Revista
Cuadernos Hispanoamericanos de
Psicología
Volumen 14 Número 2 Julio - diciembre de 2014 pp. 1-94 ISSN 1657-3412 (Impresa) ISSN 2346-0253 (En línea)
Misión La revista Cuadernos Hispanoamericanos de Psicología es una publicación seriada cuyo primer número apareció en el año 2000 y es editada por la Facultad de Psicología de la Universidad El Bosque, con sede en la ciudad de Bogotá, Colombia. Es una revista arbitrada e indexada en la categoría C del Índice Bibliográfico Nacional – Publindex e incluida en Latindex, el Directory of Open Access Journals – DOAJ y en la plataforma Open Access de Revistas Científicas Electrónicas Españolas y Latinoamericanas e-Revistas. La revista existe para difundir la producción científica del campo de la psicología y tiene como marco referencial una perspectiva multidimensional en términos del denominado, modelo bio-psico-social. Es decir, que su fundamentación, coherencia y significación está contextualizada dentro del marco de la teoría de la co-evolución biológica, socio-cultural y deóntica de nuestra especie. En consonancia con el marco epistemológico planteado en la misión, la visión de las publicaciones de la Facultad de Psicología de la Universidad El Bosque se orienta a mostrar el estado actual de la Psicología desde la siguiente perspectiva: a) como un campo interdisciplinario más allá de las “escuelas tradicionales” y de los “ismos” reduccionistas ideologizados; b) dar cuenta de una manera crítica sobre los avances del conocimiento basado en la investigación, a lo largo de sus diversas modalidades y procesos; c) en cooperación interdisciplinaria con redes de investigadores, docentes y practicantes de Hispanoamérica y de otros países.
©Editorial Universidad El Bosque ©Revista Cuadernos Hispanoamericanos de Psicología ISSN 1657-3412 (Impresa) ISSN 2346-0253 (En línea) Volumen 14 Número 2 Julio - Diciembre de 2014 Editor Eduardo Ponce de León Díaz
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Contenido La Experiencia Melancólica: Una configuración diferencial entre la Depresión Mayor y la Melancolía Laura Milena Segovia Nieto...................................................................................................................................... 5 Contraste de un modelo de red intencional Cruz García Lirios, Javier Carreón Guillén, Sofía López de Nava Tapia............................................................ 13 Creación de un instrumento psicométrico para identificar el estilo pedagógico en docentes universitarios Ginna Bernal Vargas, Andrés Fonseca Calderón y Marlén Junco Olarte............................................................ 27 Un estudio cualitativo de los factores en torno a la aceptación del dolor físico en pacientes crónicos. Fredy Escobar Fandiño............................................................................................................................................ 39 Diseño, aplicación y evaluación de un tratamiento cognitivo-conductual a corto plazo en parejas violentas Claudia I. Parra Ocampo, Lady P. Tirano Cardenas, Yohanna M. Bernal Rueda.............................................. 51 Prevalencia de los diagnósticos de salud mental en Colombia: análisis de los registros del Sistema Integral de Información de la Protección Social – SISPRO. Óscar David Díaz Sotelo.......................................................................................................................................... 65 Taller gestáltico para fortalecer la autoestima y prevenir el consumo problemático de bebidas alcohólicas en universitarios Mirian Georgina Cab Canul, Gladis Ivette Chan Chi, Israel Alberto Cisneros Concha, Nora Verónica Druet Domínguez........................................................................................................................... 75
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Contents The Melancholic Experience: A Differential Configuration between Major Depression and Melancholy Laura Milena Segovia Nieto...................................................................................................................................... 5 Contrast of a Model of Intentional Network Cruz García Lirios, Javier Carreón Guillén, Sofía López de Nava Tapia............................................................ 13 Design of a Psychometric Instrument to Identify Teaching Styles in Higher Education Teaching Ginna Bernal Vargas, Andrés Fonseca Calderón y Marlén Junco Olarte............................................................ 27 A Qualitative Research of Factors regarding Physical Pain Acceptance by Chronic Patients Fredy Escobar Fandiño............................................................................................................................................ 39 Design, Appliance and Assessment of a Short - Term Cognitive-Behavioral Treatment in Violent Couples Claudia I. Parra Ocampo, Lady P. Tirano Cardenas, Yohanna M. Bernal Rueda.............................................. 51 Prevalence of Mental Health Diagnoses in Colombia: Analysis of Records from Social Protection’s Integral Information System - SISPRO Óscar David Díaz Sotelo.......................................................................................................................................... 65 Gestalt workshop to strengthen self-esteem and prevent problematic alcohol consumption in university students Mirian Georgina Cab Canul, Gladis Ivette Chan Chi, Israel Alberto Cisneros Concha, Nora Verónica Druet Domínguez........................................................................................................................... 75
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La experiencia melancólica: una configuración diferencial entre la depresión mayor y la melancolía Laura Milena Segovia Nieto1 Universidad Nacional de Colombia
Resumen Ante una nueva versión del DSM (DSM-5) se ha revivido la polémica en torno a la clasificación de la “melancolía” como un subtipo de la Depresión Mayor. Un grupo de psiquiatras, filósofos y psicólogos abogan por reconocerla como un desorden afectivo identificable y separable; así mismo, han planteado que es necesario reexaminar sus diferencias y afinidades con otros desórdenes como la esquizofrenia. Dentro de este marco, y a partir de una exploración fenomenológica, este artículo pretende hacernos reflexionar acerca de las posibles diferencias entre las experiencias melancólicas y las de la depresión mayor. Al mismo tiempo, se observa la relación entre la melancolía y el síndrome de Cotard, síndrome que se presenta especialmente en casos de depresión severa y psicosis. Este análisis permitirá esbozar algunas razones para establecer categorías diferenciales que aclaren, entre otros aspectos, el diagnóstico y tratamiento tanto de la melancolía, como de la depresión mayor.
La melancolía es una tristeza, un deseo sin nada de dolor, parecido a la tristeza en la misma medida en que la neblina se parece a la lluvia. H.G. Longfellow
Palabras Clave: depresión mayor, melancolía, experiencia, DSM-5, categorías diagnósticas.
Abstract The new version of the DSM (DSM-5) has brought back the controversy about the classification of “melancholia” as a subtype of Major Depression. A group of psychiatrists, psychologists and philosophers argue for recognizing it as an identifiable and separable affective disorder. Moreover, these professionals have established it is necessary to re-examine its differences and similarities in comparison with other disorders such as schizophrenia. Within this framework, and from a phenomenological exploration, this article aims to make us reflect about the differences between melancholic and major depression experiences. Moreover, the relationship between melancholy and Cotard syndrome -which is common in cases of severe depression and psychosis-, is examined. This analysis will outline reasons to establish different categories which allow us to clarify the diagnosis and treatment of both melancholia and major depression. Key Words: Melancholia, Major Depression, Experience, DSM-5, Diagnostic Categories.
Recibido: 08 de Julio de 2014 Aceptado: 26 de Noviembre de 2014
1. Magister(c) de Psicología Universidad Nacional de Colombia. Docente en la Corporación Universitaria Minuto de Dios. Correo: lmsegovian@unal.edu.co
Cuadernos Hispanoamericanos de Psicología l Julio-Diciembre 2014, Vol. 14 No. 2, pp 5-12 ISSN 1657-3412 (Impresa) l ISSN 2346-0253 (En línea)
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La experiencia melancólica: diferencia entre depresión mayor y melancolía
Introducción Aunque la historia de la melancolía da inicio en la Grecia antigua, Siglo V a.C., su conceptualización y comprensión parece no ser hoy ni completa, ni clara (Aldo, 2007; Jackson, 1989). Tras haber sido catalogada como un sub-tipo de depresión mayor, hoy en día renace con fuerza la idea de verla como un desorden afectivo diferenciado (Coryell, 2007; Fink, Bolwing, Parker y Shorter, 2007, Fink y Taylor, 2007), así como la necesidad de reexaminar sus diferencias y afinidades con otros desórdenes como la esquizofrenia (Sass y Pienkos, 2013a; Sass y Pienkos, 2013b). En dichas tareas, la exploración fenomenológica de la experiencia melancólica puede ser una herramienta que facilite una mayor comprensión de cada uno de los trastornos, permitiendo mayor claridad respecto a los límites que se pueden o no establecer entre ellos. En esta línea, se caracterizará brevemente la experiencia melancólica en oposición a la experiencia de la depresión mayor y; finalmente, se esbozará la relación de la melancolía con los delirios, especialmente con el Síndrome de Cotard, o delirio de Negación. La palabra melancolía aparece en la Grecia clásica con Hipócrates; ésta se asociaba con la apatía y la tristeza, manteniéndose sin grandes cambios hasta el Renacimiento. Para el siglo XVI, la melancolía incluía “creencias” que hoy definiríamos como psicóticas, estados maníacos, engaños psicosomáticos y estados disociados (Radden, 2008). Igualmente, hasta finales del siglo XIX, el síndrome depresivo era equiparable a la melancolía, hecho que comienza a cambiar cuando Kraepelin (1886), comienza a agrupar condiciones afectivas como la manía y la melancolía en la, por él nombrada, psicosis maníaco-depresiva (Ezquiaga, García, Díaz, y García, 2011; Radden, 2008). El creciente énfasis en los síntomas afectivos de la melancolía, junto con la negación de sus características cognitivas (ideas delirantes), en la primera mitad del siglo XIX, comienza a separarla de las patologías basadas en las creencias falsas o delirios, que estaban asociados a defectos del razonamiento y de la cognición, mas no a desórdenes afectivos ( Jackson, 1983). Es así como, ya separada de los delirios y con la llegada del DSM-III en 1980, la melancolía es clasificada como un subtipo de depresión mayor en función de su gravedad, descartando prácticamente cualquier forma cualitativamente diferente en los trastornos depresivos (Ezquiaga et al., 2011). Así, en la nosografía moderna (DSM), los trastornos depresivos se consolidaron como parte de un grupo homogéneo con diferencias de tipo cuantitativo entre los sub-tipos que la componen, diferencias basadas en
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la gravedad y duración del trastorno (American Psychiatric Association, 2000; Rossi, 2012). Ante la aparición de una nueva versión del DSM-5 (2013), un grupo de investigadores, incluyendo filósofos, psicólogos y psiquíatras, entre otros, han abogado por entender la melancolía como un trastorno afectivo diferenciado, no como un sub-tipo del episodio depresivo mayor (episodio depresivo mayor con características melancólicas). Esta nueva separación habría de basarse en el hecho de que, detrás de las presentaciones clínicas objetivas, se podrían encontrar experiencias depresivas cualitativamente diferentes, así como una heterogeneidad biológica, que resultan indispensables para tener en cuenta, tanto para el diagnóstico como para el tratamiento (Coryell, 2007; Fink y Taylor, 2007; Parker, Fink, Shorter, Taylor y Akiskal, 2010; Rossi, 2012).
Diferencias entre melancolía y depresión mayor Existe evidencia de la heterogeneidad biológica que se puede encontrar dentro de la categoría “Depresión mayor” (Bolwig y Shorter, 2007; Fink y Taylor, 2007; Parker, et al., 2010; Taylor y Fink, 2006). Estudios recientes indican tratamientos farmacológicos y psicoterapéuticos diferenciales entre casos de melancolía de depresión mayor (Mizushima et al., 2013). Por ejemplo, los pacientes melancólicos responden mejor a antidepresivos tricíclicos de amplia acción frente a otros antidepresivos como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (Parker et al., 2010; Perry, 1996). Así mismo, a diferencia de pacientes con depresión, los melancólicos rara vez responden al placebo, la psicoterapia, o cualquier tipo de intervención social (Brown, 2007; Parker et al., 2010). Ahora bien, con el objetivo de diferenciar la melancolía de un episodio de depresión mayor, a partir de la experiencia de quien la padece, es necesario pasar de una noción de cantidad (cuánto una persona está deprimida) a una de cualidad (cómo una persona está deprimida). Para ello, se ha de observar cómo la experiencia melancólica principalmente se diferencia de la experiencia que sufre una persona con un episodio depresivo mayor en relación a: a) la experimentación afectiva: los melancólicos presentan una ausencia casi completa de la capacidad para experimentar afectos; b) el retardo psicomotor o inhibición mental y de
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motricidad y, finalmente, c) la imposibilidad de establecer una relación con su propio padecimiento, implicando así una retrospección dolorosa (Rossi, 2012).
Inaccesibilidad afectiva La característica central de los llamados “Trastornos Afectivos” es la alteración del humor. En el caso del paciente depresivo, éste se caracteriza por la tristeza profunda y la anhedonia. Dicha alteración parece ser experimentada de forma cualitativamente diferente por cada individuo. Esto depende de si la tristeza es ocasionada por una pérdida (duelo, rupturas, etc.), por un episodio depresivo mayor, o por la melancolía. Para examinar dicha cuestión, es necesario; en primer lugar, establecer las diferencias entre experimentar tristeza y estar deprimido. Tatossian (1979) señala que la tristeza normal es una experiencia (a menudo, en función de una pérdida) que posee un efecto de halo, pero que no invade toda la vida mental de las personas, sino que deja espacio para otros “afectos”; es una experiencia con límites espaciales y temporales que permite distinguir entre mí mismo y mi tristeza. Generalmente, en los trastornos depresivos, la tristeza, aunque presente, comienza a perder los límites espaciotemporales, pues no se limita a un objeto, sino que se difunde hacia todos los aspectos de la experiencia; de esta manera, constriñe la posibilidad de actuar significativamente sobre el mundo y conectarse con otros (Ratcliffe, 2012a; 2012b; Rossi, 2012; Varga, 2013). Aún así, parece que en las depresiones no melancólicas, las llamadas reactivas, el deprimido lo está por o debido a algo, su depresión es dirigida, intencional; por ejemplo, usan la palabra deprimido para describirse a sí mismos como tristes y desanimados por un contratiempo u otra adversidad (Fuchs, 2010). En cambio, en la melancolía, el paciente presenta una imposibilidad de estar triste, alegre o tener cualquier otro afecto. Silber, Rey, Savard y Post (1980) hablan de un estado de “inaccesibilidad afectiva”, un estado donde el melancólico pierde la capacidad de experimentar y reconocer afectos. Igualmente, Fuchs (2010) sostiene que, a diferencia de las depresiones reactivas, los melancólicos usan la palabra depresión para denotar que son incapaces de sentir algo, que han perdido su resonancia afectiva con otros y que se sienten como petrificados, descripción más acorde con la pérdida total de los afectos. Las características del humor melancólico, como no encontrar ninguna causa aparente para su condición, no poder sentir tristeza, no poder tomar distancia, ni influen-
ciar su humor, no poder tener otro tipo de emociones diferentes de la melancolía y sentir que la melancolía le fue impuesta (Kraus, 2003), no parecen permear al grupo homogéneo que se llama “depresión mayor”. En el caso especial de la melancolía, la experiencia nuclear no es la tristeza, sino una alteración global del estado de ánimo, una condición no intencional, sin ninguna referencia al mundo externo (Stanghellini, 2004). Esta alteración global del estado de ánimo parecería la responsable de que los melancólicos suelan experimentar al mundo de alguna manera constreñido, drenado de vitalidad y con posibilidades experienciales erosionadas. Esa alteración de la emocionalidad global o background emotion, que se encarga de estructurar nuestra experiencia, sería la responsable de que el melancólico no sienta posibilidades de acción significativa sobre el mundo ( Varga, 2013). Apoyando la noción de una alteración global en la melancolía, Fuchs (2010) señalaría que lo que explica la experiencia del melancólico, incluido su retardo psicomotor y la autoconciencia reflexiva, las cuales se discutirán más adelante, es la pérdida de la conación; es decir, una disminución considerable de la energía básica que nos hace perseguir metas, tener deseos o impulsos, la cual se haya inextricablemente ligada al sentido de vivir o auto-afección. En ese sentido, la tristeza del melancólico carecería de intencionalidad, contrario al caso de la depresión mayor, por lo que el afectado presenta una incapacidad general para experimentar afectos hacía el mundo que lo rodea. Para terminar con este punto, resulta importante anotar brevemente la importancia de la corporalidad en relación con los afectos del melancólico. Dado que somos seres corporizados, sujeto y objeto del mundo experimentado (Blackman, 2010), una pérdida sutil de la resonancia emocional corporizada en los pacientes melancólicos constituiría un cambio experiencial que se reflejaría en la sensación de “no poder sentir”, sentirse inanimado, separado de sus afectos, no ser capaz de moverse ni sentirse atraído por las cualidades del mundo (Fuchs, 2010). Por lo tanto, parecería que la falta de esta resonancia corporal, que caracterizaría principalmente a la melancolía, a diferencia de cualquier otro tipo de depresión mayor, lleva a una “despersonalización afectiva”, en donde la persona no es capaz de ser el sujeto de sus propias intenciones afectivas (Stanghellini 2004; Fuchs, 2010).
Retardo Psicomotor Otra de las características centrales de la experiencia melancólica es lo que se ha descrito como retraso psico-
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motor, o inhibición de funciones motoras y actividades cognitivas. En relación con la inhibición de funciones motoras, en la melancolía se presentan alteraciones en las funciones básicas del cuerpo y signos vegetativos (Taylor y Fink, 2008). Dichas alteraciones se experimentan como sensaciones dolorosas, de pesadez, opresión en el pecho, estrechez, disminución o inhibición de la motricidad y una sensación de congelación de la materia, independientemente de todos los acontecimientos reales de la vida (Fuchs, 2005; Rossi, 2012; Sass y Pienkos, 2013a). A diferencia de la melancolía, la experiencia de cualquier otro tipo de depresión mayor no siempre incluye inhibición de funciones motoras; incluso, en algunas de ellas, se reportan estados de agitación, así como ausencia de múltiples estados vegetativos y psicosis; estas características corresponderían a lo experimentado por los pacientes melancólicos (Taylor y Fink, 2008). Las experiencias narradas por el paciente melancólico podrían deberse a que su cuerpo está “hipercorporizado”; en otras palabras, el paciente se siente confinado a las restricciones actuales de su cuerpo, donde el espacio sensorio-motor está restringido al ambiente cercano; su cuerpo ahora resulta un “estorbo”, un obstáculo entre él y el mundo (Fuchs, 2010; Stanghellini, 2004). Más aún, tomando en cuenta que el espacio de posibilidad para la experiencia está constituido por potencialidades corporales, de modo que una sensación alterada en el cuerpo es al mismo tiempo un cambio en el espacio de posibilidad (Ratcliffe, 2010; Varga, 2013), no es extraño que la persona experimente un mundo carente de atractivos significativos y posibilidades de acción, donde su cuerpo se percibe lento y pesado, con inhibición de la motricidad y restringido ante el mundo. En ese sentido, se podría llegar a proponer la posibilidad de que algunas diferencias en la corporización de pacientes depresivos y melancólicos subyazcan a las diferencias experimentadas por ellos, tanto en ésta característica como en la anteriormente nombrada. Adicionalmente, al referirse al componente psicomotor, es válido precisar que si se habla de “background emotions” específicas en la melancolía, éstas no sólo estructurarían el conjunto de posibilidades significativas para la deliberación, sino también darían forma a nuestro comportamiento práctico en el mundo, permitiendo el correcto funcionamiento de diversas habilidades cognitivas y deliberativas ( Varga y Krueger, 2013). Sobre esta idea, Piguet, Dayer, Kosel, Desseilles, Vuilleumier y Bertschy (2010) anotan que, en contraste con la noción típica de decremento del pensa-
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miento en la melancolía, muchos pacientes con depresión mayor presentan un incremento en el número de pensamientos. Esta experiencia, en la depresión, coexistiría simultáneamente con una sensación de un flujo continuo incómodo en que los primeros pensamientos se unen en la mente, en vez de ser reemplazados por otros, algo que se llama hacimiento del pensamiento (Sass y Pienkos, 2013); así mismo, se presentan pensamientos rápidos e inconexos, o “race thought” (Piguet et al., 2010).
Autoconciencia Reflexiva Finalmente, la melancolía también se caracteriza por la imposibilidad de establecer una relación con la propia alteración. Aunque el melancólico puede saber que es él quien es incapaz de sentir, lo que le daría un sentido básico de ipseidad o auto-posesión, que de hecho le provee una posición desde la que podría reconocer cualquier respuesta afectiva como suya (Sass y Pienkos, 2013), no parece poder distanciarse temporal o espacialmente de su desorden; es decir, no es capaz de narrar el flujo de su experiencia como un continuo que le pertenece (Tellenbach, 1974). Así, una diferencia importante entre la depresión mayor y la melancolía se referirá al papel de la autoconciencia reflexiva: una conciencia mediada por la reflexión, en la que la experiencia de sí mismo es objetivada, lo que le permite desarrollar una identidad narrativa (Rossi, 2012). En el caso de la depresión mayor, el sentido de continuidad entre el estado depresivo y la vida de la persona está conservado; por el contrario, en la experiencia melancólica, se presenta una ruptura en la vida: un cambio radical que borra el sentido de la continuidad espacio-temporal de la propia vida (Rossi, 2012). Pareciera que el melancólico vive en un presente estático, en lugar de un sistema teleológico donde la realidad es prácticamente significativa a la luz de objetivos estables, compromisos y proyectos (Ratcliffe, 2013). Este aspecto particular de la conciencia melancólica se caracteriza por ser un callejón sin salida: la narración se convierte en algo fijo, todo está bloqueado, ya no puede acceder al contacto con los demás y, peor aún, esta condición es percibida como irreparable (Fuchs, 2005; Rossi, 2012). En ese sentido, “si la depresión mayor es un naufragio con espectador, la melancolía se asemeja a un naufragio sin espectador” (Stanghellini, 2004). En otras palabras, el depresivo puede buscar un relato que dé cuenta y llene de significado su depresión, mientras que el melancólico parece haber perdido todo el sentido de las posibilidades y termina confinado al estado presente de
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sus restricciones corporales (Fuchs, 2005). En este sentido, el melancólico, al no poder reconstruir narrativamente su relación entre la pérdida y su melancolía, como sí lo podría hacer un depresivo mayor, no sería capaz de saber si ha perdido algo, o de identificar qué ha perdido (Rossi, 2012). Así mismo, dado que en la experiencia melancólica, tanto el pasado como el futuro se ven como incapaces de ofrecer algo relevante a la experiencia presente, la experiencia sobre el mundo se queda estática ( Varga y Kruger, 2013). Esto genera una conciencia fenoménica que se caracteriza por conclusiones, verdades, inamovibles y definitivas sobre sí mismo: “soy culpable”, “indigno” y “estoy condenado”; entonces, para el melancólico, nada puede ayudarle a reducir su sufrimiento (Rossi, 2012). En la depresión mayor; por el contrario, la tristeza, aunque se presenta como un fenómeno generalizado, permanece abierta, en algún grado, a nuevas significaciones, incluidas otras verdades sobre sí y su experiencia (Rossi, 2012). En este punto, cabe aclarar que, muchas veces, la configuración experiencial de la depresión mayor puede parecer bastante cerrada e inaccesible a cualquier tipo de resignificación, lo que haría que en este nivel no se diferenciara claramente entre el depresivo y el melancólico. Así bien, sería pertinente examinar los casos específicos para analizar los factores que cierran las posibilidades de resignificación y si éstos se presentan de la misma manera que en la melancolía. Finalmente, en este punto es importante nombrar los estudios en relación con el Typus Melancholicus. Aunque faltarían evidencias para determinar si éste es equivalente al melancólico que se ha tratado de retratar acá, podría posibilitar vías para entender cómo el melancólico, ante la imposibilidad de cambiar su experiencia sobre el mundo, puede presentar cierto tipo de configuraciones para relacionarse con el mundo, su melancolía y con las otras personas que en él habitan. Dichas configuraciones, que no se presentarían en la depresión mayor, serían estables (con posibles improntas genéticas) y el núcleo en torno al cual se regularían las acciones significativas (Ambrosini, Stanghellini y Langer, 2011). Entre éstas, encontramos: • la hipernomia/heteronomía: una adaptación excesivamente rígida a la norma, no ligada al contexto y con una recepción exagerada de la norma externa; según ésta, cada acción es guiada por una motivación impersonal, referida a los criterios socialmente establecidos; • la intolerancia a la ambigüedad: la persona es extremadamente atenta con los otros, se anticipa a sus
necesidades y trabaja intensamente para satisfacer a los demás. Aquí, es fundamental el esfuerzo de sintonizarse con el otro en cuanto a actor social, que se mueve siguiendo las reglas y normas predeterminadas; • la concienciosidad: una necesidad de prevenir los sentimientos y atribuciones de culpa; y • la ordenalidad: la necesidad de mantener la atmósfera circundante ausente de posibles conflictos, donde se pueda ejercer la propia “autonomía”, sin que esto conlleve a la culpa (Stangellini, 2004; Ambrosini et al., 2011).
El caso del Síndrome de Cotard Antes de concluir, es pertinente hacer un breve análisis del Síndrome de Cotard, o también llamado Delirio de Negación. Éste se asocia particularmente con la melancolía, mas no con otro sub-tipo de depresión mayor. Es necesario recalcar que las conceptualizaciones de la melancolía en épocas pasadas englobaban una serie de características que hoy en día la categoría de depresión mayor no abarca. Por ejemplo, cuando se hace referencia a la melancolía, parece pertinente incluir lo que se conoce como estados delirantes y alucinaciones que, aunque dentro de la depresión mayor aparecen como síntomas psicóticos, estarían más comúnmente asociados con la experiencia melancólica y, por supuesto, podrían relacionarse más con la esquizofrenia (Radden, 2008). Ahora bien, varias de las características de la experiencia melancólica parecen estar fuertemente involucradas con la aparición de este síndrome. En la experiencia melancólica, se da una “hipercorporización”, la cual va acompañada de una sensación de “no sentir” y una separación del melancólico de sus afectos; esto conllevaría a que el paciente melancólico presente un sentido pre-reflexivo disminuido de sí mismo y una despersonalización afectiva (Fuchs 2005; Stanghellini 2004). Igualmente, se podría hablar de un retardo psicomotor significativo, por lo que no es de extrañar que, en algunos casos, dicha despersonalización culmine en delirios nihilistas, o en el síndrome de Cotard, donde los pacientes afirman ya haber muerto, o que su cuerpo es un cadáver en descomposición (Enoc y Trethowan, 1991). Así mismo, la creencia delirante predominante en este síndrome es negar la propia existencia o la existencia del mundo; ésta puede entenderse como una separación del cuerpo corporizado, cuya pesadez ahora cambia a lo totalmente opuesto, una sensación de ligereza, o incluso, a una pérdida completa de
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las sensaciones corporales. Esto pone de manifiesto que el sentido de propiedad corporal o auto-afección está gravemente perturbado (Fuchs, 2005; 2010). En ese sentido, cabría preguntarse si la melancolía estaría relacionada con otros trastornos no afectivos. De igual forma, sería significativo examinar en virtud de qué se da un cambio en la corporización de los pacientes y si dichos cambios se dan de manera similar en otras psicopatologías.
(en este caso, sobre los “trastornos afectivos”), para poder llegar a construir un mejor sistema de diagnóstico y tratamiento de cualesquiera que sea el padecimiento consultado.
Conclusiones
American Psychiatric Association. (2000). Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (Revised 4th ed.). Washington, DC: Author.
Es innegable que al hablar de la depresión mayor y la melancolía estamos hablando de trastornos afectivos; sin embargo, tras una revisión de la experiencia cualitativa presente en la melancolía, cabría la posibilidad de ubicarla como un trastorno diferente a la depresión mayor. De esta manera, las experiencias que presentan los pacientes melancólicos suponen un reto hacía la categoría homogénea “depresión mayor” que, durante varios años, ha sido establecida a través de criterios cuantitativos, como grado de severidad y tiempo de presentación de los síntomas; supone, en ese sentido, derrumbar la idea de un grupo homogéneo llamado “depresión” e investigar el espectro que éste abarca. Alrededor de las posibilidades de investigación sobre el tema, cabe resaltar que, a lo largo de la revisión, las referencias a la experiencia melancólica, endógena o severa de tipo psicótico parecen ser más asequibles y específicas que las relacionadas con la “depresión”. Estas últimas presentan la dificultad de asumir la “depresión mayor” como un grupo homogéneo que no distingue entre los diferentes subtipos y, mucho menos, entre las “depresiones reactivas”. Lo anterior dificulta la comparación, en este caso, con la melancolía. En ese sentido, sería necesario incrementar las descripciones fenomenológicas de los diferentes sub-tipos de “depresión mayor”, para así darle un mayor sustento a las afinidades y diferencias entre los diversos trastornos afectivos. Igualmente, es pertinente revisar el uso que, tanto en el pasado como en la psiquiatría actual, se le da a la palabra “melancolía”. Lo anterior debido a que cabe la posibilidad de que varios autores se refieran, de vez en cuando, a fenómenos distintos, empleando la misma palabra. Éste podría ser el caso; por ejemplo, del Typus Melancholious al que se hizo referencia previamente. En este sentido, el debate sigue abierto; conocer varios puntos de vista permitiría nutrir nuestros conocimientos
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Cuadernos Hispanoamericanos de Psicología
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Contraste de un modelo de red intencional
Resumen
Cruz García Lirios,1 Javier Carreón Guillén,2 Sofía López de Nava Tapia3 Universidad Nacional Autónoma de México México D.F., México
Si consideramos Internet como una red intencional de búsqueda de información, se podría establecer una brecha digital entre quienes usan las redes sociales para entrete-nimiento y diversión y quienes buscan información en páginas de revistas. En este sentido, se llevó a cabo un estudio transversal de corte cuantitativo con una selección no probabilística de 253 estudiantes mexicanos para contrastar el supuesto de ocho dimensiones de la intención de buscar información para fines académicos. Se cons-truyó una escala para medir la variable psicosocial y poder establecer su distribución normal, confiabilidad y validez. A partir de un modelo estructural [X2 = 24,36 (16gl) p = 0,000; GFI = 1,000M RMR = 0,000], se encontró que la ansiedad fue el factor que reflejaba el constructo “Red Intencional” (β = 0,53). Finalmente, el aporte de la pre-sente investigación se discutió a partir de las otras siete dimensiones especificadas. Palabras clave: información, red, intención, ansiedad, desempeño.
Abstract If Internet is considered as an intentional network to search for information, a digital gap can be established between those who use social networks for entertainment and fun and those who search for information in Journals’webs. So, the purpose of this cross-sectional and quantitative study was to compare the assumption of eight dimen-sions with the intention of seeking information for academic purposes. The sample was constituted of 253 Mexican students. Besides, a scale was designed in order to measure the psychosocial variable and to establish normal distribution, reliability and validity. Through a structural model [X2 = 24.36 (16gl) p = 0.000; GFI = 1.000; RMR = 0.000], it could be established that anxiety was the factor through which the con-struct “Intentional Net” (β = 0.53) was reflected. Finally, the contribution of this re-search was discussed taking into account the other sevenspecified dimensions. Keywords:Information network, intention, anxiety, performance.
Recibido: 03 de Agosto de 2014 Aceptación: 11 de Noviembre de 2014
1. Estudios de Doctorado en Psicología Social y Ambiental, Universidad Nacional Autónoma de México, Facultad de Psicología. Profesor de Asignatura, Universidad Autónoma del Estado de México-Unidad Académica Profesional Huehuetoca. tel. 5622 6666 ext. 47 385 correo electrónico: garcialirios@ yahoo.com 2. Doctor en Administración, profesor titular “C” de tiempo completo, ENTS, UNAM. javierg@unam.mx 3. Maestra en Trabajo Social, UNAMENTS, Asistente de Investigación estudiosustentables@gmail.com
Cuadernos Hispanoamericanos de Psicología l Julio-Diciembre 2014, Vol. 14 No. 2, pp 13-26 ISSN 1657-3412 (Impresa) l ISSN 2346-0253 (En línea)
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Contraste de un modelo de red intencional
Introducción La psicología social, a través de los modelos de acción razonada y conducta planificada, ha influido en la construcción de una psicología de la información (Abu, Yunus, Majid,Jabar, Sakidin y Ahmad, 2014). En esencia, ambos modelos parten del supuesto según el cual el comporta-miento es determinado por la relación entre creencias, actitudes, percepciones e inten-ciones (García, 2007). Se trata de un proce-so que, en el marco de la información que se genera en Internet, explica decisiones de consumo a partir del procesamiento racio-nal, deliberado, planificado y sistemático. Sin embargo, los modelos psicosocia-les han sido modificados para ajustar sus relaciones al procesamiento de información en Internet. Son los casos del Modelo de Aceptación de la Tecnología, el Modelo de Adopción del Comercio y el Modelo del Consumo Electrónico (Gamal y Gebba, 2013). Estos modelos han incorporado las variables psicosociales de creencias, acti-tudes, percepciones e intenciones que fue-ron propuestas para explicar un comporta-miento eficiente, eficaz y efectivo (García, 2008). La psicología de la información ha fu-sionado las variables psicosociales con otros constructos organizacionales tales como: clima laboral, capacitación y adies-tramiento. No obstante, la psicología edu-cativa, con la propuesta de la auto-eficacia computacional, y la psicología clínica, con la inclusión de la ansiedad y la adicción, son partícipes activas de la construcción de modelos psicológicos informacionales (García, 2011). Sin embargo, en un contexto en el que las capacidades son indicadores del desa-rrollo humano sustentable, las habilidades, conocimientos y motivaciones son fundamentales para explicar la aparición del emprendimiento y la felicidad como prin-cipales propuestas de la psicología, en ge-neral, y de la psicología positiva, en parti-cular, ante las problemáticas referentes a la escasez de recursos y su impacto en los servicios públicos que hacen más vulnera-ble a los sectores marginados y excluidos (García, 2012). Tales factores son prepon-derantes en la construcción de una demo-cracia que, en los medios digitales, se gesta a partir del establecimiento de temas en una agenda comunicativa (Groshek, 2011). A diferencia de la sociedad de masas en la que los medios de comunicación analógi-cos establecían los temas de debate y con-senso públicos, en la era digital y la socie-dad de la información son los medios digi-tales los que transfieren los temas que los internautas proponen en las redes sociales (Mao, Richter, Burns y Chaw, 2012). Así,
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Cuadernos Hispanoamericanos de Psicología
las tecnologías de información y los dispo-sitivos electrónicos son los instrumentos de participación, observación, debate y con-senso (Nisbet, Stoycheff y Pearce, 2012). Aunque el acceso a Internet es conco-mitante con el incremento de usuarios de redes sociales, éstos se concentran en face-book y twitter no sólo por la facilidad de uso, sino por la utilidad de sus protocolos al momento de difundir información per-sonalizada (Sandoval y Saucedo, 2010). Las redes sociales son instancias personali-zadas de información, pero el acceso a ésta requiere de habilidades computacionales, competencias de búsqueda y procesamien-to de información, así como de capacida-des de almacenamiento y difusión (Teh, Chong, Yong y Yew, 2010) En este escenario, la psicología de la información ha estrechado más sus lazos teóricos y conceptuales con la psicología social ya que las creencias siguen siendo una propuesta sustancial para entender el impacto de las problemáticas ambientales sobre el comportamiento humano a través de los medios de comunicación, principalmente la información que se genera en Internet y en los dispositivos móviles por su grado de accesibilidad (Phan y Daim, 2011). Por consiguiente, la brecha digital su-pone no sólo diferencias entre quienes ac-ceden a los medios digitales y quienes se marginan o son excluidos, sino entre usua-rios de Internet que buscan información para su entretenimiento e internautas que procesan información para su conocimiento e innovación (Fenoll, 2011). En virtud de que los internautas están adscritos a un sistema de formación aca-démica o profesional que les obliga a bus-car información y procesarla con la finali-dad de mostrar un aprendizaje significativo ( Wong, Osman y Goh, 2013), el objetivo del presente estudio fue contrastar un mo-delo de ocho dimensiones. A partir de éste, se infieren diferencias entre cibernautas con respecto al uso de dispositivos electró-nicos, el procesamiento de información y la difusión de temas, con el fin de estable-cer una agenda comunicativa que permita delinear políticas informativas y debatir el derecho, tanto a la información como a la privacidad, en los medios electrónicos. Para tal propósito, se llevó a cabo una revisión del estado del conocimiento en bases de datos con registro ISSN y DOI, incluidas en REDALYC, LATINDEX y DIALNET, durante el periodo 2010 -2014. Posteriormente, se especificó el
Cruz García Lirios, Javier Carreón Guillén, Sofía López de Nava Tapia
modelo en una matriz de contenido (Apéndice A) a fin de establecer los supuestos y realizar un contraste empírico.
Teoría de la red internacional La relevancia de las creencias (enten-didas como categorías generales de infor-mación) se extiende a la formación de acti-tudes (definidas como categorizaciones específicas de información), las percepcio-nes de riesgo de catástrofes o las percep-ciones de utilidad de información (asumidas como expectativas que permiten anti-cipar escenarios de incertidumbre), así como a las intenciones de uso de Internet para muy probablemente procesar la in-formación que se genere (véase figura 1). Actitudes Categorizaciones especificaciones de información en internet por cibernautas
Creencias Categorizaciones generales de información generada en internet por cibernautas
Intención Probabilidad de llevar a cabo una acción a partir de información generada en la red
Percepciones Expectativas de información generada en internet por cibernautas
Figura 1. Teoría de la Red Intencional.
Ahora bien, las relaciones entre las va-riables psicosociales son las que hacen relevante su inclusión en los modelos psicológicos informacionales ya que explican el procesamiento de información de even-tos lejanos o cercanos a la vida cotidiana de usuarios de Internet ( Yaghoubi y Bah-mani, 2010). De este modo, la recepción de información en tiempo real es un factor preponderante en la planificación de estra-tegias o estilos de vida que aminoren el impacto de las catástrofes. Sin embargo, la tendencia de los estu-dios psicológicos informacionales es espe-cificar las variables psicosociales ya que las creencias son categorizaciones muy generales y no podrían anticipar compor-tamientos específicos; aunque las actitudes son categorizaciones más delimitadas, re-quieren de información percibida para ac-tivar decisiones de acción inmediata (Gar-cía, Carreón, Hernández, Bustos, Bautista, Méndez y Morales, 2013).
Precisamente, al ser las intenciones probabilidades decisivas para llevar a cabo una acción racional, deliberada, planificada y sistemática predicen la aparición de un comportamiento. No obstante, la informa-ción que se genera en Internet propicia un proceso más emocional que racional (Gar-cía, Carreón, Hernández, Bustos, Morales y Limón, 2013). Por lo anterior, el estudio de las inten-ciones con dimensiones emocionales y racionales parece ser más pertinente en un escenario impredecible e inconmensurable como lo serían las catástrofes ambientales (García, Carreón, Hernández, Limón, Montero y Bustos, 2013). Los estudios psicológicos de la infor-mación (véase figura 2) han establecido ocho dimensiones relacionadas con las intenciones de uso de la información que se genera en Internet. Aunque en la litera-tura las percepciones y actitudes son de-terminantes de las intenciones, es posible inferir los indicadores de éstas últimas (García, Carreón, Hernández, Montero y Bustos, 2012). La primera dimensión corresponde a la selectividad informacional como una deci-sión de llevar a cabo una búsqueda de in-formación delimitada (Fuente, Herrero y Gracia, 2010); la segunda dimensión se refiere a las similitudes y diferencias de la información buscada con respecto a los estilos de vida y consumo de información de los cibernautas (Hee y Mc Daniel, 2011); la tercera dimensión obedece a la probabilidad de codificar información y su resguardo en cualquier dispositivo electró-nico (Shrrof, Denenn y Ng, 2011); la cuar-ta dimensión alude a la decisión de buscar información libre de filtros (López y Ló-pez, 2011); la quinta dimensión sugiere que los internautas toman decisiones de búsqueda de información, considerando las versiones de diferentes fuentes ante el mismo fenómeno (García, 2011); la sexta dimensión supone que la información pue-de ser reproducida, pero sobre todo produ-cida desde y por el usuario de la red para-que se construya una versión grupal de los hechos (Orantes, 2011). Por último, las dimensiones psicológi-cas informacionales de la intención de pro-cesar información son la ansiedad y la adicción, dos patologías a las que los inter-nautas están expuestos (Ballesteros, Gil, Gómez y Gil, 2010). No obstante, como éstas son dos dimensiones opuestas a la deliberación, planificación, sistematización y difusión de información, se consideran variables exógenas a la intención de uso de Internet (Chuo, Tsai, Lan y Tsai, 2011).
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Contraste de un modelo de red intencional
Empero, la validez de un constructo supone la inclusión de factores negativos, como es el caso de la ansiedad y la adic-ción. En este sentido, ambos factores fue-ron incluidos en la especificación del mo-delo, esperando encontrar valores negati-vos (Simsek, 2011). Fuente et al., 2010 Hee at al., 2011
Selectividad Compatibilidad
Shroof et al., 2011 Computabilidad
Intención de uso
López et al., 2011
Intención de uso
Accesibilidad
Garcia et al., 2011 Extensionalidad Orantes et al., 2011
Acumulatividad
Simsek et al., 2011
Ansiedad
Ballesteros et al., 2010
Adicción
Figura 2. Estado del conocimiento.
En síntesis, la intención de procesar in-formación que se genera en Internet tendría ocho dimensiones (véase figura 3). La to-ma de decisión de procesar información muy probablemente iniciaría con la bús-queda selectiva de información (hipótesis 1). Después, seguiría con el uso de disposi-tivos electrónicos diversos que permitan una búsqueda eficiente (hipótesis 2). Poste-riormente, la información sería posible-mente resguardada en un código que se pudieraprocesar en cualquier dispositivo electrónico (hipótesis 3). Sin embargo, la búsqueda de informa-ción complementaría tendría que realizarse desde dispositivos electrónicos que permi-tieran un acceso a diversas fuentes de in-formación y a diversos usuarios en la red (hipótesis 4). Aunque esto reduciría la di-fusión de información seleccionada por los internautas (hipótesis 5), también incre-mentaría la discusión y el debate ya que el cibernauta de las redes sociales se concen-traría en unos cuantos temas de discusión (hipótesis 6). Si bien la búsqueda de información supone una intencionalidad racional, deli-berada, planificada y sistemática (hipótesis 7), la ansiedad por encontrar fuentes con-fiables o compatibles de información po-dría desencadenar una patología adictiva que muy probablemente inhibiría y, sobre todo, limitaría la búsqueda de información en la red (hipótesis 8). En resumen, la intención de procesar información a partir de una búsqueda se-lectiva, compatible, computable,
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accesible, extensiva y acumulable puede derivar en una patología de ansiedad y adicción que inhibiría la eficiencia, la eficacia y la efec-tividad informativa.
Cuadernos Hispanoamericanos de Psicología
Hipótesis 1
Selectividad
Hipótesis 2
Compatibilidad
Hipótesis 3
Computabilidad
Hipótesis 4
Accesibilidad
Hipótesis 5
Extensionalidad
Hipótesis 6
Acumulatividad
Hipótesis 7
Ansiedad
Hipótesis 8
Adicción
Figura 3. Especificación de relaciones.
Pero, ¿Cuál de las ocho dimensiones esgrimidas refleja la intención de uso de Internet para procesar información median-te la búsqueda selectiva, compatible, computable, accesible, extensiva y acumu-lable que puede derivar o no en ansiedad y adicción a la información? Hipótesis nula: La relación especifica-da entre las ocho dimensiones y el factor intencional se ajustará a los datos observa-dos en el estudio, mientras que la selectivi-dad se establece como la dimensión pre-ponderante de la intención informacional.
Método Tipo de estudio Se llevó a cabo un estudio transversal de corte cuantitativo. En virtud de que el modelo se especificó a partir de la Teoría de la Red Intencional y el estado del cono-cimiento, se consideró necesario realizar un solo diagnóstico y ponderar las dimen-siones establecidas en la revisión de la lite-ratura.
Participantes Se realizó una selección no probabilís-tica de 253 estudiantes de una universidad pública de México. El criterio de inclusión-exclusión fue haber estado escrito en el laboratorio de cómputo, pertenecer a una red social y buscar información para la elaboración de tareas, trabajos, prácticas, exposiciones, dinámicas, tesis o reportes de
Cruz García Lirios, Javier Carreón Guillén, Sofía López de Nava Tapia
investigación. Específicamente, la muestra estuvo constituida por120 fueron mujeres (M = 19,5 años de edad y DE = 3,15 años) y 133 hombres (M = 22,5 años de edad y DE = 4,26 años). En virtud de que la muestra de estudio es predominantemente usuaria de las Tec-nologías de Información y Comunicación, así como de los dispositivos electrónicos y digitales, a continuación se describen las horas que los internautas dedican a cada una de las ocho dimensiones especificadas en el modelo de medición. Del total de participantes, 230 mostra-ron preferentemente un dispositivo electró-nico (M = 3,45 horas de uso al día y DE = 0,46 horas de uso diarias); los temas y/o motivos de búsqueda de información pre-dominantes son tareas (M = 1,46 horas al día y DE = 0,25 horas diarias); 157 parti-cipantes aseguraron preponderantemente que la información buscada está relaciona-da con sus estilos de vida (M = 2,46 horas diarias y DE = 0,25 horas al día). 45 usua-rios declararon principalmente que guardan la
información en USB (M = 1,29 horas diarias y DE = 0,59 horas diarias); 201 usuarios están más dispuestos a subir sus trabajos a la red (M = 2,35 horas al día y DE = 0,48 horas diarias); 140 usuarios reportaron que más fehacientemente acep-tarían compartir sus trabajos con otros es-tudiantes de su universidad (M = 1,36 ho-ras diarias y DE = 0,25 horas al día). 67 participantes señalaron que volverán a uti-lizar la información que buscaron (M = 1,46 horas al día y DE = 0,47 horas dia-rias). 167 usuarios reconocieron principalmente que sienten ansiedad cuando la red es lenta (M = 1,49 horas diarias y DE = 0,39 horas al día). Por último, 170 parti-cipantes advirtieron que pasan muchas horas en la red (M = 2,35 horas diarias y DE = 0,65 horasal día).
Instrumentos Se construyó una Escala de Red Inten-cional, la cual incluyó 32 reactivos en torno a selectividad, compatibilidad, computabilidad, accesibilidad, extensiona-lidad, acumulatividad, ansiedad y adicción (véase tabla 1).
Tabla 1 Operacionalización de variables Dimensión
Definición
Ítems
Medición
Selectividad
Nivel de selección en la búsqueda de información para realizar trabajos, tareas, exposiciones, tesis o prácticas.
r1, r2, r3, r4
0 = nada probable, 1 = muy poco probable, 2 = poco probable, 3 = probable, 4 = muy probable
Compatibilidad
Grado de relación entre la búsqueda de información, los estilos de vida cotidianos y las actividades académicas
r5, r6, r7, r8
0 = nada probable, 1 = muy poco probable, 2 = poco probable, 3 = probable, 4 = muy probable
Computabilidad
Cantidad de almacenamiento de información buscada para llevar a cabo trabajos académicos.
r9, r10, r11, r12
0 = nada probable, 1 = muy poco probable, 2 = poco probable, 3 = probable, 4 = muy probable
Accesibilidad
Grado de intercambio de información a partir de la búsqueda de información para la elaboración de tareas, trabajos, exposiciones o tesis.
r13, r14, r15, r16
0 = nada probable, 1 = muy poco probable, 2 = poco probable, 3 = probable, 4 = muy probable
Extensionalidad
Nivel de influencia de los trabajos, tareas o tesis subidos a una página electrónica por parte de buscadores de información.
r17, r18, r19, r20
0 = nada probable, 1 = muy poco probable, 2 = poco probable, 3 = probable, 4 = muy probable
Acumulatividad
Número de veces en que la información buscada para realizar tareas, trabajos, exposiciones o tesis, es nuevamente utilizada para compartirla con otros usuarios o en otras actividades académicas.
r21, r22, r23, r24
0 = nada probable, 1 = muy poco probable, 2 = poco probable, 3 = probable, 4 = muy probable
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Contraste de un modelo de red intencional
Dimensión
Definición
Ítems
Medición
Ansiedad
Grado de reconocimiento de ansiedad al momento de buscar información, almacenar archivos, o revisar documentos con la finalidad de realizar tareas, trabajos o tesis.
r25, r26, r27, r28
0 = nada probable, 1 = muy poco probable, 2 = poco probable, 3 = probable, 4 = muy probable
Adicción
Grado de percepción en torno a la cantidad de tiempo que se utiliza para buscar información que sirva en la elaboración de tareas, trabajos, exposiciones o tesis en referencia a otros usuarios
r29, r30, r31, r32
0 = nada probable, 1 = muy poco probable, 2 = poco probable, 3 = probable, 4 = muy probable
Procedimiento Se solicitó el permiso correspondiente para la aplicación del instrumento en el aula de clases. Una vez que se les explicó a los estudiantes que el estudio no afectaría ni positiva ni negativamente sus califica-ciones parciales o finales, se procedió a entregarles la encuesta, advirtiéndoles que tenían un máximo de 20 minutos para res-ponderla. Los casos en los que había una ausencia de respuestas, o una misma res-puesta se repetía en cada aseveración, fue-ron eliminados de los análisis estadísticos. Posteriormente, los encuestados firmaron el consentimiento informado. Los datos fueron capturados en el Paquete Estadístico para Ciencias Sociales (SPSS, por sus si-glas en inglés) y el software Análisis de Momentos Estructuras (AMOS,por sus siglas en inglés) en sus versiones 10 y 6.0, respectivamente.
Los parámetros de ajuste y residual [X2 = 24,36 (16gl) p = 0,000; GFI = 1,000M RMR = 0,000] sugirieron la acep-tación de la hipótesis nula, aun cuando el chi cuadrado fue significativo y supondría el rechazo de la hipótesis en cuestión.
Intención de uso
0,02 e1
0,16
Selectividad
0,20
Compatibilidad
0,35
Computabilidad
0,01 e3
0,48
Accesibilidad
0,09 e4
0,51
Extensionalidad
0,03 e5
0,60
Acumulatividad
0,08 e6
0,53
Ansiedad
0,04 e7
0,49
Adicción
0,07 e8
0,06
e2
Figura 4. Relaciones reflejantes
Resultados Los valores de curtosis cercanos a la unidad muestran una tendencia de distri-bución normal, aunque los promedios de las respuestas a los ítems señalan que la muestra sólo considera muy probable la relación entre la búsqueda de informa-ción, la vida cotidiana y las actividades académicas (véase apéndice B). Respecto a la validez de constructos, los pesos factoriales de los ítems en cada uno de los ocho factores especificados in-dican que existen correlaciones suficientes para sustentar los ocho supuestos multidi-mensionales de la red intencional de bús-queda de información (véase figura 4). De este modo, la ansiedad con respec-to a la rapidez de búsqueda de información, el resguardo de archivos o la completud de los mismos, fue el factor reflejante de la intención de uso de Internet para fines aca-démicos (β = 0,53).
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No obstante, los valores de bondad de ajuste y residual son preponderantes en estos casos. Por consiguiente, se discuten a continuación las implicaciones de la acep-tación del supuesto según el cual los bus-cadores de información se caracterizan por un proceso psicológico que hemos deno-minado red intencional. Ésta se refiere a un proceso psicológico que explica las deci-siones racionales, deliberadas, planificadas y sistemáticas en torno a la elaboración de trabajos, tareas, exposiciones o tesis. Tales decisiones se toman a partir de la selec-ción, compatibilidad, computación, acceso, extensión, acumulación, ansiedad y adic-ción a la información, la cual está disponi-ble en los dispositivos electrónicos.
Discusión El presente estudio ha especificado ocho dimensiones de la intención de buscar información a través de dispositivos
Cruz García Lirios, Javier Carreón Guillén, Sofía López de Nava Tapia
elec-trónicos con la finalidad de difundir tareas académicas. Los resultados sugieren la aceptación de la especificidad del modelo reflejante. No obstante, es necesario adver-tir que el estado del conocimiento ha esta-blecido cada una de estas dimensiones, asumiendo que la intencionalidad de usar Internet es una posibilidad latente y poco relevante para el avance de la psicología informacional. Es decir, la intención de uso, reflejada por la ansiedad en torno a la búsqueda de información, el procesamiento de contenidos y la difusión de temas, es un proceso que no sólo consiste en deliberar, planificar o sistematizar información, sino que advierte acerca de las consecuencias de ajustar las actividades cotidianas y acadé-micas a los estilos de vida de las redes so-ciales. En el contexto de la investigación, la ansiedad no sólo es un reflejo patológico delas intenciones de uso frecuente de tec-nologías de información, dispositivos elec-trónicos o protocolos digitales; ésta tam-bién es una variable latente que estaría emergiendo a medida que la brecha digital se acentúa entre internautas. Se recomienda el contraste de un mo-delo especificado a partir de la ansiedad y sus dimensiones emocionales irracionales más que cognitivas racionales. En este sentido, el estudio de las emociones permi-tirá develar el factor ansioso. Por otra parte, en la investigación de Núñez, Ochoa, Vales, Fernández y Paz (2013), se encontró una relación entre actitudes y hábitos en el uso de Tecnologías de Información y Comunicación respecto a entretenimiento, más que al desarrollo de competencias investigativas. Al igual que en el presente trabajo, dicha investigación estableció que la ansiedad se correlaciona-con la búsqueda de información para ela-borar trabajos, tareas, exposiciones o tesis. También se infiere que, en ambos estudios, el uso de Internet para entretenimiento o diversión genera una adicción que no esta-ría vinculada con el desempeño académico. En el trabajo de Ballesteros et al., (2010), se afirma que la compulsividad fue un factor preponderante en la adicción al uso de redes sociales; esta investigación complementa el hallazgo del presente estu-dio ya que las patologías relacionadas con el uso de Internet son producto de distor-siones perceptuales acerca de los aconte-cimientos virtuales con respecto a los com-promisos académicos. Es decir, en torno a la fantasía del cibersexo, los estudiantes se decantan por una probable compulsión de buscar relaciones sexuales virtuales. Por otra parte, si el objetivo es buscar información para realizar una tesis, los encuestados manifiestan un
alto grado de ansiedad ya que no estarían dispuestos a dedicarle el tiempo suficiente a la elaboración de un proyecto de investigación. Por último, en el trabajo de Simsek (2011), la autoeficacia computacional, indicador de un alto desempeño académi-co, se correlaciona negativamente con la ansiedad. Dicho estudio complementa el hallazgo de la presente investigación, pues la ansiedad se reflejó en la intención de uso de Internet para buscar información con fines académicos e investigativos. No obstante, cabe advertir que la va-riable psicosocial de intención de uso, en este caso de dispositivos electrónicos para buscar información en la red, es predictora del comportamiento, ya que transfiere la influencia de las actitudes y las creencias de la información que se genera en Inter-net. Por ello, es fundamental especificar y contrastar un modelo en el que los cuatro factores de segundo orden expliquen el proceso racional, deliberado, planificado y sistemático de búsqueda de información como síntoma del desarrollo de competen-cias formativas. El aporte del presente trabajo al estu-dio de Internet como un escenario de dis-ponibilidad de información para fines aca-démicos e investigativos es haber estable-cido ocho dimensiones de la intención de búsqueda de información a través de dispo-sitivos electrónicos. Sin embargo, se debe profundizar en el análisis de otros factores implicados en la red intencional, tales co-mo creencias, actitudes y comportamien-tos. Esto permitirá avanzar hacia una teoría que permita explicar la brecha entre quie-nes usan las redes sociales para su entrete-nimiento y diversión y quienes las utilizan para buscar información que les permita coadyuvar a su formación profesional.
Referencias Abu, F., Yunus, A., Majid, I., Jabar, J., Sakidin, H. y Ahmad, A. (2014). Technology Acceptance Model (TAM): Empowering smart customer to participate in electricity supply sys-tem. Journal of Technology Manage-ment and Technopreneurship, 2 (1), 85-94 Ballesteros, R., Gil, M., Gómez, S. y Gil, B. (2010). Propiedades psicométricas de un instrumento de evaluación de la adicción al cibersexo. Psicothema, 22, 1048-1063 Chuo, Y., Tsai, C., Lan, Y. y Tsai, C. (2011). The effect of organizational support, self- efficacy and computer anxiety on the
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Contraste de un modelo de red intencional
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Cuadernos Hispanoamericanos de Psicología
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Cruz García Lirios, Javier Carreón Guillén, Sofía López de Nava Tapia
Apéndices Apéndice A Estado del conocimiento y especificación de la intención de uso Año
2010
2010
2010
2010
2011
2011
Autor
Resultados
Especificación
Yaghoubi y Bahmani
A partir de un modelo estructural [χ2 = 1,87; p = 0,099; GFI = 0,93; AGFI = 0,91; CFI = 0,92; RMR = 0,41; RMSEA = 0,048; NFI = 0,92], se contrastaron y aceptaron cada una de las siete hipótesis especificadas. PBC fue el determinante de la BI (β = 0,33), mientras que la actitud fue determinada por la PU (β = 0,43). Por último, la percepción de utilidad fue determinada por la PEU (β = 0,37)
La actitud determina la intención de uso de Internet, relacionada con la selectividad; al categorizar la información, supone que ésta última es una dimensión del constructo intencional de uso intensivo de dispositivos electrónicos o digitales.
Hernández, Robles y Mella
Establecieron diferencias significativas por áreas disciplinares con respecto a las actitudes hacia el uso del ordenador y los servicios de internet. Las diferencias entre niveles (nulo, básico, intermedio, avanzado y experto) fueron significativas en relación a las disposiciones positivas hacia el uso de la tecnología de información y comunicación.
La actitud positiva que determina el uso de tecnologías de información supone una computabilidadque sólo los internautas pueden adquirir con el uso intensivo de sus dispositivos electrónicos.
Wee, Hoc, Keat, Yee y Bin
La actitud determina la intención de uso de la tecnología (β = 0,41). A su vez, la actitud fue determinada por la percepción de facilidad de uso y la utilidad percibida (β= 0,41 y β = 0,54, respectivamente).
La utilidad, que afecta indirectamente al uso de tecnologías y procesamiento de información, está relacionada con la compatibilidad entre los estilos de vida de internautas y el avance de los dispositivos electrónicos.
Ruíz, Sanz y Tavera
La actitud incidió sobre la intención de uso de mensajes SMS para participar en programas de televisión (β = 0,17). A su vez, la actitud fue determinada por el entretenimiento percibido y la compatibilidad (β = 0,20 y β = 0,27, respectivamente).
La actitud determinante de la intención de uso de dispositivos electrónicos denota una categorización de información que permite a los internautas acceder a contenidos exclusivos.
Phan y Daim
El porcentaje de aceptación de tecnología fue de 20% a 25% para el caso de la utilidad y la facilidad de uso. La facilidad explica el 25% de la varianza de las actitudes. La facilidad estuvo configurada por los indicadores de calidad, simplicidad y rapidez (21% a 23% respectivamente).
La facilidad de uso percibida incide sobre la actitud, y ésta, sobre la intención, lo que devela un proceso de computabilidad en el que los internautas adquieren habilidades que les permiten encontrar información específica.
Shroff, Deneen y Ng
Demostraron la vigencia de la actitud como variable mediadora de las percepciones. Puesto que la facilidad modera el efecto de la utilidad percibida, la actitud transfiere su influencia al uso de Internet. Esto demuestra la verosimilitud de las relaciones hipotéticas del MAT. En la medida en que la gente percibe la tecnología como un objeto accesible y benéfico es más proclive a aceptarla y consumirla vía sus evaluaciones. En efecto, la actitud hacia Internet es transmisora de las percepciones y antecedente de la intención, que determina el uso de la tecnología de información y comunicación.
La actitud no sólo transfiere las categorías de información a la intención de uso de tecnologías informativas, sino que anticipa escenarios de extensión o difusión de iniciativas o propuestas.
21
Contraste de un modelo de red intencional
Año
2011
2013
2013
2013
2013
22
Autor
Resultados
Especificación
Ozer y Yilmaz
La actitud hacia la tecnología determinó la intención de uso de la tecnología de información (β = 0,71). A su vez, la interrelación entre la actitud y la norma subjetiva determinaron, en menor grado, la intención (β = 0,67).
La relación entre actitud y norma con respecto a la intención supone la inclusión de información seleccionada a partir de las normas establecidas en un grupo al que pertenecen los internautas.
Wong, Osman y Goh
Mediante un modelo estructural [χ2 = 97,969; p = 0,000; (2df) RMSEA = 0,072; GFI = 0,944; CFI = 0,978; TLI = 0,967], se establecieron las relaciones reflejantes de cuatro factores: Percepción de utilidad (pu1 = 0,78, pu2 = 0,94; pu3 = 0,80), Percepción de Facilidad de Uso (peu1 = 0,94, peu2 = 0,94, peu3 = 0,97), Actitud hacia el Uso de la Computadora (a1 = 0,78, a2 = 0,94), Intención de Uso (i1 = 0,85, i2 = 0,94, i3 = 0,55). Además, se establecieron correlaciones entre los cuatro factores: percepción de utilidad con intención de uso (0,59), con actitud (0,59), con facilidad de uso (0,69). La facilidad de uso percibida con la intención (0,45), con la actitud (0,37). Por último, la actitud con la intención (0,47).
Las relaciones entre percepciones, actitudes, intenciones y comportamientos son parte de un proceso en el que la selección de información es el primer eslabón en la cadena de procesamiento y difusión.
Gamal y Gebba
La confiabilidad para PEU fue (0,79), PU = (0,82), A (0,81), BI (0,76), BC (0,93) y SN (0,78). Fueron aceptadas H1 [R2 = 0,36; t = 3,754; P = 0,000; β = 0,351], H2 [t = 3,137; P = 0,000; β = 0,268] H3 [R2 = 0,34; t = 6,279; P = 0,000; β = 0,581] y H7 [R2 = 0,34; t = 7,802; P = 0,000; β = 0,585]
La facilidad de uso percibida al ser determinante de la percepción de utilidad y la actitud como factores mediadores de las intenciones de uso y uso intensivo de tecnologías informativas develan una estructura de compatibilidad entre las oportunidades, capacidades y dispositivos informativos.
Iconaru
La actitud determinó la intención de uso de la tecnología (β = 0,5), aunque las disposiciones categoriales sólo transmitieron el efecto de la percepción de utilidad (β = 0,54) y la percepción de facilidad de uso (β = 0,20) cuando esta última determinaba la percepción de utilidad (β = 0,49). A su vez, la utilidad percibida determinaba directamente la intención (β= 0,30). Es decir, la actitud resultó una transmisora eficaz de los efectos de ambas percepciones sobre la intención porque aumentó el poder predictivo de ambas percepciones sobre la intención de uso de la tecnología.
Las percepciones, al ser determinantes indirectas de las intenciones, están conformadas por procesos de compatibilidad entre los estilos de vida de los internautas y las oportunidades informativas en Internet.
Tavera, Sánchez y Ballesteros
La utilidad percibida y la confianza determinaron la actitud hacia el comercio electrónico (β = 0,59 y β = 0,20 respectivamente). En el caso de la percepción de utilidad, ésta había sido determinada por la percepción de facilidad de uso (β = 0,69). Sin embargo, la actitud no determinó significativamente la intención de uso del comercio electrónico en la ciudad de Medellín, Colombia.
Las percepciones y la confianza, al ser determinantes directos de las actitudes hacia el uso de información financiera, suponen procesos selectos de información dada la complejidad de los protocolos electrónicos de transferencia financiera.
Cuadernos Hispanoamericanos de Psicología
Cruz García Lirios, Javier Carreón Guillén, Sofía López de Nava Tapia
Apéndice B Propiedades psicométricas del instrumento Ítems
M
DE
C
F1
R1
Elegiría información de revistas para elaborar mi exposición
1,03
0,49
2,03
0,381
R2
Cualquier información me serviría para elaborar mi tesis
1,06
0,39
2,06
0,382
R3
Encontraría información actualizada para realizar tareas
1,07
0,29
2,15
0,392
R4
Buscaría cualquier información para hacer mis trabajos
1,19
0,31
2,16
0,391
F2
F3
F4
F5
F6
F7
F8
Subescala de selectividad (alfa = 0,69)
Subescala de compatibilidad (alfa = 0,70) R5
Adaptaría mis actividades a la búsqueda de información en la red
3,10
0,52
2,46
0,390
R6
Ajustaría mis prioridades a la búsqueda de información en la red
3,04
0,39
2,37
0,491
R7
Asimilaría cualquier información para aplicarla en mi vida
3,17
0,69
2,33
0,330
R8
Buscaría información en la red que pueda llevar a la práctica
3,47
0,25
2,01
0,410
Subescala de computabilidad (alfa 0,72) R9
Respaldaría la información de mi PC para facilitar el plagio
1,06
0,51
2,83
0,482
R10
Vacunaría mis dispositivos para evitar virus espías
1,01
0,83
2,04
0,482
R11
Utilizaría cualquier dispositivo para difundir el plagio
1,83
0,93
2,81
0,410
23
Contraste de un modelo de red intencional
Ítems R12
M
DE
C
Almacenaría información en 1,27 el correo para evitar spam
0,62
2,93
F1
F2
F3
F4
F5
F6
0,441
Subescala de accesibilidad (0,64) R13
Difundiría mis trabajos para que los demás me citen
1,20
0,63
2,32
0,518
R14
Realizaría exposiciones con otros usuarios para ahorrar tiempo
1,17
0,84
2,04
0,529
R15
Usaría una tecnología que me permitiera trabajar en red
1,28
0,85
2,83
0,502
R16
Intercambiaría mis tareas con otros usuarios para ahorrar tiempo
1,62
0,19
2,01
0,481
Subescala de extensionalidad (alfa 0 0,78) R17
Difundiría mi tesis para que otros la criticaran
1,69
0,29
2,46
0,518
R18
Publicaría mis trabajos para que los demás me reconocieran
1,30
0,38
2,32
0,382
R19
Vendería mis exposiciones para que mi capacidad sea premiada
1,64
0,41
2,37
0,493
R20
Subiría mis tareas para que otros las utilizaran
1,02
0,62
2,83
0,513
Subescala de acumulatividad (alfa = 0,75)
24
R21
Usaría mis trabajos para elaborar mi tesis
1,29
0,47
2,06
0,391
R22
Modificaría mis exposiciones para convertirlas en trabajos
1,63
0,35
2,83
0,495
R23
Buscaría información complementaria a la que tengo
1,03
0,25
2,49
0,405
R24
Volvería a utilizar mis tareas para realizar trabajos
1,83
0,38
2,04
0,506
Cuadernos Hispanoamericanos de Psicología
F7
F8
Cruz García Lirios, Javier Carreón Guillén, Sofía López de Nava Tapia
Ítems
M
DE
C
F1
F2
F3
F4
F5
F6
F7
F8
Subescala de ansiedad (alfa = 0,68) R25
Aceptaría mi ansiedad si Twitter me lo señalara
0,38
0,05
2,17
0,381
R26
Rechazaría cualquier advertencia de restricción a la red
0,49
0,07
2,16
0,406
R27
Acataría las restricciones de Google* por mi búsqueda excesiva
0,16
0,08
2,71
0,591
Reconocería mi ansiedad R28 si Facebook me lo advirtiera
0,39
0,04
2,10
0,471
Utilizaría el tiempo de búsqueda que tardan otros usuarios
0,82
0,04
2,03
0,595
Ajustaría mi búsqueda R30 a los criterios de otros usuarios
0,95
0,05
2,07
0,405
Subescala de adicción (alfa = 0,79) R29
R31
Navegaría menos tiempo que el promedio de los demás
0,71
0,08
2,05
0,381
R32
Buscaría más información si los demás lo hicieran
0,39
0,05
2,06
0,606
Curtosis general = 2,47; Boostrap = 0,000; KMO = 0,601; X2 = 12,35 (24gl) p = 0,000; F1 = Selectividad (21% de la varianza explicada), F2 = Compatibilidad (18% de la varianza explicada), F3 = Computabilidad (15% de la varianza explicada), F4 = Accesibilidad (13% de la varianza explicada), F5 = Extensionalidad (11% de la varianza explicada), F6 = Acumulatividad (9% de la varianza explicada), F7 = Ansiedad (7% de la varianza explicada) y F8 = Adicción (6% de la varianza explicada). Todos los ítems tienes como opciones de respuesta: 0 = nada probable, 1 = muy poco probable, 2 = poco probable, 3 = probable, 4 = muy probable
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Creación de un instrumento psicométrico para identificar el estilo pedagógico en docentes universitarios Ginna Bernal Vargas,1 Andrés Fonseca Calderón,2 Marlén Junco Olarte3 Corporación Universitaria Minuto de Dios
Resumen El objetivo de esta investigación fue identificar el estilo pedagógico que predomina en las prácticas de los docentes de una universidad en la ciudad de Bogotá, Colombia. En este estudio, participaron 19 docentes y 752 estudiantes del programa de psicología de la Corporación Universitaria Minuto de Dios. La investigación cubrió cuatro etapas: la primera comprendió el planteamiento del problema y la elaboración del fundamento teórico; la segunda, el diseño de la metodología y la creación de formatos de evaluación; en la tercera, se hizo la recolección de los datos; y en la cuarta etapa, se analizó la información obtenida. Con respecto a los resultados, se encontró que el estilo predominante en los docentes evaluados es el directivo. Por último, cabe señalar que este instrumento supone un aporte a la evaluación docente a partir de la mejora de los procesos de enseñanza-aprendizaje. Palabras Clave: docencia, educación, estilos pedagógicos, evaluación, instrumentos de medición.
Abstract The aim of this research was to identify the teaching styles which dominate in the teaching practices at a University of Bogota, Colombia. The sample was constituted by 19 teachers and 752 students who belong to the psychology program at Corporación Universitaria Minuto de Dios. The research was carried out in four stages: the first one comprised the problem statement and the development of theoretical framework, the second one covered the methodological and the assessment formats design. In the third one, data collection was implemented, while in the fourth one, data analysis was carried out. Regarding findings, it could be established that the directive style was the most prevailing teaching style. Finally, it must be said this instrument is useful for teachers’ assessment due to it looks for the improvement of teaching and learning processes. Keywords: Teaching, Education, Teaching Styles, Assessment, Measurement Instruments.
Recibido: 28 de Octubre de 2014 Aceptado: 16 de Marzo de 2015
1. Tesista, aspirante al título de psicóloga y practicante profesional en el Centro de Medición y Evaluación Psicológica de la Corporación Universitaria Minuto de Dios, Sede calle 80 de la ciudad de Bogotá, Colombia. E-mail: ginna_74@live.com 2. Director del proyecto de tesis. Psicólogo, Magíster en Psicodiagnóstico y Evaluación Psicológica. Docente universitario, encargado de la asignatura de Psicometría en la Corporación Universitaria Minuto de Dios, Sede calle 80 de la ciudad de Bogotá, Colombia. E-mail: cemeepuniminuto@ gmail.com 3. Tesista, aspirante al título de psicóloga, practicante profesional en el Centro de Medición y Evaluación Psicológica de la Corporación Universitaria Minuto de Dios, Sede calle 80 de la ciudad de Bogotá, Colombia. E-mail: marajunko@yahoo.com
Cuadernos Hispanoamericanos de Psicología l Julio-Diciembre 2014, Vol. 14 No. 2, pp 27-38 ISSN 1657-3412 (Impresa) l ISSN 2346-0253 (En línea)
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Evaluación del estilo pedagógico en docentes universitarios
Introducción La educación es parte importante dentro de los procesos formales del ser humano y tiene como objetivos fundamentales: generar cambios en la persona a través del proceso de enseñanza y convertir al sujeto en un participante activo de la cultura y la sociedad en la que está inmerso. Para que dicho proceso sea óptimo, es necesario valorar los métodos de enseñanza, asunto que está regulado por el Ministerio de Educación Nacional (MEN) a través de la evaluación de instituciones, programas académicos, directivos y docentes. Se tomaron los estilos pedagógicos porque son estos los que se enmarcan en el contexto de las necesidades de cualificar al docente, en busca de una enseñanza cada vez más efectiva, reflexiva y consciente (Brostrom, como se citó en Oviedo, 2010). Desde esta perspectiva, surge la idea de crear una prueba enfocada en la identificación del estilo pedagógico, como aporte para la evaluación docente, con las propiedades de evaluación esperadas: confiable, válida y que permita realizar inferencias apropiadas, significativas y útiles. Así, se llega a la formulación de la siguiente pregunta: ¿Cuál es el estilo pedagógico que predomina en los docentes que imparten clases en los diferentes semestres del programa de Psicología de la Corporación Universitaria Minuto de Dios?
Fundamentación Teórica El Ministerio de Educación Nacional (MEN, 2007), en el decreto 3782, artículo 2, estipula que “la evaluación docente responde…a la ponderación del grado de cumplimiento de las funciones y responsabilidades inherentes al cargo que desempeña y del logro de resultados, a través de su gestión...” (p.11). Es decir, la evaluación docente se ha convertido en una herramienta que evalúa el desempeño como profesional; ésta involucra directrices, como el “hacer” en relación con el cumplimiento de las tareas asignadas y; por tanto, recae en el docente la responsabilidad de desarrollar un buen proceso formativo de los alumnos. Como lo afirma Rizo (2005), el profesor es visto desde lo que “hace” y no desde lo que “es capaz de hacer”; o sea, el docente no está siendo visto en razón de sus potencialidades como ser profesional y humano, en beneficio de su propio desarrollo y el de la institución educativa. Para este autor, la evaluación educativa debe tener un propó-
28
Cuadernos Hispanoamericanos de Psicología
sito fundamental: contribuir al mejoramiento de la labor docente. Así, dicha evaluación no debe limitarse a informar sobre el cumplimiento de las labores asignadas al profesor. La evaluación debe propender hacia la mejora de la práctica docente, debe ser una herramienta que permita facilitar el ejercicio intelectual del docente a la hora de construir y transmitir conocimiento. Así mismo, debe permitir la reflexión sobre la mejora en la calidad de los procesos didácticos y metodológicos, así como en lo que respecta a la interacción con sus pares y estudiantes. Del mismo modo, la evaluación docente debe permitir detectar posibles dificultades, para así replantear el quehacer docente. Incluso, se espera que el profesor esté en una constante autoevaluación y que, en conjunto con los directivos, puedan tomar decisiones pertinentes. De este modo, los docentes podrán mejorar los procesos, lo que contribuirá de una manera distinta a la calidad de la educación.
Estilos Pedagógicos, una alternativa a la evaluación docente Diferentes autores han trabajado sobre los estilos pedagógicos. Si bien se han dado distintas definiciones y caracterizaciones al respecto, estos se han concebido como el criterio fundamental para transformar y mejorar la enseñanza. Autores como Pardo et al. (2007), definen el estilo pedagógico como la manera propia y particular en la que el docente asume la mediación pedagógica para contribuir al desarrollo intelectual, ético, moral, afectivo y estético de los estudiantes. Además, afirman que los estilos son una construcción social; es decir, se elaboran en la interacción con otros y son susceptibles de renovarse en el proceso de reflexión- acción sobre la práctica pedagógica. Es posible hablar de variedad de estilos pedagógicos, porque cada docente los construye y expresa de manera diferente. Estos se pueden diferenciar, ya sea por la metodología, las herramientas que utilizan, o las ideas y preceptos que priman a la hora de impartir el conocimiento. Además, los estilos no son polos opuestos (como podría interpretarse), sino que pueden ser complementarios en la conformación del perfil docente.
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Esa variabilidad en el estilo no se debe a factores o variables sociodemográficas como la edad, el género, la experiencia, o la categoría académica de los instructores. De hecho, se indica que existe una correlación negativa entre esas variables y la efectividad docente (Garduño, 2003). Esto se confirma con el análisis de los resultados de los estudios que se han realizado sobre los estilos pedagógicos en Colombia, los cuales confirman que las variables mencionadas anteriormente no están relacionadas con el estilo pedagógico del docente, sino que aparecen en función de las necesidades en el salón de clases. Por ello, los docentes pueden cambiar de uno a otro estilo de manera recurrente o, tal vez, no cambien el estilo que ya han asumido. Entre los trabajos relacionados con los estilos pedagógicos, desarrollados en ámbitos nacionales, se pueden destacar las investigaciones llevadas a cabo por Callejas y Corredor (2002), Mantilla, Burgos, Corredor, Bernal, y García (2008), Rendón (2010), Otálvaro (2013) y Parra, Morales y Murcia (2013). Según estos estudios, los estilos pedagógicos varían según el objetivo y la perspectiva de análisis de los autores, razón por la cual es complejo ceñirse a una clasificación que dé cuenta de sus diferencias. Aquí, los estilos pedagógicos se definen como el conjunto de comportamientos, actitudes, habilidades, capacidades y destrezas que posee el docente, así como las adopciones propias frente a la forma de direccionar el aprendizaje, lo que involucra, a su vez, procesos de socialización e interacción con los estudiantes. En el presente estudio, se reconocen cuatro estilos pedagógicos. Aunque estos se fundamentan en algunos elementos de orden teórico semejantes a los propuestos en otras investigaciones, aquí se busca marcar diferencias en los criterios de evaluación para cada uno de ellos. Estilo Directivo: se refiere a la acción centrada en el docente, quien transmite los contenidos o temáticas de la clase. Aquí, se busca que estos sean reproducidos por parte de los estudiantes. La interacción con el estudiante es distante, pues el docente no permite intervenciones o interrupciones; tampoco se permite realizar cambios ni modificaciones en cuanto a la metodología y el plan de trabajo. Estilo Instructivo: se define como el proceso de seguimiento, por parte del docente, en el aprendizaje de los estudiantes. Así, el profesor es el promotor del desarrollo de capacidades y habilidades para la resolución de los
problemas. En este proceso, los estudiantes cumplen un papel activo y autónomo, mientras que el docente mantiene un espacio abierto para la discusión. Estilo Investigativo: se sitúa al docente como el que encamina el aprendizaje hacia la producción científica, hacia la adquisición de hábitos en investigación y experimentación. Aquí, el estudiante es autónomo en su proceso de aprendizaje. Estilo Social: éste se concibe desde la propuesta de una educación liberadora: “Saber que enseñar no es transferir conocimiento, sino crear las posibilidades para su propia producción o construcción… la práctica docente, específicamente humana, es profundamente formadora” (Freire, 1997, p. 47). El docente, junto con el estudiante, abre un espacio donde se aprende “a hacer”; esto se refiere a la socialización del saber, en donde se articula lo académico con la vida cotidiana. Los docentes buscan generar una conciencia social y potenciar la interpretación de la realidad, mientras que el estudiante aprende, a través de procesos de reflexión, a cambiar y transformar el modo de pensar, sentir y percibir el contexto social en el que está inmerso. Por otro lado, la Corporación Universitaria Minuto de Dios, a través de su misión y modelo pedagógico, la praxeología, presenta la construcción de una metodología y una visión que se centran en las experiencias de interacción social y educativa en el horizonte de la vida cotidiana ( Vargas, 2002). A partir de este modelo, se abre paso a dos objetivos fundamentales: Primero, un mejor conocimiento, que llega a ser recíproco entre docente y estudiantes. Segundo, favorecer a los docentes, porque acceden a involucrarse más en la vida de los estudiantes para guiarlos y ayudarlos a solucionar las dificultades que se presentan a lo largo del proceso de enseñanza- aprendizaje (Martínez, 2012). Por lo anterior, la Prueba Estilos Pedagógicos incluye el componente Misional para determinar el compromiso e identificación del docente con la Institución Educativa; además, incorpora el componente Vinculación, ya que éste permite generar una profunda reflexión en el docente en torno a cómo es su proceso de enseñanza, qué está logrando y qué dificultades se le presentan. Estos dos componentes sirven para tomar decisiones orientadas a optimizar el proceso de enseñanza-aprendizaje dentro de la institución; además, ayudan a incrementar la calidad desde las estrategias de mejoramiento que se implementen a partir de los resultados obtenidos.
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Evaluación del estilo pedagógico en docentes universitarios
Método En esta investigación, se utilizó un enfoque metodológico cuantitativo, de tipo descriptivo, que permitió profundizar y precisar la naturaleza y significado de los estilos pedagógicos y el grado de significación de las relaciones estipuladas entre los estilos y otras variables o propiedades. Esto se realizó a través del diseño y creación de un instrumento psicométrico.
Participantes Una muestra intencional de 19 docentes, ocho mujeres y once hombres con un promedio de edad de 33 años, constituyó la población evaluada. Con respecto al nivel de formación, cinco de ellos eran profesionales, dos contaban con especialización; once, con estudios de maestría y uno, con doctorado. El promedio de experiencia profesional en Psicología fue de ocho años. En cuanto a la experiencia como docente, la media fue de cuatro años, mientras que el promedio de tiempo que habían pertenecido a la institución educativa fue de 1,8 años. La muestra evaluadora estuvo constituida por 611 mujeres y 141 hombres, para una muestra total de 752 estudiantes, con un promedio de edad de 21 años y quienes cursaban el programa de psicología. Los criterios de selección y participación fueron los siguientes: • Docentes y estudiantes vinculados durante el periodo 2014-I al programa de Psicología, en modalidad presencial, de la Corporación Universitaria Minuto de Dios. • Docentes que estuvieran dictando asignaturas de segundo a octavo semestre, con un grupo mínimo de 30 estudiantes por materia, pues ésta es la cantidad de datos necesarios para una distribución aceptablemente normal para describir estadísticos (González, s.f ). • Los estudiantes evaluadores debían pertenecer a los cursos de los docentes evaluados.
Instrumentos Se diseñaron y elaboraron dos formatos de evaluación que permiten identificar el estilo pedagógico del docente. Prueba Estilos Pedagógicos (PEP). Este formato se creó con el ánimo de clasificar el estilo pedagógico docente y no para dar una calificación valorativa de su desempeño.
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Cuadernos Hispanoamericanos de Psicología
El formato presenta un diseño fácil de diligenciar por parte del estudiante, cuenta con 40 ítems que miden cuatro estilos pedagógicos: Directivo, Instructivo, Investigativo y Social (cada uno incluye ocho ítems) y dos categorías, denominadas Misional y Vinculación (cada una incluye cuatro ítems). La calificación se realizó a través de una escala de frecuencia tipo likert: (1) Nunca, (3) Algunas veces, (5) Casi siempre y (7) Siempre. Los valores de la escala que fueron asignados a los indicadores constitutivos como opciones de respuesta, se presentaron en un rango de frecuencia más amplio de los que comúnmente se encuentran en una escala de este tipo. Identificación del Estilo Pedagógico - Autoevaluación. (IEP- A). El formato de autoevaluación se creó como complemento a la prueba de los estilos pedagógicos. Su finalidad es la identificación de los estilos, contando con el pensamiento pedagógico del docente, su actitud y manera de asumir y enfrentar su rol. Este instrumento consta de dos partes: la primera se relaciona con los datos socio demográficos (nombre del docente, género, estado civil y estrato socioeconómico) y de índole académico (universidad de la cual es egresado, años de experiencia profesional, nivel de profesionalización, años de experiencia como docente, nivel en el que se encuentra en el escalafón y tiempo de labor docente en la institución). La segunda parte consta de 18 ítems, divididos así: cuatro ítems por cada estilo pedagógico presentado en esta investigación y dos ítems que pertenecen solo al componente Misional. La calificación es de tipo likert: (1) Nunca, (3) Algunas veces, (5) Casi siempre y (7) Siempre.
Procedimiento La investigación cubrió cuatro etapas: la primera comprendió el planteamiento del problema, la elaboración del marco teórico y la categorización de los estilos pedagógicos. En la segunda etapa, se construyeron los instrumentos de evaluación y autoevaluación: creación de los ítems por cada estilo, establecimiento de la escala de calificación, nombre de cada instrumento; además, se presentaron los formatos iniciales, se especificaron los criterios de selección para participar en el estudio y se eligieron 19 de 63 docentes pertenecientes al programa de psicología. En la tercera etapa, se recolectaron los datos para obtener la confiabilidad
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y la validez del instrumento a través de dos procedimientos. En primer lugar, para obtener la validez de contenido, se presentó la prueba a dos jueces expertos en docencia, quienes evaluaron el instrumento a través de las siguientes categorías: (a) suficiencia, que establece que los ítems que pertenecen a una misma dimensión son suficientes para obtener la medición de ésta; (b) claridad, la cual hace referencia a que el ítem se comprende fácilmente, pues tanto la estructura sintáctica, como la semántica, son adecuadas; (c) coherencia, que establece que el ítem tiene relación lógica con la dimensión que está midiendo; y (d) relevancia, que se refiere a que el ítem es esencial o importante y; por lo tanto, debe ser incluido (Escobar y Cuervo, 2008). En segundo lugar, para obtener la validez de constructo, se utilizó el análisis factorial mediante el paquete estadístico SPSS. Se realizó una primera aplicación en el periodo 2014- I, (mes de marzo) a 332 estudiantes del programa de psicología, quienes evaluaron a once docentes del mismo programa. Con esta aplicación, se obtuvo un coeficiente de confiabilidad Alfa de Cronbach de .92 y una medida de adecuación muestral de .93, lo que es altamente significativo para realizar un análisis factorial. Sin embargo, en el resumen de pesos factoriales de cada ítem que compone la prueba, se encontró que algunos puntuaron de forma significativa con carga negativa. Por lo tanto, se decidió modificar esos ítems, ya que de igual forma presentaron un peso significativo. En el mes de mayo de 2014, se presentó el formato final y se realizó la segunda aplicación a una muestra de 420 estudiantes y 17 docentes. Siete pertenecían a la primera muestra evaluada y se incluyeron diez docentes más, quienes contribuyeron para hacer la relación entre la categoría nuevos y antiguos. Con los cambios realizados, no se afectó la confiabilidad y aumentó la medida de adecuación muestral de ,93 a ,95. Por último, en la cuarta etapa, se analizó la información obtenida y se elaboraron las conclusiones.
SPSS. Se obtuvo un coeficiente de .95 altamente significativo en la medida de adecuación muestral de KMO, y en la prueba de esfericidad de Bartlett, un coeficiente de .00. Por lo anterior, la prueba fue apta para realizar un análisis factorial como método para medir la validez de constructo.
Resultados obtenidos de la aplicación de la Prueba Estilos Pedagógicos (PEP) 42,1%
26,3% 15,8%
Instructivo
15,8%
Investigativo
Social
Directivo
Figura 1. Estilo Pedagógico predominante en la muestra total de evaluados.
Las respuestas de los estudiantes del programa de psicología ante la evaluación de sus docentes, indica que son directivos en un 42%, con una tendencia al estilo Social, en un 26%. Los estilos que menos se presentan, con un 15,8% cada uno, son el instructivo y el investigativo. Docentes antiguos
Docentes nuevos
60%
30% 22,2%
22,2%
33,3%
22,2%
0%
Resultados Confiabilidad y validez Se obtuvo un coeficiente Alfa de Cronbach de .92, lo que indica una alta consistencia interna entre los reactivos y muestra estabilidad en los datos; esto permite determinar que la prueba es confiable a nivel de la precisión y relación de los ítems. (Gregory, 2006; Muñiz, 1998). Como herramienta de aproximación a la validez, se utilizó el análisis factorial mediante el paquete estadístico
Directivo
Investigativo
Social
Instructivo
Figura 2. Estilo pedagógico presentado en categoría de docentes antiguos y docentes nuevos.
El estilo Directivo es determinante en los docentes nuevos, en el 60%, en tanto que en los antiguos, el estilo que los identifica es el estilo Instructivo, con el 33%, justo el que no se presenta en la categoría de los nuevos. El estilo Investigativo se presenta en el 22% de los antiguos, en tanto que, en los nuevos, sólo el 10% presenta esta metodología de enseñanza.
31
Evaluación del estilo pedagógico en docentes universitarios
Misional
ción de la misión y visión de la institución a las temáticas de sus clases, así como en lo que atañe a tener en cuenta los objetivos y valores del programa al que pertenecen.
Vinculación académica 60%
56% 44%
40%
Figura 3. Porcentaje obtenido en los componentes de la prueba por categorías: Docentes antiguos y docentes nuevos.
Respecto al componente Misional, se determina que los docentes nuevos tienen un 60% de reconocimiento de este componente, en comparación con el 44% de los docentes antiguos. Esto parece indicar una mediana relación de los docentes antiguos frente al conocimiento e implementación de la misión y visión de la institución a las temáticas de sus clases, así como en lo que atañe a tener en cuenta los objetivos y valores del programa al que pertenecen.
Respecto al componente Misional, se determina que los docentes nuevos tienen un 60% de reconocimiento de este componente, en comparación con el 44% de los docentes antiguos. Esto parece indicar una mediana relación de los docentes antiguos frente al conocimiento e implementa-
De acuerdo con el componente de Vinculación, los docentes antiguos, en un 56%, indican una preferencia y satisfacción por parte de los estudiantes ante su forma de enseñanza, en comparación con los nuevos, quienes obtuvieron un 40%.
Docentes antiguos
Docentes nuevos
Tabla 1. Estilo Pedagógico predominante de cada docente evaluado Componentes de la prueba Estilo N de Docente Pedagógico evaluadores
PB
Puntaje Calificación Calificación Vinculación Calificación Misional T Cualitativa Cualitativa académica Cualitativa
Directivo
J
30
942
48
Medio
45
Medio
44
Medio
Directivo
Q
30
944
48
Medio
42
Medio
37
Bajo
Directivo
K
30
1042
53
Medio
51
Medio
49
Medio
Directivo
F
39
1358
53
Medio
44
Medio
52
Medio
Directivo
O
30
1056
54
Medio
43
Medio
33
Bajo
Directivo
D
61
2174
54
Medio
47
Medio
38
Bajo
Directivo
P
30
1162
59
Medio
50
Medio
51
Medio
Directivo
R
30
1228
62
Alto
51
Medio
50
Medio
Instructivo
G
32
1420
54
Medio
52
Medio
48
Medio
Instructivo
E
56
2524
55
Medio
48
Medio
57
Medio
Instructivo
I
65
2924
55
Medio
50
Medio
53
Medio
Investigativo
M
30
1324
56
Medio
51
Medio
52
Medio
Investigativo
B
34
1498
56
Medio
57
Medio
51
Medio
Investigativo
H
31
1388
57
Medio
50
Medio
53
Medio
Social
L
30
1270
53
Medio
48
Medio
49
Medio
Social
N
36
1532
53
Medio
53
Medio
49
Medio
Social
C
78
3396
55
Medio
51
Medio
56
Medio
Social
S
30
1380
57
Medio
56
Medio
56
Medio
Social
A
50
2376
59
Medio
58
Medio
58
Medio
Nota. Resumen de puntuaciones T del estilo particular identificado por los estudiantes en la aplicación de la Prueba Estilos Pedagógicos. Los resultados de cada componente también se presentan en puntuación T.
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La tabla número 1 expone las puntuaciones T obtenidas por cada docente evaluado para el conjunto de puntuaciones de todos los grupos, indicando así el estilo que predomina en ellos. Los docentes L, N, C, S y A presentan estilo social, mientras que el estilo investigativo se halla en los docentes M, B y H. Por su parte, el estilo instructivo se identificó en los docentes G, E, I; y el estilo directivo, en mayor proporción, se encuentra en los docentes J, Q, K, F, O, D, P y R. Respecto al componente Misional, se obtuvieron puntajes entre 42 y 58. Este indicador pone en evidencia que ninguno de ellos representa características sobresalientes en relación al componente, sino que; por el contrario, en las clases a su cargo, todos exponen por igual factores de orden Misional. Por ello, todos se encuentran en la media. En el componente de Vinculación, los docentes Q, O y D, que presentan un estilo directivo, se situaron por debajo de la media, lo que significa que los estudiantes no se sintieron satisfechos con la metodología, la forma en que se dictó la clase y; por ende, no tomarían otra materia con ellos. En el promedio, se situaron los otros 16 docentes, con puntuaciones que fluctuaron entre 44 y 58, lo que indica que sus métodos de enseñanza son aceptables para los estudiantes. Por otra parte, de la muestra total de 19 participantes evaluados, se tomó a 3 docentes que dictaban clases en distinto semestre, para determinar si se presentaba un cambio en su estilo pedagógico de acuerdo al curso en el que impartían clase.
Semestre
Docente
Tabla 2 Estilo Pedagógico identificado en el semestre en el que se imparte clase
VI
C
D
I
N
Materia
34 Electiva CPC Seminario de VII 44 Clínica. Metodología de VI 31 la Investigación Psicología VIII 30 Comunitaria II Evaluación y II 33 Medición. V 32 Psicopatología
PB
Z
T
EP
1984 0,22 52 Social 976
-0,28 47 Directivo
1184 0,40 54 Directivo 1106 0,15 52 Social 1594 0,44 54 Instructivo 1082 -0,27 47 Directivo
Nota. PB= Puntaje Bruto, N= Número de estudiantes que se encontraban viendo esa asignatura, EP= Estilo Pedagógico que se identificó en el curso evaluado.
El docente C presenta un estilo social en VI semestre y un estilo directivo en VII. Así bien, a pesar de que las asignaturas a su cargo sólo se distancian un semestre, ocurrió una variación en el modo que imparte la enseñanza. El docente D exhibe un estilo directivo en el semestre VI y cambia al social en el VIII semestre. De igual forma sucede con el docente I, quien presentó un estilo instructivo en el II semestre y uno directivo en el V. Así, se infiere que los estilos aparecen en función de las necesidades en el salón de clases y cambian de manera recurrente.
Resultados obtenidos en la aplicación de la autoevaluación 68,4%
26,3%
0% Directivo
5,3% Investigativo
Instructivo
Social
Figura 4. Estilo pedagógico presentado en la autoevaluación.
Los profesionales se identificaron principalmente con el estilo social (68%); luego, con el instructivo (26%); posteriormente, con el investigativo (5%); y finalmente, con el directivo (0%).
Comparación de resultados entre la Prueba Estilos Pedagógicos (PEP) y la autoevaluación A partir de la comparación entre los resultados obtenidos de la evaluación por parte de los estudiantes y la autoevaluación realizada por los docentes con respecto al estilo pedagógico, se encontró, en las frecuencias descriptivas, que el 84% tiene una percepción distinta a la evaluación que realizan los estudiantes. Se halló que sólo el 16%, tanto de los evaluados como de los evaluadores, están de acuerdo en el estilo pedagógico social que exhibió el docente. Tabla 3 Estilo pedagógico identificado por el alumno y el docente Docente Estilo según alumno Estilo según docente A
Social
Social
B
Investigativo
Social
C
Social
Social
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Evaluación del estilo pedagógico en docentes universitarios
E
Instructivo
Social
F
Directivo
Investigativo
G
Instructivo
Social
H
Investigativo
Social
I
Instructivo
Social
J
Directivo
Social
K
Directivo
Instructivo
L
Social
Instructivo
M
Investigativo
Social
N
Social
Social
O
Directivo
Social
P
Directivo
Social
Q
Directivo
Social
R
Directivo
Instructivo
S
Social
Instructivo
Nota. Se presenta el estilo pedagógico predominante que cada docente de acuerdo en la aplicación de la Prueba Estilos Pedagógicos (evaluación por parte de los estudiantes) y la Autoevaluación.
Diferencias estadísticas con respecto a las variables de análisis El análisis de diferencia de varianzas y medias para la variable universidad (pública o privada) de la cual es egresado el docente, arrojó en la prueba de Levene para la igualdad de varianzas, un valor de significancia de .628, lo cual indica una igualdad de variabilidad respecto a los datos analizados. De igual manera, se determina igualdad de medias a través de la Prueba T, cuyo valor de significación fue de .006, lo que indica que no hay diferencia respecto a las medias estadísticas. En conclusión, se puede inferir que las dos variables, el tipo de universidad de la que es egresado el docente y la puntuación bruta obtenida en la aplicación de la prueba Estilos Pedagógicos, no están relacionadas. Así bien, la variable Universidad no interfiere en la puntuación del estilo pedagógico del docente.
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Cuadernos Hispanoamericanos de Psicología
Prueba de muestras independientes
Estadísticos de grupo
N Media
Desviación típ.
Instructivo
Prueba de Levene para la igualdad de varianzas
Prueba T para la igualdad de medias
Publica 30 38,267 5,936
F
Sig.
Sig. (bilateral)
Privada 30 33,933 5,884
,237
,628
,006
Tabla 5 Diferencia de varianzas y medias en la variable género Estadísticos de grupo
N Media
Desviación típ.
Directivo
Universidad
D
Tabla 4 Diferencia de varianzas y medias en la variable universidad
Universidad
Docente Estilo según alumno Estilo según docente
Prueba de muestras independientes Prueba de Levene para la igualdad de varianzas
Prueba T para la igualdad de medias
Femenino 30
42,33
7,810
F
Sig.
Sig. (bilateral)
Masculino 30
44,07
7,904
,160
,691
,396
El análisis de diferencia de varianzas y medias para la variable género arrojó los siguientes resultados: en la prueba de Levene para la igualdad de varianzas, se obtuvo un valor de significancia de .691, lo cual indica que las poblaciones muestreadas no poseen la misma varianza. Por otro lado, la prueba T, con un valor de significación de .396, indica que no hay diferencia respecto a las medias estadísticas. En conclusión, se puede inferir que la variable género no interfiere en la puntuación del estilo pedagógico del docente.
Correlación entre variables de análisis Las variables edad, semestre, promedio académico, materias perdidas y nota del primer corte se correlacionaron con la puntuación bruta (PB) de cada estilo pedagógico. En dicho proceso, se usó el coeficiente de Pearson para las variables medidas en escalas continuas y el coeficiente de Sperman para los datos de tipo ordinal.
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Tabla 6 Correlación entre variables y el estilo pedagógico del docente. Variable
Estilo Pedagógico
PB
Estadístico
Coeficiente de correlación
Sig.
N
Edad
Instructivo
30963
r
-,065
α= ,081; p= > 0,05
752
Género
Directivo
24593
r
,021
α= ,563; p= > 0,05
752
Semestre
Investigativo
28922
Rho
-,063
α= ,085; p= > 0,05
752
Promedio académico
Investigativo
28922
r
-,093
α= ,011; p= < 0,05
752
Materias perdidas
Social
29890
r
,102
α= ,005; p= < 0,01
752
Nota 1er corte
Componente Vinculación
16776
r
-,029
α= ,434; p= > 0,05
752
Nota. r= coeficiente de Pearson, Rho= Coeficiente de Sperman. Datos extraídos de la base de datos del programa estadístico SPSS. Se realizó las correlaciones con un N de 752 datos, que corresponden a la muestra total de los estudiantes evaluadores.
El valor hallado con respecto a la variable edad y el puntaje bruto del estilo instructivo fue de -.065, lo que corresponde a una correlación inversa, de magnitud baja. La significancia bilateral obtenida fue de .081, lo que a un nivel de confianza de 95% demuestra que no hay una significación estadística (p= >.05). Entonces, se puede inferir que no existe relación entre estas dos variables. El valor hallado en la variable género y el puntaje total del estilo directivo fue de .021, lo que indica una correlación directa, de magnitud baja. La significancia bilateral obtenida fue de .563, lo que a un nivel de confianza de 95% pone en evidencia que no hay correlación entre las dos variables. El valor hallado con respecto a la variable semestre y el puntaje bruto del estilo investigativo fue de -.063, lo que corresponde a una correlación inversa, de magnitud baja. La significancia bilateral obtenida fue de .085, lo que a un nivel de confianza de 95% demuestra que no hay correlación entre las variables. El valor hallado con respecto a la variable promedio académico y el puntaje bruto del estilo investigativo fue de -.093, lo que corresponde a una correlación inversa, de magnitud baja. La significancia bilateral obtenida fue de .011, lo que a un nivel de confianza de 95% permite determinar que no existe una correlación entre la variable promedio académico y la puntuación bruta del estilo. El valor que se halló en la variable materias pérdidas y el puntaje bruto del estilo social fue de .102, lo que corresponde a una correlación directa, de magnitud baja. La significancia bilateral obtenida fue de .005, por lo cual a un
nivel de confianza del 99% se determina que no hay significancia estadística (p= <.01), lo que permite inferir que no hay correlación entre estas dos variables. El valor hallado con respecto a la variable nota del primer corte y el puntaje bruto del componente de vinculación fue de -.029, lo que corresponde a una correlación inversa, de magnitud baja. La significancia bilateral obtenida fue de .434, lo que a un nivel de confianza de 95% permite estimar que la nota del estudiante no interfiere en la puntuación que tenga el docente. Se determinó que ninguna de las variables analizadas interfiere en el puntaje bruto obtenido en los cuatro estilos y los dos componentes de la Prueba Estilos Pedagógicos.
Discusión Los estudiantes percibieron a sus docentes con formas de enseñanza tradicionales, manera de educar que actualmente está en desuso de acuerdo con la demanda social actual. Además, dicho estilo se presentó en tres docentes con los puntajes más bajos en vinculación académica. Esto permite inferir que los estudiantes buscan otro estilo pedagógico en sus docentes, ya que en general no se evidencian características que sean estadísticamente sobresalientes en ningún docente, de tal forma que no llegan a satisfacer en alto grado las necesidades educativas de los estudiantes. En el componente Misional, todos los docentes evaluados exponen por igual los factores representativos de
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Evaluación del estilo pedagógico en docentes universitarios
este componente como: el modelo pedagógico, educativo y filosófico de la institución, o el compromiso social como parte de la formación profesional de sus estudiantes. De acuerdo con la percepción, el 68% de los profesionales de la educación se auto- identificó con un estilo social, pero ninguno se identificó como directivo, en contraposición con los estudiantes que los perciben así. Es decir, mientras que estos últimos ven al docente como el que dirige, el que posee el conocimiento, éste se percibe como cercano y comprometido con el proceso del estudiante para construir el conocimiento. Esto lleva a un posible sesgo de los docentes al momento de llenar el formato de autoevaluación, pues se identifican con el estilo social, que es el que promueve la institución. Ante la categoría de nuevos y antiguos, el estilo instructivo es el que marca a los docentes antiguos, estilo que no se presenta en los profesores nuevos, en los cuales predomina el directivo. Se infiere que los docentes antiguos hacen seguimiento de los procesos de aprendizaje y responden a las necesidades e intereses de estos, en comparación con los nuevos, en quienes predominan las prácticas tradicionales de enseñanza. Con base en los resultados hallados a partir de estadísticos inferenciales, se pudo determinar que ninguno de los datos sociodemográficos afecta o interviene con la evaluación del docente. Por lo tanto, dichos datos no se correlacionan con la identificación del estilo pedagógico. En esta investigación, se presenta un instrumento confiable y válido para la evaluación de los estilos pedagógicos. Se comprobó que las variables sociodemográficas no se relacionan con la identificación del estilo pedagógico del docente y se identificó el estilo directivo como el estilo predominante en los profesores del programa de psicología. En la comparación realizada entre la evaluación y la autoevaluación, en general no se halla una correlación entre la percepción que tiene el docente de sí mismo en cuanto a su estilo pedagógico y la percepción que tiene el alumno del docente. Con respecto al semestre en el que se imparte la clase, el estilo cambia debido a que no se tiene una forma de enseñanza única, sino que ésta se renueva ante las necesidades que se presentan en el aula. En definitiva, el instrumento Prueba Estilos Pedagógicos es una alternativa de evaluación a los profesores. Este formato evalúa el binomio enseñanza-aprendizaje en beneficio del desarrollo del profesional y el de la institución educativa; además, busca una mejora de la calidad de
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Cuadernos Hispanoamericanos de Psicología
la educación, en general. Por último, cabe destacar que a través de esta herramienta se pueden formular propuestas para la creación de perfiles docentes.
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Un estudio cualitativo de los factores en torno a la aceptación del dolor físico en pacientes crónicos Fredy Escobar Fandiño1 Universidad de los Andes
Resumen El dolor es la causa más frecuente de consulta médica. La asociación internacional del estudio del dolor (IASP) define el dolor crónico como aquél que puede ser intermitente o continuo y se mantiene por lo menos 3 meses. La persona con dolor crónico se ve afectada a nivel psicológico. El objetivo de este estudio cualitativo de tipo fenomenológico es identificar y analizar los aspectos relacionados con la aceptación (desde el modelo de la terapia de aceptación y compromiso ACT y la teoría de los marcos relacionales - TMR) del dolor en pacientes crónicos. El método principal fue una entrevista individual semi-estructurada. Los actores de investigación fueron 2 personas de sexo femenino. El análisis se realizó con categorizaciones (NVIVO 10). Se encontró que el significado del dolor varía según la intensidad del malestar e incapacidad percibida. Palabras clave: dolor, aceptación, significado, evitación, contingencias, reforzador y castigo.
Abstract Pain is the most frequent reason for asking for medical advice. The International Association for the Study of Pain (IASP) defines chronic pain as a continuous and recurrent pain which is kept at least during three months. It must be said that this type of pain has psychological consequences. The aim of this qualitative and phenomenological study is to identify and analyze aspects related to commitment and acceptance of pain. For doing so, the model of Commitment and Acceptance Therapy (ACT) and the Relational Frame Theory (RFT) were taken into account. Regarding method, the semi-structured interview was applied. The participants were two women. Moreover, the analysis was carried out through classifications (NVIVO 10). Finally, it was found that pain differs according to discomfort intensity and perceived disability. Key Words: Pain, Acceptance, Meaning, Avoidance, Contingencies, Reinforcer, Punishment.
Recibido: 6 de Marzo de 2015 Aceptado: 9 de Abril de 2015
1. Psicológo, Msc Psicología Clínica y de la salud, contacto fg.escobar95@uniandes.edu.co
Cuadernos Hispanoamericanos de Psicología l Julio-Diciembre 2014, Vol. 14 No. 2, pp 39-50 ISSN 1657-3412 (Impresa) l ISSN 2346-0253 (En línea)
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Factores asociados a la aceptación del dolor físico
Introducción
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El dolor es hoy en día la causa más frecuente de consulta médica. La asociación internacional del estudio del dolor (Internacional Association of the Study of Pain- IASP) lo define como una experiencia sensitiva y emocional desagradable, asociada con una lesión tisular real o potencial; éste puede ser clasificado según su duración, patogenia, localización, curso, intensidad, pronóstico de control y farmacología. Adicionalmente, el dolor crónico es entendido como aquél que puede ser intermitente o continuo, se mantiene por un período mínimo de 3 meses y puede alcanzar o superar los 6 meses, lo que excede el tiempo estimado para la recuperación o sanación de una lesión. (IASP, como se citó en Cabezas et al., 2009). Se caracteriza por ser una experiencia sensorial y emocional que se siente de manera propia e individual. Ésta puede ser corta o duradera, dando así lugar al dolor agudo y al dolor crónico, respectivamente (Cabezas, Mejía y Sáenz, 2009; Zimmerman, 2012). Comúnmente, la persona que padece de dolor crónico se ve afectada a nivel social, físico y psicológico (Breivik, Collett, Ventafridda, Cohen y Gallacher, 2006; Torrance, Elliot y Smith, 2010). En Colombia, se estima que alrededor del 62% de las personas con dolor crónico se encuentran limitadas parcialmente en sus actividades y el 13% tienen limitación total (Cabezas et al., 2009). El 31% de la población general colombiana padece de dolor crónico, es decir, una tercera parte. Debido a que la prevalencia parece ser alta, esta investigación se propuso identificar y analizar los aspectos más relevantes relacionados con la aceptación del dolor, en tanto condición inmodificable.
gante: ¿Qué aspectos influyen en la aceptación del dolor crónico?. Para responder lo anterior, se requiere describir lo que significa el dolor para cada una de las pacientes entrevistadas. Naturalmente, en el quehacer académico, es pertinente identificar y analizar qué aspectos teóricos (desde la terapia aceptación y compromiso y la teoría de los marcos relacionales) pueden explicar los estados psicológicos que experimentan las personas con dolor crónico. Así mismo, cabe preguntar: cómo entender la evitación experiencial en el dolor crónico? En congruencia con estos interrogantes, se plantea el siguiente objetivo.
A nivel psicológico, las personas con dolor crónico tienden a experimentar frecuentemente sensaciones aversivas, pensamientos negativos sobre las sensaciones y temor, lo que los lleva a suprimir o evitar la experiencia negativa (Cho, Heiby, McCkraken, Lee y Moon, 2010; McCracken y Velleman, 2007; McCracken, Vowles y Eccleston, 2005). Esto tiene como consecuencia comúnmente el desarrollo de estados de ansiedad y depresión, entre otros problemas afectivo-emocionales (Bohlmeijer, Prenger, Tall y Cuijpers, 2010; Cho et al., 2010; Kozak, 2008). Aunque estos comportamientos (supresión y evitación) tienden a repetirse, no es claro qué hace que las personas utilicen estas estrategias y no acepten el dolor, pues algunas investigaciones han demostrado que, con un nivel adecuado de aceptación, la calidad de vida de los pacientes mejora. (McCracken y Eccleston, 2003, 2005; McCracken, Vowles y Eccleston, 2004). Por lo tanto, es muy importante despejar el siguiente interro-
Dolor y aceptación
Cuadernos Hispanoamericanos de Psicología
Identificar y analizar los aspectos en torno a la aceptación del dolor crónico en 2 pacientes de la clínica del dolor del Instituto de ortopedia infantil Roosevelt y la Maestría en Psicología Clínica y de la Salud de la Universidad de los Andes. En esta investigación, el concepto de aceptación se operacionaliza desde el modelo de la terapia de aceptación y compromiso (ACT) y la teoría de los marcos relacionales (TMR) (Hayes et al., 2013; Luciano y Valdivia, 2006; Wilson y Luciano, 2008), y como objetivos específicos: Indagar el significado que cada paciente le asigna a su condición de salud para lograr la comprensión del fenómeno denominado adaptación. Identificar y analizar las conductas operantes (de evitación o afrontamiento) que las pacientes puedan emitir en el contexto de la aceptación.
El dolor crónico está relacionado con un incremento en el riesgo de morbilidad y mortalidad, siendo la intensidad del dolor y la asociación con incapacidad los factores determinantes de este aumento (Torrance et al., 2010). Al experimentar este tipo de dolor, surgen pensamientos, sensaciones y emociones que generan malestar y; por consiguiente, impactan el funcionamiento físico de las personas, lo que las limita en sus actividades cotidianas (Cabezas et al., 2009; Cho et al., 2010; McCkraken et al., 2005). Las restricciones que influyen directamente en las actividades diarias de las personas no sólo las limitan a nivel físico, sino también a nivel social; la tendencia a la evitación de situaciones asociadas al dolor aíslan socialmente al individuo (Cho, et al., 2010). En relación con lo anterior, resulta muy importante entender cómo las personas
Fredy Escobar Fandiño
conviven con sus dificultades en salud, es decir, cómo llevan a cabo procesos de aceptación, pues con un nivel apropiado de aceptación, la calidad de vida de los pacientes mejora (McCracken y Eccleston, 2003, 2005; McCracken et al., 2004; Zimmermman, 2012). La aceptación en un sentido terapéutico tiene las siguientes características: (a) parte de un marco global de referencia sobre las ventajas y desventajas de la condición humana, (b) mantiene una filosofía contextual-funcional, (c) es coherente con un modelo funcional sobre la cognición y el lenguaje (la teoría de los marcos relacionales-TMR), y (d) sigue una nueva perspectiva de la psicopatología en la que el concepto funcional de evitación experiencial destructiva resulta fundamental. La promoción de aceptación es el eje fundamental del modelo terapéutico de aceptación y compromiso (ACT), el cual se desarrolla a partir del contextualismo funcional y los marcos relacionales (Luciano y Valdivia, 2006; Wilson y Luciano, 2008). La terapia ACTes una aproximación basada en el contextualismo funcional y la investigación en marcos relacionales y de regulación verbal. Es un modelo de salud y no de enfermedad en donde se entiende la aceptación dentro de un marco universal del sufrimiento, cuya causa principal es la intromisión del lenguaje en áreas en las que deja de ser funcional o útil. En la ACT, se considera que la experiencia muestra que el sufrimiento y el placer están en una misma dimensión, lo que significa que se pude disfrutar, aun cuando exista la posibilidad de experimentar sensaciones negativas. El continuo sufrimiento-placer, se sustenta en el concepto de reforzamiento positivo y negativo, y se extiende al comportamiento verbal. ( Wilson y Luciano, 2008). En la ACT, se asume un compromiso elegido con los valores de la persona. Por lo tanto, la ACT se considera como: (a) una intervención centrada en los valores como medio para el cambio conductual, (b) el valor fundamental es la experiencia del paciente, (c) esa experiencia señala que centrarse en los síntomas es perder la dirección de lo importante en la vida, y (d) se busca la desactivación del lenguaje y la potenciación del yo-contexto. Contrario a lo que sostiene el funcionamiento socio-verbal, para la aceptación se debe considerar que: (e) el sufrimiento es normal, (f ) se asume que hay más vida en un momento de dolor que en un momento de alegría, y (g) el significado de la vida de las personas lo determina cada individuo ( Wilson y Luciano, 2008). La ACT es una intervención cognitivo conductual que usa la aceptación y la conciencia plena (mindfulness), así como el compromiso en el proceso del cambio comporta-
mental para producir flexibilidad psicológica. Mediante la aceptación, se pretende modificar la excesiva literalidad y crear una mayor conciencia anclada en el presente para flexibilizar la experiencia psicológica. Esto se puede lograr con una potenciación de la atención de los valores personales. Este modelo como aprendizaje relacional puede interactuar con las contingencias en la psicología humana (Hayes et al., 2013). Cabe señalar que la ACT se basa en la teoría de los marcos relacionales (TMR) que corresponde al contextualismo funcional. En este enfoque, se conceptúa el análisis psicológico en el que el organismo corresponde a un todo que siempre está en acción, donde priman las funciones que controlan el comportamiento. La ACT, en relación con los TMR, tiene una posición monista, no mentalista, funcional, ideográfica y, en la medida de lo posible, no reduccionista. Los eventos privados (ej.: esquemas cognitivos) se conforman en la historia del individuo, y las relaciones entre dichos eventos y las acciones del organismo (ej.: regulación verbal del comportamiento) se derivan de las relaciones arbitrarias creadas socialmente y no de relaciones mecánicas. (Hayes, Strosahl y Wilson, 1999; Luciano y Valdivia, 2006). Algunas investigaciones se han dirigido a verificar el impacto de uso de la ACT en el manejo del dolor crónico. A continuación, se presentan algunos de estos hallazgos. McCracken y Eccleston (2003) compararon las estrategias de afrontamiento y diferentes aproximaciones comportamentales relacionadas con la aceptación en 230 pacientes con dolor crónico. Estas aproximaciones fueron confrontadas en términos de su habilidad para predecir angustia y discapacidad en una muestra de pacientes que buscaban tratamiento para el dolor crónico. Todos los pacientes respondieron el cuestionario de estrategias de afrontamiento y el cuestionario de aceptación del dolor crónico. Los resultados mostraron que las variables de afrontamiento estaban débilmente asociadas con la aceptación del dolor, y relativamente poco asociadas con las variables de ajuste al dolor. Por otro lado, la aceptación del dolor crónico se asoció con menor dolor, menor percepción de discapacidad, bajos índices de depresión y ansiedad, así como con mejor estatus laboral y mayor tiempo de actividad laboral. McCracken et al. (2004) señalan que la aceptación del dolor crónico implica que un individuo reduzca las estrategias poco efectivas que utiliza para manejar el dolor. Estas estrategias tienden a ser la evitación o el control mediante supresión, lo que interfiere en la realización de actividades valoradas por las personas como positivas y; en consecuencia, dificulta el logro de metas personales.
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Factores asociados a la aceptación del dolor físico
En este mismo sentido, Viane, Crombez, Eccleston, Devulder y De Corte (2004) estudiaron si la aceptación se relacionaba con una menor atención al dolor y un mayor compromiso con las actividades diarias. Para tal efecto, desarrollaron dos estudios transversales en pacientes con dolor crónico. En ambos grupos, se respondieron las mismas escalas que medían la severidad del dolor, la atención y la aceptación. Esta última fue medida con un instrumento de autorreporte. En cuanto a los resultados, se encontró que la aceptación se relacionaba con menor atención al dolor en ambos grupos (aunque se mantuvo una mayor atención al dolor en el grupo (a) un mayor compromiso con las actividades diarias, una mayor motivación para completar las actividades y una mejor eficacia (resultados derivados del grupo, y (b) la discusión de los resultados se centró en cómo una actitud positiva puede hacer más flexible el ajuste de las metas personales, aun en condiciones de limitaciones y adversidades. De igual manera, McCracken y Eccleston (2005) señalan que la aceptación del dolor crónico es un concepto importante, pues permite entender cómo las personas que sufren de dolor crónico pueden relacionar sus valores con aspectos de la vida diaria. Estos autores, en su estudio prospectivo, investigaron las relaciones entre la aceptación del dolor crónico y el funcionamiento del paciente en una muestra de pacientes adultos con dolor crónico y severo que habían sido derivados para tratamiento interdisciplinario. La intervención se realizó en 2 momentos. Los resultados indicaron que la aceptación y el dolor estaban significativamente relacionados. Los pacientes que tenían mayor aceptación en el tiempo presentaron mejor funcionamiento emocional, social y físico, así como menor consumo de medicación durante el tiempo, y a partir de estos resultados, se infiere que la voluntad de mantener actividad, incluso con dolor y un estado emocional adecuado, permite un funcionamiento saludable en los pacientes. Por otro lado, Branstetter-Rost, Cushing y Douleh (2009) señalan que las intervenciones basadas en la terapia de aceptación y compromiso (ACT) mejoran la tolerancia del dolor agudo e incrementan el ajuste de los pacientes con dolor crónico. No obstante, de acuerdo con estos autores, no se ha evaluado ni intervenido de manera específica sobre los valores. Por esta razón, estos autores diseñaron un estudio donde comparaban los efectos de una intervención de ACT, donde se incluyó el componente de los valores, y otro en donde no incluyeron dicho componente . Los resultados indicaron que la inclusión del componente de los valores promovía signi-
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Cuadernos Hispanoamericanos de Psicología
ficativamente una mejoría en la tolerancia al dolor más que cuando la aceptación se aplicaba sin ningún complemento. Aún así, en ambos grupos se presentó un aumento de la tolerancia significativamente mayor al grupo control. Por último, de acuerdo con Henwood, Ellis, Logan, Duboolouz y D’ Eon (2012), la noción de aceptación puede ser una alternativa viable para disminuir el sufrimiento cuando no se puede eliminar el dolor. Según estos autores, la aceptación se asocia con una baja intensidad del dolor, menores índices de ansiedad, depresión y evitación, menor discapacidad física y psicosocial, mayor actividad diaria, y mejor estatus en el trabajo. En el estudio exploratorio cualitativo que realizaron, estos autores utilizaron una teoría fundamentada (Grounded) para desarrollar un marco conceptual que describe la aceptación en personas con dolor crónico neuropático y con daño en la espina dorsal. El estudio se realizó con 7 individuos durante 6 fases. En éstas se incluyó: (a) el reconocimiento de la permanencia del dolor, (b) redefinición del núcleo de valores, (c) aprendizaje sobre cómo vivir con el dolor, (d) integración del dolor a sus vidas, (e) incremento de independencia, y (f ) evolución del dolor. Los resultados indican que la aceptación es benéfica para reducir el sufrimiento y facilita el incremento de la satisfacción con la vida. En conclusión, cuando se logra aceptación en situaciones adversas, las personas tienden a ser más flexibles, así como a tener mayor autoconocimiento. Adicionalmente, en todos los estudios, se reportan beneficios en tanto se asumen los valores importantes de la vida, aun en presencia del dolor. En términos conductuales, las personas logran menores signos y síntomas de psicopatología general, así como conductas más activas en las áreas social, laboral y familiar. Teniendo en cuenta lo anterior, y para resolver las preguntas iniciales y el objetivo propuesto, esta investigación siguió la siguiente metodología.
Método El método principal de esta investigación cualitativa de tipo fenomenológico fue una entrevista individual semiestructurada, orientada al entendimiento de factores psicológicos que determinan la aceptación en relación con el dolor crónico. De acuerdo con Cáceres (2003), el análisis de contenido permite identificar categorías, cuya codificación minimiza las interpretaciones no adecuadas y se maximiza el análisis con alta validez.
Fredy Escobar Fandiño
Población de investigación Se entrevistó a dos personas (ambas de sexo femenino) del grupo de manejo de dolor crónico del Instituto de ortopedia infantil Roosevelt y la Universidad de los Andes. Las dos pacientes serán referidas con pseudónimos para proteger su confidencialidad. Las pacientes fueron escogidas a conveniencia para el estudio. Las dos pacientes cuentan con seguridad social, pertenecen al estrato socioeconómico 3 y son atendidas por especialidad de anestesiología, clínica del dolor y psicología clínica en la Casa Espinosa. A continuación, se presentan los datos de María (paciente 1) y Bertha (paciente 2). María es una mujer de 44 años, separada; convivió con su esposo por casi dos décadas, pero posterior a su enfermedad la relación de pareja se terminó. Actualmente vive con sus dos hijos (hombres), uno preadolescente y el otro adolescente. Ella recibió el diagnóstico de esclerosis múltiple en el año 2008 y, desde entonces, mantiene esta condición. La enfermedad resulta de lesiones desmielinizantes y neurodegenerativas crónicas del sistema nervioso central. El cuadro clínico se caracteriza por fatiga (astenia), pérdida de masa muscular, descoordinación en los movimientos, problemas al tragar (disfagia), dificultades al hablar (disartria), insuficiencia respiratoria (disnea), rigidez muscular (espasticidad), calambres, vibraciones musculares (fasciculaciones), disfunciones sexuales, problemas de visión (nistagmo), y alteraciones cognoscitivas y comportamentales (falla en la memoria de trabajo y signos/síntomas de depresión). Adicionalmente, María padeció polio en la infancia, razón por la cual presenta descoordinación motora, así como una lesión en la espalda, con una disminución en la función sensitiva y motora, que se caracteriza por la presencia de dolor (radiculopatía). Bertha es una mujer de 59 años. Desde hace algunos años, ella mantiene una relación de unión libre con otra mujer. Bertha estuvo casada con un hombre por varios años y durante este matrimonio nacieron sus dos hijos (una mujer y un hombre, ambos son adultos jóvenes en la actualidad). En el año 1979, Bertha tuvo una cirugía en la columna por radiculopatía y, desde entonces, tiene dolor crónico. Adicionalmente, en 2012, ella fue diagnosticada con una masa cerebral, que si bien no es de tipo maligno sí ha crecido lo suficiente para poner en riesgo su vida. La masa compromete áreas cerebrales que regulan los sistemas vitales. Esta masa o meningioma fue reseccionada, pero volvió a expandirse, y actualmente, el equipo médico considera que no se
puede volver a operar. En este momento, Bertha atraviesa por la fase terminal de su enfermedad, pues el pronóstico es de condición incurable.
Diseño de investigación: herramientas de recolección de datos cualitativos Con el objetivo de obtener información que responda las preguntas de investigación, como se mencionó más arriba se utilizó una entrevista semi-estructurada estandarizada para María y Bertha. Este tipo de instrumentos permite recolectar respuestas de manera congruente con el problema y el objetivo de la investigación (Flick, 2004). Esta entrevista fue el resultado de la redefinición de un pilotaje de la entrevista de admisión con la que cuenta el programa de dolor y permitió profundidad en el tema de acuerdo con los elementos teóricos en los que se apoya esta investigación. La entrevista cuenta con 4 grupos de preguntas: el primer grupo, orientado a los datos socio demográficos; el segundo, que recolecta información del contexto y el grupo familiar; el tercero, que está dirigido a especificar el diagnóstico médico principal; y el cuarto, conducente a las preguntas de investigación. En este último grupo, hay 4 preguntas principales encaminadas a : (a) la descripción de cómo las personas interpretan el sufrimiento humano (fundamento de la aceptación), (b) el entendimiento del significado del dolor, (c) el entendimiento de la evitación, y (d) la descripción del impacto emocional en relación con el dolor (Hayes et al., 2013; Henwood et al., 2012; Luciano, y Valdivia, 2006; McCracken y Velleman, 2010; McCracken et al., 2004; Wilson y Luciano, 2008).
Procedimiento Para realizar las entrevistas, se contactó personalmente a María y Bertha. Con María, la entrevista se realizó de manera personal en la Casa Espinosa el día 12 de septiembre de 2013, mientras que con Bertha, la entrevista se efectuó vía Skype el día 19 de septiembre de 2013. La información fue registrada en formato de audio. La entrevista vía Skype facilitó la obtención de la información, debido a que Bertha vive en Ibagué; no obstante, se presentaron interferencias, lo que hizo que se tuviera que repetir en 2 ocasiones la repuesta de la pregunta 1. Antes de iniciar las entrevistas, María y Bertha dieron su consentimiento informado. Con este tipo de documentos, se garantiza el cumplimiento de los principios éticos de confidencialidad, autonomía y beneficencia en estudios con población humana.
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Factores asociados a la aceptación del dolor físico
Análisis de resultados
Código 5
Las entrevistas se transcribieron para hacer las categorizaciones y el análisis con el apoyo del software NVIVO, versión 10. Dichas categorizaciones se derivaron del uso sistemático del libro de códigos (ver tabla 1) que se construyó a partir del marco teórico presentado con anterioridad.
¡Etiqueta
Estado Afectivo/Emocional
Definición
Expresión del estado afectivo emocional de las personas
Tabla 1 Libro de Códigos: estudio sobre dolor crónico y aceptación.
Descripción
Características de los estados afectivos-emocionales de las personas como respuesta de tipo biológico y de aprendizaje, que es construida de manera individual y/o contextual.
Código 1 Etiqueta
Sentirse bien
Definición
Guía genérica de salud y salud mental
Descripción
Circunstancias o estados que se asocian con el entendimiento de salud como algo libre de malestar o Sufrimiento (algo “anormal”).
Código 2 Etiqueta
Dolor
Definición
Significado del dolor
Descripción
Lenguaje como actividad simbólica que determina el significado y que definen las funciones del estímulo (Ej.: dolor como ¿aversivo?, ¿reforzante?, ¿discriminativo?, ¿motivacional?)
Código 3 Etiqueta
Marcos relacionales
Definición
Marcos relacionales: especificación de las contingencias y gobiernos de la conducta por las reglas
Descripción
Aprendizaje relacional: responder a un evento en términos de otro o a partir de la función. (Ej.: relaciones de coordinación, oposición, distinción, comparación, jerarquías, temporalidad, espacio, condicionalidad/causalidad, Deícticas-señalar).
Código 4
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Resultados y discusión A continuación, se presentan los resultados que buscan dar respuesta tanto a las preguntas de investigación, como al objetivo que se presentó con anterioridad. Los resultados incluyen una parte descriptiva, entendida como frecuencia de palabras, y una parte analítica-explicativa, derivada del análisis de las respuestas una vez codificadas y categorizadas a la luz de la TMR y la ACT.
Frecuencia de palabras Las palabras fueron organizadas y procesadas mediante el uso de NVIVO, versión 10, para producir la siguiente nube (ver gráfica 1), que visualiza la frecuencia de las mismas y las tendencias en las pacientes con dolor crónico. Se incluyen apartes de las transcripciones de las entrevistas, las cuales se circunscriben en 5 categorías: sentirse bien, dolor, marcos relacionales (instante, siempre, causa-efecto), evitación y estado afectivo emocional. La categoría que mayor frecuencia tiene es dolor. En el proceso de entender los elementos asociados con la aceptación del dolor en pacientes crónicos, también están palabras como miedo, tengo, siempre, siento y vida. Palabra
Frecuencia
Dolor
65
Tengo
23
Etiqueta
Evitación
Siempre
12
Definición
Evitación de lo que se considera nocivo
Siento
12
Vida
12
Descripción
Proceso psicológico (Cognitivo-conductual) para eliminar, minimizar o escapar de experiencias (que pueden ser privadas: pensamientos) entendidas como nocivas y como la causa del sufrimiento.
Miedo
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Cuadernos Hispanoamericanos de Psicología
Figura 1. Nube de palabras, producido por NVIVO10, Fredy Escobar, 2013.
Fredy Escobar Fandiño
Como es evidente, la frecuencia de estas palabras señala que en la condición de dolor crónico son varios los elementos que pueden intervenir en la construcción de significado del dolor en la vida de estas 2 personas. Por lo tanto, a continuación se describe de manera analítica el significado que le han asignado María y Bertha al dolor en sus vidas.
Significado De acuerdo con las entrevistas y las categorizaciones, el significado del dolor tiende a asociarse con la intensidad del dolor y la asociación, con incapacidad. Estos factores son los que más se relacionan con morbilidad y mortalidad (Torrance et al., 2010). Lo anterior, claramente se identifica en la categoría de dolor, principalmente en el sentido aversivo. Además, es evidente el vínculo entre sentir dolor y las respuestas que dan cuenta de los estados emocionales de las personas cuando lo experimentan, (Bohlmeijer et al., 2010; Cho et al., 2010; Kozak, 2008), como se puede ver en el siguiente apartado. “El dolor en mi vida significa tristeza, sentirme muy vulnerable, significa como que ya no sirvo para nada, porque para todo necesito pedir ayuda, porque para todo… Básicamente eso, sentirme muy triste y muy limitada, muy limitada para hacer mis cosas… Me da mucho miedo, siento mucho miedo… Miedo… Siento eee que si no fuera por mis hijos de pronto yo pueda tomar alguna determinación trágica ¿no?… Yo siento que más tristeza hay… Más frustración mmm… Entonces… Lloro, me da tristeza porque siento que el dolor me impide hacer muchas cosas que yo normalmente haría, entonces me pongo triste, lloro eee a veces me da mal genio” (María, Entrevista Semi-Estructurada, 12 septiembre de 2013). No obstante, el significado también puede verse de una manera más flexible, lo que permite que las conductas operantes se relacionen con emociones de tipo neutro o positivo (Hayes et al., 2013), como se puede ver en el siguiente apartado. “(El dolor) es una prueba, para mí es una prueba, el dolor es como si me hubiesen puesto un examen que debo pasar, es eso para mí, ese es el propósito, son pruebas que debo pasar no me debo dejar apabullar, he pasado por muchísimas cosas; entonces, tengo otra más que hacer… Aprendí que si hay positivismo en nosotros, vamos a obtener más cosas… (Dolor) es algo incómodo, no es más” (Bertha, Entrevista Semi-Estructurada, 19 de septiembre de 2013).
Por lo tanto, el significado que se le asigna al dolor varía en función del tipo de interpretaciones que cada paciente genere, así como de las relaciones contingenciales que genere. Para María, es evidente que el dolor representa activaciones emocionales de tipo negativo, relacionado con estados afectivos que para ella resultan aversivos o que preferiría evitar. Por otra parte, para Bertha, el dolor se asocia con interpretaciones más flexibles en congruencia con la ejecución de operantes que minimizan o no dan cuenta de estados emocionales negativos, y por el contrario, parece permitirle un rango mayor de posibilidades ante la misma situación. ( Wilson y Luciano, 2008). Para entender más profundamente la construcción del significado de dolor y la aceptación de dicha condición, a continuación se presentan los aportes que pueden dar los TMR y la ACT.
Aportes de los TMR y la ACT en el entendimiento del dolor Como se mencionó anteriormente, el contextualismo funcional y los marcos relacionales permiten entender la aceptación en el escenario del sufrimiento humano, cuya causa más notable es el uso del lenguaje de una manera desadaptativa o disfuncional. El sufrimiento y el placer son dos caras de una misma dimensión, lo que hace inevitable experimentar momentos aversivos con la posibilidad de disfrutar ( Wilson y Luciano, 2008). En relación con lo anterior, los segmentos narrativos presentados a continuación permiten ver cómo se da la intromisión del lenguaje de manera relacional y contextual en el proceso de aceptación (sufrimiento-placer) en María y Bertha. “¿Sentirse bien? Eso, hace mucho tiempo que no me siento bien, pues… Pues sentirme bien sería estar sin estos dolores, sin esta enfermedad y poder correr con mis hijos, estar bien con mi esposo, eso sería pero en este momento no, hace mucho tiempo que no me siento bien, doctor… Recuperar mi salud, pienso.” (María, Entrevista Semi-Estructurada, 12 de septiembre de 2013). Como se puede ver del anterior segmento, para María, la opción de sentirse bien implica la incompatibilidad con el hecho de pasar por el momento de enfermedad actual; por lo tanto, la relación del lenguaje que se construye con las operantes es de intolerancia al malestar propio (Hayes et al. 2013; Wilson y Luciano, 2008). No obstante, en el siguiente segmento, correspondiente a Bertha, se puede ver otro tipo de relación. “Sentirse bien es sentir el ánimo para tomar el día, yo asumo las cosas cada día, sin pensar ni en el ayer ni el
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mañana porque estoy en el día de hoy; entonces, para poder superar cada día las cosas, debo ser positiva ¿verdad? Entonces, al dolor no le puedo poner cuidado, hay que ser positiva para poder mejorar las cosas que tengo el día de hoy, uno; por ejemplo, te digo, yo eee tengo que caminar, debo caminar. Entonces, puede que cause dolor, pero si le presto más atención al dolor, me dejo llevar y no voy a caminar. Yo manejo las cosas de esa manera. Soy positiva, uno tiene que ser positivo para poder lograr muchas cosas, uno no sabe si… Tú que eres profesional debes saber que si uno se deja apabullar por el dolor… Nooo, al contrario, hay que mirar la solución” (Bertha, Entrevista Semi-Estructurada, 19 de septiembre de 2013).
narrativos son los siguientes. María: “antes, yo era una persona muy independiente, yo hacía mis cosas sola, sí, pues me gustaba mucho, me gustaba poder hacer mis cosas, cosas que de pronto uno no valora en ese momento, pero ahoritica, en este momento, sí” (María, Entrevista Semi-Estructurada, 12 de septiembre de 2013). Por su parte, Bertha afirma: “a veces me duele mucho, que caramba… Yo asumo las cosas cada día, sin pensar ni en el ayer ni el mañana porque estoy en el día de hoy” (Bertha Entrevista Semi-Estructurada, 19 de septiembre de 2013). En este caso, las relaciones temporales que construyó María conciernen fundamentalmente al pasado, mientras que las de Bertha pertenecen al presente.
Estas circunstancias socio-verbales permiten ver una relación simbólica más flexible y con una temporalidad congruente con las experiencias privadas. En este apartado, se puede notar que es posible sentirse bien, aunen presencia del estímulo aversivo (dolor). No obstante, es evidente que Bertha, posiblemente, utiliza estrategias de evitación (negación o sesgo positivista) que realmente no representan aceptación (Luciano y Valdivia, 2006; Wilson y Luciano, 2008).
Así mismo, en el contexto de las relaciones de causalidad, que corresponden a relaciones comparativas y jerárquicas, y cuya finalidad es el establecimiento de la dirección casusa efecto, se puede decir que, para María, la condición de enfermedad es la causa que produce el efecto de miedo, así como de todos los pensamientos y comportamientos disfuncionales.
El dolor y su significado pueden analizarse desde diferentes tipos de aprendizaje relacional, que implica cualidades definidas de vínculo mutuo, vínculo combinatorio y transformación de funciones. En este sentido, responder relacionalmente (en este caso, ante el dolor) es un aprendizaje que se forma a partir de la historia de las contingencias, lo que especifica una conducta operante relacional sujeta a un tipo particular de control contextual (Hayes et al., 2013; Luciano y Valdivia, 2006; Wilson y Luciano, 2008). En el marco de coordinación, que implica similitud e igualdad entre conceptos (que utiliza elementos verbales de unión), se encuentran los siguientes apartados. María: “(el dolor es una)… Tragedia”. Y para Bertha: “(el dolor es…) algo incómodo, no es más” (María, Entrevista SemiEstructurada, 12 de septiembre de 2013; Bertha, Entrevista Semi- Estructurada, 19 de septiembre de 2013). En este caso, el marco de coordinación en el que ambas mujeres se desenvuelven tiene diferenciación casi opuesta, pues la relación que construyó María es una asociación negativa, mientras que, en el caso de Bertha, la relación que se identifica está asociada con algo menos rígido. Por otro lado, en el campo de las relaciones temporales, que implica un sentido no arbitrario, unidireccional y especificado por el cambio en las contingencias, los segmentos
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Como se puede ver en el caso de María, “la enfermedad empezó hace como 5… 6 años, pero ha sido progresiva. Entonces, entre más días, más me limita; entre más días, más me duele; entre más días, menos cosas puedo hacer, y pues también me duele pensar en el futuro ¿No?, si así estoy ahoritica ¿cómo será más adelante?, porque como dicen que no tiene cura, que antes va progresando, y pues eso sí lo he visto porque ha sido así... Y me da miedo, me da mucho miedo” (María, Entrevista Semi-Estructurada, 12 de septiembre de 2013). En el caso de Bertha, si bien las relaciones de causalidad también implican sentirse mal en el contexto de la enfermedad, tienen otra condicionalidad y construcción semántica, pues la contingencia que se señala en concordancia con el efecto tiende a interpretarse e indicarse como no aversiva, en comparación con las respuestas de María, como se puede ver en el siguiente apartado: “(de la enfermedad y el dolor…) algo aprendí: que si hay positivismo en nosotros, vamos a obtener más cosas y hay muchos ejemplos en la vida para uno seguir… Yo pienso siempre positivo; eso es lo que nos ayuda siempre” (Bertha, Entrevista Semi-Estructurada, 19 de septiembre de 2013). En resumen, María y Bertha construyen relaciones que siguen la misma lógica operacional, puesto que utilizan lo simbólico del lenguaje. No obstante, difieren en el resultado dada la contingencia que existe, pues, para María, la
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contingencia tiende a señalar elementos aversivos dada su condición de dolor, mientras que, para Bertha, las contingencias tienden a predecir situaciones menos punitivas. En este sentido, el entendimiento de la evitación experiencial, que para la ACT y los TMR representa la causa y mantenimiento del sufrimiento humano (Hayes, et al. 2013; Luciano, y Valdivia, 2006; Wilson y Luciano, 2008), permitirá construir una noción más específica de los elementos asociados con la aceptación.
Evitación El sufrimiento psicológico es inherente a la vida humana, en tanto existen circunstancias que se circunscriben en contextos verbales a través de los cuales una persona reacciona verbalmente a eventos aversivos, lo que incluye su propia conducta. En dichos contextos, la persona aprende a detectar las reacciones como normales o anormales, o en el sentido del sufrimiento como “correctas” para vivir. Sin embargo, cuando la experiencia de la persona resulta incompatible con sus propios actos privados, entra en el círculo de la evitación de la función verbal aversiva. En otras palabras, la persona evita sentirse mal, pues considera que lo “correcto” es sentirse bien. Por lo tanto, es probable que se presente el trastorno de evitación experiencial (TEE), cuya naturaleza es verbal y pertenece a una clase funcional limitante, pues representa un intento fallido para controlar los actos privados. (Hayes, et al. 2004; Hayes et al., 2013; Luciano, y Valdivia, 2006; Wilson y Luciano, 2008). Teniendo en cuenta lo anterior, a continuación se muestra cómo en María y Bertha la condición de evitación se da de manera un poco similar. Según María: “para tratar de evitarlo, trato es como de no moverme, porque entre más me muevo, pues más me duele. Entonces, trato de quedarme quieta...Quedarme… Pero, igual pues eso… yo sé que eso no me hace bien a mí, ni le hace bien a mis hijos, porque mis hijos cuando me ven así… Entonces, ellos empiezan: bueno, mami ¿Qué tienes? porque ellos sí están muy pendientes de mí; entonces, a veces me toca hacer (risas), hacer que no tengo básicamente nada y tratar de aparentar delante de ellos, porque no me gusta que ellos se den cuenta de que yo estoy sufriendo, porque eso es un sufrimiento también para ellos” (María, Entrevista Semi-Estructurada, 12 de septiembre de 2013). En el mismo sentido, Bertha refiere lo siguiente: “la situación está en no prestar atención y, de alguna manera, lo que me quede de dolor, porque me dejaron con dolor, es evadirlo, decir que no está ahí” (Bertha, Entrevista SemiEstructurada, 19 de septiembre de 2013).
En síntesis, la evitación experiencial se presenta en ambos relatos, pues existe un plan consciente por controlar y eliminar los actos privados (no pensar en el dolor). En María y Bertha, la clase funcional de las conductas operantes está siendo reforzada negativamente, en aras de ser coherentes con sus ideas y de la disminución misma del malestar (Castro, 2011; Domjan, 2010). El problema radica en la naturaleza paradójica del TEE, donde el intento por eliminar el sufrimiento se convierte en mantenedor, dado que se hace cada vez más presente aquello que se quiere evitar y cuya consecuencia es el distanciamiento de las metas y valores de la persona. (Hayes et al., 2013; Henwood et al., 2012; Luciano, y Valdivia, 2006; McCracken, y Velleman, 2010; McCracken et al., 2004; Wilson y Luciano, 2008). A continuación, se presentan algunas consideraciones que permiten una visión más global con respecto a la aceptación, así comolas conclusiones del presente texto.
Consideraciones (medicamentos y su efecto) María y Bertha reciben prescripción de fuertes analgésicos: pregabalina y buprenorfina. La pregabalina es un agente con propiedades analgésicas, ansiolíticas y anticonvulsivantes que ha demostrado eficacia en el tratamiento del dolor neuropático, en tanto incide en el sistema gabaérgico, aunque no compromete la degradación de GABA. ( Vásquez, 2010). No obstante, de acuerdo con “Vademecum (n,d)” en uno de cada 100 pacientes que recibe este fármaco, es probable que se presenten síntomas de trastornos psiquiátricos, lo que incluye estado de ánimo depresivo, exacerbación del insomnio, dificultad para encontrar las palabras (disprosexia) y apatía, entre otros. Por otro lado, la buprenorfina es un derivado semisintético del alcaloide opiáceo tebaína presente en el opio, tiene bajo peso molecular y elevada liposolubilidad, lo que le confiere una notable potencia analgésica. Sin embargo, con el uso de la buprenorfina se pueden presentar eventos adversos como dolor de cabeza de intensidad leve-moderada, náuseas y vómitos de intensidad moderada, así como mareos, estreñimiento, cansancio y vértigo rotatorio. (Tornero, Herrea, Molá y Galván, 2012). Teniendo en cuenta lo anterior, es importante señalar que María y Bertha pueden presentar, en cierta medida, algunos de estos efectos secundarios, especialmente el cansancio y la disprosexia, pues se hicieron presentes durante la realización de la entrevista, aunque naturalmente la misma condición de salud es un factor determinante de los síntomas.
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Conclusiones Como se mencionó anteriormente, la aceptación del dolor y su significado pueden analizarse desde diferentes tipos de aprendizaje relacional; por lo tanto, responder relacionalmente (ante el dolor) es un aprendizaje moldeado a partir de las contingencias previas, lo que señala una conducta operante relacional, supeditada a un tipo particular de control contextual (Hayes et al., 2013; Luciano, y Valdivia, 2006; Wilson y Luciano, 2008). Las circunstancias socioverbales de María y Bertha permiten ver una relación simbólica en términos de flexibilidad y temporalidad de acuerdo con las experiencias privadas de cada una. Para María, sentirse bien implica emitir conductas operantes y construcciones simbólicas irreconciliables con la presencia de estímulos que señalen malestar o disconfort, mientras que para Bertha es posible sentirse bien (con la emisión de conductas esperadas), aun en presencia del estímulo aversivo (dolor). En este sentido, se puede inferir que las construcciones del significado del dolor y la aceptación que cada una de ellas hace, varían según la intensidad de malestar e incapacidad que cada una de ellas percibe. En la aceptación del dolor, existen una serie de factores psicosociales que impactan directamente la condición de los pacientes. Cuando se acepta la experiencia del dolor, en tanto se reducen las conductas de evitación y de temor, producto de un aumento en la calidad del soporte percibido y solicitudes percibidas, se puede predecir una menor interferencia del dolor y una disminución de síntomas de depresión, así como mayor satisfacción con las actividades sociales. Lo anterior se ve claramente en los relatos de Bertha y de María, pues ambas reportan mayor satisfacción cuando se apoyan en los miembros de su familia. (Harrison, McCracken, Bogosian, y Moss-Morris, 2015). Naturalmente, en este estudio, las variables relacionadas con el soporte social no fueron profundizadas. Aun así, la evitación experiencial está presente en ambas narraciones, pues existe un plan deliberado por controlar y eliminar las conductas y los actos privados (no pensar en el dolor). El reforzamiento negativo de la clase funcional de conductas operantes que se da en ambos casos puede resultar perjudicial cuando el proceso de evitación contradice el resultado deseado. Además, la evitación de ciertos comportamientos no es susceptible de control verbal, lo que exacerba el problema. En ese mismo sentido, la evitación resulta dañina cuando el esfuerzo requerido produce conductas operantes no saludables (abuso de medica-
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mentos o negación del dolor). La evitación conduce a la no aceptación de la situación que no puede eliminarse o es inmodificable (diagnósticos médicos crónicos y degenerativos). (Hayes et al., 2013; Henwood et al., 2012; Luciano, y Valdivia, 2006; McCracken, y Velleman, 2010; McCracken et al., 2004; Wilson y Luciano, 2008). La aceptación del dolor crónico implica que un individuo reduzca las estrategias inefectivas que utiliza para manejarlo (eliminar la evitación) y permita una mayor flexibilidad psicológica. De igual manera, se infiere que cuando hay aceptación con una disminución significativa de la evitación, se impacta la interferencia del dolor y la depresión. (Akerblom, Perrin, Riviano, & McCracken, 2015) Además, según lo encontrado en los relatos, el factor de temporalidad puede ser uno de los elementos en torno a la aceptación que mayor relevancia puede tener, pues cuando se emiten las conductas operantes con contingencias del reforzador demorado, se percibe un mayor control y aceptación. No obstante, el mantenerse anclado en el presente representa uno de los elementos que facilitan la aceptación de las condiciones inmodificables (dolor crónico) (Bohlmeijera et al., 2010; Kashdan y Rottenberg, 2010; McCracken et al., 2004). En este sentido, María no emite conductas operantes que dan cuenta de una condición de aceptación, y aunque Bertha utiliza estrategias más funcionales, se apoya, en gran medida, en negación y sesgo positivo para afrontar la condición, lo que no se considera aceptación. En resumen, María no acepta su condición y Bertha lo emula. El presente estudio cuenta con algunas limitaciones, como la imposibilidad de generalizar los resultados, dado el número de participantes. Adicionalmente, no existe un número importante de publicaciones en español al respecto, lo que dificulta la generalización del conocimiento en relación con las posibles diferencias culturales que puedan existir. Por último, las entrevistas se realizaron durante la acción de los fármacos que afectan el comportamiento, lo que tal vez pudo impactar las respuestas de ambas pacientes, aunque no existen datos sobre el comportamiento previo de las pacientes.
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Diseño, aplicación y evaluación de un tratamiento cognitivo-conductual a corto plazo en parejas violentas
Resumen
Claudia I. Parra-Ocampo,1 Lady P. Tirano-Cárdenas, Yohanna M. Bernal Rueda Fundación Universitaria Konrad Lorenz, Colombia
El presente estudio tuvo como objeto diseñar y evaluar la eficacia de un tratamiento cognitivo-conductual breve, con el fin de disminuir las agresiones verbales y/o físicas, la reciprocidad negativa y aumentar la reciprocidad positiva; las variaciones se determinaron a través de autoregistros de frecuencia. La muestra estuvo conformada por cinco parejas que presentaban comportamientos violentos, las cuales fueron remitidas por los entes jurídicos. El estudio fue caso único de dos fases B-A y seguimiento a los 15 días. Los datos fueron analizados por la observación de gráficos de frecuencia, determinando media y desviación estándar. Los resultados mostraron que las agresiones físicas y verbales, así como la reciprocidad negativa, disminuyeron tras la fase de tratamiento, mientras que la reciprocidad positiva aumentó. Palabras Clave: protocolo, cognitivo-conductual, violencia, agresiones, reciprocidad, pareja.
Abstract The purpose of this study was to design and evaluate the effectiveness of a brief cognitive-behavioral treatment to reduce both verbal and/or physical aggression and negative reciprocity and increase positive reciprocity. Variations were determined by frequency self-records. The sample consisted of five couples who presented violent behavior. These couples were remitted by legal authorities. This was an unique case study developed in two phases -B-A and monitoring after 15 days-. Data were analyzed by observing frequency graphics, which determined the mean and standard deviation. The results showed that physical and verbal aggression as well as negative reciprocity decreased after the treatment phase. Meanwhile, positive reciprocity increased. Keywords: Protocol, Cognitive-Behavioral, Violence, Aggression, Reciprocity, Couple.
Recibido: 16 de Marzo de 2015 Aceptado: 13 de Abril de 2015
1. Fundación Universitaria Konrad Lorenz, Bogotá, Colombia. Correspondencia en relación con este artículo debe dirigirse a Claudia Isabel Parra Ocampo, Centro de Investigaciones de Psicología, Fundación Universitaria Konrad Lorenz, Cra. 9ª Bis 6243, Bogotá, Colombia. Dirección electrónica claudia.parra@konradlorenz.edu.co
Cuadernos Hispanoamericanos de Psicología l Julio-Diciembre 2014, Vol. 14 No. 2, pp 51-64 ISSN 1657-3412 (Impresa) l ISSN 2346-0253 (En línea)
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Tratamiento cognitivo conductual a corto plazo para parejas violentas
Introducción Ruiz, López, Hernández, Castañeda y Águila (2013), reportaron que la violencia de pareja en el transcurso de la historia ha sido un fenómeno general que se mantiene en casi todo el mundo. En la mayoría de países en donde se presenta violencia de género, ésta se manifiesta en violencia física, psicológica y/o sexual. Por esta razón, la comunidad internacional reconoce esta problemática como un aspecto relevante de salud pública a tratar, estudiar e intervenir, dado que genera elevados costos para la sociedad. La prevalencia de esta problemática presenta variaciones; por ejemplo, en Europa occidental, es del 19.30%; en Asia oriental, del 16.30%; en África, uno de los continentes más afectados por la violencia de pareja, la prevalencia alcanza el 41.75% en África occidental y el 65.64% en África Central. Por su parte, en Latinoamérica, también se presenta violencia de pareja en gran proporción. Así bien, México presenta el 43%; Perú, el 40.8%; y Colombia, el 39%. En este último país, se reporta que la ciudad de Bogotá es en donde las mujeres sufren con mayor frecuencia algún tipo de violencia perpetrada por su cónyuge; específicamente, la violencia física asciende a un 39%; las amenazas, al 31%; y ejercer control por parte del esposo, al 67% (Devries et al., 2013; Servicio Nacional de la Mujer [SERNAM], 2010 y Barón, 2010). De acuerdo con las cifras mencionadas, se evidencia la presencia de violencia de pareja en gran parte del mundo; ésta se manifiesta mediante agresiones físicas, verbales y/o sexuales por parte de alguno de los cónyuges (Cáceres, 2011). Una de las características de esta problemática es que el nivel de la misma va aumentando en forma de escalada, iniciando por conductas como insultos, gritos, hasta reducir físicamente a la víctima ( Walker, 2009). Además, es frecuente que se pase por los tres ciclos de violencia, a saber: la acumulación, en donde se suman las inconformidades y no se comunica de manera asertiva; el estallido, en donde se suscita la agresión y; por último, la reconciliación, en donde el agresor, por arrepentimiento, busca el perdón de su víctima, lo cual puede llevar a que esta última corra mayor riesgo al pasar el tiempo (Alonso, 2007; Arinero, 2006). Este tipo de violencia produce efectos tanto dentro del entorno familiar, como en la sociedad; en la mujer, se pueden causar efectos físicos, como lesiones genitales, moretones y enfermedades de trasmisión sexual e incluso la muerte. Es común que se presente un empeoramiento de las dolencias que se han contraído con anterioridad, un deterioro en la calidad de años de vida saludable, que se acompaña del
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desarrollo de algunos trastornos como depresión, ansiedad, trastorno obsesivo compulsivo, trastornos de la conducta alimentaria, trastornos disociativos, inadaptación, trastorno de pánico, trastorno por estrés postraumático, así como otras problemáticas como baja autoestima, sentimientos de vergüenza, dificultades en el patrón de sueño, fatiga permanente, inapetencia sexual y labilidad emocional. Por otra parte, los hijos que presencian eventos violentos presentan un bajo rendimiento académico, así como una disminución en las competencias sociales. De igual manera, se favorece el modelamiento para un aprendizaje de comportamientos agresivos, lo que los convierte en potenciales víctimas o victimarios en la adultez. En los hombres, se generan creencias relacionadas con los roles tradicionales de género y dependencia emocional hacia la mujer, por lo que se busca el control de la misma. Gran parte de la sociedad colombiana acepta la violencia como medio para solucionar conflictos. En consecuencia, se tiende a permitir que los hombres ejerzan control sobre sus parejas, manteniendo relaciones de inequidad para la mujer. Se observa que los gastos de la violencia en Colombia ascienden a 7.5 billones de pesos por ingresos laborales que no se percibieron, 8.7 millones de salarios no recibidos y 54 mil millones de pesos anuales en servicios de salud (Ribero y Sánchez, 2004; Kendall-Tackett, 2009; González, 2012; Nelson, Bougatsos, y Blazina, 2012, Beydoun, Beydoun, Kaufman, Lo, y Zonderman, 2012; Klevens et al., 2012; Monson, Langhinrichsen-Rohling, y Taft, 2009 y Levendosky, Lannert, y Yalch, 2012). De acuerdo con las cifras y los efectos mencionados, la psicología clínica se ha visto interesada en abordar la problemática, especialmente planteando tratamientos para su intervención; entre dichos tratamientos, se encuentran el Programa terapéutico de enfoque cognitivo conductual (Echeburúa y Fernández-Montalvo, 1998), el Programa de enfoque conductual de pareja de O´Farrell, Murphy, Stephan, Fals-Stewart y Murphy, (2004), la Guía para intervenir hombres violentos (Echeburúa, 2004), La Guía metodológica para la asistencia a mujeres víctimas de violencia (López, 2009) y la Guía de apoyo en atención primaria para abordar la violencia de pareja hacia las mujeres (Rodríguez et al., 2008). Todos estos tratamientos son de larga duración, dado que comprenden más de 15 sesiones. De igual manera, también se han planteado intervenciones de corta duración, tales como: el Programa de
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intervención individual para el trastorno por estrés postraumático (Labrador, Fernandez-Velasco, y Rincón, 2006), el Programa de tratamiento para mujeres maltratadas por su pareja (Cox y Stoltenberg, 1991), el Tratamiento de grupo para víctimas de violencia doméstica con trastorno de estrés postraumático y depresión (Monnier, Briggs, Davis y Ezzell, 2001), el Programa de intervención para violencia intrafamiliar dirigido a mujeres y el Programa dirigido a hombres maltratantes (Del Corral, 1999). En los tratamientos de larga duración que comprenden más de 15 sesiones se aumenta la probabilidad de que ambos miembros de la díada abandonen la terapia psicológica, lo cual hace que el porcentaje de deserción sea del 30% al 60%, y la vinculación sea menos factible ( Walter y Peller, 2013; Livacic-Rojas, Espinoza y Ugalde, 2004 y Echeburúa, Sarasua, Zubizarreta, Amor, y Corral, 2010). Por su parte, las intervenciones de corta duración se definen como un plan de tratamiento, en el cual se utilizan técnicas específicas para abordar una meta terapéutica en corto plazo, de cinco a diez sesiones. No obstante, el número de sesiones no se puede estandarizar ya que esto depende de la evolución del consultante y la problemática ( Walter y Peller, 2013). Especificamente, en la problemática de violencia de pareja, se podría aumentar la probabilidad de que los consultantes finalicen el proceso terapéutico; sin embargo, los actuales protocolos breves se orientan, al igual que los largos, a unos de los actores del conflicto, sin involucrar durante todo el tratamiento de manera permanente a los dos cónyuges. Lo anterior sugiere que el número extenso de sesiones y la priorización en uno de los consultantes sean las principales causas de abandono de los tratamientos De acuerdo con lo mencionado, la terapia breve sería una respuesta para incrementar la posibilidad de realizar todo el tratamiento; sin embargo, para aumentar esta probabilidad, se debe incluir a ambos miembros de la díada, priorizando la pareja que se encuentra en conflicto y no a uno de sus integrantes. Aunado a lo anterior, el foco de interés de esta investigación es diseñar e implementar un protocolo de terapia breve para violencia de pareja que involucre a los dos miembros en la terapia; con esto, se intentará mejorar las carencias de los anteriores protocolos y observar el efecto del mismo en las parejas con esta problemática. Cabe mencionar que la investigación se inició en febrero del 2013 y se finalizó en diciembre del 2014, tiempo en el cual
se exploró el sustento teórico para soportar el estudio y se llevó a la práctica con el diseño y aplicación del protocolo. Dicho estudio pertenece a la línea de investigación de Ciencias del comportamiento en conceptualización, evaluación e intervención en psicología clínica, perteneciente al grupo de investigación en ciencias del comportamiento humano de la Fundación Universitaria Konrad Lorenz. El objetivo de esta investigación fue determinar la eficacia de un tratamiento cognitivo-conductual breve en parejas violentas, el cual fue diseñado para esta investigación y pretende disminuir el nivel de agresiones físicas y/o verbales y la reciprocidad negativa, a la vez, que busca aumentar la reciprocidad positiva.
Método Diseño Se realizó un diseño de dos fases con seguimiento: tratamiento, retirada y seguimiento (B-A seguimiento), en el cual se efectuaron observaciones del comportamiento a través del tiempo. Fue necesario retirar el tratamiento para evaluar si hubo un efecto de aprendizaje de las herramientas brindadas durante la intervención. Durante esta fase, se realizó la medición de la conducta para observar si se incorporaron las habilidades o no (Kazdín, 2001).
Participantes Los participantes del estudio fueron cinco parejas heterosexuales, residentes en la ciudad de Bogotá, que presentaban uno o más episodios de agresiones físicas y/o verbales; en estas parejas, el hombre era el perpetrador de la violencia física y, en todos los casos, estos habían sido remitidos por los entes jurídicos. Cabe anotar que la violencia de pareja se encuentra penalizada en Colombia y puede ser denunciada por la víctima o por otra persona en las comisarías de familia; éstas se encuentran en cada una de las 19 localidades de la ciudad de Bogotá y/o en la fiscalía general de la nación. Estos entes remiten a una dependencia denominada Centro de Atención a Víctimas de la Violencia Intrafamiliar (CAVIF), para la vigilancia del proceso. Para esta investigación, las parejas intervenidas fueron remitidas de la Comisaria XVI de la Localidad de Puente Aranda, la Comisaria II de la Localidad de Kennedy y el Centro de Atención a Víctimas de la Violencia Intrafamiliar (CAVIF).
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Instrumentos Se aplicó la Prueba de detección de consumo de alcohol, tabaco y sustancias (ASSIST), cuyo objetivo es identificar el consumo (bajo, moderado o alto) de alcohol, tabaco y/o sustancias (Pérez-Moreno, Calzada-Álvarez, RobiraGuardiola y Torricos-Linares, 2012). Dicha prueba fue aplicada a cada uno de los miembros de la díada, con el fin de determinar el criterio de exclusión, el cual era tener problemas de consumo de sustancias psicoactivas de nivel moderado – alto, de acuerdo con la puntuación reflejada de la escala OMS – ASSIST V3.0. También, se realizó la entrevista psicológica abierta, la cual se conformó por preguntas abiertas. A través de ésta, se buscó obtener información con respecto a los eventos de violencia; se utilizaron cuatro autoregistros de frecuencia de agresiones físicas (empujones, zarandeos, patadas, puños cachetadas, halar el cabello, escupir, pegarle con objetos, agredirla con armas, arrastrarla por el piso); agresiones verbales (gritos, lenguaje soez, amenazas); reciprocidad positiva (detalles con el otro, expresar palabras amorosas al otro, tiempo agradable en pareja, comentarios agradables); y reciprocidad negativa (silencios de un día o más después de una discusión, descalificar al otro con gestos y palabras, hacer actividades que mi pareja sabe que me molestan, distanciamiento de la pareja). Por último, se utilizó un cuestionario de datos sociodemográficos, el cual consta de 25 ítems, en donde se referencia información relevante de los consultantes.
Procedimiento Se diseñó el protocolo de intervención de terapia breve, el cual fue evaluado por jueces que lo revisaron y retroalimentaron. Se continuó con el reclutamiento de la muestra, teniendo en cuenta los criterios de inclusión y exclusión de la investigación, de acuerdo al reporte efectuado por los entes judiciales, particularmente el Centro de Atención a Víctimas de la Violencia Intrafamiliar, la Comisaria XVI de la Localidad de Puente Aranda y la Comisaría II de la Localidad de Kennedy, de la ciudad de Bogotá, instituciones que remitieron a los participantes. Una vez se asignaron los consultantes al terapeuta encargado, se aplicó la prueba de detección de consumo de alcohol, tabaco y sustancias (ASSIST) y se revisó la remisión del ente jurídico para determinar si tuvieron antecedentes disciplinarios. De esta manera, se pudo establecer si los participantes cumplen con los criterios de inclusión; luego, se procedió al diligenciamiento del consentimiento informado para la participación
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de las parejas. Posteriormente, se realizó la entrevista, con el fin de identificar la pertinencia o no de los consultantes en la mencionada investigación. Una vez seleccionada la muestra, se realizó la aplicación del protocolo diseñado para esta investigación, el cual consta de ocho sesiones. Luego, se analizaron los datos a través de la observación de la conducta; esto se realizó mediante la comparación de los gráficos que se obtuvieron de los autorregistros de frecuencias y el establecimiento de la diferencia de las medias y la desviación estándar. El análisis de esta última se llevó a cabo con el fin de observar qué tanto se dispersan los datos con respecto a la media, indicando las variaciones de las fases y teniendo en cuenta la tasa promedio de respuesta (Kazdín, 2001). Por último, cabe mencionar que se tuvieron en cuenta las consideraciones éticas contempladas en la Ley 1090 de 2006.
Resultados Características de las parejas Las características sociodemográficas de los participantes fueron las siguientes: cinco parejas heterosexuales con unión marital de hecho, las cuales se encontraban laborando, una de ellas de manera independiente y las otras cuatro como empleados; dos de las parejas pertenecen a estrato socioeconómico 3; y tres de ellas, a estrato socioeconómico 2; las edades, tanto de hombres como de mujeres, oscilan entre los 25 y los 35 años; el grado de escolaridad es de educación básica primaria para la pareja 2, educación básica secundaria para la pareja 5 y educación secundaria inconclusa para las parejas 1, 3 y 4. Tres de las parejas profesan la religión cristiana y 2, la religión católica. En cuanto al número de hijos, la pareja 1 tiene dos hijos de la unión y el consultante tiene otro hijo de una relación anterior, la pareja 2 tienen cinco hijos, la pareja 3 tiene dos hijos en común y ella tiene tres hijos de uniones anteriores, la pareja 4 tiene cuatro hijos y; por último, la pareja 5 tiene tres hijos.
Resultados tras la aplicación del tratamiento Al comparar las variables tras la aplicación de las fases (B-A), se observan cambios en las variables dependientes, dado que tanto las agresiones físicas y verbales, como la reciprocidad negativa, disminuyeron; así mismo, la reciprocidad
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positiva aumentó en las parejas, tanto en la fase de intervención (B), como en la fase de retirada (A) y durante el seguimiento. Por otro lado, la reciprocidad negativa disminuyó durante la intervención y el seguimiento; lo anterior se obtiene de acuerdo con los autorregistros de frecuencia diligenciados por los consultantes, a través de los cuales se observa la tendencia de los datos. En el apéndice A, se presenta la variable dependiente de agresiones físicas obtenidas a partir de los registros llevados por las parejas. Se observa que la pareja 1 no presentó agresiones durante el proceso, las parejas 2, 4 y 5 registraron, en la primera sesión, agresiones por parte de los hombres, pero éstas disminuyeron hasta cero en las sesiones posteriores. En el caso de la pareja 3, se registraron agresiones en la primera sesión, con reaparición en la fase de retirada, según lo reportado por el consultante. Además, ninguna de las mujeres agredió físicamente a su pareja. En el apéndice B, se presenta la variable dependiente de agresiones verbales; éstas fueron más frecuentes que las de tipo físico en los casos analizados. La pareja 1 no presentó agresiones verbales durante el estudio. Por su parte, las parejas 2, 4 y 5 mostraron una tendencia descendente en la frecuencia de las conductas de agresión verbal durante el tratamiento, especialmente por parte de los hombres, quienes presentan frecuencias iniciales más altas; en lo que respecta a la pareja 3, se presenta un episodio de este tipo de agresión por parte de la mujer. En el caso de las parejas 2 y 3, la fase de retirada muestra la continuidad de la tendencia descendente, hasta llegar a frecuencias iguales a cero. En el Apéndice C la variable dependiente de reciprocidad positiva presentó una tendencia al aumento en la frecuencia durante la fase de intervención. Por otra parte, en las parejas con datos de fase de retirada y seguimiento completos, se mantiene la frecuencia de la reciprocidad positiva, excepto en la pareja 2, donde se presenta una tendencia descendente en la retirada. En el apéndice D, la variable dependiente de reciprocidad negativa presentó una tendencia descendente a lo largo de la fase de intervención, tanto en hombres como en mujeres, en todas las parejas del estudio. En las parejas 1 y 3, se mantuvieron bajas frecuencias de reciprocidad negativa durante la fase de retirada y seguimiento, mientras que en la pareja 2, se observa una tendencia ascendente en la frecuencia de la reciprocidad negativa y el seguimiento.
Discusión De acuerdo con la definición propuesta por Cáceres (2011), la cual se adoptó para la investigación, la violencia de pareja se entiende como los comportamientos agresivos físicos, verbales y/o sexuales de alguno de los miembros de la díada contra el cónyuge. Los dos primeros (comportamientos agresivos verbales y físicos) fueron objeto de estudio en este caso, pues la violencia sexual requiere una intervención especializada y la debe regular el Centro de Atención e Investigación a Víctimas de la Violencia Sexual (CAIVAS). La investigación tuvo como objetivo determinar la eficacia de un tratamiento breve cognitivo-conductual en parejas violentas, elaborado por las autoras de este estudio. Con este tratamiento, se pretendió disminuir el nivel de agresiones verbales y/o físicas, así como la reciprocidad negativa, a la vez que se buscaba aumentar la reciprocidad positiva. Tras la aplicación del protocolo, se encontró que las conductas violentas, como las agresiones físicas y verbales, al igual que la reciprocidad negativa, disminuyeron; en cuanto a la reciprocidad positiva, se logró aumentar las conductas de esta variable. Específicamente, se evidencia una reducción en lo que respecta a las conductas agresivas de los consultantes. Este aspecto puede estar relacionado con la intervención de las creencias asociadas a los roles tradicionales de género; se plantea un tipo de relación en el cual la díada deja de creer que el hombre tiene derecho sobre la mujer, lo que da como consecuencia una relación más equilibrada frente al manejo de roles y el ejercicio del poder que se presenta en la pareja (Ruiz et al., 2013). En concordancia con lo anterior, se realizó el contrato y se mencionaron las conductas alternativas, produciendo un efecto en el comportamiento agresivo de los consultantes (Labrador, Cruzado y Muñoz, 2010). Dicho comportamiento se disminuyó y se reafirmó en dirección a la nueva concepción de los roles de cada uno de los miembros de la díada, logrando con esto una interacción menos hostil. Por ende, se pudo reducir la reciprocidad negativa. Esto hace que se generen reforzadores gratificantes que impactan y llevan a acciones agradables por parte del otro, lo cual conduce al incremento de la reciprocidad positiva en la pareja (Hurtarte y Díaz-Loving, 2008). Como resultado, se observa un aumento de la reciprocidad positiva; esto se logró a partir del incremento de las tasas de reforzadores gratificantes entre los cónyuges, lo que
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produjo comportamientos como los siguientes: expresar palabras amorosas, compartir tiempo agradable en pareja y tener detalles con el otro. En consecuencia, la reciprocidad negativa disminuyó, con excepción de la pareja 2, caso en el cual se presentó una estimulación aversiva en la pareja; esto incrementó las respuestas negativas en la misma, tal como plantean Hurtarte y Díaz-Loving, (2008) en el concepto de reciprocidad negativa. Resulta oportuno mencionar que las parejas 2, 3 y 4 estuvieron expuestas a violencia de pareja en la infancia y a un modelamiento de una interacción violenta entre cónyuges, lo que se relaciona con un aumento de la probabilidad de ejercer violencia o ser víctima de la misma. Esto hace referencia a lo expuesto por Ibaceta (2011) y Romero (2010), quienes mencionan que de la violencia de pareja, se desprende un tipo de aprendizaje de modelos violentos de parentalización, en el cual los hijos de la pareja copian los comportamientos hostiles o de sumisión que posteriormente van a repetir en sus relaciones conyugales (Charlette, Nongkynrih y Gupta, 2012). Es oportuno detallar el comportamiento de las variables dependientes en cada díada intervenida. Aunque la tendencia fue que las agresiones físicas, verbales y reciprocidad negativa disminuyeran y la reciprocidad positiva aumentara a nivel general, es importante mencionar las particularidades de cada una. Así bien, aunque la pareja 2 presentó una reducción de este comportamiento en la fase de intervención, éste se incrementó nuevamente en la fase de retirada, lo que se mantuvo durante el seguimiento. Lo anterior obedece a una situación en la cual la esposa encontró varios mensajes comprometedores de su esposo con otra mujer en el celular; esto generó un intercambio de estimulación aversiva entre los cónyuges, específicamente mantenían silencios de más de un día después de las discusiones. Esto produjo un distanciamiento en la pareja, comportamiento que se mantuvo durante la fase de retirada (A) y de seguimiento. Con respecto al ciclo de la violencia, que consta de tres fases (acumulación, estallido y reconciliación), se puede evidenciar que la fase de reconciliación desapareció en la pareja 4 y, con el tiempo, el grado de violencia aumentó; por ende, la víctima se encontró en mayor riesgo cuando se presentaron estos eventos violentos en la historia de la relación (Alonso, 2007; Arinero, 2006). De igual manera, la escalada de violencia, la cual inicia por conductas como insultos, gritos, empujones, bofetadas, hasta reducir físicamente a la
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víctima ( Walker, 2009), se presentaba en esta misma pareja. De hecho, reportaron que la violencia se inició en la etapa del noviazgo, con agresiones verbales, y se fue incrementando, con zarandeos y empujones, hasta amenazar a la víctima con objetos corto punzantes; esto último sucedió 6 meses antes de la intervención. Walker (2009) plantea que la violencia de pareja inicia con agresiones poco frecuentes, hasta incrementar tanto la frecuencia como la intensidad de las mismas, tal como sucedió con la pareja 4. Por otro lado, se identificó que, en la pareja 1, no existían eventos previos al episodio violento que causó la denuncia: el hombre abofeteó a la mujer. Con el fin de impedir una escalada en esta pareja, se hizo necesario intervenir a los consultantes de la díada con el protocolo diseñado para esta investigación. Por otra parte, la pareja 3 reportaba una historia de eventos violentos desde la etapa del noviazgo. El consultante manifestaba que dichas conductas se presentaron en relaciones anteriores. Cabe mencionar que este comportamiento violento se puede aumentar y replicar en las diferentes relaciones. Tal como lo plantea Romero (2010), el hecho de que el victimario haya ejercido violencia con parejas anteriores o la víctima haya sido violentada en antiguas relaciones, incrementa la probabilidad de repetir o recibir los ataques en etapas posteriores de la vida o con nuevas parejas. Esto pone en mayor riesgo a la víctima, pareja actual del consultante, dado que los efectos de las agresiones físicas disminuyeron notablemente su calidad de vida. Específicamente, los comportamientos violentos por parte del esposo le generaron problemas de salud (dolores crónicos y hematomas) a la víctima. Así, se comprueba lo mencionado en torno a que los efectos físicos de la violencia de pareja generan algunas consecuencias para la salud, las cuales pueden ser el desarrollo de enfermedades físicas como; por ejemplo, dolores crónicos, hematomas, dolores gastrointestinales y ginecológicos (Aguirre et al., 2010; Kendall-Tackett, 2009 y González, 2012). Adicionalmente, con esta pareja se observó una disminución de las agresiones físicas y verbales durante la fase de intervención. Esto pudo obedecer a que el consultante dejó de normalizar y minimizar los eventos violentos hacia su cónyuge, llegando a buscar otras alternativas para solucionar los conflictos. Posteriormente, al finalizar la fase de intervención y al iniciar la fase (A), se presentaron eventos de agresiones verbales reportadas por los consultantes. La mujer elevó el tono de voz al ser desautorizada por el esposo con respecto a los hijos; y luego, al finalizar el
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tratamiento, respondió a la agresión verbal de su pareja de la misma manera. Al respecto, mencionó que usó este tipo de agresión como defensa y con el fin de finalizar el conflicto, aunque reconoció que en lugar de solucionarlo lo empeoró. De igual manera, la consultante manifiesta que dejó de creer que el hombre tiene derecho sobre ella y que sus opiniones son igual de válidas a las de él, para generar una relación más equilibrada frente al manejo de roles y el ejercicio del poder que se presenta en la pareja. Cabe anotar que, durante la fase de seguimiento, no se reportan eventos violentos (Ruiz et al., 2013). En cuanto a la reciprocidad positiva, los miembros de la pareja 1 permanecían juntos gran parte de la semana; por ende, reportaron que compartían varios momentos juntos. Al iniciar el proceso, pudieron establecer que a pesar de que trabajan juntos, no compartían tiempo agradable, y las palabras amorosas y detalles eran mínimos debido a que tenían otros roles que desempeñar en estos espacios. Por otro lado, se encontró que las mujeres participantes presentaban un grado de escolaridad básico (entre primaria y secundaria), con edades que oscilaban entre los 25 y los 35 años. Esto concuerda con lo reportado por Preciado, Torres y Rey (2010), quienes señalan que la violencia de pareja en Colombia, tiene mayor prevalencia en mujeres con educación básica y se presenta en jóvenes entre los 16 y los 35 años. Igualmente, se evidenció en la investigación que las mujeres participantes se encontraban laborando y devengaban un salario estable, lo que les permitía solventar sus gastos y los de sus hijos, sin tener que depender económicamente de su cónyuge. Esto se contrapone a lo planteado por Ruiz et al. (2013), quienes mencionan que la dependencia económica de las mujeres hacia los hombres favorece el desarrollo y la justificación de eventos violentos. Dentro de las dificultades del proceso, se encontró que al realizar la fase de retirada y seguimiento, las parejas 4 y 5 no se presentaron. Debido a esto, se realizó contacto telefónico, en el cual mencionaron que no asistirían por cuestiones laborales y económicas. También, manifestaron que no se habían suscitado eventos de violencia, pero esto no se registra en las gráficas pues no se cuenta con autorregistros que permitan confrontar la información. Al evaluar la eficacia del tratamiento cognitivo-conductual breve e intervenir las agresiones físicas y/o verbales, reciprocidad negativa y positiva en parejas violentas, se evidencia que la frecuencia de los comportamientos
cambiaron. De hecho, las agresiones físicas disminuyeron si se tiene en cuenta que al inciar el proceso hubo parejas que obtuvieron 6 frecuencias en una semana, y tras la intervención, la conducta disminuyó a 0. Así mismo, al inicio, se obtuvieron hasta 7 emisiones de agresión verbal, pero esta conducta disminuyó a 0 en las fases de intervención y retirada. Por otra parte, la reciprocidad negativa decrementó de 21 frecuencias a 1. Por último, la recirpocidad postiva aumentó de 5 a 25 frecuencias. Así, tras la aplicación del protocolo, se observa que éste logró cumplir con el objetivo de acuerdo con lo observado en los autorregistros de frecuencia diligenciados por los consultantes. Una de las principales limitaciones de la investigación es el tamaño de la muestra para generalizar los datos. Por otra parte, este tipo de problemática no permite establecer una línea de base previa a la intervención dado que se debe esperar a que se estabilice para iniciar el proceso, lo cual pone en riesgo la vida de la víctima. De acuerdo a los criterios que se utilizan en los diseños de caso único, para iniciar la fase de intervención en una investigación, la línea de base se debe estabilizar en amplitud, nivel o tendencia; pero no existe un periodo que determine dicha estabilización. Por lo anterior, puede pasar cierto tiempo para que se cumpla con esta especificación, lo que no permite garantizar la integridad de la víctima. De igual manera, el hecho de que los consultantes fueran remitidos por entes jurídicos puede tener un efecto en la variable dependiente, pues pueden tener pena privativa de la libertad al presentrse un evento violento. Así mismo, la limitación del tiempo no permitió realizar una fase de retirada más extensa que posibilitara mostrar si se efectuaban cambios tras la intervención. Se espera que la investigación de la que derivó el presente artículo inquiete a los profesionales para realizar estudios sobre esta problemática, que es de gran prevalencia en el contexto colombiano. Se propone que, a futuro, se realice la intervención propuesta por esta investigación con diseño de grupos, para así determinar cuáles son los efectos tras esta aplicación. De igual manera, es necesario realizar una investigación, aplicando este protocolo y utilizando un diseño que permita mostrar la conducta antes y después de la intervención. Lo anterior, porque en este estudio, se contó con los datos de la denuncia; pero estos no son suficientes para establecer una línea de base válida, lo que impide determinar los cambios que se pueden realizar tras la aplicación de la intervención. Sin embargo, es necesario tener en cuenta las consideraciones éticas para garantizar el bienestar de los consultantes
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y cumplir con las conformidades que plantea la Ley 1090 en cuanto a la investigación con los sujetos humanos. Si se establece la línea de base, se pueden plantear los criterios de cambio para cada pareja de acuerdo a la dinámica de su comportamiento y determinar el efecto que éste tiene en cada pareja tras la intervención. Adicional a lo anterior, se sugiere, para evaluar la adherencia terapéutica, aplicar el tratamiento a parejas remitidas por entes jurídicos versus parejas que asistan voluntariamente; del mismo modo, se aconseja hacer trabajos comparativos de protocolos de terapia larga y protocolos de terapia breve. Con el ánimo de identificar la eficacia del formato individual o grupal de la intervención en esta problemática, se propone observar los efectos de estas terapias en esta población. Finalmente, teniendo en cuenta las características específicas del presente estudio, se pretende promover futuras investigaciones en cuanto a las intervenciones propias en el campo de la violencia de pareja y, de este modo, fomentar el aumento de estrategias de prevención, evaluación e intervención para disminuir esta problemática.
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Tratamiento cognitivo conductual a corto plazo para parejas violentas
Apéndices Apéndice A
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B
1
2
3
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7 6 5 4 3 2 1
Frecuencia
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Agresiones físicas de él hacie ella Registro Mujer Registro Hombre
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A
Sesiones Agresiones físicas de ella hacie él
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A
Seguimiento
7 6 5 4 3 2 1
Seguimiento
Frecuencia de agresiones físicas por pareja.
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Claudia I. Parra Ocampo, Lady P. Tirano Cárdenas, Yohanna M. Bernal Rueda
Apéndice B
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B
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Frecuencia
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Seguimiento
7 6 5 4 3 2 1
Seguimiento
Frecuencia de agresiones verbales por pareja.
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Sesiones Agresiones verbales de ella hacie él
Agresiones verbales de él hacie ella Registro Mujer Registro Hombre
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Tratamiento cognitivo conductual a corto plazo para parejas violentas
Apéndice C Frecuencia de reciprocidad positiva por pareja.
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Frecuencia
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Prevalencia de los diagnósticos de salud mental en Colombia: análisis de los registros del Sistema Integral de Información de la Protección Social – SISPRO Óscar David Díaz-Sotelo1 Universidad El Bosque, Bogotá D.C., Colombia
Resumen Los sistemas de información en salud constituyen una herramienta fundamental para la toma de decisiones en todos los ámbitos. Sin embargo, en Colombia existen falencias en el reporte y la calidad de los datos, haciendo que la información no sea altamente confiable. No se encuentran estudios recientes que expongan el perfil de salud mental, por lo que los registros de sistemas de información disponibles son la única fuente de consulta y, pese a sus limitaciones, permiten contar con una estimación de la magnitud de tales eventos. Consultando estas fuentes, se encontró que la carga de enfermedad atribuible a salud mental para Colombia es relevante, con una prevalencia estimada de 9% y las mujeres son las más afectadas. Esto crea la necesidad de planificar estudios nacionales de prevalencia y una juiciosa revisión de las políticas en salud pública, haciendo necesaria la inclusión de eventos en salud mental como de intervención prioritaria. Palabras clave: bioestadística, epidemiología, prevalencia, salud mental, salud pública, sistemas de información en salud Recibido: 28 de Abril de 2015
Abstract Health information systems are an essential tool for decision-making in different contexts. However, Colombia has shortcomings in data quality and reporting. As a consequence, information is not reliable. It must be said that there are not recent studies exposing profiles of mental health. So, health information systems available records are the only source of information. Despite their limitations, these records allow to estimate the magnitude of such events. When consulting these records, it was found that diseases linked to mental health have a prevalence of approximately 9%. Besides, women are the most affected by them. For that reason, it is necessary to develop research regarding prevalence as well as reviewing public health policies, including intervention in mental health events as a priority. Keywords: Biostatistics, Epidemiology, Health Information Systems, Mental Health, Prevalence, Public Health
Aceptado: 25 de mayo de 2015
1. Profesor Asistente – Facultad de Psicología, Universidad El Bosque. Los datos publicados son originados a través de las consultas en línea a los cubos de datos del SISPRO disponibles para el público con acceso remoto otorgado por el Ministerio de Salud y Protección Social. La información presentada en el artículo corresponde a los puntos de vista del autor y a los análisis de las cifras publicadas por el SISPRO y en ningún caso corresponden a posiciones oficiales del Ministerio. No existe conflicto de interés alguno entre el autor y otras entidades que comprometiese la imparcialidad de los datos presentados. Contacto: odiazs@unbosque.edu.co
Cuadernos Hispanoamericanos de Psicología l Julio-Diciembre 2014, Vol. 14 No. 2, pp 65-74 ISSN 1657-3412 (Impresa) l ISSN 2346-0253 (En línea)
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Prevalencia de los diagnósticos de salud mental en Colombia
Introducción La salud mental se define como “un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera, es capaz de hacer una contribución a su comunidad”, y es parte integral de la salud pública (Organización Mundial de la Salud [OMS], 2007, párr. 2). En esencia, existen muchos determinantes sociales que afectan la salud mental de la población, de modo que en la actualidad es creciente el número de consultas de personas, en cualquier etapa del ciclo vital, para recibir asesoría, consejería, intervención o tratamiento de diversos eventos en salud mental, incluyendo enfermedades y trastornos mentales y del comportamiento. Se estima que unas 400 millones de personas en el mundo padecen o han padecido alguna vez en su vida trastornos y enfermedades de esta clase, pero en realidad esta cifra puede ser duplicada o triplicada si fueran incluidas todas las personas que han llevado a cabo procesos de atención en salud orientados a algún evento propio de la salud mental, sin que constituyera necesariamente un trastorno o enfermedad (Augsburger, 2002; Organización Mundial de la Salud [OMS], 2005). De cualquier manera, debe considerarse que tanto las enfermedades o trastornos mentales, como cualquier otro motivo de consulta en relación con la salud mental, aparecen a edades más tempranas que otras condiciones médicas de tipo crónico y no transmisible y; por ende, la carga de enfermedad atribuible a este tipo de eventos es considerable y requiere de acciones prioritarias de promoción y prevención (Kohn et al., 2005). Como lo menciona Augsburger (2005), para reconocer la magnitud de la ocurrencia de estos eventos en la población, es necesario desarrollar estudios que permitan tener datos epidemiológicos confiables. Esto se logra bien sea a través de estudios de base poblacional, en los cuales se aplique algún instrumento o tamizaje, o bien, a través de evaluaciones rápidas de fuentes secundarias de información, como bases de datos o fuentes de dominio público. Como parte de la iniciativa global de realizar estudios internacionales de prevalencia de eventos en salud mental, en el año 2003, el entonces Ministerio de la Protección Social de Colombia (hoy Ministerio de Salud y Protección Social – MinSalud) desarrolló, en convenio con la Fundación FES Social, el Estudio Nacional de Salud Mental, con el propósito de “contar con un conocimiento actualizado sobre la situación de salud mental en el país” (Ministerio de la Protección Social, 2005, p. 11). Hasta el día de hoy, éste
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Cuadernos Hispanoamericanos de Psicología
es el único estudio de base poblacional realizado en el país que da cuenta de las prevalencias de estos eventos. En Colombia, la salud mental como entidad de priorización para la salud pública ha sufrido diversos flagelos, tal como lo expone la propuesta de ajuste a la Política Nacional de Salud Mental del Ministerio de Salud y la Organización Panamericana de la Salud (OPS, 2014, p. 2): “fragmentación y segmentación del sistema de salud; falta de decisión política; problemas con la disponibilidad de recursos financieros y escasa divulgación”; posiblemente todo ello ligado a una carencia de iniciativas nacionales o locales para desarrollar procesos investigativos rigurosos en la materia. PosadaVilla, Aguilar-Gaxiola Magaña y Gómez (2004) exponen que ni entidades públicas ni privadas en Colombia han analizado la magnitud con la cual se presentan los trastornos mentales en la población, ni sus factores protectores y/o de riesgo. Además, no se encuentran investigaciones previas al Estudio Nacional de Salud Mental (y aparentemente tampoco a posteriori) que permitan realizar comparaciones entre grupos de población, o bien, que permitan llegar a niveles confiables de inferencia sobre el perfil epidemiológico del país al respecto. Pese a esta dificultad, Colombia cuenta, desde el año 2005, con lineamientos en la materia: en primera instancia, la formulación de la Política Nacional de Salud Mental pretendió dar respuesta a las obligaciones del Estado colombiano para garantizar la prestación de todos los servicios de salud para la población de forma integral y equitativa, que redundase en su bienestar físico y mental, con énfasis en este último; luego, en el año 2013, fue sancionada la Ley 1616 (Ley de Salud Mental) cuyo objetivo es garantizar el ejercicio pleno del derecho fundamental a la salud mental mediante acciones concretas de promoción y prevención; además, esta política pública incluye los enfoques diferencial y de derechos, los cuales no se consideraron en la anterior legislación (Ministerio de la Protección Social y Fundación FES Social, 2005; Colombia, 2013). De hecho, el Plan Decenal de Salud Pública 2012-2021, máxima normativa nacional vigente para las acciones y la vigilancia en salud pública, define como una de sus dimensiones de acción prioritaria la denominada convivencia social y salud mental, sobre la cual se impartirán las políticas y gestiones a las que haya lugar, esperando que los perfiles epidemiológicos de la población colombiana en relación con este tipo de eventos mejore con el transcurso del tiempo (Ministerio de Salud, 2013a). La vigencia de esta legislación tiene vital
Óscar David Díaz Sotelo
importancia para la salud mental en el país, pero su respaldo a través de los resultados de estudios existentes puede ser limitado dado que estos no cuentan con suficiente validez. Pese a no contar con otras iniciativas que permitan la obtención de datos recolectados a través de instrumentos aplicados directamente a la población, se debe resaltar que el Ministerio de Salud y Protección Social cuenta con una “herramienta que permite obtener, procesar y consolidar la información necesaria… [acerca de la] gestión de servicios en cada uno de los niveles y en los procesos esenciales del sector: aseguramiento, financiamiento, oferta, demanda y uso de servicios” (Ministerio de Salud, 2013b, párr. 1), denominada Sistema Integral de Información de la Protección Social – SISPRO. En Colombia, el SISPRO hace parte de lo que en el ámbito global se denomina Sistemas de Información en Salud (SIS), los cuales se consideran el pilar para la toma de decisiones en salud. El diseño del SISPRO está basado en una bodega de datos, “en la cual se concentra la información necesaria para la construcción de indicadores y reportes” (párr. 2). Como el principal antecedente del SISPRO puede mencionarse la Resolución 3374 de 2000 del Ministerio de Salud; según esta disposición, todas las Instituciones Prestadoras de Servicios de Salud (IPS) del país deben reportar al ente rector, de forma obligatoria y con periodicidad mensual, ciertos datos básicos que el sistema de salud requiere para conocer íntegramente el perfil epidemiológico de la población colombiana. Para tal efecto, se han creado los Registros Individuales de Prestación de Servicios de Salud (RIPS), que hoy en día mantienen su vigencia y alimentan al SISPRO. De acuerdo con el Ministerio de Salud (2000), los RIPS están conformados por datos de identificación de los usuarios del sistema de salud, los servicios de salud –propiamente dichos- que han sido prestados y los motivos que originan su prestación. Los registros consideran de forma diferencial la información, producto de las consultas y procedimientos ambulatorios, procedimientos hospitalarios, servicios de urgencias y dispensación de medicamentos, todos ellos ligados a un diagnóstico médico clínico principal (que da lugar a la prestación de los servicios) y un número limitado de diagnósticos relacionados (complementarios o concomitantes). Los diagnósticos son estandarizados y codificados de acuerdo con lo dispuesto en la décima revisión de la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades (CIE-10) de la OMS (2015). Según la OMS (2006), “la mayoría de los países podría mejorar significativamente la salud mental si tuviera recursos
adicionales dedicados específicamente a (realizar investigación rigurosa y una posterior construcción de iniciativas tendientes a fortalecer las respuestas nacionales frente a los eventos en salud pública propios de) la salud mental” (p.15), lo cual es; además, una forma de garantizar el ejercicio pleno de los derechos fundamentales en la población gracias a que dichos eventos entran a formar parte de las prioridades de intervención para los sistemas de salud. En consecuencia, las iniciativas efectivas y útiles para la población dependen esencialmente de la información disponible acerca de las necesidades de salud mental de la población; y éstas pueden ser determinadas mediante estudios de prevalencia o de incidencia, de modo que se evidencien todos aquellos determinantes presentes en la comunidad y sus contextos en relación con la situación de salud mental (OMS, 2005). Esto ha generado la inquietud en el autor para sentar un precedente adicional para vislumbrar, a través de una evaluación rápida de datos, una aproximación a la situación de salud mental en el país. A nivel nacional, es necesario desarrollar estudios epidemiológicos actualizados que permitan conocer el panorama de los trastornos mentales y del comportamiento, así como otros eventos que afectan la salud mental de la población colombiana. En consecuencia, el objetivo principal de este estudio fue estimar las prevalencias de eventos en salud mental de la población colombiana, que fueron reportados a través de los RIPS al Ministerio de Salud y almacenados en las bodegas de datos del SISPRO y, a partir de ello, caracterizar a través de indicadores epidemiológicos de frecuencia y algunas medidas de efecto a la población que haya sido diagnosticada bajo las categorías de trastornos mentales y del comportamiento, lesión autoinflingida y factores que influyen en el estado de salud y contacto con servicios de salud, acorde con la estructura de la CIE-10.
Método Tipo de investigación Se desarrolló un estudio epidemiológico transversal basado en las prestaciones de servicios de salud reportadas al Ministerio de Salud y Protección Social a través de los sistemas de información dispuestos para ello por parte de las IPS que reportaron información en el país. El estudio tomó como unidad de análisis los registros consolidados de los RIPS disponibles para consulta a través de acceso remoto a los servidores del Ministerio de Salud.
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Prevalencia de los diagnósticos de salud mental en Colombia
Se utilizaron los cubos de datos (bases de datos multidimensionales) del SISPRO disponibles en el Ministerio de Salud; estos se basan en matrices de datos dinámicos bajo la plataforma SQL Server Analysis Services y se ejecutan en hojas electrónicas de Microsoft® Excel. Los cubos de datos del SISPRO que se emplearon para el análisis fueron los provenientes de los RIPS. Cabe mencionar que El MinSalud concedió autorización expresa para el acceso remoto a la información respectiva.
Procedimiento Una vez se obtuvo acceso remoto a los cubos de datos, se generaron matrices de datos dinámicos, cruzando variables sociodemográficas básicas, tales como sexo, edad (en grupos decenales), tipo de afiliación al sistema de salud y área geográfica de prestación del servicio de salud, con el diagnóstico principal asignado por el profesional tratante; es decir, la categoría diagnóstica de la CIE-10, codificada como evento que generó la atención. Todas las tablas de resultados fueron filtradas según las categorías diagnósticas de CIE-10 para restringir los registros a aquellos codificados con diagnósticos correspondientes al capítulo quinto, denominado trastornos mentales y del comportamiento (códigos F00 a F99), complementándolos con los correspondientes al capítulo vigésimo, denominado causas externas de morbilidad y mortalidad, específicamente la sección de lesión autoinflingida (códigos X60 a X84); y finalmente, los que respectan al capítulo vigésimo primero, denominado factores que influyen en el estado de salud y contacto con servicios de salud, específicamente las secciones de personas con riesgos potenciales para su salud, relacionados con circunstancias económicas y psicosociales (códigos Z55 a Z65) y personas en contacto con los servicios de salud por otras circunstancias (códigos Z70 a Z73). Todas estas categorías diagnósticas abarcan eventos relacionados con salud mental. Cabe anotar que en los cubos de datos no se encontraron otras variables sociodemográficas, clínicas o de salud pública que fueran relevantes para el análisis.
Resultados A partir de los RIPS, se pudo evidenciar que el sistema de salud ha reportado a través de sus plataformas informáticas las prestaciones de servicios de salud para 42.086.620
68
Cuadernos Hispanoamericanos de Psicología
personas en Colombia, con corte a 31 de marzo de 2014. Esta cifra corresponde al 88,3% del total de la población general nacional estimada para ese período (N = 47.661.368) según el sistema de estadísticas vitales del Departamento Administrativo Nacional de Estadística – DANE (2015). Por otra parte, el universo de registros de prestaciones de servicios de salud fue de 1.056.759.941. Para estimar las prevalencias de las categorías diagnósticas de la CIE-10 anteriormente descritas, se realizó un filtro de registros de acuerdo con los códigos considerados para el análisis. Se obtuvo un total de 4.415.822, lo cual corresponde a un 20.1% del total de la población atendida. Al realizar la exploración de los cubos de datos, se encontraron registros desde el año 2009 hasta la fecha de corte. Esta distribución anual de atención en salud se refleja en la Figura 1, si bien se omiten los registros correspondientes al año 2014 por falta de disponibilidad al momento de la consulta. 1.000.000
Total de personas atendidas/años
Instrumentos
750.000 500.000 250.000
Año 2009 Año 2010 Año 2011 Año 2012 Año 2013 Fecha (año) de registro
Figura 1. Prestación anual de servicios de salud para eventos en salud mental en Colombia, 2009-2013.
La razón de feminidad en los diagnósticos de salud mental fue de 3:2 y la distribución de las personas diagnosticadas según edad y sexo se puede evidenciar en la Tabla 1. Cabe resaltar que la mayor carga de enfermedad de los eventos en salud mental la tiene el grupo de niños y niñas menores de 10 años, mientras que la menor es para los grupos de adultos mayores. Tabla 1. Distribución de las personas diagnosticadas con eventos en salud mental según edad y sexo. Colombia, 2014. Sexo
Grupos etarios
F
M
Sin dato
Total general
0a9
1.174.903
1.299.199
778
2.474.880
10 a 19
659.282
507.598
447
1.167.327
20 a 29
836.694
337.259
210
1.174.163
30 a 39
678.086
301.078
131
979.295
40 a 49
589.675
289.414
152
879.241
50 a 59
489.252
258.037
195
747.484
Óscar David Díaz Sotelo
Sexo
Grupos etarios
F
M
Sin dato
Total general
60 a 69
310.299
197.933
197
508.429
70 a 79
201.149
136.354
151
337.654
80 y más
108.130
69.118
105
177.353
Total general
5.047.469
3.395.990
2.365
8.445.824
Analizando la distribución geográfica de la prestación de los servicios de salud para eventos de salud mental en el país, las mayores tasas de prevalencia para los eventos diagnosticados las presentan, en primer lugar, el departamento de Risaralda, seguido por Bogotá D.C. y por el departamento de Quindío; los departamentos con las menores prevalencias fueron Vaupés, Guainía y Amazonas. La tasa media nacional es de 9,4 casos por 100 habitantes (Tabla 2).
Tabla 2 Prevalencias de eventos en salud mental por departamento de residencia, distribuidas según edad y sexo. Colombia, 2013. Sexo
Total
Proporción
Tasa por 100 habs.
62
141.827
3,2%
15,1
409.451
207
1.069.114
24,2%
13,9
50.409
26.849
45
77.303
1,8%
13,8
Santander
156.854
94.818
79
251.751
5,7%
12,3
Caldas
70.570
44.510
42
115.122
2,6%
11,7
Huila
78.391
49.073
33
127.497
2,9%
11,3
Meta
54.949
34.567
36
89.552
2,0%
9,7
Atlántico
140.605
86.893
136
227.634
5,2%
9,5
Valle del Cauca
266.634
162.084
130
428.848
9,7%
9,5
Antioquia
366.108
223.727
108
589.943
13,4%
9,4
Bolívar
111.124
64.804
71
175.999
4,0%
8,6
Nte. de Santander
70.636
44.443
37
115.116
2,6%
8,6
Nariño
88.131
51.521
48
139.700
3,2%
8,2
Guaviare
5.368
3.506
4
8.878
0,2%
8,2
Tolima
68.287
43.852
41
112.180
2,5%
8,0
Boyacá
63.454
34.416
18
97.888
2,2%
7,7
Cundinamarca
112.123
66.308
24
178.455
4,0%
6,9
César
35.545
21.213
38
56.796
1,3%
5,7
Arch. San Andrés
2.522
1.597
2
4.121
0,1%
5,5
Sucre
27.528
17.084
20
44.632
1,0%
5,3
Magdalena
39.496
24.030
26
63.552
1,4%
5,1
Caquetá
14.434
8.689
10
23.133
0,5%
5,0
Cauca
41.456
25.342
31
66.829
1,5%
4,9
Arauca
7.769
4.005
5
11.779
0,3%
4,6
Casanare
8.959
6.141
7
15.107
0,3%
4,4
Córdoba
41.004
25.930
19
66.953
1,5%
4,0
Putumayo
8.689
4.523
5
13.217
0,3%
3,9
Departamentos
F
M
Sin dato
Risaralda
87.373
54.392
Bogotá D.C.
659.456
Quindío
69
Prevalencia de los diagnósticos de salud mental en Colombia
Sexo
Departamentos
Proporción
Tasa por 100 habs.
F
M
Sin dato
Guajira
17.554
9.719
21
27.294
0,6%
3,0
Vichada
1.085
704
1
1.790
0,0%
2,6
Chocó
7.377
3.871
12
11.260
0,3%
2,3
Amazonas
725
446
2
1.173
0,0%
1,6
Guainía
417
242
1
660
0,0%
1,6
Vaupés
323
193
8
524
0,0%
1,2
Sin dato
41.819
18.347
29
60.195
1,4%
N/A
2.747.174
1.667.290
1.358
4.415.822
100,0%
9,4
Total general
De otro lado, al revisar los regímenes de afiliación al sistema de salud de las personas que recibieron atención por eventos en salud mental, se encontró que la mayoría de los servicios fueron prestados en el marco del régimen contributivo (64,3%); llama la atención que el 1,2% de las personas atendidas accedieron de forma particular a los servicios (Tabla 3). Tabla 3 Prevalencias de eventos en salud mental por departamento de residencia, distribuidas según edad y sexo. Colombia, 2013. Régimen de afiliación
Sexo
Total general
F
M
Sin dato
47.446
43.241
86
90.773
Contributivo
1.737.088
1.102.417
544
2.840.049
Subsidiado
732.658
376.602
404
1.109.664
Vinculado
100.793
64.320
188
165.301
Particular
30.211
22.322
17
52.550
Otro
98.978
58.388
119
157.485
Sin dato
Total general
2.747.174 1.667.290 1.358 4.415.822
Finalmente, según las categorías diagnósticas de la CIE-10 consideradas para el análisis, se encontró que la mayor prevalencia de eventos es la referente a aquellas situaciones que motivan a la consulta e intervención por conductas sexuales, abusos de alcohol y drogas, y acciones de asesoría, consejería e intervención para problemas de la vida cotidiana (59%, n=2.595.727); luego, le siguen los trastornos neuróticos, relacionados con el estrés, y los somatomorfos (22%, n=961.877). La menor proporción fue para los eventos relacionados con trastornos mentales sin
70
Total
Cuadernos Hispanoamericanos de Psicología
especificación (0,1%, n=5.554) y para lesiones autoinflingidas (0,4%, n=15.043). La distribución de las prevalencias, según sexo y entidad diagnóstica, puede detallarse en el Apéndice A, según grupo diagnóstico de la CIE-10.
Discusión Se encuentra que son las mujeres quienes más consultan y demandan servicios de salud para evaluación e intervención de eventos en salud mental, con una importante diferencia con respecto a los hombres. Es interesante considerar que en eventos como los trastornos de ansiedad, los relacionados con el estrés y los afectivos tienen un número de registros de atención muy superior para las mujeres. Esto concuerda con lo que hasta el momento ha demostrado la evidencia científica en cuanto a las diferencias de género en los trastornos mentales y del comportamiento. En este orden de ideas, vale la pena mencionar estudios como el de Arenas y Puigcerver (2009), en los cuales se confirman tendencias de mayor prevalencia de trastornos de ansiedad en mujeres en edad reproductiva; así mismo, Campo-Arias y Cassiani (2008) reflexionaron sobre las diferencias entre hombres y mujeres en diversos eventos en salud mental, y concluyeron que las mujeres presentan prevalencias más altas de trastornos psicóticos, del estado de ánimo y de ansiedad, con respecto a los hombres. Por otra parte, la mayor proporción de diagnósticos para el sexo masculino corresponde al consumo de sustancias psicoactivas, lo cual se puede deber principalmente a la mayor cantidad de consultas y necesidades de intervención para los hombres frente a este diagnóstico y el estigma social asociado al consumo de psicotrópicos para las mujeres. De hecho, se ha llegado a afirmar que “la tolerancia social de la dependencia
Óscar David Díaz Sotelo
en la mujer es menor, padeciendo mayor rechazo social y discriminación” (Ochoa, s.f., p. 3). Estos hallazgos están en correspondencia con lo que evidencia el estudio de Barbieri, Trivelloni, Zani y Palacios-Espinosa (2012), quienes afirman que el consumo de alcohol y otras sustancias psicoactivas predomina en estudiantes universitarios de sexo masculino, así como con los hallazgos de la investigación de Rodríguez, De La Villa, Ovejero y Sirvent (2004), en donde se concluye que los hombres presentan “una actitud más permisiva” (incluyendo creencias, valores, conocimientos y expectativas) frente al consumo de bebidas alcohólicas. En términos generales, la mayor carga de enfermedad para la salud mental está dada por los trastornos relacionados con el estrés y los somatomorfos, lo que incluye la mayoría de eventos asociados a experiencias que afectan la salud de las personas y para las cuales no existe una explicación desde el punto de vista médico. Además, estos trastornos están asociados a una pobre capacidad de afrontamiento, adaptación y manejo de situaciones estresantes de la cotidianidad u otras más graves, para las cuales no hay una atención oportuna por parte del sistema de salud, o bien, no hay percepción de riesgo por parte de la población en general. Las muertes violentas, incluyendo los suicidios y otras lesiones y traumas por causas externas relacionadas con la salud mental, según los RIPS, tendrían una muy baja prevalencia para el país. Pero, en definitiva, estos registros no resultan ser la mejor fuente de información para documentarlos, puesto que existen sistemas de vigilancia en salud pública y otros específicos desde las instancias de la rama judicial que están tendientes a registrar sistemáticamente y de forma más oportuna la información relacionada con estos diagnósticos. En cuanto a la tendencia anual de uso de servicios de salud para la atención de eventos en salud mental, se puede detallar que a medida que avanza el tiempo, el número de personas atendidas por estas causas es mayor, si bien es cierto que hubo un leve declive en el último año analizado; esto puede deberse, bien a un efectivo aumento en el número de procedimientos y atenciones en salud para estos eventos, o bien, a un aumento y mejora de la calidad en el reporte de información de las IPS al MinSalud. De cualquier modo, es posible afirmar con cierta propiedad que año tras año se ha aumentado de forma significativa la demanda de servicios de salud relacionada con eventos en salud mental, dadas las condiciones socioeconómicas, políticas y de salud pública, así como las dinámicas poblacionales que han afectado a Colombia durante el presente siglo.
Además, vale la pena resaltar que existe un mayor número de registros de prestación de servicios en la materia para las personas afiliadas al régimen contributivo, superando por un amplio margen al subsidiado; además, cabe mencionar que la proporción de consultas particulares es mínima. Lo anteriormente descrito obedece, sin duda, a un claro sub-registro en el reporte de información por parte de prestadores particulares, dado que por las limitaciones de atención en salud mental que el sistema de salud colombiano presentaba hasta la fecha de corte, una gran cantidad de personas acuden a este tipo de servicios por fuera de la cobertura sanitaria y estos servicios no son reportados al ente rector. Las barreras de acceso a los servicios para las personas del régimen subsidado podrían constituir una de las principales razones por las cuales no existe equilibrio en los registros de atención en salud mental entre ambos regímenes; sin embargo, esta inferencia debería ser soportada empíricamente a partir de un análisis de registros institucionales en IPS públicas y privadas para establecer comparaciones directas más aterrizadas a la realidad nacional. Llama especialmente la atención que las mayores prevalencias de eventos en salud mental se encuentran en los departamentos con menores índices de densidad poblacional, con excepción de Bogotá, que ocupa el segundo lugar en prevalencias globales y es en donde se registra la mayor proporción de servicios de salud mental hasta la fecha de corte. Debido a la naturaleza de los datos suministrados por el SISPRO, no es posible hacer mayores análisis a profundidad según área geográfica, por lo que es importante, en futuras experiencias, ampliar la información con respecto a esta variable y establecer comparaciones directas para tener panoramas regionales más claros de la salud mental en todo el país. Circunstancialmente, el SISPRO y sus herramientas son la única fuente disponible de información, hasta el momento, para contar con una aproximación al panorama de la prestación de los servicios de salud orientados a la atención e intervención de los eventos de salud mental, pese a la calidad y oportunidad en el registro de los datos, su consolidación y análisis, los cuales resultan cuestionables. En parte, las falencias de las políticas públicas de salud son responsables de no contar en el país con unos sistemas de información estandarizados, confiables y oportunos que optimicen la disponibilidad de información como herramienta para la toma de decisiones en salud. (OMS, 2005). Es por esto que deben acogerse las recomendaciones de la OMS frente al fortalecimiento de los SIS, para poder responder de manera efectiva a las necesidades actuales y
71
Prevalencia de los diagnósticos de salud mental en Colombia
posteriores de gestión en salud pública para la salud mental (Kohn et al., 2005); si se cuenta con fuentes confiables y oportunas de información epidemiológica sobre eventos de salud mental, sería posible el abordaje de tales problemáticas a través de estrategias costo-efectivas de promoción y prevención. De hecho, las intervenciones específicas en salud mental son trascendentales en países en desarrollo como Colombia, abocados a graves problemáticas psicosociales, políticas y económicas. Tal y como reflexiona Posada (2013), es urgente darle mayor protagonismo a la promoción de la salud mental, así como a la prevención con enfoques de riesgo, poblacional y de género. Como lo documenta el estudio de Pacheco et al. (2012), los sistemas y registros de datos de la salud en Colombia son una fuente valiosa de información, pese a que gran parte de la misma no es confiable en términos de la calidad del registro del dato desde su fuente primaria (codificación del profesional de salud, la versatilidad y funcionalidad de las plataformas informáticas y la manipulación de los registros para su consolidación). Lo anterior hace que se dificulten las acciones de vigilancia epidemiológica, la toma de decisiones y la gestión de los recursos para la creciente demanda de atención y prestación de servicios para la salud mental. A pesar de la disponibilidad de los datos provenientes de los RIPS, las herramientas de consulta provistas por el MinSalud, según Pacheco et al. (2012), son muy poco usadas para la toma de decisiones y; por ende, insuficientes para conocer integralmente las dinámicas de la salud pública del país. Según este mismo autor, es totalmente factible emplear los RIPS como una fuente de información para la vigilancia en salud pública. La presente investigación deja en evidencia que en cuanto a los eventos en salud mental, el panorama en Colombia es complejo, pues a partir de los RIPS se evidencia una altísima carga de morbilidad (y posiblemente de mortalidad) por eventos de salud mental. En suma, es urgente que en Colombia se lleve a cabo un estudio de base poblacional que permita obtener cifras con respecto a la situación de salud mental del país; dicha investigación debe contar con un enfoque diferencial, de género y de derechos humanos, acorde con los principios de la legislación actual vigente en salud.
Referencias Arenas, C. y Puigcerver, A. (2009). Diferencias entre hombres y mujeres en los trastornos de ansiedad: una aproximación psicobiológica. Escritos de Psicología, 3 (1), 20-29.
72
Cuadernos Hispanoamericanos de Psicología
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Óscar David Díaz Sotelo
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73
Prevalencia de los diagnósticos de salud mental en Colombia
Apéndices Apéndice A Prevalencias de eventos en salud mental, según grupos diagnósticos de la CIE-10, distribuidas de acuerdo con edad y sexo. Colombia, 2013. Grupo diagnóstico CIE-10
74
Sexo
Total
% (total)
Prevalencia por 1.000 habs.
F
M
Sin dato
(Z70-Z73) Personas en contacto con los servicios de salud por otras circunstancias
1.751.932
843.795
-
2.595.727
58,8%
61,7
(F40-49) Ts. neuróticos, Ts. relacionados con el estrés y Ts. somatomorfos
676.928
284.707
242
961.877
21,8%
22,9
(F30-39) Ts. del humor (afectivos)
457.694
188.615
228
646.537
14,6%
15,4
(F80-89) Ts. del desarrollo psicológico
183.902
267.981
124
452.007
10,2%
10,7
(F90-F98) Ts. emocionales y del comportamiento que aparecen habitualmente en la niñez o en la adolescencia
115.533
202.250
130
317.913
7,2%
7,6
(Z55-Z65) Personas con riesgos potenciales para su salud, relacionados con circunstancias económicas y psicosociales
171.309
106.781
107
278.197
6,3%
6,6
(F00-F09) Ts. mentales orgánicos, incluidos los Ts. sintomáticos
135.032
93.240
81
228.353
5,2%
5,4
(F20-29) Esquizofrenia, Ts. esquizotípicos y Ts. delirantes
86.656
100.911
109
187.676
4,2%
4,5
(F50-59) Síndromes del comportamiento asociados con alteraciones fisiológicas y factores físicos
83.205
97.744
46
180.995
4,1%
4,3
(F10-F19) Ts. mentales y de comportamiento debidos al consumo de psicotrópicos
32.375
83.333
94
115.802
2,6%
2,8
(F70-79) Retraso mental
46.759
60.122
50
106.931
2,4%
2,5
(F60-69) Ts. de la personalidad y del comportamiento en adultos
24.107
23.029
18
47.154
1,1%
1,1
(X60-X84) Lesiones autoinflingidas
9.638
5.375
30
15.043
0,3%
0,4
(F99) Ts. mentales sin especificar
2.941
2.608
5
5.554
0,1%
0,1
Cuadernos Hispanoamericanos de Psicología
Taller gestáltico para fortalecer la autoestima y prevenir el consumo problemático de bebidas alcohólicas en universitarios
Resumen
Mirian Georgina Cab Canul,1 Gladis Ivette Chan Chi,2 Israel Alberto Cisneros Concha,3 Nora Verónica Druet Domínguez4 Universidad Autónoma de Yucatán, México
La presente investigación tuvo como objetivo fortalecer la autoestima y prevenir el consumo problemático del alcohol en universitarios mediante un taller con enfoque Gestalt, el cual tuvo una duración de 18 horas. El diseño de investigación fue pre-experimental pre-test-post-test con un solo grupo. Se empleó el Test de Autoestima de Carrión y se trabajó con siete estudiantes universitarios de una institución de educación superior. En cuanto a los resultados cuantitativos, al comparar el pre-test y el post-test, se encontraron diferencias significativas con respecto al nivel de autoestima. Esto indica que la intervención favoreció una toma de decisiones más responsable con respecto al consumo de bebidas alcohólicas; además, los estudiantes fortalecieron sus recursos personales para afrontar situaciones de riesgo. Palabras clave: estudiantes universitarios, autoestima, abuso de alcohol, Gestalt, intervención.
Abstract The main objective of the following piece of research was to strengthen university students’ self-esteem and to prevent problematic alcohol consumption through a workshop with the Gestalt approach. This workshop lasted 18 hours. The research design was pre-experimental pretest-posttest with a single group. Seven university students from an institution of higher education participated in the workshop, where Carrion’s Self-Esteem Test was employed. Regarding quantitative results, significant differences related to the level of self-esteem were found when comparing the pretest and the posttest. So, it can be established that this intervention led to a more responsible decision making when it comes to drinking alcohol. Moreover, students’ personal resources to deal with situations of risk were strengthened. Key word: University Students, Self-Esteem, Problematic Alcohol Consumption, Gestalt, Intervention.
Recibido: 31 de Marzo de 2015 Aceptado: 24 de Julio 2015
1. Maestra en Orientación y Consejo Educativos. Docente de la Facultad de Educación, Universidad Autónoma de Yucatán. Correo electrónico: mirian.cab@uady.mx 2. Maestra en Innovación Educativa. Docente de la Facultad de Educación, Universidad Autónoma de Yucatán. Correo electrónico: Ivette.chan@uady.mx 3. Maestro en Psicoterapia Humanista. Docente de la Facultad de Educación, Universidad Autónoma de Yucatán. Correo electrónico: alberto.cisneros@uady.mx 4. Doctora en Educación Humanista. Docente de la Facultad de Educación, Universidad Autónoma de Yucatán. Correo electrónico: ddoming@uady.mx
Cuadernos Hispanoamericanos de Psicología l Julio-Diciembre 2014, Vol. 14 No. 2, pp 75-84 ISSN 1657-3412 (Impresa) l ISSN 2346-0253 (En línea)
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Taller gestaltico para fortalecer la autoestima y prevenir el consumo problemático de alcohol
Introducción La etapa universitaria es considerada como una situación especial en la vida de los jóvenes, puesto que se ponen en juego sus necesidades físicas, psicológicas y sociales. Dado que en este período los individuos se enfrentan a grandes desafíos, pueden ser susceptibles de perderse frente a las diversas cuestiones que se presentan en cada área de su vida; por lo tanto, conocer e identificar los posibles obstáculos y consecuencias a los que los jóvenes se pueden enfrentar constituye un tema relevante. Al respecto, Cornejo (2008) menciona que, durante este período, las personas pueden presentar diversas problemáticas como: depresión, abatimiento, indiferencia y consumo de sustancias, en especial alcohol. Por otra parte, Vega (2010) señala que estas circunstancias ponen a los jóvenes en una situación transitoria de mayor vulnerabilidad. De acuerdo con Caballero (2004), en los últimos veinte años, el consumo de bebidas alcohólicas y drogas se ha incrementado tanto en cantidad como en formas de uso, e incluso en el significado que se le ha brindado. Así mismo, en el ámbito mundial, existe preocupación por el incremento constante del consumo de drogas, tanto ilegales como legales, entre los jóvenes. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado que el consumo de alcohol es considerado como el tercer factor de riesgo en los países industrializados y el primero en los que se encuentran en vías de desarrollo (Cáceres, Salazar, Varela y Tovar, 2006). En este punto, cabe mencionar que la OMS define el alcoholismo como “un desorden del comportamiento que se manifiesta por el consumo incontrolado de bebidas alcohólicas, lo cual interfiere en la salud mental, física, social y/o familiar del bebedor” (Albarracín y Muñoz 2008, p.28). Este mismo organismo define la dependencia del alcohol como “un conjunto de fenómenos conductuales, cognitivos y fisiológicos, en los cuales el uso del alcohol se transforma en prioritario para el individuo, en contraposición a otras actividades y obligaciones que en algún momento tuvieron mayor valor para él” (p. 11). Por lo tanto, la característica principal del consumo problemático de las bebidas alcohólicas es que la persona comienza a construir su vida alrededor de dicha sustancia, de tal manera que va perdiendo progresivamente el interés en otras actividades. A su vez, estos individuos también
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empiezan a perder el control de la ingesta de alcohol. Cuando esto ocurre, se considera que la persona ha desarrollado una adicción al alcohol. Por su parte, autores como Cáceres, Salazar, Varela y Tovar (2006), Caballero (2004), Rojas, Fleiz, Medina, Morón y Domenech (1997), así como la Encuesta Nacional de Adicciones (ENA, 2008) y la Encuesta Estatal de Adicciones de Yucatán (EAY, 2005), señalan que actualmente existe una expansión progresiva en el consumo de bebidas alcohólicas en la población universitaria. Esto puede deberse, según Camacho (2005), a que el joven se encuentra expuesto a diversas situaciones, no sólo en el ámbito universitario sino en la vida cotidiana, en general. En este punto, cabe anotar que el alcohol representa una droga “lícita” porque es barata, accesible y socialmente aceptada (Rodríguez, et al; 2007). Además, los jóvenes asocian muchas veces el consumo de alcohol con la autodeterminación, la diversión, el ocio y la modernidad, por lo que constituye un elemento que otorga estatus dentro del grupo al que pertenece. Por todo lo anterior, resulta difícil erradicar el consumo a pesar de las consecuencias negativas derivadas del mismo ( Villa, 1998). Ahora bien, en la actualidad, los jóvenes se desarrollan en un ambiente en donde cada vez más se tolera, e incluso se promueve el consumo de bebidas alcohólicas; y al no existir normas claras que limiten su ingesta, tanto en el núcleo familiar como en los establecimientos comerciales, se expande cada vez más su consumo (Secretaría de Salud, 2001). Por otra parte, una de las áreas más importantes en las que se hacen latentes las consecuencias del consumo problemático de alcohol es la relacionada con el contexto escolar. Ante ello, Feldman (2009) menciona que la prevención primaria en la escuela resulta de gran importancia; asimismo, señala que los programas preventivos que las instituciones educativas emprendan no sólo deben contener información sobre el consumo de bebidas alcohólicas, sino que también deben promover la salud y el autocuidado, además de fomentar en los alumnos habilidades para la vida. Entre éstas, cabe mencionar la autoestima, la cual es un elemento indispensable para tener una actitud sana y responsable ante las situaciones de riesgo que se les puedan presentar a los jóvenes. Aquí, vale la pena anotar que una de las funciones más importantes de la autoestima es que constituye un factor protector que aleja al joven de las influencias no saludables y evita conductas de riesgo, como el uso problemático de sustancias alcohólicas (Becoña, 2000).
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De tal modo, se espera que las instituciones educativas implementen programas de intervención dirigidos al desarrollo de las habilidades para la vida, lo que favorecerá que los estudiantes adquieran herramientas que les permitan afrontar las adversidades, solucionar problemas, expresar sus emociones y responsabilizarse de sus acciones. Todos estos son, sin duda, aspectos importantes para el desarrollo integral de los jóvenes. Por lo anterior, se presenta una propuesta de intervención preventiva mediante un taller con enfoque Gestalt dirigido a los estudiantes de una institución de educación superior. Mediante dicho taller, se busca apoyar a estos jóvenes en el fortalecimiento de la autoestima y la toma de decisiones responsables para evitar el consumo problemático de alcohol.
Planteamiento del problema La Institución de Educación Superior (IES) en México, donde se realizó la intervención, tiene como misión la formación humanista de sus educandos, con actitud crítica, compromiso y responsabilidad social. En esta institución (IES), se aplicó el Cuestionario de Tamizaje de Problemas en Adolescentes (POSIT) a las estudiantes en la cohorte 2009. Se obtuvo que el 44.3 % de las jóvenes cuentan con factores de alerta para el abuso del alcohol; es decir, han tenido dificultades en la escuela por consumir bebidas alcohólicas; han hecho daño alguna vez a otra persona accidentalmente, estando bajo el efecto del alcohol; y han percibido que tienen una adicción. Además, se encontró que el 72.1% de estas alumnas presenta factores de riesgo relacionados con la salud mental; es decir, actúan impulsivamente, sin pensar en las consecuencias que tendrán sus acciones, se sienten tristes la mayor parte del tiempo y tienen dificultades para concentrarse; asimismo, el 100% de las estudiantes presenta factores de riesgo en torno a las relaciones familiares, de amistad y a nivel educativo. Finalmente, en el área de conducta agresiva - delincuencia, se detectó que el 26.2% de las jóvenes presenta factores de alerta. De igual manera, en la cohorte 2011, se observó, a través del mismo instrumento, que las estudiantes presentan factores de riesgo asociados con diversas áreas, a saber: el 44.62 % presenta factores de alerta para el abuso de alcohol; el 61.5%, factores de riesgo relacionados con la salud mental; el 100%, factores de riesgo correspondientes a las relaciones familiares; el 93.8%, factores de riesgo en cuanto a relaciones con amigos; el 95.4% , factores de riesgo referidos al nivel educativo; y el 18.5% , factores de
riesgo concernientes a conducta agresiva – delincuencia. Asimismo, a través de diversas estrategias de intervención realizadas por la propia institución educativa, tales como talleres de desarrollo personal, el consejo educativo y el programa de tutoría, se ha detectado que los alumnos tienen factores de riesgo relacionados con el consumo problemático de bebidas alcohólicas, así como baja autoestima y falta de confianza en sí mismos, lo que los vuelve vulnerables a conductas de riesgo. Como se puede observar, existen diversos factores de riesgo que pueden afectar la permanencia de los estudiantes en la institución educativa; por ello, se considera que es importante implementar acciones y campañas de prevención integral dentro de las mismas (Feldman, 2009), que contribuyan a minimizar los riesgos en los que se encuentran los alumnos. Por todo lo anterior, es necesario realizar intervenciones que atiendan a los estudiantes en el fortalecimiento de la autoestima y toma de decisiones, las cuales son herramientas para evitar el consumo problemático de bebidas alcohólicas. De tal manera, se busca favorecer el desarrollo personal y académico de los estudiantes.
Justificación El consumo de bebidas alcohólicas se ha convertido en un problema de salud pública, el cual ha alcanzado a toda la sociedad en general, sin importar la clase social, la edad, o el nivel educativo. En el caso de México, este problema representa un riesgo con elevado costo, tanto en morbilidad como en mortalidad, pues ocasiona diversos problemas de salud. Estos últimos dan lugar a incapacidades y muerte prematura, entre otras consecuencias, además de problemas sociales y psicológicos, especialmente entre los jóvenes (Torres y Palmar, 2005). En este orden de ideas, cabe señalar que el alcoholismo se encuentra entre las primeras causas de muerte en varios países; por ejemplo, en España, ocupa el tercer lugar, y en Estados Unidos, el primer lugar de los fallecimientos de las personas entre 15 y 45 años de edad (Rodríguez, et al, 2007). En México, la ingesta de sustancias alcohólicas en jóvenes mayores de 18 años ocupa el lugar número once en el mundo y el tercero en América (Gómez, Aical, Monllau y Vittore, 2010). Asimismo, los Centros de Integración Juvenil reportan que el alcohol continúa siendo la droga de inicio, con un 33.8%, donde el 89% corresponde a hombres y el 11%, a mujeres. El grupo de edad que refirió una mayor frecuencia de consumo de alcohol fue el comprendido entre los 15 y 19 años, con un 26.9%, seguido por el de 20 a 24 años, con un 23.3% de los sujetos ( Valdez, 2005).
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Del mismo modo, en la Encuesta Nacional de Adicciones (2011), se encontró que el consumo de bebidas alcohólicas entre los jóvenes aumentó significativamente en los años 2002, 2008 y 2011; el porcentaje de personas que consumían alcohol algunas veces pasó del 35.6% al 42.9%; el de los que lo consumían en el último año de la realización de la encuesta pasó del 25.7% al 30.0%; y el consumo durante el último mes pasó del 7.1% al 14.5%. Esta misma predisposición “se observó en los hombres y en las mujeres, especialmente en el consumo del último mes, ya que se incrementó de 11.5% a 17.4% en el caso de ellos y de 2.7% a 11.6% en el de ellas” (p. 24). De igual manera, la Ley General de Salud contempla las adicciones como un problema de salud, en general. Ante esto, se han propuesto, desarrollado y evaluado programas contra el alcoholismo, el tabaquismo y la farmacodependencia. El objetivo de dichos programas ha sido promover y apoyar las acciones de los sectores público, social y privado, tendientes a prevenir y combatir los problemas de salud pública causados por las adicciones (Secretaría de Salud, 2011). Entre los programas que se han realizado en México en materia de prevención, se encuentran los siguientes: “Programa de prevención y control de adicciones”, “Construye tu vida sin adicciones”, “¡Aguas con las adicciones!”, “Programa nacional de escuela segura”, “Programa contra el alcoholismo y el abuso de bebidas alcohólicas” y “Programa de educación breve para adolescentes que inician el consumo de alcohol y otras drogas” (Feldman, 2009). En este contexto, los programas para el desarrollo de habilidades para la vida son considerados en el ámbito educativo, puesto que promueven el desarrollo de factores de protección comunes a diversos problemas psicosociales. Dichos programas les facilitan a los estudiantes enfrentar con éxito las exigencias, demandas y desafíos de la vida diaria; de igual forma, les permiten fortalecer competencias socio-afectivas, como la autoestima, la asertividad, las habilidades para la toma de decisiones, el pensamiento creativo, crítico y reflexivo, el manejo de emociones y sentimientos, la comunicación efectiva y la autonomía moral (Choque y Chirinos, 2009). Ahora bien, una de las habilidades para la vida que es importante desarrollar en los jóvenes es la autoestima, ya que contribuye a que estos sean capaces de resistir a la presión del consumo de alcohol y tabaco, tomar decisiones saludables y enfrentar el estrés de manera positiva (Armendáriz, Rodríguez y Guzmán, 2008). Además, el desarrollo de esta habilidad
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le permite al joven alcanzar un estilo de vida productivo, así como practicar alternativas sanas de vida, lo cual lo mantendrá alejado de la ingesta de bebidas alcohólicas ( Vega, 2010). Por otra parte, el fortalecimiento de la autoestima, además de ser un reto, es una tarea que se debe realizar a partir de la suma de esfuerzos por parte de docentes, personal directivo, padres de familia y de los propios alumnos, en coordinación con las instancias de salud. Si esta tarea se realiza a cabalidad, se podrá construir un futuro promisorio, libre de adicciones y de violencia (Feldman, 2009). En este sentido, la presente propuesta contribuye a que los jóvenes desarrollen las competencias de conciencia emocional y regulación de las emociones, entre las que se encuentran la capacidad para retrasar gratificaciones y las habilidades de afrontamiento en situaciones de riesgo (Álvarez, 2011), particularmente las relacionadas con el consumo de bebidas alcohólicas. Asimismo, contribuirá a disminuir factores de riesgo, tales como el fracaso, la deserción escolar y la muerte prematura por accidentes y problemas legales, entre otros (Sánchez y Suelves, 2001). Por lo tanto, es importante que las instituciones educativas aborden estrategias que faciliten el desarrollo de factores protectores en los estudiantes, en especial de aquellos que presentan factores de riesgo que puedan afectar en gran medida su trayectoria escolar y/o su permanencia en la institución educativa. Como afirma Feldman (2009), los programas de prevención de la salud que se realizan dentro del ámbito escolar son de gran utilidad para enfrentar los grandes retos contemporáneos por los que atraviesa el joven universitario.
Objetivo general Fortalecer la autoestima y prevenir el consumo problemático de bebidas alcohólicas en estudiantes universitarios de una institución de educación superior, mediante un taller con enfoque Gestalt.
Objetivos específicos Diseñar e implementar un taller con enfoque Gestalt, para fortalecer la autoestima y prevenir el consumo problemático de bebidas alcohólicas en estudiantes universitarios de una institución de educación superior. Analizar si existen diferencias significativas en el nivel de autoestima de los participantes antes y después de la implementación del taller.
Mirian Georgina Cab Canul, Gladis Ivette Chan Chi, Israel Alberto Cisneros Concha, Nora Verónica Druet Domínguez
Método Diseño del estudio El diseño del estudio fue pre-experimental, pretest postest con un solo grupo. Es decir, un solo grupo responde una prueba antes y después de recibir la intervención y, al final, se establece una comparación entre los resultados obtenidos por los participantes en ambos momentos (Hernández, Fernández y Baptista, 2006).
Instrumento Para identificar el nivel de autoestima de las personas, se utilizó el Test de autoestima de Carrión. Dicho instrumento consta de 10 grupos con 10 reactivos, los cuales pretenden determinar aspectos como la autoestima, la autoconfianza, el comportamiento, el control, el amor, la autonomía, el trato que recibimos, la integración, la opinión sobre la gente y los principios y normas. El objetivo de dicho instrumento es brindar información acerca de las creencias que limitan la autoestima de las personas (Carrión, 2006). Con respecto al proceso de calificación, éste consiste en comparar las respuestas de los participantes con una clave, de tal manera que si éstas coinciden, se añade un punto. Al finalizar esta parte, se suman las respuestas que coincidieron en cada bloque. Cabe señalar que la escala de calificaciones es del uno al diez; por lo tanto, mientras mayor sea la suma, se puede establecer que la persona presenta en el rubro una mejor funcionalidad y creencias positivas, lo que conlleva a tener mayor autoestima.
Participantes Los estudiantes que participaron en el taller fueron siete jóvenes que cursaban una licenciatura en una institución de educación superior, cuyas edades oscilaban entre los 17 y 24 años. Cabe anotar que el grupo estuvo conformado únicamente por mujeres
Procedimiento La intervención consistió en la implementación de un taller denominado “Aprendiendo a vivir saludablemente”, que tuvo una duración de 18 horas, distribuidas en seis sesiones semanales de tres horas cada una. Este taller se llevó a cabo en el nivel de orientación; es decir, se centró en las actitudes y el desarrollo de habilidades para potenciar, prevenir, tener autoconciencia y superar los
obstáculos que impiden el crecimiento personal (Castanedo y Munguía, 2006). Encuadre. El taller se realizó utilizando el enfoque Gestalt, cuyo propósito es la restauración del proceso de darse cuenta, lo que lleva al individuo a concebirse como una totalidad para liberar sus potencialidades, logrando por sí mismo el desarrollo y el cambio (Naranjo, 2004). Es así como en la terapia Gestalt, la existencia precede a la esencia; es decir, la persona se crea a sí misma y se responsabiliza de sus acciones (Salama, 2008). Asimismo, en la implementación del taller, se utilizaron los principios de la terapia Gestáltica; entre estos, se encuentran los siguientes: “el aquí y el ahora”, “darse cuenta”, “figura - fondo” y “homeostasis”. Durante la experiencia grupal, se identificaron las fortalezas, los recursos y las cualidades de cada uno de los participantes y; en ge neral, todo aquello que los distingue de los demás compañeros y que les ha ayudado a superar las situaciones adversas de la vida. Con este taller, se proporcionó un espacio en donde las participantes tuvieran la oportunidad de expresar sus experiencias de vida, las cuales les permitieran favorecer la autoconciencia y superar los diversos obstáculos a los que se enfrenten. Así, se pudo contribuir al mejoramiento de la confianza y el auto-concepto, así como al desarrollo de recursos personales y la comprensión y regulación de las emociones. Además, a través del reconocimiento de sus necesidades y recursos, la expresión de sus emociones y la forma en la que pueden enfrentar las diferentes situaciones por las que atraviesen, se pretendió fortalecer la autoestima de las jóvenes universitarias y prevenir la ingesta excesiva de bebidas alcohólicas. Temas abordados durante las sesiones. Los temas tratados durante las sesiones fueron: salud emocional, manejo de emociones, recursos personales, proyecciones e introyectos. La salud emocional hace referencia a que la persona tenga la capacidad para identificar, significar, expresar, regular y socializar adecuadamente, tanto las emociones positivas como aquellas en conflicto, promoviendo formas cada vez más maduras, adecuadas y aceptables de expresarlas (Fernández, 2008). El manejo de las emociones resulta indispensable puesto que tiene un gran impacto en nosotros y en nuestro actuar. Como afirma Castanedo (1988): “nuestras emociones, más que nuestro intelecto, son las fuerzas que caracterizan nuestra acción; en consecuencia, el objeto se sitúa en educar las emociones y no la mente” (p. 52 y 53). Asimismo, este autor señala
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que las emociones no existen si no es en relación con el otro, para lo cual se requiere entrar en contacto consigo mismo y con los demás. Es necesario tomar en cuenta que las emociones son orientadoras de nuestras conductas, por lo que es importante reconocerlas, expresarlas y regularlas, para que el individuo se conozca y actúe de manera más libre y fluida. Por otra parte, los recursos personales se relacionan con la valoración que se le brinda al conjunto de rasgos corporales, mentales, emocionales, sociales y espirituales que conforman la personalidad y que son aprendidos durante la vida (Martínez, 2010). En cuanto a las proyecciones, éstas se relacionan de dos maneras: la pasiva y la activa. En la primera, se representan las partes en conflicto, se proyecta hacia los otros lo que se reconoce de sí mismo. En la segunda, la persona hace que los demás realicen las acciones que rechaza de sí mismo (García, 2005). Los introyectos se refieren al deber ser en las formas de actuar de las personas (Castanedo, 1988). Para García (2005), existen tres tipos de introyectos: los de naturaleza biológica, que se refieren a los patrones biológicos heredados de los padres (incluyen síntomas y enfermedades físicas y psicológicas); los emocionales, que son todas las emociones que llevan a la persona a experimentar ciertos estados de agrado-desagrado que se viven internamente, los cuales son el combustible para que el individuo viva y forme parte de un sistema de orientación interior que influye en todas y cada una de las hormonas y células del cuerpo; y los introyectos conductuales, que aluden a todas las formas de comportamientos introyectados de los padres y que contienen las reglas y las formas del deber ser, marcando las pautas de comportamiento de las personas de acuerdo con lo esperado; además, incluyen las indicaciones de cómo se debe vivir, actuar, relacionarse, etc., por lo que representan las directrices de vida establecidas por los padres. Técnicas. Durante el taller, se utilizó una metodología teórico-vivencial, de tal manera que las participantes recibían información cognitiva relacionada con el alcohol; además, realizaron ejercicios vivenciales con el objetivo de que se contactaran con sus necesidades y les resultara más fácil darse cuenta en el aquí y el ahora. Asimismo, se emplearon las técnicas supresivas y las expresivas. Las primeras buscan que los participantes se centren en la experiencia que se oculta detrás de un determinado ejercicio, mientras que las segundas pretenden remarcar una expresión, intensificándola. De igual forma, se utilizaron las técnicas de fantasía guiada y el trabajo con proyecciones de expresión creativa
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y de movimiento, las cuales facilitan la toma de conciencia (Castanedo y Munguía, 2006 y Muñoz, 2008). Diseño del taller. El taller tuvo como objetivo general fortalecer la autoestima de las participantes y prevenir el abuso de bebidas alcohólicas desde un enfoque gestáltico. La primera sesión tuvo como objetivo establecer la importancia del cuidado de la salud emocional. Se abordó el tema de salud emocional y se emplearon las técnicas expresivas y el trabajo con proyecciones. Las actividades que se realizaron fueron: bienvenida, ejercicio de presentación mi animal favorito, ejercicio la pelota de mis expectativas, ejercicio para establecimiento de normas, ejercicio acerca de la salud emocional y; finalmente, la actividad de cierre se realizó mediante la técnica del retrato de una persona. La segunda sesión tuvo como objetivo facilitar en las participantes el principio de darse cuenta; esto se realizó mediante la expresión y el manejo de las emociones ante las situaciones adversas. El tema que se abordó fue el manejo de emociones, el cual se relacionó con la ingesta excesiva de sustancias alcohólicas. Las técnicas empleadas fueron las siguientes: fantasía guiada, trabajo con expresiones de movimiento y técnicas expresivas. Las actividades que se realizaron fueron: bienvenida, ejercicio mi baile y mis emociones, actividad de relajación aprendiendo a relajarme, ejercicio el caracol de las emociones, presentación de un video y actividad de cierre. La tercera sesión tuvo como objetivo desarrollar los recursos personales de las participantes a través del descubrimiento de sus características y cualidades. Se abordó el tema de recursos personales. Se emplearon las técnicas supresivas y el trabajo con proyecciones de expresión creativa. Las actividades que se realizaron fueron: bienvenida, ejercicio cómo me siento, ejercicio siendo guía y siendo guiado, las tarjetas del conocimiento y la actividad de cierre. La cuarta sesión tuvo como objetivo facilitar que las participantes se dieran cuenta de sus necesidades personales ante la identificación de sus propias proyecciones. Se abordó el tema de las proyecciones y se utilizaron las técnicas expresivas, el trabajo con proyecciones de expresión creativa y la fantasía guiada. Las actividades que se realizaron fueron: bienvenida, ejercicio cómo me siento, ejercicio el diagrama, ejercicio mi escena favorita, fantasía guiada la sala de cine y; por último, la actividad de cierre. La quinta sesión tuvo como objetivo propiciar que las participantes se dieran cuenta de los introyectos que
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obstaculizan al sí mismo. Se abordó el tema referente a la introyección y se emplearon como técnicas la fantasía guiada, las técnicas supresivas y el trabajo con proyecciones de expresión creativa y movimiento. En esta sesión, el tema se relacionó con las creencias respecto al alcohol que presentaban las participantes. Se realizaron las siguientes actividades: bienvenida, ejercicio de activación mi saludo, ejercicio creencias que me limitan y ejercicio el rey y el esclavo, el cual fue seguido por la actividad de cierre. La sexta sesión tuvo como objetivo integrar la toma de conciencia por parte de las participantes mediante la identificación de sus recursos personales y la promoción de la salud emocional. Se abordó el tema de salud emocional, en relación con el abuso de bebidas alcohólicas. Las técnicas utilizadas fueron las siguientes: trabajo con proyecciones de expresión creativa y movimiento, fantasía guiada y técnicas expresivas. Las actividades fueron las siguientes: bienvenida, ejercicio de activación el escultor, mi frase preventiva, ejercicio de relajación, ejercicio la carta y la actividad de cierre el lirio.
Resultados A continuación, se presentan los resultados obtenidos en el pre test y pos test del test de autoestima de Carrión, el cual fue administrado a los participantes. Tabla 1 Comparación de resultados Instrumento Test de autoestima de Carrión
Momento de Desviación Media t aplicación estándar Pre-test
64.8
5.8
Post-test
78.1
2.4
P
5.8 .001
Como se puede observar en la tabla 1, para llevar a cabo la prueba de hipótesis, se utilizó la t de Student para muestras independientes. Los resultados mostraron lo siguiente (t=5.8, p<0.05), lo cual hace evidente la existencia de diferencias estadísticamente significativas entre los resultados de las puntuaciones obtenidas antes y después de la intervención realizada. Dichos resultados indicaron que las participantes presentaron cambios referentes al nivel de autoestima, por lo que fortalecieron el auto-concepto y la autoconfianza, lo que contribuyó a la modificación de la percepción de riesgo del consumo problemático del alcohol.
Discusión Los resultados encontrados se relacionan con la investigación realizada por Álvarez, Alonso y Guidorizzi (2010), cuyo objetivo fue analizar la relación entre el nivel de autoestima y el consumo de alcohol en los adolescentes. En dicho estudio, los resultados mostraron que quienes presentaban un mayor nivel de autoestima tenían menor riesgo de consumir alcohol. Por otro lado, durante la intervención, se emplearon diferentes técnicas del enfoque Gestalt. A través de éstas, se pudo evidenciar el fortalecimiento de la autoestima y la prevención del consumo problemático de bebidas alcohólicas ya que, durante las sesiones, las participantes realizaron distintos aportes a partir de los ejercicios vivenciales que se fueron desarrollando; de este modo, se favoreció la autoaceptación, el reconocimiento de las propias necesidades y la expresión de las emociones. Además, estas técnicas les facilitaron a las participantes el darse cuenta de aspectos de sí mismas que no habían percibido. Esto promueve el desarrollo de mayor responsabilidad en la toma de decisiones ante el consumo de bebidas alcohólicas, lo que contribuye al incremento de los recursos personales en estas jóvenes. Igualmente, durante el taller, se les brindó a las participantes información cognitiva y se realizaron ejercicios enfocados en el desarrollo de la autoestima. Estos se relacionaron con el consumo problemático de bebidas alcohólicas, e hicieron que las participantes se dieran cuenta de las creencias limitantes (introyectos) que les impedían desarrollarse de manera más plena, por lo que pudieron cambiar su percepción de las mismas. Además, al final, se pudo observar que las participantes contaban con información más veraz y objetiva con respecto al consumo del alcohol. Lo anterior se pudo evidenciar en los comentarios finales con respecto a su aprendizaje, a saber: “Es importante estar bien consigo mismo para no caer en el alcoholismo”, “Yo nunca voy a abusar del alcohol, amo mucho mi cuerpo para envenenarlo de tal forma; eso sí lo aseguro”, “Podré estar con personas que abusan del alcohol, pero soy muy consciente del daño que me puede producir”, “el alcohol no es un juego, tampoco tu vida”, “ser responsable de la gran tarea que tengo al combatir las adicciones”, “Puedo confiar”, “puedo ser más segura”, “puedo romper barreras”, “ayudarme a mí misma”, “ayudar y entender a mis seres queridos” y “Crecí espiritualmente como persona y me siento capaz de poder externalizar mis conocimientos acerca del alcohol”. Con respecto al desarrollo del
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taller, también señalaron lo siguiente: “el clima del taller me permitió ser libre y sentirme cómoda”, “la calidad de las sesiones y las actividades” y “un ambiente de confianza”. De esta manera, se pudo observar que las participantes fortalecieron la confianza y la seguridad en sí mismas; además, mejoraron las estrategias para enfrentar las diversas situaciones de riesgo que pueden presentarse, particularmente ante el consumo de bebidas alcohólicas. Lo anterior se relaciona con lo que menciona Martínez (2007) acerca de que mientras más recursos de vida posea un joven, será menos probable que se involucre en comportamientos de riesgo, como el consumo problemático de bebidas alcohólicas, y será más probable que desarrolle conductas saludables. Asimismo, las participantes aprendieron a diferenciar sus necesidades de las de otros, teniendo mayor confianza en sí mismas; también lograron identificar la manera en que el uso de esta sustancia afecta el desarrollo de una persona. Del mismo modo, señalaron la importancia de expresar sus emociones y tener pensamientos positivos. Como puede observarse, las participantes fortalecieron su autoconocimiento, comprometiéndose responsablemente con sus acciones; y mostraron mayor consciencia sobre los riesgos del consumo de alcohol. Así bien, desarrollaron mayor asertividad para la toma de decisiones, lo que se refleja en la actitud positiva hacia el derecho de vivir y ser feliz. Finalmente, lograron establecer de forma apropiada pensamientos, deseos y necesidades, lo cual indica una autoestima saludable (Branden, 2001). Los resultados cuantitativos del taller mostraron diferencias significativas en cuanto al nivel de autoestima de las participantes; estos hallazgos indicaron que la intervención contribuyó al autoconocimiento y la toma de decisiones responsables frente a situaciones de riesgo, lo que permitió que las estudiantes fortalecieran su autoestima y establecieran mecanismos protectores contra el consumo problemático de bebidas alcohólicas. Asimismo, el uso de diversas técnicas terapéuticas expresivas y supresivas, las fantasías guiadas y el trabajo con proyecciones de expresión creativa y movimiento, les permitieron a las estudiantes fortalecer sus recursos personales y regular de manera más apropiada sus emociones, para afrontar las diferentes situaciones que se les presenten en la vida. A partir de los resultados obtenidos en este estudio, se puede concluir que la intervención contribuyó al fortalecimiento de la autoestima y la prevención del consumo problemático de bebidas alcohólicas. Esto pone de mani-
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fiesto que resulta necesario que las instituciones de educación superior desarrollen programas de intervención que fomenten en los estudiantes un estilo de vida saludable, priorizando el desarrollo de la autoestima, el manejo de emociones, la convivencia armónica y la práctica de actividades físicas, como medidas preventivas para el consumo problemático de bebidas alcohólicas.
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Mirian Georgina Cab Canul, Gladis Ivette Chan Chi, Israel Alberto Cisneros Concha, Nora Verónica Druet Domínguez
Castanedo, C. y Munguía, G. (2006). Procesos grupales. Antología del instituto humanista de Sinaloa: México. Choque, R. y Chirinos, J. (2009). Eficacia del Programa de Habilidades para la Vida en Adolescentes Escolares de Huancavelica, Perú. Revista de Salud pública, 11 (2),169181. Recuperado de http://www.scielosp.org/pdf/rsap/ v11n2/v11n2a02.pdf Cornejo, L. (2008). Manual de terapia gestáltica aplicada a los adolescentes. Bilbao: Desclée de Brouwer. “Encuesta Estatal de Adicciones de Yucatán”. (2005). Encuesta Estatal de Adicciones de Yucatán. Recuperado de http:// cepa.ssy.gob.mx/articulos/tabaco/usodeltabaco.pdf “Encuesta Nacional de Adicciones” (2008). Encuesta Nacional de Adicciones. Recuperado http://www.conadic.salud. gob.mx/pdfs/ena08/ENA08_NACIONAL.pdf “Encuesta Nacional de Adicciones”. (2011). Encuesta Nacional de Adicciones. Recuperado de http://encuestas.insp.mx/ ena/ena2011.html#.VQ6FHI6cF6Y Feldman, F. (2009). Escuela y prevención de las adicciones. México: Trillas Fernández, L. (2008). Juego Psicoterapéutico y desarrollo emocional. México: CIEPGFPSC. Castanedo, C. (1988). Terapia Gestalt, enfoque centrado en el aquí y el ahora. España: Herder. García, F. (2005). Psicoterapia Gestalt. Proceso de figurafondo. México: El manual moderno. Gómez, R. Aical, C. Monllau, L. Vittore, G. (2010). Percepción de riesgo sobre las sustancias psicoactivas en jóvenes, padres y docentes del CBU de Nivel Medio de la ciudad de Córdoba: un estudio comparativo. Tesis de Licenciatura, Facultad de psicología: Córdoba Recuperado de http://www.observatorio.gov.ar/universidades/Tesis_percepcion _de_riesgo.pdf Hernández, S. Fernández, C. Baptista, L. (2006). Metodología de la Investigación. España: McGraw Hill. Martínez, E. (2010). Desarrolla tu autoestima con PNL. México: Editores Mexicanos Unidos. Martínez, O. (2007). Autoconocimiento y comunicación humana. México. Oak Editorial. Miranda, B. (s.f ). Retrospectiva histórica del uso de drogas en México. Revista científica electrónica de psicología, 10, 95-113. Recuperado de http://dgsa.uaeh.edu.mx/revista / psicologia/IMG/pdf/6_-_No._10.pdf Muñoz, M. (2008). La sensibilización Gestalt en el trabajo terapéutico. Ed. Pax: México. Naranjo, C. (2004). Contribuciones de la terapia Gestalt. Desarrollo del potencial humano. México: Trillas.
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Presentación de la misión
Proceso de arbitraje
La revista Cuadernos Hispanoamericanos de Psicología es una publicación seriada cuyo primer número apareció en el año 2000 y es editada por la Facultad de Psicología de la Universidad El Bosque, con sede en la ciudad de Bogotá, Colombia. Es una revista arbitrada e indexada en la categoría C del Índice Bibliográfico Nacional – Publindex e incluida en Latindex, el Directory of Open Access Journals – DOAJ y en la plataforma Open Access de Revistas Científicas Electrónicas Españolas y Latinoamericanas e-Revistas.
Para pre - seleccionar los artículos que aparecen en los números de cada volumen, se reúne el Comité de Publicaciones de la Facultad de Psicología. El proceso de evaluación del material se inicia al seleccionar artículos que traten temáticas actuales, originales y de calidad, que cumplan con las normas APA.
La revista existe para difundir la producción científica del campo de la psicología y tiene como marco referencial una perspectiva multidimensional en términos del denominado, modelo bio-psico-social. Es decir, que su fundamentación, coherencia y significación está contextualizada dentro del marco de la teoría de la co-evolución biológica, sociocultural y deóntica de nuestra especie. En consonancia con el marco epistemológico planteado en la misión, la visión de las publicaciones de la Facultad de Psicología de la Universidad El Bosque se orienta a mostrar el estado actual de la Psicología desde la siguiente perspectiva: a) como un campo interdisciplinario más allá de las “escuelas tradicionales” y de los “ismos” reduccionistas ideologizados; b) dar cuenta de una manera crítica sobre los avances del conocimiento basado en la investigación, a lo largo de sus diversas modalidades y procesos; c) en cooperación interdisciplinaria con redes de investigadores, docentes y practicantes de Hispanoamérica y de otros países.
Público al cual se dirige La publicación se dirige a investigadores, académicos y profesionales de la psicología, y todos los expertos inmersos en el quehacer de las ciencias sociales y humanas, a quienes se busca brindarles información relevante y pertinente en correspondencia con los avances científicos en la disciplina basada en la evidencia y acorde con la formación bio-psicosociocultural que promueve la Universidad El Bosque.
Política de acceso abierto Esta revista provee acceso libre e inmediato a su contenido bajo el principio de que, hacer disponible gratuitamente investigación al público, genera un mayor intercambio del conocimiento científico a nivel global.
A continuación, se seleccionan los árbitros para cada artículo teniendo en cuenta que sean expertos en la temática, con destacado reconocimiento profesional, guardando el anonimato total en el proceso (sistema doble ciego). Es importante mencionar que el comité de la revista da prioridad a la elección de pares externos a la Universidad El Bosque para garantizar una evaluación objetiva. El par evaluador recibe una guía de evaluación de artículos entregado por la revista y un formato de evaluación por pares, en el cual deja por escrito sus observaciones y emite un concepto (aceptado, aceptado con modificaciones o rechazado). Generalmente, el par cuenta con 15 días hábiles para emitir su parte de evaluación. En caso de controversia en los resultados de la evaluación de un mismo artículo, el editor estudiará la posibilidad de enviar el artículo a un árbitro diferente o que el mismo Comité editorial evalúe minuciosamente el escrito, con el fin de emitir un último juicio y de este modo, determinar la publicación o no del escrito. Como resultado, se tendrá un formato aprobado y firmado para demostrar que se realizó el arbitraje académico y la evaluación editorial pertinente. Al terminar con la evaluación se regresa la información al autor para que realice las modificaciones sugeridas y regrese el material al comité de publicaciones. El autor puede expresar por escrito su no aceptación de modificación del documento, y retirar el artículo; por lo tanto, será efectiva su declinación únicamente cuando reciba la confirmación por parte de la Revista. Si el autor desea continuar, debe confirmar por escrito su aceptación y realizar los ajustes sugeridos en el plazo que el Comité editorial estime necesario, plazo que es comunicado por escrito a los autores. Así mismo, deben justificar el motivo por el cual no hayan realizado alguna de las modificaciones sugeridas. Una vez realizadas las modificaciones exigidas, el autor envía el documento a la Revista con una carta de cesión de derechos de autor para finalizar el proceso. Los artículos que se aceptarán para su publicación, deberán responder a la modalidad de la tipología propuesta por Colciencias.
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Tipología de los artículos El Índice Bibliográfico Nacional Publindex cuenta con un comité de expertos que verifican la originalidad y calidad científica de los documentos publicados. Se considera que los documentos publicados corresponden a la siguiente tipología: 1. Artículo de Investigación científica y tecnológica. Documento que presenta, de manera detallada, los resultados originales de proyectos de investigación. La estructura generalmente utilizada contiene cuatro apartes importantes: introducción, metodología, resultados y conclusiones. 2. Artículo de reflexión. Documento que presenta resultados de investigación desde una perspectiva analítica, interpretativa o crítica del autor, sobre un tema específico, recurriendo a fuentes originales. 3. Artículo de revisión. Documento resultado de una investigación donde se analizan, sistematizan e integran los resultados de investigaciones publicadas o no publicadas, sobre un campo en ciencia o tecnología, con el fin de dar cuenta de los avances y las tendencias de desarrollo. Se caracteriza por presentar una cuidadosa revisión bibliográfica de por los menos 50 referencias. (Lo anterior, tomado del documento original de COLCIENCIAS: en www.colciencias.gov.co) 4. Artículo de fundamentación histórico-epistemológica. Como su nombre lo indica, las epistemologías posteriores a los años 70 del siglo pasado han dejado de ser normativas para orientarse más en el constructivismo histórico-crítico de la ciencia.
estipulados por los Tribunales Deontológicos de Psicología y por el Código de Ética de la APA (American Psychological Association).
Normas para la publicación de artículos La revista Cuadernos Hispanoamericanos de Psicología recibirá artículos de cualquier parte del mundo y los publicará tanto en español, como en inglés. Le dará especial importancia a los artículos orientados hacia: a) las diferencias individuales, la personalidad y el ciclo de la vida en diferentes contextos; b) contribuciones de la psicología a la educación superior; c) comportamiento y salud (incluida por supuesto la salud mental y la autoeficacia personal); d) el mundo del trabajo, las ocupaciones y la ergonomía cognoscitiva; e) el campo de la psicología jurídica; f ) psicología del deporte; g) la comunicación y los grupos y la toma de decisiones. Se aceptarán trabajos de los siguientes prototipos seleccionables por su calidad y su utilidad educativa y su relevancia social; epistemológicos, históricos, tecno-científicos, metodológicos y de desarrollo instrumental; informes sobre investigaciones fácticas bajo diferentes metodologías; estudios de caso único; estudios de meta-análisis. Desde nuestras páginas y conforme a las referentes que acabamos de señalar, está abierto este espacio para recibir, en gran aprecio, las colaboraciones de los psicólogos iberoamericanos y de otras partes del mundo. Gracias anticipadas por su acogida.
Declaración de privacidad Todos los datos de identificación y de contacto recibidos por la revista, serán usados exclusivamente para el propósito misional de la misma y no serán utilizados para otros fines u otras personas.
Aviso de derechos de autor Esta publicación está bajo una licencia de Creative Commons (CC BY 2.5 CO) http://creativecommons.org/ licenses/by/2.5/co/
Declaración de ética La revista Cuadernos Hispanoamericanos de Psicología se ampara en los lineamientos de investigación científica
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Cuadernos Hispanoamericanos de Psicología
El Editor
Instrucciones a los autores Normas APA (Normas de la American Psychological Association, Sexta Edición) Para la publicación de artículos de investigación científica y tecnológica, artículos de reflexión y artículos de revisión se solicita enviar el escrito en medio electrónico (en formato Word) a la dirección de correo electrónico cuadernoshispanoamericanos@unbosque.edu.co. Se aceptan trabajos de tipo teórico o aplicado que representen avances significativos en las diferentes áreas de dominio de la psicología científica y en correspondencia con las políticas de esta revista, el cual debe estar redactado
en letra Times New Roman, tamaño número 12 a espacio simple, sin espacios libres entre párrafos y con sangría de primera línea en cada párrafo. En cuanto a la organización y formato, deben seguirse las normas de publicación estipuladas por la APA (American Psychological Association). Para estos efectos, encontrará a continuación una breve descripción de dichas normas. • Título de la investigación: debe sintetizar la idea principal del escrito de una manera sencilla, con un estilo adecuado y suficiente por sí solo. El título principal deberá estar en mayúscula inicial, centrado, sin negrilla, a espacio sencillo y tamaño de letra 20. • Nombre del autor y afiliación institucional: utilice el nombre y apellido o apellidos; si va a identificarse con sus dos apellidos, recuerde unirlos con un guion [-]. Ejemplo: Fernando Martínez-García. Omita títulos y grados académicos. Incluya debajo el nombre de la institución principal a la cual está vinculado o que contribuyó a la investigación y el país que corresponde a la adscripción de cada autor. • Nota del autor: en este apartado se incluyen los reconocimientos, la institución a la cual está afiliado, se declaran exenciones de responsabilidad o conflictos de intereses percibidos y le ofrece al lector alguna dirección en la cual pueda ser contactado. La nota debe organizarse por párrafos, así: 1er párrafo, afiliación institucional; 2do, cambios de afiliación; 3ro, agradecimientos y 4to, correo electrónico. • Según la APA (2010), el resumen (español) y el abstract (inglés) se ubican en la misma página del título principal (primera página) y debe ser: (a) preciso, es decir, que refleje claramente el objetivo de la investigación; (b) no evaluativo, esto es, sin hacer juicios de valor sobre el artículo que publica; (c) en un estilo coherente, breve, formalmente correcto, no repetitivo y que comunique lo que debe comunicar (el resumen no debe exceder de 120 palabras para las investigaciones empíricas, y de 75 para las teóricas o de reseña). • Encabezamientos: la organización del documento científico requiere la utilización de encabezamientos y subencabezamientos, que cumplan la función de destacar la jerarquización de la información. Existen cinco niveles de encabezamiento que se caracterizan por: (a) nivel 1: estar centrado, en negrilla y sólo con mayúscula inicial; (b) nivel 2: alineado a la izquierda, en negrilla y sólo con mayúscula inicial; (c) nivel 3: mostrar
un encabezamiento en el mismo renglón, con sangría de 0,7 cm, negrilla, mayúscula inicial y punto final; (d) nivel 4: ser un encabezado en el mismo renglón, con sangría de 0,7 cm, en cursiva, con negrilla, mayúscula inicial y punto final; y (e)nivel 5: encabezamiento en el mismo renglón, con sangría de 0,7 cm, cursiva, mayúscula inicial y punto final. • Citas y referencias: Recuerde que la información proveniente de otras fuentes debe estar citada y referenciada de acuerdo con la normatividad APA. Si la información citada tiene tres a cinco autores cítelos a todos por primera vez, y a partir de la segunda vez indique el primer apellido seguido de las iniciales et al; si son más de seis autores, a partir de la primera vez se indica el apellido del primer autor, seguido de las iniciales et al. Dependiendo de la fuente de la información, el modelo de referencia va a cambiar. Según las normas APA (2010) existen 96 modelos de referencias (ver http://www.apastyle.org/) • Tablas y figuras: se deben presentar en el cuerpo del texto e incluirse al final en un anexo. Las figuras deben estar en formato de imagen o estar agrupados todos sus elementos (para evitar desconfiguración o la desorganización de la información). Deben ser claras y con alta resolución. Si tiene alguna duda respecto a las norma de publicación, consulte la siguiente obra: American Psychological Association (2010). Manual de publicaciones. México: Manual Moderno El artículo debe traer adjunto una carta en que se declare que el escrito es original e inédito y no ha sido enviado ni será enviado a otras publicaciones. Así mismo, debe manifestar allí cualquier tipo de conflicto de intereses percibido que pueda estar relacionado con la investigación. Esta carta estará firmada por todos los autores. Si tiene alguna duda respecto a las norma de publicación, consulte la siguiente obra: American Psychological Association (2010). Manual de publicaciones. México: Manual Moderno Cualquier información adicional será suministrada por el Comité Editorial a través del correo electrónico cuadernoshispanoamericanos@unbosque.edu.co Comité de Publicaciones
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Mission The Journal Cuadernos Hispanoamericanos de Psicología, hence known as The Journal, is a serial publication which was first published in January 2000. It is edited by the School of Psychology of El Bosque University in Bogota, Colombia. This Journal is arbitrated and indexed under category C of the National Bibliographic Index –Publindex-. In addition, it is included in Latindex, the Directory of Open Access Journals – DOAJ, and in the Open Access platform of the electronic and scientific Spanish and Latinoamerican journals –e-Journals-. The purpose of this journal is to spread scientific knowledge in the field of psychology. A multidimensional perspective in terms of the bio-psycho-social model is its referential framework. Therefore, its background, meaning and coherence are contextualized in the frame of co-evolutionary, biological, deontic and socio-cultural theory of mankind. In accordance with the epistemological framework stated in the mission, the vision for publication by the School is oriented to show the current state of psychology from the following perspectives: a) as an interdisciplinary field beyond “traditional schools” of reductionist and ideologized “isms”; b) to deal critically with the advances in research based knowledge through several modalities and processes; c) with interdisciplinary cooperation of researchers, teachers and practitioners from Latin American and other countries.
Readership This publication is aimed at researchers, scholars and professionals in the field of psychology, as well as at the experts involved in social and human sciences. Through this journal, the mission is to give relevant and pertinent information in agreement with scientific advances in the evidence-based disciplines as well as with the bio-psychosocial model promoted by El Bosque University.
Open access politics This journal gives immediate and free access to its contents under the principle that free access to research promotes a wider exchange of scientific knowledge worldwide.
Judgment process The Editorial Committee of the Journal will meet periodically to pre-select which articles will appear in each issue.
The process of evaluation starts with the selection of articles which fulfill APA norms and whose topics are current, original and of good quality. Following this, “judges,” who must be expert in the topic developed in each article, and who are recognized professionals, will be chosen. It goes without saying that the process will respect anonymity; that is, a double-blind system. Naturally, The Journal’s Committee will give priority to external peers in order to guarantee an objective evaluation. The evaluator peer will receives a ‘guide of articles evaluation as well as a ´peer evaluation format´ through which s(he) can indicate a response of (accepted, accepted with modifications or rejected). In general, the peer will have fifteen working days to evaluate the article assigned. If there is controversy regarding evaluation results, the editor will examine the possibility of sending the article to another judge, or the Editorial Committee will reevaluates it in detail. The purpose of doing this is to make a final judgment and to determine if the article will or will not be published. The result of this process will be to demonstrate that, through an approved and signed format, an academic judgment and a pertinent editorial evaluation were carried out. After the evaluation phase, the article is returned to the author in order for the author to make the modifications suggested. At completion, the author must resend the material to the Editorial Committee. Of course, the author can decide that he or she does not accept the suggested modifications and withdraw the article from publication. The withdrawal of the article will be effective at the time the author receives confirmation, in writing, by The Journal editors. However, if the author wishes to continue with the editorial process, the author must express his or her acceptance in writing, and carry out the required modifications. To finish this process, the author must send the article, with modifications, to The Journal editorial committee with a letter of transference of royalty. At this time we need to affirm that articles accepted for publishing will fit the typology modality proposed by Colciencias.
Articles typology The National Bibliographic Index -Publindex- relies on a committee of experts who verify the originality and scientific quality of the published documents. Such documents must belong to the following typology: 1. Scientific and Technological Research Article. It is a document which presents the results of research
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projects in detail. In general, its structure includes four relevant parts: introduction, methodology, results and conclusions. 2. Reflection Article. It is a document which presents research results from an analytic, interpretative or critic perspective. It develops a specific topic and is supported by original sources. 3. Review Article. It is a document resulting from a research where results of published or unpublished studies of any scientific or technological field are analyzed, systematized and integrated. The purpose of the review article is to deal with advances and development tendencies. Besides, it presents a careful bibliographic review which must include at least 50 references. (The previous information was taken from the original document of COLCIENCIAS: www.colciencias.gov.co) 4. Historical and Epistemological Background Article. As its label indicates, epistemologies after the 70’s of 20th Century are not normative anymore. Now, they are oriented towards the historical and critical constructivism of science.
Declaration of privacy ID and contact data received by The Journal will be used exclusively for its mission purpose. This data will not be used for other purposes.
Royalties notice This publication is under a Creative Commons license (CC BY 2.5 CO) http://creativecommons.org/licenses/by/2.5/co/
Declaration of ethics The Journal Cuadernos Hispanoamericanos de Psicología is protected by the scientific research guidelines stipulated by the Deontological Courts of Psychology and by the APA’s Code of Ethics (American Psychological Association).
Norms for publishing articles The Journal Cuadernos Hispanoamericanos de Psicología will receive articles from all around the world. These will be published in both English and Spanish. This publication will give special treatment to articles oriented towards: a) individual differences, personality
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Cuadernos Hispanoamericanos de Psicología
and life cycle across different contexts; b) contributions of psychology to higher education; c) health and behavior (including mental health and personal self-efficacy); d) the context of work, occupations and cognitive ergonomics; e) the field of legal psychology; f ) sports psychology; g) communication and group decision-making. The Journal will select articles according to its quality, academic usefulness and social relevance. Texts which can be labeled as epistemological, historical, techno-scientific, methodological and of instrumental development will be accepted. The Journal also will take into account reports of active research under varying methodologies, unique case studies and meta-analysis research. From our pages and in agreement with the guidelines previously established, this space is open to receive the contributions of psychologists from Latino America and all around the world. Thanks for your reception. The Editor
Instructions to the authors APA Norms (American Psychological Association Norms, Sixth Edition) For publishing scientific and technological research articles as well as reflection and review articles, it is required to send the text by e-mail (Word Format) to the following e-mail address: cuadernoshispanoamericanos@unbosque.edu.co. Theoretical or applied articles will be accepted if they represent significant advances in the different areas of scientific psychology. Besides, these texts must be in agreement with The Journal policies. The articles must be written in Times New Roman script, size 12, single space. Besides, indentation in the first line of each paragraph must be included and free spaces between paragraphs must be omitted. Regarding organization and format, it is compulsory to follow the publication norms stipulated by APA (American Psychological Association). So, a brief description of such norms is presented below. • Research Title: it must sum up the main idea of the text. It must be written in a simple way, with a proper style. The main title must be centered and written with initial capital letter, size 20, and single space, but bold script must be omitted.
• Author’s Name and Institutional Affiliation: you must use name and last name(s). If you are going to identify yourself with both last names, remember to link them through a dash [-]. For example: Fernando Martínez-García. Titles and academic degrees must be omitted. The institution’s name you belong to as well as the country which belongs to the joining of each author must appear under your name. • Author’s Note: in this section, recognitions as well as the institution you are affiliated to are included. Moreover, here you must declare exemptions of responsibility or perceived conflicts of interests. Besides, you must include an address where the readers can contact you. This note must be organized by paragraphs as follows: paragraph 1: institutional affiliation; paragraph 2: changes of affiliation; paragraph 3: thanks; and paragraph 4: e-mail. • According to APA (2010), the summary (in Spanish) and the abstract (in English) are included in the same page where the main title is written (first page). Summary and abstract must be: (a) precise. It means they must reflect clearly the research objective; (b) non evaluative. They can’t include any judgment about the article; (c) brief, with a coherent style, and correct. They must avoid repetitions and must communicate what must communicate -summaries and abstracts must not include more than 120 words for empirical research and no more than 75 words for theoretical research or review-. • Headings: The organization of scientific documents requires the use of headings and sub-headings. Their function is to highlight information hierarchy. There are five levels of headings characterized by: (a) level1: it must be centered and must be written with initial capital letter and in bold; (b) level 2: it must be left aligned and must be written with initial capital letter and in bold; (c) level 3: it must show a heading in the same line, with an indentation of 0,7cm. It must be written in bold, with initial capital letter, and it must include a period; (d) level 4: it must be a heading in
the same line, with an indentation of 0,7cm. It must be written in bold and italics, with initial capital letter, and it must include a period; (e) level 5: it must be a heading in the same line, with an indentation of 0,7cm. It must be written in italics, with initial capital letter, and it must include a period. • Quotations and References: Remember that information from other sources must be quoted and referenced according to the APA norms. If the quoted information is done for three to five authors, all of them must be quoted for the first time. Then, you must write the first last name, followed by the initials et al; if the quotation is done by more than six authors, the first author’s last name is followed by the initials et al since the first time. The model of references changes depending on the information source. According to APA norms (2010), there are 96 models of references (See http://www.apastyle.org/) • Tables and Figures: These must be presented in the text body as well as at the end (in an appendix). Figures must be presented with an image format to avoid problems of configuration or lack of organization of the information. Finally, these must be clear and must be presented with high resolution. In order to solve any doubt regarding publication norms, you must consult the following manual: American Psychological Association (2010). Publications Manual. México: Manual Moderno. The article must have attached a letter where it is declared that the text is original and unpublished. Besides, it must establish that the article hasn’t or won’t be sent to any other publication. Moreover, it must inform about any kind of conflict of interests related to the research. Finally, this letter must be signed by all the authors. Any additional information will be given by the Editorial Committee through the following e-mail: cuadernoshispanoamericanos@unbosque.edu.co Editorial Committee
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Investigación de los Mercados y del Consumo
Especialización en: • Investigación de los Mercados y del Consumo • Psicología Clínica y Autoeficacia Personal • Psicología del Deporte y el Ejercicio • Psicología Clínica y Desarrollo Infantil • Psicología Médica y de la Salud • Psicología Social, Cooperación y Gestión Comunitaria • Psicología Ocupacional y Organizacional
Informes: Facultad de Psicología
Av. Carrera 9 No. 131A - 02 - PBX 6489000 ext. 1410 - 1112 - Bogotá .D.C – Colombia E-mail: postgrados.psicologia@unbosque.edu.co www.uelbosque.edu.co
Psicología Clínica y Desarrollo Infantil
Dirigido a: Profesionales de formación básica en diversas áreas del conocimiento Duración y No. de créditos: 1 año – 25 créditos Modalidad: Presencial Horarios: Viernes y Sábado - Quincenalmente E-mail: especializacionimc@unbosque.edu.co
Psicología Médica y de la Salud Resolución MEN 4217 de abril de 2012 psicomedica@unbosque.edu.co Imagen por Peter Hellberg - flickr https://www.flickr.com/photos/peterhellberg/6217937724
psicoinfantil@unbosque.edu.co Imagen por James Jordan - flickr https://www.flickr.com/photos/jamesjordan/2985862063
Resolución MEN 8592 de Julio 8, 2013
especializacionimc@unbosque.edu.co Imagen por Steve wilson - flickr https://www.flickr.com/photos/125303894@N06/14388765705
Resolución MEN 8276 de Junio 28, 2013
Dirigido a: Profesionales en Psicología, Psiquiatría y ciencias afines con intereses en el área de la psicología clínica y el desarrollo infantil. Duración y No. de créditos: 1 año – 30 créditos Modalidad: Presencial Horarios: Viernes y Sábado - Quincenalmente E-mail: psicoinfantil@unbosque.edu.co
Dirigido a: Profesionales en Psicología, Psiquiatría u otras especialidades de la Medicina, Enfermería, Trabajo Social y de otras profesiones de la salud o profesiones afines. Duración y No. de créditos: 1 año – 28 créditos Modalidad: Presencial Horarios: Viernes y Sábado - Quincenalmente E-mail: psicomedica@unbosque.edu.co
Psicología Clínica y Autoeficacia Personal
Psicología del Deporte y el Ejercicio Resolución MEN 03597 de 18 de Marzo de 2015 psicodeporte@unbosque.edu.coImagen por adifansnetSeal - flickr https://www.flickr.com/photos/adifans/3407494430
posclinicayautoeficacia@unbosque.edu.co. Imagen por Amgad Fahmi - flickr. https://www.flickr.com/photos/titanjad/9361980595
Resolución MEN 8591 de Julio 8 de 2013
Dirigido a: Psicólogos y psiquiatras con intereses en el área de la psicología clínica a nivel individual y grupal Duración y No. de créditos: 1 año – 30 créditos Modalidad: Presencial Horarios: Viernes y Sábado - Quincenalmente
Dirigido a: Psicólogos con interés por el deporte o por la actividad física y el ejercicio Duración y No. de créditos: 1 año – 32 créditos Modalidad: Presencial Horarios: Viernes y Sábado - Quincenalmente
E-mail: posclinicayautoeficacia@unbosque.edu.co
E-mail: psicodeporte@unbosque.edu.co
Psicología Social, Cooperación y Gestión Comunitaria
Psicología Ocupacional y Organizacional Resolución MEN 17187 del 27 de Diciembre de 2012 psicoocupacional@unbosque.edu.co Imagen por Olga Berrios - flickr https://www.flickr.com/photos/ofernandezberrios/2719757761
psicologiasocial@unbosque.edu.co Imagen por Sebastiaan ter Burg - flickr https://www.flickr.com/photos/ter-burg/9701305453
Resolución MEN 8593 de Julio 8, 2013
Dirigido a: Profesionales en Ciencias Sociales y Humanas Duración y No. de créditos: 1 año – 32 créditos Modalidad: Presencial Horarios: Viernes y Sábado - Quincenalmente
Dirigido a: Profesionales de la Psicología Duración y No. de créditos: 1 año – 32 créditos Modalidad: Presencial Horarios: Viernes y Sábado - Semanal
E-mail: psicologiasocial@unbosque.edu.co
E-mail: psicoocupacional@unbosque.edu.co
Maestría en:
Psicología
Énfasis en:
Psicología Ocupacional y Organizacional Psicología Médica y de la Salud Psicología del Deporte y el Ejercicio Nuevos énfasis en 2016:
Psicología Clínica y Autoeficacia Personal Psicología Clínica y Desarrollo Infantil Resolución 9794 del 23 de diciembre de 2008
Duración y Nº. de créditos: 2 años - 60 créditos1 Modalidad: Presencial Horarios: 10 fines de semanas por semestre (Viernes y sábado) E-mail: maestria.psicologia@unbosque.edu.co 1. Q uienes hayan realizado cursos de posgrado previamente, podrán solicitar homologación de hasta el 50% de los créditos. A partir del año 2016 regirá nuevo Registro Calificado que contempla 50 créditos
Informes: Facultad de Psicología
Av. Carrera 9 No. 131A - 02 - PBX 6489000 ext. 1410 - 1112 Bogotá .D.C – Colombia E-mail: postgrados.psicologia@unbosque.edu.co - www.uelbosque.edu.co
Revista
Cuadernos Hispanoamericanos de
Psicología Contenido La Experiencia Melancólica: Una configuración diferencial entre la Depresión Mayor y la Melancolía Laura Milena Segovia Nieto...................................................................................................................................... 5 Contraste de un modelo de red intencional Cruz García Lirios, Javier Carreón Guillén, Sofía López de Nava Tapia............................................................ 13 Creación de un instrumento psicométrico para identificar el estilo pedagógico en docentes universitarios Ginna Bernal Vargas, Andrés Fonseca Calderón y Marlén Junco Olarte............................................................ 27 Un estudio cualitativo de los factores en torno a la aceptación del dolor físico en pacientes crónicos Fredy Escobar Fandiño............................................................................................................................................ 39 Diseño, aplicación y evaluación de un tratamiento cognitivo-conductual a corto plazo en parejas violentas Claudia I. Parra Ocampo, Lady P. Tirano Cárdenas, Yohanna M. Bernal Rueda.............................................. 51 Prevalencia de los diagnósticos de salud mental en Colombia: análisis de los registros del Sistema Integral de Información de la Protección Social – SISPRO Óscar David Díaz-Sotelo.......................................................................................................................................... 65 Taller gestáltico para fortalecer la autoestima y prevenir el consumo problemático de bebidas alcohólicas en universitarios Mirian Georgina Cab Canul, Gladis Ivette Chan Chi, Israel Alberto Cisneros Concha, Nora Verónica Druet Domínguez........................................................................................................................... 75