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VA L E N T I N A Q U I N TA N A
Autoedición Libro publicado para Diplomado de Diseño Editorial 2013, Facultad de Arquitectura y Urbanismo Universidad de Chile. Portugal N°84, Santiago de Chile.
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EMERGENT NATURE pages of a route
Valentina Quintana
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Dentro de unos invernaderos, caminaba entre medio de angostos pasillos, rodeándome de diversas plantas, cada una con su porción de tierra en una bolsa negra, esperando para ser llevados a algún sitio donde puedan instalar sus raíces bajo tierra. Within a greenhouse, walked through narrow aisles between, various plants around me, each with its own piece of land in a black bag, waiting to be brought to a place where they can install their underground roots.
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ORIGEN ¶
Vivimos insertos en una civilización construida sobre la naturaleza. A lo largo de la historia, el hombre se ha dedicado a cimentar sobre ella. Las áreas verdes se han transformados en pequeñas zonas diseñadas para cohabitar con la ciudad. Plazas y jardines, intentan convivir con lo urbano. Es posible distinguir una contraposición entre lo natural y lo manipulado por el hombre. Entendiendo dicha manipulación como una necesidad que se manifestó desde los orígenes Paleolíticos; período de adaptación donde el hombre tuvo la capacidad de obtener del medioambiente los recursos para la subsistencia y desarrollo de la sociedad. Resulta atractiva esa manipulación constante a la que la naturaleza ha estado sometida, la cual ha estado presente en todos los tiempos y es posible observar en su evolución y transformaciones. He observado esta manipulación desde niña, con la costumbre de visitar viveros donde mi madre, de profesión paisajista trabajaba y elegía las plantas para crear sus jardines; en ese lugar me relacionaba con ambientes de compra y despacho de plantas, pastos, fertilizantes, tierras de hoja, semillas, etc. Permanecía, a veces mañanas completas, observando variedades de tipos de plantas con diferentes nombres y precios.
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Es dificil encontrarse con vegetación. Las plantas que aparecen son malezas, algunas capaces de atravesar las cunetas y el asfalto.
MARTES 10am. Calle E. Figueroa con Arturo Prat. Entiendo a las avenidas de asfalto, o a las veredas de cemento, como una gran capa que ha ido cubriendo gran parte de la vegetacion de Santiago. La unica vegetación que logra atravesar esta capa, en general,son las malezas. Mi reccorrido por estas calles va en busca de malezas, recolectar estas plantas, seleccionarlas, guardarlas y analizarlas, como objetos bellos pero al mismo tiempo dañinos, que hablan de “una naturaleza desvordada”.
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El aguacero invernal, incapaz de esconder la luna, la deja escaparse de su puĂąo, Tokoku Al caminar sobre el hielo piso la luz de mi linterna. Jugo Al alba los cazadores atan sus flechas blancas hojas de helechos. Yasui Abriendo de par en par la puerta norte del Palacio: la Primavera! Basho Entre los rastrillos y el estiercol de los caballos humea, cĂĄlido al aire. Kakei DONALD KEENE, Japanese Literature. Londres, 1953.
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Mamá que está haciendo? Nosé, la señora está buscando una planta.
MARTES 12 pm. Calle San Diego con General Gana Es muy extraño ver a un recolector de plantas caminando por la cuidad. Con una pala, escarbando las pequeñas zonas de tierra que se dejan ver. Es como si estuviera fuera de contexto. Al igual que las plantas que crecen aqui, las cuales no pertenecen a este lugar.
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SUBSUELO ¶
1. m. Terreno que está debajo de la capa labrantía o laborable o en general debajo de una capa de tierra. 2. m. Parte profunda del terreno a la cual no llegan los aprovechamientos superficiales de los predios y en donde las leyes consideran estatuido el dominio público, facultando a la autoridad gubernativa para otorgar concesiones mineras.
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(Del lat. i 1. m. Hendidura o espacio, por lo comĂşn pequeĂąo, que med 2. m. intervalo ( II espacio o distan
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interstitĂum). dia entre dos cuerpos o entre dos partes de un mismo cuerpo. ncia entre dos tiempos o dos lugares).
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Maleza: Da単inas tanto para el hombre como para los animales OSCAR MATTHEI, Manual de las Malezas que crecen en Chile..
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FAMILIA FAMILIA Género especie Género especie Nombre común Nombre común
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En el alma distendida que medita y que sueña, una inmensidad parece esperar a las imágenes de la inmensidad. El espíritu ve y revé objetos. El alma encuentra en un objeto el nido de su inmensidad. GASTON BACHELARD, La poética del Espacio.
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RAIZ ¶
(Del lat. radix, -Icis). 1. f. Bot. Órgano de las plantas que crece en dirección inversa a la del tallo, carece de hojas e, introducido en tierra o en otros cuerpos, absorbe de estos o de aquella las materias necesarias para el crecimiento y desarrollo del vegetal y le sirve de sostén.
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VEGETACIÓN ¶
Un cuento que no es un cuento: la autopista del Norte (A1) y la estrategia del crecimiento vegetal. PABLO REINOSO, París, 1 de febrero de 2009.
En 1992 una huelga de transportes paralizó a Francia durante varias semanas. Los camiones habían cerrado las autopistas, bloqueando todos los abastecimientos, y el conflicto parecía instalarse para durar. Yo, por mi parte, debía imperativamente entregar una mesa que había diseñado. Su parte superior provenía de Italia, eran cuatro planchas de piedra, y las patas de bronce las había encargado a una fundición al norte de París. Antes de que el problema se generalizase a todo el país, conseguí que las piedras fueran transportadas desde Marsella, donde habían quedado, a otro camión que, aprovechando la desorganización del inicio de la huelga, logro llegar a Paris. En el Norte, por el contrario, el bloqueo ya estaba instalado y ni siquiera lograba llegar en auto a la fundición para terminar la pátina de las patas. Pasaban los días y el conflicto continuaba. Mi situación era tan absurda como tantas otras de las que se oía hablar por esos días. Sin embargo, no podía compararse con la de los camiones de circo varados en la autopista del Sur (A6), tan querida por Julio Cortazar, y la furia de los leones y la deshidratación de los elefantes que quedaron atrapados en ellos. Recuerdo que se desarrolló un operativo especial para sacar a los animales de aquella trampa, que pudo haberse convertido en una pesadilla si tan solo alguno de los leones hubiera escapado en busca de alimentos por las autopistas y los viñedos de Borgoña.
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Por más que las mías fueran patas –de mesa, es cierto-, no tenían ese estatus de excepción que despertó la movilización del ejercito para sacar a los animales del “circo” en el que se habían metido. Una noche anunciaron que los bloqueos se estaban levantando, y a la mañana siguiente los informativos comenzaron a confirmar esta noticia, precisando que en el norte de París el tráfico volvía a la normalidad. Entonces salté al auto y me dirigí a la fundición a terminar mi trabajo. Para llegar, tuve que tomar caminos aledaños, repletos de camiones que empezaban a circular muy lentamente. Las entradas de la autopista estaban cerradas por la policía. Cuando comenzaba a desesperarme, vi que los policías habían liberado un acceso y, sin dudarlo, me metí creyendo que era señal de la reapertura. Obviamente, no era la entrada correcta, ya que no obtuve ningún ticket de peaje, pero era la autopista del Norte (A1), a unos 25 kilómetros de la salida. No circulaban autos ni en mi misma dirección ni en la opuesta, pero yo avanzaba contento de estar acercándome a la fundición. De repente, me di cuenta de que algo asombroso había ocurrido. La visión que tenia delante parecía posapocalíptica. ¡No estaba en una autopista, estaba en un zoológico! Pero no se trataba de la autopista del Sur durante el insólito embotellamiento de Cortazar; me encontraba en la autopista de Norte. Solo y rodeado de todo tipo de animales, que un habitante predominantemente urbano como yo solo ve en reproducciones. Pájaros de todo tipo, liebres, culebras, un jabalí y otras especies de cuatro patas (como mi mesa) se habían apoderado del territorio. Disminuí la velocidad mientras seguía avanzando, perplejo, con aprensión, como si el Apocalipsis hubiera ocurrido y yo fuese el ultimo hombre vivo. Pero mi asombro fue in crescendo, ya que también la vegetación se había extendido. Los guardarrails eran pura enredadera. Del propio asfalto, a través de las rajaduras, habían crecido ramas y plantas, y algunas pasaban el metro de alto. Avancé entre la vegetación, pensando que me internaba en un mundo de poscivilización. Sentí, si se me permite, como “un malestar de la civilización”. No pensé en retroceder. Me recordó aquellos túmulos, en
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México, en bajo los cuales todavía hoy se encuentran sitios arqueológicos, conquistados por la vegetación y probablemente protegidos gracias a ella. Supe entonces que, aun si los hombres lo destruyen todo, quedará, sin duda, algún cuerpo vivo que comience un nuevo ciclo. Entre la euforia y tristeza, descubrí la fuerza de la estrategia del crecimiento vegetal y la vida. Estaba aturdido de emoción cuando, de repente, una voz me sorprendió: > ¿Y usted de dónde sale? (me preguntó el señor del peaje, asombrado de ver que auto llegaba a destino). > De la selva –le contesté sin dudarlo-. Pero le pido disculpas, desde donde vengo no distribuyen tickets de autopista. > Pase, por favor, señor pase, es el primer vehiculo que veo por aquí desde hace un mes.
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MAPA Santiago,Chile Zona de recolecci贸n
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