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Paz, Octavio

Paz, Octavio

(Deville, M., 1993)

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El internacionalmente conocido Octavio Paz Lozano, nació un 31 de marzo, específicamente el del año 1914 en nada más ni nada menos que el Distrito Federal, hoy llamado Ciudad de México. Vivió 84 años, falleciendo apenas diecinueve días después de su cumpleaños, el 19 de abril de 1998 en Coyoacán. Este célebre personaje fue un poeta, ensayista, diplomático y escritor.

En 1981 fue galardonado con el Premio Cervantes y en 1990, a los setenta y seis años, fue Premio Nobel de Literatura, y cómo no, si desde los diecisiete años empezó a publicar sus poemas en la revista Barandal. Posteriormente dirigió las revistas Taller en 1939 e Hijo pródigo en 1943.

En toda una década escribió sus célebres obras: El laberinto de la soledad, ¿Águila o sol?, Libertad bajo palabra y El arco y la lira, obras que después se completan con poemarios y ensayos, en estos retrató la sociedad mexicana e hizo uso del surrealismo.

Su forma de escribir se vio influenciada por Pablo Neruda al establecer contacto con este durante un viaje a España. (Secretaría de Cultura, 2015)

En el apartado Sobre la crítica de su libro de ensayos Corriente alterna, Octavio Paz trata el punto débil de la literatura hispanoamericana: la crítica literaria.

Según lo que Octavio Paz escribe, la crítica carece de un cuerpo de doctrina para crear un espacio intelectual en el que la crítica literaria cobre sentido y seriedad. Siempre debemos recordar y tener en cuenta que la crítica y la creación literaria van de la mano, una no puede existir sin la otra, pues conforman el alimento mutuo. Sin embargo al pasar al aspecto intelectual de la crítica, esta se vuelve pobre y sin recursos. El desentendimiento de la crítica nos lleva a una ausencia de literatura, pues, justamente, la crítica se encarga de crear un orden en las obras, de asignar la pertenencia y los lugares, por esta razón, según Paz, la literatura hispanoamericana es inexistente aunque sean vastas las obras.

Como en muchos otros aspectos de la vida cotidiana, el eurocentrismo se hace presente, pues Paz se cuestiona sobre el lugar privilegiado que tienen países como Londres, Nueva York y París en la generación de crítica, y, con ello, la aceptación de las obras. Entonces, nos damos cuenta que el “subdesarrollo” no es un fenómeno que afecte únicamente a la economía, lo político y lo ambiental, sino también a la crítica literaria, que se vuelve marginal y dependiente.

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