La mirada de algunas mujeres artistas sobre sí

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LA MIRADA DE ALGUNAS MUJERES ARTISTAS SOBRE SÍ MISMAS Y SU IDENTIDAD. LOUISE BOURGEOIS AULA DE LAS MUJERES DE SAN ANTONIO 2017


LOUISE BOURGEOIS

“El espacio no existe; es solo una metáfora de la estructura de nuestra existencia”. Louise Bourgeois


LOUISE BOURGEOIS Louise Bourgeois (1911–2010) es una de las artistas más influyentes del siglo xx. Trabajando con una amplia gama de materiales y formas, creó un corpus de obras que abarca más de siete décadas. A lo largo de su dilatada carrera como artista, Bourgeois desarrolló conceptos e innovaciones formales que posteriormente se convertirían en cuestiones fundamentales del arte contemporáneo, como el uso de instalaciones ambientales y formatos teatrales, así como su aproximación al psicoanálisis y al feminismo. Sus singulares formas escultóricas, sus magníficos dibujos y su obra gráfica son únicos. Entre las creaciones escultóricas más originales y sofisticadas de su extensa obra se encuentran las Celdas, una serie de espacios arquitectónicos que abordan un amplio espectro de emociones. Las Celdas, creadas a lo largo de dos décadas, presentan microcosmos individuales: cada Celda constituye un recinto que separa el mundo interno del exterior. En estos singulares espacios, mediante la disposición de objetos encontrados, prendas de vestir, muebles y esculturas, la artista configuró escenografías que poseen una fuerte carga emocional. Incluyendo las cinco piezas precursoras de la serie, que se inició en 1986 con Guarida articulada (Articulated Lair), Bourgeois creó aproximadamente 60 Celdas a lo largo de toda su trayectoria. Celda (La última subida) 2008


LOUISE BOURGEOIS – MUJERES CASA

Como siempre, en la obra de Louise Bourgeois, las imágenes fuertes resultan ambiguas y contradictorias. ¿La mujer está prisionera de la casa que la envuelve, y lucha por salir? O, al contrario, ¿se está refugiando en un remanso de paz y de protección?

Frágil o estable, vacía o llena, la casa es cuerpo y alma. Alberga una historia, una historia se aloja en ella. Ser a la vez cuerpo y alma es también el objetivo de la escultura.

Casas, madrigueras, nidos, celdas, son numerosas las celdas de Louise Bourgeois que tienen un exterior y un interior, una parte claramente visible y otra parte más secreta. Toda gran obra es producto de un deseo irreprimible de decir o de enseñar y de un deseo igualmente irreprimible de callar o de esconder.

El rojo, un color habitual en Louise Bourgeois. Un color que la emociona y la turba hasta el punto de escribir esta letanía en su diario: “El rojo es el color de la sangre, el rojo es el color del dolor, el rojo es el color de la violencia, el rojo es el color del peligro, el rojo es el color de la vergüenza, el rojo es el color de los celos, el rojo es el color de los reproches, el rojo es el color del resentimiento”.


LOUISE BOURGEOIS – MUJERES CASA

Louise Bourgeois escribe, piensa por escrito, reacciona por escrito, a las tensiones, a los conflictos, a los deseos, reprimidos o satisfechos

Una escultura no sólo se mira. El espacio que ocupa, su densidad, su transparencia o su opacidad, sus proporciones, la forma que tiene de elevarse, o extenderse, o estar suspendida imponen una relación física con el observador. Louise Bourgeoise lo sabe mejor que nadie… En eso consiste su trabajo, no tanto en hacer una escultura como en establecer una relación con el que la mira en la que, por decirlo de algún modo, ella mueve los hilos.


LOUISE BOURGEOIS – MUJERES CASA

En mi arte vivo un mundo de mi propia factura. Tomo decisiones. Tengo poder. En el mundo real, no quiero el poder.



LOUISE BOURGEOIS – MUJERES CASA 

Consideremos, por ejemplo, la serie de dibujos y pinturas que, bajo el título de Femme-maison, realiza en 1946-47: imágenes en las que el cuerpo o la cabeza de una mujer han sido sustituidos por la representación de una vivienda, de tal modo que es difícil saber si es el organismo el que está invadiendo el espacio arquitectónico o, por el contrario, la arquitectura la que está aprisionando al cuerpo. Esta ambigüedad refleja el carácter dual que tiene, para Bourgeois, su propia casa familiar, un ámbito plagado de dudosos recuerdos: constituye, por una parte, un espacio materno, un refugio cálido y protector; representa, por otra, el reino del Padre, el universo del autoritarismo y la mentira. Pero las femmes-maison ponen de manifiesto también la naturaleza ambivalente que ha tenido siempre el espacio doméstico en la historia de las mujeres: se trata, por un lado, del lugar por excelencia de la sociabilidad femenina, punto de partida de una red de saberes de mujeres, escenario de los placeres de la maternidad; por otro lado, es un espacio de reclusión, emblema de la expulsión de las mujeres de los asuntos públicos, imagen de su identificación secular con un papel exclusivamente nutricio y reproductor (y en este sentido, no es de extrañar que estos dibujos y pinturas de Bourgeois se convirtiesen en una especie de icono en los ambientes artísticos feministas en Estados Unidos a principios de los 70).


LOUISE BOURGEOIS – MUJERES CASA


LOUISE BOURGEOIS – MUJERES CASA


LOUISE BOURGEOIS – MUJERES CASA

Femme Maison (1946–47) es una serie de pinturas en donde Bourgeois explora la relación de una mujer y el hogar. Las cabezas de la mujer son reemplazadas con casas, dejando a sus cuerpos en el mundo exterior y sus mentes en el doméstico.


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