Alumnos de 4潞 del: CEIP Escultor Gonz谩lez Moreno de Aljucer (Murcia) CEIP Don Blasco de Alag贸n de Vilafranca (Castell贸n)
En un castillo embrujado, vivía un fantasma transparente con un risa maligna y muy ruidosa. Llevaba unas cadenas oxidadas que hacían un ruido espantoso cuando se movía de un sitio a otro.
Un dĂa las puertas del castillo se abrieron en el momento en que una familia pasaba por allĂ. Al ver las puertas abiertas decidieron entrar. Cuando
ya
estaban
dentro,
las
puertas se cerraron de golpe, al tiempo que se escuchaba una risa maligna.
La familia se aterrorizó y todos corrieron hacia la puerta, pero no pudieron salir porque ésta estaba cerrada con llave. Entonces Manolito, el hijo menor de la familia, vio una ventana abierta, pero cuando se giró para decírselo a sus padres y su hermana Lucia, vio que habían desaparecido.
- Mis padres han desaparecido- dijo Manolito cuando estuvo más tranquilo. De repente se oyeron las cadenas del malvado fantasma y los dos se metieron Manolito se echó a llorar, pero un gato negro
corriendo en un armario que había en la
que estaba a su lado le dijo:
pared.
- ¿Qué te pasa? - ¿Quién ha dicho eso? - preguntó Manolito. -Mira aqui abajo-, le dijo el gato. Manolito se asustó mucho al ver un gato que podía hablar, pero el gato consiguió tranquilizarlo.
Los dos cayeron por un tobogán y fueron a parar delante de un calabozo, Las cadenas cada vez se oían más cerca y los dos empezaron a temblar. De repente la puerta se abrió y vieron la silueta de un fantasma. El gato, del susto, se tiró a la cara de Manolito y éste se hizo hacia atrás, se cogió de una percha y al instante, se abrió una trampilla.
donde pudieron ver a la familia de Manolito. - ¿Qué os ha pasado? ¿Quién os ha encerrado?- preguntó Manolito. - Nos ha encerrado un fantasma y él tiene las llaves. - ¡Búscalo! - gritó su hermana Lucía.
Entonces Manolito y el gato se fueron
Manolito se acercó al fantasma. Estaba bastante
a buscar al fantasma para quitarle las
asustado, pero comenzó a hacer ruido para
llaves. Volvieron a la habitación y
distraerlo. En ese momento el gato cogió las llaves
vieron que el fantasma se había
y salieron los dos de allí corriendo. Bajaron a las
quedado dormido y que las llaves
mazmorras, donde estaba la familia y abrieron las
estaban encima de una mesita que
puertas. Pero, de repente oyeron de nuevo la risa
había junto a él. A Manolto se le
maligna del fantasma y se asustaron.
ocurrió una idea y le dijo al gato: - Yo distraeré al fantasma, y tú, mientras, le quitas las llaves. - De acuerdo. dijo el gato.
Empezaron todos a correr por los pasadizos, sin dejar de escuchar las cadenas que se movían de un sitio a otro y la risa maligna del fantasma, que les seguía a pocos metros. De repente el gato se paró y Manolito -
¿Por
le
preguntó:
qué
te
paras?
- Porque he visto algo extraño en esa
mazmorra-
le
constestó.
Entonces el gato entró y vio que era un libro de hechizos muy antiguo. Fue a cogerlo, pero en ese instante se encendieron los ojos rojos de un esqueleto que había a su izquierda. El gato intentó escapar, pero el esqueleto le cogió del rabo. Entonces el gató le arañó con sus largas uñas en la mano y
ésta
le
cayó.
Finalmente el gato cogió el libro y consiguió escapar con la mano del esqueleto cogida del rabo.
El esqueleto, que era hermano del fantasma, le contó que la familia se había llevado el libro de hechizos y también su mano. El fantasma, preocupado, le dijo: - Si no recuperamos el libro antes de la medianoche nos convertiremos en polvo y el castillo desaparecerá. El esqueleto le contestó: - ¡No te preocupes! mi mano va con ellos y nos guiará hasta donde Pero la mano al verse separada delestén. resto del esqueleto se soltó y volvió junto a él. Cuando el esqueleto la vio le dijo: - ¿Qué has hecho? ¡Tú debías guiarnos hasta ellos para poder recuperar nuestro libro de hechizos!
La familia llegó a un salón oscuro con muchas telarañas que colgaban del techo. Se sentaron en un sofá lleno de polvo que había enfrente de la puerta y abrieron el llibro de hechizos. En él encontraron un mapa del castillo, pero faltaba la mitad. Entonces Manolito exclamó: -¡Ya se dónde está! - ¿Dónde?- preguntaron todos a la vez.
- Recuerdo que había un mapa en el armario, entre la ropa. - Es verdad - creyó recordar el gato. De repente se encendió una luz que iluminaba unas escaleras de madera carcomida. Se levantaron y con mucho cuidado subieron por las estridentes escaleras, al piso de arriba, donde se encontraba el misterioso armario.
Cuando llegaron arriba vieron que el armario estaba abierto. Cuando ya estaban a punto de coger la otra mitad del mapa apareció el esqueleto y se la llevó. Salió de allí corriendo y cayó por una trampilla que había en el suelo, el mapa salió volando y el gato, que iba persiguiendo al esqueleto, lo cogió y volvió junto a Manolito. El esqueleto muy enfadado gritaba: _¡Venid cobardes. Devolvedme mi mapa! Pero el gato corría veloz junto a Manolito. -Ya lo tengo- dijo. -¡Por fin- contestó Manolito. Juntaron las dos partes del mapa y en ese mismo instante las puertas del castillo se abrieron.
La familia, al ver las puertas abiertas, comenzó a correr y salió rápidamente de allí. Todavía no se habían recuperado del susto, cuando se escucharon doce campanadas y al terminar la última, el castillo desapareció junto con el fantasma y el esqueleto. El gato se puso muy triste y Manolito le preguntó: -¿Qué te pasa? - Otra vez me vuelvo a quedar solo. ¿Qué haré ahora? Ya no tengo donde vivir. - Te puedes venir a vivir con nosotros. - ¿De veras?,- dijo el gato. - Por supuesto, contestó toda la familia Al final se fueron todos juntos a casa de Manolito y fueron felices para siempre.