entretanto,de repente algunos collages de Rodrigo DĂaz
Cuando acabe este verso que canto yo no sé, yo no sé, madre mía si me espera la paz o el espanto; si el ahora o si el todavía. Pues las causas me andan cercando cotidianas, invisibles. Y el azar se me viene enredando poderoso, invencible
Silvio Rodríguez
Pienso en el calor que teje la palabra en torno a su nĂşcleo ese sueĂąo llamado nosotros Tristan Tzara
Debemos ser conscientes de las relaciones entre pensamiento y lenguaje como dos ejes presentes en la construcción de realidades. El lenguaje formaliza el pensar en la utopía de recubrir el pensamiento, de dar significado al entorno: cada palabra, cada imagen, cada color, cada mancha, cada equilibrio, cada rasgadura, cada forma, es una unidad arbitraria que limita el pensamiento cuando el emisor es sometido a las reglas de la lengua para su expresión. Romper esas reglas, aniquilar la estructura y crear un no-lugar semántico al margen de todo orden y belleza es el rastro activo que deja el Collage en su lúdico y azaroso ejercicio de combinatoria de múltiples naturalezas de múltiples orígenes, creando así, irreales significantes que significan realidad.
El collage representa la visi贸n cr铆tica del mundo, haciendo visible escandalosas contradicciones del mundo y la sociedad humana. El collage es el huevo del cuco en nido ajeno.
Otto Muehl
Monstuos de papel La insignificancia del individuo ante un mundo descomunal donde la realidad, tarde o temprano, nos sobrepasa y hace consciente la propia fragilidad y la sensación de pérdida. Lucha de gigantes / convierte el aire en gas natural / un duelo salvaje advierte / lo cerca que ando de entrar / en un mundo descomunal / siento mi fragilidad... Una fragilidad disfrazada con matices de ironía hacia la búsqueda, en la lejanía del primigenio universo sin contaminar, del paraíso en estado salvaje reflejado en la transmisión de la composición plástica. Creo en los fantasmas, terribles/de algún extraño lugar, y en mis tonterías para/hacer tu risa estallar/en un mundo descomunal, siento tu fragilidad. Tintes borgesianos, en la indagación de las posibilidades visuales del humor desde las ironías más sutiles hasta los chistes más escatológicos y desde lo aparentemente sublime a lo inevitablemente ridículo, impresos en una cierta estética poética de ensoñación lirica; donde el colorido de la imagen remite a un cíclico recorrido vivencial, factual y ficcional; que no deja de propiciar que el viaje no precisa de la travesía del océano, ni del enfrentamiento con una cultura y una lengua diferentes pero sí de una retirada ‘a tiempo’ para poder ser uno mismo, controlar la autonomía del trabajo propio, inventar un mundo-una vida- y así apaciguar en parte, un carácter melancólico que critica el peor rasgo de la sociedad. Vaya pesadilla/ Corriendo/ Con una bestia detrás/Dime que es mentira todo/Un sueño tonto y no más/Me da miedo la inmensidad /Donde nadie oye mi voz/Deja de engañar, no quieras ocultar, que has pasado sin tropezar/ monstruo de papel, no sé contra quien voy, ¿o es que acaso hay alguien más aquí? Nos enfrentamos a nuestros propios monstruos de papel. Y los vencemos. Avanzando sin cesar, al encuentro de la vida soñada, hacia lo mejor de uno mismo. Deja que pasemos/ sin miedo...
Eva Guzmán Rodríguez (a partir y a propósito de Antonio Vega)
Lo que mide un rayajo ¿Quién tratará de medir lo que se escapa a la autarquía del conocimiento, de lo que nos es válido, de una educación sin límites, sin catalogar; donde el modelo de la razón se vuelve pasado y deslegitima la presunción de disciplina? La disciplina es la expresión en sí misma. Procesos que se escapan al control como la espontaneidad a la razón. La educación, la cultura que mete en vereda al conocimiento y le busca unidad de medida para crear un patrón productivo integrado que llega siempre tarde a su respuesta, a su análisis concluido para poder avanzar en el camino correcto de un modelo establecido. Rebeca Blanco Álvarez