Unidad Sociológica 6

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Publicación Cuatrimestral Año i1

N° 6 Febrero 2016 - mayo 2016 Buenos Aires, Argentina


Unidad Sociológica ISSN 2362-1850. Publicación cuatrimestral. Año 2, N° 6. Enero 2016 - Mayo 2016. Grupo de lectura sobre análisis sociológicos clásicos y contemporáneos (GLASCyC) Manuel Ugarte 2341, Ciudad Autónoma de Buenos Aires. http://www.unidadsociologica.com.ar

Directores

Federico Luis Abiuso (Universidad de Buenos Aires, Instituto de Investigaciones Gino Germani) Tatiana Kravetz (Universidad de Buenos Aires, Universidad Nacional de las Artes)

Comité Editorial

Ignacio Rullansky (Universidad de Buenos Aires, Departamento de Medio Oriente UNLP) Darío Lanzetta (Universidad de Buenos Aires) Miguel Ángel Forte (Universidad de Buenos Aires, FLACSO) Gisele Kleidermacher (Universidad de Buenos Aires, CONICET) Guillermo Ferrón (Universidad de Buenos Aires) Ramiro Perez Ripossio (Universidad de Buenos Aires, Instituto de Investigaciones Gino Germani) Martin Gendler (Universidad de Buenos Aires, CONICET)

Comité Académico

Néstor Cohen Juan S. Pegoraro Alvaro Gascue Angélica De Sena Romina Paola Tavernelli Matías Alcántara Bruno de Vasconcelos Cardoso Paula Luciana Buratovich Mauro Benente Anahí González Silvia Lago Martínez Mauro Alejo Guevara María Celeste Viedma

Anahí Mendez Matías Alderete Micaela Bazzano Gilda Ivana Gonza Laura Stiberman Romina Galucci Leonardo Sai Juan Martín Bello Esteban Grippaldi Andres Scharager Ignacio Perez Daniela Vega Antonella Comba

Unidad Sociológica es una revista digital que tiene como objetivo contribuir a un diálogo colectivo en torno a las ciencias sociales, y a la disciplina sociológica en particular. Editada por docentes y sociólogos de la Universidad de Buenos Aires, nos proponemos indagar desde su interior al campo científico. Campo en el cual ocupamos una posición, participamos e intervenimos cotidianamente desde nuestras prácticas como docentes e investigadores sociales. Nos encontramos inmersos en múltiples disputas que se dan en este espacio de juego acerca de la hegemonía y la autoridad científica, la cual entendemos como la capacidad de intervenir y discutir legítimamente en materia de conocimiento científico. Creemos imperante como cientistas sociales tomar una postura clara en esta lucha simbólico-material, en la cual persisten ciertos prejuicios del sentido común y que comparten muchos científicos, de relegar a un segundo puesto las ciencias sociales, por debajo de las ciencias naturales, exactas y tecnológicas. En este sentido, invitamos a participar de una sociología reflexiva procurada por objetivar al sujeto de objetivación. Reflexión que implica, servirse de las propias herramientas conceptuales de las ciencias sociales, para entender y cuestionar muchas de nuestras prácticas naturalizadas como docentes e investigadores sociales. Cuando más controvertida, más crítica se vuelve nuestra práctica como científicos. Para ello, es necesario llevar a cabo una vigilancia epistemológica constante, una sociología reflexiva que nos direccione hacia una reflexividad colectiva, la cual convocamos con esta publicación.


Bajo la condición de modernidad, mucha, muchísima gente vive en circunstancias en las que las instituciones desancladas, que enlazan las prácticas locales con las relaciones sociales globalizadas, organiza importantes aspectos del vivir de cada día. Anthony Giddens



ÍNDICE La globalización y los Estados nación: ¿desaparición o reconfiguración fortalecedora? Agostina Costantino y Benjamin Temkin.....................................................6-15 Los límites de la inclusión: Globalización, capitalismo neoliberal y políticas estatales de control fronterizo Leonidas K. Cheliotis..............................................................................16-24 Cuando los grupos primarios dejan de interactuar cara a cara (comunicación mediada por computadora) Alvaro Gascue.......................................................................................25-29 Globalización y tecnologías digitales: un estado de situación Martín Gendler ....................................................................................30-40 Modernidad y globalización: una perspectiva a través del turismo Bárbara Catalano y Laura Tottino..............................................................41-50 Un nuevo paradigma de “democracia”, una significativa consecuencia de la globalización Raúl Ernesto Rocha Gutiérrez..................................................................51-57 Globalización, Estado-Nación yValores posmateriales Guillermo R. Ferrón................................................................................58-66

Teoría sociologica clasica y contemporanea La intencionalidad colectiva. Entre naturaleza y cultura Ariel O. Dottori......................................................................................69-77 ¿Por qué los sociólogos nos preguntamos para qué sirve la Sociología? Carlos Castro Herrera........................ ....................................................78-86 El esquivo objeto de la sociología. El límite de la filosofía y el surgimiento de la teoría social en las obras tempranas de Marx y Engels Iván Kitay..............................................................................................87-95

Normas de publicación............................................................................99


Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI

La globalización y los Estados nación: ¿desaparición o reconfiguración fortalecedora? Agostina Costantino y Benjamín Temkin*

Frente a la generalización de los procesos usualmente asociados a la globalización surgieron muchas interpretaciones que diagnostican la obsolescencia de los Estados Nación como reguladores del orden político y económico de los países.En este sentido,la pregunta en torno al fortalecimiento o debilitamiento del poder de los Estados resulta ineludible:¿estamos asistiendo a la caída de las estructuras que han organizado nuestras sociedades desde hace cinco siglos, o por el contrario los Estados nación se están refuncionalizando para adaptarse a este fenómeno que ha dado en llamarse “globalización”? Para intentar responder a esta pregunta realizamos una exploración empírica tratando de evaluar cuál de estas visiones corresponde mejor a los datos disponibles. PALABRAS CLAVE: Globalización - Estados nación - Desarrollo

Faced with the generalization of processes usually associated with globalization, many interpretations have emerged that diagnose the obsolescence of nation states as regulators of the political and economic order of countries. In this sense, the question about the strengthening or weakening of the power of States is inescapable: we are witnessing the collapse of the structures that have organized our societies for five centuries, or on the contrary nation states are refunctionalizing themselves in order to adapt to the phenomenon that has been called “globalization”?To try to answer this question we carry out an empirical exploration trying to evaluate which of these perspectives is supported by the available data. KEYWORDS: Globalization - Nation States - Development

Introducción

Para ello, y a falta de una variable que tenga en cuenta las múltiples dimensiones que conforman la fortaleza de los Estados, construimos un “indicador de fortaleza estatal” incluyendo las dimensiones de imperio de la ley, intervención y capacidad de financiamiento. De esta forma, evaluaremos qué relación existe entre este indicador y el grado de globalización de los países. Para finalizar, en el apartado 5 se presentan las principales conclusiones del trabajo.

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ado que la globalización es el proceso resultante de la capacidad de ciertas actividades de funcionar como unidad de tiempo real a escala mundial (Castells, 2009), implica la formación de un sistema trasnacional de poder (Sassen, 2003) y erosiona todo tipo de fronteras (por el flujo de capitales, transacciones e ideas) (O’Donnell, 1998), la pregunta en torno al fortalecimiento o debilitamiento del poder de los Estados resulta ineludible: ¿estamos asistiendo a la caída de las estructuras que han organizado nuestras sociedades desde hace cinco siglos, o por el contrario los Estados nación se están refuncionalizando para adaptarse a este fenómeno que ha dado en llamarse “globalización”? Para intentar responder a esta pregunta en el apartado siguiente haremos un breve repaso de las distintas posturas teóricas en torno a este problema y en los apartados 2 y 3 realizaremos un ejercicio empírico tratando de mostrar cuál de estas visiones se apega más a los datos disponibles.

I. Debate en torno a la globalización y los Estados nacionales En un interesante y completo estado del arte en torno a la posiciones sobre la globalización, Held y Mc Grew (2000) distinguen entre lo que ellos llaman “globalistas” y “escépticos”. Para los primeros, la globalización es un fenómeno que existe y se refiere a la unificación del mundo a través de flujos, movimientos y redes altamente extensivas,

* Agostina Costantino es becaria postdoctoral del CONICET en el IDAES-UNSAM. Benjamín Temkin es profesor investigador de FLACSO-México. 6


Unidad Sociológica Número 6 Año 2 Enero 2016-Mayo 2016 Buenos Aires intensivas y rápidas entre las regiones y los continentes. Este proceso estaría erosionando la soberanía, legitimidad y autonomía de los Estados conduciendo a su declinación y a un aumento del multilateralismo. Además, la globalización no se referiría sólo a cuestiones económicas, sino que estaría produciendo la homogenización de las culturas a nivel mundial, a la vez que desapareciendo las identidades políticas nacionales. Por su parte, para los “escépticos” no existiría tal fenómeno como una globalización, pues sólo se trataría de un “mito” para justificar la aplicación de las políticas neoliberales o de un fenómeno que nada tiene de nuevo en la historia del capitalismo. Más bien, lo que se estaría dando sería una mayor internacionalización de los capitales y los procesos productivos. Para los escépticos, además, el Estado no sólo no estaría perdiendo poder sino que en muchos casos se estaría fortaleciendo; y respecto a la cultura, estarían resurgiendo los nacionalismos y las identidades religiosas, étnicas y regionales1. Estos autores comparan ambas posturas en torno a varias dimensiones (poder, cultura, economía). Sin embargo, no se concentran en la cuestión de la relación entre la globalización y las capacidades históricamente propias de los Estados nacionales. Para poder entender las visiones de los distintos autores en torno a este problema proponemos entonces la siguiente tipología, que resulta de la combinación de las tipologías propuestas por Weiss (1997) y Kébabdjian (2006): (i) quienes consideran que la globalización es un fenómeno fuerte y se estaría produciendo un debilitamiento de los Estados nacionales; (ii) quienes consideran que la globalización es un fenómeno débil (ya sea porque se trata de un mito o porque no es un fenómeno nuevo) y, por lo tanto, los Estados no estarían perdiendo su fortaleza; y (iii) quienes consideran que la globalización es un fenómeno fuerte, pero que no debilita sino que redefine a los Estados nación. Pasaremos, a continuación, a explicar cada una de estas posturas y sus autores más representativos.

de poder Estado-mercado, porque ha minado una de las razones principales de la propia existencia de los Estados (su capacidad para repeler el ataque de otros) y porque la competencia entre las empresas por una mayor participación en los mercados ha reemplazado la competencia entre los Estados por el territorio; y (ii) un factor financiero, referido a la pérdida de poder por parte de los Estados frente a las empresas trasnacionales (la competencia obligaría a una menor tributación, desfinanciando los Estados) y a su disminución en la participación como reguladores de la banca y los mercados financieros. Dentro del marxismo, Hardt y Negri (2000) también adoptan esta postura. En su libro Imperio sostienen que la globalización ha generado la homogenización casi absoluta del espacio económico planetario, transformando a los Estados Nación en meros instrumentos que registran los flujos de capitales y personas que las empresas trasnacionales ponen en movimiento. Esta es la base con la cual los autores argumentan que el imperialismo ha desaparecido y lo que hoy existe es, más bien, un Imperio. Es decir, mientras el imperialismo se caracteriza por la expansión de los Estados nación más allá de sus fronteras, las relaciones coloniales y la agresividad militar y económica de las naciones ricas respecto de las naciones pobres, el Imperio se basaría en una circulación de poderes y valores en un espacio económico homogenizado, sin centros ni jerarquías imperialistas. (ii) Globalización débil / Estados fuertes La principal referente dentro de esta perspectiva es Linda Weiss (1997, 2007). Para la autora, la idea de que la globalización constriñe a los Estados nación se trata de un mito con el cual muchos líderes políticos “vendieron” la idea de que la aplicación de las políticas neoliberales era inevitable y que las políticas de los países estaban crecientemente constreñidas por las “tendencias económicas globales”. Por el contrario, según Weiss, los Estados nación son cada vez más importantes. En primer lugar, porque antes que una declinación de sus funciones, lo que se está produciendo es una adaptación de los Estados. Si bien están perdiendo control sobre las políticas macroeconómicas (fiscal, monetaria y cambiaria) debido a los procesos de integración, las políticas industriales son cada vez más importantes, es decir la capacidad de las autoridades políticas para movilizar ahorros e inversión es cada vez mayor; por lo que aumenta la capacidad de ajuste doméstico de los Estados. En segundo lugar, los Estados son facilitadores, antes que víctimas, de la internacionalización.

(i) Globalización fuerte / Estados débiles Según Weiss (1997), ésta es la visión dominante dentro de los estudios sobre globalización. Su principal representante es Susan Strange (1996), quien afirma que las fuerzas impersonales del mercado son ahora más poderosas que los Estados, a quienes se supone pertenece la autoridad política sobre la sociedad y la economía. Esto es así, afirma la autora, debido a la confluencia de dos factores: (i) un factor tecnológico, que se refiere a que el acelerado cambio tecnológico es una de las causas del cambio en el balance 1

En un sentido semejante, ver Kellner (2002).

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Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI Es decir, los procesos de relocalización de las empresas son más un esfuerzo público coordinado que una respuesta ad hoc de las empresas individuales actuando aisladamente. Entonces la capacidad estatal sería una condición necesaria de los procesos de internacionalización exitosos, por lo que la autora presenta a la globalización como un fenómeno inducido más política que tecnológicamente. Y, en tercer lugar, están surgiendo Estados “catalizadores” que consolidan las redes de comercio e inversión nacionales y regionales, a través de la proliferación de acuerdos entre naciones y entre los Estados y las corporaciones locales. Por su parte, Hirst y Thompson (1995), con un argumento levemente diferente al de Weiss, también afirman que los Estados no están perdiendo fortaleza. Para los autores, la actual economía altamente internacionalizada no tiene nada de nuevo; es sólo una coyuntura dentro del marco internacional que ha existido desde que la economía basada en la tecnología industrial moderna comenzó a generalizarse desde 1860. En algunos aspectos, incluso, la actual economía internacional es menos abierta e integrada que el régimen que prevaleció entre 1870 y 1914. Además, la economía mundial está lejos de ser “global”, pues el comercio, la inversión y los flujos financieros están concentrados en la tríada Europa-Japón-Norteamérica y esta dominación parece estar vigente. Por todo esto, los autores no consideran que el argumento del debilitamiento de los Estados a causa de la globalización pueda seguir sosteniéndose. De la misma manera, Wallerstein (1999) afirma que la etapa actual de la expansión del capital viene desde la etapa colonial, pues el autor localiza el origen del moderno sistema mundial en la Europa del siglo XVI, donde se puso en movimiento una expansión de la economía y la política de la que resultó la red mundial que existe actualmente. Sin embargo, a diferencia de otros autores, Wallerstein no considera que esta mundialización se expanda homogéneamente en todo el mundo, sino que lo hace de manera diferenciada entre los países centrales y los países periféricos.

capital global a lo que todavía son territorios nacionales bajo el control exclusivo de sus Estados. La idea detrás de este proceso es pasar a tratar de manera igualitaria a las empresas y bancos domésticos respecto de los extranjeros. Entonces, más que una desestatalización de los países, se trataría de una desnacionalización de los Estados, que seguirían conservando su fortaleza. En este mismo grupo se encuentra Manuel Castells (2009), que sostiene que el nuevo sistema global es, a la vez, altamente incluyente (de todo lo que tiene valor pecuniario) y excluyente (de todo lo que no tiene valor para el sistema), a partir del criterio fundamental de la rentabilidad económica. Sometido a estas presiones, el Estado se transforma: hacia arriba (cooperación internacional) y hacia abajo (devolución de poder a ámbitos sub-nacionales); formando lo que el autor denomina los “Estados-red”. Éstos permiten la supervivencia del Estado en la etapa de la globalización a través de la reconfiguración de identidades en redes de colaboración entre el Estado y la sociedad civil y el Estado junto con otros Estados. Desde una perspectiva latinoamericana, O’Donnell (1998) se refiere a la globalización como una movimiento contrapuesto que implica un rápido y objetivo achicamiento del mundo (por la mejora en los transportes y las comunicaciones) y por otro lado, el ensanchamiento subjetivo de las conciencias a partir de la creencia cada vez más generalizada de que las circunstancias de las personas (y los países) están determinadas (y originadas) en ámbitos más amplios y lejanos. La particularidad, afirma el autor, es que este movimiento globalizador coexiste, paradójicamente, con una tendencia a la democratización en la mayor parte del mundo. La democratización presupone un Estado fuerte y bien delimitado: no hay democracia sin ciudadanía y no hay ciudadanía sin un Estado fuerte que la delimite territorialmente. Es decir, según el autor se da un juego complejo y contradictorio entre una globalización que cuestiona la propia verosimilitud del Estado como concentración suficiente de poder y voluntad para la gestión efectiva del bien común, y el requerimiento de esa misma globalización de “Estados amplios” dotados con la autoridad necesaria para mantener la efectividad de su legalidad (no sólo en términos punitivos sino también educativos y sociales). Por lo tanto, la única forma de lograr esto es a través de la democratización de los Estados, “en este sentido es sumamente market friendly defender un Estado fuerte” (p. 16). Por último, muchos autores marxistas también se encuentran dentro de esta posición. Osorio (2004) diferencia al Estado nación (como entidad que reclama fronteras establecidas para el ejercicio del poder político

(iii) Globalización fuerte / Estados fuertes Dentro de esta visión se encuentran varios autores críticos de la perspectiva predominante respecto a la relación entre globalización y Estados nación. Una de ellas es Saskia Sassen (2003), quien habla de la “globalización económica” como un sistema trasnacional de poder, donde los Estados cumplen un rol fundamental. Es decir, las leyes, la jurisprudencia y las agencias ejecutivas producen los mecanismos necesarios para acomodar los derechos del 8


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II. Metodología y operacionalización de las variables

sobre el territorio) de la soberanía nacional (como la capacidad estatal de decidir con autonomía en el interior y hacia el exterior, sin condicionamientos establecidos por otros Estados o entidades). En este sentido, la mundialización requeriría el fortalecimiento del poder político de los Estados nación (para mantener las condiciones necesarias para la reproducción del capital a través del leyes, poder de policía, tratados, etc.) y a la vez del debilitamiento de la soberanía nacional para poder imponer desde afuera estas mismas condiciones2. Es decir, las regulaciones serían impuestas desde afuera, pero su cumplimiento tendría que ser garantizado al interior por los propios Estados. En el mismo sentido, Astarita (2006) afirma que los Estados nación y sus diferencias siguen siendo fundamentales para dar cuenta de la mundialización: (i) porque la estructura anárquica del capitalismo requiere de una institución que se ponga por encima de los capitales en competencia; y (ii) porque los Estados garantizan las condiciones materiales y sociales de la reproducción de los capitales (regulación de salarios, infraestructura, investigación y desarrollo, etc.). Luego de haber repasado estas tres principales visiones en torno a la relación entre la globalización y el fortalecimiento/debilitamiento de los Estados, pasaremos a continuación a realizar una evaluación empírica tratando de relacionar estas dos variables para ver cuál de estas tres posturas se acerca más a la realidad de los datos.

Para evaluar empíricamente la relación entre la globalización y la fortaleza de los Estados nación es necesario operacionalizar ambas variables, con todas las dificultades que esto conlleva, dadas las múltiples dimensiones que ambas abarcan. En el caso de la globalización utilizamos el “índice de globalización” construído por el Instituto Económico Suizo KOF. El mismo tiene en cuenta tres dimensiones (KOF, 2013): (i) globalización económica, que se refiere a los flujos entre países de bienes, capital y servicios, así como la información y las percepciones que acompañan a los intercambios comerciales3; (ii) globalización política, que se refiere a la interacción e integración política de los diferentes países en instituciones, marcos y tratados internacionales4; y (iii) globalización social, que considera la difusión de las ideas, la información, las imágenes y las personas5. El índice toma valores de 0 a 100, cuanto más cerca de 100, más globalizado es el país. 3 Las variables incluidas en esta dimensión son: comercio exterior (% PBI); IED (% PBI); inversión de portafolio (% PBI); pagos a los extranjeros (% PBI); barreras para-arancelarias a la importación; tasa media de aranceles; impuestos al comercio internacional (% del total de los impuestos) y restricciones a la cuenta capital. 4 Las variables incluidas en esta dimensión son: cantidad de embajadas en el país; membresías en organizaciones internacionales; participaciones en el Consejo de Seguridad de la ONU y cantidad de tratados internacionales. 5 Las variables incluidas en esta dimensión son: tráfico telefónico; transferencias (% PBI); turismo internacional; población extranjera (% población total); cartas internacionales; usurario de internet (1000 habitantes); televisión (1000 habitantes); comercio de periódicos (% PBI); cantidad de Mc Donalds (per cápita); cantidad de Ikea (per cápita) y comercio de libros (% PBI).

2 Los autores marxistas, en general, hablan de “mundialización” en lugar de “globalización”, pues este último concepto tiende a enfatizar los procesos de homogenización del mundo (patrones culturales, de consumo, etc.), mientras que el concepto de “mundialización” enfatiza la profundización de la heterogeneidad entre los países en términos económicos y políticos (Osorio, 2004).

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Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI

Tabla 1. Dimensiones, variables y fuentes incluidas en el índice de fortaleza estatal

El problema resultó ser un poco más complejo para la medición de la “fortaleza del Estado”, pues ésta es una variable que puede incluir múltiples dimensiones e interpretaciones. Para esta investigación decidimos construir un indicador teniendo en cuenta tres dimensiones, usualmente utilizadas por los estudios: imperio de la ley, intervención del Estado en la economía y capacidad para financiarse. Cuanto más fuerte sea el imperio de la ley, la capacidad de intervenir en la economía y la capacidad para financiar esa intervención, mayor será la fortaleza del Estado. En la tabla 1, se muestran las variables incluidas en cada dimensión y sus fuentes. Para construir el indicador, dado que se desconocían a priori las ponderaciones que debían tener cada una de las variables, se decidió realizar un Análisis de Componentes Principales. Esta técnica permite reducir las múltiples dimensiones incluidas en el análisis a unos pocos componentes

principales. Cada componente principal es una combinación lineal de cada una de las variables incluidas en el análisis, y su ponderación depende de la varianza de la distribución de los casos (la ponderación es tal que la varianza es máxima). De esta forma, se decidió utilizar el valor del primer componente principal como un “índice de fortaleza estatal”, definido como la combinación lineal de las variables incluidas en la tabla 1. Creemos que esta estrategia es válida pues resultó que todas las variables incluidas en la tabla están altamente correlacionadas de manera positiva con el primer componente principal, y éste explica el 72.39% de la varianza total de los datos.

III. Resultados En el anexo de este artículo se encuentra la lista de los 78 países incluidos en este estudio con su correspondiente 10


Unidad Sociológica Número 6 Año 2 Enero 2016-Mayo 2016 Buenos Aires adelante retomamos este dato para pensar en una tipología en la que seguir profundizando.

índice de globalización e índice de fortaleza estatal, ordenados de acuerdo al índice de globalización. Los países se seleccionaron de acuerdo a la disponibilidad de información para construir ambos guarismos. Como dijimos en el apartado anterior, el primer indicador toma valores entre 0 y 100. En este caso, entre los países incluidos, el índice de globalización más bajo es 30.81 (ver tabla 2) y corresponde a Liberia, mientras que el valor más alto es 91.33 y corresponde a Países Bajos. Además, de los 78 países, 51 se encuentran por debajo del promedio en cuanto al índice de globalización se refiere. Por su parte, el índice de fortaleza estatal construido, según lo visto en el apartado anterior, de acuerdo a la técnica de análisis multivariado de componentes principales, quedó formado por valores que van de -1.65 (valor correspondiente a Liberia) a 2.19 (valor correspondiente a Dinamarca). En este caso, 46 países de la muestra se encuentran por debajo de la media de este indicador. Es de destacar, que sólo dos países latinoamericanos, Chile y Uruguay, se encuentran por encima de la media en el caso de los dos indicadores (Uruguay se encuentra justo en el límite en el caso del índice de globalización), el resto de los países de América Latina se encuentra por debajo. Un poco más

Tabla 2. Estadísticos descriptivos de las variables utilizadas

Fuente: Elaboración propia en base a KOF,WJP, Banco Mundial y CEPAL.

Al correlacionar ambos indicadores (globalización y fortaleza estatal) encontramos que la correlación es positiva e igual a 0.815, es decir, existe una fuerte relación positiva entre ambos fenómenos. Además, presentamos a continuación un gráfico de dispersión entre ambas variables (los ejes incluidos en el gráfico corresponden a las medias de ambas variables).

Gráfico 1. Gráfico de dispersión entre el índice de globalización y el índice de fortaleza estatal

Fuente: Elaboración propia en base a KOF,WJP, Banco Mundial y CEPAL. Notas: Los años utilizados para las distintas variables son: índice de globalización (2013), imperio de la ley (2012), gasto público con respecto al PBI (2010), recaudación fiscal con respecto al PBI (2009). Los ejes en el gráfico son las medias correspondientes a cada variable.

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Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI Es decir, la evidencia que encontramos indica claramente que cuanto mayor es la globalización, mayor es la fortaleza estatal. Este resultado parecería confirmar la tercera de las posturas teóricas desarrolladas en el apartado 1, aquella que postulaba que la globalización era un fenómeno importante que no debilita, sino que en muchos casos fortalece a los Estados nacionales. Entonces, ya sea porque se refuncionalizan (Sassen), porque se forman “Estados-red” (Castells), porque se amplían (O’Donnell) o porque tienen que garantizar la reproducción del capital (Osorio, Astarita), los Estados nación no se debilitan sino que incluso aumentan su fortaleza estatal a medida que aumenta su grado de globalización. En definitiva, la visión dominante en el debate teórico (primera postura) no parecería tener sustento empírico. Si bien excede los fines de este trabajo, observando a “simple vista” la ubicación de los países respecto a las medias de ambas variables, podríamos pensar en la existencia de cuatro tipos de países: • Aquellos abiertos (en términos de globalización) y con un Estado fuerte (cuadrante superior derecho), entre

los que se encuentran países como Dinamarca, Suecia y Finlandia. • Países abiertos con Estado débil (cuadrante inferior derecho), entre los que se encuentran países como Panamá, El Salvador y Ucrania. • Países cerrados con Estado fuerte (cuadrante superior izquierdo), entre los que se encuentran países como Japón, Corea y Botsuana. • Países cerrados con Estado débil (cuadrante inferior izquierdo), formado casi en su totalidad por países latinoamericanos y africanos, como Argentina, México y Etiopía. Parecería que los países menos globalizados y con Estados más débiles son los países más pobres (como Etiopía, Kenia, Liberia, etc.), mientras que los países más globalizados y con Estados más fuertes son los países más ricos (como Dinamarca, Finlandia, Austria, etc.). Para poder ilustrar mejor esto, agrupamos los países de acuerdo al valor del IDH (índice de desarrollo humano) según el método de Ward (máxima similitud con los miembros del grupo y máxima diferencia con los miembros de otros grupos). El resultado se muestra en el gráfico 2.

Gráfico 2. Gráfico de dispersión entre el IG y el IFE, con los países agrupados de acuerdo al IDH

Fuente: Elaboración propia en base a KOF,WJP, Banco Mundial, CEPAL y UNDP. Nota: el año del IDH utilizado es el de 2010. Los ejes en el gráfico son las medias correspondientes a cada variable.

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Unidad Sociológica Número 6 Año 2 Enero 2016-Mayo 2016 Buenos Aires Excepto por algunos casos excepcionales (como Argentina y Bielorrusia), vemos que el índice de globalización y el índice de fortaleza estatal van aumentando a medida que aumenta el nivel de desarrollo de los países. Aunque excede los objetivos de este trabajo, sería interesante indagar las causas (y el sentido de la causalidad) de esta relación. De hecho, Dreher (2006) arguye que existe una relación causal entre estas tres variables, pues la fortaleza institucional permitiría aprovechar los beneficios de la globalización económica.

usualmente usadas (aunque por separado) en la literatura. Definimos nuestro índice de fortaleza estatal, como la combinación lineal de determinadas variables, con una ponderación tal que maximizara la varianza de los casos (análisis de componentes principales). El resultado final fue que parece existir una fuerte relación positiva entre el grado de globalización y el grado de fortaleza estatal, rechazando de esta forma la visión predominante que existe en la literatura y respaldando las visiones heterodoxas de autores como Saskia Sassen, Manuel Castell, Guillermo O’Donnell, Jaime Osorio y Rolando Astarita, entre otros. Vemos, entonces, que las distinciones entre los Estados siguen existiendo, aunque no todos los Estados tienen el mismo poder y capacidad de influencia en la toma de decisiones a nivel mundial

¿Estamos asistiendo a la caída de las estructuras que han organizado nuestras sociedades desde hace cinco siglos, o por el contrario los Estados nación se están refuncionalizando para adaptarse a este fenómeno que ha dado en llamarse globalización?

Bibliografía Arceo, E. (2005). El impacto de la globalización en la periferia y las nuevas y viejas formas de la dependencia en América Latina. Cuadernos del CENDES, 22(60), 1–17. Astarita, R. (2006). Valor, mercado mundial y globalización. Buenos Aires: Kaicrón.

IV. Conclusiones

Belloni, P., y Wainer, A. (2014). El rol del capital extranjero y su inserción en la América del Sur posneoliberal. Problemas del Desarrollo, 177(45), 87–112.

La visión predominante en los estudios sobre globalización hace referencia a que ésta estaría minando la fortaleza de los Estados nación llegando, en algunos casos, a su misma desaparición. La importancia de este debate en términos de Política Comparada, teniendo en cuenta que el principal objeto de estudio de esta disciplina son los Estados nación (aunque no subestimamos la importancia de la comparación a nivel sub o supra nacional), nos llevó a preguntarnos si efectivamente los Estados se estaban debilitando con el aumento de su inserción en el mundo (a nivel económico, político y social) o bien se estaban transformando de formas que, incluso, los fortalecían. En este sentido, el debate teórico en torno a esta problemática nos permitió entender los mecanismos causales con que cada una de las posturas explica el debilitamiento o fortalecimiento de los Estados a medida que los países se globalizan. Así, realizamos un ejercicio empírico para analizar cuál de estas tres posturas se apegaba más a la evidencia empírica. Para ello, y a falta de un indicador multidimensional de la fortaleza de los Estados, construimos uno teniendo en cuenta el imperio de la ley, la intervención en la economía y la capacidad de financiamiento, variables

Brenta, N. (2008). Argentina atrapada: historia de las relaciones con el FMI 1956-2006. Buenos Aires: Ediciones Cooperativas. Castells, M. (2009). Globalización, Estado y sociedad civil: El nuevo contexto histórico de los derechos humanos. Isegoría, 22(22), 5–17. http://doi.org/10.3989/ isegoria.2000.i22.518 Dreher, A. (2006). Does globalization affect growth? Evidence from a new index of globalization. Applied Economics, 38(10), 1091–1110. http://doi. org/10.1080/00036840500392078 Hardt, M. y Negri, A. (2000). Empire. Cambridge: Harvard University Press. Held, D., y Mc Grew, A. (2000). The Great Globalization Debate: An Introduction. En D. Held y A. Mc Grew (Eds.), The Global Transformations Reader (pp. 1–45). Malden: Polity Press. 13


Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI

Anexo

Hirst, P., y Thompson, G. (1995). Globalization and the future of the nation state. Economy and Society, 24(3), 408–442. http://doi.org/10.1080/03085149500000017

Tabla 3. Lista de países con su índice de globalización e IFE correspondiente, ordenados de acuerdo al índice de globalización

Kébabdjian, G. (2006). Globalización: ¿Debilitamiento o Reconfiguración de los Estados-Nación en los países del norte?. Mundo Siglo XXI, (6), 19–31. Kellner, D. (2002). Theorizing Globalization. Sociological Theory, 20(3), 285–305. KOF. (2013). 2013 KOF Index of Globalization. Suiza: KOF Swiss Economic Institute. O’Donnell, G. (1998). Estado, democracia y globalización. Realidad Económica, (158), 7–20. Osorio, J. (2004). El Estado en el centro de la mundialización. La sociedad civil y el asunto del poder. México: Fondo de Cultura Económica. Sassen, S. (2003). The State and Interventions, 5(2), 241–248. org/10.1080/1369801031000112978

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Unidad Sociológica Número 6 Año 2 Enero 2016-Mayo 2016 Buenos Aires

Fuente: Elaboración propia en base a KOF,WJP, Banco Mundial y CEPAL.

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Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI

Los límites de la inclusión: Globalización, capitalismo neoliberal y políticas estatales de control fronterizo* Leonidas K. Cheliotis**

Introducción

responsabilidad por la seguridad y el bienestar hacia los hombros de los individuos privados. En realidad, sin embargo, y no muy diferente de la desterritorialización, la adopción de las ideas, ideales y políticas del capitalismo neoliberal es en última instancia el resultado de decisiones en gran medida autónomas tomadas por élites gobernantes nacionales a favor del capital local, a pesar de que los intereses, influencias y presiones externas de ningún modo pueden ser ignorados (Bourdieu y Wacquant, 1999; ver también Cheliotis y Xenakis, 2010; Cohen, 2006; Weiss, 1998). En efecto, la globalización en general y la desterritorializacion en particular son condiciones cruciales que los Estado-nación tienen que cumplir con el fin de lograr y sostener la neoliberalización de sus respectivas economías. Aunque, como Aihwa Ong (2006) lo demostró en su trabajo etnográfico en estados del Este y Sudeste Asiático, la doctrina del neoliberalismo es maleable en su aplicación, y de este modo es tomada de manera diferente por distintos regímenes – tales diferencias son otra prueba de que la soberanía del Estado-nación perdura–, un rasgo constante de las economías estatales neoliberalizadas es su estricta dependencia de las políticas y prácticas de desfronterización. No es simplemente que la pobreza extrema, las guerras, las persecuciones, los abusos de los derechos humanos y otras adversidades en varias partes del mundo se hayan combinado para dar lugar a un ejército de reserva global de trabajadores migrantes explotables, al cual los estados neoliberales pueden permitir entrar, regularmente o de otra manera, de acuerdo a las necesidades del mercado interno (De Giorgi, 2010). Así como los estados neoliberales más poderosos pueden estar dispuestos a relajar sus fronteras nacionales para “importar” mano de obra extranjera barata, estados neoliberales más débiles pueden estar dispuestos a hacer que dicha mano de obra esté fácilmente disponible al “exportar” debidamente trabajadores locales flexibles al extranjero. Un ejemplo ilustrativo de ello son los flujos de

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s imposible hablar sobre la globalización sin hacer referencia a las fronteras geográficas y a su control. En la medida en que la globalización consiste prácticamente en la mayor movilidad de capital y en el aumento de interconexiones internacionales fundamentales entre Estados-nación -siendo incorporadas en la economía global (Nelken, 2011)-, requiere necesariamente la alteración y la relajación de fronteras territoriales fuertemente arraigadas, o lo que se conoce en los estudios de referencia como el proceso de “desterritorialización”. Sin embargo, este proceso no debiera implicar una disminución de la soberanía estatal. En todo caso, como Wilson y Donnan (2012: 5) argumentan, el advenimiento de la globalización y de la desterritorialización coincidió con “más estados, más instituciones estatales, más intromisión del Estado en la vida cotidiana de ciudadanos y habitantes (a partir de la utilización de nuevas tecnologías), y más intervención estatal en la economía política global”. La persistencia y, de hecho, la expansión de los Estado-nación en la superficie de la globalización es quizás más evidente en aquellos países que han visto a sus economías someterse a la neoliberalización rápida y exhaustiva. En el triple sentido de flujos financieros desregulados, controles administrativos flexibles en el mercado de trabajo y gasto social recortado. Aquí la globalización es evocada para legitimar la entrega de las economías nacionales a los mercados financieros, en línea con el dogma del capitalismo neoliberal. Es decir, la neoliberalización de la economía es justificada como un mandato del destino; ya sea negativamente, como un sub-producto inevitable de las fuerzas invisibles de la globalización, o positivamente, como el único camino a la prosperidad individual y nacional en un ambiente de competencia en el mercado mundial. Esta doble teleología recalca los discursos que buscan naturalizar el viraje de la

* Este articulo se publicó originalmente como capítulo del libro Rethinking Border Control for a Globalising World (2015, Routledge), editado por Leanne Weber. Traducción realizada por Federico Luis Abiuso. ** Profesor adjunto de Criminología en el Departamento de Política Social, London School of Economics and Political Science. Editor del Brithish Journal of Criminology. Sus principales temas de investigación se agrupan en torno a la economia política y la psicologia social del castigo y la aplicación y las consecuencias de las políticas penales. 16


Unidad Sociológica Número 6 Año 2 Enero 2016-Mayo 2016 Buenos Aires trabajadores inmigrantes de las Filipinas a su vecina Malasia. En respuesta a las recientes escaseces en sus plantaciones locales y en las industrias de la construcción, Malasia ha atraído cada vez más a trabajadores inmigrantes baratos de las Filipinas. Además Malasia también depende de los filipinos para la provisión de trabajadores de servicios y empleadas domésticas en particular. De este modo, cuando la ayuda doméstica barata se convierte en una necesidad inevitable para un número cada vez mayor de familias de clase media malaya con dos ingresos que quieren alcanzar o conservar un estándar alto de vida, el estado filipino ha ido tan lejos como para hacer publicidad a nivel mundial del “valor de exportación” de las mujeres indígenas como trabajadores de servicios, naturalmente dotadas de disciplina y un sentido de responsabilidad, mientras estimulan a las mujeres, ellas mismas migrantes en potencia, a buscar trabajos en el extranjero porque sus ingresos van a ser necesitados por el país y sus familias (véase Ong, 2006; y también Ehrenreich y Hochschild, 2003). Sin lugar a dudas, el capitalismo estatal siempre ha dependido inextricablemente de la relajación selectiva de los controles fronterizos como un medio de facilitar la emigración e inmigración laboral masiva. Por ejemplo, como los historiadores económicos Timothy Hatton y Jefrey Williamson (2008) argumentan, una migración masiva mundial de una naturaleza no forzada se remonta a principios del siglo XIX, cuando alrededor de sesenta millones de europeos zarparon al abundante-en-recurso y escasa-mano-de-obra “Nuevo Mundo”, la mayoría de ellos en un intento por escapar de las empobrecidas condiciones de vida en las que se encontraban. Esto no quiere decir que la combinación de miseria económica en los países de origen, por un lado, y fronteras nacionales distendidas tanto en los países de origen y de acogida, por otro lado, provea una explicación suficiente para la magnitud de flujos migratorios no-forzados en cualquier momento dado. En todo caso, y en este punto siguiendo nuevamente a Hatton y Williamson (2008), las tasas de emigración pueden ser las más bajas de las regiones y los hogares más pobres dentro de un determinado país, incluso cuando las políticas de inmigración al extranjero son en gran medida liberales. Una importante variable aquí faltante es el avance en las tecnologías de transporte y comunicación, en la medida en que ayuda a reducir, aunque de ninguna manera erradicar, los costos y la incertidumbre de la migración. Los avances tecnológicos y su expansión geográfica son claves para entender, por ejemplo, cómo los trabajadores de las regiones pobres de Europa (Italia, Polonia, entre otras) empezaron a ser capaces de emigrar en grandes cantidades al “Nuevo Mundo” desde mediados del siglo XIX en adelante, y

cómo, a pesar de la existencia de políticas relativamente más estrictas de inmigración, una vasta extensión de trabajadores de países del denominado “Tercer Mundo” en Asia, África y América Latina han logrado llegar a las ricas e industrializadas naciones del “Primer Mundo” durante fines del siglo XX y comienzos del XXI.

La inclusión es parte del problema a ser resuelto, no parte de la solución, y aquellas intervenciones críticas que, en el campo de la política simbólica, tienen como objetivo avanzar hacia la «paz en la frontera» necesitan ajustar en consecuencia sus vocabularios y aparatos conceptuales. Por supuesto, con respecto a los migrantes irregulares en potencia (esto es, migrantes sin documentación), el acceso a cualquier tecnología avanzada o incluso básica de transporte, no es siempre una opción, de ahí que muchos acudan a caminar miles de millas. Tampoco el acceso a la tecnología del transporte necesariamente socava los riesgos que el cruce clandestino de fronteras supone a menudo para la vida de uno, ya sea debido a peligros naturales (por ejemplo, tempestades) o debido a las prácticas nocivas que las autoridades de la frontera adoptan en flagrante violación de la legislación internacional de derechos humanos (por ejemplo, el abandono en el mar; ver Amnesty International, 2012; Inda, 2006). Sin embargo, para la inmensa mayoría de migrantes irregulares, y especialmente para aquellos que inician su viaje desde países lejanos, la migración sería simplemente impensable sin una pizca de acceso a mejores tecnologías de transporte (véase Hernández-León, 2013). No es de extrañar que los informes críticos y los comentarios acerca de la relación entre globalización, capitalismo neoliberal y políticas y prácticas de control fronterizo, generalmente se centren en la variedad de esfuerzos nacionales e internacionales por dirigir los flujos de inmigrantes pobres a las economías avanzadas de Occidente. Además la idea central de esas obras tiende a girar en torno a la noción de exclusión física o geográfica, con los continentes y Estados-nación siendo típicamente descriptos como “fortalezas” impermeables (véase por 17


Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI ejemplo Carr, 2012). En este artículo se buscará demostrar que tales críticas son en un grado significativo inapropiadas. Como se ha mencionado anteriormente, esto no es sólo porque las políticas y prácticas excluyentes de control fronterizo son por diseño imperfectas en su eficacia sobre el terreno. Es también porque el fracaso de excluir total y permanentemente a los migrantes pobres de sus territorios nacionales es, de hecho, necesario para una variedad de proyectos de dominación político-económica, objetivos que en realidad se extienden más allá de los trabajadores migrantes en sí mismos a la sociedad general en su totalidad. Además, para que estos proyectos sean exitosos, la inclusión de los migrantes pobres necesita adoptar una combinación de formas específicas y determinables: si no escasa, al menos incompleta, en lo que hace a la provisión de los derechos y las prestaciones sociales y legales, sin embargo, rígida y dinámica en el campo del control carcelario. En este sentido, sugiero que la inclusión es parte del problema a ser resuelto, no parte de la solución, y aquellas intervenciones críticas que, en el campo de la política simbólica, tienen como objetivo avanzar hacia la “paz en la frontera” necesitan ajustar en consecuencia sus vocabularios y aparatos conceptuales.

Las ambiciones de la vida no pocas veces son expresadas en términos de movilidad, libre elección de lugar, el recorrer y ver el mundo; por el contrario, los miedos de la vida son referidos en términos de encierro en un lugar, falta de cambio, ser excluidos de sitios que otros pueden fácilmente atravesar, explorar y disfrutar. La “buena vida” es la vida en movimiento; más precisamente, la comodidad de estar seguro de la facilidad de trasladarse a cualquier lugar en caso de permanecer en no más satisfechos. La libertad llegó a significar sobre todo libertad de elección, y la elección adquirió, visiblemente, una dimensión espacial [...] La inmovilidad forzada, la condición de estar atado a un lugar y no poderlo abandonar, parece la más abominable, cruel y repulsiva situación; es la prohibición en blanco para desplazarse lo que vuelve a esa condición especialmente ofensiva. Ser prohibido es un símbolo más potente de impotencia e incapacitación –– y el más agudo de los dolores. (Bauman, 2000: 38-39)

Lo mismo puede decirse de la movilidad que se impone. Lo que permite encontrar satisfacción ontológica en el proceso de turismo, por ejemplo, es que los turistas “viajan porque quieren”, en oposición a los vagabundos, multitudes de refugiados e inmigrantes que viajan “porque no tienen otra elección soportable”. De hecho, como Bauman continua argumentando, “la vida de los turistas no sería la mitad de placentera de lo que es, sino hubiere alrededor vagabundos mostrándoles cómo sería una alternativa a esa vida” (Bauman, 1998: 94,98-99; ver también Salecl, 2004). Sin embargo, los análisis críticos del control fronterizo exageran frecuentemente la impermeabilidad de las fronteras nacionales, tratándolas estrictamente como estructuras lineales cuando son en realidad puntos de intensidad variable (Rahola, 2011; ver también Bourbeau, 2011). Al hacer eso, además, los análisis críticos del control fronterizo generalmente pasan por alto o socavan la importancia de la forma de movilidad migrante que es también forzada al interior de los territorios nacionales. De hecho, para explicar adecuadamente la porosidad de las fronteras nacionales uno tiene que desplazarse a un análisis que vaya más allá de considerar puramente los impedimentos prácticos del efectivo control fronterizo (por ejemplo, las fronteras extensas, la falta de recursos financieros), y examinar las funciones político-económicas facilitadas por los controles fronterizos, los cuales son diseñados para ser suficientemente inefectivos para permitir que la movilidad migrante forzada continúe al interior de los Estado-nación. Como fue mencionado anteriormente, los Estados capitalistas neoliberales necesitan relajar los controles fronterizos nacionales como medio de propiciar una inmigración masiva de mano de obra barata. De hecho, si la movilidad laboral migrante va a ser de alguna utilidad para los Estados receptores y sus ciudadanos, necesita extenderse al interior de los territorios nacionales. A

Fronteras Nacionales: Fronteras Porosas, Abundante Mano de Obra Barata Existe una fuerte tendencia entre los investigadores y comentaristas críticos de describir las políticas y prácticas sistemáticamente adoptadas de control fronterizo en las economías capitalistas neoliberales como procesos de “refronterización”; esto es, como intentos de solidificar las fronteras nacionales contra los flujos de migración global, y especialmente, frente a la inmigración de las zonas más pobres del mundo. A primera vista, podría parecer contrario a la intuición que sugiriese lo contrario. En la medida en que la libre movilidad se ha desarrollado como un sinónimo de la vida exitosa bajo las condiciones de la globalización neoliberal, uno podría razonablemente suponer que la inmovilidad, o al menos la exclusión del propio territorio nacional, es el destino reservado para aquellos expedidos de los denominados “estados fallidos” de todo el mundo. Que los migrantes irregulares sean frecuentemente forzados por las autoridades fronterizas a navegar zonas fronterizas de riesgo (por ejemplo Australia, Grecia y la frontera Estados Unidos-México), y que muchos de ellos mueran como resultado (véase Weber y Pickering, 2011), parece prestar apoyo a este argumento. La consideración de Zygmunt Bauman de la convergencia cultural entre los conceptos de libertad y movilidad espacial, y entre sus opuestos, es útil aquí: 18


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en el mercado de trabajo. Esto es porque las condiciones flexibilizadas de trabajo y el aumento de la precariedad laboral en particular, aseguran una mayor explotabilidad de la fuerza de trabajo. Este fenómeno es el que Pierre Bourdieu (1999: 125-26) describe con el término híbrido de “flexplotación”; concretamente, “un modo de dominación de nuevo [neoliberal] cuño, basado en la institución de un estado generalizado y permanente de inseguridad que tiende a obligar a los trabajadores a la sumisión, a la aceptación de la explotación”. En sí misma, la inseguridad laboral en el capitalismo neoliberal se incrementa aún más mediante la creación y el mantenimiento de un gran ejército de reserva de mano de obra. Al mismo tiempo, la eficacia de la inseguridad en el empleo como un mecanismo de control del trabajo es reforzada haciéndola cada vez más preferible a la perspectiva de desempleo a través de la reducción de las prestaciones sociales tanto para los que todavía están adentro del mercado de trabajo como para aquellos que esperan su inclusión fuera del mercado laboral. Las grandes extensiones de migrantes pobres del “Sur global” que continúan cruzando las fronteras porosas de los países neoliberalizados de Occidente (en el “Norte global”) en busca de un mejor futuro se prestan ellos mismos idealmente tanto como trabajadores explotables y como reservas entusiastas. Esto no es sólo debido a su pobreza y a su masividad, sino también comúnmente gracias a su condición de irregular, la cual automáticamente los excluye

modo de ilustración, así como los migrantes pobres necesitan estar aptos para desplazarse entre las áreas rurales y urbanas de acuerdo a las necesidades del mercado local, también necesitan estar capacitados de cruzar las fronteras invisibles y presuntamente rígidas de los barrios de negligencia donde generalmente residen, con miras a facilitar las vidas de los trabajadores ricos. Como Jock Young nos lo recuerda en su crítica de la tesis de la “ciudad dual” de la ecología humana, la razón por la cual los trabajadores pobres (por ejemplo, mucamas, enfermeras, taxistas y porteros) tienen permitido realizar regularmente su camino a través de las fronteras invisibles del gueto de Washington DC es porque “la disponibilidad de tal ‘ayuda’ barata […] habilita a las familias de dual carrera a continuar” (Young, 1999: 472). Sin embargo, la pobreza del migrante no es suficiente para dar cuenta de su explotabilidad en tanto mano de obra. Como argumento en el siguiente apartado, esto último se encuentra garantizado, o al menos, maximizado mediante el acompañamiento de la porosidad relativa de las fronteras nacionales y la movilidad de mano de obra migrante con la amenaza del encierro dentro de las fronteras rígidas de un sistema carcelario expansivo.

Fronteras Carcelarias: Fronteras Rígidas, Trabajo Flexible, Público Gestionable Un componente inherente a la neoliberalización de la economía es el relajamiento de los controles administrativos 19


Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI del acceso a todo lo que ha quedado de derechos laborales y asistencia social (véase Bigo 2002; Melossi 2003; Calavita 2005; Lawrence 2005; De Giorgi 2010; Lazaridis 2011, Brotherton and Barrios 2011; Sawyer and Blitz 2011). En ocasiones, las estrategias de control del trabajo migrante se asemejan a las tecnologías de encarcelamiento, o incluso de esclavitud. En Singapur y Malasia, por ejemplo, la mayoría de trabajadores domésticos extranjeros no tienen garantizados días de descanso, y, en cualquier caso, sus empleadores de clase media comúnmente los confinan al interior de la casa y en el interminable turno de labores domésticas al retener sus pasaportes y documentación de trabajo, bajo el pretexto de impedir que escapen (Ong, 2006: 201-205). En la enorme plantación de frutillas de Nea Manolada en Grecia, por su parte, los trabajadores migrantes agrícolas se han vistos obligados a vivir en cuarteles bajo condiciones degradantes y a pagar más de la mitad de su escaso salario a los empleadores en carácter de alquiler; una situación prolongada tolerada por los funcionarios del Ministerio de Trabajo griego y la cual sólo llego a la atención del gran público en 2013, cuando unos 200 trabajadores se vieron bajo fuego por capataces griegos que exigían seis meses de salarios impagos (véase Channel 4, 2013; más generalmente también Lawrence, 2005). Pero el encarcelamiento apropiado es incluso más significativo para el control de la mano de obra migrante, en particular debido al alcance de la intervención reguladora que permite. De acuerdo con lo que se conoce en la literatura penológica como el principio de “menor elegibilidad”, conforme al cual los trabajadores y desempleados pobres son controlados al ser constantemente amenazados con un destino peor que su pobreza - la inminente posibilidad de penas prolongadas de prisión por infracciones menores, y bajo condiciones más severas, las cuales añaden impulsos a la explotabilidad de los segmentos más marginalizados de la población en el mercado laboral - forzándolos tanto a aceptar cualquier condición disponible de trabajo en la sociedad libre como a la espera de su oportunidad de una manera disciplinada. En esta medida, y al menos en lo que concierne a los migrantes pobres, las implicancias político-económicas de la porosidad de las fronteras nacionales dependen de la rigidez de las fronteras carcelarias, ya sean las fronteras de las prisiones convencionales o aquellas de los centros de detención de inmigrantes. Para referirse a esta cuestión en términos de los estudios de la frontera, la desfronterización externa requiere la refronterización interna (véase Wacquant, 1999; Calavita, 2005; De Giorgi, 2010). Paralelamente en el amplio y creciente número de países alrededor del mundo que han visto sus economías someterse a la neoliberalización rápida y completa, el uso expandido del encarcelamiento convencional y de la detención de inmigrantes

contra los pobres lleva a cabo una función simbólica, si en última instancia todavía materialista, sobre el público en general. En este caso, el encarcelamiento es implementado por las élites gobernantes como un remedio catártico conveniente para un amplio rango de descontentos socio-económicos intensificados entre la ciudadanía: desde su propia inseguridad laboral a la propagación del desempleo, desde la pobreza y el hambre a las ansiedades ontológicas tales como no poder disfrutar sin restricciones de la movilidad espacial.

La imposición de dolor a través del uso del encarcelamiento contra otros más débiles se presta a sí misma como una salida políticamente conveniente para la descarga catártica de ansiedades obstinadas entre el público. Debe ser reiterado que lo que se presenta como las fuerzas “elusivas” de la globalización son evocadas como una justificación política para entregar las economías nacionales a los mercados financieros, así como para transferir la responsabilidad por la seguridad y el bienestar desde el Estado a los individuos privados, en línea con la ideología del capitalismo neoliberal. Sin embargo, en democracias multipartidarias, la mezcla de una disminución en la responsabilidad gubernamental y las inseguridades públicas permanentes puede generar una crisis de legitimación del orden político-partidario establecido, y eventualmente resultar en votar a favor de la oposición. A pesar de que esto no desafía necesariamente al capitalismo neoliberal como tal – pese a declaraciones contrarias, el capitalismo neoliberal puede ser adoptado igualmente por políticos de centro derecha o de centro izquierda (Wacquant, 2009)–, las elites neoliberales en ejercicio pueden enfrentar una posibilidad real de perder el poder. La imposición de dolor a través del uso del encarcelamiento contra otros más débiles se presta a sí misma como una salida políticamente conveniente para la descarga catártica de ansiedades obstinadas entre el público, mientras estas ansiedades son canalizadas a la resolución provista por el encarcelamiento mediante un discurso que aumenta y exacerba la preocupación por la delincuencia callejera violenta. En sí misma, esta última invita a una intervención estatal decisiva en la forma relativamente barata de expandir la práctica de encarcelación al sacar provecho de argumentos consolidados de racionalidad y moralidad; castigo, por ejemplo, a través 20


Unidad Sociológica Número 6 Año 2 Enero 2016-Mayo 2016 Buenos Aires del cual la inmovilización mediante el encierro de custodia es merecida para aquellos que supuestamente restringen la movilidad de otras personas al convertir los lugares públicos en “zonas peligrosas” o “zonas prohibidas”. Pero – y esto es crucial para el anterior proceso de desplazamiento de ansiedad –, la delincuencia callejera violenta también crea angustias adecuadamente análogas a las que resultan de las políticas socio-económicas neoliberales, incluyendo la reducida habilidad de ser geográficamente móvil debido al agotamiento de recursos privados. Dada la débil posición política que usualmente ocupan en la sociedad, la consecuencia en gran medida de las políticas socio-económicas injustas de orientación neoliberal (véase Cheliotis, 2013a; también Kubrin, et al, 2012) no debería ser una sorpresa que los extranjeros y los inmigrantes sean comúnmente chivos expiatorios teniendo la responsabilidad principal de los crímenes violentos en las calles. Este argumento se puede profundizar aún más: además del hecho de su inmovilización custodial, las condiciones inhumanas y degradantes bajo las cuales se los mantiene encarcelados a extranjeros e inmigrantes cumplen asimismo importantes funciones simbólicas en el dominio público y político. Es decir, tales condiciones ayudan inconscientemente a mitigar los malestares de la movilidad descendente y de los decrecientes estándares de vida del ciudadano promedio, reasegurando que continúan disfrutando de ventajas materiales sobre aquellos que se encuentran en la periferia de la sociedad. El argumento aquí no es tanto que los prisioneros sean retenidos bajo condiciones que permanecen inferiores a aquellas encontradas en libertad, como el principio de “menor elegibilidad” lo estipula, sino que la misma sociedad libre tiende a interpretar notoriamente las condiciones sub-estándares del encarcelamiento en términos de la superioridad personal y en grupo – como si fuera una forma de “mayor elegibilidad” (Cheliotis, 2013b). Por todos estos motivos, y a diferencia de lo que el discurso político dominante sugiere (y que investigadores criminológicos pertinentes frecuentemente toman por dado), hay en la práctica mucha menos determinación por parte de la elites neoliberales en ejercicio de reducir el número de extranjeros y migrantes al interior de las fronteras de sus respectivos estados-nación o, de hecho, de mejorar las condiciones de la inclusión extranjera e inmigrante, ya sea en la sociedad en general o tras los muros de las instituciones carcelarias. Allí parece haber una relación inversa entre, por un lado, las inseguridades socio-económicas y los concomitantes problemas de legitimación de los partidos gobernantes, y, por el otro, el grado de compromiso gubernamental de contrarrestar la infiltración de las fronteras nacionales, deportando poblaciones extranjeras y migrantes “excedentarias”, y mejorando las condiciones bajo las cuales se los retienen a

extranjeros y migrantes en prisiones convencionales y centros administrativos de detención. De hecho, sea por encargo o por omisión, los gobiernos parecen jugar frecuentemente un rol clave en mantener las cosas como están. El caso de Grecia – el principal punto de entrada para la migración irregular en la Unión Europea, pero también un país que proclama encarnarse como un arquetipo de la hospitalidad a los extraños – es elocuente. El extenso e infame alambre de púas cercado en la región de Evros fue construido con una demora inversamente proporcional a la urgencia atribuida por el discurso político dominante como medio de prevenir la inmigración irregular en Grecia a través de las fronteras continentales con Tur quía. De manera similar, aunque no parecen haber ocurrido en años recientes cambios sustanciales en el tamaño de la población migrante irregular residente en Grecia, el volumen anual de detenciones de migrantes irregulares en el país se redujo aproximadamente a la mitad entre 2008 y 2012. Además, mientras la duración legal máxima de detención al inmigrante se ha sometido a repetidas extensiones desde 2009 –de hecho, desde abril del 2014, los migrantes irregulares deben estar retenidos tan indefinidamente en Grecia en tanto su eventual deportación no se haya hecho todavía posible – se ha registrado en general una significativa tendencia decreciente en el volumen de las deportaciones realmente llevadas a cabo. A pesar de las críticas y censuras sostenidas por actores locales e internacionales, el Estado griego tampoco dejó de hacer, mientras tanto, uso excesivo de la detención de inmigrantes, ni buscó enfrentar las condiciones deplorables bajo las cuales los migrantes irregulares son retenidos en el país. Todo esto ayudó tanto a mantener un suficientemente grande ejército de reserva de mano de obra, cuanto a conservar un alto grado de explotación en el mercado laboral informal. Al mismo tiempo, le permitió a los partidos gobernantes gestionar un rango de descontentos entre el público en general, desde elevadas ansiedades socio-económicas a un incrementado enojo con las elites políticas; a la propagación de un sentido de humillación nacional ante las audiencias extranjeras desde que la crisis financiera golpeó a Grecia en 2009, y la posterior introducción de medidas de austeridad neoliberal a fin de satisfacer las condiciones de los rescates sucesivos (véase Cheliotis, 2014).

Más allá de la inclusión: para una Ética Global En democracias representativas, las preferencias del ciudadano promedio establecen límites al diseño e implementación de políticas gubernamentales (ver por ejemplo, Page y Shapiro, 1983; Gibson, 1992). Esto no 21


Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI debería llevar a implicar que las elites gobernantes cargan con una responsabilidad reducida para sus decisiones políticas. La insinuación aquí es más bien que cualquier esfuerzo para contrarrestar las injusticias inherentes a las políticas neoliberales de control fronterizo necesita incorporar intervenciones en el campo de las políticas simbólicas y participación directa en el debate público. Tales intervenciones, quisiera argumentar en lo que queda de este artículo, deben evitar las explicaciones engañosas y las prescripciones contraproductivas para las acciones ofrecidas por el discurso de la exclusión, tal como este es comúnmente empleado para criticar las políticas neoliberales de control fronterizo. “Paz en la frontera” requiere que a la dominación neoliberal se la lleve a un fin, no simplemente a la exclusión. El discurso de la exclusión no sólo socava el grado en el cual las fronteras nacionales son en realidad permeables; también reafirma la conveniencia del “interior”, excluyendo así análisis críticos, tanto de los términos de la inclusión como del orden político-económico subyacente (Allen, 2005a). De lo que sigue que la transición de la exclusión a la inclusión, el movimiento horizontal desde “afuera” hacía “adentro”, no puede tomarse en sentido literal como remedio a la dominación, lo cual es, después de todo, un problema de relaciones sociales verticales, de arriba hacia abajo (Allen, 2005b; ver también Philippopoulos-Mihalopoulos, 2008; PhilippopoulosMihalopoulos y FitzGerald, 2008). La inclusión puede ser, de hecho, una condición necesaria de la dominación: como fue explicado anteriormente, por ejemplo, la explotación de mano de obra sólo puede ocurrir en la medida en que un grupo suficientemente grande de trabajadores explotables “excedentarios” se haya hecho disponible dentro de un territorio determinado. Uno podría argumentar que la inclusión geográfica, en la medida en que ya se ha producido, al menos ofrece oportunidades concretas para la acción directa frente a las condiciones injustas de la inclusión socio-económica. Sea como fuere, las posibilidades de la conducta moral no están agotadas con la prevención de una mayor injusticia hacia los afectados que están en la mira o dentro del alcance. Bauman (1997) emite un llamado que trasciende los estrechos confines de la territorialidad, el microespacio donde se desarrollan los encuentros interpersonales y donde las demandas particulares de ayuda y justicia salen a la luz. En vez de contentarnos con actuar sobre otro presente, Bauman proclama, deberíamos reconocer nuestra responsabilidad por todos los casos posibles de sufrimiento humano e injusticia, ya sean próximos y visibles o no (Žižek, 2005). Pero podemos aumentar nuestras aspiraciones incluso más alto y combinar la generalización espacial de la ética con un desplazamiento temporal: desde expresiones prácticas

de empatía, después de haberse producido un acto con la necesidad de respuesta empática, a la prevención de tales actos en primer lugar. Sin embargo, la realización de uno o ambos mandatos está sujeta a permanecer como un ideal programático en la medida en que se encuentra estrechamente ligada a las potencias variables de la abstracción y la imaginación individual. A menos que los procesos socio-políticos que determinan qué es representado en el dominio público y bajo cuales términos – los muchos procesos que ubican limitaciones sobre la generalizada viabilidad de la abstracción y la imaginación – sean expuestos y redirigidos hacía inquietudes macro-éticas en una escala amplia y societal. Como Bourdieu (2008: 65) advierte, el reconocimiento formal de la responsabilidad personal por toda la humanidad necesita estar acompañado de una perseverante reflexión crítica acerca de las estructuras sociales en su totalidad, o bien uno deriva rápidamente en “moralismo como universalismo egoísta”; un discurso sensacionalista que deja la consciencia intacta y oscurece la necesidad de la intervención política (ver también Chouliaraki, 2006: 211-212). Sin embargo, la reflexión crítica presupone criterios típico-ideales con los cuales comparar y después de lo cual modelar arreglos sociales existentes. La pregunta inmediata no concierne simplemente al contenido constitutivo de los criterios a ser elegidos, sino más bien se extiende a las implicancias que tales elecciones conllevan para los objetos que han de evaluarse. En particular, ¿es posible apoyar leyes antropológicas dadas sin comprometerse con una normativa autoritarita – no diferente al discurso monolítico que legitima el neoliberalismo y allana el camino para la explotación laboral? La respuesta es que la realidad puede ser bien evaluada en referencia a los principios del universalismo que sí pretende fomentar siempre que se arrojó suficiente luz sobre su significado esencial (Bourdieu, 1998). Las raíces de la solidaridad humana, por ejemplo, se ubicarán al interior de estructuras de igualdad, y las raíces mismas de la igualdad dentro de estructuras que promueven diferencia más que uniformidad. Sin embargo, ante todo, dado que los seres humanos son particularmente proclives a aferrarse a narrativas ideológicas clasificatorias al sentirse enredados en situaciones intensas de inseguridad en cuanto a sus perspectivas de vida reales, incluyendo las situaciones que son creadas por el advenimiento de las políticas socio-económicas neoliberales, cualquier esfuerzo para contrarrestar las injusticias ejercidas por los controles fronterizos neoliberales necesita exponer al neoliberalismo tanto como el motor detrás de los controles fronterizos condicionalmente inclusivos, y en cuanto crea el contexto al interior del cual se les da más efectivamente apariencias de legitimidad a las injusticias de la inclusión. Una vez que tales avances hayan ocurrido en el campo 22


Unidad Sociológica Número 6 Año 2 Enero 2016-Mayo 2016 Buenos Aires de las políticas simbólicas, va a ser razonablemente posible presionar por políticas socio-económicas más justas – desde la creación de trabajo y elevadas protecciones contra la explotación en el mercado laboral, a considerablemente aumentados salarios mínimos, al acceso a suficiente bienestar, a impuestos progresivos sobre los ricos – a fin de empezar a revertir prácticamente las claras desigualdades de riqueza e ingreso dentro de los Estado-nación. Mientras tanto, internacionalmente ya no será utópico convocar a una nueva y más representativa autoridad financiera mundial que remplace a aquellas instituciones dominadas por Estados Unidos como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y la Organización Mundial del Comercio (véase Barry, 2005)

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Unidad Sociológica Número 6 Año 2 Enero 2016-Mayo 2016 Buenos Aires

Cuando los grupos primarios dejan de interactuar cara a cara (comunicación mediada por computadora) Alvaro Gascue*

La sociología ha dado un papel privilegiado en la socialización de los individuos a los grupos primarios y a los grupos de pertenencia partiendo de la premisa, entre otras más, de que los integrantes de los mismos interactúan cara a cara. ¿Qué ocurre cuando los integrantes de estos grupos se relacionan también o exclusivamente a través de comunicación mediada por computadora? La pregunta se ha vuelto pertinente desde que la tecnología ha hecho posible que las interacciones puedan tener lugar con independencia de la localización y del espacio temporal de los individuos intervinientes,de modo tal que es posible generar y sustentar grupos permanentes.En el presente artículo se abordan algunos aspectos teóricos relacionados con esta realidad al día de hoy ya no tan novedosa pero no por ello menos desafiante. PALABRAS CLAVE: Comunicación mediada por computadora - Grupo primario - Grupo de pertenencia -

Teoría social

The sociology has given a privileged role in the socialization of the individuals, to the primary groups and the ownership groups; based on the premise,between others,of that the members of the same ones interact face to face.What happens when the members of these groups relate also or exclusively across computer-mediated communication? The question has become pertinent since the technology has made posible that the interactions could take place with independence of the location and of the temporary space of the individual interveners, in a such way that is possible to generate and to sustain permanent groups. In the present article there are approached some theoretical aspects related to this reality in the day of today, already not so new but not for less challenging it. KEYWORDS: Computer-mediated communication - primary group - Ownership group – Social theory

Introducción – Comunicación, grupo primario y grupo de pertenencia La placa redonda que tenía en sus manos comenzó a brillar. Una luz débil azul la cruzó hasta tornarse morada y en ella podía verse la imagen de su hijo, que vivía al otro lado de la Tierra, y que también podía verla a ella.

G

E.M.Forster, La máquina se detiene (1909)

rupo primario y grupo de pertenencia, dos conceptos -cuya diferencia entre ambos estriba en que los grupos primarios no son elegidos por el individuo y los de pertenencia sí pueden serlopatrimonio de la tradición sociológica, han sido durante décadas un eficaz recurso explicativo del proceso de aprendizaje del comportamiento social por parte de las personas.

Cooley fue el primero que señaló el papel de los grupos primarios y de la interacción social haciendo hincapié en la acción comunicativa en el desarrollo de la personalidad. Así, en su modelo, el yo (self) se desarrolla dentro de un contexto de relaciones sociales, y en todas sus obras importantes afirma que el yo es social. Ese yo social el autor lo vincula con tres factores conductuales: el modo de imaginar la apariencia propia ante los demás, el modo de imaginar el juicio de los otros de esa apariencia, y una capacidad de tener sentimientos propios acerca del yo en el transcurso de la representación social (1909). La familia, el grupo deportivo y la vecindad íntima interesaron a Cooley, quien reconocía la ubicuidad de los grupos primarios en todas las organizaciones sociales. Alexander (1989) sugiere que el éxito de estos conceptos, grupo primario y grupo de pertenencia, de significativa capacidad explicativa, se consolida por la importancia que les dio posteriormente Parsons en su andamiaje teórico.

* Docente investigador perteneciente al Departamento de Teoría y Metodología de la Facultad de Información y Comunicación de la Universidad de la República (Uruguay) 25


Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI

Grupos primarios en la teoría clásica

en los que miles de personas se ven implicadas de manera aparentemente caótica y anónima tal como es el caso de la comunicación y la autocomunicación de masas1. A vía de ejemplo durante un largo tiempo primó la idea de que los mensajes publicitarios estaban dirigidos a un público numéricamente amplio, heterogéneo y geográficamente disperso, al que se influía básicamente por esta última razón, de manera directa. Este fue el razonamiento de Laswell (1938) que lo llevó a formular la teoría hipodérmica, el mensaje de los medios influía en las personas y si no lo hacía con eficacia era porque el mensaje estaba mal formulado. Sin embargo ya en una investigación, en este caso, acerca de los efectos de las campañas publicitarias presidenciales de 1940 sobre la decisión del voto de los habitantes del condado de Eri (Estados Unidos) Lazarsfeld, Berelson y Gaudet (1962) demostraron que los mensajes propagandísticos de los candidatos solamente eran atendidos por un pequeño número de líderes de opinión. Luego éstos influían en el voto de los amigos, parientes, vecinos o compañeros de trabajo. Lo que los autores están diciendo es que aún la comunicación masiva es tamizada por los grupos primarios o los de pertenencia2. Pero Bauman pone en duda explícitamente la eficacia de tal mecanismo cara a cara:

Timasheff (1961) sintetiza las características de ambos grupos al señalar que presentan una asociación íntima y cara a cara de sus integrantes, una alternancia de cooperación y antagonismos y un juego relativamente libre de los sentimientos a su interior. Pero en todos los casos y para todos los autores clásicos tanto los grupos primarios como los de pertenencia son siempre típicos grupos de interacción cara a cara. De hecho hasta la aparición de las comunidades o grupos de relación basados en comunicación mediada por computadora (en adelante CMC) nunca habían sufrido ambos conceptos un desafío tan drástico como el actual. Hoy es posible afirmar que a través de Internet o de la telefonía móvil se pueden constituir grupos primarios y de pertenencia cuya comunicación pasa por CMC con efectos equivalentes a las relaciones basadas en la comunicación cara a cara. Cada vez se ha hecho más evidente que la irrupción de esta modalidad de comunicación en los grupos primarios y de pertenencia no ha supuesto una sustitución sino que, por lo general, se manifiesta como una modalidad complementaria (Boase et al., 2006, Valkenburg y Peter, 2009, Bakardjieva, 2011). Es relevante además tomar en cuenta que éstos grupos a pesar de su pequeñez vertebran fenómenos colectivos

1 La comunicación de masas es la vehiculizada por los medios, la autocomunicación por los propios individuos. 2 Teoría de los dos pasos (tw step flow)

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Unidad Sociológica Número 6 Año 2 Enero 2016-Mayo 2016 Buenos Aires ’70 y los ’80 aparecen artefactos como el walkman, los diskettes, discos compactos, reproductores de videocasetes y DVD a los que podemos agregar el auge de la televisión por abono, marcando una nueva etapa en la que el sujeto se ubica como un consumidor individual. Con la consolidación de la computadora como medio de comunicación a mediados de los ’90 se evidencia una nueva fase relacionada con lo que podría etiquetarse como individualismo en red.

Paul Lazarsfeld escribió sobre los “líderes de opinión locales”, quienes filtran, evalúan y elaboran para los demás residentes locales los mensajes que llegan desde “afuera” a través de los medios de comunicación. Para cumplir esta función, los líderes locales debían hacerse oír por la localidad: necesitaban un ágora donde los locales pudieran reunirse a hablar y escuchar. En esa ágora, las voces de los líderes competían con las que venían de lejos y con su convicción eran capaces de sobreponerse a los recursos de la autoridad, debilitada por la distancia. Dudo que Lazarsfeld llegara a la misma conclusión si repitiera su estudio hoy, apenas medio siglo después. (Bauman,1999:36)

Con la consolidación de la computadora como medio de comunicación a mediados de los ’90 se evidencia una nueva fase relacionada con lo que podría etiquetarse como individualismo en red.

Esta nueva realidad que constata Bauman se potencia cuando la comunidad está sustentada en Internet. En efecto ¿qué ocurre con el proceso de formación de la opinión pública en las decisiones personales cívicas, de consumo o sentimentales cuando una parte del grupo de pertenencia o incluso todo el grupo no están localizados en un entorno basado en comunicaciones cara a cara?. ¿Pueden quienes se vinculan personalmente con el individuo seguir influyendo en sus decisiones del mismo modo que antes, ahora que puede existir como contrapeso otro grupo primario, que además, para desdicha de quienes pretenden influir, puede ser invisible a sus ojos?

Wellman (2000), quien acuñó esta última definición sostiene que aunque se suele pensar que la sociedad se organiza en grupos, en realidad se estructura en redes. En las sociedades organizadas en red, las fronteras son permeables, las interacciones se dan con terceros muy diversos, las conexiones alternan entre múltiples redes y las jerarquías pueden ser menos piramidales. Con el individualismo en red las personas se contactan más como individuos que como miembros de una familia o de una localidad.

Individualismo en red Desde hace más de dos décadas el estudio de la relación sociedad-Internet ha llevado a los investigadores de este campo a elaborar explicaciones teóricas que sobrepasan las contrastaciones empíricas acerca del uso y los efectos de las comunicaciones mediadas por computadora. Estas explicaciones desbordan la relación sociedad - Internet o telefonía móvil y han derivado en algunos de los supuestos que caracterizan a la sociedad informacional. El concepto de sociedad red es quizás el ejemplo más acabado de esto último. Desde la perspectiva de la sociología de la comunicación Cobo Romaní (2007) hace una síntesis de este proceso al sugerir que es interesante observar cómo la evolución histórica de los medios de comunicación masiva ha ido a la par de la transformación de la vida en sociedad. A comienzos del siglo XX, los principales medios de comunicación y propaganda (periódico y radio) apuntaban a la entonces llamada “masa”. A mediados del mismo siglo, la invención de la televisión –primero en blanco y negro y luego en color– consolida la formación de públicos, es decir, personas agrupadas en perfiles y con intereses en común. Entre los

Comunidades sustentadas en CMC, de virtuales a reales El primer investigador de las denominadas comunidades virtuales que alcanzó una difusión masiva fue Rheingold, cuya definición de comunidad virtual se ha vuelto clásica: Las comunidades virtuales son agregados sociales que surgen de la Red cuando una cantidad suficiente de personas lleva a cabo estas discusiones públicas durante un tiempo suficiente con suficientes sentimientos humanos como para formar redes de relaciones personales en el espacio cibernético. (Rheingold, 1996:20)

La investigación de Rheingold tiene lugar cuando en Internet las comunicaciones eran fundamentalmente asincrónicas y su insumo eran los tablones de noticias o de discusión, los e-mails y los MUD3. Wellman le sale al paso a Rheingold con una nueva 3 Zona de juegos de rol (RPG) en línea. 27


Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI establecidas tienen efectos sobre la vida de los individuos. Se trata de un continuo que abarca tanto las interacciones cara a cara como las sustentadas en comunicación mediada por computadora. Finalmente, dando un paso más, es posible afirmar que los lugares de encuentro en Internet se han convertido también en lugares reales. Pero, volviendo a la pregunta que nos hacíamos al principio del artículo, no debemos perder de vista que la característica de la comunicación cara a cara es solo una dimensión de los grupos primarios por lo cual todas las otras probablemente siguen vigentes. Esta afirmación constituye un buen punto de partida para seguir indagando al respecto en el futuro

definición que tiene algunas similitudes pero deja de lado el concepto de virtual: Defino comunidad como una red de relaciones interpersonales que provee sociabilidad, soporte, información, sentimiento de pertenencia e identidad social. No limitaría la definición de comunidad a vecindarios y villorrios. Esta es una buena precaución para esta época y especialmente pertinente para el siglo XXI. (Wellman, 2001:3)

Wellman, lejos ya de la época en que, en sus propias palabras, Internet era investigada como una terra ignota ha avanzado lo suficiente como para constatar que las redes sociales sustentadas en CMC presentan una alta correspondencia de integrantes con las redes cara a cara. Esta constatación abarca tanto a los listados de contactos de Facebook como los de la telefonía móvil. La CMC no reemplaza los medios existentes de comunicación, sino que provee una nueva forma de comunicación entre los sujetos a través de sus redes personales que incluso incrementa la interacción entre ellos. El último paso lo da Castells al afirmar que:

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En la práctica, los usuarios de Internet (la mayoría de la población en las sociedades avanzadas y una proporción cada vez mayor del Tercer Mundo) viven con Internet. Como se ha podido constatar en múltiples investigaciones, Internet, en sus distintas aplicaciones, es el tejido de la comunicación de nuestras vidas: para el trabajo, los contactos personales, la información, el entretenimiento, los servicios públicos, la política y la religión. (Castells, 2009:100)

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Algunas reflexiones finales Las definiciones clásicas de grupo primario y grupo de referencia, basadas en la interacción cara a cara, están en cuestión dado que al presente una parte de estas interacciones se sustentan en comunicaciones mediadas por computadora, interacciones que frecuentemente se realizan en tiempo real y forma cotidiana. Pero si bien la localización física y temporal de los actores ha empezado a perder peso no lo ha perdido el efecto social de sus interacciones. Esta constatación nos lleva de la mano a otra que es y seguirá siendo motivo de discusión, debate que abrieron en América Latina Gómez, Arvizu y Galindo (2005) al crear, en su momento, el término de realidad mediada por computadora dejando de lado la polarización realidad virtualidad. Comparto la idea de que ambos planos deben ser considerados como reales ya que las interacciones

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Unidad Sociológica Número 6 Año 2 Enero 2016-Mayo 2016 Buenos Aires Lazarsfeld, P., Berelson, B., Gaudet, H. (1962). El pueblo elige. Estudio del proceso de formación del voto durante una campaña presidencial. Buenos Aires: Ediciones 3. Rheingold, H. (1996). La comunidad virtual, una sociedad sin fronteras. Barcelona: Gedisa. Timasheff, N. S. (1961). La teoría sociológica, su naturaleza y su desarrollo. México DF: Fondo de Cultura Económica. Valkenburg, P., Peter, J. (2009). The Effects of Instant Messaging on the Quality of Adolescents’ Existing Friendships: A Longitudinal Study. Journal of Communication, 59 (1), 79-97. Wellman, B. (2000). El análisis estructural: del método y la metáfora a la teoría y la sustancia. Política y Sociedad,33, 11-40. Wellman, B. (2001). Physical Place and Cyber Place: The Rise of Personalized Networking. International Journal of Urban and Regional Research, 25, 227-252.

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Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI

Globalización y tecnologías digitales: un estado de situación Martín Ariel Gendler*

El presente artículo tiene como finalidad presentar un estado de situación de diversas problemáticas relacionadas con el actual proceso de globalización y las tecnologías digitales comprendiendo que ambas son co-constitutivas. Para ello, se realiza un recorrido por definiciones del término “globalización” analizando el lugar brindado a las TICS y comprendiendo a su vez el papel desarrollado por la lógica del neoliberalismo y del capital financiero en este proceso. Se plantea así una triada neoliberalismo-tecnologías-finanzas que sirve para comprender y elaborar un estado de situación respecto al actual proceso globalizador, focalizando en la producción global y en las configuraciones de Internet en diversos países. De este modo, se problematiza el papel y accionar desarrollado por Estados, empresas y sociedad civil en la lógica capitalista global actual. PALABRAS CLAVE: Globalización - TIC - producción - vigilancia - Estado

The purpose of this article is to present a status of various issues related to the current process of globalization and digital technologies realizing that both are co-constitutive. For this, we explore the definition of the term “globalization” to analyze the place that is given toTIC understanding the role played by the logic of neoliberalism and finance capital in this process.A triad neoliberalism-tecnologies-finance is setted to understand and develop a status report on the current globalization process, focusing on global production and Internet´s setting in various countries.Thus, the paper problematizes the role and action developed by governments, enterprises and civil society in today’s global capitalist logic. KEYWORDS: Globalization -TIC - production - surveillance - State

I. Introducción

económica, política, social y cultural que han trabajado y problematizado las diversas ciencias humanas y otras en las últimas tres décadas. Cabe destacar que el concepto “Globalización” como objeto de estudio académico e incluso a nivel coloquial/ cotidiano ha notado una baja de interés y repercusión en la última década. Diversos hechos coyunturales y nuevas teorías (Sociedad de la Información, capitalismo informacional, capitalismo cognitivo, sociedad de control, sociedad red, entre otras.) han tomado la posta en la carrera de las explicaciones de los diversos fenómenos relacionados con la globalización y las tecnologías digitales desplazando a este concepto, cuyas problemáticas instaladas en su apogeo distan de estar resueltas. El presente artículo tiene como finalidad presentar un estado de situación actual de diversas problemáticas relacionadas con la globalización y las tecnologías digitales comprendiendo que ambas son co-constitutivas.

D

esde hace ya varias décadas que vivimos la llamada “revolución de las tecnologías de la información y comunicación (TIC)”. Este proceso, iniciado con los postulados y planteos de la cibernética y cuyo punto inicial podemos signarlo en las Conferencias de Macy (1946-1953) ha ido sufriendo diversos cambios y modificaciones hasta alcanzar la potencialidad que vivimos hoy en día donde las tecnologías digitales han permeado las diversas esferas de la vida social, política, económica y cultural en las distintas sociedades de nuestro tiempo. El neoliberalismo como doctrina económica, como re-conversión de los sectores productivos y de los diversos Estados Nación, pero más bien pensado como una grilla de inteligibilidad (Foucault, 2007) ha acompañado este proceso forjando en su conjunción, principalmente tras la caída del Muro de Berlín, el (actual) proceso de Globalización

* Licenciado en Sociología (Universidad de Buenos Aires, Facultad de Ciencias Sociales) - Instituto de Investigaciones Gino Germani - Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas. 30


Unidad Sociológica Número 6 Año 2 Enero 2016-Mayo 2016 Buenos Aires

Si bien el campo de análisis es basto y muy amplio, para los fines de este artículo se enfoca principalmente en los cambios y el actual panorama del sector productivo y en las configuraciones de Internet en diversos países del globo (para abordar las relaciones entre los Estados, las empresas y los usuarios en estas configuraciones). Estos temas no serán analizados de forma aislada sino que se busca en todo momento detallar la interrelación entre los mismos y respecto del proceso de globalización actual.

americana” so riesgo de que el mundo se sumerja en el caos. La otra línea, a inicios de los 80, sería la postulada por Billy Brandt la cuál sostenía que el norte (“desarrollado”) y el sur (“en desarrollo”) tenían intereses recíprocos los cuáles son complementarios y por tanto se debe apuntar en una mayor integración económica, política y social entre esos dos polos para acortar la “brecha que los separa” en un proyecto que no tendría como actor hegemónico a EEUU sino a la Organización de Naciones Unidas (ONU). En ambos casos, los Estados Nacionales recortarían sus áreas de influencia y potestad, a favor de la guía estadounidense (primera línea) o de un árbitro internacional (segunda línea). Schooyans a su vez señala como pronto, y especialmente tras la caída del Muro de Berlín, mundialización empezaría a virar hacia un proyecto de integración (y dominio hegemónico) mayormente político y globalización hacia un carácter más específicamente económico, donde el proyecto retomaría el viejo enfoque de David Ricardo en torno a las ventajas comparativas de la economía de cada país en la cuál estos deberían especializarse para contribuir de ese modo a la “economía global”. Dentro del abanico de definiciones sobre Globalización,

II. Globalización ¿finalmente, que es? Siguiendo a Schooyans (2000) el término “globalización” surge en conjunto con el de “mundialización” ambos apuntando a la creciente interdependencia de las sociedades humanas a finales de la década del 60. Según el autor, dos líneas comenzaron a tomar fuerza al respecto: por un lado, la línea de Zbigniev Brzezinski en 1970 donde se postulaba que debido al rol protagónico en el bloque occidental y en el desarrollo tecnológico, EEUU debía asumir la conducción mundial consolidando el proyecto hegemónico de la “paz 31


Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI Mundial (2000) el cuál

podemos apreciar esta línea mayormente económica. Siguiendo al Fondo Monetario Internacional (FMI):

se propone aprovechar la fuerza de la acción colectiva para fomentar la responsabilidad cívica de las empresas de modo que éstas puedan contribuir a la solución de los retos que plantea la globalización. De esta forma, el sector puede ayudar a hacer realidad la visión del Secretario General: una economía mundial más sostenible e inclusiva. (Estatuto Pacto Global, 2000)

La “globalización” económica es un proceso histórico, el resultado de la innovación humana y el progreso tecnológico. Se refiere a la creciente integración de las economías de todo el mundo, especialmente a través del comercio y los flujos financieros. (…) El uso de este término se utiliza comúnmente desde los años ochenta, es decir, desde que los adelantos tecnológicos han facilitado y acelerado las transacciones internacionales comerciales y financieras. La globalización no es un fenómeno reciente. Algunos analistas sostienen que la economía mundial estaba tan globalizada hace 100 años como hoy. Sin embargo, nunca antes el comercio y los servicios financieros han estado tan desarrollados e integrados. El aspecto más sorprendente de este proceso es la integración de los mercados financieros, que ha sido posible gracias a las comunicaciones electrónicas modernas. (FMI, 2000)1

Esto nos permite entrever la importancia que comenzarían a tomar en este proceso las empresas privadas a nivel mundial como “actores globales”, especialmente las relacionadas a las TIC. Asimismo, estos procesos, especialmente focalizando en el auge del sector privado y en la reconversión de los Estados, son descriptos por Beck al analizar que la política de la globalización, no pretende solamente eliminar las trabas de los sindicatos, si no también las del Estado nacional; con otras palabras, pretende restar poder a la política estatal-nacional. La retórica de los representantes económicos más importantes en contra de la política social estatal y de sus valedores deja poco que desear en cuanto a claridad. Pretenden, en definitiva, desmantelar el aparato y las tareas estatales con vistas a la realización de la utopía del anarquismo mercantil del Estado mínimo. (Beck, 2011: 8)

Vemos así que el foco está puesto principalmente en la integración de los mercados y los flujos de capital (financiero) “más allá de las fronteras” y se destaca el papel de las tecnologías en la consecución de este proceso. Asimismo, se le pone un punto de partida (la década del 80) si bien se menciona que es un proceso que tiene “100 años”, la consolidación del proceso se da por la integración. Siguiendo a Serrano, la globalización se define como

Siguiendo al autor, estos procesos son acompañados de la instalación del “globalismo” como la doctrina dominante mayormente de tinte económico liberal en el marco de una “globalidad” la cuál postula una integración y pluralidad mundiales entre los distintos países a través principalmente de la interconexión generada por las TIC. Estas definiciones nos ayudan a poder componer el concepto actual hegemónico de Globalización, donde se habla principalmente de un proceso histórico que apunta principalmente a la integración e interconexión económica y financiera a nivel mundial facilitada (y propulsada) por la revolución, desarrollo e interpenetración de las TIC, donde se signan países “desarrollados” y “en desarrollo” (los cuáles deben intentar completar ese proceso de desarrollo en clara lógica positivista), proceso el cuál se rige (en forma de grilla de inteligibilidad) por una lógica globalística-neoliberal que reconfigura el papel y los alcances de los Estados Nación y abre el juego al sector privado global signando a su vez su papel preponderante. Asimismo este proceso tiene como hitos la crisis del petróleo de 1973 y la caída del muro de Berlín de 1989, los cuáles han sido retomados por múltiples teorías actuales como explicaciones de la caída del modelo estatal-welfarista y el inicio del “mundo unipolar”, el cuál

el proceso de interconexión financiera, económica, social, política y cultural que se acelera por el abaratamiento de los transportes y la incorporación en algunas instituciones (empresas, grupos sociales,...) y a nivel particular, de tecnologías de la información y de la comunicación (TIC) en un contexto de crisis económica (1973), de victoria política del capitalismo (1989) y de cuestionamiento cultural de los grandes ideales. (Serrano, 2006: 9).

Vemos aquí un panorama más amplio que el meramente atribuido a la integración económica. La palabra clave es la “interconexión” y nuevamente las tecnologías (en este caso las TIC) vuelven a tener un papel predominante. Asimismo, se nos indican dos “hitos históricos” donde se configuraría el actual proceso de globalización: la crisis del petróleo de 1973 y la caída del muro de Berlín en 1989. Cabe destacar que en el 2000, la ONU no solo apela a los Estados Nación como actores en un “mundo globalizado”, sino también da un lugar privilegiado al sector privado especialmente con el Pacto 1 El resaltado es propio. Cabe destacar que en la página del Banco Mundial la definición es casi idéntica.

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Unidad Sociológica Número 6 Año 2 Enero 2016-Mayo 2016 Buenos Aires comanda (directa o indirectamente) este proceso globalizador. Cabe mencionar aquí el análisis de Mayos (2011), el cuál realiza una genealogía de la globalización desde los primeros contactos de los pueblos pre-letrados para dar cuenta de que la globalización no es un fenómeno reciente y novedoso, sino que podemos hablar de diversos procesos y actores que han ido configurando lo que conocemos (y acabamos de definir) como el actual proceso globalizador.

de la lógica de la especulación financiera, brindando un mayor estímulo a la Investigación+Desarrollo (I+D) y comenzando el proceso de traslado de la producción industrial a países con mano de obra “con menor costo” en los países “en desarrollo” (Harvey, 1998) lo que permite empezar a entrever un carácter trasnacional de la producción. Asimismo, esto es acompañado de la desregulación de los mercados financieros y especialmente de las inversiones directas en el extranjero y transferencias de flujos monetarios, lo cuál es completamente estimulado por el nuevo formato que adquiere el Estado bajo la lógica neoliberal. Sumado a esto, los procesos de “toma de deuda externa” facilitados por la nueva coyuntura y fomentados por diversos Estados centrales en conjunción con el FMI y el Banco Mundial comienzan a expandirse por los países “en desarrollo” dando un mayor impulso al sector financiero y también creando una nueva herramienta de dependencia económica, política y social. Cabe destacar a su vez y retomando la definición de Globalización del FMI, la alusión al papel de las TIC en la veloz y segura transferencia de los flujos financieros como parte vital de este proceso. De este modo podemos ver como esta interrelación (e integración) entre el trío TIC-neoliberalismo-finanzas configura el actual proceso de Globalización al disponer de una lógica de maximización de las ganancias económicas (principalmente de sectores privados) fomentado y permitido por un Estado en proceso de retirada de la lógica keynesiana, motorizado y acelerado por las TIC (que a su vez son apuntadas como el principal foco de desarrollo post-fordista) que tiene su epicentro en que se permita que los flujos e inversiones de capital financiero puedan trasladarse sin trabas ni regulaciones a través de los distintos países del globo. En palabras de Castells (2001: 110), “el sector financiero es la fuerza que impulsa la formación de un mercado financiero global conectado electrónicamente, la fuente última de inversión y creación de valor de toda la economía” . Cabe asimismo destacar que este proceso consigue su mayor despliegue y expansión justamente al abordar el segundo hito: la caída del muro de Berlín, el fin de la Guerra Fría y el predominio de EEUU y del bloque occidental a nivel mundial, impulsores ambos de esta modalidad de globalización antes descripta.

III. Las TIC como sustento y motor de la globalización Múltiples teorías que analizan la relación entre sociedad, conocimiento y tecnologías digitales, entre las cuales podemos encontrar la teoría del Capitalismo Informacional (Castells, 2001, Valderrama 2012), Capitalismo Cognitivo (Rullani, 2004; Boutang, 2004), entre otras, nos hablan de que la Crisis del Petróleo de 1973, originada por el boicot de los países árabes de la OPEP al occidente keynesiano, instala tanto un punto de quiebre en el modelo del Estado de Bienestar fordista. El estancamiento de esta forma de producción capitalista sufre así su golpe de gracia, habilitando el campo para la instalación con fuerza de las teorías neoliberales que hasta ese momento se consideraban marginales (Foucault, 2007) y para que el foco se traslade hacia las TIC como motor de la producción. En palabras de De Charras (2006): El abandono del modelo industrial fondista y el Walfare State necesitaba algún nuevo punto de anclaje que oficiara de principio estructurante del nuevo desarrollo económico por venir y que a su vez, permitiera explicar la crisis en términos transicionales (…) Con el inicio de la crisis “posfordista” aparecen los primeros planteos futuristas que verán en la tecnología y su capacidad de almacenar, manipular y transmitir información no sólo una puerta de salida para el colapso económico, sino que también encontraban allí la llave que democratizaría a la sociedad. (pp. 28-29)

De este modo, poco a poco se iniciaría un proceso de reestructuración de la economía occidental y del rol del Estado en ella auspiciado tanto por el clivaje neoliberal como por el desarrollo y fomento acelerado de las TIC, los cuáles ambos convergerían en las finanzas y en el sector servicios. Por un lado la producción industrial comenzaría a mermar de diversas formas en los distintos países, focalizando en un proceso de terciarización de la economía (Villareal, 1985) vía cierre de fábricas, feroces ataques a sindicatos y crecimiento

IV. El ámbito productivo de las TIC: Una Nueva división del trabajo internacional En cuanto a la producción, las tecnologías (especialmente las de la información y comunicación) pasan a desempeñar un papel privilegiado en la economía post-fordista. Desde la década de 1970 la llamada “revolución de la tecnología de 33


Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI la información”, siguiendo a Castells (1995), lleva a cabo un proceso fundamental de reestructuración del sistema capitalista signado por los cambios en su modo de desarrollo, los cuales

—patentes, derechos de autor, licencias, contratos— o monopolistas la posibilidad de copiar, de imitar, de «reinventar», de aprender conocimientos de otros. En otros términos: el valor del conocimiento no es el fruto de su escasez —natural—, sino que se desprende únicamente de limitaciones estables, institucionalmente o de hecho, del acceso al conocimiento. (Rullani, 2004: 4).

son los dispositivos tecnológicos mediante los cuales el trabajo actúa sobre la materia para generar el producto, determinando en definitiva la cuantía y calidad del excedente. Cada modo de desarrollo se define por el elemento que es fundamental para fomentar la productividad en el proceso de producción. (Castells, 1995: 32)

Es decir, que el valor del conocimiento y por ende de los BI estará atado a una serie de restricciones artificiales que limiten su difusión o asignen valor a su replicabilidad.

El trío TIC-neoliberalismofinanzas configura el actual proceso de Globalización al disponer de una lógica de maximización de las ganancias económicas fomentado y permitido por un Estado en proceso de retirada

Destacando que en nuestra época predomine el modo de desarrollo informacional. Cabe mencionar que el modo de desarrollo penetra el conjunto de estructuras, instituciones y relaciones sociales, permeándolas. Este modo de desarrollo, define su cambio al producir un nuevo tipo de mercancías, los llamados Bienes Informacionales2 que constituyen: Bienes obtenidos en procesos cuya función de producción está signada por un importante peso relativo de los gastos (en capital o trabajo). En todos los casos se trata de bienes en cuya producción los costos de las materias y de la energía son despreciables frente a los de los conocimientos involucrados.(Zukerfeld, 2010: 3).

Las leyes y regulaciones relativas a la Propiedad Intelectual forjan y reglamentan estos cercamientos artificiales extendiéndose vía la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), la Organización Mundial de Comercio (OMC) y diversos Tratados bilaterales y multilaterales las pautas y reglas “mundiales” (o globales) a seguir (y castigos a aplicar por no seguirlas) para regular la producción informacional, el trabajo informacional y los bienes informacionales en los diversos países. Es importante entender estas cuestiones para analizar el viraje de la inversión en los países “desarrollados” en el elemento que más productividad brinda, destacándose principalmente la inversión en I+D en torno a bienes informacionales y el traslado de las industrias físicas a diversos países “en desarrollo” con una mano de obra más barata, que creen lo ideado por diversos centros especializados. El modelo Silicon Valley en EEUU o el caso de Ericsson y Tretapack en Suecia (Gendler, 2013) son plenos ejemplos de este nuevo modelo de negocios donde el centro especializado que ha ideado el producto o su marca obtiene el mayor porcentaje de su valor de cambio muy por encima de los productores o distribuidores. De esta manera queda estructurado un nuevo mapa en la división internacional del trabajo, contando por un lado con diversos países centrales donde mayormente su actividad

Esto no elimina la producción de bienes industriales sino que ésta queda relegada o subsumida ante la nueva producción informacional. Los BI primarios (Zukerfeld, 2010) compuestos puramente de información digital, tienen su materialidad en los Bits que los componen. Siguiendo el planteo de Cafassi (1998) no solamente los BI tienen materialidad, sino que cuentan con una característica particular que pone en jaque el sistema de valorización tradicional capitalista dado que los bits son fácilmente replicables sin pérdida de calidad o contenido con un costo tendiente a 0, lo que modifica de modo radical la tradicional valorización capitalista al ya no poder obtener un valor de cambio por cada réplica de producto producido (como era el caso de la producción en serie industrial). Por lo tanto, se emplean una multiplicidad de estrategias para volver redituables estos bienes fácilmente replicables y así asegurar su valoración y la obtención de ganancia. Siguiendo a Rullani: El valor de cambio del conocimiento está entonces enteramente ligado a la capacidad práctica de limitar su difusión libre, es decir, de limitar con medios jurídicos 2

De ahora en más, los llamaremos “BI”.

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Unidad Sociológica Número 6 Año 2 Enero 2016-Mayo 2016 Buenos Aires económica (y la de sus empresas privadas emblema) se enfoca en el fomento de I+D especialmente en relación al software, hardware y apps digitales, países “en desarrollo” donde la mano de obra es más barata para instalarse y poder fabricar lo antes planificado y otros países que vuelven a la vieja fórmula ricardeana de las ventajas comparativas (recordemos, parte fundamental de los postulados de la globalización para “contribuir a la economía global”) y que pasan mayormente a especializarse en su ventaja específica abandonando (con diversos matices) los proyectos de sustitución de importaciones o industrialización alcanzados o proyectados, ayudados por las diversas “recomendaciones” de organismos de crédito internacionales y otros actores financieros de peso. Cabe destacar que los países (y empresas) más beneficiados en este esquema son aquellos que invierten en I+D y cuya potestad de las patentes y de la propiedad intelectual les dan una predominancia en la productividad mundial sumamente considerable a la vez que les permiten disponer de herramientas legales para limitar o bloquear posible competencia por parte de otros países. Un ejemplo de esto son varios de los países “en desarrollo”, como la India, que poseen industrias de software y otros productos informáticos y cuya inversión de I+D en ellos no deja de ser para producir tecnologías y bienes informacionales que sean apropiados por las empresas y marcas que disponen de la propiedad intelectual. De esta manera, la lógica de la globalización actual genera que la producción de estos bienes informacionales en estos países “en desarrollo” no es muy distinta de la producción de bienes industriales de empresas multinacionales que ensamblan o fabrican también en su territorio.

Sumado a esto, los servidores “raíz”, es decir, aquellos que almacenan las direcciones DNS3 y permiten que una solicitud de ingreso a una página o aplicación pueda llevarse a cabo se encuentran localizados 10 de los 13 en EEUU, dos en Europa (Estocolmo y Holanda) y uno en Japón, lo que nos permite apreciar una distribución completamente desigual y concentrada de una parte vital en la navegación y tránsito de datos actual. No ahondaremos en este artículo sobre el proceso y recorrido de transferencia de datos4, sino que nos abocaremos a analizar como se reglamenta y “gobierna” la red. Para ello cabe destacar que los flujos que se transmiten a través de las TIC, principalmente en Internet, no son solo financieros, sino que principalmente lo que circula es información y datos tanto personales, comerciales y/o estratégicos de diversos individuos, empresas y Estados. Es menester comprender que los datos circulantes no solo son utilizados para fines comerciales (publicidad, nuevos productos, ofertas personalizadas, etc.) sino también con fines de control y vigilancia en una clara violación al principio/ concepto de Neutralidad de la Red (Gendler, 2015). En la circulación de estos datos es fundamental comprender el papel de los ISP (proveedores de servicio de Internet) como puerta de entrada y salida de los mismos a los distintos dispositivos tecnológicos, los cables submarinos antes mencionados, las páginas, redes sociales, aplicaciones, etc. a los que los internautas acceden, donde tienen ubicados sus servidores y sus sedes y las diversas reglamentaciones de los Estados sobre los usos y responsabilidades del utilizar Internet al interior de su territorio.

V. Internet Global: concentrando, gobernando y controlando

V.II Gobernando Por un lado, y siguiendo a Aspis (2015) uno de los modelos que fueron tomando fuerza hasta constituirse como el principal modelo de administración y reglamentación es el modelo multistakeholder (de múltiples actores) denominado “Foro de gobernanza de Internet”, el cuál trabaja en torno a las actividades y reglamentaciones necesarias para el “normal funcionamiento de Internet”. Este modelo surge en 2005 en la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la información, el cual consiste:

V.I Concentrando Ahora pasaremos a abordar el segundo estado de situación que refiere a la configuración de Internet en varios países representativos a nivel mundial. Si bien Internet surge como un proyecto con finalidades descentralizadoras, analizando la arquitectura de Internet (especialmente el nivel de la infraestructura) y siguiendo a Zukerfeld (2014) podemos encontrar que los flujos de datos circulan mayormente por los tendidos de cables submarinos intercontinentales. Estos, son propiedad de unas pocas empresas multinacionales con sede central en EEUU y otros países “desarrollados” (en algunos casos con participación Estatal) entre las cuáles se encuentran AT&T,Verisson y Global Crossing Network, por lo que podemos ver que el transporte de los datos e información está sumamente concentrado.

3 Sistema de nombres de dominio o DNS (por sus siglas en inglés) es un sistema de nomenclaturas cuya función más importante, es traducir nombres inteligibles para las personas en identificadores binarios asociados con los equipos conectados a la red, esto con el propósito de poder localizar y direccionar estos equipos mundialmente. Es decir que el servidor DNS traduce una dirección escrita por el usuario (por ejemplo www.google. com) en código binario que le permita guiar a los datos hacia el servidor destino (Google). 4 Para ello se recomienda Gendler, M (2015) “¿Que es la Neutralidad de la Red?: peligros y potencialidades” Revista Hipertextos Vol. 2, Nº4.

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Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI y/o que tienen un gran poder de decisión y acción en su gobernanza. Los Estados, reconfigurado su accionar tras la avanzada neoliberal, parecen muchas veces recular frente al sector privado, mientras que el 3er sector “la sociedad civil” sigue teniendo un papel más nominal que realmente activo en su gobernanza.

En el desarrollo e implementación de normas, reglas y decisiones en el marco de diferentes procesos que dan forma a la evolución de Internet dentro del marco o modelo de múltiples partes interesadas(…) Este modelo político de gobernabilidad sostiene que la participación en las actividades que son llevadas a cabo para administrar y gestionar Internet, juntamente con las decisiones sobre la agenda de los recursos tecnológicos, deben ser realizadas en pie de igualdad, paradigma que a sustento a una participación en principio abierta y plurilateral de diferentes sectores que debaten sobre aspectos específicos aún sin la producción de documentos concretos, vinculantes u operativos. (Aspis, 2015: 3)

V.III Controlando Como hemos visto, la infraestructura de Internet se encuentra fuertemente concentrada en lo que refiere al tránsito de flujos de información, en un sistema internacional donde los Estados deben consensuar con los privados (convertidos en sus pares) los reglamentos, estatutos y modos de acción respetando la lógica de la globalización actual. Sin embargo, al interior de cada país, los Estados tienen otro poder de decisión, reglamentación y de normatividad si bien las principales páginas, redes sociales, aplicaciones, etc. que son visitadas por todos los habitantes del globo son multinacionales y (generalmente) con sede en EEUU. Siguiendo los datos aportados por diversas fuentes periodísticas, por Martel (2015) y por la OpenNet Iniciative6 hemos armado un breve panorama mundial: China es un interesante caso de fuerte regionalismo en su configuración de Internet, al contar con una “muralla china informacional”, es decir, con un inmenso Firewall respecto a los contenidos y noticias provenientes de Occidente en pos de preservar la estabilidad del dominio político y social del Partido Comunista Chino. Asimismo podemos ver que China desarrolla una “Internet por duplicación” al reemplazar las principales redes sociales y aplicaciones occidentales por versiones propias, diseñadas con aval del Estado Chino y cuyos servidores se encuentran en este mismo país (es decir, regulado por leyes e intereses chinos). A su vez, en China está aplicado un modelo de censura automático complementado con un destacamento de “censores goburnamentales”. De este modo, el Estado chino dispone de diversos mecanismos de control y vigilancia que no solo son efectivos para controlar las actividades y acciones online de sus pobladores sino que su estructura permite a su vez que sus datos internos no caigan en manos de empresas y agencias de inteligencia occidentales (principalmente de EEUU). Rusia no reglamenta o ha prohibido el ingreso de redes

Para sintetizar, este Foro cuenta con la participación de Estados, empresas y organizaciones de la sociedad civil quienes en un supuesto “pie de igualdad” definen problemas y soluciones, establecen roles y responsabilidades para el desarrollo, monitoreo, implementación y evaluación de políticas. Aspis (2015) sostiene que si bien el modelo apunta a un proceso integrador que pueda operar sin concentración para fijar y resolver los temas que atañen a la utilización de Internet, el hecho de que las empresas multinacionales y los Estados tengan el mismo status de decisión no deja de ser algo novedoso y complejo que da pie a diversas controversias. Asimismo, la representación por parte de la sociedad civil muchas veces es escasa o nula. Cabe aclarar que si bien este modelo tiende a ser el hegemónico, esto no es una cuestión cerrada, ya que también tiene mucha fuerza y poder de decisión la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) de las Naciones Unidas, la cuál alberga a los Estados miembro y a 700 empresas del sector privado, pero solo concede voto a los primeros, dando voz consultiva pero no resolutiva a los segundos. De esta forma, la UIT representa en cierta medida los modelos de decisión más típicamente keynesianos donde los Estados tenían predominancia por sobre los demás actores, a diferencia de los Foros de Gobernanza de Internet cuya estructura y modalidad “en el mismo pie de igualdad” se “aggiorna” a los tiempos del actual modelo de globalización5. De este modo, vemos como el actual modelo de Internet tiene como protagonistas centrales a diversas empresas privadas que concentran el tráfico de los datos que circulan

6 La OpenNet Iniciative es una iniciativa conjunta de la Universidad de Toronto, el laboratorio ciudadano de de la Munk School of Foreign Affaires, el centro Berkamn de Internet y Sociedad de la universidad de Harvard y el grupo SecDev de Ottawa que realiza análisis regional y por países acerca de las configuraciones de Internet y de los registros sobre vigilancia y control en los mismos. Si bien se entiende que esta iniciativa conlleva un cierto sesgo en sus análisis, los datos que provee, especialmente de regiones como África, el mundo árabe y Rusia nos resultan sumamente útiles para el armado de este panorama. https://opennet.net/

5 No es casualidad que mientras se desarrolló la Conferencia de la Unión Internacional de Telecomunicaciones en 2013, donde se debatía un nuevo reglamento de telecomunicaciones entre los Estados miembro, Google (junto a CISCO, Microsoft, AT/T, y otras) desarrolló la iniciativa “Take Action” solicitando apoyo de los usuarios en repudio de un reglamento que solo consoliden y ratifiquen los Estados y deje de lado a las empresas y a la sociedad civil solicitando que el mismo se discuta “en otros ámbitos más horizontales”.

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Unidad Sociológica Número 6 Año 2 Enero 2016-Mayo 2016 Buenos Aires sociales, páginas, empresas y aplicaciones occidentales, el Estado ruso impulsa y fomenta la utilización de redes sociales y rusas (y por tanto con sus principales servidores en Rusia) en los ciudadanos del país. Cabe destacar que aquí no solo juega el fomento del Estado sino también un sentimiento patriótico ruso (anti-estadounidense) que se mantiene desde los tiempos de la Guerra Fría. Asimismo, la mayoría de los ISP rusos son estatales o tienen una fuerte participación del Estado, lo que ayuda al gobierno ruso a controlar los flujos de datos interno de sus ciudadanos y a limitar la transferencia de información que no desee ser compartida a Occidente. Sin embargo, la concentración a nivel infraestructura de los cables submarinos es el principal problema de soberanía informacional actual en Rusia. Es por eso que este país fue uno de los principales impulsores del grupo BRICS y de la construcción de un cable submarino propio. En EEUU, si bien el modelo aduce ser completamente abierto sin los controles vistos en los dos países mencionados anteriormente, cabe destacar que desde los atentados del 11 de septiembre de 2001, la Ley “USA PATRIOT” sancionada finalmente en 2006, permite al Estado mantener un control y vigilancia sobre sus ciudadanos “para prevenir el terrorismo”. Al estar radicadas las principales empresas y sus servidores en este país, EEUU puede asimismo disponer (solicitando o “pinchando”) de todos los flujos de datos a nivel mundial que circulan a través de redes sociales, páginas, aplicaciones, etc. radicadas en su territorio, lo cuál ha sido denunciado tanto por la filtración de los cables de Wikileaks en 2011 y por Snowden en 2013 para el espionaje de los ciudadanos y líderes de los diversos países del mundo como también se los propios ciudadanos y autoridades estadounidenses. En este caso, se cumple el postulado de Agamben (2005) donde el estado de excepción se vuelve ley ya que esta ley permite violar legalmente derechos, responsabilidades y seguros inscriptos tanto en la constitución estadounidense como en leyes y constituciones de otros países en vistas de “mantener la seguridad nacional” implementando un complejo sistema de vigilancia y control a nivel mundial, lo que nos da la pauta que el motor de la Globalización que significaron las TICS también se traduce en permitir que estas tecnologías sean una puerta de entrada (o de salida) de flujos de datos personales y estratégicos de los distintos países del globo y no solo de flujos financieros. Analizando otras regiones, podemos encontrar en los Estados Árabes condiciones muy desiguales en los distintos países, principalmente atendiendo tanto a la desigual penetración de Internet como a los tipos de censura política y técnica aplicada. Todos los países en mayor o menor grado comparten diversos parámetros sobre el bloqueo de

contenidos (principalmente imágenes y videos) considerados moralmente peligrosos o impropios siendo Arabia Saudita el que mayores acciones y reglamentaciones ha esgrimido al respecto. Asimismo, la mayoría de estos países dispone de censores contratados que se ocupan de clasificar y solicitar a los buscadores la imposibilidad de acceder a páginas que contengan los contenidos detallados anteriormente. Qatar es otro de los países que más control despliega solicitando registros periódicos de datos a los ISP que operan en su territorio y Egipto ha aprobado diversos reglamentos que permiten solicitar a las empresas norteamericanas los datos de tráfico y contenido de los flujos de las personas “sospechadas por terrorismo”, principalmente tras los hechos sucedidos en la llamada “primavera árabe”.

La arquitectura de Internet en los distintos países posee un gran protagonismo y peso por parte del Estado, pero este no deja de ser un Estado aggiornado a los tiempos y modelos globalizados. En el caso de África (excluyendo al norte árabe), tan solo Sudáfrica presenta parámetros de penetración y desarrollo de Internet similares a los de Europa o EEUU. El resto muestra una variedad enorme de panoramas, entre países con infraestructura en crecimiento ayudados por el boom de los teléfonos móviles hasta otros que apenas presentan un 1% de penetración para temas administrativos. En general los países no cuentan con desarrollos, páginas o servidores propios consumiendo las páginas, redes sociales y aplicaciones internacionales con sede en Europa y EEUU lo que muestra un fértil campo para que estas puedan operar sin problemas. Salvo el caso de Zimbabwe, Etiopía, Uganda y Nigeria que poseen diversas legislaciones, sistemas y acciones en pos del control de su población en el resto de los países africanos el papel de sus Estados en el control de los flujos de su Internet es mínimo dejando actuar libremente a las empresas multinacionales, situación agravada por la dependencia de cables submarinos de origen estadounidense y europeo. Europa, es un caso sumamente complejo y diverso debido a las diferentes reglamentaciones y acciones de cada país en particular en conjunción con las medidas de carácter colectivo que se discuten en el parlamento europeo. Asimismo, Europa es, después de EEUU, sede de múltiples 37


Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI la mayoría de los países latinoamericanos la información recolectada es accesible vía orden judicial teniendo a México y Colombia como principales excepciones. Respecto al accionar de las empresas multinacionales, la mayoría de las leyes latinoamericanas apenas contemplan su participación en la circulación y almacenamiento de los flujos de datos, centrándose principalmente en los ISP para esta labor y permitiendo que estos flujos puedan circular libremente hacia EEUU, Europa y otras sedes de los servidores de estas empresas, situación que se ve agravada por la dependencia respecto a cables submarinos de origen estadounidense y británico. En síntesis podemos ver diversos panoramas en los distintos países y regiones respecto a como está configurada la arquitectura de Internet y al control y accionar (o a su falta de) Estatal. Alcántara (2011) nos menciona que en estos temas el Estado obra por acción u omisión respecto a las normativas, regulaciones y a los accionares empresariales, signando que el hecho de que no haya una normativa específica también es una toma de posición por parte del Estado. Vemos así que en los diversos países y regiones los Estados algunas veces toman medidas para limitar el tráfico de flujos de datos hacia EEUU, etc. y otros que disponen de los servidores y por tanto pueden almacenar libremente su información, pero mayormente las medidas tomadas hacen foco en el control y vigilancia de sus propios habitantes y empresas más que como medida de resguardo ante el tránsito de flujo de datos hacia el exterior. En este sentido podemos ver que la arquitectura de Internet en los distintos países posee un gran protagonismo y peso por parte del Estado, pero este no deja de ser un Estado aggiornado a los tiempos y modelos globalizados, garante de la integración e interconexión de los flujos (financieros y otros), salvo en contadas excepciones.

empresas multinacionales (y sus servidores) que poseen un papel de peso en la gobernanza de Internet y en los flujos de datos (y su apropiación), concentrando también gran parte del flujo de datos circulante a nivel mundial. Cabe destacar que Gran Bretaña es parte integral de la llamada “alianza de los cinco ojos” debelada por Snowden7 cuya agencia de seguridad nacional GCHQ mantiene estrechas relaciones y actividades con la NSA estadounidense desde el inicio de la Guerra Fría. Asimismo en este país rigen diversas reglamentaciones para controlar el tráfico y actividades en Internet de sus ciudadanos. Asimismo, en Francia, Alemania, Italia, Finlandia y Polonia rigen desde 2002 diversas regulaciones que permiten a sus gobiernos acceder vía la información guardada por los ISP a los datos de tráfico y contenido generado por usuarios de ambos países sin mediar orden judicial alguna. El resto de los países muestra diversas diferencias, pasando por los modelos de España e Irlanda donde es necesario obtener una orden judicial hasta los casos de otros países donde la legislación al respecto parece ser más laxa. Cabe destacar que en todo el continente europeo existen múltiples reglamentaciones que permiten censurar y castigar las infracciones a bienes informacionales legislados por el copyright con una legislación similar a la de EEUU. En América Latina también la situación es diversa al interior de los distintos Estados si bien hay algunas líneas de toque a nivel regional. En el caso de Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Honduras, México y Panamá se reveló que estos países han accedido a licencias del programa “Da Vinci”8, software que permite acceder a contraseñas, mensajes y correos electrónicos, contactos, llamadas y audios de teléfono, micrófono y webcam, información de herramientas como Skype y otras plataformas de chat, posición geográfica en tiempo real, información almacenada en el disco duro, cada una de las teclas apretadas y clics del mouse, capturas de pantalla y sitios de Internet visitados. Asimismo, México dispone de normativas específicas para el acceso a datos sospechados de pertenecer o colaborar con redes de narcotráfico o terroristas y el Marco Civil de Internet de Brasil explicita que los ISP deben guardar la información circulante y hacerla accesible a pedido del Estado (Gendler, 2015). En Colombia se creó el sistema PUMA que permite el monitoreo de los flujos de datos por parte de autoridades militares y policiales y en Argentina el sistema SIBIOS permite al gobierno disponer de una importante base de datos biométricos de sus habitantes. Es destacable que en

VI. Conclusiones y reflexiones abiertas En este artículo hemos intentado recorrer y dejar un estado de situación del actual proceso de globalización, especialmente vinculándolo con las tecnologías (las TICS y las tecnologías digitales). Hemos recorrido diversas definiciones de Globalización y hemos visto como las TICS aparecen como un elemento sustancial para comprender la rápida y veloz expansión de los postulados, lógicas y accionares del actual proceso globalizador. Asimismo, hemos visto como las tecnologías en conjunción con los postulados neoliberales y el poderoso sector de las finanzas forman una especie de tríada a la cuál es necesario abordar para comprender los cambios, transformaciones, rupturas y continuidades respecto a procesos anteriores del capitalismo.

7 Los integrantes de dicha alianza son EEUU, Gran Bretaña, Nueva Zelanda, Canadá y Australia, estas últimas tres antiguas colonias británicas y actualmente miembros del Commonwealth, liderado por Gran Bretaña. 8 También se ha hecho referencia a contactos de Argentina, Guatemala, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela con la empresa proveedora de este software, sin mayores detalles.

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Bibliografía

Hemos a su vez abordado como es el proceso productivo actual que tiene a las tecnologías en su centro como principal motor de productividad, como ha sido una de las principales salidas al modelo fondista-keynesiano y las consecuencias de su favorecimiento, principalmente en lo que respecta a la geopolítica productiva. A su vez, hemos analizado como Internet presenta un panorama de fuerte concentración privada en su infraestructura, una gobernanza caracterizada por un “pie de igualdad” entre Estados y empresas (lo que marca también el importante papel que cumplen estas últimas en la economía mundial) y diversas estructuras nacionales caracterizadas por una (mayormente) fuerte presencia estatal en lo que refiere al control de los datos de sus propios ciudadanos, asegurando asimismo (por acción u omisión) que no se interrumpan esos flujos de datos que circulan hacia EEUU y Europa en pos de cumplir con los postulados de la lógica globalística-neoliberal acerca de su integración y su interconexión. De este modo podemos comprender como el papel de las TIC en el proceso globalizador no ha sido solo el de representar el motor de la economía post-fordista y el de acelerar los tiempos y disminuir las trabas para el tránsito de flujos de datos financieros, sino también de permitir y facilitar la transferencia de flujos de datos personales y estratégicos (hacia unos países y empresas y no otros) que en cierta medida, representan una gran herramienta para poder mantener la estabilidad del modelo capitalista global actual. Este panorama descrito nos muestra que muy lejos de estar saldadas las cuestiones relacionadas con la globalización y las tecnologías, estas se muestran plenamente presentes y cambiantes, configurando y re-configurando panoramas políticos, económicos y sociales en distintos países del mundo bajo las diversas lógicas y accionares que postula el actual proceso de globalización y sus diversos impulsores. Sin embargo, aunque el panorama parezca sumamente desesperanzador, también hay diversas resistencias que se manifiestan en este mundo global. Por cuestiones de espacio no nos fue posible realizar un panorama acerca de ellas, pero el hecho de que los países no se adapten al 100% a las lógicas imperantes (los “matices” que anteriormente contemplamos) sumado a diversas iniciativas de algunos Estados en pos de fomentar su soberanía informacional y al accionar de múltiples colectivos y movimientos sociales (Lago Martínez, Gendler y Méndez, 2015) que se apropian de las tecnologías digitales en su accionar así como de diversos movimientos de software libre (Gendler y Alonso, 2015) que proponen dispositivos, codificaciones y miradas alternativas a las hegemónicas nos permiten ver el par resistencia en estas relaciones de poder cada vez más globales y circulantes

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Unidad Sociológica Número 6 Año 2 Enero 2016-Mayo 2016 Buenos Aires

Modernidad y globalización: una perspectiva a través del turismo Bárbara Catalano y Laura Tottino*

Una de las consecuencias de la globalización se visualiza a través de los cada vez más veloces desplazamientos, siendo el turismo un tipo de movilidad que se acopla a este momento de la modernidad y posmodernidad. A través de este trabajo se esbozan algunas corrientes de abordajes sobre el turismo en un contexto de globalización, tratando visibilizar el poder que implican los movimientos de personas, de forma agregada, en una enmarañada sociedad transnacional. Se vislumbra este escenario móvil y líquido bajo la lente sobre los desplazamientos y las reconfiguraciones de las nuevas modalidades y tipologías de ejercer la práctica de turismo en la era de la post-industrialización. PALABRAS CLAVE: Turismo - Globalización - Modernidad - Movilidades

One of the consequences of globalization can be seen in the faster and faster movement of people, tourism being a type of mobility intimately connected to this moment of modernity and postmodernity.This work outlines approaches to tourism within the context of globalization, displaying the power of the movement of people as a contribution to a tangled transnational society.This scenario is found to be liquid and fluctuating in the journeys and reconfigurations of new ways and forms of tourism in the post-industrial era. KEYWORDS: Tourism - Globalization - Modernity - Mobilities

Consideraciones iniciales

agenda política. Así, los sólidos que se están disolviendo al momento de la sociedad fluida, son los vínculos entre las elecciones individuales y los proyectos y las acciones colectivas, es decir las estructuras de comunicación y coordinación entre políticas de vida individuales y las acciones políticas colectivas. No obstante es preciso señalar que todos los moldes que se rompen son reemplazados por otros, dado que la gente es liberada de sus viejas celdas sólo para ser censurada y reprendida si no logra situarse por medio de un esfuerzo dedicado, continuo y de por vida en un nuevo orden de “clases”3 (Bauman, 2003:12). En la modernidad, el tiempo y el espacio se separan y pueden ser analizados como categorías de estrategia y acción independientes. Por ello, cuando la distancia recorrida en una unidad de tiempo pasa a depender de la tecnología y de los medios de transportes, los límites heredados de la velocidad comienzan a transgredirse. Así es como la modernidad a través

L

as consecuencias de la globalización también se pueden identificar a través de una actividad económica y móvil como el turismo. La situación de movilidad1 actual que comienza a vislumbrarse en el sector de servicios turísticos, emerge de la disolución radical producto de aquellas rigideces acusadas de limitar la libertad individual de elegir y de actuar. Es decir que, la “disolución de los sólidos”2, que se mantiene como rasgo en la modernidad, tiene como uno de sus efectos, un nuevo significado y sobre todo, una nueva dirección o redirección. Uno de los efectos más importantes de ese cambio de dirección es la disolución de las fuerzas que pueden mantener el tema del orden y del sistema dentro de la 1 Bauman (2003) asocia levedad o liviandad con movilidad e inconstancia. 2 Bauman (2003) dice que, las primeras pautas sagradas que debían profanarse eran las lealtades tradicionales, los derechos y obligaciones acostumbrados que ataban de pies y manos, obstaculizaban los movimientos y constreñían la iniciativa. Para encarar seriamente la tarea de construir un nuevo orden.

3 Los individuos deben dedicarse a la tarea de usar su nueva libertad para encontrar el nicho apropiado y establecerse en él, siguiendo finalmente las reglas y modalidades de conductas correctas y adecuadas a esa ubicación. Para más detalle ver Bauman (2003: 12-13).

* Bárbara Catalano es Licenciada en turismo, Magister en Procesos de integración regional con énfasis en Mercosur, becaria doctoral Conicet, con sede en el Instituto de Investigaciones Gino Germani IIGG-UBA y docente en Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo. Laura Tottino es Licenciada en Sociología y Magister en Ciencias Sociales del Trabajo (UBA), Doctorando en Ciencias Sociales (UBA), Auxiliar investigador con Base en el Instituto de Investigaciones Gino Germani IIGG-UBA y docente en Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo 41


Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI

manifestaciones carentes de diferentes campos de las ciencias sociales, desde éste estudio el turismo es abordado como una forma de movilidad. Además, se entiende que la modernidad y la posmodernidad en las sociedades actuales también manifiestan sus síntomas a través de una práctica cada vez más presente y naturalizada como es la práctica turística. En consecuencia, éste artículo analiza al turismo y a su manifestación a través de estos hilos conductores o flujos turísticos en la forma de movimientos poblacionales en los últimos años en el mundo y en una región en particular, dado que avizoran cambios significativos en la forma de desarrollo que asume el turismo, por la cantidad de desplazamientos, que son cada vez más; y porque comienzan a surgir nuevas modalidades y características que delinean las nuevas tendencias de utilizar el tiempo libre y el ocio en la sociedad de post-organización o globalizada.

de sus atributos de flexibilidad y capacidad de expansión inicia un camino en busca del poder. Ese poder puede moverse con la velocidad electrónica y en la práctica se vuelve extraterritorial y ya no está atado y ni siquiera retenido por la resistencia del espacio. Bauman (2003: 33) señala que “la sociedad que ingresa el siglo XXI no es menos moderna que la que ingresa en el siglo XX; a lo sumo puede decirse que es más moderna de manera diferente”. Lo que la hace diferente es la capacidad de intensificar la productividad o competitividad. La globalización o más bien la post-globalización es la nueva forma que asume la modernidad y se refleja en las manifestaciones que presentan las distintas formas de movilidad. Puede que no exista un espacio y una actividad donde arraigarnos y cuando parece que lo encontramos, ese arraigo resulta que es frágil y con frecuencia se desvanece antes de que el proceso de anclaje concluya, lo que premedita que estamos en constante movimiento, en busca de una meta final. Hall, M. (2005) intenta integrar al turismo con otras formas de movilidades, como el turismo orientado por el ocio a través de distintas movilidades voluntarias. Si bien el estudio del turismo tiene criticas notables sobre la naturaleza de su investigación debido a una supuesta falta de teorización y

Hacia una comprensión del complejo fenómeno del turismo Comprender el presente y el futuro también implica una visión retrospectiva sobre el turismo antes de la 42


Unidad Sociológica Número 6 Año 2 Enero 2016-Mayo 2016 Buenos Aires conceptualizar la práctica plausible de ser concebida desde múltiples escalas de análisis5. Así, entrando en la era actual, el turismo aparece como un fenómeno característico de la globalización (Urry, 2004:152) y de la compresión del espacio-tiempo, producto de los rápidos flujos de viajeros y turistas que se desplazan físicamente de un lugar a otro. Ahora bien, es posible inferir desde los aspectos subjetivos del turismo ciertas líneas de continuidad con el entramado de los flujos turísticos desde la perspectiva global, por ello, a continuación, se aborda esta forma de movilidad, de manera agregada, a través de la sumatoria de los desplazamientos que se gestan desde una región de origen hacia un lugar de destino, con el fin de seguir la pauta de las formas en las que se desenvuelve la práctica turística desde la micro escala. En primer lugar, se define al turismo como el conjunto de actividades que realizan las personas a lo largo de un viaje que incluye un desplazamiento desde su lugar de residencia habitual hacia un lugar de destino, definición un tanto esquemática y orientada al enfoque sistémico que pregona la Organización Mundial del Turismo (OMT), organismo a través del cual se estipulan ciertas pautas regulatorias y discursos hegemónicos sobre los beneficios enormes del turismo para las sociedades, sobre todo de países en desarrollo. Profundizando aún más sobre el significado del turismo, se encuentra que constituye también una manifestación de cómo el trabajo y el descanso están organizados, en las sociedades modernas, como esferas separadas y reguladas de la práctica social6. De otro modo, existe una íntima relación entre la expansión empírica e ideológica de la sociedad moderna y las formas del ocio moderno entre las que se destaca el turismo y en particular el turismo internacional (MacCannell, 2003:5) extendiendo nuevamente el puente entre la esfera global y el nivel de la micro-sociología del turismo. El turismo como un fenómeno7 social, como algo que sucede y que puede ser observado, a través de una mirada

conformación de lo que se denomina globalización. Así, para entender de qué forma el turismo fue acompañando las configuraciones socio-históricas en las que se desenvuelven las sociedades, se precisa de un encuadre disciplinar mínimamente organizado. El turismo como fenómeno social se lo aborda desde una perspectiva amplia, que atraviesa distintos estratos y aspectos de la vida social actual. Se revisan las formas en las cuales el turismo permea otros campos de estudio tales como los procesos de integración en las sociedades globalizadas o bien particulares y complejos entramados que tejen los hilos conductores y flujos turísticos que salen a la luz en la posmodernidad junto a la circulación y movimiento de objetos, personas y capital característicos de la fase posterior al capitalismo organizado (Urry y Lash, 1998). La forma que asume el turismo actual se condice con los modos de producción capitalista característico de la postindustrialización, lo que hace posible encontrar ciertos orígenes en la antigüedad. Lejos de ser una institución reciente el turismo, pero más precisamente el viaje, como promotor de la actual denominación, constituyó, desde antaño, un elemento significativo de la vida económica y social (Lanquar, 1978). La historia griega, por ejemplo, ya había empezado a conceptualizar el ocio a raíz de ciertas experiencias sociales que se practicaban en los momentos en los que no se trabajaba. Así se concebían dos formas de ocio: el ocio cualificado, más profundo y rico, que se adquiere como parte de la educación y que conduce a un aprendizaje que es en sí mismo un goce (Cordero Ulate, 2006:25-26). Por otra parte, el ocio relacionado al descanso, a la reposición de fuerzas, con un fin utilitario, pensado para descansar y enfrentar nuevamente al trabajo. Para arribar a cierta contemplación de la sabiduría, la verdad, la bondad y la belleza era necesario una vida de ocio (Skholé) que no significaba no hacer nada, sino un estado de paz y contemplación creadora, según el ocio como vía del saber no utilitario, sino contemplativo (Munné, 2010: 40). Las prácticas del ocio se remontan a la antigüedad y desde ese entonces fueron evolucionando a la par de los hechos sociales cambiantes en cada periodo histórico. Pero junto al cambio en las prácticas también aparecen diversas concepciones sobre el ocio, sujetándose a ideologías y enfoques según cada contexto socio-histórico4. De este modo, junto a la evolución de las prácticas de los viajes, el transporte, la ampliación del sector de turismo y la forma de organizarlo, también evolucionan o presentan cambios las formas de abordaje y los modos de

5 En este marco es posible referir a Urry (2005:11-16) quien efectúa un repaso por los abordajes sobre el turismo a través de una revisión teórica basada en la recopilación de algunos estudiosos del tema tales como Boorstin en su análisis del pseudo-evento, Turner y Ash sobre el mundo restringido en el que se halla el turista, Cohen sobre la crítica a la forma simplista de concebir al turista, MacCannell, en relación a la autenticidad y la relación entre el turismo y el trabajo desde la teoría del ocio y finalmente el mismo Urry quien esboza su tesis sobre la construcción de la mirada del turismo a través del sentido de la contemplación y/o mirada. Por otra parte, es importante también la consideración sobre las diferentes escalas de análisis del turismo: micro y macro (Lanfant, 1980; Meethan, 2001; Salazar, 2006). 6 Urry (2003: 7) en su capítulo introductorio esquematizando ciertas características de la práctica del turismo explicita “el actuar como turista es una de las características definitorias de la condición moderna y está ligado a las transformaciones fundamentales del trabajo asalariado”. 7 El turismo puede ser visto como un fenómeno, lo que posibilita el conocimiento humano. Así, hablar de fenómeno turístico significa hablar de una acción que está teniendo lugar, que puede ser captada por la conciencia y que puede ser captada en sí (Netto, 2007: 88).

4 Por ejemplo, Munné (2010) en su apartado “las respuestas de la historia sobre el ocio” detalla de qué manera fue evolucionando cada enfoque histórico y especifica cómo la modernización aporta el quiebre con la concepción del uso social del tiempo, mientras que en el ocio moderno se priorizan las formas cuantitativas relativos a la utilización del tiempo.

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Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI crítica, funcional o analítica propone un esquema de elementos estructurales que determinan la consecución de ciertas pautas, pero que a su vez comprende subjetividades que podrían alterar la previsibilidad o el orden que delinean las prácticas sistematizadas. Desde la sociología del turismo se trata al fenómeno del turismo internacional como la forma conceptual y empírica a través de la cual las sociedades distintas se mezclan, se unen y conforman un tejido multicultural en el que convergen diversos usos, costumbres y tradiciones propias de cada población8. En los inicios de ésta actividad, predominan las tendencias cuantitativistas y economicistas del turismo, es decir que importa más la cantidad de viajes, desplazamientos y contribución económica a la economía de los países, que las transformaciones socio-culturales que presentan esos movimientos. Tal como lo manifiestan algunos autores, hubo un sesgo en la perspectiva económica que miraban a los flujos turísticos análogamente a los flujos monetarios o a los intercambios comerciales entre países (Lanfant, Allcock, & Bruner, 1995:26) y de hecho existe una balanza turística, no solamente refiriéndonos a los saldos entre divisas de países que intercambian servicios turísticos sino también como el saldo (negativo o positivo) resultado de una operación de sumatoria por medio de la cual a los turistas que ingresan y restamos los que salen9. Esta tendencia está cambiando sí, pero no es posible dejar de lado que existió y continúa perdurando una predominancia por el enfoque económico transversal a los periodos y que de hecho también se correlaciona con el supuesto de que el turismo representa otra forma más de reproducción del capitalismo actual (Cordero Ulate, 2006; Tottino, 2015). A pesar de que no es posible escapar a la predominancia del enfoque de la economía de mercado, que asimila las personas desplazadas a mercancías, y que contabiliza las salidas y las llegadas de turistas en las diversas sociedades como operaciones de importación-exportación obedeciendo a las leyes de la oferta y la demanda (Lanfant, 1980:18) se torna cercano y necesario la profundización en lo que estos flujos representan, es decir, poder ahondar en sobre cuáles son los lineamientos que rigen las relaciones sociales en las experiencias turísticas y una mayor comprensión sobre el tejido en el que se enmarca la red de actores y diversos elementos que tienen lugar e

interaccionan en el fenómeno del turismo internacional10.

8 Cabe mencionar a algunos clásicos y precursores en los estudio sobre el enfoque sociológico-antropológico del turismo tales como Lanfant (1980), MacCannel (1999), Smith (1989) y Urry (2004). 9 La balanza turística ve al turista como un número omitiendo o pasando por alto cuestiones intrínsecas a las relaciones sociales producto de la actividad y experiencia turística en sí. Sin embargo es el sesgo que ha predominado desde hace varios años.

10 Así, Lanfant (1980) también alude a una construcción conceptual inconsciente del turismo internacional en cuanto sistema de intercambio de sociedades. 11 Datos de llegadas de turistas internacionales a los países: Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Chile entre 2001 y 2013, correspondientes a un trabajo mayor sobre turismo e integración regional. (Catalano, 2014a).

Los flujos turísticos en un contexto de globalización Profundizar en las implicancias de la globalización a través de los desplazamientos en general y del turismo en particular, requiere en principio dar cuenta de la importancia que representan esos flujos y el crecimiento que se manifiesta en los últimos años y ello puede verse reflejado en los cuadros 1 y 2 donde se precisan cifras sobre la evolución en cantidades de desplazamientos por turistas internacionales en el mundo y en una región en particular . A pesar de que existen ciertos acontecimientos que alteran el crecimiento continuo del turismo, tales como los atentados del 11 de septiembre de 2001 o bien la crisis financiera internacional a finales de 2008, solo para dar algunos ejemplo, el turismo experimenta un crecimiento prácticamente ininterrumpido. Observándose que las llegadas de turistas internacionales a escala mundial pasan de 25 millones en 1950 a 278 millones en 1980, 527 millones en 1995 y 1.133 millones en 2014. De forma análoga, los ingresos por turismo internacional obtenidos por los destinos de todo el mundo pasan de 2.000 millones de dólares de los EE.UU. en 1950 a 104.000 millones en 1995 y 1.425.000 millones en 2014 (OMT, 2015). Luego, agudizando la lente en una región específica, conformada por los países del Cono Sur, subregión de América del Sur, se observan las cifras de turistas internacionales que recibe cada país entre los años 2002 y año 2013. El volumen de turistas, medidos en llegadas de turistas internacionales a cada país manifiesta un crecimiento considerable en el periodo estudiado con una tasa de crecimiento cercana al 6 % anual. La magnitud que cada país recibe en relación al resto se mantiene relativamente estable a lo largo de todo este periodo estudiado. De este modo, es posible advertir (Cuadro 1, Cuadro 2 y Gráfico 1) que el crecimiento de los viajes no parece estar en crisis, a pesar de que la distribución devele rasgos de desigualdad estructural inherentes a los sistemas de poder convencionales (Bianchi, 2003). No solo los flujos turísticos crecen cada vez más, sino que también se instala el tema en las agendas nacionales de cada país. A modo de ejemplo, en Argentina, en la última década comienza a ser política de estado de gran importancia (Aramburu, 2016) 11

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Unidad Sociológica Número 6 Año 2 Enero 2016-Mayo 2016 Buenos Aires

Cuadro 1. Cantidad de llegadas turistas internacionales por año (en millones).

Fuente: Elaboración propia en base a OMT. El dato correspondiente al 2030 corresponde a una predicción del mismo organismo.

Cuadro 2. Llegadas de turistas internacionales a Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Chile en el periodo 2002-2013

Fuente: Para Chile entre 2002-2008 Sernatur y para 2009-2013 OMT. Resto de los países OMT

Gráfico 1. Llegadas de turistas internacionales a Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Chile en el periodo 2002-2013

Fuente: Para Chile entre 2002-2008 Sernatur y para 2009-2013 OMT. Resto de los países OMT.

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Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI y hasta un tema estratégico para la comunidad científica12. Más aún, esta trascendencia que acarrea el turismo se plasma en instancias supranacionales, en particular en ciertos procesos de integración regional tales como el Mercosur, Comunidad Andina de Naciones o bien Unión Europea (Catalano, 2013). En estos casos el turismo empieza a ser un tema de discusión en las diferentes instancias de negociación internacional. Así, se observa que para el caso del Mercosur, se conforman y se llevan a cabo dos instancias de discusión intergubernamental, las Reuniones de Ministros de Turismo (RMTUR) y las Reuniones Especializadas de Turismo (RET) para tratar los temas que competen a los cuatro países del Mercosur13, en el desarrollo de la actividad (Catalano, 2014b). De este modo, se plasma lo significativo del turismo no solo en términos de volúmenes sino también en cuanto a la trascendencia política como tema de gran dinamismo en la agenda actual. Por otra parte, concibiendo a los flujos desde el enfoque de las movilidades, el turismo aparece como una tipología de movilidad temporal, distinta al de las migraciones, pero con aspectos en común (Backer & King, 2015; Hall, 2004). Los flujos turísticos en este sentido dan cuenta de las complejas relaciones de poder, desigualdades y formas de concebir a la nación y al territorio. Comprenden parte de los hilos conductores que engloban las movilidades, creando un sistema integrado, que puede ser observado desde distintas escalas. Como por ejemplo, desde las familias, micro, comunidad, nacional y desde un conjunto de países, o constelación de países unidos por los flujos de personas (Glick Schiller & Salazar, 2013) como son las personas que viajan por ocio denominados usualmente “turistas” o “pasajeros”. En este sentido se observa un dinamismo en relación a los desplazamientos y viajes realizados por las personas en todo el mundo, y la forma de estudio y abordaje sobre esos fenómenos deben acompañar las fluctuaciones que se manifiestan también producto de la globalización. Tal como lo planteaba Bauman (1999) podemos concebir a la globalización a través de las formas dicotómicas de utilización del tiempo libre que representan los turistas y los vagabundos. El movimiento y el auge en los desplazamientos resultan característicos de la modernidad (Urry & Lash, 1998) y a las transformaciones tecnológicas y profesionales que conducen al esplendor de los viajes. Ahora bien, parece característico o representativo de la post-modernidad, no tanto la cantidad o la forma de medición en término de volúmenes sino más bien la des-diferenciación de la sociedad y la fragmentación del consumo cultural y la proliferación estética que domina

la reflexividad del individuo, todo ello también percibido a través de los viajes y el turismo. La proliferación visual rige también las posibilidades de apreciación por parte del turista en las múltiples formas de contemplación en la actualidad. En consecuencia, se sostiene al igual que lo hace Cecconi (2011) “que en la actualidad el turismo atraviesa una profunda transformación cuyos rasgos más destacado son el incremento del número de ofertas, la diversificación de los destinos y la creciente multiplicación de las motivaciones que lo impulsan”. (2011:152). Así visto, los flujos poblacionales ya sea los migratorios como los turísticos constituyen movilidades sociales (Coles, Hall, & Duval, 2006) en constante crecimiento generando dinámicas complejas asociadas también a las formas en las que se observan los entramados característicos de la sociedad actual en un contexto de globalización. En dicho contexto se observa que “cambia la forma en que el turismo se presenta, siendo la fetichización14 y la exotización dos fenómenos de notable difusión que encuentran en la expansión del fenómeno de “marca” asociado con la promoción de destinos turísticos un punto clave para su desarrollo” (Cecconi, 2011:153). La comunicación con otros pueblos, con otras geografías, con otras culturas se vuelve una mercancía abriendo paso al turismo como una de las industrias más prósperas dado que moviliza millones de personas. En efecto el “turista” se transforma en un objeto de esa industria que organiza, traslada y aloja en hoteles que reproducen las costumbres y modo de vida de sus lugares de origen, exhibe la diversidad cultural, histórica y social bajo la forma de clichés estereotipados15, utilizando afiches y folletos que reducen la diversidad a contados paisajes y costumbres (Margulis, 2006:10). Por ello es necesario redefinir abordajes metodológicos a fin de que el objeto se ajuste una la realidad observable que permita esbozar conjeturas fundamentadas en trabajos teóricos y empíricos, dado que el capitalismo cambia rápidamente expandiéndose en el plano económico y geopolítico y se apoya en mercados como el turismo.

Las consecuencias de la globalización y el turismo Para ahondar en las consecuencias de la globalización a través del turismo es preciso discernir en diferentes niveles de análisis las implicancias que acarrea el fenómeno. En consecuencia, surge el siguiente interrogante ¿es posible referirnos al turismo como un fenómeno homogéneo? Responder a dicho interrogante 14 El fetichismo en Marx pone de manifiesto la vigencia de “decodificación engañosa”, es decir un proceso que Ricoeur denomina “robo de significación” y Ansat el funcionamiento de un “imaginario eficaz”. Véase Margulis (2006). 15 Las artesanías y las fiestas producto de la historia y la cultura, dotadas de utilidad y portadoras de importantes funciones simbólicas, se vacían de contenido al ser reducidos a meros objetos decorativos o a puro espectáculo. Consultar para más detalle Margulis (2006).

12 El CONICET incluye a Turismo en su Programa de Becas 2012, disponible on line: http://www.pulsoturistico.com.ar/mas_informacion. asp?id=63 13 En ocasiones también participan los representantes de los miembros asociados a estas reuniones.

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Unidad Sociológica Número 6 Año 2 Enero 2016-Mayo 2016 Buenos Aires requiere de una reconstrucción histórico cultural que comienza dando forma a un turismo organizado, de masas, posterior a la Revolución Industrial en donde se da inicio a la organización social del viaje y se llevan a cabo formas estandarizadas para poder regularlo y ordenarlo (Urry & Lash, 1998).

Según la metodología implementada por el MINTUR e INDEC a través de la ETI (Encuesta de Turismo Internacional) se definen los siguientes conceptos sobre los cuales se indaga a los turistas internacionales al momento de ingresar y egresar al país. Por “motivo principal del viaje” se entiende al motivo que determina la realización del viaje. Se habla de principal porque es frecuente encontrar situaciones en las que se combinan más de un motivo: ocio y negocios, visita a familiares y estudio, etc. Al observar las cifras evidenciamos que el dato estadístico nos provee de algo más que la cantidad de turistas o sus principales motivaciones. Estamos ante un cambio mundial que se ve reflejado en una reconfiguración de los viajes atravesado por nuevas tendencias, marcadas por el turismo alternativo en detrimento del turismo masificado16. Ante un crecimiento predestinado y esperado del turismo, la modalidad que predomina está en tendencia negativa. Esto demuestra que el turismo está tendiendo a diversificarse y a desmasificarse cada vez más y ello también es producto de la reflexividad estética (Urry & Lash, 1998). A pesar de que sigue predominando la categoría vacaciones y ocio, manifiesta un decrecimiento en términos comparativos, por ejemplo en relación a los viajes VFR17, que se encuentran dentro del segundo motivo. Como se observa a continuación, los viajes por esta motivación se han incrementado en los últimos años. Fenómeno que también lo ha abordado Larsen y Urry (2006) en “Mobilities, networks, geographies”, donde se menciona un cambio de paradigma en las concepciones de los viajes a través de una supuesta des-exotización del viaje que implica una cada vez mayor importancia a los viajes por motivos distintos al clásico: “búsqueda de lo exótico” que predomina en la literatura clásica que aborda las motivaciones del turista. En este sentido se presume que existe una tendencia a la socialización del turismo y se observan cada vez más viajes cuyos motivos principales radican en: visitar a amigos y familiares, asistir a eventos sociales, tales como casamientos, cumpleaños, festejar con los seres queridos días festivos tales como navidad o año nuevo (Larsen, Urry, & Axhausen, 2006). Podría atribuirse este fenómeno a la globalización también y a la proliferación de formas de realizar viajes atinentes a los cambios tecnológicos acelerados de los últimos años y a la compresión tiempo-distancia característica de la modernización y post-modernización (Harvey, 1990).

Parece característico o representativo de la postmodernidad, no- tanto la cantidad o la forma de medición en término de volúmenes sino más bien la desdiferenciación de la sociedad y la fragmentación del consumo cultural. En el momento del auge del turismo de masas es posible encontrar mayores patrones en común que permiten una sistematización de ciertos elementos que conforman el entramado del turismo. Pero a medida que el turismo empieza a crecer cada vez más, aparecen formas alternativas de turismo, y el viaje por vacaciones puede que pierda parte de su importancia y deja de ser un referente para el entendimiento de la condición de turista de muchas otras actividades sociales que también exigen viajar (Urry & Lash, 1998:363). Así como aparecen nuevas y múltiples formas de hacer turismo, se diversifica también todo el entramado de relaciones que subyace al fenómeno traduciéndose ello en las tendencias contemporáneas del turismo actual, cuyo mejor protagonista se encarna en el “post-turista” (Cohen, 2005). Por lo anterior se desprende la complejidad en la investigación del fenómeno del turismo abordado en una micro escala considerando la proliferación y múltiples formas de llevarlo a cabo a pesar de que persiste una predominancia del turismo estandarizado, u homogeneizado donde se llevan a cabo actividades y prácticas típicas, similares entre sí. Resulta complejo desgranar estas manifestaciones del post-turismo a través de las estadísticas oficiales. Sin embargo se visualiza cierta reconfiguración de los turistas en función de sus principales motivaciones. Para el caso de Argentina, por ejemplo, pueden observarse ciertos cambios, no solo en término de llegadas sino que, desagregando las motivaciones por viaje, se encuentra que existe un crecimiento mayor de los viajes por motivaciones distintas a la motivación “vacaciones/ocio/recreación”.

16 Para el caso no estaban tan errados Lash y Urry al arriesgarse a predecir que estábamos ante el “final del turismo” según su perspectiva al percibir los cambios en las modalidades predominantes de turismo (Urry & Lash, 1998). 17 Visita a familiares o amigos: se incluyen también aquí las visitas efectuadas para cuidar enfermos o asistir a exequias de familiares o amigos. (INDEC/MINTUR)

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Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI Como se observa (cuadro 3) se está ante un cambio de tendencias al que también se refiere Cohen (2005) quien analiza el traspaso de la modernidad a la posmodernidad a través del seguimiento de las transformaciones de las búsquedas de los turistas. El estudio del fenómeno turístico, en un contexto de globalización, es complejo porque por un lado, no desaparece el turista convencional, consumista,

estereotipado y predecible (Margulis, 2006), ni la estructura social de la visita turística, ni su carácter de ritual (MacCannell, 2003) ni las regularidades por las que es posible abstraer ciertos rasgos y generar pautas de conductas que remitan a una teoría del turista. Pero por otro lado, se está ante una diversificación en las formas de realizar turismo y en las principales motivaciones que lo impulsan, como lo demuestran los viajes por VFR.

Cuadro 3. Llegadas de turistas internacionales a aeropuerto internacional de Ezeiza y Aeroparque según motivo de viaje entre 2006-2014

Es importante destacar que a partir del año 2011 en se efectúa una modificación en la ETI a partir de la cual se incorpora la categoría de “estudio” en motivaciones y se desagrega la categoría “Negocios” diferenciando los viajes para asistir conferencias y congresos de otros negocios. A su vez se le agrega la “recreación” al primer motivo.

Fuente: elaboración propia en base a datos provistos por MINTUR.

Consideraciones finales

las nuevas formas y los cambios que se plasmaron en las formas de movilidad. Es importante analizar lo significativo del turismo, no solo en términos de volúmenes sino también en cuanto a la trascendencia política como tema de gran dinamismo en la agenda actual. Los flujos turísticos en este sentido dan cuenta de las complejas relaciones de poder, desigualdades y formas de concebir a la nación y al territorio y comprenden parte de los hilos conductores que engloban las movilidades, creando un sistema integrado, que

A modo de concluir, se observa que en la actualidad el turismo como sector de actividad económico, político y social se vuelve una arista más del extraordinario despliegue de procesos globales que moldean las experiencias sociales contemporáneas. Las consecuencias de la globalización también se evidencian en una actividad económica y móvil como el turismo y también a través de 48


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Bibliografía

puede ser observado desde distintas escalas. Junto a ello se evidencian múltiples formas de hacer turismo, se diversifica el entramado de relaciones que subyace al fenómeno, traduciéndose ello en las tendencias contemporáneas del turismo actual protagonizado por el nuevo turista, el “post-turista”, que se introduce en una era de reflexividad turística. Por ello es necesario continuar buceando sobre estas nuevas tendencias del turismo como consecuencia del proceso de globalización. Si bien a través de las estadísticas existentes en el sector se pueden identificar algunas motivaciones de viajes, los ingresos y egresos de turistas y el tiempo de estadía en el lugar de destino, es preciso indagar las nuevas y desestructuradas formas de alojarse en un destino turístico. Ya qué, a modo de ejemplo, se observa un abanico imposible de categorizar en cuanto a las modalidades y tipologías de alojamiento. La diversificación se identifica en las formas convencionales, tales como los hoteles boutiques, temáticos o hostels y en otras nuevas formas de alojamiento alternativas, no estipuladas en los registros de las recolecciones de estadísticas oficiales de turismo, tales como por ejemplo “couchsurfing” o “airbnb”. Estas nuevas modalidades representan conceptos novedosos en las formas de alojamiento más ligadas a la socialización característica de la que mencionan Larsen et al. (2006) en relación a que se presiente cada vez más una búsqueda al contacto social o vínculo más naturales y desestructurados con las personas en las experiencias de los viajes. Así, más allá del predominio incuestionable del turismo de masas y de la asociación del consumo con ese tipo de práctica se desentraña una serie de intercambios de culturas, sobre todo desde la parte aprehendedora del objeto de consumo que puede ser inherente a la condición de consumidor cultural. Tal como lo expone Valene Smith en Anfitriones e invitados “el comercio turístico no tiene por qué ser culturalmente perjudicial. Muchos turistas prefieren renunciar a la burbuja del turismo y buscar oportunidades de entrar en contacto personalmente con la gente de los lugares que visitan.” (1989:28). Así visto, las actividades de recreación o de paseo o de visitas a sitios clave pueden dibujar ciertos patrones a través de los cuales se propicien diferentes formas y profundidades de relacionamiento con la cultura local. Por lo anterior, se hace un esfuerzo visibilizar las nuevas coordenadas sobre las cuales se desenvuelven y desarrollan las diversas manifestaciones del turismo en la era de la globalización considerando además que es producto y consecuencia de las características de un mundo híper conectado, física y virtualmente, y que se encuentra en una cada vez mayor adaptación a los cambios que la tecnología genera en las formas de viajar y de percibir a la aldea global

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Un nuevo paradigma de “democracia”, una significativa consecuencia de la globalización Raúl Ernesto Rocha Gutiérrez*

A pesar de los múltiples análisis que se han hecho tanto de la “democracia” como de la “globalización”, estos términos polisémicos que hacen referencia a dos fenómenos sociopolíticos de vital importancia para la convivencia en el siglo XXI, siguen provocando el interés de los politólogos y de los cientistas sociales. De allí que en el presente trabajo se los vincule de una manera muy concreta: planteando la hipótesis de que ha surgido un nuevo paradigma de la “democracia” como una significativa consecuencia de la “globalización”. Para fundamentar dicha hipótesis se recuerdan, en primer lugar, tres enfoques clásicos para analizar el concepto “democracia”; en segundo lugar, se proponen cinco posibles caracterizaciones del fenómeno sociopolítico conocido como “globalización” y, finalmente, se trata de demostrar cómo ha influido la “globalización” en la “democracia” mediante un entrecruzamiento entre los enfoques para analizar la “democracia” y las caracterizaciones referidas a la “globalización” que se mencionan. PALABRAS CLAVE: Globalización - Democracia - Paradigma

In spite of the multiples analyses that have become so much of the “democracy” like of the “globalization”, these polysemics terms which they make reference to two sociopoliticals phenomena of vital importance for the coexistence in century XXI, continue causing the interest of the politicals and the socials scientists. From which in the present work one ties them of a very concrete way: raising the hypothesis that a new paradigm of the “democracy” like a significant consequence of the “globalization” has arisen. In order to base this hypothesis remember, in the first place, three classic approaches to analyze the concept “democracy”; secondly, five possible characterizations of the known sociopolitical phenomenon like “globalization” set out and, finally, it is to demonstrate how it has influenced the “globalization” in the “democracy” by mean a intersection between the approaches to analyze the “democracy” and the characterizations referred to the “globalization” that are mentioned. KEYWORDS: Globalization - Democracy - Paradigm

Introducción. Entrecruzamiento entre enfoques y caracterizaciones de dos términos polisémicos

importante para que surja un nuevo paradigma 1 en la interpretación del concepto “democracia”. O sea que ese nuevo paradigma constituye una significativa consecuencia de la “globalización” y, por lo tanto, entra en una relación de “inconmensurabilidad”2 con el paradigma tradicional de la “democracia”.

E

ntre una gran variedad de perspectivas de análisis posibles – dado su carácter de términos polisémicos, o sea que en ellos pueden reconocerse varios sentidos diferentes – para relacionar la “globalización” con la “democracia”, en el presente trabajo se realiza un entrecruzamiento entre tres enfoques clásicos para el análisis del concepto “democracia” y cinco caracterizaciones posibles del concepto “globalización”. De esta manera se pretende fundamentar la hipótesis de que la globalización ha ejercido sobre la sociedad de fines del siglo XX, e inicios del siglo XXI, una influencia muy

1 Se interpreta aquí “paradigma” en el primero de los sentidos fundamentales propuestos por Thomas Kuhn en la “Postdata” incluida en la segunda edición de su obra más divulgada: “constelación de creencias, valores, técnicas, etc. que comparten los miembros de una comunidad dada” (Kuhn, 1999:259). 2 De acuerdo con Ana Rosa Pérez Ransanz, estudiosa mexicana de la obra de Kuhn: “dos teorías son inconmensurables cuando están articuladas en lenguajes que no son completamente traducibles entre sí” (Pérez Ransanz, 1999:86). Esto es así porque como sostuviera Kuhn, en un texto dedicado al tema (“Conmensurabilidad, comparabilidad, comunicabilidad”): “Los significados son productos históricos, y cambian inevitablemente en el transcurso del tiempo cuando cambian las demandas sobre los términos que las poseen” (Kuhn, 1996:100-101).

* Doctor en Ciencias Sociales, UBA.Profesor Titular de Filosofía Social del Seminario Internacional Teológico Bautista. 51


Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI tiempo, según los distintos autores, utilizada. Estos usos son los tres siguientes: descriptivo (o sistemático), prescriptivo (o axiológico) e histórico” (Bobbio, 2014:188-189). A continuación, se hace una breve referencia a cada uno de esos tres usos, enriqueciendo el planteo de Bobbio con el de otros autores.

Para lograr el objetivo señalado, el trabajo se divide en tres partes. En la primera de ellas, se recuerdan tres enfoques clásicos para la realización de un análisis del concepto “democracia”. En la segunda, se enumeran y analizan cinco posibles caracterizaciones del concepto “globalización” que, al estar referidas a un fenómeno sociopolítico relativamente reciente, constituyen nada más que aproximaciones a lo que podrá ser en el futuro un estudio con mejor fundamentación desde una perspectiva diacrónica. En la tercera se propone un entrecruzamiento entre los enfoques y las caracterizaciones que se han abordado, con miras a demostrar la hipótesis sostenida.

1. De acuerdo con el uso descriptivo de la palabra Para referirse al uso descriptivo del término “democracia”, Bobbio se remite a la tradición de los clásicos, para quienes era “una de las tres posibles formas de gobierno en la tipología en la que las diversas formas de gobierno son clasificadas con base en el diverso número de gobernantes”. Más concretamente, Bobbio señala que es “la forma de gobierno en la que el poder es ejercido por todo el pueblo, o por el mayor número, o por muchos, y en cuanto tal se distingue de la monarquía y de la aristocracia en las que el poder es ejercido, respectivamente, por uno o por pocos” (ibid: 191). Luego, después de referirse a los aportes de Platón, Aristóteles, Polibio, Maquiavelo, Rousseau y otros autores respecto del uso descriptivo, Bobbio destaca el lugar que le da la taxonomía política contemporánea a la democracia, al sostener que le da una “importancia especial” al considerarla “uno de los dos polos en los que convergen, si bien en diversa medida y jamás completamente, todas las constituciones existentes” (ibid: 194). Otro célebre politólogo italiano, Giovanni Sartori, al referirse a la descripción de la democracia resalta que ella encierra tanto un aspecto positivo como un aspecto negativo. El positivo tiene que ver con el hecho de que

I. Tres enfoques para analizar el concepto “democracia” A pesar de ser un investigador especializado en Ciencia Política, Ignacio Molina, profesor de la Universidad Autónoma de Madrid, inicia su análisis sobre “democracia” en términos ampliamente conocidos por toda persona de mediana cultura: “Concepto nacido en Grecia para definir la forma de gobierno donde la autoridad se ejerce por una mayoría de los miembros de la comunidad política” (Molina, 1998:34). Sin embargo, tiempo atrás el politólogo Francis Sorauf en una obra que procuraba ser una introducción al campo de la Ciencia Política, ante la pregunta “¿qué entendemos por democracia?”, evaluaba que “Ningún grupo de científicos de la política – ya sea que se especialicen en filosofía política o no – llegaría fácilmente a un concepto unánime” (Sorauf, 1967:96). Y es que, conforme ya se hizo ver previamente, el término “democracia” es polisémico. Tal como lo hace ver, utilizando otra nomenclatura y en una obra de divulgación, Feliciano Blázquez: “El término ‘democracia’ es polivalente. Se habla de democracia orgánica, económica, social, jurídica, popular y liberal” (Blázquez, 1997:103, negritas añadidas). No obstante, abordar académicamente el concepto “democracia” resulta factible conforme se tome en cuenta su “contenido analítico” que, de acuerdo con lo expuesto por los sociólogos franceses Raymond Boudon y Francois Bourricaud, resulta “atestiguado por el lugar que ocupa en el vocabulario de los filósofos, de los politólogos y de los sociólogos” (Boudon; Bourricaud, 1993:171). Tomando en cuenta lo anterior, en este trabajo se analiza la “democracia” de acuerdo con la propuesta realizada por el reconocido jurista y filósofo Norberto Bobbio, o sea dentro del marco de la teoría de las formas de gobierno. Según Bobbio este enfoque metodológico hace posible “dividir el análisis siguiendo los diferentes usos en los cuales la teoría de las formas de gobierno ha sido de vez en vez, o al mismo

“Democracia es (. . .) una palabra bien sujeta a un significado originario, literal. De ahí que sea fácil definirla verbalmente. Democracia, literalmente, quiere decir ‘poder del pueblo’, que el poder pertenece al pueblo”. Sin embargo, inmediatamente después, Sartori hace ver el lado negativo, al poner en evidencia esta limitación: “Pero ésta no es nada más que una definición vocablo-a-vocablo que se limita a reproducir en un idioma conocido el significado griego del término” (Sartori, 1990: I, 25-26).

2. De acuerdo con el uso prescriptivo de la palabra Bobbio deja en claro por qué al uso prescriptivo también se lo puede concebir como “axiológico”, cuando señala que formular una tipología de las formas de gobierno, “no solamente implica un juicio absoluto sobre la conveniencia o inconveniencia de tal o cual forma frente a otras”. De allí que “la disputa en torno a la democracia no se refiere al 52


Unidad Sociológica Número 6 Año 2 Enero 2016-Mayo 2016 Buenos Aires tema de si la democracia es o no una forma buena o mala, sino que se extiende al tema de si sea mejor o peor que las otras, es decir, cuál sea su colocación en un ordenamiento axiológico” (Bobbio, 2014:198). Osvaldo Guariglia, con base en la obra de Bobbio que se ha estado citando y en un artículo de Miguel Ángel Bovero publicado por Diánoia en 1987 (“Sobre los fundamentos filosóficos de la democracia”), amplía sobre el uso prescriptivo diciendo que: “estuvo desde el comienzo ligado a las concepciones filosófico-políticas en torno al mejor gobierno, y conserva en su núcleo esta idea central de un régimen político orientado hacia lo bueno y lo justo.” (Guariglia, 1993:11)3

es polisémico. Joachim Hirsch, quien fuera profesor de la Universidad de Frankfurt, se refería, a fines del siglo pasado, a la multiplicidad de interpretaciones del concepto en los siguientes términos: “El concepto de ‘globalización’ está hoy en boca de todos, independiente de los puntos de vista políticos y teóricos que se adopten. Simultáneamente, son muy variadas las formas en que el fenómeno es interpretado” (Hirsch, 1997:9, negritas añadidas). Una situación que se mantiene después de dos décadas, sobre todo en cuanto a la ampliación que hizo Hirsch de su evaluación: “Para unos contiene una promesa de un mundo mejor y más pacífico, para otros, en cambio, se vincula con la idea del caos global. Como siempre la definición depende de las proposiciones teóricas y políticas asumidas” (ibid).

3. De acuerdo con el uso histórico de la palabra

La «globalización» hace referencia a una forma muy pulida de totalitarismo que consiste en un nivel de control insuperable gracias a la persuasión de la inexistencia de alternativas.

Al dar inicio a su tratamiento sobre el uso histórico, Bobbio advierte: “Durante siglos, por lo menos hasta Hegel, los mejores escritores políticos utilizaron la tipología de las formas de gobierno para trazar las líneas del desarrollo histórico de la humanidad, entendido como sucesión de una determinada constitución a otra de acuerdo con cierto ritmo” (Bobbio, 2014:204-205). Ahora bien, aunque en su texto “¿Qué es la democracia?”, Alain Touraine resalta que “de Benjamin Constant a Norberto Bobbio, sus principales teorizadores hicieron de la democracia un criterio central de la libertad del hombre moderno”, previamente había hecho notar cómo ha cambiado la interpretación sobre qué es la “democracia” conforme ha ido avanzando el tiempo. Sus palabras exactas son éstas: “La representación de la democracia ha cambiado desde el siglo XVIII”, ya que “la idea de nación quedó sustituida por la de pueblo, antes de que éste se transformara a su vez en la clase obrera.” (Touraine, 1994:319)4

Considerando lo expuesto por Hirsch en este trabajo se plantean cinco posibles caracterizaciones de “globalización”. Para ello se tomarán en cuenta básicamente lo que José Luis Orozco, profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México denominó en su exposición sobre el término “algunas de sus acepciones más relevantes” (Orozco; Dávila, 1997:192). Se tomarán en cuenta más que todo aquellas vinculadas más directamente con la manera de interpretar la “democracia”. Así como también otros trabajos que aparecen en la obra recopilada por Orozco, en compañía de Consuelo Dávila. Todo ello enriquecido con la perspectiva complementaria de autores que abordan la temática desde diversos puntos de vista.

II. Cinco posibles caracterizaciones de “globalización” De modo similar a lo que sucede con “democracia”, puede decirse que el término “globalización” también 3 De hecho, Bobbio al concluir su exposición sobre el uso prescriptivo señala dos argumentos que determinan la evaluación positiva de la democracia: “El argumento político se basa en una de las máximas de la experiencia más compartidas en el pensamiento político de todos los tiempos, de que quien detenta el poder tiende a abusar de él (. . .) Uno de los argumentos fuertes en favor de la democracia es que el pueblo no puede abusar del poder contra sí mismo (. . .) El argumento utilitarista es el que se basa en una máxima de la experiencia, aquella según la cual los mejores intérpretes del interés colectivo son quienes forman parte de la colectividad, de cuyo interés de trata, o sea, los mismos interesados, en este caso vox populi vox dei” (Bobbio, 2014:204). 4 Como había señalado tiempo atrás el profesor Leslie Lipson: “la democracia ha pasado a través de muchas fases y vicisitudes y aparecido bajo formas muy diferentes” (Lipson, 1969:10, negritas añadidas).

1. Recomposición de la hegemonía mundial La primera caracterización de la “globalización” tiene que ver con el hecho de que constituye una recomposición de la hegemonía mundial mediante la cual se ha producido una unión entre las esferas pública y privada bajo la hegemonía de los tres grandes centros de poder económico del mundo contemporáneo. Dicha recomposición se debe, básicamente, a tres factores. 53


Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI la idea de los Estados Unidos de Europa (. . .) el segundo se legitima a través de los Estados nacionales individuales” (Portinaro, 2003:161).

El primero de los factores reside en la consolidación militar y económica que obtuvo los Estados Unidos de Norteamérica con posterioridad a la Segunda Guerra Mundial. El segundo, en la interdependencia global surgida a raíz de la Comisión Trilateral creada a instancias norteamericanas en Tokio el 23 de octubre de 1973 y que en los últimos tiempos ha significado, según Paulino Arellanes, investigador de la Universidad de Puebla: “la presencia, fuerza y hegemonía que poseen Alemania Unificada, Estados Unidos y Japón en sus respectivas regiones geográficas-económicas: Europa Unida, Norteamérica y Asia-Pacífico” (ibid, 476). El tercero, en el incremento en el flujo de los capitales, bienes y servicios transnacionales conforme a los axiomas de la economía neoliberal y gracias al formidable desarrollo de la informática. axiomas de la economía neoliberal y gracias al formidable desarrollo de la informática.

3. Gobierno mundial ejercido de facto Con una modalidad de enunciación dubitativa, Orozco introduce esta caracterización que asume el carácter de fuerte denuncia: “Tal vez no sea exagerado conceder a organismos coordinadores como la Comisión Trilateral o el Grupo de los Siete el rango de Junta Directiva de facto de la economía mundial”. Un concepto que el académico mexicano amplía al decir: “el Estado transnacional fuerte adopta políticamente la forma de la dictadura privada que decide no sólo la política económica, financiera, industrial o de los medios de comunicación, sino la misma política social y nacional” (Orozco; Dávila, 1997: 198, negritas añadidas). La situación descrita por Orozco llevó a José Antonio Sanahuja, investigador del Centro de Investigación para la Paz de Madrid, a presentar en 1994 un informe titulado Cambio de rumbo: propuestas para la transformación del Banco Mundial y del FMI. Con base en dicho informe, el autor escribió el artículo “Globalización y democracia: propuestas para democratizar las instituciones financieras internacionales”. En el mismo sostuvo, en tono complementario al texto de Orozco:

2.Desmantelamiento del modelo político “Estado-nación” La segunda caracterización de la “globalización” es la referida al desmantelamiento del modelo político “Estado-nación”. Y es que dada la crisis en la que han entrado las instituciones políticas contemporáneas debido a la declinación de los paradigmas propios de la modernidad, según Orozco “la postmodernidad5 exige ‘nuevos comportamientos y nuevas instituciones’” (ibid, 195). Entre estas nuevas instituciones se encuentra el “estado regional” que, conforme a Arellanes, “se refiere en contraposición al Estado-Nación, como un nuevo concepto relacionado con la región, como nuevo sujeto jurídico internacional y como nuevo actor político” (ibid, 131). Como bien aclara con posterioridad Arellanes, el Estado regional “tiene significados y connotaciones más económicas que políticas (. . .) es el resultado de la suma, de las interacciones, de la multiplicación de los espacios territoriales de los Estados-nación, de sus mercados nacionales” (ibid). El mejor ejemplo de esa nueva configuración política que se ha denominado “estado regional” lo constituye la Unión Europea. En la cual, el académico italiano Pier Paolo Portinaro identifica un “dualismo entre Estado supranacional y Estado de nacionalidad” que explica del siguiente modo: “las instituciones de la Unión funcionan sobre la base de un doble principio de legitimidad que puede ejemplificarse en la contraposición entre Parlamento y Consejo europeo (...) el primero de ellos da expresión a

¿cuál es el significado real de la democracia cuando el Estado se va convirtiendo paulatinamente en una ‘cáscara vacía’ sin capacidad de tomar decisiones sobre aspectos vitales para la vida y el bienestar de sus ciudadanos, y cuando dichas decisiones quedan al albur de las fuerzas que actúan en el mercado mundial? (Sanahuja, 1994:3).

4. Forma muy pulida de totalitarismo Estrechamente vinculada con la anterior, la cuarta caracterización de la “globalización” hace referencia a una forma muy pulida de totalitarismo6 que consiste en un nivel de control insuperable gracias a la persuasión de la inexistencia de alternativas. Como sostiene Orozco: “Postular un pensamiento inexpugnable por su vinculación directa con las finanzas y la tecnología en su fase contemporánea significa (. . .) alcanzar un nivel de control apenas si soñado por los voluntarismos rústicos del siglo XX” (Orozco; Dávila, 1997:200). Como expresa la docente mexicana Verónica Ramona Ruiz Arriaga, el mecanismo ideológico utilizado por la globalización “nos convence del carácter extremadamente

5 “Para el filósofo alemán de la segunda generación de la escuela de Francfort Jürgen Habermas, la posmodernidad (. . .) sería la expresión del auge neoconservador que siguió la crisis del estado de bienestar en los años ochenta, y que condujo al desarrollo de un sistema económico casi autónomo que subordina al conjunto de la sociedad” (Obiol, 1993:257).

6 Precisamente, Ignacio Molina destaca, en su análisis del término, que dentro del “totalitarismo”: “El poder se sustenta en una fuerte manipulación ideológica” (Molina, 1998: 125).

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incontrolable pero autorregulable y hasta bondadoso del capital y de la globalización, a efecto de dejarnos inermes ante ellos y dispuestos a servirles para que no estalle su ira en contra nuestra de manera también ‘consecuente’ y ‘natural’”, es más, “a cambio de nuestra aceptación nos libera de cualquier sensación de culpa por nuestra cómplice pasividad” (Ruiz Arriaga, 1999:5).

virtudes teológicas asignadas por la economía clásica” (Orozco; Dávila, 1997:194). De esta manera se concibe la existencia indiscutible de un solo modelo económico universal bajo el dominio absoluto de los mercados. Como bien asegura Viviana Apolonia Brutto, dentro de la perspectiva de la “globalización”, el “mercado” “se presenta con cara sonriente y socarrona –es la cara del éxito – para acentuar la ganancia del capital que actúa de manera diferente con respecto a los actores sociales del trabajo (. . .)”. De manera que, continúa diciendo: “El pensamiento único queda consolidado como programa del éxito, de la eficiencia y eficacia, metas que aparecen vaciadas para el Estado y que no puede articular de manera razonable intervenciones entre la economía, la política y la cultura” (Brutto, 2000:3).

5. Universalización del mito del “mercado” La quinta, pero no menos importante, caracterización de la “globalización” es la referida a la universalización del mito7 del “mercado”. Orozco describe el carácter mitificador del “mercado” que propone la “globalización” en los siguientes términos: “Al paralelizar la pretendida operación económica axial, la del mercado, con las de todos los grandes procesos políticos e intelectuales (. . .) la noción de la aldea mundial cobra el rango de artículo de fe (. . .) el mercado recupera sus

III. La influencia de la “globalización” sobre la “democracia”. Entrecruzamiento entre caracterizaciones y enfoques

7 Para interpretar adecuadamente qué se desea significar aquí por mito, resulta útil que se considere lo manifestado por el profesor Sergio Labourdette: “Nuestra concepción del mito lo sitúa allí donde creemos que algo (. . .) es cierto y vívidamente real.Y somos capaces de adherirnos a ese algo” (Labourdette, 1987:23).

En este último punto del trabajo, se procurará analizar brevemente la influencia que ha estado ejerciendo la “globalización” sobre la “democracia”. Se lo hará a la luz de un 55


Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI todo a gobernarse por sí mismo” (Montenegro, 1976:61). Esta soberanía es, justamente, la que ha sido puesta de lado por la visión totalitaria que ha venido de la mano de la “globalización”.

entrecruzamiento entre las caracterizaciones y los enfoques que se han propuesto respectivamente para la una y la otra. Dado que entre las caracterizaciones de la “globalización” se puede notar una estrecha relación entre la primera y segunda, por un lado, y entre tercera y cuarta, por el otro, se proponen sólo tres entrecruzamientos.

3. Influencia de la “globalización”, como universalización del mito del “mercado”, sobre la “democracia” según el sentido histórico

1.Influencia de la “globalización”, como recomposición de hegemonía mundial y desmantelamiento del Estado-nación, Por último, puede notarse cómo la “globalización” en sobre la “democracia”, según su sentido descriptivo-prescriptivo. tanto universalización del mito del “mercado” ha ejercido una

influencia notoria en cuanto a la manera de comprender la “democracia” a fines del siglo XX e inicios del siglo XXI. Es así como, cuando se confronta el modelo que ha pretendido imponer el mito del “mercado” con los otros que – a lo largo de la historia – se han identificado con el concepto tradicional de “democracia” se puede observar un creciente deterioro en la participación popular que ha destacado el sentido histórico de la mencionada forma de gobierno. Ya sea en su modalidad antigua de participación directa mediante la asamblea o en la modalidad de los últimos siglos de participación a través de las sociedades intermedias. De este modo se ha ido consolidando una imposición del sentido inicial con el que se concibió la “globalización”: el propio del campo económico8.

Si se concibe a la “globalización” tanto en cuanto a recomposición de la hegemonía mundial como en cuanto a un desmantelamiento del Estado-nación, se puede reconocer un importante cambio en la concepción de la “democracia” desde el sentido descriptivo-prescriptivo con la que se la interpretado por lo general como forma de gobierno. En efecto, resulta muy difícil identificar el “gobierno del pueblo” cuando se ha desmantelado al Estado-nación como resultado de la imposición del Estado regional. Asimismo la popular frase vox populi vox Dei, que ha sintetizado el sentido prescriptivo de la “democracia”, no parece guardar ninguna coherencia con la recomposición de la hegemonía mundial que ha significado el dominio de Estados Unidos de Norteamérica, la Unión Europea y Japón sobre el resto del mundo. Muy vinculado con esto figura el poder adquirido durante el desarrollo de la “globalización” por las grandes corporaciones económicas. Es que, como señalaba Raúl Trejo Delarbre: “La globalización tiene como actores centrales no a los pueblos ni a los gobiernos, sino a las compañías capaces de trasponer fronteras con sus productos, servicios y/o mensajes” (Trejo Delarbre, 1996:30, negritas añadidas).

Conclusión La “democracia” dentro de la “globalización”. Instauración de un nuevo paradigma. Como ha quedado demostrado a lo largo del presente trabajo la influencia de la “globalización” sobre la “democracia” ha tenido importantes dimensiones. A tal punto que ha podido generar condiciones socio-político-económicas apropiadas para que se imponga un nuevo paradigma de cómo interpretar la “democracia”. O lo que pueda quedar de ella, si la “globalización” llega a desbordarse en su propósito de impulsar un nuevo modo de concebir las relaciones entre los países que integran el mundo contemporáneo y las relaciones entre los distintos grupos sociales dentro de cada uno de ellos. Sobre todo en lo que tiene que ver con el campo económico. Es así como puede decirse – a la luz de las consideraciones realizadas en cuanto a los diferentes sentidos con que se ha interpretado el concepto “democracia” y, también, respecto de las posibles caracterizaciones del concepto “globalización” – que el nuevo paradigma de “democracia” que ha establecido

2. Influencia de la “globalización”, como totalitarismo y gobierno mundial de facto, sobre la “democracia”, según el sentido descriptivo-prescriptivo En segundo lugar, si se la caracteriza a la “globalización” como totalitarismo y gobierno mundial de facto, la influencia que ejerce sobre el concepto de “democracia” resulta imposible de exagerar.Ya que resulta evidente que un gobierno mundial totalitario – aunque se lo vea adornado de toda suerte de sutilezas – coincide mucho más con las concepciones propias de los gobiernos monárquicos o despóticos que con la manera de concebir y ejercer el poder por la parte de la democracia, conforme a los sentidos de la misma tanto desde lo descriptivo como desde lo prescriptivo. Como ya había hecho notar el profesor Walter Montenegro: “la democracia propugna el concepto de la ‘soberanía popular’, o sea el derecho del pueblo

8 Conforme lo expresado por la socióloga argentina Martha Roldán: “El pensamiento económico neoliberal proveniente de prestigiosas escuelas de administración de empresas de los Estados Unidos introdujo en los ’80 la noción de Globalización para representar la agencia activa de las EMNs (empresas multinacionales) en la gestación del capitalismo triádico (Estados Unidos, Europa, Japón) que sustenta la profundización de la internacionalización socioeconómica de las últimas décadas” (Roldán, 2000:30-32).

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Unidad Sociológica Número 6 Año 2 Enero 2016-Mayo 2016 Buenos Aires la “globalización” como una de sus consecuencias más significativas implica por lo menos dos tipos de imposiciones. Imposiciones que, conforme avanza el siglo XXI, están imprimiéndole a la “democracia” un nuevo sentido en relación con aquellos que ha mantenido antes de que se consolidara la “globalización”. La primera de ellas es la de la forma sobre la sustancia. La segunda, la de la economía sobre la política. Ahora bien, junto con el nuevo paradigma de la “democracia”, que ha comenzado a entrar en juego gracias a la “globalización”, todavía figura, en una situación de inconmensurabilidad respecto del mismo, el paradigma de la visión tradicional de la “democracia”. ¿Seguirán conviviendo ambos paradigmas, o uno de los dos se logrará imponer a tal punto de impedir que el otro se manifieste? Como se sostuvo previamente la “globalización” es un fenómeno relativamente reciente. La “democracia”, en cambio, ya tiene varios siglos en su haber. Es posible que dicha marcada diferencia en la dimensión temporal incida en la resolución final del conflicto planteado

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Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI

Globalización, Estado-Nación y Valores posmateriales Guillermo R. Ferrón*

Los conceptos de Globalización, Estado-Nación y Valores posmateriales son analizados en este trabajo teórico a desde los marcos teóricos que los problematizan. Se presentan, discusiones en torno a cada uno de ellos y en particular se busca generar una interrelación a partir de dichas cuestiones. Enfrentando la postura de escuelas clásicas en globalización se enuncian las ideas básicas de cada una de estas. Luego se piensa en los problemas de los estados-nación en el contexto de globalización, en particular a partir de la noción de etnicidad. En un tercer momento se desarrolla el concepto de valores posmateriales en su contexto y con las implicancias que este tiene para las sociedades en las que se hayan. El artículo concluye a partir de la enunciación de posibles relaciones entre estos tres conceptos. PALABRAS CLAVE: Globalización - Rol actual del Estado-nación - Valores posmateriales

The concepts of Globalization, nation-state and posmaterial values are analyzed in this theoretical work from theoretical frameworks that problematize them. Some discussions are presented about each of them, in particular seeking to create links based on these issues. Confronting the position of classical schools in globalization, the basic ideas of each of these are enunciated.Then it is thought about the problems of nation-states in the context of globalization, in particular from the idea of ethnicity. In a third moment, the concept of posmaterial values is developed with the context and the implications that it has for the societies in which they were developed.The article it is concluded with the enunciation of possible relationships between these three concepts. KEYWORDS: Globalization - Changes in nation - State rol - Postmaterial values

Introducción

E

l presente trabajo teórico intenta mostrar una relación entre los conceptos globalización, EstadoNación (en el contexto de la sociedad informacional y posmoderna) y valores posmateriales surgidos a partir del advenimiento de este tipo de sociedad. La globalización, desde un punto de vista más bien sociológico, ha sido entendida como la conformación de un sistema único de relaciones sociales que deviene del crecimiento de la interdependencia de la ‘sociedad mundial’ (Giddens, 1993). Este proceso es caracterizado por un intercambio ininterrumpido y acelerado de mercancías e información, así como de cambios, unificaciones, fragmentaciones y desigualdades. El proceso de globalización, según Hirsch (1997), lejos de ser meramente económico, se constituye por caracteres ideológicos, políticos, culturales y tecnológicos. Estas características no son inacabadas ni de simple delimitación o abordaje. Se subdividen y contradicen internamente; y se yuxtaponen entre ellas, por lo que su análisis resulta de suma dificultad.

Sin embargo, teniendo en cuenta la amplitud de las características previamente enumeradas, el proceso de análisis se torna sumamente extenso. Por lo tanto, sólo se abarcarán aspectos seleccionados para este artículo. Al analizar el rol del estado en la sociedad informacional, de acuerdo con Castells (1976, 2004) y Sassen (1999), o sociedad posmoderna (Lash, 1997; Bauman, 2001), es muy difícil dejar de lado un elemento crucial como es la disminución de la soberanía estatal. Diversos factores que previamente eran constitutivos de la calidad estatal como autónomo y soberano, es decir, la independencia económica, política o la libertad de acción plena dentro de su territorio, se han visto menoscabados.Ya sea en el caso de promulgación de leyes que actualmente deben estar en consonancia con los tratados internacionales, como respecto de la aplicación de legislación (de patentes o en materia laboral, por ejemplo) que no favorezcan a ciertos grupos de interés, en litigios internacionales por refinanciamiento de deuda contra fondos buitres, por ejemplo (Beck, 2004). Esta disminución en su carácter de soberano se da en parte debido a la internacionalización del capital, lo que se

* Licenciado en Sociología (UBA) - Docente UNPAZ y UNAJ - Doctorando en Sociología (UB). 58


Unidad Sociológica Número 6 Año 2 Enero 2016-Mayo 2016 Buenos Aires genera por el desarrollo de las tecnologías de la información que permiten el flujo instantáneo de capitales y el traslado rápido de personas entre los nodos de información, de capital y de sujetos. Las posibilidades generadas a partir de las tecnologías de la información para los inversionistas de altísima rentabilidad, en cualquier parte del globo con riesgos bajísimos por la protección otorgada por los organismos internacionales, y con costos ínfimos en su mayoría asumidos por los estados-nación devenidos de gobiernos y sindicatos corruptos. Los que deben aceptar la intromisión del capital internacional y de las industrias transnacionales destruyendo las autóctonas y generando una dependencia económica del capital internacional. Esto a su vez, genera una dependencia por parte de los estados al solicitar empréstitos a las organizaciones financieras internacionales, tanto económica como política, lo que agudiza sus crisis sociales. En el contexto mundial actual es evidente el desplazamiento de los valores modernos en la mayoría de las sociedades desarrolladas y en las ciudades globales (Sassen, 1999). Los valores modernos o materiales son aquellos en los que se pondera la obtención de los medios de subsistencia por sobre otro tipo de necesidades. En este sentido, se corresponderían con aquellos que intentan cubrir las necesidades básicas propuestas por Maslow (2008) de techo, comida, seguridad, entre otras. Se puede considerar, siguiendo a Inglegart y Welzel (2005) que eran exclusivos y determinantes en una sociedad con características específicas. Particularmente, al considerar el momento histórico y geográfico en el que estas necesidades y valores comenzaron a mutar, se puede destacar la existencia de un estado fuerte, interventor de la economía de sus países, proveedor de asistencia social y con plena soberanía sobre su territorio, habitantes y economía. En concreto, la línea argumentativa propuesta por estos autores hace referencia a países centrales (principalmente europeos) en la segunda mitad del siglo XX, contexto de amplio desarrollo económico en base al consumo y la innovación tecnológica. Actualmente, y debido a la crisis del modelo estatal anterior, se pueden vislumbrar, no solo cambios en el rol de éste respecto de su territorio, habitantes y economía, sino también un cambio rotundo en los valores que la misma ciudadanía ostenta en relación a sus estados y a las empresas que en estos desarrollan sus actividades. Al respecto, cabe destacar la perspectiva constructivista de los movimientos sociales propuesta por Touraine (1991, 2006) en la cual se disputa el sentido de la historicidad a través de los movimientos sociales como los mecanismos posibles para el reconocimiento de la acción colectiva como

posibilidad de resolución de conflictos. Asimismo, se podrían considerar a los nuevos movimientos sociales pensados por Offe (1997) en tanto sus características novedosas ya que son informales, discontinuos, permeables, e igualitarios, pero logran la cooptación de grandes masas mediante métodos de reclutamiento no convencionales, situándolos en una posición no-institucional también novedosa. Estos valores están fuertemente relacionados con un sentido social y comunitario, así como con la preservación del medio ambiente, la disminución de las desigualdades e injusticias sociales, y la regulación de la industria y comercio a fin de que estas sean sustentables a nivel global. Pareciera existir algún tipo de relación entre los tres conceptos brevemente desarrollados. Por ello, a continuación se desarrollan con mayor profundidad para analizar esta relación tentativa entre ellos. Es importante aclarar que el eje central de análisis intentarán ser los valores posmateriales ya que son el aspecto menos investigado y desarrollado, aun cuando la bibliografía al respecto es extensa (Inglehart 1977, 1990, 1998, 2003, 2004, 2008; Inglehart y Welzel 2005; Cohen 1997; Choi, 2011). Debe considerarse que se realizó un recorte de la bibliografía, por lo tanto las conclusiones que se obtienen, deben ser entendidas sin relaciones causales o correlaciónales, sino de manera descriptivas ante una porción limitada del universo de estudio y de los conceptos disponibles en la bibliografía del tema. Este recorte atiende a una cuestión temporal, ya que se han utilizado exclusivamente las fuentes de reciente publicación.

Conceptos e ideas en torno a la globalización Al hablar de globalización, se corre el riesgo de ingresar en un área compleja y contradictoria del conocimiento (Beck, 2004b), al ser este un concepto polisémico y con definiciones claramente contrapuestas dependiendo del momento, el lugar y la orientación personal del autor que lo define. Se pueden encontrar al menos dos escuelas fuertemente opuestas a la hora de determinar las dimensiones constitutivas del concepto en cuestión. Por un lado, se aprecia al materialismo histórico clásico que centra el análisis de la globalización casi totalmente en la cuestión económica, al punto que uno de sus mayores expositores, Joaquín Hirsch (1997) la presenta como una estrategia de los capitalistas en la lucha de clases. Esta postura, lejos de ser únicamente una teoría conspirativa, tiene características claramente reales, ya que la concentración del capital en los últimos 30 años se ha producido con mayor rapidez a medida que han avanzado las comunicaciones y se han desarrollado tecnologías de la 59


Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI información tendientes a facilitar la transmisión simultánea de capitales de un lado al otro del globo (Castells, 1999). Se puede encontrar una visión más Weberiana del fenómeno, ésta no se cierne únicamente sobre el elemento económico, sino que considera una visión más holística, aunque igualmente incompleta. Piensa varias dimensiones al mismo tiempo entre la que se destaca el entorno económico-social-cultural.

(capitalistas) las que son libremente internacionales, pero que siempre lo han sido, independientemente de la existencia de la globalización. Giddens, por su parte, como se mencionó, considera que la causa es meramente técnica. Ambos coinciden en la importancia de la internacionalización del capital para su generación. Y asimismo entienden la existencia de diversos problemas sobretodo relacionados a la concepción del estado-nación y a su soberanía. Sobre esto Hirsch propone la generación de una ciudadanía global, para de esta forma internacionalizar también la fuerza de trabajo eliminando su relación estrecha con el estado-nación. Otro de los problemas que se menciona, es la generación de grandes conglomerados de empresas que financian o son grupos de medios de comunicación, lo que les permite monopolizar las opiniones y manipular la opinión pública al ser los formadores de opinión por excelencia. Es necesario considerar la dimensión cultural del fenómeno que presenta varias contradicciones en su interpretación. Ya que la homogenización de un producto para diferentes culturas lleva aparejado la fragmentación cultural en el seno mismo de las sociedades actuales, donde se puede observar fuertes nacionalismos contrastados con un consumo masivo de productos culturales provenientes de los países dominantes (sobre dodo EEUU). La exportación de esos productos no es en absoluto inocua para la aceptación de mercancías (ya sean productos o servicios), sino que al ser consumidos cotidianamente se incorporan valores morales propios de las culturas dominantes acentuando a su vez el carácter contradictorio, por el mismo hecho de la necesidad del dominador de que exista un dominado, y la intención del dominado (países periféricos) de salir de su condición. Asimismo, en la actualidad este fenómeno se complejiza aún más al verse fuertemente disminuido el potencial exportador de EEUU otorgándole el papel de hegemonía militar. En el mundo presente, multipolar, se ha generado una red de un equilibrio muy frágil que encuentra, en palabras de Wallerstein (1983) un sistema mundial capitalista compuesto por cuatro sectores: el núcleo, la semiperiferia, la periferia y los escenarios externos. En este sentido, al examinar las élites globales, estas, pese a ser supuestamente internacionales, poseen una cultura mucho más estandarizada e impermeable que las personas que no pertenecen a la élite. Independientemente de consumo de productos culturales, este grupo se mueve en ciudades globales y espacios de flujos en los cuales las condiciones ya han sido estandarizadas. Así, la llegada a un aeropuerto, la comida en un restaurante de alto nivel, ir al cine, tomar un café o ir a un local bailable, ya ha sido estandarizada. El único contacto que la élite tiene con la

Con el advenimiento de la sociedad informacional (posmoderna, global, etc) se produjeron una serie de cambios en la estructura de las sociedades más desarrolladas. Un exponente clásico al respecto y de referencia obligatoria desde una perspectiva más bien weberiana, es Giddens (1999), que, desde una postura teórica estructuralista, plantea de manera clara elementos esenciales para el entendimiento de la globalización. Éste ve al proceso de globalización como efecto de la revolución de las tecnologías, cree que la unificación de regiones distantes se da únicamente gracias al desarrollo tecnológico. Es considerablemente optimista y lo ve como una salida a las sucesivas crisis. Entiende, asimismo, que las empresas transnacionales son el factor clave de este proceso al ser quién impulsa la internacionalización del capital. Una comparación entre los referidos autores nos muestra que, si bien ambos evalúan a grandes rasgos los mismos elementos, sus apreciaciones valorativas son diametralmente opuestas. Mientras que el primero lo ve como un fenómeno negativo a favor de los capitalistas, y sobre el que se puede y se debe luchar, el segundo lo analiza como una realidad positiva e inevitable más allá de la subjetividad e imposible de eliminar. También se diferencian en relación a su creencia de las causas que lo producen siendo para Hirsch un cambio cualitativo en las relaciones sociales y sobre todo en las relaciones de producción, lo que se vislumbra claramente cuando argumenta que se ha internacionalizado el capital y los elementos de trabajo, pero la fuerza de trabajo sigue atada a las naciones.Y aquella que se internacionaliza lo hace como fuerza de trabajo dependiente de los mandatos de las corporaciones transnacionales que lo envían de un destino a otro. Asimismo, remarca que sólo son las élites dominantes 60


Unidad Sociológica Número 6 Año 2 Enero 2016-Mayo 2016 Buenos Aires

gente y las cuestiones autóctonas del lugar a donde fue a hacer turismo son quienes los sirven que son personas adiestradas para mantener un trato estándar con todos los clientes de élite o las personas de las ciudades globales o turísticas que igualmente se comportan de forma diferente por vivir en lugares cosmopolitas. Hay que remarcar finalmente, que con el advenimiento de la sociedad informacional (posmoderna, global, etc) se produjeron una serie de cambios en la estructura de las sociedades más desarrolladas. Estos cambios, entre los que se destacan los derechos civiles para las minorías afroamericanas, el movimiento feminista y el destape gay, abrieron el camino para una serie de derechos y reivindicaciones de carácter más etéreo y moral. Lo que luego se dio a llamar valores posmaterialistas.

sobre todo a la globalización, la soberanía, al mercado, la democracia y una relación somera con los valores posmateriales. Una primera contradicción es la que presenta la alternativa ‘sistema mundial’ contra ‘estado-nación’. Si bien hoy por hoy estos sistemas conviven (Fitoussi, 2004), no lo hacen de forma pacífica, ya que las relaciones de dependencia que se generan son siempre en detrimento de la estabilidad de los gobiernos del estado-nación. Éste ve socavada su soberanía, primero económica, ya que la sucesiva apertura al mercado internacional ha minado los puestos de trabajo y las empresas propias de cada nación, generando altas tasas de desempleo y una dependencia sistemática de la población lo que en muchos casos se traduce en clientelismo (Auyero, 1997; Piattoni, 2004), y luego política, ya que al depender del sistema mundial para obtener los empréstitos necesarios para la reactivación de sus economías se ven obligados a cumplir las ‘recomendaciones’ provistas por los organismos internacionales, que por lo general incluyen la disminución del gasto público. Este gasto, en las economías de los países en vías de desarrollo representa una porción muy importante del PBI, por lo

Contradicciones relativas al rol del EstadoNación Al abordar el rol del estado-nación no se lo estará haciendo en un marco aséptico, sino que se lo cita en el contexto actual y desde una perspectiva relacionada 61


Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI que su disminución implica en mayor pobreza. Al seguir lineamientos impuestos por organismos internacionales de forma muy estricta muchas veces produce los efectos contrarios a los deseados (Rodrick, 2003). Una segunda, se encuentra en el hecho de la existencia real de un sistema mundial contrapuesto con las comunidades nacionales que deben subsistir más allá de cuanto afecten al resto de la humanidad (Held, 1995). Esto significa que un Estado-nación con muchos recursos naturales debe ser capaz de auto sustentarse sin damnificar al resto de la población mundial. Pero esta contradicción tiene a su vez una contradicción interna en el sistema capitalista globalizado. Está comprobado que la relación entre cantidad de desarrollo y cantidad de recursos naturales es inversa. Por lo que los países que tiene más recursos naturales para explotar son aquellos con menor nivel de desarrollo y, por lo general, mayor nivel de pobreza. Esto implica que el capital necesario para explotar los recursos naturales de un país del tercer o cuarto mundo, debe provenir de un país desarrollado, lo que a su vez es paradójico ya que es en los países más desarrollados en los que hacen eco los valores posmaterialistas que incluyen la redistribución de la riqueza, el cuidado del medio ambiente y la generación de industrias sustentables y no contaminantes (Inglehart, 2000). Otra posible contradicción que se presenta es el hecho de que en la actualidad el régimen de gobierno más aceptado y apoyado es la democracia. La disyuntiva se presenta por un lado en el hecho que sólo a partir de la caída del comunismo se produce el verdadero e importante avance de la democracia como sistema hegemónico mundial.Y por otro, por las reglas mismas, totalmente contrapuestas, que regulan el mercado, que es mundial y globalizado, a los estados-nación. El primero debe ser libre, mientras que los segundos tienden a ser democrático. Sin embargo, para que una economía crezca, los índices que prueban que el régimen político más propenso a generar un crecimiento sostenido y duradero a favor de la democracia son cuestionables, aunque sí se ha probado que a largo plazo los regímenes democráticos que han logrado crecimiento y estabilidad económica, han aumentado también sustancialmente la calidad de vida de sus habitantes (Fitoussi, 2004). Por otro lado, siguiendo a Held (1995) la soberanía de los estados en el marco de la interdependencia de las naciones y sus representantes, así como de sus mercados, pierde independencia a tal punto que las decisiones que se deben tomar son llevadas a cabo a partir de la consulta con agentes de otros países, de organismos internacionales o mismo reguladas por tratados internacionales. Esta red de interdependencia provoca compromisos y relaciones de poder que terminan por comprometer a los gobiernos,

gobernantes y estados, limitando su poder de acción incluso dentro de sus propios territorios. Por esto mismo, se dice que los Estados actuales han visto comprometida y disminuida tanto su soberanía como su autonomía. Esto último entra en contradicción con el modelo de Westfalia que postula la soberanía de los estados y la resolución de sus conflictos de manera individual. Estos estados establecen relaciones diplomáticas, pero de cooperación mínima entre ellos, y siempre entendiendo su propio interés nacional por sobre el de los demás. Por lo tanto ya sea entre ellos o al interior de cada estado, estos se han regido por sus normas propias tanto legales como morales. De esto se deriva que los grupos que no estén de acuerdo con las fronteras estatales recurrirían a la fuerza para establecer sus intereses. Con la creación de la carta de las Naciones Unidas, este modelo ha sido superado. Sin embargo, la posibilidad de intervención armada por parte del consejo de seguridad ha sido usada en pocas ocasiones por lo que su superación no es total (Held, 1995). En este sentido, es que Held propone que existe un nuevo orden global el cual tiende a ser una alternativa a los estados-nación actuales. No obstante, el pasaje del modelo Wesfaliano a uno global no es total, se podría considerar que existe una mutación del primero que comienza a devenir en el segundo, tomando algunas características del ideal que plantea Held (interrelación económica y política, o traspaso de las fronteras ante cuestiones de seguridad global como en las invasiones de Kosovo, Irak o Siria) pero manteniendo la mayoría de las características clásicas de los estados modernos (monopolio legítimo de la fuerza, autonomía casi total, posibilidades teóricas de determinar la política monetaria, entre otras). De esta manera se puede pensar que lo que acontece es un cambio en el arte de gobernar al decir de Foucault (2006) La migración es un proceso que se ha dado históricamente. Cuando un grupo de personas emigra lleva consigo su bagaje cultural o étnico. En el contexto actual (de globalización, fragmentación, desigualdad y re-unión de regiones separadas del planeta) la migración –legal o no – de una masa de personas es un tema sensible para los Estados. Asimismo, esta problemática debe ser tratada y gestionada en cada caso considerando las características que el proceso migracional puede haber tenido en los territorio receptores de los migrantes. Los estados democráticos liberales, muchas veces plantean la independencia o neutralidad del estado respecto a las cuestiones étnicas (Kymlicka, 2006), por lo que éste debería deslindarse de todas las cuestiones relativas a la etnicidad, ya sea idioma, alimentación, vestimenta, ritos y cultura en sentido amplio. Esto plantea un problema 62


Unidad Sociológica Número 6 Año 2 Enero 2016-Mayo 2016 Buenos Aires para la supervivencia de las etnias minoritarias, ya que es el estado el encargado determinar cuestiones esenciales para ello, siendo el idioma y la educación necesarios para la reproducción cultural. Se puede pensar en estados democráticos liberales compuestos por variedad de etnias en la que una es mayoritaria e impone su cultura a las minoritarias (por ejemplo, dentro de Sudamérica se podría pensar en Argentina, Chile, Ecuador, considerando un único idioma oficial ante una diversidad étnica concreta). Esta clase de estados – democráticos liberales – plantean una concepción de nacionalidad cívica liberal, en contraposición con las nacionalidades étnicas antiliberales. Las naciones cívicas son neutrales a las cuestiones e identidades etnoculturales de sus ciudadanos y basan sus criterios de inclusión en la adhesión a ciertos principios de justicia y democracia; mientras que las naciones étnicas tiene como uno de sus objetivos la reproducción de su cultura e identidad etnocultural (Kymlicka, 2006). Dependiendo del tipo de estado-nación se tratará esta cuestión de una forma particular, pero no por ello deja de ser un tema controversial y de difícil resolución. En este sentido, el Estado Plurinacional de Bolivia, puede ser considerado como una nación étnica ya que promueve el reconocimiento y supervivencia de todas las etnias que lo componen.

material es aquel motor que hace evolucionar la sociedad. Esta oposición, no refleja sobre sí misma una vuelta al ‘idealismo’ hegeliano, si no que muestra la evolución del progreso en las sociedades posmodernas de finales del siglo XX y comienzos del XXI. Esto significa que el inmaterialismo no es otra cosa que la generación de una moral nueva, no ligada a lo material, no por el desapego hacia esos elementos, si no por su naturalización en el quehacer cotidiano, ya que, en las condiciones que esta moral se genera, las condiciones de subsistencia han sido por demás facilitadas y estabilizadas. Así, siendo satisfechas las necesidades básicas y de estabilidad (o necesidades de base, según Maslow) a lo largo de toda la vida, las personas que han vivido así desconocen el hambre, la insalubridad y las guerras. Esta referencia y aclaración al origen del concepto son importantes para evitar confusiones con los pensamientos no materialistas orientales y con el idealismo (en oposición al materialismo histórico o dialéctico). Siguiendo a Inglehart (2008), quién por más de treinta años ha realizado un estudio en relación a la evolución de los valores generales de la sociedades europeas tomando como referencia seis países de Europa occidental (Reino Unido, Francia, República Federal de Alemania, Italia, Bélgica y Holanda), se puede observar una relación causal entre la sucesión de nuevas generaciones y el cambio cultural en dirección posmaterialista de las generaciones más recientes. Asimismo, se observa una variación fuerte entre la diferencia de existencia de este tipo de valores entre los países centrales y los países periféricos, siendo más habitual en los primeros, siendo Suecia, Austria y Canadá los países con mayor porcentaje de sujetos con valores posmateriales. También se encuentra más establecida en los sectores altos que en los medios o bajos. De esta manera, explica que la diferencia entre los mayores de 65 años y los menores de 25 (en 1971) era de más de doce veces a favor de los valores materiales, mientras que actualmente los valores inmateriales superan ampliamente a los materiales en todas las edades. Es importante notar que el desplazamiento se produce hacia acciones con un valor subjetivo y personal mucho más alto que las que tenían los valores anteriores, al tener estas cuestiones relación con la libertad de expresión, de participación y de culto; el aumento de la calidad de vida, la autonomía individual y la estética. Asimismo, estos valores surgen como respuesta al tipo de socialización al que han sido expuestas las personas nacidas en la segunda posguerra. Ya que ellos se fueron criados en el estado de bienestar en un periodo de prosperidad nunca antes visto. Gracias a ese contexto, dieron por sentada la supervivencia y con ella se dedicaron a explotar otras posibilidades, como la creación intelectual o artística.

Surgimiento y características de los valores posmateriales Cuando se habla de valores posmateriales se debe dejar en claro en un primer momento cual es la diferencia real entre estos y los valores materiales. Estos últimos están ligados a la existencia terrenal y a los elementos de la vida cotidiana, alejados de la esfera espiritual. Se encuentran en sociedades y países en los cuales la estabilidad económica no se ha alcanzado, y en los países que esta estabilidad y desarrollo si se ha logrado los poseen generalmente personas de generaciones previas a la estabilización de la economía. Por otro lado, los valores posmateriales están relacionados con elementos ‘supra-materiales’, o de nivel espiritual. Se refieren aquellos elementos de bienestar colectivo e individual que se consiguen a través del accionar individual. Estandartes como el ecologismo, las industrias sustentables, el desarrollo equitativo, la democratización de las empresas, la flexibilidad horaria y homeworking, la libertad de expresión, el resurgimiento del interés por la actividad cívica y ciudadana, son solo algunos de los valores posmateriales surgidos en las últimas cuatro décadas. Esta clase de valores se denominan posmateriales principalmente por su contraposición al materialismo histórico que centra su teoría en la idea de que lo 63


Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI Por otro lado, Inglehart, señala dos hipótesis que fundamentan su trabajo, la de la escases (que postula que todos tendemos a buscar la autonomía y la libertad cuando damos por garantizadas nuestras necesidades materiales); y la de la socialización (que propone que los valores personales son formados durante la etapa de socialización para toda la vida, por lo que el cambio de valores se ve a lo largo de los años, sucediendo de una forma muy lenta). Pero estas dos hipótesis deben ser analizadas en conjunto, por lo que se deduce que los valores inmateriales no se relacionan con un nivel económico objetivo, sino con un nivel de seguridad más bien dado por la socialización y la escasez que sufra o no el individuo.

la democracia y la participación ciudadana en regímenes democráticos así como superar retos que la democracia pueda tener en una sociedad dada (Inglehard, 2005). Sin embargo, las aspiraciones personales de libertad no son suficientes para generar acciones colectivas en favor de un objetivo determinado. Sobre todo para influir en las élites que son el otro elemento determinante en la propensión favorable de las políticas tendientes a generar una mayor democratización. No obstante, pese a la creencia generalizada de que el poder de las élites es finalmente determinante del rumbo que tomará la sociedad, esto ha probado ser, no del todo cierto ya que en una sociedad con mayoría de ciudadanos con valores posmateriales, las acciones colectivas tienden a forzar o por lo menos a presionar fuertemente a las elites dominantes, muchas veces logrando que sigan el rumbo fijado por estas (Inglehart, 2005). Asimismo, Inglehart, explica la relación que existe entre las dimensiones de la variable ‘autoexpresión’ con la cultura política. Siendo estas dimensiones la tolerancia hacia la diversidad, la autoexpresión en público, la libertad y participación, la confianza interpersonal y la satisfacción con la vida. Concluye al respecto que a mayor nivel de estas dimensiones mayor calidad se encontrará en las instituciones democráticas de la sociedad. Y finalmente, que a medida que lo han desarrollado en países, tiempo y cantidad de encuestas, esta relación se generaliza e incluso gana más fuerza.

La globalización muestra la coyuntura a escala mundial, el análisis del estado lo hace a nivel de países y relaciones entre ellos, mientras que el desarrollo de los valores posmateriales da cuenta de forma en la que evoluciona la moral de los sujetos en las sociedades posmodernas.

Interrelación

Los valores tradicionales de supervivencia se centraban en la acumulación del capital para generar su propia estabilidad y poder garantizar así la supervivencia. Este valor central, al ser dado por sobreentendido fue desplazado y olvidado por las nuevas generaciones. Estas tienen una mayor tolerancia a cuestiones culturales y de elección individual que las generaciones anteriores, como por ejemplo mayor aceptación a la homosexualidad, al divorcio, a las relaciones extramatrimoniales, a la prostitución o a la eutanasia, así como la búsqueda del bienestar la expresión individual (Inglehart, 2008). Por otro lado, cuando se analizan los valores posmateriales en relación a la democracia, se puede observar que la evolución del valor ‘libertad de aspiraciones’ tiene una fuerte relación positiva con las transiciones democráticas de los distintos países. Asimismo, mientras más fuertes son las aspiraciones de libertad de los individuos de una sociedad, más fuerte será su capacidad para generar campañas en pos de esa libertad. De la misma manera la aspiración a la libertad ayuda tanto a transformar regímenes autoritarios en democráticos como a mantener

Luego de haber desarrollado con mayor profundidad los conceptos seleccionados, es evidente que existen similitudes, diferencias y complementariedades entre ellos, pero es innegable que al hablar de globalización, estado y valores posmateriales, se habla de conceptos relacionados. Se podría decir que muestran aspectos similares de un mismo objeto pero a niveles muy distintos. Así, la globalización muestra la coyuntura a escala mundial, el análisis del estado lo hace a nivel de países y relaciones entre ellos, mientras que el desarrollo de los valores posmateriales da cuenta de forma en la que evoluciona la moral de los sujetos en las sociedades posmodernas, no siendo este cambio de forma absoluta pero sí mostrando un tipo de conformación moral correlacionada con sujetos que se encuentran en un estado con características particulares. Es factible, de esta forma, encontrar una interrelación muy profunda ya que los cambios en el concepto de ‘estado’ devendrían de la producción del fenómeno de la globalización (Beck, 2004b), que a su vez produjo las condiciones necesarias para el advenimiento de los valores 64


Unidad Sociológica Número 6 Año 2 Enero 2016-Mayo 2016 Buenos Aires inmateriales (Inglehart, 2000, 2008; Inglehart y Welzer, s/n, 2005) y de esta forma otorgarle una posibilidad de adaptación mayor a aquellos estados que se han globalizado, sobre todo desde una posición más central. Teniendo en cuenta que la globalización genera desigualdades extremas y fragmentaciones muy grandes, pero que a la vez posee un marco tecnológico que les permite a las personas transportarse entre cualquier parte del mundo, como se dijo anteriormente, esto produce grandes desplazamientos de masas de personas hacia aquellos lugares donde se ha conseguido una mejor calidad de vida. De esta forma, al observar que en estos últimos países las condiciones de vida son elevadas principalmente por la explotación y la dependencia generada a los países periféricos (Guimaraes, 2005), se pueden percibir las grandes migraciones como una invasión y un atentado al modo de vida de los países centrales. Esto plantea problemas en muchos niveles, desde las políticas de migración y nacionalización de un país, hasta su tolerancia hacia otras etnias y culturas (Kymlicka, 1998). Este último elemento es una arista fundamental que denota una contradicción clara en relación a los valores posmateriales ya que para su supervivencia, estos deben mantener una economía estable y un crecimiento económico constante. Visto desde el otro lado, los países periféricos que son explotados y ahogados, por las empresas multinacionales y el capital financiero, no son invulnerables al advenimiento de los valores inmateriales, sobretodo en sus estratos medios y altos. Si se tiene en cuenta que los estados pertenecen a un sistema global, que se encuentran fuertemente interrelacionados y que son interdependientes entre sí (Held, 1996, 1998,1998b); y a su vez se recuerda que los valores inmateriales abogan por mayor libertad de expresión, participación en las decisiones gubernamentales, mayor calidad de vida, preocupación por el medio ambiente y por la generación de empresas sustentables y ecológicas, así como relaciones de producción más equitativas. Esto presenta una clara contradicción ya que la explotación de los países periféricos, algunos la consideran condición sine qua non para el funcionamiento del sistema mundial globalizado. De esta forma, los valores posmateriales y la acción individual coordinada y dirigida estratégicamente podría modificar la conducta de las élites produciendo sociedades más democráticas o al contrario más autoritarias. La generación de valores inmateriales per se, no da la pauta de la dirección que estos podrían tomar para su supervivencia, continuidad o para el establecimiento de una calidad de vida mayor. Pudiendo ser esta mayor democratización de las instituciones, la apertura de las fronteras para el capital y las personas, o al contrario, como ocurre actualmente en Europa, la generación de nuevos nacionalismos y la producción de

bloques de países que aumentan la interacción entre ellos pero la disminuyen e intrincan entre los diferentes bloques, dando como resultado un mundo multipolar en un equilibrio precario.

Conclusiones Habiendo recorrido los conceptos planteados en la introducción y generando relaciones tentativas entre ellos, es posible concluir que hay una interacción tentativa, aun cuando provengan de planos de análisis diferentes. Asimismo, se pudo observar la importancia intrínseca que estas interacciones poseen y su potencial capital predictivo para la sucesión de los contextos futuros. De esta forma, se deja planteada una posible interrelación entre los conceptos globalización-estado-valores posmateriales que debería ser estudiada con mayor profundidad para explotar su potencialidad. Es, asimismo, importante recordar que, si bien las interacciones entre globalización y estado, estado y valores posmateriales, y globalización y valores posmateriales ya han sido ampliamente estudiadas, las posibles relaciones entre los tres conceptos aún tienen mucho por explorar. En igual sentido, es necesario hacer hincapié en el tratamiento científico de estos conceptos ya que al ser, sobre todo globalización y estado, conceptos enraizados fuertemente en el lenguaje popular, pierden su verdadero significado y su connotación científica específica dando lugar a conclusiones erróneas y a presunciones falaces. También, no hay que dejar de tener en cuenta que si bien las interacciones y relaciones parecen muy claras, es muy largo el camino que se debe seguir para llegar a una investigación seria y profunda como requiere el tema. Dejando, de esta forma, abierta la posibilidad a futuras investigaciones que profundicen e iluminen estas relaciones que hoy por hoy son considerablemente espurias. Finalmente, se debería tener en cuenta que existen algunos aspectos de la propuesta de Inglehart que deberían ser problematizados a la luz de la evidencia presentada en los últimos años, sobre todo en lo referente a la relación que propone entre democracia y valores posmateriales y a la centralidad que les otorga como determinantes de la generación de regímenes democráticos

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La intencionalidad colectiva. Entre naturaleza y cultura Ariel O. Dottori*

El presente trabajo se opone a cierto sentido común sociológico que le resta importancia a la esfera de la naturaleza, atribuyéndole al mundo social o cultural la capacidad de explicar y resolver la totalidad de las problemáticas referidas a los seres humanos. Este enfoque simplificado olvida que los seres humanos somos, ante todo, animales que durante los primeros meses de vida, no nos diferenciamos grosso modo, del resto de los animales de nivel superior. Los animales humanos, paulatinamente, comienzan a asimilar y crear ellos mismos la realidad social o cultural. La gran transformación se genera a partir de los dieciocho meses de edad, cuando los infantes humanos adquieren el lenguaje proposicional; éste, junto a otros elementos específicos y privativos de nuestra especie –tales como la cooperación y el altruismo-, nos permiten crear una considerable brecha respecto a nuestros parientes más cercanos en la escala evolutiva, los chimpancés. Son esos elementos, los que nos abren las puertas del mundo cultural e institucional. PALABRAS CLAVE: Intencionalidad colectiva - Cooperativismo - Naturaleza - Cultura - Animales de

nivel superior

This work is opposed to some common sociological sense that downplays the sphere of nature, attributing the social or cultural world the ability to explain and solve all the problems related to humans.This simplified approach forgets that humans are primarily animals during the first months of life; we do not differ broadly from other animals’ higher level. Human animals gradually begin to assimilate themselves and create social or cultural reality.The great transformation is generated from eighteen months of age when human infants acquire propositional language; this, along with other specific and private elements of our species -such as cooperation and altruism- allow us to create a considerable gap compared to our closest relatives on the evolutionary scale, chimpanzees.Are those elements which open the doors of cultural and institutional world. KEYWORDS: Collective intentionality - Cooperativism - Nature - Culture - Animal’s higher level

Intencionalidad colectiva e individual

“nosotros queremos”. Estas últimas reflejan el tipo de intencionalidad que analizaremos con cierto detalle, nos referimos a la intencionalidad colectiva. Lo que aquí haremos es, de la mano de John Searle, analizar la estructura lógica de la intencionalidad porque sostenemos que es uno de los elementos centrales de toda ontología social humana, de toda sociedad en general. La tradición filosófica –según entiende Searle (1997), ha supuesto que el segundo tipo de intencionalidad –la intencionalidad colectiva o del “nosotros”- es reductible a la primera –la intencionalidad individual o del “yo”-. Por ejemplo, para que juguemos un partido de futbol es preciso, ante todo, que yo tenga la intención, el deseo, la voluntad de jugarlo. Si los veintidós yo no tuvieran la intención de

L

as preguntas que guiarán la primera parte de nuestras indagaciones podrían resumirse del siguiente modo; ¿cuál es la relación (si es que la hay) entre la intencionalidad individual y la intencionalidad colectiva? ¿Qué relación existe entre “yo intento” y “nosotros intentamos”? Hay una tendencia generalizada a considerar las formas de intencionalidad formuladas en primera persona del singular, expresiones tales como, “yo creo”, “yo quiero”, como fundamentales; sin embargo, aquí nos detendremos con especial atención en las expresiones formuladas en primera persona del plural, expresiones tales como, “nosotros creemos”, “nosotros realizaremos”,

* Licenciado en Sociología (UBA) y Doctor en Filosofía (UNLP). Se especializa en problemáticas referidas a la realidad social. Su tesis de doctorado ha versado en la concepción de la realidad social desplegada por John Searle. Actualmente posee una beca CONICET posdoctoral. 69


Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI explicación circular a partir de la cual yo creo que tú crees que yo creo, etcétera, no consigue una agregación suficiente para dar cuenta del sentido de colectividad. Una sumatoria de “Yo-conciencias” no conforma un “Nosotros-conciencia”; el camino, según el punto de vista de Searle, es inverso. La sumatoria de creencias, deseos, intenciones, individuales no crea deseos, creencias e intenciones colectivas; por el contrario, las creencias, etcétera, colectivas son las que generan las creencias, etcétera, individuales. La prioridad metodológica, como vemos, es de la intencionalidad colectiva antes que de la intencionalidad individual. Grafiquémoslo mediante un ejemplo. Yo tengo la intención singular de anotar un gol en un partido de fútbol, pero tengo tal intención como parte de nuestra intención colectiva de anotar goles para ganar el partido. Una conducta como la del ejemplo anterior es una conducta genuinamente cooperativa, y se diferencia de la conducta de dos personas (o más) que por mero azar están sincronizadas. Si, por ejemplo, en este mismo momento, en alguna parte del mundo se encontrara un investigador confeccionando un trabajo sobre Searle y Tomasello planteándose los mismos objetivos que yo me he planteado, mi conducta y la del investigador X no serían conductas cooperativas. Fue el azar y no la decisión conjunta de abordar ciertas problemáticas, el responsable de la escritura de un trabajo similar. Searle advierte un rechazo por parte de la tradición a reconocer en la intencionalidad colectiva un fenómeno primitivo. Generalmente se sostiene que toda intencionalidad existe en la cabeza individual de las personas, de ahí se sigue que la forma de esa intencionalidad sólo puede referirse a los individuos en cuyas cabezas existe. Esta manera de ver las cosas, continúa Searle, parece comprometer a quienes reconocen el carácter colectivo de la intencionalidad, con un elemento supra-natural o místico que se ubica por fuera y por sobre las mentes individuales (1997:43). Searle sostiene que este argumento es falaz y que inscribe un falso dilema. Para suplir esa falla, propone el siguiente argumento,

jugar el partido, no habría partido posible. La idea es que, si intentamos hacer algo juntos es porque yo lo intento en la creencia de que tú también lo intentarás; lo mismo ocurre contigo: tú lo intentas en la creencia de que yo también lo intentaré. De ésta manera, todos tienen esas creencias. Pero si la intencionalidad está en la cabeza de cada uno de nosotros, ¿cómo es posible algo así como la intencionalidad colectiva? Gran parte de la tradición entiende a la intencionalidad individual o del “yo” como una intención primaria; Searle, por el contrario sostiene que la intencionalidad primitiva no es la individual o del “yo”, sino la colectiva o del “nosotros”. La mayoría de los filósofos reducen el “tenemos la intención de”, “creemos”, “esperamos” a “tengo la intención de”, “creo”, “espero”. Suponen que cuando dos personas tienen intencionalidad colectiva, es decir, cuando intentan hacer algo juntas (o lo hacen efectivamente), cada una de ellas tiene la intencionalidad del tipo, “tengo la intencionalidad de hacer tal y tal cosa” y a la vez, “creo que tú también tienes esa misma intención”. Además, tengo que creer que tú crees que yo creo que tú tienes esa intención; eso a su vez genera una regresión no viciosa del tipo, “creo que tú crees que yo creo que tú crees que yo creo”, etcétera; mientras que por tu parte, “tú crees que yo creo que tú crees que yo creo que tú crees”, etcétera. A estas creencias iterativas sobre creencias de dos o más personas, se las denomina “creencias mutuas”. Searle sostiene que todo este enfoque, que reduce la intencionalidad colectiva a la intencionalidad individual más la creencia mutua, está descaminado. En nuestras cabezas existe la intencionalidad colectiva de un modo primitivo, natural. Así, La intencionalidad colectiva es un fenómeno biológico primitivo que no puede ser reducido a, o eliminado a favor de, otra cosa. Todos los intentos que yo he visto de reducir la “Nosotros-intencionalidad” a la “Yo-intencionalidad” están plagados de contraejemplos (Searle, 1997:42; los destacados me pertenecen).

En la anterior cita se observa una vez más la posición naturalista de Searle; se entiende a este tipo de intencionalidad como un fenómeno biológico primitivo; así, los seres humanos tenemos la capacidad de hacer cosas juntos, no porque a una cierta edad se nos enseñe que eso es correcto o preferible; es más, no elegimos1 hacer cosas juntos; simplemente las hacemos. No se trata de una conducta adquirida sino de una determinación biológica. La razón por la cual la intencionalidad colectiva no puede ser reducida a la intencionalidad individual es que, caer en una

Es verdad que toda mi vida mental está dentro de mi cerebro, y que toda la vida mental de ustedes está dentro de su cerebro, y lo mismo vale para todo el mundo. Pero de aquí no se sigue que toda mi vida mental tenga que ser expresada en la forma de una frase nominal singular referida a mí. La forma que mi intencionalidad colectiva puede tomar es simplemente ésta: “nosotros intentamos”, o “estamos haciendo esto y lo otro”, etc. En esos casos, yo intento sólo como parte de nuestro intento. La intencionalidad que existe en cada cabeza individual tiene la forma “nosotros intentamos” (1997:43).

1 En el sentido en el que Tugendhat (2009) se refiere a un proceso deliberativo de toma de decisiones posibilitado gracias a la adquisición del lenguaje proposicional.

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El cooperativismo en Tomasello

Cuando Searle escribió The Construction of Social Reality en el año 1995, ya se encontraba sólidamente situado dentro del enfoque mentalista o internista. No es esa la posición que aquí adoptaremos. Para aquel que asuma como prioritario y fundamental la función del lenguaje proposicional –como es nuestro caso-, le resultarán extrañas ciertas expresiones tales como, “mi vida mental esta dentro de mi cerebro”. Esto sólo puede ser concebido como una metáfora porque dentro de mi cerebro no hay más que tejido neuronal; si bien el cerebro –como todo órgano-tiene sus funciones específicas, nos resulta dificultoso sostener la idea de que dentro de nuestras cabezas individuales existe tal y cual cosa. Hay intencionalidad colectiva, de eso no hay dudas; hacemos cosas juntos, generamos acuerdos y renunciamos a nuestro ego al emprender tareas colectivas o cooperativas. Todo eso es cierto pero, ¿cómo es posible? Esa es nuestra pregunta, es la pregunta de Searle, pero entendemos que sus argumentos deberían reverse. Searle deja muy en claro lo que quiere decir; en The Construction of Social Reality, grafica las dos posiciones referidas a la existencia de la intencionalidad colectiva. El siguiente gráfico muestra la posición tradicional de las “Nosotros-intenciones”:

Tomasello, desde el punto de vista de la psicología cognitiva, despliega tanto un análisis ontogenético como filogenético de nuestra especie; con el objetivo de abarcar una mejor comprensión del problema de la intencionalidad colectiva, desplegaremos algunos de sus argumentos principales. Searle vio el problema pero el modo en que lo explica nos resulta un tanto insuficiente; sostener que la “Nosotros-intencionalidad” existe porque está dentro de nuestras cabezas, nos resulta, por lo menos, un tanto vago. En Why We Cooperate (2009), Tomasello, inspirado tanto en el propio Searle, como en Michael Bratman (1992), Margaret Gilbert (1989) y Raimo Tuomela (2007), sostiene que con el concepto Intencionalidad compartida o del nosotros se hace referencia a ciertos fenómenos psicológicos que posibilitan ciertas formas de cooperación; en palabras de Tomasello, “básicamente, la intencionalidad compartida comprende la capacidad de generar con otros intenciones y compromisos conjuntos para las empresas cooperativas” (2010:152). Podemos comprometernos e intentar hacer actividades con otros por medio de procesos de atención conjunta y conocimiento mutuo, los cuales, a su vez, son posibles gracias a las motivaciones cooperativas de ayudar a otros y compartir cosas con ellos (2010:15-16). La capacidad de cooperación –a diferencia de lo que plantea Searle-, es exclusivamente humana; recordemos que al comienzo del presente apartado citábamos a Searle cuando afirmaba que la intencionalidad colectiva era común a muchas especies animales. Tomasello (2007, 2010 y 2010ª) no está de acuerdo con el planteo de Searle puesto que sostiene que las formas de vida de otras especies animales (a ello Tomasello lo denomina culturas) se basan exclusivamente en la imitación y otros procesos de aprovechamiento, pero las culturas humanas tienen un plus: la cooperación. La intencionalidad colectiva (el cooperativismo) es, tanto para Searle como para Tomasello, el fundamento de todas las actividades sociales. Y ello es así porque,

Nosotros intentamos

La alternativa de Searle es la siguiente:

Los Homo sapiens están adaptados para actuar y pensar cooperativamente en grupos culturales hasta un grado desconocido en otras especies. De hecho, las hazañas cognitivas más formidables de nuestra especie, sin excepción, no son producto de individuos que obraron solos sino de individuos que interactuaban entre sí (…) (Tomasello, 2010:17).

Observamos que Searle entiende que la intencionalidad del nosotros no es el resultado de la sumatoria de intencionalidades individuales sino que aquella ya existe de un modo primigenio en nuestras cabezas. Pero, ¿Qué significa que algo existe dentro de nuestras cabezas? Para aclarar este punto oscuro recurriremos a ciertos lineamientos generales desarrollados por Michael Tomasello.

Nuestra especie cuenta con habilidades exclusivas para colaborar, comunicarnos y aprender socialmente; ese tipo 2

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Aquí seguimos la edición castellana de 2010.


Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI brindan información prelingüística señalando. Lo significativo es que ni los chimpancés ni otros grandes simios señalan cosas para brindar información a otro ni para llamar la atención de sus compañeros, no utilizan ningún medio de comunicación para ofrecer datos que le puedan llegar a servir a otros. Esta práctica, por lo tanto, es específicamente humana y se desarrolla a temprana edad4.

especial de inteligencia cultural los niños la van desarrollando a medida que crecen. De este modo se va construyendo la capacidad humana de participar en lo que Tomasello (2007, 2010) denomina el pensar grupal cooperativo. Ello sólo fue posible gracias a la enorme capacidad de adaptación a distintas formas culturales que poseen los seres humanos. Con el objetivo de echar luz sobre los orígenes de la cognición humana,Tomasello, en sus distintas investigaciones (2007, 2010 y 2010ª), desarrolla una serie de comparaciones entre los niños y sus parientes más próximos dentro de los primates: los chimpancés. Sus conclusiones, por lo tanto, no sólo cubrirán los aspectos ontogenéticos, sino también –al desplegar una historia evolutiva de la especie humana-, los filogenéticos. Las investigaciones empíricas que Tomasello desarrolla se focalizan en dos fenómenos fundamentales, el altruismo (el individuo que se sacrifica por otro) y la colaboración (cuando varios individuos trabajan juntos para beneficio mutuo). Una de las tesis centrales de Tomasello en ¿Por qué cooperamos?, es la siguiente,

Nuestra especie cuenta con habilidades exclusivas para colaborar, comunicarnos y aprender socialmente; ese tipo especial de inteligencia cultural los niños la van desarrollando a medida que crecen.

Tomasello deja en claro que el cooperativismo en los infantes no se adquiere, no se aprende sino que a los niños les nace, es decir, es producto del desarrollo ontogenético de los seres humanos. Los niños tienen una predisposición prácticamente indiscriminada por cooperar que, con el paso de los años se va viendo afectada por el juicio de otros niños y por la preocupación por la opinión de otros miembros del grupo. Paulatinamente los niños comienzan a internalizar normas sociales y reglas de conducta que van prefigurando qué hacer y cómo dirigirse en la vida con otros3. La inclinación temprana por ayudar que muestran los infantes de nuestra especie también es compartida por nuestros parientes más cercanos pero, sin embargo, hay una forma específica de ayudar que sólo los niños humanos practican: brindar información que es necesaria para otro (Tomasello, 2010:34). Esto lo hacen los niños antes de la revolución de los dieciocho meses, es decir, antes de haber adquirido el lenguaje proposicional. A los doce meses de edad los seres humanos

Los simios no comprenden por qué un humano les señala un objeto determinado, no entienden el por qué de la acción ni su pertinencia; por supuesto que ello es esperable porque en el mundo de los simios ningún individuo le señala a otro un objeto con el fin de llamar su atención. En el mundo de los simios no se da aquello que Tomasello denomina atención conjunta [joint attention]. Los humanos, por su parte, comprenden los señalamientos con fines informativos y realizan inferencias entre los doce y los catorce meses de edad, es decir, antes de saber hablar. Esa comprensión prelingüística es la necesaria para que, posteriormente, los infantes sean capaces de incorporar el lenguaje proposicional. Volviendo a la cooperación, los estudios de Tomasello confirman empíricamente que los seres humanos intentan ayudar brindando información que es pertinente para sus interlocutores y no para sí mismos; esto es la confirmación científica del principio de cooperación enunciado por Paul Grice5. En el mundo de los simios, no existe nada parecido a la cooperación griceana. Cuando los simios descubren alimento o a un predador, lanzan gritos, esos gritos no tienen por finalidad informar al resto una situación determinada porque son lanzados aún cuando el resto de los integrantes del grupo se encuentran presentes. El objetivo de esa situación, evidentemente, no es brindar información puesto que el resto de los individuos ya están enterados. Lo que hacen, lo hacen en beneficio propio o de sus parientes. Los infantes de nuestra

3 Esto no significa que no haya lugar para el egoísmo (también en los niños). La preocupación por la propia supervivencia es necesaria para dejar descendencia y que el grupo no se extinga. Tanto la cooperación como el afán por ser útiles a otros miembros, descansan sobre una base de necesario egoísmo.

4 Este elemento podría ser algo así como el requisito para adquirir, posteriormente, el lenguaje proposicional. 5 Consideramos que siempre es necesaria una contrastación empírica; la última palabra no la tiene la filosofía sino la ciencia. Así, se evitan teorías y supuestos que no se corresponden con la realidad.

…a partir del primer año de vida –cuando empiezan a caminar y a hablar y se van transformando en seres culturales-, los niños ya muestran inclinación a cooperar y hacerse útiles en muchas situaciones, aunque no en todas. Además, no aprenden esa actitud de los adultos: es algo que les nace (2010:24. El destacado es mío).

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especie, muy por el contrario, brindan información con la intención de brindar ayuda e interpretan con exactitud las intenciones informativas de aquellos que los rodean. En un estudio reciente de Grosse, Moll y Tomasello, un investigador le pidió a un grupo de niños de veinte meses que le alcanzaran “la batería”; en la habitación se encontraban dos baterías, una frente al investigador y la otra en el otro extremo. Si los niños hubieran interpretado la orden de una manera simple y llana, lo mismo hubiera dado alcanzarle una u otra, sin embargo le alcanzaron la que se encontraba en el otro extremo de la habitación porque interpretaron la orden como un pedido de ayuda; ello implica que, muchas veces, el modo imperativo implica un pedido de ayuda que se fundamenta en la lógica cooperativa de la colaboración6. Como vemos, la actitud de ayudar y brindar información aparece en los niños a muy temprana edad y de un modo natural. Por supuesto, también a una temprana edad los niños aprenden a mentir. La mentira sólo puede aparecer, sin embargo, luego y porque ya existe previamente la confianza y la cooperación. Si los seres humanos no fuéramos proclives

a confiar, la mentira no tendría asidero alguno. Mentimos porque tendemos a creer en lo que hacen y dicen los otros. Si bien los animales humanos son proclives al altruismo, no ocurre lo mismo con el resto de los monos antropoideos; éstos se muestran muy poco altruistas cuando se trata de compartir recursos escasos como los alimentos. Si bien es cierto que la generosidad de los seres humanos también depende de la situación (si por ejemplo, yo me encontrara en el desierto con una botella de gaseosa sería muy poco generoso y difícilmente la compartiría), los distintos estudios levados a cabo por Tomasello y su equipo demuestran que, “…los niños son más generosos que sus parientes antropoides con los alimentos y los objetos que valoran” (2010:44). Esta generosidad humana también se observa en el modo en que comparten el alimento las madres con sus crías. Ciertos estudios citados por Tomasello demuestran que la mayoría de las madres chimpancé no colaboran en la obtención de alimento de sus crías; ellos deben arreglárselas solos. Las pocas veces que las madres les brindaban alimentos a sus crías, se trataba de las porciones menos apetitosas, cáscaras de frutos, desperdicios o cortezas. Ceder alimentos demuestra que está presente en los simios cierto instinto maternal. La diferencia

6 Grosse, Moll y Tomasello, “21-month-olds understand the cooperative logic of request”, artículo presentado para su publicación. Citado por Tomasello, 2010, pp. 41 y ss.

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Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI de los objetos, los mapas cognitivos, la categorización perceptual, la estimación de pequeñas cantidades y la rotación mental de objetos; poseen estas capacidades, se supone, porque su comprensión representacional de objetos en el espacio es idéntica a la de los humanos adultos. Los bebes humanos ponen en práctica lo que han heredado de los primates pero, ponerlo en práctica les lleva algún tiempo (Tomasello, 2007:79-80). Al interactuar con su entorno físico y social, los neonatos humanos se percatan de la propia existencia. Al dirigir su atención a entidades externas, tienen conciencia de sus propias metas conductuales y del resultado de sus acciones en esas entidades, logrando advertir si sus acciones son consentidas o rechazadas. Así, por ejemplo, los infantes humanos se rehúsan a asir un objeto que se encuentra demasiado lejos o que requiere un cambio desestabilizador de la posición corporal. A ello se lo denomina “self-ecológico”. De todos modos, es posible que los infantes humanos compartan esta habilidad con los primates no humanos; la cantidad de estudios al respecto no es abundante y se torna difícil establecer cuál es, a temprana edad, el significado de un self-social. En un momento del desarrollo evolutivo, los seres humanos experimentan una verdadera revolución en su manera de entender el mundo, especialmente el mundo social. Ese momento es alrededor de los nueve meses de edad. Es en este momento cuando ya no quedan dudas de la enorme brecha que separa a los primates humanos de los no humanos; es aquí cuando las diferencias se agudizan, el momento nodal que, tras años de aprendizaje permitirá establecer una serie de diferencias respecto a nuestros ancestros más cercanos, los chimpancés. A partir de los nueve meses, los primates humanos comienzan a desarrollar aquello que Michael Tomasello denomina conductas de atención conjunta [“joint attention”] (2007, 2010, 2010ª). Lo fundamental en este proceso es que los infantes, “han comenzado a comprender que, al igual que ellos, las otras personas son agentes intencionales cuyas relaciones con entidades externas se pueden acompañar, dirigir o compartir” (Tomasello, 2010:83-84). En este punto cabe preguntarse por qué ocurre esta revolución a los nueve meses. Si bien es cierto que los infantes humanos son ampliamente más sociales que los no humanos –y muestra de ello son las protoconversaciones y la imitación neonatal-, estas actividades no implican la atención conjunta ni ninguna otra forma de comprensión de los demás como agentes intencionales. Es preciso entonces, analizar la relación (si es que la hay) entre estos procesos cognitivos tempranos y otros posteriores, y por qué culminan en los nueve meses, al comprender que los demás también son agentes intencionales. Lo primero que debemos aclarar es que el proceso mediante el cual surgen las habilidades para la atención conjunta entre los nueve y los doce meses es un proceso evolutivo

entre ellos y nosotros los humanos es únicamente de grado. Los humanos hambrientos tampoco comparten su alimento; los chimpancés actúan como humanos siempre hambrientos. En lo que sigue, nos detendremos en ciertos aspectos de la ontogenia humana que consideramos relevantes. Para cooperar con, y hacer algo con otro debo, en primer lugar, reconocer a ese otro como un sujeto intencional con las mismas capacidades cognitivas que yo poseo. Esta aptitud cognitiva no surge una vez de repente en la ontogenia humana y se mantiene inmutable a lo largo del tiempo; muy por el contrario, la comprensión humana de que los otros son seres con los mismos estados intencionales surge hacia los nueve meses de edad y comienza a manifestarse paulatinamente a medida que el niño va incorporando en forma activa las distintas herramientas culturales que su comprensión le permite emplear. La herramienta más importante, como venimos analizando, es el lenguaje orientado por convenciones.

La cognición y la comprensión del infante No es casual que un filósofo tan lúcido como Williams James, describiera el mundo de los infantes como “una tremenda y ruidosa confusión”; solía creerse que el mundo de los bebes humanos poseía un bajo nivel perceptivo. Debido a que los sistemas visuales y auditivos (entre otros) se encontraban en pleno desarrollo, sus capacidades eran reducidas y las probabilidades de captar el entorno cultural, extremadamente bajas. Sin embargo, a partir de la década del ochenta, los psicólogos evolutivos descubrieron que los infantes de pocos meses poseen una serie (nada desdeñable) de habilidades cognitivas. Estas habilidades o aptitudes se relacionan con la comprensión de otros objetos, de las otras personas y de sí mismos. En su obra clásica sobre la infancia, The origins of intelligence in children (1952), Piaget sostenía que los infantes humanos no tienen comprensión alguna de la existencia de un mundo físico independiente a una edad que no coincide con las primeras manipulaciones de objetos. Ciertos investigadores que han cuestionado fuertemente la posición piagetiana han sostenido lo contrario; tanto los trabajos de Baillargeon (1995 ), como los de Spelke (1990, 1992, 1997 ), Haith y Benson (1997 ), tienden a sostener, entre otras cosas, que los niños hacia los tres o cuatro meses aproximadamente, exhiben una comprensión de los objetos como entidades independientes, como entidades que existen aún cuando no están siendo observadas; también comprenden ciertas propiedades básicas de los objetos como, por ejemplo, que no pueden ocupar dos espacios distintos a la vez. De este modo, y siguiendo a Tomasello (2007, 2010 y 2010ª), afirmamos que los infantes humanos, a una temprana edad, poseen habilidades en lo que se refiere a la permanencia 74


Unidad Sociológica Número 6 Año 2 Enero 2016-Mayo 2016 Buenos Aires coherente que requiere una explicación evolutiva coherente. La referencia a la ontogénesis y a la filogénesis no es un fin en sí mismo para nuestro trabajo, sino que es un elemento (muy importante por cierto) a tener en cuenta. Por el contrario, si buscamos claridad en un punto que consideramos central para el presente estudio; nos referimos a la construcción del nosotros en los seres humanos, y sus diferencias con el resto de los animales de nivel superior. Con tal fin, a continuación abordaremos una vez más dicha problemática contrastando la posición de Searle con la de Tomasello.

A diferencia de los chimpancés, los humanos delinean metas conjuntas con sus compañeros y lo hacen a temprana edad, muy poco después de cumplir un año. Searle, no realiza esta distinción conceptual y sostiene que cuando dos o más agentes “hacen algo juntos”, tienen ya intencionalidad colectiva; cuando ello ocurre, Searle habla de hecho social. Los hechos sociales, dentro de su esquema conceptual, y como podemos suponer, no son privativos de los seres humanos; los animales que cazan juntos, los pájaros que se agrupan para confeccionar sus nidos, las hormigas y las abejas que trabajan conjuntamente también poseen intencionalidad colectiva. Searle, sin embargo, no deja de suponer que los seres humanos tienen una notable y específica capacidad que les permite pasar de los hechos sociales a los hechos institucionales. Los seres humanos hacen algo más que la mera participación física; también hablan entre sí, se casan, crean Estados, poseen propiedades, utilizan dinero. Aquí, por nuestra parte, nos encontramos más cercanos a la posición de Tomasello puesto que sostenemos que no sólo los hechos institucionales son privativos de los seres humanos, sino que también los hechos sociales lo son. En cuanto a la escala de importancia se refiere, sin embargo, estamos de acuerdo con Searle; los hechos sociales son más básicos que los hechos institucionales; estos suponen la existencia de aquellos para poder desarrollarse. Para decirlo de otro modo, si los seres humanos no fueran sociales serían incapaces de construir las instituciones de los Estados, el dinero, los matrimonios, etcétera. Pero la capacidad de separase de la postura estrictamente yoica, y adoptar la posición del nosotros, estableciendo actividades y roles diferenciados, junto con metas específicas y planificadas es una capacidad exclusiva de los seres humanos y no se encuentra en el resto de los animales de nivel superior

Sobre el “nosotros” A diferencia de Searle, Tomasello (2007, 2010) sostiene que el resto de los animales de nivel superior no poseen un sentido del nosotros; no hay, por lo tanto, intencionalidad colectiva. El sentido exclusivamente humano del nosotros puede ser observado, no sólo en el mundo institucional de los supermercados, las tarjetas de crédito y los gobiernos; está presente en ejemplos mucho más simples. Tomasello (2010:77-78) presenta la siguiente situación. Supongamos que dos personas acuerdan ir juntas a una tienda. En un punto del trayecto, y sin advertencia previa, uno de ellos decide apartarse y tomar arbitrariamente otro camino. Sin dudas, el sujeto “abandonado” se sentirá sorprendido, disgustado, y, al llegar a su hogar, comentará el hecho a sus amigos y parientes. Les dirá que iba caminando junto a un conocido rumbo a la tienda y que “unilateralmente quebró el acuerdo”, que ha abandonado el “nosotros” por puro egoísmo o porque la otra persona esta trastornada. Lo interesante del ejemplo es que todo se hubiera solucionado si simplemente se hubiera “despedido”, si hubiera dado una excusa, una explicación para quebrar el “nosotros”. Se le podría replicar a Tomasello que sí existen actividades mutualistas y de cooperación dentro del mundo animal nohumano; ello se observa cuando, por ejemplo, los chimpancés salen a cazar en grupo a los monos colobos en los árboles del bosque Tai, en Costa de Marfil. En ese caso, los chimpancés tendrían las dos características fundamentales en toda cooperación, i) los participantes tienen una meta común y, ii) los participantes coordinan sus roles respectivos. Sin embargo, según Tomasello, nada de eso ocurre, puesto que en la caza cada animal ocupa el lugar que más le conviene,

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Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI

¿Por qué los sociólogos nos preguntamos para qué sirve la Sociología? Carlos Castro Herrera*

Un elemento característico de la Sociología es su recurrente ejercicio de pensarse a sí misma. Esta reflexión se ha orientado hacia tres grandes preguntas: ¿cuál es su objeto de estudio? ¿Cómo adaptar el método científico a la comprensión de dicho objeto?Y ¿cuál es el propósito o utilidad del conocimiento científico obtenido? Reflexionar acerca de la razón de ser de la Sociología y por qué los sociólogos nos preguntamos para qué sirve nuestra ciencia, amerita establecer los diversos elementos que constituyen la esencia del problema. A tal fin, este artículo busca ofrece un punto de vista y un posible camino a seguir desde cinco aristas: 1) La Sociología es víctima de su propio origen. 2) No existe una Sociología sino Sociologías. 3) Impacto Social. 4) La muerte del sujeto y la necesidad de revivirlo y 5) La Sociología debe comprender al individuo desde su vida social. PALABRAS CLAVE: Teoría Social - Sociología de la Sociología - Positivismo - Sociología del Individuo -

Teorías de Alcance Medio

A characteristic feature of Sociology is a recurring thought exercise itself.This reflection has focused on three major questions:What is its subject? How to adapt the scientific method to the understanding of that object? And what is the purpose or usefulness of scientific knowledge obtained? Reflect on the raison d’etre of sociology and sociologists wonder what it is for our science, it deserves establish the various elements that constitute the essence of the problem.To that end,this article seeks to offer a point of view and a possible way forward for five edges: 1) Sociology is a victim of its own origin. 2)There is no sociology but Sociologies. 3) Social Impact. 4)The death of the subject and the need to revive and 5) Sociology must understand the individual from his social life. KEYWORDS: Social Theory - Sociology of Sociology - Positivism - Sociology of the individual -

Medium Range theories

Introducción

E

n el momento que todo sociólogo inicia su proceso de formación y a lo largo de su vida profesional, siempre debe enfrentarse a lo que se podría denominar como las tres grandes preguntas clásicas: ¿cuál es su objeto de estudio? ¿Cómo adaptar el método científico a la comprensión de dicho objeto? Y ¿cuál es el propósito o utilidad del conocimiento resultante de la acción científica emprendida? O hablando en latitudes Latinoamericanas: ¿cómo la Sociología impacta en el desarrollo de cada país? Rumbo a 170 años de cuando Auguste Comte comenzara a esbozar la necesidad de esta nueva ciencia, la cual cobraría

vida en su libro Discurso sobre el Espíritu Positivo (1844), la realidad evidencia que este debate sigue en pie de lucha entre los herederos del legado de este pensador francés. Ejemplo de ello es este documento y las publicaciones citadas, las cuales han sido divulgadas en los últimos 10 años en diversos países, pero todas con una misma pregunta en común: ¿para qué sirve la Sociología? Dichas referencias se suman a una lista más extensa de textos, artículos, debates, foros, seminarios y congresos en donde los científicos sociales hemos discernido sobre la vigencia de la Sociología. No se pretende ofrecer aquí ofrecer un estado del arte exhaustivo acerca de cómo se ha reflexionado ante esta pregunta en la última década. Se pretende, brindar bases para un debate e investigación más

* Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), Caracas, Venezuela. Licenciado en Sociología. Especialista en Mercadeo para Empresa. Docente Instructor de las cátedras Sociología General, Sociología Política y del Seminario Sociología y Mercadotecnia en las Escuelas de Ciencias Sociales y Comunicación Social de la UCAB. Líneas de trabajo: teoría social, sociología exi stencial, sociología del consumo, mercadeo, vida cotidiana, dinámica social e interacción entre los individuos. 78


Unidad Sociológica Número 6 Año 2 Enero 2016-Mayo 2016 Buenos Aires extensa, delinear las diversas aristas de la problemática y resaltar un camino a seguir.

se sustenta el método científico no son “tan sólidos” como se pensó. Sino que por el contrario, abrieron la discusión sobre la fiabilidad de los consensos o acuerdo fijados bajo los cuales se analiza e interpreta los objetos de estudio, entendiendo que los mismos, son una resultante intersubjetiva de quienes dan vida a los fenómenos sociales. La ciencia en última instancia es, como el resto de los aspectos de la vida social, un producto cultural que responde a la dinámica misma del entramado social. Dicho en una palabra, es una construcción social. Como indica Seoane (2007: 103), “el científico social no puede acceder a la realidad social en términos de la mera observación, antes necesita comprenderla. Y para comprender tiene que pertenecer al mundo de la vida de los actores”. La Sociología nace partiendo de una visión de la realidad social que restringe su propia comprensión y análisis del “objeto”. Los aportes de los clásicos o fundadores de la ciencia, se entienden que están circunscritos a los parámetros históricos, sociales y culturales que conformaron sus teorías o análisis. Por ello, es la recurrente tarea de revisar la historia de la Sociología para identificar qué puede funcionar hoy día. El conocimiento no necesariamente es acumulativo y perdurable en el tiempo, pero sirve de marco de referencia. Por tal motivo, la Sociología se ve en la necesidad de adaptarse siempre a la realidad social en una suerte de “correr más rápido” o “anticiparse” a los cambios. Bien sabida es la anécdota de Parsons preguntándose ¿quién lee a Spencer?, y pasado no menos de una década, Gouldner se preguntaba ¿quién lee a Parsons? Quizás estemos próximos a que alguien escriba: ¿quién lee a Bourdieu? o ¿Quién lee a Bauman?

La sociología es moderna Una primera aproximación a la pregunta que intitula este artículo, es que la sociología es víctima de su propio origen. Es imposible deslindar el origen de esta ciencia con el desarrollo y auge de la Modernidad, así como también a sus vaivenes y declive. Como destaca el sociólogo venezolano Javier Seoane (2007: 80), (…) el positivismo jugó un papel central en la conformación primera del campo sociológico decimonónico. La sociología fue concebida como una ciencia semejante a la natural, abocada al descubrimiento de las leyes que operaban en el funcionamiento de la vida social

Desde sus inicios, la Sociología pretendió brindar solución a los problemas sociales que acaecían en su época. Teniendo de fondo el principio del Orden – Progreso, Comte vislumbraba que la ciencia (como conocimiento verdadero); ofrecía la garantía de una visión coherente de la realidad, ante la cual poder establecer las líneas de acción adecuadas, para el logro de valores superior, los cuales se englobaban en las nociones de Progreso y Civilización. Esta certeza trajo como consecuencia, que la Sociología cobrara vida dentro un marco epistemológico que entendía la realidad como objetiva, verificable y analizable en términos de relaciones concomitantes entre variables, y que permitían así, formular principios de acción (leyes). Tal como destaca Seoane (2007: 80):

Hablemos de sociologías Esta conclusión nos lleva a una segunda vertiente y certeza de la problemática que lleva a que los sociólogos cuestionemos nuestra ciencia en repetidas ocasiones, y lo cual de ser entendido como una “verdad” no aceptada: no existe una Sociología sino Sociologías. La visión de Comte quedó plasmada en su idea de una física social. Amplias han sido las revisiones y reflexiones acerca de esta posibilidad y de la eficacia o desarrollo de las ciencias sociales de la mano de un único paradigma. Tal como recoge el análisis de Cordero (2008), uno de los problemas centrales de la Sociología y especialmente en Latinoamérica, es que no ha podido obtener una respuesta satisfactoria ante el criterio establecido por Thomas Kuhn (1990) acerca de que las ciencias lo son, en la medida que posean un único paradigma desde el cual analizar su objeto de estudio. Como evidencia Cordero (2008: 84), la teoría de Kuhn

El positivismo también pretendió constituirse en una respuesta sólida a la crisis generada por la proliferación de sentidos por parte de los filósofos de la Ilustración. Comte pensó que el estado de la anomia social de la Francia postrevolucionaria derivaba en gran medida del desacuerdo generalizado por las metafísicas, basadas todas en la opinión (doxa) y jamás científica (episteme). Precisamente, el positivismo anunciaba la llegada del estadio científico y definitivo, pues, de la ciencia siempre sale un conocimiento firme y único de la realidad. Por consiguiente, el desarrollo de la ciencia y una educación positiva popularizada conllevaría el acuerdo social en unas metas únicas y certeras.

Esta convicción, como es bien sabido, ha quedado a un lado. Una vez que la fenomenología y la hermenéutica se abrieron paso, demostraron que los principios bajo los cuales 79


Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI

enmarca a las Ciencias Sociales junto con la Filosofía y las Artes como “protociencias”. La razón de ello radica, en que ellas carecen de un paradigma que les permita cumplir a cabalidad con los criterios o principios de las ciencias naturales, por ende, son “inmaduras” y cercenadas al “progreso”. Tomando como referencia la imagen del haz luz que atraviesa un prisma, el pensamiento científico modernista/positivista, parte de la base que un conjunto de postulados permiten abarcar la realidad y comprenderla a cabalidad. Iniciando en la luz blanca, la comprensión de la realidad es posible porque se abarcan todos los espectros de colores. Básicamente lo que se espera, es que un único paradigma permite abarcar la totalidad de la realidad y explicarla. La Sociología inició con esta idea de fondo, pero en pocas décadas tras su creación, la realidad social confrontó a los teóricos y evidenció el espectro de diversos y plurales colores frente al cual no era posible comprender lo social bajo un mismo lente. ¿Quién tenía la razón?: ¿Comte? ¿Saint Simon? ¿Spencer? ¿Simmel? ¿Tönnies? ¿Weber? ¿Durkheim? ¿Marx? Podría ser más extensa la lista de autores, pero cada uno de estos “clásicos” con su enfoque, propuesta, metodología y

marco teórico, reafirman las gamas de colores que buscaron en su momento llegar a ser el haz de luz blanca unificador. El siglo XX no fue su excepción, y muchos menos con la llegada de la fenomenología, la hermenéutica, la lingüística, el constructivismo, el estructuralismo, el estructuralfuncionalismo, los neo-kantianos o los críticos. La única certeza de nuestra realidad científica, es que todos los enfoques han sido y siguen siendo válidos, y no es posible abarcar la realidad social desde un único paradigma. El análisis realizado por Cordero (2008) acerca de los diversos teóricos sociales, concluye en que la Sociología, más que “inmadura” es “preparadigmáticas”, en atención a los corpus teóricos y metodológicos que han predominado desde sus orígenes y que se han debatido en pro de alcanzar ser el paradigma dominante o integrador que guía a la ciencia. Pero la ciencia se confronta con su objeto de estudio, y tal como destaca Cordero (2008: 180), “(…) la sociedad [el objeto de estudio] sigue su paso profundizando sus contradicciones, solucionando algunas y creando nuevos problemas, algunos de estos aparentemente sin solución”. En última instancia, la Sociología existe debido a su diversidad de paradigmas. 80


Unidad Sociológica Número 6 Año 2 Enero 2016-Mayo 2016 Buenos Aires Siguiendo la línea de análisis propuesta por Seoane (2007: 110112), no es factible esperar o depender de una única visión, porque en última instancia:

• [Existe] Una notable disparidad de situaciones en cuanto a la ubicación de la sociología en estructuras departamentales y de centros [dentro del ámbito universitario]. • Necesidad de una mayor colaboración y diálogo entre el ámbito académico y el ámbito profesional. • Importancia de un mayor esfuerzo de visibilización de la sociología. • Constatación de una diversidad, propia de la disciplina que, entendida como dispersión, puede convertirse en debilidad, si bien entendida como versatilidad, constituye una fortaleza. • Sigue siendo recurrente la pregunta, que formulan diferentes actores sociales (estudiantado, administración, sociedad civil, empresariado...), a la que es necesario dar una respuesta estratégica y pedagógica: ¿para qué sirve la sociología? En este mismo orden de ideas, Teresa González (2014: 137), expresa que existe “una queja” recurrente hacia el que hacer sociológico:

[Desde el postpositivismo] lo que tenemos en torno a los objetos de “la realidad” son interpretaciones.Y las interpretaciones son modos de dar sentido al mundo; es más, son modos de construir el mundo. Las interpretaciones están, entonces, en función de la acción humana. Las sociologías son, en consecuencia, lenguajes sobre el mundo humano; lenguajes que pretenden cierta rigurosidad (…) sometidas a controles del universo disciplinario propios de los campos científicos. No obstante, dentro del universo delimitado por los controles institucionales del discurso y los campos científicos caben diversas interpretaciones acerca de los hechos del mundo (…) para un mismo conjunto de hechos caben siempre varios discursos que lo interpreten [subrayado es nuestro].

Utilidad de la sociología

la separación tajante entre los temas y las técnicas (…) El exceso de teoría y el déficit metodológico, la incapacidad de traducir los problemas de los textos académicos a las realidades sociales actuales (…) La permanencia y reproducción de las dicotomías entre la sociología académica/científica/teórica y la sociología de mercado/no científica/aplicada en la formación de las y los profesionales de la sociología, sumada a la casi ausencia de orientación laboral, indica la necesidad de una revisión autocrítica de los contenidos de la oferta formativa de la sociología que sea coherente y se adecúe a las competencias personales y profesionales que tendrán que usar en el futuro.

Si hablamos de Sociologías, una tercera reflexión al problema gira en torno al valor o su impacto social. Más allá de un mero hecho pragmático, la reflexión sobre el impacto de la ciencia en la sociedad, conlleva a cuestionar su eficacia ante la diversidad de métodos, teorías y temas de análisis. Quizás al leer estas palabras evoquen la crítica de Karl Marx acerca de la utilidad del conocimiento o reflexión filosófica plasmada en la célebre décima primera Tesis sobre Feuerbach: Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo. Ello no establece que el marxismo es la respuesta al problema, es una alternativa, pero que en última instancia refleja dos preguntas de fondo: ¿qué beneficio obtiene una sociedad con el saber producido por un científico social? y ¿qué percepción existe en la sociedad acerca del papel desempeñado por dicho científico? Como un ejemplo de estas dos interrogantes, resaltan las reflexiones acaecidas tanto en España como en México, enmarcadas en la crisis y cambios socioeconómicos que han vivido ambos países. La Sociología ha sido puesta a prueba al reflexionar sobre su función dentro del cambio social que viven estas naciones. En el caso español, como muy bien resume José Beltrán (2014: 130) en su artículo, la Federación Española de Sociología ha invertido los últimos años en generar una reflexión y propuestas que encaminen un sendero para la ciencia. Señala el autor, algunas de las conclusiones del Congreso de Sociología realizado en la ciudad de Valencia-España a finales del 2013, que evidencian la preocupación:

Ante esta realidad de la Sociología española, que bien puede reflejar los problema de la ciencia en cualquier país Iberoamericano, los autores rescatan las aproximaciones y propuesta de grandes teóricos como una forma de reorientar a la ciencia. Beltrán (2014: 128) retoma las ideas propuestas por Bourdieu en su texto célebre El oficio del sociólogo (Bourdieu. Chamboredon y Passeron, 1976: 54) y ofrece esta reflexión: La sociología construye aquellos objetos que investiga — objetos siempre en movimiento atendiendo a la dinámica de cambio social— en función de una problemática teórica que permita someter a un sistemático examen todos los aspectos de la realidad puestos en relación por los problemas que le son planteados. Pero la sociología no solo construye el objeto o el fenómeno social que analiza, sino que puede comprometerse con el mismo a través de la

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Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI cual mirarse y comprender los problemas relevantes en pro de alcanzar soluciones. En última instancia, la impronta social de la Sociología nos remite a reflexionar sobre el rol ético-político del trabajo sociológico. Amplio tema desarrollado por Max Weber en su libro el político y el científico (2005), y que desarrollar este tema llevaría a analizar el rol de la Sociología en la región como instrumento guía ante los problemas de nuestros países. Pero siendo críticos en este momento, se debe reconocer que en muchos casos los Latinoamericanos han “politizado” a la Sociología para responder los problemas de nuestras sociedades, en la misma o igual proporción populista, en lo que lo han hecho los diversos gobiernos: apelando al clamor popular y la reivindicación social. Desde este punto de vista, es importante rescatar la amplia e histórica revisión realizada por Cordero (2008), donde ofrece una basta reflexión ante la problemática del desarrollo de la Sociología en la región. A juicio del autor, la Sociología en su búsqueda de responder al contexto social y alcanzar una ciencia “madura” gracias a un único paradigma, obtuvo en la Teoría de la Dependencia y la CEPAL el camino para garantizar la salida del subdesarrollo. Se puede generar un análisis acerca de este enfoque teórico y brindar una revisión crítica sobre el impacto que tuvo y tiene hoy en día. Ello sería objeto central de otro artículo, ante lo cual cabría preguntarse hoy ¿cuál fue el real aporte de Fernando Henrique Cardoso como académico-sociólogoteórico en los setenta versus sus acciones en los noventa en su gestión presidencial del Brasil?

“mirada sociológica”, que interviene en aquello que mira.Y solo desde esa mirada, que es crítica —puesto que pone en tela de juicio los supuestos del sentido común para explicar y comprender mejor la realidad social—, es posible la reconstrucción de la sociología.

González (2014: 140), por su parte, retoma las ideas de Emilio Lamo de Espinosa. Este autor reconoce y entiende que (…) el conocimiento sociológico, forma parte de las prácticas de reflexividad propias de las sociedades del conocimiento (…) no describimos el objeto; más bien somos el instrumento de que se vale el objeto para auto conocerse. ¿Para quién trabajamos pues? ¿Para qué sirve esa ciencia?, [cuestiona] para los mismos ciudadanos cuyos problemas, angustias, temores o esperanzas estamos estudiando.

Cruzando el Atlántico, Reséndiz (2006) reflexiona sobre el caso mexicano analizando las ideas que propone Fernando Castañeda Sabido y comprende, que parte de la debilidad de la sociología académica en el país azteca, es que no ha podido superar las propias visiones sociopolíticas de su sociedad. Como bien señala: Asumir la oportunidad que implica la crisis para consolidar la identidad de la sociología significa evitar la búsqueda de un nuevo sujeto trascendente que sustituya a la nación, eludir las formas caudillista, construir una identidad con independencia de la sociedad y el Estado, construir de manera distinta el dilema normativo que ha sido propio de la sociología y que en México asumió la expresión del intelectual como conciencia nacional Reséndiz (2006: 249).

¿Humanizar la sociología? Derivado del punto anterior, una cuarta arista del problema resulta evidente: ¿quiénes deben ser conscientes?, ¿quiénes son los individuos, actores sociales o sujetos reflexivos? Surge aquí la arista del problema que ha generado mayores discusiones, porque conlleva hacia uno de los puntos críticos de la Modernidad y que ha sido punta de lanza de la Postmodernidad: la muerte del sujeto y la necesidad de revivirlo. La comprensión de la realidad desde la razón y el método, fue la solución al problema de la sociedad europea en donde predominaba una reflexión del ser humano y su vida desde una perspectiva religiosa-teológica no científica. La herencia del pensamiento positivista se remontan a las consideraciones kantianas sobre la importancia y relevancia de las categorías dándole así supremacía a lo universal (constructos, modelos de análisis, teorías), ante lo particular (la vida cotidiana, el objeto en estudio o el sujeto en sí). La limitante de comprender el objeto en sí, sino a través

Del análisis de Reséndiz (2006: 246) a la obra de Castañeda, se desprende la idea de que la reestructuración del programa sociológico conlleva varios planos, de los cuales vale destacar tres 1) investigar, teorizar, dar soluciones o posibles caminos a seguir ante las estructuras sociales y mundos simbólicos, 2) ante el sujeto, su identidad, su relación con el entorno, el espacio político/público y los movimientos sociales y 3) ante la relación teoría – práctica (metodología). La Sociología debe responder a los contextos sociales, globales o internacionales según sea su radio de acción. Debe ofrecer los elementos necesarios para que los individuos sean conscientes de la realidad y de sí mismos. Rescatando el título del documento de Seoane (2007), la Sociología “es una ciencia dadora de sentido”. Todo teoría, análisis, investigación y reflexión brinda y debe ofrecer un marco de referencia en donde los ciudadanos e instituciones tengan un espejo ante 82


Unidad Sociológica Número 6 Año 2 Enero 2016-Mayo 2016 Buenos Aires de los modelos definidos para ello, trajo consigo de que lo estudiado “era” el objeto en sí. Al estandarizar los objetos a los parámetros universales, se deslindó de todo rasgo “mágicoreligioso-metafísico” al sujeto y los diversos ámbitos de su vida. Con ello, el ser humano sería libre de alcanzar su máximo potencial civilizatorio al poder enrumbar lo particular hacia los principios universales (libertad, igualdad, fraternidad, orden, progreso, civilización).

contradicción ha generado una reflexión y cuestionamiento en la sociología francesa en las últimas décadas, en donde se ha vuelto su mirada hacia el sujeto como aspecto relevante y trascendental del quehacer no sólo sociológico, sino del saber en general. Tal como destacada Anna Pagès Santacana (2014), uno de los ejemplos de esta preocupación por recuperar al sujeto ha sido el trabajo de Alain Touraine. Este autor reconoce y parte de la base de la desmodernización, entendida ella como: una ruptura entre mundo instrumental y mundo simbólico, técnica y valores, lo económico, lo político y lo cultural. Lo esencial de esa ruptura es que alcanza y atraviesa nuestra experiencia particular. La propuesta de Touraine busca reivindicar el sujeto personal, quien es a la vez una fuerza de reintegración de la economía y de la cultura, y una fuerza de oposición al poder de los estrategas. El sujeto es el único lugar donde se puede combinar la instrumentalidad y la identidad, lo técnico y lo simbólico. Como profundiza Pàges (2014):

La Sociología debe responder a los contextos sociales, globales o internacionales según sea su radio de acción. Debe ofrecer los elementos necesarios para que los individuos sean conscientes de la realidad y de sí mismos.

El sujeto personal se define como un proyecto de vida personal, el deseo de cada uno que su existencia no se reduzca a una experiencia caleidoscópica, a un conjunto discontinuo de respuestas a los estímulos del entorno social. Por lo tanto, para Touraine el sujeto se configura a partir de un deseo de resistencia –o más bien de disidencia-, resistencia al desmembramiento de uno mismo y a la invasión de los aparatos de la globalización económica, así como a la presión de las dictaduras comunitarias. El sujeto es un principio ubicado entre el ciudadano –vinculado a la comunidad- y el individuo –vinculado al mercado-. Se ubica en el punto de articulación y de integración entre ambos

Lo contradictorio en esta paradoja universalista, fue que precisamente el ser humano quedó restringido, encasillado, cosificado y etiquetado como una resultante más en la ecuación o modelo social masificador científico. Recientemente destacan las reflexiones realizadas por parte de Eduardo Zeind (2015) en su artículo, en donde sus palabras finales, cobran sentido y van en línea con la problemática destacada en este punto: La sociedad es contradictoria y, sin embargo, determinable; racional e irracional a un tiempo, es sistema y ruptura, naturaleza ciega y mediación por la consciencia. A ello debe inclinarse todo el proceder de la sociología. De lo contrario incurre, llevada de un celo purista contra la contradicción, en la más funesta de todas: en la contradicción entre su estructura y su objeto [citando ]. [Cuestiona Zeind] ¿Qué es determinable? Lo abstracto. ¿Qué contradictorio? Los dogmas, que en manos de ciegos no encajan en la realidad. ¿De qué está hecha la estructura de toda sociedad? De instituciones y de lenguaje. ¿Cuál es el objeto de estudio de la sociología? Las relaciones que hacen posible una sociedad, y no la sociedad “en sí”, mera entelequia del idealismo

Lo más interesante y destacable de la revisión de las ideas de Touraine por parte de esta pedagoga, es que la apuesta del sociólogo francés hacia un modelo social educativo que reavive al sujeto pierde validez, en la medida en que desde la desmodernización, no es posible re articular al individuo porque ya es en sí una categoría resultante de los efectos de la dualidad particular-universal. Y por otro lado, el renacimiento del sujeto desde una educación que redimensione al sujeto tomando en cuenta la subjetividad particular de cada educando, coloco así a la Sociología en un segundo plano y elevan a la Pedagogia y la Filosofía a la cabeza de este proyecto resucitador del sujeto. Este reconocimiento de la muerte del sujeto y la apronta en revivirlo, se convierte así en una suerte de trampa modernista dentro de la cual la Sociología ha quedado emboscada. En palabra de Pàges (2014)

Hablar de la sociedad en sí conlleva analizar un modelo predefinido. Pero analizar a las relaciones que la hacen posible, nos lleva igualmente a estudiar modelos o categorías de acción del “ser social”, que podría ser otra predefinición establecida por el científico social. Esta 83


Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI Merton (1992) postula esta aproximación del análisis social motivado a que:

(…) resulta por lo menos sorprendente que la propia Sociología subraye que el proceso de reconceptualización de nuestra época no pueda hacerse, en sentido intelectual, sólo desde la Filosofía Política o la Filosofía Moral (…) señalando así la insuficiencia de la Sociología para entender el fenómeno de lo social de nuestra época (…) La Sociología se agotó. Otros discursos, como el Filosófico o el Epistemológico, deben ocupar el lugar de la intelección de lo social y, por lo tanto, la tarea de pensarlo [al sujeto]

La teoría sociológica, si ha de avanzar de manera significativa, debe proceder sobre estos planes interrelacionados: 1) desarrollando teorías especiales de las cuales derivar hipótesis que se puedan investigar empíricamente y 2) desarrollando, no revelando súbitamente, un esquema conceptual progresivamente más general que sea adecuado para consolidar los grupos de las teorías especiales (…) La teoría intermedia se utiliza principalmente en sociología para guiar la investigación empírica (…) incluye abstracciones, por supuesto, pero están lo bastante cerca de los datos observados para incorporarlas en proposiciones que permitan la prueba empírica (…) tratan aspectos delimitados de los fenómenos sociales (…) Estas teorías son lo bastante abstractas para tratar diferentes esferas de la conducta social y de la estructura social, de modo que trascienden la mera descripción o la generalización empírica.

Robert K. Merton y la sociología del individuo Esta conclusión que puede ser poca alentadora, nos lleva a la última y quinta arista del problema de por qué los sociólogos cuestionamos nuestra ciencia, la cual se presenta como un camino a seguir: La Sociología debe comprender al individuo desde su vida social. Autores como Françoise Dubert y Danilo Martuchelli en sus trabajos, han rescatado esta necesidad y han desarrollo una línea sociológica denomina Sociología del Individuo. Como destaca Dubet (2011) en su texto elocuentemente titulado ¿para qué sirve realmente la Sociología?, la Sociología del Individuo parte de la convicción de que la trama de la vida social son precisamente las interacciones de los individuos en su vida cotidiana. En tal sentido, la razón de ser la Sociología, es brindar a los sujetos una explicación acerca de la sociedad en la cual viven y los problemas que les son comunes. Dubet invita al lector a considerar que la Sociología debe centrarse en la subjetividad e intimidad del individuo. Aunque ante esta afirmación, se podría alegar que la Sociología operaría más como una Psicología, Dubet resalta que el quehacer sociológico debe enfocarse en los temas colectivos que son de interés o preocupación para los individuos que conforman un mismo entramado social Dubet (2011: 69):

Lo interesante de la propuesta de Merton, es que él entendió la dificultad de encontrar una solución a la dualidad macro – micro y comprendió, que la Sociología debía abarcar un espectro más amplio de análisis en pro de analizar los diversos elementos de la vida social. Como señala Plascencia (2015:148), Merton es sobre todo un autor de ensayos, no de libros (…) la principal dificultad es el modo en que la sociología de Merton fue leída, discutida y asimilada en los ambientes académicos. Mi impresión es que este modo no favoreció la comprensión de su obra. Merton fue víctima de la pedagogía de manual con la que se enseñan y discuten a muchos autores de la sociología. Según esta visión, la sociología está compuesta de corrientes o escuelas de pensamiento unitarias, singulares y excluyentes entre sí.

La reflexión sociológica [señala], está menos centrada en la sociedad como una totalidad que en los individuos mismos cuya subjetividad se toma por autoconstrucción social. Así la Sociología acomete problemas ante los que solía callar: los sentimientos amorosos, las relaciones entre generaciones, la sexualidad, la adopción.

Con palabras similares a las utilizadas por Dubet en su libro, Plascencia ofrece una reflexión acerca de la obra de Merton y entiende que esa visión de “manuales” impidió entender que efectivamente el sociólogo americano ofrecía no sólo un método de comprensión de la vida social, sino que implícitamente en cada sus análisis estaba tejiendo una teoría social. El uso de las Teorías de Alcance Medio permite a los sociólogos brindar aproximaciones específicas sobre ámbitos de la vida cotidiana, sin perder de vista el conjunto social, pero sin configurar “teorías totales” que se alejan de la realidad de los sujetos. Con esta idea en mente, Plascencia destaca como

Esta forma de comprender la vida social desde el individuo, revive el debate de las teorías sociológicas de la totalidad social versus la comprensión de la vida cotidiana. Ante esta clásica dualidad entre la Macrosociología y la Microsociología, Dubet (2011) rescata la propuesta metodológica de las Teorías de Alcance Medio – intermedias - desarrolladas por Robert K. Merton. Rescatando las palabras de este sociólogo americano, 84


Unidad Sociológica Número 6 Año 2 Enero 2016-Mayo 2016 Buenos Aires ejemplos a seguir varios aportes de la teoría de Merton, a saber: El Efecto Mateo, la privación relativa y la teoría del grupo de referencia y la Teoría de la Anomia. Como concluye al autor:

que revisamos en torno a la anomia, el efecto Mateo y los grupos de referencia. (Plascencia 2015: 160)

Tal como entienden individualistas como Dubet o Martuchelli, la realidad social en la actualidad no responde a un mismo entramado social. Vivimos en sociedades fragmentadas en donde los actores y grupos sociales se sienten y visualizan cada más diferentes, únicos e inclusive separados de los demás y teorías generales no tienen validez. En una línea similar de análisis, al reflexionar sobre las perspectivas posibles de desarrollo de las ciencias sociales en Latinoamérica, Cordero (2008: 163), nos ofrece su permitirá

Merton defendió una sociología como proyecto científico, orientado al descubrimiento y explicación de los fenómenos sociales. Comprendió que tal proyecto solo podía realizarse en la medida en que la sociología se alejara de la pretensión de crear grandes sistemas teóricos, pero también del simple coleccionismo de datos. Su apuesta por trabajar en un espacio definido por modelos y teorías intermedias puede calificarse de fecunda, como lo demuestran sus teorías

Tabla 1: Perspectivas probables de desarrollo de las ciencias sociales, según dimensiones sustanciales

La investigación social se perfila entonces, como un camino en la medida que se definan agendas de temáticas enfocadas a reales problemas sociales que permitan el desarrollo de teorías intermedias siguiendo las ideas propuesta por Merton. Cordero (2008: 165) citando a Portes (2002), nos invita a no preocuparnos por la pérdida o caída de los paradigmas, sino por el contrario trabajar por y desde las Teorías de Alcance Medio más relevantes, actualizando las temáticas a nuestros países y momentos socioeconómicos y culturales: a) La del capital social/cultural. Fue Bourdieu su creador. El capital social tiene dos manifestaciones principales observables que son la solidaridad circunscrita y la confianza exigible. Por su parte, el capital cultural sería el repertorio de conocimientos para adaptarse al ambiente físico y social. (Portes, 2002: 133-134) b) Las cadenas globales de bienes. Debe indicarse que hay dos tipos de cadenas: las de productores y las de consumidores. La clave de estas cadenas está en la ubicación y apropiación de las ganancias. c) Transnacionalismo. Alude a los campos sociales que crean los inmigrantes entre, por una parte, sus comunidades 85

y naciones de origen generalmente pobres y, por otra, los países avanzados económicamente donde se establecen. Los campos sociales transnacionales incluyen: inversiones en sus países de origen, movilizaciones políticas, eventos culturales e intercambios religiosos. (Portes, 2002: 137-139) d) El Estado incorporado/weberiano. Se trata del análisis de la burocracia estatal a partir de conceptos weberianos. Esto es el Estado como una organización meritocrática y su “incorporalidad”, o sea, el grado en que la meritocracia puede guiar y dirigir asociaciones privadas empresariales. (Pág. 143) La acción social, por su parte, remite a la comprensión y abordaje de los diversos movimientos sociales existentes en Latinoamérica en atención a las diversas crisis sociales, políticas, económicas y culturales que hemos atravesado en la región en las últimas décadas. Movimientos de campesinos, indígenas, feministas, sindicales, minorías, entre otros, reafirman no sólo el protagonismo y vida de los actores sociales, sino los problemas que existen en la sociedad. Siempre han sido, pero hoy día la aprehensión y comprensión de estas realidades


Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI Bourdieu, P., Chamboredon, J.C., y Passeron, J.C. (1976). El oficio del sociológo. Presupuestos epistemologicos. México: Siglo XXI.

a la Sociología la producción de un conocimiento enfocado e interesado hacia la misma sociedad. La vitalidad de la Sociología descansa en comprender a los sujetos enmarcados dentro de su realidad social y enfrentarlos a la necesidad de la construcción de lo que es común para poder así solucionar los problemas que comparten. Siguiendo estos dos caminos, la Sociología redescubre su razón de ser.

Cordero, A. (2008). El paradigma inconcluso. Kuhn y la Sociología en América Latina. Guatemala: FLACSO. Dubet, F. (2011). ¿Para qué sirve realmente la Sociología?. Buenos Aires: Siglo XXI.

Conclusiones

González, T. (2014). Para qué sirve la sociología. Revista Española de Sociología (RES), 22, 135-141.

Aunque los sociólogos recurrentemente cuestionemos la razón de la ciencia, volver a los inicios no significa que no haya un camino para la ciencia más allá de la visión acuciante paradigmática Kuhniano que subyace en la reflexión, sólo resta trabajar sobre los cinco (5) puntos que se han destacado: 1. Se aspiraba a que la Sociología tenga un carácter emblemático y protagónico ante las demás ciencias. La historia confirma que es una ciencia que tiene mucho que decir, pero no es una voz oficial. 2. Se anhelaba contar con un único corpus teórico robusto, pero en realidad la fortaleza de la Sociología se desprende de su pluralidad de perspectivas. Tenemos que continuar desarrollando Sociologías. 3. Se asume que la complejidad del ser humano y el entramado social es comprensible a cabalidad, cuando en realidad sólo es posible articular fragmentos brindando así la mejor coherencia posible. Desarrollar teorías sociales que expliquen únicamente el todo funcionan como modelos de análisis, pero suelen traducirse en visiones restrictivas de la vida social. 4. Se entiende que todo conocimiento social debe transformar el mundo, con ello garantizar la mejor vida para todos los individuos. La Sociología no es un conjunto de principios morales, filosóficos u ontológicos. Se ocupa de los temas que preocupan o afectan la vida social, pero no es una respuesta final o un deber ser, y 5. Se considera una debilidad la separación o dualidad teoría – práctica (método), pero ello responde a la esencia misma de la comprensión de la vida social. La Sociología se amolda a su objeto de estudio, no al revés. El uso de las Teorías de Alcance Medio y el trabajo emprendido por la Sociología del Individuo, brindan un camino por el cual la Sociología reafirma su razón de ser

Kuhn, T.S. (1990). La estructura de las revoluciones científicas. México: Fondo de Cultura Económica. Merton, R. (1992). Teoría y Estructura Sociales. México: Fondo de Cultura Económica. Portes, A. (2002). Hacia una nueva agenda conceptual. Nueva Sociedad, 178, 126-144. Plascencia, J. (2015). Robert K. Merton y la sociología actual. En Repensar a los Teóricos de la Sociedad II (pp. 145-166). México: Centro Universitario de la Ciénaga. Reséndiz G. R. (2006). Reseña del libro “La crisis de la Sociología académica en México” de Fernando Castañeda Sabido. En Estudios Sociológicos, XXIV (70), 245-249. Santacana, A. (2014). Material del curso a distancia: Transmisión de saber en la sociedad de conocimiento. España: Instituto de Altos Estudios Universitarios en Abierto (IAEU). Seoane, J. (2007). La Sociología como ciencia dadora de sentido. Seis ensayos de teoría social. Caracas: Universidad Central de Venezuela. Weber, M. (2005). El política y el científico. Madrid: Alianza Editorial. Zeind, E. (2015). Kant en el pensamiento sociológico (en línea) http://bit.ly/1RYsipE acceso 15 de Mayo de 2015.

Bibliografía Beltrán, J. (2014). Para qué sirve la sociología. Revista Española de Sociología (RES), 22, 127-134. 86


Unidad Sociológica Número 6 Año 2 Enero 2016-Mayo 2016 Buenos Aires

El esquivo objeto de la sociología. El límite de la filosofía y el surgimiento de la teoría social en las obras tempranas de Marx y Engels Iván Kitay*

La reivindicación de autonomía científica por parte de la comunidad sociológica requiere efectuar operaciones de separación. Esto en ocasiones lleva a que los “padres fundadores” de la disciplina (Durkheim,Weber, Marx) se presenten como “huérfanos” respecto a las formas de pensamiento que permitieron su emergencia. En el presente trabajo nos proponemos abordar un fragmento de la historia del surgimiento de la teoría social moderna condensada en las obras tempranas de Marx y Engels publicadas en los Anales Franco-alemanes. Allí, los conceptos ser genérico -perteneciente al ámbito de la filosofía feuerbachiana- y proletariado -que suele ubicarse del lado del acervo de la sociología en tanto remite a una clase social- ocupan un lugar central.Esta revisión teórica busca desestabilizar las visiones establecidas sobre el discurso sociológico, en un intento por superar la recurrente imagen de “caja de herramientas” tan cara a la disciplina. PALABRAS CLAVE: Marxismo – Ser genérico – Proletariado - Historia conceptual – Teoría social

The vindication of scientific autonomy by the sociological community, requires some separation processes. In some occasions, this leads to the “founding fathers” of the discipline (Durkheim, Weber, Marx) being presented as “orphans” of the ways of thinking that permitted their emergence. In this paper, we propose to approach a fragment of modern social theory, condensed in Marx and Engels’s early works from the German–French Annals.There, the concepts of species-being -belonging to Feuerbach’s philosophy- and proletariat -usually associated to sociology, as it refers to a social class- are central. This theoretical review pretends to unstabilize stablished visions about sociological discourse, in an attempt to overcome the popular image of “toolbox”, so damaging to the discipline. KEYWORDS: Marxism – Species-being – Proletariat – Conceptual history – Social theory La sociología, como doctrina de la constitución de la sociedad, está todavía hoy ligada a la filosofía, de la cual nace, y no es posible ver en ello un anacronismo: porque la propia sociología no se deja separar del árbol científico como una rama entre todas las demás (…) todas las disciplinas cuyo sujeto es el hombre se han unido entre sí, y necesariamente remiten la una a la otra. Institut fur Sozialforschung (Universidad de Frankfurt), La Sociedad, 1966. El sociólogo está limitado a los oscuros esfuerzos que exigen las rupturas siempre repetidas y las incitaciones del sentido común, ingenuo o científico: en efecto, cuando se vuelve hacia el pasado teórico de su disciplina, se enfrenta no con una teoría científica constituida sino con una tradición. Pierre Bourdieu, J.C. Chamboredon y J.C. Passeron, El Oficio del Sociólogo., 1968

¿Para qué sirve la sociología? La persistencia de una pregunta

E

n 2006, Siglo XXI Editores publicó el libro ¿Para qué sirve la sociología?, compilado por Bernard Lahire, en el cual un grupo de renombrados sociólogos intentan responder a esta pregunta que parece seguir careciendo de una respuesta clara, luego de tantos años de existencia de la disciplina. En este sentido, resulta sumamente sugerente la imagen que aparece en la tapa de la edición argentina: una navaja multiuso abierta. Parece ser, entonces, que la única claridad que tenemos respecto de la sociología es que provee de diversas herramientas (como la navaja multiuso) para pensar y/o intervenir sobre algo que llamamos genéricamente “la sociedad”. Esta concepción recupera cierto origen

* Licenciado en Sociología (UBA). Becario del Consejo Interuniversitario Nacional. 87


Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI un período decisivo de la trayectoria intelectual de nuestros autores nos parece particularmente productivo pues, como afirma Nocera (2012: 36), la crítica de Marx a Hegel expresa “el reconocimiento del límite de la filosofía, que plasma el límite de la lógica de una realidad (la sociedad civil capitalista) y que torna, a partir de allí, a la filosofía misma como objeto crítico de indagación”.

tecnocrático de la disciplina, vinculado a lo que hoy llamamos “ingeniería social”, que implica, en palabras de Adorno (2002: 21), “la creencia de que los expertos científicos, sirviéndose de determinadas técnicas metodológicas, producirán, si se les confía directa o indirectamente el control sobre la sociedad, un estado equilibrado, estable, o, diría, un estado capaz de funcionar”. Bourdieu (1990: 79) afirmaba en una entrevista realizada en 1980 que “hace ya mucho tiempo que la sociología ha salido de la prehistoria, es decir, de la era de las grandes teorías de la filosofía social con la cual suelen identificarla los profanos”. La reivindicación de autonomía científica por parte de la comunidad sociológica (expresada aquí por Bourdieu) requiere efectuar operaciones de separación. Esto en ocasiones lleva a que los “padres fundadores” (Durkheim, Weber, Marx) se presenten como “huérfanos” respecto a las formas de pensamiento que permitieron su emergencia. Por eso, nos preguntamos: ¿Cómo se efectuó esa “salida de la prehistoria”? ¿Por qué? ¿Para qué? Desde luego, no existe una respuesta unívoca. Este trabajo pretende abordar un fragmento de la historia del surgimiento de la teoría social moderna, condensada en las obras tempranas de Marx y Engels publicadas en los Deutsch-Französische Jahrbücher (Anales Franco-alemanes)1 en febrero de 1844. Esta selección de autores y textos nos resulta particularmente productiva para escapar de aquellas visiones establecidas y “estabilizadas” sobre el discurso sociológico. Se trata de un conjunto de artículos que aparecieron simultáneamente en la primera y única edición de un ambicioso proyecto político-editorial, donde el pensamiento de ambos autores se encuentra “en el papel” por primera vez, notable precedente a una vida de trabajo en conjunto. Además, como ha señalado Rossi (2015: 2), “Marx es un autor siempre invitado a la mesa de los ‘padres’ [fundadores de la sociología], pero a la vez siempre incómodo”, por un lado, porque forma parte de la tradición socialista, y por otro, porque no es sociólogo de formación. Schmidt nos recuerda que incluso el concepto de “sociología” está ausente en sus trabajos, pese a ser ya corriente en su época, en tanto no quería que lo confundieran con Comte. Nos interesa particularmente dar cuenta de los usos de los conceptos ser genérico [Gattungwesen] y proletariado [Proletariat] en los trabajos antedichos. La noción de gattungwesen pertenece indudablemente al ámbito de la filosofía feuerbachiana. El concepto de proletariado, sin embargo, en tanto remite a una clase social, suele ubicarse del lado del acervo de la sociología. Atender a sus vínculos y a la posible influencia recíproca de sus formulaciones en

Los escritos de Marx en los Anales franco-alemanes. El Estado como “forma profana” de la enajenación de la esencia humana y la “intuición comunista” del proletariado Los artículos aparecidos en esta publicación muestran que hasta entonces Marx conservaba íntegra la crítica de Feuerbach a la religión cristiana. En su Introducción a la crítica de la filosofía del derecho de Hegel (en adelante, Introducción), nuestro autor comienza por explicitar esta deuda con el filósofo de Bruckberg. ¿Qué forma tiene esa crítica de la religión? La lógica de la inversión de la posición hegeliana: “El hombre hace a la religión, y no la religión al hombre. Y la religión es la autoconciencia y el autosentimiento del hombre que aún no se ha encontrado o ha vuelto a perderse” (Marx, 1982: 491). Realizada ya esta tarea, nuestro autor considera que debía entonces seguir avanzándose en otras direcciones. He aquí el programa filosófico que Marx se propone en esa época: La misión de la filosofía, puesta al servicio de la historia, después de desenmascarar la forma de santidad de la autoenajenación del hombre, está en desenmascarar la autoenajenación bajo sus formas profanas. La crítica del cielo se trueca, de este modo, en la crítica de la tierra, la crítica de la religión en la crítica del derecho, la crítica de la teología en la crítica de la política. (ídem: 492)

La mentada crítica de la política (del Estado) es tratada por Marx en los dos escritos que aquí abordaremos. Ambos se sustentan en el principio de inversión que propone Feuerbach: en ellos, el concepto de esencia genérica del hombre ocupa un lugar central, pues es lo que se ha invertido en la conciencia y se ha enajenado en una entidad “profana”: el Estado. Feuerbach no explica por qué la religión requiere de la separación y la inversión de la esencia del hombre en Dios. A diferencia de la crítica feuerbachiana de la religión, cuyo objetivo último era el ateísmo como reconciliación del hombre consigo mismo en el ámbito de la conciencia, para Marx no alcanza con el mero reconocimiento teórico (de que la sociedad civil no es un momento de la estatalidad): “la

1 Nos referimos a los trabajos de Marx Introducción a la crítica de la filosofía del derecho de Hegel y La cuestión judía, y a los Esbozos para una crítica de la economía política y La situación de la clase obrera en Inglaterra de Engels.

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Unidad Sociológica Número 6 Año 2 Enero 2016-Mayo 2016 Buenos Aires 185; destacado en el original). Un Estado puede ser él mismo libre sin que por ello los individuos bajo él lo sean también. Así, la emancipación política del hombre de la religión, no suprime la religiosidad real del hombre, sino que justamente consiste en su reconocimiento fuera del Estado, su pasaje del ámbito público al ámbito privado. Marx está pensando, como Feuerbach, en la emancipación humana como emancipación de la religión en general, en tanto reconciliación del hombre consigo mismo, con su esencia. Pero a su vez, la extiende a la emancipación del hombre del Estado, que en tanto mediación “secular”, disocia al hombre real, existente, del hombre político. Por eso concluye: “sólo cuando el hombre individual recobra en sí al ciudadano abstracto y se convierte, como hombre individual, en ser genérico, (…) sólo entonces se lleva a cabo la emancipación humana” (Marx, 2012: 204). En última instancia, se trata de una crítica a la separación que Hegel hace entre el Estado y la sociedad civil. El Estado político mistifica esta relación escindiendo la vida del hombre entre su “vida pública” (como ciudadano) ideal, universal, y su “vida privada” (como hombre) material y particular, contraponiendo así la “vida genérica” (en la comunidad política) a la “vida material” (en la sociedad civil), por lo que debe entonces abolirse aquél para llegar a la emancipación humana como reconciliación “en la vida material” del hombre con la esencia de su género. Sin embargo, Marx no indica aquí quién debería realizar tal tarea. Será en la Introducción donde nuestro autor esbozará una primera y aproximada respuesta a esa pregunta, que pasa precisamente por el “proletariado”. Allí, reflexiona sobre las condiciones ético-políticas de la Alemania de su época y su futuro, identificando “tareas para cuya solución no existe más que un medio: la práctica” (Marx, 1982: 497). Esto implica un desplazamiento hacia la pregunta por el “poder material”, por el agente potencialmente portador de dicho poder. Entonces, Marx se pregunta qué clase puede realizar una revolución verdaderamente radical que pueda conseguir para Alemania la emancipación humana general.

crítica de la religión desemboca en el postulado de que el hombre es la suprema esencia para el hombre y, por consiguiente, en el imperativo categórico de echar por tierra todas aquellas relaciones en que el hombre es un ser humillado, sojuzgado, abandonado y despreciable” (ídem: 497). En tanto nuestro autor considera que el Estado es una forma social de la existencia del hombre como objetivación de su esencia, este reconocimiento hace necesaria la superación real del mismo como entidad ajena y superior a los individuos. Volveremos sobre este punto más adelante. En Sobre la Cuestión Judía (una polémica con Bruno Bauer acerca de la emancipación de los judíos y su relación con el Estado cristiano), el abordaje de la dimensión estatal conserva también el modelo feuerbachiano de la inversión y la enajenación. Es a través de este modelo que Marx da cuenta de las limitaciones de la emancipación política: El hombre, aun cuando se proclame ateo por mediación del Estado, es decir, proclamando al Estado ateo, sigue sujeto a las ataduras religiosas, precisamente porque sólo se reconoce a sí mismo mediante un rodeo, a través de un medio. La religión es cabalmente, el reconocimiento del hombre dando un rodeo. A través de un mediador. El Estado es el mediador entre el hombre y la libertad del hombre. Así como Cristo es el mediador sobre quien el hombre descarga toda su divinidad, toda su servidumbre religiosa, así también el Estado es el mediador al que desplaza toda su no-divinidad, toda su no-servidumbre humana. (Marx, 2012: 184; destacado en el original)

La analogía con el procedimiento de Feuerbach en La Esencia del Cristianismo es evidente: El Estado es a la sociedad civil lo que el cielo es a la tierra. Allí donde el Estado político ha alcanzado su verdadero desarrollo, lleva el hombre, no sólo en el pensamiento, en la conciencia, sino en la realidad, en la vida, una doble vida, una celestial y otra terrenal, la vida en la comunidad política, en la que se considera un ser colectivo, y la vida en la sociedad civil, en la que actúa como particular. (Marx, 2012: 185; destacado en el original)

Para que la revolución de un pueblo y la emancipación de una clase especial de la sociedad coincidan, para que una clase valga por toda la sociedad, se necesita (…) que todos los defectos de la sociedad se condensen en una clase, que ésta determinada clase resuma en sí la repulsa general (…), que una determinada esfera social sea considerada como el crimen manifiesto de la sociedad toda, de tal modo que su liberación se considere como la autoliberación general. Para que una clase de la sociedad sea la clase de la liberación por excelencia, es necesario que otra sea manifiestamente el estado de sujeción. (Marx, 1982: 500; destacado en el original)

Como indica Rossi (1971: 308), “El Estado político desarrollado, el Estado burgués moderno (…) prescinde de las condiciones reales de vida de sus miembros, para realizar ilusoriamente su ‘existencia política’ en la esfera abstracta”. Por consiguiente, existe una contradicción entre el hombre y el Estado que no se supera “perfeccionándolo” (por ejemplo, haciéndolo ateo), pues esto implica dejar en pie la mediación. “El Estado político acabado es, por su esencia, la vida genérica del hombre por oposición a su vida material” (Marx, 2012: 89


Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI de “derechos universales” y de “postulados”. Así, el concepto de proletariado “resulta más bien construido como una antítesis lógica que constatado como un producto de la misma sociedad burguesa” (ídem: 315). Esta situación es reconocida por el propio Engels (1946: 255) en su prólogo de 1845 a La Situación de la Clase Obrera en Inglaterra, donde indica que la “descripción de las condiciones clásicas del proletariado” británico era una tarea muy importante porque los teóricos alemanes sabían muy poco del mundo real, en tanto “casi ninguno ha llegado al comunismo de otro modo que mediante la reducción por Feuerbach de la especulación hegeliana”. Es posible pensar que el “descubrimiento” del proletariado por parte de Marx que este texto constata se debe en gran medida a la impresión que le provocó el contacto con los obreros franceses durante su estadía en ese país. Por ejemplo, Michael Löwy (2010: 85) considera que la segunda parte de la Introducción “lleva ya la marca de París”. En efecto, en una carta a Feuerbach del 11 de agosto de 1844 (posterior a la publicación de los Anales Franco-alemanes), Marx le señala que “hay que haber asistido por lo menos a una de las reuniones de los obreros franceses para poder concebir la frescura intocada, la nobleza que emana de esos hombres agobiados por el trabajo (…) es entre estos ´bárbaros´ de nuestra sociedad donde la historia prepara el elemento práctico de la emancipación del hombre” (Marx, 2011: 180). Por otra parte, Rubel nos recuerda, en su singular biografía intelectual de Marx, que Flora Tristán había publicado poco antes en París un documento donde trataba los mismos temas. Rubel (2012: 145) supone que “Marx debió experimentar un doble sentimiento de admiración y de desconfianza hacia esta sorprendente mujer que muy pronto comenzaría su periplo a través de Francia, llevando a los obreros el mensaje de su liberación”. Sin embargo, es el propio Löwy (2010: 104) quien a su vez señala que “los ‘proletarios’ miembros de estas organizaciones secretas eran más bien oficiales artesanos que obreros industriales”. Por ello, creemos que, sin subestimar el papel que jugó el vínculo de Marx con las organizaciones de “conspiradores” franceses en sus elaboraciones teóricas, el proletariado que tiene en mente Marx aquí no es el mismo que el que Engels estaba por entonces conociendo en Inglaterra, como veremos a continuación.

El pensador de Tréveris considera que una clase de estas características no existe aún en Alemania, pero sí en Inglaterra y Francia. En cualquier caso, para nuestro autor, la posibilidad de la emancipación humana reside en: la formación de una clase atada por cadenas radicales, de una clase de la sociedad civil que no es ya una clase de ella; de una clase que es ya la disolución de todas las clases; de una esfera de la sociedad a la que sus sufrimientos imprimen carácter universal y que no reclama para sí ningún derecho especial, porque no es víctima de ningún desafuero especial, sino del desafuero puro y simple, que ya no puede apelar a un título histórico, sino simplemente al título humano; que no se halla en ninguna suerte de contraposición unilateral con las consecuencias, sino en contraposición omnilateral con las premisas mismas del Estado alemán; de una esfera, por último, que no puede emanciparse a sí misma sin emanciparse de todas las demás esferas de la sociedad y, al mismo tiempo, emanciparlas a todas ellas; que representa, en una palabra, la pérdida total del hombre, por lo cual sólo puede ganarse a sí misma mediante la recuperación total del hombre. Esta disolución total de la sociedad cifrada en una clase especial, es el proletariado. (Marx, 1982: 501-502; destacado en el original)

En este extenso fragmento, el proletariado (término que aparece aquí por primera vez) es definido como la “clase universal”. ¿En qué consiste su universalidad? Es universal porque carece de todo (y lo sufre) y eso la hace no reclamar nada en particular, sino oponerse de plano al Estado en tanto tal. Marx está pensando en las clases poseedoras que pugnan por una revolución parcial, es decir, sólo política, que instaure nuevamente la dominación de una parte sobre el todo, en base al sostenimiento de su situación particular (de su riqueza, por ejemplo). El proletariado, al ser la condensación de toda carencia y de todo defecto de una sociedad, sólo puede entonces reclamar para sí su condición humana, y con ella, la emancipación de toda la sociedad. En vistas a lo anterior, coincidimos con Ricoeur (1994: 70) en que “el concepto [de proletariado] es una construcción abstracta; no (…) una descripción sociológica (…) el proletariado continúa siendo aún un concepto filosófico”. Rossi (1971: 309) apoya esta idea y a su vez sostiene que a ese camino recorrido por Marx le falta aún “la determinación de cuáles son las ‘relaciones’ en que el hombre aparece humillado”. Para él, “la nueva intuición comunista del proletariado surge de un ámbito de consideraciones de tipo filosófico y social, pero no específicamente económico todavía: eso explica ese matiz de dialectismo abstracto que todavía late en el texto” (ídem: 301). A pesar de que hay referencias al elemento económico, no hay aquí una caracterización acabada en ese ámbito: Marx habla

Los aportes de Engels. La economía burguesa como producción sin conciencia genérica y la causa del proletariado como causa de la humanidad El año 1843 encuentra a Engels -quien hasta ese momento sólo se había encontrado con Marx en una fugaz ocasión, en su paso por Colonia- en Manchester, Inglaterra, donde se vio 90


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obligado a trasladarse para formarse en el comercio al que se dedicaba con gran éxito la empresa familiar. Su estadía en la isla le permite, por un lado, acceder a los desarrollos teóricos más importantes de la economía política, y por otro, conocer de primera mano las condiciones de vida reales de los obreros del país más avanzado de su época y las características de sus organizaciones (además de a Mary Burns, una obrera irlandesa que se convertiría luego en la compañera de toda su vida). Los trabajos que este publica en los Anales Franco-alemanes demuestran que las experiencias que vivió allí -sin contar su encuentro con Moses Hess en el viaje de ida-tuvieron una notable influencia en sus elaboraciones teóricas. Estas obras tendrán gran relevancia para la posterior constitución del pensamiento marxiano, como el propio Marx reconocerá años después en su Prólogo a la Contribución a la Crítica de la Economía Política de 1859. Los Esbozos para una Crítica de la Economía Política presentan una discusión con las categorías de Smith, Ricardo, Malthus y otros exponentes de la economía política que hoy llamamos clásica, en lo que constituye una obra pionera en la crítica de dicha disciplina. La crítica de Engels al discurso de la economía política remite

fundamentalmente a la denuncia moral. Sin embargo, como nos recuerda Sánchez Vázquez (2011): Este moralismo debe ser justamente entendido. No se trata de una contradicción entre un ideal moral y la realidad, sino de la contradicción que encuentra el joven Engels entre el hombre y la economía o también entre la esencia humana y una realidad económica en la que cada individuo se amuralla en su interés egoísta y entra en conflicto con los otros. Lo que Engels llama inmoral es justamente este orden humano, regido por el egoísmo, que entra en contradicción con su idea del hombre, de inspiración feuerbachiana (como ser genérico). (p. 33)

En efecto, la idea de esencia humana que se encuentra operando en la obra remite al filósofo de Bruckberg, con cuyo pensamiento se familiarizó en su paso por la Universidad. Reconstruyamos algunos de los argumentos que aquí aparecen: Si los productores, como tales, supieran cuánto necesitan los consumidores; si organizaran la producción; si se

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Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI privada, ya que sus relaciones públicas existen sólo en función de la propiedad privada” (ídem: 9). Por eso, pregunta a los capitalistas en tono de reproche:

la repartieran entre sí, entonces la oscilación de la competencia y su tendencia a la crisis serían imposibles. Produzcan con conciencia, como hombres, no como átomos desparramados, sin conciencia genérica, pónganse por encima de todos estos contrarios artificiales e insostenibles. Pero mientras ustedes continúen produciendo como en la actualidad, de forma inconsciente e irreflexiva, abandonada al dominio de la causalidad (…) debe provocarse una revolución social como el dogmatismo de los economistas no puede ni soñar. (Engels, 2006: 25-26, subrayado propio)

¿Cuándo hicieron algo por pura humanidad, por conciencia de la futilidad de la oposición entre el interés general y el individual? ¿Cuándo han sido morales, sin ser interesados, sin cobijar en el fondo motivos inmorales y egoístas?. (ídem: 11)

Este razonamiento no alcanza sólo a los burgueses sino también a los terratenientes y trabajadores, pues “la propiedad privada aísla a cada uno dentro de su tosca individualidad y cada uno abriga, sin embargo, el mismo interés que su vecino (…) la inmoralidad del orden humano actual culmina en esa hostilidad entre intereses iguales”, en esa competencia que hace a todos renunciar “a todo lo que verdaderamente debiera ser el fin de su vida” (ídem). Aquí, la propiedad privada aparece (aunque superficialmente) como el origen de la enajenación del género, algo que Marx retomará posteriormente en sus Manuscritos de 1844. Engels esboza (2006), inspirándose en las ideas del socialista utópico Fourier, en qué consistiría una situación en la que no hubiese enajenación:

Para Engels, el elemento que define a la economía política es el egoísmo. En este fragmento se critica el individualismo y la primacía de los intereses particulares que caracteriza el razonamiento de los burgueses. Nuestro autor dice que estos producen sin conciencia genérica, esto es, sin pensar en el ser humano como género, priorizando particularidades (que él caracteriza como “artificiales”) a la universalidad de la especie. En este sentido, sus denuncias nos remiten a un aspecto específico del concepto feuerbachiano de Gattungwesen. Para Feuerbach, el ser genérico no es individual sino comunitario. Si Dios es la esencia enajenada del hombre, el dogma de la Trinidades interpretado “como la totalidad viviente del hombre, como la expresión de la comunidad humana” (Martínez Hidalgo, 1997: 129). La reconciliación con el género aparece, así, como la planificación de la producción social. Sin embargo, aquí la distinción se hace entre productores y consumidores, y no entre burguesía y proletariado. Otro elemento que Engels parece tomar del pensamiento feuerbachiano es la distinción humano/animal.Para Feuerbach, el ser humano es capaz de trascender su inmediatez y proyectarse como especie mediante el pensamiento. El animal, en cambio, sólo puede vivir de acuerdo a su individualidad, no posee una vida interior distinta de las relaciones exteriores: No piensa, sólo percibe sensorialmente. Engels (2006) interpreta esta distinción en clave moral: aquellos que no piensan más que en su propio interés particular e inmediato, ven degradada su humanidad a una vida animal. Por ello afirma:

En un estado digno de la humanidad (…) la colectividad tendrá que calcular lo que puede producir con los medios que tiene a su disposición, y determinar según la relación de fuerza de esa producción con la masa de consumidores en qué medida debe aumentar o reducir la producción, en qué medida debe permitir o limitar el lujo. (p. 27)

Por otro lado, La Situación de la Clase Obrera en Inglaterra es, en palabras de Roggerone (2012: 3) “un ejemplar trabajo de observación participante, donde (…) mediante un exhaustivo trabajo empírico y teórico, (…) Engels denunciaba la explotación y los crímenes sociales que la burguesía cometía diariamente contra la clase obrera”. En la introducción a la obra, que describe el proceso de formación del proletariado inglés, Engels (1946) afirma que antes de la revolución industrial

La economía liberal había hecho su mejor parte para generalizar la enemistad por medio de la disolución de las nacionalidades, para transformar a la humanidad en una horda de animales violentos -¿Y qué otra cosa es la competencia?- que se devoran por eso mismo entre sí. (p. 12; subrayado propio)

Los trabajadores industriales ingleses vivían y pensaban (…) aislados y retirados, sin actividad intelectual, y sin fluctuaciones violentas en su situación vital. Rara vez sabían leer, y mucho más raro aún era el caso en que supieran escribir, concurrían regularmente a la iglesia, no hablaban de política, no conspiraban, no pensaban, disfrutaban de los ejercicios físicos, oían la lectura de la Biblia con devoción hereditaria, y se conducían de manera inmejorable

Para Engels, la economía mercantil, en sus diversas formas, mancomuna a los hombres, pero lo hace a través de un vínculo hipócrita: “la ciencia debería llamarse economía 92


Unidad Sociológica Número 6 Año 2 Enero 2016-Mayo 2016 Buenos Aires romanticismo, que los obreros han superado el egoísmo de la nacionalidad (pues lo han acogido a él, un alemán), y que se han reconocido como humanos (al descubrir la identidad entre sus intereses y los de toda la humanidad). Nuestro autor considera que él y los obreros tienen una causa común, la “causa de la humanidad” (ídem).

con su humildad sin pretensiones, ante las clases más prestigiosas de la sociedad. Pero en cambio estaban espiritualmente muertos, vivían sólo para sus mezquinos intereses privados, para su telar y su pequeño huerto, y nada sabían del tremendo movimiento que, allí afuera, recorría la humanidad. Se sentían cómodos en su quieta vida vegetal y, de no haber sido por la revolución industrial, jamás hubiesen salido de esa existencia, por cierto que muy romántica y confortable, pero indigna de un ser humano. Pero es que no eran seres humanos, sino solamente máquinas que trabajaban al servicio de los pocos aristócratas que hasta entonces habían conducido la historia; la revolución industrial no hizo otra cosa que imponer las consecuencias de ello, al convertir definitivamente a los obreros en meras máquinas y al quitarles de sus manos el último resto de actividad autónoma, pero impulsándolos con ello a pensar y a exigir una posición humana. (p. 259; subrayado propio)

El proletariado, al ser la condensación de toda carencia y de todo defecto de una sociedad, sólo puede entonces reclamar para sí su condición humana, y con ella, la emancipación de toda la sociedad.

Engels considera al trabajador aislado y apacible del período previo a la revolución industrial como “espiritualmente muerto”. La vida abocada a los intereses privados, como ya aparecía en los Esbozos, es entendida por Engels una forma de vida “indigna de un ser humano”. La revolución industrial, entonces, los arroja al encuentro de unos con otros (y en este sentido, les da la posibilidad de trabajar de acuerdo con su género), pero al mismo tiempo los degrada a la condición de máquina, de apéndice de la propiedad ajena (es decir, los esclaviza a los propietarios, enajenándolos). La combinación de estas dos consecuencias, sin embargo, habrían sido la clave del impulso de los obreros para reclamar un trato humano, diferente a su vez de la forma de vida que habían llevado hasta el momento. Posteriormente, en su prefacio de 1845, Engels hace una reflexión acerca de los once meses que dedicó al contacto con los obreros. Nos dice que encontró que éstos

Entre la filosofía y la ciencia. Hacia una recuperación de la tradición crítica de la teoría social clásica Decíamos al principio de este trabajo que nos interesaba recuperar una parte de la historia “ignorada” de los orígenes de la sociología, aquella historia que implicó intercambios con otras disciplinas como la filosofía, antes de que configurara un discurso que pudiese reclamar como propio. El análisis del uso de los conceptos de ser genérico y proletariado en las obras tempranas que Marx y Engels publicaron en los Anales Franco-alemanes nos permite dar cuenta de un momento clave de este intercambio. Como vimos, el lenguaje feuerbachiano de la esencia humana nutrió el aparato crítico del joven Marx en sus primeras reflexiones sobre el Estado. Por este camino, el pensador de Tréveris se encuentra con la “limitación del horizonte visual” (según sus propias palabras) de Hegel y Feuerbach: ya no se trata sólo de develar la alienación en la conciencia, sino la lógica de la realidad que produce tal alienación. La productividad de la crítica filosófica se tensa, entonces, hasta el límite. Como señala Marx (1982) en su Introducción, “la filosofía sólo puede superarse realizándola” (p. 496), y “la filosofía solo llegará a realizarse mediante la abolición del proletariado, el cual no podrá abolirse sin la realización de la filosofía” (p. 502). La pregunta por las posibilidades de superación de la filosofía a través de su realización, es la que “conduce” a Marx hacia el proletariado, como “el concepto filosófico de una filosofía que ha realizado su inversión práctica para convertirse en teoría revolucionaria, teoría de la transformación del mundo” (Rossi, 1971: 319).

(Están) exentos de la perniciosa maldición de las limitaciones nacionales y de la arrogancia nacional, que en última instancia no es otra cosa que egoísmo en gran escala, que son más que meros ingleses, integrantes de una nación individual, aislada, que son seres humanos, integrante de la gran familia internacional de la humanidad, seres que han descubierto que sus intereses y los de toda la raza humana son los mismos, y en cuanto tales, en cuanto miembros de esa familia de la ‘humanidad única e indivisible’, en cuanto seres humanos en el sentido más enfático de la palabra (…) [los] saludamos [a los obreros]. (idem: 22. Subrayado en el original)

Si los burgueses se veían reducidos a animales por la competencia despiadada, Engels dice, no sin cierto 93


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En el caso de Engels, el carácter comunitario del ser humano propio de la filosofía feuerbachiana es el eje en torno al cual organiza su pionera crítica de la economía política inglesa. Además, la constatación por su propia experiencia de que los obreros ingleses podían llegar a trascender el egoísmo y los intereses parciales que la economía política erigía a pilares constitutivos de la sociedad lo llevan a afirmar que estos obreros portan la causa de toda la humanidad. Hemos visto que, para el caso de los autores aquí tratados, no se puede comprender la aparición del segundo concepto sin hablar del primero. El propio Marx (1982) afirma en su Introducción que, “así como la filosofía encuentra en el proletariado sus armas materiales, el proletariado encuentra en la filosofía sus armas espirituales”, en tanto“la cabeza de esta emancipación [del hombre] es la filosofía, [y] su corazón, el proletariado” (p. 502, destacado en el original). Como afirma Schmidt (1983: 63), esta tradición de pensamiento “escapa (…) a los habituales esquemas clasificatorios del tipo de la teoría o la sistematización de la ciencia”. Nos encontramos ya lejos de aquella imagen aséptica de la sociología, entendida como una indefinida y neutral “caja de herramientas” para comprender/intervenir sobre “la sociedad”. Creemos que la recuperación de estas reflexiones, de unos pensadores que nunca se establecieron en el ámbito académico y que probablemente se hubieran identificado más como socialistas que como sociólogos, nos permiten ir más allá de esa superficial concepción

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Criterios para la publicación de artículos

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U nidad Sociológica es una revista digital dirigida por un grupo de docentes y sociólogos de la Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires (UBA). Se publican artículos que cumplan con el requisito de ser originales, pudiendo ser estos artículos académicos, avances de investigación, entre otros. Cada número se dedicará a un dossier. El actual número versa sobre “Modernidad y globalización: interrogando los albores del siglo XXI”. Se encuentra abierta permanentemente la convocatoria para presentar artículos en la sección Teoría sociológica clásica y contemporánea, donde se espera que haya un dialogo y/o una discusión entre autores clásicos y contemporáneos de la disciplina sociológica. A continuación se detallan los criterios formales para la presentación de artículos: Tamaño de la página: A4. La fuente será Times New Roman 12, con interlineado de espacio y medio. Los archivos deberán enviarse a convocatoria@unidadsociologica.com.ar en formato Word. La estructura argumentativa del trabajo estará ordenada de la siguiente manera: - Titulo y nombre de autor/es (con su respectiva filiación institucional) - Resumen en español (máximo de 150 palabras) - Resumen en ingles (máximo de 150 palabras) - Palabras clave en español (no más de 5) - Palabras clave en ingles (no más de 5) - Cuerpo del trabajo - Bibliografía El cuerpo de cada trabajo tendrá un mínimo de 3.000 palabras y un máximo de 6.000, incluyendo citas y bibliografía. Citas: a pie de página con numeración ascendente, fuente Times New Roman, tamaño 10. Para las citas en el texto se utilizará el formato APA (American Psychological Association): Autor, año, número de página de la cita. Ejemplo: (Foucault, 1996: 36). Para las citas bibliográficas se utilizara el mismo formato: Apellido, Inicial del nombre (año), Titulo del texto. Lugar de edición: Editorial. Ejemplo: Bourdieu, P. (2005). Pensamiento y acción. Caracas, Monte Ávila Editores Latinoamericana. Para más detalle, consultar La cita documental. Elementos y ejemplos de referencia en estilo APA: http://iigg.sociales.uba.ar/ documentos-del-cdi/ Los artículos recibidos serán considerados para ser publicados por evaluadores externos a la revista, siguiendo el sistema de doble ciego. 99



UNIDAD SOCIOLÓGICA


Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI

“Es imposible hablar sobre la globalización sin hacer referencia a las fronteras geográficas y a su control. En la medida en que la globalización consiste prácticamente en la mayor movilidad de capital y en el aumento de interconexiones internacionales fundamentales entre Estados-nación siendo incorporadas en la economía global, requiere necesariamente la alteración y la relajación de fronteras territoriales fuertemente arraigadas, o lo que se conoce en los estudios de referencia como el proceso de desterritorialización. ” Leonidas K. Cheliotis, Los límites de la inclusión: Globalización, capitalismo neoliberal y políticas estatales de control fronterizo.

“Dado que la globalización es el proceso resultante de la capacidad de ciertas actividades de funcionar como unidad de tiempo real a escala mundial, implica la formación de un sistema trasnacional de poder y erosiona todo tipo de fronteras (por el flujo de capitales, transacciones e ideas), la pregunta en torno al fortalecimiento o debilitamiento del poder de los Estados resulta ineludible.” Agostina Costantino y Benjamín Temkin, La globalización y los Estados nación: ¿desaparición o reconfiguración fortalecedora?

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