TÉCNICAS DE EXTINCIÓN DE INCENDIOS
umivale. Mutua de Accidentes de Trabajo y Enfermedades Profesionales de la Seguridad Social nº 15
Técnicas de extinción con polvo químico seco (polvo ABC). Los procedimientos de extinción con polvo químico dependerán de donde se produzca el fuego, si el fuego es en el interior de un recinto, antes de aplicarlo se tendrá localizada la vía de evacuación para garantizar la seguridad del trabajador, debido a los problemas que provoca con relación a la disminución del campo visual; si el fuego se produce en el exterior se tendrá muy en cuenta la dirección del viento, dirigiendo el flujo de extinción a favor de la proyección del agente extintor. Para obtener el máximo rendimiento deberá aplicarse sobre la base de las llamas, comenzando la aplicación anterior a las llamas y con un movimiento rápido en zig-zag para cubrir el máximo de superficie de combustible. Si el incendio se produce en una fuga de combustible alimentado a presión, el flujo extintor se aplicará en el mismo sentido de la fuga. Los alcances nominales que se obtiene en la descarga del agente extintor están en torno a 6m. Técnicas de extinción con CO2. La aplicación del CO2 se tiene que realizar de forma directa sobre el combustible ardiendo. En el caso de paneles eléctricos se puede proyectar a través de las rejillas de ventilación sin necesidad de abrir el panel. No se puede utilizar CO2 sobre fuegos que se desarrollen en el exterior porque no será efectivo, primero por ser un gas y la menor corriente de aire se lo llevaría, y segundo porque obviamente no podría rebajar la concentración de oxígeno suficiente. Los extintores de CO2 disponen de un alcance nominal de proyección de agente exterior de 2,5 m aproximadamente. Para extinguir un fuego en el exterior se deberá proyectar el agua directamente sobre el combustible de forma pulverizada, para obtener el máximo rendimiento y evitar el impacto mecánico sobre los materiales. Los incendios en interiores son, por lo general más problemáticos que los que se producen en el exterior. El calor y el humo son los productos que retardan el progreso de las operaciones de extinción; la acción de
desplazar una atmósfera intensamente recalentada y contaminada permitiendo el desarrollo de corrientes de aire entre el espacio interior y el exterior no conducen a la solución del problema. El método más práctico y efectivo de extinguir un incendio de interiores es transferir el calor excesivo del interior del edificio a la atmósfera exterior. Una vez que la temperatura se haya rebajado a 150º C, el fuego se extinguirá. La forma de enfriar el interior del recinto es aplicando el agua con el método indirecto. Este método consiste en dirigir el chorro de agua, en forma pulverizada, a las partes altas del recinto. Dentro del espacio confinado intensamente calentado, la aplicación del agua permite una rápida generación de vapor, lo cual provoca una perturbación en el interior capaz de esparcir partículas de agua sin evaporar que provocan el enfriamiento de los materiales. La rápida generación de vapor produce un aumento de la presión dentro del recinto, evitando el aporte de aire desde el exterior y cada metro cúbico de vapor ocupará exactamente 1 metro cúbico de volumen del recinto lo que ayuda a la extinción por sofocación.