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Saer, Juan José
Saer, Juan José
(Fernández, D., 2003).
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Argentino de padres sirios. Nació el 28 de junio de 1937 en Serodino, Santa Fe, Argentina. Fue un actor importante en la literatura en español, empezando como periodista.
Con tendencia a ir fuera de la corriente escribió fuera de las modas de su época. A la edad de veintitrés años, en 1960, publicó su primer libro de cuentos; y cuatro años más tarde su primera novela, titulada Responso. Incursionó también en el guionismo en la película Palo y hueso del año 1968 y en Las veredas de Saturno de 1989.
Dentro de sus obras destacan: La pesquisa, El entenado, La grande, y el ensayo abordado en clase El concepto de ficción, escrito en 1997.
Fue ignorado en gran parte de su trayectoria, hasta los años ochenta donde empezó a ser reconocido por la crítica especializada de Argentina y Europa. Hoy en día se le considera como uno de los escritores argentinos más relevantes y de los mejores narradores de cualquier idioma.
Murió el 11 de junio del año 2005 en París, víctima de un cáncer de pulmón. (escritores.org, s.f.)
Juan José Saer busca definir qué es y qué no es ficción, y para esto, primero que nada, debemos saber y comprender que los elementos que conforman a la ficción son lo falso y lo verdadero.
En segundo lugar, Saer explica que la ficción no se debe orientar hacia la verdad ni hacia la falsedad, sino que debe ser tomada como lo que es: como ficción, pues así y solo así se entenderá que no es nada más que un tratamiento específico de un mundo creado. De esta manera llegaremos a la finalidad de la ficción: analizar la relación que tiene lo falso con lo verdadero dentro de este mundo creado por el autor, pues hay un entrecruzamiento entre la verdad y la falsedad, esto es lo que hay que analizar.
Ahora entrando de lleno a lo que no es ficción, Saer afirma que la ficción no es recuperar lo falso, pues esto nos llevaría a un doble carácter de la ficción. Esto desenvuelve una paradoja, que es precisamente que si la ficción recurre a lo falso, se hace con la única intención de aumentar la credibilidad ya que, como había señalado anteriormente, la ficción no necesita ser creída como una verdad absoluta, sino meramente como ficción.