Revista HOY la Universidad - Número 3 - Junio 2010

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Junio

DE CARA AL FUTURO

POBREZA Y POLÍTICAS PÚBLICAS

Tres abordajes, tres dimensiones

BICENTENARIO

Resguardos y herramientas para pensar históricamente


Tapa Ramiro Vázquez S/T. Detalle Óleo sobre MDF. 45 cm x 30 cm. 2009.

ARTISTAS QUE PARTICIPAN EN ESTA EDICIÓN LUCIANO BURBA Licenciado en Escultura, Escuela de Artes, Facultad de Filosofía y Humanidades, UNC. Realizó estudios terciarios en la Escuela Provincial de Artes Visuales Prof. Juan Mantovani. Desde 2001 realiza exposiciones individuales y colectivas en Argentina y México. Participante en las primeras residencias para artistas realizada en la Ciudad de las Artes (Córdoba). Ayudante alumno en distintas cátedras de la carrera de Artes Plásticas. Actualmente integra Casa13 (Casa de artistas). lucianoburba@gmail.com

RAMIRO VÁZQUEZ Licenciado en Pintura de la Escuela de Artes, Facultad de Filosofía y Humanidades, UNC. Cursó estudios en la escuela provincial Dr. José Figueroa Alcorta. Realiza exposiciones individuales y colectivas desde 1996. Primer Premio en el concurso de pintura de la “Cámara Argentina de la Construcción” año 2000. rsv77@hotmail.com

JULIA ROMANO Profesora y Licenciada en Grabado de la UNC. Su producción se basa principalmente en la construcción de imágenes digitales a partir de fotografías y en la utilización de nuevos medios para su impresión y presentación. Ha realizado y participado en múltiples exposiciones individuales y colectivas en distintas ciudades del país. Su obra forma parte de colecciones privadas y de las colecciones del Museo Caraffa (Córdoba) y del Museo de Arte Contemporáneo (Rosario). info@juliaromano.com.ar | www.juliaromano.com.ar

MANUEL PASCUAL Fotógrafo, docente y artista. Egresado de la Escuela de Artes Aplicadas Lino E. Spilimbergo. Estudió Comunicación Social en la Escuela de Ciencias de la Información, Fac. de Derecho y Ciencias Sociales, UNC. Coordinó el proyecto Azul de Tocar. Formó parte del Proyecto Sisizononón. Codirigió Encajared, contenedor de fotografía cordobesa contemporánea. Integrante del Estudio Circular. Desde el 2004 lleva adelante el proyecto “Observatorio Urbano” sobre la identidad de la Ciudad de Córdoba. www.manuel-pascual.blogspot.com

NICOLÁS A. BORDONES ARENA Inicia sus estudios en la Escuela de Artes del Departamento de Plástica, Facultad de Filosofia y Humanidades, UNC, en 2006 . Desde entonces participa en exposiciones colectivas. Realizó actividades académicas en la Cátedra de Dibujo I y actualmente realiza actividades de producción en CePIA (Escuela de Artes, FFyH, UNC).


Revista de la Universidad Nacional de Córdoba

Autoridades de la UNC Rectora: Dra. Carolina Scotto Vicerrectora: Dra. Hebe S. Goldenhersch Secretario General: Mgter. Jhon Boretto STAFF Dirección Editorial: María José Quiroga, Prosecretaria de Comunicación Institucional, UNC. Producción y edición: Leandro Groshaus Gino Maffini Ariel Orazzi Edición fotográfica: Ariel Orazzi Diseño Gráfico: Agustín Massanet Infografía: Nicolás Pisano Colaboraron en este número: Andrés Fernández Corrección: Mariana Pirra Revista cuatrimestral editada por la Prosecretaría de Comunicación Institucional de la Universidad Nacional de Córdoba. ISSN: 1667-6289 Propietario: Universidad Nacional de Córdoba. Av. Haya de la Torre s/n, Pabellón Argentina, Ciudad Universitaria, X5000GYA, Córdoba. Redacción: Av. Haya de la Torre s/n, Pabellón Argentina, Ciudad Universitaria, C.P. 5000, Córdoba. Tel: 0351 - 4334069/70. hoy@comunicacion.unc.edu.ar Impreso en Arcángel Maggio S.A.

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PARA SER PARTE HAY QUE SENTIRSE PARTE Mgter. Silvana Fernández

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DE LA NECESIDAD AL DERECHO Arq. Aurelio Ferrero

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IRREGULARIDAD EN LA TENENCIA DE LA PROPIEDAD Arq. Gustavo Rebord

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POBREZA Y POLÍTICAS SOCIALES

INFRAESTRUCTURA

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TRAS LA HUELLA DE LOS 9O Psic. Silvia Plaza

COLECTIVO IMAGINADO Mgter. Juan José Pompilio Sartori

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LAS REDES DE LA POBREZA Magter. Alicia Gutiérrez

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IMPACTO SOBRE EL NÚCLEO DURO DE LA POBREZA Filósofo Alberto Parisí

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BICENTENARIO

PENSAR LA CIUDAD

CRISIS DE URBANIDAD Mgter. Arq. Carolina Peralta Arq. Miriam Liborio UNA MARCA DE ÉPOCA Arq. Silvia Grifone RENOVACIÓN URBANA EN LA CIUDAD CONSTRUIDA Arq. Mariano Faraci Arq. Celina Caporossi Arq. Federico Litvin CONSTRUIR Y PRODUCIR CIUDAD Arq. Alejandro Cohen Arq. Carlos Gómez Arq. Juan Giunta

PENSAR LA CIUDAD MÁS ALLÁ DE SUS LÍMITES Arq. Guillermo Irós UN APORTE A LAS POLÍTICAS PÚBLICAS Arq. Andrea Cometto Arq. Norma Vaudagna Mgter. Ing. Carlos María Lucca

LEJANA TIERRA MÍA Arq. Ma. Virginia Monayar

PLANIFICACIÓN DEL RIESGO Mgter. Arq. Mónica Martínez Arq. Graciela Maffrand

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AMPLIAR EL HORIZONTE DE LO POSIBLE Dra. Mónica Gordillo

HÁBITAT

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NO MATAR. SOBRE LA RESPONSABILIDAD

ACTORES, POSICIONAMIENTO E INTERESES Mgter. Elsa Marcela Rodríguez Mgter. Alberto Taborda Mgter. Mónica Eula

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LTIMOS T TULOS


DEUDAS, TAREAS Y REFLEXIONES ALREDEDOR DEL BICENTENARIO

a conmemoración de nuestro Bicentenario es, sin dudas, una ocasión especialmente propicia, es decir, a la vez estimulante y oportuna, para intentar una reflexión colectiva sobre los complejos procesos que en sus orientaciones disímiles, y a veces incluso contradictorias, produjeron la configuración actual de nuestra nación. No es un tema que podamos mirar con la distancia desinteresada de un objeto de estudio opcional, sino al contrario, de una reflexión enteramente afectada por nuestro interés y nuestros objetivos comunes, actuales y futuros, y que por lo tanto nos involucra de manera directa. Por esa misma razón no debiéramos dejar que se diluya en la evocación de nuestros más elementales sentimientos identitarios, de nuestros mitos fundacionales predilectos, o en la añoranza de algunas gestas que la construcción de las sucesivas y siempre provisorias historias oficiales fueron convirtiendo en los hitos, los héroes y las hazañas de un pasado glorioso que además ya no está y resulta difícil emular. Estos son, entre otros, algunos de los materiales de los que deberá ocuparse esa reflexión y no su hilo conductor. Se trata, por el contrario, de una reflexión que debe estar basada en el intento de abarcar e integrar generosamente hechos, procesos y perspectivas, cargados de significados dispares e inestables, que seguramente nos dejarán más intranquilos que conformes, y muchos de los cuales, además, están aún esperando ser investigados con mayor profundidad, otros, ya mejor conocidos, esperan hace tiempo ser mejor comprendidos o incorporados a nuestra comprensión con mayor rigurosidad y desprejuicio. Se trata, por eso mismo, de una reflexión que debiera ser capaz de discurrir sin los anacronismos y las autocomplacencias que suelen afectar una materia como ésta, y que por el contrario pueda reconstruir las raíces profundas, los cauces abiertos y la trama compleja de una historia imposible de ser relatada en un registro uniforme, y tampoco puede ser abarcada mediante algún eje vertebrador cualquiera que pudiera seguirse desde 1810 hasta hoy. Hemos sido en gran medida educados en esa cultura histórica, la que asume que es posible organizar estos 200 años en una u otra simplificada clave de lectura, generalmente conveniente a nuestra modesta perspectiva pre-reflexiva actual. Esa misma cultura histórica ha estado además empequeñecida por una visión incompleta de la historia, en la que sólo cierta trama de la realidad es responsable de imprimir su significado al conjunto, o más específicamente aún, sólo cierto tipo de fenómenos –característicamente los hechos políticos producidos por los grupos de poder al frente de los sucesivos modelos gubernamentales en vigencia– escriben la historia completa. Ni la historiografía ni nuestra más enriquecida visión de ciudadanos avalan hoy aquella educación histórica, la que impregnó la enseñanza escolar, la opinión pública construida desde los poderes políticos, los medios de comunicación, las instituciones y corporaciones tradicionales, pero todavía es necesario señalar su sobrevivencia poderosa en las representaciones colectivas, en los imaginarios culturales, y en los valores más profundos y difíciles de reconfigurar o poner en discusión. Debemos por eso mismo intentar una reflexión que pueda producir los efectos más dispares y contradictorios, tanto aquellos que nos fortalecen en una identidad poderosa y viva, como aquellos que nos debilitan, pero que pueden al mismo tiempo desafiar nuestra conciencia de las tareas inconclusas y nuestra responsabilidad colectiva y por eso heredada e indelegable por las tragedias y los conflictos evitables, por las dicotomías opcionales pero crónicas, por los deseos y las desesperanzas recurrentes y frustrados. Entre los más interesantes efectos de una reflexión así caracterizada, positiva y negativamente, hay que contar también el de comprender que nuestra mirada sobre estos 200 años, nuestra reflexión colectiva sobre el bicentenario, supone un esfuerzo del mismo tipo que el esfuerzo colectivo actual, el que estamos haciendo, mal y bien por construir y reconstruir nuestro proyecto colectivo como nación en el presente y hacia el futuro: una tarea estructuralmente inconclusa, necesariamente abierta, en la que sectores e intereses, proyectos y perspectivas ideológicas, libran innúmeras pequeñas y gran-

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Hernán Capelletti. Fragmentos del afiche ganador del concurso “El Bicentenario y la Universidad” UNC

des batallas, materiales y simbólicas, en diversos escenarios, y con herramientas y recursos también diferentes. Nuestra reflexión tiene entonces que estar orientada por nuestra necesidad de comprender mejor las raíces y magnitud de nuestras deudas internas, los intereses, valores y proyectos en conflicto, pero también comprometida con el esfuerzo y los desafíos de nuestra realidad actual y alimentada por el estímulo de construir mejores perspectivas de futuro. Nuestra reflexión sobre el Bicentenario es una tarea que, en consecuencia, no podemos dejar confinada a quienes desean orientarla exclusivamente a desarrollar su propia perspectiva actual de nuestros problemas más próximos, porque de ese modo producirán algo menos que una reflexión, alentando una visión y una tarea insuficientemente colectiva o radicalmente sectorizada. Nuestra visión sobre estos 200 años tampoco puede quedar estrechada por quienes acostumbran mirar al pasado con una lente con la que no estarían nunca dispuestos a mirar el presente, introduciendo comparaciones y evaluaciones que aportan todo menos una adecuada comprensión de las incontables transformaciones que nos han permitido configurar un territorio, edificar un estado, excluir y marginar poblaciones originarias, incorporar nuevas comunidades culturales, construir estructuras y mecanismos para la construcción, la distribución y la concentración de la riqueza, crear y difundir deberes y derechos colectivos, sociales y políticos, producir ciudadanías y valores, generar, perpetuar y resolver conflictos, mantener ciertas relaciones características con otras naciones, las europeas de las que aprendimos primero a depender, las latinoamericanas con las que hemos sufrido tragedias y sueños comunes y con las que estamos aprendiendo a cooperar. Nuestra propia Universidad, es una entre las pocas instituciones cuya existencia y evolución precede a los procesos de construcción de la independencia, participó de ella de complejas maneras, evolucionó con ella, con sus mismas contradicciones, avatares y conflictos, y expresa hoy, en su medida y a su manera, algunos de los mejores logros de este bicentenario, la construcción y fortalecimiento del derecho a la educación superior, el conocimiento científico y el desarrollo tecnológico, logros que hay que dimensionar claramente en la perspectiva del poder democratizador de la educación y en el poder de soberanía que proviene del conocimiento. Pero expresa también la supervivencia de tradiciones contradictorias con esos logros, que tensionan nuestra presencia en el horizonte de progreso e independencia de nuestro país, y de su sociedad, hacia la conservación de algunos privilegios sectoriales, políticos y culturales, o incluso, increíblemente, a algunos privilegios derivados de nuestro papel local en la estructura de poder colonial, que la difícil historia de la independencia que comenzó en 1810 alteró definitivamente. Estas tradiciones tienen también su expresión en otras instituciones y poderes de la sociedad civil, bajo diversos ropajes todos los cuales parecen realimentar un relato histórico más propio del centenario que del bicentenario. Nuestra reflexión, la que nos hemos propuesto hacer desde la Universidad y con la comunidad, sobre nuestro Bicentenario, no puede desconocer esas tensiones, pero al identificarlas mejor, tiene que empezar a superarlas. No puede tampoco desconocer la constante expansión de derechos de cada vez más ciudadanos iguales ante la ley, la integración de amplios territorios y el desarrollo y fortalecimiento de los derechos de las diversas poblaciones que lo integran, así como la variada configuración cultural que ha hecho tanto o más por esa misma integración y esos derechos que los esfuerzos deliberados o conscientes construidos desde los ámbitos de poder.

Dra. Carolina Scotto Rectora de la Universidad Nacional de Córdoba



PENSAR LA CIUDAD

ás allá de los diversos análisis existentes y de los matices que pueden señalarse, es una convicción generalizada entre los cordobeses que la ciudad capital de la provincia desmejoró su estado en los últimos lustros y eso impactó en la calidad de vida y en las expectativas de sus habitantes. Los cambios se produjeron además de manera acelerada, en el marco de un Estado que obró por omisión y se desligó de su papel regulador, de sectores empresarios que avanzaron con vertiginosa dinámica imponiendo sus criterios en el desarrollo urbano y de un repliegue de las organizaciones ciudadanas –o un ninguneo estatal hacia ellas– que podrían haber incorporado otras demandas sociales en la agenda pública e institucional. Repensar la ciudad se volvió entonces un imperativo impostergable. Pero ello implica elaborar un diagnóstico y posibles soluciones de una manera “no neutral”, priorizando problemas, actores y estrategias. Para contribuir a ello, Hoy la Universidad reunió algunos aportes de docentes e investigadores de la UNC alrededor de tres grandes temáticas. En primer término, analizando algunas de las más impor-

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Manuel Pascual En la puerta del universo Detalle. Fotografía digitalizada. Copia tipo C, cinta, MDF, 160 cm x 200 cm x 6 cm. Tirada: 1 de 3 + prueba de artista. 2003/2004.

tantes transformaciones urbanas que se dieron en los últimos años y su impacto en el crecimiento de la ciudad y en las diversas zonas que la componen. A partir de allí, además, se proponen estrategias de intervención. En segundo lugar, se reflexiona sobre la situación de los servicios y la infraestructura en Córdoba, planteando propuestas para complementar o revertir el estado de cosas en temas como el transporte urbano, la red metropolitana de caminos o la problemática del riesgo ambiental. Por último, se debate alrededor de las problemáticas del acceso al suelo en la ciudad y las políticas públicas en materia de vivienda, dos temas particulares pero en buena medida entrelazados, que requieren de diagnósticos y estrategias conjuntas. A través de este dossier se intenta entonces realizar desde la UNC un aporte para transformar la ciudad capital. Y ello mediante insumos para la reflexión y la acción, que permitan debatir con algunas miradas imperantes en el sentido común de la sociedad, pero también en buena parte de los actores con capacidad de intervención sobre el desarrollo urbano.


[Ciudad, ambiente y mercado inmobiliario]

CRISIS DE URBANIDAD Mgter. Arq. Carolina Peralta / Arq. Miriam Liborio*

n los últimos años, el Área Metropolitana de la ciudad Córdoba (AMC) ha experimentado una rápida transformación, producto de la expansión de urbanizaciones de gestión privada y de otras actividades que explotan intensivamente recursos naturales, culturales y paisajísticos. El territorio comprendido por el AMC concentra un alto consumo de suelo, donde se desarrolla una fuerte competencia entre los distintos usos productivos del mismo, con marcados problemas ambientales y con políticas de urbanización débiles, que dan cuenta de un sistema de regulación provincial y/o municipal fragmentado y parcial. La urbanización privada generó el crecimiento del parque residencial del AMC, a partir del diseño y comercialización de emprendimientos bajo la modalidad de urbanizaciones de perímetro cerrado conocidas como countries con equipamientos diversos (club-houses, canchas de tenis, campos de golf, centros de servicios), urbanizaciones de chacras con predios rurales con la posibilidad de realizar actividades agrícolas, o condominios suburbanos con amenities, entre otras. Como contracara de este proceso nos encontra-

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mos con las urbanizaciones producidas desde el Estado que continúan acentuando la tendencia a la fragmentación, generando barrios-ciudades para la población carenciada, segregados de la mancha urbana. Pero ¿qué sucede con el crecimiento demográfico del área? Durante la década del 70 la ciudad de Córdoba observó una tasa media anual de crecimiento de 3,1%, en los años 80 fue de 2,1% y entre 1991-2001 descendió a 0,98%. A pesar de esta declinación demográfica, el crecimiento se registra hacia la periferia. La ciudad expulsa población en un proceso centrífugo de contraurbanización, que no resuelve sino que agrava algunos problemas estructurales de arrastre como la dotación de vivienda, empleo y servicios, que ponen en evidencia la necesidad de formular nuevos instrumentos de ordenación del territorio y políticas públicas para su implementación, que asuman el compromiso con las futuras generaciones y que garantice el desarrollo sustentable de la región. EL BOOM INMOBILIARIO Durante el período 2000-2010, el AMC fue el escenario del boom inmobiliario. Las

acciones confiscatorias del Estado sobre los ahorros de los particulares, de 2001, trajo aparejado la pérdida de credibilidad en los sistemas de ahorro tradicionales, lo que originó un importante y creciente flujo de capitales e inversiones hacia la industria de la construcción. Acrecentado por la inversión en bienes raíces de los excedentes comerciales del sector agro-exportador, se presenta como la opción más segura para preservar el valor del capital, debido a que las inversiones comienzan a tener altos niveles de rentabilidad. Además, otras cuestiones coyunturales coadyuvaron en este fenómeno entre las que se destacan: a) la terminación y renovación de la red de accesos a Córdoba (RAC) y un crecimiento sostenido del parque automotor, b) los deseos de sectores medios y medios altos de vivir en contacto con la naturaleza o con su remedo paisajístico, c) la crisis del barrio tradicional y de la sociedad abierta desencadenada por los reclamos de mayor seguridad, d) el avance en las telecomunicaciones y la consiguiente posibilidad del trabajo a distancia o en el hogar, y e) la difusión cultural del modelo de suburbanización y de acceder a una identidad social diferenciada a partir de este tipo de urbanizaciones privadas.


Manuel Pascual Abasto Fotografía. Impresión Lambda. 90 cm x 275 cm. 2007.

Otra particularidad a considerar es la construcción de emprendimientos residenciales bajo la modalidad de viviendas colectivas. En el año 2001 se contabilizaron 2.914 unidades de este tipo, y en 2008, 11.149. Este crecimiento de aproximadamente un 400% se produce alejado de las demandas reales de vivienda por parte de la población de sectores medios y bajos, y se trata de una tipología producida para captar flujos de capitales provenientes de los sectores más favorecidos de la economía nacional e internacional. CONSECUENCIAS Y REPERCUSIONES Córdoba se ha convertido en un buen ejemplo de lo que ocurre en el proceso de una ciudad neoliberal, en la que la mayoría de sus componentes urbanos están sujetos a la comercialización y pueden ser objeto de negocio y especulación sin atender al impacto ambiental producido. La movilidad residencial, los nuevos patrones de consumo de suelo y el incremento en el uso del automóvil generan un nuevo tejido urbano y reorganizan otras redes de relaciones funcionales. El desafío que se plantea es superar las limitaciones de un

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Quienes resultan ser los verdaderos beneficiarios de esta situación son los Desarrolladores Urbanos. Estos grupos empresariales que gestionan, diseñan, promueven y comercializan estos emprendimientos inmobiliarios, hacen crecer la ciudad a partir de lógicas determinadas por el mercado, pero generan dependencia de los municipios para que la población acceda a servicios e infraestructura. Para los emprendedores, el proceso se asienta en la búsqueda de una rentabilidad extraordinaria del suelo a partir de su transformación de rural a urbano. Una hectárea de tierra rural en el AMC oscila entre 12 mil y 20 mil dólares; la sola autorización para una urbanización eleva este valor entre 5 y 10 veces, con lo cual se recupera rápidamente la inversión inicial sin necesidad de haber comercializado la totalidad de las unidades. El impacto en el mercado de suelos afecta a la ciudad entera, produciendo un incremento importante en los valores de la tierra lo que incide especialmente a la población con menores recursos que encuentra grandes dificultades de acceso a predios para el asentamiento de vivienda, en relación a zonas urbanizadas con buena dotación de servicios.

PENSAR LA CIUDAD

Los fraccionamientos cerrados y los condominios verticales y horizontales de lujo son el producto inmobiliario más exitoso de los últimos tiempos; se promociona la seguridad, la exclusividad social, la exaltación de la calidad ambiental y la generación de plusvalía. Esto indica que el modelo se nutre más desde la oferta que desde la demanda. Al no existir otras alternativas, los clientes asimilan el discurso y se consolida la imagen de segregación residencial. Del estudio y análisis de esos emprendimientos de gestión privada encontramos que los municipios manifiestan debilidad política y técnica para enfrentar la complejidad emergente de este proceso urbanizador. Por un lado, sostienen argumentos para estimular el asentamiento ante la necesidad de atraer inversiones –para mejorar la recaudación a través del cobro de tasas por los servicios prestados–, y por el otro, mantienen la promesa de la generación de puestos de trabajo para los contextos empobrecidos de cada municipio. Sin embargo en la práctica, la prestación de servicios se torna insostenible y gravosa para el municipio por la baja ocupación de los complejos residenciales y porque la promoción de mano de obra es precaria e informal.


Estado débil –política y técnicamente– que debe encontrar su propia sustentabilidad económica y asegurar una redistribución más equitativa de la riqueza. Los poderes públicos deben controlar y orientar los cambios para evitar el desarrollo urbano selectivo promovido por capital privado, tanto en la producción de vivienda como en las propuestas de creación de equipamientos comerciales y culturales. Al tiempo que se produce la insularización de tales piezas urbanas, la ciudad incrementa su déficit en infraestructura, las obras que se realizan buscan privilegiar las nuevas urbanizaciones a fin de garantizar su funcionamiento o valorizarlos aún más, mientras que los bolsones de pobreza carecen de obras e inversiones. Esto acrecienta la brecha urbana de una ciudad polarizada entre el segmento ABC1 (público objetivo de los emprendimientos privados) y los barriosciudades de la vivienda promovida por el Estado. Al mismo tiempo aparece un parque habitacional ocioso que no es concurrente con la demanda real de vivienda de los sectores medios y medios bajos de la sociedad. Se estima que el déficit habitacional de Córdoba no es satisfecho ni por las propuestas empresariales ni por la del Estado. Esta falta de congruencia entre la demanda real y la oferta habitacional hace que exista un mercado sobreofertado al que no acceden los sectores medios, incrementando aún más las brechas sociales. Este fenómeno debe ser analizado también en su impacto ambiental. A la ocupación ineficiente del suelo a partir de la dispersión territorial, se le agregan las secuelas emergentes de la pérdida de suelo productivo. Los emprendimientos se valen del recurso natural como principal argumento de venta, sin embargo esta apropiación del paisaje como fuente de renta por parte de los desarrolladores presenta serios problemas en relación con la impostación de modelos foráneos, inadecuados a los ecosistemas que afecta. Con esto nos referimos: a las alteraciones del régimen hídrico, al escaso control y mitigación del impacto ambiental, a la transformación de la morfología del suelo, a la

privación de acceso público a bordes de ríos o lagunas que evidencian la falta de gestión integrada de las cuencas. DESAFÍOS HACIA ADELANTE El AMC se encuentra ante un gran desafío para encarar su futuro, lo que demanda escenarios alternativos para su regulación. La gestión de la ciudad de Córdoba requiere de un liderazgo político para ejecutar los múltiples proyectos emergentes de un serio ejercicio democrático y reflexivo entre los diversos actores (ciudadanos, emprendedores, urbanistas, políticos, etc.), lo que necesita de un esfuerzo mancomunado del que resulten acuerdos entre el Mercado, el Estado y los profesionales actuantes para garantizar la sustentabilidad urbano-territorial en un contexto de equidad. Toda vez que la política urbana actual incrementa las distancias sociales y refuerza modelos que favorecen el repliegue de los espacios públicos promoviendo soluciones en manos privadas. Entendemos que el vigor del sector inmobiliario puede considerarse una fortaleza siempre y cuando existan compromisos con la dimensión pública de la ciudad. Se plantean aquí algunas opciones y/o posibilidades para revertir o frenar este desequilibrio. El Estado puede regular el mercado mediante la captura de plusvalías, grabar las rentas extraordinarias de los desarrolladores y de esa manera revertir las deficiencias en otros sectores de la economía urbana; también puede hacerlo mediante un banco de tierras que rescate con el tiempo la revalorización del suelo, en las infraestructuras invertidas. La producción masiva de vivienda debe acercarse a la demanda real, armonizar con el medio ambiente y vertebrarse con el territorio mediante la construcción de infraestructuras y equipamientos, y así producir ciudad y ciudadanía. Para ello es necesario redimensionar el papel del Estado en la ordenación del espacio urbano y territorial, para evitar que la ciudad crezca inercialmente sin que medien políticas redistributivas. No se trata de descalificar ni de inhibir el

desarrollo urbano, ya que ello distorsionaría artificialmente el valor de los inmuebles, sino que intentamos reflexionar sobre algunas de sus consecuencias menos visibles. La enorme brecha en cuanto a oportunidades de acceso a la vivienda y su consecuente polarización residencial implica volver a intentar posicionar el problema de la vivienda en las agendas de la Universidad Pública estudiando integral e interdisciplinariamente el problema del habitar, y desde el Estado comenzar un proceso histórico de inclusión, promoviendo una redistribución más justa de la riqueza. La espacialización en el territorio de estos procesos implica apostar a la integración y a la urbanización de las áreas degradadas, la inversión en equipamientos de educación y salud pública, y de las políticas activas de generación de empleo

El presente artículo resume algunas reflexiones producidas en el marco de investigaciones llevadas adelante, desde 2007, por el equipo de trabajo dirigido por la Mgter. Arq. Carolina Peralta y co-dirigido por la Arq. Miriam Liborio. Equipo de investigadores, Arqs.: Adriana Mayorga, Isabel Gasparetti, Augusto Bravo, Pablo Senmartin y Yanina Chiantore. Instituto de Investigación de la Vivienda y Hábitat. FAUD, UNC. Subsidios SeCyT (Secretaría de Ciencia y Técnica)-UNC y MinCyT (Ministerio de Ciencia y Tecnología).

[*] Investigadoras y docentes de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la UNC.


Ramiro Vázquez. S/T. Técnica mixta sobre tela. 30 cm x 30 cm. 2009.

Arq. Silvia Grifone* os tejidos residenciales, la vivienda y su entorno, han constituido históricamente la mayor parte de los territorios urbanos, asumiendo un rol protagónico en la definición de la forma de las ciudades. La estratificación del espacio residencial, como expresión y contrapartida de la estratificación de la sociedad, no es un fenómeno nuevo en nuestras ciudades, como tampoco lo es la división social del espacio, verificable en la totalidad de las metrópolis latinoamericanas.

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Sin embargo, en las últimas décadas se han producido cambios sustanciales en los procesos de ocupación del territorio, entre los que se destaca la aparición de una nueva modalidad residencial: las urbanizaciones cerradas. Basta recorrer algunos kilómetros, desde el centro hacia la periferia, para comprobar las transformaciones operadas en los escenarios residenciales de nuestras ciudades. No se trata de la expansión explosiva de los años 50, durante la época de radica-

ción industrial, que en la ciudad de Córdoba se verificó acabadamente con la instalación de las automotrices. Tampoco del lento crecimiento vegetativo propio de los períodos de menor desarrollo económico. Es ésta una nueva forma de crecimiento de la ciudad, cualitativamente diferente, que implica el pasaje irreversible de un tejido urbano sociocultural heterogéneo a una nueva configuración espacial definida por la proliferación de emprendimientos residenciales del tipo ghetto, que promueve

PENSAR LA CIUDAD

UNA MARCA DE ÉPOCA

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[Transformaciones generadas por los barrios cerrados]


la ruptura del sistema urbano a partir del surgimiento de artefactos autistas, totalmente escindidos del tejido que los contiene. Con la instalación del modelo neoliberal en el país se verifica, a partir de los años 70, un incremento sustancial de la participación del capital privado en la construcción del espacio urbano, que junto a su necesaria contrapartida -el retroceso del Estado en su función reguladora-, dan origen al surgimiento de grandes desarrollos de diverso tipo. Entre estos desarrollos ocupan un lugar destacado las urbanizaciones cerradas que, a pesar de constituir un fenómeno urbano relativamente reciente, se instalan rápidamente en las principales ciudades argentinas –y en el imaginario social– como uno de los más importantes paradigmas residenciales contemporáneos. Se trata de asentamientos destinados casi exclusivamente a usos residenciales, que se definen por la privacidad de sus espacios y servicios, por sus particulares códigos de funcionamiento, plasmados en reglamentos internos y prácticas sociales, y por las manifestaciones materiales de su aislamiento, expresadas por cercos y murallas que los separan de la ciudad que los contiene. Presentan una configuración urbana que reconoce su origen en las diferentes versiones del suburbio anglosajón y de ciudad-jardín europeos, con lotes de grandes superficies, alta proporción de espacios verdes, a veces instalaciones recreativas, deportivas y sociales de uso común, servicios de infraestructura y gastos de mantenimiento y funcionamiento compartidos mediante el pago de expensas. Estas particulares características de las urbanizaciones residenciales cerradas promueven la fragmentación del tejido urbano, interrumpiéndolo no sólo en el sentido físico-espacial, sino también en su continuidad social y vivencial. Los nuevos escenarios residenciales que estos emprendimientos plantean ponen en crisis la concepción clásica de la unidad funcional del tejido urbano, la manzana, extendiendo la mancha urbanizada en lenguas de muy baja densidad con predominio de vacíos y

creando una nueva ciudad, donde las continuidades van siendo sustituidas por murallas internas. FORMAS DEL CRECIMIENTO En Córdoba se producen, a partir de la década del 70, transformaciones socioeconómicas que se expresan en mutaciones en la configuración de la ciudad y en la evolución histórica de su estructura urbana, registrándose importantes alteraciones en los patrones de ocupación territorial y de localización de actividades residenciales y de equipamientos. A diferencia de lo ocurrido en décadas anteriores, el crecimiento de la ciudad no se produce por extensión del territorio urbanizado en situación de continuidad con la trama existente, sino principalmente por la anexión fragmentaria de tierras rurales que se destinan fundamentalmente a dos tipos de usos residenciales: las urbanizaciones cerradas, dirigidas a los sectores de ingresos más altos, y los planes de vivienda social –nuevas ciudades sociales o nuevos barrios– destinados a los sectores de menores ingresos. La periferia de la ciudad se va construyendo, por un lado, a partir de la localización de grandes emprendimientos residenciales de alta gama que demandan un enorme consumo de suelo urbano y plantean la incorporación de nuevas formas urbanas, y por el otro, con la radicación de sectores cada vez más numerosos de población, que frente a la imposibilidad creciente de acceder al suelo o a la vivienda en áreas consolidadas, se ven expulsados hacia los bordes urbanos. Con sus modalidades específicas de ocupación territorial, ambas situaciones implican la sustitución de la expansión gradual de la cuadrícula tradicional por desarrollos de fragmentos urbanos que se expanden hacia la periferia sin más planificación ni control que los que imponen las leyes del mercado inmobiliario. En estrecha interacción con el surgimiento de estos asentamientos, productos urbanos de carácter global como las autopistas y los grandes emprendimientos destinados al comercio o al esparcimiento,

hacen su aparición en el escenario urbano creando nuevas centralidades y tensiones. De este modo, se va conformando un modelo de ciudad basado fundamentalmente en habitar en ghettos residenciales, trabajar en centros de negocios, consumir en centros comerciales, divertirse en centros de esparcimiento, donde cada parte constituye un fragmento y todos ellos se relacionan entre sí a través de autopistas diseñadas en función del automóvil particular. BARRIOS CERRADOS La primera urbanización cerrada destinada a vivienda permanente apareció en la ciudad de Córdoba en 1985. Esto da un giro importante a la concepción de este tipo de urbanizaciones, que en sus inicios se plantearon como de segunda residencia y de ahí en más, se desarrollarán casi exclusivamente como sedes de vivienda permanente. A partir de entonces comienza el éxodo de los habitantes más pudientes de los antiguos y tradicionales barrios de la ciudad hacia estos novedosos emprendimientos residenciales, que ofrecen una atractiva forma de vida que, según los anuncios de las campañas publicitarias, les garantizará familia, felicidad y sosiego. Los desarrolladores inmobiliarios contribuyen con su discurso a exaltar la situación de inseguridad de la población, otorgándole un lugar central en el imaginario social y promoviendo al mismo tiempo los valores de la exclusividad, el confort y la vida en contacto con la naturaleza. A partir de ello se va construyendo una noción privada del espacio público donde las tramas son más abiertas y flexibles, el paisaje más estético y agradable, y en donde la estructura y fisonomía se ven transformadas en función de las lógicas del consumo. En un período de 15 años surgen y se consolidan, en un vertiginoso proceso de anexión de suelo urbano, más de un centenar de urbanizaciones cerradas en la ciudad y su área metropolitana. Lo que en un principio fuera comercializado como una forma de vida exclusiva, reservada a unos pocos, comienza rápidamente a difundirse como un exitoso ne-


a) Las urbanizaciones cerradas contribuyen significativamente a los procesos de expansión periférica a baja densidad: un indicador que expresa el importante impacto cuantitativo de las urbanizaciones cerradas es la cantidad de suelo urbano anexado por estos emprendimientos en relación con la superficie total urbanizada. En este sentido, puede observarse que del total de suelo urbano anexado entre los años 1984 y 2007 (5.516 hectáreas), 43%

Fuente: Dirección de Urbanismo, Municipalidad de Córdoba.

Accesos a Córdoba (RAC), que mejoró notoriamente la conectividad con las localidades del área de las Sierras Chicas, y debido a la disponibilidad de grandes extensiones de tierra a bajo costo, se localizan gran cantidad de desarrollos inmobiliarios en el primer anillo metropolitano de Córdoba, principalmente a lo largo de los corredores que vinculan el área central con las poblaciones serranas, extendiendo los límites de la ciudad sobre los principales ejes viarios hacia el noroeste en una interminable sucesión conurbana de barrios amurallados. REFLEXIONES FINALES Las urbanizaciones cerradas proponen una forma de organización del hábitat que constituye uno de los emergentes más característicos de las tendencias socioeconómicas de la época. Por un lado, muestran la retracción institucional del Estado y el correlativo avance de los sectores privados en la gestión del espacio y de los servicios públicos. Por el otro, a partir de la configuración física que proponen, donde el elemento protagónico es el cerramiento físico excluyente, expresan un paradigma de la fragmentación social. Sin normas generales que regulen el mercado del suelo, sin capacidad estatal –técnica y política– para garantizar la orientación y la planificación del crecimiento de la ciudad, el capital inmobiliario gana cada vez más espacio en la ciudad y los gobiernos, en sus diferentes estamentos, terminan planificando por omisión. Al mismo tiempo, la carencia de una planificación de ámbito suficiente que involucre la escala territorial, abarcando los municipios del área metropolitana, plantea problemas de gobernabilidad que impiden avanzar en la regulación de los procesos del crecimiento metropolitano, uno de cuyos principales factores es la proliferación indiscriminada de estos emprendimientos

[*] Investigadora y docente de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la UNC.

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HIPÓTESIS SOBRE LAS TRANSFORMACIONES

(aproximadamente 2.400 hectáreas) fueron urbanizadas bajo la forma de emprendimientos cerrados. b) Las urbanizaciones cerradas plantean escenarios de segregación socio-territorial, extensión de no-lugares, fragmentación y discontinuidades urbanas. Las mismas se localizan principalmente en los sectores noroeste y sur de la ciudad. En los sectores este y norte se verifica, en cambio, la mayor concentración de conjuntos de vivienda destinados a población con menores recursos. Esta tendencia de localización acentúa y profundiza la división entre los grupos sociales y sus espacios territoriales, definiendo las llamadas áreas brillantes y áreas opacas: sectores completos y homogéneos de la ciudad destinados a los ricos, diferenciados de otras áreas destinadas a los pobres. c) Las urbanizaciones cerradas constituyen un fenómeno que trasciende los límites jurisdiccionales de la ciudad, involucrando la escala metropolitana, afectando las relaciones entre ciudad y territorio, y alterando paisajes naturales, productivos y culturales que son patrimonio de la sociedad. A partir de la construcción de la Red de

PENSAR LA CIUDAD

gocio inmobiliario que se diversifica en una amplia gama de alternativas habitacionales destinadas a sectores de ingresos medios, generando nuevas tipologías de urbanizaciones cerradas para diversos gustos y presupuestos. En los últimos años se produce asimismo un fenómeno de exportación del modelo cerrado, que se proyecta hacia otras formas de crecimiento y densificación en áreas centrales y pericentrales de la ciudad, dando origen a condominios, casonas y demás emprendimientos cerrados en altura.


Viernes 28 de Julio de 2006.

Martes 23 de Enero de 2007.

Martes 25 de Julio de 2006.

[Pautas de intervención en los barrios pericentrales]

RENOVACIÓN URBANA EN LA CIUDAD CONSTRUIDA Arq. Mariano Faraci / Arq. Celina Caporossi / Arq. Federico Litvin* as ciudades crecen y esa es su condición desde que el mundo es principalmente urbano; crecen, cambian y se modifican a la par que crece la población y la manera de asentarse la sociedad en el territorio. Asociación de procesos que encuentran su origen en el entramado sociocultural de una época, irán definiendo distintas lógicas de urbaniza-

L

ción, estableciendo cambios y permanencias. Las transformaciones visibles, si bien acompañan el cambio de las estructuras sociales, tienen tiempos diferenciados; de hecho –si no median catástrofes importantes– los cambios en la estructura física y espacial de una ciudad se producen la mayoría de las veces de manera puntual y progresiva.

En esta silenciosa pero persistente renovación se pueden establecer momentos, saltos en la configuración de una ciudad en correlato con profundos cambios sociales y de paradigma, que determinan el valor que se le otorga a la ciudad construida, consolidada. Entre el impacto de los cambios denominados globales junto a la persistencia de la ciudad moderna, y la cre-


CAMBIOS EN LAS LÓGICAS DE CRECIMIENTO Si se revisan las transformaciones territoriales en la ciudad de Córdoba producidas en las últimas décadas podríamos verificar que, con una posición estratégica en el contexto regional en tanto ciudad intermedia, a la par que complejiza su crecimiento involucrando su entorno metropolitano, va definiendo un panorama no-lineal en la manera que este creci-

miento adopta en acuerdo con los nuevos procesos de época. A la lógica de crecimiento que alentaba la expansión urbana del siglo XX, conjugando el crecimiento periférico extensivo con la densificación del área central y una lenta consolidación de los barrios tradicionales, se le superpone otra a comienzo del nuevo siglo, producto de un creciente protagonismo en los procesos de crecimiento del capital privado concentrado, que no sólo disloca el espacio urbano consolidado sino que genera nuevas tensiones traccionando hacia modelos territoriales más difusos. Inversiones puntuales y de escala en materia de vivienda y equipamiento fuertemente impulsados por el mercado inmobiliario, aprovecharán las ventajas de aglomeración tanto sea en la periferia urbana o en el más tradicional de los barrios céntricos. Nuevos núcleos de actividades –countries, barrios cerrados, hipermercados, etc.–, no sólo definirán nuevas modalidades de residir y consumir en la ciudad, sino que producirán movimientos

poblacionales internos dentro de la estructura de la misma y fuera de ella. Así, la expansión de la ciudad actual es producto de relaciones de complementariedad cada vez más intensas con los centros vecinos, alentadas por las vías rápidas de conexión, que además promueven un crecimiento periférico en fragmentos. A la par, las áreas intermedias más consolidadas son escenario de una lenta pero creciente sustitución de su tejido a través de la incorporación de nuevas tipologías edilicias en altura, de manera puntual pero progresiva, de la mano de la inversión inmobiliaria1. En contrapartida, amplios sectores –barriadas completas de las áreas intermedias y periféricas indistintamente– sufren un deterioro acelerado a medida que los problemas de infraestructura y servicios crecen sin un rol claro del Estado dirigiendo estos procesos. Desarticulación de las inversiones con respecto a la demanda que delatan una falta de políticas en materia de vivienda; ausencia de un soporte de infraestructura y de servicios en acuerdo con los nuevos usos urbanos; ausencia de polí-

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ciente necesidad de direccionar los procesos de crecimiento cada vez más multidireccionales y complejos, el concepto de renovación urbana ha adquirido desde la teoría y la práctica urbana nuevos significados, que aún en sus distintas acepciones encuentra a la ciudad construida como protagonista del desarrollo. Una dirección disciplinar que indaga sobre la manera de alentar los procesos endógenos, un movimiento al interior de la ciudad, privilegiando un tipo de crecimiento intensivo en tanto retorno hacia la ciudad existente.

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Manuel Pascual. Terrazas. Fotografía. Impresión Lambda. 22 x 200 cm.


ticas estatales que equilibren déficits en materia de espacio público, movilidad y suelo urbano; serias asimetrías y procesos crecientes de segregación socio-espacial, son apenas algunos de los emergentes de estos procesos no planificados. Aún a costa de simplificación, podríamos afirmar que en todas las ciudades latinoamericanas dos ciudades conviven y pulsan a dos modelos cada vez más antagónicos: una, la ciudad pública, plural y democrática, y la otra, la ciudad privada, fragmentada y expulsiva. En este sentido, cualquier intervención en torno a la ciudad construida –bajo esta hipótesis– es un operativo que supera lo meramente funcional u ordenador y establece compromisos de otro orden con respecto a la manera que se produce el espacio urbano. Algunas de estas ciudades, tras el modelo Barcelona, han empezado desde hace algunas décadas a probar transformaciones dirigidas a partir de fuertes apuestas en nuevos programas y actividades colectivas vinculados con nuevos esquemas de movilidad, valorizando y reposicionando amplios sectores de la ciudad construida, como son los casos de Curitiba y Porto Alegre en Brasil, y Bogotá, Quito y Medellín en Colombia. BARRIOS PERICENTRALES La ciudad de Córdoba, en este sentido, aun cuando presenta una importante tradición en articular desde lo público planificación con obras públicas (basta repasar el período democrático de los años 80) y el desarrollo a lo largo de su historia de distintos modelos físicos de crecimiento, carece actualmente de planes integrales y políticas operativas que adecuen el espacio urbano a las nuevas dinámicas de crecimiento, pero que fundamentalmente lo potencie a partir de su identificación e intervención. Volver a la ciudad construida en una mirada integral, refiere a promover un crecimiento intensivo recuperando áreas existentes, tanto desde el punto de vista social como físico. En la ciudad de Córdoba encuentran su expresión los barrios tradicionales, en particular los que conforman el primer anillo pericentral, también denomi-

nados Barrios Pueblos: Alberdi, Alta Córdoba, Güemes, San Vicente y General Paz. Todos ellos con un origen compartido, surgidos en la primera expansión de la ciudad del siglo XIX, mantienen una de las reservas de tejido histórico más homogéneo, continuo y mejor conservado de la ciudad, que preserva gran parte de los rasgos de identidad. Ventajas de localización, por su proximidad al centro urbano, aglomeración e infraestructura, así como un soporte normativo que admite densidad en altura, constituyen los principales factores que han atraído al mercado inmobiliario. Sin embargo, esta renovación no planificada además de modificar de manera definitiva el perfil barrial, ha incrementado las asimetrías en el crecimiento. Al interior de los barrios conviven importantes áreas en estado de abandono y/o sub-utilización con pérdida de población residente, con otras que presentan una acelerada renovación por sustitución tipológica y densificación, muchas veces de dudosa calidad constructiva y ambiental. Estas alteraciones también afectan a las centralidades tradicionales, equipamientos, plazas y espacios públicos, que presentan signos importantes de deterioro allí donde el barrio ve alterado el espacio urbano –como en Alberdi y San Vicente– o redefinen su rol incorporando nuevas funciones de escala con pérdida de identidad barrial –como en Güemes y General Paz–. Por historia y densidad, estos barrios expresan las transformaciones socioeconómicas y los cambios productivos de la ciudad en su conjunto, tanto en su arquitectura visible –fábricas abandonadas, infraestructuras obsoletas, etc.– como en sus usos –crecimiento del comercio y la residencia colectiva– y modos de expresión del entramado social –centros vecinales y resistencia–. La tensión permanente entre un Estado cada vez más ajeno, un mercado que crece en hegemonía y una sociedad civil que en general permanece expectante –aunque en particular se expresa, como en la reciente manifestación en torno a la chimenea de la ex-cervecería o la defensa del patrimonio que ejercen los vecinos de San Vicente–, será el con-

texto en el que se producen los cambios. Toda actuación tendiente a producir las transformaciones que consideramos necesarias deberá tener en cuenta como totalidad la articulación entre espacio público, tejido urbano y equipamientos sociales. Espacio público, que es preciso recuperar en tanto estructurante de lo privado en las cuatro condiciones que lo definen, como señala Fernando Carrión: lo simbólico, lo simbiótico, de intercambio y de civismo. Tejido Urbano, en tanto articulador de lo público y lo privado, el lugar de la mixtura de usos que permite reconstruir el tejido social y urbano tradicionalmente heterogéneo. Equipamientos sociales, como componente fundamental de la configuración y revitalización urbana en tanto canales que facilitan la participación ciudadana y el desarrollo individual y colectivo del habitante, condensadores sociales y, a la vez, soporte de servicios, igualadores y nodos de referencia. Revisar el rol de estas áreas desde la configuración de la estructura urbana es pensar en la manera de establecer, con respecto a la ciudad tradicional, nuevas relaciones que en simultáneo permitan determinar pautas para la renovación edilicia, a la par de preservar y valorizar el patrimonio urbano construido. Son muchos los interrogantes que se abren a la hora de estudiar y ensayar de qué manera se debe intervenir. Se destacan entre los principales: ¿cómo renovar en tejidos cualificados y de fuerte componente identitario?; ¿cuáles son las variables de nuevo tipo que deben guiar y conducir una renovación urbana?; ¿cómo se definen los operativos urbanos arquitectónicos en estas áreas consolidadas?; ¿de qué manera se articula la intervención física-identitaria con programas socioeconómicos de planificación?; ¿qué densidades son factibles y deseables? PAUTAS PARA LA INTERVENCIÓN En el ámbito de la UNC y en la enseñanza de la Arquitectura2, estos interrogantes estructuran las reflexiones sobre problemáticas reales en entornos de fuerte compromiso urbano. Algunas conclusiones e


lidad urbana, que redefinen el concepto de hábitat y que obligan a considerar las nuevas intervenciones de transformación de la ciudad bajo estos aspectos. “En la medida que los problemas de la ciudad se singularizan, las políticas urbanísticas sectoriales se convierten en unos agentes privilegiados para reconducir un proceso de transformación que la ciudad reclama”, dice Joan Busquets, y ese es tal vez el mayor desafío que se plantea a la hora de reconocer el rico entramado que nos ofrece la ciudad construida, en el delicado equilibrio entre especificidad y mirada integral, entre el cambio necesario y la permanencia de valores urbanos 1 El área central y las áreas intermedias registran una pérdida de población residente, con 8% menos de 1990 a 2001, según los censos de esos años. Sin embargo, no hay datos sobre el impacto de los procesos de renovación y densificación sistematizados comenzados en 2003, que hacen prever un aumento paulatino de población, teniendo en cuenta el incremento exponencial de los pedidos de edificación al municipio, desde la fecha a la actualidad, en la totalidad de los barrios pericentrales. 2 Trabajos académicos de investigación desarrollados en la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la Universidad Nacional de Córdoba por el equipo de Investigación de las cátedras de Arquitectura, IA, IID y IVB; subsidiado por SeCyT, períodos bianuales 2008-2009 y 20102011 y, en ese marco, por los resultados del Seminario - Taller de Investigación Proyectual, con carácter de curso de Posgrado, que se realizó en Córdoba en octubre de 2009.

[*] Investigadores y docentes de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la UNC.

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Ahora bien, esta renovación -necesariamente conducida por el Estado- es preciso que se despliegue sobre lineamientos globales de gestión urbanística orientados a una planificación que derive en un desarrollo más compacto de la ciudad, a la par de otorgar nuevos roles y calidad urbana a las áreas más consolidadas. Será el Proyecto Urbano-arquitectónico, en tanto instrumento para intervenir de manera directa sobre el espacio urbano, el que se constituya en una herramienta de gestión y de transformación dirigida en el espacio intra-municipal. Indagar en la renovación urbana como modo de intervenir en la ciudad construida supone, entonces, articular bajo un plan integral aquellos aspectos que por especificidad permitan establecer nuevas lógicas para las áreas mencionadas y, por ende, para el conjunto de la ciudad, sintetizados en los siguientes conceptos-tópicos: El espacio urbano, que en tanto espacio construido presenta un conjunto de elementos físico-espaciales que lo configuran y están afectados a renovación, y con respecto a los cuales hay que reconocer sus características tipológicas, urbanas y sociales. El espacio social, determinado por las características poblacionales y las formas sociales de ocupación y uso del espacio urbano. El derecho a la ciudad y el derecho al barrio como las nuevas referencias de construcción ciudadana, el derecho como habitante de la ciudad a desarrollarse en un ambiente urbano digno y, por ende, todas las cuestiones que articulan población, espacio urbano e identidad. Los aspectos normativos, que suponen la Gestión del Espacio Urbano en los procesos de renovación urbana en escalas micro, los nuevos instrumentos –participación ciudadana, recupero de plusvalía– y la redefinición de la normativa urbana –plan de sector, plan particular y/o plan de barrios–, a partir de la consideración de la especificidad y del proyecto urbano como instrumento. Los aspectos ambientales, es decir cuestiones que involucran a la adopción de criterios de Sustentabilidad y Habitabi-

PENSAR LA CIUDAD

hipótesis de trabajo que se transcriben a continuación son parte de ese cuerpo teórico-práctico que no sólo guían los ensayos, sino que también van aportando a la organización de un conjunto de propuestas sistematizadas sobre la manera de intervenir en la ciudad construida. Es parte de la hipótesis inicial la afirmación que una política de renovación urbana y sectorial en operativos integrales contribuye a regular los modos de funcionamiento del mercado, estableciendo un control sobre el crecimiento y ordenamiento de la ciudad. Políticas que, dadas sobre la base de la recuperación del patrimonio edificado, permiten atemperar los procesos de extensión, entendiendo por patrimonio edificado al conjunto del acervo edificado durante el transcurso del proceso de formación de la ciudad. A su vez, estos operativos de orden físicoespacial deben articular acciones de transformación del espacio físico construido con programas de integración social en tanto afecta a colectivos sociales, favoreciendo la heterogeneidad social y la fijación de población. Privilegiando lo doméstico sobre lo monumental, es la articulación e incorporación de nueva vivienda, equipamiento social y espacio público, el programa urbano capaz de constituirse en el motor de una recuperación en escalas barriales. Estas intervenciones, que de por sí presuponen una redensificación y mixtura de usos, alteran el espacio existente, por lo tanto deben contemplar los modos de garantizar la continuidad espacio temporal, de manera de asegurar los rasgos identitarios barriales y contribuir a crear un ambiente urbano más apto para el desarrollo social. En estos contextos, las posibilidades de creación de nuevos espacios centrales, habitabilidad urbana y renovación de áreas deprimidas parecen estar supeditadas, al decir de Jordi Borja, a articular plan, proyecto y situación urbana en “nuevos espacios de concertación y participación ciudadana”. El desafío es indagar sobre la articulación entre los procesos de crecimiento y los instrumentos de planificación capaces de direccionar y traccionar acciones integrales y pro-activas de los tejidos tradicionales.


[Pensar la planificación]

CONSTRUIR Y PRODUCIR CIUDAD Arq. Alejandro Cohen*/ Arq. Carlos Gómez** / Arq. Juan Giunta**

1. Cómo construir la ciudad y la ciudadanía como dos caras de una misma moneda “La ciudad es vivencia personal y acción colectiva a la vez. Sus plazas y calles y sus edificios emblemáticos son el lugar donde la historia se hace”. (Jordi Borja, 2007) Primero hay que contestar una sencilla pregunta de respuesta compleja: ¿Cómo se producen las ciudades? La producción de la ciudad es el resultado de la articulación de tres lógicas o sentidos: la de la acumulación del capital, la del poder político y la de la reproducción de la vida humana. Esto nos lleva inmediatamente a reconocer la naturaleza multiactoral que implica esta definición y que supone identificar respectivamente el accionar del Mercado, del Estado y de la Sociedad Civil. De cómo esté planteado de manera concreta el “contrato social” que plantea esta relación, podremos deducir los “pesos relativos” de estos factores en la construcción de la ciudad y de la propia ciudadanía. Esto nos requiere una mirada objetiva, realista y comprometida con la naturaleza pública, social y colectiva de la ciudad como construcción cultural permanente tanto de memoria como de nuevos imaginarios del habitar contemporáneo. ¿Cómo queremos vivir? ¿Cómo podemos vivir? ¿Qué vendría a ser una ciudad democrática con inclusión y equidad social? ¿Qué pueden aportar las disciplinas que se ocupan de “lo urbano” para el mejoramiento de la ciudad? ¿Remiten sólo a diagnósticos más o menos acertados o podemos esbozar propuestas concretas de mejoramiento

de la ciudad desde una racionalidad que entienda su naturaleza compleja y sus demandas simples? Córdoba tiene que adecuar su perfil productivo a las dinámicas y posibilidades económicas no sólo locales sino regionales, nacionales y globales con las cuales interactúa. Su logística productiva y de servicios está en permanente demanda. Córdoba tiene que modernizar sus infraestructuras territoriales de movilidad, provisión de agua, efluentes, calidad ambiental del asentamiento y servicios básicos. La capacidad de su soporte territorial y sus redes de servicios están muy por detrás de las demandas actuales. Córdoba tiene que garantizar alojar a la población creciente en un entorno habitable con buena calidad para la vida comunitaria, con una articulación de espacios públicos, equipamientos y accesibilidad a las distintas centralidades y movilidades que garanticen una ciudad diversa y heterogénea pero lo más integrada posible. ¿Una utopía? Por allí anda la agenda urbana. 2. ¿Cómo organizar el crecimiento de la ciudad? Segregación vs. Integración urbana “Córdoba es un fenómeno complejo que se debate entre antiguas contradicciones: impulsada hacia el cambio y anclada en la tradición, creciendo desmesuradamente y luchando por mantener su escala, llena de vitalidad y ahogada en su situación de provincianismo, vive a saltos, desigualmente, difícilmente”. (Marina Waisman, 1970) ¿Cómo se da el crecimiento de nuestra

ciudad? a) Sigue la tendencia al crecimiento de la población urbana; b) se da un crecimiento por adición con segregación socio-espacial tanto por expansión en desmedro del área rural como por densificaciones selectivas; y c) persiste la incapacidad estructural de producción universal de infraestructuras territoriales que ya exceden a la propia ciudad, y de viviendas sociales que quedaron acotadas a la extrema pobreza con las erradicaciones de villas. El no acceso al crédito hipotecario es una de las claves de una ciudad cada vez más inequitativa. Mezcla social, accesibilidad a centralidades y movilidades son tres ingredientes claves, que a nuestro juicio pueden contribuir a organizar una ciudad democrática. Cómo garantizar la mezcla social que ya se da en varios sectores de la ciudad es un tema central para el futuro de la ciudad. Hay que profundizar un poco más en lo que significa la “guetificación” de la ciudad en enclaves de riqueza y pobreza. Nuestra ciudad tuvo y tiene otras posibilidades. Podemos tener diversos lugares y niveles socioeconómicos. De hecho cierta segregación en los modos de vida es inevitable en la ciudad contemporánea. Pero por eso mismo debemos garantizar la accesibilidad y calidad de los espacios de integración, que son los espacios públicos. No hay estrategias de crecimiento sin estrategia de espacios públicos. Y tampoco sin políticas de vivienda social como parte de políticas urbanas. El tema es que las nuevas centralidades no sean sólo una política del sector privado


como alternativa válida ante la extensión, y es un paso indispensable para afrontar problemas tales como la sustentabilidad del transporte masivo, la extensión de la infraestructura, el acceso de la población a los equipamientos y espacios públicos, y a la correcta relación vivienda-trabajo. Necesitamos a partir de un plan consensuado, los programas de actuación por áreas, sectores y barrios que hagan converger los esfuerzos no sólo entre actores públicos y privados sino que hagan coherente y concurrente la acción del propio Estado. Estamos lejos de eso, pero hay que intentarlo. Y hay valiosas experiencias parciales al respecto. Tenemos tradiciones de acción urbana interesantes aunque incompletas, desde la política de consolidación del Centro y su actual expansión a Nueva Córdoba, el Parque Sarmiento y Ciudad Universitaria. La creación de Parques Urbanos como el General Paz y el de las Naciones, la recuperación del Río y la continuación de La Cañada. Y el mantenimiento en el dominio público de lugares como el Buen Pastor o

el Palacio Ferreyra. Políticas parciales y tal vez inconclusas en muchos sentidos. Pero por allí hay que persistir con las cárceles, las parrillas ferroviarias y otros dominios públicos indispensables para una reestructuración urbana. Son los nodos para rearticular una Córdoba policéntrica e integradora. Es un patrimonio que hay que cuidar sin por ello negar posibles y parciales concertaciones con el sector privado. Pero sin vender las “joyas de la abuela”. 3. El lugar del Estado en la definición de reglas y condiciones para el desarrollo privado. (Estrategias: densificación, apropiación de plusvalor, banco de tierras, etc.) “Si tú no sabes lo que quieres, la iniciativa privada va a trabajar contra la ciudad; si sabes lo que quieres, va a trabajar a favor”. (Arq. Jaime Lerner, ex Alcalde de Curitiba) ¿Cuál es la agenda que impone esta realidad? El debate sobre el papel del Estado, o

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que consoliden la segregación sino que sean parte de las políticas públicas de distribución de los equipamientos de prestigio, de los sistemas de transporte multimodal y de los necesarios espacios públicos para fomentar reales áreas de nueva centralidad no segregativas. Con los CPC no alcanzó para esta idea y con los centros de compras en la periferia tampoco. Aunque por allí andan las posibilidades de nuevas densificaciones residenciales que utilicen las preexistencias de áreas vacantes estratégicas para un modelo realista de densificación urbana. El destino de esas áreas vacantes u obsoletas es una de las fuentes de viabilidad de esta política urbana. En esas nuevas centralidades tiene que darse la máxima mixtura de usos, la mezcla social y el ingrediente público para el reequilibrio urbano. La densificación de la ciudad es un objetivo central para el mejoramiento de la calidad de vida urbana, tal como está enunciado en los Lineamientos del Plan Director. Significa un mayor aprovechamiento del suelo urbanizado o a urbanizar,

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Julia Romano. Arreglos interiores-enredadera. Vinilo autoadhesivo s/ pared. Córdoba, 2005.


sea la recuperación del Estado y de la política como herramientas de transformación. El papel de los instrumentos de gestión urbanística (el plan, las normas, los proyectos). La cohesión social, la política urbana y el mercado del suelo. Se trata del derecho a la ciudad y el acceso de los sectores populares al suelo. Recuperar la ciudad construida: hacer ciudad en la ciudad. Tener proyectos o no tener política en el territorio. El desafío es si el municipio tiene proyectos con qué liderar, inducir, orientar el desarrollo urbano. Sin proyectos no hay ciudad. ¿Cuál es la rémora a superar? Esencialmente la imposición, por la vía de los hechos de una lógica sectorial, ni integral ni sinérgica, que dio como resultado acciones aisladas y básicamente proyectos inconclusos. Así es nuestra ciudad. Y se grafica en el increíble retraso en nuestro sistema de transporte público, vapuleado desde los años 60. 4. El rol de la universidad en la planificación urbana. El caso del Plan Director “La universidad es el lugar de la autocrítica permanente de la propia experiencia”. (Lina Bo Bardi. Arquitecta brasilera) El Plan Director es una iniciativa que contribuimos a montar desde la ausencia de un horizonte de mediano plazo para la gestión urbana municipal. Tuvo que ver con el intento de continuidad de una experiencia llevada adelante con el primer Plan Estratégico (PEC) y con su correlato del

PECba de manera más reciente. Con una idea más general de recuperar una “cultura del plan”, que fue perdiendo espacio real en la gestión de la ciudad. Desde la FAUD reconocimos una tradición universitaria que es válido recuperar y en la que hay que reivindicar la labor de extensión y transferencia, de investigación aplicada y consultoría que pueden realizar las universidades públicas. Nuestro esfuerzo estuvo orientado a reconocer las diversas variables necesarias para formular una base de discusión racional sobre los escenarios posibles para la ciudad que supone un Plan Director, y tratamos de incorporar la noción de proyectos del plan, o si se quiere, junto con una dimensión estructural, estratégica, desplegar la noción y la agenda del plan de proyectos como posibilitantes concretos del Plan Director. La noción de planificación propuesta es básicamente inductiva. Nuestro enfoque fue el aprovechamiento al máximo de las oportunidades que ofrece la ciudad actual y a partir de ello apoyarse en ese capital existente e históricamente construido. Por ello más que un programa estático de actividades localizadas en diferentes espacios urbanos, la estrategia remite a una visión dinámica de la complejidad urbana que permita encontrar un cierto número de escenarios para la acción, susceptible de ser modificado ante circunstancias no previstas que obligan a revisar las acciones formuladas. Los objetivos: una ciudad diversa, articulada y a la vez cohesionada; policéntrica y equilibrada. Los instrumentos: revalorizar el planeamiento estratégico para construir consensos generales; el plan director o plan urbano como directrices generales; y los planes parciales y programas de actuación y los proyectos urbanos. Un plan así entendido es un conjunto de estrategias expresadas en un documento accesible, es un acuerdo político y es un marco de consenso construido con las organizaciones de la sociedad civil. Y trasciende al gobierno de turno.

5. Algunas conclusiones de nuestra experiencia La necesidad de construir los consensos políticos sociales económicos; sin ello no hay viabilidad. La importancia de tener proyectos y planes; sin ello la gestión es sólo contingencia . La convicción de persistir en los instrumentos y los procedimientos participativos, lleva tiempo. Lo imperioso de reconstruir las capacidades políticas, técnicas y de gestión del Estado Municipal y la articulación cooperativa y permanente con la Universidad Pública. Sin un nuevo contrato social entre el Estado, el Mercado y la Sociedad Civil, el plan quedará en el papel. Y ante las crisis, mejor planificar La convocatoria al TIPU y por extensión a la FAUD fue motorizada principalmente por el ex Secretario de Economía y Planificación Estratégica de la Municipalidad de Córdoba Lic. Guillermo Marianacci (2003-2007), en el estudio de Estrategias para el Área Central de la ciudad, y sectores específicos como las parrillas de los FFCC Mitre y Belgrano y el Área denominada Portal del Abasto. Coordinadores del Equipo de la FAUD, UNC para el Plan Director de la ciudad de Córdoba: Profesores Arquitectos Alejandro Cohen, Juan Giunta y Carlos Gómez. Integrantes: Arq. Inés Saal, Celina Caporossi y Fernando Díaz. Participaron asesorando desde distintos institutos y unidades académicas de la UNC: Ing. José Nasser por la FCEFyNat; Dra. Cecilia Estrabou, Dr. Francisco Quintana Salvat y Geol. Osvaldo Barbeito; Lic. Claudio Tecco; Dra. Arq. Cecilia Marengo y Arq. Andrea Tumosa; Ing. Luis Bressán, Carlos Lucca e Ítalo Gherra (Colegio de Ingenieros); Arq. Gabriel Díaz Reyna, Carlos Funes, Cristian Nanzer y Dr. Arq. Horacio Gnemmi; Agrim. Mario Piumetto, director de Catastro de la Municipalidad de Córdoba.

[*]Investigador y docente de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la UNC. Director del TIPU (Taller de Investigación en Proyectos Urbanos), de la FAUD, UNC. [**] Investigadores y docentes de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la UNC.


INFRAESTRUCTURA

Ramiro Vรกzquez Vรกzquez. Entrando al bosque. Detalle S/T. Detalle ร leo sobre madera. MDF. 4o 45 cm x 50 30 cm. 2009.


[Planificación del transporte urbano]

COLECTIVO IMAGINADO Mgter. Juan José Pompilio Sartori*

a mayoría de las grandes ciudades y áreas metropolitanas del mundo han asistido en los últimos decenios a un incremento en los niveles de uso del automóvil y de la congestión vehicular urbana. Al mismo tiempo, las ciudades que se precian de ser serias han implementado procesos de planificación integrales de los servicios de transporte para mejorar la movilidad de sus habitantes, ya sea para asistir a sus lugares de trabajo o estudio, realizar trámites, compras o viajar por motivos de recreación. Partiendo de la base de la realización de un correcto diagnóstico de las necesidades de movilidad de los habitantes de la ciudad (a través de encuestas de origen y destino de viajes, por ejemplo), algunas de las medidas implementadas para morigerar el uso de los vehículos particulares y fomentar el uso de los medios masivos de transporte urbano por ómnibus han sido: Medidas de restricción al uso de la vía pública por parte de los vehículos particulares, implementando carriles exclusivos para los sistemas de transporte público masivo por colectivo. Implementación de sistemas de autobuses rápidos (como en los casos de Curitiba yFlorianópolisenBrasil,odeBogotáenColombia, o de la ciudad de Posadas en Argentina), que han integrado áreas metropolitanas mediante la operación de servicios integrados urbano-metropolitanos, donde los pasajeros pagan un único boleto y realizan trasbordos para movilizarse. Implementación del denominado “pea-

L

je urbano” aplicado en ciudades como Londres, enlacualsecobrauna tasa por congestión para los vehículos particulares que circulan en el área central. Medidas para mejorar las velocidades promedio de circulación de los sistemas de transporte por colectivo asegurando los horarios de operación en todo su recorrido, así como los carriles para buses guiados de ciudades como Leeds (Inglaterra) o Ade laida (Australia), entre otras tantas. SITUACIÓN ACTUAL La ciudad de Córdoba no ha escapado a la tendencia mundial sobre el aumento del tránsito y la congestión vehicular, con la consecuencia evidente de incrementos en los accidentes de tránsito. Basta con analizar los boletos vendidos hace más de 20 años en comparación con la actualidad para reconocer la disminución en el uso de los sistemas de transporte público masivo y el aumento del uso de los vehículos particulares. El transporte público urbano por colectivo en la ciudad de Córdoba vendió un total de 23 millones de boletos en el mes en abril de 1986 (su pico histórico desde 1982), con un promedio mensual de 20 millones de boletos vendidos durante 1986, mientras que en la actualidad vende aproximadamente 17 millones de boletos al mes. A pesar del aumento poblacional del orden del 32% experimentado desde 1986 hasta 2010, el uso de los sistemas de transporte público por colectivo ha disminuido. Adicionalmente, en base a información de

la última encuesta de origen y destino de viajes en la ciudad de Córdoba del año 2000, puede afirmarse que la red de transporte urbano de pasajeros por colectivo no responde acabadamente a las necesidades de viaje de los habitantes de la ciudad, cada vez más grande y descentralizada. Cabe señalar que cualquier medida de política que pretenda mejorar la movilidad urbana a partir de una adecuada planificación del transporte urbano debe basarse en el correcto diagnóstico de situación, a partir de la estimación de la demanda de los servicios (o medios) de transporte urbano disponibles o proyectados, de un correcto diseño de la red de transporte público basado en la minimización de los tiempos de viaje y tiempos de espera de los usuarios y en la puntualidad de estos servicios. Así, mejorando los niveles de las variables que dan origen a la demanda de diferentes medios de transporte en la urbe podrá fomentarse el uso del transporte público masivo, política seguida por la mayoría de las ciudades que buscan mejorar las condiciones de movilidad urbana de sus habitantes. DEMANDAS Y PROPUESTAS La estimación y el pronóstico de la demandadelosdistintosmediosdetransporte,existentes o proyectados, ante diferentes escenarios de política resultan imprescindibles para delinear medidas de política que mejoren la movilidad urbana. En el marco de un proyecto de investigación de la Se-


tos, permitiendo obtener estimaciones de la demanda de manera certera y minimizando los errores de estimación. La estimación de la demanda se realiza utilizando modelos de elección discreta (logit multinomial, por ejemplo). Encuestas de este tipo han sido ampliamente utilizadas en las ciudades de países desarrollados en los últimos diez años y han demostrado una muy buena calidad de pronósticos. En el proyecto de investigación realizado se estimó la demanda de los distintos medios de transporte para realizar viajes al trabajo a partir de una encuesta piloto de preferencias declaradas realizada por internet a egresados universitarios. Dicha encuesta piloto ha servido para analizar las respuestas y su grado de comprensión por parte de los encuestados, con el fin de poder aplicarla a una muestra representativa de la población de la ciudad de Córdoba durante 2010. Los principales hallazgos de la encuesta piloto realizada a este segmento de la población de altos niveles de capacitación y pre-

sumiblemente altos niveles de ingreso, se resumen a continuación: Existe una clara predisposición al uso del automóvil particular por parte de quienes lo poseen, en especial para realizar viajes de más de 10 km. entre el hogar y el lugar de trabajo. A medida que aumenta la distancia de viaje, aumenta la proporción de usuarios dispuestos a utilizar su automóvil. Adicionalmente, el aumento de los costos (de viaje y estacionamiento) y tiempos de viaje en automóvil, hacen que este segmento de usuarios esté dispuesto a utilizar un servicio de colectivo diferencial. Sin embargo, dado que no existe una densa red de servicios diferenciales, no todos los habitantes que estarían dispuestos a utilizarlo pueden hacerlo en las condiciones actuales de diseño de la red de transporte. Este es un importante resultado que no se había podido verificar en Córdoba en estudios anteriores y que sólo puede obtenerse con estudios de preferencias declaradas como el realizado, permitiendo pronosticar la demanda potencial de diferentes modos de transporte

PENSAR LA CIUDAD

cretaría de Ciencia y Tecnología de la UNC, durante los dos últimos años se han desarrollado encuestas de preferencias declaradas que permiten estimar la demanda de los distintos medios de transporte ante diferentes niveles de variables de elección consideradas por los usuarios. En las encuestas diseñadas se les presenta a los encuestados diferentes escenarios de elección entre medios alternativos de transporte (automóvil particular, motocicleta, taxi/remis, colectivo común, colectivo diferencial, otros medios) para realizar viajes al trabajo o por estudio. Cada medio de transporte considerado se caracteriza por: tiempo de viaje, tiempo de espera y costo de viaje, cuadras caminadas hasta la parada (para colectivo común y diferencial) y costo del estacionamiento (para medios de transporte particular: automóvil y motocicleta). Los encuestados deben decidir qué alternativa de transporte usarían en cada situación o escenario planteado. El diseño de los escenarios de elección se basa en la teoría del diseño de experimen-

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Nicolás A. Bordones Arena. R11. Acuarela sobre papel. 35 cm x 50 cm. 2008.


Luciano Burba S/T Modelos para armar en alto impacto. Medidas variables. 2007.

público que pueden incluso no estar disponibles en la actualidad (por ejemplo, trenes urbanos, subterráneo, etc.). El notable crecimiento de la demanda de servicios de transporte diferencial de los últimos meses también estaría dando un indicio de tal predisposición. Sin embargo, debe quedar claro que la planificación de la red de servicios de transporte público debe considerar a todo el sistema de transporte urbano y sus interrelaciones a la hora de proponer o implementar nuevas líneas o establecer medidas de política para fomentar el uso de las líneas de transporte existentes. No se trata simplemente de “comprar colectivos” y ponerlos a funcionar en recorridos de transporte diferencial “tentativos” para, mediante prueba y error, tratar de llegar a establecer recorridos que sirvan a la gente. En este camino de la “improvisación” se habrá despilfarrado el dinero (público, en muchos casos) de la compra de unidades y del mantenimiento de servicios públicos deficitarios y deficientes. Comoresultadodelanálisisanterior,sedesprende que una medida de política posible

en el corto plazo sería el rediseño de la red de servicios de transporte público por colectivo y de los recorridos de las líneas diferenciales, unido a la implementación de tiempos de viaje, tiempos de espera y costos de viaje que atraigan a esta población actualmente usuaria de automóvil particular para realizar viajes al trabajo en transporte público. Este rediseño debe incluir a todo el sistema de transporte mediante un análisisintegralque permitapronosticarlosefectos que se generarán en el uso de todos los medios de transporte urbano y concebir la estabilidad económica del sistema de transporte público por colectivos, y de taxis y remis. La planificación del transporte del área metropolitana de Córdoba es una tarea pendiente y absolutamente necesaria. En lugar de proponer megaproyectos irrealizables en el corto plazo como el de un subterráneo, podría diseñarse e implementarse, por ejemplo, un sistema integrado de transporte por buses rápidos con estaciones de transferencia de pasajeros en las afueras del centro de la ciudad capital. Un sistema como el propuesto mejoraría algunos indicadores de eficiencia económica de la operación de los servicios de transporte público(enparticular,elevandolastasasdeocupación de dicho transporte), que a la par de

la eliminación o reducción de superposiciones de recorridos entre líneas de transporte de colectivo metropolitanas interurbanas y urbanas, disminuiría los tiempos de viaje en transporte por colectivo y la congestión del tránsito, y atraería a los actuales usuarios de automóvil, unido a una mayor certeza y confiabilidad de la operación de los colectivos. Ésta es sólo una primera idea que deberá evaluarse integralmente, que necesitará del acuerdo político entre municipios y gobierno provincial, y cuyo diseño y evaluación llevaría al menos un par de años. Para dar un ejemplo, el diseño del sistema integrado del área metropolitana de Posadas (Misiones) demandó entre cuatro y cinco años. Larealizacióndeunnuevoestudiodelamovilidad urbana a partir de encuestas de origen y destino de viajes, resulta un prerrequisito fundamental para el diseño de políticas que permitan mejorar la movilidad de los vecinos del área metropolitana de Córdoba. Complementariamente, los estudios de preferencias declaradas como el realizado permitirán estimar la demanda de los distintos sistemas de transporte planificados ante cambios en las condiciones de servicio generadas a partir de las políticas de tránsito y transporte a implementar. Asimismo, será necesario un rediseño de las condiciones regulatorias del sector que involucran la regulación de los oferentes de cada tipo de servicio público, la calidad de los mismos y el establecimiento de tarifas y mecanismos de ajuste tarifario. Es un derecho y obligación de toda la comunidad cordobesa y de la comunidad universitaria en especial, demandar a las autoridades políticas una planificación seria del sistema de transporte urbano-metropolitano para el corto, mediano y largo plazo, basada en el instrumental que otorga la ciencia, ese mismo instrumental de diseño que ha permitido mejorar la movilidad urbana en otras ciudades del mundo

[*] Investigador del Instituto de Economía y Finanzas. Docente de la Facultad de Ciencias Económicas de la UNC.


Ramiro Vázquez. Química del color. Detalle. Técnica mixta sobre tela. 150 cm x 140 cm. 2010.

[Región metropolitana]

o es necesario buscar en un pasado muy lejano para encontrarnos con una Córdoba aislada, rodeada de campo y sin contacto directo con otros núcleos urbanos. La condición de ciudad mediterránea y punto de encuentro de caminos, signó desde siempre la conformación de su estructura física. Hacia todos los rumbos se fue consolidando una red vial que hasta el presente mantiene una fuerte impronta radial. Pero aquella ciudad aislada, hoy sólo está presente en los recuerdos y en los regis-

N

tros históricos. Los caminos que como extremidades de una araña se extendían en un territorio despoblado, fueron los hilos conductores del proceso de desarrollo metropolitano. Aquí es necesario resaltar un dato importante del comportamiento demográfico que ayuda a comprender la evolución reciente de la conurbación metropolitana. El censo del año 1980 indicó que la ciudad capital se arrimaba al millón de habitantes y también que aún mantenía un cierto liderazgo en cuanto a la tasa de crecimiento en

el concierto provincial. El cuerpo de la “araña” había crecido más que las patas. En décadas anteriores el desbalance fue más marcado, los procesos migratorios hacia Córdoba habían producido un crecimiento explosivo. Desde entonces las cosas comienzan a cambiar drásticamente. El censo de 2008 (para el período 20012008) muestra un aumento porcentual del departamento Colón diez veces mayor que Capital (20% y 2% en números redondos) y lo más llamativo es que aun en términos absolutos también se sitúa adelante

PENSAR LA CIUDAD

Arq. Guillermo Irós*

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PENSAR LA CIUDAD MÁS ALLÁ DE SUS LÍMITES


UNC que nuestro equipo viene desarrollando desde hace varios años, se orientaron a la región metropolitana de Córdoba. Advertimos en distintas oportunidades que los procesos mencionados en el punto anterior se desarrollaban sin un modelo que los guíe hacia resultados deseables, sin un marco normativo unificado y sin un organismo de planificación metropolitana que coordine acciones con las municipalidades y las distintas áreas del estado provincial. La dinámica del mercado inmobiliario con las relaciones de oferta y demanda fue impulsando el desarrollo en algunos casos con resultados aceptables y en muchos otros acumulando problemas emergentes de la imprevisión y la falta de planes coordinados. HACIA UN MODELO DE DESARROLLO SOSTENIBLE

el departamento Colón con un aumento de 33.963 habitantes en relación a 24.954 de Capital, a pesar de las marcadas diferencias en la magnitud de los totales (205.030 y 1.309.536 habitantes respectivamente, según el mismo censo). CONDICIONES ACTUALES Y ALGUNAS CONSECUENCIAS La situación actual se expresa en un conjunto de pueblos y ciudades que han estrechado sus vínculos espaciales, llegando en muchos casos a conformar un continuo urbano que supera las distintas jurisdicciones territoriales de los municipios. En otros casos esta continuidad no está absolutamente consolidada pero, la simple observación de los procesos indica un destino similar. A esto se suma otra particularidad que quizá sea lo más negativo, tanto en lo cuantitativo como en lo cualitativo. Se trata de la extensión desproporcionada de la urbanización en relación a la población que

aloja. Se produce un consumo innecesario de suelo por la baja densidad y el patrón de crecimiento sigue un efecto de derrame. Sucesivas ampliaciones de loteos se extienden en un continuo que no se integra a las ciudades consolidadas y elimina progresivamente los usos rurales. Se trata de un modelo no sustentable que agrava y profundiza falencias. En este contexto, el accionar de los municipios se ve dificultado; resulta evidente que muchos problemas no pueden resolverse en el ámbito de cada municipalidad o comuna porque el origen de ellos tampoco se circunscribe a dichos límites espaciales. En general, servicios, infraestructuras o cuestiones ambientales requieren una visión más amplia que abarca la escala regional del territorio. Transportes, residuos urbanos, energía, vialidad, cuencas hídricas y usos del suelo forman parte de una lista de temas más extensa que deben ser considerados en la escala mencionada. Los trabajos de investigación apoyados por la Secretaría de Ciencia y Técnica de la

Todo plan debe orientarse según sus objetivos y el modelo de desarrollo constituye una respuesta a los mismos, es una prefiguración de una realidad deseable. El otro aspecto que contiene se refiere a los mecanismos que requiere su implementación. En otros términos, se establece un destino que requiere un rumbo y una ruta posible de transitar. De esta forma hay una orientación para la toma de decisiones en cuanto a políticas públicas e iniciativas del sector privado en un marco de mayor seguridad y previsibilidad. Aquella transformación operada desde la ciudad aislada a un sistema de ciudades que interactúan fuertemente, constituye una realidad que indica el punto de partida. Puede hablarse de una Ciudad Regional o una Ciudad de Ciudades como lo han expresado otros autores. Esta forma de lectura del fenómeno metropolitano conlleva la intención de interpretarlo integralmente, reconociendo a los componentes, sus particularidades y las relaciones que los vinculan. Nos encontramos ante una red con una multiplicidad de nodos y sus vinculaciones. Se trata entonces de alcanzar un desarrollo equilibrado del conjunto, favoreciendo las


Ante la vastedad de temas y problemas que debían abordarse para delinear (aún sólo en sus trazos gruesos) un plan para el desarrollo sostenible de la región metropolitana de Córdoba, se pensó en la necesidad de definir inicialmente un Esquema de Ordenamiento Territorial para reorientar el proceso de crecimiento espontáneo en curso. Siguiendo este criterio, se priorizaron los componentes principales del ordenamiento territorial, esto es el sistema vial y los usos del suelo. Sobre el primer aspecto se trabajó en el diagnóstico que indica la fuerte estructuración radial de la red existente y las consecuencias que produce, pudiendo indicarse en apretada síntesis: la consolidación de una fuerte dependencia con la ciudad capital; un sistema de transporte público que

LA CREACIÓN DEL IPLAM A fines del año 2007 se publicó el libro Ciudad y región. Orientaciones para un Desarrollo Ambiental Sostenible, en donde abordábamos la problemática metropolitana. Allí planteábamos la necesidad de crear un organismo en la jurisdicción provincial que, con un perfil técnico, abordara la planificación regional, denominada habitualmente como el Gran Córdoba, que establezca relaciones funcionales con la multiplicidad de municipios y comunas y con distintas áreas de la provincia como Vialidad, Recursos Hídricos, Ambiente, Transporte y Catastro. Esto permitiría resolver un déficit a todas luces evidente y que estos planes, orientados al mediano y largo plazo, podían alcanzar en virtud del consenso, el rango de políticas de estado. Luego, el gobierno electo nos convocó para dar forma al IPLAM que comienza su tarea en 2008. Los lineamientos que definieron el convenio para el plan de ordenamiento territorial fueron elaborados por el IPLAM y posteriormente aprobado por la Ley Provincial Nº 9.595/2008, al igual que el Plan Vial Director a que hicimos referencia y que fuera sancionado por la legislatura como Ley Nº 9.687/2009. El proyecto de ley que aprueba el Plan Metropolitano de Usos del Suelo se encuentra actualmente a consideración legislativa con estado parlamentario.

Equipo de Investigación: Arq. Guillermo Irós, Arq. Graciela Llinás, Arq. Enrique Moiso, Arq. Marcos Ostchega y Arq. César Alonso.

[*] Investigador y docente de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la UNC.

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LOS INSTRUMENTOS OPERATIVOS

acompañe inevitablemente el trazado viario desde los pueblos y ciudades de la región hacia la ciudad de Córdoba; la necesidad de llegar por lo menos a la Avenida de Circunvalación para viajar entre dos destinos alejados y el freno que esto implica para un proceso de integración y complementación del entorno metropolitano. Las consecuencias resultan evidentes y son sufridas cotidianamente por quienes transitan las rutas de ingreso-egreso de Córdoba con embotellamientos de tránsito, pérdidas de horas de trabajo o descanso, polución, alto consumo energético y accidentes de tránsito, entre otras. Deficiencias en el transporte público metropolitano e imprevisión en el resguardo de espacios para calles de servicio agravan las consecuencias señaladas. Una extensa tarea con intendentes, equipos técnicos y Vialidad provincial concluye en una propuesta que acompaña la idea de red polinodal, favoreciendo una conectividad anular prácticamente inexistente, anticipándose además a la liberación de espacios para colectoras en toda nueva urbanización. Se destacan como componentes principales del Plan Vial Director, un anillo de circunvalación que llamamos metropolitano que vincula a las ciudades con mayor proximidad a Córdoba y el anillo regional relacionando a las más alejadas. Siguiendo una metodología similar de consensos y acuerdos, se elabora el Plan Metropolitano de Usos del Suelo, orientado según las premisas anteriormente expresadas. Su extensa categorización define la condición de cada sector y permitió unificar criterios con las municipalidades y comunas. Este Plan se menciona como primera etapa porque abarca los radios municipales del anillo metropolitano, encontrándose en desarrollo la segunda etapa. La superposición del Plan Vial Director Metropolitano y el Plan Metropolitano de Usos del Suelo define el Esquema de Ordenamiento Territorial. A partir de esto se abren un conjunto de temas para seguir avanzando como el transporte metropolitano que nos ocupa actualmente

PENSAR LA CIUDAD

condiciones particulares de los distintos pueblos y ciudades que lo integran y que pueden complementarse entre sí a partir de sus perfiles más competitivos. El desborde sin rumbo de loteos, ese efecto de desparramo o sprawl a que hicimos referencia, puede reorientarse hacia una mayor compactación de las áreas urbanizadas y las que prioritariamente conviene que lleguen a serlo, con una mejor oferta y variedad en los sectores comerciales, de servicios y producción. El resultado se expresa en un conjunto de ciudades compactas y polifuncionales que se complementan y conforman una trama abierta, permeable, que intercala los espacios rurales y las reservas naturales como componente insustituible del conjunto. El modelo no debe impedir el crecimiento, debe orientarlo hacia un resultado que no deteriore ni degrade las condiciones ambientales; por el contrario, como en todo crecimiento con desarrollo, se deben favorecer. Desde esa imagen de ciudad regional polinodal, integrada e insertada armónicamente en el medio natural y productivo, se puede avanzar hacia los principales instrumentos para un ordenamiento territorial que responda a estas premisas.


Manuel Pascual. Bañistas. Fotografía. Impresión fotográfica.19 cm x 45 cm. 2007.

[Observatorio Urbano Córdoba]

UN APORTE A LAS POLÍTICAS PÚBLICAS Arq. Andrea Cometto* / Arq. Norma Vaudagna** / Mgter. Ing. Carlos María Lucca***

romover el derecho a la vivienda, reducir la contaminación en zonas urbanas, promover la igualdad de oportunidades para una vida sana y segura, fomentar el compromiso cívico, son algunos de los objetivos del milenio que dan marco al trabajo de monitoreo que el Observatorio Urbano Córdoba (OUC) lleva adelante en la ciudad desde el año 2007. El OUC desarrolló durante ese año la primera recopilación de información sobre la ciudad de Córdoba, en el marco del proyecto denominado “La Universidad por la Ciudad”, financiado mediante el otorgamiento de un subsidio del Programa de Voluntariado Universitario que promueve el Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología de la Nación. Los fondos asignados posibilitaron poner

P

en marcha el primer trabajo de relevamiento del Observatorio Urbano Córdoba en el que participaron, en calidad de voluntarios, estudiantes de la Carrera de Geografía de la UNC, quienes, bajo la dirección de un grupo de investigadores de distintas disciplinas, llevaron a cabo las actividades de búsqueda y recopilación de información para la construcción de diferentes indicadores urbanos para la ciudad de Córdoba. El OUC, como nodo Córdoba de la red Global de Observatorios Urbanos de Naciones Unidas, adoptó la metodología propuesta por el organismo a nivel global, para medir las tendencias y el comportamiento de la ciudad sobre la base de 40 indicadores urbanos referidos a cinco temáticas: Vivienda, Desarrollo Social y Erradicación de la Pobreza, Gestión Ambiental, Desa-

rrollo Económico y Gobernabilidad. Viviendas durables, nivel de hacinamiento, mortalidad de niños menores a cinco años, producto geográfico urbano, nivel de descentralización del gobierno local, crecimiento de la población urbana, son parte del conjunto de indicadores con los que el OUC monitorea la ciudad de Córdoba. Este conjunto de indicadores desarrollados no sólo es una recopilación de datos y estadísticas sino que también abre distintas ventanas de la realidad local y puede fomentar el proceso consultivo para identificar necesidades y oportunidades. RELEVAMIENTO DE DATOS El trabajo es un importante insumo para reconocer problemas relevantes y orientar las acciones para resolverlos, ya que mues-


Uno de los principales problemas a los que se enfrentan quienes son responsables de la formulación de políticas urbanas, es la dificultad de obtener información fiable que permita tomar decisiones informadas. Las limitaciones para contar con este tipo de

Córdoba de la UNC pueda convertirse en una herramienta que provea a los actores políticos y sociales de información objetiva para mejorar el proceso de toma de decisiones y podamos ver su correlato en políticas urbanas superadoras Fundadores del Observatorio Urbano Córdoba Instituto de Investigación y Formación en Administración Pública (IIFAP). Departamento de Geografía de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la UNC. Instituto de Investigación de la Vivienda y el Hábitat e Instituto del Ambiente Humano de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la UNC. Integrantes académicos Centro de Vinculación de Estudios Territoriales de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Instituto de Estadísticas y Demografía de la Facultad de Ciencias Económicas. Centro de Investigaciones Acústicas y Luminotécnicas (CIAL) de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño. El OUC es un espacio abierto a la incorporación de nuevos miembros, tanto académicos como instituciones públicas y privadas no académicas, que quieran sumarse en el logro de los objetivos propuestos. Las consultas pueden efectuarse en el Laboratorio Central del Observatorio Urbano Córdoba - 1° Piso del Pabellón Agustín Tosco. Tel: 4334061 int. 231. Ciudad Universitaria.

[*] Coordinadora del OUC. [**] Presidente del Directorio del OUC. [***] Investigador y docente. Miembro del Directorio del OUC en representación del IIFAP (Instituto de Investigación y Formación en Administración Pública).

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INFORMACIÓN PARA LA ACCIÓN

información hace aún más difícil la gestión urbana frente a procesos de crecimiento urbano/metropolitano acelerados. En nuestro contexto, es frecuente que los formuladores de política tengan una baja propensión al uso de información para la toma de decisiones, apelando a criterios de carácter más subjetivos e intuitivos. En la medida que los responsables de las políticas urbanas tendientes a abordar y resolver las demandas sociales tengan una mejor comprensión de la naturaleza y dinámica de los problemas, las políticas públicas tendrán mayor eficacia y comenzarán a visualizarse resultados positivos. El desarrollo de sistemas de indicadores ha sido una de las principales respuestas que se han llevado a cabo en numerosos países, con el objetivo de mejorar las capacidades de monitoreo y evaluación tanto de las condiciones urbanas como de las políticas públicas, aportando a la elaboración de análisis objetivos como base para el desarrollo de estrategias que aborden los problemas de la ciudad. La Organización de Naciones Unidas, con el fin de ayudar a los estados miembros en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, ha establecido una serie de metas cuantitativas para cada uno de los objetivos orientados a avanzar en la reducción de la pobreza, lograr mejoras significativas en la salud, la equidad de género y la educación de los grupos humanos más desfavorecidos y vulnerables; e impulsa el trabajo de los Observatorios para efectuar el seguimiento de la situación de las ciudades en el marco de los indicadores de la Agenda Hábitat. Dicha Agenda, que orienta el trabajo del Observatorio Urbano Córdoba, propone indicadores clave, indicadores cualitativos e indicadores extensivos que miden el rendimiento y las tendencias en diferentes áreas temáticas, ofreciendo en conjunto una base comparativa de la condición de las ciudades en el mundo. El trabajo del OUC no sólo tiene utilidad a nivel local sino también responde a marcos y parámetros internacionales que permiten la ubicación relativa de Córdoba a nivel global. Apostamos a que el Observatorio Urbano

PENSAR LA CIUDAD

tra una fotografía panorámica de la ciudad de Córdoba en un momento determinado, desplegada en un abanico amplio de cuestiones centrales que podrán motivar políticas públicas locales. El relevamiento de datos ha sido efectuado en diferentes organismos públicos, en el marco de convenios específicos con la Municipalidad de Córdoba y la Dirección de Estadísticas y Censos de la Provincia, y ha tenido la valiosa colaboración de distintas áreas gubernamentales, como también el aporte de organismos privados y empresas proveedoras de servicios públicos, además de las ONG que aportaron información específica en las diferentes temáticas. El OUC tiene expectativas de sostener en el tiempo un trabajo de actualización continua de los referidos indicadores, los que con periodicidad bianual, permitan el monitoreo de la ciudad y su evolución. En la actualidad, se está trabajando en el procesamiento de los datos correspondientes al año 2009, para su posterior publicación. Dada la complejidad de los fenómenos urbanos y la variedad de abordajes que demanda su análisis, desde el OUC se busca articular las capacidades de un amplio conjunto de investigadores y profesionales pertenecientes a diferentes disciplinas, unidades académicas y organizaciones que han decidido trabajar coordinadamente en pos de los fines propuestos. Es importante tener en cuenta que los observatorios urbanos buscan satisfacer la necesidad que tienen los actores locales de contar con información cuantitativa y cualitativa accesible y relevante, que permita tener una perspectiva urbana amplia y lograr un mejor conocimiento de nuestras ciudades en múltiples aspectos.


Manuel Pascual Suquía Fotografía. 57 cm x 36 cm. 2008.

[Problemática urbano ambiental del entorno del Río Suquía]

PLANIFICACIÓN DEL RIESGO Mgter. Arq. Mónica Martínez / Arq. Graciela Maffrand* l presente estudio complementa el proceso de planificación urbana con cuestiones vitales a resolver como el riesgo urbano, abordando aspectos relacionados con las condiciones de amenaza y las condiciones de vulnerabilidad de una sociedad en un territorio. Respecto de las condiciones de amenaza,

E

este estudio profundiza las amenazas socio-naturales, como consecuencia del impacto negativo que la urbanización produce en el territorio: inundaciones fluviales, anegamiento en interfluvios, contaminación del soporte natural (suelo, agua, aire, deterioro de la cubierta vegetal) como efecto de técnicas inadecuadas

aplicadas a la producción rural e industrial, así como al tratamiento de desechos sólidos y aguas residuales domiciliarias e industriales. Respecto de las condiciones de vulnerabilidad, los sectores socioeconómicos pobreseindigentes,quehabitanbarriospobres yasentamientosmarginales,sonlosquepre-


El Río Suquía en su recorrido por la planta urbana de la ciudad de Córdoba define tres tramos o sectores mediatos con características urbanas y ambientales bien diferenciadas. A grandes rasgos, el tramo oeste se caracteriza por sus potencialidades paisajísticas y ambientales con grandes superficies de verde, tales como el Parque General San Martín, la Reserva Ecológica Provincial, y otros como la Quebrada del Infiernillo, con diferentes grados de exposición a la presión del mercado inmobiliario y al avance de la urbanización. El tramo central se caracteriza por su posición estratégica para el desarrollo de proyectos, orientados a la renovación, con una incipiente tendencia a la densificación de la ocupación de su entorno inmediato. Estos proyectos debieran complementarse con importantes obras de infraestructura, además de estar condicionados por criterios de ocupación que prioricen las superficies verdes, el control de la ocupación del suelo, la accesibilidad pública, entre otros. Por último, el tramo este que se extiende desde los Puentes Dorrego y Maldonado hasta el final del ejido municipal, se caracteriza por la presencia de usos conflictivos funcional y socio-ambiental. EL SECTOR MÁS COMPROMETIDO

ORDENAMIENTO ACTUAL Comparativamente, se demostró que el tramo este del entorno urbano del Río Suquía es el que presenta mayores amenazas, respecto al tramo oeste y al tramo central estudiados, como consecuencia de:

Toda ciudad exige un proceso de planificación. Pese a que desde hace años diversas gestiones presentaron planes tendientes a elaborar una nueva normativa urbana que

permita garantizar el desarrollo de la ciudad del futuro, esto no se ha logrado debido a la falta de planificación integral estratégica. No se ha trabajado con continuidad con todos los actores sociales que conforman la ciudad y fundamentalmente no se han considerado todos los aspectos y temas involucrados, principalmente los relacionados al riesgo. No existen en el marco del ordenamiento urbano de la ciudad una clasificación de zonas en base a su condición de riesgo ambiental (alto, mediano y bajo) que permitan establecer sectores y demandas prioritarias de proyectos, así como la revisión del marco normativo actual teniendo en cuenta estos aspectos. Desde el punto de vista proyectual, los sectores más desprotegidos son los más postergados a la hora de planificar. La falta de planes y proyectos de infraestructura, la falta de políticas integrales de vivienda social así como de políticas de remediación de territorios degradados ambientalmente, inciden en la situación de riesgo que este sector presenta. A su vez, la ocupación de fragmentos escindidos de la mancha urbana principal (por ejemplo, Barrio Ciudad Mi Esperanza, Chacra de la Merced) contribuye a consolidar la urbanización en entornos ambientalmente condicionados. HACIA UNA NUEVA CONCEPCIÓN Un nuevo modelo de configuración física y socio-ambiental integral bajo el enfoque de la planificación del riesgo, implica reconocer sectores en diferentes situaciones y adecuar los instrumentos normativos y proyectuales para la mitigación y prevención de situaciones ambientalmente conflictivas. Para el sector de estudio, este nuevo modelo debiera aportar un marco para la adecuación normativa, en base a las condiciones del soporte natural, proponiendo una regulación acorde a las zonas de terrazas bajas, intermedias y altas, definiendo ocupaciones diferenciadas –factores de ocupación del suelo, densidad poblacional–, entre otros.

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REALIDADES DIFERENTES

La existencia de un entorno fluvial con posibilidad de inundación de sus terrazas más bajas, como consecuencia de lluvias extraordinarias, afectando parcialmente el borde costero de los Barrios San Vicente y Müller, entre otros. La existencia de más de una decena de basurales a cielo abierto, principalmente en el tramo entre el Puente Monteagudo y la Avenida de Circunvalación. En el sector se localizan la totalidad de las canteras dentro del ejido urbano y un conjunto de lagunas ocasionadas por el afloramiento de agua de los pozos de extracción de áridos. Las mismas se desarrollan antes y después de la Avenida de Circunvalación, acompañando el recorrido del río hasta el final del ejido urbano. La presencia de numerosas quintas de producción frutihortícola, que emplean para riego agua de dudosa calidad, dada la colindancia con la Planta de Tratamiento de Líquidos Cloacales. La existencia de la Planta de Tratamiento de Líquidos Cloacales EDAR, y la situación de colapso reiterada de la capacidad de tratamiento de dicha Planta, con la consecuente contaminación del agua y su impacto en la ocupación de su entorno aguas abajo. La presencia de usos industriales del tipo molestos y nocivos colindante al curso de agua en zonas que carecen de servicios de infraestructura básica como la red cloacal. Asimismo, las condiciones de vulnerabilidad física y social del tramo se expresan por presentar un entorno socioeconómico homogéneo de barrios pobres (Barrios Müller, Maldonado, Yapeyú, entre otros) con déficit de infraestructura, equipamientos y servicios, sumado a la existencia de numerosos asentamientos de población en villas de emergencia: Alto de Villa Inés - El Callejón; La Ribera - Campo de la Ribera - La Rinconada; Villa Los Josefinos; Villa El Tinglado; Villa del Parque.

PENSAR LA CIUDAD

sentan mayor grado de exposición al riesgo. La localización de sectores urbanos en situación de amenaza, conjuntamente con la localización de la población vulnerable, determina el mapa de riesgo mediante el cual es posible identificar las localizaciones más afectadas, y en consecuencia las que requieren de procesos de planificación prioritarios, siendo indispensables en los mismos la intervención del Estado.


ANÁLISIS DEL RIESGO AMBIENTAL DEL ENTORNO URBANO DEL TRAMO ESTE DEL RÍO SUQUÍA Reserva de Verde (futuro Parque del Este)

EDAR, planta de tratamiento de líquidos cloacales

RUTA N 19

CA

BAJADA DE PIEDRA

RÍO SUQUÍA AV .C

Bajo Yapeyú Villa del Parque Barrio Maldonado

IRC

UN VA LA CIÓ

MI NO A

CH AC RA D

EL

AM

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N

Los Tinglados

Zonas inundables variables según crecientes ordinarias, severas y extremas (Carta de peligrosidad. UNC. Quintana Salvat, Barbeito Del Valle Menso).

Campo de la Ribera

Cementerio San vicente

Uso de suelo residencial. Calidad socio-ambiental media. Uso de suelo residencial. Calidad socio-ambiental baja. Uso de suelo rural dominante. Producción fruti-hortícola. Huertas.

Asimismo, debiera ordenarse el crecimiento con un criterio de eficiencia en el uso de los recursos construidos, consolidando y extendiendo la urbanización en forma continua así como evitando fragmentaciones del tejido físico y social.

Uso industrial dominante. Villas trasladadas. Villas existentes.

Dada la problemática urbano ambiental del sector, debieran establecerse planes parciales y proyectos prioritarios tales como: Plan de erradicación de basurales a cielo abierto, Plan de remediación de territorios afectados a la explotación de áridos,

CRITERIOS NORMATIVOS Y DE PROYECCIÓN rrollo de fajas de resguardo o zonas de exclusión ocupadas con verde de gran porte, y acompañando su diseño en base al impacto que las actividades producen en su entorno. Prohibir la extensión de la urbanización por fragmentos sin continuidad de las urbanizaciones existentes. Consolidar la urbanización de las zonas ya ocupadas mediante el mejoramiento de la accesibilidad, red vial, infraestructura, servicios y equipamiento. Incorporar nuevas áreas verdes de uso recreativo a diferentes escalas que actúen, en los casos posibles, como aliviadores del sistema de drenaje urbano. Localizar los usos industriales del tipo nocivos y/o peligrosos en complejos o parques industriales cerrados con la infraestructura adecuada. Promover el desarrollo de proyectos productivos –rurales e industriales– en base al empleo de ecotecnologías

Este trabajo se está desarrollando en el marco de investigaciones subsidiadas por el Ministerio de Ciencia y Tecnología MinCyT- (Directora Arq. Graciela Maffrand) y Secretaría de Ciencia y Tecnología -SeCyT- (Directora Mgter. Arq. Mónica Martínez). Se están estudiando los diferentes sectores urbanos en situación de riesgo en la ciudad de Córdoba, entre ellos el sector SE y el sector definido por el entorno del Río Suquía en su trayecto urbano. Como resultado de estos estudios, se han propuesto criterios normativos y proyectuales para la prevención y mitigación del riesgo urbano ambiental, hacia la revisión de los procesos de urbanización actuales, entre los que se cuenta: Considerar la ordenación del territorio en base a prioridades según sectores urbano ambiental de alto, medio y bajo riesgo. Ordenar los usos residenciales, industriales nocivos y rurales mediante el desa-

Áreas de canteras. Extracción de áridos. Planes de vivienda del Gobierno provincial. Basurales a cielo abierto.

Plan de forestación e incorporación de espacio público, y otros ya en ejecución como la Ampliación y Mejoramiento de la Planta de Tratamiento de Líquidos Cloacales. Si bien muchos de estos planes y proyectos son responsabilidad del Estado, éste debe obligar al sector privado –cuando fuese responsable– a la recuperación de los territorios en riesgo, estableciendo los mecanismos legales a tal fin. En síntesis, el enfoque de la planificación del riesgo complementa la planificación urbana, orientándola a mitigar el riesgo ambiental en los territorios urbanos y haciéndolos sustentables

[*] Investigadoras y docentes de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la UNC. De los equipos de investigación SeCyT y MinCyT participan además las Arqs.: Paola Lucero Antonietti, Claudia Romo y Susana Guzzetti.

Final del ejido municipal

Barranca Yaco


Hテ。ITAT

Julia Romano Arreglos interiores Vinilo autoadhesivo sobre azulejo. Detalle. 2005.


[Concepción y diseño de políticas de vivienda]

ACTORES, POSICIONAMIENTOS E INTERESES Mgter. Elsa Marcela Rodríguez / Mgter. Alberto Taborda / Mgter. Mónica Eula*

os desempeños de la política de vivienda en Córdoba Capital durante 1999-2007 resultaron inadecuados técnica y políticamente por presentar serias deficiencias en la consideración del contexto, en la orientación hacia los problemas y en el reconocimiento de los sujetos. Según datos obtenidos del Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas, el 34,8% de los hogares cordobeses registraba déficit habitacional en el año 1991. En el año 2001, una medición más precisa de la problemática a través de la misma fuente, posibilitó identificar deficiencias habitacionales en el 42% de los hogares. Avances en la metodología de diagnóstico evidenciaron el crecimiento en magnitud de la problemática; no obstante, la direccionalidad de la acción pública en materia de vivienda no se modificó en sus tendencias, repitiéndose errores crónicos de abordaje. Comparando las respuestas habitacionales producidas en el período 1999-2007 respecto del período 1991-1999, se mantuvo en términos globales la producción total: alrededor de 15 mil unidades para cada período incluyendo la intervención de los diferentes ámbitos institucionales de gestión -Provincial, Municipal y Multiactoral, sin alcanzar a abordar ni siquiera el 10% de las situaciones deficitarias identificadas. Además, se profundizó el carácter restringido viviendista de las políticas, disminuyendo de modo notorio las acciones de

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mejoramiento: del total de soluciones habitacionales producidas, las obras de refacciones, ampliaciones o de terminación disminuyeron del 14 al 7% en el último período, mientras que en la composición del déficit habitacional, por cada dos hogares que requieren una vivienda nueva o la sustitución de la actual, existen ocho que requieren ampliaciones o mejoras constructivas no estructurales. Las políticas de vivienda muestran no sólo insuficiente capacidad responsiva, con imposibilidad de frenar el crecimiento de las situaciones de precariedad habitacional, sino que atienden con sus líneas programáticas a problemas que no son relevantes, situación agravada con el uso discrecional e ineficiente de los recursos públicos. La calidad técnica de las respuestas habitacionales en términos generales fue buena durante el último período analizado, aunque limitadas en sus perspectivas de integralidad e integración urbana. LÓGICAS DE ACCIÓN Desde una perspectiva relacional de análisis de las políticas públicas, posición teórico-metodológica adoptada en las investigaciones que realiza este equipo, resulta central transparentar las interacciones que se producen entre los actores colectivos y las reservas de influencia que se ponen en juego en el campo específico, para comprender el desempeño de las políticas.

En el caso de la ciudad de Córdoba, las políticas de vivienda del período estudiado fueron principalmente de carácter provincial; por ello, en los procesos de formación, el Poder Ejecutivo Provincial y el organismo de vivienda especializado (IPV-DPV) desempeñaron un papel hegemónico, limitando la interacción política con otros actores, salvo las incidencias de los actores centrales corporativos. En el período 1999-2007 tuvo además particular centralidad el BID, mientras que se desdibujó casi por completo el espacio de gestión multiactoral. Los ámbitos de negociación entre el Gobierno Provincial y las Organizaciones Sociales fueron efímeros, con resultados acotados a proyectos específicos de corto alcance. Lejos y olvidada quedó la Mesa de Concertación de Políticas Sociales del período 19921995 como espacio en el que tuvieron relevancia la UOBDS representando a las organizaciones comunitarias y las ONG locales de hábitat; experiencia a partir de la cual, los desempeños de la política de vivienda alcanzaron una mayor adecuación a la diversidad de problemas habitacionales y una mejor integración social y urbana de las familias y sus organizaciones, aun cuando se precisaron altos costos personales y externalidades negativas en los saldos exigidos por la acción colectiva. Esta particular y limitada configuración del espacio legitimado para la construcción de consensos acerca de los proble-


CENTRALIDAD, VISIBILIDAD Y PROPAGANDA Las representaciones y prácticas del gobierno provincial, como en todas las gestiones analizadas, se fundaron en una matriz Estado-céntrica que condicionó la lógica de las políticas para incorporar y procesar los cambios del contexto, y reconocer los factores facilitadores y obstaculizadores presentes en los escenarios de actuación en que se desempeñaron. El organismo especializado interviniente IPV-DPV tuvo serias limitaciones en las capacidades analíticas y estratégicas para

comprender la gravedad del diagnóstico habitacional surgido con los datos Censales de 1991 y 2001. Contrariamente, se afianzó una definición sectorial de la política pública que resultó totalmente incorrecta para el abordaje de las problemáticas de sociedades más complejas. La gestión provincial iniciada en 1999 instaló además, de modo prevalente en la agenda pública, la opción por perfilar un plan de gobierno que contribuyera a consolidar la imagen de “hacedor” del Gobernador, lo que favorecería su proyección nacional. En el caso de las políticas de vivienda, esto se materializó en la promoción de la obra pública, inicialmente a través del Plan de las 100 escuelas y, luego, el Plan de las 12.000 viviendas. Ambas líneas programáticas se implementaron a partir del endeudamiento con el BID; de allí que este actor tendrá alta centralidad en el período, desvinculando aún más a los ámbitos de gobierno respecto de las demandas y prioridades de la sociedad civil. El plan de las 12.000 viviendas Mi Casa Mi Vida se adaptó en su trayecto-

ria de configuración al ciclo requerido por el organismo de financiamiento internacional. Se utilizó como justificación y criterio de delimitación en la gestión ante el BID, la emergencia hídrica de poblaciones vulnerables. A partir de allí se fundó una política de vivienda de escala masiva que actuó de modo unidireccional con el realojamiento compulsivo de poblaciones de escasos recursos, localizadas en lugares estratégicos de la ciudad independiente del riesgo ambiental. Esta política, en definitiva, constituyó un aporte central a los objetivos e intereses de la gestión provincial, desatendiendo la orientación y tendencia de la problemática habitacional. El resto de las operatorias, Atención a la Demanda Libre y de las Entidades Sin Fines de Lucro, fueron residuales en el período, manteniendo las características de las gestiones anteriores. Las concepciones acerca de los problemas, los sujetos/poblaciones y el tipo de solución “erradicaciones”, reflejaron las preferencias e ideas propias de los agentes involucrados; tuvieron que ver con las co-

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mas habitacionales en la ciudad y las estrategias más adecuadas de resolución, profundizó la desconexión entre agenda pública y societal. Los intereses y demandas de la ciudadanía no lograron interpenetrar los espacios de definiciones y prioridades estatales, siendo esto determinante para producir la ineficiencia y desadecuación expuesta de las respuestas habitacionales gestionadas.

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rrientes teórico-políticas propias del funcionalismo y de la visión de los “pobres como marginales”. “Nuestro trabajo no es sólo dar una casa, es urbanizar cierta gente, que no está acostumbrada a estar urbanizada” (Rodríguez y Taborda, 2009, p.186). El centro del debate para la validación de la cuestión estuvo ocupado por la captación y el uso de fondos públicos y créditos internacionales. El núcleo duro de las decisiones políticas recayó en un grupo reducido del gobierno provincial: un “triángulo de hierro” como espacio de subgobierno constituido por el Gobernador, la Secretaría General, el Ministro de Obras Públicas y el Especialista en Financiamiento Internacional. Una concepción del Estado reducida al Poder Ejecutivo y de bajo nivel de democratización de los asuntos públicos impidió la incorporación de otras concepciones, prioridades o modos de abordaje. OTROS ACTORES Y SU LUGAR EN ESCENA El Colegio de Arquitectos, será otro actor importante en el período: algunos profesionales directivos de la entidad llegan a asumir cargos de funcionarios públicos en la administración municipal y provincial, y a partir del año 2000 se realizarán múltiples acciones conjuntas con el Ejecutivo Provincial como estrategia laboral para los profesionales colegiados. Su aporte a la concepción del problema será desde una visión sistémica de la ciudad, consolidando la noción de las políticas de vivienda como reactivación económica y oportunidad de ejercicio profesional. Las políticas de vivienda se concibieron, desde el reducido grupo de actores hegemónicos, como “ejecución de obra pública, captación de fondos y posibilidad de incidir en quienes serían los agentes y mecanismos de elección para participar en los concursos de proyectos y ejecución de inversiones”. Además, la actuación del Gobierno como un agente económico más provocó su no injerencia en el mercado de la tierra urbana, renunciando al uso de mecanismos legales disponibles para regular y controlar el comporta-

miento de las ofertas y los precios del suelo. Esto generó localizaciones de vivienda inadecuadas, con su consecuente débil integración urbana de las poblaciones relocalizadas. Las Organizaciones Sociales (OSC), por su parte, mostraron a lo largo de la década un comportamiento oscilante, por momentos mejor posicionadas en términos político-estratégicos y en los últimos años con un actuar dispar, segmentado y de menor impacto, lo cual favoreció su exclusión del escenario de las negociaciones. Las interacciones con el gobierno habían generado una dinámica conflictiva, donde predominó la colocación de los “otros” como opositores. A estas disposiciones de resistencia se le sumó que el actor gobierno, con la intención de dispersión o persuasión frente a los disensos, desplegó tácticas de cooptación mediante la contratación de representantes de las OSC y ONG para las estructuras burocráticas del Estado, repercutiendo estas acciones en el debilitamiento de la propia organización de confluencia que era la UOBDS. Ajeno al aprendizaje y alejado de la revisión de prácticas aleccionadoras como la experiencia de la MCPS, el gobierno provincial persistió en el desconocimiento de los “otros”, clausurando así la interpelación discursiva sobre sus concepciones, los diagnósticos y las prácticas de intervención. En consecuencia, continuaron predominando los intereses o preocupaciones del poder político, particularmente la necesidad de consolidar la legitimidad de funcionarios, gestiones y acciones de gobierno/partido en momentos electorales, similares a todas las administraciones analizadas.

El reconocimiento, la aceptación y la integración de la complejidad como un elemento intrínseco a todo proceso político. Una nueva disposición de los poderes públicos en los procesos de gobierno, la adopción de nuevos roles y la utilización de nuevos mecanismos y regulaciones. El fortalecimiento autónomo de los intereses ciudadanos colectivos para reconstruir pasos andados en la disputa pública por unas respuestas habitacionales adecuadas, integrales e integradoras, en términos urbanos y sociales

Bibliografía Aguilar Villanueva, L. (1996). La implementación de Políticas Públicas. México: Miguel Ángel Porrua. Álvarez Díaz, A. (1992). Análisis de la política pública. Caracas, Venezuela: Mimeo. CLAD, Centro Latinoamericano de Administración para el Desarrollo. Oszlak, O. (1996). Estado y Sociedad ¿Nuevas reglas del juego? En: Reforma y Democracia. Caracas, Venezuela: CLAD. Rodríguez, E. M. y Taborda, A. (2009). Análisis de Políticas Públicas. Formación, estilos de gestión y desempeño: Políticas de Vivienda. Córdoba 1991-2007. (Colaboradora: Eula, Mónica L.). Córdoba, Argentina: Editorial Brujas. Rodríguez, E. M. y Taborda, A. (1999). Subordinación o juego de actores. Los proyectos habitacionales como capitales en disputa. Instituto de Vivienda, Facultad de Arquitectura y Urbanismo, Chile. Wacquant, L. (2007). Los Condenados de la Ciudad. Gueto, periferias y Estado. Argentina: Siglo Veintiuno Editores.

CAMINOS PARA SUPERAR LA INADECUACIÓN DE LAS POLÍTICAS DE VIVIENDA Resulta necesario y urgente postular seriamente el pasaje hacia una perspectiva socio-céntrica en la construcción de la política pública; esto es, hacia una forma de gobierno con un estilo de gestión asociada, que recupere los aprendizajes de los ámbitos multiactorales, partiendo de:

[*] Investigadores y docentes de la Escuela de Trabajo Social, Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UNC.


Julia Romano. La belleza de los otros-Silvia y Fer. Collage digital. 2006.

[Segregación residencial socioeconómica]

PARA SER PARTE HAY QUE SENTIRSE PARTE

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ográfica de la segregación. En nuestro caso abordamos la segregación residencial socioeconómica1, o sea, la separación residencial de grupos poblacionales según situaciones socioeconómicas y la incidencia de las políticas públicas en estos procesos. El tema ha sido abordado desde dos perspectivas y escalas de análisis, una de ellas a partir del estudio de datos censales sobre los porcentajes de familias con necesidades básicas insatisfechas y el promedio de años de escolaridad de los jefes de hogar, todos estos datos referidos a una unidad territorial tomada de los censos, que es el radio censal. A partir de identificar cada radio censal obtuvimos mapas que nos muestran cómo se caracteriza desde estos

datos la población residente en Córdoba. Este análisis nos permitió advertir las áreas donde residían familias en mayor condición de vulnerabilidad y para ello consideramos aquellas zonas donde más del 20% de las familias tuvieran alguna necesidad básica insatisfecha y que coincidentemente el promedio de escolaridad de los jefes de hogar fuera inferior a 7 años (primaria incompleta considerando el antiguo plan de estudios de primaria). La segunda perspectiva de análisis refirió a las vivencias de los vecinos en las zonas identificadas con un importante grado de segregación. En esta instancia nos interesaba conocer cómo se vive en un espacio segregado, cuál es la presencia del Estado y de las políticas públicas, cómo es la rela-

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a vivencia en los barrios suele ser conocida por la propia experiencia o por las crónicas periodísticas. Los investigadores frecuentamos muchos barrios y pocas veces se vislumbra lo que logramos “observar”. Nuestra intención aquí es dar cuenta de nuestra mirada sobre un fenómeno que estudiamos, el de la segregación residencial socioeconómica. Entendemos por segregación social la ausencia de interacción entre los grupos sociales fundada en diversos motivos como la raza, la religión, las condiciones socioeconómicas, o las culturales, etc. Cuando además se reconoce una desigualdad en la distribución en la localización de estos grupos en el espacio físico, podemos decir que estamos abordando la dimensión ge-

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Mgter. Silvana Fernández*


Julia Romano. La belleza de los otros-clínicas. Collage digital. 2006.

ción entre los barrios, qué piensan los vecinos de sus propios barrios y de los otros barrios, cómo resuelven sus necesidades y actividades cotidianas de trabajo, provisión, educación, recreación, etc. El trabajo lo realizamos en tres zonas de Córdoba: hacia el norte en la zona del IPV Argüello y los barrios próximos como Cerrito y Autódromo; hacia el oeste en Villa La Tela, Residencial San Roque y San Roque; y hacia el sur en Villa Libertador, Comercial, Arpeboch, etc. La primera aproximación a cada zona, a los diferentes barrios, nos permitió advertir la heterogeneidad existente que desde los datos censales evaluados se muestra como muy homogénea. Esta homogeneidad presente en los mapas de determinadas áreas no revela la diversidad de situaciones, pareceres, intereses, grupos existentes en los barrios. Cada zona que se había dibujado como homogénea presentó marcadas diferenciaciones en su interior. El caso interesante para reseñar fue el comprendido por los barrios de la zona norte, dos de los cuales se caracterizan por ser autoconstruidos por sus habitantes y, por otro lado, un conjunto de viviendas sociales que se corresponden con diferentes planes del ex-IPV (Instituto Provincial de la Vivienda) conocido como IPV Argüello. Diversidad de operatorias lo han conformado comprendiendo familias a las que se les adjudicaron las viviendas a partir de haber calificado entre varios aspirantes inscriptos en un registro y que “pagan” una cuota mensual por su vivienda, hasta aquellos relocalizados de villas de emergencia. En este caso nos encontramos con una presencia importante de intervenciones

estatales en materia de viviendas conformada por una trama de múltiples operatorias ejecutadas, generando grupos habitacionales continuos que en primera instancia impacta por la mayor densidad poblacional con respecto a los barrios del entorno. Ello también acusa un impacto a nivel de sus habitantes. Con respecto a la constitución de las identidades barriales, encontramos que Autódromo y Cerrito muestran y explicitan claras diferencias con el “IPV”, a lo que se suma la importante diferenciación entre sectores en el conjunto de las viviendas sociales del mismo IPV. La relación intrabarrio en éste es compleja. La primera diferenciación advertida es entre los vecinos de los primeros planes que deben pagar su vivienda en plazos largos y cuotas bajas y aquellos a los que “les dieron” las casas por erradicaciones de villas de emergencia. Los habitantes de las primeras viviendas siguen llamando a los trasladados “los de la villa”, lo que evidencia que el estigma y su condición de villeros no está superada. La otra diferencia evidente en los tres barrios estudiados, especialmente en el IPV, es la que hacen los entrevistados entre “mis vecinos” y el resto. Los que se identifican como vecinos son aquellos que se auxilian en caso de necesidad, se controlan las casas cuando están desocupadas, y vecinos de “…conversar, contarnos las cosas que pasan en el barrio”, donde se reconocen como parte de un estilo de vida común. Los otros son los que viven de modo diferente. Uno de los aspectos paradojales encontrados en los relatos refiere a las expresiones sobre el barrio. En general prima la respuesta espontánea: “hay gente buena acá”, “es gente trabajadora”; y la principal satisfacción de vivir allí está dada por el hecho de la casa propia. A su vez, los vecinos manifiestan que “todos se quieren ir de acá”. “NO QUEDA OTRA, AISLARSE Y ACOSTUMBRARSE” La percepción generalizada que existe sobre el “querer irse” la adjudican los entre-

vistados a dos grandes cuestiones: la difícil convivencia entre grupos con diferentes formas de vivir (como actitudes ante el pago de los servicios, las costumbres familiares, el modo violento de resolver conflictos, etc.) y la inseguridad y las agresiones que se derivan de ello. Todos los entrevistados manifestaron que es inseguro el lugar donde viven. El hecho de haber sufrido alguna agresión como el robo domiciliario o las peleas callejeras de las que son víctimas sus hijos, son los momentos críticos que los lleva a evaluar la posibilidad de mudarse. Ello ha requerido de estrategias y recursos para suplir las sensaciones y vivencias que los expulsan del barrio. Las estrategias tienen que ver con enrejar y hacer altas tapias, con llevar y traer a los chicos hasta la escuela o a la parada del ómnibus, no salir después de determinada hora; en definitiva, se relacionan con el aislamiento. Para sostener esas estrategias muchos apelan a determinados recursos que les brindan seguridad, como el auto o el teléfono, ya que permiten la vinculación con otras personas o lugares para superar el aislamiento con el entorno inmediato. Como sostiene un vecino de Cerrito: “Para mí el auto es indispensable. Si me sacan el auto, ahí si cierro todo, me voy a lo de mi vieja y me amontono allá, no me importa. Pero yo sin auto no me quedo acá”. Ahora bien, ¿qué sucede en las calles?, ¿cómo se vive? Las placitas, las esquinas son lugares ocupados por las barras de los diferentes sectores del IPV y existe gran disputa entre ellos. “Yo vivo en lo que le dicen los 40. Los 40 contra los de la 17 es una guerra total. No hay enfrentamientos entre los vecinos, pero sí entre los chicos. En las esquinas es de terror”, explica una vecina y madre de un alumno del IPEM de Barrio IPV. Las referencias a los 40 y la 17 aluden a las villas de donde proceden los vecinos instalados en cada sector: “Los 40 guasos” y “17 de octubre”. Alumnos del IPEM del Barrio IPV cuentan la relación con los jóvenes de los otros barrios: “¡Nos cagamos a tiros siempre, todo mal!”; “Se agarran a tiros todos los días, está la cana siempre… La 17 con los de Los 40...”; “Nosotros no.


Nuestro eje de reflexión gira en torno al rol de las políticas públicas en la atenuación o profundización de estos procesos, entendiendo por política pública tanto las acciones como las omisiones o el retiro del Estado en cuestiones de interés público. La característica de la segregación es el aislamiento y ello no es una dimensión que se tenga en cuenta cuando se formulan e implementan políticas y, menos aún, cuando se evalúan los impactos generados por las mismas, en la ciudad de Córdoba. Se pueden proponer acciones específicas que procuren atenuar el fenómeno, pero el déficit de políticas básicas que se advierte indica que la primera preocupación estará en la implementación de acciones eficaces en materias como seguridad, transporte, mantenimiento de espacios públicos, transitabilidad de las calles, atención primaria de la salud, educación. Si el cumplimiento de los roles tradicionales que ha asumido el Estado se efectuaran

sica y social de grupos de la población de una determinada comunidad y al aislamiento social de las personas que allí habitan. Si concebimos a la pobreza desde la concepción de Amartya Senn, procurando trascender las concepciones dicotómicas de tener/no tener, para definir la pobreza como un proceso de acumulación de ventajas o desventajas de los habitantes a partir de sus vivencias cotidianas, para la reproducción o superación de sus condiciones de vida, comprenderemos que el espacio segregado imposibilita interacciones heterogéneas, estigmatiza a sus habitantes y es productor de acumulación de desventajas para sus oportunidades de vida. El espacio también es constitutivo en el proceso de reproducción de la pobreza. Experiencias políticas como la urbanización de las favelas en Río de Janeiro se fundamentan en la necesaria articulación físico-espacial que debe garantizarse en los barrios con la trama urbana de toda la ciudad para posibilitar la articulación social. Y estas cuestiones no se abordan desde las concepciones tradicionales de las políticas o con un Estado debilitado en su capacidad regulatoria ante los imperativos del mercado

1- El trabajo que encaramos como equipo de investigación cuenta como antecedente un estudio realizado en la Facultad de Ciencias Económicas por Cecilia Díaz y Norma Caro, quienes concluyeron, a partir de la aplicación de medidas estadísticas que comparan datos censales entre 1980 y 2001, que la ciudad está efectivamente segregada en términos socioeconómicos.

[*] Investigadora y docente del Dpto. de Geografía de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la UNC. Integrante del Instituto de Investigación y Formación en Administración Pública (IIFAP).

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EL ROL DEL ESTADO

eficazmente se estaría garantizando un umbral mínimo de calidad de vida. Esto no implica desconocer los roles que se impone que asuma el Estado local, con acciones específicas que promuevan la generación de empleo, la promoción cultural, la articulación entre diferentes sectores de la sociedad, la cohesión social. Con respecto a este tema dos son las cuestiones a analizar. Una sobre el principio de equidad de las políticas que garantice equiparar los desequilibrios sociales existentes. La otra refiere a las políticas de urbanización, las cuales deben garantizar que se minimicen los casos de aislamiento de grupos sociales, tema evidente en los traslados masivos de población hacia barrios ubicados en las periferias que operan en el aislamiento de los pobres del resto de la ciudad, tornándose en lugares inaccesibles y donde los vecinos deben satisfacer sus necesidades de modo precario en su barrio segregado o trascender los límites de su barrio pero sufriendo un alto grado de estigmatización, lo que genera poca fluidez en las interacciones con otros grupos sociales. Otra responsabilidad del Estado refiere a “desatender” el fenómeno del aislamiento intencional como el caso de los countries, generado por políticas de urbanización que no dimensionan la cuestión de la segregación, configurando una trama urbana fragmentada, con alto grado de aislamiento y con importante cantidad de lugares con accesibilidad restringida. Por lo tanto las políticas no deben desatender ni favorecer indirectamente las estrategias de aislamiento de la población para superar las sensaciones de inseguridad y desagrado de la zona en la que habitan y sí deben garantizar la habitabilidad, la urbanidad, entendida ésta no sólo en términos de infraestructura sino de relaciones sociales, ya que ambas cuestiones no están disociadas. El espacio público degradado genera estigmatizaciones, deterioro de la autoestima colectiva y provoca el retiro hacia el ámbito privado de las familias en sus hogares. Dijimos que la segregación residencial alude al distanciamiento y la separación fí-

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Son los que se juntan en la esquina”; “Las esquinas tienen nombres también, ésta se llama Los pisa cocos”. Estas situaciones terminan de explicar las estrategias de aislamiento como por ejemplo la de proteger a los hijos y no permitirles que salgan a la calle, ni que tengan amigos de la zona, que vayan a escuelas que no están situadas en el barrio, llevarlos y traerlos a todos lados, etc. Al aislamiento como estrategia se suma el aislamiento provocado desde afuera como la resistencia de taxis, remises, ambulancias, cuadrillas que reparan servicios de luz y teléfono- a ingresar a la zona o hacerlo bajo custodia policial o custodias realizadas por los propios vecinos para contar con los servicios. El acostumbrarse a vivir en esas condiciones es el mecanismo necesario para aceptar resignadamente la imposibilidad de elegir “otros lugares” para vivir, imposibilidades generadas en las condiciones económicas y las escasas oportunidades impuestas por el mercado de tierras para la clase media y media baja.


Luciano Burba S/T Modelos para armar en alto impacto. Medidas variables. 2010.

[La vivienda y los sectores populares]

DE LA NECESIDAD AL DERECHO Arq. Aurelio Ferrero*

ara analizar cómo afecta a los sectores más pobres del país el problema de la vivienda, entendido bajo el concepto más amplio de hábitat, es necesario primero comprender el concepto de política pública, expresado como “el conjunto de tomas de posición, tácitas o explícitas, de diferentes agencias e instancias del aparato estatal que expresan una determinada modalidad de intervención del Estado, en relación con una cuestión que despierta la atención, interés o movilización de actores de la sociedad civil”1.

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Las políticas habitacionales, como materialidades del Estado, forman parte de una determinada sociedad, de una organización que responde a las relaciones de poder obrantes al momento de identificar y priorizar estas cuestiones. Los resultados dependen, entonces, no sólo de los factores y recursos económicos disponibles, sino de la fuerza acumulada por un determinado sector para hacer valer sus intereses y necesidades, que marca diferencias en las soluciones planteadas, las prioridades y los modos de operar. En

definitiva, la explicación de los procesos habitacionales no pueden encontrarse sólo en el mismo sector de la vivienda, sino en la estructura social con sus respectivas relaciones de poder condicionando la propia acción del Estado. La primera equivocación proviene de hablar de la vivienda por separado de gente, como un simple objeto de obra pública, sumada a puentes, diques o edificios institucionales. No se trata de proveer simplemente casas; se trata de proveer soluciones a familias y personas. Por ello, hay que re-


RECONOCIENDO DERECHOS En la medida que las respuestas no han sido realistas, los pobres urbanos (tanto los llamados históricos como los nuevos pobres) se asientan donde y como pueden, de forma ilegal y precaria, en terrenos en riesgo o en condiciones de hacinamiento.

Estas formas alternativas no son para ellos más que un camino para acceder a la tierra y la vivienda en contextos donde no es posible hacerlo de otra forma. Los mecanismos de absorción en lo habitacional que históricamente habían permitido alojamientos precarios menos visibles en las ciudades han colapsado. Así, las ciudades argentinas comienzan a parecerse a otras de la región por la magnitud que alcanzan. En este contexto, desde el Primer Foro Social Mundial en la ciudad de Porto Alegre, en 2001, un conjunto de movimientos populares, organizaciones no gubernamentales, asociaciones profesionales, foros y redes nacionales e internacionales de la sociedad civil comprometidas con las luchas sociales por ciudades justas, democráticas, humanas y sustentables, vienen construyendo una Carta mundial del derecho a la ciudad4. Ésta impulsa los compromisos y las medidas que deben ser asumidos por la sociedad civil, los gobiernos locales y nacionales y los organismos internacionales para que todas las personas vivan con dignidad en las ciudades del mundo. A nivel local también es importante referenciar y hacer conocer la posición del Movimiento por la Reforma Urbana en Argentina5, una coalición conformada por múltiples actores y numerosas instituciones que están intentando incidir en las decisiones políticas en defensa de los sectores desprotegidos. Aboga por “promover una implicación efectiva de los pobladores en la configuración de su hábitat, con políticas que apoyen el desarrollo de sus organizaciones mediante la planificación, gestión y administración directa de los recursos públicos en programas que comprendan el conjunto de los componentes del hábitat (suelo, materiales, mano de obra, herramientas, asistencia técnica, derechos y seguros, capacitación) así como un conjunto de programas complementarios que fortalezcan su desarrollo, estimulen su rol protagónico en procesos locales y barriales y utilicen el subsidio con sentido promocional de las capacidades autogestionarias colectivas”. RECONOCIENDO

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de pocos años el valor mismo de la propiedad. Por otra parte, la mayoría de los planes habitacionales masivos de los años 60, 70 y 80 tuvieron un recupero histórico que en total no alcanzó el 10%, transformándose en subsidios ocultos del Estado, en detrimento de quienes realmente los necesitaban. La falta de títulos transferidos en numerosos planes habitacionales es una deuda pendiente y no ayuda a que el compromiso de pago se cumpla aun cuando estaría al alcance de buena parte de los beneficiarios. En otras ocasiones, el desacierto de algunos planes se debió a que las viviendas fueron usadas como receptores compulsivos de población pobre, con muy poca o ninguna tarea integradora del proceso, resultando en las reconocidas consecuencias de haberlas transformado en sitios insalubres y peligrosos. Esto mantiene en crisis permanente el modelo argentino de vivienda de interés social como un tema en torno al cual se expiden políticos, empresarios, académicos, organizaciones sociales, presentando ideas, representando a sectores e intereses y disputando propuestas en un escenario de múltiples y renovadas tensiones. Se explica la persistencia del modelo por los resultados: programas y proyectos que atienden la oferta empresarial y no la demanda organizada acorde a las diversas situaciones de la población. Argentina, a diferencia de otros países pobres, no puede alegar que la falta de fondos le impidió atender exitosamente el tema. Al contrario, lleva más de 40 años destinando una cifra envidiable para cualquier país de la región sin reportar una historia exitosa en términos de resolver o atenuar sustancialmente el problema de los más necesitados.

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ferirse a un concepto más integrado de vivienda que incluya todas sus funciones2. Veamos algo de historia. Desde su creación en 1977 (Ley 21581), el FONAVI (Fondo Nacional de la Vivienda) ha destinado una media de 800 millones de pesos anuales a la vivienda social en Argentina. Una apetecible cifra para cualquier plan de gobierno y para el sector empresarial. Sin embargo, cuantitativamente no se ha podido revertir el déficit de 3.083.197 viviendas, según los valores de 2008; es decir, un 30,6% del total de hogares en Argentina (déficit que incluye hogares irrecuperables, hogares mejorables y hogares con hacinamiento). Mirando las cifras locales, en Córdoba Capital, las viviendas deficitarias alcanzan a 75.971, un 21,14% del total de hogares según datos del censo 20013. De estos datos, es importante puntualizar que en el caso de Córdoba, el 39,60% de esas viviendas deficitarias está conformado por viviendas recuperables con mejoras, lo que no supone nuevas unidades. Sin que el déficit se haya movido en las últimas décadas, no se ignora la diversidad de soluciones alternativas llevadas a cabo en las complejas realidades de cada región. Pero utilizan una porción muy pequeña de los recursos, muy lejos de “tocar” el volumen mayor de los fondos recaudados por la ley FONAVI y que se dirigen a las empresas. A pesar de que en 1995 la Ley 2464 permitía a las provincias afectar los fondos a una cantidad de líneas distintas a las tradicionales, y que luego en el año 2002 la Ley 25570 otorgó libre disponibilidad para el uso de fondos, no hubo cambios sustanciales en la política habitacional de las provincias, tal es el caso de Córdoba. Probablemente, la descentralización no evitó la tendencia a mantener intereses corporativos aun en el ámbito local. A esto, debe sumarse la paradoja de que muchos de estos recursos han terminado subsidiando las clases medias, quienes accedieron mayormente a las viviendas. Sin desconocer que estos sectores necesitan donde vivir, o lo hayan necesitado en su momento, mejoras relevadas posteriores a la posesión de las viviendas indicaron que su capacidad de inversión superó al cabo


ALTERNATIVAS ¿Qué se puede hacer frente a esto? Primero que nada es necesario reconocer como formas actuales de democracia a las acciones que, por la concertación o por la lucha, hacen a los procesos sociales partícipes de la historia reciente. En segundo lugar -y a esto se referirá especialmente esta propuesta-, consolidar la oferta de productos en atención de las necesidades más prioritarias. Tomamos como paradigma de acción el fortalecimiento de los modos históricos en que la gente ha venido enfrentando el problema; se plantea el concepto “en la necesidad está el recurso” como un camino que no por sencillo es de frecuente aceptación. En los asentamientos de la periferia más pobre de nuestras ciudades, hay una secuencia inicial muy ilustrativa del proceso seguido por los pobladores cuando emprenden una solución, que tiene tres instancias al menos: la llegada a un lugar, la afectación gradual de recursos, un esfuerzo para construir progresivamente. Esta secuencia configura un patrón común que puede orientar una tríada propositiva de campos de actuación en términos de una política pública, a saber: Fortalecer el acceso al suelo o reconocimiento de derechos adquiridos. Generar subsidios dirigidos y/o microfinanciación. Brindar apoyo técnico a los esfuerzos personales. ¿Es viable una política pública de respaldo y potenciación a estos mecanismos históricos de los asentamientos y barrios de la ciudad? Sí, de hecho existen formidables antecedentes en América Latina que respaldan este camino. ¿Es posible integrar los pobladores, en forma colectiva o individual, a los procesos de acceso a un mejor hábitat? Importantes experiencias demuestran que la integración social afronta, potencia y genera condiciones para un contexto sustentable. Por si quedan dudas de su capacidad, más de la mitad de las viviendas de América Latina han sido afrontadas por sus propios po-

Luciano Burba S/T Modelos para armar en alto impacto. Medidas variables. 2008.

bladores. Una discusión permanente acerca del carácter y naturaleza de los temas referidos está en distinguir si son los procesos sociales o los productos los que deben ser considerados en las políticas públicas. Una puja entre el hoy y el mañana, entre el todo deseable y la parte posible, entre la oportunidad o la pérdida, entre el conquistar o conceder, hacen dinámica y compleja la opción para los distintos actores. Parece oportuno referir en este sentido un texto de la reconocida especialista chilena Joan MacDonald6: “A la hora de resolver la precariedad o la falta de viviendas las oportunidades existentes determinan la conveniencia de arrancar desde el producto o el proceso. A veces las iniciativas focalizan de manera muy concreta en la obtención de una casa, un lote o un servicio, pero para lograrlo se requiere organización, acumulación de recursos o capacitación, procesos que anteceden a la demanda específica y perduran

más allá del logro de ésta. A su vez cuando se integran movimientos para luchar contra un desalojo inminente o para lograr un techo, se espera obtener mejoras al cabo de este proceso. Esta práctica de combinar productos y procesos es un aporte significativo de los pobres urbanos a las políticas habitacionales. Ya sea que se arranque de la lucha por `productos´ concretos o de la promoción de procesos más amplios, lo importante es que en el primer caso sea posible fortalecer actitudes y hechos proactivos que perduren en el tiempo, y en el otro caso, que los procesos logren solucionar efectivamente los problemas que le dieron origen”. ¿Cuáles pueden ser estos productos y pro-


Primer Seminario Iberoamericano de Ciencia y Tecnología para el Hábitat Popular, Córdoba, Argentina. 4 http://www.choike.org/nuevo/informes/ 2130.html 5 http://www.canoa.org.ar/ReformaUrbana.htm 6 Ciudad, pobreza, tugurio. Artículo de Joan MacDonald, Chile, 2008. 7 La periferia de las ciudades está siendo entregada a los inversores que las cercan con countries o barrios cerrados inaccesibles que destinan una superficie de terreno por persona socialmente injusta y económicamente depredadora, por no hablar de los desequilibrios urbanos que generan y la calidad de vida que comienza a ponerse en duda para sus mismos habitantes. (Nota del au8 “La economía social y solidaria está basada en valores humanos y principios de solidaridad, que propugnan el reconocimiento de la otra persona como fundamento de la acción humana y eje de la renovación de la política, la economía y la sociedad (…) incluye al conjunto de actividades y organizaciones de carácter comunitario, asociativo, cooperativo, mutualista y demás formas colectivas creadas para responder a las necesidades de empleo y de bienestar de los pueblos, así como a movimientos ciudadanos orientados a democratizar y transformar la economía”. Citado por José Luis Coraggio del Documento Lima+10, evento convocado por la Red Intercontinental de Promoción de la Economía Social y Solidaria (RIPESS) Región Latinoamérica, y organizado por el Grupo Red de Economía Solidaria del Perú (GRESP) - Secretariado Técnico de RIPESS Región Latinoamérica, 2007. 9 http://www.ave.org.ar/gestion.html 10 http://www.redulacav.net/ http://catedrapvp.googlepages.com

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sentados, debido a la ausencia de aportes oportunos que habrían evitado problemas o dificultades posteriores (sismo-resistencia, condiciones de ventilación e iluminación, desagües, facilidades para regularización dominial, entre tantos). De allí que la Asistencia Técnica es el tercer apoyo necesario, y puede resolverse de distintas maneras; hay buenos ejemplos que han avanzado desde distintos ámbitos tales como ONG, gremios, iglesias, colegios profesionales, entre otros. Por otra parte, el perfil del ejercicio de los profesionales requiere un enfoque distinto que para lograrlo, debe comenzar por modificarse la formación profesional en las carreras de arquitectura, ingeniería y otras carreras afines, alejadas muchas veces de los proyectos sociales. (Las escuelas de Trabajo Social lo tienen incorporado). En numerosas universidades de Argentina -y en particular, la Universidad Nacional de Córdoba- se está trabajando en los niveles de grado y posgrado procurando revertir esta situación a través de cátedras optativas o seminarios que se desarrollan en torno a modelos de gestión multidisciplinarios en el hábitat social10. Desde la Universidad, como institución que se debe a toda una sociedad que le da sentido y existencia, nos cabe una responsabilidad ineludible frente a los grandes problemas sociales que es la de proponer y desarrollar prácticas que acerquen alternativas de superación viables y comprometidas

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Oszlak y O´Donell, 1982. La vivienda urbana moderna es un conjunto estructurado de bienes, servicios y situaciones agregables, desagregables, intercambiables y articulables en el tiempo y el espacio, cuya función es satisfacer las necesidades y expectativas de refugio, soporte, identificación e inserción social de la vida doméstica, cumpliendo con condiciones específicas y propias de las pautas culturales, económicas y funcionales de la sociedad urbana moderna, en general, y del habitante concreto, integrado a esa sociedad, en particular. Pelli, Víctor (2007). Habitar, participar, pertenecer. Buenos Aires: Nobuko. 3 Peralta, Carolina (2006). Demanda habitacional y políticas públicas en Córdoba. Ponencia en: 2

[*] Investigador y docente de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la UNC. Vicedirector de CEVE (Centro Experimental de la Vivienda Económica), AVE-CONICET.

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cesos a potenciar? Comenzando por el primero, se recuerda que el Estado abandonó hace tiempo su rol de proveedor de tierra, sea en forma colectiva o en forma individual. Limitó su oferta diciendo “ofreceremos una vivienda completa, en lote urbanizado”, para lo cual hay que hacer cola -si califica el aspiranteo no hay otra cosa. Una falacia a optar entre “no cumple las condiciones para el acceso” o si no “nada”. Con el agravante de que aun para los que cumplan condiciones, la producción está lejos de ser suficiente. Los pobladores con sabiduría dicen “con un lotecito yo me arreglo, lo importante es tener un lugar donde caerme muerto”. Esta valoración es la expresión más acabada del derecho a un lugar para la vida que todo ciudadano tiene por tal condición. Ante esta situación se propone que el Estado asuma su rol de loteador social no especulativo que financie tierra con servicios accesibles a toda la población más pobre, evitando que la ciudad que es de todos quede dibujada sólo por los desarrollistas urbanos para los más pudientes7. La regularización dominial, o el reconocimiento de derechos en la posesión, son caminos simultáneos, válidos para el gran porcentaje de viviendas contabilizadas en los censos que no agregan necesidad de nuevos terrenos. En segundo lugar, el microcrédito, como fragmentación de la financiación de pequeñas refacciones o construcciones nuevas, ha demostrado ser un camino fértil para las mejoras habitacionales. No sólo en materiales, sino en pequeños tramos de financiación de mano de obra, supliendo así la necesidad de trabajo en pequeños contratistas o empresas comunitarias. Hay en la actualidad prácticas modestas en lo cuantitativo, pero que pueden ser referentes en el marco de la llamada economía social a la que suscriben8, como el caso del Programa de mejoras habitacionales que distintas ONG llevan a cabo en Córdoba con fondos del Estado, AVE (Asociación de Vivienda Económica), entre otras9. La asistencia técnica integral a los proyectos y a las construcciones auto-promovidas son uno de los mayores problemas pre-


Agustín Massanet. Convivientes. Acrílico sobre tela.140 cm x 100 cm. 2003.

[Acceso al suelo]

IRREGULARIDAD EN LA TENENCIA DE LA PROPIEDAD* Arq. Gustavo Rebord** mérica Latina, y Argentina en particular, tiene preponderancia de población urbana: las ciudades concentran más del 90% del total de los habitantes del país. Debemos tener en cuenta que cada una de las personas que habita la ciudad de una u otra manera lo hace en algún lado: edificios, barrios, villas, la calle, etc. El acceso a tierra urbana es la puerta de entrada a ocupar un lugar en la ciudad. Es un problema que miles de familias deben enfrentar, poniendo en práctica distintas estrategias que las lleven a encontrar, en el mercado formal o informal, solución a su problema de hábitat urbano. Considerando a la ciudad como producto de las relaciones sociales y reflejo de la sociedad, con el crecimiento de la desigualdad social nos encontramos que la irregu-

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laridad/informalidad es ya parte del paisaje urbano constituyéndose en una forma de acceso por fuera del sistema, que brinda una solución a las familias. La condición de tenencia es una de las variables que se considera cuando se habla de la situación habitacional2, en conjunto con la disponibilidad de espacio de privacidad por persona, la calidad constructiva de las viviendas y la provisión de servicios esenciales. Para cada uno de ellos existenmediciones oficiales. El creciente aumento de la irregularidad sobre el total de las construcciones de la ciudad ha llevado a los distintos niveles de gobierno a trabajar mediante la implementación de programas con el objetivo de regularizar la tenencia de la tierra y, de esta manera, incorporar las parcelas a la ciudad y asegurar a las familias el derecho propietario.

FORMAS DE ACCESO Según Nora Clichevsky (1989), la tierra es una mercancía especial, dado que no se produce, en sentido estricto, como el resto de las mercancías: es un bien que existe en la naturaleza. Lo que se producen son subdivisiones de la misma y servicios que la definen como urbana. La valorización de la tierra se produce a partir de condiciones intrínsecas (tamaño, resistencia, topografía) y externas como accesibilidad, servicios, etc., donde la acción del Estado se constituye en otorgador de renta, valorizando a través de normas o intervenciones directas el suelo. El economista brasilero Pedro Abramo (2003) determina tres formas de acceso a la ciudad según el agente productor y el tipo de producto en juego.


1.- Villas: urbanizaciones autoproducidas caracterizadas por la irregularidad en la trama urbana así como en la situación dominial, generalmente con provisión de infraestructura informal o clandestina. Las viviendas son autoconstruidas con materiales precarios o de desecho como hábitat provisorio, evolucionando con la utilización de materiales durables a vivienda definitiva. Cuentan con alta densidad poblacional. 2.- Asentamientos: urbanizaciones autoproducidasenformaplanificada y organizada por los mismos ocupantes en tierra urbana vacante, para alojar familias con intención de radicarse definitivamente. La infraestructura al inicio es clandestina, autogestionada, que con la intervención estatal se regulariza. La trama urbana posee continuidad con el entorno. 3.- Urbanizaciones de producción estatal: planes originados en distintas operatorias de los tres niveles del Estado, dirigidas a sectores de bajos y medianos ingresos. Soluciones llave en mano en su mayoría con infraestructura básica completa.

Legales Loteos Loteos con o sin plan de vivienda Loteos cooperativos

participación en acciones colectivas, y se la denomina lógica de la necesidad. Cada una de estas lógicas ofrece productos (lotes, ocupaciones) que pueden o no ser legales o irregulares, dependiendo de la localización de los servicios públicos o las distintas formas de tenencia de la tierra. TIPIFICACIÓN Teniendo en cuenta la forma de producción, los servicios, localización y tipo de producto, podemos encontrar ocho categorías preliminares de loteos irregulares. Incluso, existen algunos que poseen características

Irregulares Loteos fraudulentos Loteos con o sin plan de vivienda Villas y asentamientos Loteos cooperativos

4.- Urbanizaciones producidas por organizaciones comunitarias: originadas por Organizaciones Sociales Comunitarias, en gran parte provenientes de villas y/o asentamientos, para autoconsumo con propiedad colectiva de la tierra. Viviendas autoproducidas con ordenamiento espacial regular. Infraestructura básica necesaria incompleta. 5.- Urbanizaciones producidas por entidades intermedias: generadas por organizaciones (cooperativas, mutuales, sindicatos, etc.) como oferta de vivienda terminada destinada a sectores de ingresos medios y medios bajos. Infraestructura básica

en muchos casos incompleta. 6.- Loteos ilegales: loteos producidos por actores privados con incumplimiento de la norma municipal, generalmente con fines fraudulentos. Su principal característica es la accesibilidad económica para sectores de ingresos medios y medios bajos. Las viviendas son autoproducidas por los adquirientes con materiales durables y definitivos. 7.- Loteos iniciados por entidades intermedias y completados por el Estado: originados por organizaciones comunitarias que luego, en forma consensuada, son concluidos por el Estado Provincial en términos de vivienda, infraestructura y gestión de aprobación del loteo. 8.- Mixtos: se trata de aquellos casos en donde la clara presencia de características de dos o más categorías complejiza su ubicación dentro de las categorías anteriores. CUANTIFICACIÓN Por diversos motivos resulta muy difícil establecer cuantificaciones sobre la escala de este fenómeno. Según estimaciones, podemos llegar a alguna cifra provisoria para la ciudad de Córdoba donde estaríamos por debajo del 20% de las viviendas existentes. Hablando de población, este mercado alcanzaría a más de 100 mil habitantes urbanos, en un porcentaje de población del 10 al 15%. Entrelasdificultadesparasudetecciónypara poder saber de qué hablamos, nos encontramos con diversas razones entre las que podemosmencionar quesonpartedelaciudaddesdehacemásde60años,yenmuchos casos, están totalmente integrados a la ciudad formal por lo que no se pueden identificar fácilmente (en los catastros, las parcelas ocupadas figuran sin subdivisión y como no construidas). Otro factor nos habla de que su aparición es relativamente tolerada por los distintos niveles de gobierno, porque de alguna manera brinda un lugar donde habitar a las familias, aliviando al Estado de la carga sobre las respuestas habitacionales. Su producción se da con continuidad, alimentada por una red de información, boca a boca o con cartillas de difusión barrial donde se plan-

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Lógica del mercado Lógica del estado Lógica de la necesidad

de más de uno, denominadas mixtos. Las categorías que se presentan fueron elaboradas en conjunto por el personal del área de regularización urbana de la Dirección de Hábitat de la Municipalidad de Córdoba.

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Estas tres lógicas tienen sus características propias de producción, circulación y consumo, conformando distintos tipos de mercados. Un alto porcentaje de la población adquiere un lote de terreno en el mercado tras la mediación de un pago, es decir que su lugar de residencia esta directamente relacionadoconlacapacidaddepago.Eselencuentro entre los que desean consumir tierra urbana y los que disponen de la misma para ofrecer a los eventuales consumidores. A esta forma de acceso se la denomina lógica de mercado. Cuando son los distintos niveles de gobierno a través de la implementación de políticas públicas de hábitat los que asignan un lote o una vivienda en la ciudad se la denomina lógica de estado. En este caso, la asignación depende de variables sociales que ubican a la familia para determinarla como beneficiaria y de la posición del Estado como productor de bienes sociales. De esta manera, es el Estado el que garantiza el acceso como derecho. La nula disponibilidad de recursos monetarios que permitan a las familias acceder al mercado, sumado a un déficit de capital institucional que le acerque una respuesta estatal, producen estrategias individuales o colectivas para acceder a la ciudad. Estas estrategias se ligan con la necesidad y con la


MAPA DE LA IRREGULARIDAD

Loteos municipales Loteos de cooperativas de bajos recursos Loteos fraudulentos

tea las condiciones de accesibilidad. En reiteradas oportunidades los loteadores piratas se sirven de referentes barriales reconocidos para generar confianza en el emprendimiento o en ocasiones los contratan para la venta o el cobro de cuotas. ESTRATEGIAS DE REGULARIZACIÓN Frente a esta realidad, surge desde el Estado la necesidad de brindar respuestas al problema, siendo una de ellas la regularización de estos asentamientos integrándolos al restode la ciudad. Pero se deberá tener en cuenta, tal como dice el profesor Calderon Cockburn (1998), “la regularización y los programas de mejoramiento son políticas limitadas, en tanto actúan sobre los efectos de la urbanización dependiente y no sobre sus causas”. La regularización es tomada como una estrategia de tipo curativa que si no se desarrolla en conjunto con otras de tipo preventivo se termina en un círculo vicioso donde se alientan los loteos irregulares porque, de una u otra manera, el Estado termina actuando. Es necesario reflexionar en torno a la irregularidad y su significado porque es una categoría con validez en cada contexto donde se desarrolla. Como dice Azuela (1998), “lo que en un país está prohibido en otro puede estar autorizado” y “lo que en un mo-

mento está permitido, con sólo modificar una regla de derecho al día siguiente puede quedar prohibido”. Regularizar significa desarrollar un proceso social que hilvana un conjunto de acciones administrativas, jurídicas, económicas y sociales de coordinación entre estado y sociedad civil, donde se busca consensuar parámetros dentro de los cuales las distintas prácticas sociales de producción de suelo pueden legitimarse. Por eso se debe entender a la regularización como un término amplio que está por encima de lo dominial, abarcando las múltiples dimensiones del problema. CONSIDERACIONES FINALES La temática de la regularización urbana presenta diversidad de casos y alta complejidad para su resolución. Para avanzar en cuanto a lo metodológico y las formas de resolución es preciso atenderlos por paquetes problemáticos (loteos estatales, de organizaciones y fraudulentos) en particular. Es necesario generar procesos de gestión activos articulados con acciones en conjunto con los interesados y otros en que la gestión es delegada en las organizaciones, sirviendo como aprendizaje e incrementando su capital social. No puede llevarse adelante ningún proceso social que no tenga como protagonistas y principa-

les interesados a los vecinos. La regularización es un proceso de mediano o largo plazo, y necesita de continuidad del proceso de gestión; en muchas ocasiones encontramos en la discontinuidad institucional la base de la irregularidad. La complejidad requiere de la articulación y coordinación hacia el interior de los gobiernos, porque el problema no se resuelve en un área. A su vez, en la resolución intervienen otros niveles de gobierno lo que hace necesario establecer canales de gestión y negociación intergubernamentales. Es difícil llevar adelante estos procesos sin decisión política que avalen la acción, ya que en repetidas ocasiones escuchamos que no se puede atender tal o cual caso porque esirregularyprecisamenteseesirregularporque no se lo atiende. Si bien gran parte del proceso tiene que ver con estrategias de gestión, se hace necesaria la inversión de recursos públicos de distinto tipo para garantizar la integralidad de la acción * Para el presente artículo se considerará dos condiciones de tenencia de la propiedad, las legales y las irregulares, sin detenernos a plantear las diferencias entre informal, irregular, ilegal que no se corresponde con el objetivo del presente artículo. También vale aclarar que nos referimos a su aspecto dominial sin tener en cuenta la legitimidad social. En la primera se incluye a propietarios de la vivienda y el terreno, inquilinos y ocupantes en relación de dependencia. La segunda categoría abarca a los ocupantes por préstamo, ocupantes de hecho, ocupantes sólo de las viviendas. 1

Existen distintas interpretaciones con respecto a lo que se considera déficit habitacional. Se puede limitar a la mirada de los organismos de Estado (INDEC, Sub Secretaría de Vivienda de la Nación) o tener en cuenta la evolución de las distintas demandas sociales y del tipo de desarrollo social que se desea para el país. Puede haber una visión estática u otra dinámica. Bibliografía Abramo, Pedro (2003). La Ciudad de la Informalidad, el desafío de las ciudades latinoamericanas. Azuela, Antonio (1998). El panorama de ideas sobre el derecho de propiedad. Calderon Cockburn (1998). La regularización de la tierra urbana en Perú. Clichevsky, Nora (1989). Ciudad y tierra urbana.

[**] Investigador y docente de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la UNC.


Ramiro Vázquez. S/T. Detalle. Acrílico sobre tela. 200 cm x 160 cm. 2008.

Arq. Ma. Virginia Monayar* driana vivía en un barrio formal de la ciudad de Córdoba junto a su esposo, sus cuatro hijos y otros familiares. Era el año 1997, su esposo y ella tenían empleos formales, recursos que les permitían pensar en comprar al menos un terreno para construir de a poco una vivienda y salir de la situación de hacinamiento en la que se encontraban. Nuestro Hogar III se publicitaba en un diario local de circu-

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lación masiva, a un precio accesible y en cuotas. Aunque en su primera visita parecía todavía muy vacío de viviendas y servicios, el vendedor les prometía un crecimiento rápido del loteo. En el año 2001, Alberto y su familia llegaban a Nuestro Hogar III, cuando ya residían en el lugar más de 300 familias. También provenían de un barrio formal con una situación de hacinamiento similar. A través de un conocido, se enteraron

que allí había lotes para ocupar. Como estrategia de rápida ocupación, él, su esposa y 2 hijos se asentaron con una carpa y un auto, mientras construían una pieza de materiales sólidos. Con la estrategia de Adriana, de Alberto, o tantas otras que fueron surgiendo en el proceso de crecimiento, Nuestro Hogar III se agrandó y en la actualidad habitan el asentamiento más de 1.600 familias de escasos

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LEJANA TIERRA MÍA

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[Loteos fraudulentos]


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A- Nuestro Hogar III, 2001. Fotografía aérea. Fuente: Empresa Aguas Cordobesas. B- Nuestro Hogar III, 2004. Fotografía satelital. Fuente: Dirección de Catastro, Municipalidad de Córdoba. C- Nuestro Hogar III, 2009. Imagen satelital. Fuente: Google Earth.

recursos económicos, que con la residencia en el lugar comienzan a enfrentarse a problemas urbanos, ambientales y hasta muchas veces legales con sus propios vecinos, que dificultan el desarrollo cotidiano de sus actividades: escasez de servicios e infraestructura básica (agua, luz, alumbrado público, equipamientos), contaminación ambiental producto de la colindancia conflictiva de usos rural y urbano, líneas de alta tensión, contaminación de suelo y colindancia con zona de cortadero de ladrillos, entre otros. Nuestro Hogar III –como otros en la ciudad– es un loteo fraudulento, conformado a través de la venta ilegal de suelo y refiere a un modelo global de urbanización regido por lógicas mercantiles que deja sin posibilidades reales a los sectores de menos ingresos de acceder al suelo y a la vivienda, los cuales generan otros procesos de producción social del hábitat. Estos loteos se localizan en general en la periferia, en tierra que no está prevista para el uso residencial, de escasa calidad medioambiental o de escaso valor en el mercado de suelo. Por su misma situación de clandestinidad es poca la información que se tiene sobre ellos y los organismos advierten de su existencia por las presiones de los habitantes,queenmuchasocasionesadquieren el lote y desconocen las dificultades que deberán enfrentar para conseguir los documentos de propiedad individual y las obras de urbanización. Las características de venta fraudulenta iniciada por un actor del mercado informal de suelo (loteador clandestino) le confieren una imagen semejante a los loteos for-

males: amanzanamiento regular, incluso puede contar con espacios previsto para equipamientos, espacios verdes o algún tipo de servicio precario, pero sin provisión real y efectiva de servicios urbanos ni equipamientos y con grandes dificultades tanto para su dotación como para su regularización. El crecimiento urbano de las ciudades y su necesaria demanda de suelo y servicios, la limitada capacidad del sector público para regular el mercado de suelo, la expansión de las ciudades y el funcionamiento de los mercados de suelo, entre otras, son causales del crecimiento de operatorias informales, irregulares e ilegales para la provisión de suelo urbano y constituyen, en muchos casos, la única opción para las familias imposibilitadas de acceder al suelo por la vía formal. Por lo general se considera que el fenómeno de la informalidad urbana es resultante de la pobreza, es decir, la ampliación de la brecha entre el ingreso medio de los hogares y el precio del suelo en el mercado formal, que resulta inaccesible para la población pobre. Sin embargo, algunas investigaciones plantean que a ello hay que agregarle el problema del precio del suelo y su regulación. El suelo y la vivienda son en la actualidad bienes producto del mercado, cuyo funcionamiento determina en gran medida la oferta y las posibilidades de acceso de cada sector social a ellos. La imposibilidad de acceder a esos bienes y sus servicios asociados, considerados indispensables en las sociedades urbanas, constituye un componente esencial de la pobreza. Así,

los grupos de menores ingresos que quedan fuera de las lógicas de acumulación de capital, deben recurrir a otras estrategias para acceder al suelo y a la vivienda. IRREGULARIDAD E INFORMALIDAD En muchas ciudades latinoamericanas la adquisición de suelo urbano a través del mercado informal es una práctica común de las familias de menores ingresos. En la ciudad de Córdoba los loteos ilegales, aunque significan el menor porcentaje en las situaciones de irregularidad que registra la Municipalidad de Córdoba, afectan a más de 3.500 familias y constituyen un fenómeno creciente (se registraban 8 loteos ilegales en 2005 y 15 en 2009). La crisis económica instaurada en el país en 2001 impulsó a numerosas familias a ocupar tierra y vivienda en forma irregular. Para 2009, según datos del Servicio Habitacional y de Acción Social (SEHAS), casi 64 mil personas se encontraban distribuidas en 118 asentamientos y villas de la ciudad de Córdoba. Estos datos demuestran una disminución respecto a estudios del SEHAS del año 2001, debido mayoritariamente a la política de relocalización de villas ejecutada por el gobierno de la Provincia. Es de destacar que los censos de población no particularizan las situaciones de informalidad, lo cual significa una limitación importante al querer analizar los alcances de este fenómeno.


POLÍTICA ACTUAL ANTE LOTEOS FRAUDULENTOS Para la atención y abordaje frente a casos de loteos fraudulentos, los organismos de planificación y gestión no cuentan con instrumentos legales acabados que les permitan abordar los procesos de regularización y, en general, responden a las presiones sociales de la población habitante y según los criterios personales de las autoridades de turno. Las variaciones de gestiones administrativas tanto provinciales como municipales constituyen importantes inconvenientes en un proceso regulatorio, debido fundamentalmente a la falta de una política habitacional integral y a “largo plazo”. Estas situaciones de irregularidad urbana conforman un escenario complejo en términos de planificación urbana. El Municipio es desbordado en sus funciones de gestión, planificación y promoción, y en lugar de planificar la dotación de infraestructura y servicios de manera eficiente debe atender las demandas de los movimientos sociales. A través de estas acciones curativas “legitiman” las irregularidades en la producción del espacio, favorecen la continuidad del negocio de los loteadores fraudulentos y posibilitan la extensión de la ciudad en los casos periféricos. En casos como el de Nuestro Hogar III se requirió una modificación de patrón normativo del terreno afectado, lo que demuestra la falta de evaluación de impacto de las políticas. La localización aislada de la mancha urbana consolidada y en áreas deficitarias en cuanto a su nivel de urbanización, significan altos costos para el Municipio respecto a dotación de servicios e infraestructura, como así también la obtención de espacios residenciales aislados y en muchos casos colindantes con usos rurales e industriales, lo cual afecta a la calidad de vida de las familias y perjudica también las activi-

dades productivas originales del área. PERSPECTIVAS FUTURAS La regularización de los asentamientos informales ha sido la política llevada a cabo en los países latinoamericanos en general y en Córdoba en particular, sin que ello haya devenido en mitigar las prácticas informales. Sin embargo, aunque el título de propiedad otorga a las familias seguridad de tenencia (y consecuentemente, beneficios en su calidad de vida), si no es acompañado de un Estado regulador (del mercado) y promotor de los derechos individuales y sociales, esa regularización puede conformar un círculo de generación/regularización de la informalidad. La regularización de los asentamientos informales no es tal vez una solución en sí misma para la problemática del acceso al suelo urbano y a la vivienda por parte de sectores pobres, pero sí es necesaria en cuanto a garantizar condiciones de vida que posibiliten la reproducción social de los pobladores. Mientras no se generen y pongan en práctica mecanismos y políticas preventivas de las situaciones de informalidad, las mismas se reproducirán, siendo necesario medidas tendientes a la promoción de acceso al suelo urbano por parte de los sectores de bajos ingresos. Otro factor que incide en los procesos regulatorios del mercado de suelo es la fuerza que observa la concepción de la propiedad privada en nuestro país. En este sentido, se requiere modificaciones normativas y legislativas que consideren y reconozcan la legitimidad de utilización de instrumentos de recuperación y movilización de plusvalías, como así también de la función social de la propiedad

[*] Investigadora de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la UNC.

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por sus expectativas de permanencia en el terreno. La dinámica de crecimiento que experimentan estos asentamientos es de mucha movilidad y demandan una atención rápida y certera de los pasos a seguir para colaborar en su efectiva resolución.

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EL COSTO DE LA INFORMALIDAD Si bien la informalidad aparenta ser menos costosa para las familias, en la práctica ello no es así. Las familias que habitan en los asentamientos deben convivir con servicios escasos y costos de vida cotidiana más elevados (en alimentos, construcción o transporte) que en las áreas formales. También los gobiernos de las ciudades y la población urbana en general deben asumir mayores costos de dotación de servicios e infraestructura urbana en terrenos no previstos ni planificados para tal fin. Otro costo que asumen los pobladores de los asentamientos es la inseguridad jurídica. Para casos como el de Nuestro Hogar III, la situación de tenencia de tierra es precaria. Sin embargo, existen diferencias entre los pobladores. Por un lado, están quienes compran originalmente al loteador fraudulento y quienes ocupan de hecho. El mercado inmobiliario informal que surge a partir de esta situación adquiere diversas formas: a) familias que se asientan de hecho sin ningún pago efectivo, b) las que compran a terceros obteniendo un boleto de compra venta “original” (por cesión del boleto de quienes originariamente habían comprado al loteador), c) otros que compran a terceros sin documentación comprobable, d) quienes obtienen un boleto de compra venta de testaferros de la cooperativa, entre otros. Las familias asumen la estrategia de adquisición del lote según sus posibilidades. Algunas disponen de un ingreso mensual relativamente estable que les permite la compra de un terreno en cuotas, aunque tal vez no les sea posible cumplimentar otros requisitos solicitados en el mercado formal. Debido a que la entrega del terreno se hace efectiva generalmente con el pago de la primera cuota, las familias pueden disponer rápidamente del mismo para comenzar la construcción. Ésta generalmente es precaria en su origen, de modo de poder abandonar la situación anterior (alquiler, hacinamiento, etc.) y tomar posesión del lote, lo cual les otorga cierta seguridad. Sin embargo, se torna con rapidez en construcciones sólidas, tanto por las capacidades y características de la población habitante como



POBREZA Y POLÍTICAS SOCIALES

n el último tiempo, sobre todo a partir del lanzamiento y puesta en vigencia de la Asignación Universal por Hijo (AUH), se ha revitalizado el debate sobre el modo en que el Estado debe afrontar el problema de la pobreza en Argentina, así como el tipo de políticas sociales apropiadas para lograr tal fin. En este contexto Hoy la Universidad convocó a Silvia Plaza, psicóloga y Titular de la cátedra de Estrategias de Intervención Comunitaria; a la historiadora Alicia Gutiérrez y al filósofo Alberto Parisí para dialogar sobre la pobreza en Córdoba.

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Nicolás A. Bordones Arena De la serie Sin Tiempo Tinta sobre papel sulfito. 18 cm x 23 cm c/u. 2010.

Sin la pretensión de cerrar un debate de semejante envergadura, pero con la intención de socializar algunas ideas, conocimientos y trabajos que permitan una mayor comprensión de los procesos sociales, Hoy la Universidad intenta dar cuenta de las consecuencias de la pobreza en la subjetividad de las personas, sus condiciones de producción, las estrategias de supervivencia de amplios sectores sociales y el rol del Estado en la planificación de políticas públicas y las consecuencias sociales de la implementación de la AUH, entre otros temas.


[Subjetividad y pobreza]

TRAS LA HUELLA DE LOS 9O En la siguiente entrevista Silvia Plaza, psicóloga y Titular de la cátedra de Estrategias de Intervención Comunitaria de la Facultad de Psicología, comparte su mirada sobre el impacto de las reformas neoliberales en la subjetividad de las personas que se encuentran en situación de pobreza. ¿Cuáles son esas características y particularidades que la pobreza hoy presenta? Una marca fuerte es lo que se produce en la década del 90 en nuestro país que, vinculado a los contextos de producción, está muy ligada a los procesos de transformación del Estado, a una modificación en la composición social y en la definición, diseño e implementación de las políticas públicas. Entonces, la década del 90 deja una fuerte marca en la transformación del Estado, con efectos estructurales, porque marca el pasaje del Estado de bienestar al llamado Estado de malestar o post social, en donde se produce cierta distorsión del lazo social por la distorsión de la relación capital, trabajo y mercado que afecta la vida social e institucional. En este sentido, esta transformación del Estado se ve con claridad en al menos tres cosas: en el fuerte proceso de privatización que implica un eje, el de la desocupación, que deviene entonces el trabajo en cuestión social y que a partir de ahí el mismo pierde la centralidad como organizador de la vida social. Otra tan discutida es la flexibilización laboral, que se instituyó como ley y que implica la precarización laboral; esto acompañado con la transformación de las políticas universales a las políticas focalizadas comprende una experiencia inédita en el caso argentino de una gran masa de desocupación, y esta situación de desocupación, de subocupación o de sobreocupación, implica marcas importantes en las vidas co-

tidianas de los grupos y personas con una fuerte impronta en relación a una precarización de las mismas, una alteración en las rutinas cotidianas y en las institucionalizadas. Esto produce la instalación de la amenaza de otro tipo a la conocida en la dictadura, que es la amenaza de la pérdida del trabajo, del status adquirido y de las trayectorias logradas hasta ese momento. Esta amenaza produce miedo. ¿Cómo se maneja ese miedo? ¿Qué estrategias se despliegan? Con el repliegue del Estado en tanto regulador y el repliegue de las políticas públicas universales, anclan políticas públicas focalizadas y mediatizadas por distintos actores. Se profundizan las relaciones clientelares, las que posibilitan que haya un mercado de criterios que se adjudica a las personas para acceder a esas políticas públicas focalizadas, y esos criterios de toda una ingeniería burocrática estatal está acompañada por los aparatos estatales o partidarios en donde aparece la figura del puntero político o territorial que permite y mediatiza la posibilidad de acceder a los planes o figuras sociales que buscan remediar esta situación de emergencia, que efectivamente es muy grave. Se ponen en contacto y realizan transacciones. Esto se instituye como una relación de intercambio, en este caso no tanto como favores informales recíprocos que se da en una comunidad, sino que ya implica un intercambio mercantil, donde hay un nivel

de accesibilidad a determinadas ofertas que el Estado realiza a cambio de algunos comportamientos, acciones, gestos que involucran a determinados grupos en la cadena de redes clientelares que ahí se producen. Esto hace que la política y los políticos empiecen a tener un sentido para las poblaciones, que es un sentido de descalificación. Eso implica una nueva configuración de la política ya que aparece un campo político que está signado por lo pragmático utilitario que se da tanto en las relaciones como en las prácticas. En estas últimas también aparece lo pragmático utilitario en relación a como las organizaciones deciden cómo y con quién intercambiar para poder dar cuenta de su utilidad y sentido para la comunidad en la que está inserta. ¿Cuál es el momento de quiebre de las políticas públicas?, porque cualquiera sea la política pública siempre tendrá un rasgo utilitario, siempre es lógico que las personas busquen algo. ¿En qué momento ese modo de pensar la política se vuelve hegemónico? Sí, todos buscamos algo, somos sujetos de la necesidad. El tema es el qué, el cómo y el con quiénes, y cómo esa búsqueda se significa. El que sea útil socialmente no habilita necesariamente a un uso utilitario-objetal de sujetos y procesos. Lo que pasa es que la instalación de las po-


llas poblaciones que están desprotegidas y con los derechos básicos más profundamente violados. ¿Qué características tiene para Usted una política pública universal? La política universal es educación para todos y cualquiera, salud para todos y cualquiera. Cualquiera en el sentido de cualquiera accede al ejercicio del derecho, que muchas veces se confunde con la idea de servicio, y el Estado debe ser el garante de ese derecho, y a veces los indicadores del “buen gobierno” es en relación al Estado que más cuida a su población y lo que más cuida es el acceso directo –sin generar fronteras ficcionales de quien sí y quien no– al ejercicio del derecho. Existen grupos enteros que están realmente amenazados en su salud, en su reproducción. Y no sólo que están amenazados sino que lo están viviendo en soledad. Este proceso de desolación se hace signo de época, este dolor mediado por la injusticia y desigualdad social produce sufrimiento, y sufrimiento psíquico. Este malestar sobrante que no se pueda patear a futuro restringe su alcance. Hay dificultad para construir futuro. El futuro se construye hoy, para nosotros, para cualquiera, forma parte de la subjetividad pensar en la temporalidad. Y esa posibilidad de construir futuro es lo que está alterado. Como hay una dificultad en la posibilidad de proyectar futuro, también la hay en la posibilidad de vivir, hacer y desear cambios y

transformaciones. Todo es hoy, entonces se produce un mayor sufrimiento, porque el aguante, el soporte en el cuerpo social es hoy. Además porque hubo, desde la década del 90, la idea de que la responsabilidad de lo que a cada persona o grupo le sucedía era estrictamente individual. Esta situación de profundas y reiteradas acciones de despojamiento y de posibilidad de ejercer derechos, amenaza lo vital-biológico, la calidad de lo relacional, el pensamiento, de movimiento, las seguridades básicas; lo que se suma a un sentimiento de impotencia y desolación. La Pobreza es también un poco de todo esto. Pobreza, exclusión, vulnerabilidad, etc., son maneras de nombrar aquello que resulta de un proceso de producción de la misma, inherente y necesario del sistema capitalista. La pobreza como excedente poblacional, llamado también ejército de reserva o masa marginal, ha existido siempre, pero no siempre con las características que la modernidad presenta. La pobreza no es necesaria, no es inevitable, no es contingente. La pobreza tiene cuerpo, rostro, historia. Y las “comunidades pobres” atravesadas por los signos de cada época y de ésta también, marcan a través de sus experiencias que las posibilidades de cambio no son en soledad, los cambios siempre son con otros

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líticas públicas focalizadas tiene este componente, porque si las políticas públicas son universales lo que estaríamos discutiendo es mejorar la calidad de los servicios y optimizar la accesibilidad, que sería la democratización, por ejemplo, algo que fue tan peleado en las décadas del 60 y 70 como la accesibilidad y la democratización, al menos en salud. Si hay un derecho que uno lo ejerce porque es un derecho universal y lo ejerce porque es un sujeto de derechos y el Estado es el garante del ejercicio de ese derecho y es para todos y para cualquiera, ¿cuál es el problema? Al focalizarse se pone en una zona de riesgo esa situación, por eso es la invitación a volver a políticas universales de calidad. Incluso hay una corriente que trabaja las políticas públicas desde la perspectiva de los derechos humanos. Algunos investigadores te dicen: “Qué logro que se estén pensando las políticas públicas desde la perspectiva de los derechos humanos”. Nosotros decimos: “Qué evidente es el retroceso que ahora hasta las políticas públicas hay que pensarlas desde la perspectiva de los derechos humanos”. Ahí también se juega el tema de la asignación y la distribución de lo que se tiene, que es toda una discusión en relación a las políticas de Estado, a la política en general, con afectaciones en las vidas de las personas. Hoy ¿qué se está dando?, ¿qué queremos nosotros?, ¿qué es necesario pensar para enfrentar el problema de la desigualdad?, para transformar la impronta de desigualdad que esta realidad tiene, asignando a aque-

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Silvia Plaza


Alicia Gutiérrez

[Estrategias de subsistencia en sectores de bajos recursos]

LAS REDES DE LA POBREZA Doctora en Sociología y Licenciada en Historia de la Universidad Nacional de Córdoba, Alicia Gutiérrez también es una referencia ineludible, por sus estudios sobre pobreza urbana y prácticas sociales, a la hora de hablar sobre pobreza en Córdoba y sus estrategias sociales de supervivencia. Resulta interesante poder poner en cuestión ciertas consideraciones que hoy existen en el sentido común en relación a la pobreza. Muchas veces pareciera que se analiza a los pobres como personas carentes de poder de decisión o capacidad de acción. Según su trabajo, ¿qué estrategias ponen en juego estos sectores? Si yo tuviese que responder qué estrategias ponen en marcha los pobres –aquella gente que, en una sociedad como la nuestra, está estadísticamente definida como pobre porque a partir de sus ingresos no logra cubrir las necesidades mínimas de su familia– diría que son muchísimas. Entre ese conjunto de estrategias para resolver cuestiones que tienen que ver con la obtención de ingresos, una de ellas históricamente ha sido el trabajo. Ha sido –pero ya no es– el trabajo formal, protegido, cuidado. La mayor parte de la gente pobre

hoy trabaja en el sector informal, pero por supuesto hay otros modos de obtener ingresos. También, cuando uno habla de estrategias de reproducción social, habla de aquellas prácticas que están ligadas al cuidado de la salud, por ejemplo, a la educación de los hijos, al uso de determinado espacio físico, etc. Para decirlo de manera resumida, sería todo lo que los pobres hacen para vivir, que en algún sentido abarca cosas semejantes a las que nosotros hacemos para vivir: trabajamos, cuidamos nuestra salud, enviamos nuestros hijos a la escuela, etc. En ese marco, muchas de esas estrategias en la pobreza se resuelven armando redes. Esto no lo inventé yo, por supuesto. Hay un trabajo clave de una antropóloga mexicana que se llama Larissa Lomnitz, que en 1975 escribió un libro que se llama ¿Cómo sobreviven los marginados? e hizo estudios en una importante barriada de México. Allí ella parte de esta hipótesis y realmente ve eso en la realidad. Sobre la base de la inseguridad crónica –económica fundamentalmente– de la pobreza,

se arman redes de intercambio recíproco de bienes y de servicios que les ayudan a las familias pobres a salir adelante. Partiendo de este descubrimiento de Lomnitz, todos los que estudiamos la pobreza –sobre todo la pobreza urbana– siempre partimos de la hipótesis de que los pobres construyen redes de intercambio para resolver parte de sus necesidades. Ahora, no sólo están estas redes de intercambio que uno podría decir “entre iguales”, entre vecinos similares que van salvando su existencia cotidiana. También hay redes que enlazan a gente que ocupa posiciones diferentes en la sociedad, porque disponen de recursos distintos, en cantidad y en especie. ¿Qué es lo que sustenta a estas redes? Unos y otros se necesitan, a partir de las posiciones que ocupan en la sociedad. Por decirlo brutalmente: las ONG (en sentido genérico) para sobrevivir necesitan pobres, entonces buscan a pobres; preci-


Desde la perspectiva teórica que trabajamos por ahí hace falta explicar un poquito el tema de la estrategia. No significa necesariamente algo planificado y armado desde el punto de vista estrictamente racional, sino que ellos como nosotros –porque ese marco teórico nos involucra también a nosotros– generamos prácticas, generamos valoraciones, generamos percepciones acerca de las cosas y de las personas, que tienen que ver con las condiciones en las que vivimos y, sobre todo, con la historia de esas condiciones. Y por supuesto, esta manera de analizar preserva un margen de autonomía individual. E intentando ser más precisa con la respuesta te diría: no hay por qué suponer que uno a los pobres los va a anular completamente en su autonomía a partir de ciertas estrategias. Un poco mi intención en mi libro fue mostrar cómo detrás de una aparente homogeneidad hay sin em-

Podría decirse que existen distintos tipos de intervenciones –desde ONG a punteros políticos– y la particularidad de esas intermediaciones está dada por el lugar que se le otorga al otro en ese trabajo. Pareciera que no hay demasiada diferencia entre esos dos actores, en tanto ese trabajo no dé herramientas que permitan cierta autonomización. Entonces no necesariamente la diferenciación está dada por los modos particulares de trabajo –más verticales, más horizontales–, sino con el proceso de una sociedad de involucrarse para resolver sus propios problemas.

Sí y no, porque el modo de trabajo define eso. Partamos de la base de que las posiciones sociales de uno y de otro son asimétricas. La gente que trabaja en una ONG, los punteros políticos, nosotros que hablamos e investigamos sobre los pobres, ocupamos una posición social dominante con relación a ellos, entonces ya de entrada la relación es asimétrica. Ahora bien, uno puede establecer una buena comunicación entre relaciones asimétricas y, en ese sentido, los modos de trabajo son lo que te pueden habilitar a vos a reconocer a ese otro como sujeto de derecho, que está defendiendo lo que es propio, y donde vos podés generar –digo, la gente que trabaja en las ONG–– discusiones entre ellos, intercambios, capacitación; o podés venir y decirles: “Muchachos, tengo 15 planes, ¿qué me dan a cambio?”. Ahí los modos son diferentes, y por ser diferentes estás considerando de manera diferente a ese otro con quien te estás relacionando. Y las consecuencias, por lo tanto, pueden ser muy distintas. ¿Hay un modo de ver a la ONG desde una óptica distinta a la del puntero? Sí, por supuesto, me animo a ser taxativa, tiene que ver con la historia que tiene esa gente de “relación con”, la experiencia previa. Y no hay que olvidar que cuando hablamos de “ONG” estamos poniendo en la misma bolsa distintas organizaciones que tienen fuentes de financiamiento diferente, que están conformadas por profesionales de formaciones distintas. Y además no hay que dejar de lado el contexto histórico en el que actúan: no son sólo estas instituciones y estos actores aislados, sino que están insertos en un determinado sistema de relaciones sociales, económicas y políticas

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Pareciera que, en el sentido común, se cree que los sectores pobres no tienen ninguna estrategia al momento de vincularse con otros…

bargo distintos conjuntos de estrategias para vivir. En ese marco de homogeneidad de la pobreza a veces se supone también que entre los pobres no hay, por ejemplo, relaciones de poder, y sí las hay. Hay conflictos, hay relaciones de poder. Uno podría preguntarse: ¿conflictos por qué razón, si no tienen nada? Y sí tienen, y muchas veces esos recursos, que son el capital social –esto que te permite relacionarte con otros que no son pobres–, son apuestas, son objeto de lucha. Siempre recuerdo una frase de María: “Nosotros nos comemos los choripanes de los peronistas y las empanadas de los radicales, a los dos les decimos que los vamos a votar a ellos, total, después quién sabe. Yo soy peronista, pero peronista de Perón, no de los que hay ahora. Además nosotros siempre igual, pobres, como siempre”. ¿Ésta es la visión de todos los pobres? No. Pero es la de alguien que había liderado un conjunto de estrategias colectivas en el barrio que estudié, que había participado activamente en la ocupación de las tierras, en las distintas estrategias que llevó adelante la ONG y que en ese momento, cuando me decía todo esto, tenía casi 70 años y estaba un poco desilusionada.

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san pobres de determinadas características, necesitan beneficiarios que estén dispuestos a engancharse en una estrategia colectiva y a organizarse, o “autoorganizarse” (muchos de ellos dicen que los pobres tienen que autoorganizarse). Pero los pobres también obtienen allí recursos, programas, capacitación. Es decir, nosotros no pretendemos hacer un estudio cínico de la cuestión, sino poder mostrar cómo detrás de un intercambio real y positivo hay sin embargo algo que es necesario también tener en cuenta para no reforzar los mecanismos de dominación a través de esas actitudes. En mi tesis de doctorado analicé particularmente las redes que establecieron un conjunto de familias pobres con un grupo de militantes montoneros que tenía una importante actividad en la zona, y también con dos ONG cordobesas de mucho prestigio en el país, con quienes habían establecido relaciones.


[Asignación universal, ciudadanía y políticas públicas]

IMPACTO SOBRE EL NÚCLEO DURO DE LA POBREZA La medida del Gobierno nacional revitalizó el debate alrededor de las políticas públicas –focalizadas o con tendencia universalista– para combatir la pobreza y la indigencia, y en la construcción de ciudadanía que cada una implica. Alberto Parisí, docente de grado y posgrado en la Escuela de Trabajo Social de la UNC, opinó sobre ello y sobre los ajustes que aún precisa la asignación. ¿Cómo se inscribe la AUH en el debate sobre políticas focalizadas o universales para combatir la pobreza y la indigencia? La AUH implica un momento más en un proceso de traspaso que se registra de implementación de políticas focalizadas hacia otras con tendencia universalista.. Y esto ocurrió sobre todo cuando el gobierno nacional decidió jugar más fuerte por los sectores más postergados, porque una política como la AUH impacta notablemente en los sectores más vulnerables, disminuye la pobreza y, en las provincias del norte del país, ataca mucho a la indigencia. Otras medidas importantes en ese sentido fueron la inclusión de 2 millones de personas en el beneficio jubilatorio y la tendencia a cerrar la brecha digital a través del programa Conectar.Igualdad, que prevé la distribución de 3 millones de netbooks en las escuelas secundarias del país. Entonces, hay un círculo virtuoso por partida doble: por un lado porque la teoría crítica señala que las políticas focalizadas duran poco, atacan los efectos y no las causas y que hay que tender a hacer políticas universalistas; pero además porque estas medidas se tomaron cuando se intentó trabajar específicamente con los sectores más deprimidos de la sociedad argentina. La AUH es una iniciativa muy importante y hay que tratar de entenderla y no boicotearla; una cosa mucho más de base, como fue la propuesta del Frente Nacio-

nal contra la Pobreza (FreNaPo), en 2001, que reunió más de tres millones de firmas, no prosperó porque faltaba poder político para implementarla. Puede decirse que era más razonable esa propuesta porque venía de abajo –como pasó con el tema de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual recientemente–, pero hizo falta que en el poder político hubiera una voluntad fuerte para que esas cosas se instalaran en la sociedad. Si uno la mira críticamente, hay que reconocer lo valioso de esta conquista del pueblo argentino y además señalar las cosas que faltan; es decir, no patear el piso de conquistas sino respetarlo y tratar de levantarlo. Este plan fue estudiado recientemente por un estudio del CEIL-CONICET, que lo comparó con otros programas similares de América Latina. Y la AUH es el más profundo, medido por lo que representa en el PBI (0,58% en el caso nuestro). El de Brasil –el programa Bolsa Familia– se le acercaría: si bien abarca a más familias –por la envergadura del país– representa 0,39% de su PBI. Además, es la iniciativa más importante también si se toma en cuenta el promedio de la asignación por familia, que es de 94 dólares en Argentina y de 43 dólares en Brasil. Habló de no patear el piso de conquistas sino de levantarlo. En ese sentido, ¿qué cambios o ajustes son necesarios en la AUH? Obviamente que esto necesita ajustes. Por ejemplo, un ajuste automático como tie-

nen las jubilaciones mínimas. En el mismo sentido, es preciso emprender una lucha muy fuerte contra la inflación, porque no hay condiciones macroeconómicas para que se generen subas de precios. Por otro lado, se incluyó a los hijos de las empleadas domésticas, lo cual fue una corrección importante. También se ha pensado en incorporar a los monotributistas de las categorías más bajas y ahí hay que controlar que sean personas que realmente lo necesiten, porque buena parte de la gente que se anota en el monotributo tiende a ponerse en las categorías más bajas. Además hay empleados golondrinas blanqueados temporalmente que reciben beneficios por un tiempo y eso sería hoy incompatible con la recepción de la AUH. Se está estudiando si esa incompatibilidad le resta universalidad, porque se trata de beneficios temporarios, mientras lo que se pretende con la AUH es que exista mientras haya pobres e indigentes que la necesiten. También habría que analizar el caso de las escuelas religiosas que son subvencionadas por el Estado, pero que atienden a chicos pobres y cobran cuotas muy bajas. A partir de considerarla una política de tendencia universalista en la lucha contra la pobreza, ¿qué implica la AUH en términos de ciudadanía? Implica un paso de una ciudadanía pasiva a otra más activa. Entre los derechos que nos vuelven ciudadanos –pensando que no solamente somos ciudadanos por


Alberto Parisí

Sobre eso señalaría dos cuestiones: entre 2002 y 2003 la pobreza estaba arriba del 50% y se ha reducido, aunque los números exactos puedan discutirse por las diferencias en las estadísticas oficiales y privadas. Pero también hay que decir que la estrategia del gobierno de Néstor Kirchner y la primera parte del gobierno de Cristina Fernández fue la de propiciar políticas sociales que favorecieron a los sectores medios y a la recuperación de puestos de trabajo y del crédito; pero hubo intelectuales y periodistas –como Horacio Vertbitsky, siguiendo estudios de Eduardo Basualdo, de Flacso– que comenzaron a alertar que había un núcleo duro de pobreza e indigencia que no disminuía y al cual no le llegaban medidas oficiales como los planes para comprar artículos del hogar, autos, los créditos hipotecarios, etc., cosas que hoy no están en las preocupaciones inmediatas y urgentes de las familias pobres e indigentes. Ahora bien, con los dos millones de jubilados y la AUH se ha comenzado un giro hacia políticas sociales con tendencia más universalista. Ese traspaso de políticas focalizadas a otras con tendencia universalista que Usted señala, ¿estuvo vincu-

lado a cierta reconstrucción de los instrumentos del Estado para poder operativizar esa universalidad? Estoy de acuerdo con eso, en el sentido de que el Estado puede tener mucha logística, pero si el poder del Estado no reside en el Estado, sino en las corporaciones –como sucedió en la década del 90–, una medida como la AUH no se haría de todos modos. En ese sentido, uno podrá cuestionar el decisionismo de Néstor Kirchner, pero hay que reconocerle la recuperación del poder del Estado. En segundo término entonces, si se da esa recuperación del poder del Estado, ahí recién tiene sentido contar con las condiciones logísticas; en ese sentido, AFIP y ANSES han funcionado bien, eso es reconocido ampliamente. Entonces, porque hubo voluntad política y hubo instrumentos se pudo hacer esto, que además de ser un giro de gestión, supone una opción ideológica. Llegar a ese núcleo duro de pobreza es enfrentarse al efecto más grave que ha tenido la puja distributiva estas últimas décadas. Ese núcleo representa una de las caras perversas de la pérdida de participación de los asalariados en la renta nacional, que pasó del 50% en la década del 50 a 22% en la del 90. Eso recién ahora se está modificando. Habrá gente que dirá que eso es oportunista, pero las políticas no se pueden juzgar por las intenciones, sino por sus efectos objetivos

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¿Por qué a pesar del crecimiento económico de los últimos años no se ha podido tocar el núcleo duro de la pobreza y la indigencia en el país?

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tener un DNI, aunque aún hoy hay 400 mil chicos que no pueden acceder a la AUH porque los padres no les sacaron los documentos, están los que corresponden a la ciudadanía social, nuevas generaciones de derechos que se relacionan con la inclusión y la participación. Por lo pronto, con la inclusión en beneficios fundamentales que hacen a la calidad de vida, como la capacidad de consumo que cada sociedad establece como piso y que le corresponde a cada uno por ser ciudadano, por una cuestión de justicia, no de caridad. En el caso de la AUH esto va acompañado por otros derechos, puesto que 20% del aporte se pone en una cuota aparte y se reintegra contra certificación de que los chicos van a la escuela pública y están al día con los controles de salud. Por eso ha tenido mucho impacto en las salitas de 4 o 5 años y en la secundaria, donde la matrícula subió hasta 25%. Esos son indicadores de inclusión, que es una de las condiciones de la ciudadanía activa. Falta aún más participación, que se concretará cuando estos mismos grupos trabajen en redes promoviendo la inclusión. Por ejemplo, además de que los inspectores de ANSES fiscalicen desde arriba –que no niego que eso deba ocurrir–, sería importante que la fiscalización se haga desde abajo. Ese es el camino más largo, pero es el que crea ciudadanía: el Estado incluye porque es un acto de justicia, pero la inclusión no es para quedarse parado, sino para que cada ciudadano pueda ser alguien más que participa en la gestión de qué hacemos para mejorar la calidad de vida.


Hernán Capelletti Imagen ganadora del concurso de afiche “El Bicentenario y la Universidad”



Fotografía: Andrés Fernández

[ Resguardos y herramientas para pensar históricamente el Bicentenario]

AMPLIAR EL HORIZONTE DE LO POSIBLE Dra. Mónica Gordillo*


PROBLEMAS Y AGENDAS DEL CENTENARIO Ahora bien, ¿cuáles eran algunos de los problemas y agendas de comienzos del siglo XX? Teniendo en cuenta el eje y enfoque del seminario, sin pretender ser exhaustivos, podemos decir que uno de los principales desafíos de parte de los sectores dirigentes era el de dotar de legitimidad social y política al régimen existente. Esto implicaba –desde la mirada

predominante– reducir a la unidad a los diferentes “otros”, normalizar, homogeneizar, incorporar/subordinar las distintas expresiones culturales traídas por la inmigración masiva, las posiciones políticas cuestionadoras y radicalizadas y resolver los aspectos y condiciones miserabilistas de la expansión capitalista que estaba teniendo lugar en el país, para que no se convirtieran en potenciales nichos disruptivos para el sistema; es decir, “humanizar” el capitalismo como se había comenzado a ensayar en los países centrales. Se hacía necesario también legitimar un saber científico y una cultura moderna que completara la modernización social y política que, desde fines del siglo XIX, se había expandido por todo el territorio nacional, conquistando incluso el “desierto” argentino, metáfora construida para indicar la existencia de un vacío que no era tal, pero que sirvió para imponer un modelo civilizatorio a los pueblos originarios que lo habitaban. O sea, se construyó y delimitó el alcance de los problemas sociales y políticos que podían ser integrados como “cuestión social”, agendas que –a partir de entonces– serían objeto de atención y de resolución en distintos momentos y con diferentes ritmos a lo largo del siglo. Pero el centenario se hizo cargo también de instalar con fuerza, como cuestión pública, la necesidad de efectivizar y garantizar la democracia representativa, tal como estaba prescripta en la Constitución de 1853, proceso que culminó con la sanción de la conocida como Ley Sáenz Peña, que instauró el sufragio obligatorio y secreto para los ciudadanos varones, y el sistema de lista incompleta para las elecciones de diputados nacionales, haciendo posible la representación de la primera minoría. La democracia y la ampliación de la ciudadanía parecían comenzar a caminar sobre bases sólidas y garantizadas legalmente. La observación del desenlace de las cuestiones planteadas muestran que las respuestas ensayadas fueron, en general, similares a las adoptadas por los países centrales, sobre la base de garantizar el desarrollo de modelos de acumulación capitalista –más allá de las modalidades específicas que el capitalismo adquirió en

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S

nal en nuestro país y dentro de un clima intelectual que seguía confiando en el progreso indefinido, en torno al centenario se mostraban sin embargo ciertos nubarrones y cuestiones que debían resolverse. Para la mayoría se trataba, simplemente, de correctivos o ajustes propios de la modernización social y económica aceleradas que Argentina estaba viviendo y que habían permitido superar un pasado oscuro y colonial, colocándola a la altura de los principales países del mundo. Unos pocos, en cambio, veían problemas estructurales cuya resolución implicaba cuestionar la totalidad del orden construido. Desde esa particular experiencia histórica, el centenario miró el pasado con la intención de proyectar soluciones a futuro y dotar al régimen existente de la legitimidad política y social que habían comenzado a ser cuestionadas. Decidimos, entonces, que ese fuera el eje a desarrollar en un seminario de grado: los problemas y cuestionamientos sociales que adquirieron visibilidad en la primera década del siglo XX y las respuestas y agendas que, desde distintos sectores sociales, se ensayaron en torno al centenario; buscando no sólo comprender el desenlace a lo largo del siglo de las decisiones que allí se adoptaron sino, también, los cambios y continuidades producidos a comienzos del siglo XXI para ayudarnos a pensar la situación en torno al bicentenario. Es decir, poder reconocer al mismo tiempo las marcas ideológicas y de época que fueron guiando las distintas soluciones y, a su vez, tomarlas como huellas históricas que permitan desnaturalizar la mirada sobre el pasado.

BICENTENARIO

in dudas, el año se inició con innumerables actividades tendientes a recordar, celebrar, conmemorar, analizar, de manera fragmentaria o con una mirada de larga duración, los 200 años transcurridos desde la constitución del primer gobierno elegido por el “pueblo” de Buenos Aires, el 25 de mayo de 1810. ¿Cómo contribuir, entonces, a pensar el bicentenario desde el campo del conocimiento histórico y, más específicamente, desde el espacio institucional de dos cátedras que toman como objeto de estudio el siglo XX en Argentina: las de Historia Argentina Contemporánea (Escuela de Ciencias de la Información, FDCS) y de Historia Argentina II (Escuela de Historia, FFyH) de la UNC? En primer lugar consideramos que, como historiadores y docentes de historia, teníamos la responsabilidad de aportar con conocimiento fundado a los debates y evaluaciones que en torno al bicentenario tendrán lugar. De allí que la primera respuesta a la pregunta inicial fue la de dejar de lado los análisis centrados en abordajes o balances de los dos siglos y tomar, en cambio, contenidos que son estudiados y trabajados en nuestras cátedras, centrándonos –en esta oportunidad– en el contexto que rodeaba al primer centenario para, desde allí, proyectar la mirada sobre el siglo XX. Es decir, considerar la primera década del siglo como un momento de condensación, de visibilidad de los resultados de algunas de las opciones tomadas durante el siglo previo, así como de instalación de nuevas agendas, de definiciones ideológicas y de estrategias políticas que marcarían la centuria siguiente. Si el siglo XIX fue el de la construcción de un nuevo orden político, económico y social, sobre bases y parámetros similares a los que habían utilizado los países del Viejo Mundo –naturalizando y reproduciendo en la conformación y en el interior de los Estados nacionales americanos formas de colonialismo y de exclusión sufridas con anterioridad por esos mismos países–, el siglo XX debía ser el que corrigiera los “males” derivados de esa construcción. En un contexto de crecimiento, de vertiginosa expansión económica y poblacio-


los diferentes países– y de conjugar libertad con democracia, igualdad con bienestar e inclusión, pero sujetos sin embargo a los vaivenes y adaptaciones que esos modelos imponían. Fue así que a lo largo del siglo XX se fue construyendo –con enormes altibajos y retrocesos– una sociedad cada vez más organizada e inclusiva para quienes eran considerados los agentes promotores del crecimiento, donde se reconocieron derechos sociales, en contraposición a la imprevisión y miserabilismo de comienzos de siglo, y se tendió a aplacar el conflicto social en el ámbito del trabajo al institucionalizarse mecanismos de resolución. Pero el siglo XX encontró también enormes problemas para afianzar la democracia representativa acentuándose, en cambio, la polarización y el antagonismo político. Siguiendo esos desarrollos, las crisis de los modelos de acumulación fordista serían también en el país la de la democracia y del Estado de bienestar, poniéndose fin a la idea de una ciudadanía laboral asociada a un empleo fijo y sindicalizado, tal como había sido construida durante todo el siglo. Al acercarse a su finalización, la brecha entre una condición obrera con derechos y enormes contingentes de trabajadores vulnerables pare-

cía mucho más profunda, tal vez porque se estimaban cada vez más problemas para ser integrados por las nuevas reglas del capital. De este modo, una mirada en perspectiva permitiría también reconocer las cuestiones que siguen vigentes y pendientes de consideración a comienzos del siglo XXI, y que debieran ser hoy analizadas desde la particular experiencia histórica de comienzo de un nuevo siglo. ENRIQUECER EL DEBATE Otra respuesta a la pregunta inicial, y que sustentó la metodología a adoptar en el seminario, fue la de aportar a construir un conocimiento a la vez fundado y significativo para los alumnos y que permitiera hacer extensivas las reflexiones a un público más amplio, enriqueciendo de este modo el debate sobre la temática. Fue así que, en respuesta a la invitación formulada por la Comisión Organizadora del Bicentenario en la UNC, decidimos trabajar en conjunto entre las dos cátedras mencionadas haciendo que los alumnos de dos facultades distintas compartieran un mismo espacio áulico, presencial y virtual. Asimismo, nos pareció interesante poner en la “vidriera” de un público más amplio que el de los alumnos que cursarían el seminario, las discusiones, reflexiones, material trabajado y fuentes abordadas en el mismo, a través de la utilización del espacio virtual del Foro de Debate de las cátedras de Historia Argentina, incluido en la página

de la Comisión del Bicentenario, colocando preguntas y temas para que otros miembros de la comunidad universitaria y extra universitaria pudieran participar con sus opiniones, sugerencias, consultas e inquietudes. Invitamos también a la cátedra de Historia Argentina II del Departamento de Historia de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Tucumán, con el objetivo de organizar un espacio de discusión e intercambio de perspectivas sobre la problemática entre estudiantes y docentes de distintas cátedras de historia argentina de las universidades nacionales, para acercarnos a cuestiones locales que hicieran posible conocer de manera más integral las agendas sociales planteadas en torno al Centenario y poder luego compararlas con la situación actual. El Seminario se propuso así profundizar en el conocimiento previo con el que ya cuentan los alumnos por haber cursado alguna de las materias desde las que se organiza, pero generando nuevo conocimiento a partir de sus intereses, luego de un primer reconocimiento colectivo de algunos de los que aparecen como problemas relevantes a comienzos del siglo XX y del XXI, que serán objeto de ensayos de investigación durante el cuatrimestre, culminando el mismo con una jornada de difusión y discusión de los resultados alcanzados por los alumnos. APORTES PARA PENSAR EL BICENTENARIO ¿Cuáles son entonces las herramientas o resguardos generales que desde el conocimiento histórico querríamos aportar para pensar el bicentenario, tanto para nuestros alumnos como para el público en general que participe del Foro? En primer lugar llamar la atención sobre la necesidad de incorporar la perspectiva histórica para el


análisis de los problemas, que implica un alerta contra los anacronismos y comparaciones fáciles al estilo de los que sostienen que la historia sistemáticamente se repite y que ven intenciones permanentes, por lo general presentes en dicotomías de buenos y malos a lo largo de los siglos o unen distintos personajes y acontecimientos a los que se les adjudican acciones y expectativas difíciles de ser concebidas en épocas lejanas. Llamar la atención también sobre la recurrencia a explicar acríticamente los procesos vividos como resultados irreversibles de causales externas o de conspiraciones ajenas que impiden comprender la complejidad de los mismos. Pero significa, además, reconocer la especificidad de los problemas en relación a sus contextos de producción, a sus determinaciones de tiempo y lugar sin caer en determinismos, sino considerando los procesos históricos como resultado de condicionantes estructurales, decisiones estratégicas y contingencias relativas, de tensiones entre los que buscan normali-

zar lo heterogéneo y diverso, de acuerdo con modelos culturales e ideológicos que se naturalizan como los únicos posibles, y los que resisten y confrontan con mayor o menor éxito esos intentos hegemónicos. Pensar históricamente significa entonces reconocer esas naturalizaciones como resultado de luchas e interacciones sociales, lo que permite también concebir otras opciones y resultados como posibles; comprender la trayectoria seguida implica, justamente, reconocer las distintas potencialidades en juego y poder ofrecer una explicación verosímil del desarrollo sucedido. Se trata de comprender el presente como resultado de decisiones tomadas, dentro de un repertorio más o menos acotado de posibilidades, y no como resultado irreversible de una corriente que todo lo arrasa. Porque si bien la historia avanza con continuidades, también lo hace a partir de disrupciones y rupturas, de reacomodamientos y contingencias relativas. Pensar históricamente significa asimismo entender que cada tiempo mira su pasado

en función de su experiencia previa pero, también, en relación a las expectativas de futuro de quienes lo someten a su consideración, de allí que pueden encontrarse tantos pasados como preguntas se formulen. Por eso las preguntas que instala el presente no son cuestiones menores y contribuir a la tarea de interrogar el pasado buscando respuestas que se sustenten en un análisis cuidadoso, polifacético y no complaciente adquiere una importancia extrema. Aportar a mirar el pasado convirtiéndolo en objeto de estudio y no como mera consagración o estigmatización es otro de los desafíos que nos planteamos al socializar este Seminario, es decir, el de ayudar a ampliar el horizonte de las preguntas y de las respuestas posibles

[* ]Investigadora y docente de la Facultad de Filosofía y Humanidades; y de la Esc. de Ciencias de la Información de la UNC.

tulado “200 años: Medios, Comunicación y Cultura”. El 5 de julio, se realizará la presentación de una colección integrada por casi 200 mapas antiguos, documentos y grabados donada a la UNC por C. y H. Juri. Y para lo que resta del año está prevista la publicación, por parte de la editorial de la UNC, de la obra de Joaquín V. González Estudio sobre la Revolución, y de un volumen conmemorativo con documentos de la época en facsímil, provenientes de la Imprenta de Niños Expósitos y Actas Capitulares de la ciudad de Córdoba correspondientes al período 1810/1816. Además se están realizando mesas debates en establecimientos penitenciarios y espacios comunitarios, para promover la participación de otros actores en la reflexión sobre el Bicentenario. Para ello se articulará con los sectores universitarios que trabajan en contextos de encierro y con organizaciones sociales.

Para más información sobre las actividades conmemorativas, consultar en www.unc.edu.ar/bicentenario

BICENTENARIO

La Universidad Nacional de Córdoba elaboró una nutrida agenda de actividades para conmemorar el Bicentenario a lo largo de 2010. Para ello conformó una Comisión Organizadora de los actos, coordinada por Liliana Aguiar e integrada por Ana Karl de Vega, Humberto Alagia, Valeria Plaza, Brenda Austin y Fernanda García. Durante los primeros meses del año ya se realizó el Congreso “El Bicentenario desde una mirada interdisciplinaria. Legados, conflictos y desafíos”, se llevó a cabo una muestra de producciones de bandas de jóvenes músicos, y se dispuso la creación de una galería virtual de fotos titulada “200 años, una imagen”. Se lanzó un foro virtual sobre el Bicentenario y los desafíos del país y la universidad, y se realizó un concurso de afiches para seleccionar una imagen que vinculara a la UNC con la conmemoración. En junio, se llevó a cabo el Congreso “Voces y Letras de América Latina y del Caribe” en la Facultad de Lenguas. En agosto, se realizarán las I Jornadas Conjuntas del Área de Historia del CIFFyH y la Escuela de Historia; y en septiembre, un Congreso en la Escuela de Ciencias de la Información ti-

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A C T I V I D A D E S C O N M E M O R AT I V A S E N L A U N C


NO MATAR. SOBRE LA RESPONSABILIDAD Segunda compilación de intervenciones Christian Ferrer Claudia Hilb Victoria Basualdo Horacio Tarcus Roque Farrán Jens Andermann, Philip Derbyshire y John Kraniauskas Oscar del Barco Elías Palti Luis Thonis Pedro Karczmarczyk Gustavo Robles (Compilador Luis García) 2010, 308 p. ISBN: 978-950-33-0766-3

En octubre y noviembre de 2004 fue publicada en la revista cordobesa La Intemperie una entrevista a Héctor Jouvé sobre la militancia guerrillera de los años 60 en la Argentina. En diciembre del mismo año se publicó, en la misma revista, una carta de Oscar del Barco surgida a partir de la lectura de esa entrevista. El debate suscitado a partir de esa carta se diseminó de manera tan intensa como inesperada a través de una amplia diversidad de ámbitos y publicaciones, reflejado en el primer volumen que reunía una muy variada serie de intervenciones. Ya han pasado cinco años desde que se publicara inicialmente la entrevista a Jouvé y la carta de del Barco. Sin embargo, la discusión no ha dejado de suscitar nuevas in-

tervenciones que justifican, hoy, un nuevo volumen que las documente. Se testimonia, así, la persistencia del debate sobre los años 60 y 70 como una de las estaciones fundamentales de nuestro presente político-cultural, y se da cuenta de la centralidad del debate en torno a la carta de del Barco en esa constelación de discusiones. Siendo éste un segundo volumen sobre la temática, se abre a un registro temporal más dilatado, recogiendo textos que surgen en un espacio de discusión ya más distanciado, que en muchos casos se apoya sobre las intervenciones anteriores. Se trata de textos menos urgidos por el primer impacto de la carta de del Barco, que trazan un gesto más detenido y reflexivo.


LAS SERPIENTES DE ARGENTINA CENTRAL Mario Cabrera Segunda edición, corregida y aumentada 2010, 130 p. y 20 páginas de fotos en color ISBN: 978-950-33-0775-5 Este libro pretende acercar a los lectores al mundo de las serpientes desde una perspectiva informativa y educativa, ayudándolos a conocer e identificar las especies, sus características y hábitos de vida, con la esperanza de que en futuros encuentros con un ofidio pueda advertir si la especie en cuestión es realmente peligrosa o no, y actuar en consecuencia. Si este objetivo se consigue, la principal razón de ser de este trabajo estará lograda: una predisposición realista de las personas hacia las serpientes, menos matanza indiscriminada y menos posibilidades de sufrir mordeduras ofídicas por desconocimiento o imprudencia.

DOCUMENTOS 1610•1816. CATÁLOGO DEL ARCHIVO HISTÓRICO DE LA UNC Branka Tanodi

(co-edición con Encuentro Grupo Editor) 2010, 264 p. ISBN: 978-987-1432-46-2 El Archivo General e Histórico de la UNC posee una gran riqueza documental que se extiende desde la época del Colegio Máximo hasta la actualidad y una de sus series más valiosas es la de Documentos, que llegan hasta 1948. En esta publicación se presentan los cinco primeros libros desde 1609 hasta la Independencia en 1816. Son tomos encuadernados que, según los especialistas en preservación, probablemente fueron hechos en el primer cuarto del siglo XX. Las hojas son de diferentes tamaños, muchas en blanco fueron agregadas durante la restauración.

BIOLOGÍA Y ECOLOGÍA DE PEQUEÑOS ROEDORES EN LA REGIÓN PAMPEANA DE ARGENTINA. ENFOQUES Y PERSPECTIVAS Jaime J. Polop y María Busch (editores) 2009, 332 p. ISBN: 978-950-33-0765-6 Biología y ecología de pequeños roedores de la región pampeana de Argentina, resume y ofrece un panorama del conocimiento existente de los pequeños roedores en un área geográfica particular de Argentina. Proporciona al lector visiones y opiniones en distintos campos, como la taxonomía, biogeografía, genética poblacional, energética, crecimiento, movimientos, uso y selección de hábitats, alimentación, depredadores, parasitología, ecología de poblaciones y aspectos sanitarios relacionados a aquellos animales. Dirigido a alumnos y profesionales de diferentes

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MIGRACIÓN Y POLÍTICA: EL ESTADO INTERROGADO. PROCESOS ACTUALES EN ARGENTINA Y SUDAMÉRICA Eduardo E. Domenech (Comp.) 2009, 360 p. ISBN: 978-950-33-0763-2 La mayor parte de los análisis sobre las migraciones y las políticas migratorias tienden a tomar la existencia de los Estadosnación como algo dado y natural, sin prestar demasiada atención a la necesidad estatal de clasificar y diferenciar a las poblaciones. A su vez, si bien las migraciones son un fenómeno universal, la manera en que son pensadas y construidas presenta importantes variaciones, según los contextos históricos y geográficos. Los artículos reunidos en este libro muestran que las prácticas vinculadas con el Estado tienen un peso primordial en la institución de la inmigración como objeto de gobierno y que es importante analizar el trabajo de creación del Estado y de los ingenieros sociales porque es a través de ellos que los inmigrantes pasan a existir jurídica y socialmente como tales. Este libro asume el desafío de considerar las formas estatales de pensar y de hacer no como un dato de la realidad, sino como un territorio de exploración, en tanto resultado contingente del entramado de una multiplicidad de procesos sociales, políticos y económicos, pasados y presentes, deteniéndose en los procedimientos por los cuales la presencia (in)migrante es proble-

matizada de una manera particular en un momento histórico concreto.

EDITORIAL UNC

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áreas, el libro es así un compilado de información y de visiones disciplinares recogido por los autores a través de muchos años de investigaciones, que en muchos casos se ha volcado en distintas publicaciones, o que se encuentra dispersa en diferentes sitios, muchos de no fácil acceso, pretendiendo que el fruto de su trabajo y el de colegas tenga un alcance más amplio. La obra, además, intenta exponer y explorar vacíos en el conocimiento, refiriendo preguntas e hipótesis de las disciplinas, tratando de fomentar y trazar rumbos para el estudio futuro.

CUESTIONES MENTALES. DEBATES FILOSÓFICOS CONTEMPORÁNEOS AA. V V. (Comp. Liza Skidelsky, Diana I. Pérez y Carolina Scotto) 2009, 500 p. ISBN: 978-950-33-0764-9 Esta compilación recoge algunos de los debates más significativos de las últimas décadas en el vasto campo interdisciplinar de la filosofía de la mente y de la filosofía de la ciencia cognitiva. Mientras que el estudio reflexivo de la mente tiene una tradición que se remonta a los orígenes mismos de la filosofía, su estudio científico comienza en el siglo XIX. Con el surgimiento de la ciencia cognitiva, a mediados del siglo XX, aparece el terreno adecuado para agrupar diversas disciplinas encargadas del estudio de la mente como la inteligencia artificial, la psicología, la lingüística, las neurociencias y la filosofía de la mente. Esta interacción entre disciplinas dio como resultado un enriquecimiento

de las discusiones filosóficas gracias a la evidencia empírica cada vez más amplia que no puede ser ignorada en las reflexiones acerca de lo mental. Los trabajos incluidos en Cuestiones Mentales. Debates filosóficos contemporáneos reflejan esta concepción naturalista que considera que el estudio filosófico de la mente debe integrar reflexiones tanto a priori como las que surgen a partir de la evidencia empírica.

CONTRA LA MEDIOCRIDAD. INDIVIDUO, MULTITUD Y ESTADO EN CUATRO ENSAYISTAS ARGENTINOS Jorge Bracamonte 2009, 360 p. ISBN: 978-950-33-0757-1 Una idea central de este trabajo es que los afianzamientos, crisis y cambios de paradigmas científicos entre los siglos XIX y XX, inciden en cómo sectores letrados formalizan las articulaciones entre tres tipos de cultura: la literaria –con epicentro en el ensayo–, la política y la científica. La otra idea clave es que dichas formalizaciones manifiestan la constitución de nuevas discursividades en el marco de una dinámica modernizadora que ha modificado sustancialmente la vida sociopolítica y que exige la constitución teórica y práctica de nuevas posiciones de sujeto por parte de los intelectuales. Éstos, debido a las funciones sociales tradicionales que los investían, asumen en la coyuntura aquellas reformulaciones como decisivas. Entre estas dos hipótesis, y el corpus dia-

crónico de ensayos y ensayos-narraciones de los escritores que aquí se consideran, datados entre 1875-1922, aparece como sustancial interrogar conceptualmente los usos e implicaciones de Individuo, Multitud y Estado.

MÍSTICA Y RELIGIÓN Vicente Fatone (co-edición con L as Cuarenta Libros) 2009, 184 p. ISBN: 978-987-1501-17-5 ¿Filósofo “existencialista”? ¿místico? ¿estudioso de las religiones orientales? A Fatone no se lo puede encasillar en ninguna de estas actividades. Sería mejor hablar de un pensamiento errático, de una curiosidad, de una aventura... En los textos que reunimos en este volumen Fatone, después de plantear el problema de la mística, hace un recorrido analítico del pensamiento de Eckhart, Leibniz, Nietzsche y Bergson (particularmente analiza Las dos fuentes de la moral y de la religión). Fatone pasa revista a las concepciones de Kant (la voluntad), de Schleiermacher (la dependencia absoluta, el sentimiento), de Hegel (el pensamiento, la certeza), de Durkheim (el hecho social), y la crítica pues −dice− todas ellas consideran a Dios un objeto. Todas las demostraciones de la existencia de Dios, incluida la prueba llamada ontológica de San Anselmo (Dios es aquello de lo cual no puede pensarse nada superior; o es más de lo que se puede pensar), pueden “llegar a convencernos”, pero lo que no consiguen es persuadirnos, es decir “mover nuestro ánimo y transformar nuestra existencia”.




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