“Palabras fecundas con estilo salesiano”
Por otro lado, aprendimos un concepto muy importante, la Benevolencia, cabe resaltar que este es mucho más, que un simple significado, es un valor que está directamente relacionado con la educación salesiana, y más específicamente, se puede evidenciar en una maestra cuya metodología se basa en el sistema preventivo, es decir, es aquella que posee buena voluntad para servir a otros, y a su vez, corregirlos con amor y paciencia. Ahora bien, también queremos exaltar el concepto de sistema preventivo o preventividad salesiana, este consiste en, como su misma palabra dice, “prevenir” antes que arreglar, o sea, “evitar que pasen cosas negativas antes que arreglar lo mal hecho”. Todo esto, tiene un valor significativo dentro de nuestra pedagogía, debido a que este tipo de metodología busca mantener a los jóvenes ocupados para impedir que escojan el camino equivocado, se logra muchas veces por medio del juego , que impulsa y busca la alegría de los jóvenes, en lo saludable, en lo bueno y en lo correcto para Dios. Además, tomamos como principio fundamental el concepto del patio salesiano dentro de la educación salesiana, puesto que tiene el papel de encuentro comunitario, donde los niños y jóvenes se reúnen espontáneamente en un lugar seguro donde comparten alegría, sueños, risas, conocimientos, y deberes a través de la recreación y el juego. En síntesis, Cuando emprendimos este safari teníamos una idea distinta a lo que era la pedagogía salesiana, diciendo que esta le atribuía exclusivamente a las aulas de clase, como una estrategia de enseñanza, más no como lo que realmente es, un estilo de vida que nos direcciona a cumplir nuestro llamado, como seres en sociedad. La misión de este estilo nos convoca a apoyar y contribuir en una educación para la vida, en una educación integral que acompañe y empodere a las personas en situaciones de riesgo y/o exclusión social.
.Desde el sistema preventivo se pretende incluir a estos sujetos a partir de proyectos sociales y habilidades extraordinarias de cada persona. Así, hay que educar desde el Amor, mirando a los ojos de cada estudiante, para descubrir en el o ella un ser humano parecido a un libro abierto con sus páginas en blanco esperando para que sean escritas en ellas las palabras del éxito, la esperanza, la excelencia, el compromiso y la grandeza… Unas páginas en blanco que deben ser escritas con entrega y responsabilidad por quienes tienen a cargo de alguna u otra manera hacerlo, unas páginas en blanco que de ninguna manera pueden ser desperdiciadas o malgastadas.