Tradicion oral nortesantandereana

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TRADICIÓN ORAL

NORTESANTANDEREANA

En el Geriátrico Rudesindo Soto de San José de Cúcuta FABIÁN MAURICIO RAMÍREZ ÁLVAREZ


TRADICIÓN ORAL NORTESANTANDEREANA

En el Geriátrico Rudesindo Soto de San José de Cúcuta

FABIÁN MAURICIO RAMÍREZ ÁLVAREZ


UNIVERSIDAD SIMÓN BOLÍVAR EXTENSIÓN CÚCUTA DR. TOMÁS WILCHES BONILLA Director General ING. SANDRA YANETH WILCHES DURÁN Subdirectora Académica DRA. MIRIAM CECILIA WILCHES DURÁN Subdirectora Administrativa DRA. MYRIAN ALICIA DURÁN DE WILCHES Subdirectora de Bienestar Universitario DR. WILLIAM TOMÁS WILCHES DURÁN Secretario General DRA. LAURA VIANEY BARRERA RODRÍGUEZ Directora Centro de Investigación GRUPO INVESTIGACIÓN: Gestores de Cultura Nortesantandereana INVESTIGADOR PRINCIPAL: FABIÁN MAURICIO RAMÍREZ ÁLVAREZ ASESORA: DRA. LUCY GÓMEZ MINA SAN JOSÉ DE CÚCUTA SEPTIEMBRE DEL 2009 ISBN: 978-958-8659-01-5


Con el mayor afecto dedico esta obra investigativa a toda la familia y comunidad Bolivariana en cabeza del Doctor Tomás Wilches Bonilla por su interés continuo en la consolidación y construcción de Norte de Santander. Con amor a mi esposa Miller y a mi hijo Juan Felipe A Dios Todopoderoso, a todos los abuelitos…


“Pueblo, nuestro talento es de pueblo, pero nuestra virtud trasciende las montañas porque según el maestro que nos da esta luz, ¡EL PUEBLO ES LA VOZ DE DIOS!” Tomás Wilches Bonilla


AGRADECIMIENTOS A: Universidad Simón Bolívar, extensión Cúcuta Centro de Investigación Geriátrico Rudesindo Soto San José de Cúcuta Hermana Directora Sor Olivia Cañaveral Adultos mayores del Rudesindo Soto A todos los estudiantes y docentes vinculados a esta investigación.


CONTENIDO 1. PRESENTACIÓN.............................................................. 7 2. INTRODUCCIÓN.............................................................. 9 3. CAPÍTULO UNO: EL REFRANERO............................... 17 4. CAPÍTULO DOS: LAS LEYENDAS................................ 30 5. CAPÍTULO TRES: LOS CUENTOS................................ 47 6. REFLEXIONES............................................................... 50 7. BIBLIOGRAFÍA............................................................... 58


PRESENTACIÓN Es trascendental para el hombre de hoy identificarse con su contexto histórico y social, por ser este el patrimonio preponderante de la cultura popular que se evidencia en el sentir tradicional de la palabra de quien vive la identidad local con pasión, con raíces, con profundo sentido de la tierra que lo vio nacer y que todo le ha dado. Pueblo, nuestro talento es de pueblo, pero nuestra virtud trasciende las montañas porque según el maestro que nos da esta luz, el pueblo es la voz de Dios, y es por eso que los nortesantandereanos, de la mano, hombro con hombro, sí podemos constituir un departamento próspero, con identidad propia, con los valores que la misma comunidad genera en la construcción de procesos sociales de paz, igualdad, inclusión, pluralidad y desarrollo. La tradición oral de los pueblos determina la calidad moral de su gente, de su vida pastoril y técnica a la vez, como nos lo muestra el mundo de hoy, donde el conocimiento se genera en cantidades ciclópeas antes no pensadas ni imaginadas. La Universidad Simón Bolívar, consciente de su liderazgo y pertinencia, asumió la noble tarea de desarrollar un proceso investigativo tendiente a recuperar la tradición oral en el adulto mayor, generando un bastión referente para que las nuevas generaciones se valgan de la sabiduría popular que reposa en el refrán, en la leyenda, en el cuento, como elementos que nos identifiquen como nortesantandereanos de bien, hijos de nobles campesinos y parroquianos que tienen un estilo de vida y unos valores acordes a las enseñanzas de nuestros antepasados. Para educar a las generaciones de hoy bajo los baluartes de la transparencia, de las buenas costumbres, de la buena voluntad y de la libertad, porque aquí nació la patria.

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En los primeros 10 años de vida de nuestra Universidad Simón Bolívar, extensión Cúcuta, y de nuestro Instituto Inprosistemas del Norte, que con orgullo tiene otros 25 años en la ciudad, la meta propuesta ha sido brindar la mejor educación profesional y técnica para nuestra gente, desde el pensamiento y los valores bolivarianos, más ahora que estamos cerca del centenario de creación de nuestro amado departamento Norte de Santander y, cerca también, del bicentenario de vida Institucional de nuestro país. Por eso, no me canso de llamar a la integración, a la consolidación del departamento de la manito, hombro a hombro, porque los nortesantandereanos de verdad, pa’ Dios que ¡SÍ PODEMOS! Dr. Tomás Wilches Bonilla

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INTRODUCCIÓN Reflexión sobre el nuevo entorno generacional. Sucre: Playas de Santiago de Tolú, enero de 2003. La mamá y el hijo discutían diametralmente distantes e irreconciliables. Recreando la escena, se trataba del tradicional “no quiero salir en la foto”. El joven cansado de negarse rotundamente a posar en la foto familiar y ser compelido, también una y otra vez por sus tías, aceptó finalmente participar en el memorable cuadro. De momento, los ánimos se apaciguaron hasta que la mamá, algún tiempo después, se puso a ver las fotos, y para su asombro, su hijo no estaba. ¡¿Qué pasó?! El hijo, como explicaba con beneplácito a su madre, se había eliminado de la foto haciendo uso de sus competencias digitales. Todo conspiró a su favor: una cámara digital, un programa de escaneo de imágenes, competencia informática y misión cumplida. El verbo se conjuga, pues, en presente subjetivo juvenil: yo escaneo, los adultos no escanean1.

Si bien es cierto que todo tiempo pasado fue mejor, también es indiscutible que los retos y paradigmas de la era posmoderna también requieren ser analizados bajo nuevos modelos educativos, para que la escuela, la familia y, en general, la sociedad hagan un alto en el camino y generen espacios de reflexión en torno al paradigma complejo de nuestros días. La palabra, perpetua generadora de transformaciones culturales en el hombre y la mujer, es el mejor motivo para sentarse y considerar qué está pasando hoy día, por qué se presenta una desvinculación evidente de todo aquello que se relaciona las buenas costumbres, por qué todo aquello que no genere expectativas para la realidad espectáculo es arrojado fuera, por qué la sociedad de consumo y el capitalismo cognitivo presentan estereotipos que dejan a un lado al adulto mayor y la sabiduría ancestral que reposa en su discurso. Las sociedades neoliberales traen consecuencias sociales, económicas, ambientales y culturales, donde los niños y La información nos vuelve competentes, y así nos enteramos de que, en el primer trimestre de 2003, por primera vez en la historia, se han vendido más cámaras fotográficas digitales que las tradicionales de rollo Afga y Kodak. (Nota del autor)

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jóvenes tienen un ritmo de vida que poco permite el diálogo consigo mismo. La globalización –no tan solo de beneficios sino también de riesgos– conlleva a una fluctuación sobre los posibles cambios. Para los niños y los jóvenes, “el riesgo de vivir en una sociedad en la que no pueden intervenir decididamente, a la que no pueden cambiar porque la esencia de la cuestión está mucho más allá de las instituciones locales”2 cohíbe su palabra y la condena al olvido. Ya el discurso de millones de niños y jóvenes no responde a una construcción familiar donde la palabra de los abuelos, colmada de refranes y tradición oral, dejó de cumplir el papel formador que por mucho tiempo tuvo. La subjetividad juvenil en todas las latitudes tiene un discurso que se pierde en el ritmo de la ciudad posindustrial, en los hábitos matutinos de la realidad postmoderna. Su música metalizada, sus hábitos urbanos, sus prácticas subjetivas, modas extravagantes y el consumismo desaforado sumen en la ignominia e indiferencia a miles de jóvenes resignados al silencio al que les condena la globalización neoliberal, la economía de mercado, el biopoder o todos los dispositivos institucionales de control que influyen en la vida de millones de personas en el mundo posmoderno. Es común para la escuela y la sociedad, tanto nortesantandereana como global, utilizar denominadores como “sujeto” o “individuo” para millones de hombres y mujeres que tienen subjetividades distintivas, imaginarios tribales, concepciones populares, íconos, dialectos, lenguajes, nociones espirituales tan particulares unas de otras -así como diversas son sus huellas dactilares- que sin darse cuenta desde la educación, la comunicación y la tecno-cultura se homogeneiza casi que industrialmente el pensamiento. Y la palabra del adulto mayor, tristemente se confina en el geriátrico como última morada para aquel que ya no representa un beneficio económico y que mucho menos es el tema central de la realidad espectáculo Palabras de Andrés, un joven colombiano en una comunicación personal, abril de 2002. (Nota del autor)

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que tanto influye en la vida de hoy, pues, lo que no aparece en los medios prácticamente no existe o no representa referente de vitalidad. Dice Lipovetsky:3 Los jóvenes forman parte de una sociedad global radicalmente nueva, con nuevos valores y aspiraciones; así, no se trata de una crisis de valores interpretadas por los jóvenes, sino de contradicciones entre formas nuevas y formas viejas de comportamiento, de estimaciones sociales que son el cotidiano al que se resisten todos los que se ubican como un problema cuya responsabilidad se atribuye a los jóvenes. El sociólogo Alemán Ulrich Beck señala que niños y jóvenes actúan cual si fueran muertos vivos, es decir, su discurso es una brizna sin importancia arrastrada por el viento de la historia. La eficacia simbólica del pensamiento del joven nortesantandereano se presenta descontextualizada con relación a los acontecimientos matutinos que le afectan. Los jóvenes son portadores de una revolución tecno –cultural que les ubica en un momento espacio– temporal bien diferente al que vivieron nuestros padres y abuelos. El portavoz del ciberpunk, William Gibson discurre: Hay un personaje algo siniestro en el libro que es una especie de ejecutivo publicitario sofisticado que afirma que actualmente no existe el futuro, en el sentido en que nuestros abuelos o nuestros padres tenían un sentido del presente y del futuro. Ellos contaban con el lujo de vivir en un presente que se estaba quieto el tiempo suficiente para que pudiesen pensar: “estamos aquí, y el futuro está más allá, y nos podemos imaginar cómo va a ser”. En la situación en la que estamos hoy no hay un presente, todo está cambiando todo el tiempo y, por lo tanto, no hay manera de extrapolar un futuro4.

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Lipovetzky, Espacio privado y espacio público, en op. cit.

“El padre del ciberpunk William Gibson: “El futuro ya no existe”, José Luis de Vicente. www.elmundo.es.

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La poca claridad al momento de enunciar referentes simbólicos que fortalezcan la identidad local, determina un joven nortesantandereano indiferente a la misión social que históricamente recae en sus hombros. Las últimas décadas han reconfigurado las formas de asumir la realidad, ya por la recesión económica, las guerras civiles, las transformaciones culturales, el impacto del terrorismo, los problemas ambientales, que un nuevo mapa circunscrito a mecanismos de biopoder en el ámbito global, organizaciones red, democratización del conocimiento y cobertura de la comunicación – cultura, obligan a que la sociedad piense nuevas comuniones y alianzas de la educación como mediación de este panorama tan desolador a la hora de develar el perfil humanista del progreso social. En Norte de Santander, en Colombia y en el mundo pensar la relación literatura –cultura– educación, de manera prospectiva, compromete a la escuela como ente mediador y responsable para diseñar estrategias humanistas, imaginar futuros posibles, generar políticas igualitarias e incluyentes que convenzan a niños y jóvenes de que es posible posicionar una pupila en su identidad local y la otra en la global para vivir en función del progreso sobre la premisa del amor incondicional. Se ha aludido desde hace algunos años que para construir sentidos faltan referentes, recursos simbólicos que cada vez son más escasos entre los jóvenes que viven en condiciones de soledad, marginalidad o exclusión. Una investigación sobre concepciones de vida y muerte en jóvenes colombianos5, reveló que el consumo cultural de libros, música y películas posibilitaba a numerosos jóvenes reafirmar sus ideas sobre la vida, la muerte o la violencia. El estudio posibilitó poner en circulación estas representaciones. Lo simbólico, como

José Fernando Serrano, “Menos querer más de la vida”. Concepciones de vida y muerte en jóvenes urbanos, en Revista Nómadas. La singularidad de lo juvenil. Departamento de Investigaciones. Fundación Universidad Central, Bogotá, octubre 2000.

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el sentido, proviene de otro identificable significativo, salvo riesgo de pasar como un discurso que no dice nada a nadie, igual que esas frecuentes repeticiones mediáticas sobre la paz, la democracia, o los derechos humanos que carecen de verosimilitud e identificación entre los jóvenes. En ese orden de ideas ¿el marco educativo colombiano y nortesantandereano está comprometido con la elaboración de imaginarios colectivos significativos que hagan del conocimiento un instrumento que genere identidad? ¿La comunicación – cultura está sirviendo de eje transversal para moldear subjetividades locales, o solo tiene la intención de globalizar el pensamiento? Y por último, ¿podemos hablar de subjetividades juveniles en Norte de Santander, que tengan identidad e idoneidad frente a los retos de la tecno – cultura y la sociedad del conocimiento, siendo posible que la tradición oral del adulto mayor sea un referente para la construcción de identidad y sentido de pertenencia? Vattimo dice que en un contexto global de pérdida de sentidos unitarios, lo que se da es una liberación de los dialectos, de las lenguas de los pequeños grupos, y el estallido de una multiplicidad de racionalidades locales en las minorías étnicas, sexuales, religiosas y culturales, las cuales, quizás por primera vez en la historia occidental, toman la palabra. No es el caso de los jóvenes que subsisten en precarias condiciones de exclusión o marginalidad como los de nuestras comunidades latinoamericanas. Hay niños y jóvenes que no tienen la oportunidad de la palabra, sobre todo de la pública, dirigida a interlocutores confiables. Hoy, el derecho a la expresión diáfana se asume, sustrae o inscribe en un muro que tiene dueños, la mayoría de las veces poderosos o no interlocutorios que vedan la participación de estos seres lozanos. El mundo de los jóvenes se construye como conato por dejar huellas, o intento por hacerse visibles, por ser mirados, o usando su jerga, como propósito de pertenecer al “parche”. TRADICIÓN ORAL NORTESANTANDEREANA

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Las sociedades neoliberales de occidente, y el capitalismo cognitivo que les identifican, arriesgan los procesos de transmisión de la tradición oral regional y local. La globalización, no solo de beneficios, como se pensaría someramente, sino también de riesgos, especialmente frente a la identidad de cada región, representa un reto para la conservación del acervo cultural milenario que nuestra palabra tiene, y que se ve afectado directamente por el desarrollo de la posmodernidad. La resistencia no solo política y económica, sino cultural y educativa, tiene en la poesía, los refranes, leyendas y cuentos populares, el camino fehaciente para generar identidad y transmitir de generación en generación la esencia de lo que somos, desde lo que fuimos, para así dimensionar lo que seremos en medio de un mundo cada vez más raudo, más interconectado, más complejo. El proyecto “Recuperación de la tradición oral nortesantandereana en el Geriátrico Rudesindo Soto de Cúcuta”, mediante poemas, refranes, adivinanzas, mitos, cuentos y leyendas, tiene por objeto directo solucionar esta problemática que afecta el desarrollo de la vida misma de miles de jóvenes nortesantandereanos que no definen su identidad, precisamente porque no la conocen. ¿Será pertinente recuperar la tradición oral del departamento, como mecanismo de resistencia al capitalismo cognitivo de las sociedades neoliberales? En ese sentido, este libro compila las experiencias investigativas en el marco de la asignatura Competencias Comunicativas en Lengua Castellana, construido desde el Centro de Investigación de la Universidad Simón Bolívar, extensión Cúcuta, en el grupo Gestores de la Cultura Nortesantandereana, en la línea investigativa Familia, Cultura y Calidad de Vida. La misión está ajustada en la pertinencia de la investigación social y la reconstrucción del patrimonio cultural de Norte de Santander, cuya visión está dirigida a liderar y potenciar los procesos de configuración del sujeto social, analizando heurísticamente la pertinencia

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de la tradición oral del adulto mayor en la constitución del pensamiento y la identidad del habitante de Norte de Santander como referente de resistencia cultural al capitalismo cognitivo de las sociedades neoliberales. Por intermedio de un proceso metodológico de contacto directo con los abuelos, y recurriendo a la música, la pintura y la poesía, se logró generar un diálogo abierto en el que ellos alimentaron la investigación con un sinnúmero de elementos propios de la tradición oral. El ejercicio permitió identificar y reflexionar sobre el papel mediador de este milenario mecanismo de comunicación en el rescate de la sabiduría e identidad popular, logrando establecer la influencia de la tradición oral en los procesos de configuración de la identidad del joven de Norte de Santander, comidiendo, a su vez, las consecuencias del neoliberalismo, la globalización y el capitalismo cognitivo en la identidad local del departamento. Esta investigación abarcó un análisis sociolingüístico y dialectal de la relación tradición oral - posmodernidad. El hábito verbal popular está amenazado por el alcance y desarrollo de los procesos de globalización mundial que golpea con ánimo destructivo la identidad local de cada provincia. Norte de Santander y Cúcuta no son ajenos a esta realidad. Es importante desarrollar proyectos tendientes a la recuperación de la oralidad, utilizando la investigación como herramienta pertinente para rescatar la sabiduría lingüística que reposa en el adulto mayor del geriátrico Rudesindo Soto. Así, el cuento, la poesía, el refrán, el mito, la leyenda, la adivinanza y la tradición oral sirven de bastión para hacer de la producción textual y oral el mejor motivo para reunirnos en torno a la palabra. En sociedades neoliberales que traen consecuencias sociales, económicas, ambientales y culturales, los jóvenes tienen un ritmo de vida desaforado, de desvinculación familiar evidente que poco permite el diálogo entre ellos. El refranero, producto de este análisis, constituye un manual ético del papel importante de la palabra en la formación integral TRADICIÓN ORAL NORTESANTANDEREANA

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de la persona, en su visión anticipada y coherente del mundo que le rodea. La compilación de mitos, leyendas y cuentos propios de la provincia nortesantandereana merecen un capítulo especial en los planes curriculares de las instituciones de la capital del departamento y los municipios que conforman la región. Se debe restablecer la responsabilidad ancestral que se tuvo con relación al cuidado de los viejos, en las casas que ellos mismo erigieron, antes de ser arrojados a un centro geriátrico sin consideraciones filiales.

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CAPÍTULO UNO “EL REFRANERO” El refrán es tan antiguo como la humanidad, siendo igualmente sabio y conveniente como la experiencia misma. Ni se conocen sus prominentes orígenes, ni admite contradicción alguna en cualquier cultura o en diversas lenguas, pues, es capaz de acomodarse a las circunstancias en todas las naciones, gozando de la más compleja, popular y asombrosa universalidad. No hay sentencia más breve, ni más oportuna que la del refrán. Por eso, más allá de su erudito trasfondo, se refugia más bien en lo coloquial, en lo castizo. Por venir del fondo del sentir popular, está en todas partes, en toda situación, siendo tanto oportuno como familiar. Entonces, no hay boca que no lo pronuncie, ni lengua o país que lo desconozca, ni sabiduría tecnológica que lo sustituya. El refrán tiene por padre al pueblo, por madre a la experiencia y por hermanos gemelos al modismo, el adagio, el proverbio y la expresión familiar. Es amigo fiel de los mayores. Así como los grandes caciques y sabios precolombinos traían con ellos la palabra de sus ancestros, los abuelos lo usan certeramente. Es el refrán favorito en diversas citas de filósofos, tratados doctrinales y grandes pensadores, pues, aplicado en tiempo correcto es sinónimo de ley, de sentencia de eficacia moralizadora. Previene o castiga, aplaude o zahiere, absuelve o recrimina, consagra o desaprueba, estimula o condena. En palabra de curtidos marinos y aventureros corajudos que atravesaron un mar incierto, vino el refrán por primera vez a América, a bordo de las tres carabelas orientadas por Colón. Viajó para enriquecerse y renovarse en el nuevo mundo, donde nuevas circunstancias crearon nuevos refranes, pues, es de razón que se acomode a cualquier latitud que aborde.

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El refrán tiene su propia evolución. Cada sentencia por burda o campechana que parezca viene evolucionada. Por la Hispania de los romanos, por la Andalucía de los islamitas, por las Castillas de los reyes católicos, han transcurrido cien generaciones haciendo el aporte de su propia cultura. De las certeras sentencias latinas se originaron, andando en el tiempo, dichos no menos puntuales y sapientes. Es así como del Talis vir talis oratio resulta el castizo refrán: “Habló el buey y dijo muu”. También otro que dice: “Quien bien te quiere te hará llorar” que debió tener origen en la locución qui bene amat, bene castigat. Aquello de que “las palabras se las lleva el viento” puede tenerse como justa versión del proverbio verba volant, scripta manent, y el adagio según el cual “no hay nada nuevo bajo el sol”, encuentra su referente en Nihil novum sub sole. La dominación musulmana, que volvió a España el país más culto de su tiempo, aportó la fina sutileza del proverbio oriental. Después, la predicación del evangelio y la cristianización de España colmaron de proverbios contenidos de la Biblia como: “Con la vara que midas serás medido”. “Que tu mano derecha no vea lo que hace tu izquierda”, y otros del mismo tenor. En la edad media aparece la obra maestra de la literatura medieval española, “Cantar de Mio Cid”, llena de broncos refranes. Así la literatura española, desde estos tiempos, pasando por la colonia y la emancipación, le ha dado a Colombia un soporte importante en cuanto al refrán y sus alcances. La influencia castellana en nuestro devenir lingüístico es importante, con “El Quijote de la Mancha” y “Platero y yo” que, llegadas a los últimos siglos, moldean una forma de entender la vida y la realidad desde la sabiduría misma de la palabra. Este preámbulo establece la antesala de los refranes recolectados en el geriátrico Rudesindo Soto de Cúcuta, que nacen de la identidad cultural del pueblo. Mediante la entrevista personal y la terapia artística, como medio de interacción con el adulto mayor, se recolectaron diversos refranes.

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Organización alfabética de los refranes recolectados

A

Abril aguas mil y todas caben en un barril. Agua en ayunas salud segura. Agua Dios misericordia. Agua que no has de beber, mejor déjala correr. Agua y mujer a nada deben oler. Aguacero fuerte pasa pronto. Ahogarse en un vaso de agua. Algo tendrá el agua desde que la bendicen. Arboledano no se vara. Arboledano no mea solo. Arboledano que se respete pide rebaja. Arboledano tiñe pero no destiñe. Arrieros somos y en el camino nos encontraremos. Amor de lejos, amor de pendejos. A buen sueño, no hay mala cama. A buena hambre no hay pan duro. A caballo regalado no se le mira el colmillo. A cada marrano le llega su sábado. A camino largo, paso corto. A chillidos de marrano, oídos de matarife. A Dios rogando y con el mazo dando. A gato viejo, ratón tierno. A juventud ociosa, vejez trabajosa. A la mejor cocinera, se le ahúma la olla. A la sombra de los buenos, viven los malos. A lo que no tiene remedio, oídos sordos. A mal tiempo, buena cara. A quien Dios no le da hijos, el diablo le da sobrinos. A quien madruga, Dios le ayuda. A veces el remedio es peor que la enfermedad. A grandes males, grandes remedios. Abril lluvioso hace a mayo hermoso.

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Acabándose el dinero, se termina la amistad. Al buen entendedor, pocas palabras bastan. Al final, la cabra al monte tira. A lo hecho, pecho. Al hombre que camina no se le paran las moscas encima. Al mejor cazador se la va la liebre. Al perro más flaco se le pegan las pulgas. Al vago y al pobre, todo les cuesta doble. Amigo en la adversidad, amigos de verdad. Amigos y libros: pocos y buenos. Amor con amor se paga. Amor con celos causa desvelos. Animales ingratos: las mujeres y los gatos. Antes que acabes, no te alabes. Antes que te cases, mira lo que haces. Antes son mis dientes que mis parientes. Aprende bien a callar, para que sepas hablar bien. Aquellos son ricos que tienen amigos. Árbol que nace torcido, nunca se endereza. Al que a buen árbol se arrima, buena sombra lo cobija. Aunque la mona se vista de seda, mona se queda.

B

Bala que zumba no mata. Barájamela más despacio. Barriga llena, corazón contento. Bien muere quien bien vive. Bien casada es la que no tiene suegra ni cuñada. Blancos son, allá se entenderán dijo el indio. Boca con bozo besa sabroso. Brava mi vecina que se robó mi gallina. Brilla por su ausencia. Bueno es el cilantro, pero no tanto. Buen buey no pisa mata, y si pisa no mata. Burla Burlando el lobo se comió al asno.

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C

Cada loco con su tema. Cada oveja con su pareja. Cada perro con su hueso. Cada quien es dueño de su miedo. Cada uno en su casa es rey, pero su mujer hace la ley. Cada uno se rasca donde le pica. Camarón que se duerme, se lo lleva la corriente. Carne que se lleva el gato no vuelve al plato. Casado, pero no capado. Come y bebe, que la vida es breve. Como el apóstol 13, come y desaparece. Con amor y aguardiente, nada se siente. Con virtud y bondad se adquiere autoridad. Conozco al viajero por las maletas. Cría fama y échate a la cama. Cría cuervos y te sacarán los ojos. Cuando se enojan las comadres, se dicen las verdades. Cuando uno está de malas, hasta los perros le ladran. Cuando no hay solomo, de todo como. Cuando uno va de culos no hay barranca que lo ataje.

D

De dinero y bondad, siempre la mitad. De esperanzas vive el hombre, y muere de desilusiones. De golosos y tragones están llenos los panteones. De los parientes y el sol, entre más lejos, mejor. De médico, poeta y loco, todos tenemos un poco. De noche, todos los gatos son pardos. De tal palo, tal astilla. Del amor al odio sólo hay un paso. Del árbol caído, todos hacen leña. Del cobarde no se ha escrito nada. Del dicho al hecho, hay mucho trecho.

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Del plato a la boca se cae la sopa. Del sabio, poeta y loco, todos tenemos un poco. Despacio voy, porque de prisa estoy. Día martes, ni te cases ni te embarques. Dime con quién andas y te diré quién eres. Dime cuanto traes y te diré cuanto vales. Dinero sin caridad, es pobreza de verdad. Dios aprieta, pero no ahorca. Dios los cría y ellos se juntan. Disfruta, come y bebe: que la vida es breve. Donde gobierna capitán no manda marinero Donde hay amor, hay dolor. Donde hay amor, no hay temor. Donde hay gana, hay maña. Dos bueyes machos no viven en una misma cueva.

E

El que se fue a la villa perdió su silla y el que se fue a Torreón, su sillón. En casa de herrero, cucharón de palo. El buey viejo bien se lame. El que no tiene más con su mujer se acuesta. El que nace pa’ tamal, del cielo le caen las hojas. El consejo de la mujer es poco, y el que no lo toma es loco. El hambre es la buena, no la comida. El hombre propone la mujer dispone y el diablo sopla. El diablo sabe más por viejo que por diablo. Perro viejo, ladra sentado El mal escribano le echa la culpa a la pluma. El melón y la mujer son difíciles de conocer. El peor de los males es tratar con animales. El pez que busca anzuelo, busca su duelo. El pez por la boca muere. El que a todos saluda, pronto rompe su cabeza. El que al cielo escupe, en la cara le cae.

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El que busca, encuentra. El que canta por la mañana, llora por la tarde. El que canta, sus males espanta. El que da primero, da dos veces. El que da y quita, con el diablo se desquita. El que de mañana se levanta, en su trabajo adelanta. El que es un buen gallo, en cualquier corral canta. El que hambre tiene, en tortillas piensa. El que mal anda, mal acaba. El que más hace, menos alcanza. El que mucho corre, pronto para. El que mucho fía, se queda con la bolsa vacía. El que mucho habla, mucho yerra. El que no cae, resbala. El que no coge consejeros no llega a viejo. El que no oye consejo, no llega a viejo. El que no se arriesga no cruza el río. El que parte y comparte, le toca la mayor parte. El que poco pide, poco merece. El que por su gusto corre, nunca se cansa. El que quiere baile, que pague músico. El que quita la ocasión, evita el ladrón. El que tiene tienda, que la atienda. El que sale a bailar, pierde su lugar. El sueño es alimento de los pobres. El último en llegar, con la más fea le toca bailar. El valiente de palabras es muy ligero de pies. El que no llora no mama. El que nada debe, nada teme. En boca cerrada no entra mosca. En boca del mentiroso, lo cierto se hace dudoso. En casa de herrero, cuchillo de palo. En la tierra del ciego, el tuerto es rey. En la guerra y en el amor, todo es permitido. En pleitos de hermanos, no metas las manos. En tiempo de guerra, cualquier hoyo es trinchera. En todas partes se cuecen habas.

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En tus apuros y afanes, acude a los refranes. Enero y febrero, desviejadero. Entre amigos honrados, cumplimientos dispensados. Entre bueyes no hay cornadas. Entre marido y mujer, nadie se debe meter. Entre más amistad, más claridad. Es mejor deber dinero y no favores. Ese huevo quiere sal. Está más pelao que las rodillas de un cabro. Está como agua pa’ chocolate. Estoy tan lleno como garrapata de yegua vieja.

F

Favor recibido, compromiso contraído. Favor publicado, favor deshonrado. Febrero loco y marzo otro poco.

G

Gratis, hasta puñaladas. Gallina vieja hace buen caldo. Gato escaldo del agua fría huye. Gato llorón no pesca ratón.

H

Hasta al mono más listo se le cae el zapote. Haz bien y no acates a quien. Hazme las cuentas claras, y el chocolate espeso. Hiciste como Blas, ya comiste, ya te vas. Hijo mimado, hijo malcriado. Hijo sin dolor, madre sin amor. Hijos crecidos, trabajos llovidos. Hombre flojo no consigue mujer bonita. 24

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Honra y dinero no caminan por el mismo sendero. Honra y dinero se ganan despacio y se pierden ligero.

I

Indio muerto no tira flecha.

L

La condición hace al ladrón. La cruz en el pecho y el diablo en los hechos. La esperanza es la última que se pierde. La mejor palabra es la que no se dice. La mujer casada, preñada y en casa. La mujer y las tortillas, calientes han de ser. La palabra es playa, el silencio oro. La pereza es la madre de todos los vicios La práctica hace maestro. La ropa sucia se lava en casa. La suerte es loca y a cualquiera le toca. La última cuenta la paga el diablo. La verdad padece, pero no perece. La mujer, el caballo y la pistola no se prestan. La zorra nunca se mira la cola. Las cosas se parecen a sus dueños. Las estrellas inclinan pero no obligan. Las penas con pan son menos. Le metieron gato por liebre. Le di la mano y me mordió los dedos. Levantarse con el pie izquierdo. Lo fiado es pariente de lo dado. Lo que a la vista está, no necesita anteojos. Lo que bien se aprende, nunca se pierde. Lo que nada cuesta, volvámoslo fiesta. Lo que en los libros no está, la vida te lo enseñará. Loro viejo no aprende a hablar. TRADICIÓN ORAL NORTESANTANDEREANA

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Los borrachos y los niños dicen la verdad. Los parientes y el sol, entre más lejos, mejor.

M

Machete, estate en tu vaina. Madre no hay más que una. Mal camino no conduce a buen sitio. Más envejecen las penas que las canas. Más hace una hormiga andando que un buey echado. Más liso que nalga de bebé. Más quebrao que un tabaco en el bolsillo de atrás. Más pronto cae un hablador que un cojo. Más se aprende en un día de soledad que en ciento de sociedad. Más vale malo por conocido que bueno por conocer. Más vale libertad con pobreza que prisión con riqueza. Más vale pájaro en la mano que cientos volando. Más vale pan con amor que gallina con dolor. Más vale poco y bueno que mucho y malo. Más vale sano que pagarle al cirujano. Más vale ser cabeza de ratón que cola de león. Mata al tigre y le tiene miedo al cuero. Mejor solo que mal acompañao. Menos perro, menos pulgas. Muchos hijos, riqueza del pobre. Muerte, no te me acerques, que estoy temblando de miedo. Mujer, gallina y marrano se comen con la mano.

N

Nadie es profeta en su propia tierra. No crea que el indio es pobre porque la maleta es de hojas. No hay mal que dure 100 años ni cristiano que lo resista.

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No cortes el árbol que te da sombra. No todo lo que brilla es oro. *No es más rico el que más tiene, sino el que menos necesita. No hay atajo sin trabajo. No hay curva mala pasándola despacio. No hay enemigo pequeño. No hay libro malo que enseñe algo bueno. No hay mal que por bien no venga. No hay más sordo que el que no quiere oír. No hay peor esfuerzo que el que no se hace. No hay que buscarle mangas al chaleco. No le busques tres pies al gato. No me hables de flores, que soy jardinero. No se cazan dos pájaros al mismo tiempo. No se nace caballero: hay que saber serlo. No te quemes la boca por comer pronto la sopa. No tengas como vano el consejo del anciano. No tropieza quien no anda. No le pongas tanta crema a tus tacos. Nunca es tarde si la dicha es buena. Nunca tiene razón quien no tiene dinero.

O

Oír, ver y callar, para en paz estar. Ojos que no ven, corazón que no siente.

P

Paga lo que debes y sabrás lo que tienes. Pan duro, pero seguro. Para cuchillo que corta, no hay carne dura. Para todo hay remedio, menos para la muerte. Para todo hay remedio, si no es para la muerte.

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P’atras ni p’a coger impulso Pasado el tranco, olvidado el santo. Peores nalgas tiene mi suegra. Perro que ladra no muerde. Perro que no camina, no encuentra hueso. Poco a poco se anda lejos. Poderoso caballero es don Dinero. Por donde pasa la aguja, pasa el hilo. Por el árbol se conoce el fruto. Por la boca muere el pez. Por que te quiero te aporrio Predicar en el desierto es como aconsejar a un muerto.

Q

Querer es poder. Quien con el lobo se junta, a aullar aprende. Quien no arriesga nada, ni pierde ni gana. Quien no nada no se ahoga. Quien con niños se acuesta, mojado amanece.

R

Racimo grande, banano pequeño. Rey muerto, rey puesto.

S

Sabio es quien poco habla y mucho calla. Secretos en reunión es mala educación. Se quedó a vestir santos. Ser prudente como la serpiente. Si a tu hijo no le das castigo, serás su peor enemigo. Si a viejo quieres llegar, las cargas has de soltar. Si no es gato, es gata, y si no, gatito. 28

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Si quieres conocer a Andrés, vive con él un mes. Si quieres el perro, acepta las pulgas. Si te digo que la burra es parda, es porque tengo los pelos en la mano. Si esta víbora te pica, no hay remedio de botica.

T

Tal para cual. Te casaste, te fregaste. Te conozco bacalao, aunque vengas disfrazao.

U

Una golondrina no hace verano Una buena acción es la mejor oración. Uñas de gato y túnico de beato.

V

Víbora que chilla no pica.

Z

¡Zapatero, a tus zapatos! Zorra vieja no cae en la trampa.

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CAPÍTULO DOS “LAS LEYENDAS” Al estudiar el devenir histórico de las mentalidades populares y colectivas, de las ideas multitudinarias y de la vida coloquial de los pueblos, encontramos en la literatura y el folclore literario numerosas leyendas que la gente transmite de generación en generación, oralmente o por escrito. De esa manera conocemos reflexiones sobre los orígenes y creencias, cuyas explicaciones se hacen en forma legendaria por la carencia de fuentes que den testimonio fehaciente de veracidad histórica. Algunos narradores de historias o cuenteros, relatan los hechos muchas veces exagerados de manera sobrenatural o carismática de sus héroes, sabios o caudillos que han tenido trascendencia en la vida cotidiana, educativa, científica, artística, cultural, social, religiosa, militar o política, convirtiéndolos en leyendas, de manera individual o colectiva, cuya interpretación se plantea entre lo mítico y extremadamente legendario, por carecer de un fundamento epistémico que lo posicione en la hermenéutica histórica. La leyenda es una narración literaria en la cual se mezcla lo fidedigno con lo mítico. Algunas son narraciones sustentadas en lo histórico y en la tradición. Otras tienen un trasfondo mágico, lleno de referentes simbólicos, donde el papel heroico del personaje principal es evidente. En los pueblos y campos nortesantandereanos abundan las leyendas que se transmiten de generación en generación y que llegaron al adulto mayor del geriátrico Rudesindo Soto de Cúcuta, por este canal. Algunas explican fenómenos naturales y geográficos relacionados con las lagunas misteriosas, rocas con poderes sobrenaturales, cuevas legendarias, montañas mágicas. En otras se habla de la presencia del demonio, de brujas, de la Gritona, del Cojito, la Madre monte, y la Pata sola. 30

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Las leyendas sobre personajes en las diversas épocas de la historia de Norte de Santander, son generalizadas. Entre las indígenas se mencionan las de Zulima, la del romance de Zulia y Guaimaral y la del suicidio colectivo de los indios chitareros. Algunas de las leyendas que se presentarán a continuación son de origen indígena, otras explican los misterios de determinados lugares geográficos y fenómenos naturales, criaturas sobrenaturales, personajes históricos o hechos legendarios que calcan una mentalidad colectiva, una concepción muy nortesantandereana del mundo y de la vida, unos ideales, sentimientos, cuyas interpretaciones y explicaciones hacen simbiosis entre la histórica realidad y la legendaria irrealidad. Es este trabajo investigativo recopilamos varias, para el conocimiento del alma popular colectiva colombiana en forma de resistencia cultural al embate de la posmodernidad y el capitalismo cognitivo con sus dos referentes de amenaza mundial a la vida y el ecosistema, como lo son el calentamiento global y la pobreza. Leyendas de Norte de Santander El romance de Zulia y Guaimaral, los príncipes guerreros La historia nortesantandereana, que nunca repasamos, porque lamentablemente no es enseñada en los colegios, cuenta que el Cacique Cínera, quien era el soberano que gobernaba un gran territorio que abarcaba las montañas y valles de lo que es hoy Arboledas, Cucutilla, Salazar de Las Palmas y Gramalote, se caracterizaba por ser un hombre de valores, de moral y de principios. Pero el cacique Cínera y su hija, la princesa Zulia, no eran los únicos que vivían en esa tierra hermosa. Sus vecinos TRADICIÓN ORAL NORTESANTANDEREANA

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eran los Balagaes, Rábicas, Ikotas, Mogarontos, Iskatóques y Mutiscuas. Los europeos que llegaron por aquí, con Alonso de Ojeda, en 1499, y los que vinieron después con el despiadado Ambrosio Alfínger, en 1529, afirmaron que las mujeres de la cuenca lacustre eran las más hermosas que habían visto en su vida, y que la princesa Zulia era la más bella de todas las mujeres del viejo y nuevo mundo. Cuenta la historia que Zulia era esbelta, de figura contorneada. Pero como toda mujer nacida en estas tierras, tenía un genio bravo, buen temple y un valor a toda prueba. Aquellos pueblos vivían en completa armonía y tranquilidad. Disfrutaban de una paz imperial. A partir de 1533 todo terminó cuando empezó la invasión europea. Los españoles y alemanes comandados por Don Ambrosio Alfínger terminaron con la armonía que se transformó en violencia. Las amenazas de guerra estuvieron latentes a cada instante. No quedó otra opción que pedirle al cacique Cínera que aceptara ser el jefe de una confederación de tribus para enfrentarse a los invasores de las raras vestimentas y armas expulsoras de fuego, porque esa presencia extranjera era un peligro para los aborígenes. Y el gran cacique dijo sí. Se constituyó, entonces, Cínera en un verdadero conductor de estos pueblos: concilió, dialogó, orientó, reorganizó y, lo más importante, decidió. Y fue precisamente esa gallardía la que heredó la bella Zulia, nacida en ese ambiente de guerra constante con la chusma invasora. Así fue creciendo en estatura y belleza, y en sagacidad. Cuando llegaron los años de su primera juventud, con las enseñanzas de su padre, ya demostraba habilidad para combatir, planear estrategias de guerra y negociar

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Su padre Cínera la escogió como su representante para que hablara y negociara con los diversos jefes de las tribus y concertara con ellos las estrategias defensivas y ofensivas contra el enemigo de su raza. Mientras la princesa iba de aquí para allá debatiendo, proponiendo, llevando y trayendo comunicaciones y decisiones, Diego de Montes y sus soldados salieron en busca de un camino fácil que conectara a Pamplona con Santa Marta. Así como sucedió con todos los emperadores y caciques, desde los Incas hasta los Aztecas, el noble cacique Cínera fue asesinado en defensa de su raza después de oponer una fuerte resistencia. Cínera lideró la ceremonia fúnebre y ahí mismo, dos minutos después de rogarle a los dioses para que lo cuidaran en el más allá, convocó a sus guerreros, formó los ejércitos y con valor se fue a la lucha. El cacique Cinera, cansado de tanto pelear, envió a su hija Zulia en misión de paz a tierras de los guanes. Estando Zulia allí, apareció por estas tierras un español, Diego de Montes, quien arrasó con la comunidad Cínera y al indefenso cacique lo ahorcó colgándolo de un árbol de caracolí. Cuando Zulia venía de cumplir la misión de paz, se encontró con un reducto de indígenas cáchiras que huían despavoridos de los españoles y contaron a Zulia lo que había pasado a su pueblo. Ella, que no se atrevía a creerlo, porque en su mente no cabía que el ser humano fuera tan perverso, se disfrazó de vasallo, llegó hasta muy cerca de su casa y pudo observar con sus propios ojos que efectivamente su padre colgaba de un árbol de caracolí. De sus bellos ojos brotaron lágrimas de indignación, de su pecho salió un grito de dolor y de sus labios salió un llamado a los indígenas de los alrededores. A este llamado acudieron guanes, cáchiras, chitareros, cotecos y Cúcutas. Con los Cúcuta acudió un príncipe indígena llamado Guaimaral, hijo del cacique Mará, que habitaba el lago de Coquivacoa. Más de dos mil indígenas acudieron al llamado de Zulia, en la actual Pamplona, y armaron dos columnas: mil al mando de TRADICIÓN ORAL NORTESANTANDEREANA

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la hermosa princesa y mil al mando de Guaimaral. Marcharon sobre el campamento español que se encontraba ubicado en el sitio actual de Arboledas y Diego de Montes no supo en qué momento pagó con su vida las maldades y robos que les había hecho a los indígenas. Esa noche, los indígenas triunfantes festejaron con alegría y jolgorio. Zulia y Guaimaral se unieron en matrimonio y fijaron su residencia al lado del torrentoso río Sulasquillo. Vivieron felices por varios años hasta que llegó otro español, Diego de Parada, y los tomó al descuido arrasando con todo lo que encontraba a su paso. Hay quienes contaron que vieron a Zulia morir a caballo, incitando a sus guerreros a la lucha y Guaimaral herido, huyó buscando la protección de su padre y prometió que todo lo que tocara se llamaría como su gran amor, Zulia. Así que cuando mal herido atraviesa el torrentoso río Sulasquillo lo bautiza Zulia. El pueblo donde vivió ahora se llama Zulia y cuando toma posesión de sus tierras, a la muerte de su padre, se crea el Estado Zulia de Venezuela. Del mito a la leyenda, Fabio Eliécer Monroy. La leyenda de Zulima A la llegada de los españoles, la bella Zulima fue llamada por el cacique Cucanó, descendiente del orgullo Chitarero, y fue conducida a la laguna de Cirivitá, que en lengua chitarera significa por donde sale la luna, para que ella misma fuera el símbolo de la resistencia indígena, pero la hermosa Zulima había visto en el bosque al general Maldonado y se había enamorado de él. Cucanó, junto con el mohán de la tribu, en la laguna de Cirivitá, siguiendo un antiquísimo ritual, bañó el cuerpo desnudo de Zulima. Después, con una manta blanca, a la luz de la luna secó a la india, con piedras filosas y zumos de plantas misteriosas tatuaron en el pecho desnudo de Zulima un lema que decía: “Luchar hasta vencer”.

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Zulima era, pues, un grito de guerra vivo. Después fueron a donde los indios y dieron el parte de los dioses: debían arremeter cuando los españoles durmieran. Pero el amor pudo más que el odio. Cuenta la leyenda que estando en el combate y justo cuando el general Maldonado iba a ser asesinado, Zulima se interpuso. Ella, que era el emblema de los indios, los desconcertó. En ese momento llegaron refuerzos y la rebelión fue controlada. El mohán murió allí mismo atravesado por una lanza y Cucanó murió desangrado en una cueva. Zulima, la del pecho tatuado, se hizo internar en un convento de Pamplona y fue la primera monja indígena del nuevo mundo que respondió al nombre de Sor María de San Juan. Tradición oral nortesantandereana. Mito Barí “Cuentan que inicialmente los Barí (indígenas apodados motilones) habitaban otro planeta y lo desforestaron de tal modo que Dios, preocupado por sus hijos, comenzó a mirar qué hacer y fue así como observando otros planetas se fijó en uno en especial ya que sus tres cuartas partes estaban formadas por agua y tenía bastante vegetación. Ordenó a todos sus hijos cortarse el cabello, que tenían bastante largo, a nivel de la oreja, y con estos cabellos tejieron una gran trenza tan larga, tan larga, que alcanzó el planeta por él visto y que habían bautizado Tierra. El final de la trenza se posó encima del cerro Bobalí (Convención, Norte de Santander) y por allí envío a dos indígenas, que al posar sus pies sobre el cerro, se quedaron perplejos de la vegetación, los animales, la riqueza de este planeta y no regresaron. El Dios envió a otros más y a los últimos los envió con la semilla del árbol de la vida, el árbol que controla el agua y el color del agua, un árbol tan grande que su copa traspasa las nubes y toca el cielo y tan grueso que cincuenta hombres no son capaces de abrazarlo.

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Cuentan que cierto día una pareja de indígenas hombre y mujer pasaron por allí y observaron que pegado al árbol caía un bejuco de cabello y decidieron trepar por él para conocer a Dios. Cuando estaban por llegar a la copa, Dios se enfureció y los castigó convirtiendo al hombre en Sol y a la mujer en Luna. Es por eso que el sol de El Catatumbo alumbra tan fuerte, pues, es un guerrero barí furioso por haber sido separado de su mujer y el rocío son lágrimas de la Luna que llora de tristeza por haber sido separada de su esposo.” Tradición oral Barí. La cueva de mil pesos “Otra de las leyendas alucinantes conocida por los salazareños es la referente a la cueva de mil pesos. Está situada en la vereda La Loma y, con morbosa afirmación, se dice que el Viernes Santo a las tres de la tarde se abre y los tesoros inmensos que guarda en sus entrañas brotan por encanto y salen a la superficie para la contemplación de la gente. Toda esta leyenda se ha venido transmitiendo de boca en boca y de generación en generación. Se asegura que la cueva es de una profundidad inmensa. En 1908, una expedición encabezada por Don Rogelio Vergel, provista de lámparas herramientas y armas de toda especie, logró penetrar unos cien metros, venciendo graves dificultades y luchando contra culebras, murciélagos y arañas que abundaban por todas partes. La expedición dejó como recuerdo de esa hazaña una placa que dice: Rogelio Vergel y otros 1908. Afirmaron los de la expedición, que habían encontrado cavidades y bóvedas indígenas, numerosas habitaciones de piedra y un salón con jeroglíficos. Posteriormente, en 1934, otra excursión integrada por varios jóvenes del pueblo entre quienes recordamos a Rafael Escalante, Rafael Vergel, Fernando Andrade, Gilberto Guerrero (Patetranca) y otros, también penetraron en ella y alcanzaron

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a llegar al sitio donde estaba la placa de la expedición de Don Rogelio Vergel. Afirmaron que la boca de la cueva se había angostado, tal vez la misma naturaleza se había encargado de hacerlo. Dejaron también en las paredes sus nombres como recuerdo de la proeza por ellos realizada. Hay quienes afirman que son viejos socavones de una antigua mina de oro explotada por los españoles en la época de la Colonia. Según algunos historiadores, entre ellos el doctor Luis Miguel Marciales Torres, es esta la célebre mina Mil Pesos que fue descubierta por los primeros moradores de Salazar de las Palmas y que ayudó a sostener la vida, desde un principio muy precaria, de los habitantes que se hallaban rodeados por los belicosos motilones y muy distantes de Ocaña y San Cristóbal. Génesis de Salazar de la Palmas, Ramón Cárdenas Silva. La Leyenda de Juana Naranja El pozo de Juana Naranja es el más encantador y admirable regalo que la madre naturaleza hizo a los salazareños. Tiene una extensión de ochenta metros de largo, por ocho metros de ancho y una profundidad de tres o cuatro metros. Se encuentra rodeado por paisajes hermosos y es lugar obligado para los turistas. El pozo fue conocido entre 1914-1915, cuando se abrieron los trabajos de la toma de agua para la planta eléctrica. Antes todos lo ignoraban, pues, era aquella una selva muy tupida. Una india llamada Juana habitaba en la región de Agua Caliente y acostumbraba lavar sus ropas al pie del pozo. Un día observó con especial sorpresa que sobre las aguas bajaba una naranja inmensa que despedía resplandores brillantes. Ella, atraída por el fascinante reflejo, penetró en las aguas

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para rescatar la naranja encantada. Al hacer contacto con ella, Juana fue conducida a las profundidades del pozo, donde aún permanece oculta”. Cuentan antiguas leyendas que hubo en un tiempo dos amantes pertenecientes a opuestas tribus indígenas guerreras. Los amores de estos mozos eran contra el querer y a hurtadillas de sus respectivos caciques; ambos eran de sangre real y sus citas nocturnas las efectuaban junto a un brocal de un ancho pozo, punto intermedio entre los lindes de sus pueblos. En una noche de plenilunio estaban los amantes en amoroso coloquio junto al pozo y la luna llena retrataba su disco de oro en la profundidad de las aguas. La india pidió a su galán que le regalara aquel hermoso y rutilante disco que brillaba en la cima. El amante, no atreviéndose a negar nada a su amor, se arrojó a la profundidad en busca del codiciado tesoro, con tan mala suerte, que no volvió a aparecer jamás. La india desesperada por su tardanza, se lanzó a las aguas tras él para no aparecer más nunca. Cuenta la tradición que en noches de plenilunio, emerge del pozo una naranja de oro, se ve a la india llorando y dando vueltas en torno a ella, bregando por alcanzarla. Génesis de Salazar de la Palmas, Ramón Cárdenas Silva. La leyenda de la Laguna de Borrero Cuenta la leyenda que la Laguna de Borrero, ubicada en una vereda de las inmediaciones de Pamplona, que lleva el mismo nombre, es una laguna encantada. Cuando alguien llega, gracias a su encanto, empieza a llover o se oscurece inmediatamente. Cuenta la leyenda que aparece un niño de rizos dorados, al cual, si se le echan orines encima, inmediatamente se convierte en oro. Tradición oral nortesantandereana.

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La leyenda de la Barbacoa (Vereda Burgua) Hace muchos años cuando la Hacienda Burgua pertenecía al clan Higuera, ilustres personas distinguidas, uno de los mayordomos narraba esta leyenda. “Siguiendo el camino real que del puente del Frayle subía a la colmenita, de ahí se bajaba a puente de tabla, luego pasaba por Pinchote, Vega Rica, después de la Chinela sobre la Cañada Carbonal no había ningún puente y el camino era estrecho, rodeado de maleza. Aunque fuera de día daba miedo pasar, una barbacoa que aparecía atravesada en el estrecho sendero consternaba y acobardaba a los más berracos. Uno de los patroncitos, que por cierto era mujeriego, viajaba a caballo desde el cerrito y en una de aquellas tenebrosas y tétricas noches cuando pasaba la cañada el caballo se detuvo en seco, un perrito guardián que siempre lo acompañaba temblaba y aullaba debajo de la bestia, motivos suficientes para que el apuesto caballero se incorporara de tan tremenda borrachera que llevaba, un murmullo de ultratumba y unas manos yertas lo agarraban y lo abatanaban en el pozo. Ya por la madrugada, preocupados porque el patrón no había llegado, uno de los cuidanderos salió en su búsqueda y la sorpresa fue terrible al llegar a aquél sitio y ver al caballo sin jinete y al perrito escondido. Siguiendo el rastro encontró a su estimado patrón tan pálido como un difunto, los dientes trabados y maltratado todo su cuerpo. Poco a poco, a medida que rayaba el sol y con la ayuda de botellas de agua caliente reaccionó favorablemente; seguidamente le hicieron masajes, flexiones de los músculos y ya lúcido lo llevaron a la casa de la hacienda; allí fue dónde narró la terrible pesadilla de la noche anterior. Este suceso trascendió preocupantemente a las cuatro familias de la vereda y se divulgó rápidamente; hay quienes TRADICIÓN ORAL NORTESANTANDEREANA

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no se atreven a transitar por allí en altas horas de la noche.” Escuela Nueva de Burgua, Carmen Edilma Solano de F. La leyenda de la cueva de la iglesia (Vereda de Ritapá) “Se le llama así por la forma de la puerta de la cueva, parecida a la de una iglesia. Un día estando el señor Luis Antonio y sus hermanos desyerbando habas, vieron salir de la cueva una gallina clueca con pollitos. Intentaron agarrarla pero la gallina entró a la cueva y no volvió a salir. Otro día estando Don Ernesto y Don Adolfo Rivera sembrando papas cerca de la cueva, vieron un cabrito muy bonito de color dorado, hicieron el intento de cogerlo pero entró a la cueva y no lo volvieron a ver. Un Jueves Santo, iba un señor por el camino y oyó sonar unas campanas y a medida que avanzaba se escuchaba más duro el sonido hasta llegar a la entrada de una cueva y se dio cuenta que el sonido venía de allí, le dio tanto miedo que no fue capaz de entrar. Un día, en vísperas de Semana Santa, se derrumbó la cueva. De ella bajaron grandes piedras, un cajón y una piedra amarilla que cayeron al río. Desde ese entonces no se volvió a ver ni a decir nada de ella.” Comunidad de Ritapá, coplas y leyendas, Escuela Nueva. La leyenda del espanto del pueblo “Por el año de 1800, recién fundado el pueblo de Chitagá, no había párroco. El padre que administraba las parroquias de Cácota y Chitagá acostumbraba rezar el rosario en forma solemne y piadosa. La gente del pueblo dejó de asistir al rosario porque se les aparecía un espanto. Para solucionar el problema, el padre invitó a unas personas

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para ir al pie de la montaña llevando una capa negra y el Santo Cristo bendito, rezando hasta llegar allí. Una vez llegados al lugar indicado, el padre ordenó a todos que miraran para atrás y pronunció estas palabras: “Alma perdida, te condeno a ahuyentarte del pueblo y dejar a la gente en paz, por cuarenta años, hacia las montañas del Quemado... Donde no haya latido de perro y cantar de gallo, ni llanto de niño.” Tradición oral, Idelfonso Solano Villamizar. La leyenda del árbol de la vida “Un árbol tan alto, tan alto que su copa traspasaba las nubes y tocaba el cielo, y tan grueso, tan grueso, que cincuenta hombres no eran capaces de abrazarlo y empezaron a empujarlo y lo empujaron con tanta fuerza, que cuando el árbol cayó la tierra se estremeció y de las entrañas del árbol brotó agua y fue así como nacieron los ríos Catatumbo y de Oro, los mares y los océanos y sus aguas ahogaron a muchos hombres del color de la ceniza. Los que no pudieron traspasar esas aguas para traer más odio, ambición y guerra, tuvieron que pedirle perdón al indígena barí quien fue muchas madrugadas al río Catatumbo a lavar su corazón del odio y del rencor, para poder perdonar al hombre del color de la ceniza. Por eso los indígenas nos miran sin odio y sin rencor pero sí con desconfianza.” Tradición oral, Fabio Monroy. Historia Barí “Cuentan los que saben contar historias, que en el principio los indígenas no conocían ni el dolor, ni la tristeza, ni la muerte, hasta que apareció un espíritu maligno con cuerpo de mujer y cabeza de pájaro que se apoderó de la mujer indígena y ella, llena de este espíritu del mal, tomó a su hijo y lo estranguló. Grande fue la tristeza del hombre indígena cuando vio que a sus tierras había llegado el dolor, la tristeza y la muerte. Por TRADICIÓN ORAL NORTESANTANDEREANA

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esto tomó a esta mujer y la abrió con su cuchillo para sacarle el espíritu del mal y no lo encontró porque el espíritu no es de palo, ni de carne, ni de hueso. Pero tenía una solución, purificarla con el fuego sagrado. Y fue así como durante muchas lunas los indígenas llevaron leña a la cima de cerro Bobalí, allí armaron una gran pira, encima colocaron a esta mujer y la incineraron. Sus cenizas se regaron por todo el universo y nacieron el hombre del color de la ceniza, el hombre amarillo, el hombre blanco, el hombre negro.” Tradición oral Barí. El Cojito “Ángel que desobedeció a Dios, queriendo ser más poderoso, Dios lo castigó mandándolo a errar por el mundo. Según la leyenda, lleva un pie al hombro y los mocos por fuera y mata a la gente a cosquillas. Y según la leyenda, su cabello es rubio y sus ojos verdes. Cuentan que hay que cantar para que se vaya y se pone a llorar, porque se acuerda de Dios y se va muy triste. El Cojito come fuego, por eso llega a las fogatas en el campo y se come las brasas de carbón.” Tradición oral campesina. La Gritona Historia de la mujer que mató a su hijo. Dios la castigó con salirse de su tumba e ir por los caminos a espantar la gente. La oían gritar en el río por las noches. Tradición oral campesina. La Madre monte Los campesinos y leñadores que la han visto, dicen que es una señora corpulenta, elegante, vestida de hojas frescas y musgo verde, con un sombrero cubierto de hojas y plumas verdes. No se le puede apreciar el rostro porque el sombrero la opaca. Hay mucha gente que conoce sus gritos o bramidos 42

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en noches oscuras y de tempestad peligrosa. Vive en sitios enmarañados, con árboles frondosos, alejada del ruido de la civilización y en los bosques cálidos con animales dañinos. Tradición oral campesina. La Pata Sola Como su nombre lo dice, solo posee un pie. El otro lo perdió al pasar un río. Se trataba de una joven malhumorada y de malos sentimientos. Un día, llevaba a su hermana de la mano, tirándola y haciéndola tropezar con cuanto encontraba en el camino. Al pasar un río, pisó una piedra lisa, cayó sobre el hacha y se corto totalmente el pie. Con furia se levantó y mató a su hermanita a la que acusó de culpable. Al regresar a la casa, su abuela muy preocupada le preguntó qué había pasado y dónde estaba la pequeña. La maté, fue la repuesta, y a usted también (levantó el hacha y mató también a la abuela). Ella luego, con la herida infectada, también murió. El espíritu de esta malvada mujer es el que ronda las montañas y montes. Se les aparece a los leñadores. De ella miran su rostro en sentido contrario, de tal manera que se va hacia el centro su pie indica hacia fuera. Los leñadores le temen y huyen. Cuando la escuchan gritan, porque si los encuentra, les figura la muerte. Tradición oral campesina. La Madre Monte Es una mujer alta y de caminar ondulante, como si la meciera un suspiro de brisa. Sus cabellos de helechos y lianas son protegidos por un sombrero de flores. Su piel está cubierta de suave musgo y de verdes hojas. Tiene brazos de bejucos y manos de tiernas ramas. Es la diosa guardiana de las selvas. TRADICIÓN ORAL NORTESANTANDEREANA

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Cuando se tala un árbol su corazón sufre y de sus ojos brotan lágrimas de rocío. Se enoja y se transforma. Produce tempestades, vientos e inundaciones. Tradición oral campesina. La bruja Leonelda y el cerro de la Horca “Leonelda no pasaba de 26 años, su cuerpo era esbelto y su porte gentil, pese a su evidente condición campesina. En el bello rostro de color aceituno y de trazos casi perfectos, brillábanle con fuego misterioso unos grandes ojos negros...”. Nació, creció y seguramente deambula todavía en las afueras de Burgama, hoy González, un pequeño municipio colgado en las goteras de Ocaña, pero agregado a la geografía del departamento del Cesar. Leonelda compartió su adolescencia con María Antonia Mandona, María Pérez, María de Mora y María del Carmen, en un rancho escondido en mágico paraje de la cordillera. Allí, entre ruidos exóticos y aquelarres espantosos, las cuatro Marías y Leonelda, prepararon menjurjes maravillosos para devolver el amor perdido, quitar y poner el mal de ojo, y comprometer la voluntad de los despistados. Su fama creció como la espuma y se fue con el viento por aquellas regiones ariscas hasta cuando la Iglesia puso el grito en el cielo y las autoridades se vieron obligadas a cazarlas como a conejos entre los breñales de los indios búrburas. Las pruebas de su superchería aparecieron generosas en todos los rincones de su rancho, en forma de huesos y huevos de sapo, hierbas maléficas y toda suerte de talismanes. Del monte bajaron aturdidas y magulladas por los bolillos furiosos de los gendarmes. En las polvorientas calles del pueblo, en lugar de conmiseración, recibieron ultrajes de los

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escandalizados feligreses y maldiciones de las viejas beatas, apostadas en todas las ventanas. Finalmente, “con cepo, grillos, cadenas en los muslos y en las manos y soga en el pescuezo pararon en la cárcel de la aldea”. La sentencia no se demoró, porque el temor de los terribles maleficios pudo más que la disposición que obligaba al Alcalde de Burgama a consultar su decisión con las autoridades virreinales de Santa Fe. Esa misma noche, la del 5 de septiembre de 1763, María Mandona, en su condición de hechicera mayor, fue colgada de un árbol para purgar sus pecados y los de sus compañeras de andanzas. Muerta la Mandona, sus discípulas, movidas por el afán de la venganza, reanudaron las prácticas diabólicas y se convirtieron en el terror de la región. Doce años habían corrido desde aquellos acontecimientos, cuando Leonelda Hernández fue capturada para purgar una condena del Tribunal del Santo Oficio. Se le acusaba de persistir en la hechicería y de haber dado muerte a su marido Juan de la Trinidad. Gozaba de fama de guerrera y alardeaba de poderes sobrenaturales, con los cuales tenía en vilo la vida de los lugareños, que no eran pocos, pues, su magia había trascendido las fronteras de los búrburas. Los hombres de la Santa Inquisición armaron el aparato del suplicio en El Alto del Hatillo, conocido ahora como Cerro de la Horca. Al despuntar el día, el verdugo rodeó con la soga el hermoso cuello de la bruja y se dispuso a correr el nudo mortal. ¡Aquí de los búrburas!, gritó ella, con el último aliento. Y éstos, que la habían seguido sigilosamente, aparecieron como por ensalmo. El jefe ocupó el espacio macabro reservado TRADICIÓN ORAL NORTESANTANDEREANA

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para el precioso cuerpo de la bruja legendaria y los demás captores fueron pasados a cuchillo. Doscientos años más tarde, Leonelda regresó al paisaje comarcano. Su cuerpo aceituno, reencarnado en una preciosa dama de la sociedad ocañera, cumple su rito anual durante las fiestas de enero, bajo la mirada procelosa de Don Antón García de Bonilla. Ahí va, en el Desfile de los Genitores, el ingenioso espectáculo del folclore de la Provincia de Ocaña, seguida por esclavos, romeros y Amazonas, entre vítores y alegre algarabía, mientras crece el poder de sus encantos. Ciro A. Osorio, autor de la leyenda terrígena que hace posible este ejercicio singular, la había preservado como símbolo de belleza hasta cuando los concejales, en una sesión de pesadilla, decidieron quebrar el ensueño y subieron al pedestal de la risa a una figura rechoncha y mulata que no corresponde a la evocación de la Leonelda sensual y tentadora. ¡Aquí de los búrburas! repetimos ahora los hijos de la Provincia, en una invocación que pretende desatar el conjuro de los párrafos y los incisos de un Acuerdo del Concejo Municipal. Tradición oral nortesantandereana. Antón García, el jinete negro “En la época de la Colonia vivía en Ocaña un caballero muy rico, llamado Antón García de Bonilla. Tenía grandes haciendas y muchos esclavos. Don Antón se paseaba todos los días en su negro potro. Después de su muerte y hasta hoy, los ocañeros dicen oír en las noches las patas de su caballo sobre las calles empedradas, y hay quienes afirman haberlo visto caracolear llevando una figura montada, cubierta con una capa y un gran sombrero negro. A veces lleva un cigarro encendido.” Tradición oral nortesantandereana. 46

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CAPÍTULO TRES “LOS CUENTOS” Nadie ha definido el cuento de manera satisfactoria. Cada autor tiene su manera de entenderlo. Ahora bien, si nos referimos a la tradición oral y cultural de los pueblos, la definición se vuelve compleja y raizal, pues, cada comarca y región tienen su manera propia de contar y exagerar, porque cada cual utiliza una forma particular de matar sus pulgas. Total, el cuento siendo un relato de naturaleza imaginaria, donde es importante cierta tensión, cierta capacidad por parte del escritor o del narrador de cautivar al lector o al escucha, de llevarlo de manera imprescindible a una desembocadura, a un final, es variado según el contexto de su producción o reproducción. Se podría decir que un cuento, en cierta forma, es como andar en bicicleta. Mientras se mantenga el equilibrio y la velocidad es fácil, agradable y divertido. Pero cuando se empiezan a perder estos valores, la persona se cae. Lo mismo pasa con el cuento. Si al final se pierde la fuerza, el cuento se derrumba. En la tradición popular el cuento debe llevar un ritmo emocionante, más aun cuando pertenece al sentir cultural latinoamericano, cuya característica primordial es la emergencia. Desde el punto de vista cultural y popular, los cuentos relatan las vivencias propias del sentir colectivo, es decir, denotan la jocosidad del pueblo de una manera real, visceral. Por eso, estos relatos muestran la verdadera intención del sentir popular. Más que conmover, se trata de entretener, de hacer reír y de enseñar.

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Cuentos de Norte de Santander “El miao” Cuenta doña Belén que en San Bernardo de Bata, por los años cuando no había luz eléctrica, su mamá Julia al morir de herencia les había dejado, a ella y a su hermano, una media de lana llena de morrocotas de oro. El hermano dilapidó la herencia en las guaraperas del pueblo, invitando a Raymundo y todo el mundo. Un día de juerga, el lugar tenía una letrina abajo al final de unas gradas. El hermano tenía un problema estomacal. Bajó y se sentó en la letrina a hacer sus necesidades. Estando en esas y gracias a la borrachera pronunciada, se durmió. Los borrachos, por pereza de bajar las gradas, orinaban desde arriba. La oscuridad de la noche les impedía ver al hombre sentado. Al otro día amaneció todo miao, tuvo que bañarse en el río pero igual llegó hediondo a la casa. “Las ánimas benditas” Cuenta Don Gabriel que hace muchos años caminaba por el parque de Toledo con su mamá, en esas, la luz de la vela que los acompañaba se les apagó. Ella le pidió que se les acercara a dos caminantes que se veían a los lejos para pedirles lumbre. El niño lo hizo. Pero justo cuando llegó al lado de ellos y gracias a la luz de las velas vio que sus caras eran esqueléticas, de un brinco corrió hasta donde su mamá a contarle lo sucedido. Como estaban en el parque central entraron a la iglesia, y el padre al escuchar el relato se percató que la luz del Altísimo estaba apagada, y que precisamente los dos caminantes eran ánimas benditas enviadas para informar este descuido.

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“La marrana que se comió un niño” En una vereda cercana a Tibú, una señora encargada de la comida de unos jornaleros se disponía a llevarles el almuerzo. Dejó en la cocina a un niñito de tres años con un tajo de yuca en la mano. Cuando volvió, encontró con horror que una marrana se había entrado a la cocina, y empezó a comerse la yuca del niño, pero después terminó devorando vivo al pequeño.

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REFLEXIONES El producto de esta investigación en el marco de la asignatura Competencias Comunicativas en Lengua Castellana de la Universidad Simón Bolívar, extensión Cúcuta, y como resultado del grupo de Investigación Gestores de la Cultura Nortesantandereana enmarcado en la propuesta para la recuperación de la tradición oral del Norte de Santander en el geriátrico Rudesindo Soto, se logró entender que el adulto mayor retiene en su haber intelectual un sinnúmero de refranes, leyendas y cuentos que pueden constituir un referente especial de formación educativa en el joven de hoy, sirviendo de resistencia cultural a los embates de la globalización y sus consecuencias ambientales y económicas. Estudios efectuados en los últimos años, han demostrado que uno de los factores que inciden en la mala calidad de la educación colombiana tiene que ver con las deficiencias en los procesos de lectura y escritura, hecho que se manifiesta en todos los niveles, desde la básica hasta los postgrados y que se agudiza con la pérdida de los valores y la identidad local. Problemas como la falta de coherencia y cohesión en los escritos, una comprensión literal de los textos, deficiencias en la argumentación, confusión en los géneros utilizados y otros problemas puntuales, demuestran que los métodos empleados para la adquisición de la lectura y la escritura se han quedado en las formas primarias de la decodificación y no han trascendido las complejas operaciones mentales que están implicadas en estos procesos. A eso se suma la pérdida de la identidad cultural que ahoga la tradición cultural de los nortesantandereanos en la ignominia. A estos problemas específicos de la comprensión e interpretación de textos, se suma el poco interés hacia la lectura, hecho que nos ubica, según distintas encuestas, en un lugar de retaguardia frente a otros países de igual desarrollo. Si poco se lee y se comprende menos, significa que estamos condenados a estar marginados de los grandes desarrollos de 50

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la ciencia, el arte y la tecnología. Cualquier expectativa para mejorar las condiciones sociales, culturales y económicas, tiene que ver con la calidad de la educación, cuyo punto de partida debe ser la asimilación y transformación que se hace a partir del dominio del lenguaje y la tradición oral que asume un papel fundamental en la consolidación del sentido de pertenencia que se opaca cada día con el empuje de la tecnología de la comunicación y la información. La asimilación de sentidos, la construcción de saberes, la asimilación de paradigmas, el diálogo constante con los avances en todos los campos, cuentan con un elemento mediador que permite todo tipo de interrelaciones: el lenguaje. Es la puerta para comunicarnos. De la precisión y la concisión con las que se utilice depende, en gran medida, que se pueda insertar en los desarrollos mundiales, consolidando una identidad local definida, originaria, como siempre fue desde tiempos inmemoriales. Los educadores, como mediadores e impulsores de las potencialidades comunicativas de sus alumnos en los parámetros de identidad y cultura, se constituyen en ejemplo comunicativo. Sus acciones y mecanismos expresivos son observados atentamente por los alumnos y, a su vez, imitados. Ante esta situación se requiere que los profesores, como usuarios de la lengua y de la tradición oral, sean modelos permanentes del empleo de la misma, no sólo en el área de lengua castellana, sino en todos y cada uno de sus actos, para entender que la sabiduría popular representa y representará siempre un referente obligatorio de formación. La dimensión comunicativa, desde la recuperación de la tradición oral, requiere del manejo de destrezas, habilidades y mecanismos mentales que se interrelacionan en cada acto de texto y que debe ser reflexionado desde la enseñanza y el aprendizaje como una forma de lograr que la meta – cognición contribuya al proceso general de formación integral en todos los niveles. TRADICIÓN ORAL NORTESANTANDEREANA

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Este trabajo investigativo pretende establecer un paradigma para mejorar y potenciar las competencias comunicativas de la lengua materna desde la recuperación y promoción de la tradición oral y cultural de Norte de Santander, dentro del marco de los avances de las disciplinas del lenguaje, la psicología y la pedagogía. La sociedad actual, más que ninguna, basa su funcionamiento en la capacidad de interactuar en contextos cada vez más complejos, y por ello requiere de unos elementos básicos del manejo del lenguaje que le posibiliten producir enunciados concretos que cumplan su objetivo. Los últimos desarrollos de las ciencias del lenguaje muestran un avance en el conocimiento de los procesos cognitivos, pragmáticos y sociales que se ponen en juego cada vez que se intenta un acto de comunicación. El estudiante debe generar un discurso acorde a la exigencia del mundo de hoy, y qué mejor que ese discurso parta de la identidad local. El educador y actor social deben manejar adecuadamente los procesos discursivos para interactuar con sus pares y con la comunidad en general. La eficiencia y el logro de los objetivos propuestos se deben, en gran parte, a las formas textuales y conversacionales que se utilicen, al igual que al manejo de los valores propios del hecho comunicativo, cuya ética queda de manifiesto en cada acto de habla, no solo dentro del aula sino en la vida misma. Los conceptos y categorías que definen el análisis del discurso, constituyen un punto teórico de partida. Las manifestaciones de las disciplinas que se cruzan y convergen en su seno, permiten estudiar nuevas dimensiones y establecer los múltiples sentidos que ofrecen los textos, por ello, la tradición oral que se interrumpió en la era posmoderna requiere establecer nuevas formas de transmisión del conocimiento desde la identidad cultural. Los lineamientos curriculares, las propuestas de evaluación por competencias y el último modelo de las pruebas de Estado, apuntan hacia el favorecimiento de las competencias 52

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comunicativas como eje central de los programas curriculares de Lengua Castellana, con la inclusión, no sólo de las habilidades lingüísticas (hablar, escuchar, leer y escribir), sino de otras competencias como la pragmática, la sociocultural, simbólica, etcétera. Se trata de una visión amplia e interdisciplinar del proceso escritural, despojado de ese reduccionismo mecánico en que se ha querido encasillar. Pero a la par de estos tópicos, el elemento oral toma un significado especial por ser el referente de formación ética y moral de la persona. Todo el proceso de asimilación del conocimiento debe establecer un grado de consecución pertinente y fiel que finalice con la adopción de unas competencias comunicativas en lengua materna que sitúen el sentir cultural y popular nortesantandereano en el marco de la resistencia cultural para contrarrestar el calentamiento global y la pobreza. Así, se establecen unas actividades previas a la lectura que hacen parte de un conjunto de reflexiones y aproximaciones que tienen que ver con la semiótica (estudio de los signos) y la psicología cognitiva (procesos mentales para acceder al conocimiento). Estas actividades van desde la exploración del texto (título, ilustraciones, epígrafes y demás para – textos), hasta poner en juego conceptos previos que maneja el lector sobre el tema que le han propuesto, hecho que le permite construir conjeturas y predicciones que irá comprobando en la medida que inicie y avance en la lectura. La comprensión constituye un proceso mental en el cual el lector puede dar cuenta de lo expresado en el texto en forma explícita e implícita (inferencias) y puede reconstruir la estructura de lo leído en conceptos extraídos del análisis del discurso como la macroestructura global (tema) y la superestructura (organización), con fin de poder fijar, mediante resúmenes o mapas conceptuales, lo más importante de la lectura.

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Después, la interpretación resulta ser de gran importancia por cuanto permite que el lector evalúe lo leído, haga un dialogo con los textos que tengan relación con el escrito, establezca elementos de intertextualidad y, finalmente, esté en capacidad de producir su propio discurso (oral o escrito) sobre el texto base de la lectura. En referencia al proceso escritural se recomienda tener presentes tres pasos básicos que comprenden los momentos de planeación, elaboración y corrección. La preescritura contempla actividades que permiten pensar quien es receptor, las características del texto, sus contenidos, la forma de organizarlo y las consultas que deben hacerse para lograr una mayor profundidad en lo tratado. La primera etapa consiste en seleccionar el tema, luego de tener conocimiento del receptor del texto que se va a producir. Después viene el acopio de ideas para lo cual hay técnicas que van desde la lluvia de ideas hasta mapas, racimos, fluir de la escritura y muchos otros. Con la definición de las ideas se procede a elaborar un esquema, a partir del cual se procede a la escritura propiamente dicha. Ahora, la redacción propiamente dicha es una fase donde es necesario tener en cuenta la mínima unidad funcional del escrito, que es el párrafo y sus distintos tipos; las características de todo escrito, a partir de las categorías del análisis del discurso: coherencia (selección, organización y jerarquización), cohesión (conexión entre las distintas ideas) y la adecuación (variedad de lenguaje). Por último, la post-escritura como parte final del proceso y en la cual se procede a corregir y a establecer la presentación final (diagramación) del escrito. Gracias a este recorrido conceptual y práctico, el estudiante puede crear un discurso elaborado sobre el referente 54

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obligatorio de la tradición oral de Norte de Santander, haciendo un homenaje profundo a sus raíces culturales y ancestrales. En la actualidad, encontramos que la informática y las nuevas tecnologías exigen la formación de personas capaces de procesar gran cantidad de información, ya que el hombre de hoy debe leer libros, artículos de revistas, periódicos, folletos, volantes, manuales de diversa índole y múltiples mensajes que recibe por correo normal, por correo electrónico, por fax y por Internet, además de la innegable incidencia de los medios masivos de comunicación – televisión y radio - en la sociedad que estamos viviendo. Pero de nada serviría todo este despliegue de tecnología si no es acompañada de un fuerte acervo cultural de principios y moral. En la tradición oral del adulto mayor reposa este gran conjunto de referentes culturales que tienen el refrán como estandarte y van de la enseñanza de tradición oral, hasta recetarios medicinales con plantas aromáticas de fácil acceso. Pero ahora bien, este enorme intercambio de información de textos le exige gran destreza tanto para la interpretación como en la producción de mensajes escritos, respuestas reflexivas y argumentadas de los mismos. Uno de los retos significativos de la educación es, entonces, formar lectores, escritores, hablantes y escuchas competentes, teniendo como base las demandas de la época de la globalización en la que estamos inmersos. La enseñanza de las habilidades comunicativas: hablar, escuchar, leer y escribir con propiedad en la lengua materna es una necesidad manifiesta de los estudiantes que recién ingresan a la Universidad Simón Bolívar, quienes requieren de los principios básicos del castellano; así que el estudio de estas habilidades significará para los egresados el éxito en su profesión por brindarles la oportunidad de superar las dificultades y obtener alto grado de conocimiento, dominio de la comunicación y bases para la investigación. TRADICIÓN ORAL NORTESANTANDEREANA

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El área ofrece el desarrollo de habilidades comunicativas en la lengua materna y en una extranjera: el inglés. Actualmente prevalece en el mundo porque en ese idioma vienen referenciados miles de textos, en especial los relacionados con la ciencia y la tecnología. Con su aprendizaje, el egresado comprenderá la lectura de esos libros, en pro de su crecimiento intelectual y su idoneidad profesional. Además, aprender inglés es un desafío cultural en el ámbito mundial, porque al momento de comunicarse entra en juego una comprensión crítica de la cultura nacional e internacional. El área involucra el manejo de los diversos códigos del lenguaje y los canales de comunicación. El profesional de hoy día requiere el conocimiento de las nociones estadísticas útiles para la búsqueda, la organización, el procesamiento y la interpretación del lenguaje alfanumérico, utilizado para expresar datos científicos. De igual manera, debe hacer un uso apropiado del medio en el que ejecuta dichas operaciones, valiéndose de los recursos que brindan los avances tecnológicos como es el caso de la computadora. Entonces, el conjunto de la enseñanza de la lengua materna, la lengua extranjera, la informática y la estadística, forma el área de competencias comunicativas básicas que todo profesional debe poseer para el desenvolvimiento en su vida académica y personal. Por esa razón se pretende potencializarla en la Universidad Simón Bolívar, teniendo como pretexto, temas de las ciencias que fundan la profesión específica en cada uno de sus programas. La Competencia Comunicativa se refiere a la capacidad para interactuar comunicativamente, para asimilar los mensajes escritos, reconstruirlos, analizarlos y responder a los cuestionamientos que otros hacen, integrando el estudio del castellano, del inglés, de la ofimática y la estadística. El castellano se inclina hacia los procesos ligados de lectura y escritura comprensiva, la expresión oral y la escucha, potenciando la competencia interpretativa, argumentativa y propositiva teniendo como pretexto, para su ejercicio, temas 56

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de las ciencias que fundan la profesión específica, del saber disciplinar- profesional y de las socio - humanidades. Entonces, ¿qué significa y cómo se transforma la realidad por medio del lenguaje, conjugando sus necesidades básicas de comunicación (escuchar, hablar, leer, escribir) en su lengua materna (castellano) y la extranjera (inglés), en la aprehensión y difusión del conocimiento? El avance de la tecnología, el poco entusiasmo de las personas por leer y la facilidad que ofrece hoy la Internet para informar sobre las diferentes áreas del saber, han llevado al estudiante a interesarse menos por la lectura y a esforzarse poco por producir y comprender los textos. Esto conlleva a replantear el trabajo del aula en donde el docente debe diagnosticar ¿cuáles son las competencias básicas que ha desarrollado el alumno durante la formación y cuáles son las que se deberán reforzar? La formación profesional requiere de un estudiante con el desarrollo de competencias básicas de leer, escuchar, hablar, escribir, interpretar, argumentar y ser kinésico y paralingüístico, para desenvolverse en un mundo cada vez más exigente. Como epílogo de este trabajo, la reflexión en cuanto a la crisis de los valores del siglo XXI debe ser preocupación permanente para la academia, la sociedad y la familia. No es posible que la sociedad de consumo también consuma vidas e historias invaluables. Muchos de los adultos mayores que nutrieron las historias aquí narradas, fueron engañados por sus familiares con un hipotético paseo que terminó en el geriátrico y cuya invitación fue hecha quince años atrás, sin recibir siquiera una visita. Por eso, antes de cualquier interés investigativo, debe reflexionarse sobre el trasfondo humano. Si bien los abuelos cuidaron de nosotros cuando fuimos niños, no podemos hacer otra cosa que cuidar de ellos con amor incondicional, antes de hacerlos a un lado. TRADICIÓN ORAL NORTESANTANDEREANA

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BIBLIOGRAFÍA ACUÑA, Luis Alberto. Refranero Colombiano. Mil y un refranes. Panamericana Editorial. ISBN 958-30-0360-3. 181 páginas. 1997 BECK, Ulrico. ¿Qué es la globalización?: falacias del globalismo, respuesta a la globalización. Ediciones Paidós Ibérica. ISBN 978-84-493-0528. 224 páginas. 1998. GIBSON, William. Conde Cero. Editorial Minotauro. ISBN 84450-7095-9 reedición de bolsillo ISBN 978-84-450-7702-3. 1990. 148 páginas. 1990. LIPOVETSKY, Gilles. La Pantalla global: cultura mediática y cine en la era hipermoderna. Ediciones Anagrama ISBN 97884-339-6290-4. 360 páginas. 2009 OCAMPO, Javier. Leyendas populares Colombianas. Ediciones Plaza y Janes. ISBN 958-14-0267-5. 384 páginas. 1998 SARTORI, Giovanni. Homo Videns. La sociedad Teledirigida. Ediciones Taurus. 160 páginas. 1998.

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