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Figura 4. Ejemplo de exposición de un elemento frente a un deslizamiento

El SGC (2015) propone la evaluación de vulnerabilidad con la caracterización de los elementos expuestos bajo amenazas con categoría altas, mediante la inspección con formatos diligenciados en campo de las edificaciones, redes viales, infraestructura de servicios públicos en riesgo, etc. Posteriormente evalúan la exposición y fragilidad de los elementos expuestos ante la amenaza, para obtener los probables daños en los elementos, clasificando la vulnerabilidad en Baja, Media y Alta por los daños esperados. La Figura 4 exhibe las zonas de exposición de un elemento expuesto frente a la generación de un deslizamiento.

Figura 4. Ejemplo de exposición de un elemento frente a un deslizamiento

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Fuente: (SGC, 2015)

El nivel de detalle varía de estudio a estudio, depende en sí de la naturaleza misma de cada investigación. En algunos casos la recolección de información puede ser dispendiosa y con altos costos, no es lo mismo una ciudad de 20.000 habitantes a una ciudad de más de 100.000 habitantes. En este caso y en ocasiones no es necesario caracterizar edificación por edificación, sino caracterizar y evaluar, como por ejemplo un grupo de edificaciones o manzanas de un sector, por otro lado, la evaluación de vulnerabilidad en ciudades con pocos habitantes o centros poblados es menos dispendiosa y la recolección de datos es más asequible.

Yamin, Ghesquiere, Cardona y Ordaz (2013) caracterizan las edificaciones mediante localización geográfica, características físicas, socioeconómicas y de funcionamiento.

Evalúan la exposición humana con respecto al daño físico que se puede presentar en las edificaciones por peligros naturales. Dentro del análisis estimaron que la cantidad de población varía dependiendo si es de día, de noche, o incluso para un día especifico de la semana. Por su parte, obtuvieron con información de la población para el año 2005 representaciones geográficas de la ciudad de Bogotá de la densidad poblacional (hab/m2) por manzanas, unidades de planeamiento zonal (UPZ) y por localidad, resultados que permitieron concluir que las localidades de Ciudad Bolívar y Tunjuelito poseen la mayor población por metro cuadrado de la ciudad, siendo la zona más vulnerable a un sismo.

Existen numerosas normas y políticas con enfoque al ordenamiento territorial, conocimiento y reducción del riesgo de desastres en varios países, que buscan disminuir y en otros casos evitar la vulnerabilidad ante peligros naturales, desarrollando metodologías para el análisis y evaluación de amenaza y vulnerabilidad, debido a que, tanto en países desarrollados y en desarrollo como los de América Latina, el aumento de pérdidas económicas se atribuye principalmente al aumento de población en zonas de riesgo (Press y Hamilton, 1999).

2.5 ANÁLISIS Y EVALUACIÓN DEL RIESGO

El riesgo es la probabilidad de que un fenómeno natural y/o antrópico tenga consecuencias negativas y adversas a la integridad humana, áreas urbanizadas, sistemas viales de comunicación, equipamientos (salud, educación, otros) e infraestructura de servicios públicos. La estimación del riesgo es un proceso, que consiste en identificar los daños y pérdidas ante un peligro natural, ya sea de inestabilidad (movimientos en masa) o zonas de inundación. En resumen, el riesgo se puede definir como la relación entre la amenaza y la vulnerabilidad. Para que eventualmente, se desate un evento que pueda producir un desastre debe existir una amenaza de origen natural o antrópico, y condiciones vulnerables en una comunidad y/o infraestructura de la misma. El conocimiento, reducción del riesgo y manejo de desastres son factores importantes para la intervención de este. Cuando se tiene identificado estos factores se puede proceder a la toma de decisiones para reducir, mitigar o evitar riesgos por peligros naturales en los territorios.

Lo anterior, introduce a un concepto más técnico de riesgo, el concepto de Riesgo corresponde a: “los daños o pérdidas potenciales que pueden presentarse debido a los eventos

físicos peligrosos de origen natural, socio-natural, tecnológico, biosanitario o humano no intencional, (…) El riesgo de desastres se deriva de la combinación de la amenaza y la vulnerabilidad” (Congreso de la República, 2012, p. 5). En la mayoría de los casos, es más eficiente prevenir que recuperarse de los eventos naturales ocurridos. Sin embargo, expertos en el tema aciertan que no importa la resistencia de edificación o estructura, eventos naturales seguirán causando daños.

El resultado de evaluación del riesgo dependerá principalmente de la información recolectada y procesada en las actividades de evaluación de amenaza y vulnerabilidad por peligros naturales adversos. Para un experto en el tema, algunos riesgos son más fáciles de identificar y evaluar que otros. Por ejemplo, un movimiento en masa o inundación en localidades pequeñas son más predecibles que un terremoto, como el ocurrido en Japón en el año 2011 con una magnitud de 9.0 en la escala de Richter y que jamás antes se había registrado ni pronosticado en esa zona del país (Amano, 2015).

La cuantificación del riesgo es subjetiva debido a que depende de muchas variables, como la agilidad de un individuo ante un evento natural con respecto a otroindividuo. Por ejemplo, individuos jóvenes y sanos poseerán mayor repuesta a individuos de tercera edad, niños y con discapacidad. Visión, grado de conocimiento y prioridad de la población ante el riesgo, de cómo perciben la población la intensidad y magnitud de la amenaza natural, en creencias, una población será más afectada que otra por diferentes motivos, entre otras variables. Por consiguiente, no hay una metodología estándar para la evaluación del riesgo.

Las estimaciones de pérdidas humanas y/o daños en edificaciones o infraestructura son de interés para la planificación y desarrollo de planes de emergencia en territorios bajo amenaza por peligros naturales para hacer frente a un desastre. Evitar y mitigar el daño posible por un riesgo natural conlleva la necesidad de tomar medidas y control a corto, mediano y largo plazo del uso de suelo del territorio. También, la metodología y calidad de los materiales de las construcciones, sobrepoblación en zonas de riesgo, deforestación, tecnología, entre otros. Según Coburn et al. (1991) “La más alta prioridad de la evaluación del riesgo por diferentes eventos o causas naturales en un territorio con amenaza latente, es salvar vidas (p.26).

Es muy importante dentro del riesgo mismo, la respuesta y fortalecimiento de las instituciones estatales frente a este. La capacidad de reacción y la gestión del riesgo en un territorio son factores que influyen en la vulnerabilidad de los elementos expuestos por eventos naturales adversos. La literatura científica respalda que para determinar el riesgo existen dos componentes esenciales, la amenaza y la vulnerabilidad de los elementos expuestos. Así, el riesgo es mayor o menor en cuanto la amenaza y vulnerabilidad sea alta o baja. Por ejemplo, en una zona de amenaza alta por sismo el riesgo es mayor si las edificaciones no fueron construidas bajo normas sismo resistentes, en cambio, el riesgo disminuye si las edificaciones fueron construidas con materiales y metodologías adecuadas. La evaluación del riesgo se puede realizar de diferentes maneras, cualitativa o cuantitativamente o integrados, se debe considerar también, la evaluación por cada uno o integrado de las causas de los eventos naturales ocurridos en un territorio. Dicho lo anterior, la elección de la metodología e indicadores para el cálculo del riesgo dependerá de la experiencia de quien ejecute el estudio de riesgo (SGC, 2015).

La Unidad Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD, 2014) afirma que existen diferentes métodos para el cálculo del riesgo, por un lado, el analítico o matemático y por el otro, el descriptivo.

El método analítico, llamado también matemático, se basa fundamentalmente en la aplicación o el uso de la siguiente ecuación:

Donde, R = Riesgo A = Amenaza V = Vulnerabilidad

La ecuación anterior hace referencia básica para la estimación del riesgo, a partir de la amenaza y vulnerabilidad. El método descriptivo o cualitativo se basa en criterios del experto en el uso de una matriz de doble entrada. Se interrelaciona la amenaza (vertical) con la

Ecuación 4. R = f (A,V)

vulnerabilidad (horizontal), con la intersección de ambos valores se podrá estimar el nivel de riesgo esperado.

Según la Sociedad Australiana de Geomecánica (Walker, Davies y Wilson, 2007), el riesgo se puede estimar cuantitativamente, semi-cuantitativo y cualitativamente. La estimación de riesgo cuantitativo integra el análisis de frecuencia de una amenaza y las consecuencias de ésta mediante probabilidad. La estimación de riesgo semi-cuantitativo o mediante términos cualitativos puede ser usada cuando no se tiene y la obtención de datos numéricos es limitada, como un proceso inicial para la identificación de peligros naturales o antrópicos con niveles de detalle o cuando no se justifica el costo/tiempo para un análisis más detallado de un estudio.

El SGC (2015) propone categorizar el riesgo por separado: el riesgo de bienes físicos y de personas, para luego integrarlos y obtener un riesgo final. Dicha categorización es baja, media o alta, dependiendo del resultado de la integración, en el cual se plantean algunas medidas de intervención y reducción, como en el caso de zonas con riesgo alto. En otro estudio (Walker et al., 2007), se estimó el costo aproximado de daños de acuerdo a las consecuencias de las estructuras o edificaciones ante una amenaza natural o antrópica, asignándoles un porcentaje al valor directo del daño con relación al valor de la edificación en el mercado. Por otro lado, el SGC (2015) analizó si el riesgo alto es mitigable o no, así, plantearon que estas zonas de riesgo alto deben ser intervenidas con criterios de viabilidad técnica, económica y urbanística, con el fin de disminuir la categoría del riesgo alto a medio.

El Organismo de las Naciones Unidas encargado de la atención de desastres. Organización de las Naciones Unidas para la Ayuda de Desastres (UNDRO, 1979), en una reunión de expertos “Desastres Naturales y Análisis de Vulnerabilidad” en conjunto con la UNESCO (United Nations Educational, Scientific and Cultural Organization), propusieron y definieron la diferencia entre amenaza, vulnerabilidad y riesgo, también su relación, debido a que las terminologías existentes no eran muy claras. De la reunión concluyeron la siguiente fórmula para la estimación del riesgo:

Ecuación 5. Rt = (E) (Rs) = (E) (H * V)

Donde, Rt = Riesgo Total E = Elementos Bajo Riesgo Rs = Riesgo Específico H = Amenaza O Peligro V = Vulnerabilidad

Según la Organización de los Estados Americanos en su manual sobre el “Manejo de Peligros Naturales en la Planificación para el Desarrollo Regional Integrado” (OEA, 1993), el riesgo de peligros naturales se define con la relación de la amenaza y la vulnerabilidad, como se indica en la siguiente ecuación:

Donde, R = Riesgo A = Amenaza V = Vulnerabilidad

Otros autores incorporan en el análisis y evaluación del riesgo la capacidad de respuesta de los individuos ante un peligro natural o antrópico. Wilches-Chaux, en la compilación “Los Desastres no son Naturales” por Maskrey (1993), define el riesgo como la relación de amenaza, vulnerabilidad e introduce otro factor que es la capacidad de preparación de los individuos mediante un conjunto de medidas de preparación y prevención antes de que ocurra un evento natural desfavorable. Define el riesgo como sigue:

Ecuación 6. R = A x V

Ecuación 7. Riesgo =

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La representación de las zonas de riesgo en un mapa ayuda a los planificadores dentro del ordenamiento territorial a tomar mejores decisiones y a la población en general aporta una visión de los peligros presentes en su territorio. La información plasmada en un mapa debe ser comprensible para aquellos que toman decisiones sobre el territorio, así como para la

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