SEGUNDO ENCUENTRO CON LA POESÍA
ANTOLOGÍA DE FELIPE BENÍTEZ REYES
BIOGRAFÍA Felipe Benítez Reyes nació en Rota, Cádiz, en 1960. Estudió en el colegio de Rota y después se trasladó al Colegio San Luis Gonzaga de El Puerto de Santa María. Estudió Filología Hispánica en la Universidad de Cádiz y en la de Sevilla. Es autor de una obra versátil que abarca la poesía, la novela, el relato, el ensayo y el artículo de opinión, aunque sobre todo es conocido como poeta. Considerado una de las voces más influyentes del panorama literario español, ha sido incluido en las más importantes antologías, debido a su excelente dominio del lenguaje. Publicó su primer poemario en 1982: Paraíso manuscrito. Entre su producción poética destaca Vidas improbables (1994). Tanto sus novelas como sus poemas han sido traducidos a diversos idiomas, principalmente al italiano, y él mismo ha sido traductor de la poesía de T.S. Eliot y de Nabokov. Entre sus traducciones se menciona: "T. S. Eliot, Prufrock y otras observaciones" (2000). Ha ejercido de director de revistas como Renacimiento y Fin de Siglo. www.escritores.org/biografias/3994-benitez-reyes-felipe
PARAÍSO MANUSCRITO (1979-1981)
PÁGINAS Cuando un libro se abre parece que allí está la madrugada -con la memoria escrita y las penumbrasdando gozo al vivir; al mundo, olvido. Pero, tú, con el mágico celo que se otorga a la dicha, bien sabes ocultar cuando de ti es tan sólo. Y el silencio, la oscuridad, lugares son en que apoyar la mano con pesadumbre igual-con igual mansedumbrea la que el cuerpo amado exige y no merece. Vuelve sobre estos libros de ahora cuando el tiempo transcurra: si la niebla decrece, quedan sombras y en las páginas queda, como cáliz muy blanco, un mundo que se olvida y se rehace sobre un labio inseguro. Y resérvale un lugar al paraíso que desde ahora elevas para ver, pasada nuestra edad, la muerte coronada sobre la mano que para ti escribió cuanto era suyo.
LOS VANOS MUNDOS (1982-1984)
EL SÍMBOLO DE TODA NUESTRA VIDA Hay noches que debieran ser la vida. Intensas largas noches irreales con el sabor amargo de lo efímero y el sabor venenoso del pecado -como si fuésemos más jóvenes y se nos permitiera malgastar virtud, dinero y tiempo impunemente. Debieran ser la vida, el símbolo de toda nuestra vida, la memoria dorada de la juventud. Y, como el despertar repentino de una vieja pasión, que volviesen ahora aquellas noches para herirnos de envidia de todo cuanto fuimos y vivimos y aún a veces nos tienta con su procacidad. Porque debieron ser la vida. Y lo fueron tal vez, ya que el recuerdo las salva y les concede el privilegio de fundirse en una sola noche triunfal, inolvidable, en la que el mundo pareciera haber puesto sus llamativas galas tentadoras a los pies de nuestra altiva adolescencia. Larga noche gentil, noche de nieve, que la memoria te conserve como una gema cálida, con brillo de bengalas de verbena, en el cielo apagado en el que flotan los ángeles muertos, los deseos adolescentes.
ADVERTENCIA Si alguna vez sufres —y lo harás— por alguien que te amó y que te abandona, no le guardes rencor ni le perdones: deforma su memoria el rencoroso y en amor el perdón es sólo una palabra que no se aviene nunca a un sentimiento. Soporta tu dolor en soledad, porque el merecimiento aun de la adversidad mayor está justificado si fuiste desleal a tu conciencia, no apostando sólo por el amor que te entregaba su esplendor inocente, sus intocados mundos. Así que cuando sufras —y lo harás— por alguien que te amó, procura siempre acusarte a ti mismo de su olvido porque fuiste cobarde o quizá fuiste ingrato. Y aprende que la vida tiene un precio que no puedes pagar continuamente. Y aprende dignidad en tu derrota agradeciendo a quien te quiso el regalo fugaz de su hermosura.
PRUEBAS DE AUTOR (1980-1985)
STONE DISCO Camino de la noche, la música dorada. Como un buque fantasma, nos traslada la fiesta la mente a sitios raros-por ejemplo, a Manhattan. Perdidas, inocentes, lascivas las doncellas -en el bolso las bragas, un príncipe en la frentemaldicen del colegio brindando con ginebra mientras retan, teatrales, los chulos a un cliente con navajas ociosas que en la alta madrugada grabarán nombres vagos de amor en las paredes. Del salón en el ángulo oscuro están tumbadas, muriéndose de gusto bajo un falso satén, las sirvientas mundanas, aprendizas de damas, que beben licor malo. Han dado ya las 10. Las niñas se componen la cara despintada. Se despide de todas, nostálgico, el voyeur
LA ESENCIA DEL TIEMPO Quien pone su mano sobre el agua cautiva de una fuente toca el mar antiguo de los griegos. Quien alza una copa blanca en la noche de Córdoba eleva el Grial santo y el cuerpo de los dioses. Quien se entrega al amor revive las manos de cristal de Galatea. Aquel que oye Mozart oye a Juan del Encina, oye la flauta de cera que refiere Teócrito, oye el ancho murmullo del desierto bajo la noche extensa, y un trémulo laúd que tiene el alma. El solitario que contempla la luna Es Endymión.
LA MALA COMPAÑÍA (1985-1987)
LAS NIĂ‘AS Llegan con los tacones sucios del barro de los parques, con un perfume espeso de flores venenosas. Llegan con gafas negras, radiantes, despeinadas; la noche las recubre con un palio morado. Toman licores densos con aires de tragedia. Tienen nombre de diosa, e colonia o de gato. No son invulnerables a las historias tristes Y huyen de madrugada, como lunas esquivas.
SOMBRAS PARTICULARES (1988-1991)
HABITACIONES PRESTADAS Era un sonar de llaves indecisas. Un ruido profundo de ascensores; inquietados huéspedes de aquellos edificios de la periferia, dorados por la tarde. Era buscar a ciegas interruptores de luz, como quien busca en esas bibliotecas truculentas el secreto resorte que conduce a la cámara privada, al sitio inconfesable. Era el olor de sábanas extrañas, y el olor desconsolado de los cuartos de huéspedes, con libros y revistas de desecho. Era vestirse con el frío. Salir de allí de nuevo como extraños. Más unidos, en fin, por una sombra. El amor tiene ahora en el recuerdo olor a cuartos húmedos y el sonido furtivo de una puerta al abrirse.
EQUIPAJE ABIERTO (1992-1996)
EL EQUIPAJE ABIERTO De todo comienza a hacer bastante tiempo. Y en una habitación cerrada hay un niño que aún juega con cristales y agujas bajo la mortandad hipnótica de la tarde. Comienza a hacer de todo muchos años. Y la noche, sobrecogida de sí misma, abre ya su navaja de alta estrella ante la densa rosa carnal de la memoria. Comienza a ser el tiempo un lugar arrasado del que vamos cerrando las fronteras para cumplir las leyes de esa cosa inexacta que llamamos olvido. Y llega la propia vida hasta su orilla como lleva el azar la maleta de un náufrago a la playa en que alguien la abre con extrañeza --—y esa ridiculez de disfraz desamparado que adquieren los vestidos de la gente al morir. Lejano y codiciable, el tiempo es territorio del que sólo regresa, sin sentido y demente, el viento sepulcral de la memoria, devuelto como un eco. Como devuelve el mar su podredumbre. Todas nuestras maletas reflejan la ordenación desvanecida de un viaje que siempre ha sucedido en el pasado. Y las abrimos con la perplejidad de quien se encuentra una maleta absurda en esa soledad de centinela que parecen tener las playas en invierno.
LOS DESTINOS CRUZADOS Alguien repite el nombre de una ciudad que nunca ha visitado y con esa palabra designa la vida, la cifra, le da forma a un frágil espejismo de altas torres y plazas y mercados alegres - y bandadas de espantadas palomas, surgidas del sombrero de copa del Gran Ilusionista, al toque de campanas vespertino. Alguien mira la noche cayendo como un fruto maduro de la nada sobre el mar, y ve unos barcos partir, y se pregunta qué ocurrirá allá lejos, en países
cuyos nombres conservan el dorado prestigio del café, la madera y las espadas, y en qué puerto, en qué alegre taberna brindaría y con quién al celebrar la venta del marfil o del cacao. En una plaza con palomas, a la sombra de altas torres, alguien repite el nombre melodioso de una ciudad que nunca ha visitado. Más allá de estos mares, en un bar de los muelles, un hombre se entretiene en mirar en el mapa esta alejada orilla, y se imagina sus plazas con bandadas de palomas, sus bulliciosos bares y casinos de juego, sus mujeres... Alguien, en cualquier parte de otra ciudad desconocida, repite el nombre de una ciudad desconocida, tan lejana de aquí, tan lejos esta ciudad de aquélla de su nombre de plata y aventura.
ESCAPARATE DE VENENOS (1996-1999)
LA NOCHE Todos hemos llegado, a esta hora, al final indistinto de otro día. Igual que las columnas de los templos turísticos, igual que las antenas que cubren la ciudad, permanecemos de frente ante la noche, fatigados de luz y de trabajo. Alguno se dispone a la lectura de una nueva novela o de unos versos con metáforas que aspiran a la geometría y algún otro recorre el laberinto de intriga y de ambición que es nuestra Historia en alguna costosa enciclopedia ilustrada con gráficos y fotos de holocaustos modernos. En la penumbra tersa y repentina, habrá quien se apresure a celebrar el espejismo frágil de otro cuerpo conmovido y hierático, desnudo como el agua, que el tiempo arañará con garra firme.
Alguien escribirá una carta inútil, traicionada sin duda por esos enemigos poderosos de la expresividad: los adjetivos que intentan transmitir la esencia íntegra del dolor verdadero. Alguno invocará su paz con ansiolíticos y algún otro será el solitario alquimista del sexo de los ángeles en la galaxia virtual de las cabinas porno, absorto y sorprendido como un niño. Alguien colocará explosivos redentores en nombre de una raza y su bandera y algún otro abrirá la puerta helada del infierno acordado con él mismo. En esquemáticos apartamentos de alquiler, hay quien hace reír y quien llorar a seres temerosos que miran las estrellas o las luces en línea de aeropuertos lejanos. Alguno sueña ya con los piratas heroicos y feroces de una infancia inmortal y muchos tejerán las pesadillas barrocas que conciben los adultos con visionarios fallos de guion. Todos hemos llegado al final de otro día. Y cada cual se dispone a proseguir su más secreto rumbo por el túnel salvaje de la noche
EL MAR EL hecho de arrojar a un mismo tiempo las cenizas al mar de todos los cadáveres que vagan por la bruma de la Historia, aun toda esa ceniza unánime, ya digo, en nada alteraría su continuo fluir: lentas mareas alado oleaje bronco, y las leyendas graves de su furia. Errabundo y cautivo, pero siempre con una disciplina perfecta: misteriosa y calculada, óyelo cómo ruge: el mar narcotizado por las lunas, homérico, cambiante y maquinal, con mesnadas de peces de ojos aterrados que lo exploran como los pensativos peces de colores exploran una vez y otra vez y una vez más el acuario cuajado de palmeras y cofres de pirata en miniatura. Igual de fluctuante que nuestro pensamiento, míralo angustiado de azul indefinible, asmático, grandioso y teatral, él, que huye e invade según un raro método que tiene algo que ver quizá con nuestros ciclos de razón y de locura, esas dos caras de una misma moneda que cae de canto siempre. Refugio de los seres silenciosos, inagotable mar de vaivén blanco, tan dado a todo tipo de metáforas que suelen recordarnos ciertas veces en lo mucho que somos como el mar.
PANTA REI Desde el éxtasis doloroso y primitivo de tu llegada al mundo -y manos que tocaban tu piel, de pronto estremecida por el aire-, desde tu primer llanto sin razón hasta ese día, cuánto drama y comedia en que tú representas sin saberlo el papel de un furtivo cazador que otea, sigiloso, el bosque virtual del pensamiento, las selvas clausuradas del pasado, la mágica nevada del placer o los desiertos blancos del insomnio en busca de un motivo que justifique aquel momento en que llegaste a un mundo con estrellas y mares y atormentada gente que intenta cultivar cada mañana esa críptica rosa de esperanza y de miedo que nunca tiene aroma a eternidad, pues todo fluye.
ÉGLOGA DEL ALBA Los jardines inciertos de los amaneceres -y el reloj de tictac amenazante, acercándose al punto de la alarma. La honda niebla en los bosques de la vida. La fuente penumbrosa de que mana la linfa cristalina en voz de argenta -y los roncos camiones de riego atormentado el lento despertar de la ciudad. Los laureles vibrantes de verdor. El coche que no arranca, con su asfixia de náufrago. El lirio que es de nieve y de ceniza. Las rejas chirriantes de las tiendas. Las ninfas con guirnaldas que bailan en parajes metafísicos con cabezas flotantes de cupidos en torno. Las náyades que vuelve al colegio con olor a franela y chocolate. El dulce lamentar de dos pastores. Los cláxones que aúllan como monstruos del alba.
LA MISMA LUNA (2000-2006)
AVISOS La tan fugaz, la frágil: la hermosura. La noche que no cabe en un color. El guante sigiloso del dolor y el agua que al fluir se vuelve impura. La luna que no da su cara oscura. EL cadáver en vida del amor que yace en el amor. Ese sabor a eternidad de aquello que no dura. La mágica razón de lo ignorado. La fábrica de hielo del olvido. Los venenos que matan sin matar… Del mundo, peregrino, ten cuidado. pero cuídate más si vas herido de heridas que han dejado de sangrar
POEMAS SIN CONTEXTO (1978-2008)
BAGATELAS Pensé por un momento que la vida podría ser al fin como un espejo de la literatura. Pero no. La vida, ya lo sé, nunca desciende a escenarios con focos tan intensos que dejen ver arrugas en su rostro -y esas cortinas rojas, y esa músicade ilustre personaje secundario.
II Como un ángel ya viejo caído de un retablo, la vida, a estas alturas, no es tan decorativa como antes la pensábamos. Si es obra del diablo o es ficción o es un fraude, es igual, es lo mismo: arrastra con nosotros, porque ella va de diva bajo el divismo aguado de nuestro narcisismo.
Selección de poemas: Francisco Javier Jiménez Bautista/ Mª Vega de la Peña del Barco Fotografía: Pablo de la Peña del Barco https://www.facebook.com/pablo641/ http://melocoton.aminus3.com/portfolio/
eSPAcio MATRIX://unlugarparaelaprendizaje.blogspot.com.es/