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EL CARÁCTER DORMIDO

escritos y fotografía de Sofía Emiána

Un conocimiento real y profundo de nuestro verdadero carácter deberá estar ligado a una introspección que trascienda la racionalidad y ponga atención a lo que nos sucede cuando nuestra conciencia se encuentra en reposo.

“Al comprender los sentimientos internos, particularmente los rituales, sueños y los símbolos variados, el ser humano comienza a controlar su patrón de vida”.1

Richard L. Sartore

Los sueños son historias que nos contamos al dormir. Entretejemos ideas, conceptos, palabras, todo lo que experimentamos en nuestros días comprimido en segundos que parecen no tener sentido. La mayor parte de las veces no prestamos mucha atención, son sólo historias raras, inconclusas o cuentos imposibles de realizar en un mundo real, pero los sueños resultan ser mucho más valiosos de lo que creemos.

“No somos maestros en nuestra propia casa. Creemos saber por qué hacemos lo que hacemos, pensamos que sabemos quiénes somos y lo que sentimos, pero en realidad no sabemos mucho, sólo vemos la punta del iceberg”.

Sigmund Freud

Sigmund Freud estudió la función de los sueños, le interesaba saber por qué soñamos y el significado personal de éstos. Decía que la razón más importante era para poder descansar y organizar nuestra mente, pero también lo relacionaba con un aspecto de nuestro carácter olvidado.

Los sueños son la voz de nuestro inconsciente, que resurge dentro de ese espacio desconocido, se expone sin filtros ni limitaciones. Nada en nuestra mente o cuerpo permanece reprimido, como el agua, busca una forma de salir y expresarse.

1 Cita original en inglés: By understanding internal feelings, particularly rituals, dreams, and assorted symbols, a human being begins to control his or her pattern of living. Traducción de Capitel.

El sueño latente magnífico de Freud se refiere a los significados ocultos que sólo nosotros podemos analizar y dar sentido. En él se esconden episodios de vida que pensábamos olvidados o resueltos, como los de nuestra niñez o algún momento al que creíamos no darle importancia. Un ejercicio para estudiarlos es escribir todos los días, en cuanto despertamos o conforme recordemos, lo que soñamos esa noche y analizar qué significa cada elemento. Al hacerlo consciente tenemos la decisión de alimentar este tipo de carácter, aceptarlo, negarlo, fortalecerlo o cambiarlo. Nuestros sueños revelan aspectos personales que permiten descubrirnos, se consideran entonces la relación más cercana que tendremos con nosotros mismos. Son elementos valiosos para nuestro desarrollo y conocimiento como seres humanos.

Freud fue criticado al declarar que los seres humanos no somos necesariamente buenos y puros al nacer. Sentimientos considerados por la sociedad como malos (furia, odio, envidia, entre otros) aparecen desde que somos niños.

Valdría la pena tomar en cuenta sus observaciones y aceptar que somos seres humanos, y que todos somos capaces de tener estas emociones, aceptar que no existe un carácter completamente bueno o malo, sino un carácter simplemente humano.

“He esparcido mis sueños bajo tus pies; pisa suavemente porque pisas sobre ellos”.

W.B. Yeats

El carácter de la noche es la oscuridad, el silencio y un millón de cosas más.

Contiene la luz, la calma, el miedo.

Entonces, no me atrevería a definirte por un momento, una reacción o un sentimiento.

Somos lo bueno, lo malo, lo débil, lo fuerte y un millón de cosas más…

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