cirgular pedagogica

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Buenos Aires 17 de febrero de 2011.

Circular pedagógica n° 1

El Aprendizaje – Servicio: cuando la docencia se abre como un espacio de posibilidad. Querer, saber y poder. El Aprendizaje-Servicio es una propuesta educativa que combina procesos de aprendizaje y de servicio a la comunidad en un solo proyecto bien articulado, en el cual los participantes se forman al implicarse con necesidades reales del entorno a los efectos de mejorarlo. La novedad está en el entramado de ambos elementos, en no conformarse con tener sólo uno de ellos o trabajar con ambos desconectados entre sí. La Universidad Abierta Interamericana explicita en su misión: “brindar educación de calidad en los niveles de grado, posgrado y pregrado, ofreciendo condiciones que favorecen la inclusión social y aportando así a la democratización del conocimiento” (…) “Su compromiso es la formación de profesionales que posean reflexión crítica sobre el contexto, estén comprometidos con la defensa de valores y derechos y sean capaces de operar sobre la realidad desde una postura humanista y transformadora”1 Las actuales demandas externas y los procesos de transformación interna que debemos abordar en consonancia con la misión institucional, nos ubica en un escenario en el cual necesitamos nuevos y decididos enfoques de intervención sensibles a las necesidades sociales y demandas de nuestro medio, avanzando en respuestas contextualizadas y comprendiendo la educación no solo desde una perspectiva personal, sino también desde una perspectiva socio comunitaria. No es posible educar en valores "sólo" dentro de las paredes del aula. Ni tampoco utilizar el “afuera” como escenografía placentera de actividades educativas más o menos significativas, sino que se trata de convertir el entorno y la comunidad en destinatarios directos de la educación. La pedagogía del aprendizaje-servicio promueve experiencias educativas de servicio solidario protagonizadas por los estudiantes y planificadas en forma integrada con los contenidos curriculares, destinadas no sólo a atender necesidades de una comunidad sino a aplicar y desarrollar nuevos aprendizajes con los estudiantes. Podría definirse, en primera instancia, como una metodología de enseñanza y aprendizaje mediante la cual los jóvenes desarrollan sus conocimientos y competencias a través de una práctica de servicio a la comunidad.2 Comprendemos que esta pedagogía requiere una metodología orientada a la educación para la ciudadanía, que articula cuatro dimensiones fundamentales del aprendizaje:

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Misión Institucional. Tapia, M. N. La solidaridad como Pedagogía. Buenos Aires, Ciudad Nueva, 2000.

1 Vicerrectoría Académica. Coordinación programa de aprendizaje y servicio solidario. Lic. Gustavo Bareilles.


a) Aprender a ser (actuar por sí mismo, elaborarse un proyecto de vida personal). b) Aprender a convivir (desarrollar empatías, generar capacidades para comprender el lugar del otro, hacer cosas en beneficio de los demás). c) Aprender a interactuar en la sociedad (respetar las normas sociales, participar activamente en la mejora de la vida pública). d) Aprender a habitar el mundo (superar las fronteras de lo propio). Exige también de manera primordial, educar actitudes, formar visiones del mundo y crear personalidades capaces de posicionarse y situarse ante sí mismos y su entorno no sólo como consumidores y productores sino también como ciudadanos con responsabilidad social. El Sistema Pedagógico Institucional (SPV) define, entre otros, una serie de valores asociados tales como: solidaridad; responsabilidad; trascendencia; creatividad; justicia; liderazgo; voluntad; esperanza; perseverancia; etc. que orientan la formación del perfil profesional esperado. A manera de síntesis, el aprendizaje - servicio debe comprenderse como un proceso multidimensional de apropiación cultural, ya que se trata de una experiencia que involucra el pensamiento, la afectividad y la acción. El proceso de cambio pretendido se dará siempre y cuando converjan factores personales relacionados con la motivación y la actitud (querer), conocimientos en sentido amplio (saber), condiciones mínimas (poder) y existan estímulos externos relacionados con el reconocimiento de lo realizado. Los proyectos que los docentes deseen desarrollar desde esta perspectiva, desde el presente ciclo lectivo cuentan con una coordinación capaz de establecer diálogos entre los actores involucrados, impulsar actuaciones, proporcionar soporte conceptual y técnico a la innovación facilitando así el proceso de participación y resolución de conflictos que implica un desarrollo curricular orientado hacia el Aprendizaje y Servicio en una organización que no pretende transitar sólo como soporte de los procesos curriculares, sino como agente educativo y motor de los procesos de cambio extra muros. “No pretendemos que el profesor perciba su experiencia diaria como un absurdo, ni le pedimos que se aparte de la comunidad. Sólo le sugerimos que luche contra el “no pensar” de aquellos que están desde siempre sumergidos en la realidad social que se les impone”3 Prof. Lic. Gustavo G. Bareilles Coordinador programa de aprendizaje y servicio solidario. Vicerrectoría Académica 3

Greene, Maxine (1995) “El profesor como extranjero”. En: Larrosa, Jorge (ed.) Déjame que te cuente. Barcelona: Lalerte.

2 Vicerrectoría Académica. Coordinación programa de aprendizaje y servicio solidario. Lic. Gustavo Bareilles.


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