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La vocación de servicio, valor excepcional de las profesiones. Por Ander Gil

La vocación de servicio, valor excepcional de las profesiones

Ander Gil García Presidente del Senado

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Si algo aprendimos con la pandemia es que hay distintas maneras de responder a una catástrofe de esta envergadura. El desconcierto fue la primera reacción en todas partes. Pero, conforme se iba agravando la crisis, los distintos países actuaron de maneras bien

diferentes. España demostró que es una democracia consolidada, con instituciones capaces de responder adecuadamente. Pero el aspecto clave, diría que decisivo, fue el papel de las y los distintos profesionales que, con esfuerzo, incluso sacrificio, siguieron trabajando, durante lo peor de la pandemia, para proteger las vidas y el bienestar de las personas. Por esa razón, tengo que aprovechar esta tribuna para dar las gracias a las y los profesionales de nuestro país. La Unión Profesional está formada por 37 profesiones, así que creo que su revista es el lugar idóneo para ello. Habéis dado lo mejor de vosotras y vosotros y la ciudadanía así lo ha entendido. Demostrásteis que ante nuevos problemas es posible adaptarse e innovar y que la vocación de servicio es un valor excepcional que complementa y sostiene vuestro saber, rigor y experiencia.

Desde las instituciones debemos tomar buena nota de todo ello en este momento clave para la reconstrucción de nuestro país. Las profesiones tienen un sentido que va mucho más allá de su eficacia en tareas y procesos propios de su conocimiento y experiencia. Me refiero a su especial comprensión del interés general de la ciudadanía. Por esa razón resulta esencial entender que la recuperación y la reconstrucción de nuestro país no comienzan ahora: comenzaron desde el momento más cruento de la crisis. Comenzaron, por ejemplo, con la admirable respuesta de los sanitarios ante la catástrofe; o la de los maestros que se las ingeniaban para dar clase a miles de niñas y niños confinados; con el trabajo contra reloj de ingenieros e ingenieras y técnicos y técnicas para fabricar respiradores; o de científicos y científicas investigando para desarrollar test y vacunas. Y también con el incansable trabajo de muchísimos otros profesionales, mujeres y hombres, de distintos sectores que respondieron de modo ejemplar ante la crisis.

Las profesiones tienen un sentido que va mucho más allá de su eficacia en tareas y procesos propios de su conocimiento y experiencia Sensibilidad ante necesidades sociales

En definitiva, las profesiones, fieles a esa especial sensibilidad ante las necesidades sociales y a su vocación de servicio, fueron esenciales para superar lo peor de la crisis sanitaria y estoy seguro de que también juegan un papel clave ahora para apoyar, fortalecer e impulsar la reconstrucción. Es cierto que vivimos momentos complejos. Nada volverá a ser como antes. Desde luego, la nueva normalidad, la incertidumbre y la complejidad están presentes y lo seguirán estando. Pero se ve la luz al final del camino. Y ello es, en una parte importante, gracias a las trabajadoras y trabajadores esenciales, pertenecientes a todos los sectores profesionales, que nos han ayudado a entender lo que significa la resiliencia. Dice el diccionario que la profesionalidad es la «característica de la persona que desempeña un trabajo con pericia, aplicación, seriedad, honradez y eficacia». Y así es. Pero yo agregaría que lo realiza en contextos y coyunturas diversos. Porque, si se piensa bien, eso es lo que han demostrado nuestros profesionales: han trabajado en medio de circunstancias terribles y lo han hecho de modo ejemplar. Eso afianza mi convicción de que España es un país serio. Y lo es, aunque generalmente no nos valoramos lo suficiente. Así pues, en lugar de dejarnos llevar por el ruido de unos pocos, haríamos bien en centrarnos en esa ciudadanía cívica, si se me permite la redundancia, que ha sido responsable durante la crisis. Primero, en el confinamiento y, ahora, en la vacunación. Y también deberíamos recordar que nuestras instituciones, así como el Gobierno central, los gobiernos autonómicos y locales, trabajaron y colaboraron, mediante la cogobernanza, para proteger a la ciudadanía. En definitiva, creo que podemos ser optimistas. Contamos con esa ciudadanía cívica, con unas instituciones sólidas y con unas profesiones ejemplares, para enfrentar los nuevos desafíos.

Sin dejar a nadie atrás

A las consecuencias devastadoras de la pandemia, con la pérdida de miles de vidas, se añaden hoy las repercuciones económicas y sociales, que exigirán de nosotros un mayor esfuerzo y un compromiso más fuerte. Hace unos días leía las acertadas declaraciones de la presidenta de Unión Profesional, Victoria Ortega, en las que

afirmaba que era «necesario sintonizar con aquellos retos que nos permitan vincular las profesiones a un proyecto transformador, diverso y sostenible». De eso se trata. Y, personalmente, creo que las y los profesionales de nuestro país ya lo están haciendo. Porque han demostrado, con su trabajo, que no están dispuestos a dejar a nadie atrás. Y ese es el verdadero reto colectivo que debemos abordar entre todas y entre todos.

Unión Profesional asistía el pasado 16 de febrero al Pleno del Senado en el que se debatió, y posteriormente se aprobó el Informe de la Ponencia de Estudio sobre el proceso de envejecimiento en España, creada en el seno de la Comisión de Derechos Sociales como consecuencia de la aprobación de una moción del Grupo Parlamentario Socialista. Durante el debate, los distintos Grupos Parlamentarios coincidieron en solicitar un Pacto de Estado para la protección de las personas mayores y destacaron su contribución a la sociedad en todos los ámbitos. Asimismo, bajo la premisa de que los mayores son un colectivo heterogéneo, con diferentes necesidades y diferentes oportunidades, se puso de manifiesto la idoneidad de crear un espacio social inclusivo, donde puedan sentirse activas y valoradas y tengan la oportunidad de desempeñar un papel relevante, incluso fundamental, en nuestra sociedad. «Como sociedad debemos promover el empoderamiento de las personas mayores en todos los ámbitos de desarrollo, fomentando su participación en la vida social, económica y política para garantizar su inclusión en el marco intergeneracional necesario y reducir las numerosas desigualdades y vulnerabilidades a las que se enfrentan», señaló en su intervención la presidenta de la Comisión de Derechos Sociales, Ana Belén Edo Gil. La Presidenta de Unión Profesional, Victoria Ortega, compareció en dicha Ponencia en el mes de marzo pasado, para trasladar la visión, el trabajo y las propuestas de las profesiones colegiadas en relación a esta materia. Esta comparecencia se encontraba enmarcada en el Grupo de Trabajo sobre Protección Integral de Mayores en el cual se está trabajando, junto a otras organizaciones como la Confederación Española de Organizaciones de Mayores (CEOMA) o la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), para desarrollar un Estudio y Modelo de referencia con una visión multidisciplinar idónea para abordar esta cuestión de manera integral.

Contamos con esa ciudadanía cívica, con unas instituciones sólidas y con unas profesiones ejemplares, para enfrentar los nuevos desafíos

El Senado aprueba el informe de la Ponencia de Estudio sobre el proceso de envejecimiento en España

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