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Figura 8. Conjunto de información ráster, el valor del píxel corresponde al dato
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Figura 8. Conjunto de información ráster, el valor del píxel corresponde al dato. (Chang, 2006)
2.1.11 Estadística ráster
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El ráster, al ser una matriz con valores numéricos por píxel, se comporta como tal, un conjunto de datos, el cual puede sumarse, restarse, multiplicarse o dividirse (entre otras funciones) junto con otros conjuntos de datos, siempre y cuando posean la misma dimensión (Chang, 2006). Para nuestro caso de estudio, la estadística que aplicaremos a los ráster será para la elaboración de promedios históricos, anomalías y determinación de diferencias significativas entre los valores de marzo, abril y mayo 2020 con los anteriores.
2.1.12 Promedios históricos
Consiste en determinar la media aritmética con los valores obtenidos a lo largo del tiempo. Debido a que se trabaja a escala mensual, se consiguen promedios históricos para cada uno de los doce meses del año que reflejan el comportamiento “normal” del océano para cada una de sus variables (TSM, CHL, PIC, POC, PAR).
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2.1.13 Anomalías
Conocidos también como valores atípicos, corresponden a datos que no se ajustan al patrón establecido (Grubbs, 1969). Es decir, valores que son diferentes a los esperados. Al tratar con variables oceanográficas (TSM, CHL, PIC, POC, PAR), las anomalías que se presentan corresponden a una respuesta a actividades antropogénicas. (Menchaca Dávila & Alvarado Michi, 2011).
2.1.14 Diferencias significativas
La significancia estadística pertenece al valor numérico correspondiente a determinar si un resultado es diferente a otro. Visualmente podemos ver si existen diferencias entre los datos, pero es a través de diferentes pruebas estadísticas que se logra dar un resultado fiable. Para nuestro caso se usarán las desviaciones estándar para comparar los valores de los meses de confinamiento por la pandemia (marzo, abril y mayo 2020) con los años anteriores 2002-2020 y verificar si existen diferencias significativas para las variables oceanográficas (TSM, CHL, PIC, POC, PAR).
2.2 Marco histórico
2.2.1 Pandemias mundiales anteriores
Grandes epidemias han tenido lugar en diversas partes del mundo en la historia de la humanidad, enfermedades que se propagan con mucha rapidez, superando las capacidades del hombre para encontrar una cura dejando a su paso una gran cantidad de afectados y de víctimas mortales, se considera a la viruela como la primera pandemia.
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La Viruela
La viruela apareció hace 10.000 años aproximadamente, en el siglo XVIII y afectó a más del 30% de la población mundial, principalmente al continente europeo que, en época de conquista, trasladó el virus consigo a América contagiando al 90% de la población a nativa americana. Se caracterizaba por dejar desfiguradas a los contagiados.
El vocablo “viruela” procede del término latino “varius” y significa “manchado”, haciendo alusión a los abultamientos elevados que aparecen la cara y en el cuerpo de una persona infectada por el virus (Gargantilla, 2020).
La primera vacuna en la historia fue creada para curar esa enfermedad. La viruela fue erradicada en 1980.
La peste negra o bubónica
Apareció en el siglo XIV, iniciando en el año 1347 y se prolongó por al menos 5 años. Aparentemente, la enfermedad se habría originado en China o en el centro de Asia y su llegada a Europa se habría producido en barco (Kreibohm, 2020).
La peste negra está causada por una bacteria Yersinia pestisy se transmite gracias a las pulgas de las ratas (Gargantilla, 2020).
Es una enfermedad que puede resultar mortal, clínicamente en su forma clásica hay gran inflamación dolorosa de los ganglios linfáticos corporales, en especial en regiones inguinales, axilares y cuello, cuya inflamación -bubones- determinó el nombre (Castañeda & Ramos, 2020).
Durante el tiempo que duró la “Peste Negra” no había medicinas ni centros de salud; era prácticamente imposible controlar todos los contagios, y por tanto, la
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propagación de una enfermedad que había entrado por el sureste del continente y que rápidamente barrió todas las naciones del Mediterráneo propagándose hasta Inglaterra (Arregui, 2020).
Afectó al 60% de la población europea, en su mayoría de escasos recursos. Se considera, debido a su propagación exponencial, que ha dejado un saldo de 200 millones de víctimas mortales.
En la actualidad, esta enfermedad todavía existe en África, Asia, América y aunque existe un tratamiento antibiótico, aún deja fallecidos.
Gripe Española
La gripe española surgió en Estados Unidos cuando la Primer Guerra Mundial terminaba. Se la denominó “Gripe Española” porque durante esta época los países se mostraban herméticos en la difusión de información, mientras que España, al ser un país neutral, la prensa difundía información sobre esta enfermedad libremente.
De la gripe española sucedieron tres oleadas y la última fue la más letal, en España murieron un aproximado de 260 000 personas y en la India ascendió entre 1 a 2 millones (Castañeda & Ramos, 2020).
Según Gargantilla (2020), se calcula que el virus H1N1 acabó con la vida del 3-6% de la población mundial entre los años 1918 y 1920, lo cual significa que fallecieron entre 50 y 100 millones de personas.
Gripe Asiática
Apareció por primera vez en Yunnan, China, de una mutación de una cepa viral procedente de las aves, H2N2, conocida como la “gripe aviar”, con una tasa de mortalidad del 90% entre esos animales. El análisis del material genético puso de
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manifiesto las peculiaridades del virus: procedía de una cepa aviar, dos porcinas y una humana que había saltado de cerdos a humanos (Gargantilla, 2020).
La influenza es una enfermedad viral aguda de las vías respiratorias, cuyo período de incubación es de 1 a 7 días y el período infeccioso, de 7 a 10 días. Así mismo, algunos pacientes evolucionan hacia formas más graves de la enfermedad, con un intenso ataque al estado general y signos de insuficiencia respiratoria, hasta que se instala un cuadro de neumonía atípica que puede conducir a la muerte (LópezCervantes et al., 2010).
La propagación de este virus era muy rápida, el contagio fue exponencial, sus síntomas solían confundirse con el virus de gripe normal, por lo que, era difícil determinar si los pacientes estaban contagiados con este virus.
La influenza cambia la naturaleza de su ARN y muta rápidamente, por este motivo, cualquier vacuna creada para una cepa anterior se muestra inútil frente a uno
nuevo.
Esta pandemia iniciada en Asia registró un millón de fallecidos durante los años 1957 a 1958 (Castañeda & Ramos, 2020)
VIH SIDA
El Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), causante del Síndrome de
Inmunodeficiencia Humana (SIDA), se diseminó a través del continente africano
tal vez después de 1950 gracias al uso compartido de jeringas durante las campañas de vacunación (Restrepo Agudelo, 2014). Existen 2 tipos VIH-1 y VIH2, siendo el 1 el más virulento, es el resultado de la transmisión del virus de la
inmunodeficiencia de los simios (VIS) a humanos (Gargantilla, 2020). El virus se encuentra en los fluidos corporales de las personas infectadas y necesitan una vía de acceso abierta para llegar al torrente sanguíneo. Afecta los linfocitos del
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sistema inmunológico del cuerpo, cuando entran en una célula, la cubierta protectora del virus se rompe y su material genético, se incorpora en la célula humana que infecta con instrucciones para que se reproduzcan virus iguales (Sánchez-Yáñez & Leal Lozano, 2020), estas células se dedican a reproducir este virus y dejan de proteger el cuerpo contra cualquier otra enfermedad, virus, bacterias por lo que hasta una simple gripe es muy peligrosa para la persona infectada.
A pesar de que el continente africano se veía afectado por esta enfermedad, fue en 1990 cuando alcanzó su pico luego de que se detectara en lugares como Los Ángeles y New York. En ese momento la epidemia se triplicó y se expandió de forma abrupta por las principales ciudades (Gargantilla, 2020).
A pesar de los esfuerzos de los países todavía no existe una cura para esta enfermedad, pero existe la prueba ELISA para su detección y se han desarrollado diversos retrovirales que mejoran la calidad de vida de los infectados y evitan una muerte temprana. En 2018 fallecieron por VIH 770 000 personas y se infectaron 1,7 millones a nivel global. Hasta finales de 2018 el VIH había producido un aproximado de 37,9 millones de pérdidas vidas humanas (Castañeda & Ramos, 2020).
2.2.2 Situación actual COVID-19
Lo que se conoce actualmente sobre el COVID-19 es poco y cada día surgen nuevos resultados de diferentes áreas de estudio por la brevedad del tema, debido a esto, precedentes relacionados específicamente a este virus es casi nulo. Uno de los campos donde se presenta gran cantidad de resultados es la salud, sin embargo, el monitoreo del cambio climático a través de imágenes satelitales ha sido un área de particular interés en los últimos veinte años. Uno de los principales estudios en el área satelital corresponde al realizado por Wang & Su, (2020) donde 36
a través de series de tiempo e imágenes satelitales se puede evidenciar como la cuarentena en China tuvo efectos positivos ante variables atmosféricas del cambio climático en el primer trimestre del 2020. Lo que demuestra claramente que se tiene un grave problema de contaminación debido a la actividad antropogénica.
Así mismo, la ONU dentro del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), menciona que el impacto del COVID afecta positivamente al océano al menos a corto plazo debido a que “esta reducción de los gases de efecto invernadero beneficiará al océano al disminuir el ritmo de la acidificación, el
calentamiento y la desoxigenación, pero, como en el caso anterior, si no se mantiene, el impacto general será modesto” (PNUD, 2020). Por lo tanto, adicional a los resultados de los sensores remotos, lo que se pretende en la presente tesis, es concientizar a la población para tomar un nuevo camino y ver esta pandemia como una oportunidad para poder cambiar nuestro estilo de vida a algo más amigable con la naturaleza.
2.2.3 Estudios a nivel mundial sobre COVID-19
El COVID-19 es un nuevo coronavirus producto de un salto zoonótico, se cree que se derivó del murciélago, mutando en el humano. Comenzó en diciembre de 2019 en Wuhan, provincia de Hubei en China y fue declarada pandemia global el 11 de marzo de 2020 (Castro L., 2020).
El COVID-19 es una infección viral producida por el SARS-CoV-2, que afecta principalmente las vías respiratorias bajas, en los casos severos podría producir una respuesta inflamatoria sistémica masiva y fenómenos trombóticos en diferentes órganos (Alves Cunha et al., 2020).
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Los síntomas que con mayor periodicidad se describen son: dolor faríngeo, fiebre, tos seca, anosmia y trastornos del gusto. Otros como diarreas, mialgias y cefalea, se reportan con menor frecuencia. El periodo de incubación de la enfermedad es de 2 a 14 días, durante los cuales existe trasmisión independiente de la presencia o no de síntomas. En los casos asintomáticos se estima un porcentaje de trasmisión entre 48 y 62 % (Valdés Álvarez & Chao Pereira, 2020).
Según Sainz (2020) las personas al hablar, toser, cantar, estornudar, gargajear, moquear, besar y un largo etcétera pueden con sus secreciones infectadas transmitir el virus a través de las gotas respiratorias que pesan entre 5 y 10 µm. El diagnóstico confirmatorio es a través de la identificación de la presencia del ARN viral por técnica de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) en tiempo real, en hisopado nasofaríngeo, secreciones traqueobronquiales y heces fecales (Valdés Álvarez & Chao Pereira, 2020). De modo general, se dice que la tasa de mortalidad está en el 1.5 y 5%, aunque podría alcanzar el 20% en individuos mayores de 60 años, o en personas menores con enfermedades concomitantes (Caicedo & Patarroyo, 2020).
Las medidas de control tomadas por los distintos países son muy diversas, entre las estrategias incluyen distintos niveles de cuarentena, aislamiento y seguimiento de contactos, suspensión de eventos públicos masivos, promoción de medidas de salud pública como el lavado de manos, la higiene al toser y el distanciamiento social, y la preparación de los centros de salud tanto para la llegada de pacientes severos que requieran aislamiento, oxígeno y soporte ventilatorio como con respecto a las medidas de prevención de infecciones (Pulcha-Ugarte et al., 2020). La impresión actual es que la epidemia sigue extendiéndose a nivel mundial con distintas fases evolutivas en países, con
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