JORNADA LITERARIA: ESCRITORES EN EL IES. FLORENCIO PINTADO.
TALLER LITERARIO EN TORNO A: EL LIBRO DE LAS PARTURIENTAS, DE MATILDE CABELLO. IES FLORENCIO PINTADO
Colabora: Plan Lector
COLABORA: PLAN LECTOR DEL IES FLORENCIO PINTADO.
(http://plybenflorenciopintado.blogspot.com)
Profesor Responsable: Antonio Martín Flores IES FLORENCIO PINTADO CURSO 2012/2013 filosofia.pintado@gmail.com
IES FLORENCIO PINTADO
Colabora: Plan Lector
INTRODUCCIÓN. El lunes 17 de Junio de 2013 nos visitó Matilde Cabello para hablar de su oficio como escritora. Nosotros la recibimos dedicándole en nuestro blog el Poema de la Semana.
Después de leer EL LIBRO DE LAS PARTURIENTAS, el alumnado de 4º ESO A, creó microrrelatos e imágenes inspirándose en brevísimos fragmentos de dicha obra. Reproducimos aquí algunos de los trabajos literarios más relevantes de esta otra forma de enfrentarse a la lectura en clase. Nada nuevo bajo el sol, claro, pero en este caso a nosotros nos ha servido para fomentar la lectura y la escritura entre ellos. Asimismo, le dedicamos EL POEMA DE LA SEMANA y los alumnos comentaron el poema en nuestro espacio virtual, en otro pequeño homenaje que aparece al final (http://unpoemacadasemana.blogspot.com). Esperemos que os gusten algunos de los textos siguientes y disfrutéis de ellos, tanto como de la lectura de las obras de Matilde Cabello que ha sido nuestra aliada de lujo en esta ocasión para fomentar la lectura y la escritura en el IES FLORENCIO PINTADO. Antonio Martín Flores Profesor de Filosofía IES FLORENCIO PINTADO
Colabora: Plan Lector
LA LLAMADA DEL AMOR
Son las cuatro de la madrugada de un viernes, estoy amodorrado y medio dormido en el sofá, y de repente llaman a la puerta, tardé lo justo en despertarme para darme cuenta del ¡Toc, Toc!. Me levanté rápidamente y me dirigí hacia la puerta, miré por la mirilla, escuché una voz desconocida susurrando: - Déjame entrar, soy el amor, es el momento necesario para que me dejes entrar. No había nadie en el descansillo de aquel piso, pero sin darme casi ni cuenta respondí a aquella voz: - No puedo recibir todavía ese amor que tu me ofreces, ¡todavía me estoy curando del dolor... que tu mismo me causaste...! y me volví a mi descanso.
Por Marc Lara.
Me estoy curando del dolor Pág. 195.
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DE VACÍOS Y ENCUENTROS... La música inundaba mis oídos, mis pensamientos inundaban mi mente, el ritmo movía mi cuerpo. La casa estaba llena de gente, había alcohol, drogas y todo lo que según ellos se necesita para pasárselo bien. El volumen de la música cada vez era más alto. La gente hablaba entre ellos, se notaba que se conocían, tenían temas de conversación entre sí, sin embargo yo estaba fuera de lugar, cómo en otro planeta, no conocía a nadie, no sabía quién era esa gente. “Estás sola” me decía, hasta que sin esperarlo apareció ÉL. Por Esther Ortiz “Estás sola” me decía. Pág 27.
LA HUIDA Recogí todas mis cosas, las metí en la maleta lo más rápido que pude, salí corriendo de aquella casa llena de tantos recuerdos, me metí en el coche y me dirigí a mi destino a toda velocidad. Necesitaba huir, salir de aquella rutina, escapar, liberarme… aquello me hacía demasiado daño. Llegué a la casa de mi amiga, se montó conmigo y me dijo.”¿Has pensado adónde iremos cuando lleguemos? No supe qué contestar, estaba cansada y exhausta de aquel largo viaje. De repente algo vino a mi mente, contesté, “a cualquier sitio donde su recuerdo no me persiga”. Por Esther Ortiz ¿Has pensado adónde iremos cuando lleguemos? Pág. 145.
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El lector Disfrutaba leyendo historias de amor. Le encantaba cuando Romeo hablaba con Julieta; cuando el príncipe encontraba a Cenicienta; cuando el príncipe y Blancanieves se iban a vivir al castillo; cuando Aladdín y Jazmin se casaban; cuando Hércules decidió saltar al abismo de la muerte para salvar a Meg; cuando Shang y Mulán se conocen; cuando Pocahontas y John se dieron el último beso; cuando Jane se queda a vivir con Tarzán en la selva... Así era el odio cuando leía. María Barbancho Castillo.
“Disfrutaba leyendo historias de amor”
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0738 Cuando ves pasar tantas veces la muerte delante de tus ojos. Cuando te quitan la libertad de aquel modo, encerrados en ese campo de concentración. Cuando solo eres un número más... Vivía cada día con el miedo de que pudiera ser el último. Con miedo a aquella “ducha”. Solo me quedaba mi madre, o mejor dicho, lo que quedaba de ella después de que nos quitaran a mi padre. Entonces te das cuenta de lo injusta que es la vida. No siempre hay finales felices. No siempre hay recompensa. No siempre viviremos. -¡Las niñas a la ducha! Fue entonces cuando dejé de ser tan niña. Por Elisa Vigara (Fue entonces cuando dejé de ser tan niña, pág 31)
¿AMIGOS? Y entonces pasa. Pasa que dejas de confiar en todo y en todos. Pasa que estas harto de mentiras, falsas ilusiones, medias verdades. No puedes creer que alguien por el que darías tu vida te falle, te engañe. Y entonces maduras. Te das cuenta de las cosas y piensas: perdonar y olvidar...perdonar pero no olvidar. Puede que alguna vez te perdone pero jamás olvidaré el daño, lo que me hiciste sentir. Jamás olvidaré que hubiera dado todo por ti. Por Elisa Vigara (Perdonar y olvidar..perdonar pero no olvidar, pág 108) IES FLORENCIO PINTADO
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El reencuentro Pasó dos años y dieciséis días, cuando la encontré, tan guapa como siempre, había pasado mucho tiempo de lo nuestro. Al vernos se quedó pálida, blanca como una pared, completamente muda, entonces fue cuando supe que el tiempo no lo cura todo. Ana Gutiérrez
Al vernos se quedó pálida, blanca como una pared, completamente muda.
El corazón Me mandaba whatssaps, y yo no contestaba, me mandaba mensajes directos a twitter y yo seguía ignorándolo, hasta que un día me cansé: “Amor, le repetía: tú aquí no entras más”. Por Esther Ortiz “Le repetía: tu aquí no entras más”.
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La obsesión. Todos los días, a la misma hora de irme a trabajar, allí estaba, observando cada movimiento que yo hacía. Estaba asustada. No faltó ni un día hasta el día de mis vacaciones. Un día me acerqué y le pregunté el porqué de esa obsesión por mí, a lo que él me contestó: “Cada noche, cada día, pensaba en ella” -su mujer había muerto hace más de tres años- “usted se parece tanto a ella que creo que estoy comenzando a olvidarla”. Por: Alba María Valiño.
Cada noche, cada día, pensaba en ella.
Maravillas de la rutina. Hoy, como ayer y anteayer, me levanté con más sueño que cuando me acosté, me vestí, desayuné y me fui para el instituto. Entré en la clase de historia, como siempre, tarde. Pero hoy como otras veces en la vida, pasó cuando menos lo esperaba: él levantó la mirada y me miró fijamente a los ojos con una de sus mejores sonrisas, una de las más dulces que he visto en mi vida. Desde entonces, mi rutina favorita es levantarme cada mañana mirando su sonrisa. Por: Alba María Valiño. Como otras veces en la vida, pasó cuando menos lo esperaba.
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Triste Realidad Se conocieron por la red. Él era tartamudo y tenía el rostro apagado de un perro Shar Pei, el famoso perro toalla: cabeza ancha, frente larga, ojos separados, redondos y tristes, dientes pequeños que se ocultaban en una boca enorme y abierta, cuerpo endeble y barriga cervecera. Ella estaba inválida del cuello hasta los pies y dictaba los mensajes al ordenador con una voz hermosa, pausada y clara que no parecía tener nada que ver con ella; tenía el cuerpo maltratado a causa de un accidente que había sucedido hacía más de diez años. Fue un amor a primer intercambio de mensajes: hablaron de lo bueno que tenía el universo y de lo malo que es compadecerse de uno mismo, de la necesidad que parece tener la sociedad para que la belleza siempre vaya un paso por delante que la inteligencia y de la grandiosa generosidad de un Dios al que muchos adoran, que contradice la miseria de unos pocos con la virtud de otros muchos. Nadie sabía nada. Leían incrédulos las réplicas de uno respondiendo al otro, donde encontraban a alguien con el mismo pensamiento, no igual, similar aunque por historias y sentimientos diferentes. Durante meses evitaron hablar de sí mismos. Se dedicaban a hablar sobre lo bonita que era la vida para unos y lo desdichada que podría ser para otros. Nunca vieron la posibilidad de encontrarse en un sitio real y no virtual. Nadie sabía nada. Un día él le envió la foto descargada de Internet de un galán que nada tenía que ver con él. Ella le contestó con la imagen de una bailarina. Él le escribió versos de amor que ella leyó embelesada. Ella le envió canciones con su propia voz, él lloró de emoción al escuchar esa música maravillosa. Él le contaba con desenvoltura historias de su agitada vida social, esa que tanto le gustaría tener. Ella le enviaba descripciones de sus conciertos, de esos que hacía por todo el mundo. Ninguno de los dos jamás propuso encontrarse en el mundo real. Por Francisco Jesús Pinilla Nadie sabía nada. Pág. 144 IES FLORENCIO PINTADO
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LA CITA Ella estaba en su cuarto peinándose, maquillándose. Tardaba siempre tanto...Siempre le cogía el toro. De repente llamaron a la puerta. La muerte le preguntó:¿Está lista? Ésta era la primera vez que no llegaría tarde. Por:Ángel Mata Vacas
¿Está lista?
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¿Soledad? Oscuridad, sin nada a lo que aferrarse. En ese rincón pido auxilio. En ese momento exclamas al aire sin esperar una respuesta. Un escalofrío recorrió mi cuerpo. Creía que nadie escuchaba, pero sentí el tacto de su mano sobre mi hombro durante un instante. Ahora sabía que no estaba sólo aunque nunca nadie me contestó... Germán Carrasco Sereno Aunque nunca nadie me contestó
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La costurera Lucía siempre estaba cosiendo. Mientras, él siempre le decía que no servía para nada, que no sabía coser. Un día, cuando él volvió, Lucía ya no estaba, solo su máquina de coser con una prenda en la que ponía: A MÍ NADIE ME HUMILLA. Sara Risco Suárez
A mí nadie me humilla.
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LAS COSAS CLARAS Nuestro matrimonio había sido obligado, puesto que mi familia y la familia de mi marido habían hecho un trato. En la noche de boda, mi marido y yo lo hablamos; cada uno de nosotros iríamos por nuestro lado, los dos estuvimos de acuerdo. Nuestro matrimonio solo sería una falsa. Así, entre él y yo la cosa quedó clara. A pesar de todo, somos un matrimonio feliz. Cristina Trancoso Cuéllar
``Entre él y yo la cosa quedó clara´´ Página 170
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DNI Conozco su nombre, el de sus padres, donde vive, sé su edad exacta, incluso sus huellas dactilares, puedo acceder a sus cuentas bancarias, historial médico... pero a lo verdaderamente importante nadie me respondió, ni yo sabía responderte. “Nadie me respondió”
Egolatría Lo observo, lo escucho y, poco a poco, he descubierto la razón de su odio: se estaba mirando al espejo. “Lo observo, lo escucho y, poco a poco, he descubierto la razón de su odio”
Invierno Y pasó el verano, como siempre, y con él pasaron los buenos momentos al pasado. Llega el frío y me voy curando del dolor que me producía su recuerdo. O eso creía yo. Por Carmen Zafra Morales
“Me voy curando del dolor que me producía su recuerdo” IES FLORENCIO PINTADO
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“Recuerdos en el olvido”
Yo que siempre te quise ahora no sé quién eres, no te recuerdo, no recuerdo nada. Es duro para mi saber que tengo una vida pero la he olvidado. Ahora, solo me queda el recuerdo del último abrazo de mi madre y eso es algo que nunca podré olvidar. “Nunca podré olvidar”
“La despedida” Ella con ojos llorosos, le miró suplicante. Él apartó su mirada y se marchó a paso ligero hasta llegar al vagón del tren. Ella le hizo jurar que estuviera luchando contra marroquíes, africanos o Dios sabe quien siempre le mandaría alguna carta diciéndole lo mucho que la echaba de menos. Los tres primeros meses, leía con detenimiento cada de las palabras que su amado le escribía. Como cada mañana, fue al buzón y no había ninguna carta de su marido. Confundida, pensó que se trataba de un error. Pasaron día, semanas, meses sin noticias de su amado. Sus cartas romántica en las que lloraba sin consuelo. Un día, vencida por la ignorancia, alguien llamó a su casa para darle la peor noticia que le podían haber dado. El único recuerdo que le quedó fueron aquellas palabras que tanto le gustaba oír de su propia voz. Aquellas cartas fueron fundamentales para recordarlo como más quería, amándola. Por Isabel Grueso.
Aquellas cartas fueron fundamentales
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LA SONRISA EXACTA Y aunque a veces descubro fragmentos en mi falda de aquel tiempo en que todo tuvo un lugar preciso, hoy habito el desorden. El mundo se me enreda. Porque sé que los sueños pueden cambiar su rostro y es mudable la escarcha que enciende las pasiones, me bebo a breves sorbos aquella verdad antigua y se me torna duda, apenas la digiero. Y en esta incertidumbre de tardes sin crepúsculo, voy rompiendo los moldes que a sangre me esculpieron. Sólo sé entre qué muslos prefiero adormecerme y qué sonrisa exacta me puede (de momento). COMENTARIO: El poema ha sido elegido en clase, entre unos pocos alumnos, los que estaban… (7 de 18…). Sara se queda con el principio, dice: “Porque una persona que tiene claro sus objetivos, puede verlos alterados por el desorden del amor”. Cristina sigue el argumento anterior: el mundo se nos enreda cuando estamos enamorados, por mucho que queramos tenerlo todo controlado. Casualmente María coincide en que la primera estrofa es la que más le impresiona. A Jéssica, en cambio, el verso 5 (“Porque sé que los sueños pueden cambiar su rostro”), porque los sueños distorsionan la realidad o esos mismos sueños, a veces, se tornan pesadillas. Comentando el poema hemos llegado a la conclusión que esa verdad antigua puede hacer referencia al famoso poema de Lope de Vega (“Beber veneno por licor suave”) y Esther piensa que eso ocurre en el amor. Es efímero, como el sorbo, pero aún así no nos importa emborracharnos con esa “mentira”. A Alessandra le ha gustado la última parte del poema, ese “de momento”, sobre todo, porque coincide con Matilde en que los amores no duran toda la vida. Y, finalmente, a Marc, el único alumno del grupo hoy lunes, se decanta por el verso más erótico del poema (“Sólo sé entre qué muslos prefiero adormecerme”). El amor es pasión y la pasión hace referencia al cuerpo. Amamos con el cuerpo y no sólo con el corazón. El amor necesita la piel, los abrazos, los labios…
fin IES FLORENCIO PINTADO
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