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LOS RETOS DE LA SEGURIDAD NACIONAL DE JAPÓN EN EL SIGLO XXI

Fuente:https://bit.ly/3161ZMk

Por Guillermo Olvera González

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Introducción

Los retos más importantes a la seguridad nacional de Japón son producto de las distintas transformaciones geoeconómicas y geopolíticas en el orden regional y global del siglo XXI. El resurgimiento de China como una potencia económica y militar en Asia-Pacífico y su desafío a la hegemonía estadounidense representa uno de los puntos más álgidos en la agenda japonesa, ya que involucra un cambio en el paradigma pacifista del país y, por lo tanto, una reforma en todo el andamiaje jurídico constitucional y en su doctrina defensiva. De igual modo, este aspecto significa modificar la forma en que se entiende la cooperación con Estados Unidos, en su sentido estricto (en el estratégicodefensivo) y en su sentido amplio (en la relación bilateral y el intercambio económico). Asimismo, el cambio climático, los fenómenos naturales y los riesgos globales son elementos que han adquirido una mayor relevancia dentro de la agenda de la seguridad nacional de Japón.

En este escenario de transformación, los aspectos geoeconómicos y geopolíticos se hallan estrechamente relacionados con los diferendos territoriales existentes a lo largo de Asía-Pacífico, y que en el caso japonés existen con prácticamente la totalidad de sus países vecinos: Rusia, China, Taiwán, y las Coreas.

La incipiente rivalidad entre China y Estados Unidos por el papel preponderante en AsiaPacífico coloca a Japón en una posición especialmente compleja debido a la alianza defensiva que mantiene con el país norteamericano, el cual mantiene un despliegue de fuerzas militares bastante considerable en el archipiélago, el cual es el punto base de sus operaciones aeronavales en Asia del Este. Japón funciona como un Estado tapón que cierra la salida de Rusia al Pacífico Norte y de China al Pacifico septentrional.

Asimismo, la posición de Japón como la tercera mayor economía del mundo según los datos del Banco Mundial (2021), es un aspecto importante al considerar su papel como el principal aliado de Estados Unidos en la región.

Ahora bien, el camino que ha tomado al empezar a desplegar capacidades de defensa propias que buscan fortalecer las aptitudes de las Fuerzas de Autodefensa, principalmente en el rubro tecnológico a partir del desarrollo de materiales de guerra como aviones de combate, submarinos, portaaviones y misiles tierraaire, ha impulsado su complejo militar ante la expectativa de un cambio en el orden jurídico y en la doctrina defensiva.

También el desarrollo de la seguridad en otros campos ha sido sobresaliente, la transformación tecnológica ha jugado un papel decisivo en esto, y la amenazas de las armas electrónicas y cibernéticas son cada vez mayores.

Los riesgos naturales se han vuelto relevantes en la medida en que las superpoblaciones y su infraestructura esencial se vuelven más vulnerables a este tipo de fenómenos. Las características físicas del archipiélago japonés lo exponen a los eventos sísmicos, erupciones volcánicas, deslaves, tsunamis, inundaciones, tifones, entre otros. Además de los eventos climáticos mundiales producto de la contaminación y el calentamiento global y sus consecuencias sobre la población, la agricultura, la pesca, la ganadería y el resto de la producción básica.

A lo largo del presente ensayo se tratan algunos de los principales aspectos relativos a la seguridad nacional de Japón, para lo cual se consideran los cambios más relevantes de las primeras dos décadas del siglo XXI, y en especial el período del primer ministro Shinzo Abe al frente del gobierno del Partido Liberal Democrático. Los períodos más significativos considerados van desde la transformación al final de la Guerra Fría, la lucha contra el terrorismo y el ascenso de China. Y por último, se retoman los aspectos del equilibrio de poder regional y global, así como las estrategias para ello empleadas por Japón en el contexto del orden regional en Asia del Este y en el cambio de la polaridad internacional de Occidente hacia el Pacífico.

Las amenazas a las que Japón debe hacer frente en el escenario internacional del siglo XXI se han diversificado de una manera significativa en los últimos años. El rápido desarrollo de las economías asiáticas como China, Corea del Sur, Singapur e India ha puesto el foco de atención en la transición de la polaridad internacional hacia esta región.

El resurgimiento de problemáticas territoriales no resueltas entre los países del Este de Asia son fuente de tensiones que amenazan la estabilidad del orden regional, y de las cuales Japón no es la excepción. Diferendos territoriales como el de las islas Kuriles, Dokdo/Takeshima y las Senkaku/Diaoyu, son asuntos que aún generan tensiones entre Japón y sus vecinos [la disputa por la mayoría de estos espacios se dio al término de la Segunda Guerra Mundial derivado de la falta de acuerdos definitivos sobre su dominio histórico].

A lo anterior se suma la actitud cada vez más desafiante de China por el predominio regional, lo que se materializa en un liderazgo más directo y ambicioso de Pekín (Xuetong, 2021). La participación más activa de China en el escenario internacional y el desarrollo de grandes proyectos de índole geopolítico y geoeconómico, como la llamada “ nueva ruta de la seda” y “el collar de perlas” (One Belt, One Road), han extendido su alcance geoestratégico más allá de su tradicional área de influencia; de tal modo que dicho crecimiento económico se ve aparejado del incremento sustancial de sus capacidades de poder militar (Kissinger, 2016).

El fortalecimiento de las capacidades del poderío militar de China son una respuesta lógica a sus necesidades estratégicas de defensa; y en este sentido destaca el carácter talasopolítico del desarrollo de sus fuerzas armadas [se considera a la talasopolítica como el enfoque de la geopolítica aplicada al ámbito marítimo].

Las rutas marítimas de comercio internacional son la vía de entrada y salida de las mercancías y las materias primas y energéticas que China requiere.

Sin embargo, el avance del posicionamiento geoestratégico y el incremento del poder militar y naval de China no ha sido bien visto por el poder hegemónico estadounidense, el cual ha respondido con una política de contención a la expansión del país asiático (Allison, 2017). Estados Unidos ha estrechado su alianza con Japón, Corea del Sur, Australia, Nueva Zelanda e India, como parte de una estrategia denominada “ un Indo-Pacífico libre y abierto” (Ministry of Foreign Affairs of Japan, 2021), la cual se encamina a fomentar la libre navegación, la paz y la prosperidad del corredor Indo-Pacífico, pero que también funciona como un cerco a las aspiraciones de China de tener una mayor presencia en la zona.

Otro aspecto por considerar es la disputa entre China y Taiwán, el cual derivado de la reinterpretación del Artículo 9 de su Constitución puede arrastrar a Japón a un conflicto [el Artículo 9 de la Constitución se refiere a la prohibición de actos bélicos o al sostenimiento de fuerzas militares por parte del Estado japonés], esto se debe al respaldo irrestricto que Estados Unidos ha dado al gobierno taiwanés frente a las constantes amenazas de China de de China de reincorporar a la isla por la vía de la fuerza. Ante esta situación, el principio de legítima defensa colectiva que estableció Japón [este principio opera bajo la lógica de permitir operaciones de combate en Japón o áreas cercanas de Japón y que involucren a sus aliados] (González, 2014). El debate se centra en determinar qué significan esas “áreas cercanas”] puede hacer que en caso de un ataque armado que obligue a las fuerzas estadounidenses a intervenir lleve a que las Fuerzas de Autodefensa de Japón se incorporen en dicha disputa.

Otra amenaza significativa para Japón en su entorno regional se refiere al arsenal balístico y nuclear de Corea del Norte. Este pequeño país de la península coreana es todo un reto geoestratégico para la seguridad japonesa, ya que, desde la década de 1950 con el armisticio en la Guerra de Corea, existe el riesgo latente de que se puedan reanudar las hostilidades, lo que involucra directamente a Corea del Sur y las fuerzas estadounidenses estacionadas en la península. En este sentido, las constantes amenazas que se materializan a través de pruebas balísticas sobre el espacio aéreo japonés son un recordatorio de la existencia de este riesgo. En todo caso parece inevitable que ante un conflicto entre los actores involucrados se arrastre a Japón a la disputa.

La guerra electrónica y la ciberseguridad

En el marco de las nuevas estrategias defensivas de Japón, la guerra electrónica y la ciberseguridad han adquirido especial relevancia en los últimos años, ya que están estrechamente relacionadas con los avances en las tecnologías de la información y la comunicación. En el Libro Blanco de 2021, editado por el Ministerio de Defensa de Japón, se destacan estos rubros debido al peligro que representan los avances de uso militar de estas tecnologías. Los escenarios de ciberguerra y el ciberterrorismo son cada vez más reales, y los ciberataques perpetrados por hackers en contra de instituciones gubernamentales y empresas son cada vez más constantes; asimismo el desarrollo de nuevas armas en el campo de la guerra electrónica como los pulsos electromagnéticos o los dispositivos de perturbación electrónica, enfocados en reducir el uso del enemigo de dispositivos o sistemas electrónicos.

En este campo, Japón ha optado por impulsar el desarrollo de tecnologías propias que reducen su dependencia a las armas provenientes del extranjero, al mismo tiempo que fortalece sus capacidades defensivas y las de su industria militar. Desde 2016, Japón está desarrollando su propio avión caza de 5ª generación, lo cual lo pone en el grupo de los 5 países que cuentan con sus propias aeronaves de este tipo (Dubois, 2020).

Los desastres naturales, el cambio climático y los riesgos globales

El fuerte terremoto y tsunami que asoló la región noreste de la isla principal de Honshū en 2011, puso de manifiesto la vulnerabilidad de Japón frente a los graves perjuicios económicos y humanos que este tipo de fenómenos naturales pueden provocar. Sin embargo, el mayor riesgo vino del daño ocasionado en la planta de energía nuclear de Fukushima, en la que se produjo la fuga de agua contaminada con radiación directamente al mar.

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Durante los días y semanas posteriores a la contingencia de 2011, las Fuerzas de Autodefensa tuvieron un papel crítico en los esfuerzos de rescate y de limpieza (Tatsumi, 2011); así como en el mantenimiento del orden y la coordinación en las zonas de emergencia.

Ahora bien, en lo que respecta al cambio climático, de nueva cuenta se señala en el libro blanco de 2021 por vez primera que este fenómeno representa un grave pro- blema de seguridad nacional para el Estado japonés (Yeo, 2021).

De igual modo, en esta misma línea aparecen los retos a escala mundial que requieren de una atención local, regional y global, como es el caso de la enfermedad de Covid-19, que ha asolado el desarrollo normal de las actividades económicas y del movimiento de personas a través de las vías de comunicación transpacíficas.

El papel de la alianza nipo-estadounidense en Asia-Pacífico

El diseño de la seguridad nacional emanado de las restricciones del ordenamiento jurídico constitucional japonés instaurado en 1948 y de la prevalencia doctrina Yoshida [fue un planteamiento estratégico adoptado por el primer ministro Shigeru Yoshida a partir de 1951, enfocado a priorizar la dimensión económica del desarrollo de Japón a partir de la cooperación irrestricta con Estados Unidos] fijaron su postura durante toda la Guerra Fría (Granados, 2020). Sin embargo, este modelo se muestra cada vez más presionado e insostenible frente a la incipiente rivalidad entre China y Estados Unidos.

El planteamiento central de la alianza entre Japón y Estados Unidos reside en lo estipulado en el Tratado de Cooperación y Seguridad Mutua, en el cual se establece el compromiso estadounidense de garantizar la seguridad internacional del archipiélago sobre la base de una cooperación casi irrestricta a los intereses de potencia americana en la región, incluido el establecimiento de bases militares en dis- tintos puntos de su territorio. Esto ha sido ampliamente aceptado a partir de los beneficios económicos que rindió al existir un estado de relativa estabilidad y pocas amenazas para el país insular.

Sin embargo, el reciente desafío de China al orden regional establecido por Estados Unidos debido a su rápido crecimiento económico y el aumento de sus capacidades militares, han generado un desajuste significativo en el equilibrio de poder, lo que ha ocasionado un proceso de contrabalance en cuanto a las estrategias geopolíticas de Washington. En este ajuste estratégico Japón tiene un papel central en el cinturón de contención en el Pacífico como estado tapón, ya que la extensión del archipiélago japonés se interpone en la salida de China de las rutas de navegación al Pacífico Norte y a la región meridional.

Las presiones estadounidenses de involucrar a Japón en una postura mucho más activa en cuanto a su propia defensa y su participación en la seguridad regional son cada vez mayores, debido a la necesidad colectiva que se requiere para contrarrestar el avance de China.

La iniciativa de “ un Indo-Pacífico libre y abierto” se ha impuesto como un mecanismo de contención frente al planteamiento chino del Collar de Perlas, una ruta marítima compuesta de una cadena de puertos concesionados o abiertos al país asiático que pueden ser reconvertidos o utilizados, en caso de ser necesario, en puesto navales militares a lo largo de las costas de África, el Océano Índico y el corredor Indo-Pacífico.

Conforme la reacción estadounidense y el acoplamiento de su estrategia en Asia del Este y en el corredor Indo-Pacífico se va estableciendo, la cooperación entre Japón y Estados Unidos se puede tornar mucho más activa, especialmente en el ámbito militar. Asimismo, al exaltar a otros países de su esfera de influencia a sumarse como contrapesos de China, la conformación de un bloque puede acarrear una transformación de las relaciones entre estos aliados.

Consideraciones finales

La forma en que Japón está afrontando los retos a su seguridad nacional a partir de la transformación del paradigma tradicional basado en la doctrina Yoshida la cual le colocaba en una posición supeditada a los intereses estadounidenses a cambio de la garantía de su defensa bajo su paraguas estratégico, abre la posibilidad de desarrollar nuevas formas de cooperación con Estados Unidos y de implementar mecanismos de contrabalance frente al avance económico y militar de China, asimismo posibilita a Japón de restablecer su posición privilegiada en el ámbito regional

Esto apunta al impulso de estrategias enfocadas a desarrollar su propia tecnología militar, para ampliar sus capacidades de defensa aeroespaciales y navales, y el fortalecimiento en los campos novedosos como el de la guerra cibernética y electrónica.

Además, en las últimas décadas se incrementó la necesidad de considerar los factores medioambientales y los fenómenos naturales como un elemento de suma importancia en cuanto a los riesgos que significan. Tal es el caso de los terremotos, tsunamis, inundaciones, deslaves, sequías y epidemias.

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El surgimiento del nuevo paradigma en la seguridad nacional de Japón se construye a partir de la transformación de su escenario regional y por lo tanto de la aparición de nuevas amenazas, por lo que en los diversos aspectos en los que el gobierno japonés debe responder requieren indiscutiblemente un cambio doctrinal e institucional para hacerles frente.

Referencias

Allison, G. (09 de junio de 2017). The Thucydides Trap. Foreign Policy.

https://foreignpolicy.com/2017/06/09/the

-thucydides-trap/ https://www.aviacionline.com/2020/04/mi tsubishi-f-3-el-caza-japones-de-nuevageneracion/

Dubois, G. (01 de abril de 2020).

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Kang, D. (2017). American grand strategy and East Asian security in the Twenty-First Century. United Kingdom: Cambridge University Press.

Kissinger, H. (2016). Orden mundial: reflexiones sobre el carácter de las naciones y el curso de la historia. (T. a. Arijón, Trad.)

México: Debate; Penguin Random House. Ministry of Defense of Japan. (13 de Julio de 2021). Ministry of Defense. https://www.mod.go.jp/en/publ/w paper/ wp2021/DOJ2021 Digest EN.pdf https://forointernacional.colmex.mx/inde x.php/fi/article/view/2230/2220 https://www.stimson.org/2011/rolejapan-self-defense-forces-great-easternjapan-earthquake/ https://www.defensenews.com/smr/energ y-and-environment/2021/07/13/japansnew-defense-whitepaper-issueswarnings-over-taiwans-security-climatechange/

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Xuetong, Y. (2021). Hacerse fuerte. Foreign Affairs Latinoamérica, 21(4), 73-79. Yeo, M. (13 de 07 de 2021). Japan’s new defense whitepaper issues warnings over Taiwan’s security, climate change.

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