La estigmatización y los ideales de belleza en la Generación Z
Valentina Agudelo M. Sofía Arango E.
Investigación para contextos creativos Francisco Cifuentes
Colegiatura Colombiana Medellín, Colombia. 2018
Índice
1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8.
Propuesta investigativa Público objetivo Tipo de investigación Matriz del dolor Resumen o abstract Pregunta investigativa Causas y efectos Objetivos 8.1 Objetivo general 8.2 Objetivos específicos 9. Introducción 10. Justificación 11. Las generaciones 11.1 Baby- boomers 11.2 Generación X 11.3 Generación Y o Millennials 11.4 Generación Z o Centennials 12. Evolución de la imagen corporal 12.1 A través de la historia 12.2 Según la etapa de la vida. 13. El estigma y los ideales de belleza 14. La autoestima 15. Los medios de comunicación y tecnológicos en relación con los ideales 16. Explicación del método propio 16.1 Objetivo y metodología 16.2 Entrevistas 16.3 Reseña de resultados 16.4 Conclusiones y método final 16.5 Netnografías 17. Bibliografía
1. Propuesta investigativa
La generación Z y el estigma social desde la concepción propia de la imagen corporal; teniendo en cuenta lo íntimo como pilar de investigación.
2. Público objetivo Generación Z (jóvenes desde los 15 a los 23 años) de la ciudad de Medellín. A pesar de que esta generación es nuestra población de estudio, el objetivo es que los resultados de la investigación sean conocidos por las demás; que lleguen a todas las personas que se sientan o se hayan sentido estigmatizados y se conecten con la causa de auto reconocimiento y autoestima.
3. Tipo de investigación
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Cualitativa: Se basa en la observación de comportamientos naturales. Estudiaremos la realidad en nuestro contexto natural. Y finalmente recogeremos información a partir de preguntas abiertas.
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Exploratoria: El proceso de investigación es de indagación y podría posteriormente pasar a una explicación. Todas nuestras fuentes de información se obtienen por medio de una exploración.
4. Matriz del dolor
Poco dolor Muy frecuente Poco frecuente
Mucho dolor X
5. Abstract o resumen
A través de la historia, los ideales de belleza se han visto altamente modificados. La concepción que se tenía del cuerpo variaba según la época y contexto cultural. No fue hasta el siglo XXI, que se le empezó a dar una verdadera relevancia al cuerpo como valor estético, y no solo desde sus características funcionales tales como la reproducción o fertilidad. Esta preocupación estética está directamente conectada con el peso bajo y las figuras estilizadas. En gran parte, fue el auge tecnológico y de difusión de información lo que propició el esparcimiento de dichas ideas y su fuerte arraigo en la sociedad contemporánea. Por medio de esta investigación, se pretende entender este fenómeno desde la estigmatización y los diferentes ideales que se encuentran presentes en la generación Z (jóvenes desde los 15 a los 23 años) de la ciudad de Medellín; e identificar sus causas desde el contexto económico, político y social; con el fin de generar un movimiento que esté en contraposición a estas posturas y logre tener un impacto positivo y de cambio.
6. Pregunta investigativa y definición del problema ¿Que ha causado que los jóvenes de la generación Z, en Medellín, se vean permeados por la estigmatización y los ideales en cuanto a su apariencia?
7. Causas y efectos causas: •
Hijos de la tecnología, aprendizaje virtual y comunicaciones instantáneas
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Acceso a información en la palma de la mano (dispositivos móviles).
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Sociedad que trasciende lo físico (redes sociales y relaciones virtuales).
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Influencia de medios de comunicación y tecnológicos.
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Autopercepción y autoconocimiento
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Nuestra sociedad es más amplia que nuestro entorno inmediato.
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Establecimiento de categorías, identidades y estatus sociales.
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100% digitales: se ha educado y socializado con internet totalmente desarrollado
consecuencias: •
Trastorno dismórfico
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Trastornos alimenticos (anorexia, bulimia, atracón y vigorexia)
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Las cuatro I´s: Irreverencia, inmediatez, internet, incertidumbre
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Un total de 288.443 procedimientos quirúrgicos en Colombia durante el 2016
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Discrepancia entre la identidad social y la identidad real.
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Procedimientos no quirúrgicos (inyectables, rejuvenecimiento facial y otros) un total de 216.717
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Construcción de un mundo digital y una vida digital
•
Baja autoestima
8. Objetivos
8.1 objetivo general Identificar los principales ideales o estigmas sociales instaurados en la “generación Z” (15 a 23 años) en Medellín; las razones culturales, económicas y políticas por las que estos han llegado a su posición, y sus consecuencias en estos mismos ámbitos.
8.2 objetivos específicos •
Definir los cambios de la percepción e importancia de la imagen corporal a través del tiempo.
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Enunciar y entender los diferentes trastornos físicos y emocionales que puede causar la estigmatización, en los jóvenes de Medellín.
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Estudiar los cambios de los ideales de belleza a través de la historia y su influencia en el presente.
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Comprender no solo los métodos ya establecidos para tratar los trastornos o diferentes efectos de la estigmatización social, sino también encontrar unos propios, específicamente creados para la población de estudio.
9. Introducción
¿Alguna vez se han preguntado por qué se ven como lo hacen? ¿O si así es como verdaderamente les gustaría verse? ¿Tienen algún “ídolo” o modelo a seguir en cuanto a su apariencia? Pocos somos conscientes del impacto que tienen los ideales de belleza en nuestras vidas, precisamente porque están en todas partes y cada vez se vuele más difícil identificarlos. En las calles hay vallas, los centros comerciales están infestados de imágenes de mujeres y hombres “perfectos”, el internet y las redes sociales inundados de influenciadores, blogueros o simplemente personas con identidades virtuales en donde magnifican o disfrazan su realidad. Nos bombardean todo el tiempo y a través de todo. Además, para una generación joven, 100% digital, con acceso a la información de manera instantánea y conexiones virtuales, las posibilidades de no verse permeados por estos anuncios, estereotipos o arquetipos son mínimas; casi inexistentes. Por medio de esta investigación se pretende identificar los ideales y estigmas que aquejan específicamente a la Generación Z (jóvenes desde los 15 a los 23 años) en Medellín, y generar metodologías concretas y efectivas para exponer la problemática y sus diferentes causas y consecuencias. Es una invitación al conocimiento desde sí, a la aceptación personal y al cambio positivo y sin preocupación, impulsado por un deseo interno de mejoramiento y
satisfacción, en oposición a una constante ansiedad por ser o parecer otra persona. ¡Volvámonos reales, auténticos y empoderados! Difundamos una comunidad de respeto y comprensión, derrumbemos estos ideales absurdos de perfección.
10. Justificación
Somos dos estudiantes de diseño de modas de una universidad de Medellín. Hacemos parte de nuestro público a investigar, estamos totalmente inmersas en la cultura virtual e idealista que tenemos en la actualidad.
Esta investigación nace
desde la preocupación por nuestra propia manera de vivir y de apreciar la vida. Es evidente el hecho de estar en una sociedad que tiene tipo de información todo a su alcance por la tecnología y sabemos que, a pesar de representar una ventaja, tiene además varias desventajas que estamos viendo reflejadas en el pensamiento idealista y la manera de estigmatizar de los jóvenes en general en la ciudad. Es una situación que viene pasando tiempo atrás y que ha tocado varias generaciones, pero, creemos que se ha salido de control justo en nuestra generación y es inevitable notar como la vida está siendo regida por ciertos estándares de perfección que imponen personas con vidas irreales y virtuales en una red social. Por esta razón y porque nos preocupa, decidimos encontrar la raíz de este problema y tratar de hacer conciencia en las personas que se acerquen de alguna manera a este proyecto.
11. Las Generaciones
Según Ogg y Bonvalet (2006) una generación se refiere a “un grupo de edad que comparte a lo largo de su historia un conjunto de experiencias formativas que los distinguen de sus predecesores”. En la actualidad, la fuerza laboral está conformada por cinco generaciones, una siendo ya reemplazada: los veteranos (nacidos antes de 1946; y otra apenas incorporándose: la generación Z (nacidos desde 1995 al presente). 11.1 Baby boomers: Las personas nacidas entre 1945 y 1964 nacidos justo después de la segunda guerra mundial. Su nombre hace referencia al Baby Boom, el incremento en la tasa de natalidad post guerra. Su prioridad es el trabajo piensan que deben cambiar el mundo y que son una pieza irremplazable para este mismo 11.2 Generación X: Las personas de esta generación nacieron entre 1965 y 1981. Se caracterizan por ser personas independientes y capaces de equilibrar la vida social y presencial con la tecnología, debido a ser la generación de transición: crecen entre desestructuración familiar y el nacimiento de la tecnología. 11.3 Generación Y , “Millennials”: Nacidos entre 1982 y 1994. Mayor entendimiento y conexión con la tecnología, sin embargo siguen respetando ciertos valores de privacidad. Tienen una visión global del mundo y valoran la diversidad cultural; aman viajar. Tienen un bajo nivel de estabilidad en su vida laboral, además poca capacidad para manejar la crítica y el fracaso a causa del movimiento de autoestima de los años 90. (elogios). 11.4 Generación Z, “Centennials”: Nacidos desde 1995 hasta la actualidad. Son hijos de la tecnología el aprendizaje virtual y las comunicaciones instantáneas, poseen acceso a la información en todo momento y lugar. No tienen límites sobre todo en cuanto a la educación (rompen el concepto de la educación formal), valoran las titulaciones, pero reconocen que las habilidades son más importantes. Crecen en medio de la incertidumbre de tener que construir digitalmente un mundo que sigue siendo analógico.
12. Evolución de la imagen corporal
12.1 A través de la historia
Los estereotipos de belleza han sufrido cambios desde la prehistoria hasta la actualidad (TORO, 2008). En la edad primitiva la característica física más importante de la mujer era tener curvas y ser de contextura gruesa, reflejando un alto nivel jerárquico y su capacidad de procreación (caderas anchas). En Grecia el cuerpo del hombre tomaba un papel de mayor relevancia que el femenino; se consideraba más atractivo. En Roma existían grandes banquetes a manera de celebración, por esta razón las personas buscaban mantenerse delgadas, e incluso llegaban a regular su peso a través de prácticas asociadas al vómito. Sin embargo, la prioridad de las mujeres era ser madre; iba por delante de la figura esbelta y estilizada. Los rostros diferentes y salidos de lo común llamaban la atención. Este modelo se mantuvo hasta la edad media donde la mujer reproductora seguía siendo el patrón dominante. Esta vez se resaltaba aún más con los vestidos, formando vientres redondeados. Fue entonces desde el siglo XVll cuando el concepto de la delgadez se empezó a arraigar en las mentes de las personas y para el siglo XX, este ya era el modelo a seguir e incluso una preocupación. Desde la aparición de los primeros centros de belleza en 1900 y la aparición de unas series desarrolladas en la vida exagerada de la cirugía estética, el cuerpo del hombre del siglo XX, o más bien el cuerpo de la mujer en esta época se vio sometido a todos los procedimientos cosméticos, estéticos y dietéticos generados por esta atmosfera de lo bello y delgado. En este caso se habla de la evolución del cuerpo a través de un régimen dietético, cosmético y de procedimientos plásticos. Toda gira en torno a empresas enteramente dedicadas al cuidado de la piel y de la belleza de la misma, cirugías estéticas que vienen desde un peeling y posteriormente se
convierten en procedimientos de alteración de rostro, glúteos o bustos y finalmente un régimen dietético que junto con diagnósticos como la anorexia lleva a algunos países enteros a tener problemas ya no de esteticismo sino también de salud. “Lo más profundo que hay es la piel" Paul Valéry. Posteriormente aparece la idea de que la delgadez era salud y con el apoyo de un buen discurso de la medicina contra la diabetes, la obesidad y el alto consumo calórico, comienza una ola de creencias en pro de que la delgadez era la estética deseada. Un ejemplo de cómo este concepto de belleza se extendió incluso hasta los aspectos más inesperados de la vida cotidiana es la muñeca de la empresa Mattel Inc., BARBIE. Creada en 1960, influenció las maneras de pensar de las pequeñas, vendiéndoles una imagen de perfección, desde su casa, hasta su pelo, figura, vestuario, carro y hasta del hombre perfecto. Con ella, se difundió la moda de las modelos Twiggy, además de revistas con secciones enteras dedicadas a los conocimientos dietéticos. Todo esto respondiendo a un esquema de delgadez extrema. A partir del siglo XXI se empezó a dar una clara relación entre la autoestima y el atractivo físico (peso bajo). La aprobación de sí mismo depende casi en su totalidad de la socialización, es decir, de la imagen que la sociedad perciba de nosotros; por ende, somos vulnerables a la idealización frente a la delgadez y la imagen corporal. Cuando se genera una disrupción entre el auto concepto (autopercepción) y el ideal, se da una disminución de la autoestima y una insatisfacción corporal. Como consecuencia de los altos índices de presión social empiezan a aparecer trastornos de la imagen corporal como el trastorno dismórfico, y diferentes trastornos alimenticios (anorexia, bulimia, trastorno por atracón, vigorexia). Son los factores socioculturales los que hoy en día, tienen un mayor impacto en la insatisfacción corporal. Entre ellos, los más agravantes son los medios de comunicación y la publicidad, tema que se ampliará posteriormente.
12.2 Según la etapa de la vida
La imagen corporal cambia o evoluciona con nosotros, es decir, se modifica a medida que vamos creciendo. Claramente, en los primeros años de vida, apenas estamos acercándonos a un mundo diferente, dónde todo es nuevo, atractivo y nuestros principales objetivos están ligados con las necesidades básicas y con lograr valernos por nosotros mismos. Resultan entonces tareas como qué nos gusta comer, cómo comer solos, caminar (alrededor de los 12 meses), balbucear, hablar o hacernos entender, reconocer los objetos, sus colores, cogerlos, encajarlos, entre otros. Durante este despertar de los sentidos, poco nos importa como nos veamos y mucho menos la opinión de los demás. Primero hay que distinguir el cuerpo (se da entre los 4 a 5 meses) para empezar a pensar en modificarlo. No es sino hasta los 4 o 5 años de edad que se desarrollan por completo los sentidos y se empieza a usas el cuerpo para describirnos o “verlo”, incluso en fantasías. El hecho de que el contacto que tenemos en esta etapa es principalmente con nuestra familia, también influye. Una vez crecemos y nos encontramos la necesidad de relacionarnos, se abren las puertas a otro mundo: el de las percepciones y opiniones ajenas. En los primeros años del colegio ya se podría apreciar como los seres humanos nos vamos conectando. Comienzan a aparecer, grupos de amigas o amigos que se juntan de acuerdo a ciertas características y en muchos casos, van evolucionando a la par. Es en la adolescencia cuando se llega a la cumbre del desarrollo de la imagen corporal; se le entiende como una fuente de identidad. Y es justo allí cuando vemos como “las mejores amigas” se pelean o distancian porque “ya pensaban diferente”, “hacían cosas distintas”, “consiguieron nuevas amistades”, todo vinculado al comprender ese “quién soy y cómo me quiero ver”. Con quién me identifico, quiénes son mis ídolos… “Los héroes provisionales se ofrecen como modelos de existencia. Proporcionan valores, respuesta, maneras de ser, (…) “ (David Le Breton, 2014). Es una etapa marcada por el desenvolvimiento social, la autoconsciencia y, por ende, la comparación, que lleva a una insatisfacción con el cuerpo o personalidad
en mayor o menos escala. “Apenas se le pide que sea él mismo. Ser uno es ser como los pares.” (Le Breton, 2014).
13. El estigma y los ideales de belleza
La palabra estigma como concepto lleva ya varios años pasando de generación en generación, o de una cultura a otra. Todo comienza con los griegos, que tenían una idea muy clara de lo superficial, físico y todo lo que lo acompaña. Decidieron llamarle estigma a las heridas o quemaduras que tenían los esclavos, que además eran el signo que decía a quién debía la gente acercarse o no; luego, la Iglesia Católica adoptó el concepto para referirse a las perturbaciones físicas. En la actualidad esta definición no ha cambiado mucho; todavía la utilizamos para referirnos a un mal, solo que el mal cambia dependiendo de la percepción de la generación hacia lo que debería serlo o no, o hacia algo que es de la manera que no debería. “La sociedad establece los medios para categorizar a las personas y el complemento de atributos que se perciben como corrientes en los miembros de cada una de esas categorías.” (Goffman,2006). En la medida que conocemos a alguien o que nos acercamos a una persona nueva, comenzamos a hacer ciertas observaciones y a catalogar o categorizar de manera involuntaria. Luego nos damos cuenta de esta acción y este individuo no deja de tener ciertas características que lo definen y le dan cierta desventaja o desvalorización. Esto es un estigma. Esta persona no necesariamente actúa o tiene las características de lo que para nosotros sería un arquetipo de la categoría en donde lo hemos “ubicado”. Por esto mismo:
“Un atributo que estigmatiza a un tipo de poseedor puede confirmar la normalidad de otro y, por consiguiente, no es ni honroso ni ignominioso en sí mismo.” (Goffman,2006). Como ya se ha explicado, solo entran a discutir las características que no hacen parte de este arquetipo especifico. Por esta razón si hablamos de otro individuo, podría ser que estas mismas características resultasen no pertenecientes al nuevo arquetipo asignado a este personaje, por lo que entendemos que estas características podrían resultar como adjetivos para uno y defectos para otro. Por ejemplo, si un ladrón deja su vida “mala” para trabajar como cajero en una tienda; esto podría verse como una buena acción. Mientras que si una persona que ha dedicado su vida entera a estudiar para graduarse de x o y carrera, hace exactamente lo mismo; entra a trabajar de cajero en una tienda de barrio, podría ser visto como un desperdicio de tiempo. No todos los estigmas serán igual para todos los individuos. El estigma es una categorización que se crea a través de lo social colectivo y de las interacciones cotidianas. De esto surge un grupo que se crea y de este grupo nace el estigma el cual desmerita a una persona dependiendo al grupo al que pertenezca. En la actualidad ya no juzgamos por marcas, quemaduras o perturbaciones físicas. El sinónimo de mal se relaciona ahora al color, la raza, edad, religión, género, sexualidad, y muchas más. “En este planteamiento, los sujetos adquieren una identidad social que es la categoría en la que se encuentran los rasgos y atributos reales que poseen, pero también una identidad virtual que es el prototipo de sujeto para cada categoría.” (Fonseca; Mendoza, 2005). Se entiende entonces que el estigma resulta siendo una herramienta para mostrar a uno diferente de los demás, y es lo que desacredita a este frente al prototipo de su misma categoría.
14. La autoestima
La adolescencia es el momento en que se elabora un sentimiento de identidad (Le Breton, 2014; 95). Las experiencias de los niños se basan en la recolección de lo que vieron y oyeron a su alrededor, y al llegar a esta nueva etapa de su desarrollo, normalmente no disponen “de un pasado suficiente para darle una perspectiva sobre el presente” (Ibidem, 96). El acompañamiento de los padres u otros adultos significativos es esencial para la transmisión del sentido de sí mismos, pero en la sociedad actual, con ambos padres inmersos en un mundo laboral insaciable y una exploración de poder y reconocimiento a través del estatus, la posición social y sobretodo el poder adquisitivo; se vuelve cada vez más difícil esa búsqueda de identidad, convirtiéndose entonces en una “duda permanente que adquiere para algunos la forma jubilosa de una búsqueda interminable y, para otros, el desamparo nacido del sentimiento de insignificancia personal, del vacío de la existencia” (ídem) o en otras palabras, de una baja autoestima o casi la inexistencia de la misma. Estas dudas comienzan a dar paso a una experimentación, a veces sana y positiva, pero en muchos casos, negativa y llena de riesgos. Se debe buscar que los jóvenes sientan un fuerte deseo de vivir, de encontrase, de reconocerse y relacionarse dentro de diferentes grupos sociales; sin embargo, estos suelen llevar esa pesquisa a vivencias un tanto extremas, especialmente en casos de ausencia de límites por parte de los padres o la ausencia de estos; todo en su contexto los puede afectar. “Tienen en común la exposición deliberada al riesgo de herirse o de morir, de alterar su porvenir personal, o de poner su salud en peligro: (…) fugas, vagabundeo, alcoholización, toxicomanías, trastornos alimentarios, velocidad en rutas, violencia, relaciones sexuales no protegidas, (…) etc.” (Ibidem, 98). Más allá de la juventud, existe un menor segmento, dentro de este, que se ve afectado en mayores proporciones y de manera contundente: las mujeres. “La tiranía de la mirada de los otros impacta diferentemente a los varones y las chicas. Estas no experimentan la necesidad de hacer sus pruebas a los ojos de sus
compañeras, sino de brillar más bien a los ojos de los varones.” (Ibidem, 87). Nos bombardean constantemente con publicidades en las que las protagonistas son las mujeres, venden con mujeres y, ¿con qué tipo de mujer? Sea una hamburguesa, un hotel de lujo, un auto o un producto realmente destinado para ellas, como maquillaje; siempre vemos una figura femenina con una alta connotación sexual, con un estereotipo de belleza occidentalizado y generalizado, representantes de la juventud: pieles lisas, cuerpos delgados y esculpidos, piernas largas, cabellos sedosos… pueden estar bajo un sol tropical y no sudan, en plenos cambios hormonales y no tienen acné, nunca les da frio, ni hambre, no piensan en ellas; son “perfectas”. Así, poco a poco, y desde pequeñas, las niñas se van haciendo a la idea de que, para sobresalir, ser exitosa, conseguir bienes e incluso amor, la clave está en ser bella y delgada; son “ellas las incansables prestarías de servicio de una escena social masculina real o fantaseada.” (Ibidem, 89). Es importante diferenciar el hecho de reconocerse y el de valorarse; es allí donde surge una brecha entre el autoconcepto y la autoestima. El primero implica percepción, qué piensa o cómo se ve un determinado individuo a sí mismo. Por el contrario, la autoestima es una valoración, en la que decide cuidarse y respetarse dentro de ese ser y dentro de las mismas particularidades percibidas anteriormente. “También se sostiene que la baja autoestima está relacionada con trastornos psicopatológicos ya que es un factor facilitador de la depresión, ansiedad, trastorno de imagen corporal, también llamado trastorno dismórfico, y trastornos de la conducta alimentaria.” (Ladero, 2012-2016; 6) El
Diccionario
de
la
Real
Academia
Española
la
define
como
una
valoración generalmente positiva de sí mismo. Sin embargo, la conclusión es que está compuesta por la percepción o autoconcepto y el ideal. Mientras más nos acerquemos a él, más “positiva” será esa valoración. De existir una gran discrepancia entre sus partes, la autoestima se ve permeada por inseguridades, dudas, penas y comienza a afectar todas las áreas del ser: consigo mismo y a nivel relacional.
15. Los medios de comunicación y tecnológicos en relación con los ideales
“El recurrir al cuerpo es una tentativa (…) económica de escapar a la impotencia, a la dificultad de pensarse” (Le Breton, 2014; 99). Si bien vimos, la autoestima radica en el “yo”. Sin embargo, esta tiene una estrecha relación con el otro, se podría incluso afirmar que es un sentimiento o una actitud impulsada, detonada, provocada y en ocasiones, incluso controlada por “el otro”, sobretodo en etapas de crecimiento y vulnerabilidad como lo es la adolescencia. Nos seguimos preguntando entonces por ese otro, por sus opiniones, y claro, él se preocupa por otro “otro”; así se crea una cadena infinita de percepciones que usualmente, tienen que estar respaldadas, no nos formamos una opinión del aire, siempre hay un suceso o elemento que nos incita a generar imágenes, ideales, conceptos o apreciaciones subjetivas. Sucesivamente, el “otro” del otro va adquiriendo un nombre: “el adolescente del montón encuentra su modelo en otro adolescente del montón con el que se identifica puesto que obtuvo la consagración de los medios” (Ibidem, 85). Los medios, la red y las diferentes redes sociales conforman una persona, un ente, igual o incluso más inteligente que el ser humano, cuyo único objetivo es comprarnos al vendernos. Es recurrente recibir notificaciones de descuentos mientras navegas la red. ¿Somos conscientes de qué ese contenido está allí solo porque lo habíamos buscado antes? Ella, la red, o ellos, los medios, son expertos en atar los cabos sueltos, en seguirnos el rastro y tener claridad casi que absoluta sobre nuestros gustos y deseos. Saben qué mostrarnos y cuándo hacerlo. Pretenden vendernos productos y ahora experiencias, amparados por todo un “estilo de vida” es decir, no es comprar solo la camisa, es tener la actitud de la marca, verse como sus modelos, tener el pelo, los accesorios, todo un ajuar idealizado. “Es cierto que hoy el marketing y los medios tecnológicos que (nos) ocupan de manera permanente contribuyen tanto a un formateo globalizado como a una concentración de aislados” (Ibidem, 79). Esta nueva generación nació y creció en un mundo comparable a un inmenso centro comercial, donde pueden tener a su
alcance, todo el tiempo, una infinidad de productos que les confieren una nueva identidad o la posibilidad de solidificar “la del momento” y con esto se hace referencia a la moda y las tendencias. Queremos vestirnos con lo que está de moda hoy. Tener el corte de cabello o el color de hoy. Y ¿qué pasa entonces con los que no pueden adquirir esos bienes hoy? ¿o con los que simplemente no quieren? La publicidad crea dos bandos diferenciados, los que están a la moda y los que no. Los populares y los rechazados. Los bellos y los menos afortunados. Como dijo Le Breton, las copias globalizadas y los aislados; y es que “el miedo al rechazo alimenta la tiranía de la conformidad” (Ibidem, 81). Entra el cuestionamiento de por qué querríamos vernos todos iguales y de quién establece esos cánones. La respuesta se encuentra en un trio poderoso: las marcas, los famosos y las redes sociales (influencers). Aprovechándose de ese miedo al rechazo, estos tres aliados van de la mano vendiéndonos ideales. Las modelos, actrices o cantantes, en las publicidades de las marcas de todo tipo de productos: autos, accesorios, maquillaje, ropa, alimentos; o en las caratulas de las revistas más importantes, reflejan un estilo de vida aparentemente perfecto, siempre hermosas, esbeltas, bien vestidas, nos hacen soñar con probar al menos una pequeña parte de esa vida. Y más cercano y por ende más posible, están las blogueras de moda o las influencers, a las que estás mismas marcas patrocinan, invitan a todos sus eventos y desfiles, les mandan regalos y nosotros siguiéndolas y dándoles “likes”, las catapultamos aún más para convertirlas en blancos del mercadeo, la publicidad y el vender estereotipos alcanzables o inalcanzables, pero que con seguridad, cuestan, en dinero, lo que mantiene al sistema vivo y al consumidor, en los peores casos, su identidad y su autoestima, volviéndoles esclavos del ciclo en el que se debe tener para ser. Parecer en vez de ser. Escribe Naomi Klein, que son estos adolescentes de clase media, decididos a introducirse en un mundo fabricado por los medios de comunicación se han convertido en los poderosos símbolos de la globalización.
16. Explicación del método propio
16.1 Objetivo y metodología
Se realizaron dos salidas de campo. La primera, al centro comercial El Tesoro y enfocada en estratos 5 y 6; y la segunda al Parque de los Deseos, enfocada en estratos 3 y 4. El objetivo fue identificar las causas de los estigmas en su entorno (económico, político y social). La metodología constó de un primer acercamiento (registrado en audio) en donde se realizaron preguntas básicas abiertas sobre el nivel del conocimiento del tema (en caso de que la persona no conociera nada, se entregaba un volante con una breve explicación) y dónde se pidieron sus datos para luego, enviar una encuesta un poco más específica. Fue fundamental la consecución de redes sociales para tener referentes visuales claros.
16.2 Entrevistas Preguntas en campo ¿Sabes que es la estigmatización o qué has escuchado sobre ella? En tu opinión, ¿cuáles son los principales ideales de belleza difundidos en tu círculo social? Entrevista 1. ¿Te arreglas o cambias tu apariencia al salir? ¿Para qué ocasiones? 2. ¿Tus amigas o amigos se visten o tienen aspectos en su apariencia similares a ti? 3. ¿Tienes un ídolo en cuanto a la apariencia o un canón estético que sigas? 4. ¿Consideras que sigues las tendencias o la moda en términos del vestir, el pelo o el maquillaje? 5. ¿Alguna vez te has sentido excluido o rechazado por alguna característica física?
6. Si tu respuesta anterior fue sí, ¿podrías contarnos la razón o característica causante del rechazo? 7. En una escala del 1 al 10, siendo el 10 el valor más alto, ¿qué tanto consideras que te afectan los ideales de belleza impuestos por la sociedad? 8. ¿Te has realizado alguna cirugía u otro procedimiento estético (como inyectables, lifting, etc.)? ¿Cuáles? 9. En tu opinión, ¿cuáles son los principales ideales de belleza difundidos en tu círculo social?
16.3 Reseña de resultados
De las encuestas realizadas en el Tesoro, estos fueron los aspectos más recurrentes para describir el ideal de belleza femenino: -
El 66,7% mencionó la delgadez (16 de 24)
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El 58,3% habló de mujeres voluptuosas (14 de 24) y el 37,5% mencionó directamente las cirugías u otros procedimientos no quirúrgicos como el botox (9 de 24).
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Dos personas usaron el término “Narco belleza” e hicieron alusión a Pablo escobar
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El 50% tuvo en cuenta el cabello largo, liso y rubio (12 de 24)
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Tan solo el 8,3% habló del maquillaje (2 de 24) y obtuvimos el mismo porcentaje con respecto al rostro.
De las encuestas realizadas en el Parque de los Deseos, estos fueron los aspectos más recurrentes para describir el ideal de belleza femenino: -
El 25% mencionó la delgadez (5 de 20) y el 20% habló directamente de la cultura fit.
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El 40% habló de mujeres voluptuosas (8 de 20) y el 10% mencionó directamente las cirugías (2 de 20).
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El 35% tuvo en cuenta el cabello largo y rubio (7 de 20)
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El 20% habló del maquillaje (4 de 20).
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El 15% tuvo en cuenta la belleza del rostro (3 de 20).
De las encuestas realizadas en el Tesoro, estos fueron los aspectos más recurrentes para describir el ideal de belleza masculino: -
El 33,3% mencionó la importancia de los músculos y la fuerza (8 de 24).
-
Una persona nos habló por el contrario de tener el cabello corto o rapado (4,2%)
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El 16,7% mencionó la estatura (altos) (4 de 24).
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El 20,8% hablaron de la barba (5 de 24).
-
El 12,5% mencionaron la importancia del lucir su dinero en su forma de vestir, actuar, etc. (3 de 24).
De las encuestas realizadas en el Parque de los Deseos, estos fueron los aspectos más recurrentes para describir el ideal de belleza masculino: -
El 30% mencionó la importancia de los músculos y la fuerza (6 de 20).
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El 10% habló de tener el cabello largo (2 de 20)
-
El 10% mencionó la estatura (altos) (2 de 20)
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Apenas el 5% habló del rostro (1 de 20).
16.4 Conclusiones y método final - Fue sumamente clara la unión entre el ideal de belleza difundido por la sociedad y los ideales individuales de los encuestados en el Tesoro. Ninguno preguntó si hablábamos de cánones generales o de los propios, como sí sucedió en el Parque de los deseos. Esto nos llevó a pensar que los ideales generalizados están 100% arraigados en las mentes de las personas de estratos más altos y son lo que persiguen día a día. -A pesar de que entre los encuestados del Parque de los Deseos sigue existiendo el estereotipo generalizado desde lo físico, también tienen muy en cuenta sus valores estéticos personales o de su grupo específico (relacionado con tribus urbanas o sus universidades, en este caso la de Antioquia). A diferencia del Tesoro, donde todas las respuestas de ideales de belleza fueron muy similares, sino iguales.
Esto nos permitió concluir que, en los estratos más bajos, probablemente por tener un acceso más limitado a referentes internacionales en redes sociales y el internet, hay una mayor variedad de información local y esto los hace más abiertos ante la diversidad en su manera de verse. Por el contrario, en los estratos altos donde la influencia de referentes globales es constante y generalizada, las personas están mucho más permeadas por cánones específicos de belleza y esto los vuelve más propensos a la crítica, los prejuicios y el afianzamiento de estos en sus mentes. -Concluimos que más allá del poder adquisitivo de la persona, lo que vuelve a las personas encuestadas en el Parque de los Deseos menos influenciadas por las redes, son sus intereses. Les importa mucho más la opinión de sus pares que la del mundo, y por esto sus acciones están orientadas a encajar y ser aceptado dentro de su mismo círculo social y no tanto en los ideales generalizados de belleza, que por el contrario son los que priman entre las personas del encuestadas en el Tesoro. -En toda la población encuestada de la ciudad de Medellín, está presente el ideal global y generalizado de belleza. Independientemente de que prefieran seguir los ideales más específicos de sus grupos sociales, o de que persigan el general, todos lo tienen claro, incluso en el desconocimiento de qué es la estigmatización o la inexpertica en aspectos relacionados con la belleza como el maquillaje. Conclusiones encuestas - Fue claro que en la zona donde más se evidencia la definición como tal de estigma, es en el Parque de los Deseos, ya que estas características responden a un grupo imaginario o un arquetipo al cual la persona que respondió, pertenece. En el tesoro ocurrió un fenómeno interesante pero distinto, donde se evidenció como todos pertenecen a un solo imaginario y ya no existe esa división de prototipos. La mayoría de las personas, por no decir todas, responden al mismo imaginario. - En general, existe un criterio muy diferente sobre lo que podría ser arreglarse, dependiendo del género, los intereses y los gustos; pero el común denominador sí hace cambios a su aspecto cuando se trata de que alguien más los vea.
- Según la encuesta, a la mayoría de las personas en Medellín les afectan los ideales de belleza instaurados. En una escala de 1 a 10, siendo 10 el máximo, la mayoría de respuestas fueron 8. - La cirugía estética más común en Medellín es la Rinoplastia. - Muchas personas confunden seguir un canon estético con seguir a una persona específica. Probablemente hay personas que sean muy originales a la hora de vestirse, maquillarse o peinarse, pero no se dan cuenta de que todo el tiempo están siguiendo una tendencia que marca la sociedad. - Independientemente de la tendencia o canon seguido, siempre se habla de una “cuerpo perfecto” y en cuanto a las mujeres, en todas las entrevistas, resaltan las palabras “grande” y “voluptuosidad”. - Teniendo en cuenta que estas personas ya habían sido abordadas en campo previamente y se les había entregado un volante con la definición de estigmatización, solo 2 de ellas respondieron bien su significado en las encuestas, lo cual da a entender que su interés por conocer lo que los convierte en víctimas de una categorización o prototipo, es mínima. Conclusiones del contexto -Las mujeres que se acercaban al estereotipo eran más reacias a contestar e incluso hablaban de ideales muy diferentes como la belleza del rostro. -A los hombres les costaba un poco más hablar del estereotipo de belleza femenino a pesar de que lo tenían claro, les daba vergüenza usar las palabras de uso coloquial que utilizan entre ellos y las reemplazaban por “bastantonas” o “voluminosas”. -El estereotipo de belleza se ve reflejado de manera tan clara entre las personas de la ciudad, que incluso varios extranjeros que respondieron, lo describieron igual que los locales a pesar de no serlo.
-En el Parque de los Deseos, muchas de las mujeres dentro del rango de edad en estudio (15 a 23 años) eran ya madres. -Fue posible reconocer que estos estereotipos afectan más a las mujeres, porque siempre que se hablaba del hombre, a pesar de que se hacía la misma pregunta, las respuestas tenían mucho más que ver con el tener que con el físico. La única característica física generalizada fue la barba y los músculos, a diferencia de la gran cantidad de estigmas mencionados para las mujeres. - Solo el 20, 8 % de los encuestados en el Tesoro desconocían el significado de estigmatización (5 de 24), frente a un 75% en el Parque de los deseos (15 de 20). -Las únicas 5 personas que conocían el significado de estigmatización en el Parque de los Deseos están estudiando actualmente en la Universidad de Antioquia.
Método para exponer resultados: Perfil en Instagram que da cuenta de una mujer que sigue los ideales y los estereotipos presentes en Medellín. Y que precisamente por tener claridad sobre estos, propone un estilo de vida diferente y emporado.
16.5 Netnografías Esta herramienta de rastreo virtual reúne imágenes y frases obtenidas durante los diferentes acercamientos etnográficos para exponer de manera visual los resultados de la investigación; los estereotipos, estigmas, y la manera en que el público objetivo es susceptible a ellos.
Ana Cristina Centro comercial El Tesoro
“Es tener un concepto tal vez erróneo
de algo, pero es por lo que la gente cree en general.”
“Acá en Medellín, obviamente ser delgada (…). Yo creo que acá nos fijamos principalmente en lo físico”.
Esteban Marín Centro comercial El Tesoro
“No pues acá en Medellín son super fáciles, de un hombre hacia una mujer es el cabello largo y rubio, por lo general, con unos senos y una cola grandes. [Que] tengan que ser fit o estar en un gimnasio que te dé como algún tipo de categoría, o tienes que estar metido o sumergido como en ese mundo”.
“La verdad, Medellín
es muy superficial”.
María Castañeda Parque de los Deseos
“Ser flaca, tener ojos lindos, maquillarse bien, pues no sé, hacerse las cejas así súper diva y ya”.
Selena Suárez Parque de los Deseos
“El maquillaje, todo el contorno de los ojos, las pestañas, el labial más fuerte, los labios gruesos”.
“Querida Sociedad; no hace falta ser barbie para ser hermosa”.
17. Bibliografía
GOFFMAN, Erving. Estigma: La identidad deteriorada. 1ra ed.10 reimp. – Buenos Aires: Amorrortu, 2006.
LADERO, María. Influencia de los estereotipos de belleza actuales en la percepción de la imagen corporal. Salamanca, 2012-2016.
VILANOVA, Núria. ORTEGA, Iñaki. Generación Z: Todo lo que necesitas saber sobre
los
jóvenes
que
han
dejado
viejos
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los millenials. 1ra
ed. –
Barcelona: Plataforma Editorial, 2017.
CHIRINOS, Nilda. Características generacionales y los valores. Su impacto en lo laboral. Observatorio Laboral Revista Venezolana, vol. 2, núm. 4. Carabobo, 2009. COURTINE, Jean-Jacques. Historia del cuerpo: Las mutaciones de la mirada del siglo XX. Vol. III. Traducido por Alicia Martorell y Mónica Rubio. Madrid: Santillana Ediciones Generales, S.L., 2006. LE BRETON, David. Una breve historia de la adolescencia- 1 ed. -Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Nueva Visión, 2014. FONSECA, Leopoldo; MENDOZA, Cupatitzio. La estigmatización social como factor fundamental de la discriminación juvenil, El Cotidiano, núm. 134, Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Azcapotzalco. Distrito Federal, México: 2005.