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Stand Up Paddle alrededor de los Picos de Europa Up#21 . Up Suping Magazine

En la álgida y prístina calma de una noche sin luna de noviembre, planeo entre montañas sobre la piel de un lago, a mil cien metros de altura. Solo alcanzo a escuchar los ritmos armónicos de mi respiración y la pala abriendo el agua. Al detenerme y flotar a la deriva, la insondable oscuridad aterciopelada del espacio y el destello de la Vía Láctea me envuelven y empapan con tal plenitud e inmediatez que resulta evidente estar hecho de luz de estrella. Es difícil determinar el tiempo que llevo aquí, pero indudable mi sensación de pertenencia. De pronto, el aullido de una manada de lobos surge en la distancia y viaja hasta mis tuétanos; nunca había escuchado ese extraordinario sonido en la naturaleza. Los aullidos discurren hasta que el alba enmascara las estrellas, y recuerdo que tan solo unas semanas atrás, inmerso en la berrea, había atisbado aquí, desde agua y tierra, fragmentos de cortejos. Tras sonrojar el cielo al amanecer, el sol alumbra las cumbres e inyecta resplandores irreales en las procesiones de niebla que acarician las aguas, alzándose hasta crear una mañana radiante.

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