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Estoy listo

NICOLÁS MUNÉVAR MIRANDA

Pseudónimo: Un sauce

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Ilustración: JUAN PABLO CIFUENTES

La carretera está sola. No se vayan a preocupar, no estoy afuera. Yo trato de ser obediente y por eso me quedo en casa, así, aunque esté solo y nadie pueda verme porque eso hacen los niños obedientes: hacer caso. La carretera está sola pero no estoy afuera porque eso hacen los niños buenos: saber que la carretera está sola sin mirarla porque están dentro de sus casas. Escuchando. Los niños buenos sabemos escuchar, pero hay que tener cuidado, porque no debemos oír. Tú oyes, pero es mejor escuchar o eso dice Graciela. Graciela es mi mamá. El profesor Nacho también dice que es mejor escuchar que oír, porque es más respetuoso y los niños buenos son respetuosos. Yo no sé por qué, pero es mejor ser niño bueno. Eso lo dice Graciela, don Jaime y el profesor Nacho.

Por eso, los niños buenos escuchan la carretera sola, pero sin oírla. Don Jaime dice que de vez en cuando, se me olvida ser un niño bueno y que, por eso, a veces tiene que hacer lo que hace. Entonces, yo lo escucho y trato de no oírlo, porque tengo que ser un niño bueno y los niños buenos son respetuosos. Eso dice Graciela, don Jaime, el profesor Nacho y mi abuelita. En esos momentos, cuando se me olvida ser un niño bueno, escuchar duele, pero solo si está don Jaime. Y solo cuando Jaime tiene que hacer lo que hace, cuando se me olvida ser un niño bueno. Una vez, se me olvidó ser niño bueno, pero Jaime no estaba. Entonces, no tuvo que hacer lo que hace. Esa vez no me dolió escuchar. En realidad, don Jaime se llama Jaime sin el don, pero yo le digo don Jaime, porque si le digo solo Jaime, es irrespetuoso y don Jaime tiene que hacer

lo que hace y me duele escuchar. Es mejor ser respetuoso y, ser un niño bueno y un niño obediente. A Graciela no le digo doña Graciela porque ella es mi mamá y, yo a ella la quiero mucho y ella me quiere a mí. Graciela está con don Jaime, pero don Jaime no es mi papá. Graciela dice que los que no tienen papá biológico o sea de verdad, tienen que ser buenos, porque si no se los lleva el Patas. Una vez, le pregunté a Graciela cuántas patas tenía el Patas y Graciela no contestó. Graciela es mi mamá. Graciela está con don Jaime, pero don Jaime no es mi papá. A Graciela también le duele escuchar cuando está don Jaime. Mi mamá no quiere a don Jaime, porque le duele escucharlo.

Una vez, yo le dije que eso le pasaba porque se le olvidaba ser un niño bueno. Graciela es mi mamá biológica, entonces es mi mamá de verdad. Graciela quiere irse, pero no como la abuela, porque Graciela quiere irse de sitio. Graciela dice que la abuela no se fue de sitio, sino que se fue de espíritu al cielo, pero yo no le creo porque a la abuelita la llevamos a la tierra, pero no al piso, sino por debajo, a un hueco, pero después lo llenamos. Entonces ya no era hueco. Y debajo del piso no queda el cielo. Además, el piso es un sitio y no un espíritu.

Una vez, le pregunté al profesor Nacho, que qué había debajo del piso. El profesor Nacho me dijo que debajo del piso estaba el inferno. Entonces mi abuelita se fue al inferno y no al cielo, como dijo Graciela. Yo creía que era que Graciela no sabía que la abuelita se había ido al inferno y no al cielo, como ella dice, porque debajo del piso está el inferno y la abuela se fue abajito del piso. Entonces, yo le dije eso, que la abuelita no estaba en el cielo, sino que se había ido al inferno, porque estaba abajo del piso. Entonces, ella se puso a llorar y me dijo que un día de estos, nos íbamos a ir lejos, sin don Jaime, porque si no, nos tendríamos que ir como la abuelita. Porque fue don Jaime el que hizo que

Ilustración: MARIANA RODRÍGUEZ

mi abuelita se fuera, porque uno no puede vivir para siempre. Eso me dijo Graciela. Pero yo le dije que yo también me quería ir al inferno, porque quería ver a mi abuelita. Yo por eso soy un niño bueno y escucho la carretera sola, y espero a don Jaime, que me dijo que me iba a llevar con mi abuelita, pero que solo, si me portaba bien y era un niño bueno, mientras llevaba primero a Graciela, porque para ir al inferno toca de a uno.

Don Jaime dijo que, para ir al inferno, tocaba de a uno y por eso, se llevaba primero a Graciela. Él dijo que apenas volviera, me llevaba a mí también, con mi abuelita y Graciela mi mamá. Entonces todos iremos al inferno. Hace mucho que quiero ir al inferno. Yo hice mi maleta mientras llegaba don Jaime, que no sé por qué no llega. Don Jaime me dijo que para ir al inferno, no hace falta llevar maleta, pero aun así, yo la hice, porque mi abuelita dice que los hombres que son prevenidos valen por dos. Y el profesor Nacho dice que es mejor hacerles caso a los mayores, porque es más respetuoso y mi abuelita es mayor que don Jaime. Entonces, mejor le hago caso a ella.

–Qué, Camilito ¿si está listo?

–Sí, don Jaime. Ya estoy listo.

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