EL CANVAS DEL ARTISTA INDEPENDIENTE
EL CANVAS DEL ARTISTA INDEPENDIENTE El modelo de negocio de la música está anticuado y responde a una situación social, económica y tecnológica muy diferente a la que vivimos en la actualidad. Fue creado hace muchos años y funcionó muy bien durante décadas. Artistas, discográficas y fans se beneficiaban según les correspondía. Podríamos decir que llegó Napster hace más de 15 años y que entonces comenzó la piratería que pondría a toda una industria de rodillas. Pero sería una visión muy reducida de lo que ha ocurrido a lo largo de la historia de la música. Si retrocedemos en el tiempo, nos daremos cuenta de que el modelo de negocio de la música ha estado en conflicto con la tecnología de manera recurrente. Hay que tener en cuenta que en un principio, la música sólo podía escucharse en directo y de la mano de unos pocos privilegiados. Con el paso de los años y las mejoras tecnológicas, ese público se ha ido abriendo más y más. Gramófono, radio, cintas de cassette, el videoclip y más recientemente, el CD, reproductores MP3 y, cómo olvidarlo, internet. Las descargas y esos asquerosos piratas, dirán algunos.
Pero el problema es mucho más profundo. Vamos a analizarlo desde diferentes puntos de vista.
QUÉ LE OCURRE AL MODELO DE NEGOCIO DE LA MÚSICA Estamos en un momento en el que la tecnología está superando de nuevo a la música y su negocio. Streaming, Youtube, Spotify y un buen número de servicios similares han creado tal oleada de cambios en el propio usuario que resultan muy difícil de seguir para la industria. Hay muchas personas que afirman que no hay dinero en este nuevo modelo de negocio de la música. Pero cuando hablamos del modelo de negocio de Spotify, veíamos que sí que había dinero (han recaudado más de 2.000 millones de dólares desde su fundación) pero no es suficiente. También se ha argumentado que si no fuera por Spotify, esos artistas no estarían llevándose un sólo dólar por esa música. Sin embargo, un artista mira lo que gana ahora y lo que ganaba hace unos años y no puede evitar pensar que ahora es una cantidad de dinero mucho menor. Spotify no tiene la culpa porque no es para lo que fue creado. Sí, le da un puñado de dólares a los artistas, pero la verdadera razón de su existencia es conseguir dar visibilidad a los artistas. Y resulta que unos la necesitan más que otros, de ahí que Taylor Swift retirara sus discos del servicio: ella no los necesita porque ya tiene una base muy sólida de fans que comprarán sus álbumes donde quiera que estén.
LA MÚSICA COMO BIEN DIGITAL El modelo de negocio de la música debe asumir que lo que venden (música) se ha convertido en un bien digital. Como tal, puede ser comprimido, mutilado dirían algunos, paquetizado, dividido en pequeños trozos de unos y ceros y enviado de un sitio a otro del mundo a una velocidad cada vez mayor. Tal como decía Ben Thompson en un artículo a principios de año: […] De hecho, si el 2013 nos enseñó algo fue que el valor que otorgan los consumidores al software es más bajo que nunca. Este fenómeno se ha visto con mayor claridad en la economía de las app store, donde las descargas de pago han caído en popularidad. Múltiples desarrolladores han descrito el aumento de la dificultad para monetizar la store, y para su desesperación han contemplado la imparable marcha hacia el “gratis” (con compras dentro de la app). A la música le ocurre lo mismo, me temo.
P
Bienes digitales
Oferta Demanda
Q
La explicación se encuentra en que la curva de la oferta en el caso de los bienes digitales es totalmente plana. Esto quiere decir que para cualquier punto de precio, la oferta en cantidad es infinita. Por el lado de la demanda y como es lógico, cuanto menor es el precio, mayor es la demanda de bienes digitales. Por tanto, ambas curvas se juntan cuando el precio es cero y la cantidad es infinita. Lo cual tiene su reflejo en la realidad y de ahí surgen alternativas gratuitas a la música de pago como el pirateo. Esto no es exclusivo de la música sino que le está sucediendo al software, a las películas, los libros y cualquier cosa susceptible de ser transferida por medios digitales. ¿Acaso no hay esperanza de encontrar un nuevo modelo de negocio para la música?
DEFINIENDO UN NUEVO MODELO DE NEGOCIO DE LA MÚSICA […] vivir de la música es muy difícil. La era digital ha suprimido los obstáculos por los que un usuario puede hacerse con algo sin pagar un euro. Pero eso no significa que no haya maneras de ganar dinero con la música. Creo que la clave para solucionar la encrucijada en la que se encuentra el modelo de negocio de Spotify está en que el artista deje de apoyarse únicamente en una o dos fuentes de ingresos: venta de álbumes y conciertos. Deben crear un mix de ingresos que aglutine varias fuentes de dinero, para no ser tan dependientes de una de ellas.
La semana pasada mencioné esto en el artículo sobre Spotify. La música va a seguir existiendo digan lo que digan los que acusan al pirateo de estar matándola poco a poco. ¡Van a acabar con la cultura! Por favor. Lo que necesitamos es encontrar un nuevo modelo de negocio de la música. Que los artistas puedan ganarse la vida con ello. De la misma forma que internet ha tirado el precio de la música por los suelos, también ha abierto una serie de puertas que pueden monetizarse: Hay artistas con varios álbumes que están colocando su primer disco gratuitamente en internet. La idea: que guste el primero, conseguir fans y vender los siguientes discos. Otros han creado tiendas de música propias en sus webs. Los hay que han desarrollado apps. Hay servicios web que permiten a los fans de un grupo que toquen en su ciudad si reúnen suficientes “firmas”. Muchos utilizan su blog y redes sociales para involucrar a sus mayores fans en la banda. Conciertos, making-of de un videoclip, etc. La clave está en conseguir visibilidad para después convertirte en “La Banca” del juego. Amasas una masa crítica de fans que después te permite escalar a las grandes ligas. Probar fórmulas nuevas. Le ha sucedido
a Taylor Swift y a muchos otros. Cuando llegas a ese nivel, dejas unas cosas atrás para abrazar otras: dar entrevistas en revistas, TV, conciertos en la MTV. Qué sé yo. A muchos músicos no les gustará oír esto. Pero es lo que hay.
Crear una escalera de productos alrededor de una banda va a ser el nuevo modelo de negocio de la música. Veremos mucha innovación en los próximos años, cosas que fracasarán y cosas que triunfarán. Pero estoy convencido de que va a ser emocionante verlo en primera fila. Los modelos de negocios son el fundamento de cualquier empresa. Por modelo de negocio me refiero a la manera en la que una empresa hace dinero (por poner una definición básica que sirva para el propósito de
este artículo). Toda organización que pretenda sobrevivir a lo largo del tiempo debe de tener uno que sirva adecuadamente a su situación. Las empresas en la industria musical no son una excepción y mucho menos las bandas y cantantes que busquen vivir de entretenernos y ayudarnos a comunicar nuestras pasiones y sentimientos. No soy experto en la escena musical (eso se lo dejo a mi socio Zalo Sánchez) pero me interesan mucho los modelos de negocio y cómo podemos aplicar los conocimientos de las disciplinas administrativas o otras. En este caso me atrevo a describir tres modelos de negocio para que si decides emprender como músico (bajo cualquier modalidad) tengas este importante aspecto de tu supervivencia cubierto.
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PRIMERO MODELO DE NEGOCIOS: VENDER TÚ MÚSICA.
Vender unidades de un producto es el modelo de negocios más común. Una zapatería gana dinero por cada par de zapatos que vende o una carnicería por cada kilogramo de producto. En el caso de los músicos este modelo busca generar los ingresos principalmente a través de la venta de discos. Esto es lo de más común y fácil de comprender. Todos hemos escuchado de las estratosféricas ventas de uno u otro álbum muy popular. Hoy en día este modelo se vuelva relativamente más simple gracias a que cualquiera puede grabar con muy buena calidad utilizando herramientas como Garage Band y luego buscar subirlas a iTunes (¡Ya no se tiene que invertir necesariamente en la producción de CD’s físicos!). El problema con este modelo es que si logras poner tu álbum (o single) en cualquier tienda de música bien puede perderse entre la inmensa y siempre creciente oferta de música.
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SEGUNDO MODELO DE NEGOCIOS: REGALA TU MÚSICA, GANA CON LAS PRESENTACIONES EN VIVO.
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TERCER MODELO DE NEGOCIOS: PRESENTACIONES PARTICULARES DE TU MÚSICA O DE COVERS.
Este modelo de negocios es uno de los más rentables en la industria de la música ¡para los músicos! La difusión de la una determinada pieza musical o un álbum muchas veces solo tiene como propósito generar emoción por las presentaciones en vivo de los artistas (estoy seguro de que el lector se ha emocionado por asistir a algún concierto). En el caso de las bandas independientes esto puede hacer también mucho sentido. Distribuir tus pistas en plataformas libres como Grooveshark, My Space o Soundcloud puede ayudarte a generar una base de fans que al asistir a tus conciertos (que puedes organizar de muchas maneras en muchos lugares que buscan generar valor agregado a sus clientes como bares). En tus conciertos puedes generar ingresos importantes por las entradas o incluso por mercancía oficial con el nombre de tu banda.
Quizás no sea muy lo tuyo la composición de música, sino que más bien disfrutas tocarla, o quizás quieras trabajar primero en probar que tu banda le gusta la gente. En ese caso un
tercer modelo de negocios que puedes probar es la de prestar servicios para ambientar o complacer los oídos de tus clientes con covers. Ya sé que este modelo puede sonar como convertirse en un grupo versátil para animar fiestas. Pero piensa cuántos grupos han despegado a partir de tocar covers o versiones modificadas de otras bandas. Busca, por ejemplo, The Baseballs en YouTube. En México existen varias bandas tributo a The Beatles (como el grupo “Morsa”) que se han vuelto referentes en su música. Ahora bien, estos tres modelos de negocio se pueden combinar o puedes ir saltando de uno a otro conforme vayas midiendo el éxito que tienes.