Doña Meche

Page 1

VANGUARDIA | LUNES 29 DE JULIO DE 2013 | No.389 |

PERIODISMO DE INVESTIGACIÓN

DOÑA MECHE Era la década pudorosa de los 50’s cuando ella hacía dinero en la cama hasta volverse leyenda... Aquí la crónica de cómo se pintaban de rojo las noches de Saltillo entre sus piernas.


EN UN DOS POR TRES

LA FAUNA

Por Alfredo García

La guerra por Pemex

4

VANGUARDIA Lunes 29 de julio de 2013 /

SEMANARIO

El principal damnificado de la guerra por Pemex no será el interés nacional, ni el recuerdo de don Lázaro, ni López Obrador –como de costumbre-, ni el pueblo mexicano en general, sino Carlos Romero Deschamps. En medio de las protestas y el descontento, el presidente Peña Nieto tendrá que sacrificar un chivo expiatorio y esparcir gotas de su sangre en el Congreso, sobre las cabezas de los líderes del Pacto por México, en las pantallas de televisión, en las redes sociales y sobre las manifestaciones multitudinarias que tendrán lugar exclusivamente en la capital de la República. La oposición de izquierda, otra vez como siempre, le prestará la palanca y el punto de apoyo para liquidar a otro de los grandes sindicatos que quedan en México, quizá el último de ellos. Vicente Fox descabezó al sindicato del IMSS, Felipe Calderón al SME y el pro-

pio Peña al SNTE: destruir al sindicato petrolero sería su segunda medalla en menos de un año, récord sin precedente en el pecho de un presidente revolucionario-institucional. (De ahí en adelante, Carlos Slim podrá pedirle ayuda para deshacerse del molesto sindicato de telefonistas, quiero decir molesto en el sentido en que lo es una mosca). Se echará a andar el show mediático de siempre: las cuentas bancarias, los relojes de decenas de miles de dólares, los desplantes de la hija, los jets privados, los automóviles de lujo. La corrupción millonaria convertida en función de circo en un país con 40 millones de habitantes en pobreza extrema. Naturalmente, los medios nada dirán sobre las fortunas privadas que aspiran a instalarse en Pemex, sobre el estilo de vida de los nuevos inversionistas, sobre la cotidianeidad de estos grandes

nombres que el ciudadano común desconoce, pues no se queman en los asadores donde comúnmente se rostiza la clase política mexicana. Millonarios nacionales y extranjeros que se conocen entre ellos, que tejen amistades y lazos familiares por encima de las fronteras, que se reúnen los fines de semana en distintos puntos del planeta, donde se sienten tan a gusto como en casa, si es que la tienen, si es que tienen país, puesto que el dinero es su verdadera patria, una patria del tamaño del mundo. El procurador Murillo Karam, especialista en encarcelar ancianos, debe tener ya preparada la lista de acusaciones. Después de todo, su miserable prestigio mediático palideció un poco durante el proceso de Andrés Granier. Necesita echarle el guante a un tiburón grande, de esos que chapotean en oro negro.

|Diccionario de autores

Ilustración: Omar Chavarría

Aforismo: “No encuentra brevedad en el aforismo el tartamudo (Roberto

Fontanarrosa).

SI YO FUERA PRESIDENTE

¿Se imagina sentado en la silla que ahora ocupa Enrique Peña Nieto? Hernán Salazar, ciudadano.

1.

3. 4.

Remodelaría las banquetas porque algunas están muy feas y la gente puede sufrir algún accidente, principalmente las del Centro de la ciudad.

Quitaría el Saltibus porque mucha gente no tiene acceso a los beneficios, además se gastaría mucho dinero y no es efectivo.

2.

Pavimentaría las colonias olvidadas, sobre todo aquellas a las que la gente ya no quiere ir porque están en mal estado.

Repararía algunos semáforos que no sirven porque he visto que no funcionan y es peligroso.

5.

Crearía centros de adopción ya que hay muchos animales callejeros y pueden tener enfermedades y no es justo que estén viviendo así.

LA LICUADORA

Nadie es homogéneo, análogo, todos son una mezcla de… Una pizquita genética de fulanito, otra de menganito y una cucharadita de perenganito. Si no lo crees, ve cómo metes en una licuadora un tantito de éste, más del otro y un puñito de aquél, y luego verás quién sale:

Eduardo Manzano

Chabelo

Gru

Lauro Cortés


|Claro que ud. lo sabe

|Los menesteres del ocio

| Por Miguel Agustín Perales

| Por Alfredo García

■ ■ ■ ■

5.- Es llamada Peripatética la escuela filosófica de …

A) 1813; B) 1811; C) 1812; D) 1810.

2.- Narra Heródoto que …, tirano de Samos, lanzó al mar un valioso anillo que le fue devuelto por un pescador, quien capturó al pez que se lo había tragado. ■ A) Jerónimo; ■ B) Agatocles; ■ C) Polícrates; ■ D) Eaces.

3.- El profesor … es uno de los más enconados enemigos de Sherlock Holmes. ■ ■ ■ ■

■ B) Hera y Poseidón; ■ C) Afrodita y Ares; ■ D) Artemisa y Hermes.

A) Sebastian Moran; B) James Barclay; C) Bob Carruthers; D) James Moriarty.

4.- Según la mitología griega, la égida era el escudo de … ■ A) Atenea y Zeus;

■ ■ ■ ■

A) Platón: B) Heráclito; C) Plotino; D) Aristóteles.

6.- En 1809, … , falso autómata ajedrecístico, derrotó a Napoleón Bonaparte. ■ ■ ■ ■

A) Mefisto, B) El Turco; C) Ajeeb; D) Talos.

7.- Basilea es una ciudad … ■ ■ ■ ■

A) suiza; B) holandesa; C) sueca; D) portuguesa.

8.- … es el creador de la historieta Dilbert. ■ ■ ■ ■

A) Lee Falk; B) Chic Young; C) Scott Adams; D) Hy Eisman.

Respuestas: 1) b;, 2) c; 3) d; 4) a; 5) d; 6) b; 7) a; 8) c.

SUPERMÉNDEZ

La burocracia de la muerte. Aunque se le acusaba de 15 homicidios, Ángel Maturino Reséndiz, el ángel poblano de la muerte, al final fue condenado a la pena capital solamente por el asesinato de Claudia Benton, una médica de Houston, a quien, muy villaurrutianamente, golpeó con una estatua, la violó, le contó las falanges y falangetas de los dedos y le propinó luego 19 puñaladas, hasta sentirla tiritar con el frío de la muerte. Antes de recibir la inyección letal, Maturino, conocido también como el Asesino de los Ferrocarriles, pues en esa grava crepuscular virtió la sangre de sus otras catorce víctimas, donde se mezcló con el diesel, declaró que creía en la inmortalidad del alma, de la suya tanto como la de sus víctimas, por lo cual la muerte, para él y a final de cuentas, no era más que un simple trámite de la burocracia judicial del estado de Texas. La ley del hielo. Cuenta Manuel Payno —el famoso autor de Los bandidos de Río Frío, esa novela que todavía nadie se ha atrevido a convertir en telenovela—, que Louis Jecker, médico y cirujano suizo, quien por azares de la profesión de Hipócrates vino a vivir entre nosotros y a convertirse en el primer presidente de la Academia Mexicana de Medicina, comía y bebía licor hasta desfallecer. Luego se metía en una tina de agua tibia y permanecía en el baño dos o tres días, mascando hielo. Pesimismo. Adoptar un niño es tan difícil como hallar quién done un órgano vital. Estadísticas del pánico. En el año 2000, había 155 mil personas mayores de 100 años en

todo el mundo; para el 2050, serán 2 millones 189 mil. Populista. Una cosa admiro sobre todo del Ché Guevara, y son los puros de 50 dólares que fumaba y que arrojaba a la alcantarilla como si fueran Delicados (o Populares, los populosos cigarrillos cubanos, que son casi tan buenos como los mexicanos Del Prado, hoy extinguidos, como tantos otros símbolos patrios). Raíces del Ché. Guevara entero está prefigurado por Ernestito, aquel inquietante personaje del cine mexicano, sobrino de las muy porfirianas señoritas Vivanco, razón por la que éstas delinquen, y justificación última de todas sus divertidas aventuras. Quiero decir, Guevara como una mezcla de golpe del corazón y de ideal clandestino, de golpe de pecho y pretexto de solteronas, de ideal grandilocuente y robo hormiga. Símbolo fugitivo, su ausencia imanta las causas buenas, como una estrella que divaga sobre las ruinas del viejo régimen. Un Oscar imposible. Ernesto Alonso en el papel del Ché Guevara, un cadáver revolucionario sustituido en Bolivia, como el de Isaac en el último momento y convertido en un cadáver político, en un dorado anonimato, un viejo ex guerrillero de tuxedo, jubilado de la vida, refinado, que en sus últimos años se dedica a ver cómo prospera la mercadotecnia en torno a sus hazañas de juventud, sin poder cobrar un centavo de regalías, pero sostenido regiamente por Fidel Castro, por debajo del agua, con un coñac y un puro en la mano: he aquí la película que jamás nadie se atrevió a filmar.

El único superhéroe de Saltillo y la región (incluyendo Ramos)

Por J. Latapí

SEMANARIO

VANGUARDIA Lunes 29 de julio de 2013 /

1.- Don Miguel Hidalgo y Costilla fue fusilado el 30 de julio de …

5


6 VANGUARDIA Lunes 29 de julio de 2013 /

SEMANARIO

DOÑA M


MECHE

POR JESÚS PEÑA FOTOS: LUIS CASTREJÓN

SEMANARIO

VANGUARDIA Lunes 29 de julio de 2013 /

VAYA USTÉ A SABER POR QUÉ LOS MOCOSOS DE LAS ESCUELAS LA SEGUIRÍAN TANTO. SI PORQUE COBRABA BARATO O PORQUE HACÍA BUENOS JALES...

7


8

VANGUARDIA Lunes 29 de julio de 2013 /

SEMANARIO

A

lo mejor por las dos cosas. O tal vez porque después de que terminaba de “prestar sus servicios”, les obsequiaba a sus pupilos un jarrito de café humeante, y bien cargado, con sus respectivas galletas de animalitos, ah y su bendición: “que Diosito los ayude”. No, si hasta eso, era muy gente. Y cada vez que las damiselas la veían andando por las calles terregosas y pozudas del barrio de tolerancia, en la colonia González, le preguntaban burlonamente que ¿de dónde venía, Doña Meche?, y ella “de traer mis galletitas”, y aquellas “¿para cenar, Doña Meche?”, “pos sí, para cenar, y pa darle a mis muchachitos”, soltaba la mujer con un dejo de picardía y todas soltaban en risas. Sabrosa no estaba ni era de buenas carnes, como las demás, tampoco era una chachita, y la gente que la llegó a conocer la recuerda más bien como una señora de edad, tirando a anciana de 73 años. Pero era Doña Meche y su nombre, Doña Meche, así nomás, se quedó pegado en los labios de muchos mancebos saltillenses, de allá por los años cincuenta, en la época de oro de la sociedad puritana, mojigata y trasnochada.


SEMANARIO

VANGUARDIA Lunes 29 de julio de 2013 /

No fueran a acabar sus clientes con don Aurelio, el médico de los Todos los días, amaneciendo, las muchachas la miraban - gorda, congaleros, de los millonarios, porque “te voy a aplicar una inyección chaparrita, de piel apiñonada, rasgos aindiados, mechas canosas, colde más de un millón de unidades de penicilina”, que tenía su consulgándole hasta los hombros, y faldas anchas, barriendo la puerta de su torio en la esquina infausta de Múzquiz y General Cepeda. cuarto, levantado con lodo y paja, en la entrada de aquella inolvidable Se vestían así, rabonsitas, muy descubiertas de sus senos y sus pierzona roja. nas brillosas, que brillaban porque las muchachas se ponían un bálsaAfuera tenía siempre un brasero encendido y encima un bote de mo que mandaban comprar en la Perfumería Tabú y se lo untaban pa lámina de cuatro hojas con agua hirviendo, unas decían que pal café, que les brillaran las piernas y “ándale cabrón – tenían sus mandaderos otras que pa lavarles la pirinola a los muchachitos que llegaban con - que tráeme los polvos de quien sabe quién…”. ella a hacer su primera comunión, o a los que simplemente les gustaEl deleite de los hombres era cuando las chachas, minifalda de cieba ir a remojar correa con la doña, que a fin de cuentas “agarraba de rre en un lado, se agachaban y enseñaban los calzones, “ nomás te todo”. dabas la vuelta y ¿cuánto?”, a más de dos se les abrió el paraguas. Era la hora en que la cruda levantaba de sus camas a las muchachas Justo ahí, en la cuadra de las accesorias, era que se hallaba el cuarto que se habían desmadrugado tomando, bailando y bajando braguetas de la muy mentada Doña Meche y al fondo un arroyo que separaba a en El Cádillac, El Foco Rojo, El Burro Norteño, Chulas Fronteras, El la ciudad sanitaria, en donde no había luz ni drenaje, del resto de la Nayo´s, El Kiko´s, El Huarachazo, El Copacabana, El Tívoli, La Clave civilización. Azul o El Blanco y Negro, ese congal donde hacían sala las putas más Este arroyo, atascado de hierbas y matorrales, era el pasadizo sechachitas, las más buenotas, donde sólo se servía vino del caro y encreto de los principiantes que preferían ir con Doña Meche, antes que traba pura gente acá, de caché, de carro grande. con todas las demás, vaya usté a saber por qué, y los cuicos, cuya deY entonces sí, corrían todas a las cantinas, a llorar, a pedirle crédito marcación estaba por el camino de los salones de baile y las cantinas, al cantinero, porque todo lo que habían ganado se lo habían gastado que ni cuenta se daban.. en el pedo y “ayúdanos cantinero, danos una agua mineral”, “sí, cómo Entonces el barrio de tolerancia estaba plantado sobre una suerte no”, el cantinero se las abría y les servía una copita de Oso Negro de escuadra que hoy forman las calles de Prolongación Juárez – ancon granadina, limón y hielo, un Tom Collins, pa la cruda y “oiga, taño la cuadra de las accesorias ya se alivianaban”, y luego ellas - y Avenida Central – la rúa de en “son de agradecimiento lo los salones, los bares y los resabrazaban a uno”, le daban de taurantes-, en la actual colonia cenar una botanita, “este muCondesa, al oriente de la mechacho nos curó la cruda”. trópoli Después a los restauranLa zona había llegado aquí tes al fiado o a mendigar las en 1956, cuando la municipasobras del día : “¿tienes hamlidad ordenó el desalojo del bre?, ven, te voy a dar un taco antiguo sector del vicio, que a de frijoles, sopa, del caldo que la sazón se encontraba en las ya no se vendió porque ya es calles de Terán (hoy Dionisio muy tarde y Dios que te ayude, García Fuentes) y Comandante ándale”. Leza, por el rumbo del centro, Al rato se había formado ya a un predio en la orilla de la la cola de novicios en la puerta ciudad, rodeado por huertos, y del cuarto de Doña Meche. junto al que más tarde se funEran los mocosos que a daría la populosa colonia Gonmedia mañana se habían cozález. rrido las clases de la primaria Le decían La Enramada poro la secundaria y que, llegado que cuando el gobierno las cosu turno en la fila, se corrían rrió del centro, las gentes del también dentro del cuarto con ambiente se pusieron en chinla viejita. ga a hacer techos de palma, Y “oiga ¿usted cuánto…?”, Este es el único vestigio que hasta hace unos días como en los ranchos, casi al “no pos yo cobro dos pesos, aire libre, pa no perder tiempo, nomás no le digan a las otras, quedaba de la antigua zona de tolerancia. Es la y luego, luego meterse a bailar, porque se enojan conmigo, si fachada del Bar La Rondalla, una de las cantinas de a 20 centavos la pieza con ando cobrando barato”, y hay las chamacas del Montecarlo, quienes juran que a otros ni más concurridas de la ciudad sanitaria durante la de aquellos veintotes de cobre, les cobraba. década de los cincuentas y sesentas. ¿se acuerda?, cuando el dinero Con las demás habitantes valía y las mujeres eran barade la zona había que chingarse, tas. porque no se dejaban regatear Y “de a veinte, cabrones, que no son quinceaños”, gritaba El Jotito ni un centavo, “es tanto”, “no pos te doy tanto”, “no, ve allá con Doña Chilo, un maricón afeminado, pero rebueno pa los chingadazos, nunca Meche, que es la que te cobra más barato”. nadie lo vio perder una, lo mismo con los borrachos que con los miliLa cuadra de las accesorias – que así se les llamaba antes a las sexotares y era una ilusión tremenda ver pelear al Joto Chilo, tumbar de un servidoras que despachaban en la sonaja, por extensión del nombre madrazo a un militar, que hasta los cuicos le hacían bola “órale güey, de los cuartos en que lo hacían – era un sembradío de cuartos de coloque se está dando un tiro Chilo”, “lo joto lo tengo en el c…”, advertía. res, donde las muchachas del barrio de tolerancia, la mayoría cuarenPero la verdá es que donde quiera había trompadas y botellazos. tonas y de muy buen ver, se sentaban, piernas cruzadas, pardeando la En un tris seguía la fiesta en El Montecarlo con su radiola escutarde en la puerta para ofrecer a los hombres ganosos, sus carnes por piendo las cumbias de la Santanera o de Mike Laure y “yo quiero que no menos de doce o trece pesos y “pásale güero”, “ven papito, ven”, y me des la rajita de canela, yo quiero que mes des la rajita de canela, sí, “vente, vamos a encontrarlas bañaditas”. la rajita de canela, la rojita de canela, a Marina le gustaba, la rajita de Y sí, era cierto, que todos los días las muchachas se bañaban y ancanela, ella siempre me decía, la rajita de canela…”. daban oliendo a jabón y a loción de siete machos. Eran los tiempos en que las radiolas, de a 20 centavos la pieza y No fueran a decir los del camión de Salubridad, que iban cada sedisco grandotote, de esos de pasta, y los focos de los salones de baile, mana a pasar registro y a vacunar con penicilina, que las muchachas funcionaban con plantas de luz. del barrio eran mugrosas, y ay de aquella a la que agarraran sin tarjeta La época en que las accesorias alumbraban sus cuartos con lámpasanitaria, porque entonces los cuicos la remitían a la demarcación y ras de petróleo. no trabajaba más, tenían que pasar el registro “a güevo”.

9


10

VANGUARDIA Lunes 29 de julio de 2013 /

SEMANARIO

Las mujeres todas, que en su mayoría eran de Torreón y algunos estados del sur, habían migrado de la zona vieja al nuevo barrio de tolerancia con la fama en rastra. Las supervivientes de aquellos años, los cincuentas, platican de una tal Chela, Chela la de los estudiantes, una mujer con un lunar abultado en el pómulo derecho, “chulada de vieja para el sexo”, muy limpia, y que era la preferida de los alumnos de la Narro y el Ateneo Fuente. Cintura, tetas, nalgas, cara bonita y “ese sí es culo, no lo que tengo en casa”, la frase de los parroquianos cuando la veían pasar, cabellera larga hasta el cóccis, por las calles del barrio de tolerancia, “Siempre que hagas el coito con una prostituta sal y con tus mismos orines lávate, con tus mismos orines, hijito, tu cosita”, era la recomendación de Chela. Otras cuentan de La Candelilla, de La Mexicana, de La Santa, de Doña Martha, “la de los perros”, porque tenía un montonal de perros callejeros que la seguían y acostumbraban comer con ella en la mesa. Chelito era una suripanta ciega, que al parecer había perdido la vista después que alguien le atizó un botellazo en la cabeza y las otras putas se admiraban de ver cómo ningún cliente la había hecho tonta nunca con la feria, ´es que agarro las monedas y les doy vuelta, que tienen verruguitas arriba, ya sé que es un 20¨. Y por toda la ciudad sanitaria se oía el nombre de La Chabelona y de una tal María Elena, la más bonita de todo el barrio, un forro de mujer, delgadita ella, no muy chaparra, pero muy piernuda, “usaba pura falda hasta aquí” y estaba muy pechona, la asediaban los rancheros. Y “ya me emborraché en su rancho, no me morderán sus perros… hijos de su… “, gritaba La Candelilla tambaleándose, dientes amarillos, nejos como el carajo.. Y “aquí anda La Mexicana, hijos de la chingada”, vociferaba por allá La Mexicana, una brava mujer a la que “le gustaba meterse con puro soldado” y a la que la gente vio caminar por el barrio con su ristra de chiquillos detrás, porque antes los niños se criaban en la zona con sus madres. Y La Güera Paula, y María La Troca, y Verónica, y Lupe la Narizona y todas bien jaladoras. “Tenga mi rey”, bailando sacaban la lana pa sus padrotes, porque entonces se usaban los padrotes que las traían en rastra a puros chingazos cuando no completaban la cuota. Pero nomás no llegara el cabrón repartidor de pan, en su bicicleta balona, ese chaparrito con el que las muchachas del barrio de plano no podían y al que los homosexuales más recalcitrantes le tenían miedo porque decían de él que “calzaba grande, grosero, el cabrón” y sólo la viejita de Doña Meche le aguantaba la carrera y el otro fascinado de haberse convertido en el matador de la doña. Esa leyenda viviente, la anciana como de 73 años, que hizo la hazaña de desvirginar a medio Saltillo, en las décadas de los cincuentas y sesentas. Y “te vamos a llevar con Doña Meche pa que te estrene” o “aquel ya fue con Doña Meche”, decían los muchachos de la época, como una revelación de que el otro ya no era quinto; o “hijo de Doña Meche”, para evitar decir que aquel era un hijo de puta con todas sus letras. El nombre de Meche se propagó por aquí y por allá, a propósito de aquella singular prostituta, a la que, por ciento, nadie le conoció nunca amores ni familia y pensaban las muchachas del tacón dorado que la vieja “era solita en el mundo”. No supieron cuándo, de dónde ni cómo llegó al barrio de tolerancia, y por sus rasgos aindiados las muchachas creían que había venido del sur, como tantas otras, de por áhi, de Oaxaca o qué sé yo. De su apelativo o apellidos tampoco se supo nada, sólo que la raza le decía Doña Meche y Doña Meche, “se debe llamar Mercedes”, supusieron las muchachas. Porque era callada la Doña Meche, reservada de a madre, pero la gente del sector pecaminoso la respetaba y quería un chingo a pesar de lo que era y nadie recuerda haberle robado una confidencia.

Y ‘te vamos a llevar con Doña Meche pa que te estrene’ o ‘aquel ya fue con Doña Meche’, decían los muchachos de la época, como una revelación de que el otro ya no era quinto; o ‘hijo de Doña Meche’, para evitar decir que aquel era un hijo de puta con todas sus letras”.


“De su apelativo o apellidos tampoco se supo nada, sólo que la raza le decía Doña Meche y Doña Meche, ‘se debe llamar Mercedes’, supusieron las muchachas. Porque era callada la Doña Meche, reservada de a madre, pero la gente del sector pecaminoso la respetaba y quería un chingo

VANGUARDIA Lunes 29 de julio de 2013 /

SEMANARIO

11


Accesorias: Semanario

Habitaciones bajas que tienen entrada distinta y uso separado del resto del edificio principal.

12

VANGUARDIa Lunes 29 de julio de 2013 /

Nota del reportero: Pero en el antiguo barrio de tolerancia de Saltillo, ubicado, primero en las calles de Leza y Terán, y luego en lo que hoy es la colonia Condesa, la gente comenzó a aplicar el término “accesorias” a las mujeres que tenían sexo con sus clientes en los cuartos destinados para esta actividad, a diferencia de las que solamente bailaban y ofrecían compañía a los hombres en los salones o cantinas


Semanario

VANGUARDIa Lunes 29 de julio de 2013 /

Pa cuando las pirujas acordaron, la anciana ya estaba puesta afuera de uno de los cuartos de la entrada de la zona, el piso bien barrido, el brasero calentando un bote de lámina de cuatro hojas con agua pal café y ella, bañadita, limpiecita, haciéndoles señas con la mano a los muchachitos que venían a curiosear al barrio de cuartos de colores: “ven, ven niño, ven”, no faltaba el inocente “¿qué?”, y ella “ven, pa enseñarte una arañita…. y que ¨ven pa ca mijito, no vayas allá, te van apegar una enfermedá”. La cola de novatos se volvía a formar a la puerta del cuarto de Doña Meche y a ver pásale, ora bájate los pantalones, déjame revisarte, no fueras a tener crestas o chancros, ándale pues, unos manoseos eróticos en el miembro viril y pos… “uno muchachón, ya sabrás, con aquello a toda asta”. Y a ver “no tengas miedo, no te pongas nervioso, es normal, tienes que desahogarte”, te preparaba la viejita. Terminada la faena, lo que seguía era arrimar un lavamanos grandote, vaciar un poco de agua tibia, que contenía una infusión de muchas yerbas, y a tallar el pito con harto jabón y alcohol, y ora déjame que te seque con una toalla o cuando no papel de baño y “listo, el que sigue”, “no espérate, tómate un cafecito”, y que “ándale, una naranjita”. La escena se repetía una y otra vez en los cuartos de las accesorias, dos por dos metros, un catre viejo, un espejo, una silla y colgado de la pared el irrigador, un bote de peltre con agua y benzoal, con su manguerita, pa los lavados vaginales. Al rato se veía a los novicios de Doña Meche recargados en la pared del cuarto, sosteniendo con una mano un jarro de café caliente y con la otra un plato copeteado de galletas de animalitos. A las meras 12:00 del sábado caían los albañiles, primero a la cuadra de las accesorias y luego a amanecerle el domingo bailando y tomando cerveza Indio o Carta Blanca, de 1.20 en el Cádillac, porque en La Enramada no había horarios ni días festivos pa las muchachas. Cayendo el sol Doña Meche cerraba su cuarto por fuera y enfilaba, muy aseadita, hacia la calla de Juárez, rumbo al Cine Royal, como hacían las demás mujeres del talón, afectas a las películas de Pedro Infante y de El Santo, y que habían encontrado en aquel barrio de tolerancia un buen vividero. De cuando en cuando la anciana entraba a echarse un caldo al restaurán El Rincón Brujo, no hablaba con nadie ni hacía borlote, como las otras, comía y se largaba. Después se recogía en su cuarto y no se le veía más. Al llegar la noche las luces de colores y la música volvían a animar al barrio ¨y ay qué gente tan alegre¨, se oía decir de las beatas que habían venido a vivir a la González, poblada a la sazón por casitas salteadas. Y la gente se quedaba admirada de ver entrar al barrio, con los halos de luna, al guayín jalado por dos caballos y surtido con las pirujas que venían de la ciudad a trabajar en la zona, Y en El Cádilac volvían sonar las cumbias de la Santanera, de Mike Laure y “ay lo que me duele, ay lo que me duele, ay lo que me duele, válgame Dios, 039, 039, 039, se la llevó”. Y las norteñas de El Huarachazo, el salón favorito de los rancheros, “puro chúntaro”, y el único que trajo artistas de talla a esta zona roja: que Mario Saucedo, que Juan Salazar, que Pedro Yerena, que Los Monteñases del Álamo, que los Alegres de Terán, que los Rancheritos del Topo Chico y aquello era un hervidero de gente. Mientras no llegara la leva y se armara el escándalo con los militares, que se habían salido sin permiso del cuartel para venir a reventarse un danzón con las muchachas. Pero aquel bullicio se apagó cuando en 1975 la municipalidad volvió a ordenar el desalojo de esos terrenos y el traslado de la ciudad sanitaria a los límites de la colonia Guerrero, su actual sitio. Aquella anciana, que había iniciado a tantos saltillenses en el amor y el placer, desapareció como había llegado y nunca más nadie volvió a saber de ella, sólo en su leyenda.

13


VIDEÓDROMO

TITANES DEL PACÍFICO GUILLERMO DEL TORO ES UN GENIO, Y EN TITANES DEL PACÍFICO, UNA DE SUS PELÍCULAS MÁS AMBICIOSAS, NOS REGALA UN TRIBUTO A SU INFANCIA Y A LA DE MUCHOS DE NOSOTROS QUE CRECIMOS CON ANIMACIÓN JAPONESA.

14

VANGUARDIA Lunes 29 de julio de 2013 /

SEMANARIO

Guillermo del Toro 2013

Por Esteban Cárdenas

Como si a un niño le hubieran cumplido su deseo, del Toro por fin cumple su fantasía de pilotear robots antropomórficos gigantescos, algunas décadas después. Los robots de del Toro, llamados “jaegers” en la cinta, no son tu típico Mazinger Z. Lo bueno es que tampoco son un deprimente Transformer ultra-moderno de Michael Bay. El realizador mexicano, a diferencia del autor de Transformers, sabe inyectarle esa sensación de maravilla infantil que todos de niños gozamos a sus proesas tecnológicas. Mientras Bay está interesado en explotar cosas y hacer ruido, del Toro está interesado

en hacerlo con estilo, buen gusto y, sobre todo, alegría. Los jaegers de la historia y los posters son el último recurso que tiene la humanidad para defenderse de los enormes kaijus (monstruos, en japonés), que para mala fortuna de todos han llegado a nuestro planeta, y no por el espacio exterior, sino por una falla en el fondo del océano pacífico. La raza humana, después de sufrir la ira de estas mega-lagartijascon-alas-que-escupen-ácido que salen una tras otra, se une para crear este sistema de defensa. Los pilotos de los robots se vuelven rockstars, y durante un par de décadas logran mantener la relativa calma, hasta que la situación empeora, y los robots entran en declive. Un último recurso es un muro enorme, que prueba ser una solución fútil, y un grupo de renegados tendrán que hacer frente a

las creaturas con los pocos jaegers que quedan. Las actuaciones del elenco son adecuadas, suficientes. Las verdaderas estrellas son los robots y los efectos especiales, con del Toro creando unas puestas en escena que dan ganas de aplaudir. Qué tipo tan creativo y apasionado. Cada secuencia de pelea tiene un detalle genial- cuando uno de los kaijus muestra sus alas, por ejemplo, entre muchas otras. Es una cinta explosivamente ridícula que celebra lo ridículo, y no podríamos tener un mejor anfitrión para esta fiesta. Titanes del Pacífico tiene sus fallas: el desarrollo de personajes es prácticamente nulo, todos son arquetipos de caricatura bidimensionales que cum-

RADAR

Suena a…

Por Esteban Cárdenas

escardenas@vanguardia.com.mx

Thundercat Apocalypse 2013

El Apocalypse de Thundercat está a kilómetros de su disco debut, The Golden Age of Apocalypse. Este se trata de un disco más enfocado, claro y seguro de lo que quiere, que trasciende los trucos vintage que podrían catalogarlo como una cosa “de moda”, en parte ayudado por la ingeniosa producción de Flying Lotus. Stephen Bruner, también conocido como Thunderkat, es un virtuoso del bajo, pero este disco no suena a un desplante de habilidades y solos eternos a la Steve Vai. Bruner sabe mesurarse, y combina su habilidad instrumental con una sensibilidad pop delicada,

plen una función muy básica, así que no esperen ver actuaciones enormes ni complejidad emocional. Lo bueno es que las fallas se compensan explosivamente con algunas de las secuencias más emocionantes que verán en el cine este año. El 3D es un festín visual, y saldrá de la sala recordando aquellos días en el patio de su casa, corriendo con una figurita de plástico, haciendo esos sonidos de monstruo, de laser, de explosión. Imagínate lo que hubieras hecho tú en ese patio a los 12 años si te hubieran dado 150 millones de dólares. Ahora imagínate lo que haría un visionario como Guillermo del Toro, y tienes Titanes del Pacífico, una de las mejores películas blockbusters del verano.

Flying Lotus resultando en un disco complicado que raya en lo experimental pero que podrás escuchar una y otra vez. Si anuncias que tu mayor influencia es el Jazz Progresivo, más vale que tengas con qué respaldar tus palabras. Thundercat lo tiene: se trata de un tipo que aluna vez dijo que el Hip Hop podía ser el nuevo jazz, y lleva toda su carrera tratando de probarlo. Y no he escuchado una canción más funky que “Oh Sheit it´s X” este año, esto incluyendo el último disco de Daft Punk. El bajo en esa pieza, y en muchas otras del disco, es un perfecto ejemplo de por la que la gente escoge tocar este instrumento.

Untill The Quiet Comes 2012

Com Truise Galactic Melt 2012

Tortoise TNT 1998


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.