ORACIÓN DE LA EMPRESA (1)
Dios nuestro Padre, Creador del Universo y de cada ser humano trabajando en Tu empresa, en nuestra empresa, ayúdanos a difundir Tu palabra, allí donde nosotros estamos, tanto en el trabajo, que es nuestro pan de cada día, como en nuestras relaciones de negocios con nuestros clientes y nuestros proveedores que son, como nosotros, Tus hijos e hijas. Dios nuestro Padre, invade nuestra alma de Tu espíritu y de Tu vida, con el fin de que contigo, nuestro trabajo y nuestro sudor se transfomen en oración, inundando de amor los productos y servicios que preparamos para nuestros consumidores que, son como nosotros, Tus hijos y Tus hijas. Dios nuestro Padre, penetra y posee nuestro entero ser, con el fin de que nuestra vida de trabajo en Tu empresa, en nuestra empresa, se vuelva el resplandor de Tu propia vida. Brilla a través de nosotros, para que a la vuelta del trabajo, los que comparten nuestra vida, maridos o esposas, niños o compañeros de vida, sientan Tu presencia en nuestros corazones, por el amor y el afecto que nosotros debemos a nuestras familias, Tus familias. Muy querido Padre, vive con nosotros en nuestro entorno de trabajo, ama con nosotros, trabaja intensamente con nosotros, trabaja con nosotros, con el fin de mejorar nuestros resultados y nuestra productividad y, por consiguiente, nuestros productos y servicios, nuestros procedimientos y estrategias, permitiéndonos de este modo, contribuir con la seguridad y la calidad de vida de todos los humanos de nuestro país y de la tierra entera, que son, como nosotros Tus hijos y Tus hijas. Muy querido Padre, comparte nuestra vida de trabajo para que podamos comenzar y continuar a Amarte, Padre, y con Tu ayuda a amarnos unos y otros, prosiguiendo al mismo tiempo con la batalla que libramos cotidianamente para ganar la vida de nuestras familias. Déjanos cantar Tus alabanzas, de la manera que prefieras, difundiendo Tu amor en nuestras familias, nuestros seres queridos y nuestros consumidores. Déjanos enseñar Tu palabra, no a través de palabras, pero con nuestro ejemplo y nuestra experiencia de todos los días en el trabajo, por la influencia compatisante de nuestras acciones y por la plenitud del amor que nuestros corazones Te brindan. Y por los que entre nosotros creen en Tí, como en Tu hijo Jesús y en el Espíritu Santo, Les pedimos, a Uds. Tres, acompañarnos en el transcurso de nuestro trabajo cotidiano. ¡Amén!
Traducción francesa del texto inglés corregido y aprobado por Madre Teresa. Ver la carta que ella nos envió el 24 de febrero de 1995.
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