PALABRA AMIGA
LOS DOS
BAUTISMOS OBISPO MACEDO
AUTISMO EN LA AGUAS: EL PRIMER PASO. El bautismo en las aguas significa decisión de cambiar. La persona reconoce que necesita cambiar, reconoce que hay ciertas cosas en su vida que hacía, hizo y sigue haciendo, pero necesita abandonar. La única persona que puede tomar esa decisión es el propio bautizado. No es el pastor, la familia, el obispo ni el propio Dios, pues Él dio el libre albedrío para que cada uno decida por sí mismo. Dese cuenta que el arrepentimiento no es una emoción, sino una determinación razonada. Arrepentimiento no es un sentimiento, sino una decisión de abandonar sus errores, sus pecados, abandonar lo que estaba haciendo mal. De esa manera, el bautismo en las aguas sólo sucede cuando la persona está segura de que va a obedecer la Palabra de Dios, si no hace lo que la Biblia orienta, él no habrá sido bautizado. El bautismo sólo existe cuando hay determinación humana en morir para el mundo y nacer para la vida en la fe.
B
BAUTISMO EN EL ESPÍRITU SANTO: LA ACEPTACIÓN. Cuando la persona se bautiza en las aguas es porque verdaderamente se entregó al Señor Jesús, entonces Él también se entrega al bautizado. El bautismo en el Espíritu Santo significa confirmación de Dios. La confirmación de que Dios vio que su cambio fue sincero, real y verdadero; su cambio fue en serio. Quiere decir que usted decidió cambiar y cambió, decidió obedecer y está obedeciendo, su cambio fue honesto. Entonces, en reconocimiento de este cambio sincero y verdadero el Señor Jesús confirma su cambio dándole el Espíritu Santo, que es el sello de Dios”. A partir de ese momento la persona es capaz de oír la orientación de Dios con más claridad; él sabe que todos los obstáculos pueden ser vencidos cuando la fe es utilizada y no tiene miedo a los problemas que puede traerle este mundo. Dios dió el libre albedrio para que cada uno decida por si mismo
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