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Antoni Verdaguer y la Escuela Municipal de Dibujo: los primeros aprendizajes artísticos de Fortuny (c.1847-1849)
Marià FORTUNY
«Retrato masculino» [¿Domènec Soberano?]
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Reus, c. 1852 Óleo sobre tabla, 13,5 x 10 cm Museu de Reus (IMRC 13039) le clavó un pincho en la mano, que se le infectó gravemente y un médico de nombre Gatimó sentenció que no había mas remedio que la amputación. Por suerte el abuelo no creyó al médico y consiguieron curarle la mano: «Si el parer facultatiu arriba a triomfar [...] Fortuny sens dubte no hauria estat Fortuny». 20
Pronto dejó la escuela primaria y empezó a asistir a la academia de dibujo de Antoni Verdaguer y después a la Escuela Municipal de Dibujo de Reus, creada en noviembre de 1848, de las que no se ha conservado ninguna documentación. En estos centros de arte fue distinguido por el profesorado, hecho que aumentó el entusiasmo del abuelo. En sentido estricto, pues, fue el pintor Antoni Verdaguer Rovira (Barcelona, 1783–Reus, c.1860), el primer maestro de dibujo de Fortuny. Según Güell, mostraba abierta contradicción entre la teoría y la práctica artística. Formado en la escuela de los Nazarenos, en la teoría se mostraba atrevido e independiente en la elección de los temas y original en los recursos de efecto, pero en la práctica era el dibujante y el pintor «més arcaich, inmutable i amanerat que pugui imaginarse».21 Llovera rememoró una anécdota según la cual Fortuny había dejado en la academia algunos dibujos y cuando empezó a ser famoso, Verdaguer los enmarcó y colgó en un lugar prominente y los enseñaba a las visitas, diciendo que aquel alumno si que destacaba y no los que tenía entonces. Los alumnos se cansaron del agravio y ensuciaron y mancharon con pimientos y tomates los dibujos y cuando el maestro –que se había vuelto corto de vista– los continuaba enseñando toda la clase se partía de la risa.22 Sea como fuere, Fortuny siempre consideró Domènec Soberano como su primer maestro en el mundo de las artes, y nunca nombró ni Verdaguer ni la Escuela Municipal de Dibujo como su primera formación artística.
20. BARTRINA: «Marian...», pp. 63-64. 21. El pintor era hijo de Antoni Verdaguer Llunell (Madrid, 1742–Reus, 1820), estudió en Barcelona dibujo en la academia de Bonaventura Planella (Barcelona, 1772–1844) y pintura con Josep Bernat Flaugier (Provenza, 1757–Barcelona, 1813). En 1806 fue a vivir a Reus, con su familia y cuando su padre –pintor de cierto prestigio–, ya anciano, dejó la enseñanza del dibujo, él se hizo cargo de la escuela, en la calle de la Concepción, n.º 6. Juntos pintaron los frescos y los cuadros del altar mayor de la Ermita del Roser. Afrancesado de ideas enciclopedistas, liberal y racionalista, con el retorno del rey Fernando VII el 1814 tuvo que exiliarse en Francia, hasta el 1820. Según Güell, era partidario de la divulgación del dibujo opinaba que artesanos y campesinos tenían que saber dibujo y contribuyó a la expansión de las escuelas de dibujo. Pero su método de enseñanza, estilo Julien, su modelo preferido,«feia inútils les millors disposicions naturals i l’atenció més concentrada. [...] Tota taca de color feta d’una sola pinzellada era una heretgia». Dejó pocas obras que «mostren que no passava d’una mitjania», acertando mas en los frescos de los techos de algunas casas de la ciudad, donde pintaba temas mitológicos. En 1833 pintó la decoración de la Pirámide y el Arco de Triunfo locales. Su obra mas popular fue el dibujo del «Bombardeo de Reus de 1843» que, litografiado, se encontraba en muchas casas de la ciudad. GÜELL: Cosas de Reus. Recorts d’un jove que ja no ho es (1900), pp. 61-72. 22. LLOVERA: «El sr. Verdaguer, mestre de dibuix», Revista del Centre de Lectura, 15-III-1921, reproducido en IGLÉSIES: Güell i Mercader i el segon volum de Coses de Reus (1965), pp 126-128.