser cristianos, al igual que los israelitas, acarician en el corazón algún ídolo secreto. A menos que se quite ese ídolo, finalmente anulará toda la vida cristiana y determinará la ruina del alma.

3. Dios está con nosotros ¡Qué privilegio, tener la compañía de Dios siempre! a. Al predicar el evangelio Para cumplir la Gran Comisión, Jesús prometió su presencia. En Mateo 28:20 Jesús se compromete a acompañarnos mientras cumplimos la Misión. Así lo prometió: “Enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo”. (NVI).

Su presencia nos da confianza, valor, seguridad y éxito en el cumplimiento de su mandato. b. Envió su Santo Espíritu para acompañarnos ¡Cuánto amor de Jesús por nosotros! No nos dejó solos. Envió su Santo Espíritu para que nos acompañara en todo momento. “Les conviene que yo me vaya, dijo él, porque si no me fuere, el Consolador no vendría a vosotros” (Jn.16:7).

Muchas veces no percibimos la presencia de Dios. A Gedeón el ángel le dice: “Jehová está contigo, varón esforzado y valiente” (Jue. 6:12).

Había Uno que estaba al cuidado de lo que Gedeón realizaba a favor del pueblo y de su familia. Hoy debemos tener la seguridad que, como en el caso de Gedeón, hay Uno que está al pendiente de tus luchas y victorias, de tus desafíos y tus logros. c. Estemos conscientes de su presencia constante La presencia del DIOS BONDADOSO da significado a nuestra vida.

Estemos agradecidos con Dios porque esta realidad nos hace actuar diferente. Por eso Elena G. de White escribió: “Bajo el ojo escudriñador de Dios y de los santos ángeles, muchos se toman libertades de las que no se harían culpables en presencia de sus semejantes”, continúa diciendo: “la más profunda medianoche no es cortina para el culpable. Puede creer que está solo; pero para cada acto hay un testigo invisible. Los motivos mismos del corazón están abiertos a la divina inspección” (PP 217).

“Todo acto, toda palabra, todo pensamiento están tan exactamente anotados como si hubiera una sola persona en el mundo, y como si la atención del cielo estuviera concentrada sobre ella” (PP 217).

Esta noche debemos agradecer al DIOS BONDADOSO que ha estado con nosotros todo este año que casi termina. Además, debemos prepararnos como PUEBLO GENEROSO, para dar una ofrenda

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Semana de gratitud 2010

que está con nosotros

que represente lo que nuestro corazón siente en gratitud a Dios.

Nos ha librado de tantos peligros, de los cuales ni siquiera nos hemos dado cuenta. Estamos por iniciar un nuevo año que tendrá sus desafíos, y necesitaremos al igual que el anterior, su compañía y dirección, ¿cómo no estar agradecidos?

Al igual que Josué digamos esta noche: Yo y mi casa hemos servido a Jehová en el año 2010, y seguiremos fieles a Jehová durante el siguiente año 2011. ¿Cuántos quieren unirse conmigo en un acto solemne de GRATITUD Y CONSAGRACIÓN al DIOS BONDADOSO que nos ha acompañado hasta aquí?

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Un Dios bondadoso

Lunes 13 de diciembre de 2010

Un Dios bondadoso con un pueblo agradecido Introducción

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l texto clave para esta ocasión es Salmo 116:12-14. “¿Qué pagaré a Jehová por todos sus beneficios para conmigo?” Este Salmo es un cántico de acción de gracias por liberación de un peligro mortal (v. 3, 8, 15) en el cual falló la ayuda humana (v. 11; Sal 18, 30, 32, 34, 102,107).

El año está terminando y nuestro Dios nos ha librado de peligros mortales en los cuales no interviene la ayuda humana. Es “por su misericordia que no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias” (Lam. 3:22). ¿Cómo podemos agradecer a Dios por lo que ha hecho por nosotros? Después de este año que casi termina, ¿cuántas razones tiene usted para agradecer a Dios?

Estamos viviendo en un tiempo cuando creemos que lo merecemos todo, o que por medio de nuestros esfuerzos y conocimientos nos hemos ganado todo. Por lo tanto, creemos que no necesitamos agradecer ni reconocer que lo que recibimos es por el amor que nos tiene el DIOS BONDADOSO. En Lucas 17:11-18 se registra la sanidad de los diez leprosos. Pero solo uno vino para agradecer a su Benefactor. En este grupo están representados los habitantes de todo el mundo. Todos hemos recibido la vida, el sustento, el plan de salvación, pero solo un grupo reducido reconocemos a Dios como Creador y Sustentador.

Los nueve judíos cumplieron con su deber con los sacerdotes, pero sólo este extranjero (v. 18) regresó y cumplió con su deber para con Dios. Es que, es más fácil cumplir con los aspectos externos del cristianismo que reconocer, con corazón sincero, el cuidado que Cristo ha tenido para con nosotros. ¿A cuál de los dos grupos perteneces?

Esta noche repasaremos 3 razones por las cuales debemos agradecer a Dios.

En su mente ¿cuál es la primera razón por la cual darle gracias a Dios? (Permitamos que algunos de los presentes expresen razones por las cuales agradecer a Dios).

1. Dar gracias a Dios por nuestros hermanos (Hch. 28:15; 1Ts. 1:2; 3:9; 2Ts. 2:13).

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Semana de gratitud 2010

con un pueblo agradecido

Una de las características del pueblo de Dios es que se aman como hermanos, cumpliendo el mandato de Jesús, registrado en Juan 13:34 y 35. Esto incluye la visitación, el motivarnos a la adoración corporativa y sobrellevar las cargas los unos de los otros (Col. 3:12-14). a. Visitarnos mutuamente.

Pablo fue trasladado a Roma y cuando llegó, algunos hermanos lo visitaron, y dio gracias a Dios cuando los vio (Hch. 28:15). ¿Nos alegramos cuando vemos a nuestros hermanos en la iglesia? b. Motivarnos para asistir a la iglesia.

La motivación a la adoración corporativa, es de vital importancia para el desarrollo de la vida cristiana. El salmista David dice: “Yo me alegré con los que me decían: A la casa de Jehová iremos” (Sal. 122:1). c. Vivir en armonía con los hermanos.

David expresa el deseo de unidad entre nosotros, al decir: “Mirad cuán bueno y cuán agradable es que los hermanos habiten juntos en armonía” (Sal. 133:1).

El Salmo 133 es un poema corto pero hermoso en el cual se ensalza la bendición de la unidad fraternal. Esa unidad caracterizaba las reuniones de los israelitas en las grandes fiestas celebradas en Jerusalén. En esas ocasiones prevalecían la armonía y el amor fraternal.

La iglesia de hoy debemos imitar ese buen espíritu de unidad. d. El amarnos los unos a los otros es un mandato de Jesús “Un mandamiento nuevo os doy, que os améis unos a otros, así como yo os he amado. En esto conocerán que sois mis discípulos, si os amáis unos a otros” (Jn. 13:34, 35).

El nuevo mandamiento ordenaba a los hombres que preservaran la misma relación mutua que Jesús había cultivado con ellos y con la humanidad en general. El mandamiento antiguo ordenaba a los hombres que amaran a su prójimo como a sí mismos, pero el nuevo los instaba a amar como Jesús había amado.

2. Dar gracias a Dios por la predicación del evangelio (Ro. 1:8).

Los avances de la predicación del evangelio, para Pablo, eran motivo de gratitud.

Hoy debe haber alegría y gratitud hacia Dios, por los nuevos miembros que se han unido a la iglesia en este año que está terminando.

(Si están presentes algunos de los nuevos miembros, que se pongan de pie, y agradezca a Dios mediante una oración a favor de ellos).

También queremos motivar a cada uno de los presentes a seguir colaborando en la predicación del evangelio. Que el nuevo año que se avecina sea de mayores logros evangelísticos.

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Un Dios bondadoso

3. Debemos agradecer por lo que Dios hizo por medio de Jesucristo en la cruz.

Cristo ha hecho todo por nosotros. Él dio su vida para que nosotros tuviéramos vida eterna. “Él, que no había pecado, fue tratado como nosotros merecemos ser tratados, a fin de que nosotros, los caídos y pecaminosos, pudiésemos ser tratados como él lo merece” (C.M. 254). a. Por medio de Cristo tenemos salvación.

El texto bíblico por excelencia que debemos considerar es Juan 3:16. Creo que podemos repetirlo todos de memoria, “Porque de tal manera amó Dios al mundo […].

Las palabras de Pablo podemos aplicarlas a nosotros. “[…] Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero” (1Ti. 1:15). b. Mediante Cristo obtuvimos la redención.

Agradezcamos al DIOS BONDADOSO, que hizo posible nuestra redención mediante Jesús.

“Y Cristo entró en ese Santuario […], con su propia sangre, y consiguió la eterna redención” (Heb.9:12).

“En él tenemos redención por su sangre, el perdón de los pecados según la riqueza de su gracia” (Efe. 1:7).

“Quien se dio a sí mismo por nosotros, para redimirnos de toda iniquidad” (Tit. 2:14). c. Cristo hizo posible nuestra adopción. […] Dios envió a su Hijo […] para redimir a los que estaban bajo la Ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos” (Gá. 4:4,5). d. Gracias a Jesús tenemos perdón de pecados.

En el mismo nombre lleva su misión a favor nuestro. Cuando se anuncia su nacimiento, dice el registro sagrado: “Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados” (Mt. 1:21).

“A éste Dios ha exaltado a su diestra por Príncipe y Salvador para dar a Israel arrepentimiento y perdón de los pecados” (Hch. 5:31). e. Cristo es el medio de reconciliación con el Padre.

El término reconciliación tiene una connotación de una enemistad que antes existía, pero que ahora ha sido eliminada. Nuestros pecados habían hecho separación con Dios, pero Cristo hizo posible nuestra unión con Dios Padre.

“Reconciliarse” es cambiar el estado de hostilidad y enemistad con Dios (vers. 10) a una relación de paz y amistad con Él (cp. Jn. 15:15). CBA, (Ro. 5:10).

“Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos

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con un pueblo agradecido

por su vida” (Ro. 5:10).

La obra de la reconciliación implica el perdón de pecados, pero está implícito el deber de constituirnos en embajadores, invitar a la gente a que se reconcilie con Dios. Dice el apóstol Pablo: “y nos encargó a nosotros la obra de la reconciliación” (2 Cor. 5:19, 20).

Podemos decir con toda confianza que la muerte de Cristo es una señal de amor de Dios, es un sacrificio vicario, es una obra sustitutoria, es triunfo y redención.

En Juan 12:32 está escrito: “Y yo si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo”.

Es nuestro deber levantar a Jesús. Esto significa que en nuestra vida debemos representar a Cristo. En esta semana de GRATITUD, tenemos la oportunidad de manifestarle gratitud por lo que ha hecho por nosotros.

Elena de White dice: “Los adventistas del séptimo día, debieran destacarse entre todos los que profesan ser cristianos, en cuanto a levantar a Cristo ante el mundo. La proclamación del mensaje del tercer ángel exige la presentación de la verdad del sábado, además de las otras verdades que están incluidas en el mensaje; pero el gran centro de atracción, Cristo Jesús, no debe ser dejado a un lado.

Es en la cruz de Cristo donde la misericordia y la verdad se encuentran y donde la justicia y la paz se besan. El pecador debe ser inducido a mirar al calvario con la sencilla fe de un niñito, debe confiar en los méritos del Salvador, aceptar su justicia, creer en su misericordia” (OE, 164).

Conclusión Esta semana de GRATITUD, celebremos la BONDAD de Dios para con nosotros, al permitirnos formar parte de una familia donde hay confraternidad.

Manifestemos gratitud por la predicación del evangelio, porque hoy nos gozamos en la salvación que hace posible mediante Jesucristo. Él libra a sus hijos de peligros que no ven.

Envía ángeles para librarlos de calamidades.

Recordemos las promesas de Dios para nosotros.

1. “Bendice, alma mía, al SEÑOR, y no olvides ninguno de sus beneficios. Él es el que perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus enfermedades; el que rescata de la fosa tu vida, el que te corona de bondad y compasión; el que colma de bienes tus años, para que tu juventud se renueve como el águila” (Sal.103:1-5).

2. “No temas, que yo estoy contigo, no desmayes que Yo Soy tu Dios que te fortalezco. Siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia” (Is. 41:10).

3. “Yo, Soy el que borro todas tus rebeliones por amor a mí mismo, y no me acordaré de tus pecados” (Is. 43:25).

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Un Dios bondadoso

Estimados presentes, este es nuestro DIOS BONDADOSO, 驴c贸mo no ser un PUEBLO GENEROSO? Dios permanezca con nosotros durante esta semana de GRATITUD, y seamos agradecidos siempre.

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Semana de gratitud 2010

nos provee de salud

Martes 14 de diciembre de 2010

Un Dios bondadoso nos provee salud Introducción

T

enemos un DIOS BONDADOSO que se interesa en nosotros, no solo nos quiere dar salud física, sino también salud espiritual. Por eso debemos ser un PUEBLO GENEROSO.

¿Quién de nosotros no se ha sentido enfermo en algún momento? Hay enfermedades que son muy serias y cuando llegan a nuestro hogar, alteran el funcionamiento de nuestra vida. Hay ocasiones que nos informamos de alguna persona que tiene una enfermedad difícil, pero no le damos la misma importancia que cuando el enfermo es nuestro amigo o cuando la enfermedad lleva el apellido nuestro.

En la Biblia encontramos ligada la salud física con la espiritual. El deseo de Dios es que “tengamos salud así como prospera nuestra alma” (3 Jn. 2).

También los griegos querían tener una mente sana en un cuerpo sano.

Los judíos creían que las enfermedades eran castigos de Dios por los pecados cometidos por el enfermo o por sus padres. Lo evidencia la pregunta que los discípulos hicieron a Jesús. “Rabí, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que naciera ciego”? (Jn. 9:2).

Santiago 5:13, presenta una alternativa para colocar a los enfermos en las manos de Dios, y el resultado de esta acción será la salud física y la espiritual.

Santiago dice: “¿Está alguno entre vosotros enfermo? Que llame a los ancianos de la iglesia y que ellos oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor; y la oración de fe restaurará al enfermo, y el Señor lo levantará, y si ha cometido pecados le serán perdonados”.

El relato que encontramos en Marcos 2:1-12, es una evidencia de lo que Dios quiere hacer con todo su pueblo: DARLE SALUD FÍSICA Y ESPIRITUAL. (Leer completo el texto de Marcos 2:1-12.)

Al leer este texto, encontramos a un hombre en una condición muy desfavorable. Basados en este relato, consideraremos 5 elementos que nos motivarán a ser GENEROSOS con nuestro DIOS BONDADOSO.

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Un Dios bondadoso

1. Condición del hombre lejos de Jesús Cuando estamos lejos de Jesús, nuestra vida es desesperada, nuestra vida no tiene sentido, perdemos el deseo de vivir.

Había perdido toda esperanza de curarse. Su enfermedad era el resultado de una vida de pecado y sus sufrimientos eran acentuados por el cargo de conciencia.

Elena G. de White afirma que “había apelado a los fariseos y doctores con la esperanza de recibir alivio de sus sufrimientos mentales y físicos.

Pero ellos lo habían declarado fríamente incurable y abandonado a la ira de Dios” DTG 232. ¡Qué situación más difícil para un hombre que creía que las autoridades que lo condenaban habían sido puestas por Dios! Para él, la declaración de ellos era el mismo rechazo de Dios, porque eran la voz de Dios. Pero aquellos que lo habían declarado “abandonado a la ira de Dios”, eran más culpables que los enfermos a quienes ellos mismos condenaban.

2. El DIOS BONDADOSO da otra oportunidad Ante esta situación se vio sumido en la desesperación. Pero el relato dice que “Jesús entró de nuevo en Capernaum, y se oyó que estaba en casa” (Mr. 2:1). Ésta es una evidencia que, con frecuencia, Jesús venía a esta casa (posiblemente la casa de Pedro). Oyó de las maravillas que Jesús estaba haciendo en diferentes lugares. Elena G. de White dice que le contaron que otros tan pecaminosos e imposibilitados como él, habían quedado sanos; aun leprosos habían sido limpiados (DTG 232).

Y los amigos que le contaban estas cosas lo animaban para que creyera que también él podía ser curado. Pero sus esperanzas se esfumaban cuando recordaba cómo había contraído su enfermedad.

Si este paralítico hubiera tenido la seguridad del perdón de pecados y tener paz con el cielo, habría muerto feliz. El perdón era su más caro anhelo. No había mucho tiempo para dudar, su carne ya mostraba rasgos de descomposición.

El hombre que fue sanado en el templo en Jerusalén, por Pedro y Juan (Hch. 3:1-10), es otro ejemplo de una segunda oportunidad. Jesús había ido muchas veces al templo. Posiblemente lo vio más de una vez, Hechos 4:22 dice que tenía más de 40 años. Tullido de nacimiento y lo ponían a la puerta llamada la Hermosa, para que pidiera limosnas (3:2). Jesús no lo sanó, permitió que sus discípulos lo hicieran.

3. Dios necesita colaboradores En la obra de la salvación, la colaboración del hombre es necesaria.

Dios podía salvar al hombre sin la intervención humana, pero para

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nos provee de salud

beneficio del hombre mismo le pide su colaboración.

“Dios no escoge para que sean sus representantes entre los hombres, a ángeles que nunca cayeron, sino a seres humanos, a hombres de pasiones semejantes a las de aquellos a quienes tratan de salvar” (SC 11).

El paralítico rogó a sus amigos que lo llevaran en su camilla a los pies de Jesús, y con gusto ellos se dirigieron a la casa donde se encontraba Jesús.

Marcos registra que no pudieron llegar a él debido a la multitud (2:4).

Entonces en un acto de desesperación, convinieron en abrir un hoyo en el techo de la casa para descolgar al paralítico en dirección donde Jesús estaba predicando.

El sermón de Jesús queda interrumpido, quizá cayeron algunas basuras sobre los discípulos o sobre los oyentes que estaban cerca de Jesús, ya que las casas con techo de terrado, era costumbre colocar madera, luego ponían ramas donde se detuviera el lodo batido.

Podemos imaginarnos a los cuatro amigos del paralítico asomándose por la abertura hacia abajo, Jesús mirándolos a ellos hacia arriba, mientras el paralítico está postrado a los pies de Jesús, esperando que Jesús haga algo.

Me imagino a estos cuatro hombres pidiendo disculpas: Señor, la situación de este hombre es muy desesperada, y es que no encontramos otra manera de acercarlo a ti, por eso hemos hecho esta abertura en el techo, ¡discúlpanos! Pero, por favor, sánalo, creemos que tú puedes dar esa alegría a su familia.

4. En presencia de Jesús hay perdón y salvación Dice el relato bíblico: “Al ver Jesús la fe de ellos” (Mr. 2:5).

Tanto el paralítico como los que lo trajeron, creyeron que Jesús podía sanarlo. “dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados”. Aquí se nota la prioridad que Jesús le da a la necesidad espiritual del paralítico sobre su necesidad física.

El perdón que Jesús otorga se basa en la fe de ellos. La fe de los que lo llevaron y la fe del propio enfermo.

Leamos la declaración de E. G. de White, donde presenta que Jesús toca tu corazón donde estés, ella dice: “Mientras el paralítico estada todavía en casa, el Salvador había convencido su conciencia. Cuando se arrepintió de sus pecados, y creyó en el poder de Jesús para sanarle” (DTG 232, 233).

Las palabras de perdón que Jesús pronuncia: “Confía hijo, tus pecados te son perdonados”, cayeron como música a los oídos del paralítico.

Esto era lo que más anhelaba, permaneció en un silencio reverente, demasiado feliz como para pronunciar alguna palabra.

“Confía hijo”, qué bueno es escuchar del DIOS BONDADOSO, esUnión Mexicana Central

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tas palabras. Otras versiones lo traducen “Ten ánimo hijo” (RV-60), “Anímate hijo” (LBA), “Ánimo, hijo” (NRV-2000). Es que hay momentos que requerimos una declaración de motivación. Jesús lo sabía, por eso suple esta necesidad del paralítico.

En estos últimos días del año, ¿necesitas una palabra de aliento? En esta ocasión, Jesús también nos dice a ti y a mí, “Ten ánimo, hijo”. Tal vez este año que termina no ha sido el mejor financiera, física o espiritualmente, y en este momento se hace necesaria una palabra de Jesús. Pues aquí la tenemos: “Anímate, hijo”, en Mí está la solución a tu necesidad.

El relato bíblico continúa diciendo que había algunos escribas y fariseos, que empezaron a murmurar por lo que Jesús había dicho (Lc. 5:21-24). Posiblemente algunos de ellos habían sido los que lo habían declarado “abandonado a la ira de Dios”. Es que en la mente de ellos, la enfermedad física estaba asociada con los pecados del enfermo.

Ellos no podrían aceptar que Jesús perdonó los pecados del paralítico, con una sola declaración, a menos que quedara sano físicamente.

La pregunta de Jesús: “¿Qué es más fácil, decir: Tus pecados te son perdonados, o decir, levántate y anda?” No esperó respuesta, Él continúa diciendo: “Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados (entonces dijo al paralítico): ¡Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa!” (Lc. 5:24).

5. Respuesta del paralítico “Y al instante el paralítico se levantó en presencia de ellos. Tomó su camilla, y se fue a su casa glorificando a Dios” (Lc. 5:25).

“Glorificando a Dios”, ¡qué hermosa manera de reconocer a su Benefactor! Este hombre había llegado por obra de sus amigos, con temores, con dudas, con pocas posibilidades por su situación desesperante.

No era nadie, pues al querer entrar, no le dieron oportunidad. Pero ahora sano, y valiéndose por él mismo, le abrieron espacio para que saliera. Además, iba glorificando a Dios por lo que había hecho Jesús en él y por él.

Esta fue la misma actitud de aquél hombre que fue sanado por Pedro y Juan, relato registrado en Hechos 3:1-10. Cuando fue sanado, “entró con ellos al templo, caminando saltando y alabando a Dios. Y todo el pueblo lo vio andar y alabar a Dios” (v. 8, 9).

Conclusión Hoy al igual que antaño necesitamos salud física y espiritual. El DIOS BONDADOSO de ayer, que actuó trayendo salvación, es el mismo que tenemos hoy.

Pero lejos de Dios hay desesperación y remordimientos, sentimientos de culpa y frustración.

Al igual que al paralítico, alguien se ocupó de nosotros para traernos a la igle-

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nos provee de salud

sia. ¿Recuerdas cómo viniste a la iglesia? ¿Posiblemente tus padres o algún misionero que gastó tiempo y recursos para que hoy puedas estar sentado escuchando el mensaje de Dios?

Hay otros que están esperando que los llevemos a Jesús. Dios quiere que nos convirtamos en agentes suyos para traer a los “paralíticos” modernos que no pueden venir, por ellos mismos, a Jesús.

Y al igual que el paralítico en Capernaum o el tullido de la puerta del templo en Jerusalén, agradezcamos al DIOS BONDADOSO que nos da salud física, mental y espiritual.

Tenemos un DIOS BONDADOSO, que se ocupa, no solo de tu salud física, pero también de la espiritual. Dichosos quienes confiamos en un Dios así. ¡Cómo no estar agradecidos con Él! ¡Cómo no manifestar nuestra gratitud a Dios por lo que hace por nosotros!

Todos los miembros de nuestra familia y de la iglesia deben saber que Dios ha hecho grandes maravillas durante 2010 con nosotros y en nosotros. Por lo tanto, debemos alabar a Dios con nuestras acciones, pero también con nuestros presentes al fin de esta SEMANA DE GRATITUD. Este próximo sábado traigamos una ofrenda, mediante la cual podamos manifestar a Dios nuestra gratitud por ser Él un DIOS BONDADOSO CON NOSOTROS.

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Un Dios bondadoso

Miércoles 15 de diciembre de 2010

Un Dios bondadoso responde nuestras oraciones Introducción

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n esta ocasión consideraremos la maravillosa disposición del DIOS BONDADOSO para contestar nuestras oraciones. Él está más dispuesto a responder a nuestras peticiones, que nosotros a presentarle nuestras necesidades. Él es un DIOS BONDADOSO que manifiesta su amor supliendo nuestras necesidades.

En el Sermón del Monte, Jesús presenta los principios de su reino, Él dijo: “Porque todo aquél que pide, recibe; el que busca, halla y al que llama, se le abrirá” (Mt. 7:7, 8).

“Todo lo que los ciudadanos de su reino necesitan pueden recibirlo con tan sólo pedirlo. Comprendiendo su propia incapacidad, piden a Dios fuerza y Él los colma del poder divino necesario para vencer. Los que piden no serán chasqueados (Mt. 7:9-11).

El DIOS BONDADOSO no es mezquino con los dones del cielo. No trata con los hombres como ellos se tratan entre sí según está expresado en Mateo 7:1-6, sino que es bondadoso y misericordioso” CBA 5:346.

La promesa del DIOS BONDADOSO, al atender nuestros ruegos, es que “antes que clamen responderé yo; mientras aún hablan, yo habré oído” Is. 65:24.

El Comentario Bíblico Adventista comenta este versículo diciendo: “En su pecado y angustia, los israelitas habían clamado a Dios, pero creían que estaba muy distante y que era indiferente a sus clamores y a su gran necesidad (Is. 40:27; 49:14; 63:15; 64:12). Pero Dios les había dicho claramente que eran sus pecados los que impedían que Él escuchase sus plegarias (Is. 1:15; 59:1-3).

Ahora, con el corazón renovado por la gracia divina y orando de acuerdo con la voluntad de Dios, no habría demora para recibir respuesta. Aun antes de que sus hijos expresaran sus deseos y clamaran a Él, Dios se anticiparía a sus pedidos y les proporcionaría todo lo que pudiera contribuir a su bienestar y a su felicidad” CBA 4:372.

Debemos notar que Dios proporcionará todo lo que puede “contribuir a

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responde nuestras oraciones

nuestro bienestar y a nuestra felicidad”. Es que Dios nos da lo que necesitamos no lo que pedimos en forma egoísta.

Elena de White, por su parte, dice que no hemos orado como debiéramos.

Si Jesús que es Dios, dependía de la oración para sus actividades diarias. “¿Por qué han de ser los hijos e hijas de Dios tan remisos para orar, cuando la oración es la llave en la mano de la fe para abrir el almacén del cielo, en donde están atesorados los recursos infinitos de la Omnipotencia? Sin oración incesante y vigilancia diligente, corremos el riesgo de volvernos indiferentes y de desviarnos del sendero recto” CC pág. 94.

La oración se ha considerado como el aliento del alma. Así como no podemos vivir sin respirar, nuestra vida espiritual no podrá subsistir sin un programa de oración como el de Daniel o como el de Jesús.

A continuación consideraremos una de las oraciones más poderosas. La oración de Daniel nos sirve de modelo para cada uno de nosotros. En un momento muy crítico, cuando el profeta tenía muchas dudas en cuanto a la dirección de Dios para el futuro. Sentía que Dios no estaba cumpliendo su palabra.

El profeta Daniel, había leído del profeta Jeremías (25:11,12) que los años de cautiverio serían 70. Pero Daniel sentía que Dios estaba tardando mucho. Y particularmente después de la visión de Daniel 8:14-26, donde se le indica que el santuario sería purificado, pero que esa purificación sería dentro de muchos días. Daniel no podía conciliar que Dios permitiera que su santuario estuviera en ruinas tanto tiempo.

Así nos sucede a nosotros, cuando tenemos ciertos conflictos, y le estamos pidiendo a Dios que nos responda, y que nos muestre el camino, en esos momentos de desesperación, pareciera que Dios no nos oye.

Aunque Daniel estaba ocupado con los negocios del nuevo rey, no descuidó el hábito de comunicarse con Dios, y de estar a la expectativa con respecto a la profecía de Jeremías 25:11,12.

De esta oración, registrada en Daniel 9:1-23, veremos 5 elementos importantes que nos ayudarán en nuestra comunicación diaria con Dios. a. Ora en momentos difíciles, (8:27).

Fácil es orar cuando todo sale mal, pero orar cuando todo va bien, conlleva disciplina. El corito dice: “Fácil es cantar cuando reina la paz, pero en el dolor es mejor cantar”.

No era común, en ese tiempo, que el primer ministro de una nación conquistada lo dejaran con vida. Pero lo más sorprendente es que, no solo lo dejaron vivir sino que, le dieron un puesto de elevada responsabilidad en el gabinete del reino conquistador. Aunque tenía una posición de liderazgo, no descuidó la oración. b. La oración incluye alabanzas a Dios, (9:4, 7, 9).

Nuestras oraciones, normalmente, van llenas de peticiones. A veces confundimos a Dios con Santa Claus, solo le pedimos y le pedimos.

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Un Dios bondadoso

Uno de los elemento en toda oración debe ser la alabanza. Reconocer a Dios como creador y sustentador. El ejemplo de Daniel nos impele a incluir en nuestras oraciones alabanza y reconocimiento a Dios. c. La oración contiene una confesión sincera En la oración que eleva a Dios, Daniel se presenta, él mismo, como un pecador. Se incluye en la lista de pecadores porque en una oración sincera, no hay justificativos ante Dios. Aunque había servido a Dios durante mucho tiempo y había escuchado la voz de Dios, había sido tocado por el ángel Gabriel (8:16,17), se presenta ahora delante de Dios como un pecador más. Su oración es elocuente en sencillez y de un fervor intenso. d. Contiene peticiones apremiantes (9:17-19).

El énfasis de la oración de Daniel es la liberación del pueblo de Israel de la esclavitud. Quería la restauración del templo en Jerusalén.

También, notemos la humildad del profeta en 9:18; “no derramamos nuestro ruego ante ti confiados en nuestras obras de justicia, sino en tu gran compasión”. Daniel confiaba en un Dios bondadoso, por lo tanto, debemos ser generosos para con Dios. e. Pronta respuesta de Dios a su oración, (9:20-23).

Vean por favor lo que el profeta Daniel escribió acerca de la bondad de Dios, al responder su oración. “Aún estaba yo hablando, orando, confesando mi pecado y el pecado de mi pueblo Israel, y presentando mi ruego ante el Señor mi Dios […], aún estaba hablando en oración, cuando aquel varón Gabriel, […] vino volando con presteza, […] y me dijo: Daniel, ahora he venido para darte sabiduría y entendimiento. Tan pronto como empezaste a orar, fue dada la respuesta, y yo he venido para enseñártela, porque tú eres muy amado”.

Este es el deseo de Dios para responder a nuestras plegarias. Mientras no sean estorbadas nuestras oraciones son respondidas prestamente.

Gracias a Dios por el interés de responder a nuestras súplicas.

Conclusión Los negocios del rey no le impedían dedicar tiempo para estudiar las Escrituras. Sus ocupaciones no le estorbaban para orar a Dios. De hecho, sus compañeros en la corte del rey sintieron celos porque, ¿cómo era posible que un esclavo judío, conquistado por segunda vez, tuviera más autoridad que ellos, quienes habían sido los conquistadores?

La vida de Daniel es un modelo, y a la vez un reto para imitar, a quienes vivimos en el siglo XXI con todas sus prisas y distracciones. Muchos ponemos como excusa, para no estudiar la Biblia o para no dedicar tiempo a la oración, las ocupaciones, el trabajo, o las materias de estudio de la escuela. Delante de Dios no existe excusa válida.

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responde nuestras oraciones

A través de la vida de oración del profeta Daniel, podemos comprender que se puede vivir atendiendo todos los deberes comunes, sin descuidar la oración y el estudio de las sagradas Escrituras.

Daniel sabía que las promesas de Dios son condicionales y temía que los pecados del pueblo atrasaran el cumplimiento del tiempo de la liberación. Por ello, en forma desesperada, confiesa sus pecados y los del pueblo.

La iglesia de hoy, nunca debería estar tan ocupada como para no dedicar tiempo a la oración. Esta SEMANA DE GRATITUD, hagamos planes para asistir cada día para tener un encuentro con nuestro DIOS BONDADOSO. Daniel comprendía, por el estudio de los Escritos sagrados, que era tiempo de regresar a Jerusalén. Que el tiempo que marcaban las profecías de Jeremías, había llegado y que debían regresar a adorar en el templo de Jerusalén. Por ello buscó a Dios “en oración y ruego, en ayuno, cilicio y ceniza” (Dn. 9:3).

Y el DIOS BONDADOSO, prestamente le respondió y lo libró de todos sus temores.

Al repasar las profecías que el DIOS BONDADOSO, ha dejado para nosotros, entendemos que el tiempo de ir a la nueva Jerusalén, también ha llegado. ¡Jesús viene pronto! Porque aún un poquito, y el que ha de venir vendrá, y no tardará” (Heb. 10:37).

Ahora es tiempo de buscar a Dios en oración y ruego, con un espíritu de humildad, con un corazón dispuesto a ser lleno de su Santo Espíritu. Con el deseo que Dios produzca un reavivamiento y una reforma en mi vida primeramente y, como resultado, si todos lo buscamos, la iglesia experimentará un despertar como nunca antes.

Y ese estado laodicense que vivimos en nuestras congregaciones, no se percibirá más. Así responderá Dios, prestamente, como respondió a Daniel.

Si todos los miembros de la iglesia estuviéramos preocupados por el cumplimiento de las profecías, como estaba Daniel, buscaríamos una reconsagración sin reservas a Dios, lo buscaríamos por medio del estudio de las Escrituras, mediante un compromiso en la participación en el trabajo misionero y lo buscaríamos en oración y ruego constantes.

Que esta SEMANA DE GRATITUD podamos experimentar un reavivamiento y una reforma, que dé como resultado una iglesia comprometida en el cumplimiento de la Misión.

Expresemos también a Dios nuestra gratitud, por colocar a nuestro alcance un recurso tan maravilloso como lo es la oración.

Que al finalizar la semana decidamos ser GENEROSOS CON EL DIOS BONDADOSO.

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Un Dios bondadoso

Jueves 16 de diciembre de 2010

Un Dios bondadoso, un publicano generoso Lucas 19:1-10.

Introducción

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a respuesta de Zaqueo, después del encuentro con Jesús, es la evidencia de un corazón transformado. Zaqueo había sido formado en un hogar judío, donde aprendió a amar a Dios. Pero cuando se presentó la oportunidad de adquirir un derecho para cobrar impuestos, donde obtendría recursos para sostener su familia, le dio la espalda a sus principios. Y se convirtió en un odiado publicano.

Aunque era publicano, y esta era su manera de sobrevivir, su corazón se identificaba como judío. Muy dentro de él estaba el anhelo de tener la aceptación de Dios y también de sus compatriotas judíos.

En el comentario que se hace de Lucas 3:12, el tomo 5 del CBA, dice: “Los romanos no tenían empleados en el gobierno para cobrar los impuestos, sino que vendían al que pagara más el derecho de recaudarlos dentro de una determinada ciudad o provincia. Sólo los ricos podían comprar ese derecho, porque se exigía que el comprador pagara cierta suma al tesoro real, sin importar la cantidad que fuera finalmente recaudada, y debía depositar cierta fianza hasta que la suma fuera pagada”.

Posiblemente el anhelo de estar en paz con Dios motivó a Zaqueo, junto con otros publicanos, a buscar a Juan el Bautista para ser bautizado (DTG 507), y recibieron la indicación de no cobrar más de lo que les era permitido (Lc. 3:12 y 13).

Zaqueo oyó hablar que Jesús había recibido como discípulo a Leví Mateo, el publicano como él, y le pareció que a él también podía recibirlo. “Anhelaba vivir una vida mejor” (DTG 507).

Cuando Zaqueo tomó la decisión de aceptar a Jesús, comenzó inmediatamente a hacer restitución a quienes había perjudicado. Posteriormente, cuando Jesús posa en su casa, hace pública su decisión de compartir con los pobres su riqueza y devolver por cuadruplicado a los que les había robado.

Del encuentro de Jesús con Zaqueo, registrado en Lucas 19:1-10, veremos cinco puntos que lo llevaron a tomar, públicamente, la decisión de seguir a Jesús, compartir sus bienes con los pobres y regresar cuadruplicado lo que había robado.

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Semana de gratitud 2010

un publicano generoso

Este episodio tomó lugar en Jericó, cuando Jesús se dirigía por última vez a Jerusalén. Jericó era un importante centro comercial que unía las rutas entre Egipto, Judea y Perea. Por su movimiento comercial, había en la ciudad una importante oficina de impuestos. Es probable que el encuentro de Jesús con Zaqueo ocurriera la semana antes de la pascua del año 31 d. C., cuando Jesús iba rumbo a Jerusalén.

1. Un hombre importante. a) Zaqueo era jefe de los publicanos, y era un hombre rico” (Lc. 19:2). b) El nombre Zaqueo significa “puro”. (Zakjáios; del hebreo. Zakkay, “sin tacha [puro, justo]”). ¡Cuán lejos estaba su vida real de lo que su nombre significaba! Él lo reconocía al ser señalado y rechazado por sus compatriotas judíos, pues se le consideraba enemigo de ellos. c) Ocupaba una posición prominente. “Jefe de los publicanos”. Los publicanos eran recaudadores de impuestos al servicio de los romanos. d) Al judío que era “publicano” lo consideraban traidor de Israel y lacayo (servil, bajo, rastrero) de los odiados romanos. Si desde el punto de vista de los Judíos era incorrecto pagar impuestos, ¡cuánto peor no sería entonces recaudarlos! Por lo tanto, el publicano era excluido de la sociedad y excomulgado de la sinagoga. Era considerado como un perro pagano y tratado como tal. Se lo toleraba únicamente porque estaba respaldado por el poder romano (CBA 5:701). e) Cuando Jesús habla de la disciplina, y una persona no acepta el consejo, Él dice: “tenle por gentil y publicano” (Mt. 18:17) es decir, separado de la iglesia. Esto no quiere decir que deba ser despreciado, rehuido o descuidado. A partir de este momento, debieran realizarse esfuerzos por él como si se tratara de alguien que no pertenece a la iglesia. f) Zaqueo, además era un hombre de mucha influencia, en su ambiente, por su riqueza.

2. Deseo ardiente a. Procuraba ver quién era Jesús (Lc. 19:3). b. Algunos han sugerido que era simple curiosidad, pero el resto del relato indica que procuraba ver a Jesús con cierto interés especial. c. Quizá procuraba ver a Jesús por lo mucho que había escuchado de Él; quizá por el interés que Cristo demostró a los publicanos; o probablemente porque en su alma había un vacío que solamente Cristo lo podía llenar.

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Un Dios bondadoso

d. Solamente se encuentran con Dios quienes procuran encontrarlo; Dios no es hallado por los indiferentes. En esta ocasión hemos venido buscando al DIOS BONDADOSO que se ocupa de nosotros.

Quizá como en el caso del paralítico, Dios mismo puso en nosotros el deseo de venir a buscarlo (DTG 232), y estamos aquí en respuesta a la iniciativa de Dios. e. El apóstol Pablo dice: “Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad” (Fil. 2:13).

3. Supera obstáculos a. “Pero no podía a causa de la multitud, pues era pequeño de estatura” (Lc. 19:3). b. Tenía dos impedimentos: su estatura y la multitud. Y posiblemente una tercera, el rechazo de las personas, especialmente de los judíos. c. Además las calles no eran tan amplias como las ciudades modernas, querer ver a Jesús con estas limitantes, le iba a ser imposible. d. Muchas personas que procuran encontrarse con Jesús hallan dificultades.

(1) La mujer con flujo de sangre, se tuvo que abrir paso en medio de la multitud que oprimía a Jesús (Mr. 5:27).

(2) El paralítico que fue bajado por el techo de la casa, donde se encontraba Jesús, no pudo hacerlo por la puerta, pues había una multitud (Mr. 5:4, 5).

(3) El ciego de Jericó: Cuando clamó por ayuda a Jesús, lo callaban para que no molestara a Jesús, pero él gritaba más fuerte, y Jesús se detuvo para curarlo “Al instante recobró la vista, y lo seguía glorificando a Dios; y todo el pueblo, cuando vio aquello, dio alabanza a Dios” (Lc. 18:37-43).

4. Determinación a. “Y corriendo delante, subió a un árbol sicómoro para verle” (Lc. 19:4). b. Zaqueo no se resignó a no ver a Jesús, sino que se propuso vencer todo obstáculo. c. Consideró que aquella podía ser la última oportunidad de su vida para ver a Jesús. d. Jesús no hubiera posado en casa de Zaqueo, si este no hubiera corrido delante y subido al árbol. e. ¿Podemos imaginar a un hombre pudiente, rico, acaudalado, con vestiduras muy finas y con la imagen que tenía Zaqueo, trepado en un árbol? f. No le importó el “Qué dirán”, hizo algo inusual para lograr el en-

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un publicano generoso

cuentro con Jesús. g. ¿Cuántas veces, lo que hacemos por buscar a Jesús, a mucha gente le parece fuera de orden? Vigilias durante toda la noche, dejar de trabajar en sábado, perder un empleo por nuestros principios, dejar de comer aquello que para la mayoría es muy sabroso, etc. h. Zaqueo solo quería verlo, conocerlo y quedaría satisfecho. Pero nunca imaginó que Jesús se detendría bajo el árbol, fijaría los ojos en él, y mucho menos imaginó que Jesús lo llamaría por su nombre y le pediría que bajara para ir a posar en su casa.

5. Respuesta de Jesús a. “Cuando Jesús llegó a aquel lugar, mirando hacia arriba, lo vio y le dijo: Zaqueo, date prisa desciende, porque hoy es necesario que pose en tu casa” (Lc. 19:5). b. La versión RV95, en lugar del verbo posar utiliza el verbo hospedar, dice: “Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que me hospede en tu casa” (19:5). c. Jesús lo vio.

1) Zaqueo busca “ver” a Jesús, pero nunca se imagina que Jesús lo “vería” a él.

2) Para los demás Zaqueo pasó desapercibido, pero no para Cristo.

3) En ocasión cuando los ricos echaban sus ofrendas, Cristo vio lo que nadie vio: una viuda muy pobre que echaba dos blancas (Lc. 21:2). d. Jesús “le dijo”.

(1) Lo que menos se hubiera imaginado Zaqueo: que Cristo le dirigiera la palabra y mucho menos que le aceptaría posar en su casa.

(2) Cuando a Dios se busca con sinceridad, Él concede más de lo que uno busca. e. Qué privilegio para Zaqueo, pero también puede ser nuestro. Jesús quiere entrar hoy, no solamente en tu casa, también quiere entrar en tu corazón, ¿se lo permitirás?

Conclusión El nombre “Zaqueo” significa puro, justo, sin tacha. Aunque no hacía honor a su nombre. Pero cuando Jesús toca su corazón, ahora está puro, ahora es justo, ahora está sin tacha y ahora está agradecido y esa gratitud lo lleva a ser GENEROSO. No importa cómo te llamas, o qué prácticas equivocadas, como Zaqueo realizas, hoy ha venido el DIOS BONDADOSO a tu vida y puedes ser limpio, justo, sin tacha y GENEROSO como Él. Así como Jacob, cuyo nombre significa “mentiroso, usurpador, engañador” (Gn. 32:28, 29), Dios quiere entrar Unión Mexicana Central

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Un Dios bondadoso

a tu vida y transformarla, cambiar tu nombre (Israel), convirtiéndote en un vencedor y GENEROSO como fue el caso de Jacob y Zaqueo.

Al aceptar la entrada de Jesús en casa de Zaqueo, él no se imaginaba lo que sucedería. Allí Jesús dijo: “Hoy ha venido la salvación a esta casa” (19:9).

La primera repuesta de Zaqueo al amor de Cristo consistió en manifestar compasión hacia el pobre y doliente. Además, bajo la influencia del Espíritu Santo, abandonó toda práctica contraria a la integridad e hizo honor a su nombre.

Zaqueo tuvo dificultades para encontrarse con Jesús. No importa cuántos obstáculos tengas, ven al DIOS BONDADOSO que te está esperando para posar en tu vida y cambiar todo aquello que denigra la imagen de un verdadero hijo de Dios.

La voz de Jesús se escucha diciendo: “Yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él y cenaré con él y él conmigo” (Ap. 3:20).

Sube al árbol de la fe, como Zaqueo al Sicómoro, y colócate donde el DIOS BONDADOSO te pueda ver y te pueda decir: “hoy ha venido la salvación a esta casa” (Lc. 19:9).

Manifiesta tu gratitud a Dios como Zaqueo, y, como parte del PUEBLO GENEROSO, este próximo sábado, da tu ofrenda en GRATITUD por lo que Dios ha hecho por ti durante el 2010. ¿Cuántos de ustedes quisieran invitar a Jesús, esta noche, para que pose en su casa y traiga salvación?

Los que quieran que Jesús venga a su hogar y dirija su vida, póngase de pie para orar.

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Semana de gratitud 2010

y una mujer generosa

Viernes 17 de diciembre de 2010

Un Dios bondadoso, y una mujer generosa Introducción

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a escena se registra en la casa de Simón el ex leproso. ¿Te has sentido motivado a mostrar gratitud al DIOS BONDADOSO, por lo que ha hecho contigo en este año que está a punto de terminar?

“Gratitud”, muchas veces solo la encontramos en los diccionarios. Es que no es inherente en nosotros la gratitud, por eso necesitamos motivarnos a ella.

La Biblia nos habla de gratitud.

El Salmo 100:4, 5 dice: “Entren por sus puertas con acción de gracias; vengan a sus atrios con himnos de alabanza; denle gracias, alaben su nombre. Porque el Señor es bueno y su gran amor es eterno; su fidelidad permanece para siempre” (NVI).

También Pablo escribió: “Dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo” (Ef.5:20).

Además Pablo expresa: “Dad gracias en todo porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús” (1Ts. 5:18). ¿Cómo has pensado mostrar tu gratitud a tu DIOS BONDADOSO? Una buena forma sería trayendo una ofrenda generosa para este sábado. Otra forma sería disponiéndote a dedicar parte de tu tiempo para servir al Señor. O qué tal, dedicando tus talentos para el desarrollo de la iglesia.

No importa cómo decidas manifestar tu gratitud a Dios, Él espera que seamos agradecidos. Como el apóstol Pablo dice: “Sed agradecidos” (Col. 3:15).

Del relato registrado en Mateo 26:6-13; Marcos 14:3-9; Lucas 7:36-47 y Juan 12:1-8, destacamos 5 partes importantes de lo ocurrido en la fiesta de Simón.

La acción de GRATITUD de María Magdalena para Jesús, las reacciones de los discípulos, de Simón y de Jesús mismo ante este acto de amor.

1. La fiesta en casa de Simón Juan, 12:1, 2 Simón pensaba honrar a Jesús; lo que él no sabía es que era su hogar, su familia, su propia persona la que sería honrada con la presencia de Jesús en su casa.

Decidió honrar a Jesús organizando una fiesta en su honor, ya que lo había sanado de la horrorosa enfermedad de la lepra. Siendo que era Unión Mexicana Central

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Un Dios bondadoso

en Betania, invitó también a los amigos de Jesús, Lázaro y sus hermanas Martha y María.

La fiesta inicia en forma normal. A un lado de Jesús estaba Simón, al que había curado de la lepra, y al otro estaba Lázaro, amigo muy cercano de Jesús, a quien había resucitado.

Muchos habían venido para escuchar de Lázaro las emocionantes y escalofriantes anécdotas de ultratumba. Pero no tenía nada que decir, pues la Biblia dice que “Los muertos nada saben” (Ec. 9:5, 6).

Martha era una de las que servían en la fiesta, María Magdalena era la que estaba cerca de Jesús, oyendo y asimilando sus enseñanzas.

2. Gratitud de María Magdalena, Mt. 26:7; Jn. 12:3 El corazón de María Magdalena estaba lleno de GRATITUD, y estaba esperando una oportunidad para manifestar su agradecimiento por lo que había hecho primeramente con ella, librándola del pecado, y por lo que había hecho con su hermano Lázaro, al resucitarlo.

María tomó el frasco de alabastro, lo rompió y lo derramó sobre Jesús.

Mateo y Marcos dicen que María ungió la cabeza de Jesús, mientras que Lucas y Juan dicen que le ungió los pies. A primera vista podría parecer que hay una discrepancia. Sin embargo, no hay razón para dudar que le hubiera ungido la cabeza y los pies, pues Jesús mismo dice “Sobre mi cuerpo” (Mt. 26:12; Mr. 14:8).

De pronto, un olor invade la sala de reunión. Todos buscan de dónde procede tan agradable fragancia. Y los ojos de todos se posan en Jesús, el invitado especial, a quien una mujer le acaricia los pies.

Posiblemente había logrado ahorrar lo suficiente como para comprar un regalo digno de quien le había hecho tan grandes favores. Era el fruto de mucho tiempo de trabajo.

Estaba mostrando GRATITUD AL DIOS BONDADOSO que había dado vida de nuevo a su hermano muerto y a ella misma la había librado 7 veces de la posesión demoniaca. Siete veces ella había oído la reprensión que Cristo hiciera a los demonios que dirigían su corazón y mente (Lc. 8:2).

Ella no consideraba de suficiente valor lo que podía dar a Cristo, en comparación con lo que Cristo había hecho por ella. El perfume de nardo puro, de mucho precio (según Marcos y Juan), era el resultado de dinero de dudosa procedencia, producto de su empecinamiento progresivo en el mal, pero que ahora lo ofrecía como GRATITUD AL DIOS BONDADOSO que la había transformado y le dio sentido a su vida.

Si el perfume de María provenía de las montañas del norte de la India, no es de extrañarse que fuera de mucho valor (Jn. 12:3; 12:5),

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y una mujer generosa

pues representaba unos 300 denarios romanos (1.168,5 g de plata), el equivalente del jornal de unos 300 días para un obrero de esa época (ver Mt. 20:2). Un regalo tan valioso, digno de los reyes de la tierra, representaba un gran sacrificio personal de parte de María (DTG 513, 517).

3. Reacción de los discípulos, Mt. 26:8, 9 Los discípulos consideraron un desperdicio la acción de María. Y no solo lo pensaron, sino que lo expresaron a tal grado que llegó a oídos de María. Judas fue el más duro en sus críticas (Jn. 12:4-6).

Los discípulos fueron muy duros en sus críticas con ella.

A costa de un gran sacrificio había logrado obtener ese perfume, porque había oído de la próxima muerte de Jesús, y en su amor profundo pensó en honrarle antes de su muerte.

Con cuánta frecuencia no valoramos lo que algunos miembros de la iglesia hacen a favor de la causa de Dios. Juzgamos, como los discípulos a María, sin saber lo que hay en su corazón.

Ella había procurado no ser observada, pero el suave olor la delató.

Y al oír lo que los discípulos hablaban, esperaba recibir de Jesús una palabra de reprensión. Esperaba que Martha o Lázaro la reprendieran también.

4. Reacción de Simón, Lc. 7:39-47 La reacción de Simón fue un rechazo abierto contra María Magdalena.

Lucas registra la reacción de Simón al ver la actitud de Jesús que no retiraba a la “pecadora” de donde le estaba tocando sus pies. Pensaba para él: “Cómo es posible, que Jesús permita que esta mujer lo toque, si este fuera profeta conocería qué clase de mujer lo toca, que es pecadora” (Lc. 7:39).

La pregunta que en silencio se hace Simón, evidencia que no sabe qué clase de mujer es María Magdalena: Una mujer pecadora, sí, pero perdonada por Cristo Jesús. Parece que ella se había ido de Betania para evitar el bochorno de la humillación que le había propinado Simón. Él ignoraba que ahora ella era una nueva criatura (CBA 5:744).

Jesús conociendo los pensamientos de Simón, le dice: “Tengo algo que decirte” (Lc. 7:40). Es allí que Jesús le cuenta la parábola de los dos deudores (leer versículos. 41-43).

Ante la respuesta lógica y acertada de Simón, Jesús le pide que mire a la mujer que Simón mismo ha seducido al pecado. “Como sus pecados que son muchos, le han sido perdonados, ella ama mucho, pero a quien poco se le perdona, poco ama” (v. 47).

Cuánto tacto de Jesús para con Simón, como Natán con David, cargó en su anfitrión la responsabilidad de pronunciar sentencia contra sí mismo.

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Simón se había olvidado cómo se consideraba la lepra en ese tiempo (el dedo de Dios, el azote de Dios), se sentía más justo que María. Pero Jesús deseaba decirle a Simón que su pecado superaba al de María en la proporción de quinientos a cincuenta. ¿Ves esta mujer?, le dijo Jesús. “Claramente, aunque con delicada cortesía, el Salvador aseguró a sus discípulos que su corazón se apena cuando sus hijos dejan de mostrar su gratitud hacia él con palabras y hechos de amor” (DTG 520).

5. Reacción de Jesús, Mt. 26:10-13 Cuánta bondad de Jesús para María, para Simón y para los discípulos.

También nosotros estamos incluidos en este grupo.

Según Juan 12:4 y 5, Judas fue el que inició las críticas, pero luego se le unieron los otros discípulos. Ante la crítica de los discípulos Jesús dijo: “Dejadla, ¿Por qué molestáis a esta mujer? Pues ha hecho buena obra conmigo” (Mt. 26:10; Mr. 14:6).

Jesús da una sugerencia para atender a los pobres. Dijo: “Los pobres siempre los tendréis con vosotros, pero a mí, no siempre me tendréis” (Mt. 26:11). Jesús no pone en duda nuestro deber para con los pobres.

Sencillamente, afirma que hay obligaciones mayores que ese deber.

La reacción de Jesús para con Simón, nos da una muestra del trato que debemos tener cuando corregimos a otros. No evidenciarlos públicamente. Ser prudentes. No ser reactores apresurados. “Simón: dijo Jesús, Tengo algo qué decirte” (Lc. 7:40).

El pecado de Simón era mucho mayor que el de María, pero Jesús tuvo misericordia de él, y lo llevó a reconocer su falta y a convertirse en verdadero seguidor de Jesús.

Jesús elogió a María por su acción. Además la proyectó hacia el futuro, diciendo que donde quiera se predique este evangelio, se recordará su acción, la de un corazón lleno de GRATITUD. Esta acción de María sería inmortalizada en las páginas de la historia sagrada. Qué contraste la acción de ella con la de Judas.

Conclusión “Son pocos los que aprecian todo lo que Cristo es para ellos. Si lo hicieran, expresarían el gran amor de María, ofrendarían libremente el “ungüento”, y no lo considerarían un derroche” (DTG 518).

En gratitud por su reino inconmovible, sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia (Heb.12:28).

La acción de María Magdalena nos dice que el cielo espera de nosotros la misma entrega agradecida que María manifestó a Jesús, al comprender la inmensidad de su perdón.

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y una mujer generosa

Así como su devoción a Cristo no tuvo límites, la nuestra tampoco lo debe de tener. La comprensión del perdón divino y de la gracia transformadora de Cristo en nuestras vidas nos inducirá a expresar el gran amor de María y ofrendar libremente el “ungüento” de nuestra prosperidad material, intelectual y espiritual depositándolo sin reservas sobre el altar del servicio.

Reconociendo la acción de María, el Maestro pronosticó que la acción llevada a cabo por María, en respuesta al amor salvífico de Jesús, sería relatada “dondequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo” (Mt. 26:13).

Siendo que el evangelio no se ha terminado de predicar, es nuestro privilegio durante el nuevo año que se avecina, esparcir por todo el mundo el perfume de nardo puro del amor de Cristo, de la entrega amorosa de María y el de nuestra propia devoción al Salvador.

Dispongámonos a manifestar GRATITUD AL DIOS BONDADOSO que nos ha perdonado solamente por el amor que tiene para con nosotros.

Manifestemos nuestra GRATITUD entregándonos a Jesús y convirtiéndonos en fieles proclamadores de la verdad.

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Un Dios bondadoso

Sábado 18 de diciembre de 2010

Un Dios bondadoso, un pueblo generoso Introducción

P

ensar en las viudas de la Biblia, es entrar en un terreno en el cual Dios ha hecho una provisión especial. Dios mandó que sean tratadas en forma especial. Leamos algunos textos al respecto:

“No explotes a las viudas ni a los huérfanos” (Éx. 22:22).

“Las viudas que viven en tus ciudades podrán comer y quedar satisfechos.

Entonces el Señor tu Dios bendecirá todo el trabajo de tus manos” (Dt. 14:29).

“Padre de los huérfanos y defensor de las viudas es Dios en su morada santa” (Sal. 68:5).

“La religión pura y sin mancha delante de Dios nuestro Padre es ésta: atender a los huérfanos y a las viudas en sus aflicciones, […]” (Stg. 1:27).

Por otro lado, la generosidad de la viuda de Sarepta (1 Rey. 17:8-16); la viuda pobre (Mr. 12:41-44) y la iglesia de Macedonia (2 Cor. 8:1-7), nos enseñan que debemos poner a Dios y su obra en primer lugar. La actitud GENEROSA de estas dos viudas, y de la iglesia de Macedonia, deben inspirarnos a ser GENEROSOS en esta SEMANA DE GRATITUD.

1. La viuda de Sarepta de Sidón Elías irrumpe en la historia de los profetas con muy poca información de sus antepasados. Solo se presenta con un mensaje urgente que debía recibir Acab, rey de Israel, con el propósito que corrigiera su vida, la de su esposa y la del pueblo.

El comunicado que Elías debía exponer era claro. Su mensaje fue: “Tan cierto como que vive el Señor, Dios de Israel, a quien yo sirvo, te juro que no habrá rocío ni lluvia en los próximos años, hasta que yo lo ordene” (1 Rey. 17:1).

Antes que Acab reaccionara, de la misma manera como entró, sin pedir audiencia, ante los ojos de los guardias, Elías salió de la presencia del rey.

Y Dios le ordenó que se escondiera en el arroyo de Querit, donde sería alimentado en forma milagrosa por los cuervos (1 Rey. 17:3-7).

El tiempo de sequía anunciado por el profeta Elías se cumplió. El rey Acab no creyó en el mensaje del profeta. El pueblo junto con el rey

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un pueblo generoso

se había alejado de Dios. Jezabel no solo era incrédula, además había matado a los profetas de Dios (1 Rey. 18:4,13).

Pasó un buen tiempo, Elena de White dice: “Durante muchos meses se le proveyó milagrosamente de alimento” (PR, 94), posteriormente Dios lo envió a Sarepta, “He mandado a una mujer viuda que te sustente” (1 Rey. 17:9).

Sarepta es una “Ciudad costera de Fenicia, 14.4 km al sur de Sidón y 21.6 km al norte de Tiro. A esta ciudad, en el mismo corazón del país gobernado por los reyes propicios a Baal, Dios envió a Elías para que lo sostuviera una viuda que no era israelita. Ciertamente, Acab nunca lo habría buscado allí. Sarepta es una aldeíta conocida hoy como Tsarafand” (CBA, 2:811).

Cuando Elías llegó, al entrar a la ciudad, vio a una mujer y le pidió un vaso con agua. La mujer se disponía para traer el agua, cuando la llamó de nuevo y le pidió un bocado de pan. Ella le respondió: “Solo tengo un puñado de harina y un poco de aceite. Ahora juntaba esta leña, para prepararlo para mí y para mi hijo, para comerlo, y después morir” (1 Rey. 17:12).

“No temas le dijo Elías. Vuelve a casa y haz lo que pensabas hacer. Pero antes prepárame un panecillo con lo que tienes, y tráemelo; luego haz algo para ti y para tu hijo. Porque así dice el Señor, Dios de Israel: No se agotará la harina de la tinaja ni se acabará el aceite del jarro, hasta el día en que el Señor haga llover sobre la tierra” (1 Rey. 17:13, 14).

El pedido era una prueba de fe. La viuda acababa de exponer el aprieto económico en que estaba. Casi se había terminado su escasísima provisión; sólo le quedaba lo suficiente para una última escasa comida, y luego pensaba dejarse morir de hambre.

El pedido estaba acompañado por una promesa. Se le dijo de las bendiciones que resultarían de su dádiva. Dios le aclaró que si daba al profeta, el Altísimo le devolvería mucho más de lo que había dado.

Afrontó la prueba, y fue ricamente recompensada.

En un momento cuando Israel se desviaba de Dios al culto de Baal, una mujer del país de Baal demostraba su fe en el Dios de Israel.

Ella creyó en la palabra del profeta. Dio primero a Elías y luego tuvo para comer ella y su hijo por muchos días. Dice el relato: “Y la harina de la tinaja no escaseó, ni el aceite de la vasija menguó, conforme a la palabra que Jehová había dicho por Elías” (1 Rey. 17:16).

Así hace provisión el Señor cuando lo ponemos en primer lugar.

Cuando reconocemos su grandeza y atendemos la voz de sus siervos que proclaman su verdad.

2. La viuda pobre Mr. 12:41-44 El texto bíblico dice: “Y estando sentado Jesús delante del arca de la ofrenda, miraba cómo el pueblo echaba dinero en el arca; y muchos ricos echaUnión Mexicana Central

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Un Dios bondadoso

ban mucho. Y como vino una viuda pobre, echó dos centavos, que es un cuadrante. Entonces llamando a sus discípulos, les dice: De cierto os digo, que esta viuda pobre echó más que todos los que han echado en el arca; porque todos han echado de lo que les sobra; mas ésta, de su pobreza echó todo lo que tenía, todo su alimento” (Mr. 12:41-44).

En el templo había un conjunto de 13 cajas o arcas, donde la gente echaba sus ofrendas. Cerca estaba Jesús observando a los adoradores.

Muchos de los ricos traían sumas elevadas, que presentaban con gran ostentación.

Los judíos que observaban, consideraban que las grandes ofrendas demostraban piedad de parte de los que Dios había bendecido (Mt. 19:25) y probablemente habrían ignorado la ofrenda de la viuda.

Pero la perspectiva divina en estas cosas es opuesta a la perspectiva humana: tenía más valor para Dios lo que la viuda había dado, no por la cantidad, sino porque en proporción a sus posesiones, dio todo lo que tenía.

Jesús los miraba tristemente, pero de pronto su rostro se iluminó al ver a una pobre viuda que se acercaba con vacilación, como temerosa de ser observada. Ella no se atrevía a depositar lo que traía. Veía cómo los ricos echaban mucho.

Ella anhelaba hacer algo, por poco que pareciera, por la causa que amaba. Miraba su donativo y lo comparaba con lo ruidoso de lo que los ricos echaban, pero era todo lo que tenía.

Al presentarse la oportunidad, cuando creyó que nadie la veía, depositó su ofrenda rápidamente, y se disponía a retirarse, pero Jesús para quien no pasa nada desapercibido, la estaba observando.

Inmediatamente llamó a sus discípulos (Mr. 12:43) para que notasen la pobreza de la viuda, y les dijo: “De cierto os digo, que esta viuda pobre echó más que todos los que han echado en el arca; porque todos han echado de lo que les sobra; mas ésta, de su pobreza echó todo lo que tenía, todo su alimento” (Mr. 12:43, 44).

Las palabras de Jesús cayeron como música a sus oídos. “Lágrimas de gozo llenaron sus ojos al sentir que su acto era comprendido y apreciado […] Jesús comprendía el motivo de ella. Creía que el servicio en el templo era ordenado por Dios, y anhelaba hacer cuanto pudiese para sostenerlo” (DTG, 567).

Su corazón acompañó a su donativo. Jesús dijo: “Donde estuviere vuestro tesoro, allí estará vuestro corazón” (Mt. 6:21). Ella dio todo lo que tenía, ese era todo su tesoro, y lo dio con todo su corazón.

Esta acción se recordaría no por la cantidad que dio, sino por el amor con que acompañó su dádiva. Es el motivo lo que da valor a nuestros actos.

No son las cosas grandes que todo ojo ve y que toda lengua alaba a lo que Dios da más valor, sino al motivo que lo impulsa.

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Semana de gratitud 2010

un pueblo generoso

Los pequeños deberes cumplidos alegremente, los pequeños donativos dados sin ostentación, y que a los ojos humanos pueden parecer sin valor, se destacan con frecuencia más altamente a su vista.

La pobre viuda dio lo que necesitaba para vivir al dar lo poco que dio.

Se privó de alimento al dar esos dos centavos a la causa que amaba. Lo hizo con fe, creyendo que su Padre celestial no pasaría por alto su gran necesidad.

Fue este espíritu abnegado y esta fe infantil lo que mereció el elogio del Salvador. Cuánto necesitamos hoy, entender que Dios mira los motivos que nos impulsan a dar o a servir a la causa de Dios.

3. La iglesia de Macedonia, 2 Cor. 8:1-7 El apóstol Pablo presenta el espíritu de los macedonios, como un ejemplo a imitar.

El amor fraternal entre los cristianos constituye el verdadero motivo para dar y compartir. Los macedonios son un ejemplo a imitar.

Cuando Pablo presentó la necesidad de los hermanos en Judea, la iglesia de Macedonia estuvo dispuesta a dar “más allá de sus fuerzas” (2 Cor. 8:3).

Un espíritu generoso procura manifestarse en actos espontáneos de generosidad. No necesita que se lo inste a dar. Pero a pesar de “su profunda pobreza”, generosamente daban para los necesitados.

Pablo alababa a los cristianos macedonios no por la cantidad que daban, aunque sin duda era considerable, sino por el espíritu que los impulsaba a dar, espíritu que Pablo destacaba como digno de ser imitado.

El cristiano que da su corazón a Dios no retiene nada. El ejemplo de los macedonios para los corintios y para los cristianos de todos los tiempos ilustra la gran verdad de que “el donativo sin el donante no tiene ningún valor”.

El que se entrega a sí mismo sin reservas, no vacilará en dar también sus posesiones.

Conclusión En el Antiguo Testamento, cuando el oferente no era movido por el debido espíritu, por sí mismos los sacrificios eran inútiles y el ritual era una abominación.

Se ofrecían muchos sacrificios en el templo, pero había poca religión verdadera.

El profeso pueblo de Dios había olvidado qué era lo que Dios verdaderamente requería de ellos. Estaban dispuestos a ofrecer sacrificios, pero no a entregar sus corazones al Señor. Conocían las formas externas de la religión, pero no comprendían que necesitaban un Salvador, ni entendían lo que significaba la justicia.

Como el caso de la viuda pobre que, aunque no era su propósito que se le reconociera lo que hizo, ha sido de gran inspiración para los adoradores actuales.

Unión Mexicana Central

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Un Dios bondadoso

Esta acción de la viuda pobre ha traído a la tesorería del Señor, una cantidad de dádivas mucho mayores que las contribuciones de aquellos judíos ricos.

La influencia de ese pequeño donativo ha sido como un arroyo, pequeño en su principio, pero que se ensancha y se profundiza a través de la historia.

Esta SEMANA DE GRATITUD ha sido una oportunidad para expresar nuestro amor al DIOS BONDADOSO que nos ha provisto de lo necesario durante el año 2010.

Es bueno que nos preguntemos lo que Miqueas escribió: “¿Con qué me presentaré ante Jehová y adoraré al Dios altísimo?” (Mi. 6:6).

La Biblia registra los momentos de encuentro con Dios. Y afirma: “Y nadie se presentará ante el Señor con las manos vacías” (Éx. 23:15; 34:20 y Dt. 16:16).

Los sabios de oriente lo sabían, por eso cuando vinieron a adorar a Jesús, recién nacido, trajeron sus presentes dignos de la Personalidad a quien venían a adorar (Mt. 2:1-11).

Que este sábado, al igual que la dádiva de los macedonios y que los presentes de los magos de oriente, que procedían de corazones consagrados y dedicados, sean nuestro desafío a imitar.

Que al igual que la viuda de Sarepta, demos el primer lugar a Dios y a su causa, y entreguemos una generosa OFRENDA DE GRATITUD por lo que Dios hizo, está haciendo y hará con nosotros y en nosotros. Ella fue beneficiada, pero también su hijo. Cuando éste murió, Elías estuvo listo para consolar el corazón atribulado de la viuda (1 Rey. 17:17-24).

No importa la cantidad que entreguemos al Señor, puede ser como el donativo de la viuda pobre, pero que lo demos de todo corazón porque amamos esta causa y al Dios de la causa, sin duda será de gran bendición.

El apóstol Pablo afirma: “Cada uno debe dar según lo que haya decidido en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al que da con alegría.” (2 Cor. 9:7).

Llamado a ser GENEROSOS CON EL DIOS BONDADOSO.

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