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Los movimientos contraculturales femeninos y la forma de entender la moda

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Diseño

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Por: Comunicación Institucional

Los cambios de mentalidad no siempre traen consigo cambios estéticos, pero sí todos los cambios estéticos responden a un cambio de mentalidad. Pero incluso para entender a esos cambios, es importante entender la mentalidad de los diseñadores y hablar de contracultura. La evolución de la moda no se podría entender sin la contracultura, sin todos aquellos movimientos, en principio minoritarios, que se opusieron a los valores imperantes de su tiempo a través de la música, las dinámicas de ocio y, por

La historia de la contracultura inicia con todas esas mujeres que se partieron la espalda y lucharon para que hoy puedan usar pantalones y una minifalda, además de poder participar en la política entre otras actividades que usualmente eran para hombres.

Durante los años ochenta se popularizaron los estudios sobre las subculturas en las universidades; sin embargo, la mayoría de análisis están focalizados en ambos géneros y, sobre todo, en la contracultura de los años 60 y 70.

Cambiar las reglas de la vestimenta para significarse y posicionarse ideológicamente es un eficaz recurso que existe, a grandes rasgos, desde ya hace mucho tiempo, entonces se entiende que si un movimiento contracultural triunfa, su legado se convierte en mayoritario a medida que pierde autenticidad y va borrando su significado primigenio. Por un lado esa estética triunfa, pero por otro se pierde el sentido, es decir se debe continuar conservando la esencia de lo que inició para lograr los objetivos.

En este sentido, las modas juveniles del presente son controvertidas.

Muchas de las prendas y estilos ahora aclamados globalmente por las jovenes tienen sus raíces en diferentes rebeliones de grupos minoritarios y/o oprimidos; son “modas” lucrativas y popularizadas por celebridades o líderes de opinión que devalúan su potencial político y cultural.

La juventud actual no se acerca a la indumentaria con un propósito de ruptura, es más bien como un grupo de que solo sigue a las masas sin ningún motivo, más que el de sentirse parte algo.

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