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La educación ambiental, más necesaria que nunca. Por Federico Velázquez de Castro

La educación ambiental, cada vez más necesaria

Federico Velázquez de Castro González Asociación Española de Educación Ambiental

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Bajo la pandemia provocada por el SARSCoV-2, que azota a todo el planeta, políticos y expertos llaman continuamente a la responsabilidad individual. Saben que complementa las medidas institucionales y que sin ella, los objetivos sanitarios no se alcanzan. Igual ocurre con los problemas ambientales: sin el compromiso personal no hay solución posible. La crisis ambiental continúa, y lo demuestran los impactos globales (sin que los locales y regionales hayan desaparecido), su rápida evolución y marcada persistencia; quizás el cambio climático sea el que mejor lo ejemplifica. Ciertamente se necesitan Protocolos, Convenios y legislación, pero no son suficientes. Ya en la Cumbre de Río se definió la educación ambiental como vía imprescindible para alcanzar la sostenibilidad. Y aunque, ni los más entusiastas creemos que sea el único instrumento, sin ella no se logran los objetivos marcados. La educación ambiental interpreta, relacionando las causas y efectos de los sucesos ambientales; promueve valores (responsabilidad, respeto, sencillez, solidaridad…) orientados a una forma diferente de entender la vida; y capacita para que las personas no queden solo en los cambios individuales, sino que las estimula a trabajar socialmente impulsando el asociacionismo (y no tanto el voluntariado) y la presencia en la sociedad civil. Hay sectores a los que la legislación no llega (o lo hace parcialmente) como la vivienda, en la que el ahorro y eficiencia deben ser norma; la movilidad, con medios públicos y, en lo posible, no motorizados; la dieta, de proximidad y temporada, con baja presencia de carne entre otros elementos nocivos (azúcar, aditivos…); el consumo, que debe ser cuestionado con actitudes críticas frente a la publicidad y la moda. Creer que el consumo reactiva la economía es pan para hoy y hambre para mañana en un planeta con recursos limitados. Sin olvidar las materias primas, agua y energía que se encuentran tras cada producto. La educación ambiental debe alcanzar todas las edades y sectores. Debe descubrir el valor del ser frente al tener, lo verdadero frente a los sucedáneos. Y debe generar habilidades para que los ciudadanos se expresen y organicen. No se olvide que al término lo define el sustantivo (educación) y tras ella se promueve lo personal y lo comunitario, las dos dimensiones de todo ser humano. Educar, etimológicamente educere, es sacar lo mejor de cada uno. Es lo que necesita el planeta (y la sociedad): vivir con valores que nos lleven hacia un futuro equilibrado para el que todavía estamos a tiempo, aunque ya no quede tanto.

Proyecto Her City: ciudades más sostenibles e inclusivas

El Programa de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Habitat) que tiene el objetivo de promover ciudades y pueblos social y ecológicamente sostenibles, ha diseñado junto al grupo de expertos independiente Global Utmaning (Global Challenge) el proyecto ‘Her City’.

«Involucrar a las niñas en el desarrollo urbano hará que la ciudad sea mejor para todos. Los procesos participativos son clave para planificar una ciudad que funcione para todos. Si permitimos que ciudadanos que rara vez son escuchados sean los expertos, nuestras ciudades y comunidades serán más inclusivas, equitativas y sostenibles». De esta manera, resumen ambas entidades la intención de esta iniciativa, en cuyo contexto tendrá lugar un encuentro online entre personalidades internacionales expertas en urbanismo, coincidiendo con el próximo Día Internacional de la Mujer (8 de marzo).

Bajo este breve título, Her City, ONU-Habitat y los expertos de Global Challenge pretenden apoyar a las ciudades para que amplíen e incorporen a las niñas como parte de sus estrategias a largo plazo, consiguiendo construir ciudades y sociedades sostenibles e inclusivas. Para ello, se apoyan principalmente en «la caja de herramientas digital» que guía a los actores urbanos, para implementar proyectos a través de una metodología paso a paso que facilita el diálogo continuo entre profesionales y ciudadanos.

Para ONU-Hábitat las ciudades y demás asentamientos humanos deben estar bien planificados, gobernados y ser eficientes, con viviendas adecuadas, infraestructura y acceso universal al empleo y servicios básicos como el abastecimiento de agua, energía y saneamiento. Esta agencia integra además los derechos humanos en todos los aspectos de su labor operacional y normativa.

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